de Inuyasha - ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Kunoichi, 9 Marzo 2008.

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  1.  
    Kunoichi

    Kunoichi Guest

    Título:
    ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    -6
     
    Palabras:
    2439
    ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)

    Inuyasha, Kagome y Rin llegaron al último año de instituto. La despedida a éste ha comenzado. Pero, ¿podrá Inuyasha llevarse bien con su nuevo profesor de literatura? ¿Se confesarán su amor Kagome e Inuyasha? ¿Qué le pasa al nuevo profesor con una alumna? ¡Mucho humor, romance y drama! ¡Pasen y lean!

    Algunas aclaraciones antes de empezar el fic:
    - Todos los años, en las escuelas de Japón (desconozco si en otros países también), los chicos tienen que buscar sus nombre en carteles donde dice la división donde estarán y con quién estarán, ya que rotan año a año de compañeros. A veces, algunos tienen la suerte de estar siempre con su grupo de amiguitos... En mi fic ocurre eso ^^.
    - Itadakimasu: es una expresión que usan los japoneses antes de comenzar a comer.
    - - - -

    ¡Adiós al Instituto!

    Capítulo 1: el último primer día

    Pasando unas altas rejas y caminando por un sendero decorado por árboles del cerezo, una multitud de estudiantes se encontraba buscando sus nombres en los altos carteles que había frente a la puerta de un instituto.

    El uniforme femenino de la institución se componía por polleras cortas y verdes, camisas de mangas largas blancas y una corbata bordo. Por otra parte, el masculino tenía pantalones grises oscuros y en la parte superior vestían lo mismo que las muchachas. Para ambos sexos, las chaquetas y mocasines eran verdes y marrones respectivamente.

    Cuando una campana sonó se dio a entender que el primer día de clases del Instituto Shikon estaba por comenzar. Así fue que todos los alumnos se dirigieron al gran salón de actos.

    En aquel lugar, sobre un estrado, el director de la institución estaba dando su usual y “entretenido” discurso de bienvenida a los estudiantes. Éstos ya lo podían recitar a la misma vez que él.

    - Por eso deben esforzarse al máximo ya que bla, bla, bla –lo imitaba burlonamente una joven de largos cabellos azabaches con un simpático mechón atado al costado de su cabeza.

    - Rin, si te escuchan te quedarás fuera del aula –la reprendió en voz baja una chica cuya cabellera también era azabache, pero ésta estaba completamente suelta.

    La respuesta de Rin fue sacar la lengua juguetonamente y luego soltó una risita. La otra no pudo evitar que una sonrisa se le esbozara en los labios.

    - ¿Sabes, Kagome? –murmuró la del mechón-. Esta será la última vez que escuchemos un discurso de inauguración de clases en el instituto.

    - Tienes razón –sonrió la otra con cierta nostalgia.

    Cuando el director dio por finalizado su discurso, el salón rompió en barullos constantes que se mezclaban con el ruido que hacían los zapatos de los estudiantes al retirarse del lugar.

    - Qué lindo sueño que tuve –bostezó un muchacho albino mientras desperezaba sus brazos y esperaba a las dos chicas azabaches que se encontraban detrás de él.

    - Inuyasha, ¿cómo haces para quedarte dormido parado?

    - Ay, Kagome, es cuestión de practica. Vengo teniendo discursos de inauguración y de cierre de clases desde que estoy en primaria –contestó el blanquecino.

    - Yo también y sin embargo, no hago eso –habló Kagome por lo bajo mirando a su compañero de reojo y con una gran gota en la cabeza.

    - ¿Se enteraron que echaron al profesor de literatura? –inquirió Rin inesperadamente.

    - ¡¿En serio?! ¡¿Cómo puede ser?! –exclamó Inuyasha tomando de los hombros a la del mechoncito y sacudiéndola.

    - ¿Tanto querías a ese profesor? Si se dormía en medio de las clases –comentó Kagome cruzándose de brazos.

    - ¡Ya sé que él se dormía! ¡Y yo también! ¿Ahora quién nos tocará? ¿Podré seguir durmiendo? ¿Y por qué justo lo tuvieron que echar en mi último año de instituto? –se preguntaba el albino preocupado.

    - Tranquilo. A lo sumo no podrás dormir más, pero dudo que sea un demonio el próximo profesor que nos toque –trató de calmarlo la azabache mientras estaba a punto de abrir la puerta de su clase.

    - A mi me da igual. Si es más estricto mejor. Yo pienso entrar a la Universidad de Tokyo para seguir Letras –explicó Rin con un tono totalmente sosegado.

    En ese preciso momento, Kagome abrió la puerta de la clase de tercero A. Esa aula se convertiría en la última que el trío de amigos compartiría en el instituto.

    En la mesa que quedaba frente a los pupitres, había un maletín.

    - Vaya, parece que es muy puntual –marcó la del mechón buscando un lugar junto a la ventana para sentarse.

    - No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento –comentó Inuyasha tomando asiento detrás de Rin.

    - No seas tan exagerado, pareces un niño miedoso –dijo Kagome golpeándole la cabeza.

    - ¡Ouch! –se quejó el otro tomándosela entre las manos.

    Repentinamente, una figura vestida en un traje apareció en la entrada del aula. Los ojos de Inuyasha se abrieron como dos grandes platos y sus manos, antes sobre su cabeza, pasaron a estar en sus mejillas. La peor pesadilla de todas se había hecho realidad.

    - ¡Nooo! –exclamó tratando de abrir una ventana para tirarse por ella.

    - Oye, tranquilo –se paró Kagome inmediatamente para detenerlo.

    - ¡Es él, es él! ¡Volvió de Inglaterra!

    - ¿Quién es “él”? Es un simple profesor. No puedes hacer tanto escándalo porque no dormirás más en las clases de literatura –explicaba la azabache tomando entre sus manos el rostro de Inuyasha.

    - Hazle caso a tu mujercita, Inuyasha –habló el profesor con un tono monótono mientras tomaba asiento en el escritorio.

    - ¿Mujercita? –repitieron los dos al unísono.

    - Se equivoca profesor, entre él y yo no hay nada. Somos amigos –se tomó Kagome la molestia de explicar su relación.

    - ¿Acaso crees que me interesa? –cuestionó el hombre con un rostro imperturbable.

    La azabache tragó salvia y se sentó en su lugar.

    - ¿Usted es el hermano de Inuyasha? –soltó Rin una pregunta con un tono despreocupado y hasta tenía una pizca de inocencia.

    - ¿Por qué lo dices?

    - Pues, tiene el mismo pelo albino, los mismos ojos color ámbar. Usted es más pálido que él, pero aún así, tiene muchas similitudes. Además… -Rin se guardó lo que tenía para decir ya que no era algo bueno. Más bien eran todos los insultos que alguna vez escuchó decir a su amigo acerca del hermano que se fue a estudiar al exterior.

    - Una corrección importante: MEDIO hermano –dijo el hombre con una voz gruesa y autoritaria.

    Así era. Él era el medio hermano de Inuyasha. Y tal parecía se convertiría en su profesor de literatura.

    - Escúchenme bien, chiquillos – se irguió con elegancia el albino de expresión estoica-. Me he enterado que han tenido a un cualquiera como profesor de literatura. Les aviso que sus días dorados en mi clase han acabado, ¿se entendió?

    - ¡Sí! –contestó la clase entera mientras sus piernas temblaban por debajo de los pupitres.

    - Comencemos –dijo el profesor buscando una lista cuando vio que una alumna levantó su mano. Éste alzó una ceja como esperando a que largase lo que quería decir.

    - ¿Su nombre? –preguntó Rin bajando la mano y con una sonrisa de lado a lado en la cara.

    - Sesshoumaru Taisho. Me dirán profesor Sesshoumaru –contestó dedicándole una aterradora mirada a la jovencita.

    - Rin, creo que tu forma de ser no le está gustando –le comentó Inuyasha en el oído.

    - ¿Eh? ¿Pero qué hice?

    - Nada, es que él es un tonto.

    - Inuyasha, te quiero fuera del aula, ya –ordenó el profesor.

    - ¡Oye, no es justo! –se paró en defensa.

    Sesshoumaru alzó una ceja y luego posó su mirada en el pomo de la puerta. Inuyasha dijo todos los insultos por lo bajo mientras se retiraba del lugar.

    - - - -

    - ¡Itadakimasu! –dijo el grupo de amigos al unísono.

    Inuyasha comenzó a tragar el ramen a una velocidad increíble y su rostro mostraba una expresión enfadada. Sus dos amigas lo miraban con cierta preocupación. Repentinamente, éste se atragantó.

    - Ay, eres un tonto –le golpeó la espalda Kagome mientras lo regañaba.

    - Cállate –habló él otro con cierta dificultad y con una mano en la garganta-. Tú no entiendes lo desgraciada que es mi vida ahora. Mi maldito medio hermano volvió de Inglaterra y para peor, ¡es mi profesor de literatura!

    - Mírenle el lado bueno a este día. Hay un hermoso sol, no hace mucho frío y las flores del cerezo están más hermosas que nunca –decía Rin admirando el paisaje que veía por la ventana de su aula-. Un perfecto día para comenzar las clases.

    - Es verdad. El año pasado, el primer día llovió torrencialmente y encima hubo goteras. Hoy es un día espectacular. ¿Qué dicen si después de comer salimos un rato al patio? –preguntó Kagome con una gran sonrisa.

    - Sí… -respondió Inuyasha desganadamente.

    - ¡Eres un tonto! ¡Encima que tratamos de animarte! –golpeaba una y otra vez su pupitre Kagome.

    Mientras Inuyasha y Kagome peleaban, como siempre solían hacerlo, Rin seguía disfrutando del ramen y reía por el espectáculo que tenía frente a ella.

    - - - -

    - Hoy no es mi día –protestaba Inuyasha mientras barría el aula.

    - Oye, esto no tiene nada que ver con tu medio hermano –dijo Kagome mientras limpiaba los vidrios del aula-. Dio la casualidad que nos tocó a nosotros tres limpiar el aula el primer día de clases.

    - Lo sé. Estoy diciéndolo por el hecho de que mi hermano será mi profesor en mi último año de instituto. ¿Por qué? Este es un año que uno tiene que recordar con alegría… ¡No con espanto! –exclamaba el albino con exageración.

    - Yo concuerdo que tu hermano es algo cruel, pero su clase estuvo interesante –comentó Rin mientras limpiaba la pizarra.

    - Dos correcciones Rin: MEDIO hermano y no es algo cruel… ¡Es un demonio sin sentimiento alguno! –se expresaba Inuyasha tirando la escoba al suelo.

    - Por maltratar las cosas del colegio te tendrán que amonestar –dijo una voz que provenía de la puerta del aula.

    - ¡Sesshoumaru! ¡Cómo te odio! –gritó Inuyasha yendo a donde estaba él con la escoba en la mano utilizándola como si ésta fuese un arma.

    - ¿Esa es la forma de darme una bienvenida? Además, recuerda tu lugar como alumno y mi lugar como profesor –señaló el joven hombre.

    - Mierda… -murmuró el otro deteniéndose abruptamente y con la escoba alzada en el aire.

    Sesshoumaru, sin mostrar ningún tipo de expresión, se retiró a un paso elegante del lugar. Rin se acercó a su colérico amigo y junto a él vio como su nuevo profesor de literatura, vestido en un traje azul marino oscuro, se iba alejando por los pasillos.

    - Inuyasha… ¿por qué lo odias tanto? –inquirió la del mechón.

    - Porque me hizo la vida imposible. Nunca supe bien por qué, pero nuestra relación comenzó a empeorar cuando yo tenía seis años y él once… Es un idiota –terminó la frase el albino volviendo a barrer el piso del aula.

    - La verdad que su medio hermano es definitivamente aterrador, pero por lo menos lo tiene, ¿verdad? –comentó Kagome con una media sonrisa llena de nostalgia.

    Rin permaneció callada ya que nada podía decir para traer de vuelta a las personas.

    Ese fue el último primer día de clases de Rin, Kagome e Inuyasha. No había duda alguna, ese año se venía muy intenso.

    Continuará…
    - - - -
    Este fue el primer capítulo de mi tercer fic ^^. Espero que lo hayan disfrutado. Yo me estoy divirtiendo mucho haciéndolo.
    Van a aparecer más personajes de Inuyasha, pero todo a su tiempo.
    Las edades de los personajes en mi fic son.
    - Inuyasha, Kagome y Rin: 18 años.
    - Sesshoumaru: 23 años (Qué profe tan joven. Ojalá yo tuviese uno así de lindo como él).

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    ¡¡Besos!!
     
  2.  
    KagoRinneSama

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    Re: ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)

    gracias por avisarme kunoichi me encanto el principio de este fic
    esta mega comico eso de que inuyasha tenga a su hermano como profesor
    pobresito ya no va a poder dormir en clase
    espero tu proxima conti
    tienes mi apoyo
    bye
     
  3.  
    ~Sunzure Russo~

    ~Sunzure Russo~ Fanático

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    Re: ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)

    ahhhhhhhhhh....!!!-con ojitos-
    yo tambien quiero uno!!!!......
    pero no tan ecentrico como dice inu!!jejejejeje
    quiero ver....que mas hace sesshito!!..jijiji
    me gusto eso de mujercita!!...jajaajajajajajaja...
    mas fino!!!!!!.....
    espero conty!

    Bssstoooosss.....
     
  4.  
    Kunoichi

    Kunoichi Guest

    Título:
    ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)
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    Re: ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)

    Gracias jesireth y sunzure por sus posts.

    Anets de ir al fic un dato que quizás sepan o quizás no.
    - El haiku es un tipo de poesía japonesa que intenta captar un momento, la sensación que está pasando y que ha sido. Ha menudo muchos escritores de haiku escriben sobre la muerte. Gozan, fue uno de ellos.
    - - - -

    ¡Adiós al Instituto!

    Capítulo 2: tan sólo interés

    - ¿Cuál es la próxima clase? –preguntó Kagome mientras hojeaba una revista de moda.

    - Nuestra próxima clase es –Inuyasha chequeó el papel que tenía los horarios y al encontrar lo que buscaba lo abolló con cólera -… ¡Cómo lo detesto!

    - Me quedó muy claro que es lo que tenemos dentro de diez minutos –lo miró de reojo la azabache y luego largó un suspiro.

    - ¿Buscaron un haiku? Recuerden que esa era la tarea para hoy –habló Rin preparando su cuaderno para la próxima clase.

    - Bueno, chicos, yo me voy a la terraza. Le dicen al profesor que me sentía mal, ¿sí? –pidió Inuyasha mientras se dirigía a la puerta del aula.

    - ¡Eres un cobarde! ¿Te vas porque no trajiste la tarea? –cuestionó Kagome siguiéndolo y luego se acercó peligrosamente al rostro de éste.

    - Aléjate un poco ¿quieres? –la hizo retroceder-. Y no sé por qué, pero tú al igual que yo estás por abrir la puerta.

    - Este… Yo… Yo… -la azabache miró con pena el suelo mientras jugueteaba con las puntas de su cabello.

    - Los dos son unos cobardes –admitió Rin desde su pupitre.

    - Mira quien habla, la que esquiva matemáticas –le contestaron al unísono Inuyasha y Kagome.

    Rin no tuvo otra opción que permanecer callada. Aunque ella siempre vio como más razonable escaparle a matemática que a literatura. Es decir, ¿acaso tantos números sobre una pizarra no marean?

    - ¡Ahí viene, Inuyasha! –lo tomó de la mano Kagome.

    Los dos jóvenes desparecieron por la dirección contraria a la que venía el joven y apuesto profesor.

    Éste, al entrar en el aula, cerró la puerta para luego ir hasta su escritorio. Todo lo hizo en un silencio abrumante. Sacó de su maletín unas listas, para ser más exactos, la lista de estudiantes de tercero A, y pasando su largo dedo por los reglones de la hoja, se paró en un nombre.

    La mayoría de los alumnos traspiraban del miedo que tenían ya que absolutamente ninguno había buscado algo para esa clase. Todos rezaban, con sus ojos bien cerrados, en no ser los elegidos.

    Sesshoumaru podía percibir claramente ese miedo. Esos irresponsables, que tan sólo se la pasaban divirtiéndose, la pagarían caro.

    - Rin Tanaka –llamó el hombre.

    Cuando el profesor identificó a la alumna, se percató que era la única en la clase cuyo semblante estaba sereno y, algo que le disgustaba mucho, risueño.

    - ¿Sí? –preguntó ésta sonriéndole.

    - Su tarea –se hundió en la silla cruzándose de piernas.

    Sesshoumaru creyó que en ese momento sí disfrutaría de ver como cambiaría la expresión de la del mechoncito. Qué gran error.

    Rin se puso de pie, tomó su cuaderno entre las manos y comenzó a leer:

    La nieve que ayer
    caía como pétalos de cerezo
    es agua de nuevo.


    - Puede tomar asiento –musitó con cierto nivel de rencor el profesor.

    - Antes que me lo pregunte, el autor es Gozan –dijo Rin alegremente.

    - ¿De qué trata el poema?

    - Trata sobre la transitoriedad. Sobre lo perecedero, sobre lo que en algún momento se acabará. Como nuestras vidas y lo hace comparando la nieve con las bellas flores del cerezo, que son mis favoritas –comentó la del mechoncito mientras apoyaba su mentón sobre la palma de la mano.

    - Continuemos con la clase… -se puso de pie Sesshoumaru con la lista en manos y sin desviar sus ojos ámbares del rostro despreocupado de Rin.

    Ella, por otra parte, dirigía su mirada por la ventana. Sus ojos negros, perdidos en el cielo azul.

    Por alguna razón, Sesshoumaru encontraba a esa alumna… Interesante.

    - - - -

    Kagome pasaba las manos por su larga cabellera azabache mientras en su rostro aparecía una expresión nostálgica. El semblante que puso la muchacha no pasó desapercibido por Inuyasha, quien se encontraba sentado a su lado.

    - ¿Qué te pasa? –preguntó éste mientras sus ojos parpadeaban una y otra vez.

    - Nada, es que recuerdo cuando Rin, tú y yo nos escapábamos de las temibles clases de economía que teníamos en primer año. Menos mal que fue sólo un año de esa espantosa materia –río la azabache.

    - Es verdad… Pero nunca había escapado de las de literatura –comentó Inuyasha largando un suspiro.

    - Claro, porque te dormías.

    - Cállate –rezongó el albino.

    De repente, éste sintió un pequeño temblor y al girar su vista a un lado, vio que Kagome se estaba abrazando fuertemente.

    - ¿Y ahora qué te pasa?

    - Tengo frío. Olvidé traer mi chaqueta.

    - Tonta, aunque estemos en primavera, aún hace algo de frío –marcó Inuyasha poniéndose de pie.

    - ¿Qué haces? –preguntó Kagome mirándolo confusa.

    Él, sin responderle, se quitó la chaqueta que llevaba puesta, y al tomar asiento nuevamente en el suelo, pasó su abrigo por los hombros de la azabache.

    - Gra-Gracias –murmuró Kagome algo sonrojada.

    - De nada –contestó Inuyasha también ruborizado.

    El primer día que entraron al instituto, por un pequeño y tonto incidente, Inuyasha y Kagome comenzaron a pelearse. Pero al transcurrir un poco el tiempo, se fueron dando cuenta que ambos eran buenas personas, las cuales podían compartir cosas. Así fue que su amistad fue forjándose junto con la de Rin.

    Sin embargo, entre ellos dos, también iba creciendo algo más…. Ese “algo más” era amor. Los dos estaban secretamente enamorados, pero jamás se atrevieron a decir nada a nadie. Y jamás quisieron confesárselo el uno al otro. Pero ellos sabían que ese era su último año de instituto. El año próximo vendría la universidad, ésta era más dura y ocupaba mucho más tiempo que el instituto. Además, ya no serían más compañeros. Si deseaban confesarse, ese era el año indicado.

    - Hola, chicos –apareció Rin con una gran sonrisa de lado a lado.

    - ¿Y esa cara? –preguntó Kagome maldiciendo el hecho de que ya no podría estar a solas con Inuyasha.

    - Tengo un punto a mi favor en literatura –mostró Rin su mano haciendo con los dedos la famosa “V” de victoria.

    - ¿Qué le dijiste sobre nosotros al tonto ese? –quiso indagar el blanquecino preocupado.

    - Nada.

    - ¿Nada?

    - No preguntó por ustedes. Tomó lista, pero al ver que ustedes no estaban no dijo nada.

    - Ya veo… -Inuyasha quedó dubitativo.

    - Bueno, eso significa que nos salvamos –se puso de pie Kagome aún sosteniendo entre sus hombros la chaqueta de su amigo-. ¿Volvemos al aula?

    - Sí –respondieron Inuyasha y Rin.

    - - - -

    Él día escolar había terminado. Como siempre, los tres amigos hacían el camino juntos hasta cierta calle donde se separaban.

    En el trayecto siempre pasaban por una gran casa de maquillaje, donde una mujer, vestida en trajes que iban variando el color día a día, vendía con gran alegría su mercancía a los clientes.

    - Esta casa es un sueño –decía Kagome pegando su rostro contra el vidrio del negocio- . En eso tú y tu madre se diferencian, Rin. Ella le fascina maquillarse y a ti te he visto unas dos veces maquillada.

    - ¿Eso es nuestra única diferencia? Yo diría que hay muchas más… Y no hablo precisamente del carácter –comentó Rin con una media sonrisa.

    - Tonta –dijeron al unísono Inuyasha y Kagome ante el comentario de su amiga.

    Los dos sabían muy bien a qué se refería. Pero prefirieron no entrar una vez más en ese terreno.

    - ¿Vives con tu hermano? –preguntó Rin repentinamente.

    - Afortunadamente, no. Él se compró un pequeño departamento. Así que en mi casa estamos mamá, papá y yo muy felices –sonreía el albino.

    - Me pregunto por qué te habrá empezado a odiar tanto tu hermano… -habló Kagome al aire.

    - La verdad no lo sé. Ni pienso hablarlo porque eso terminaría en un baño de sangre –apretó Inuyasha con ira sus puños.

    - Qué exagerado –comentó la azabache desviando la mirada.

    - Hoy en la clase leyó un haiku muy bello, hecho por un autor argentino –contó Rin con los ojos cerrados y un semblante soñador.

    - Sin duda te fascina la literatura. Haces bien en seguir Letras –la alentó Kagome.

    La otra, tan sólo sonrió mostrando su risueña sonrisa que tanto la caracterizaba. Inuyasha y kagome envidiaban en cierto punto lo bien que Rin podía sonreír siempre.
    - - - -

    Al entrar al pequeño departamento, el hombre que estaba vestido en un traje azul marino fue hasta un pequeño estante con puertas de vidrio, lo abrió y sacó de allí una botella de whisky. Se sirvió en un vaso y lo bebió. Acto seguido, se quitó el saco y de su maletín sacó una delgada carpeta que en la parte superior tenía un nombre escrito.

    - Rin Tanaka… Parece que siempre tuvo los primeros promedios en literatura –hojeaba el hombre el expediente que había logrado conseguir del colegio-. Diez, diez. Todos los años tuvo diez. Veremos si me place ponerle un diez este año.

    Sesshoumaru cerró el expediente y se sentó en un sofá. Cerró los ojos, echando la cabeza para atrás y por alguna extraña razón, en su mente le apareció la alegre sonrisa de aquella muchacha del simpático mechón.

    - Mejor me voy a dar un baño y me pongo a preparar la próxima clase –pensó el albino sin meditar la razón por la cual Rin había aparecido en sus pensamientos.

    - - - -

    Una fría brisa soplaba haciendo que los largos cabellos del profesor de literatura bailaran en el aire. Éste al ingresar en el instituto podía sentir todas las miradas de admiración por parte de las alumnas. Sin embargo, en cierto momento sintió una que no traía consigo admiración alguna, más bien era ira.

    Sesshoumaru, haciendo aparecer en sus labios una media sonrisa cínica, se volteó para verle la cara a la persona que trataba de intimidarlo con la mirada.

    - Inuyasha… Espero que para hoy hayas traído el haiku. Lo pediré de vuelta –informó el profesor-. Lo mismo para ti, Higurashi.

    El joven maldijo por lo bajo y Kagome, quien se encontraba a su lado, tan sólo tragó saliva y se preguntó por qué no se quedó en su linda y cálida camita. Nuevamente, ninguno de los dos había buscado algo para la temida clase de literatura.

    Cuando la mirada ámbar del profesor siguió de largo, en vez de encontrar a la alumna Rin Tanaka, se encontró con un espacio vacío. ¿Dónde estaría?

    - A mi eso no me concierne –pensó Sesshoumaru incorporándose.

    - ¿Viste eso? –cuestionó Kagome.

    - ¿Qué?

    - Tu medio hermano buscaba algo, supongo que una persona. Pero no sé a quien.

    - ¿Sesshoumaru interesado en encontrar a ALGUIEN? Estás loca. A él la única persona que le interesa en este mundo es él mismo. Nadie más.

    Debido a que Inuyasha siempre fue de los que hablan gritando, el profesor pudo escuchar cada palabra que intercambió su medio hermano con la joven azabache. A él le encantaba contradecir a su hermano en todo. Pero en ese momento, odió el tener que hacerlo. Eso significaba que a Sesshoumaru le interesaba una persona. Para peor, ¡una alumna! Pero después de todo, era tan sólo interés.

    - Tan sólo eso…

    Continuará...
    - - - -
    El haiku que elegí para este capítulo me encanta. Amo cuando comparan el caer de las flores del cerezo con el caer de la nieve. Por cierto, lo de la transitoriedad que aparece en el poema es lo siguiente: el cerezo sólo está en flor una semana y la nieve que cae en primavera se derrrite ni bien toca el suelo.
    Espero que hayan disfrutado el momento entre Inuyasha y Kagome, ¿no son re lindos?

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    ~Sunzure Russo~

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    Re: ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)

    ahhhhh!!!!!!!!!!!!si!!!...
    que lindos!!!^^
    pero cierto son re cobardes!!!!!
    porno entrarala la clase de m,i sesshito!!!!
    espero conty!

    Bsssttooossss
     
  6.  
    KagoRinneSama

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    Re: ¡Adiós al Instituto! (Inuyasha y Kagome/ Rin y Sesshoumaru)

    siiiiiiiiiiiiiiiiiiii son relindos
    que fino a sessho le gusta rin jejeje que problema ya que el es el profesor de literatura
    espero que mi inu y kago se confiecen su amor pronto
    espero la proxima conti
    bye
     
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  1. silvi_chan
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