Aunque sintiera la presencia de la azabache perforarlo hasta las entrañas, arañando su estómago y dejando que el vértigo lo inundara... Aunque su olor estuviera inundando el aire y el pozo brillara tanto como el día en que desapareció sin dejar rastro... Aunque sus manos sudaran y sus colmillos destrozaron sus labios... En el fondo del pozo, aunque quisiera, no hubo nada.
Está hermoso. Lo que no me pareció no sé, creo que fue el tiempo en que lo escribiste, no sé. Pero, esa es una época de la que no he leído muchos escritos, ese momento en que ella vuelve y él queda al "otro lado del pozo", ¿qué sintió? ¿Se sentaba donde antes estaba el pozo a esperar? ¿La llamaba, la añoraba? Fue muy lindo.