Fantasía ¿Celos de un diccionario negro?

Tema en 'Relatos' iniciado por Brunchi, 16 Abril 2018.

  1.  
    Brunchi

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    Título:
    ¿Celos de un diccionario negro?
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2278
    «La diferencia de madurez como también las rivalidades a veces llegan a exasperar, pero si eres de un gran corazón a pesar de todo, aguantarás las tonterías de tus amigos».

    Un día de verano una joven chibi de cabellos morados parecidos a una jalea de uva escurriéndose, con un vestido muy común de ella, del cual tenía cierto parentesco al de grumos de una mermelada cayendo. Se dedica a caminar por la ciudad de Lokura Magelous, un lugar donde cada uno de los ciudadanos tenían cierto parecido a objetos u alimentos, por alguna loca razón cada día se convertía en una locura, ¿por qué? Como cada uno tenía cierto parentesco a comidas era inevitable el asesinato de las familias ya que sin querer un vecino se comía a un parienta. Si por si acaso eras un durazno, al día siguiente coincidías en ver que un vecino comía a un durazno en bruto, por lo que no podías mas que ver aquello, aunque todo aquel que se comía una fruta o comida debía volver a cultivarlo de otra manera el alcalde se lo comía.

    En lokura Magelous todo es armonioso, bueno para ciertas partes dependiendo de que comida seas, si ere sin hielo se te dificultará ir a los encuentros de "Asaditos" que cada mes hacen fiestas muy calientes y quedan crujientes y bronceados, ardientes para las mandioqueñas rubias. Los diferentes alimentos con respecto a la experiencia y situación van aprendiendo que hay cosas peligrosas y fuera de sus posibilidades. Aunque hay muchos rebeldes que igualmente intentan sobrepasar los límites ocasionando una serie de acontecimientos locos.

    Ayer por ejemplo un hijo del Señor Hielojo se escapó a la fiesta de Asaditos, y enseguida imprimieron el botón de emergencia llamando a los trapos y vasos para evitar que su liquido fuese traspaso al más allá(tierra), se logró salvar pero se ha convertido en un pequeño cubo de hielo por lo que el niño aun sigue en shock. Pero son pequeños episodios que no se pueden evitar con sólo decir, la mayoría debe aprender lo que no debe saber con el peligro cuesta arriba. Aunque no muchos logran aquello, y eso lo sabe perfectamente Mermelada.

    La pequeña chibi violeta suspira al recordar como los niños más pequeños aun no aprenden a ir a las fiestas donde hay algo que los lastime aunque sólo se reservara sus pensamientos y opiniones, ya que ella era uno de las principales en hacer esos malos pasos. Tan concentrada estaba entre sus pensamientos que no se percató de una presencia que de reojo ella al verlo se sobresaltó ocasionando que gotas de mermelada de su cabello explotaran y ella casi cayera de la vereda a la calle, pero aquella silueta oscura la agarró con rapidez, evitando algún mal.

    —¡Mermelada! –exclamó preocupado atrayéndola hacia él.

    La pequeña chibi al ver de quien se trataba de calmó pero algún grumo había caído al suelo, ella lo pisó ocasionando que torpemente cayeran ambos al suelo.

    —H-holis Dicc-nero...jeje... lo siento, no te sentí llegar –saluda saliendo de encima de él.

    Diccnero era un chibi niño parecido a un diccionario pero sus tapa y contras eran negras demostrando que algo mas que simple oscuridad irradiaba. Pero era muy sabio como para que ella lo abandonase ante el mundo.
    O bueno ella era tan despistada que el niño se prometió cuidarla y hacerla feliz.

    —Ay mermelada me volviste a poner goloso –suspira mientras observa su tapa lleno de mermelada.

    Pero al sentir una mano encima de él, que iba sacando los grumos de mermelada y comerlo nuevamente.

    —Mm~ te volviste más dulce que la última vez –bromeó ella.

    Diccnero niega, mas luego sonríe. No podía enojarse con ella, su aura y forma de ser demostraban ser tan buena que sentía no poder hacerlo.

    —Hm! ¿No serás tu? He escuchado que andas más roja que de costumbre –comenta con humor, Diccnero.

    La chibi morada lo mira frunciendo el ceño al principio sin entender.

    —¡Oh, vamos!, por ese tomate que viene –dice Diccnero.

    Ella se altera y voltea buscando lo que dijo, volviéndose de un color rojo, pero al notar que no había dicho tomate se giró a mirar al diccionario negro, apenada.

    —¡Ves! jajajaja ay mi querida Mermelada, ¿que anda pasando por esa loca mente? Dime que has hecho en mi ausencia –dice mientras se acercaba a abrazarla.

    —Ay, Diccnero, tu no cambias aunque quieras, ¿eh? No anda pasando mucho, ya sabes. Lo mismo de siempre las palomas me quisieron comer y yo les ataqué pegando las al suelo con mi grumo, pero Muffin enseguida me regañó. –empieza a decir mientras corresponde el abrazo duro de su amigo.

    Ambos se encaminan hacia una heladería. Con el tiempo ambos van dándose noticias y contando momentos que vivieron sin la compañía mutua.

    —Y bueno, ¿me dirás que ocurre con eso del tomate? —pregunta curioso Diccnero.

    Aquel niño siempre se la pasaba queriendo saber todo. Y claro que sino le decías acababa teniendo información, después de todo sabía cofcofstalkearcofcof.

    —Hace unas semanas lo salvé de convertirse en puré de tomate, unas viejas papas cayeron de su hogar, y el se encontraba en un mal momento y lugar. –comenta Mermelada.

    Diccnero la observa curioso, atentamente ante cada brillo en sus ojos al contar, y sus movimientos nerviosos, cabe decir que se le caía algunas gotas de grumo al contarle como lo había salvado, y que por poco se le cae toda su jalea en el intento.
    Se dio cuenta que de nuevo comenzaría el ciclo de nuevas amistades, y debería investigar si aquel tomate no era dañino para la felicidad de su mermelada, amiga.

    —Oh~ entonces te divertiste sacándolo de aquel aprieto, y me imagino que ya es tu amigo y me lo presentarás ¿no? –pregunta curioso– ¿Es de por acá?

    Ella lo observa, y entre tartamudeo logra un entender un si, pero las gotas de mermelada caían directamente en su cara imposibilitando la visión, ocasionando que quedará callado. Y la pequeña chibi se preocupe y con un gran lengüetazo saca la mayoría de encima de él.

    —Lo siento, diccnero. Ya sabes como me pongo cuando hago nuevos amigos, nunca sabes cuando ellos se alejaran de mi por mis locuras –dice mientras lo limpia.

    Diccnero niega sin cuidado, y pide un helado para ambos, el de uva para ella y el de granizado con durazno para él.
    Pero justo cuando se iban a sentar pudo captar como la mermelada que se disculpaba con él por pensar triste nuevamente, se distraía al ver algo rojo a lo lejos.

    Sin más dejarlo de lado, y correr en dirección al punto rojo, saltando encima de él, pegandose como jalea al pan.

    —¡Tomatito-kun! –exclamó dándole besos.

    El chibi niño, con forma de tomate sus mejillas se tornaran rojizas.

    —O-oie~ n-no >\\\<

    Ocasionando que la loca de la chibi morada suelte una carcajada enternecida.

    Diccnero se acercó con curiosidad, claro, antes agarrando los helados y dirigiéndose hacia donde ambos estaban. Tosió falsamente llamando la atención de su amiga, ocasionando que se separara y enseguida babeara al ver el helado.

    —¡Gracias Dicc! –exclamó feliz como una niña de 2 años.

    Ocasionando que sin querer el se sonrojara. Pocas veces le ocurría aquello, pero sólo era porque la veía muy tierna. Pero enseguida sintió una mirada asesina del tomate al ver como miraba a su amiga.

    —Hmp~ Hola, Soy Diccnero, mejor amigo de Mermelada, ¿Tu eres el tomate? –saluda amigable.

    Pero al parecer el tomate no lo tomó de ese lado, por lo que se comportó serio con él.

    —¿Que pasa Tomatito-kun, te sientes mal? –enseguida la voz de mermelada lo sobresaltó.

    Se había olvidado por completo que ella podía sentir los cambios de humor de sus amigos y de cierta manera afectando la.

    —No, estoy ocupado, hablamos luego –dijo el Tomate serio, marchándose.

    La chibi pelimorada miraba triste su helado, nunca le había gustado aquel tipo de contestación y él lo sabía.

    —Tranquila pequeña. Ya se le pasará, mientras sígueme contando de tus aventuras –pidió Diccnero.

    Ella pareció darse cuenta de su cambio de humor, y sonrió al recordar lo que pasó semanas atrás. Dando en evidencia que era una bipolar pero era normal en su personalidad.

    —Bien, queso me acompañó a la feria de cabezas de vaca, pero en el camino se me perdió y... –empezó a contarle sus días anteriores.

    Diccnero la atendía y preguntaba de vez en cuando, pero su mente estaba trabajando también en como arreglar el asunto con ese tomate, ya había ocasionado que el buen humor de su amiga cayera en picada en un momento, no le había gustado su madurez en cuanto a la situación.

    //////////////////

    Al día siguiente, el diccionario negro fue en busca del tomate para hablar del asunto lo encontró tirando piedras al estanque de gelatina.

    —Hey..

    El tomate volteó su rostro a verlo, y enseguida se tensionó.

    —¿Qué quieres y que haces aquí?

    —Quiero arreglar unos puntos contigo. ¿Porque te marchaste tan repentino? Mermelada se sintió triste por tu culpa –comentó.

    —¿Eh?, ¿por qué? –preguntó desconcertado.

    —Como que porqué, ella creyó que dijo algo malo y se sintió culpable de hacerte sentir mal. ¿Cómo se te ocurre ser así?

    —¡No fue mi intención! ¡Tu culpa fue!–exclamó a la defensiva el tomate.

    Ocasionando que el diccionario negro se asombrara incrédulo.

    —¿Por qué yo? No tienes del porqué culparme –dijo.

    —¡Claro que si! Ella te miró, y me sacaste la atención de ella, ella es mía –exclamó y luego volviéndose rojo por haberlo dicho.

    Diccnero al notar aquello, levantó una ceja.

    —No me interesa en lo más mínimo. Ella no tiene dueño, es libre. Y si ella me mira es porque soy mas guapo –dijo bromeando.

    Pero claro que el tomate no se lo tomó por las buenas, y al haber escuchado aquello se lanzó en contra, derribando a diccnero, golpeando.

    —Sus risas son mías. sólo mía, Te advierto aléjate de ella–gruñe el tomate celoso.

    Diccnero esquivaba los golpes con dificultad. Notando el celo extremo en él. Por lo que con un rápido movimiento lo tiró lejos de él.

    —Déjame decirte una cosa, sólo estaba bromeando. No puedes ser tan posesivo con ella, tu---...

    Fue interrumpido por un golpe en la mejilla, ocasionado que caiga al suelo, y la mirada del diccionario negro se oscureciera. Si bien podía ser bueno y amable, todo. Pero también tenía su parte oscura y soportar a idiotas como este era una de las que no soportaba bien. Por lo que allí empezó una pequeña pelea física entre ambos.

    En otra parte, la pequeña chibi iba saltando por el lago de gelatina, le había parecido más corto el camino ir saltando que tomar el banana-bus, por lo que al ir saltando a lo lejos pudo observar dos puntos: uno negro y otro rojo. Ocasionando que frunza el ceño por encontrar conocido a aquellas motas, curiosa fue en dirección y su boca enseguida se formó en una fina linea de disgusto.

    —¡Alto!¡Paren! –exclamó preocupada.

    Ambos no la habían escuchado, seguían discutiendo, el tomate había tirado lejos al diccionario negro. Ocasionado que la mirada de mermelada se pareciera, enojada.

    —¡Oh por San melón!–exclamó– ¡Diccnero!

    Espantando a ambos, y quedando mudos. Diccnero se sentía decepcionado de si mismo por rebajarse. Pero no le había gustado de lo que lo acusaban. Pero cuando sintió una caricia en su mejilla golpeada, se quejó volviendo a la realidad. Observando a la Mermelada preocupada por él.

    —¿Estás bien? ¿Cuántas "yo" ves? –pregunta, inspeccionandolo.

    Y agarra su mano, se la besa.

    —Tranquila, sólo te veo a ti. Y estoy mejor que cuando quisiste ser helado –bromeó.

    Ocasionando que el ceño que la mermelada tenía fruncido se relajara un poco. Relajando a Diccnero.

    —Uff... –suspiró.

    Sin más se alejó un poco de él, y le sonrió levemente. Pero su mirada recayó preocupada en el Tomate.

    —¿Por-porqué estaban peleándose?–preguntó.

    El tomate no la miraba, miraba al suelo, cabizbajo. Avergonzado.

    —Porque cierto tomate es muy celoso –comenta Diccnero mientras se acaricia su mejilla lastimada.

    Ella frunce el ceño, extrañada. La chibi era muy despistada para ver algunas cosas que eran hacia su persona.

    —¿Y eso? ¿Tomate, porque estas celoso? —pregunta acercándose a él.

    Diccnero los veía. Le dolía todo, pero a veces debía dar pequeños empujones a su amiga la muy despistada.

    Y al ver que el tomate no respondía.

    —Está celoso de mi. Por ti.

    La chibi pelimorada se extraña.

    —¿Porque? Esta vez no di motivo para poner celos, ¿o si? –pregunta.

    —Tks... Si, bueno no... directamente, pero le prestaste mas atención a él que a mi–se queja el tomate.

    La mermelada se acuclilla frente a él, levantando el mentón del chibi tomate.

    —Perdón, es que no lo veía desde hace tiempo, es mi mejor amigo. Pero no te preocupes, hay mucho amor para todos –sonríe dulce.

    El tomate se avergüenza mucho.
    Ella llama a Diccnero para qu3 S3 acerque, con un suave gesto. Por lo que aquel chico se acerca.

    —Hagan las pases. Tomate, no hay porque ponerse celoso. Aquí hay amistad sobre todo. No me gustan estos tipos de celos, pelear está mal y mas cuando no he dado motivo. Debes aprender a calmarte y entender el lindo humor de Diccnero, dicc... Discúlpate por ser tan tu –bromea ella.

    Diccnero suspira y niega la cabeza, divertido.

    —Pff... ¿A mano? –pregunta.

    El tomate mira al diccionario negro.

    —Esta bien, lo lamento. A mano –comenta con una pequeña sonrisa.

    Mermelada se emociona al ver aquello no evita hacer un ruidito, y palabra característico de ella.

    —Awwwe...¡apuchulina!–exclama.

    Y sin más abraza a ambos amigos. A pesar de ser unos cabezotas, peleándose tontamente, ella los había perdonado.

    —¡Los quiero mucho, chicos! –exclamó Mermelada.
     
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  2.  
    Meowffin

    Meowffin "Nunca des por hecho que no pueden"..

    Tauro
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    Esto está hermoso y muy gracioso, me provocaron ganas de reír de ternura XD XD XD XD XD XD (de morderte también >:3♥)

    Aquí unos consejos:
    Cuida de la ortografía; uso de los signos de puntuación, interrogación y exclamación; y el uso de tildes y mayúsculas.
    El símbolo "~" no se utiliza en los diálogos.
    Cuídate de los dedazos y revisa un par de veces el escrito antes de publicar. Así te aseguras de presentar el trabajo en limpio y tu escritura mejorará mucho mas cada vez.

    ¡Me encantó! Tus escritos de fantasía siempre me han gustado mucho, me alegran y sacan sonrisas :)..
     
    Última edición: 16 Abril 2018
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    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Estás pero bien lokita, esto es mucha comida para mi salud... ☺

    Es tan cómico y creativo que estuve tentada en ponerte otro sello, pero al final me pareció mejor gracioso... ya veo que el Diccnero Sin Rostro es el responsable de muchas cosas por ser tan él... ☺☺☺. Sigue los amorosos consejitos de tu Muffins personal sin dejar de ponerle mermelada al asunto.

    P.D. Y ese Tomatito-kun de donde salió?... ☺
     
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    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

    Virgo
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    ¡Jajajaja!
    En esta versión soy muy impulsivo y pasional.
    Ahora me atacan las dudas.

    ¿Acaso Muffins es Beta-reader?
    ¿Por qué no apareció la Mandarina, aka InunoTaisho ?
    ¿Al final quién ganó la pelea?
    ¿Por qué todos somos chibis?

    Pues nada más que agregar, fue muy divertido.
    XD
     
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