¿Romeo y Julieta?

Capítulo 1

Me siento en la mullida cama de noventa y rozo las sabanas que había comprado con mi madre dos días atrás. No las había lavado, no caí en eso, y olían un poco a plástico, pero eso era lo que menos me preocupaba. Estaba en una ciudad enorme y desconocida, lejos de mi casa, de mi familia, de mis amigas, de los caballos y de mi chico… Suspiro lenta y pesadamente al recordar nuestra despedida. Nos prometimos volver a vernos lo antes posible, y que hablaríamos todos los días por whatsapp, que me llamaría y nos contaríamos todo lo que habíamos hecho ese día, que me esperaría… Y, aunque sabía que era del tipo que cumplía sus promesas, sabía que la distancia era demasiado para una relación de adolescentes. Si, adolescentes. Este es mi primer curso de carrera. A partir de ahora me esperaban unos cinco años en la politécnica de valencia, estudiando ingeniería industrial. Una carrera de hombres según mi madre, pero que a mí me gustaba. Cinco años lejos de mi casa, pues, aunque pudiese ir en vacaciones, no era lo mismo…

Sacudo la cabeza para librarme de malos pensamientos. No es hora de lamentaciones, es hora de espabilar y empezar a darme cuenta de que estoy sola, y de que esta ciudad me comerá a menos que sea rápida y me adapte a ella. Me levanto y termino de colocar algunas cosas que había dejado pendientes para despedir a mis padres. Después de organizar mi cuarto, más o menos, lo observo atenta. Es pequeño y acogedor, nada más entrar te encuentras el baño a la derecha y el armario a la izquierda. Si avanzas, tienes una pequeña cocina, seguida del escritorio. Enfrente de este, la cama, y al lado la gran ventana. Todo de madera color cremita.

Cuando termino de ducharme, me preparo un sándwich de pate y me siento en el escritorio para ver mi correo. Tenía un par de correos en el webmail de la universidad, pero no eran nada interesantes… Abro el Spotify y pongo mi lista de favoritos. Busco entre los títulos de las canciones y encuentro la que buscaba… deep in love, de Tom Boxer. Conforme empieza a sonar la canción suben mis ánimos. Me encanta. Cierro los ojos y me dejo caer en el respaldo de la silla. Que ganas de salir de fiesta me da esta canción. Sin darme cuenta, pasan los tres minutos y medio de la canción. Sigo con los ojos cerrados en la misma posición, y después de un anuncio, suena la canción de Alejandro Sanz. No me compares. La canto para mis adentros y lentamente empiezo a escucharla cada vez más distante, como si me estuviese alejando…

Abro lentamente los ojos. Me había quedado dormida y ahora tengo los dedos de los pies helados. Me levanto con pereza y apago el aire acondicionado. Sigo hasta el armario y saco una chaqueta roja y gris, parecida a las que llevan los jugadores de futbol americano en las películas. Me vuelvo al escritorio y compruebo la hora en el ordenador.

— Las diez y media…— Susurro. Había dormido como tres horas. Menuda marmota estoy hecha. Me quito la toalla que llevaba como turbante en el pelo y me peino con los dedos mientras el ordenador se estaba apagando. Lo desenchufo y conecto el cargador del móvil. Mientras dormía había recibido whatsapp de mis amigas, mis primas y mi madre, pero ninguno de Daniel…

Vuelvo a sentarme en la silla y contesto los whatsapp uno a uno y le envío uno a Daniel. Me contestan todas en seguida, pero él no lo hace. Suspiro y me despido de todas al rato. Desconecto el wifi y me aseguro de que la alarma estaba puesta antes de ponerlo a cargar. Me quito la chaqueta y me pongo el pijama, unos shorts rosas con una camisa blanca de la hello kitty. Recuerdo que me pareció muy infantil cuando me lo regalaron, pero me gustó como me quedaba. Compruebo que lo tengo todo listo para la mañana siguiente y deshago la cama. Estoy ya dentro y apago la luz que esta encima del cabecero. Me acurruco debajo de las sábanas e intento dormirme lo antes posible. Pero no me dejan.

Por el pasillo se escuchan puertas abrirse y cerrarse. Chicas gritar. Unos y otros correr de un lado a otro. Dios, había gente decente que tenía que dormir. Pero el colmo es que de repente escucho a unos cantar y gritar en el aparcamiento, que está debajo de mi venta. Si señores, debajo de mi ventana hay unos que no dejan de soltar gallos y vociferar a los cuatro vientos dios sabe que cosas. Me levanto mosqueada y subo rápidamente la persiana tras encender la luz y me asomo a la ventana. El panorama es digno de ver.

Un grupo de chicos atemorizados se encuentran en el centro de un corro de los responsables de tales ofensas a la música. Uno de los del corro sostiene una botella en su mano y en la otra un vaso pequeño, como de chupito. “Novatadas” Pienso mientras siento un poco de lástima por esos chicos. Sigo mirando apenada la escena cuando escucho un grito que sobrepasa los cánticos.

— ¡Eh! ¡Chicos, tenemos público! — Grita uno del corro señalando en mi dirección. El corazón me da un vuelco. Me han pillado fisgoneando… ¿Irían a por mí?

— Es verdad— Dice otro del corro. — Y es un público femenino… — No le veo bien el rostro, pero sé que está sonriendo. Todos comienzan a gritar emocionados. — ¿Por qué no bajas y nos haces compañía? Estamos muy solos aquí abajo— Su voz es imponente, y atrayente, por qué negarlo.

— Creo que ya tenéis compañía de sobra— Le contesto refiriéndome al grupo de novatos asustados que por un momento ven su vida alargada. El chico se ríe, y otros lo acompañan con sonoras carcajadas.

— Puede…— Sale del grupo y anda en mi dirección— Pero no es buena compañía— Levanta la vista para mirarme, y lo hace directamente a los ojos. Ahora que estaba más cerca, podía verlo mejor. Alto y delgado, complexión atlética, piel un tanto morena y el pelo negro azabache, un poco largo peinado hacia arriba. Los ojos no puedo vérselos bien.

— ¿Y qué te hace pensar que yo si lo soy? — Contesto, en esta ocasión se ríen todos menos él. Golpe bajo.

—Buen golpe…— Se recompone rápidamente y se ríe bajo mirándose los pies— ¿Cómo te llamas? — Levanta la vista para volver a mirarme mientras realiza la pregunta.

— ¿Y tú? — Primero quiero saber el suyo.

— Yo he preguntado antes— Vuelve a sonreír.

— Y yo quiero que me contestes antes— Me apoyo en la ventana, y esta vez soy yo la que sonríe. El resopla, pero no parece molesto, sino… divertido.

— Sergio— Contesta— ¿Puedo ahora saber tu nombre?

— Julia— Contesto divertida. Me hace gracia que me siga el juego.

— Y… ¿dónde estudias? — Pregunta al segundo— Yo en la politécnica— Se apresura a añadir la información.

— Aprendes rápido— Me rio, no puedo evitarlo — Yo también estudio allí.

— Que coincidencia— Noto que lo dice contento— Yo estudio Industriales— Caya esperando mi respuesta.

Sí que era coincidencia, estudiaba lo mismo que yo.

— Pues puede que estemos en la misma clase— Bromeo. Descanso la cabeza en mi mano derecha y cruzo mis piernas, buscando una postura más cómoda.

Abre la boca para contestar, pero uno de los otros chicos lo interrumpe.

— Oye, Romeo, deja de hablar con Julieta y ven aquí, tenemos algo que terminar— Señala a los novatos. No lo puedo evitar, al momento noto que la temperatura de mi rostro aumenta considerablemente. Se gira para ver al que había hablado y le enseña su dedo corazón mientras los otros se ríen y silban. Me contagio de esa risa estúpida y rio yo también. El vuelve la cabeza para mirarme un momento, y sonríe.

— Seguid vosotros, Romeo tiene otros planes— Más silbidos por parte de los escandalosos y otro aumento de temperatura para mi rostro. “Julia, tienes novio…” Me reprocho mentalmente. Y mientras me recordaba que le era fiel a otra persona, no sé cómo, Sergio se sube al balcón de la habitación que está un piso por debajo de la mía y se sienta en la barandilla mirándome.

— Pero, ¿qué haces? — Le pregunto un poco asustada, pues podría caerse y matarse.

— Pues hablar contigo— Contesta natural— ¿Acaso eso es un delito? — Ríe a carcajadas. De fondo, se escuchan los gritos y los cánticos alrededor de los novatos. Se les ha acabado la tregua.

— Sabes que no me refiero a eso, así que no te rías, idiota— Frunzo el ceño molesta. Estar ahí sentado, sabiendo que te puedes caer, no es gracioso.

— Eh, ¿qué son esas confianzas para llamarme idiota?

— Las que yo me tomo— Le vuelvo a rebatir. Pero esta vez no se calla, sigue riendo. — Aparta de ahí, podrías caerte— Mi tono de voz es de preocupación, y no es para menos.

— ¿Tanto te preocupa que me caiga? — “Claro que sí, idiota” Me habría gustado gritarle, pero no lo digo.

— No me preocupas tú. Me preocupa que se manche el suelo del aparcamiento de sangre— Contesto burlona.

— Entonces, no importa si me suelto— Dicho y hecho. El idiota se suelta de la barandilla y se deja caer hacia atrás. No puedo evitar soltar un grito ahogado mientras cierro los ojos. Espero oír un golpe y gritos de preocupación. Pero no escucho nada de eso. Solo su risa. Su estúpida risa.

— Puedes abrir los ojos, que sigo vivo— Sigue riéndose. No me había dado cuenta de que tenía los pies enganchados de la barandilla, de modo que estaba bien sujeto— ¿Ves? No hay nada de lo que preocuparse— Le lanzo una mirada fulminante, y él se vuelve a echar a reír, lo que hace que me enfade más. Se coloca la mano izquierda sobre el pecho y extiende la derecha hacia mí— ¡Ohh! Julieta, Julieta. Mi Julieta, baja conmigo— Bromea falseando la voz.

— Que te peten Romeo— Contesto malhumorada— Aquí Julieta tiene que levantarse a las siete y media, así que…— Me aparto del marco de la ventana— ¡Buenas noches!— Grito antes de cerrarla de un golpe.

No tardo ni dos segundos en apagar la luz y meterme en la cama. Escucho más voces que antes y, por supuesto, la suya.

— ¡Buenas noches mi Julieta! — Me tapo la cabeza con las sabanas intentando no hacer caso al alboroto de fuera y al sonrojo de mi cara.

“De verdad que ese chico es increíble…” Pienso molesta, pero ese sentimiento no tarda en ser reemplazado por uno de preocupación. No lo conozco, pero sé que me atrae. “¿Y si cae en la misma clase que yo? ¿Y si empieza ir detrás de mí? ¿Y si yo…?” Pienso angustiada ahora. Sacudo la cabeza para quitarme de encima esos pensamientos y me concentro en dormirme. Mañana tengo muchas cosas que hacer…


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Bueno, esto se me ocurrió anoche, mientras intentaba dormir. Cuando me da insomnio se me despliega la imaginación... XD

Bueno, esto va a ser un long-fic, y antes de continuarlo, me gustaría saber que les parece, y si quieren que lo continue ^^ Cualquier duda, consejo o crítica, no os corteis ;) Preguntad, aconsejad o criticar!! XD Depende de lo que les parezca, lo continuaré o... bueno, ya veremos, no adelantemos acontecimientos.

Un saludo a todos! Y gracias por leer!! ^^