One-shot ¡A la Carga! [Left 4 Dead 2]

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por Luncheon Ticket, 3 Junio 2020.

  1.  
    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

    Virgo
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    Escritor
    Título:
    ¡A la Carga! [Left 4 Dead 2]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1489
    Buen día, hoy vengo a compartir con ustedes un fic del aclamado Left 4 Dead 2. Es obvio que a los fanáticos de este título les será sencillo entender las situaciones expuestas aquí, para los que no, dejaré un par de aclaraciones.

    Este es un juego ambientado en una especie de apocalipsis zombie. Hay infectados comunes y especiales. Sobre este segundo grupo me explayaré más.
    Una Witch es una mujer infectada cuyo llanto es un aviso siniestro de su presencia. Está el tipo normal (sentada en el suelo y que ataca ante cualquier estímulo) y la caminante, que se mueve libremente sobre el escenario y es aún más fácil de provocar (se la considera el segundo infectado especial más letal).
    El Tank sería el primer infectado especial más peligroso, un monstruo enorme y feroz, que resulta ser una masa amorfa de grandes brazos y musculatura monumental (al menos, en comparación con sus colegas). Tiene mucha resistencia y es necesario actuar en grupo para suprimir sus poderosos ataques.
    La Spitter es otra infectada especial hembra, y como todos ellos, su apariencia es horrible. Escupe un ácido por la boca que es necesario rodear para no recibir daño.
    El Boomer es una criatura oronda, de mucha masa corporal y lento, que escupe su vómito para atraer a infectados comunes y que así ataquen en grupo a la víctima. Además es el más débil de todos, explotando ruidosamente si se le dispara, a causa de su considerable obesidad.
    El Charger es el segundo infectado especial con una gran corpulencia (después del Tank), que corre hacia su víctima para atropellarlo y, una vez separado de su grupo, golpearlo repetidamente contra el piso, usando uno de sus grandes brazos (mientras que la otra extremidad es inútil debido a su tamaño diminuto).
    Finalmente, el Smoker es un individuo delgado y alto, que usa sus órganos (no se sabe a ciencia cierta si es una lengua o su intestino) con el propósito de capturar a su objetivo desde la distancia y arrastrarlo para atacarlo una vez cerca, o dejarlo colgado para que otros infectados lo ataquen. Cuando muere deja un vestigio de humo verde.

    Muy bien, espero que así quede cualquier duda aclarada de antemano.


    ¡A la Carga!


    Sobre el papel, la misión era bastante simple: atravesar la ciudad factoría, internarse en la fábrica de la azucarera Ducatel, cruzar por el cañaveral, hacerse con la mayor cantidad de combustible posible y luego emprender el regreso hasta abordar el bote de Virgil nuevamente. Lo que no sería fácil: acometer tal proeza sabiendo que el sitio estaba plagado de Witches. Aún peor, hacerlo durante una tormenta que se preveía como un diluvio. Pero la urgencia y la necesidad de seguir adelante eran mayores.

    —Muy bien gente, manos a la obra —anunció Coach, un corpulento moreno que acababa de recargar su escopeta—. Ya lo dice aquel adagio, “al mal momento, darle paso”.

    Ellis, un muchacho inquieto con pintas de ser mecánico, se acomodó la visera y luego apretó firmemente su bate de béisbol. Nick, quien era un hombre que lucía un traje de etiqueta, le dedicó un poco de su aliento al rifle de asalto que portaba para sacarle brillo. Rochelle, una mujer afroamericana de aspecto casual, enarboló un rifle de caza recién encontrado. Todos asintieron después de mirarse entre sí. Coach, obedeciendo el procedimiento que empleaban en general, salió primero de la cafetería. Los demás le siguieron casi al instante.

    Liquidaron a doce o trece infectados comunes antes de pasar por un pequeño parque donde había hamacas y toboganes. Cada disparo era sumamente certero, dando directamente en la diana. Ya sea en medio de la frente, en el pecho, o en las piernas, los ígneos proyectiles destrozaban la carne y los huesos de aquellas pútridas criaturas. La experiencia de los supervivientes junto al poderío de sus armas era formidable. Más aun teniendo en cuenta que antes de empezar el apocalipsis ellos no se especializaban en el uso de armas de fuego. Pero era imperante subsistir.

    Nick se dispuso a ejecutar una táctica muy efectiva para prevenir potenciales ataques sorpresa, ya sea por parte de la horda, algún infectado especial esperando a darles caza o, lo que era un peligro todavía más letal, un ominoso Tank. El individuo de vestimenta blanca franqueó los muros de una casa, los cuales daban a una calle que se consideraba como un buen atajo para arribar al siguiente refugio. Llegó hasta el borde del mentado paredón y sacó la cabeza muy despacio para revisar el perímetro. Dispuestos en fila, sus compañeros aguardaban el resultado a sus espaldas.

    El vigía sonrió, constatando que el panorama era alentador. Intercambió con Coach una mirada extraña, una que nunca antes había demostrado. El hombretón, al divisarlo, asintió. Claramente comprendía lo que pasaba y su gesto era como dar una venia. Rochelle se dio cuenta de todo y por ese motivo dudó un poco, parecía bastante desconfiada. Coach posó su mano sobre uno de los hombros de la mujer para indicarle que la situación estaba bajo control, que perdiera cuidado. Ellis, en tanto, se distrajo por una lata de conserva que estaba tirada en el suelo. Nick le llamó la atención.

    —Ellis, maniobra delta naranja. Tres dos cinco. Tortuga marina —espetó, y el joven puso cara de no comprender nada en absoluto—. Ve, te toca avanzar primero —movió la cabeza varias veces para indicarle que siguiera adelante.

    —Está bien, Nick. Recibido: tortuga andina —respondió el muchacho a medida que se movilizaba.

    Coach se tapó la boca para suprimir una carcajada. Ellis abandonó la protección de la pared, creyendo que no había moros en la costa. Escuchó un bufido que era seguido de un grito feral, parecido al que suelen hacer algunos animales de granja; concretamente las vacas o los toros. Sintió que un empellón con la potencia de un tren le había alcanzado por un lateral, dejándolo tumbado sobre el pavimento. El ataque provenía de un inoportuno Charger, el cual lo había embestido ni bien quedó expuesto. Éste, haciendo uso de su voluminoso y desproporcional brazo, golpeaba intermitentemente la espalda del superviviente contra la superficie del suelo.

    «¡Pum! ¡Crack! ¡Tumb! ¡Pam!»

    Cada golpe sonaba por todo lo alto. Los tres miembros restantes de aquel grupo estallaron en risas. Ellis, en cambio, no se lo estaba pasando nada bien.

    —Ayuda, amigos. ¡Ayuda! —suplicaba a grito pelado.

    Nick aprovechó aquel “inesperado” imprevisto para aclarar el motivo del plan que previamente había pergeñado y por el cual su compañero de armas estaba siendo vapuleado.

    —¿Recuerdas aquella vez que me dijiste que habías conocido una superviviente muy atractiva, la cual me esperaba en determinado edificio para intimar conmigo? —el hombre sonrió, antes de proseguir—. Bueno, ya era hora de cobrarme aquella broma, la cita que me preparaste con esa Spitter. Gracias, mi “Cupido”.

    «¡Pum! ¡Crack! ¡Tumb! ¡Pam!»

    Los golpes continuaban con vehemencia.

    —No era para tanto, Nick. Además, no fue una mentira eso de que era atractiva. Qué resentido eres —reclamó Ellis—. Vamos Coach, dame una mano, por favor.

    —¿Qué te dé una mano? —preguntó el moreno, casi cansado de tanto reír—. ¿Y olvidarme de esa ocasión en que disparaste a un Boomer al grito de “¡carnaval!”, solo para empaparme en su bilis?

    —Oh, sabes que no fue a propósito, Coach. Hasta nos pasamos un buen rato limpiándote el vómito —dijo Ellis—. Rochelle, tú no eres como ellos. Haz que esta endemoniada bestia me suelte de una buena vez.

    «¡Pum! ¡Crack! ¡Tumb! ¡Pam!»

    Y los golpes no parecían querer detenerse por nada del mundo. La mujer se llevó una mano a la cintura, antes de responder.

    —Por supuesto, querido —alegó ella, con una expresión sarcástica en el rostro—. Como cuando tú hiciste lo mismo por mí al dejarme colgada con ese Smoker, nada más para andar comentando “miren chicos, ¡una piñata! ¡Y se parece mucho a Rochelle!”.

    —Debiste ver cómo movías tus piernas. Y no es que te golpeara tan fuerte con mi bate. Pero está bien, ¡está bien! —reconoció Ellis—. Admito que mis bromas fueron algo pesadas. Estamos a mano, supongo —concluyó, esperando realizar una reconciliación.

    Varios disparos resonaron a su alrededor. El Charger cayó muerto poco después, exhalando su último aliento a causa del plomo recibido. El joven se incorporó después de un minuto, un tanto adolorido. Utilizó un kit de primeros auxilios que tenía a buen recaudo. Luego sacudió las manchas de polvo de su camiseta. Nick se le acercó para ayudarlo, guiñándole un ojo. Coach le dio una amistosa palmada en la espalda. Rochelle le acomodó la visera, sonriéndole. Ellis llegó a la conclusión de que, así y todo, sus chascos habían valido la pena. Al menos tenía un par de cosas graciosas que contarle a su amigo Keith cuando se reencontrara con él.
     
    Última edición: 3 Junio 2020
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  2.  
    wasabi

    wasabi Flamer Comentarista empedernido

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    La verdad el plan me parecía demasiado elaborado, pero no imaginé que fuera todo para regresarle las bromas a Ellis xD Siento su dolor porque los Charger tienen una fijación tremenda conmigo y literal me buscan, el ver como te golpean contra el suelo una y otra vez es algo que no le deseo ni a Ellis. Aunque seguro no sirvió de nada y seguirá con sus bromas, es algo bastante gracioso de contar entre sus compañeros.

    ¿Falta una broma con alguna Witch o un Tank? Seguro eso sería ir demasiado lejos y ser muy pesados, no imagino de cuál es más difícil escapar.

    Me encantó el tono que le diste a tu fic, es muy al estilo de L4D y me ha dado alegría el uso de todos los guiños al juego, después de leer esto solo quiero ir y volver a jugar algunas campañas usando al bueno de Ellis para trollear con las alarmas de los autos.


    Saludos c:
     
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  3.  
    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

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    ¿Trolleas con las alarmas? De las "puteadas" que te habrán dedicado...
    XDDD!!
    Este relato lo ideé justamente en medio de la campaña en la que se ambienta, parece que allí los Chargers se "envalentonan" de más, es como que sus embestidas extrañamente son más certeras y frecuentes. No me da vergüenza admitir que más de una vez me han incapacitado, incluso. Había ocasiones en los que hasta me causaba gracia lo tan repetitivo de los ataques a mi personaje.
    No sé, es como que L4D tiene ese "aire" que te invita a "joder" un rato y tomarte todo de buen humor más que con disgustos, por fortuna.
    Esperemos el rumoreado Back 4 Blood, mientras.
    Hasta luego, Wababy. Siempre es un placer.
    :)!
     
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