¿te acuerdas?

¿Te acuerdas?

Querida Liz, te escribo esta carta solo porque quiero, no mejor dicho necesito que sepas cuáles son mis sentimientos. Ya no puedo contenerlos ocultos más tiempo, por eso ahora y en esta carta me libero de ellos.

Extrañeza, sí, ese es el sentimiento que tengo en este mismo momento, extrañeza por esos momentos en los que salíamos del colegio y nos íbamos juntos a nuestras casas, esos momentos en los que recorríamos el mismo camino uno y otra vez, y nunca nos cansábamos de él, es más hasta deseábamos que se hiciera más largo.

Esos momentos en los que cuando salíamos del colegio y caminábamos por ese camino, tú, siempre que me respondías con voz apagada, yo sabía que estabas triste y que cada vez que te preguntaba “¿qué sucede?” Tú tan solo me respondías con un “nada” y me sonreías con una sonrisa triste. Esos momentos en los que no hablábamos en todo el camino y yo te agarraba tu mano para llevarte a la heladería que estaba en el parque en ese camino, y al llegar al pequeño puesto pedíamos los helados, yo el de fresa y tú el de chocolate. ¡Hay, chocolate! Como el aroma que desprendía tu lacio y suave cabello, ese aroma que yo tenía el privilegio de aspirar cada vez que te abrazaba.

Extrañeza a esos momentos, en los que imaginábamos nuestras vidas en el futuro, juntos. Esos momentos en los que nos contábamos nuestros sueños y deseos, en los que prometíamos estar juntos, siempre.

Pero, los momentos a los que más extrañeza tengo, son aquellos en los que yo era el único que estaba a tu lado, esos momentos en los que tú necesitabas a alguien y yo siempre estaba ahí, esos momentos en los que te sentías insegura, impotente, débil. Esos momentos en los que solo yo, te daba ese abrazo que tanto necesitabas, esa fuerza que perdías, ese hombro en el cuál llorar.

Pero todo cambió cuando a mí me llegó el momento, todo cambió cuando yo te perdí de mi camino.

Todo cambió cuando llego él, sí, “Él”. Cuando él llegó, tú dejaste de caminar a mi lado, tú dejaste de hablarme y cada vez que lo hacías no era igual, cada vez que lo hacías solo me respondías un sí, un no, o solo hasta algún asentamiento de cabeza.

Cuando él llego, mi camino de regreso a casa se hizo más doloroso y torturante, ya que no estabas a mi lado, se me hizo más frío y oscuro, ya que no tenía esa calidez y resplandor que tenía tu sonrisa, se hizo más intranquilo, ya que no tenía la paz que tu presencia me brindabas.

Cuando él llegó, tú ya no me decías tu sueños y cada vez que te preguntaba “¿Te acuerdas cuando planeábamos nuestra vida juntos?” tú me respondías “Sí, éramos tan infantiles”.

Cuando él llegó, a mí, el corazón se me rompió, en especial cuando él te confesó sus sentimientos y tú le dijiste “Te amo”.

Tristeza, ese es el sentimiento que tenía en esos momentos, no entendía el porqué, solo sé que ya no podía verte, sin evitar ponerme mal. En esos momento, en el que yo llegaba a mi casa y me encerraba en me habitación, me ponía los audífonos y escuchaba música, mientras que de mis ojos las lágrimas caían. Esos momentos en los que yo no sabía qué hacer, en los que ya no tenía ganas para seguir con la vida, en los que yo ya no tenía fuerzas. Esos momentos en los que quería que tú entrases por la puerta, me mirara a los ojos, me sonrieras y me abrazaras, mientras me decías “Todo está bien”.

Pero solo eran deseos míos, deseos de un corazón destruido, deseos de un alma vacía. Tú nunca apareciste, tú nunca me llamaste, ni me escribiste y yo más débil me sentía.

¿Dónde estabas? ¿Por qué no estabas conmigo, a mi lado? ¿Por qué ya no podía oler tu dulce aroma a chocolate? Esas eran las preguntas que siempre intentaba responder con una mentira, que siempre me hacía en mi cabeza, pero que no quería aceptar la verdad. Tú ya nunca estuviste.

Esos momentos eran falsos, eran solo un juego para vos, solo una ilusión creada por mi mente, una ilusión que cubrías que tu sonrisa.

El tiempo pasó y yo me marché del lugar, me mudé lejos de ti y de todo que me recordara a ti, pero siempre llevé conmigo una duda, una duda que nunca entendí ¿Por qué me sentía así? .A esa duda nunca le encontré respuesta, hasta ahora.

Ahora sé porque me sentía así, porque pasó lo que pasó, y todo fue solo por un sentimiento, el sentimiento más puro de alguien, más hermoso que puede existir, más fuerte que cualquier otro sentimiento, pero que a la vez puede ser capaz de lastimarte más de lo que alguien podría imaginar, ese sentimiento de solo dos palabras “Te Amo”.

Así es Liz, te amo con todo mi corazón y alma, te amo con todas mis fuerzas y ser, y es por eso, que en este mismo momento, yo te iré a buscar.

Te buscaré por tierra y por mar, por aire y agua, te buscaré toda mi vida si es necesario, sin importar cuanto tiempo me lleve, yo lo haré y cuando te encuentre, te diré que es lo que siento, como es que me siento y antes de que me respondas, te besaré. Aunque no me creas lo haré, te besaré como si en eso se me fuera el alma, y probaré tus tentadores y dulces labios y así cumpliré el deseo que siempre tuve, el deseo de poder decirte todo lo que siento.

Te envío esta carta, no para que solo pueda confesarte mis sentimientos y pensamientos, no, te la envío para que te prepares, porque , mi querida Liz, no importa cuando, como, ni donde, yo, Kouta Higorashi, te encontraré. Tal y como lo prometí si yo me alejara de ti ¿Te acuerdas?.




Autora: Bueno siendo sincera, yo creo que la historia no está relacionada con la canción en lo mas mínimo u.u, pero bueno no puedo hacer nada más, es que no se me ocurre nada con ese tema, tal vez sea porque no escucho mucho de ese tipo (? .
Bueno de cualquier forma, esto es lo máximo que pude hacer, si sirve bien y si no también, de cualquier forma es la primera vez que participo de una actividad u.u .