One-shot de Naruto - Sin cabeza.

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Temarii Juuzou, 15 Octubre 2018.

  1.  
    Temarii Juuzou

    Temarii Juuzou Maestre

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    Escritor
    Título:
    Sin cabeza.
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1372
    Autor: Temarii Juuzou.
    Título: Son cabeza.
    Tipo: One-shote.
    Género: Drama.
    Advertencias: Regrese, que mejor modo que en una actividad <3
    Mi personaje personal que me toco fue Kankuro & él monstruo fue Sleepy Hollow.
    & eso, disfruten, bai.

    _______________________________________________________________

    Sin cabeza.​

    Halloween se acercaba & eso solo podía significar una cosa: Temari volvía a la aldea de la arena. No por mucho, unos cuantos días en los que estaría de visita & disfrutaría del festival, lo que significaba otra cosa; traería a Shikadai con ella. Eso había emocionado a los dos hermanos, tener al pequeño era siempre un placer, pero Kankuro preferiría tenerlo en otra fecha del año, cualquiera, menos Halloween.

    Kankuro odiaba Halloween.

    Siempre, cada año sin excepción alguna, se ocultaba en su habitación la noche del 31 de octubre y no salía de ahí hasta que el amanecer llegará, así desde que había cumplido 8 años, hacía más de una década. Nadie entendía porque, Gaara no insistía y Temari había desistido a saber la razón hace tanto, pero el pequeño Shikadai no pararía de preguntar o incluso se insistir que su tío saliera con él a pedir dulces, sobre todo, porque Gaara no podía darse el lujo de salir a pedir dulces.

    Así que, una semana antes de la llegada de la familia Nara, el marionetista había intentado de todo para poder contraer alguna enfermedad que le impidiera salir de su hogar. Una semana entera en el hospital, que solo lo logró cansar pero no enfermar.

    –No lo entiendo, por lo menos por tu sobrino podrías hacer el esfuerzo. –Le había dicho Mei, su novia desde hace ya un tiempo.

    –No es que no me guste… –respiró hondo y miró a los ojos de su novia. – Me… me da miedo. –titubeo, pero al final lo había dicho, había tenido el valor que pensó, se había ido hace mucho tiempo. Cerró los ojos con fuerza mientras esperaba una risa que jamás llegó.

    –Es humano tener miedo. –La chica tomo con cariño la mejilla sin pintura del castaño. – Pero es de ninjas afrontar el miedo.

    Aquello le había servido para desistir de sus planes de huir a la fecha. Así que paso los días antes de la llegada de su sobrino para poder mentalizarse; realizó ejercicios de respiración, tomo bastante té de hierbas antes de dormir y preparó el mejor disfraz del mundo. Para cuando su sobrino llegó, podía sentirse el hombre más valiente del mundo y ver a su lindo sobrino de 4 años lo hizo darse cuenta que debía ser valiente, para dar un buen ejemplo como el hermano del Kazekage, como el tío de Shikadai, como Sabaku No Kankuro.

    –Mira tío, mi abuela me hizo este disfraz. –había dicho el pequeño mientras entraba sin llamar a la puerta de Kankuro.

    El castaño estaba pintando su rostro, en tan solo unas horas comenzaría el festival y el pequeño Shikadai iría a los mejores lugares a pedir dulces. Kankuro, para sorpresa de Temari, se había ofrecido a acompañarlos, así que desde el comienzo de la tarde, había pasado su tiempo preparándose para la noche, colocándose su disfraz: un traje negro con corbata y un sombrero de copa. Poco original, pero el maquillaje le ayudaría demasiado: un rostro de madera, claramente, sería una marioneta.

    –Yo creo que seré el niño más original.

    –Yo creo que si… –dijo el marionetista mientras se daba la vuelta y miraba a su pequeño sobrino. El niño llevaba unos pantalones negros y una capa, pero lo más sorprendente, era su saco que le llegaba arriba de su cabeza, para simular que no tenía una. Kankuro se quedó tan pálido que la mitad del rostro sin maquillar parecía brillar en la tenue luz de la habitación.

    –Tío ¿Estas bien? –el pequeño de los Nara se acercó a su tío, lo que aceleró el pulso del marionetista aún más.

    –S-si… es solo que… – ¿Qué decirle a un pequeño de 4 años? ¿Qué su disfraz le había aterrado, pese a que es algo muy poco conocido? – Estoy algo enfermo y me siento un poco débil a veces… deberías ir a ver si tu mamá esta lista.

    El pequeño se fue sin dejar de mirar raro a su tío, pero el simple hecho de que el niño ya no estuviese en la habitación con él, le había calmado un poco.

    Se sentía como un idiota.

    No. Era un idiota.

    Era solo un disfraz; no, no era el disfraz. Era a quien retrataba. El jinete sin cabeza. Aquel ser que le persiguió en sus pesadillas durante tantos años. Aquel que había intentado llevárselo dos veces.

    Cuando Kankuro tenía 7 años, su hermana mayor había sido la encargada de llevarlo a él y a Gaara por la aldea para poder pedir dulces, por cosas del destino y a lo que ya se estaba acostumbrando, unos niños más grandes habían hecho enojar a su pelirrojo hermano, por lo que la pequeña rubia había tenido que ir en busca de ayuda de un jounin que pudiese parar al pequeño demonio. Kankuro, con su disfraz de calavera y su bolsa llena de chocolates, se había sentado cerca de la entrada de la aldea, prefería alejarse de todo problema y disfrutar la noche de soledad, era más que obvio que después de aquel ataque, tendrían que volver a casa.

    La brisa fresca de la noche le daba directo a su espalda, despeinándolo. Un chocolate entro en su boca y la basura voló fuera de la aldea, ahí fue cuando lo vio por primera vez: un jinete, montado en un caballo. Cosa rara, difícilmente veías a un ninja en caballo, lo que significaba que seguramente, no era un ninja. Quizá un bandido y estaba en problemas si se quedaba viendo cómo se acercaba sin hacer nada. Pero había algo extraño en aquel hombre que no podía evitar mirarlo. Fue cuando un rayo calló un rayo detrás del jinete y pudo verlo: no tenía cabeza.

    Y sin cabeza, aún podía sentir como este le miraba.

    Nadie le creyó. El siguiente año, había salido con sus hermanos y lo mismo había pasado, pero esta vez peor. Aquel jinete había logrado llevarlo un kilómetro lejos de la entrada de la aldea y, de nuevo, nadie le había creído. Jamás volvió a salir en Halloween, no podía soportar el miedo de aquella mano jalándolo y los ruidos del caballo le penetraban las orejas cada noche.

    Había pasado los últimos tres días intentando olvidar aquel miedo, pero ver a su pequeño sobrino con su disfraz le había helado los huesos. Intentó terminar su maquillaje, pero la mano le temblaba y la respiración se le agitaba con el paso del tiempo. Tú eres valiente, un fantasma no te va a hacer flaquear. Y así fue como, con el cuerpo tembloroso, tomo la manita del ya arreglado Shikadai y caminaron por las calles de Suna.

    El tiempo pasaba, la bolsa de dulces se llenaba y el frío se hacía más fuerte. Todo iba de maravilla, tan solo debían pasar por las últimas tiendas y volverían a casa. Kankuro lo estaba logrando, pero entonces se paralizo. La fuerza con la que tomaba la mano de su sobrino incrementaba y el pequeño había soltado un gemido de dolor.

    –Lo… lo siento, Shikadai. –el marionetista soltó la mano del pequeño y miró hacía fuera de la aldea. Donde el jinete le miraba, desde su caballo.

    Si, sin rostro. Le miraba a él, porque nadie más podía verlo. Porque hace años intentó llevárselo y los ninjas de la entrada lo habían impedido. Porque, al parecer, aquel hombre sin cabeza no iba a rendirse nunca, hasta que Kankuro fuera suyo.

    Y el shinobi no lo iba a permitir.

    Con decisión caminó hasta la salida, escuchaba las voces de su hermana, de su cuñado y de su pequeño sobrino preguntándole a donde iba, que hacía, pero no tenía tiempo de contestar. Tenía que afrontar el miedo.

    No. Debía vencer el miedo.

    Camino hasta llegar a metros del jinete y este, con una risa fría y seca, desapareció, dejando a Kankuro desconcertado y en medio del desierto. Su hermana corría detrás de él preguntando a gritos que pensaba o que intentaba, que si estaba loco. Pero el marionetista no la escuchaba.

    Sabía que el jinete jamás le dejaría en paz.
     
    Última edición: 19 Octubre 2018
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    HokageLaura

    HokageLaura Shaaaaaaaaaaannaro

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    Kankuro es un personaje muy interesante. Jamás imaginé que lo vería como un miedoso en Halloween y más siendo un marionetista (hay algunas que sí dan miedo).
    Al leer la historia, tengo la impresión de que solamente Kankuro puede ver al jinete sin cabeza, es decir, es un producto de su mente. ¿Puede ser?
     
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  3.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

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    Cuando sacaste eso pensé por un segundo que harías a kankuro el jinete xd eso espero que hagan todos pero veo que hay mas posibilidades.

    Me gustó ver al marionetista asustado, con un miedo real ya que al no ser un personaje principal se le ve poco y aquí lo has hecho humano, como cualquiera, con inseguridades y miedos. Pero lo que mas me ha gustado es que ha vencido a su miedo por su sobrino y eso es tan dulce, habla muy bien de el como tio.

    Al final entonces ¿siempre vera al jinete?

    He notado algunas palabras repetidas, en la misma oración, intenta usar sinónimos. Quisiera haber visto mas a Shikamaru por que lo mencionaste y ni habló pero el fin era kankuro así que ha sido muy bueno.

    Saludos.
     
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  4.  
    Rahzel

    Rahzel Usuario popular Comentarista empedernido

    Aries
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    ¡Wow! Kankuro con miedo y un fantasma real ¿Es un fantasma? La verdad, es que me ha encantado, ha sido muy fluida la lectura y la explicación del por qué del miedo, aunque creo que lejos de superarlo, va a sentirse mucho más aterrado xD
    ¡Un abrazo!
     
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