Bosque del Lago

Dante Miles

Terminó adentrandose hacia los árboles un poco más al fondo del bosque en busca de algun otro pokémon un poco más amigable que no terminara lanzando nada frio a su rostro, que vamos, le gustaba el clima así pero no directamente a su rostro y mojara su ropa.

Y encontrarse a los Minccino saltando a su cabeza lo alegró un poco, de nuevo tomó una baya de su mochila pero esta vez la partió a la mitad para repartirlo a ambos pokémon y con eso, se tomó una foto con ellos, no solía hacerlo al no ser un fanático de verse en fotografías pero... era mejor que nada.

 

Dante Miles

No pasó mucho tiempo acompañado de esos pequeños pokémon, cuando encontró un árbol que le pareció lo suficientemente parecido donde los había encontrado, les ayudó a subir por el tronco hasta que desaparecieron de su vista.

Lo que no esperó fue encontrarse a ese Riolu a lo lejos y claro, su cámara no perdió la oportunidad.

 

Dante Miles

Ver justo otro Riolu pareció ser una gran coincidencia, ¿estaba acaso teniendo alguna clase de patrón de encontrarse dos pokémon iguales en el bosque? No recordaba que en sus anteriores visitas hubiese visto algún Riolu y ahora... había visto dos sin mucho esfuerzo, le parecía curioso cuanto menos.

 

Dante Miles

Guardó las fotos que había tomado después de observarlas por un tiempo, guardó aquella en la que salía él en su bolsillo y las demás terminaron guardadas en su mochila, más tarde cuando estuviera fuera de allí las organizaría o algo parecido.

 

Dante Miles

¿Tendría que pasar por Lienzo para agregar aquellas fotos a su album? ¿Debería comprar otro e iniciar directamente ese? No quería dejar uno sin llenar pero...quizás iniciar otro tampoco podía ser una mala idea, en especial por todas las situaciones que habian sucedido y su...bueno, gran tiempo fuera.

 

Dante Miles

O quizás en vez de pensar en el álbum debería comenzar a pensar en lo que haría una vez que los holders que acompañaban a Alpha decidieran tomar rutas distintas, sabía que tenía que retomar ciertas cosas, lo había prometido. Pero... iniciarlas, iniciarlas era el problema más grande que tenía siempre, había estado tan lejos de las batallas que, pensar que tenía que volver lo ponía un poco ansioso.

 

Dante Miles

En su camino, pareció seguir encontrandose con pokémon que no solía encontrarse en sus visitas, cosa que le agradaba bastante, más si quería iniciar de nuevo con su pequeña misión de fotografía así que, esos Pinecos no tardaron en ser retratados con su cámara.

 

Dante Miles

Después de un tiempo caminando y fotografiando cosas que le parecían interesantes, ver una mancha roja en toda la nieve llamó su atención y al acercarse un poco más, notar que era un shinx totalmente fuera de lo usual lo sorprendió. Ni siquiera tuvo que sacar su pokédex para comprobar si era o no similar a los pokémon de Udan, porque, de lo contrario no había encontrado ninguna explicación.

Se colocó a su altura y le ofreció algo de comida algo bastante maravillado, luego de mantenerse un tiempo frente a el, acercó su mano con lentitud para no asustarlo y al notar que mas bien parecía tener más curiosidad que miedo, finalmente se animó a acariciarlo.

—Hola amigo...—sonrió —, ¿te gustaría venir conmigo? ¿Sí? —Con una positiva por parte del pokémon y la emoción con él, sacó una pokébola de su mochila y dio un toque en la cabeza de este.

De allí, creía que ya podía volver a emprender vuelo fuera de la ruta.

 

Steve Stone

¡Brrr!
​

¡A dónde me vine a meter! Estaba con todas las prendas veraniegas acordes al incesante calor de Udan, y definitivamente no estaba preparado para aterrizar aquí.

—¡A-a-choo! —estornudé—. Ay, ay ay. Este cambio fue muy radical...

>>¡Pero lo bueno es que esto es una caricatura!

Me giré rapidamente y... ¡voilá! Volví a mi atuendo anterior. Igual son de estilo veraniego, lo sé, pero la chaqueta y las calcetas ayudaban un poco más...

—Momento —dije, percatándome a dónde había llegado—. ¡Este es el Bosque del Lago helado...!

Boté un suspiro, nostálgico. Mi primera aventura fue aquí.... ¿Acaso esos portales se sincronizarán con tus pensamientos y emociones?

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Nekita ia iegué :3 No sé si alcanzamos ir al Frente! Estoy esperando que alguien me confirme

 

Dante Miles

Antes de que siquiera pudiera subir a Staraptor, un portal que conocía bastante bien se abrió frente a él. ¿Lo había llamado? No, en lo absoluto entonces...¿quién?

Se mantuvo allí, quieto al lado de su emplumado compañero, atento a quien podría salir de aquel portal tan repente pero, cuando vio a Steve pudo decir que estaba sorprendido, ¿tanto tiempo había pasado? No, no, estaba seguro que habian pasado un par de días solo pero...¿le habría asustado el paso? Tan solo de pensarlo se sintió culpable, quizás debió haber esperado un poco más de tiempo.

—¡Ste...!

Y de un momento a otro, ya no tenía ropas playeras. Llevó una de sus manos a su frente y miró a Staraptor con confusión, ¿estaba comenzando a enfermarse y había tenido una alucinación o... Steve si...? Sacudió su cabeza rápidamente, mejor no pensar en ese detalle de allí.

—¡Steve, por aquí!

 

Steve Stone

—¡Oh, Dante! Ha pasado tiempo desde que desapareciste misteriosamente en el paso sinuoso —bromeé haciendo una mueca juguetona—. ¡Tranqui, es una broma!

Tuve que hacer la aclaración. Conocía al elegante hippie de hace tiempo ya, y sabía que le causaba malestar el pensar que podía haber quedado mal con alguien. Proseguí a mirar el lugar nuevamente, soltando otra bocanada de aire y dije:

—Pues, logré salir del paso sinuoso pronto, pero lo que vino después fue todo un poco confuso. Logré obtener las ropas Udanienses y todo eso... pero i que había que conseguir dinero trabajando... ¡y es más difícil de lo que parece!

>>A lo mejor debí haberme aventurado de una con las pruebas. Quizá hubiese conseguido dinero de una manera menos tediosa y más entretenida y rápida. Pero bueno... queda para la siguiente vez. Necesitaba regresar.

Miré al chico Miles. Lo que me gustaba de él era que te escuchaba tan atentamente. Sentía que le podía contar cualquier cosa, y él iba a escuchar atentamente y hasta podía dar unos consejos súper sabios... como un hermano mayor. ¿Creo que Ukita le decía así? Si estoy en lo cierto, ya veo por qué lo hace...

—Retomar mi rumbo... ha sido más difícil de lo que parece, ¿sabes? No logro nunca darle al clavo. Sé que tengo que tener paciencia, pero antes... cuando no pensaba tanto, ¡todo era tan fluido!

>>Nada más aquí fue donde capturé a Scizor. ¡Y a mí ni se me habría ocurrido que eso iba a pasar! Fue una de las mejores cosas que me ha pasado en este viaje, la verdad...

 

Dante Miles

Un pequeño suspiro de alivio salió de sus labios cuando mencionó que aquello era una broma, por un segundo su corazón se había achicado un poco al pensar en que realmente había hecho considerablemente feo a él al solo desaparecer, con aviso, pero desaparecer. —¿En serio? Me alegra que hayas podido llegar con Chuma, yo... no soy muy fanático de su ropa pero, lo que sea por encajar en la región, ¿no? —rio con suavidad, recordando cómo Steve se había sorprendido al verlo de forma tan playera.

—En cuanto a los trabajos, bueno, quizás hacer las pruebas hubiera sido más facil pero si es un tanto complicado... —Se animó a acariciar su cabello cuando escuchó que necesitaba regresar aquí, en eso sí podía entenderlo, a fin de cuentas él había hecho exactamente lo mismo —. Bienvenido entonces y, tranquilo, a veces después de unos cuandos topes... todo vuelve a fluir, confia.

>> Quizás apareciste aquí para recordar justo eso y animarte, ¿no crees?

 

Steve Stone

Esbocé una leve sonrisa.

—Sí, quizá tengas razón, fancy-hippie. Gracias por la bienvenida —agradecí contento—. ¡Siempre tienes las palabras indicadas, chico...!

Añadí lo último dándole un suave golpecito amistoso en el hombro. Tal vez... todo pasaba por algo como decía él, y como suele decir la gente en general. Quizá no era casualidad que haya llegado justo a este lugar, y justo haya estado Dante para afirmar el punto. A lo mejor era una señal clara de que debía mantenerme en movimiento. Que mi viaje no terminaría aquí. Y que quizá... cuando menos lo espere, despegaré otra vez.

*¡Click!**¡Click!**¡Click!**¡Click!**¡Click!**¡Click!**¡Click!*
​

—¡Woah! —grité, casi resbalándome por como todo eso me pillo desprevenido.

¡Era mi holomisor! Rápidamente me empezaron a llegar un montón de alertas, y no dejaba de vibrar y sonar. ¿Pero qué rayos...?

—"Steve, hoy me juntaré a tomar el té con Emmy Awards" —leí en voz alta—. "Steve no puedo creer que no me dijiste que te ibas a... ¿Uganda?". "Steve, la ciudad rumorea que E-mail y Anako Honda son pareja... y eso emociona a mi espíritu fujoshi que tenía de adolescente, ya quiero que estén juntas como Diantres con Horquita".

—¿...qué? —terminé de decir, confundido.

Sacudí mi cabeza, y silbé, retomando la compostura. No dejaban de llegar mensajes. ¡Que horror lo que hace la no-señal de Udan!

—De acuerdo, creo que tengo un caso de mamitis aguiditis, así que mejor voy a ver a mamá que ya llegué antes de que mande más y más mensajes —comenté, con una sonrisa nerviosa—. ¡Gracias por todo, Dante! Nos estamos viendo.

Lancé una pokébola y salió el hada maternal al campo. Se veía más vigorosa y fuerte, y eso me emocionaba un montón. ¡Creo que, al final del día, sí rindió algunos frutos el entrenamiento que hice en este último tiempo!

—¡Cuidate mucho! Estamos hablando —Me subí al lomo de Togekiss y volteé a mirar una vez más a Dante, con una mirada pícara antes de irme—. Y vaya que los shippean con "Horquita", ¿eh?

Síp, yo también los shippeo. Dirigiéndole una última risa amigable, despegué por los aires con Togekiss, con rumbo a un nuevo destino.

 

Dante Miles

No tuvo tiempo de aportar más a la conversación gracias a los repentinos mensajes que decidieron bombardear a Steve de un momento a otro, incluso él se había asustado por el ruido tan repentino de las notificaciones así que, sin ánimo de interrumpir prefirió quedarse callado, permitiendo a su amigo hablar o...¿escuchar más bien? Esos mensajes.

¿Le parecieron raros? Aboslutamente.

¿Era algo que esperaba de ella? Sí, a decir verdad sí y era algo que le resultaba bastante gracioso, incluso adorable.

—¿Qué? Oh, sí, claro —sonrió con levedad, rascando su nuca de forma nerviosa, se había desconectado un poco al perderse en sus pensamientos —, pero Steve yo quiero preguntar, ¿quién es "Horquita"? —La aparición del pokémon de Steve lo puso un poco más ansioso, quería comprender un poco mejor aquel mensaje de Stephanie —, ¡Steve espera, en serio! ¿¡Quién es Horquita?!

Ya en el aire era incluso menos probable que le respondieran sus preguntas.

—¡¿Quién es y por que nos...?! ¿¡Por qué dices que quiere que seamos pareja?! ¡Steve! —Suspiró, demasiado tarde—...Staraptor... ¿de-debería preocuparme? ¿Por qué siento que me estoy perdiendo de detalles importantes de incluso mi propia vida? —Miró a su pokémon más confundido que nunca, y a decir verdad no fue ningún consuelo que este le viera de la misma forma, sin entender absolutamente nada de lo que había ocurrido allí, dejó caer con suavidad su cabeza en su plumaje y revisó su pokédex con cierta curiosidad.

Noup, ningún mensaje.

Volvió a guardarla en su mochila, no habría un destino en especial entonces. Como la mayoría de las veces, suponía.

—Vamos Staraptor, veamos a donde podemos terminar yendo esta vez. —Y así, subió a su lomo y partieron de ese lugar finalmente.