Querida Agnes, Esta es la segunda vez que escribo una carta. La primera vez fue una tarea en primaria, y se la dediqué a papá. Fue feliz al leerla, y a la noche siguiente me trajo mis dulces favoritos, aunque quizá eso no te interesa. ¿Qué te voy a decir, si apenas nos conocemos? Fuiste mi abogada, sí, pero una horrible abogada. Eso te enorgullece, ¿verdad? Porque gracias a no esforzarte en defendernos y solo a inculparnos nos tienes aquí, en esta especie de clase, escribiéndote una carta. ¿Quieres saber cómo me haces sentir, verdad? Eso es lo que usualmente se expresa en una carta, pero quizá ya sabes cuáles son mis sentimientos por ti. Sabes que nunca tuve una madre, que siempre fuimos solo papá y yo. Que el único contacto físico que tuve a lo largo de los años fue el de mi padre. Ni siquiera me pude abrir a mi nueva amiga de secundaria, a la que lamentablemente no acabé de conocer del todo gracias a ti. Pero ahí estuviste tú, siendo la única en este escalofriante lugar en brindarme un abrazo y en limpiar mis lágrimas, aprovechándote de mi vulnerabilidad. Pero mi problema eres tú, Agnes, eres la principal culpable de que mi corazón esté hecho pedazos. Te tengo miedo, pero a la vez me haces sentir tranquila. Es como si poco a poco mi mente y mi cuerpo estuviesen aceptando el hecho de que jamás saldré de aquí y que seré tu juguete hasta que muera, no sabiendo nunca qué me harás. Balto me odia, y no me atrevo a mantener una conversación con alguien, porque tú provocaste que la ansiedad me consumiese. Incluso ahora, que quiero ser lo más sincera posible teniendo la oportunidad, estoy aterrada y temblando. ¿Y si usas estas palabras en mi contra? ¿Me harás daño, quizá otra persona pague por mí? ¿Será que me matarás llenándome de dolor, Agnes? Las palabras son demasiado poderosas, y me hiciste ver que hay que usarlas con todo el cuidado del mundo, o si no puedes romper a alguien, o hasta romperte a ti mismo. Esos pensamientos me apuñalan el corazón constantemente, pero, ¿sabes qué? He decidido no prestarle más atención, esperando que algún día desaparezcan. No podré evitar que me hagas daño, tampoco que me mimes como si nada. Claramente prefiero la segunda opción, pero mi yo que ha alcanzado ya los quince años de vida ha acabado de comprender que el mundo es realmente cruel e injusto, y que tener esperanzas solo sirve para recibir disgustos y decepciones. Porque al final, el sufrimiento aquí prevalecerá, y tú lo disfrutarás. Solo sueño con que, sin saber si es posible, llegar a renacer lejos de ti y disfrutar de lo que es llamado “Vida”. Tener el futuro que ahora no tendré, con el mismo padre bueno que tengo ahora y extraño con fuerza. Realmente lo extraño. Con toda sinceridad, Aimi.
Escribir una carta mientras ves como maltratan a alguien frente a tus ojos no ha de ser fácil, pero Aimi ha sido fuerte como para concluirla, me siento hasta orgullosa de que Agnes le enseñara bien (?) Y ha de extrañar mucho a su padre, y con Balto que es tan odioso con ella no es que esté muy bien acompañada, ojalá encuentre amor y calor con otros prisioner@s </3
Esto está escrito de forma tan bonita que duele, porque haces que las palabras suenen muy sinceras, no sé como explicarlo pero siendo verdadera lástima por Aimi. Veo que haces que sincere en la carta y la verdad, no la culpo, con sus quince años en esa situación, es obvio que va a querer decir lo que siente. En realidad, cualquiera querría decir lo que siente, porque nunca sabes cuando vas a morir en esa situación y al final nadie quiere morir sin haber dicho todo lo que ha pensado. El caso es que Aimi me ha dado muchísima pena aquí, porque ella es consciente de que Agnes es mala y la está utilizando, como al resto, pero aun así no puede hacer nada para evitarlo y tiene que seguir haciendo lo que ella quiere, seguir siendo su juguete, porque no tiene otra escapatoria, porque nadie en su sano juicio desobedecería a alguien como Agnes (aka Connie (?) Bueno, me ha gustado mucho esta carta Sweet. Me ha parecido que está escrita de manera muy linda y muy sincera, me hace querer abrazar a Aimi y sacarla de ahí y decirle que todo está bien y llevarla con su padre, pero bueno... eso es imposible, of course(?) Y sabes que nunca me voy a cansar de decirte que ojalá pueda leer más cosas tuyas, preciosa <3
Si ya leerlo la primera vez me rompió el alma, hacerlo después de un par de meses y recordar el sufrimiento de mi pobre niña en la bañera me encoge el corazón, te lo prometo. Creo que en este fic en específico has logrado expresar tanto que se nota un montonazo la mejora, te lo digo en serio. Y teniendo en cuenta que este ha sido tu último fic creo, pues gurl, Im so proud of u. Me dio tantísima lástima la mala suerte que tuvo Aimi. Que todos sus compañeros se fueran alv y solo quedase Alice, que encima también la trata mal. Aimi solo se merece lo mejor, solo hay que mñleer esta cartita para sentir todo el sufrimiento que la pobre esta pasando. Es tan fuerte al ser capaz de escribir tanto después de lo de Laila que la admiro un montón, sobre todo sabiendo que tan solo tiene quince añitos. Lograste hacer un personaje genial Mary, te lo aseguro <3 Ahora imaginémonos que Aimi es feliz con papá Yato y están comiendo sus dulces preferidos y que nada de esto pasó, porfa pls uwu (?)
Hey, bby girl <3 Ay, aún recuerdo a Aimi y shoro. Ella era, por lejos, la que menos merecía estar en dmw. Quizá sea injusto decir algo así habiendo otros cutie pies ahí encerrados, but dunno, men. Aimi era pequeña, una niña apenas, y haber acabado allí luego de perder a su papá y tal es demasiado doloroso. Porque imagino a los demás, la mayoría con sus parejas y cierta edad encima como para contar con los recursos necesarios para afrontar la situación, aunque a veces les saliera para el culo bc damn, esa cárcel era el sufrimiento personalizado. Aimi, sin embargo, había perdido de entrada a la única y más importante persona en su vida, y estar ahí tan sola, tan asustada, siendo apenas una niña... Es demasiado cruel, u know? Pero bueno, creo que si algo me alegra de que dmw se haya cancelado es de haberme ahorrado tener que ver a Aimi en la jaula, luchando y quizá hasta muriendo. Habría sido algo demasiado, pero demasiado feo. De cierta manera me recuerda a Rach, y su batalla final en la cueva y al final cómo acabó perdiendo la vida, siendo tan solo una niña... Fuck. Me gustó mucho la cartita, cutie pie, y se me hizo muy interesante cómo Aimi es consciente de la clase de persona que Agnes es pero aún así no consigue despegarse de ella ni evitar sentirse tranquila, como bien dice, cuando la consuela o la mima. No quiero imaginar cuán frustrante debe ser tener frente a ti a la persona causante de todo tu sufrimiento y que, aún y todo, sea también la persona que logra calmarlo. Ugh, pinche Agnes.
