Explícito de Naruto - ¿Fría?

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Insane, 30 Mayo 2018.

  1.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

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    Escritora
    Título:
    ¿Fría?
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4908
    Autor: Caótica/Insane
    Título: ¿Fría?
    Tipo: One-shot/explícito.
    Género: De verdad que no sé.
    Advertencias: Pareja poco concurrida por mi persona, así que les imploro piedad. Además de eso, es un intercambio que hice con Nahi Shite para que ella cumpliera un capricho mío yo cumplí uno suyo ♥

    Sin más, espero disfruten esto tanto como yo escribiéndolo.



    [​IMG]



    Su día había comenzado completamente en paz, limitándose a escuchar las aves mientras descansaba del entrenamiento independiente que había iniciado. Visualizó su alrededor y se sintió aún más tranquilo. Los árboles se movían acorde el viento y se escuchaba el sonido del agua caer en la pequeña fuente decorativa.

    Planeó su día completo después de dirigirse al baño y ducharse. Pues no tenía ninguna misión, es más, estaría libre de ellas hasta que Tenten sanara de su tobillo. Ya había utilizado la mañana para entrenar, tal vez dedicaría su tarde a leer un libro, o saldría a dar una vuelta para cerciorarse que todo estuviera calmado.

    Pero sus planes dieron un cambio rotundo al dirigirse a la puerta principal de la propiedad Hyüga.

    —Hinata-sama.

    La Hyüga apretó los puños en señal de enojo, lo cual le sorprendió hasta que detalló la figura masculina que estaba frente a ella. Permaneció inerte al presenciar el cómo su prima cerraba la puerta con fuerza. Jamás la había visto comportarse de esa manera; denotó cómo al voltearse y apoyar su espalda contra la puerta tenía las mejillas encendidas en un rojo intenso, el cómo mordía su labio inferior con fuerza y apretaba sus grandes ojos.

    Furiosa, lo estaba. No pudo evitar que se escapara una sonrisa leve de sus viriles labios, y no es que disfrutara verla molesta ni mucho menos, solamente se le escapó ante esa aura furiosa que reflejaba abiertamente, sin pudor alguno, bueno, tal vez si le causaba gracia verla molesta.

    —¿Nejinii-san?

    El mencionado dio vuelta sobre sus talones con disposición a marcharse, pues meses atrás había prometido no comentar nada sobre aquella relación que ella mantenía con el Uchiha, y más porque él insistió en que lo pensara mejor, pero fue cruelmente ignorado, y por lo tanto no opinaría nada al respecto sobre lo que acababa de ver.

    Hinata caminó hacia él y sujetó la tela de su camisa desde atrás, haciéndolo parar su caminar.

    —Hinata-sama, no opinaré nada al respecto, no se preocupe.

    La Hyüga desvió la mirada, pues necesitaba un consejo, una ayuda, un auxilio que no podía pedirle a nadie más. Pues Sakura probablemente aprovecharía la oportunidad para estar con Sasuke, Ino se lo contaría a toda la aldea, y Tenten no parecía tener experiencia al respecto.

    Tragó pesado al darse cuenta, por segunda vez que no podría comentarle la situación ni a Naruto, Shikamaru, Kiba, o Shino, pues no se imaginaba pidiendo un consejo al respecto, pero Neji, Neji era su protector, su cuidador y su confidente. Él no le diría a nadie lo que a ella tanto la atormentaba.

    Nerviosa apretó el agarre en la tela sujetada, llenándose de valor para tratar de solucionar el problema que tenía con su ex pareja. Llevó su mano libre al cierre de su chamarra y habló como si la voz pendiera de un hilo; fue tan suave la fuerza que ejerció en sus palabras que si no fuera por el constante silencio del lugar no se hubiera entendido claramente.

    Los orbes perla se tornaron escépticos ante la confesión de la primogénita de la familia, fatigándose mentalmente por modificar las palabras que ella había soltado como una confesión vergonzosa por su recién relación con Sasuke Uchiha, y vaya que había aguantado bastante por no perder los estribos de ir a hablar con aquel hombre sin pudor. Suspiró y negó con la cabeza al volver en sí, suavizando su expresión y dándose vuelta.

    —Fría Nejinii-san —sus pómulos se encendieron en un rosa intenso mientras apretaba los puños con más fuerza—. Él dijo que era una mujer f-fría en la cama.

    —Hinata-sama, creo que se equivoca de persona para dialogar un tema como ese.

    Ella dudó por instante, pero se fortaleció en el mismo al no soltar la tela, y en vez de eso deslizar su pequeña mano para hacer firme el agarre mientras negaba varias veces con la cabeza. Había crecido como persona, como mujer y como ninja.

    —N-no, Nejinii-san —susurró convencida de que él era la ayuda que necesitaba—. No estoy equivocada —remarcó y lo soltó para chocar el color grisáceo entre sí—, deseo saber, yo… qué hay de malo en mí, al llevar eso a cabo.

    Neji la detalló ambivalente ante aquellas palabras, y aquella firmeza en las mismas. Realmente él era un joven experimentado por a ver prestado su servicio a anbu después de la guerra, pero, no quería que ella lo supiera, y menos, ser él el guía a aquel análisis de una relación sexual en la cama.

    —Somos primos —susurró convencido de ello, a lo cual Hinata tragó pesado mientras las lágrimas la invadían sin tregua alguna, alarmándolo—; Hinata-sama…

    No es que a la primogénita no le importara que fueran familia, pero solo necesitaba una ayuda para saber su error, y él era la única persona que podría brindársela, así tal vez, podría volver con Sasuke y demostrarle que su relación podría funcionar al ella detectar el fallo.

    —Está bien —murmuró y soltó su prenda superior—. Bu-buscaré ayuda en otra pa-parte.

    El hombre enarcó una ceja al detectar sinceridad en sus palabras, sujetándola de la muñeca para impedir que al darse vuelta se fuera.

    —Hinata-sama, no debe ser apresura con esos temas —ella se quedó escuchándolo con la cabeza baja, avergonzada de verse como una desesperada, pero lo estaba, y necesitaba que alguien le ayudara.

    Ella subió sus ojos lúgubres hasta los de él, esperando alguna palabra más, la cual no apareció sino hasta después de unos minutos de eterno silencio.

    —Si va a arriesgarse a hablarle a alguien más, prefiero ser yo el que la guíe Hinata-sama.

    —¿Hoy?

    —¿Hm?

    —Que si hoy, Nejinii-san —jugó con sus dedos por un instante—, ¿puede ser hoy?

    Él dudó y pensó en una manera de guiarla sin llegar a lastimarla en el proceso. Tal vez, solo debía resolver sus dudas y todo terminaría ahí. Y aunque no estaba de acuerdo en que volviera hacia donde aquel Uchiha que la había humillado verbalmente con aquellas palabras, la apoyaría, al fin y al cabo era su protegida.

    —Mañana Hinata-sama —concluyó, pues utilizaría la noche para realizar una estrategia en su cabeza, sobre cómo y de qué podría hablarle para hacerla caer en cuenta de su comportamiento frío, si es que éste existía y no era más que una excusa de Sasuke—. Mañana…



    Y esas habían sido sus palabras, pero al encontrarse en la habitación con la vista al techo no estaba tan convencido, porque de una u otra forma debía pedirle a su prima que le describiera el cómo concebía el acto sexual con Sasuke, y no se sentía preparado para un relato de tal magnitud. Pasó saliva con dificultad y ocultó sus ojos con su antebrazo izquierdo; si tan solo se le ocurriera algo breve para analizar la situación…

    Divagando en su cabeza se durmió profundamente.



    Al transcurrir la noche y despertarlo el sonido de la mañana con los animales cantando fuera de su ventana se levantó, realizando su rutina de la mañana, la cual consistía en ducharse si no entrenaría ese día, desayunar y cepillarse.

    Cuando tendió su cama y volvió a salir hacia el centro de los aposentos Hyüga la vio entrenar, golpeando el tronco desde diferentes posturas. Se quedó de pie observando sus movimientos, el cómo su cabello azabache se mecía acorde los movimientos de su cuerpo. Su piel porcelana brillaba por el sudor que resbalaba desde su frente hasta su mentón.

    —¿Fría? —susurró para sí mismo, porque observándola entrenar no reflejaba más que un calor intenso.

    Notó como ella respiraba agitadamente y bebía un sorbo de agua para hidratarse.

    —Hinata-sama.

    La mencionada volteó torpemente, con las mejillas encendidas al no percatarse de que estaba siendo observada.

    —Nejinii-san.

    El mencionado le dedicó una sonrisa amable, orgulloso de verla entrenando con tal dedicación. Al parecer sus entrenamientos estaban dando frutos.

    —Felicidades Hinata-sama, su postura ha mejorado considerablemente —caminó hasta ella y centró su atención en el tronco, señalando algunas marcas con hundimientos en el mismo—. Está mejorando su precisión.

    La mujer esbozó una sonrisa llena de alegría ante aquellos elogios.

    —Sasuke-san —susurró provocando que Neji frunciera el ceño de manera imperceptible para ella—. Me ha enseñado un poco.

    —Me imagino, Hinata-sama —la jovencita dio un respingo al sentir el sarcasmo en sus palabras, recordando el pedido entre lágrimas que le hizo el día anterior.

    Definitivamente no le haría el favor con aquel comentario fuera de lugar, o tal vez pensaba que ella era una completa tonta, una perdedora al aferrarse a saber su error sexual al no satisfacer al gran Uchiha, pero Neji, Neji no pensaba nada de eso. Ella estaba rotundamente equivocada.

    —Nejinii-san, e-es hoy —. El Hyüga permaneció en silencio, esperando que ella prosiguiera con sus palabras—. A-ayer lo prometiste.

    Él notó como sus pómulos se enrojecieron más de lo normal, pero aun así él no titubeó, manteniéndose tan sereno como siempre.

    —Eso prometí Hinata-sama —comentó al recordar a ese hombre egocéntrico—. Y eso haremos.

    Hinata se sorprendió y levantó su mirada hasta la de él, entusiasmada. Por fin sabría su desagradable equivocación para terminar siendo una dama de hielo en las sábanas, y podría solucionarlo, tal vez así, Sasuke la valoraría más. Cabeceó ligeramente como respuesta y lo vio darse vuelta, alejándose.

    Debía prepararse para el análisis de su primo. Tomó el termo de agua y caminó hacia su cuarto, pues se daría una ducha de agua caliente para quitarse el sudor, y se colocaría su ropa usual. Al salir de la ducha observó dudosa una libreta sobre su escritorio, cogiéndola con un lapicero. Así no olvidaría ningún detalle, y tal vez, Neji la elogiaría por tomar apuntes.

    Al secar su cabello lo recogió en una coleta alta para evitar que el calor intenso del verano la afectara más de lo normal.

    Hinata salió de su habitación con el cuaderno en mano, espiando los pasillos para cerciorarse que nadie estuviera cerca. Al parecer para su suerte así era, ya que Hiashi se encontraba en una reunión con la hokague y los ancianos; y su hermana, acababa de salir a una misión, y los otros miembros no eran de preocupar.

    Tragó pesado al sentir como si fuera hacer algo malo, dándose ánimos, porque solo sería información confidencial sobre ella misma, que tenía el derecho a saber, y Neji, sería la llave a eso, él era un genio al fin y al cabo.

    Caminó apretando contra su pecho el cuadernillo de apuntes con el lapicero de conejito en la parte argollada de éste. Ascendió su mirada hacia el nombre de la tarjetilla en la puerta.

    <<Nejinii-san>>

    Tocó dos veces con su puño de manera suave.

    Neji abrió la puerta y le fue imposible ocultar su sorpresa al verla ahí de pie, como una estudiante que va el primer día a la escuela ninja.

    —¿Hinata-sama? —Neji notó el brillo en sus orbes—. Yo me refería a hoy, pero no en mi habitación, si no en la sala de té.

    —im-imposible, Nejinii-san —apretó la libreta mientras recolectaba el valor para hablar—. Esto, nadie puede escucharlo…

    El ninja captó de inmediato, siendo cierto su argumento. Era un secreto que él había aceptado guardar, y entre más confidencial fuera, más segura se sentiría ella. Además de que a su habitación solo solía ser visitada por Hanabi y Hiashi, y al éstos no estar, nadie interrumpiría su análisis.

    Neji dialogó en su cabeza las posibilidades de una victoria asegurada para detectar el problema de su prima, además, de que él la respetaría hasta el más mínimo centímetro, así que no había nada de qué preocuparse.

    —Siga, Hinata-sama.

    La kunoichi ingresó y él cerró la puerta, quedando ambos dentro. Los orbes lúgubres se pasearon detallando los rincones de la habitación, ya que nunca había llegado a entrar en ella. Recorrió los rincones con su mirar. Estaba perfectamente organizado, y con un diseño sencillo, entre colores blancos y cafés; la cama y un escritorio con la silla correspondiente, además del cuarto de baño.

    —Siéntese Hinata-sama.

    La mencionaba avergonzada se sentó en la colcha, recordando lo que traía en manos, pasando la portada dura de muñequitos para llegar a la página en blanco, quitándole la tapa al bolígrafo infantil. Neji arrastró la silla del escritorio y se sentó frente a ella. Entre más rápido detectaran la frialdad en la Hyüga, de la cual habló el Uchiha para dejarla, terminarían más rápido.

    —¿Y bien?

    —¿Hm?

    Neji asintió con calma, señalando la libreta.

    —O-oh, sí, Nejinii-san… —tomó aire mientras pensaba el cómo expresar su rol en la sexualidad sin desmayarse en el intento—. No-nosotros iniciamos con besos —.Neji rio levemente, haciéndola enrojecer en exceso—, no es gracioso, Nejinii-san.

    —Lo lamento Hinata-sama, pero es normal iniciar con besos, no hay nada frío en ello.

    Los ojos opalinos se llenaron de alivio, al menos no iniciaba mal el acto con el Uchiha. Anotó concentrada ese apunte.

    <<Inicio de besos, en orden>>

    —Pero Hinata-sama, ¿cómo son los besos?

    Ella dio un respingo al recordar el cómo su ex novio la arrinconaba y reclamaba sus labios con violencia, y aunque no negara que le gustaba, de vez en cuando pensaba que podían iniciar de una manera distinta.

    —Agre-agresivos —su rostro ardió violentamente y Neji permaneció tranquilo, analizando su situación.

    —¿Siempre son agresivos?

    Tímidamente respondió su cuestión.

    —Si lo hacemos, sí…

    Neji la observó taparse el rostro, meditando su diálogo.

    —Y después Hinata sama, ¿qué sucede?

    Ella miró su primer párrafo de apuntes al recordar el cómo la despojaba de su ropa.

    —Des-desnudarnos.

    —¿Él a usted?

    —Sí.

    —¿Cómo lo hace?

    Ella raspó su labio con sus dientes y él lo notó, estaba nerviosa y avergonzada de hablar al respecto, pero más era su valor por querer encontrar su fallo.

    —Me quita la blusa, Nejinii-san —pausó y paseó los ojos en el suelo, esquivando los orbes idénticos a los suyos—, después el pantalón y me suele voltear con-contra la pared para quitar mi ropa interior.

    Neji descansó su rostro en la palma derecha de su mano al identificar el tipo de sexo que buscaba y encontraba Sasuke en ella, enmudeciendo su enojo suspiró.

    —¿Hinata-sama no lo desviste a él?

    Ella asintió con la cabeza gacha, entendiendo él inmediatamente que era mutuo el proceso del despoje de las prendas, así que no era como si Sasuke hiciera todo el trabajo. El error tampoco estaba ahí.

    —Continúe.

    Ante su permiso de continuar ella apuntó su segundo punto, confiada.

    <<Despoje de ropa, en orden>>

    —Luego de eso… él —cerró los ojos al sentir que su rostro se incendiaba—. Me penetra.

    —¿Disculpe?

    Ella avergonzada y dudosa abrió sus párpados, observando el cómo el pasible rostro de Neji se encontraba en una mueca de completo desacuerdo con su relato, pero no, ella no estaba inventando.

    —Nejinii-san, es cierto lo que digo.

    —No la estoy tratando de mentirosa Hinata-sama, me refiero a que —carraspeó dudando en soltar aquella pregunta, pero debía, era necesaria—. ¿No tienen sexo oral?

    La vio dar un respingo mientras apretaba la libreta entre sus manos, negando apresuradamente ante aquella pregunta sorpresa. Tal vez ahí estaba el error. Uno de tantos.

    —N-no.

    El genio escéptico se acercó.

    —Hinata-sama, ¿a usted sentido el orgasmo? —al ver su cara de pánico se apresuró a calmarla, tratando de convencerla de que no era algo alarmante, pero si un punto que se debía tener en cuenta—. No se sofoque Hinata-sama —habló en voz baja, controlando aquel gesto de terror en ella.

    El silencio abarcó por un momento largo la habitación, al ella escribir en la libreta.

    <<Orgasmo, error>>

    Neji torció los ojos.

    —No es su culpa no tener un orgasmo, él debe provisionárselo, o al menos, llevarla al borde de éste.

    Quizás se estaba adelantando, o tal vez sacando conclusiones apresuradas, pero es que era tan obvio el tacto que requiere una mujer para llegar al goce que se le hacía inaudito que un hombre con tanto ego no lo supiera, o hiciera caso omiso a ello. Aunque era Sasuke Uchiha, un malcriado egoísta.

    —Nejinii-san, estás muy serio —habló de manera cautelosa—. ¿Qué debería ha-hacer?

    —Decirle que la fría no es usted, el insensible es él.

    Hinata abrió sus orbes en demasía llevando sus palmas a su boca para ahogar la expresión ante sus palabras. Neji se encogió de hombros, negando con la cabeza ante la mueca de sorpresa que ella expresó, pues lo difícil realmente sería convencer a su prima de ello.

    —Creo que ya encontramos el error Hinata-sama —notó el cómo ella negaba su afirmación. Terca, definitivamente lo era cuando se lo proponía.

    —N-No, Nejinii-san, él lo ha-hace muy bien.

    El curveó una ceja al verla tan decidida, pero adorable en igual medida.

    —¿En serio, Hinata-sama?

    Ella se percató del sarcasmo en aquella pregunta, asintiendo con fuerza de manera afirmativa, porque sentía que el error pertenecía a ella, y sólo a ella.

    —Demuéstrame que me e-equivoco Nejinii-san.

    <<Oh, Hinata-sama, eso es más sencillo de lo que usted cree>>

    —Me niego.

    Ella hizo un mohín, indignada porque rechazara aquel favor que le pedía tan enternecidamente. Dejó la libreta a un lado con el lapicero y apretó la tela de las sábanas, susurrando.

    —N-no podré estar con Sa-Sasuke-san si no soluciono mi fallo orgánico.

    Neji incrédulo por tal afirmación frunció el ceño, provocando que ella esquivara su mirada avergonzada. Él estaba pensando, meditando. Si no la ayudaba y se levantada para salir de la habitación probablemente no le volvería a dirigir la palabra, pero eso conllevaba un riesgo. Que ella buscara a alguien más, y éste se aprovechara de su inocencia e inexperiencia. Tal vez, la dejarían más acomplejada de lo que ya estaba en ese momento.

    —¿Si te ayudo dejaras de atormentarte, Hinata-sama?

    Sus orbes perlados se centraron en la mirada seria de él, brillando ante su pregunta. Asintió brevemente, desglosando sus pensamientos, pues aprendería algo nuevo que solucionaría sus problemas con su ex pareja. Neji volteó parcialmente su rostro y divisó por la ventana el cielo azul, probablemente serían las 2:00 de la tarde. ¿A qué hora llegaría Hiashi?

    —¿Segura?

    —Sí, Nejinii-san —habló decidida, con las mejillas encendidas violentamente.

    El Hyüga carraspeó. Dudoso la sujetó del mentón y notó como ella dio un respingo por el contacto.

    —Hinata-sama, ¿de verdad está segura?

    —Estoy segura.

    Aquella respuesta veloz, sin titubeos ni tartamudeos lo convenció.

    —Entonces, iniciemos.

    La mano posada en su mentón acarició su mejilla derecha, mientras iniciaba besando la izquierda. Hinata sintió extraño el contacto ante la suavidad sobre su piel, cómo si pudiera quebrarse en cualquier momento. Tragó pesado al ver cómo se alejaba para juntar su frente con la de ella, teniéndola expectante.

    —Primero, cerciorémonos de que verdaderamente no hay un error en los besos.

    Ella asintió al ver la libreta de reojo, tal vez si deberían seguir un orden. Él aún no muy convencido se aproximó, teniéndola a unos centímetros de sus labios esperó ver duda en sus ojos, pero lo único que aquellos reflejaban era templanza en sus decisiones.

    —Nejinii-san —suspiró y él selló sus labios viriles con los rosados de ella. Hinata se sintió desfallecer por la suavidad de la carne que apresaba la suya. La kunoichi dio permiso a la intromisión de su lengua, y él la recorrió con los ojos entreabiertos, notando la expresión de estremecimiento en su rostro.

    Ese beso era completamente diferente al que solía depositar Sasuke; éste tenía una sensación de dulzura y candidez no conocido antes. Neji se separó al notar la respiración agitada en el pecho ajeno.

    —Hinata-sama, ¿se encuentra bien?

    —Continuemos, Nejinii-san.

    Hinata fue ahora la que se aproximó a él de manera torpe, implorando con su mirada que tomara sus labios de nueva cuenta, porque quería volver a sentir la sensación cálida al ser besada. Neji de manera calmada acarició sus hombros, deslizando la cremallera de la sudadera para tener sus brazos desnudos.

    Acarició desde sus hombros hasta sus muñecas y se volvió a unir a ellas. La temperatura corporal de la primogénita era elevada, nada congelada.

    Un suspiró salió de las cuerdas vocales de Hinata, erizándolo al chocar el cálido aliento contra su boca. Hinata no podía creer que con solo un beso y una caricia en sus brazos emitiera tal ruido. Neji la sujetó de la cintura para permitirse bajar por su cuello, sin dejar ninguna marca en ellos esparció sus cándidos besos.

    —Cierre los ojos.

    La vos gruesa la relajó como música clásica, obedeciendo. Él se levantó de la silla y apoyó su rodilla en la colcha, provocando que Hinata se curveara ante la sensación que él provocaba al jugar con el lóbulo de su oreja.

    —Nejinii-san —aquel suspiro lo hizo tensarse, contenerse. Se alejó un poco de ella y le soltó el cabello que anteriormente tenía amarrado.

    —Hinata-sama, necesito su permiso para llegar al núcleo de su "error".

    Ella asintió y él despabiló el grisáceo oscuro en su mirar. Hinata embelesada por aquella oscuridad en sus ojos mordió su labio inferior, de manera inconsciente.

    Neji la besó nuevamente y la levantó con un solo brazo, mientras con su otra mano deslizaba sus prendas, desnudándola en un breve instante. Hinata no pudo evitar preguntarse el cómo él tenía tanta maestría para desnudarla sin ella ni siquiera darse cuenta. Los Hyüga se miraron por un instante hasta que él la acostó sobre la mullida cama, deslizando sus dedos por los pliegues.

    Sasuke nunca había tenido en cuenta acariciarla de semejante manera.

    —Hinata-sama —murmuró en su oído y lamió el cartílago de éste—, cierre los ojos, por favor.

    Ella obedeció con el rostro violentamente enrojecido y la respiración acelerada, abriéndolos del golpe al sentir un soplido suave en su ombligo.

    —Nejinii-san —gimió al verlo entre sus piernas. Él tan solo curveó sus labios en una sonrisa ladina que la desconcertó hasta que lo vio pasar la lengua por su centro. Inmediatamente sufrió un espasmo, elevándo su espalda ante la corriente que la sacudió por un breve instante.

    Neji no era nada primerizo en ello.

    Hinata cerró sus orbes con fuerza ante los movimientos que hacía maestramente en su centro, reduciéndose aquellos movimientos al encontrar por sus reacciones el punto cúspide, y al chupar, lamer y presionar ella no pudo aguantar más.

    Neji se levantó y Hinata exhausta lo miró.

    —Ya ve Hinata-sama, que el error no es usted, es él.

    Hinata recorrió su cuerpo. Él estaba completamente vestido, y perfectamente en su compostura calculadora, haciéndola dudar de sobremanera al notar sus venas brotadas.

    —Nejinii-san —murmuró y él carraspeó al sentirse indudablemente excitado.

    —¿Sí? Hinata-sama.

    Deseaba besarlo, devorarlo. Tímidamente se levantó, cubriendo su cuerpo con las sábanas para acercarse a él. Neji permaneció inmóvil, ya le había demostrado su equivocación en lo que ella tanto se esmeró en confirmar. Hinata apretó la tela de su camiseta sintiendo la dureza de su abdomen, estrujándose internamente por tal pensamiento que se negaba a abandonarla ya en ese punto.

    Contra todo pudor se empinó y capturó los viriles labios.

    Neji escéptico tardó en corresponder, pero finalmente lo hizo. Dios, ella no tenía nada frío. Sus pequeñas manos soltaron la sábana y se aferraron a las solapas de la camisa, haciéndolo retroceder hasta chocar con la pared. Hinata se estremeció al sentir sus manos firmemente en sus caderas.

    Él estaba perdiendo todo control en la situación, siendo esta era la primera vez que se dejaba arrinconar por una mujer.

    Hinata se separó de sus labios y besó su cuello, erizándolo.

    —Nejinii-san —murmuró con los labios tan apetecibles como algún fruto rojo—, quí-quítatela.

    Su ansiedad no pasó desapercibida por él, que si estaba perdiendo el control, Hinata ya lo había perdido hace mucho. Al ver que no se movió ni un centímetro rogó, como si de un sufrimiento de tratara.

    —Por favor…

    Él esta vez obedeció y se quitó la prenda superior.

    —Hinata-sama, ¿qué prosigue?

    Ella, abochornada escondió su rostro en la curvatura de su cuello, empinándose nuevamente para susurrarle con la voz temblorosa.

    —Caricias.

    —¿Dónde? —el deslizó sus manos por sus mejillas y volvió a cuestionar—, ¿aquí?

    —No.

    Sus manos se deslizaron por toda su columna vertebral, llegando a los lumbares.

    —¿Así?

    —No —un jadeo escapó al sentir los movimientos circulares sobre su delicada piel.

    Neji relamió sus labios y la sujetó del mentón, mientras con su mano libre la cargó hasta el escritorio, regando lo que había sobre el al caer en el mármol, la sentó en la madera y se acomodó en mitad de sus piernas. Observó aquellos orbes idénticos a los suyos; estaban infestados en candidez y expectativa.

    —¿Y acá, Hinata-sama?

    Capturó sus senos entre sus manos y los masajeó sin perder ni un segundo el contacto visual. Ella gimió dulcemente y él sujetó el par de botones rosados, pellizcándolos con sutileza.

    —Nejinii-san —se sintió derretir sobre el escritorio.

    —Responda —se inclinó y mordió su hombro, presionándola.

    —Sí, Ne-Nejinii-san —él desestabilizado la calló de un pasional beso, acariciando, estirando, pellizcando y apretando aquel par de senos.

    La sensación que ambos sentían los estaba carcomiendo, hirviendo. Y esta vez no era por el verano. Hinata tiernamente recorrió su abdomen hasta la atadura de su pantalón, buscando desesperadamente el desprenderlo, y así lo consiguió.

    No podían parar, ya lo que hacían era poco para lo que sus cabezas deseaban.

    Hinata sintió la longitud contra su pelvis, tensionándose.

    —Hinata-sama —su voz sonó más como un gruñido que como una mención—, por favor, guarde silencio para que no nos escuchen.

    Ella asintió al oír un par de voces en el pasillo, raspando su labio inferior al sentir el inicio abrirse paso. Dios, que sensación más deliciosa la que su cuerpo experimentaba al estar con él.

    Neji al ingresar su falo la besó por el gemido que soltó ante la intromisión de un nuevo tamaño en sus adentros. Ella se aferró desesperada con sus uñas en la amplia espalda, tratando de corresponder a aquellos labios que proclamaban su coordinación. La primera envestida fue suave pero intensa, la segunda fuerte y vigorosa, y la tercera agresiva y potente.

    —Shh, Hinata-sama…

    Ella nunca se había sentido desfallecer de semejante manera. Las caricias, los besos, las penetraciones. Todo era diferente, era maravilloso.

    Hinata sintió como las embestidas cada vez eran más veloces, escudriñando su interior hasta llevarla al éxtasis. Se retorció en sus brazos, quebrándose de placer. Neji continuó hasta quebrarse también.

    —Nejinii-san —murmuró en un hilo de voz suave. Aún su vista se encontraba nublada por el golpe de su segundo orgasmo—. Y-yo, ¿no soy fría?

    —No lo es, Hinata-sama —besó cariñosamente su frente—. Usted no tiene ni una partícula de su cuerpo con esa temperatura.



    Su temperatura corporal ascendía cómo si metafóricamente saliera humo de su cabeza, y claro, no era para menos al a ver convencido implícitamente a su primo a demostrarle que la equivocada, al final no era ella, si no Sasuke.

    Dio vueltas en su cama tapándose el rostro de tan solo recordar la acalorada tarde del día anterior, no creía poder volver a verlo a los ojos. Por Dios, ¡definitivamente no! Estaba pensando seriamente en cambiar el horario de entrenamiento para no encontrárselo. Tal vez él pensaba lo mismo.

    ¿Pero y si no?

    Golpeó su rostro con la almohada al darse cuenta que en realidad deseaba volver a sentir aquellas sensaciones que sólo el llegó a aprovisionar.



    Al llegar el nuevo día se enteró por su hermana menor que Neji había salido a una misión, así que liberó todo el aire de sus pulmones como si sólo contuviera una maraña de nervios dentro. Caminó hasta el dojo para disponerse a entrenar, tal vez de esa manera podría despejar su mente de los sucios pensamientos que la zarandeaban constantemente, y no, esta vez no pensaba en ir a arreglar las cosas con el Uchiha, ahora solo su primo invadía su cabeza taladrándola con aquella tarde de recuerdos.

    Cuando se dispuso en un ochenta por ciento a entrenar su corazón se detuvo por un instante, al chocar los orbres idénticos entre sí. Neji permaneció estático por un instante.

    —¡Ey Neji, trae también el pergamino!

    La voz de Lee los sacó del trance.

    —Buenos días, Hinata-sama.

    —Bu-buenos días, Nejinii-san —la kunoichi sintió su rostro arder y miró el suelo mientras su primo continuaba su paso hacia la alcoba.

    El Hyüga al encontrar la pertenencia faltante bajó nuevamente, observando a Hinata aún inerte y con el corazón en la mano por la posición nerviosa que había adoptado. Cuando se dispuso a salir sintió un agarre de la camiseta por la parte de atrás, igual que aquella vez que le pidió ese extraño favor.

    —Hinata-sama —habló suave al recordar que Tenten y Lee lo esperaban afuera—. ¿Sucede algo?

    Ella tragó pesado, castigándose mentalmente por lo que sus labios rosados estaban a punto de emitir.

    —La frialdad Nejinii-san, volvió a aparecer y de-debemos arreglarla.

    Neji apartó las pequeñas manos con delicadeza, volteándose para mirarla a los ojos. No podía negarlo, él también tenía ganas de enseñarle más, y al ver aquellas mejillas carmín tomó el rol descarado de corresponder a aquellos sentimientos inmorales.

    —Espéreme despierta Hinata-sama…
     
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    Rahzel

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    ¡Hola! Mira que pocas veces encuentro fic de estos dos por el hecho de ser primos ¡Me ha encantado! Sasuke es un idiota ¿Decir que Hinata es fría cuando emans tanto calor y amor? Seguro tuvo algún fetiche que ella no quiso cumplir y ya le dijo eso ewé

    Me encantó la narración y como ella tan tímida logra abrirse con su primo. El detalle de tener todo en la libretita me pareció una ternura ¡Qué linda que es Hinata! Y Neji pensando que alguien se va a aprovechar de ella xD cuando es el único aprovechado e.é

    Lo disfruté muchísimo y con ese final, da para la visitas nocturnas xD

    ¡Un abrazo!
     
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    Tarsis

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    JOJOJOJO, que crack tan crack. Sasuke es un bruto, punto. Tomó lo que quiso de ella, luego la desechó y ni siquiera la hizo disfrutar como debería. PERO, para eso ella tiene a otro hombre tan completo bajo su mismo techo.

    Me encantó, me encantó cada paso. Y las descripciones.
     

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