¡Maldita piedra en el zapato!

Francamente me quería escapar, sólo por hacerle la contraria esa profesora que me había dejado en el salón sin nada que hacer. Mi molestia, mi rabia y mi frustración se juntaron, mientras hablaba con la señora del kiosco, la cual me escuchaba y me pedía tranquilidad. Por otra parte estaba Julia, una chica morena de cabello castaño que era tan “amiga” de la profesora, pero como le gustaba hablar de ella a sus espaldas. En tanto intentaba ignorarla por sobona e hipócrita. Sí claro, solo tú puedes quedarte con alguien que te llevas de la patada, mientras tus amigas te dejaron botada por ir ver unas cuantas momias al museo.

—La María del Carmen es una cobarde, ella es indecisa, primero dice sí y luego no.

—Discúlpame Julia, pero María del Carmen esta grandecita para decidir lo que hace y si decidió irse problema suyo. No debes hablar a sus espaldas.

Y se quedo callada.

¿Por qué defendía a mi amiga? Por amistad no, sabía que era una mierda, pero también sabía que todos teníamos el derecho a elegir, y aunque mi otra amiga, Malu, me daría el dinero para ir, aun así no fui. Así que prefiero no culpar mi soledad y el amargue que pasaba como la susodicha de antes. Creo que las quejas de Julia, radicaban más que nada, en que estaba sola y nadie quería juntarse con ella por su comportamiento.

—Oye Sofía, ¿trajiste tu latop?

—Para mi trabajo.

—Pon música para que bailemos en la clase.

—Nica. No me jodas, yo no traigo la laptop para eso.

—Ya pues…—esta chica era la reina de las hipócritas, bien que ayer “Profesora, Sofía es bien espesa” Espeso tu trasero, me llega cuando la gente extiende la mano cuando no tiene. Y ella era una de los tantos casos en que renegaba a horrores.

—Ya pues Sofía pon.

—Ya…—dije derrotada, aunque por mi mente pasaba la idea de darle un golpe.

—Pon Nene Malo—además de que le gustaba parecer exhibicioncita.

—Ya pero bájale el volumen ¿Quieren que nos boten?


¿Les cuento por qué tengo tanta paciencia? Porque quiero mi beca de primer lugar, por eso soporto estas mierdas… Y créanme mi ambición era tan grande que no importaba que la profesora me gritara o me castigara con tal tendría el primer lugar en todo el quinto de secundaria.

—Oye pero muévete mas ¿Te da vergüenza? A mí no me da, yo bailo bien bonito.

¿Por qué no te la llevas Mr.Satan? Le harías un favor a la humanidad.

—Ya…—Y me movía claramente mas, mi falda era más corta que la suya, así que me daba un poco de pudor bailar con el uniforme del colegio.

—Pero muévete…

Y No sé porque pero alguien apareció en la puerta; me quede pasmada, era un alumno de la escuela, que venía a partir de las doce para estudiar.

— ¿Chicas solo están ustedes?

—Cuba—le saludo Julia, mientras yo miraba al recién llegado. Tenía lentes, era delgado hasta exagerar, pero alto de tez morena sin llegar a ser en su totalidad. Y de repente me miró. Obviamente aparte mi mirada hacia la laptop mientras conversaba con Julia.

— ¿No quieres bailar?

—No—respondió el cortante y se fue.


*

Era un día de Junio, no recuerdo ni pretendo recordar. Pero bueno, la profesora había decidido que yo y Malu, gracias a mis recomendaciones, vayamos a representar en la escuela de líderes de la escuela. En la mesa, se hallaban sentados, Álvaro, el enamorado de mi amiga María del Carmen, y justo a su lado como un karma el amante de esta. La verdad todo eso me causaba gracia, pero bueno yo prefería no meterme. Por otro lado Malu se sentó con Jerson, mi vecino cerca de casa. Malu, la chica blanquinosa y algo agarradita conversaba a diestra y siniestra con su nuevo amigo. Y bueno la tarde se volvió agradable. A su manera.

Cuando salimos, me dispuse irme a casa, pero Malu me arrastro hasta el otro patio, para conversar con Gisela, una amiga que era bastante tierna. Ella estaba preparando un bailo con los varones, Marinera, pero bueno, las intrigas de Julia lo joderia todo más adelante. La cosa que Malu, hablaba del paseo a bicicleta que no me interesaba. Fue cuando Malu me los presento, recordé de inmediato al tal Cuba. Todos le decían conejo, tal vez porque parecía uno. Comenzamos a conversar sobre música, nada importante la verdad. Creo que siempre las cosas son así. Hasta que toco la salida para todos, mientras Malu caminaba con nosotros nos reímos de una indirecta.

—Sabes Luis eres muy alto—dijo ella con esa voz seductiva.

—Sí—se reía él, mientras yo sabía las intenciones de mi amiga.

—Sabes a mí me gusta…—sabia que diría los altos— ser alta.

—Yo pensé que dirías que te gustan los altos—dije de inmediato, mientras ella me miraba sorprendida.

—Yo también pensé lo mismo—dijo Luis a tono burlesco y nos reímos, mientras Malu hacia pucheros.

Entonces los chicos salieron, entre ellos Álvaro y Julio Cesar, irían a casa de María, uno acompañando al otro. Yo también iría a casa de María igual que Malu, pero debía llamar a mi papá. Así que seguí el camino, con los chicos hacia dos cuadras mas para encontrar un teléfono público, entonces Luis, con la mirada al pavimento me pregunto.

— ¿Por qué Álvaro va a casa de María?

—Porque están—me miro sorprendido, me di cuenta rápidamente— ¿Qué? ¿No lo sabías?—negó con la cabeza—. Entonces chitu…—dije haciendo una seña con el dedo, el me miro y se rió de inmediato como un niño.

Yo cruce la calle, porque el teléfono estaba al otro lado, me despedí diciendo el monótono “Chao” y mientras descolgaba el teléfono lo oí decir.

—Amiga—voltee para verlo— ¿Cómo te llamas?

—Sofía—dije algo desorientada y el rió.


*

Desde ese día, nos saludábamos al cambio de clases. El siempre se me acercaba, yo sólo lo saludaba. Sin darle la menor importancia. No es que tuviera miedo, pero seré sincera: Odiaba tener novio. Y ese chico eran de esos que iban por la vida, tratando encontrar el amor perfecto, pero él no me conocía, yo sí. Con observarlo me bastaba. Podía decir que lo único que me atraía de él, era su mirada, esa mirada que se perdía en algún lado y me preguntaba lo que estaba pensando. A Malu le gustaba, así que realmente no decía nada, por esas razones. Pero un día de esos se lo dije, ella me dijo si se había dado cuenta, pero que lo pensara mejor, ya que me quería hacer la taba con su primo.

Obviamente le dije que no. Aunque me saco una sonrisa.


Las reuniones matutinas de quintos siempre eran monótonas. Aburridas al máximo. Para una reunión acerca del día del profesor, fue todo un gran problema, no podía ser en nuestras clases, por eso fuimos a clases de los de cuarto. Lo que me intrigaba de ese muchacho era más que nada su comportamiento. Algunas veces hablaba tanto con las chicas del cuarto que me preguntaba si su interés hacia a mi solo se trataba de amistad. Y pretendía pensar eso, no quería sacar feas conclusiones, pues estaba actuando en la escuela, la verdad no era nada callada y menos tenia paciencia. Fuera de la institución era más frívola, malvada, fiestera y terriblemente libertina. Nadie conocía esas partes de mí excepto María y Malu. Claro, alguno que otra amiga o amigo del gimnasio o discotecas. Así que me cabreaba estar pensando en Luis casi todos los días. Y me prometí una cosa.

—Oye Sofía—me llamo él desde una mesa.

— ¿Qué?—pregunte.

— ¿Vas a bailar?

—Creo que no, es que aparte de que no tengo dinero, mi papá no quiere. Y además, se me perdió un dinero de la clase.

— ¿Quieres trabajar? Hay un lugar en una fotocopiadora que pagan bien los sábados.

—No creo que me paguen bien.

—Y si trabajamos los dos para pagar tu traje y lo que se te perdió…

Lo mire con una ceja alzada, era una declaración casi directa. Por no decir que se puso nervioso, e incluso tartamudeaba muchas veces. Mientras Mauricio, su amigo el que estaba a lado, nos miraba perspicaz.

—No creo que pueda. Mi papá no me va dejar.

Y me fui.

Sabía que debía cortarla de ahí, así no estaría preguntándome muchas cosas y a la vez pocas respuestas de su parte. Yo sabía que él era nervioso e incluso tímido, pero, por más que me gustara no quería una relación convencional con alguien. Miedo al amor, eso es basura, yo realmente tenía miedo a que traspasase los limites y se aproveche de mi confianza.


*

Papá me retiro de la escuela, volví entonces a la escuela cristiana, los problemas en donde había estado era muy cochambrosos. María lloraba porque me quedara, yo renegaba por las estupideces. No iría mas a su casa, ni vería a Malu ni Luis ni a nadie. Un día de esos, decidí ir a la escuela, quería confrontar lo que una vez dijo Luis, tal vez con esperanzas, pero realmente iba en plan kamikaze pues no sabía que decir o que iba a suceder.

Entonces cuando logre apartarlo lo suficiente le pregunte si le gustaba, el en un principio se puso evasivo, entendía, pues yo había sido mucho más basura con él. Por mi cabeza pasaba muchas ideas tontas, pero, más que nada quería acabar con este pequeño cuentito. Cuando respondió que le gustaba como amiga, de inmediato fue como una molestia interna. Y como mas vengativa no puedo ser, conteste “Entonces está bien, justamente quería escuchar eso, y que todos dejen de inventarse cosas” El no entendió, se molesto tal vez, pero no me quiso hablar.

Y los meses pasaban, cada vez que lo encontraba ya sea en una fiesta, siempre terminábamos en malos términos ¿Si yo lo odiaba por no dejarme entender esta situación? Pues sí. No entendía, y su amigo jurando que estaba muy enamorado de mi. Para ese entonces no le creía, pero tampoco sabia lo que yo quería.

El día de Halloween Gisela y yo salimos con pequeño primito. En un comienzo planeábamos irnos al centro, pero al final fuimos a la fiesta de Cuba, ¿si tenía miedo de verlo a él? Le tenía más miedo a su hermano, al cual había conocido en otras circunstancias y de una manera más amorosa. Así que me presentaron a muchos chicos, baile con muchos, hasta que Gisela se le dio por hacerme bailar con Luis.

Lo que molestaba es que el muy idiota preguntaba si me encontraba bien, si estaba molesta y ¿Por qué no lo miraba? ¿Es en serio? no lo miraba porque no teníamos nada de qué hablar, porque según el tenia una “novia” y a mi debía importarme bien poco. En parte me sentí humillada, molesta. Así que cuando vi al círculo de amigos bebiendo les saque un cigarro y me fui afuera.

Y siendo una estúpida egoísta en toda la noche, recién había notado que Gisela, lloraba por su amor fallido. Pues Julia de nuevo, la cual también me la hacía antes difícil con el Luis, había hecho que su amiga bese al novio de Gisela. Y todo era tan confuso, que me quede consolándola. Mientras David, un ex compañero la abrazaba, yo saque de los círculos una botella de licor y me la tomaba sola.

Hasta que salve un gatito de las garras del perro de esa casa. Gisela y David jugaban con él, con bastante cariño, mientras yo los miraba pensando que serian una gran pareja, claro si Gisela quisiera. Y el anfitrión de la fiesta salió, despidiendo invitados y dando la bienvenida a la vez. Cuando nos miro, nos pregunto qué había pasado. Yo le respondí a secas, entonces se sentó con nosotros, mientras yo con David jugaba diciéndole “amor” de manera sarcástica. Pero Luis, el anfitrión de metió en la conversación y me pregunto porque no le decía lo mismo.

El sabía que me gustaba. Pero bien poco me importaba esas mierdas. Del dicho al hecho hay mucho estrecho. Así que lo ignore. Mientras decía que el gatito era mi bebe, una cosa que comenzaba a cometer por el alcohol tal vez. Y el muy estúpido comenzó a decir que era fruto de nuestro amor.

¿QUÉ NO ENTIENDE QUE NO SOMOS NADA?

La gota que rebaso el vaso fue tal vez el hecho que me haya abrazado e incluso hacerme sentar sobre él, me moleste tanto que rápidamente me pare y le dije que dejara de joder. El se quedo ensimismado, me siguió hacia la fiesta e intento bailar conmigo.

Estaba harta, por mi me regresaba a casa, ahora, pero ¿Con quién? Mi vecino vivía al frente, pero regresaría a las tres de la madrugada. Y luego me di cuenta que no podía hacer otra cosa que ceder ¿Lo peor? Tenía control sobre mí, por eso cuando se fue a “dejar” a unas chicas al paradero, preferí quedarme con alguien muy animosamente, para que cuando regresara no tuviera oportunidad.

Pero las preguntas entonces atacaron en mi cabeza, me pregunte ¿Si algo sucede? Debería dejar que pase, de esta forma, nos olvidaremos completamente de todo esto. Pero cuando volvió me ignoro olímpicamente, porque estaba abrazada con un muchacho. Sí, no tengo remedio, así era y me arrepentía de a pocos. Puedo decir que de todo paso esa noche, bese a dos tipos por la borrachera y repaso a una tipa lo cual no recuerdo porque lo hice. Y tal vez cometí un error, tal vez estaba enamorada, o solo estaba obsesionada.

Quién sabe, lo que puedo decir es que esto no se ha terminado. No sé si terminaremos juntos o terminaremos peleando de nuevo. No sé. Lo que sé que si nos volvemos a encontrar estoy segura que estas estupideces volverán a pasar.