Harry Potter In loco parentis [Drarry]

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Lexy Gray, 21 Enero 2018.

  1.  
    Lexy Gray

    Lexy Gray ♡ Delirios de una patética soñadora ♡

    Cáncer
    Miembro desde:
    6 Enero 2018
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    19
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    In loco parentis [Drarry]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2270
    =INTRODUCCIÓN=

    Legal Disclaimer: Los personajes utilizados en esta obra son creación de la escritora J. K. Rowling en su conocida novela Harry Potter, el uso de ellos han sido con fines recreativos y de entretenimiento. No se pretende lucrar con el de ninguna manera.

    In Loco Parentis

    por Lexy_Gray.


    Fanfiction Slash (Drarry implícito)

    Universo Alterno.


    Título: In Loco Parentis.

    Autora: Lexy Gray

    Género: Yaoi/slash/BL

    Tipo: Fanfic/One-shot/Comedia

    Pareja: Draco Malfoy/Harry Potter


    Personajes: Draco M, Harry P, Narcissa M, Lucius M, Severus S.


    *OOC: Out of Character (fuera de personaje)



    Advertencia: El material que se presenta a continuación no es apto para todo público: puede contener violencia moderada, vocabulario vulgar, escenas explícitas y sexuales. Se recomienda discreción.

    (Lee con responsabilidad)

    Clasificación: Contenido Adulto.


    Sinopsis:
    Snape no esperaba tener esa conversación con el joven Malfoy. DRARRY, SLASH

    [In loco parentis es una locución latina utilizada en Derecho que se podría traducir al castellano como En lugar de uno de los padres. Se refiere a la toma de algunas responsabilidades legales paternas por una persona u organización. La corte estadounidense aplicó primeramente la doctrina de In loco parentis a las instituciones educativas]


    ***

    Severus Snape, finalmente profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras estaba corrigiendo unas redacciones de los alumnos de tercero sobre los vampiros, cuando alguien llamó a la puerta.

    —Adelante –dijo, un poco hastiado por la interrupción.

    Era Draco Malfoy. Ya en séptimo, el muchacho había salido bien parado de la guerra –él y Narcissa se habían mantenido neutrales, con ciertos gestos de ayuda a la Orden- y todo lo que tenía que lamentar era un padre en Azkaban durante los próximos diez años. Ahora le faltaban sólo un par de meses para terminar sus estudios y empezar a dirigir el imperio Malfoy. Severus estaba bastante convencido de que lo haría bien; Draco había estado un poco alicaído después de lo de su padre, pero hacía meses que había recuperado su espíritu combativo.

    Aun así, Severus tuvo la sensación de que Draco estaba un poco nervioso en aquella ocasión.

    —Buenas tardes, profesor.

    —Buenas, señor Malfoy. ¿A qué debo esta interrupción?—comenzó. El rubio sonrió con algo de aspereza, y en un destello de mirada dejó ver algo que -según el punto de vista de Snape- era muy parecido a la incomodidad. Severus hizo un intento de sonrisa tranquilizadora, pero esta salió más como una mueca y Draco se estremeció mientras se encogía en su sitio. El joven Malfoy estaba un tanto sonrosado, y a pesar de ser un tono muy leve sobre sus pálidas mejillas, no pasó desapercibido para el mayor. Más cuando sus ojos grises estaban tratando de evitar los suyos, sus manos sudorosas se limpiaban en el pantalón perfectamente arreglado del uniforme de Slytherin, sus labios amoratados se fruncían entre sí y una expresión de culpable lo delataba. Aunque Snape no sabía con exactitud cual era la razón por la que su ahijado se mostraba así.

    El peligraso enarcó una ceja cuando Draco apartó la vista en cuanto sintió el escrutinio de su profesor.

    —...Si está muy ocupado puedo volver en otro momento.

    —Entonces me habría interrumpido dos veces, en vez de sólo una. Hable.

    Draco se pasó la mano por el pelo libre de gomina.

    —Verá, profesor... no sé cómo decirlo... Bueno... tengo algunas dudas sobre... sobre ciertos temas.
    Temas que no estaría bien que discutiera con mi madre, no sé si me explico. Pero mi padre... bueno, él ahora no está disponible y usted es el Jefe de Slytherin y un buen amigo de la familia, y aquí está in loco parentis así que me preguntaba... Bueno, si podría hablarlo con usted.

    Los ojos del pelinegro se abrieron enormemente; ¡Por las pelotas de Merlín, aquel muchacho pretendía hablar sobre sexo con él! La primera reacción de Severus fue echar rápidamente a Draco del despacho, pero la mención a Lucius le hizo detenerse antes de esbozar el primer gesto. Y tenía razón, allí en Hogwarts, los alumnos de Slytherin eran su responsabilidad. Estaba in loco parentis, como decía Draco: en lugar de los padres.

    —Preferiría hacer como los elfos domésticos y plancharme las orejas, pero imagino que no se puede tener todo en esta vida—dramatizó—. Está bien, señor Malfoy, haga sus preguntas. Confío en que ya esté enterado al menos de lo más básico.

    Draco enrojeció un poco más de lo que estaba.

    —Sí, profesor, claro—murmuró Draco no sabiendo muy bien como iniciar, jugueteando con sus dedos tan sólo para tener algo entre manos—. Verá, quería hablar sobre... bueno, sobre ciertos hechizos.

    —¿Puede ser más específico?—preguntó, aunque Snape estaba deseando que no fuera más especifico en lo absoluto.

    —Por ejemplo, no estoy seguro de cuál sería el hechizo anticonceptivo más seguro.

    —Tengo entendido que el Coitus Tranquilus es el más eficaz en estos casos –contestó, preguntándose si eso significaba que sólo había sido cuestión de suerte que no hubiera aumentado el número de Malfoys en los últimos tiempos.

    —¿Cómo se hace?

    Snape tragó saliva y sacó su varita.

    —Tiene que realizar este movimiento apuntando directamente a la... ejem... vagina de su compañera.

    Draco no podía creer que su jefe de casa hubiera dicho vagina. Probablemente era la primera vez en toda su vida.

    —¿Así? –dijo Draco, repitiendo sus movimientos.

    —Sí, sí, perfecto –dijo, esperando que eso fuera suficiente. Pero no iba a tener esa suerte.

    —¿Y los hechizos para el sexo anal? –Severus estuvo a punto de dejar caer la varita, pero Draco no pareció notarlo, porque continuó como si nada—. No sé si se utiliza un solo hechizo para la preparación, lubricación y limpieza o son hechizos distintos. He mirado en la Biblioteca, pero no ponía nada.

    Severus intentó imaginarse a madame Pince permitiendo esas cosas en su biblioteca y su cerebro le avisó de que no estaba preparado para llegar tan lejos. Por otro lado, ¿sexo anal? No le sorprendía demasiado, porque todo el mundo mágico sabía que las clases altas siempre habían sido un poco disolutas, pero no sabía que el joven Malfoy tuviera esas inclinaciones. Por supuesto, había notado que las peleas entre Harry y él iban más allá de problemas de críos. Había notado la irritación del muchacho cuando las admiradoras de el niño que vivió lo atiborraban de cartas declarándole sus patéticos sentimientos a la hora del correo. Había sospechado que Draco tenía cierta admiración por Cedric Diggory o Viktor Krum. E incluso —a pesar de las innumerables veces que se había negado a creerlo— había escuchado los rumores que juraban que Potter y él estaban en una relación amorosa.

    Y mentiría si dijera que se sorprendía. Draco Malfoy era un sujeto más que solicitado —por hombres y mujeres por igual—, desde principios del tercer año había sido así. Tenía que admitir ante sí mismo que siempre había encontrado al rubio muy carismático. Pero, en ese momento se dio cuenta que no era sólo "carismático" (como se había limitado a opinar), de hecho, era un chico bastante muy atractivo. Dejó de usar gomina en el cabello, había alcanzado a medir un más que considerable 1,75 y sus hombros se ensancharon con simetría.

    Draco vestía un par de pantalones que se ajustaban deliciosamente en los lugares adecuados, la túnica negra de siempre que enfatizaba su piel pálida, y su cabello rubio platinado, (el cual a duras penas cubría sus oídos) caía libremente al rededor de su aristocrático rostro. Acentuando sus angulosas facciones y ojos de plata derretida.

    Snape sacudió su cabeza de lado a lado cuando fue consciente de lo que estaba pensando. Antiguamente el profesor nunca se idealizó pensando en la belleza del hijo de su amigo Lucius, pero los años le habían armado una jugarreta bastante confusa de la que no se podía negar.

    —Son tres hechizos distintos –dijo al salir de su trance, intentando sonar frío e impersonal, y no tan terriblemente incómodo cómo se sentía—. Para la preparación... Imagino que se refiere a la relajación del... humm... esfínter... puede usarse una pequeña variación del Distendo.

    Había dicho esfínter. Vagina y esfínter. Oh, Merlín, qué día.

    —¿Y para la lubricación?

    —Un Lúbricus debería de ser suficiente.

    Draco se mordió un momento los labios y lo miró con una ligera vacilación: —De casualidad..., ¿no sabrá cómo se hace?

    Snape suspiró para sus adentros.

    —Así –dijo, mostrándoselo.

    Draco lo observó atentamente y, como antes, repitió su movimiento. Severus se lo hizo repetir una vez más y le dio de nuevo su aprobación.

    —¿Sirve para lubricar también a una chica, en caso de ser necesario?

    —No veo por qué no—masculló el irritado Snape. Draco asintió como dándole la razón.

    —¿Y para la limpieza?

    —Creo que el agua y el jabón son insustituibles en estos casos.

    Draco volvió a ponerse un poco rojo.

    —Bueno, señor... me refería también a limpieza... interna. Nadie quiere sorpresas desagradables en esos momentos, no sé si me entiende.

    Oh, lo peor de todo es que le entendía. Severus, que se consideraba básicamente asexual, nunca se había parado a pensar aquel... obvio riesgo del sexo anal.

    —Me temo que... que en eso no puedo ayudarle, señor Malfoy.

    Draco suspiró.

    —Está bien... Supongo que alguien podrá decírmelo.

    —¿Algo más?

    "Di que no, maldito mocoso descolorido del demonio"

    —Pues... —Maldita sea—. Me preguntaba si conocería algún hechizo para estimular a la pareja. Ya sabe... algo para jugar un poco.

    "¿Jugar un poco?"

    —¿Por qué iba a saber yo esas cosas, señor Malfoy?

    —No sé, profesor. Usted siempre parece saberlo todo—Abrió un poco los ojos, como si le acabara de ocurrir algo—. Oh, no pretendía insinuar que tuviera usted una vida sexualmente activa a sus años, señor, se lo aseguro.

    —¿Qué? –exclamó Severus, ofendido. ¡Tenía sólo cuarenta años! Si no tenía una vida sexual era porque no quería, no porque fuera demasiado viejo—. Señor Malfoy, creo que deberíamos poner fin a esta conversación.

    Draco le miró con consternación.

    —Pero profesor, no le he preguntado nada aún sobre juguetes sexuales...

    Severus se puso en pie, tambaleando un poco y señalando la puerta de salida con el dedo índice.

    —Fuera de mi despacho –dijo, en el tono más letal que pudo conseguir—. Ahora.

    Draco dio un respingo.

    —Sí, señor. Lo siento, señor.

    El descarado muchacho salió apresuradamente de allí. Snape estaba tan perturbado aún por todo lo que acababa de pasar que no se dio cuenta del extraño modo que tenía de mantener la puerta abierta antes de salir.

    —Estarás contento –dijo Draco, entrando a una clase vacía.

    Detrás de él, Harry se quitó la Capa de Invisibilidad. Tenía la cara congestionada de aguantarse la risa y las mejillas húmedas de las lágrimas. Riendo a carcajadas, se dejó caer en el suelo.

    —Su cara... "Vagina"... Oh, por Morgana, esto ha sido impagable...

    Draco intentó mantenerse serio, de veras que sí. Sólo le había hecho eso al pobre Snape porque había perdido una apuesta con Harry. Era el Jefe de su Casa, ¡él lo respetaba! Pero Harry reía y reía, y Draco estaba bastante seguro de que no se había reído así desde el final de la guerra, y aquella era una visión que le gustaba casi tanto como la de Harry vibrando y gimiendo bajo sus caricias, con la frente perlada de sudor y los ojos cerrados. Sus labios empezaron a curvarse en una ligera sonrisa y antes de darse cuenta se había unido a sus carcajadas.

    Qué demonios, tampoco él se había reído tanto desde mucho antes de la guerra.
    Poco a poco, las risas se fueron apagando. Los dos habían acabado sentados en el suelo y Harry se tumbó de manera que colocó su cabeza en el regazo de Draco. Éste le acarició el pelo y luego le dio un pequeño estirón.

    —Por tu culpa Snape va a odiarme.

    —Eso te pasa por ser tan terco –dijo Harry, cogiéndole la mano y dándole un beso en la palma antes de soltarlo. Draco se sintió blando como un fideo cocido mil veces (excepto por una parte de su cuerpo que gracias a Merlín no era en absoluto parecida a un fideo cocido mil veces) y volvió a acariciarle el pelo—. Te dije que todos los humanos veníamos de los monos, no sólo los muggles ni los muggles y los Gryffindor.

    Monos... ¿Cómo iba a saberlo? Pero el propio Snape se lo había confirmado, así que tenía que ser cierto.

    —Está bien, no hace falta que eches más sal en la herida.

    —Pobrecito... —dijo, mirándole con burla y afecto—. Oye, ¿eso que noto taladrándome la nuca es lo que creo que es?

    Draco se perdió un momento en sus ojos verdes y luego se inclinó para besarle ansiosa, vorazmente. Cuando presionó con la lengua, Harry abrió la boca para recibirle y Draco sintió chispas saltando por todo su cuerpo. Oh, los besos de Harry... Hacían desaparecer el mundo. Cuando se separó de él, aquellos ojos verdes estaban ahora nublados de deseo, con las pupilas dilatadas.

    —Es la prueba de que debemos comprobar lo bueno que es el "Distendum para la relajación del... humm... esfínter" –dijo, imitando el tono de Snape.

    Harry volvió a estallar en carcajadas, pero se las apañó para besarle mientras reía. Y Draco pensó que, después de todo, había valido la pena perder la apuesta, quedar como un ignorante delante de Snape y encima cabrear a su profesor. Había valido la pena del todo.


    Fin
     
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    Feudalia

    Feudalia Iniciado

    Virgo
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    Escritora
    Tengo que admitir que no soy fan del yaoi o Slash pero se pudo casi palpar la incomodidad de Snape, cosa que no debería de ser fácil con un personaje tan famoso por lo frió que es.

    Están un poco fuera de personaje pero no tanto como esperaba cuando vi tu advertencia, es decir no es molesto.

    Sé que ese tipo de libros tenían que estar en la sección prohibida pero debe de ser demasiado solicitado, si me entiendes....
     
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