Long-fic Pokénronpa

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por MrJake, 7 Octubre 2017.

  1.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
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    Buah, la madre que te parió.

    A ver, como siempre, el capitulo ha sido muy interesante, desde el punto de vista que hemos descubierto un poco más de los personajes que siempre está bien (o no, por qué te encariñas aun más con ellos y sufres mucho) pero a la vez, como en el juego, los free time siempre me han parecido un poco como esa parte que quieres pasar rápido para que llegue el desarrollo interesante. Y aun así, haces que hasta esto sea interesante.

    Me ha gustado mucho la explicación que has hecho de Ian, como Drake ve a Ian, creo que es muy acertada. De hecho, me hace pensar mucho en Kokichi y lo amo tanto como a él. Es que, de hecho, hace poco leí una especie de teoría de Kokichi en Tumblr y esta parte del fic me ha hecho recordar eso. No sé, me gusta mucho porque yo también creo que no le gusta hacer sufrir a los demás y que se pinta a sí mismo como antagonista para protegerlos y para ganar ese juegos (y hablo de los dos, sí)

    Dios, quiero saber más de El Cuervo. Obviamente, es una referencia a Crow, estoy casi segura, pero aun así estoy curiosa, seguro que Hubert lo conocía mucho o algo así, idk.

    Steve, Steve mi niño, tan puro tan inocente, se merece toda la felicidad del mundo este niño y no la tiene, ay <3 Y pues, su suerte es realmente agridulce, como bien dices. Pensar que puedes hacer daño a muchos otros, aunque no los conozcas, por salvar a tus allegados es triste pero... ¡no es como que él quiera! Es cuestión de azar, al fin y al cabo, no debería pensar así. Desgracias pasan en el mundo día a día, no sé.

    Y Dante, mi niño Dante. Tengo miedo de saber su talento pero estoy fucking hype, NECESITO saberlo, quiero saber de una vez que tienes planeado para él. Va a ser algo épico, eso seguro, si además vemos el vídeo que muestra lo de su querida persona...

    Vale, el siguiente capítulo va a ser épico. Muy épico, lo sé, lo presiento en mi kokoro de pollo. Vamos a saber (con suerte, quizás nos quitas el vídeo antes de verlo (?) el talento de Dante, su persona amada, la siguiente víctima... (?)

    PD: Es obvio que Ian mira tan detenidamente la fábrica por alguna razón y ambos sabemos cual es (?)
     
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    MrJake

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    Capítulo 5: El Precio de una Vida

    Vida Diaria, parte 3


    Una vez que el video hubo terminado, Dante se percató de mi presencia, pero su estado de shock era tal que casi no reaccionó. He de reconocer que yo también me encontraba impactado. Descubrir aquello… recordar aquello… había hecho que muchas cosas tuviesen sentido. Y había hecho que descubriese gran parte de la verdad, si bien aún no la entendía del todo. Lo que estaba claro era que asimilar todo aquello, asimilar todos los recuerdos que surgieron a raíz de un par de revelaciones tan simples… no era algo sencillo.

    —D-Dante, tú… tú eres el Super… y eso quiere decir… —intentaba decirlo, conectar los hilos unos con otros, pero las imágenes aparecían tan fugaces en mi mente, unas superponiéndose sobre las otras, que me costaba siquiera entenderlo.

    Ahora conocía el talento de Dante, y, a decir verdad, era algo que no esperaba. Era algo demasiado… imprevisible. En cierto modo, los recuerdos que se iban apiñando en mi mente iban tomando forma, y al conocer la verdad, todo tenía sentido, pero… pero… no sabría explicar con palabras cómo me sentía.

    —… Drake —susurró él, como si hubiese sido consciente justo entonces de que yo estaba allí. Ni siquiera pareció importarle que le hubiese espiado, de hecho. Su mente debía de ser un caos en esos momentos, un completo caos. Él parecía estar recordándolo todo—. Esto…

    —Es el video del caso de Elisa, ¿no? Tu video —susurré—. ¿Por qué lo ves ahora…?

    —… —le costaba articular palabras, de hecho—. Yo nunca recibí video en mi iKuma en aquel momento. Me llegó esta mañana, de hecho.

    —¿Huh? Pensaba que todos…

    Negó con la cabeza.

    —No. Creo que yo fui el único. No recibí ningún video, ni el mío propio ni el de otro, una vez que se intercambiaron. Probablemente, porque para hablar de mi pasado y de lo más importante en el mundo para mí, de mi sueño… debía revelarse mi talento, y la verdad que ello implica.

    —De modo que por eso la mente maestra se empeñó en ocultar tu talento, ¿eh? —deduje—. Porque conocer tu talento implicaría saber que…

    Él asintió.

    —… Drake, escucha —me dijo, severo. Algo había cambiado en su mirada—. No podemos contarle esto a los demás aún. No debemos. Puede que, si lo hacemos, la mente maestra consiga lo que quiere. Lo que desde el principio ha estado buscando.

    Apreté los dientes.

    —P-Pero… el resto tiene derecho a entenderlo. El resto tiene derecho a saberlo.

    Severo, Dante alzó la voz ligeramente, y colocó ambas manos en mis hombros, mirándome de cerca.

    —… ahora ya sabes cuál es mi talento, por lo que debes ser consciente de lo que eso implica. No puedo arriesgarme a fracasar, y haré lo que sea necesario por lograr nuestro objetivo.

    —¿L-Lo que sea necesario? —tragué saliva—. Dante, ¿qué insinúas…?

    —… nada. Puedes estar tranquilo —se cruzó de brazos—. Solo asegúrame que no revelarás la verdad al resto. No aún. No hasta que haya despertado, ¿sí?

    Asentí con lentitud y con algo de esfuerzo.

    —E-Entiendo que hacerlo podría estropearlo todo. Es una posibilidad, pero… —no terminaba de convencerme la idea de tener que guardar silencio, pero era cierto que Dante tenía razón. Revelar aquello a estas alturas podría tener un resultado nefasto. Cierto era que quizá resultase en algo positivo… con todo, no podía existir posibilidad de error. Era necesario asegurarse primero—. Está bien —susurré—. No diré nada aún. Esperaré.

    Dante asintió.

    —Confía en mí. Yo me encargaré —fue lo último que me dijo.

    Aquella noche fue, probablemente, la peor noche que pasé en muchos años. Porque, al ver el video de Dante, fue como si todos mis recuerdos diesen un salto de pronto, como si todas las piezas que faltaban se hubiesen unido de repente, sin previo aviso. Y, por ende, decenas de imágenes asolaban mi mente sin parar. Y, pese a que los recuerdos habían vuelto, seguía habiendo algo que no encajaba en mis recuerdos, algunos espacios en blanco, espacios que no lograba entender. Y no era cuestión de no recordar, era como si… como si estuviese confundiendo algo en mi mente. Como si no fuese capaz de identificar la verdadera naturaleza de algunos recuerdos. Huh, ¿a qué podía deberse aquello?

    Los pensamientos asolaron mi cabeza todo el tiempo, sin descanso: imágenes continuas, dudas, miedos, inseguridades… y, a la vez, esperanza. Ahora, sabía la verdad, y sabía que podíamos ganar. Sabía que no estaba todo perdido. Que había una oportunidad para todos nosotros.

    Pero no pude dormir nada, eso desde luego… y el anuncio sonó a las 8:00 AM, sin que hubiese pegado ojo.


    —¡A-A-Alumnos! ¡S-Socorro, mi hermano… ha resucitado! —temblaba Monokuma, hablando desde una esquina de la pantalla del monitor, mientras que Reversekuma, al otro lado, se acercaba a él con garras afiladas—. ¡Aaaah! ¡N-No me mates!

    —¡Eso mismo podría haberte dicho yo a ti antes, escoria! ¡Que no me matases! —gruñía Reversekuma, que no dudaba en acercarse, amenazante, al otro oso—. ¡Y lo hiciste! Pero ah, los osos tenemos siete vidas…

    —… uhm, eso son los gatos, hermanito —dijo Monokuma, reflexivo. De pronto, Reversekuma paró en seco.

    —¿Eh? ¿Los gatos? Entonces, si yo estoy vivo de nuevo, eso quiere decir que…

    Los dos osos miraron de pronto a la pantalla, impactados y asombrados, y dijeron a la vez:

    —¡S-Somos gatos!

    Y el monitor se apagó.

    Huh. Aquel anuncio había sido el más extraño de toda nuestra estancia en la Academia. Pero en fin, supuse que era una forma en que la mente maestra quería hacernos ver que los dos osos habían vuelto a estar juntos, simplemente. Esa mente maestra… íbamos a acabar con ella, fuese quien fuese la persona que estaba haciéndolo todo; de eso estaba seguro, y ahora más que nunca.

    Con muchísimo esfuerzo, logré levantarme de la cama, y contemplé las prominentes ojeras que había bajo mi rostro. Me di una rápida ducha y me dispuse a reunirme con los demás en el desayuno.

    Para mi sorpresa, alguien me detuvo por el camino.

    —¡A-Apestes! —vociferó Mimi, desde lejos. Tenía las manos bajo las axilas, y temblaba ligeramente. Se notaba que estaba bastante preocupada… decidí acercarme a ella.

    —¿Qué sucede, Mimi?

    —Mi medicación… s-se ha acabado —la chica estaba realmente preocupada—. Se me acabó ayer, y debería de haberla tomado ayer, d-de hecho, pero… decidí que no pasaría nada, ya que me encontraba muy bien, así que me la tomaría esta mañana y ya está, pero, ¡no queda!

    —B-Bueno, Mimi, relájate —sus temblores comenzaban a lucir como espasmos para mí. Comencé a preocuparme bastante, ¿p-podría darle un brote… un brote de esquizofrenia? Tras aclararme la voz, en parte también para relajarme, dije, en el tono más amable y calmado que pude—. ¡Ve al laboratorio de la primera planta! Apuesto a que queda algún fasquito por ahí, ¿no?

    Y ella negó vehementemente con la cabeza. Su gesto de negación fue nervioso, errático, irregular. Y Mimiko seguía temblando.

    —No. No hay. No hay. Antes había, pero ahora no hay. Drake, no quedan —se llevó las manos al cabello, y comenzó a tirar de él. Hasta a mí me dolían aquellos tirones que empezaba a darle—. ¡Alguien debe habérselas llevado! ¡Antes quedaban, joder, antes había!

    —C-Cálmate, Mimi —a decir verdad, no tenía ni idea de cómo actuar. Comenzaba a ponerme muy nervioso también yo, ante la posibilidad de que la tensión y la preocupación terminasen provocando un brote en Mimi. Al fin y al cabo, hasta donde yo sabía, Mimi solo me había contado a mí la naturaleza de su enfermedad… de modo que era natural que acudiese a mí. Deseando tranquilizarla, puse una mano en su brazo. Al parecer, el contacto físico la relajó un poco, y de pronto centró su mirada en mis ojos—. Hagamos algo, ¿sí? Iremos juntos a la primera planta, al laboratorio, y buscaremos tus medicinas. Seguro que siguen estando, y simplemente no has mirado bien. Y, si por casualidad no quedasen, preguntaremos a los demás. En el peor de los casos, alguien la habrá cogido por error, o por cualquier motivo.

    Poco a poco, el temblor de Mimi fue cediendo, y un lento asentimiento fue lo que obtuve por respuesta. Así fue como los dos nos encaminamos hasta el ascensor. Ni siquiera tuve oportunidad de tomar un café para espabilarme aquella mañana, pero… supuse que aquello era más importante.

    Una vez en el laboratorio, comenzamos a buscar entre los distintos estantes.

    —A ver, pensemos —le dije a Mimi, mientras mis ojos analizaban el contenido de aquellos estantes llenos de venenos, antídotos, medicinas y otros productos. Y, mientras los miraba, sentí un escalofrío—. Según creo recordar, tú tenías todas las medicinas, ¿no es así? ¿Estás segura de que aquí había?

    Mimi asintió.

    —Sí. En un principio, yo tenía las medicinas en mi poder, pero después del caso de Lucas y que se revelase que tenía una enfermedad, decidí ponerlas aquí. Las escondí detrás de aquellos jarabes —señaló con un dedo en una dirección en concreto—, pero ya no están.

    —¿Y por qué motivo las escondiste? —pregunté.

    —¡Porque no me fiaba! —admitió ella, tensa—. N-No confiaba en los demás… porque si ahora que todos sabían que tenía una enfermedad y que necesitaba de medicación, tuve miedo de que alguien me las robase o usase ese dato contra mí. P-Por eso creí que sería mejor si las escondía.

    Mimiko hablaba con cierto arrepentimiento. Es cierto que los crímenes no dejaban de sucederse, y que era normal que uno pudiese tener miedo de que otros explotasen sus puntos débiles… más aún si teníamos en cuenta que alguien como Ian andaba cerca. Pero, con todo, a la Millonaria parecía avergonzarle haber desconfiado de los demás. Y eso me hizo sonreír discretamente, sintiendo algo de ternura.

    —¿Y por qué en el estante donde precisamente están las medicinas? —pregunté—. ¿No es un sitio muy obvio?

    —… justo por eso. Nadie pensaría que escondería mis medicamentos entre medicinas, ¿no? Y, además, así nadie podría estar seguro de qué medicina era la mía y cuál no —… he de decir que ahí tenía un punto.

    Y, con todo, sentí un tremendo escalofrío, otra vez. Porque… porque eso podría significar que…

    En cualquier caso, zarandeé la cabeza, sin poder despegar mi mirada de una parte en concreto de la estantería.

    —De todos modos, sí que parece que no están en ninguna parte. Es decir, detrás de los jarabes no hay nada.

    —E-El bote era rojo, ligeramente anarnajado y translúcido —explicó Mimi—. Debería de ser fácil de localizar, pero no está. No hay ni uno.

    Volví a mirar con detenimiento todas las zonas de los estantes, pero no había ningún bote de esas características. Ni siquiera parecía que Mimi simplemente se hubiese olvidado de dónde lo había colocado: era bastante probable que tuviese razón, y que alguien se hubiese llevado las medicinas. Pero, ¿quién? Y, ¿por qué?

    Con una desagradable sensación en el estómago, una terrible sensación, regresamos al comedor. En el camino, intenté tranquiliar a Mimi. Le dije que podría estar tranquila, que seguro que había sido un error, y que le preguntaríamos al resto en cuanto tuviésemos oportunidad, pero… lo cierto es que hasta a mí me costaba creerlo.


    —¡Buenos días! —saludó Emily, alegremente, que salía de la cocina justo cuando entramos nosotros en el comedor, llevando una taza de té en una mano y un café en la otra. Estaba sonriente, contenta… realmente era todo un placer verla así de feliz. De animada. Pero sabía que había algo que seguía inquietándola. Que aún no estaba del todo alegre… que era una fachada que ella forzaba. Y, en cierto modo, era lógico, comprensible.

    Con lentitud, llevó ambas tazas y las colocó sobre la mesa, sentándose junto a Dante. El chico, con rostro serio, tomó el café que su novia le había servido y le dio un sorbo, mientras ella hacía lo propio con su té. No pude evitar mirarle, algo tenso. Ahora, ambos sabíamos algo que los demás no sabían… ambos guardábamos un grave secreto. Pero Dante… Dante tenía su mirada ensombrecida. Desde que se enteró de la verdad, quedó muy afectado… y, a decir verdad, podía llegar a entenderle.

    —Oye, ¿estáis bien? —preguntó Steve, que estaba al otro lado de la mesa, tomando una gran tostada con mantequilla y un zumo de naranja, junto a Hubert, que solo tomaba un té humeante, con delicadeza y con cuidado—. Tenéis mala cara.

    —Oh, eso… —Mimi parecía volver a agitarse, abrazándose a sí misma con cuidado, sujetando ambos brazos con la mano contraria—. E-Es que…

    Pero, antes de que siguiese hablando, algo azotó mi mente, y no pude evitar decirlo, interrumpiendo a la millonaria.

    —Oye, ¿dónde… dónde está Ian?

    De pronto, todos comenzaron a mirar a ambos lados, como si nadie se hubiese preocupado hasta entonces por su paradero. Dante se levantó abruptamente.

    —… voy a buscarle. Ese tipo no puede tramar nada bueno si está solo —susurró, al tiempo que se dirigía presto a la salida del comedor.

    Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Desde que me había levantado de la cama, algo no olía bien. Algo estaba siendo… demasiado inquietante, demasiado raro. Mi vista analizó entonces el comedor, parándose mis ojos en cada uno de los presentes.

    —Drake, ¿qué sucede? —Emily tenía la mano en el pecho, también inquieta—. ¿Crees que…?

    Tragué saliva. ¿Ian podría haber…? No, no era posible. No podía ser.

    —Deberíamos buscarle también nosotros —comentó Hubert, levantándose de su asiento—. Dividámonos —propuso—, ¿os parece?

    —Pero… ¿qué ha podido pasar? —inquirió Steve, visiblemente tenso.

    —No lo sé —comentó Hubert—, pero tengo un mal presentimiento.

    Y yo también, Hubert. Y yo también.


    Así, el asunto de Mimi quedó a un lado, y todos comenzamos la búsqueda intensiva de Ian. Al principio, nos dividimos para investigar la planta baja, que era la más grande de todas, con diferencia. No obstante, no hubo rastro del Estratega por ninguna parte, y, cuando nos reunimos de nuevo en la mitad de los pasillos, decidimos dividirnos para explorar las diferentes plantas: Hubert examinaría la planta de la piscina, laboratorios y demás; Steve se encargaría de la zona de la torre; Mimi, de la planta del salón de baile; y Emily y yo nos dirigimos hasta la planta más alta, la fábrica.

    —No parece estar aquí, tampoco —dije, con un nudo en la garganta, al bajar del ascensor. Em me seguía, inquieta, intranquila.

    La sala con la gran G estaba vacía y silenciosa… calmada. Pero, esta vez, la calma era bastante más perturbadora que de costumbre. Esta vez, la paz era crispante.

    —¿Crees que podría estar en la fábrica? —inquirió Em, nerviosa, tragando saliva con esfuerzo.

    —… —recordé, entonces, cómo Ian parecía especialmente interesado por la fábrica. Mi corazón latía con fuerza. No, aquello no podía ser. Por algún motivo, tenía un presentimiento horrible, pero, ¿Ian? No. Él no... —. Será mejor que lo comprobemos.

    Abrí la puerta de la sala y pronto estuvimos en la primera plataforma. El silencio también era tremendo allí… un silencio tremendamente perturbador. Vi cómo Emily se acercó al cristal y… entonces, el grito.

    —¡Oh, dios mío! —los ojos morados de Emily estaban desencajados cuando se giró hacia mí. Temblaban. Sus ojos estaban vibrando, y todo su cuerpo se zarandeaba, presa del pánico—. ¡¡Dante!!

    —¿Huh? ¿¡D-Dante!? —aquello explicaba mi presentimiento. Aquello explicaba esa sensación tan terrible que sentía.

    Cuando me acerqué también yo al cristal, pude ver la escena: Dante estaba atado a una silla, con los ojos vendados, inmóvil, sobre una cinta transportadora. Dicha cinta estaba activa, y se desplazaba lenta pero inexorablemente hacia la trituradora, también activa. Mis ojos se abrieron como platos. Aquello… n-no. No podía ser. No podía estar pasando. No aquello, no entonces, no así. ¡D-Dante…!

    —¡Corre, Em! —grité, alarmado—. ¡P-Paremos la cinta!

    Emily asintió, y ambos comenzamos a correr, prestos, adentrándonos en el puente. Mas yo sabía bien que no sería tan fácil. Tenía una especie de espina en la garganta, y, al ver aquella escena, supe que no era una sensación fundada. Supe que… el peor escenario posible se estaba desarrollando justo entonces.

    Mientras corríamos por el puente, yendo yo detrás de Em, dirigí mi mirada hacia abajo, y pude apreciar cómo Dante pasaba entonces justo debajo de nosotros. Justo en ese mismo momento de distracción, mi pie se resbaló, y caí abruptamente, rodando por el suelo, y quedando colgando de una mano a la superficie del puente.

    —¡Drake! —gritó Emily, dando media vuelta para verme, y extendiendo su mano hacia mí.

    —¡N-No te preocupes por mí! —le espeté, tenso por la situación, sujetándome a duras penas—. ¡V-Ve a la máquina, tienes que intentar parar la cinta, Em! ¡Estaré bien!

    Y Emily, tras un instante de duda, asintió, y volvió a correr en dirección hacia delante, hacia la máquina que controlaba la fábrica. Miré entonces hacia abajo, y vi a Dante allí, en la silla. Extendí hacia él la mano que aún tenía colgando, como si fuese una especie de amago por intentar alcanzarle, pero, por supuesto, era imposible lograr eso.

    —Dante… —le dije, pero supe que no me oiría.

    Con esfuerzo, alcé mi otro brazo y traté de impulsarme hasta subir a lo alto del puente. Lo logré, no sin muchísimo esfuerzo, y quedé semitumbado sobre el mismo. Fue la mano de Steve, tirando de mi brazo, lo que me hizo reaccionar. Él y Mimi acababan de llegar y estaban allí, junto a mí, observando la escena desde arriba.

    —¡D-Drake, ¿estás bien?! —gritó él, alarmado—. ¡D-Dante está…!

    Asentí.

    —¡N-No hay tiempo que perder! —dije, apoyándome en él para levantarme—. ¡Q-Quizá… quizá aún estemos a tiempo!

    Y, sin perder más tiempo, nos dirigimos hacia la sala de control, al otro lado del puente. La escena allí fue… cuanto menos, desesperanzadora: Emily estaba aporreando botones, tirando de palancas, pero… no servía para nada. Los controles de aquella cinta no reaccionaban.

    —¡D-D-Dante! —sollozaba Em—. ¡Dante!

    En la pantalla, podía verse cómo Dante se acercaba peligrosamente a la trituradora, cabeza agachada. Estaba cerca, muy cerca de llegar. Miré entonces a Emily, y la vi allí, pugnando por intentar hacer que aquel aparato funcionase… pero Steve, que se agachó junto a la máquina, descubrió que un cable en concreto había sido cortado. Con todo, Emily siguió pulsando los botones, desesperada, incansable.

    Tuve que tomarla por los hombros y forzarla a mirarme, zarandeándola.

    —¡Reacciona, Em! —le supliqué, dándole un fuerte abrazo—. ¡R-Reacciona! ¡Eso no va a funcionar, tenemos que… tenemos que…

    Lo cierto era que no sabía qué hacer. No íbamos a llegar a tiempo. Dante estaba a tan solo centímetros de la trituradora, y su avance podía verse desde la pantalla. No íbamos a llegar a tiempo a pie, era… era imposible. Pero, con todo, cuando Emily volvió en sí, bañada en lágrimas, se zafó con un movimiento de mi agarre y comenzó a correr, descendiendo las escaleras hasta las partes bajas de la fábrica.

    —¡E-Em! —grité, siguiéndola, y Steve y Mimi hicieron lo propio.

    Descendimos tras ella a tanta velocidad como pudimos, bajando y bajando escaleras, pero… al llegar, la escena que encontramos fue… desesperanzadora. Tremendamente desesperanzadora.


    Emily, apoyada sobre sus rodillas, lloraba desconsoladamente al lado de la trituradora, junto a la cinta que no paraba de moverse y moverse. Manchas de sangre por todas partes indicaban que el trágico final había sucedido… y no quedaba ni rastro del cuerpo de Dante, más allá de la sangre, pues había sido totalmente engullido por aquella letal máquina.

    —D-Dante… ¿p-por qué…? —sollozaba Emily. Yo tampoco pude contener las lágrimas.

    >> P-Pensaba que… nunca más iba a volver a suceder nada de esto…

    … y, con todo, había sucedido. Había sucedido de nuevo.


    Estudiantes: 6
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
     
    Última edición: 9 Febrero 2018
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    Amane

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    Wow, como te odio.

    *acaba el comentario*

    No, a ver.

    Vale, era obvio que aun no nos iba a decir su talento pero tío, deja de crearme este hype porque diciendo que han descubierto algo super mega importante y no decirme que es lo han descubierto es cruel, muy cruel. Y vaya, ver que Drake no ha podido dormir debido a eso es preocupante. Oh, lo que dices de que hay algunos detalles sin cuadrar me hace pensar que quizás son recuerdos fabricados (ya sabes a qué me refiero(?) o algo parecido xD pero quién sabe a estas alturas.

    Luego al escena con Mimi, es obvio que ha sido alguien (Ian, quizás) quien las ha cogido y las ha escondido, quizás para incriminarla de algo o quien sabe, yo es que no sé nada ahora mismo, qué te voy a decir.

    Y ya te digo, me he molestado mucho que la ignorasen. Que vale, que Ian es super peligroso y lo que quieras, pero ahora que Mimi confiaba más en ellos y quería pedirles ayuda con un tema que es importante para ella y la han ignorado. No, no me parece nada bien.

    Y y y al final, pues no, pues mi niño por qué, David, por qué mi niño, ¿eh? ¿por qué? Además, igual que el vídeo, si no me equivoco, está claro que quien ha hecho esto ha sido bastante cruel. Aunque, bueno, sabiendo como es Danganronpa y como el quinto caso funciona siempre... supongo que Ian sí tiene algo que ver y, supongo, Dante también. Quizás lo han hablado y organizado, quizás algo de eso ha sucedido, me parece factible. Pero bueno, hasta que no lea la investigación, no creo que ninguna idea que tenga sea cercana... seguramente aunque me lea la investigación no sabré qué onda con todo así que... ¡a esprar la investigación!
     
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    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

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    Joder, yo que me había hecho ilusiones con que ibas a revelar su talento justo al inicio de este capítulo xD Me quedo con las ganas de nuevo, por lo que se ve.

    Comenzaré desde donde lo dejé. En el primer capítulo no encuentro mucho que resaltar. Me gusta mucho ver a Emily animando a la gente, es muy tierna ella <3 Creo firmemente que sobrevivirá xD E Ian es muy mono en verdad. Se pone todo rojo en cuanto Emily lo noticea, yo lo sé. En el fondo es un pedacito de pan.

    El motivo que dio Monokuma... uh, es algo curioso desde luego. Los dos últimos me han recordado al motivo del cuarto caso del primer juego (yk, lo tengo fresco y eso), pues son simplemente revelar información. Realmente es un gran motivo, de ese modo se puede crear mucho caos y muchas disputas, como ha quedado comprobado. Sip.

    En cuanto a los free-time events, uf, el de Hubert me ha dejado súper intrigado xD Me gustaría que hubiera más para poder saber cómo termina, al igual que con Steve. Pls, no nos puedes dejar con esta curiosidad sobre el Crow. Digo, El Cuervo, perdón (?). Ya ni recordaba que Hubert había sido detective, la verdad. Con Steve solo tengo una palabra posible: lol. Pero o sea, muy lol, tbh. Ya es que me hace gracia y todo, aunque se haya ido a la mierda un avión xD Me resulta tan inverosímil que me cuesta empatizar de algún modo, supongo. Aunque en eso consiste su talento realmente... Como personaje me gustaba mucho la positividad que desprendía, aunque ya la haya perdido. Y por último nuestro querido Dante. Ay, Dante, Dante; qué dolores de cabezas está dando (??) Estoy muy intrigado por su talento, de verdad, no se me ocurre nada que le pegue o al menos que haya demostrado hasta la fecha. A todo esto, qué onda con lo de los iKumas, me quedé muy confuso. ¿Por qué no lo dijo en su momento? ¿Y qué sabe él que sea tan peligroso? Pues nada, ya has conseguido rayarme :D

    Del último capítulo, uf. Nunca me hubiera esperado que Dante fuera a morir, hasta que empecé a ver su protagonismo. Yo defendía que iban a ser Steve e Ian, lo sabes, pero es que Dante estaba poniendo mucha competencia. Llevaba colgando el cartelito de "mátame" en el cuello, pls.

    Peeero, se me hace todo muy conveniente (? Ian ha desaparecido, ¿huh? Los dos más avispados tramando algo. Bueno, ahí va mi hipótesis. Si ni Drake ni Emily ni nadie ha visto con sus propios ojos morir a Dante, yo no me creo aún que Dante haya muerto. Síp, aún pienso que está vivo. Realmente, no te voy a engañar, no me ha quedado muy claro si lo han llegado a ver triturarse o no (ya sabes que ando espeso hoy), pero no creo que esté muerto.

    Y y y bueno, pues eso es todo. Siento que cuando abordo dos o tres capítulos hago comentarios menos completos, pero es que se me olvidan los detalles así que no doy más de mí xD Como siempre, me ha encantado, muchas gracias por los aportes que haces a FFL. Felicidades, tate.

    Sigue así,

    Lucas Diamond~ <3
     
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    Capítulo 5: El Precio de una Vida

    Vida Mortal, Investigación.


    Desesperación. Una vez más, sentíamos la desesperación. Y era un sentimiento tremendamente amargo. Cuando vi a Em llorar desconsoladamente, junto a la trituradora en la que su novio había caído recientemente, siendo troceado y salpicando su sangre en todas direcciones, yo… sentí cómo mi corazón se paraba. Aquella situación era terrible. Era… era verdaderamente desperante. Y nosotros no podíamos permitirnos perder la esperanza. Por eso, sabía que debíamos seguir, por duro que fuese. Por difícil que me resultase todo aquello, no tenía más remedio que seguir adelante. Una vez comenzado ese caso, sabía que la lucha final por la esperanza había empezado también. Y necesitábamos ganar.

    —¡Pim, pom, pam, pom! —gritó Monokuma, apareciendo en todos los monitores junto a su hermano—. ¡Un cadáver ha sido encontrado!

    —Bueno… “encontrado”. Puhehehehe. Más bien ha sido triturado, ¿no? —Reversekuma reía sádicamente.

    —¡Upupupupu! —reía Monokuma—. Pero qué chistoso eres, hermanito. En fin, la cosa es que, haya cadáver o carne picada, ¡uno de los estudiantes ha muerto! ¡Y eso quiere decir que comienza la investigación! Ah, ¿no decíais que no iba a suceder nunca más? ¿Eh?

    Monokuma hablaba de forma ladina, con esa media sonrisa suya, tan siniestra como siempre.

    —¡Puhehehehe! Eres muy rencoroso, ¿eh, hermano? ¡En cualquier caso!, es hora de que investiguéis y todo eso, ¡la clase de juicio comenzará después de un tiempo!

    Y, por fin, el monitor se apagó. Y, con ello, el silencio llegó, haciéndose con el control de todo. Era como si el silencio fuese una especie de gigante que nos apisonaba a todos, que se sentaba sobre nosotros, casi impidiéndonos respirar. Emily estaba en el suelo, aún agachada, pero ya no se la oía sollozar. Con un nudo en la garganta, siéndome imposible contener la sensación de malestar, me acerqué a ella, y puse una mano en su hombro.

    —Em… yo…

    Pero ella apartó con cuidado mi mano, se levantó lentamente y miró hacia arriba. Estuvo un rato con las perlas moradas enfocadas en las cámaras de seguridad de Monokuma, un rato conteniendo las lágrimas. Finalmente, con esfuerzo, apretó los dientes y dijo:

    —… nunca te perdonaré lo que estás haciendo. Seas quién seas. Esto… esto es culpa tuya —la furia corría por sus venas y, con todo, no era capaz de sonar tan intimidante como sobana Hubert cuando Effy murió. Casi era como si no hubiese lugar en su corazón para la ira. Como si fuese un sentimiento que le costase tener. Algo para lo que ella no estaba programada, en cierto modo—. Dante… ¡Dante ha muerto por tu culpa!

    … eso era algo que nadie dudaba, desde luego. La culpa de todo esto la tenía él, pero… pero…

    —… con todo, Em, t-tenemos que investigar —trataba de apartar la mirada de las manchas de sangre de la trituradora. Para mí, aquella también era una situación muy dura, desde luego—. Porque… si Dante ha muerto, eso quiere decir que…

    —¿C-Crees que uno de nosotros le mató, Drake? —tartamudeó Steve, incrédulo.

    Asentí con lentitud.

    —Yo mismo quiero evitar pensarlo —confesé—. Pero… la mente maestra no pudo matarle. Las reglas se lo impiden. De modo que… tristemente, no nos queda otra que investigar quién de nosotros lo hizo. A-Alguien tuvo que hacerlo, aunque cueste creerlo.

    Steve agachó la cabeza, y Mimi, a su lado, hizo lo mismo, entristecidos ambos. Tras un suspiro, me acerqué a Emily de nuevo.

    —Em, entiendo que esto es muy duro —le dije—. Si quieres, puedes irte a tu dormitorio y echarte un rato, nosotros nos encarga-

    Pero me interrumpió abruptamente.


    —De ninguna manera —dijo firmemente, ojos empañados en lágrimas—. No pienso… quedarme al margen. Dante era mi novio. Y no voy a esconderme mientras vosotros investigais su muerte. Se lo debo.

    Asentí. A decir verdad… esperaba justo esa respuesta, Em. Justo esa.

    Sin más dilación… había que hacerlo. Había que investigar. Era la única manera. De modo que saqué mi iKuma, ante la mirada perdida de Em, y leí el Informe de Monokuma #6.

    —“La víctima es Dante Miles. Su cuerpo ha sido troceado por la trituradora alrededor de las 9:45 AM, de modo que resulta imposible poder examinarlo de cerca, desconociéndose los datos de la muerte”. Huh.

    —… es curioso, ¿no crees? —susurró Steve, aún algo descompuesto por la escena, asomándose para poder ver mi iKuma junto a mí—. En ningún momento dice que la causa de la muerte haya sido la trituradora. ¿Crees que es… casualidad?

    Emily alzó las cejas por un instante, como si algo le hubiese asaltado la cabeza en ese momento.

    —N-No, pero… no cabe otra posibilidad —admitió, entristecida—. Yo misma vi cómo Dante estaba vivo mientras estaba sentado sobre la cinta, pude verle cuando Drake y yo… llegamos a la fábrica.

    Huh, el testimonio de Emily era totalmente cierto. Dante tenía los ojos tapados y estaba atado, pero cuando Emily comenzó a gritar su nombre mientras corría por el puente, pude observar cómo se movía ligeramente. Agitó la cabeza… Dante estaba vivo mientras estuvo en la cinta, eso es seguro.

    Mis ojos se detuvieron en la cinta, que se estaba moviendo sin parar.

    —Parece que quien haya planeado esto, se ha asegurado de que nos sea imposible detener su plan —susurré.

    —¿Lo dices por los cables rotos? —cuestionó el Suertudo.

    Yo asentí.

    —Emily intentó por todos los medios detener la cinta, pero era imposible, porque alguien impedido su funcionamiento cortando los cables. Así, ahora es imposible detener la cinta… era una medida de seguridad, supongo.

    —… quien lo hizo, lo había premeditado —susurró la Modelo, apretando los puños—. ¿Quién habría sido capaz de algo así?

    Intranquilo, acaricié mi mentón, pensativo. Fue Steve el que volvió a hablar, entonces.

    —¡H-Hey, mira! —señaló a la cinta, que seguía en su movimiento continuo—. Allí hay una m-mancha de sangre pequeñita, ¿no?

    Era cierto: una manchita de sangre se desplazaba sobre la cinta, algo alejada del punto donde la sangre había salpicado en mayor medida la misma.

    —Puede que sea solo por la irregularidad de las salpicaduras —dije con esfuerzo. Hablar de todo aquello delante de Emily, debía ser… duro para ella. Durísimo—. Tal vez un poco de sangre salió disparada algo más lejos.

    —Hmmm, pues yo creo que es un poco raro, ¿no? —susurró Steve, aún con cierta duda en su tono de voz.

    Emily también parecía reflexiva, aunque aún tenía los ojos húmedos. Y no la culpaba. Demasiado fuerte estaba siendo ya.

    —Vi a Dante caer a la trituradora, y no pude hacer nada —murmuró. Cuando vi que comenzó a sollozar de nuevo, sentí ganas de llorar yo también. Sentí ganas de darle un fuerte abrazo, pero… no me salía hacerlo. No era capaz—. Estaba tan lejos… por más que corrí, yo… no pude salvarle…

    —N-No es culpa tuya, Em —dijo el Suertudo—. No es culpa de nadie.

    … tristemente, Steve se equivocaba. Era culpa de alguien. Porque alguien tenía que tener la culpa. Alguno de nosotros era el culpable de haber cometido este horrible crimen, ¿huh?


    Con amargura, nos dirigimos de vuelta a la cabina de control, pero… mientras nos dirigíamos a la misma, Mimi, que quedó atrás, me tiró del brazo.

    —¿Qué sucede, Mimi…?

    Ella, con sigilo y con cuidado, me mostró un pequeño bote que había estado guardando en sus bolsillos. Era un bote rojo, ligeramente anaranjado y translúcido… u-un momento.

    —¿¡Son tus medicinas!? —pregunté, alarmado. negó con la cabeza, agitando el bote.

    —No. Eran —su mirada parecía perdida. De vez en cuando, Mimi temblaba, como si sufriese espasmos. El brote podía estar cerca, y… no estaba seguro de cuál podía ser el resultado, a decir verdad—. Está vacío. No, de hecho, tiene pastillas, pero… no son mis pastillas —comenzaba a sonar ligeramente incoherente… estaba haciendo efecto.

    Temblé al tomar el bote entre mis manos. Tragué saliva cuando lo analicé. Aquellas pastillitas pequeñas me eran muy familiares… y el bote, de hecho, me era también conocido, pese a que era la primera vez que veía las medicinas de Mimi. Suspiré cuando le devolví a Mimi el bote rojo.

    —… ¿dónde lo has encontrado? —le pregunté, mirada seria, voz baja.

    —Justo aquí —reconoció ella, tras sufrir un más que evidente y brusco escalofrío—. E-Estaba tirado en el suelo, cerca de la trituradora… lo he visto al llegar, y lo he cogido sigilosamente.

    —Con que estaba aquí… en la escena del crimen, ¿eh? —eso quería decir… lo que creo que quería decir, ¿eh? Solo podía significar eso. ¿Qué si no? —. Mimi, ¿por qué no lo has dicho antes?

    —Son mis pastillas, joder —vociferó ella, a un volumen inesperadamente elevado—. Quiero decir, es el bote de mis pastillas. Reconocer que estaba aquí, ¿en qué posición me deja? ¡Como una asesina! ¡Asesina! —gritó, zarandeándome de pronto, vocalizando con esfuerzo.

    —T-Tranquila, Mimi. No creo que el hecho de encontrar este bote aquí signifique nada que te inculpe, necesariamente —pero tampoco se podía descartar la posibilidad, ¿no?

    Ella siguió temblando, tremendamente agitada, abrazándose a sí misma, casi como si tuviese frío. No pude sino apartar la mirada.

    —Anda, vamos… tenemos que… seguir investigando.

    Aquel caso, sin duda, estaba resultando mucho más difícil de llevar que los otros. Aquel caso estaba resultándome especialmente duro.


    Al llegar a la cabina de control, junto a las máquinas, pude ver a Steve curioseando la misma.

    —Drake, mira —me acerqué a él tan pronto como me llamó. Emily estaba observando la zona, cerca del cristal, el cual golpeaba con curiosidad, como si tuviese algo en mente—. ¿Recuerdas lo que dijo Ian? Sobre los videos guardados de la máquina trituradora.

    —Sí. Dijo que había ocho, ¿no es así? —respondí.

    Steve asintió.

    —Están aquí, podemos reproducirlos con esto —me explicó—. Y ahora, hay nueve. Parece que se graban automáticamente, huh. No obstante, siete de los videos están bloqueados, no podemos verlos. Únicamente podemos ver el primero, que fue el que nos enseñó Monokuma, y el último… y el último es el de Dante.

    Asentí. Así que había nueve videos grabados, ¿eh? Y eso, ¿qué se supone que quería decir? Ian pareció bastante alertado cuando vio ese dato. Pero, en cualquier caso, lo relevante ahora era que teníamos un dato importante para la investigación ahí mismo. Teníamos el video de Dante en la cinta…

    —Reprodúcelo, por favor —susurró Emily, que se había acercado de pronto a nosotros.

    Steve, tembloroso, asintió.

    —Espera… creo que si le doy aquí… ¡así es! ¡Listo!

    En el monitor, empezó a reproducirse la escena. Era tal y como ya vimos al principio, cuando llegamos a aquella sala: Dante apareció avanzando en aquella cinta, atado y con ojos vendados. Temblaba ligeramente, pero pronto fue tranquilizándose en su agitación. Llevaba… algo en sus bolsillos, algo que parecía apunto de caer de los mismos. Además, tenía el iKuma en su cintura, colgado donde siempre solía estar. De pronto, movió su cabeza; ese debió ser el punto en el que Emily y yo llegamos y comenzamos a intentar llamarlo desde el puente.

    Cuando Dante ya se acercaba a la trituradora, su cabeza estaba agachada. Lenta, pero inexorablemente, se acercaba a aquellos dientes de acero, y… el indistinguible objeto de su bolsillo se deslizó sin querer por el mismo, cayendo al suelo, junto a la cinta. Chasqueé la lengua al ver eso. Al instante, Dante cayó en la trituradora, y la sangre salpicó todo… y el video terminó justo cuando Emily llegaba a la escena, conmocionada, y caía sobre sus rodillas, presa de la impotencia.

    Em parecía contrariada mientras veía el video.

    —… —no decía nada, solo lo miraba con mirada ida. Ver de nuevo a Dante caer en aquella máquina debía ser… sumamente horrible. No era capaz de visualizar una imagen más traumática para una persona que ver a un ser querido sufrir ese destino, a decir verdad—. Dante… —susurró, apartando la mirada, y dirigiéndose de nuevo al puente.

    Steve, Mimi y yo nos miramos entre nosotros, expresando preocupación por la Modelo en nuestra mirada. Emily… aguanta, sé fuerte. La muerte de Dante no será en vano. No dejaré que sea así.

    Mientras cruzábamos el puente, no pude evitar mirar hacia abajo. Aquel puente estaba bastante alto, a decir verdad y las dos cabinas de cristal estaban bien alejadas… uno tardaba un tiempo en llegar de una a otra un par de minutos a paso normal, de hecho; cruzaban toda la fábrica desde arriba. Pero, con todo, cruzamos hasta la cabina de la entrada a paso bastante acelerado, y mi mirada se enfocó en el conducto de ventilación que la atravesaba, curioso y preocupado. Mi mano pasó sobre él, deslizándola por su superficie metálica mientras cruzaba.

    Llegamos, pues, a la sala de reuniones de los Gamma, y, allí, Steve, de pronto, recordó algo.

    —¡Oh, es cierto! H-Hubert e Ian aún no han aparecido.

    —¿Llegasteis a encontrar a Ian? —pregunté, curioso.

    Steve negó con la cabeza.

    —No, Ian desapareció desde por la mañana, y por más que nos hemos dividido para encontrarlo, no ha aparecido. Y Hubert… es extraño que no venga a la llamada de descubrimiento del cadáver. ¿Dónde estará?

    Medité en silencio, frotando mi mentón. La desaparición de Ian, ¿qué sentido tiene en todo esto?

    —¿Y por qué lo has recordado de pronto, Steve? —preguntó Emily, aún con la mirada apagada. Aún bastante entristecida, pero, con todo, siguiendo adelante—. Has reaccionado como si hubiese sucedido algo que te ha hecho recordarlo.

    Steve asintió.

    —Y así ha sido. Cuando Mimi y yo vinimos aquí, al bajar del ascensor, oímos un ruido, una especie de estruendo. No sabría decir muy bien de dónde venía el ruido, porque sonó de forma un poco difusa, pero al entrar aquí y recordarlo, caí en la cuenta. Esta zona está justo sobre el salón de bailes… y recordé que, cuando me reuní con Mimi allí, ambos intentamos abrir la puerta de la cocina que hay allí inútilmente. Era como si hubiese sido cerrada con llave. Entonces, he pensado… ¿y si ese ruido venía de abajo, de la cocina? D-Dado que no encontramos a Ian en ninguna parte, ¿y si… está dentro?

    Miré a Emily, con un nudo en la garganta. El testimonio de Steve me había dado escalofríos. ¿Por qué demonios tenía que ser todo tan… complicado? Ian volvía, de algún modo, a verse involucrado dentro de todo esto. Y, cuando nos decidimos a bajar en el ascensor hasta la cuarta planta, me repetía a mí mismo una y otra vez la misma frase: que Ian estuviese bien. Que Ian estuviese allí, y estuviese a salvo. Que no hubiese otra baja… por favor.


    Al llegar al salón de bailes, vimos a Hubert allí, con una caja de herramientas junto a él, intentando forzar, sudoroso y extremadamente tenso, la cerradura de la puerta de la cocina. Nos acercamos a él, rápidamente.

    —¡Hubert! —vociferé. Oh, no. No podía ser verdad—. ¿Q-Qué sucede?

    Hubert me miró de reojo, mientras seguía con el destornillador, forzando la puerta.

    —D-Drake, ¿qué ha sucedido? He oído el anuncio, pero… —me dijo, sin dejar de centrar su atención en la cerradura. Durante un segundo, miró a todos los presentes, y, entonces, agachó la mirada—. No me digas que Dante ha…

    Apartamos la mirada, y eso lo confirmó todo. Pero, rápidamente, Hubert zarandeó la cabeza.

    —E-En cualquier caso, no tenemos tiempo que perder. Esta puerta está cerrada con llave, y… ¡Ian está dentro! —afirmó, rotundo—. Y creo que está herido.

    —¿E-Eh? —Steve, alarmado, se acercó a la puerta, apoyando la oreja en la misma—. ¿E-Está dentro?

    Asintió el Ajedrecista.

    —Cuando vine aquí, examiné la puerta cerrada, y escuché un gemido dentro de ella. Pregunté si era Ian el que estaba dentro, y entonces escuché una risilla débil… era su risa. El muy imbécil es demasiado orgulloso para pedir ayuda, pero… no puedo dejarlo ahí solo, mucho menos si está herido. Por eso bajé a por herramientas, para intentar abrir esta jodida puerta.

    H-Hubert… y eso que decías que no podías confiar en Ian, ¿eh? En el fondo, eres demasiado bueno.

    —Siento no haber aparecido antes —se justificó Hubert, que volvió en seguida a sus labores.

    —¿Has probado a tirar la puerta abajo? —pregunté, decidiendo dejar a un lado el asunto de su ausencia, pues no había nada que perdonar, realmente; Hubert solo quería ayudar a Ian, no podía dejarlo solo.

    —Sí, pero yo solo no puedo.

    —Ahora somos cinco —dijo Steve, asintiendo—. Entre todos podremos.

    Hubert, tras mirarnos, asintió y, con lentitud, se levantó.

    —Bien. Entonces, carguemos juntos.

    Mimi, temblorosa, dio un par de pasos hacia atrás, pero Emily, para mi sorpresa, se pegó a nosotros. Ella también estaba dispuesta a embestir la puerta.

    —Una… —susurré.

    —Dos… —dijo Steve.

    —¡Y tres! —gritó Hubert.

    Y los cuatro chocamos, a la vez, contra la puerta, echándola debajo de un golpe seco. Yo tropecé y caí al suelo, cayendo Steve sobre mí. Con esfuerzo, nos levantamos. La escena que vimos entonces, allí, dentro de la segunda cocina, fue… bastante peor de lo que esperábamos.

    —¡I-Ian!

    Ian estaba sentado junto a la puerta, habiendo un recorrido de sangre desde la encimera de la misma hasta su posición. Tenía una herida en la cabeza, y la misma chorreaba sangre. Con todo, estaba consciente, aunque sus ojos se encontraban entrecerrados. Me acerqué a él, agachándome junto a su cuerpo y mirándolo de cerca.

    —¡I-Ian, ¿estás bien?!

    —H-Hmpf —vociferó él, sonriendo con debilidad, con una sonrisa ladina—. V-Vaya. Así que… un ser tan despreciable como yo a-aún despierta preocupación, ¿huh? T-Tú y ese ajedrecista sois demasiado blandos.

    Chasqueé la lengua. Hasta en un momento así, tenía que ser Ian, claro.

    —¿Qué te ha pasado? —Emily se agachó también junto a él. Fruncía el ceño. Hasta yo podía darme cuenta de que tenía un mal presentimiento.

    —Oh, l-la modelo. Y también está ahí la Honda, y mister Suertudo. Vaya. Tenía… mis dudas acerca de quién era el que había muerto. Recuperé la conciencia poco antes de que sonase el anuncio, y… —su voz era débil aún; había perdido algo de sangre: el golpe fue más fuerte de lo que él mismo esperaba—… y entonces pensé: “¡qué genial! Ahora todos esos idiotas pensarán que yo he sido el culpable, porque estoy convenientemente tirado aquí, encerrado. Tendría gracia que el muerto fuese Dante”. Y vaya. Al final ha sido él.

    Fruncí el ceño.

    —¿P-Por qué tendría gracia? —pregunté, tenso.

    Ian sonrió malévolamente. Aún en aquel estado, se permitía sonreír de esa forma.

    —Porque fue D-Dante el que me ha hizo esto, claro. ¿Y tú te haces llamar Super Policía, Drake Orestes? Menuda capacidad de deducción tan… —noté cómo cerraba los ojos lentamente, pugnando aún por mantenerse consciente— nefasta…

    —¿Dante ha…? —murmuró Emily, impactada.

    Dante… ¿qué era lo que pretendías? ¿Realmente le hiciste eso a Ian? ¿P-Por qué…? El testimonio de Ian había logrado, así, sembrar más dudas al respecto de sus intenciones, de sus actos. Lo que estaba claro era que el caso comenzaba a retorcerse ligeramente. Se retorcía mucho más de lo que yo podía imaginar…


    Finalmente, nos reunimos en la planta baja, mientras Steve y Mimi ayudaban a Ian, curándole las heridas en el dormitorio del mismo.

    —Ya veo —asintió Hubert, apenado, al terminar de oír nuestro resumen de todo lo sucedido en su ausencia—. Es… terrible. Lo siento mucho, Emily, de verdad.

    Emily apartó la mirada, y no dijo nada más.

    —En cualquier caso, andaba preguntándome… ¿cómo había quedado Ian encerrado allí? —pregunté, curioso, cambiando de tema por un momento—. Cierto que la puerta de la cocina tenía cerradura, pero, que yo sepa, no teníamos ningún tipo de llave, ¿no?

    —Creo que alguien usó la llave maestra.

    —¡Oh! —reaccioné ante la declaración de Hubert. Aquella llave que Ian encontró en el caso de Ukita… pero pensaba que…—. Pensaba que la habías escondido, Hubert… junto con todos aquellos objetos peligrosos.

    Hubert asintió.

    —Así fue, de hecho. Pero ha desaparecido de donde la dejé.

    —¿Y d-donde la dejaste? —inquirí, curioso.

    —En el dormitorio de Talía. Pensé que nadie entraría allí nunca más, pero parece ser que me equivoqué —meditó—. Alguien debe haber entrado allí, tomado la llave, y utilizado esta para encerrar a Ian. Lo que me pregunto es qué hacía Ian en esa sala.

    —… supongo que podremos preguntarle cuando vuelva —dije. Aunque lo cierto era que no las tenía todas conmigo. Al fin y al cabo, era Ian. ¿Quién sabe si nos diría la verdad o elaboraría otra de sus estrategias?

    Hubert, entonces, suspiró y, con lentitud, tomó su iKuma para observar el informe de la muerte de Dante.

    —… pobre Dante —susurró.

    Al verle hacer aquello, fue como si Emily pensase que era buena idea imitarle y, al llevarse la mano a su cintura, sus ojos se abrieron, alarmada.

    —¡M-Mi iKuma! ¿No está?

    —¿Cómo que no está? —preguntó Hubert, alarmado.

    —Ha desaparecido… juraría que lo tenía conmigo —susurró ella.

    Reflexioné un momento, meditando en silencio.

    —¿Cuándo fue la última vez que lo viste, Em?

    —N-No sé… pero juraría que esta mañana lo cogí y lo llevé encima. Aunque no he vuelto a pensar en él hasta ahora, de modo que no sabría decirlo.

    Hmpf. El iKuma de Emily desaparecido, las medicinas de Mimi desaparecidas, la llave maestra que encontró Ian y que escondió Hubert desaparecida… estaban comenzando a desaparecer demasiadas cosas, a decir verdad. Todo se estaba complicando demasiado… y eso no me gustaba en absoluto.

    Y, para aumentar aún más la sensación de inseguridad, el anuncio sonó justo entonces.

    —Bueeeeno —dijo Monokuma, brindando su copa de vino con la de Reversekuma, que parecía ser de… ¿cerveza? —. ¿Habéis terminado ya? ¿Qué os parece si empezamos la clase del juicio? Me aburro un poco.

    —Sí, tío, ¡dadle un poco de caña! —afirmó Reversekuma—. Veros dar vueltas como peonzas por la academia no es divertido, ¿sabéis? Así que vamos, vamos. Todo el mundo al ascensor.

    —¡Que comience la quinta clase del juicio, vamos! —gritó Monokuma, emocionado, antes de que la pantalla se apagase.

    … de modo que era la hora, ¿eh? La hora de discutir sobre el asesinato de Dante. La hora de poner las cartas sobre la mesa.

    Dante era alguien sumamente especial. Y el dato sobre su identidad era algo que tendría que acabar revelando, tarde o temprano. Tendría que acabar revelando la verdad, esa verdad que, tras su muerte, solo conocía yo. Pero antes, había que superar esa clase de juicio. Porque lo importante era seguir adelante, descubrir la verdad. Y, una vez que la verdad detrás de la muerte de Dante saliese a la luz, por dura que fuese… entonces podríamos hablar sobre aquella otra verdad.

    Cuando Ian, vendas en la cabeza, llegó al ascensor junto a una temblorosa Mimi y a un preocupado Steve, los seis nos montamos en el ascensor. Pero mi mirada solo se centraba en Emily. Ella estaba sufriendo demasiado con todo esto. Estaba sufriendo como la que más. Y sabía que el juicio sería duro para ella, pero… no había más remedio. Había que hacerlo, porque así funcionaban las cosas en aquella Academia. Porque, aunque no lo quisiésemos, estábamos sometidos a la voluntad de la perversa mente maestra. Y, para derrotarla, había que seguir sus reglas.

    Dante Miles… el Ultimate misterioso había muerto de una forma tremendamente perturbadora, dejando un gran vacío en todo el grupo. Ahora, era nuestro deber llegar al fondo de todo este asunto. Y yo estaba decidido a hacerlo. Lo haría… por todos. Por Emily.

    Estudiantes: 6
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
    Balas de la verdad:

    - Informe de Monokuma #5: La víctima es Dante Miles. Su cuerpo ha sido troceado por la trituradora alrededor de las 9:45 AM, de modo que resulta imposible poder examinarlo de cerca, desconociéndose los datos de la muerte.

    - Testimonio de Emily: al llegar al puente de la fábrica, Emily vio cómo Dante se movía ligeramente al gritar su nombre, por lo que estaba vivo en ese momento. Drake también lo vio, de modo que puede corroborarlo. Tras eso, Emily vio con sus propios ojos cómo Dante caía dentro de la trituradora.

    - Cables rotos: ciertos cables de la máquina que controla la fábrica estaban rotos, de manera que era imposible manipular la cinta de la trituradora. Quienquiera que los hubiese roto, había activado primero la cinta, asegurándose con ello que nadie la detenía.

    - Manchita de sangre: en la cinta donde estaba Dante, había una mancha de sangre pequeña bastante alejada del resto.

    - Bote rojo: un bote rojo, casi anaranjado, fue encontrado por Mimi junto a la escena del crimen, cerca de la trituradora. Tenía unas pastillas pequeñas dentro, pero Mimi afirma que no son su medicación.

    - Video de Dante: en el video de la cinta de la trituradora, se puede ver a Dante avanzando sobre una silla, atado y con ojos vendados. Temblaba ligeramente, pero pronto fue tranquilizándose en su agitación. Llevaba algo en sus bolsillos, algo que parecía apunto de caer de los mismos, indistinguible desde ese ángulo. Además, tenía el iKuma en su cintura, colgado donde siempre solía estar. De pronto, movió su cabeza, probablemente cuando Emily y Drake llegaron y comenzaron a intentar llamarlo desde el puente. Cuando Dante ya se acercaba a la trituradora, su cabeza estaba agachada. Cuando ya estaba cerca de la trituradora, el indistinguible objeto de su bolsillo se deslizó sin querer por el mismo, cayendo al suelo, junto a la cinta. Al instante, Dante cayó en la trituradora, y la sangre salpicó todo. El video termina justo cuando Emily llegaba a la escena, conmocionada, y caía sobre sus rodillas, presa de la impotencia.

    - Puente: un puente con barandillas cruza las dos cabinas de cristal que hay sobre la fábrica, a considerable distancia de las cintas que hay debajo.

    - Cabinas de cristal: dos cabinas rodeadas de grueso cristal se encuentran a ambos lados del puente. Una de ellas, la que se encontraba más alejada de la entrada, es donde está la máquina que controla todo el funcionamiento de la fábrica.

    - Conducto de ventilación: hay un conducto de ventilación que atraviesa la cabina más cercana a la entrada. Es un conducto bastante ancho, ciertamente.

    - Desparición de Ian: Ian estuvo ausente desde la mañana hasta que fue encontrado por los demás en la cocina de la cuarta planta.

    - Testimonio de Steve: Steve asegura que, al llegar a la quinta planta, en la sala de los Gamma, oyó un ruido bastante difuso, similar a un estruendo.

    - Testimonio de Ian: Ian afirma que fue Dante el que le golpeó y le encerró en la cocina de la cuarta planta, que fue donde estuvo encerrado todo el tiempo.

    - Llave Maestra desaparecida: la llave maestra que Hubert escondió en el dormitorio de Talía ha desaparecido. Según Hubert, lo más probable es que fuese esa la llave que se usó para encerrar a Ian.

    - iKuma de Emily: el iKuma de Emily está desaparecido; su dueña afirma que lo cogió por la mañana, pero que no había prestado más atención al mismo hasta el final de la investigación.
     
    Última edición: 10 Febrero 2018
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    Amane

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    Casualmente Dante ha atacado y encerrado a Ian antes de morir. Bueno, con mucho riesgo a equivocarme, a mí me sigue pareciendo que ellos han planeado algo, porque sigue siendo el quinto caso y siempre es espectacular y siempre parece algo que no es, y siempre te acaban liando.

    A ver, ha sido una investigación interesante y me ha hecho pensar cosas pero lo único de lo que intento estar segura es lo de antes, lo de que Ian y Dante parece premeditado de alguna manera, por ambos pero claro que solo es una teoría, ¿quién sabe? La desaparición de tantos objetos es sospechoso: las pastillas, la llave maestra y el iKuma de Emily. Los dos primeros son, desde luego, objetos importantes para la trama, además los dos escondidos bien, el tercero por ahora no ha sido relevante, pero creo que lo será y además, ha sido un poco más descarado. Quien ha hecho eso, sabía demasiadas cosas, ¿no?

    Voy a destacar a Emily porque me ha gustado mucho como ha intentado ayudar en la investigación, cómo a pesar de lo duro que ha debido ser, ella ha puesto todas sus fuerzas en ello. Quizás es porque es mi personaje y no soy imparcial, pero creo que ha sido el personaje con más desarrollo o uno de los que más, según mi punto de vista. Ha pasado de estar escondida detrás de Dante y de tener miedo a ser clave a la hora de subir los ánimos. Y, ya te digo, se ha vuelto más fuerte, porque está haciendo lo posible por resolver el caso de su novio, a pesar de lo doloroso.

    ¡Ah! Otra cosa... no estoy segura de esto porque igual no me ha quedado claro la estructura y no recuerdo mucho sobre el anterior capítulo (y me da pereza leerlo again (?) pero... ¿no es raro que Dante moviese la cabeza al escucharles? Digo, depende de donde gritaran, porque si gritaron de fuera se supone que la zona estaba insonorizada, ¿no? O eso entendí yo. Si llamaron de dentro, pues entonces nada.

    Y pues hale, a por el quinto class trial, estoy super emocionada. Seguro que lo publicas de nuevo mientras estoy fuera pero no importa, igual lo leeré y sé que será intenso y super interesante y genial y mi favorito. Oh, y que ganas de saber el talento de una voz, god.
     
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    Capítulo 5: El precio de una vida.

    Vida Mortal, Clase de Juicio 1


    Una vez más, allí estábamos… solo los seis que quedábamos: Ian Lockhart, Hubert Madsson, Mimiko Honda, Steve Stone, Emily Hodges y yo. Diez personas habían caído ya en el camino, y sus rostros estarían siempre plasmados en aquella sala, con las fotos de los mismos en blanco y negro elevados tras los atriles que una vez les pertenecieron. Ahora, el rostro de Brendan también estaba allí, tachada su foto con dos bolígrafos dibujados en rojo, entrecruzados sobre su cara… y también el de Dante, tachado con un signo de interrogación en rojo. Ahora… ahora había más muertos que vivos. Y el ambiente silencioso de la sala era mucho más tenso que habitualmente.

    Pero… aunque este caso fuese especialmente duro, yo… yo necesitaba mantenerme firme, por duro que fuese. Porque había tomado una decisión, y seguiría con ella hasta el final.


    —¡De acuerdo! —empezó a hablar Monokuma—. Empecemos con una explicación básica de las clases de juicio. Durante esta clase, tendréis que discutir acerca de…

    Pero, sentado en el trono justo junto a él, Reversekuma le interrumpio.

    —Sí, sí, creo que se saben ya eso, hermanito. Dejemos que simplemente empiecen a lanzarse mierda unos a otros, ¿sí?

    —Upupupu —rio Monokuma—. De acuerdo, de acuerdo. Aunque realmente no es justo, ¡cada vez se hace más sencillo! El número de posibles sospechosos se va reduciendo más y más…

    —Puhehehe —rio ahora Reversekuma—. Hum, yo no diría que este caso es sencillo, ¿no crees?

    —Upupupu —fue todo lo que respondió el otro.

    Tragué saliva al oír la conversación de aquellos dos. La mente maestra… obviamente lo sabía todo. Y eso me ponía especialmente tenso… más aún cuando se mofaba de nosotros por eso.

    —… quiero empezar yo —habló, de pronto, Emily, captando la atención de todos los presentes rápidamente—. Antes de comenzar a discutir acerca de la muerte de Dante, querría aclarar una cosa que no hemos tenido tiempo de hablar —señaló entonces al Estratega, decidida—. Ian Lockhart… me gustaría escuchar tu testimonio completo acerca del supuesto ataque de Dante a tu persona, por favor.

    Ian sonrió frívolamente, vendas en su cabeza, mientras se encogía de hombros.

    —Oh, ya veo que ni dos minutos de clase de juicio pueden pasar sin que mi persona levante sospechas, ¿eh? —y sonrió de forma ladina, como siempre—. Bueno, no hay mucho que contar. Fui citado por Dante poco antes de la hora del anuncio de la mañana. Vino a buscarme, y hasta me despertó. A decir verdad, cuando me dijo que le acompañase porque iba a revelarme algo importante, no me lo creí en absoluto —admitió, con rostro ególatra—, pero ese tipo ocultaba demasiadas cosas, y no podía dejar pasar la oportunidad. Me llevó hasta la cocina de la cuarta planta, y allí fue donde me golpeó con una sartén en cuanto tuvo la oportunidad. Al caer, choqué contra el borde de la encimera y claro, el golpe fue mucho peor. Y Dante, sin más, se marchó, dejándome encerrado —suspiró—. Golpeado en la cabeza con una sartén, ¿eh? Vaya estereotipo más rancio, ni que fuésemos dibujos animados.


    ¿D-Dante hizo eso…? Ciertamente, Ian había sufrido un fuerte golpe, y su testimonio parecía encajar con los horarios y con la escena donde le encontramos. En principio, no había motivos para dudar de su veracidad… más allá del simple hecho de que el que lo contaba era Ian, claro. Pero, ¿por qué Dante haría algo así? No era capaz de entenderlo aún, pero…

    —… ya veo —dijo Emily, ojos cerrados—. Si eso es verdad, entonces Dante acudió como si nada, momentos después, al desayuno, y se reunió con todos nosotros como si no sucediese nada. Es más, cuando Drake llegó y notó la ausencia de Ian, Dante fue el primero en marcharse a buscarlo, cuando teóricamente él debía saber perfectamente dónde estaba.

    —¿Dónde quieres llegar, Emily? —cuestionó Hubert.

    Dante encerró a Ian. Si partimos de esa premisa, entonces los actos de la víctima son bastante extraños. Y la conclusión que Emily está intentando alcanzar es que…

    —Crees que Dante lo tenía todo planeado, ¿no es así? —inquirí, con temblor en la voz.

    Emily asintió, apartando la mirada con esfuerzo.

    —Si lo pensamos, todo fue demasiado conveniente —siguió diciendo la Modelo—. Y, en cualquier caso, Drake y yo nos dirigimos antes que cualquier otro a la última planta; nadie pudo llegar allí antes que nosotros, solo Ian y el propio Dante.

    —Sí, los demás partimos a otras plantas para buscar a Ian —reflexionó Steve—. Tras eso, Mimi y yo nos juntamos y fuimos a la fábrica, pero antes de eso, solo tú y Drake pudisteis estar allí.

    Emily agachó la cabeza. Sabía que llevaba tiempo dándole vueltas algo. Y sabía que le costaba muchísimo admitirlo, que no quería siquiera considerar la posibilidad de que la verdad fuese esa. Pero, con todo, fue ella la que dirigió la conversación hacia esa conclusión, fue ella la que ató los cabos. Ella era la que estaba llevando, por el momento, la clase de juicio. Porque sabía que, por dura que fuese, ella estaba dispuesta a afrontar la verdad.

    —Entonces, solo hay una persona que pudo prepararlo todo. Solo hay alguien que pudo matar a Dante —Em agachó la cabeza—. Si lo que Ian cuenta es cierto… solo cabe esa posibilidad.

    El culpable de matar a Dante… quien Emily está pensando es…

    —… Dante mismo, ¿verdad? —dije, en un susurro—. Piensas que fue un suicidio.

    Las lágrimas resbalaron el rostro de Emily mientras asentía.

    —¿Que Dante… se suicidó? —comentó Steve, sorprendido.

    Hubert apartó la mirada.

    —Es cierto. Si asumimos que lo que dice Ian es cierto, es lo más coherente, al fin y al cabo.

    —P-Pero —Mimi seguía temblorosa—, ¿podemos creer en l-lo que él dice?

    Ian chasqueó la lengua.

    —Tché. Si no fuese cierto, ¿qué otra explicación encuentras para mi situación? Alguien tuvo que encerrarme y golpearme. Y yo aseguro que fue Dante —se encogió de hombros—. Que decidáis creerme o no, es cosa vuestra, pero… si no fue Dante, ¿quién fue?

    Hubo silencio. Ninguno de nosotros fue… nadie encerró a Ian. Tuvo que ser Dante. Por una vez, Ian tenía que decir la verdad.

    —De modo que todo esto fue plan del propio Dante —susurró Steve, contrariado.

    —Mi pregunta es —intervino Ian—, ¿por qué no detuvisteis la cinta cuando llegasteis?

    La pregunta me pareció bastante extraña y un poco innecesaria. No era propio de Ian hacer una pregunta tan básica… pensaba que Steve y Mimi le habían puesto al día de la situación y que debía conocer la respuesta sin mayores problemas. Seguro que esa pregunta ocultaba algo, ¿no…?

    —Ian, los cables estaban rotos —expliqué—. Era imposible manipular los controles de la cinta transportadora… Emily ya lo intentó y no hubo resultados.

    Ian enarcó una ceja.

    —¿Por qué no usasteis el apagado forzado? —preguntó, con genuina curiosidad. Sentí un nudo en la garganta. El peor nudo que había sentido nunca. Al ver nuestras expresiones de asombro, Ian abrió mucho los ojos, y luego sonrió—. Ah, ya lo entiendo. Ninguno de vosotros sabía la existencia de ese botón, ¿no? —se encogió de hombros—. Ya veo, Dante, ya veo. Como sabías que yo era el único que había examinado a fondo la fábrica, probablemente temías que yo supiese de la ubicación del botón de apagado forzado… de modo que encerrándome matabas dos pájaros de un tiro: tenías una excusa para separarte del grupo para “buscarme” y te asegurabas de que nadie detuviese tu plan. Brillante.

    Me puse pálido, pero, probablemente, no tan pálido como se puso Emily. Su rostro estaba completamente conmocionado. Con esfuerzo y la mano en el pecho, dijo:

    —¿E-Existía una forma de… d-detener la cinta?

    Ian asintió.

    —Junto a las escaleras, justo al llegar abajo… hay un pequeño botón rojo en la pared, algo camuflado, a decir verdad —explicó Ian—. Ese botón desconecta toda la fábrica, de modo que… sí. Habríais podido detener el plan de Dante solo si hubieseis sabido de su existencia.

    N-No… a-aquello… aquello era horrible. Aquello era…

    —No puede ser… —Emily acumulaba lágrimas en los ojos, que pronto terminó por liberar—. ¡No puede ser!

    —E-Entonces, p-pudimos haber salvado la vida de Dante… —fui a decir, pero, de pronto, la voz del Estratega me interrumpió.

    —¡Eso es incorrecto!

    —¿Huh? —sorprendido, alcé de pronto la cabeza, solo para ver a Ian meditativo, con la mano en la barbilla—. … verás, hay demasiadas cosas que no cuadran en este caso. Simplemente, no puede ser tan secnillo. Y, sinceramente, no creo que hubieseis podido salvar a Dante.

    —¡P-Pero tú has dicho que podríamos haberlo hecho! —le reproché.

    Ian negó con la cabeza.

    —¡Qué manía tenéis con poner en mi boca cosas que no he dicho! Yo solo dije… que pudisteis detener su plan. Pero, ¿habría servido eso para salvar su vida?

    Ian Lockhart, ¿a dónde quieres llegar?



    Creo que es casi un hecho que Dante fue el que preparó todo el plan de la cinta.

    >> Pero, ¿significa eso que se suicidó?

    >> El informe de Monokuma no especifica en ningún momento la causa de la muerte, ¿huh?

    >> Eso es… ciertamente conveniente, ¿no crees?


    ¿A dónde quieres llegar, Ian?

    >> ¡Si estás insinuando lo que creo que estás insinuando, ya hemos determinado que no puede ser!

    >> Dante… ¡Dante tuvo que morir por la trituradora! No hay otra opción.


    ¿Estás seguro de eso?

    >> Tal vez… Dante murió por otro motivo, y fue su cuerpo, ya inerte, el que cayó a la trituradora, ¿no?

    >> Es una posibilidad que no puedes negar.


    —Eso es incorrecto —… podemos negarlo, en base a las pruebas. Hay una prueba que podría servir para evitar la línea de argumento de Ian, sin duda alguna—. Y la prueba es el testimonio de Emily, Ian. Testimonio que yo mismo puedo corroborar.

    Emily asintió, aún algo pálida.

    —S-Sí, cuando estábamos en el puente, Dante se movió al oír que le llamaba. Fue un instante, pero lo hizo. Estaba vivo entonces, no hay duda —comentó Emily.

    —¿Y? —terminó diciendo Ian, brazos extendidos, ante la confusa mirada de todos los demás—. Veo que no me seguís, ¿huh? Ese testimonio no prueba necesariamente que Dante estuviese vivo cuando cayó a la trituradora…




    Non-stop Debate!


    Dante estaba vivo mientras estaba en la cinta transportadora —aseguró Emily—, ¡así que tuvo que morir a causa de la trituradora!

    ¿Y si hubiese muerto antes? —insistió Ian, terco.

    Si Dante no se hubiese movido ni hablado, eso tendría sentido —añadió Steve—. Pero se movió, así que no cabe pensar lo contrario.

    De hecho, la teoría del suicidio es más factible así —dedujo Hubert—. En otras circunstancias, Dante habría pedido ayuda, o al menos lo habría intentado, al haber oído que había alguien, pero prefirió no hacerlo.

    Hmmm —meditó Ian—. ¿Estáis seguros de que no cabe la opción de que muriese antes de caer en la trituradora? Tal vez murió antes de caer a la trituradora, ¿huh?

    —… —E-Emily… parecía haberse dado cuenta.

    ¿Qué insinúas? —preguntó Hubert, severo.

    Al fin y al cabo, pudieron suceder muchas cosas en el trayecto de la cinta transportadora, ¿no? —sugirió Ian.

    >> Que se moviese al principio no tiene por qué significar que seguía vivo hasta caer en la trituradora, ¿no?


    … Ian… n-no estoy seguro de querer seguir por ahí. ¿Es lo correcto? ¿Es lo que debería hacer…?


    Dante estaba vivo mientras estaba en la cinta transportadora, ¡así que tuvo que morir a causa de la trituradora!

    ¿Y si hubiese muerto antes?

    Si Dante no se hubiese movido ni hablado, eso tendría sentido. Pero se movió, así que no cabe pensar lo contrario.

    De hecho, la teoría del suicidio es más factible así. En otras circunstancias, Dante habría pedido ayuda, o al menos lo habría intentado, al haber oído que había alguien, pero prefirió no hacerlo.

    Hmmm. ¿Estáis seguros de que no cabe la opción de que muriese antes de caer en la trituradora? Tal vez murió antes de caer a la trituradora, ¿huh?


    —Estoy de acuerdo con eso —susurré, y todos me dirigieron entonces una mirada dubitativa.

    —¿Q-Que estás de acuerdo…? ¡Drake, pero… hace un momento…! —Steve no entendía nada.

    Agaché la cabeza, y tomé aire.

    —¿Recordáis el video de Dante? —pregunté, agachando la mirada—. Al principio, tenía la cabeza erguida, ¿cierto? Fue ahí cuando llegamos Em y yo y vimos claramente cómo se movía. No obstante, cuando faltaba ya poco para llegar a la trituradora, tenía la cabeza agachada y estaba completamente inmóvil. Cabe la posibilidad de que sucediese algo… y perdiese la vida antes de caer, tal y como afirma Ian.

    —… —Emily parecía reflexiva—. Oye, Drake. Estás… estás ocultando algo, ¿cierto? —me miraba con esos ojos morados, profundos, penetrantes. Tragó saliva—. Por favor. Di eso que no te atreves a decir. Tú tienes una idea por qué Dante pudo morir súbitamente mientras estaba en la cinta, ¿cierto?

    E-Emily…


    —Dilo, por favor —sus ojos… estaban decididos, sin duda. Pero… no era suficiente. En el fondo, Emily aún no sentía la esperanza. En el fondo, solo estaba desesperada. Desesperada por saber la verdad. Por conseguir justicia para Dante, fuese la que fuese.

    Dante, ¿por qué tuviste que hacer las cosas de este modo…? Subestimaste demasiado a Emily, a Hubert, a Ian, a Mimi, a Steve. Los subestimaste a todos.

    Intenté hablar. Sabía que era lo que debía hacer, pero… joder, era demasiado difícil. No podía hacer eso. N-No era capaz.

    No obstante, fue Hubert el que, reflexivo, comenzó a hablar.

    —… hay algo que me llama la atención, y que creo que podría tener relación con este tema que estamos tratando. Si Dante murió súbitamente mientras estaba en la cinta transportadora, hay pocas opciones, ¿no? Debió haber provocado su muerta algo con un efecto retardado. ¿Y si hubiese sido envenenado antes siquiera de montarse en la cinta?

    … ¿ves, Dante? ¿Ves como les estabas subestimando…? Incluso sin mi ayuda. Incluso si yo no hablo, ellos… ellos mismos son capaces de llegar a la verdad que tú querías ocultar. Ellos son capaces de ver detrás de tu plan. Y ese ha sido tu gran error.

    —¡Exacto! —aplaudió Ian—. Y, querido Ajedrecista, eso que te llamó la atención… ¿es, por casualidad, algo del video de Dante?

    Hubert asintió.

    —Exactamente. En un punto del video, antes de caer a la trituradora, se ve como cae algo de sus bolsillos, pero… no se puede distinguir bien qué es. Curiosamente, no había nada en la escena del crimen, ¿cierto?

    —¡E-Es verdad! —meditó Steve.

    —… alguno de nosotros debió cogerlo —Emily me miraba. No dejaba de mirarme. Ella… ella sabía que yo llevaba tiempo sabiendo lo que había pasado, y había optado por callarme. Por ocultarlo.

    —… f-fui yo —confesó Mimi, ante la mirada sorprendida del resto. Y, entonces, mostró el bote rojizo—. Fue esto lo que tomé de la escena del crimen, p-porque… es mío.

    Ian, meditativo, sonrió.

    —Oh, tus medicinas, ¿eh?

    —¿M-Medicinas? —susurró Steve—. P-Pero si ese bote es idéntico a… a algo que he visto en otra parte —dudoso, Steve parecía incapaz de recordar por qué aquel bote le sonaba tanto.

    Mimi asintió.

    —¿Lo sabías…? —susurró ella, ceño fruncido.

    Ian se encogió de hombros.

    —Querida, deberías saber que no se me escapa un detalle —su sonrisa era tan ladina como siempre—. Sé que escondiste ahí tus medicinas, lo sé desde hace tiempo. Tengo ojos en todas partes. Bueno, tenía, cuando cierto periodista vivía —dijo con toda naturalidad, y una sangre helada como la nieve—. Pero ese no es tu bote de medicinas. Solo lo parece.

    —¿E-E-Eh? —Mimi no entendía nada—. Pero… alguien robó mi bote de pastillas. P-Pensé que fue Dante, y que por eso…

    Ian comenzó a reír.

    —He de confesar que… de eso puede que tenga la culpa yo —reconoció, manos en la nuca, indiferente—. Ayer por la noche quise verificar un par de cosas en la segunda planta… y, entonces, me di cuenta, inspeccionando los estantes de medicinas, venenos y demás, de que, curiosamente, ¡faltaban varias pastillas de un veneno bastante letal, de un efecto rápido y letal! O eso decía su etiqueta, claro. No soy Lucas, no entiendo de esas cosas tanto, tristemente.

    I-Ian, tú… ¿acaso habías revisado uno a uno todos los botes de aquel lugar? Veo que tú también te diste cuenta de que faltaba un veneno, ¿huh? Y-Yo… pude notarlo cuando fui con Mimi a revisar la ausencia de sus medicinas… y eso sembró mi primera sospecha. Pero, ¿por qué…?

    —¿Por qué robaste mis medicinas…? ¿¡Y dónde las tienes!?

    Ian comenzó a reír.

    —En mi dormitorio. Pero tranquila, tengo aquí un bote —e Ian mostró un bote bastante similar, si bien no totalmente idéntico al que tenía Mimi, y se lo lanzó a la chica. La millonaria lo inspeccionó de cerca y, entusiasmada, tomó una pastilla al comprobar que, en efecto eran sus medicinas. Su rostro se llenó de una alegría indescriptible—. Lo hice porque… quería ver qué pasaba si no te medicabas, nada más. ¡Mera curiosidad!

    —E-Eres un monstruo —susurró la millonaria, irritada.

    —… —Ian, ¿seguro que fue por eso? Algo me dice… que al notar la ausencia de veneno, temiste que algo podía suceder. Tal vez aquella fue tu forma de hacer que nos diésemos cuenta también los demás, ¿eh? Provocar una ausencia mucho más notoria en el mismo lugar. Esconder las medicinas de Mimi.

    ¿Era para ponernos a prueba? ¿Para ver si éramos capaces de anticiparnos, para ver si somos piezas o jugadores? En ese caso…

    … funcionó. Porque yo me di cuenta gracias a eso. Supongo que… ¿debo darte las gracias?

    —Pero, entonces, ¿de qué es el otro bote? ¿Y por qué me suena tanto? —gruñó Steve, frustrado por no poder recordarlo.

    —Oh, eso ha sido mera casualidad, lo prometo —alzó las manos Ian, como intentando mostrar que no ocultaba nada—. O quizá quien tomó el veneno en primer lugar tuvo la prudencia de volver a analizar la escena del hurto, y, al ver que ahora faltaban más botes, utilizó la similitud de los botes para adaptar su plan —se encogió de hombros—… es algo que Dante haría, si me permitís mi opinión.


    —¿D-Dante? —preguntó Hubert, alarmado—. ¿Crees que Dante tomó el veneno?

    Ian asintió.

    —Claro que sí. Porque las pastillas que hay en ese bote que tiene Mimi, que encontró justo junto a la escena del crimen y que Dante pretendía eliminar junto a su propio cuerpo… son justo las pastillas de veneno que faltaban en el laboratorio.

    … son geniales. Es imposible engañarles. Dante, estabas tan equivocado… tanto. Pensar que podrías ocultárselo, a ellos. Qué grave error cometiste.

    —T-Tiene sentido —susurró Hubert.

    —A ver, dejadme recapitular —pidió Steve—. Dante tomó pastillas de veneno, y, poco después, Ian se dio cuenta de ello y, para causar aún más confusión, robó todos los botes de medicinas de Mimi. Acto seguido, probablemente porque Dante revisó una vez más el laboratorio y vio la ausencia de tantos botes, decidió ocultar esas mismas pastillas en un bote muy similar, tal vez para crear aún más confusión.

    —Y probablemente, Dante murió tras tomarse una de esas pastillas —reflexionó Hubert—. Habiéndoselas tomado, tan solo tendría que dirigirse a la fábrica, sentarse en la cinta y… moriría antes de llegar a la trituradora.

    —… eso es… horrible —susurró Mimi.

    —Pero, ¿por qué molestarse tanto? —inquirió Steve—. Es decir… al fin y al cabo, es sucidio, ¿no? Da igual que se tome las pastillas o que caiga en la trituradora, ambas cosas las provocó él. Comprendo que el veneno es menos doloroso, obviamente, pero, ¿por qué molestarse con montar todo el escenario de la trituradora?

    —Ese es un buen punto —concedió Hubert.

    Y, entonces, Emily alzó la voz.

    —… según las reglas, en un caso de envenenamiento, sería el culpable el que coloque el veneno en la fuente de ingesta, ¿cierto? —preguntó, mirada sombría.

    E-Emily… l-lo siento. Debería de haber sido yo el que lo diga, pero…

    —Sí, eso dicen las reglas —apuntó Ian, mirando a Emily con rostro divertido—. ¿Qué insinúas, chica Modelo?

    —… si Dante preparase todo de tal manera que alguien vertiese las pastillas en algo que él tomase… incluso sin que esa persona se diese cuenta… entonces, esa persona se convertiría automáticamente en el culpable de este caso, ¿no? —siguió ella, sombría.

    P-Pero yo… simplemente no puedo. Aunque sea lo que debo hacer, no puedo. Soy incapaz de hacerlo. Lo siento.

    —Ese sería el caso, sí —apuntó Monokuma.

    —¡Puhehehe! —rio, divertido, Reversekuma.

    —… —Emily…

    —Oh, ¡claro! Ya sé. ¡Ya sé de qué me suena ese bote! Es el bote en el que están las pastillitas de sacarina de la cocina, ¿no? —apuntó, sonriente, Steve.


    Y, tras decir eso el suertudo, se hizo el silencio.

    —… entonces, yo sé quién mató a Dante —susurró Emily, con lágrimas en los ojos, en un tono de voz casi imperceptible.

    … no pude decir nada. No pude reaccionar. La impotencia me subía por la garganta.

    —… Dante lo preparó todo para convertir a alguien en el culpable sin que nadie lo supiésemos —dedujo Hubert, pensativo—. Si alguien echaba las pastillas en una bebida creyendo que era sacarina, ese alguien mataría a Dante. Y, tras eso, solo tendría que tomar el bote y lanzarse a la trituradora, para simular otra muerte bien distinta… y probablemente, hacernos llegar a la conclusión del suicidio.

    —En o-otras palabras, ¿D-Dante quería que nos equivocásemos al votar… para que todos salvo el culpable muriésemos? —dijo Mimi, ojos empañados, sorprendida.

    Ian asintió, manos en los bolsillos.

    —Ese parece ser el caso, sí. Pero, por fortuna, hemos conseguido deducir cuál fue su plan. Y, aunque exista posibilida de error, pues no sabemos cuándo sucedió exactamente el efecto del veneno, la otra opción posible es suicidio, ¿no? Solo tenemos que votar en empate a Dante y a la persona que le sirvió el veneno, inconscientemente, y, según las reglas, ¡habremos acertado, sea cual sea la verdad!

    —… pero… la persona que le sirvió a Dante la sacarina… —susurró Steve—. Yo estaba allí… lo recuerdo.



    ¿Quieres café, Dante?

    … sí —recordó Steve que dijo el chico—. Pero, ¿podrías echarme sacarina, cariño? El bote está justo aquí.

    ¿Sacarina? ¡Qué raro! ¿Estás a dieta, acaso?

    Y las risas acompañaron a la pareja, iluminando aquel desayuno.


    —… de modo que… —Hubert apartó la mirada.

    —De modo que esa es la verdad… —Steve contenía las lágrimas.

    Sí… yo llegué cuando ya estaban desayunando, y lo vi con mis propios ojos.


    —¡Buenos días! —recordé cómo saludó Emily, alegremente, mientras salía de la cocina justo cuando entramos Mimi y yo en el comedor, llevando una taza de té en una mano y un café en la otra. Estaba sonriente, contenta…

    Con lentitud, llevó ambas tazas y las colocó sobre la mesa, sentándose junto a Dante. El chico, con rostro serio, tomó el café que su novia le había servido y le dio un sorbo, mientras ella hacía lo propio con su té. No pude evitar mirarle, algo tenso.


    Acababa de notar la ausencia de un veneno en el laboratorio… y vi cómo Dante tomaba aquel café, el café que Emily le entregaba. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo entonces. Quise pensar que era una broma, que estaba equivocado, pero luego… cuando vi el escenario de la fábrica… supe que no estaba equivocado. Entendí el plan de Dante a la perfección.

    El plan para salvar a Emily.

    Un plan que solo traería su condena.

    —… D-Drake —Emily me miraba, seria—. Tú lo habías notado, ¿verdad? Tú ya lo imaginabas.

    —… —¿¡qué demonios podía decir en esa situación!? ¿Qué se supone que tenía que contestarte, Em…?

    —Quiero que lo digas —me miró, decidida.

    —E-Emily… —Steve lucía dolido, ojos empañados.

    —E-Em, yo… —susurré.

    —Dilo, Drake —me pidió, mano en el corazón, lágrimas resbalando sus ojos—. Di el nombre de la persona a la que Dante quería convertir en culpable. Di el nombre de la persona que echó el veneno en su taza de café. ¡Di el nombre de quien mató a Dante! Quiero que tú lo digas, por favor —y sonrió, en una sonrisa cargada de tristeza. Las últimas dos palabras las dijo temblando—. Por favor.

    Emily… ¿por qué todo tenía que ser tan… difícil?

    Estudiantes: 6
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
    Balas de la verdad:

    - Informe de Monokuma #5: La víctima es Dante Miles. Su cuerpo ha sido troceado por la trituradora alrededor de las 9:45 AM, de modo que resulta imposible poder examinarlo de cerca, desconociéndose los datos de la muerte.

    - Testimonio de Emily: al llegar al puente de la fábrica, Emily vio cómo Dante se movía ligeramente al gritar su nombre, por lo que estaba vivo en ese momento. Drake también lo vio, de modo que puede corroborarlo. Tras eso, Emily vio con sus propios ojos cómo Dante caía dentro de la trituradora.

    - Cables rotos: ciertos cables de la máquina que controla la fábrica estaban rotos, de manera que era imposible manipular la cinta de la trituradora. Quienquiera que los hubiese roto, había activado primero la cinta, asegurándose con ello que nadie la detenía.

    - Manchita de sangre: en la cinta donde estaba Dante, había una mancha de sangre pequeña bastante alejada del resto.

    - Bote rojo: un bote rojo, casi anaranjado, fue encontrado por Mimi junto a la escena del crimen, cerca de la trituradora. Tenía unas pastillas pequeñas dentro, pero Mimi afirma que no son su medicación.

    - Video de Dante: en el video de la cinta de la trituradora, se puede ver a Dante avanzando sobre una silla, atado y con ojos vendados. Temblaba ligeramente, pero pronto fue tranquilizándose en su agitación. Llevaba algo en sus bolsillos, algo que parecía apunto de caer de los mismos, indistinguible desde ese ángulo. Además, tenía el iKuma en su cintura, colgado donde siempre solía estar. De pronto, movió su cabeza, probablemente cuando Emily y Drake llegaron y comenzaron a intentar llamarlo desde el puente. Cuando Dante ya se acercaba a la trituradora, su cabeza estaba agachada. Cuando ya estaba cerca de la trituradora, el indistinguible objeto de su bolsillo se deslizó sin querer por el mismo, cayendo al suelo, junto a la cinta. Al instante, Dante cayó en la trituradora, y la sangre salpicó todo. El video termina justo cuando Emily llegaba a la escena, conmocionada, y caía sobre sus rodillas, presa de la impotencia.

    - Puente: un puente con barandillas cruza las dos cabinas de cristal que hay sobre la fábrica, a considerable distancia de las cintas que hay debajo.

    - Cabinas de cristal: dos cabinas rodeadas de grueso cristal se encuentran a ambos lados del puente. Una de ellas, la que se encontraba más alejada de la entrada, es donde está la máquina que controla todo el funcionamiento de la fábrica.

    - Conducto de ventilación: hay un conducto de ventilación que atraviesa la cabina más cercana a la entrada. Es un conducto bastante ancho, ciertamente.

    - Desparición de Ian: Ian estuvo ausente desde la mañana hasta que fue encontrado por los demás en la cocina de la cuarta planta.

    - Testimonio de Steve: Steve asegura que, al llegar a la quinta planta, en la sala de los Gamma, oyó un ruido bastante difuso, similar a un estruendo.

    - Testimonio de Ian: Ian afirma que fue Dante el que le golpeó y le encerró en la cocina de la cuarta planta, que fue donde estuvo encerrado todo el tiempo.

    - Llave Maestra desaparecida: la llave maestra que Hubert escondió en el dormitorio de Talía ha desaparecido. Según Hubert, lo más probable es que fuese esa la llave que se usó para encerrar a Ian.

    - iKuma de Emily: el iKuma de Emily está desaparecido; su dueña afirma que lo cogió por la mañana, pero que no había prestado más atención al mismo hasta el final de la investigación.
     
    Última edición: 11 Febrero 2018
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    Capítulo 5: El Precio de una Vida

    Vida Mortal, Clase de Juicio 2


    —… tú, Emily —terminé diciendo, con la cabeza agachada—. Fuiste tú.


    Al final, lo había averiguado. Había llegado hasta la conclusión más lógica, había descubierto la verdad detrás del plan de Dante. Pero… no podía terminar así. No, no podía permitir que terminase de esa manera. Si acabase así, sería como hacer que el sacrificio de Dante hubiese sido en vano, y… pese a que su plan no pudiese funcionar, yo haría que sirviese para algo. Eso estaba claro.

    —Entonces… ya está claro. Soy la asesina —susurró Emily, entristecida—. Votadme. Votadme, porque he matado a Dante. Soy culpable.

    —Emily —le dije, mirada severa—, no puedes rendirte. No puedes perder la esperanza.

    —¿Huh…? —preguntó ella de pronto, sorprendida por mi afirmación—. ¿Qué esperanza, Drake? ¿Qué tipo de esperanza puedo tener en una situación así, siendo culpable del asesinato de mi propio novio?

    Suspiré. No lo entendías, Em, ¿eh? Es normal. Yo tampoco lo comprendía del todo, pero…

    —La esperanza… no es eso, Emily —dije, sonriendo con ternura—. La esperanza no es mantenerse feliz y pensar que todo va a salir bien. La esperanza no es eso, es algo mucho más. Es normal que sufras, que sientas pena, que sientas que todo sale mal; son sentimientos compatibles con la esperanza. La esperanza es…mantener la cabeza alta, y aceptar las lágrimas, y compartir las sonrisas. La esperanza es no caer en la desesperación, es aceptar la verdad, por dura que sea, y no hundirse, sino seguir adelante en todo momento. Y, sobre todo, la esperanza es no solo aceptar, sino buscar la verdad, siempre. Es hacer que los sacrificios no sean en vano, sino aprovecharlos y seguir adelante. Porque una pérdida, una despedida, un sacrificio… no son desesperación en sí mismos; es la forma en la que lo tomes lo que los convierte en desesperación o esperanza.

    —Dr-Drake —Emily me miraba, ojos empañados—. No te entiendo.

    —… ten esperanza, ¿vale? Necesito que tengas esperanza —suspiré, y ella siguió mirándome fijamente, confusa. Supongo que tenía que hacerlo. Que tenía que hacer que recuperase la esperanza, aunque fuese de esa forma—. Está bien. Entonces… lo haremos poco a poco. De la manera difícil.

    Difícil, sí. Sin duda… para mí, era muy difícil. Pero había que hacerlo, ¿no? Era lo que debía hacer. Alcé la cabeza, no sin algo de incertidumbre, y sonreí. No podíamos perder la esperanza. Emily necesitaba recuperarla. De un modo u otro.

    —… aunque todo apunte a ti como la asesina, Emily —tomé aire, antes de decirlo—, me niego a creerlo.

    —¿Huh? —Hubert, alarmado, alzó una ceja—. ¿Qué dices, Drake? ¿En serio? Sé que es duro, pero… no es propio de ti darle la espalda a la verdad de esa forma.

    Je. Hubert… nunca cambiarás, ¿eh?

    —E-Es cierto, Drake —susurró Mimi, alicaída—. Todo apunta a Emily como la culpable. Tristemente, esa teoría no tiene ninguna fisura.

    Cerré los ojos, en silencio. Fue Emily la que habló antes.

    —Drake, ¿por qué…? ¿Es que no entiendes que así solo vas a complicar las cosas? Es mejor aceptarlo.

    Pero yo negué vehemente con la cabeza, y abrí entonces los ojos.

    —… no. Te he dicho… ¡te he dicho que me niego a aceptarlo!

    Ella quedó en silencio, con ojillos temblorosos, asustada, sin comprender nada. Y fue Steve el que, tras apretar los dientes, susurró:

    —Y-Yo… yo tampoco quiero creerlo. Si existe la mínima posibilidad de negarlo, ¡seguiré aferrándome a ella! Emily no será la asesina para mí hasta que no hayamos descartado cualquier mínima posibilidad. ¡Hasta que no sea la única posibilidad existente!

    E Ian, silencioso, se llevó la mano al mentón.

    —Sin duda, no voy a negar que es un giro argumental espléndido el hecho de que Emily sea la asesina de Dante… pero me parece aún más interesante el giro que Drake parece querer darle —Ian sonrió con condescendencia—. De momento, haré una tregua con él, y me pondré de su lado.

    —¿P-Por qué…? —Emily seguía sin entenderlo.

    Alcé la voz, mirando a los dos osos.

    —Hey, vosotros —dije—. Me parece que… estamos divididos, ¿no créeis?

    —Drake…

    —¡Oh! —gritó Monokuma, llevándose la patita al oído, como para escuchar mejor—. ¿He oído divididos?

    —¡Puhehehe! ¡Estaba deseando que llegase este momento! —se alegró Reversekuma.

    —Hermanito, ¡trae la llave! —pidió Monokuma, al tiempo que su hermano sacaba de alguna parte una enorme llave, y se la pasaba a Monokuma. Tras introducirla en un panel que apareció frente a él, los atriles, como era ya costumbre, empezaron a flotar—. ¡Es hora de mostrar las capacidades de la clase de juicio metamórfica!



    … un nuevo debate, cara a cara. Y esta vez… mi rival era Emily. Pero esto, a diferencia de otras veces, no era tanto un enfrentamiento, sino un intento desesperado por hacer reaccionar a Em. Y yo, del lado del equipo azul, el que apoyaba la tesis de “Emily no es la asesina”, contaba con el apoyo de Steve y de Ian… contra Em, Hubert y Mimi, que defendían la opinión de que “Emily es la asesina”.

    Em. Escúchame. Esto… es por ti.


    Ya está todo hablado, chicos —inició Mimi—. Emily debe ser la culpable, no hay otra posibilidad. ¡Ella le dio el veneno a Dante sin querer!

    Pero, ¿podemos estar totalmente seguros de que Dante murió por el veneno?

    ¡Genial, Steve!


    Existe la posibilidad —reflexionó Hubert—. En todo caso, esas son las únicas dos posibilidades; bastaría, por tanto, con provocar un empate.

    Vamos, Ian.

    ¿Estás seguro de que no existen terceras posibilidades?


    ¡Es absurdo! —siguió Mimi—. Dante estaba vivo durante la estancia en la cinta, ¡tuvo que morir o por la trituradora o por el veneno!

    Ocúpate tú de nuevo, Ian.

    Pero aunque estuviese vivo en un momento dado, quizás hay más formas de morir durante el trayecto, no solo el veneno…


    ¿Y qué propones? —Hubert apretaba los dientes—. Dante lo preparó todo, demonios, ¡no dejaría ningún cabo suelto de ese tipo!

    Steve, ¡vamos!

    Tal vez Dante no, pero… ¿y si el asesino dejó alguno?


    —… c-chicos, dejad de discutir —Emily…—. Soy la asesina,¿sí? Es mejor aceptarlo.

    Escúchame bien Emily.

    ¡Me niego a aceptarlo, no mientras existan otras alternativas!


    ¡¿Qué alternativas existen?! —los ojos de Emily estaban empañados mientras hablaban—. ¡No hay otra opción, y lo sabéis!

    Emily, ¡entra en razón! ¡Acepta la esperanza que hay en ti! Yo haré que despierte.

    Te equivocas, Em. Siempre hay otra opción. Aún existen cosas sin explicar.


    ¿C-Cosas sin explicar? —Emily, ¡vamos, tienes que hacerlo, por duro que sea! —. Eso es lo de menos. Por mucho que existan elementos sin explicación… solo yo pude hacerlo.

    No. No solo tú pudiste. Y las pruebas… apuntan a ello.

    Em. Vamos —sentencié—. No puedes aceptar tu culpabilidad… ¡no hasta encontrar explicación a todos los detalles!


    Y las luces se apagaron repentinamente, comenzando a descender los atriles. El debate había terminado… y la luz de la gran pantalla mostró al equipo azul como el ganador. Cuando las luces se encendieron, pude ver el rostro desconcertado y confuso de todos.

    —… es cierto —reflexionó Hubert—. Existen muchas cosas en este caso sin explicación. Pero, ¿es posible la implicación de alguien más en todo el crimen?

    —Yo estaba convencida de que solo podía haber sucedido todo como ya habíamos explicado —meditó Mimi—. ¿Q-Qué puede faltar por examinar…?

    —Hmpf —susurró Ian—. Hay algo que desde el principio de este caso ha sido desconcertante. Una contradicción latente. Pero estabais tan ocupados en entender el plan de Dante que obviasteis ese detalle completamente.

    —¿Q-Qué fue lo que obviamos? —susurró Emily, confusa.

    —Cuando me preguntaste por mi testimonio, expliqué que Dante me golpeó antes del desayuno, ¿cierto? —argumentó Ian, reflexivo—. Ese hecho, de ser verdad… ¿no debería resultar contradictroio con una de las pruebas?

    … en efecto. No esperaba menos de Ian. La prueba a la que el Estratega se refiere es…

    —¡Oh, es verdad! —gritó Steve, de pronto, chocando las palmas de sus manos con entusiasmo—. ¡Mi testimonio!

    … cierto. El testimonio de Steve. Al considerar el testimonio de Ian, el de Steve dejaba de tener sentido.

    —Es cierto —susurró Hubert, meditativo—. Discutamos eso, pues. La naturaleza de ese ruido podría ser relevante.

    —¿Es todo esto… necesario…? —dijo Emily, cabeza agachada, en voz baja.




    Non-stop debate!


    En un principio, creí que el ruido provenía de la cuarta planta—comenzó Steve, dubitativo.

    >> Lo cierto es que fue bastante difuso, como si estuviese lejos, pero, con todo, ¡fue un ruido fuerte!

    ¿Estás seguro de que no fueron imaginaciones tuyas? —intervino Hubert.

    ¡Claro que no, Mimi también lo oyó!

    Es cierto —corroboró ella—. Lo oí… pero, ¿de dónde pudo venir? Gracias al testimonio de Ian, sabemos que el golpe sucedió mucho antes, por lo que no pudo ser eso.

    Entonces no provino de la cuarta planta—reflexionó Emily.

    Tuvo que provenir de otro sitio—Ian sonreía—. No obstante, ¿de dónde? La sala de reuniones está bastante aislada del resto de la academia…

    —… un ruido… —Emily parecía reflexiva—… como un estruendo…

    ¿Cuándo sucedió exactamente, Steve? —inquirió Hubert.

    Cuando Mimi y yo llegamos a la planta quinta… que fue el momento en el que encontramos a Emily y a Drake.

    Es decir, instantes antes de la muerte de Dante —sonreía Ian—. ¡Vaya! Demasiado casual, ¿no?

    —… —Emily sospechaba algo, sin duda.


    … el ruido, ¿eh? Supongo que era cuestión de tiempo que ese tema saliese a la luz. Es hora de terminar lo que hemos empezado. Emily… es duro, pero… no tengo más remedio que hacerlo así.


    En un principio, creí que el ruido provenía de la cuarta planta.

    >> Lo cierto es que fue bastante difuso, como si estuviese lejos, pero, con todo, ¡fue un ruido fuerte!

    ¿Estás seguro de que no fueron imaginaciones tuyas?

    ¡Claro que no, Mimi también lo oyó!

    Es cierto. Lo oí… pero, ¿de dónde pudo venir? Gracias al testimonio de Ian, sabemos que el golpe sucedió mucho antes, por lo que no pudo ser eso.

    Entonces no provino de la cuarta planta

    Tuvo que provenir de otro sitio. No obstante, ¿de dónde? La sala de reuniones está bastante aislada del resto de la academia…


    —Estoy de acuerdo con eso, Ian —sentencié, y, de pronto, todos callaron, y centraron su atención en mí—. Hay un conducto de ventilación en la sala, ¿recordáis? Si algún ruido procediese del otro extremo del conducto, es bastante probable que resonase en la sala. Probablemente… fue así como escuchasteis ese estruendo.

    —¡Oh! Y-Ya veo —reflexionó Steve—. Pero, ¿dónde se produjo el ruido, entonces?

    Ah, ¿dónde? El conducto de ventilación conectaba dos lugares muy claros: una parte en concreto de la fábrica y la sala de reuniones. De modo que si el ruido se oyó en la sala de reuniones, eso quiere decir…

    —… el ruido provino del interior de la fábrica… del puente. Algo sucedió en ese momento, en el momento de la llegada de Steve y Mimi a la quinta planta, que produjo el sonido, ese “estruendo”, como lo han calificado —medité, y mis ojos se apoyaron en Emily—. Emily… ¿tienes alguna idea de qué pudo suceder? ¿Alguna teoría acerca de quién pudo producir ese ruido, y lo que eso puede significar?

    Emily me miraba, totalmente impactada.


    —D-Drake, ¿por qué…? —dijo, casi sin palabras, con un nudo en la garganta.

    Sonreí.

    —¿Has visto? No podemos dejar detalles sin analizar… puede que la verdad escape ante nuestros ojos —dije, mirando hacia el suelo, con una sonrisa—. ¿Has concluido algo, Em? ¿Algo nuevo?

    —… p-pero Drake… y-yo… —seguía temblorosa.

    —Em. Sé fuerte, ¿vale? —la miré con decisión—. Recuerda el significado de la esperanza. Recuerda… lo que es realmente sentir esperanza. Por dura que sea la verdad, por trágico que resulte, por difícil que sea aceptarlo… puedes convertirlo en esperanza. Puedes hacer que los sacrificios de otros no sean en vano.

    —… D-D-Drake, no lo entiendo… n-no puedo entenderlo —Em pugnaba por no llorar.

    Finalmente, cerré los ojos, y dije, sin abrirlos:

    —… ahora… me toca a mí preguntártelo: con esta nueva información, Emily… ¿quién crees que es el culpable? ¿Sigues pensando que fuiste tú la que lo hizo? ¿Sigues pensando que el plan de Dante… funcionó?

    —… D-Drake, no puedo…

    —Sí puedes. Puedes hacerlo —sonreí, abriendo los ojos de nuevo—. Em… vamos… dilo. Por Dante, y por mí: ¿quién crees que mató a Dante?

    —… l-la persona que mató a Dante… e-es…

    … bien. Supongo que esto es todo lo que puedo hacer. Espero que pronto lo entiendas, Emily. Que pronto entiendas el motivo de todo esto. Sé que va a ser muy duro, y sé que probablemente no merezcas todo esto, pero… las cosas han sucedido de este modo. No culpes a Dante por esto. No culpes a nadie. Él solo quería lo mejor para ti, ¿sí? Simplemente… no tuvo en cuenta que es difícil engañaros. No tuvo en cuenta que su plan fallaría, no lo pensó; os subestimó. Pero… yo no soy como Dante. Yo os conozco. Yo no os subestimaría. Por eso, ahora, estamos así. Porque confío en todos vosotros. Porque confío en ti, Em. Y sé que esto no será en vano.

    Solo… un último esfuerzo. Eres la esperanza dentro de toda esta desesperación. Solo necesitas recordarlo.

    Gracias…



    —… Drake —dije, al final, tras un largo momento en tenso silencio, en el que mis ojos se entrecruzaban con los del Super Policía—. Drake, fuiste… ¿fuiste tú? ¿Tú mataste a Dante?

    —¿Eh? ¿Qué dem…? —vociferó Steve, contrariado—. ¡Emily! ¿Qué estás diciendo?

    —Debe ser una broma, ¿no? —susurró Mimi.

    Honestamente, me cuesta entenderlo, pero… en los ojos de Drake veo… veo un destello de confianza. Veo alegría en su mirada.

    No quiero aceptar esto, no quiero creer que es verdad, pero… pero, tal y como dice Drake, la esperanza no es huir de los problemas, ni atormentarse por las desgracias. La esperanza es saber afrontarlas, es siempre mirar hacia delante. De manera que no me rendiré ahora: voy a seguir hacia delante, Drake. Voy a hacerlo.

    —… no, no bromeo. Drake… Drake es el verdadero asesino de Dante Miles.


    —… —Drake, esa mirada… me gustaría poder entender lo que estás pensando ahora mismo, de verdad. De verdad me gustaría. Quiero entenderte. Entender el porqué de todo esto.

    —Si el ruido que oyeron Steve y Mimi resonó en toda la sala de reuniones, y dicho ruido provino del puente… —comenté, pensativa— solo hay una opción. Eso sucedió justo cuando Drake y yo corríamos para tratar de salvar a Dante. En ese momento, Drake se tropezó, y quedó solo por unos momentos…


    —¡Corre, Em! —recordé cómo gritó Drake, alarmado—. ¡P-Paremos la cinta!

    Mientras corríamos por el puente, yendo Drake detrás de mí, Dante pasaba entonces justo debajo de nosotros. Justo en ese mismo momento, Drake cayó abruptamente, y quedando colgando de una mano a la superficie del puente.

    —¡Drake! —grité Emily, dando media vuelta para verme, y extendiendo su mano hacia mí.

    —¡N-No te preocupes por mí! ¡V-Ve a la máquina, tienes que intentar parar la cinta, Em! ¡Estaré bien!


    Ajá reflexionó Ian, mano en el mentón—. He de reconocer que en un principio, no me veía venir esta vuelta de tuerca para nada, pero… visto así, tiene mucho más sentido.

    ¿Sentido? ¿Cómo puede algo así tener sentido?

    D-Drake. ¿Por qué ahora reaccionas como si estuviese diciendo una barbaridad? Prácticamente has sido tú el que me ha llevado a esta conclusión… ¿es que acaso quieres seguir poniéndome al límite? ¿Qué buscas con todo esto?

    —Em, lo que dices no tiene sentido —me miraba con esos ojos despistados, como siempre hacía. Comencé a sentir algo de lástima. Como si tal vez me hubiese precipitado, pero… luego entendí que no podía hacer eso. Entendí que, de un modo u otro, Drake solo me estaba poniendo a prueba. Este no era momento para retroceder—. ¿Insinúas que me caí y eso produjo el ruido?

    —No, tu caída no produjo ruido —reflexioné. Tenía una idea de qué fue lo que produjo el ruido, pero… ¿estaba en lo cierto, realmente? N-No podía estar segura—. Creo que tú hiciste algo que mató a Dante justo en ese momento, mientras estabas colgado —acusé—. Cuando yo entré en la otra cabina y te quedaste solo.

    —¿Huh? —inquirió él—. De verdad, Em, no entiendo nada. ¿Por qué insistes en esto…? ¿De verdad crees que yo… pude hacerlo? —agachó la cabeza—. Está bien… si es lo que quieres, discutámoslo. Estoy dispuesto a mostrar mi inocencia.



    Según tu teoría, Em —comenzó Drake—, cuando me caí, hice algo que provocó un ruido, y ese algo mató a Dante, ¿cierto?

    >> Sin embargo, ¿qué se supone que hice? ¿No ves que desde esa distancia me sería imposible matar a Dante de alguna forma?

    Drake tiene un buen punto —siguió Hubert—. No sé qué pudo ser ese ruido, pero Drake no pudo haber hecho nada para matar a Dante en esa situación.

    Dante pasaba justo por debajo en ese momento, ¿no? —reflexionó Ian—. Uh, más cosas convenientes, ¿eh?

    ¿Q-Qué tiene que ver? ¿Es que os habéis vuelto locos? —Steve parecía sumamente enfadado—. ¡Recapacita, Em! ¡Drake no pudo matar a Dante, es una locura!

    —Mimi lucía asustada y reflexiva—. ¿D-Drake…?

    En cualquier caso, ¿por qué no dejamos a un lado esto, chicos? —intervino Drake, sonriente—. Es duro, pero… tal vez era cierta la teoría anterior.

    >> Tal vez Dante solo quería proteger a Emily, y por eso nos encontramos en esta tesitura. Tal vez su plan sí salió bien.


    Hmm… Drake siempre ha ocultado algo, desde el principio de la estancia en la Academia. Y, teniendo en cuenta los datos que tenemos y su talento… creo que debería ser obvio qué es lo que ocultaba. Y si mi corazonada es cierta, entonces Drake pudo haberlo hecho…

    No obstante, ¡no tengo ningún tipo de prueba para demostrarlo! D-Demonios…


    Según tu teoría, Em, cuando me caí, hice algo que provocó un ruido, y ese algo mató a Dante, ¿cierto?

    >> Sin embargo, ¿qué se supone que hice? ¿No ves que desde esa distancia me sería imposible matar a Dante de alguna forma?

    Drake tiene un buen punto No sé qué pudo ser ese ruido, pero Drake no pudo haber hecho nada para matar a Dante en esa situación.

    Dante pasaba justo por debajo en ese momento, ¿no?. Uh, más cosas convenientes, ¿eh?

    ¿Q-Qué tiene que ver? ¿Es que os habéis vuelto locos? ¡Recapacita, Em! ¡Drake no pudo matar a Dante, es una locura!

    ¿D-Drake…?

    En cualquier caso, ¿por qué no dejamos a un lado esto, chicos? Es duro, pero… tal vez era cierta la teoría anterior.

    >> Tal vez Dante solo quería proteger a Emily, y por eso nos encontramos en esta tesitura. Tal vez su plan sí salió bien.


    Proteger a alguien, ¿eh? Sí, es cierto que Dante intentaba protegerme. Estaba dispuesto, de hecho, a matar a todos los demás con tal de salvarme a mí. Estaba dispuesto a llegar muy, muy lejos, tremendamente lejos. Sin embargo, tengo la sensación de que hay alguien ahora mismo que está ocultando una información crucial… ¿puede ser que alguien sepa más de lo que creemos?

    Supongo que solo me queda intentar sonsacar todo lo que pueda.


    Según tu teoría, Em, cuando me caí, hice algo que provocó un ruido, y ese algo mató a Dante, ¿cierto?

    >> Sin embargo, ¿qué se supone que hice? ¿No ves que desde esa distancia me sería imposible matar a Dante de alguna forma?

    Drake tiene un buen punto No sé qué pudo ser ese ruido, pero Drake no pudo haber hecho nada para matar a Dante en esa situación.

    Dante pasaba justo por debajo en ese momento, ¿no?. Uh, más cosas convenientes, ¿eh?

    ¿Q-Qué tiene que ver? ¿Es que os habéis vuelto locos? ¡Recapacita, Em! ¡Drake no pudo matar a Dante, es una locura!

    ¿D-Drake…?


    Mimi está… actuando raro.

    —Oye, Mimi —pregunté, reflexiva—. ¿Sucede algo?

    —¿E-Eh? Oh… no es nada, es solo que…

    —… Mimi, si hay algo que tengas en mente, dilo, por favor. ¿Acaso estás protegiendo a Drake?

    —Tché —protestó en voz baja Drake, mordiéndose la lengua.

    —Y-Yo… —Mimi dudaba, con ojillos temblorosos—. Sé cuál es el objeto personal de Drake, y… esto que estáis diciendo…

    —El objeto personal de Drake, ¿eh? —justo lo que me temía.


    Según tu teoría, Em, cuando me caí, hice algo que provocó un ruido, y ese algo mató a Dante, ¿cierto?

    >> Sin embargo, ¿qué se supone que hice? ¿No ves que desde esa distancia me sería imposible matar a Dante de alguna forma?

    Drake tiene un buen punto No sé qué pudo ser ese ruido, pero Drake no pudo haber hecho nada para matar a Dante en esa situación.

    Dante pasaba justo por debajo en ese momento, ¿no?. Uh, más cosas convenientes, ¿eh?

    ¿Q-Qué tiene que ver? ¿Es que os habéis vuelto locos? ¡Recapacita, Em! ¡Drake no pudo matar a Dante, es una locura!

    … Drake, tienes una pistola… y lo has estado ocultando todo este tiempo —confesó Mimi—. L-Lo siento, no puedo protegerte en esta situación...


    Una pistola. Lo sabía. L-Lo sabía… mi corazonada era cierta. Aunque... ojalá hubiese estado equivocada.


    Según tu teoría, Em, cuando me caí, hice algo que provocó un ruido, y ese algo mató a Dante, ¿cierto?

    >> Sin embargo, ¿qué se supone que hice? ¿No ves que desde esa distancia me sería imposible matar a Dante de alguna forma?


    —Eso es incorrecto —espeté, cortando su argumento. Por un instante, Drake sonrió—. Drake, si lo que dice Mimi es cierto, y portas una pistola como objeto personal… pudiste matar a Dante en ese mismo instante.


    —¿Cómo dices…? Drake con una pistola, ¿¡disparando a Dante!? —Steve no daba crédito, contrariado con la situación.

    Pero no había duda. Ahora estaba claro.

    —Si estabas en el puente, pudiste simplemente coger la pistola mientras te sostenías con una mano cuando caíste, y disparar hacia abajo. Al fin y al cabo, Dante pasaba justo en ese momento justo bajo el puente. Desde ese ángulo, un disparo certero sobre la cabeza de Dante le provocaría una muerte instantánea.

    —Sin duda —confirmó Ian, extendiendo las manos a ambos lados—. Y además, al Super Policía no le costaría nada acertar a un blanco que avanzaba tan lento desde esa distancia.

    —Exacto —asentí—. Todo tiene sentido de este mod-

    —¡Eso es incorrecto, Em!

    ¿H-Huh? Drake, ¿aún sigues insistiendo?

    —Te equivocas. Lo que dices tiene una clara contradicción. Y vamos a zanjarlo ahora mismo, tú y yo.

    D-Drake… lo haré. Sé que quieres que lo haga. Sé que quieres que termine este caso de una vez por todas, y que llegue a la verdad. Sé que pretendes que recupere la esperanza, que entienda el significado de esa palabra… ¡así que no pienso fallarte! La esperanza… ¡la esperanza está de mi lado, gracias a ti, y gracias a Dante! Gracias a todos. Puedes estar tranquilo. No pienso fallarte.

    —E-Emily, ¡tus ojos…! —Steve me miraba, sorprendido.

    —H-han cambiado de color de pronto —Hubert no daba crédito.

    —¿S-Se han vuelto rosados…? ¿Es eso siquiera posible...?—comentó Mimi.

    —… ngh… —Monokuma y Reversekuma gruñían, visiblemente frustrados.

    … Drake, esa sonrisa… esa sonrisa en tu cara lo expresa todo. Estás orgulloso de mí. Estás satisfecho. ¡Así que no pienso fallarte, no en este último debate!




    Sí, es cierto que tengo una pistola como objeto personal, y reconozco que teóricamente, pude disparar a Dante.

    >> No obstante, es imposible que lo hiciese, Em. Y tú misma eres testigo de ello.

    >> ¡Tu presencia en la fábrica demuestra que yo no lo hice!


    ¿De qué manera demuestra mi presencia en la fábrica que no lo hiciste?

    >> Pudiste disparar perfectamente desde ese ángulo, y eso explicaría el ruido a la perfección.

    >> ¡Si sucedió de esa manera, todo cobra sentido!


    Precisamente el ruido es la clave del error en tu lógica, Em.

    >> Porque si disparé y se produjo un ruido tan fuerte como para ser oído a través del conducto de ventilación, dime:

    >> ¿Cómo puede ser que tú no lo oyeses? ¡Tendrías que haber escuchado el disparo mejor que nadie!


    ¡Eso es incorrecto!

    >> Yo me encontraba en la cabina en ese momento, cuando nos separamos, ¿recuerdas?

    >> Y yo misma me di cuenta el día anterior, cuando exploramos la fábrica: ¡las cabinas están insonorizadas, Drake!

    >> Mientras yo estuve dentro de la misma, no pude escuchar nada. ¡Por eso insististe en que me fuese sin ti, porque necesitabas que tu disparo no se oyese!


    Está bien, te concedo que pudo suceder como dices.

    >> No obstante, es solo una posibilidad.

    >> El ruido pudo producirse por otras fuentes… y es algo que tendríamos que discutir, ¡pero eso no implica necesariamente que disparé a Dante!

    >> Al fin y al cabo, no hay ningún tipo de rastro que indique que Dante sufrió una herida de bala, ¡no hay ninguna prueba!


    —¡Te equivocas!

    Cuando grité aquello, sentí una sensación en mi pecho tan fuerte que no sabría cómo describirla. Una energía me bañaba por dentro, me llenaba el cuerpo. Notaba que algo había despertado en mí. Y Drake había sido quien lo había despertado.

    —Sí que hay una pequeña prueba —expliqué, mirando con decisión al frente—. La clave de todo este caso se reduce a una pequeña manchita de sangre. Una mancha de sangre que apareció algo alejada del resto de manchas. Eso parece indicar que la fuente de esa sangre fue otra.

    —C-Claro, así… así tendría sentido —susurró Hubert—. Si Drake disparó a Dante y la herida salpicó la cinta, cuando Dante cayó a la trituradora, la mancha de sangre siguió avanzando con la cinta mientras que la sangre de Dante salpicaba… de modo que aparecería anormalmente alejada del resto.

    —E-Entonces, ¿es verdad? —Steve tenía la mano en el pecho—. ¿D-Drake es el culpable?

    Drake sonrió y, tras mirarme, dijo:

    —Em. Tus ojos… tus ojos lo dicen todo. Has despertado. Por fin, has despertado. Eso hace que todo merezca la pena.

    Agaché la cabeza. Sentía tristeza, sentía una enorme tristeza, pero… pero no sentía desesperación. Ahora entendía todo lo que me decía Drake, entendía a qué se refería con la verdadera naturaleza de la esperanza. La tristeza no es mala, y no es necesariamente sinónimo de desesperación. Solo había que saber vivir esa tristeza… había que aceptarla como un sentimiento natural y puro.

    —Emily, ¿podrías hacerme un último favor? —me pidió Drake—. Demos un último repaso a todo cuanto hemos hablado, ¿de acuerdo? Tratemos el caso una vez más… de principio a fin.

    En silencio, le miré fijamente, y asentí. Una lágrima resbaló por mi rostro mientras sonreía.

    —Esta… es la verdad de este caso.


    Acto 1

    Todo este caso comienza con el plan de Dante, la víctima. Había diseñado un plan que tenía un único objetivo: lograr convertir a alguien en el culpable de su propio asesinato sin que esa persona lo supiese, y así, lograr que todos fallásemos para que solo esa persona se salvase y pudiese salir de aquí. El plan de Dante era salvar a toda costa a esa persona: salvarme a mí.

    Para llevar a cabo su plan, Dante inició varios preparativos, que seguramente perfeccionó por la noche. Para empezar, tomó unas pastillas del laboratorio, un fuerte veneno: el arma perfecta para cometer su crimen. Pero Ian, para causar confusión y ver el comportamiento de Mimi, apareció después, robando sus botes de medicinas… Dante, queriendo revisar que su plan no tenía fisuras, regresó al laboratorio, y notó la ausencia. Fue ahí cuando decidió usar la sacarina, cuyo bote era similar al de las medicinas de Mimi, como recipiente para ocultar el veneno, para provocar confusión al respecto, y alejar aún más las sospechas de mí.

    Acto 2

    Tras preparar el veneno, Dante robó la llave maestra del cuarto de Talía, y citó en la mañana, antes del desayuno, a Ian para dirigirse a la cocina de la cuarta planta. Allí, aprovechó el mínimo descuido para golpearle con una sartén y dejarlo inconsciente y encerrado. Ian podía ser un estorbo para el funcionamiento de su plan… así que prefirió eliminarlo tanto para que no pudiésemos detenerle como para generar una excusa para quedarse solo posteriormente.

    Y llegó el desayuno. Dante, Steve, Hubert y yo nos reunimos allí. Mientras tanto, el culpable y Mimi se habían dirigido al laboratorio para revisar la ausencia de las pastillas de la segunda. El culpable pudo notar entonces la ausencia de un veneno, y comenzó a temerse lo peor.

    Al reunirse con los demás Mimi y el culpable, este vio cómo le entregaba el café a Dante, y probablemente pudo observar algo extraño en su comportamiento… de algún modo, él ya sabía que Dante tramaba algo: podía intuirlo.

    Acto 3

    Habiendo tomado el café con el veneno, Dante sabía que le quedaba poco tiempo de acción, de modo que, en cuanto se mencionó la ausencia de Ian y nos separamos para buscarle, él se dirigió antes que nadie a la quinta planta… donde, en la fábrica, había preparado todo para su plan maestro.

    Mientras el veneno hacía efecto, Dante se ató a sí mismo y se colocó en la cinta, activándola y rompiendo los cables para evitar ser detenido, directo a la trituradora… portando la llave maestra y el bote con el veneno, además de su iKuma: todo para eliminar pistas y que enfocásemos el crimen de forma errónea. Todo para salvarme.

    Acto 4

    Entonces, el culpable y yo llegamos a la fábrica… y allí vimos a Dante. Ver a Dante en esa extraña situación tuvo que hacer despertar todas las alarmas en el culpable. Estoy segura de que él pudo entender el plan de Dante a la perfección, y entendió lo que pretendía… y quiso evitarlo.

    Cuando cruzábamos el puente, alarmados por la situación de Dante, el culpable fingió tropezarse, y quedó colgando del mismo. En ese momento, sabíamos que Dante seguía vivo: no era demasiado tarde. Aprovechando el momento, me incitó a que me alejase para que no oyese el disparo gracias a la insonorización de las cabinas, sacó su pistola y disparó a Dante, matándolo justo entonces, y evitando así que muriese a causa del veneno.


    Acto 5

    En ese momento, Steve y Mimi habían llegado a la sala de reuniones, y pudieron oír un ruido estruendoso: el disparo que el culpable acababa de propinar, que pudieron oír gracias al conducto de ventilación. No obstante, el eco que debió provocar el conducto hizo que el sonido fuese difuso, confundiéndose su procedencia.

    Mientras todo esto sucedía, Hubert trataba de liberar a Ian… y sonó entonces el anuncio: yo misma había presenciado cómo Dante caía a la trituradora, creyendo que había muerto justo entonces. No podía imaginar todo lo que ese crimen ocultaba. No podía imaginar la verdad.


    Nunca imaginé… que el culpable de todo esto fueses tú… Drake Orestes, el Super Policía.


    Los siguientes eventos sucedieron tan rápido que casi no pude asimilarlos. El silencio fue extremadamente tenso, mucho más de lo que nunca fue. Nadie sabía qué decir. Y fue Monokuma el que, incitándonos a votar con notorio desagrado, lo rompió para vociferar que era la hora de acabar con aquel estúpido caso.

    El panel de votaciones saltó ante mí y, por un momento, dudé. Pero, finalmente, mis dedos pulsaron el icono de Drake. No había marcha atrás. Debía ser así. La ruleta giró y giró, se detuvo en el icono de Drake y… la música de victoria y el confeti cayó por todas partes.

    Era una victoria tremendamente amarga.

    —Sí, sí, como sea —Reversekuma parecía también molesto, tanto como su hermano—. Habéis acertado: el asesino es Drake Orestes.

    —Drake —intervino Steve, que se acercó a él en cuanto la clase de juicio finalizó, y lo tomó por su chaqueta, ojos llorosos—, ¿por qué lo has hecho? ¿Por qué hiciste eso?

    Drake apartó la mirada.

    —… porque confío en vosotros.

    —¿Huh? —dije, mano en el pecho.

    —Todo sucedió tal y como Emily ha dicho —comenzó a explicar—. Dante… Dante recibió en su iKuma su video, el video del caso de Elisa. No lo había recibido hasta entonces, y fue la primera vez que lo vio. Y yo, por casualidad, terminé viéndolo junto a él. En ese video, se explicaba toda la verdad. La verdad sobre el talento de Dante, y… la verdad sobre tu talento, Em.

    —¿Eh? ¿M-Mi talento? —susurré.

    Drake asintió.

    —Nos han mentido —dijo Drake, con el ceño fruncido—. La mente maestra nos ha engañado. Nos ha hecho recordar los eventos del pasado de forma totalmente contraria a como son en realidad. Y todo es por ti, Emily. El objetivo de la mente maestra eres tú.

    —¿Yo? ¿Yo soy el objetivo de…? —no lo entendía. No podía entenderlo.

    —Cuando Dante supo la verdad, comenzó a actuar extraño. Sabía que iba a intentar protegerte a toda costa, como era natural… y me temí que algo así pudiese suceder. Dante no podía dejar que te pasase algo malo. Porque él tenía la única misión en este mundo de protegerte, Em.

    Mis ojos se abrieron como platos.

    —¿Que él tenía la misión de protegerme? ¿Por qué?

    —Todo está en su video. En el video de Dante —Drake sonrió—. El fallo que tuvo su plan es que pensó que os equivocaríais. Cuando me di cuenta de lo que planeaba hacer, yo… entré en pánico. Entré en pánico porque estaba seguro de que, incluso si os intentaba convencer de lo contrario, si intentaba hacer que la verdad no saliese a la luz, terminaríais descubriéndola. Dante pensaba que su plan saldría bien, pero yo sabía que no iba a funcionar. Y si no funcionaba, tendría el efecto contrario: morirías, Em. Y no podía permitir eso. Es más, Dante no se habría perdonado nunca eso. El mundo entero estaría en problemas si te sucediese algo.

    —N-No —susurré—. N-No soy tan importante, Drake.

    Y él volvió a sonreír.

    —Sí que lo eres. Solo hay que verlo en tus ojos. Esos ojos que por fin han despertado.

    —¿Mis… ojos? —es cierto… llegados a un determinado punto, los demás comentaron que mis ojos se habían vuelto rosados. ¿E-Era eso normal?

    —He tenido que ocultar la verdad para hacerte despertar. Necesitaba que tu verdadero potencial saliese a la luz —sonrió—. Me alegro de que haya sido así, Em. Me alegro de haberlo conseguido. Eso hace que nuestros sacrificios merezcan la pena, sin duda alguna.

    —¡Bueno, basta de cháchara, te vas a ir de la lengua demasiado, culpable! —vociferó, molesto, Monokuma.

    —No dejes que te venzan, Em —y Drake, entonces, sacó un iKuma y lo puso entre mis manos—. Este iKuma... ha sido mi última corazonada. Tuve el presentimiento de que él querría dejarte su legado, de que no se perdonaría morir sin que entendieses por qué —Drake suspiró, aliviado—. Me alegro de que ese instinto de Policía me haya servido para algo.

    —E-Este iKuma…

    Así que Drake me lo robó, ¿eh? Debió ser… cuando me dio aquel abrazo.


    —¡Reacciona, Em! —me suplicó entonces, dándome un fuerte abrazo—. ¡R-Reacciona! ¡Eso no va a funcionar, tenemos que… tenemos que…!


    Pero… pero este iKuma… este iKuma no es el mío, ni el de Drake. Es el iKuma de Dante. ¿Quiere decir eso que Dante ya me dio el cambiazo mucho antes…? ¿Es esa la corazonada de Drake? Tuvo la corazonada de que el iKuma que yo llevaba sería el de Dante… que Dante querría que yo supiese la verdad.

    En este iKuma está su video, el video de Dante. El video donde se revela verdad. Es el último legado no solo de él, sino también de Drake.

    —¡Empecemos! ¡Puhehehe!

    —A-Adiós, Em. Adiós, chicos.

    —¡No, Drake! —gritó Steve, desesperado—. ¡Amigo, no puedes hacernos esto! ¡No puedes morirte!

    —¿Q-Qué va a ser de nosotros sin ti, Drake? —susurró Hubert.

    —E-Estúpido Apestes —Mimi lloraba desconsolada—. ¿P-Por qué tienes que…?

    Y Drake, tras dar algunos pasos hacia Monokuma y su hermano, se dio la vuelta, y saludó con una mano.

    —Salid de aquí con vida, ¿de acuerdo? —susurró, sonriendo.

    Y vi cómo una lágrima caía por su mejilla, al tiempo que Monokuma pulsaba el botón, y en la pantalla pixelada aparecían los iconos de ambos osos, junto al avatar pixelado de Drake. El chico, al ver cómo los osos se acercaban, comenzó a caminar por su propia cuenta, perdiéndose en la pantalla, donde aparecía la frase: “Drake Orestes ha sido encontrado culpable. Comenzando ejecución”.


    Y el “espectáculo” comenzó.


    Drake apareció montado en lo que se suponía que era un coche de policía, con rostro contrariado. El coche avanzaba a muchísima velocidad por un recorrido circular, que nunca avanzaba: solo giraba y giraba por el mismo recorrido, hasta el punto de dejarlo totalmente mareado. De pronto, una rampa apareció debajo del coche, y éste saltó por los aires, dando varias vueltas. En una de esas vueltas, Drake cayó, acabando rodando por el suelo. Tenía las manos esposadas.

    Con esfuerzo, se levantó. Al mirar a ambos lados, vio grandes paredes artificiales, pequeños muros… y una especie de garra mecánica le ató a un poste, mientras otra, con un rotulador, pintaba una “x” en su frente. Drake había sido colocado en una pista de práctica de tiro. Otros muñecos diseñados a ese fin fueron colocados a sus lados, en fila. Muy lejos de él, frente a frente, un Monokuma con uniforme policial iba disparando uno a uno a aquellos muñecos con un largo rifle. Los muñecos caían de espaldas cuando recibían el disparo.

    El Monokuma apuntó entonces a Drake, apareciendo un puntito rojo sobre su frente, justo en la “x” que habían dibujado previamente. Y Drake, que temblaba, sonrió, ojos cerrados y apretados, esperando su final.

    El gatillo fue apretado, y la bala perforó su cráneo, en un disparo limpio y recto que atravesó su cabeza. Y quedó allí, en aquel poste, a la vista de todos, que lo observábamos horrorizados.

    Con todo… sus labios esbozaban una sonrisa
     
    Última edición: 14 Febrero 2018
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    Vale, vale, vale, so tengo que comentar estos dos capítulos y creo que tengo demasiadas cosas que decir y seguramente se me olvide mientras hago el comentario y demás, que me pasa en general pero esta vez quiero remarcarlo porque si se me olvida algo me quiero morir porque estos dos caps han sido muy intentos y, bueno, un poco más importantes para mí persona, como imaginarás.

    So, desde el principio me imaginé que Emily tomaría un papel importante, y obviamente no solo porque ha muerto su Dante, si no porque, y te voy a decir el momento clave que me hizo pensarlo, fue cuando Drake dijo que estaba golpeando el cristal dándose cuenta de algo. Llámalo corazonada, pero al leer eso dije: uhm, creo que hay algo rondando su cabeza y que va a saber más de lo que creemos.

    Y así fue, eso lo vemos en la segunda parte del juicio.

    Según iba avanzando, me iba horrorizando más. Osea, me encantó lo de que pusieras que Dante se había tomado un veneno mortal antes porque es como te dije, me hacía pensar en Nagito y en lo mucho que amé ese caso. Pero también, al ver que acababas el capítulo ahí pero que no era el closing argument es como te dije, no pensaba que se fuese a cerrar ahí, sabía que iba a haber un plot twist. Y en parte me animaba porque pensaba que mi niña no moriría, pero en parte estaba sufriendo porque iba a significar la muerte de otra persona importante, porque de todos los que quedan ya les tenía mucho cariño.

    El plan de Dante era genial, bien pensado, aunque en el fondo creo que quería que fallase, porque sí, Drake dice que los subestima pero no, creo que él sabía que acabaría siendo de otra manera, no creo que los subestimase. De todas formas, sigue habiendo sido precioso que hiciese todo eso para salvarla. Quizás no tanto en el plano de "porque la quería" si no que seguramente porque lo que vieron en ese vídeo le hizo querer protegerla, pero por otro motivo quizás.

    La charla de Drake hacia Emi, diciéndole que no perdiese la esperanza y queriendo seguir el caso para hacerla darse cuenta fue hermoso. Se ha notado mucho que de verdad la quería y quería que diese lo mejor de sí misma, porque él sabía que ella podía hacerlo, en cierto modo, es como que Drake la ha preparado, por así decirlo, para dejarla a cargo. Porque ahí va, creo que en el siguiente caso Emily va a ser la que va a dirigir el juicio. Y Dios no te haces idea de lo fangirl que me pongo solo con pensarlo. Si de verdad es así, los siguientes capítulos van a ser mi muerte.

    Ahora, el cambio de narrador ha sido lo que me ha hecho gritar, es que omg, mi niña <3 Debe haber sido durísimo, saber que tu novio ha muerto para protegerte y descubrir, no mucho después, de la otra persona a la que querías ha sido en realidad el asesino y, también lo ha hecho para protegerte, dios, si yo fuese ella estaría desvastada. Pero no, porque Emily es fuerte, creo que desde antes de ingresar era fuerte pero, por lo menos sé que a lo largo del fic se ha fortalecido mucho y a pesar de lo doloroso, toma las riendas, se da cuenta de lo que Drake hace y sigue hasta descubrir totalmente la verdad, porque se lo debe a los dos.

    El detalle de que Ian apoye a Drake, en el fondo dice que por qué es divertido, pero imagino que ya se hacía una idea de la verdad mucho antes. Y aun así, curioso, ha estado relativamente tranquilo en el juicio, veis como en el fondo es amor.

    El final ha sido devastador. Lo de los ojos de Emily, Dios, mira que lo dije en broma porque no pensé que fuese tan importante mi personaje pero, joder hermano, que va a ser verdad y lo de Drake con Erwin es por su culpa. Pero, ¿por qué? Es obvio que el vídeo de Dante nos explicaría todo esto pero claro, ahora mismo solo queda hacer teorías. Vaya, imagino que al final Emily tiene un talento mucho más allá, algo tipo Ultimate Hope, ¿pero igual eso sería demasiado previsible? Es obvio que va mucho más allá, eso lo ha dejado claro Drake, y claro, imagino que el talento de Dante está muy relacionado con eso. Espero que por fina reproduzcas el vídeo, te lo digo en serio, no puedo más con el misterio.

    La ejecución, como siempre, triste. Sobre todo porque Drake, por ejemplo, ha entrado solo, estaba preparado, o porque su última expresión era una sonrisa. Muy triste, cuando aceptan su muerte de esta manera, siendo sobre todo Drake, el protagonista con quien te encariñas tanto.

    Además, ¡ahora me he quedado sin mis ships! Emily está más sola que nunca(?) Y Steve, que también era OTP con Drake, plz.

    A ver, creo que los siguientes capítulos van a ser lo mejor que voy a leer en mi vida. Creo que en los últimos comentarios no te lo he dicho, porque no quiero ser pesada, pero cada vez amo más tu forma de escribir si es posible. Chico, te corre el misterio por las venas, y no sabes como te envidio y como te admiro, es que es mi puñetero género favorito, es que soy fan de estos plot twist, de estos casos que parecen imposibles, de las muertes y de descubrirla, y tú lo haces tan jodidamente bien que, créeme, nunca me vas a decepcionar, solo voy a admirarte más. Por estoy convencida que el capítulo 6 lo voy a disfrutar más que nunca, pase lo que pase y descubra lo que descubra, por doloroso que sea, estoy segura que lo voy a amar. Incluso, no dudo que ame esto más que todo lo que he visto de Danganronpa hasta ahora.

    Y ahora me voy a seguir ahogando mis penas en alcohol... digo, en vídeos(?) Siento haber tardado tanto, como ves me ha salido un comentario importante ><
     
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    Tensa, aquella persona observaba a través de las cámaras, junto a la otra persona que estaba a su lado, cómo Dante y Drake veían el video.

    —¿C-Crees que ha sido buena idea darle ese video a Dante…? ¡Ahí le contamos toda la verdad!

    —Upupupu —rio la otra persona, acariciando su mentón—. Claro que sí. ¡Ese será el verdadero motivo, el video! Que contemos la verdad es irrelevante… con suerte, Dante cometerá alguna estupidez por su amorcito, ¡y eso le dará más vida al juego! O, bueno, más bien… muerte. Puhehehe.

    Pero la primera persona seguía sin estar del todo convencida.

    —Pero… si por algún casual decidiesen compartir la información con los demás… ¿no correríamos el riesgo de que la esperanza de Emily despierte? Drake ya ha visto el video por casualidad… son dos personas que van a conocer la verdad. Y si conocen la verdad, puede que empiecen a retomar sus recuerdos. ¿Qué pasa si Dante recupera sus habilidades… si al recordar su talento, descubre y recuerda todo lo que ello implica?

    La otra persona le dio un golpe en la nuca con la palma de su mano, solo para después apoyar sus codos sobre su cabeza, ante la resignación de quien le hacía compañía allí. Meditativa, la persona que hacía las veces de líder fruncía el ceño, algo molesta.


    —Deja de pensar en negativo. Tengo un bueeeen presentimiento de esto, ¿sí? Huelo… huelo la desesperación surgiendo entre ellos. Me da igual que todos se enteren eventualmente de la verdad. Eso solo hará más satisfactorio observar cómo la desesperación les consume.

    Y quien soportaba todo el peso sobre su cuerpo, tanto de las tareas sucias como el peso en sentido literal, no pudo hacer más que callar y tragar saliva, sintiendo un nudo en la garganta.



    Capítulo 6: el Comienzo del Fin.

    Vida Mortal, Investigación, parte 1


    —¿Lo has traído?

    Asentí ante la pregunta de Hubert. Los cinco supervivientes nos habíamos reunido aquella misma noche en el dormitorio de Chad. Habíamos decidido ver juntos el video de Dante… el último legado de Dante y de Drake. El video que encerraba la verdad.

    —Aquí está —mostré el iKuma que Drake me había dado instantes antes de morir. El iKuma de Dante. Y, con un suspiro, me senté junto a los demás—. ¿Estáis preparados…? —susurré, tensa.

    No sabía muy bien qué esperar. No estaba del todo segura de si yo misma estaba preparada, a decir verdad, pero… no era cuestión de estar o no preparada. Era cuestión de que debía ver aquel video. Porque así podría entender las muertes de Dante y de Drake. Así podría entender de una vez por todas qué está pasando, y podría seguir adelante. ¡Así podría intentar hacer que sus muertes no hayan sido en vano!

    —Bien —dije, con lentitud, al ver cómo todos asentían. Y pulsé el botón el play, iniciando aquel ansiado video.

    La voz de Monokuma fue lo primero que resonó.


    ¡Dante Miles, el Super Guardián! Un talento muy “meh”, ¿no? ¡Cualquiera esperaría algo mucho más impresionante, un super talento oculto, algo inesperado…! Así que, ¿por qué es tan importante? ¿Por qué Dante no recuerda su propio talento? ¿Por qué recordarlo era algo que yo, Monokuma, no podía permitirme? Upupupu. Pues déjame que te lo cuente. Déjame que te cuente esta historia de esperanza y desesperación.


    —“¿Super Guardián?” —susurré. ¿Ese era el talento de Dante? ¿”Guardián”? ¿Guardián de qué…?

    Pero el video continuó, mostrando esta vez grabaciones horripilantes: muchedumbres de personas con miradas perdidas se amasacraba entre sí, portando armas de todo tipo y sin ningún pudor, sin ningún tipo de moral: usando todas sus armas sin compasión de ningún tipo. Las pocas personas que no participan en la contienda absurda huían despavoridas, se escondían, temblaban, abrazaban a sus hijos. A-Aquello era… horrible. ¿Qué era aquello?


    Tiempo atrás, poco después de que vosotros, los Ultimates, nacieseis —siguió explicando Monokuma—, la desesperación comenzó a extenderse, y entonces, ¡sucedió “la Pérdida”! —¿l-la Pérdida? Por algún motivo, oír ese término erizó mi piel—. Los hombres, ambiciosos y anhelando el poder, presas de la desesperación, desarrollaron armas destructoras, desarrollaron la capacidad de aniquilar todo. Y comenzó la Guerra que sería conocida como la Pérdida… una guerra que terminaría en el destrozo del equilibrio natural.


    —¿Huh? —Hubert enarcó una ceja, reflexivo—. No entiendo bien de qué habla, pero… por algún motivo, siento un nudo enla garganta.

    Asentí con lentitud. Y-Yo también lo sentía. Era como si no entendiese a qué se refería, como si fuese incapaz de entenderlo, pero… al mismo tiempo, la sensación, el sabor amargo en la boca… definitivamente, aquello que Monokuma estaba contando en aquel video despertaba emociones en mí. Emociones horribles. Y, a juzgar por las miradas del resto, ellos también lo sentían.

    Seguimos escuchando el video.


    Pero todo esto no fue casualidad… upupupu —rio entonces Monokuma—. Todo esto fue orquestado por una organización que deseaba el monopolio absoluto del poder en todos sus sentidos. Y por eso, esa organización creó el Arma Omega —el Arma Omega… ¿hablaba de los Gamma, entonces? El Arma Omega, en teoría, fue una máquina que destrozó el mundo, ¿no? ¿N-No fue así? —. Un virus letal que enloquecía a las personas: un virus que les inducía a la más absoluta Desesperación. ¡Y así, envueltos en desesperación, el Arma Omega logró que todo el mundo iniciase una masacre absurda! Eventualmente, el mundo se destrozó, y no solo la naturaleza perdió su equilibrio: ¡la humanidad empezó a aniquilarse unos a otros, presa de la desesperación, y quedaron reducidos a menos de una décima parte de su población! ¡Upupupu! ¡¿Verdad que la desesperación es genial?!


    —N-No entiendo nada —gimió Mimi, tensa.

    —Pensaba que el Arma Omega era una máquina que destrozó el mundo —susurró Ian, reflexivo—. Pero parece ser que más bien era una especie de arma biológica, ¿huh? Un virus que inducía a lo que este enfermo llama “desesperación”.

    De modo que, ¿la desesperación es una especie de plaga? ¿Fue la desesperación la que acabó con el mundo? Pero no lo entiendo, ¿qué relación tiene todo esto con nosotros, los Gamma? Nosotros creamos el Arma Omega, ¿cierto? ¿Cómo se conecta esto… al talento de Dante?


    Sin embargo —continuó Monokuma, al tiempo que la escena cambiaba. Ahora, podía verse una ciudad enorme, pacífica, tranquila, rodeada por una cúpula gigantesca—, los pocos que lograron sobrevivir al desequilibrio natural que provocó la desesperación y la Pérdida, los pocos que no sucumbieron, se refugiaron en un lugar seguro, libre de estos problemas: y llamaron a ese lugar “Galeia”. Allí, a salvo de los problemas del exterior, donde todo era caos, iniciaron una nueva vida. La mayoría no había entendido de dónde surgió todo el desastre. La mayoría no comprendía la esencia de la desesperación. Por eso, no fue difícil hacer creer a todo el mundo que la verdad había sido otra… no fue difícil hacer creer a la población de Galeia que la culpa fue de los Gamma. Upupupu… y nosotros, los Seguidores de la Desesperación, nos alzamos así como los dirigentes de Galeia, ignorantes ellos de que sus “enemigos” eran sus aliados… y sus “aliados”, sus enemigos. El comienzo de un nuevo mundo de desesperación, tal y como siempre habíamos soñado, ¡estaba a nuestro alcance! Todos odiaban a aquel grupo, a los Gamma, y tuvieron que esconderse dentro de Galeia, ocultarse para no ser castigados. Para no ser atrapados. Y se ocultaron en esta Academia.


    Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Los recuerdos… los recuerdos pugnaban por despertar en mi interior.


    Todo el Equipo Gamma fue idea de un científico heroico, a decir verdad —susurró Monokuma, mostrando la imagen de un hombre pelirrojo, con gafas y bata de laboratorio—. El buen Profesor Abeto, ¡claro que sí! Él y sus hijas intentaron desarrollar desesperadamente una cura para la desesperación, al tiempo que intentaban combatir contra los Seguidores de la Desesperación que tenían el control sobre Galeia. Y así, encontraron la Esperanza: había una chica con ojos rosados… una chica con un don innato. Una joven que derrochaba esperanza por todos sus poros —en pantalla, apareció entonces la imagen de aquel profesor junto a una niña pequeña de ojos rosados. Al mirarla… me di cuenta de que era yo. Era yo, yo de pequeña—. Esa niña era especial: era casi inmune a la desesperación, ¡y no solo eso, sino que era capaz de curarla! Ella podía ser la salvación del mundo. Claro que… los Seguidores de la Desesperación no tardarían en enterarse, y, no pudiendo permitir que aquella chica siguiese con vida, comenzaron a investigar desesperadamente, deseando encontrarla. Abeto tuvo que cuidar de Emily como si fuese su propia hija, y creció mezclada entre la gente, como una chica más… todo para ocultarla de la Desesperación. Todo hasta esperar a que su talento, la Super Esperanza… se desarrollase por sí mismo y pudiese ayudarles a reconstruir el mundo.


    —¿S-Super Esperanza? —susurré, impactada. Todo comenzó a tener sentido en mi cabeza, lentamente. Los recuerdos que habían estado borrosos comenzaron a encajar unos con otros, como piezas de un puzle.

    Decidí seguir mirando el video.


    Pero aquella chica necesitaba protección… necesitaba una protección especial. Alguien que velase por ella continuamente, alguien que la defendiese si lo peor pudiese suceder. Por eso Abeto encontró a un chico, encontró a Dante Miles… un joven con una mente extraordinaria, muchísimo potencial, y con un fuerte sentimiento de justicia. Un joven que derrochaba “esperanza”, en cierto modo. Y él se ofreció voluntario. Se convirtió, así, sometido a los experimentos de Abeto para potenciarle en todos los sentidos… en el Super Guardián. El Guardián de la esperanza.

    >> Así pues… ¿cuál es el tesoro más preciado de Dante? ¿Por qué motivo tiene tan interiorizada esa necesidad de proteger a Emily? Ahora sabes por qué: ahora sabes que es porque esa es tu única misión en la vida. Así que, si quieres protegerla… ella tendrá que salir de aquí con vida, ¿no? Su esperanza debe despertar. Debe sobrevivir, para que el mundo pueda salvarse. Tú decides cómo hacerlo. Es tu misión hacerlo, Dante Miles.


    Y el video concluyó. Una sensación de silencio sepulcral se apoderó de todos nosotros, que estábamos perplejos, atónitos. Al ver ese video, los verdaderos recuerdos despertaron poco a poco, conectándose unos con otros. Pudimos entender muchas cosas. Pudimos entender la verdad. Y comprendimos cuánto nos habían mentido.

    —Nosotros somos Gamma, pero… ¡no fuimos los causantes de la destrucción del mundo! —dijo Steve, impactado—. Formábamos parte de un grupo que luchaba contra la desesperación dentro de Galeia, dentro de los supervivientes.

    —Abeto, Effy y los demás… nos reclutaron —susurró Hubert—. Buscaban a talentos para luchar contra la desesperación. ¡Buscaban convertirnos a todos en los portadores de la esperanza!

    —S-Sí, ¡lo recuerdo! —gritó Mimi, ojos muy abiertos—. Me necesitaban a mí porque los Honda podrían darles la suficiente financiación al grupo…

    —Y a mí, porque mi suerte era demasiado valiosa —susurró Steve.

    —Todos teníamos un talento que los Gamma necestiaban para luchar contra los Restos de la Desesperación —comentó Hubert, meditativo—. Mis capacidades lógicas, el dinero de Mimi, la suerte de Steve, la fama de Ukita y Talía, la forma física de Alpha, la capacidad de investigación de Brendan… fuimos reclutados uno a uno, y todo… —me miró entonces—. Todo por ti.

    —¿…p-por mí?

    Ian asintió.

    —Sí, está más que claro, ¿huh? —su sonrisa ladina era imborrable—. Al final, has resultado ser clave en todo esto, ¡tú, que eras una simple modelo! Tienes la suerte de tener esa esperanza, una defensa contra el virus, contra la desesperación… y la clave para salvar al mundo, salvar a quienes han sucumbido.

    —La clave para salvar al mundo… pero, ¿cómo podría hacer eso? —suspiré.

    —Puedes hacerlo —asintió, sonriente, Hubert—. Si la desesperación es como un virus, y se contagia… ¿quién dice que la esperanza no se contagia, también? Esa es tu misión. Nuestra misión: contagiar al mundo de nuevo con esperanza.

    —Lo que Dante pretendía era salvarte a toda costa… pero —Ian meditaba, reflexivo—, tal y como dijo Drake, su plan pudo salir mal, y ese sería el peor de los resultados, desde luego. Por eso Drake te salvó, y por eso ocultó la verdad hasta el final, también: para despertar de nuevo tu esperanza.

    —Y tus ojos son la señal de que la esperanza ha vuelto a ti —señaló Steve—. E-El sacrificio de Drake… —compugnido, el Suertudo retenía las lágrimas, mano en el pecho—… al menos no fue en vano.

    —Drake se cambió de bando por la esperanza —asintió Mimi, que también había recuperado la memoria—. Se dio cuenta a tiempo de las verdaderas intenciones de quienes controlan el Gobierno… los Seguidores de la Desesperación.

    … sí, ahora lo recuerdo todo. Esta… esta no ha sido la primera vez en la que Drake me ha salvado. Ahora lo recuerdo. Como Policía, Drake estaba, en un inicio, bajo las órdenes de los Seguidores de la Desesperación. Ellos iniciaron, una vez que me descubrieron, una operación para darme caza y acabar conmigo: acabar con la esperanza. Su propio mentor, Erwin… fue el que dirigía aquello. Erwin era un Seguidor de la Desesperación. Pero Drake se dio cuenta, al final, de la verdad, e hizo algo durísimo para él por defenderme. Esta no ha sido la primera vez que disparaba a alguien por salvarme a mí.


    ¡Manos arriba! —recordé de pronto. Era lo que vociferaba Erwin cuando lograron acorralarme. Solo estaban él y su pupilo, el Super Policía… Drake Orestes. Pero Drake me miraba con ojillos temblorosos, cargado de duda. Él no entendía por qué estaban haciendo aquello. Él sabía que estaba mal, que no debía ser así—. Ya te tenemos, maldita. No te escaparás. Eres tú a quien buscamos, no puedes engañarnos. Esos ojos rosados te delatan.

    El cañón de la pistola me apuntaba, certero. Dante no estaba cerca en ese momento, Dante no estaba conmigo… se había quedado atrás, enfrentándose a nuestros captores para darme algo de tiempo.

    Drake, prepárate. Voy a tener que disparar… no puedo dejar que se escap-

    Pero el disparo no fue de Erwin, fue de Drake… y fue hacia su propio mentor. Vi cómo Drake me asintió, decidido, pero con ojos empañados. Su mentor estaba cayendo en la desesperación, y él estuvo apunto de acompañarle, pero…

    Vamos —me dijo—. ¡Márchate! Corre, antes de que vuelvan. ¡Tienes que salvarte… eres la esperanza del mundo!

    Y yo negué con la cabeza, vehementemente.

    ¡V-Ven conmigo! —sentencié entonces—. Únete a nosotros. Únete al equipo Gamma. T-Tenemos que dirigirnos hacia la Academia, hacia el refugio. Allí estaremos a salvo.

    P-Pero yo… era tu enemigo…

    Negué una vez más, sonriente.

    No, no lo eres. Me has salvado. Puedo notar que hay esperanza en ti.


    Así que… eso fue lo que sucedió. Me encontraron, y tuvimos que huir. Vivíamos vidas de Ultimate normales hasta aquel entonces, ocultos entre el resto de los jóvenes, cada uno con sus ocupaciones, cada uno con sus vidas en la enorme extensión que era aquel lugar, que era Galeia, el último refugio humano. Pero, en secreto, todos nosotros formábamos parte de Gamma, y tratábamos de difundir la esperanza en secreto, de contribuir a los experimentos de Abeto, de hacer frente a la Desesperación. Todos juntos.

    Pero… me descubrieron. Y comenzaron a seguirme. Tuvo que ser entonces cuando no nos quedó más remedio que retirarnos hasta esta Academia, escondernos aquí, en un refugio seguro. Y… algo sucedió aquí dentro. Algo… algo que hizo que nos encontremos tal y como estamos ahora. Algo que hizo que el equipo Gamma haya quedado reducido a solo cinco miembros.

    Con todo, no pienso dejar que sea en vano, ninguno de los sacrificios. Si yo cargo con la esperanza del mundo, ¡la llevaré con orgullo! Saldremos de aquí, derrotaremos a la mente maestra… ¡y terminaremos lo que Abeto y los otros comenzaron!

    —Entonces, ¿la mente maestra es un Seguidor de la Desesperación? —susurró Steve, preocupado.

    Ian parecía reflexivo. Con todo, fue Hubert el que habló.

    —Es lo más probable. Debieron encontrarnos cuando nos refugiamos aquí, y comenzaron este sádico juego.

    —¿No hubiese sido más sencillo matar a Emily, directamente? Al fin y al cabo, Drake lo dijo. Drake dijo que es ella el objetivo de la mente maestra, ¿no? —reflexionaba Mimi.

    —No, la mente maestra no puede hacer eso —intervino de pronto el Estratega—. De algún modo, se ha convertido en Director de esta Academia, y, como tal, no puede hacernos daño o interferir en nuestras actividades… o, de lo contrario, el sistema de seguridad de la Academia acabaría con su vida por incumplir las reglas. De modo que ha preferido hacerlo así.

    —¿N-No puede alterar las reglas? ¿Ni siquiera siendo el Director? —inquirí.

    Ian se llevó la mano al mentón.

    —No lo creo. De lo contrario, habría sido todo mucho más rápido… no habría necesidad de haber hecho todo esto, podría habernos matado directamente —dedujo—. Creo que su plan original es intentar hacerte caer en la desesperación, Emily. Pero no tengo duda de que te mataría si no fuese capaz de lograrlo. Si no la mente maestra no lo ha hecho aún es porque no puede hacerlo, eso seguro.

    —P-Pero, ¿no se supone que soy inmune a la desesperación? —pregunté, con el corazón en un puño.

    —Tal vez lo eres ahora. Pero, ¿lo eres siempre? —reflexionó Ian, sonriendo ladinamente.

    —Creo que Ian se refiere a que ahora has despertado la Esperanza en ti, una vez más —observó el Ajedrecista—. No obstante, antes habías perdido ese brillo en tus ojos, antes tus ojos eran distintos. Tal vez entonces… existiese la posibilidad de hacerte caer en la desesperación. Y seguramente, alguien como tú les fuese más útil a los Restos de la Desesperación viva que muerta.

    —Entonces, ahora que he “despertado”, ¿querrán matarme…? —susurré, algo asustada.

    Steve se cruzó de brazos.

    —No podemos descartar esa posibilidad, pero, si la teoría de Ian es cierta, mientras estemos dentro de esta Academia, no podrán hacerte nada directamente —concluyó.

    —De modo que la única forma que tendría la mente maestra de acabar contigo mientras estamos aquí dentro es… provocando que uno de nosotros te mate —susurró Mimi.

    —Eso siempre y cuando la mente maestra no sea uno de nosotros.

    Cuando Ian dijo aquellas palabras, sonrisa en los labios, todos quedamos mirándole atónitos, como si hubiese dicho algo completamente alocado. Pero él no borraba su sonrisa: es más, la acentuó al ver la indignación en nuestras miradas.

    —No me miréis así —se encogió de hombros—. De todos modos, yo tengo mis teorías acerca de la mente maestra… y, tal y como dije en los primeros días de vida en la Academia, sigo manteniendo la teoría de que no hay una sola mente maestra. Probablemente, hay dos personas detrás de todo esto.

    —¿D-Dos? —Mimi lucía impactada.

    —Ian, dinos, ¿cuáles son tus teorías? —exigió Hubert—. Este no es momento de andar con tus clásicas estrategias, de reservar información para ti y de tratar de confundirnos, ¿sabes?

    Ian suspiró.

    —Le estás pidiendo a un pez que deje de nadar —comentó, encogiéndose de hombros—. En cualquier caso, no pienso cometer ni un solo error… así que, por el momento, me guardaré mis teorías, y seguiré investigando por mi cuenta —comentó, al tiempo que se incorporaba. Cuando se acercó a la puerta de la habitación de Chad, se detuvo y, mientras giraba únicamente su cabeza para mirarnos, dijo:


    —… es la hora de la batalla final. Deberíais… examinar más a fondo la fábrica. Solo como consejo.

    Y se marchó. Por algún motivo, tensa, tragué saliva. Las miradas de todos eran decididas. Íbamos a hacerlo. Íbamos a salir de allí, a descubrir a la mente maestra, o las mentes maestras… y llegar, de una vez por todas, al fondo de todo.

    … tenemos la esperanza de nuestro lado. Y la memoria de todos los que han caído… de Dante, de Drake… de todos… ¡nos darían fuerzas para seguir!


    Los cuatro llegamos, pues a la fábrica. Sabíamos que Ian había sido el único que había explorado a fondo la zona, de modo que, cuando nos dijo que examinásemos bien el lugar, sabíamos que era más que probable que encontrásemos alguna pista útil.

    No sin pesadumbre, cruzamos el puente, el mismo puente que conectaba las dos cabina que había sobre el grueso de la fábrica. Allí fue donde sucedió el caso de Drake, y probablemente, todos teníamos demasiado reciente aquello… no en vano había sucedido hacía solo un día. Era muy doloroso regresar allí, pero teníamos que hacerlo. Era necesario…

    Con todo, mientras cruzábamos el puente, miré hacia abajo, y me di cuenta de que la sangre de Dante había sido limpiada… sin duda, la mente maestra era rápida limpiando las escenas de los crímenes. Siempre estaban limpias al instante… y se llevaba hasta los cuerpos.

    —Me pregunto qué será lo que Ian ha descubierto aquí —susurró Mimi, mirando hacia todas partes con desconfianza, como si tuviese miedo, o como si aún tuviese latente la imagen del crimen de Dante—. Ese maldito —maldijo después—, ¡robando mis medicinas! ¡¿Cómo se atreve?!

    —¿Te las devolvió, al menos? —le pregunté.

    Ella asintió, mofletes hinchados. Las medicinas de Mimi… nunca llegó a decirnos cuál era su enfermedad, pero ahora, todos podíamos recordarlo. Ella sufría de esquizofrenia desorganizada, pero no era algo que hubiese contado a todo el mundo; solo su familia, los Honda, quienes financiaban en secreto al Equipo Gamma, y nosotros, sus compañeros y miembros del equipo lo sabíamos, todo en aras de poder preparar su medicación para cuando fuese necesario encontrarnos en una situación así… obligados a permanecer en la Academia, en el refugio.

    En cualquier caso, nos pusimos a husmear por la zona de control. Aún miraba con algo de tristeza los botones de control de la cinta trituradora, y mis ojos se enfocaban en ellos. Me di cuenta entonces de que había algo que también había cambiado allí.

    —H-Huh, ¡l-los cables…!

    —¡Oh! —exclamó Steve, que se agachó y los tomó entre sus manos—. Míralos, ¡están reparados!

    —Dante los rompió para que la cinta no funcionase, pero ahora… —a-ahora los cables volvían a estar conectados. Se podía notar cómo los habían vuelto a empalmar y habían usado cinta aislante, bastante pulcramente colocada, había que decir, para unir los dos extremos físicamente. Ahora, la máquina volvía a funcionar… alguien había reparado todo el sistema de electricidad, ¿eh? Vaya.

    —¿Era necesario repararlo? —susurró Hubert, curioseando con la pantalla de registro de videos que en previas ocasiones habíamos visto. Esa pantalla donde aparecían el número de videos que registraba la trituradora y que a Ian pareció llamarle mucho la atención la primera vez—. Quiero decir, esto ni siquiera es la escena del crimen… cierto es que la mente maestra podría haberlo reparado para dejarlo todo intacto, pero… en comparación con la pulcritud con la que suele dejar siempre las escenas, esta reparación me parece demasiado apresurada. Casi como si hubiese querido arreglar los cables cuanto antes.

    —¿Por qué será…?

    Hmmm. Arreglar los cables, ¿eh? Eso solo podía ser por una cosa, al fin y al cabo.

    —Bingo —susurró Hubert—. La trituradora se ha usado una vez más. Ahora, hay diez videos, no nueve.

    —Así que la mente maestra ha usado la trituradora… —a-algo no me gustaba en absoluto. Algo en todo esto era demasiado… raro—. ¿Podemos ver ese nuevo video?

    —… no —dijo Hubert, tras un rato cacharreando con la máquina—. Está bloqueado, como los demás. Solo el de Dante y el primero, el de Tau y los demás, pueden verse.

    T-Tau, Iota… ahora que las recordaba, el dolor era más grande que nunca… porque ellas fueron como mis hermanas. Desde pequeña, yo fui tomada bajo la custodia de Abeto. No obstante… había algo que fallaba en mis recuerdos. ¿Por qué tenía la sensación de que faltaba algo en esa imagen familiar que tenía en mente?

    —Como sea, bajemos, tenemos una fábrica entera que explorar —terminó sentenciando Hubert, aún algo confuso, meditativo y taciturno.

    Pero sí, tenía razón. Teníamos que explorar la parte inferior de la fábrica… intentar descubrir qué era lo que Ian había encontrado allí.

    De manera que descendimos por las escaleras y caminamos por allí, separándonos y explorando distintas zonas de la fábrica, analizando las cintas transportadoras y las distintas máquinas que había por la zona. Cuando pasé mi mano por una de las enormes máquinas, analizándola de cerca, y tratando de forzar los recuerdos para que emergiesen de las profundidades. Ahora que había logrado recordar, ahora que habíamos visto el video de Dante… debería saber para qué pensaban los Gamma utilizar esa fábrica. Debería ser capaz de recordarlo.

    Y, cuando vi la “G” impresa en la máquina, comencé a recordar. Esa fábrica era para… para crear armas. Tau, Effy y los demás dirigentes prepararon la misma para tener arsenal suficiente por si fuese necesario defendernos. Por supuesto, era el plan menos deseable; pero, en el caso de que todo se torciese, esas armas serían nuestro medio de defensa. Y, al recordar aquello, mis ojos se enfocaron en una de las cintas más anchas que había en toda la fábrica, en la que desembocaban el resto de cintas transportadoras. Con un ápice de duda, me dirigí hacia ella y comencé a caminar hasta alcanzar la pared. Puse mi mano sobre la misma.

    —Hey, Steve —le dije, enarcando una ceja, al chico, que estaba cerca, mientras miraba la pared—. ¿Podrías venir un momento?

    El chico asintió, y, correteando, se acercó hasta donde me encontraba en ese momento: justo frente a la pared.

    —¿Podrías poner una mano en esta pared, por favor? —le pregunté.

    —Oh, claro —dijo él, extrañado, acariciándose la comisura del labio— Pero, hmmm, ¿dónde exactamente?

    —Oh, no importa. Donde quieras.

    Sin entender muy bien, el suertudo colocó la palma de su mano en un lugar aleatorio de la pared, y… tal y como esperaba, pulsó por “accidente” un interruptor oculto.

    —¡Waah! —gritó, mientras las paredes comenzaban a abrirse, como si siempre hubiesen sido dos enormes puertas mecánicas—. ¿Q-Qué he hecho…?

    Sonriente, coloqué una mano en su hombro, mientras que Hubert y Mimi acudían prestos a nuestro lado, atraídos por la curiosa escena de la pared mostrando una sala oculta tras de sí. Lo que allí había era… cuanto menos, impresionante.


    Estudiantes: 5
    - Emily Hodges – Super Esperanza (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Drake Orestes – Super Policía (MUERTO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Dante Miles – Super Guardián (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
     
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  11.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
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    AAAAAAAAAA, mi niña que es tan importante no me lo puedo creer, que quiero llorar.

    A ver, dios, es verdad que el vídeo ha sido super revelador. Al final si qué era algo como había penda, Emily Ultimate Hope y Dante su defensor, Ultimate Guardián en este caso. Eso sí, no me imaginaba que los Gamma fuesen al final los buenos, aunque una parte de mí no quería aceptar que fuesen los que habían acabado con la humanidad. Y al final pues todos los miembros y Abeto son buenos, ellos solo quieren acabar con la desesperación, claro.

    La pobre Emily en verdad debía estar flipando al ver el vídeo y ver que importancia tenía ella. Yo lo estaría, la verdad. Y es preciosa esa charla que tienen, cuando finalmente se dan cuenta de su papel y de lo que deben hacer, de como deciden finalmente vencer a la mente maestra, incluso Ian se lo nota más colaborativo. Es obvio que sabe mucho más que ellos y, sí, no les va a dar información en bandeja, pero les va a dar pistas y les va a ayudar en el caso mucho, estoy segura, porque así es él y también quiere salir de ahí y vencer a quien sea que es la mente maestra, sobre todo tras recordar la verdad.

    Es interesante ver lo que marcas con negrita en este caso, las pruebas que están recogiendo para intentar imaginarnos por donde van a ir los tiros en la investigación. Creo que lo de los cables es un detalle a tener en cuenta, sobre todo por lo del vídeo 10. Habrá querido destruir algo y para ello tuvo que arreglar el cableado y no tuvo mucho tiempo para hacerlo, ahora... ¿qué? Es posible... los cuerpos de los que ya han muerto...podría deshacerse de ellos mediante esa máquina, ¿no? Aunque no sabría decir si las cuentas cuadran, pero es lo que puedo ver más lógico por ahora.

    Pensar que la pobre Emi está sufriendo, claro, tiene que ser duro saber que las personas que te criaron como su familia, que quisieron hacer bien al mundo, están muertas y que tú pensabas que eran los villanos. Dios, si esto fuese canon en el Rol sería épico tho (?)

    Y al final, me ha encantado el final, te lo digo en serio. Porque uno, demuestra lo mucho que Emily ha... ¿cómo decirlo? "evolucionado", en el sentido de que ayuda más en las investigaciones y me gusta ver que tiene ese tipo de ideas, me hace sentir orgullosa, y dos, ha sido épico ver la escena de: sí, mira, eres el super suertudo, toca por aquí que seguro que abres algo secreto y BOOM, ha abierto algo secreto. Ha sido muy cómico de imaginar, en serio. Una buena manera de acabar el capítulo.

    Mi teoría sigue siendo que Junko es capaz de hacer crossover y es ella la mastermind, vaya (?)
     
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  12.  
    Lelouch

    Lelouch Rey del colmillo

    Aries
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    Al llegar al final de la página me he llenado de muchísima felicidad; sí, creo que al fin he podido encontrar algo de verdad...

    Pero hey, llevo muchísimo tiempo queriendo comentar, pero ya sabes, entre que últimamente no tengo tanto tiempo y que me dan bloqueos tremendos cuando se trata de comentar, pues eso; aún así, esta vez no había manera de que dejase escapar la oportunidad. El caso 5 se me hizo muy corto, pero fue muy interesante xD La primera mitad fue igual a aquel otro caso 5, pero al final dio un dramático giro de los acontecimientos que yo, sinceramente, no me esperaba para nada. Que Drake fuese el asesino me tomó por sorpresa xD Estaba preparado para que cualquier otro lo fuera menos él y Mimi (?). Lo de Emily siendo la Esperanza definitiva también me sorprendió gratamente; hasta ese momento, siempre pensé que era Dante el que tenía las papeletas para, si bien no ser la esperanza, sí ser el del talento super OP. Que por cierto, Guardián le pega mucho a Dante xD

    La ejecución de Drake me ha dolido, la verdad que le tomé cariño como protagonista, y de hecho me gustaba más que Hajime (??) Y ¡wuu, Ian sigue vivo! Nice, la verdad, pensé que la palmaría al comienzo del 5.

    Tampoco se me pasó por la mente nunca que la de ojos rosados fuese Emily; como Iota creo que los tenía de ese color, pensaba que era ella, o quizá Tau, aunque sean rojos XD

    En todo caso, la movida del prota muerto me tomó por sorpresa, auuuunque creo que se hizo lo mismo en cierto juego que no he jugado (??)

    En cuanto a lo que va del caso 6, la verdad es que se me hizo muy corto incluso aunque tenga 6000 palabras, pero me alegro que al fin nos vayas desvelando la trama xd Y de hecho, como escoria que soy, no había logrado sacar NADA importante del capítulo salvo lo que nos habías restregado en la cara (?). ¡Pero ay, ay, ay! Parece que la fortuna me sonríe después de todo, aquella frase que vi en un momento dado me hizo replantearme todo lo que pensaba hasta el momento.

    Alguien como yo nunca se hubiese dado cuenta solo, pero gracias a las palabras de aquel maravilloso Ultimate, se me ha dado la oportunidad de destacar. Muchas gracias.

    ¡Estoy que reboso de energía! >:33 No sé si mi teoría sea cierta o no, pero le tengo una fe tremenda, y me llena de esperanza. ¿Que cual es? Bueno, si un despojo humano como yo ha podido figurarsela, estoy seguro que el resto también. A menos que mi teoría sea muy tonta, cosa que no puedo descartar (?)

    Y eso es todo, ya quiero ver qué nos tienes preparado para la siguiente ocasión, ¡Hasta otra! x3

    ... lel ¿Sabes qué extraño? Que Ian salga con su Game boy :(
     
    Última edición: 15 Febrero 2018
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  13.  
    MrJake

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    Pokénronpa
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    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    39
     
    Palabras:
    6910
    Capítulo 6: El Comienzo del Fin

    Vida Mortal, Investigación, parte 2


    Abrí la boca, en una mezcla de asombro y admiración, cuando la enorme puerta se abrió. También me daba un poco de miedo, he de decir… aquella enorme sala que había detrás de la fábrica, tras la puerta oculta, donde terminaba la cinta principal… era una especie de almacén de armas. Como tal, estaba completamente lleno de todo tipo de armamento, la mayoría de gran escala: desde grandes metralletas fijas, torretas, y otras armas de fuego, hasta catapultas que estaban junto a municiones que lucían explosivas. Sin duda, los Gamma estábamos preparados para un ataque, más que preparados. Pero había algo en aquella sala que no me cuadraba. Pese a que era gigantesca, había algo que saltaba a la vista, un fallo en su estructura que probablemente tendría explicación.

    Hubert también lo notó.

    —Woah, ¡c-cuántas armas…! —susurró Steve.

    —Sí, pero… —meditó el Ajedrecista—, aquí no cuadra algo. ¿Cómo se supone que sacaríamos estas armas tan gigantescas al exterior?

    Mimi alzó las cejas.

    —Oh, ¡es cierto! —exclamó—. Estamos en una quinta planta… mover estas armas de aquí debe ser complicado, ¿no?

    Fruncí el ceño, mientras miraba alrededor.


    —Está claro que este sitio esconde algo —sentencié, mirada decidida—. Tenemos que examinarlo a fondo, chicos. Si a Ian le ha llamado la atención este lugar, sin duda eso es por algo.

    Mis compañeros asintieron, y rápidamente comenzamos a examinar todo el lugar.

    Si algo destacaba en aquel enorme almacén, era el gigantesco espejo que ocupaba toda una pared, y que daba una sensación de aún mayor amplitud. Dicho espejo se ubicaba al fondo de la pared. Cuando me acerqué a él, coloqué mi mano sobre el mismo, extrañada. Algo no me gustaba… y tenía la sensación de estar en peligro cuando lo miraba. Luego, entendí el por qué de esa sensación.

    —Ah, ¡c-caray! —exclamé.

    En mitad de la sala, había una gigantesca, hum… ¿ballesta?, cargada con un larguísimo arpón, que apuntaba justo hacia donde yo me encontraba. Estaba algo alejada del espejo, pero, al colocarme cerca de éste, pude ver su reflejo y cómo me apuntaba, y eso me dio escalofríos. Decidí acercarme a la citada ballesta… Hubert se encontraba también junto a ella.

    —Es impresionante, ¿no crees? —susurró Hubert—. Y está cargada… aunque para tirar de ella y dispararla haría falta mucha fuerza. No creo que una sola persona pueda manipular este aparato.

    Asentí, en silencio. El enorme arpón que tenía por munición era escalofriante… sufrir un impacto de ese aparato debía ser tremendamente doloroso. No pude evitar recordar entonces el caso de Elisa; Chad y Alpha fueron, de hecho, empalados por el filo de una espada. Aquella debía ser ya de por sí una muerte horrible, así que, ¿cómo de horrible podría llegar a ser ser empalado por esa cosa?

    —Lo que me fascina de toda esta Academia es… la grandísima tecnología empleada en él —observó un reflexivo Hubert—. Sistemas de seguridad de último modelo, armas extraordinariamente potentes, salas ocultas con mecanismos intrincados… así como todo tipo de recursos.

    —Bueno, los Honda financiaban al Equipo —comenté—. Y Abeto, Tau y los demás eran excelentes Inventores.

    —Inventores, ¿huh? —Hubert meditaba en silencio—. No me cabe duda de que para poder construir este tipo de cosas, para diseñar esta Academia, este refugio, hay que tener una habilidad extraordinaria.

    De pronto, en mitad de nuestra conversación, la voz de Mimi se oyó.

    —¡Hey, chicos! —nos llamó—. He encontrado algo raro aquí.

    No dudamos en acercarnos al lugar donde estaba la Millonaria. Se encontraba delante de una enorme máquina que parecía ser una torreta de asalto, inspeccionando una zona concreta de la base de la misma.

    —¿Soy yo o… a esta cosa le faltan piezas?

    —¡Oh! —exclamé. ¡E-Era verdad! Todas las armas de aquel almacén parecían completas, pero a aquella torreta le faltaban bastantes piezas, que parecían haber sido desembaladas por alguien—. Es raro. ¿Por qué querría nadie llevarse piezas de algún aparato?

    Hubert volvió a quedar meditativo.

    —La única opción que se me ocurre —dijo—, es que quien las hubiese tomado quisiese emplear dichas piezas en construir otra cosa.

    —Ya veo… —susurré.

    Y solo había dos posibilidades, si alguien había tomado esas piezas: o había sido Ian… o había sido la mente maestra, ya que eran los únicos que presumiblemente conocerían de aquella sala.

    El hueco que quedó en la torreta… me recordó al dormitorio de Talía, a aquel ladrillo que faltaba en su pared. Recordé cómo, durante el caso de Ukita, la Super Estrella Infantil había extraído un ladrillo de su propia pared, en aras de utilizarlo para asesinar a alguien… al final, eso se volvió en su contra. Y todo, en realidad, fue manipulado por Ian.

    … no, no fue culpa de Ian, aunque él provocase ese asesinato. Aquí, toda la culpa la tiene la mente maestra. Sobre ella debemos volcar nuestra ira.

    Pensar en Ian me hizo reflexionar.

    —Creo que deberíamos reunirnos con Ian. Aquí no hay mucho que inspeccionar además de lo que ya hemos visto… pero si el Estratega ha insinuado que en esta planta hay algo especial, sin duda debe haberse dado cuenta de algo. Tenemos que sonsacarle toda la información que podamos.

    Hubert chasqueó la lengua.

    —Apuesto a que Ian ha deducido hace tiempo quién es la mente maestra —susurró Mimi, dientes apretados—. Ese maldito, ¡si al menos nos lo dijese, todo sería mucho más fácil!

    Suspiré. Sí, quizá todo sería mucho más fácil, pero… así era la forma de hacer las cosas del Estratega, tristemente. De pronto, sentí una mano en mi hombro, y vi a Steve, quien, preocupado, nos miraba a todos.

    —Chicos… ¿créeis de verdad que… es posible que la mente maestra sea uno de nosotros? ¿O que sean dos, como cree Ian?

    La voz de Steve sonaba entrecortada, dudosa. Dirigí una mirada a mis compañeros, enfocando la atención en cada uno de ellos individualmente. ¿Dos de ellos… ser la mente maestra? Menuda locura. Algo así no tendría sentido… algo así no podría ser cierto. Mimi, Steve, Hubert, Ian. Ninguno de ellos podría hacer algo como esto, estaba convencida. De manera que, con una sonrisa, miré a Steve, y le devolví el gesto, colocando yo mis manos en sus dos hombros.

    —Tranquilo, Steve. Puedes estar seguro. Después de todo, somos amigos, ¿no? Y tú tienes mucha suerte… de modo que ninguno de nosotros podría ser la mente maestra. ¡Si lo fuésemos, tu suerte sería nefasta! ¿No crees? Y ese no es el caso.

    Steve suspiró.

    —M-Mi suerte… no pudo proteger a Drake… —se lamentó.

    Y aquellas palabras provocaron un tenso silencio, cargado de tristeza. D-Drake… él se sacrificó por mí. Confió en nosotros. Y yo jamás olvidaría ese sacrificio. Pensaba tomar su lugar, dejar bien alto su nombre: llegar hasta la verdad final que él tanto buscaba. Pensaba convertirme en el pegamento de este grupo… así como lo era él antes de su muerte.

    —… Drake sigue con nosotros —sentencié, asintiendo, con una sonrisa en los labios, y le puse un dedo en el pecho—. Aquí dentro. Igual que los demás —miré a Mimi—. Igual que Alpha —miré a Hubert—. Igual que Effy. Igual que todos. Ninguna, ninguna de sus muertes será en vano. Toda la culpa la tiene la mente maestra, ¡o las mentes maestras, como quiera que sea! Y, sean quienes sean, sean o no Seguidores de la Desesperación, no me cabe la menor duda de que vamos a encontrarlas y a derrotarlas, ¿sí?

    —… Alpha… —susurró Mimi, apenada.

    —Estoy de acuerdo —dijo Hubert, brazos cruzados, desviando la mirada—. Effy también se sacrificó por nosotros, y todo por un sentimiento de culpa que no era real —era cierto… en el caso de Brendan, Effy murió deseando saldar la deuda que tenía con nosotros. Ella creía que los Gamma, su equipo, fuimos los causantes de la destrucción del mundo—. Y no es ya su muerte en sí lo que me hace desear vengarme de quienes están detrás de esto… es el hecho de que ella murió sin saber la verdad. De que ella murió creyendo que era una asesina, una terrorista. Su título nunca debió haber sido “Super Terrorista”, ni siquiera “Super Política”. Ella debió haber sido… la “Super Salvadora”.

    No pude evitar sonreír con ternura, y, al final, terminé asintiendo.

    —Es un título que le viene como anillo al dedo, desde luego —ladeé la cabeza, sonriente—. Así pues… ¿estáis conmigo? —mis ojos rosados se enfocaron en los demás. Yo misma podía notar la Esperanza fluyendo por mí… yo misma podía notar cómo se la transmitía a los demás. ¿Era este… mi poder? ¿Mi talento? ¿Era esto lo que la Super Esperanza podía hacer? —. Iremos, juntos, a buscar a Ian, ¡y lograremos que comparta con nosotros todo lo que sabe! Necesitamos de sus capacidades, después de todo. Necesitamos que sus estrategias estén de nuestro lado.

    Las sonrisas, poco a poco, se fueron esbozando. Los cuatro… estábamos unidos. Unidos por un vínculo de Esperanza.

    Y ahora solo quedaba unir al quinto eslabón de aquella cadena.


    Tras buscar a Ian por todas partes, logramos encontrarle finalmente: estaba en la biblioteca de la segunda planta, sentado entre las librerías del centro. Lo curioso fue que, al entrar, pudimos ver cómo el lugar estaba completamente desordenado, con libros tirados por todas partes.

    Aquella biblioteca siempre me recordaría al caso de Lucas… un caso que, de hecho, me tocó bastante de cerca, pues yo me vi parcialmente indicada, todo a raíz de Dante. Por mi culpa… Lucas pudo cometer aquel crimen. Si yo no hubiese alterado la sala de música, tal vez ese crimen nunca podría haberse llevado a cabo. Pero, ¿quién sabe? Tal vez eso querría decir que Lucas habría elegido otra forma de matar a Liza, o puede que incluso hubiese matado a otra persona. O tal vez habría sido Elisa, o incluso Chad, quienes habrían matado a alguien. Y, como siempre, todo fue culpa de las mentes maestras: las acciones prohibidas a las que nos sometieron fueron… tremendamente crueles.

    El Estratega se encontraba, de hecho, tumbado en el sofá, con los pies sobre el respaldo, hojeando libros que iba tomando de un enorme pilar de los mismos que tenía junto a él, y que posteriormente arrojaba sin demasiada preocupación, una vez que los había examinado.

    —¡i-Ian! ¿Qué estás haciendo? —exclamé al verle. Él, despreocupado, alzó la vista por encima del libro que portaba entonces solo durante un instante, el momento justo para observarme.

    —Oh, sois vosotros —dijo, sin mayor interés—. ¿Y bien? ¿Descubristeis algo interesante en aquella curiosa fábrica?

    Sonaba tan sarcástico y ladino como siempre, pero, con todo, no borré la sonrisa comprensiva de mi rostro. Eso pareció incomodarle; probablemente, no estaba acostumbrado a no lograr el efecto que deseaba de incomodar o molestar a los otros con sus palabras y su forma de decirlas.

    —¡Sí! —exclamé—. Hemos podido encontrar el almacén de armas, pero… poco más, a decir verdad. Con todo, tenemos la sospecha de que debe haber algo más allí, y estamos bastante seguros de que tú sabes algo, ¿cierto? —susurré, mirándole incisivamente. Sorprendentemente, terminó desviando discretamente la mirada, incapaz de mantenérmela.

    —… bueno, no me sorprende —se encogió de hombros—. No esperaba que fueseis capaces de llegar a las mismas conclusiones que yo, desde luego. Os falta mente creativa.

    —¡Que nos digas lo que hay en ese almacén de una vez, pesao! —exclamó, molesta, Mimi, y yo tuve que hacer que se calmas, colocando una mano en su hombro.

    Con lentitud, caminé hacia Ian y agarré el libro que tenía en las manos, sentándome junto a él, en el poco hueco que dejaba libre de aquel sofá. El Estratega parecía totalmente contrariado, mirándome atónito. Mientras ojeaba lo que estaba leyendo, susurré, con gran interés:

    —Vaya. Un libro de geología, ¿huh? Se ve interesante —pasé un par de páginas—. Parece un libro bastante simple. Qué raro que tú andes leyendo algo tan sencillo, ¿no?

    Ian, tras unos instantes de desconcierto que expresó frunciendo el ceño, retomó rápidamente su actitud ególatra, y se encogió de hombros.

    —Bueno, me aburría, simplemente. Y tener algo de cultura nunca viene mal.

    Cerré el libro de un golpe, y lo arrojé tal y como había hecho él antes. Sin darme cuenta, el libro salió despedido justo hacia la cabeza de Steve, pero el muchacho se había agachado justo en ese momento a recoger otro libro que estaba en el suelo, curioso, y había esquivado el golpe sin darse cuenta.

    —Nah, dudo mucho que eso sea así —comenté, encogiéndome de hombros yo también, mirándolo—. Eres demasiado complejo como para perder tu tiempo en simplemente leer. Si inviertes tu tiempo en algo, seguro que es por algo mucho más importante, ¿cierto?

    —Hey, paso mucho tiempo simplemente jugando a mi Game Boy —se justificó él, arrogante—. Tu lógica hace aguas en ese punto, ¿no?

    Fruncí el ceño. Bueno, tal vez… tal vez tuviese razón. A veces solía distraerse, jugando a su Game Boy sin parar, pero, hm… saltaba a la vista que, en esta ocasión, no estaba solamente vagueando.

    —Bueno, viendo el desastre en el que has convertido la biblioteca, salta a la vista que estás buscando algo, ¿no? —le miré con una sonrisa—. Venga, Ian. Dinos qué buscas. Si no lo haces, la mente maestra te sacará ventaja, ¿no crees? Porque si solo tú sabes la verdad y todos desconfiamos de ti, eventualmente puede que no lleguemos a creerte una vez que lo reveles… y eso podría suponer la victoria de la mente maestra, ¿no?

    Ian comenzó a reír.

    —Jamás me derrotarán —susurró, apretando los dientes en gesto confiado—. Haré lo que sea para ganarles, eso lo tengo más que claro. No he llegado hasta aquí para fracasar ahora.

    Asentí.

    —No esperaba menos del Super Estratega.

    —… —Ian me miró con un rostro extraño… no habría sabido decir muy bien qué era lo que su mirada expresaba, pero… cuando suspiró, supe que mi Esperanza había calado en él—. Agh, ahora eres mucho más odiosa que antes, ¿eh? Esos absurdos ojos rosas son peores que un arma letal. Tanta esperanza me da escalofríos, ¿sabes? Yo debería haber sido un Seguidor de la Desesperación, claramente. Me pega más —sonrió de forma ladina.

    —Tú lo que eres es imbécil —susurró Mimi, que recibió en ese mismo instante un ligero codazo de Hubert, indicándole que era mejor no optar por esa vía.

    —.. está bien, está bien. Supogno que puedo deciros algo —dijo, al fin, el Estratega.

    —¡Genial! ¡Gracias! —exclamé, alegre, y no pude evitar abrazarle, rodeando con su cuello con mis brazos.

    Completamente contrariado ante mi gesto, el Estratega no supo cómo reaccionar.

    —¡S-Suéltame! ¡Suéltame, o me parece que vamos a tener un nuevo caso de asesinato! ¡La víctima será Emily Hodges, la Super Hope-Cringe! —riendo ante su comentario, decidí soltarle, y le miré de cerca, entusiasmada y pidiendo con la mirada que contase todo cuanto supiese. Él solo pudo suspirar otra vez—. … definitivamente, prefiero a la versión que se escondía detrás de su novio todo el rato, ¿eh? —terminó por decir, antes de comenzar a ponerse serio.

    >> En realidad, no estoy buscando nada… más bien, estoy tratando de saber qué es lo que no puedo buscar.

    —¿Lo que no puedes buscar? —preguntó Hubert, confuso.

    Pero yo sabía a qué se refería.

    —Los documentos que escondí a petición de Dante, ¿cierto? —susurré.

    Ian asintió.

    —Voy a creerme que es verdad que no te fijaste en qué eran esos documentos, ¿sí? —me dijo, mirándome con algo de recelo—. Si de verdad es así, solo nos queda intentar deducir qué es lo que falta aquí, en esta biblioteca. Por eso ando examinando todos los libros uno a uno. Y he llegado a dos conclusiones: la primera, que esto parece una biblioteca de primaria, los contenidos de los libros son tan básicos que me hacen reír. Y la segunda… que los documentos que faltan no son nada especial, tal y como yo suponía. De hecho, estoy bastante seguro que son meros manuales de ciencias.

    —¿M-Manuales de ciencias? —preguntó Steve—. Pero qué absurdo, ¿por qué querría Dante esconder algo tan tonto como eso?

    Ian se encogió de hombros.

    —Es lo que trato de entender, amigo Suertudo. El Guardián hizo cosas muy raras por aquel entonces, pero, a decir verdad, sospecho que no fue él quien se deshizo definitivamente de los documentos que escondió. Creo que las mentes maestras fueron quienes lo hicieron.

    —¿Huh? —pregunté, confusa—. P-Pero Dante fue el que encontró los libros primero y quiso esconderlos, ¿no? ¿Por qué motivo iba la mente maestra a querer deshacerse de ellos definitivamente?

    —No lo sé —confesó Ian—, pero precisamente por el hecho de que Dante quiso mantener los libros escondidos y no se deshizo de ellos, dudo que quisiese deshacerse en primer lugar. Si los quería mantener escondidos, probablemente era porque quería consultarlos posteriormente… cuando todo el asunto de las cámaras que nuestro querido Ajedrecista montó en esta planta pasase, claro. Pero la mente maestra no le dio tiempo, porque se deshizo de esos documentos.

    —… —al recordar aquello, Hubert debió sentirse afectado, y eso se notó en su cara antes de comenzar a hablar—. Entonces, supongo que tu punto es que Dante vio en aquellos libros algo que no quería que supiésemos, pero deseaba consultarlos… y la mente maestra decidió destruirlos, ¿no?

    —Así es.

    —Pero, ¿no es un poco absurdo? —siguió deduciendo el Ajedrecista—. La mente maestra tendría acceso a todas las plantas desde el primer momento. Si no quería que leyesémos algunos libros, ¿por qué no los quitó, directamente, desde el inicio?

    Ian reflexionó.

    —Aquí es donde empiezan mis especulaciones; no estoy seguro de lo que sigue, pero… llevo tiempo sospechando que las acciones de Dante a partir de cierto punto eran demasiado extrañas. Era como si… supiese, de algún modo, algo más, al margen de todo el asunto de los Gamma, ¿no creéis?

    Ahora que lo decía… podía recordar cómo, poco antes de su muerte, Dante dijo que…


    —Sin embargo, creo que nos ocultas más cosas, ¿no es así? —le preguntó Hubert, acusador

    —…

    —D-Dante —le dije—. Puedes contarnos lo que sea. Podremos asumirlo, ¿vale? Ahora… ahora tenemos que estar juntos, todos.

    —… Mis recuerdos están también borrosos, como los vuestros. Estoy bastante convencido de que la mente maestra nos borró la memoria a todos, incluido a mí, pero… creo que yo soy “especial” por un motivo muy simple… y es que parece ser que solo yo puedo ver algo que vosotros no veis. Que solo yo mantengo el recuerdo y la capacidad de entenderlo.

    —¿De qué… de qué hablas? —preguntó Drake.

    —… no puedo decirlo. No sé qué efecto puede tener en vosotros recordar algo así —susurró Dante, tenso—. Por eso os lo oculto… porque creo que es mejor que sigáis sin recordarlo.

    —Dante, ¿por qué cargas con toda esa responsabilidad tú solo? —preguntó después Steve.

    —… no lo sé. No sé por qué tengo que ser yo el que recuerde. Solo sé una cosa, y es que quiero protegeros. Que debo protegeros. Y por eso, no quiero continuar esta conversación. De modo que, si me disculpáis, quiero estar solo.


    —Dante dijo que podía “ver” algo que nosotros no veíamos, o algo así —recordó Steve—. Y que podía “entenderlo”, pero... pero decía que no podía decírnoslo, por el efecto que pudiese causar en nosotros.

    —Exacto —asintió Ian—. Ese es completamente mi punto. Creo que la mente maestra no contaba con que Dante no solo recordase más de la cuenta, sino que pudiese ver, entender, o lo que sea, algo que el resto no. Probablemente, la mente maestra borró todos esos recuerdos de nosotros, nos hizo algo para que no pudiésemos entender la realidad, ese “algo” que Dante sí entendía, pero… sabemos que Dante es especial, ¿no? Él fue sometido a los experimentos de Abeto, y quizás es por eso que era inmune a las prácticas de la mente maestra.

    —Ya veo —asintió Hubert—. De modo que la mente maestra no se dio cuenta de que Dante sabía más de lo previsto, de que sus artimañas no habían funcionado con él, hasta que no pudo comprobarlo al ver que, de algún modo, él veía en esos libros algo que nosotros no, ¿verdad?

    —Oh —susurré—. De modo que, aunque los libros pareciesen carecer de importancia en absoluto… Dante veía algo en su contenido que el resto no habríamos podido ver. Es decir, que si los demás hubiésemos leído esos documentos, realmente no habríamos descubierto nada especial, ¿no? Era como que, de algún modo, Dante podría entender algo que el resto no entendía.

    Ian asintió.

    —Y tengo una teoría al respecto —alzó un dedo, solo para captar aún más interés. Pero guardó el silencio por un tiempo— … y supongo que debo contarla si no quiero ser brutalmente abrazado otra vez, claro —y suspiró—. Mi teoría es que lo que quiera que Dante podía entender, ver, o lo que sea, tenía relación con la Pérdida.

    —L-La Pérdida, ¿huh? —inquirí. La pérdida se mencionaba en el video de Dante… la gran guerra que se produjo cuando la gente comenzó a caer presa de la desesperación, por culpa del Arma Omega, y comenzó la absurda masacre que provocó un desequilibrio de la naturaleza y la reducción de la humanidad a menos de una décima parte.

    —Exacto. Creo que todos coincidiremos en algo —sentenció el Estratega—, y es que, al recuperar nuestros recuerdos gracias al video de Dante, todo ha cobrado sentido… salvo la Pérdida. La Pérdida es un concepto que no termina de encajar para ninguno de nosotros, como si tuviese algo que no cuadraba del todo, algo que no llegábamos a poder entender.

    —T-Tienes razón —reflexionó Hubert—. Es justo como me sentí cuando vimos el video. Como si algo no encajase.

    —Como si faltase algo… —susurró Steve.

    —… ¿no es demasiado conveniente? —susurró Ian, extendiendo sus manos a ambos lados—. Casualmente, Dante sabía algo que nosotros no, “veía” y “entendía” algo que nosotros no… y precisamente, tenemos ese sentimiento de que falta algo respecto a la Pérdida. Para mí, es demasiado conveniente como para ser coincidencia.

    Agaché la mirada.

    —Y-Ya veo —susurré. ¿Qué quería decir todo aquello…? ¿Qué más nos faltaba por entender sobre todo aquello? ¿Qué verdad impactante y sorprendente nos esperaba? —. Ian… ¿quién es la mente maestra, entonces? ¿Quién o quiénes crees que están detrás de todo esto…? —terminé preguntando, seria, severa.

    Ian solo sonrió.

    —¿Sabes? Estoy 99% seguro de saber quiénes son los culpables, pero… ese uno por ciento me resulta demasiado peligroso; es un margen de error que no puedo tolerar —y se levantó, quedando de pie, apoyado en una de las estanterías—. Por eso voy a desarrollar una estrategia brillante para exponer a las mentes maestras. Aunque, en realidad, esa Estrategia comenzó ya el primer día, pero en fin… ahora será cuando llegue a su máximo esplendor.

    Todos le miramos, atónitos, sin entender nada. Y, entonces, el anuncio de Monokuma y Reversekuma para advertir del tiempo nocturno resonó

    —Se hace tarde —dijo Ian, con una sonrisa pícara—. Esos osos no están muy activos, ¿huh? Deben estar observándonos atentamente…

    Tragué saliva. Esos osos… eran la manifestación de las mentes maestras, después de todo. De manera que quienes estaban detrás de todo eso estaban observándonos desde lejos, ¿no? Analizando nuestros movimientos, uno a uno… sin perder detalle de nuestra conversación.

    —En fin —Ian se encogió de hombros—. Supongo que solo me queda deciros una última cosa, ya que mañana será el gran día. Os daré mi última pista… detrás del espejo.

    —¿Eh? ¿D-Detrás del espejo? —susurré, confusa.

    Ian asintió.

    —Mañana estaré ausente —confesó Ian—, pero vosotros deberíais mirar lo que oculta el gran espejo que cubre toda la pared de la quinta planta, ¿sí? Lo que allí detrás hay… es ciertamente interesante, no me cabe duda.

    —¿Detrás del espejo…? —susurró Mimi.

    Y el Estratega volvió a asentir.

    —Va a ser difícil moverlo —meditó—. Pero tal vez podáis romperlo, y así revelar lo que se esconde tras él, ¿no? Es un espejo muy grueso, de manera que se necesitará una gran potencia para romperlo…

    —… con la ballesta podríamos —reflexionó Hubert.

    —¡Bingo, el Ajedrecista dio con la clave! Eso es —Ian sonreía, mostrando sus dientes en una mueca triunfal—. La ballesta tendrá la suficiente potencia como para romper el espejo de una vez por todas.

    >> Mañana será la hora de la verdad. Será el comienzo del fin, eso seguro. Hoy será mejor que todos descansemos, porque tendremos que estar listos para el gran final… el final apoteósico. En cuanto me ocupe de mis pesquisas personales, me reuniré con vosotros al otro lado del espejo, ¿sí? —Ian se llevó las manos a la nuca, en gesto confiado—. Vamos a acabar de una vez por todas con esas mentes maestras tan ridículas… y está claro que sin mí no podríais ni ataros los cordones de los zapatos, así que será mejor que ayude.

    Ian… sigues haciendo las cosas un poco a tu manera, pero… gracias. Tras decir aquellas palabras, comenzó a marcharse, pero, para mi sorpresa, se detuvo a mitad de camino, y se giró para decirme una última cosa, dubitativo.

    —Emily, dime una cosa… ¿verdad que echaste dos pastillas de… “sacarina” en el café de Dante? ¿Justo dos?

    Aquella pregunta me tomó totalmente por sorpresa. No entendía qué quería decirme con eso Ian. Aquellos recuerdos eran duros… pero podía rememorarlos a la perfección, precisamente por eso, porque sé que eran duros. Esas pastillas, obviamente, no eran de sacarina, sino que eran un veneno, y… estuve tan segura de que Dante murió por eso, por mi culpa. Tan segura y tan cerca de haberlo hecho realmente yo… fue gracias a Drake que no sucedió así.

    —S-Sí, fueron dos pastillas —enarqué una ceja—. ¿Por qué motivo es importante eso?

    —… por nada —sentenció Ian—. En fin, hasta la vista, chicos. Espero que esta estrategia salga bien… es la primera vez que confío en otros para el éxito de mis planes, así que no me decepcionéis.

    Y, con esas palabras… se marchó. Y los demás no tardamos en hacer lo propio, dirigiéndonos a descansar.


    A la mañana siguiente, Hubert, Mimi, Steve y yo tomamos un rápido desayuno, todos especialmente tensos por lo que sabíamos que vendría. Ian estaba maquinando algo, pero no teníamos forma de saber qué, pues, detrás del espejo, se supone que debía esconderse algo, pero, ¿el qué? ¿Qué nos esperaría allí?

    Llenos de curiosidad y de una creciente ansiedad, no dudamos en regresar juntos al almacén de armas. Allí, observamos de cerca el gran espejo. Por algún motivo, tenía la impresión de que… algo era distinto en aquella sala, aunque no supe decir muy bien qué. Probablemente, todo eran meras imaginaciones mías, ¿no? En cualquier caso, golpeamos el cristal, solo para darnos cuenta de que, efectivamente, era demasiado grueso.

    —Definitvamente, vamos a tener que usar la ballesta —susurró Hubert.

    —¿C-Crees que podremos usar esa cosa? —dijo Mimi, tragando saliva.

    Me mordí el pulgar. Tenía una extraña sensación, pero… debíamos hacerlo para descubrir la verdad. Mi esperanza me impulsaba a hacerlo.

    —Si lo hacemos juntos, podremos con ello —dijo Steve, intentando levantar el ánimo, puño apretado.

    De modo que los cuatro nos colocamos tras la ballesta, que, como el día anterior, estaba perfectamente cargada y apuntando con el gran arpón justo hacia el espejo. La ballesta tenía una especie de mecanismo que Steve y Hubert no tardaron en accionar, y pareció desbloquearse una especie de seguro. Agarrando la cuerda que servía para impulsar la munición, traté de tirar junto a Mimi, pero era bastante pesado, inusualmente pesado.

    —¡D-Demonios! —gritó Mimi.

    —Esperad, ayudaremos nosotros —dijo Steve, agarrando de la parte izquierda, mientras Hubert hacía lo propio por la parte derecha.

    Mimi y yo también agarrábamos, y, lentamente, todos tiramos hacia atrás.

    —S-Soltemos todos juntos, ¿vale? —dije, asintiendo. El resto hizo lo propio.

    —Uno… —contó Mimi.

    —… dos… —contó Hubert.

    —… ¡y tres! —terminó Steve.

    Y, al soltar todos aquella ballesta, el gigantesco arpón salió disparado impactando de lleno contra el cristal, que se fragmentó en mil pedazos, resonando el potentísimo estruendo de los fragmentos deshaciéndose y cayendo al suelo por toda la sala.

    Y lo que vimos al otro lado no era más que… una enorme puerta que parecía ser un ascensor. O, más bien, un montacargas, pues era gigantesco.

    —¿O-Otro ascensor? —susurré, mientras todos nos acercábamos a él, curiosos.

    —… está en funcionamiento. Hay alguien que está bajando ahora mismo —observó Hubert cuando intentó manipular los botones del ascensor.

    Pacientemente, tras pulsar el botón para llamarlo, aguardamos la llegada del montacargas. Cuando se abrió, mostró un espacio gigantesco, y, al otro lado, había otra puerta totalmente cerrada, que ponía “salida”. Los cuatro nos montamos dentro, observando el cartel de salida con ojos brillantes. Y el ascensor comenzó a descender.

    —¿Creeis que esto… llevará hasta el exterior? —susurró Mimi, ilusionada.

    Me llevé la mano al mentón.

    —Dudo mucho que sea tan sencillo —susurró Hubert—. Aunque sí que es probable que el plan original de este montacargas fuese llevar al exterior. Al fin y al cabo, es la única manera viable de transportar las armas.

    Asentí. Tenía toda la razón, a decir verdad.

    El ascensor bajaba y bajaba, a un ritmo desesperantemente lento. Pero, al fin, las puertas por las que entramos se abrieron, no así las que venían indicadas con el cartel de salida. Los cuatro estábamos mirando en esa dirección, y Steve solo pudo suspirar resignado.

    —En efecto, no iba a ser tan fácil.

    Nos dimos la vuelta, y vimos un pasillo frente a nosotros, que terminaba en una puerta algo más pequeña, más normal.

    —… tengo un mal presentimiento, por algún motivo v —dije.

    —… ¿tal vez la mente maestra… esté ahí mismo? —Steve tragó saliva.

    —En cualquier caso, ya estamos aquí, de modo que… comprobémoslo.

    El pasillo era largo, y estaba ligeramente inclinado hacia abajo, en pendiente. Pero solo desembocaba en aquella puerta; no había ningún otro lugar al que dirigirse.

    —¿Estáis listos? —susurré, mientras sujetaba el pomo de la puerta. Los demás asintieron.

    De un movimiento, abrí la puerta… solo para encontrar al otro lado una horripilante imagen. Una imagen que ninguno de nosotros, ni por asomo, esperaba encontrar. No así, no entonces, no después de todo lo que habíamos vivido.


    La sangre chorreaba alrededor del cuerpo de Ian, que tenía un arpón clavado en su estómago. Sus ojos estaban cerrados, y su mano, sin vida, portaba su Game Boy con esfuerzo, resbalándose entre los dedos. Estaba allí, sentado y apoyado contra la pared, junto a una mesa de café que había en la sala, que lucía como una pequeña salita.

    Ian… ¿estaba muerto? ¿C-Cómo era eso posible? ¿Por qué… había pasado algo así?


    Estudiantes: 4
    - Emily Hodges – Super Esperanza (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Drake Orestes – Super Policía (MUERTO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (MUERTO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Dante Miles – Super Guardián (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
     
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    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Bueno, recién hoy he logrado recuperar internet en mi casa, y estoy al tanto de que tengo muchas cosas que hacer antes que esto, como actualizar los roles y eso... pero simplemente no puedo dejar de comentar aquí primero.

    Pero es que, por Dios, has hecho un trabajo increíble con estos capitulos. Y con este fic entero, siendo honesta. ¡Es magnífico! No sólo porque es como leer una de las novelas visuales de DR, sino porque has logrado hacer algo muy difícil: lograste crear una historia completamente original, usando elementos de los juegos pasados. Con el agregado de que además tienes como protagonistas a nuestros más queridos personajes: los holders de Pokémon Rol Championship. Se que ya se te ha dicho que esta historia es genial, pero no quería dejar de recordártelo; realmente es increíble el trabajo, la dedicación y el esfuerzo que has puesto en esta hermosa (y trágica) historia, así que sentí que debía reconocertelo y felicitarte por ello primero que nada.

    Ahora sí, de regreso a la historia. Por supuesto, como imagino que a todos, el Capitulo 5 me tomó de sorpresa. No por la muerte de Dante, que era uno de los que sospechaba que no llegaría al final (aunque no por eso fue menos triste leerlo, porque adoro a este niño), sino porque creo que el final fue de lo más inesperado de la historia hasta ahora. Cuando se revela el plot twist de que Emily habría accidentalmente envenenado a Dante, yo creía que ahí terminaba el caso... que sería el final para ella. Y la sorpresa que vino después... no hay palabras para explicarlo. ¡Menudo plot twist te tenías guardado!

    Drake como el culpable fue tan inesperado para mi como lo fue la revelación de que la chcia de ojos rosados era Emily, quizás hasta más. De verdad creí que sería el protagonista hasta el final... creo que la parte donde cambia de narración, pasando a ser Emily la protagonista, ha estado muy bien narrado. Otra cosa que me ha gustado mucho es que vi que lanzaste ambos capitulos del juicio juntos; creo que eso tiene un mejor efecto aún en el lector que dejarlo a mitad de camino, en el suspenso, aunque puede que eso sólo sea opinión mía (?)

    La ejecución de Drake fue brutal, pero honestamente me ha gustado; estuvo bien descripta, en mi opinión. Ahora, el misterioso capitulo 6... algunas revelaciones me las veía venir (vamos, ¿de verdad alguien creía que los Gamma no serían los buenos? Sabía que ellos no destruyeron el mundo <3) pero la historia de Emily y Dante, así como el talento oculto de éste último, realmente no me lo esperaba. Súper Guardián... coincido con juanjo en que el talento le pega bastante a Dante, honestamente. Por otro lado, ¡la muerte de Ian sí que no me la esperaba! Pensé que a esta altura sería un sobreviviente, porque vamos... no me esperaba otro asesinato en este capitulo, realmente me tomó por sorpresa. Aunque cuando dijo 99% seguro pero no reveló quien era... al igual que pasó con Effy cuando dijo lo de los traidores, enseguida pensé que no sobreviviría, y lamentablemente parece que no me equivoqué...

    Así que, en conclusión, Emily es Ultimate Hope... ahora la pregunta es, ¿quién es Ultimate Despair? La mente maestra detrás de todo... mi teoría principal sigue siendo que Steve es la mente maestra, sorry not sorry (?) Pero se supone que son dos, ¿no? Quizás... sigo creyendo que Steve es la mente maestra, pero si se supone que deben ser dos, ¿quizás alguien fingió su muerte, como hizo Junko? En ese caso, mi sospechosa principal sería Talía... si mal no recuerdo, Ukita no estaba presente cuando ella murió, ¿verdad? Ella fue asesinada por el mecanismo que él había dejado preparado... ¿quizás así pudo fingir su muerte? Idk idk, pero por ahora esas son mis teorías, Steve y Talía son mis sospechosos...

    ¡No puedo esperar para el emocionante final de esta historia! De verdad me has atrapado, hombre... ¡saludos!
    Nami.
     
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    Capítulo 6: El Comienzo del Fin

    Vida Mortal, Investigación, parte 3


    —E-Esto… esto no está pasando —susurró Mimi, mirando el cuerpo inerte de Ian.

    Todos quedamos totalmente impactados al ver aquella escena. Con cautela y cierto recelo, Hubert se acercó al cuerpo y colocó una mano delicadamente sobre su cuello. A los pocos segundos, asintió.

    —… en efecto, está muerto —confirmó el ajedrecista, que quedó por unos instantes agachado junto al cuerpo, con miraa furiosa—. Ian… ¿¡cuál es el significado de esto!?

    —¿N-No creeréis que uno de nosotros le ha…? —susurró Steve, aterrado ante la idea de que una nueva clase de juicio se volviese a repetir.

    Yo… no sabía qué decir. No había podido ser como las otras veces, era imposible… era imposible que alguno de nosotros le hubiese matado, cometiendo un crimen por su cuenta, porque los cuatro habíamos estado juntos todo el tiempo, pero… la aparente verdad saltaba a la vista solo mirando la escena. Lo que no terminaba de entender era por qué. Por qué había pasado aquello.

    Con energía, tomé aire, y di un paso al frente.


    —… vamos, chicos. Investiguemos —dije, seria, decidida—. No estoy segura de qué ha sucedido con Ian, ni por qué volvemos a tener que enfrentarnos a esta situación, pero… de lo que sí que estoy segura es que su muerte tampoco será en vano —me giré para mirarles—. ¡Aprovecharemos esta clase de juicio para desenmascarar de una vez por todas a las mentes maestras!

    Tras agachar la cabeza, Hubert asintió, severo.

    —Exacto —dijo, decidido—. En la clase de juicio, podremos enfrentar directamente a Monokuma y a Reversekuma. Si aprovechamos la muerte de Ian… ¡puede que el Estratega nos dé la última oportunidad con su muerte para desvelar la verdad detrás de todo este juego de asesinato mutuo!

    Apreté los puños con fuerza.

    —Sí… sí, definitivamente, lo haremos —susurré.

    Mimi y Steve, que seguían algo afectados, se miraron entre sí. Con lentitud, ambos asintieron. Había que hacerlo. ¡No podíamos perder la esperanza!

    Saqué entonces mi iKuma, y me sorprendí al notar algo.

    —¡V-Vaya! No hay… no hay informe de Monokuma.

    Hubert enarcó una ceja, y verificó su iKuma también él. Pronto hicieron lo propio Steve y Mimi. Todos confirmaron lo evidente: el informe no existía.

    —… es curioso. Había algo que ya me había llamado la atención desde antes —susurró Hubert—. Tampoco ha habido anuncio de descubrimiento del cadáver. Y somos cuatro personas, debería haber sucedido.

    Quedé reflexionando por un momento. Ian estaba indudablemente muerto, de modo que… ¿por qué no había habido aviso ni informe? Mi cabeza, casi por un instinto, se dirigió hacia el techo, y revisé sus esquinas con detenimiento. Entonces lo entendí.

    —Chicos… aquí no hay cámaras —afirmé, con el ceño fruncido—. Esta debe ser la sala de estar de las mentes maestras, de modo que… es comprensible que aquí no haya vigilancia.

    —Y eso quiere decir que… —meditaba Steve.

    —¿Q-Que las mentes maestras no saben que Ian ha muerto?

    Medité las palabras de Mimi con preocupación.

    —Ese parece ser el caso —sentencié, mirando a mi alrededor. Había tres puertas en aquella salita, además de la de entrada… dos de ellas, que estaban abiertas, parecían ser un baño y un dormitorio con dos camas. La otra estaba cerrada. Además, en la salita no solo había sofá, mesa y demás comodidades de salón, sino también una pequeña nevera y un hornillo—. Este sitio está totalmente equipado para vivir. Es bastante plausible pensar que las mentes maestras se hayan estado refugiando aquí.

    —¿Y d-dónde están ahora, entonces? —susurró Steve, asustado.

    —… desde luego, no cerca —sentenció Hubert—. Asumo que han debido de marcharse tan pronto como nos han visto aproximarnos aquí.

    —¿Quiere decir eso que tienen alguna vía de escape? —reflexioné.

    El Ajedrecista asintió.

    —Es una posibilidad —atajó Hubert—. En todo caso, es cuestión de tiempo que las mentes maestras descubran la muerte de Ian y quieran iniciar la clase de juicio.

    —… pero, si no han podido ver cómo ha muerto —meditaba Steve—, ¿cómo van a evaluar quién ha sido el culpable y quién no? —el Suertudo parecía tremendamente preocupado por esa idea.

    Y, a decir verdad, tenía razón. ¿C-cómo se suponía que íbamos a llevar a cabo una clase de juicio así? ¿Se atrevería la mente maestra, o las mentes maestras, a intentarlo, siquiera? Sin duda, aquel caso… no parecía que fuese un caso muy común.

    En cualquier caso, caminé hasta Ian y… no pude evitar quedar afectada por la imagen de su cuerpo inerte. Aquel enorme arpón le atravesaba el estómago… y era un arpón tremendamente grande, tanto que la herida punzante abarcaba toda la superficie de su barriga, saliendo el arpón por la espalda. La sangre, obviamente, era abundante; aquella herida era reciente.

    —Ese arpón… —susurró Mimi, acercándose al cadáver, junto a mí—. Es el mismo, ¿verdad? —su voz lucía preocupada.

    —S-Sí, creo que sí. ¿Qué otra cosa podría ser?

    Aquel era… el arpón que nosotros mismos habíamos disparado con la ballesta para romper el cristal del almacén. De hecho, dicho arpón no estaba en la escena… ¿quiere eso decir que, de alguna forma, Ian recibió el golpe y acabó aquí? Pero, ¿cómo?

    —E-Entonces… eso quiere decir que… —Mimi agachaba la cabeza.

    —No saquemos conclusiones precipitadas —susurró Hubert, que andaba cerca, examinando algo que parecía ser un carrito de ropa sucia volcado , lleno de múltiples sábanas, que había cerca del cuerpo—. Aún tenemos que examinar muchas cosas.

    Asentí. Y mi mirada no pudo evitar quedar fija en la mano de Ian. Portaba su Game Boy… con curiosidad, la recogí, solo para ver que estaba apagada, pero con un juego insertado. El único que había tenido en todo el tiempo de estancia en la Academia, claro. Estuve a punto de presionar el botón de “on”… pero Hubert llamó mi atención en ese momento, y terminé guardando el objeto en mis bolsillos.

    —¡M-Mirad! Esto está lleno de sangre…

    En efecto, Hubert había extraído la ropa de aquel carrito, que era en su mayoría sábanas blancas… y estaban completamente encharcadas en sangre.

    —Ese carrito es de la lavandería, ¿no? —medité, observando la sangre con algo de desagrado—. ¿Qué hace aquí?

    —… además, estas sábanas son sábanas limpias —observó Hubert, tocando las sábanas con cuidado, sin rozar la sangre húmeda—. Más allá de la sangre, claro. Es como si se hubiesen metido aquí sábanas a conciencia, por algún motivo.

    Huh. Aquello empezaba a tomar una forma muy extraña… y no estaba segura de si eso me gustaba. Pronto, mi mirada se cruzó con Steve, que parecía inspeccionar algo en una pequeña cajonera que había en la sala.

    —¿Has encontrado algo, Steve? —le dije, colocándome junto a él.

    —… solo esto —afirmó él, mostrando una fotografía.

    Rápidamente, tomé la foto entre mis manos. Mostraba a una familia de cuatro miembros, feliz y sonriente… todos menos uno de los miembros.

    —S-Son Abeto y sus hijos —susurré, pudiendo reconocer el rostro del profesor con facilidad.

    Abeto se encontraba, con su bata de laboratorio, en el centro de la imagen, colocando cada mano en el hombro de cada una de sus hijas, que estaban a ambos lados de él. El cabello rosado de Tau y el rojizo de Sylvia, quien llevaba el nombre de “Iota” en el equipo… eran inconfundibles. En aquella foto, todos lucían mucho más jóvenes: de hecho, Tau, que era la mayor, no tendría más de doce o trece años.

    Sin embargo, había alguien más en la fotografía, el único con expresión amarga, algo apartado en una esquina, de cabello oscuro y mirada perdida. Era un niño de unos tres años, bastante más pequeño que los demás. Cuando le miré, incapaz de reconocerle, comencé a recordar algo.

    —E-Es cierto —susurré—. Abeto tenía también un hijo.

    —¿Eh? ¿Un hijo…? —preguntó, curioso, Hubert, que se acercó tan pronto como dije aquello para observar la foto él mismo.

    Asentí.

    —Nunca lo conocí personalmente, porque desapareció algunos años antes de que Abeto me acogiese como una hija más… Abeto no solía hablar de él; si me enteré de su existencia, fue por Tau; el profesor no parecía querer hablar de él. Ni siquiera conservaba fotos o recuerdos, así que… ¿por qué está aquí esta foto de familia? No puede ser de Abeto o sus hijas, ¿verdad que no?

    —… no hay duda de que esta sala fue creada como la zona de control de la Academia —observó Hubert, con una mano en el mentón—. Posiblemente estuviese pensado para funcionar como el lugar donde Abeto residiría, supervisando todo en calidad de jefe. No sería de extrañar que esa foto fuese suya…

    —No, no lo es —sentencié—. Abeto no guardaría esta foto, repito —afirmé rotundamente, frunciendo el ceño.

    ¿Qué significaba todo esto…?

    —Tengo algo —hizo notar, de pronto, Mimi, mostrando una cámara de video en sus manos, similar a aquellas que usó Hubert durante el caso de Lucas—. He encontrado esta cámara, estaba escondida en una esquina —preocupada, Mimiko nos miró.

    —Parece una de esas cámaras que hay en el almacén de la planta baja —susurró Hubert—. Me pregunto si habrá grabado algo… si es como las que yo usé para vigilar la segunda planta, deben de reaccionar con el movimiento… p-puede que hayan grabado a las mentes maestras, ¿no?

    Fruncí el ceño. Si esa cámara había grabado a las mentes maestras… entonces, ¿quién la había colocado allí? ¿Realmente habrían grabado a las mentes maestras, en todo caso? ¿Sería tan simple como eso?

    —¿Podríamos ver lo que se ha grabado? —inquirió la Millonaria.

    Hubert meditó en silencio.

    —Aquí no —contestó—, pero si fuésemos al cibercafé, o usásemos los ordenadores de la sala de música, podríamos verlos.

    —… bueno, eso podrá esperar, entonces —susurré, mientras me dirigía a la mesita de café junto la que estaba el cuerpo de Ian. Me fijé en que había un par de tazas de té vacías, y las hice girar sobre sí mismas, distraída. Estaba intentando meditar sobre todo aquello, porque había algo que me sonaba demasiado… extraño. Y luego, mis ojos se centraron en la puerta cerrada—. Hey, ¿qué hay allí?

    Steve se llevó las manos al mentón.

    —Buena pregunta. ¿C-Crees que las mentes maestras… estarán ahí dentro, escondidas?

    Tragué saliva. ¿Sería… sería así? ¿Estarían ahí escondidos, quienesquiera que fuesen? Con tensión, me acerqué a la puerta, y sujeté el pomo. Lentamente, me dispuse a abrirla, preparada para lo que fuese que hubiese tras ella. Hubert, Steve y Mimi me seguían de cerca, también con cuidado.

    Pero no había nadie al otro lado. Lo que sí que había… era una enorme pared llena de pantallas por todas partes, un enorme monitor de ordenador y algunas sillas. Y, en cada una de las pantallas… podía verse la Academia. Aquella parecía la sala de control. El centro de operaciones de las mentes maestras…

    —E-Esto es… el lugar desde el que nos vigilan… —susurró Mimi, mirando todo con atención.

    Mientras entrábamos dentro, no pude evitar reparar en la presencia de una especie de planos de construcción de lo que parecía ser un... ¿robot? Había dibujados brazos y piernas robóticos, como si alguien hubiese estado planeando construir algo similar a un robot... no obstante, allí no había rastro de nada similar, desde luego.

    No obstante, Steve me sacó de mis cavilaciones.

    —Sí, pero aquí no hay nad… —fue a decir el Suertudo, pero, de pronto, calló, casi tropezando con algo—. ¡E-Eeeek! ¡¡U-Un Monokuma!!

    Efectivamente, había un Monokuma tirado en el suelo, aparentemente inactivo, en mitad de la sala. Con curiosidad, Hubert se acercó a él, y lo tomó entre sus manos.

    —Parece completamente inactivo. Este Monokuma debe ser un robot, como los demás —le dio la vuelta y comenzó a intentar trastear con su cuerpo, como buscando algo. Pronto logró encontrar una suerte de botón secreto en su espalda y, al pulsarlo, la misma se abrió, mostrando múltiples circuitos y botones rodeados de algodón—. V-Vaya, es una especie de fusión entre un peluche y un robot.

    —Un peluche móvil, entonces —Mimi se encogió de hombros—. He tenido centenares de juguetes así. Los más simples se mueven solos y realizan un par de acciones delimitadas, y hay otros que son teledirigidos.

    Al escuchar esa palabra, Hubert frunció el ceño.

    —… teledirigidos, ¿eh? Ya veo —miró de cerca al oso de peluche, solo para luego mirarnos a nosotros y decir—. Es probable que este Monokuma funcione así. Que Monokuma y Reversekuma sean teledirigidos.

    —¿C-Cómo lo sabes? —preguntó Steve.

    —Bueno, es una presunción lógica que estoy haciendo, en realidad —comentó Hubert—. No entiendo demasiado de estos aparatos, pero si los Monokuma y Reversekuma con los que hemos interactuado hasta ahora eran como este, caben dos posibilidades, ¿no? O bien las mentes maestras los programaban para actuar por su cuenta, o bien los dirigían en todo momento, decidiendo qué decían y cómo se movían, y hablando por ellos. Ahora, pensad en nuestras interacciones con Monokuma y su hermano: los osos respondían siguiendo la conversación, interactuando conforme sucedían los eventos, no de una forma estática y programada. Por ello, es bastante probable que las mentes maestras los estuviesen manipulando a distancia.

    … con que los osos son teledirigidos, ¿eh? Curioso.

    —Bueno, pero… ¿dónde están las mentes maestras entonces? —preguntó de pronto Steve—. Aquí tampoco están…

    —… insisto en que debería haber una salida de emergencia en alguna parte —susurró Hubert—. Probablemente exista alguna sala oculta por aquí, una trampilla o algo. Pero no hay duda de que han estado aquí hace poco —dijo, severo, mirando al ordenador gigante—, y la prueba es esto.

    Señaló entonces a aquel monitor… y, al alzar mi cabeza, pude verlo yo también. En el mismo, había una enorme ventana abierta, donde aparecía un mensaje: “El Gran Cerebro ha sido bloqueado. Introduzca contraseña para desbloquear”. Chasqueé la lengua, molesta. Eran listos, desde luego, fuesen quienes fuesen.

    —El Gran Cerebro, ¿eh? —medité en voz alta.

    —Si mis recuerdos no andan mal —decía Steve, con el dedo índice sobre la comisura de sus labios—, ese era el ordenador de esta Academia, ¿no? El que controla todo…

    —No exactamente así —dijo Hubert—. No es “el que controla la Academia”. Es la Academia.

    E-Era cierto. Al oír las palabras “Gran Cerebro”, los recuerdos que había recobrado comenzaron a agruparse poco a poco. Tal y como decía el Ajedrecista, aquel ordenador era el corazón de la Academia. En él se gestionaban las reglas, los sistemas de seguridad, y el mecanismo de defensa en general del refugio. No era un ordenador… era la manifestación de la Inteligencia Artificial de la Academia. Porque… ¡toda la Academia era, en sí, una gigantesca máquina capaz con capacidad para actuar por su cuenta!

    —… si no recuerdo mal, el Gran Cerebro controla todo aquello de lo que tenga imágenes, ¿cierto? Las reglas se incoporan desde este ordenador, y así, la Academia en sí vigila su cumplimiento… pero, si no existe visión de una zona en concreto, el Gran Cerebro no puede actuar, porque desconoce qué ha sucedido.

    —Igual que la mente maestra, ¿no? —susurró Steve.

    Asentí.

    —Entonces, tal vez la mente maestra no necesite ver por sí misma las muertes, ¿no? —meditaba Mimi—. Basta con que el Gran Cerebro las viese.

    —… es bastante probable que el propio Gran Cerebro analice las causas de la muerte y elabore los informes, incluso que dé información detallada a través de este ordenador sobre el culpable y las circunstancias de la muerte —susurró Hubert—. Pensad en el caso de Dante: si su plan hubiese salido bien, habría sido casi imposible determinar solo viendo la escena si murió por el veneno o si seguía vivo cuando cayó a la trituradora, ¿no? Las mentes maestras tenían que tener, de algún modo, la capacidad de determinar quién es el culpable sin margen de duda. Y el Gran Cerebro tiene la capacidad de hacer eso.

    Asentí nuevamente. Hubert tenía razón. Pero entonces… entonces el crimen de Ian no tendría solución segura. Si ni las mentes maestras ni el Gran Cerebro habían podido verlo, no se podría determinar con seguridad el culpable… y, por tanto, no se podría castigar a nadie por su muerte, porque el Gran Cerebro no lo consideraría como tal al desconocer el crimen, y entonces, una ejecución sería considerada como daño injustificado por parte de la mente maestra a los alumnos… y eso sería incumplir una regla. Entonces, ¿qué sentido tendría esta clase de juicio? ¿Podría siquiera celebrarse un juicio así, uno que no puede llegar a resolverse con certeza?

    —¡Oye, vosotros! —se oyó de pronto una voz estridente, y, escandalizados, nos dimos la vuelta, solo para observar cómo el Monokuma con el que Hubert había estado cacharreando instantes atrás estaba ahora en pie, activo y moviéndose.

    Como si fuese un rayo, el oso dio un salto en el aire, giró durante el mismo con impresionante agilidad y tomó la cámara de manos de Mimi, que no pudo casi ni reaccionar.


    —Upupupu. ¡¿Creíais que podríais ocultarme una muerte así?! ¡Hmpf!

    —M-Monokuma… —Mimi se mordía el labio, furiosa.

    —… ¿cómo demonios te están controlando? —gruñó Hubert, señalándolo con un dedo—. ¡Todos los controles manuales deberían estar en esta sala! ¿Tienen las mentes maestras algún tipo de dispositivo portátil para controlarte…?

    —¡Upupupupu! —mientras el oso se reía, comenzó a saltar sobre el gigantesco teclado del Gran Cerebro, pulsando teclas en un orden determinado. Finalmente, al presionar “Enter”, el ordenador se desbloqueó. De otro salto, Monokuma quedó junto a la torre de control—. ¿Controlarme a mí? Yo soy Monokuma, ¡el gran Monokuma! A mí no me controla nadie, ¡yo decido lo que hago! —lanzó de pronto la cámara al suelo con fuerza, rompiéndola en el proceso, ante nuestra mirada atónita.

    —¡N-No! ¡Ahí podía estar la prueba que necesitábamos…! —Mimiko parecía completamente impotente, pero, al mismo tiempo, furiosa—. ¡Maldito oso de felpa!

    Pero Monokuma, ajeno a sus palabras, se agachó y tomó lo que parecía ser la tarjeta de memoria de los restos de la cámara. Pronto la introdujo dentro del gran cerebro, y una barra de carga apareció en pantalla, llegando rápidamente al 100%. Pero, tan pronto como eso sucedió, de un nuevo salto, Monokuma pulsó otra tecla y volvió a bloquearlo.

    —¡Upupupupu! Con esto… ¡podremos saber quién ha sido el culpable y tener una clase de juicio justa! Porque sí, señoras y señores… ejem, ejem…

    Su ojo rojizo brilló con malicia antes de hablar.

    —¡Pim, pom, pam, pom! ¡Se ha descubierto un cadáver! Y como ya habéis tenido suficiente tiempo de investigación, ¡largo de aquí! Quiero que vayáis al ascensor en cinco minutos, ¡es una orden!

    La palabra “orden”… tenía una fuerza extraordinariamente eficaz, a decir verdad. Y todo por culpa del Gran Cerebro y sus ametralladoras. No obedecer a Monokuma implicaría incumplir las reglas… implicaría fracasar.

    —… no tenemos más remedio que obedecer —asentí, resignada—. Vayamos, chicos.

    Pero Hubert, molesto, miraba en todas direcciones.

    —… ¿dónde os escondéis? ¿Cómo habéis logrado saberlo sin cámaras? ¿Es que estáis… cerca? ¿Habéis escuchado nuestras conversaciones?

    Y Monokuma solo rio, obviamente sin intención alguna de responder a sus preguntas.

    —V-Vamos, Hubert —dijo Steve, cabeza gacha—. Tenemos que movernos.

    —… sí. Andando. Es hora del encuentro final.

    Asentí. Era la hora… la hora de dirigirnos al ascensor que nos llevaría hasta la que sería, como que me llamo Emily Hodges, la última de las clases de juicio.

    Mientras el ascensor bajaba, con los cuatro supervivientes dentro, no pude evitar comprobar la Game Boy de Ian, con curiosidad. Al fin pude encenderla, y comprobé un curioso detalle: su juego era un rpg, uno donde podías elegir el nombre de los personajes principales, desarrollarlos como gustes y pelear en batallas de sistemas por turnos. Lo curioso era que tenía diferentes partidas guardadas, cada una con un título distinto: “Caso Ukita”, “Caso Lucas”, “Caso Elisa”, “Caso Brendan”, “Caso Drake”… eran cinco partidas, ¿cada una con el nombre de uno de los casos? Impactada, inicié la partida del “Caso Drake”, y descubrí que tenía el control de los personajes principales. Decidí abrir el menú, solo para encontrarme con los datos principales de cada uno de los protagonistas. Sus nombres, curiosamente, eran llamativos, todos ellos puestos por Ian: Drake, Emily, Ian y Dante. Solo cuatro personajes…

    Pronto, curioseando un poco con la jugabilidad, descubrí que el protagonista, que era Ian, podía interactuar con sus compañeros de equipo, desplegándose diálogos predeterminados que eran también editables por el jugador. Al hablar con Drake, surgió de él un globo de texto:

    Maté por proteger a Emily. Recordé todo con el video. Yo voté por mí mismo”.

    ¿Q-Qué dem…? ¿Acaso Ian estaba… manteniendo constantemente un registro de todo cuanto sucedía dentro de su Game Boy? Q-Qué rebuscado… qué brillantemente rebuscado. Típico del Estratega.

    Curiosa, reinicié el juego, y abrí la partida de nombre “Caso Ukita”. Los personajes allí eran Ian, Ukita, Steve y Talía. Al hablar con Ukita, curiosa, descubrí su interacción programada:

    Maté por miedo a la suerte de Steve. ¿A quién voté? Seguramente a mí mismo. ¿Hay dos mentes maestras?”

    ¿H-Huh? Q-Qué… raro… aún recordaba el asunto de los votos, la teoría que Ian y Drake compartían: que, para no correr el riesgo de que su voto fuese decisivo y, con ello, incumpliesen la regla que les obligaba a no interferir en las actividades de los alumnos, el Director y los profesores no tenían más remedio que votar a alguien que, con total seguridad, no era el culpable. Por eso, la presencia de dos votos podía ser indicativa de dos mentes maestras. Ahora, las dos camas, las dos tazas de té… todo apuntaba a ello, a decir verdad. Su teoría se confirmaba.

    Sin embargo, y pese a que en aquel entonces las emociones del momento me impidieron fijarme, recordé de pronto los votos hacia Drake en el último caso, y… todos habían votado a Drake, había habido unanimidad. Hasta entonces, siempre habían existido dos votos en discordancia con el resto. ¿Suponía eso que la teoría de Drake e Ian era errónea… o querría decir que la mente maestra era…?

    No, no tenía sentido. Para empezar, la mente maestra no podía ser uno de nosotros. Era simplemente absurdo, ¿no? Todos… todos estaban muertos… y nosotros cuatro no…

    En un último amago de curiosidad, inicié la partida de “caso Brendan”. Los protagonistas aquí eran Ian, Brendan, Effy y Hubert. Deduje entonces que, probablemente, Ian anotaba a los cuatro más relevantes en cada caso, incluyendo víctima y asesino. Al hablar con el personaje de Brendan, lo que leí me impactó muchísimo:

    “Soy el traidor, por eso tuve que matar. La mente maestra me obligaba a votar distinto a partir de cierto punto. Dato interesante”.

    B-Brendan era… obligado a votar de forma diferente al resto a partir de determinado momento. ¿Qué momento? ¿Y-Y p-por qué? El corazón me latía con fuerza. Ian, de algún modo, posiblemente por su chantaje sobre Brendan, sabía que los votos comenzaron a ser emitidos por este a partir de cierto punto. ¿Significaría eso que la mente maestra necesitaba mantener la apariencia de que estaba entre nosotr…? N-No, ¡pero qué locuras estoy pensando! Eso no tenía sentido. Además, ¿de quién sería el segundo voto, entonces, cuando Brendan votaba? ¿Acaso la otra mente maestra…?

    Agh, todo era demasiado complicado. Y, entonces, sin querer, pulsé algún botón, desconozco cual, y fue el propio Ian el que habló dentro del juego, dentro de la partida del Caso Brendan.

    “Debo verificar mis sospechas. En el quinto caso, dejaré de votar diferente también yo. Si hay unanimidad, quedará casi confirmado”.

    Y, tan pronto como sucedió aquello, la poca batería de la consola motivó que quedase finalmente apagada, impidéndome seguir leyendo más.

    ¿Ian también… votaba distinto? ¿Lo hacía para que el resto siguiésemos pensando que las mentes maestras…? D-Dios. Todo era demasiado… confuso. Aunque, a decir verdad, era propio de Ian.


    El super Estratega siempre iba un paso por delante a todos. Tenía un completo control de lo que sucedía en la Academia, y se daba cuenta de cualquier mínimo detalle. Pero siempre trataba de solventarlo todo solo, incluso engañando a los demás para mantener sus investigaciones y estrategias al margen de las intervenciones externas.

    Pero ahora… ahora estaba muerto. No obstante, aprovecharíamos esa muerte. No dejaríamos que fuese en vano.

    En esta clase de juicio no solo íbamos a descubrir la verdad detrás de la muerte de Ian. ¡Íbamos a revelar a la mente maestra, juntos! Las muertes de quienes habían estado con nosotros… nos darían fuerzas. ¡Usaríamos la última estrategia de Ian para acabar con todo!


    Estudiantes: 4
    - Emily Hodges – Super Esperanza (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Drake Orestes – Super Policía (MUERTO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (MUERTO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Dante Miles – Super Guardián (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
    - Caso de Ukita: el caso de Ukita fue el primero de la Academia, con Talía Wells como víctima. La chica murió por un golpe en la cabeza con su oso de peluche, que tenía un ladrillo dentro del mismo. Fue la propia Talía la que metió el ladrillo allí, planeando matar a alguien, pero terminó siendo usado en su contra. Ukita mató a Talía por error, cuando pretendía asesinar a Steve, asustado por el motivo de Monokuma: la ruleta. No obstante, Ian manipuló estos eventos para utilizar a su favor la suerte de Steve, provocando así los eventos tal y como sucedieron. Para el crimen, Ukita e Ian se hicieron valer del sistema de riego y del crecimiento automático de las lianas del jardín interior, que fue la escena del crimen.

    - Caso de Lucas: Lucas Diamond mató a Liza White mediante estrangulación, a consecuencia de la paranoia provocada por sus acciones prohibidas. El crimen sucedió en la biblioteca, habiendo aprovechado Lucas la inocencia y confianza de Liza para atraerla allí. Hubert había instalado cámaras con la ayuda de otros alumnos, pero Dante y Emily terminaron provocando que existiese una vía de salida de la biblioteca a través de la sala de música, la cual fue usada por Lucas para huir sin ser visto. Sin embargo, la nutria de Liza atacó a Lucas durante el crimen, que tuvo que inyectarle un veneno para librarse de ella. Fue Dante el que, después, se deshizo del cuerpo del animal en el incinerador.

    - Caso de Elisa: Elisa Daroch mató a Alpha Xenodis y a Chad Redflame, en ese orden, en las dos salas de la torre de vigilancia, por puñaladas en el pecho. Aprovechó la información que le dio Alpha sobre los mecanismos de dicha sala para crear la ilusión de que un cadáver desaparecía, provocando un apagón para manipular los mecanismos en plena investigación y alternar entre las dos salas. Elisa mató a Chad desde la sala de arriba, lanzando un cuadro para empujarle desde lo alto. El motivo de este crimen fueron los videos de los alumnos, ya que, gracias a su video, Elisa estaba convencida de que podría revivir a todos si lograba salir de la Academia.

    - Caso de Brendan: Brendan Ruby mató a Effy Joy con una puñalada en el pecho, quien era Gamma, en un acto de sacrificio por su parte para evitar el motivo de Reversekuma, que era un límite temporal para que el traidor provocase un asesinato. Brendan tenía tres personalidades muy peligrosas, y temía que fuesen despertadas por la mente maestra, de modo que Effy se ofreció como víctima para impedir que eso sucediese. No obstante, Ian manipuló la escena del crimen para que pareciese provocado por tres personas diferentes, utilizando un efecto polea para elevar el cuerpo de Effy hasta el techo.

    - Caso de Drake: Drake Orestes mató a Dante Miles de un tiro en la cabeza, todo surgiendo del video que Dante recibió de forma repentina en su iKuma, revelando la verdad detrás de su talento, el de Super Guardián. Dante había planeado provocar que Emily se convirtiese en la culpable de su asesinato, provocando que le envenenase sin saberlo a través del café, y luego arrojándose a sí mismo a la trituradora. No obstante, Drake descubrió el plan de Dante a tiempo, y, en aras de evitar que Emily pudiese ser ejecutada por matar a su novio, le disparó en la cabeza en mitad del trayecto a la trituradora.

    - Video de la verdad: el video de Dante revela que el chico era el Super Guardián, y tenía la única misión de, con unas habilidades potenciadas gracias a experimentos del profesor Abeto, de proteger a Emily, quien era la Super Esperanza. También se revela la verdad sobre la desesperación, identificándola como una suerte de virus, y sobre los Gamma, quienes eran los salvadores y no los causantes de la destrucción del mundo. Además, se habla de la Pérdida como una guerra que desequilibró la naturaleza en sí y redujo la población humana drásticamente.

    - Limpieza de las escenas: las mentes maestras siempre limpian las escenas de los crímenes a una increíble velocidad, sin dejar ni rastro de las pruebas y de los cuerpos.

    - Medicinas de Mimi: Mimiko Honda sufre de esquizofrenia. Necesita de una medicación que el profesor Abeto y los Gamma dejaron en el laboratorio, pero, al inicio de la vida mortal de los estudiantes, ella disponía de dichas medicinas en su dormitorio. Quien las hubiese dejado allí, sabía de su enfermedad.

    - Sistema de electricidad reparado: el sistema eléctrico que Dante rompió había sido reparado de forma algo apresurada. Dicho sistema era el que permitía manipular la trituradora.

    - Diez videos: la cámara de la trituradora había registrado diez videos, de los cuales solo eran visibles el de Dante y el original, donde morían Tau y los demás dirigentes. Después del de Dante, surgió un video nuevo.

    - Espejo: en la sala de armas había un gigantesco espejo que ocupaba toda la pared. Al ser disparado con la ballesta, quedó reducido a trozos.

    - Ballesta: entre todas las armas del almacén de las mismas, había una enorme ballesta cargada con un arpón y apuntando directamente hacia el espejo. Dicha ballesta requería de varias personas para poder ser manipulada correctamente.

    - Ausencia de piezas: en una de las torretas de asalto faltan piezas metálicas que alguien ha extraído por algún motivo.

    - Manuales de Ciencias: al parecer, los documentos que Dante ocultó eran meros manuales de ciencias. Sin embargo, la teoría de Ian era que la mente maestra se deshizo de ellos. Pero, ¿por qué eran tan importantes estos documentos?

    - Acciones de Dante: Dante siempre se había comportado de forma extraña: ocultó los documentos, llevó la nutria de Liza al incinerador, decía saber más que los demás sobre ciertas cosas, parecía "entender" y "ver" algo que los demás no podían...

    - La Pérdida: la Pérdida fue un evento mencionado en el video de Dante, una Guerra provocada por la Desesperación que destrozó el equilibrio natural. Por algún motivo, todos los alumnos parecen ser incapaces de recordar bien los detalles sobre este evento, pese a haber recobrado la memoria casi por completo.

    - Ausencia de cámaras: en las dependencias secretas no había ningún tipo de cámaras oficiales.

    - Arpón: el arma del crimen fue un arpón, incrustado en el cuerpo de Ian, atravesando todo su estómago.

    - Carrito de ropa: un carrito móvil lleno de sábanas blancas limpias estaba en las dependencias secretas, cerca del cuerpo de Ian. Las sábanas estaban manchadas de sangre.

    - Foto de familia: en las dependencias secretas había una foto de familia que mostraba a Abeto, Tau, Iota y el tercer hijo desaparecido del profesor. Emily afirma que Abeto y sus hijas nunca conservarían tal foto.

    - Cámara: una cámara portátil estaba colocada justo en la escena del crimen. Fue destrozada por Monokuma, que instaló su tarjeta de memoria en el Gran Cerebro.

    - Tazas de té vacías: en la escena del crimen había dos tazas de té totalmente vacías sobre una mesita.

    - Monokuma: Monokuma y posiblemente también Reversekuma no son más que peluches móviles manipulados por control remoto. Al parecer, son manipulables no solo desde la sala de control, sino a través de algún aparato capaz de manipularle a distancia.

    - Planos de construcción: en la sala de control había una suerte de planos de construcción hechos a mano. Al parecer, iban a construir algo parecido a un robot, en tanto que había dibujados brazos y piernas robóticas.

    - Gran Cerebro: ordenador que es la representación de la IA de la Academia, encargada de vigilar la Academia y llevar a cabo todos los sistemas de seguridad. El Gran Cerebro necesita de cámaras para poder vigilar el cumplimiento de las reglas.

    - Game Boy de Ian: Ian usaba el juego de su Game Boy para dejar registros de los distintos casos de forma poco ortodoxa. En ellos registraba sus observaciones sobre los votos dispares, y afirma que a partir de cierto punto, Brendan y él comenzaron a ser los que votaban a otra persona, dejando Ian de votar de forma distinta solo en el quinto caso, una vez Brendan ya no estaba.
     
    Última edición: 18 Febrero 2018
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    Iba a comentarte el capítulo anterior ayer pero supe que subirías otro en poco tiempo y ya me esperé para comentarte los dos. Además, subiste el anterior justo cuando estaba con Paula y claro, las prioridades (?)

    A ver, para empezar el primer capítulo me ha encantado la escena de Ian y Emily. Mi corazón shippero tiene que shippear a mi nena con alguien y ahora que sus dos interés románticos están muertos, pues, Ian era el siguiente. Aparte de eso, se me hizo bien adorable y muy IC, es que Emily es así y seguro que Ian se pondría todo Tsundere. ¡Pero lo importante es que funciona! Les contó finalmente lo que sospechaba y eso les ayudó, seguramente era parte de su estrategia.Y, si quieres que te sea sincera, me olía algo raro por su forma de hablar, como qué iba a suicidarse o algo así, cualquier cosa con tal de descubrir a la mente maestra, como ciertos personajes que tú y yo sabemos.

    Pero aun así tenía esperanzas de que no pasase nada de eso porque era el último capítulo. Obviamente, me equivoqué. Debo decir que me tomó muy por sorpresa encontrar un cadáver a estas alturas del fic, sobre todo de Ian, de verdad pensaba que iba a ser un implicado del quinto pero viendo que no, pensé que sobreviviría, lo voy a echar de menos, era uno de mis personajes favoritos.

    Sin embargo, y eso lo vemos en el siguiente capítulo, estoy segura que todo estaba planeado de antes por Ian para ayudar a la investigación y descubrimiento de la mente maestra, no descarto el suicidio y sigo creyendo que ha sido el último paso que él nombraba y todo eso.

    Al final acaba la investigación, así que queda cada vez menos para saber toda la verdad y estoy muy preparada, yes. Este class trial va a ser muy intenso, lo sé, pero al fin vamos a saber lo que sucede, dios, es que no me lo puedo creer, hemos llegado hasta aquí.

    Personalmente, no tengo muchas teorías, ando bastante confusa, lo único que puedo decir es que los casos anteriores van a ser super importantes para saber la verdad, supongo, y que el chico ese de la foto seguramente sea importante. Y nada, se me han olvidado detalles again porque soy un desastre, tuve que hacer otras cosas, ya sabes.

    ¡En fin! Siento haber tardado, estaré muy pendiente de los siguientes capítulos y los espero con muchísimas ansías, quiero que me dejes así toda impactada como sueles hacer.
     
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    Capítulo 6: El Comienzo del Fin

    Vida Mortal, Clase de Juicio 1




    De modo que aquí estábamos, ¿eh? En una clase de juicio más. En la clase de juicio que pondría fin a todo. Pero, esta vez… al mirar al atril de Drake, él… él no estaba. Solo su imagen en blanco y negro, tachada con la imagen de dos pistolas entrecruzadas pintadas en rojo, permanecía ahí. Sin él, ¿seríamos realmente capaces de seguir adelante? ¿De lograr derrocar a la mente maestra, hacer que salga a la luz y derrotarla?

    … claro que sí. Claro que podríamos. Yo… yo llevaba el legado de Drake.

    —Bien —Monokuma, sentado junto a su hermano en aquellos dos tronos, tomaba una copa de vino, mientras el otro tomaba una lata de cerveza—. A estas alturas, me parece de todo punto innecesario explicar en qué consisten las clases de juicio, ¿no?

    —¡Estamos aquí para debatir sobre la muerte de Ian Lockhart, el Super Estratega! ¡Puhehehe!

    Las palabras de Reversekuma me hicieron dirigir la mirada hacia el atril de Ian. Allí, su foto aparecía también, ocupando su lugar. Incluso en la foto tenía una sonrisa ladina, incluso ahí parecía que te miraba con condescendencia, con egolatría. Inlcuso debajo de la “x” rojiza que le tachaba, Ian seguía imponiendo, a su manera.

    —… no, Reversekuma. No estamos aquí solo para eso —sentencié, cerrando los ojos. Tomé aire, y rápidamente, señalé a los osos con un dedo—. ¡Estamos aquí tanto para revelar los secretos detrás del crimen de Ian como para desenmascarar a la persona que está detrás de vosotros, a quien nos está haciendo todo esto!

    —¿Upupupu? —Monokuma se llevó la mano al mentón, desafiante—. ¿Ah, sí? Vaya… pues es una lástima, porque en una clase de juicio, el punto es solo y exclusivamente para averiguar quién es el asesino de Ian. Todo lo demás es improcedente, ¿no?

    … con que esas tenemos, ¿eh, Monokuma? Bien, no importa. Estaba decidida a lograrlo, costase lo que costase. El crimen de Ian había sucedido en las dependencias de la mente maestra, después de todo. Solo tenía que buscar la forma de lograr exponer a la mente maestra, al tiempo que debatíamos sobre la muerte de Ian.

    Ian Lockhart… tranquilo. Ahora, sería yo la que seguiría tus pasos: la que llevaría a cabo la estrategia final.

    —Bueno, ¿os parece si abro la discusión yo? —susurró Hubert—. Dado que no disponemos de informe de Monokuma, no podemos saber la causa de la muerte con exactitud. Pero creo que es evidente qué fue, ¿cierto?

    C-Claro. Saltaba a la vista.

    —La causa de la muerte fue el arpón —contesté, tensa—. Estaba incrustado en su estómago. La pérdida de sangre por la herida era muy grande, no tardaría en morir más de unos minutos.

    —Pero, ¿cómo llegó ese arpón ahí? —la voz de Mimi sonaba temblorosa—. P-Porque solo se me ocurre una opción, pero…

    … el motivo de la herida de Ian, ¿eh? Sin duda, tal y como ya explicamos previamente, solo puede existir una posibilidad.

    —Debió ser con la ballesta —observé, preocupada—. No veo otra forma. El arpón que causó su muerte era justo el mismo que nosotros disparamos, y no lo encontramos tras el espejo. De modo que la única opción es que el impacto golpease a Ian…

    —¿Es eso posible? —cuestionó Hubert—. Yo tengo mis dudas…

    Sí… lo cierto era que había varias cosas extrañas en este caso. Pero no pasa nada. Juntos, los cuatro, ¡llegaríamos hasta donde hiciese falta!



    Non stop debate!

    Concedo la posibilidad de que Ian haya podido morir con el arpón que nosotros disparamos, pero…

    >> ¿No es eso un poco discordante con la escena del crimen? —inició Hubert.

    Tras el espejo no había arpón alguno —observó Steve—. Tiene sentido que sea el nuestro, ¿no crees?

    Ya, pero, de ser así, ¿por qué Ian apareció muerto en las dependencias de la mente maestra? —cuestionó Hubert, meditativo.

    El ascensor estaba bajando cuando rompimos el cristal, ¿no? —reflexionaba Mimi—. Tal vez Ian estaba en el ascensor cuando recibió el golpe.

    Eso sigue sin explicar nada —inquirió Hubert—. La ausencia de sangre en el ascensor y el hecho de que apareciese el cuerpo tan alejado del mismo…

    >> Esos son factores que no pueden explicarse.

    Entonces, ¿el arpón llegó allí de otro modo…? —susurró Mimi.

    T-Tal vez la verdad sea otra, ¿no? —decía, ilusionado, Steve.


    Yo… yo soy la primera que quiere pensar que el arpón que mató a Ian no fue el nuestro, pero… ¿tiene razón Hubert en su argumento?


    Concedo la posibilidad de que Ian haya podido morir con el arpón que nosotros disparamos, pero…

    >> ¿No es eso un poco discordante con la escena del crimen?

    Tras el espejo no había arpón alguno. Tiene sentido que sea el nuestro, ¿no crees?

    Ya, pero, de ser así, ¿por qué Ian apareció muerto en las dependencias de la mente maestra?

    El ascensor estaba bajando cuando rompimos el cristal, ¿no? Tal vez Ian estaba en el ascensor cuando recibió el golpe.

    Eso sigue sin explicar nada. La ausencia de sangre en el ascensor y el hecho de que apareciese el cuerpo tan alejado del mismo…

    >> Esos son factores que no pueden explicarse.


    —¡Te equivocas! —grité, de pronto, como si una energía manase de mi garganta y me impulsase a intervenir—. Hubert, creo… creo que hay una forma en la que Ian pudo acabar en la salita de las dependencias y, al mismo tiempo, impedir que el ascensor quedase manchado de sangre.

    —… —oh… H-Hubert, a juzgar por tu rostro, era una posibilidad que tú mismo considerabas, ¿verdad que sí? Solo estabas intentando ver si llegábamos a esa misma conclusión, o… o si encontrábamos alguna forma de buscar una verdad menos dolorosa.

    Tristemente, solo hay una verdad.

    —… la clave es el carrito de ropa —observé, meditando—. Las sábanas podrían servirle a Ian para evitar que la sangre manchase todo. Luego, una vez que el arpón se clavase en su cuerpo, el ascensor bajaría… y lo único que tendría que hacer Ian era meterse en el carrito, con arpón incluido, e impulsarse. Dado que el pasillo que lleva a las dependencias está en pendiente descendente, la gravedad haría el resto —tomé aire—. Eso explicaría por qué el carrito de ropa acabó volcado en la salita, lleno de sangre. Y explicaría el motivo por el que el cuerpo de Ian acabó allí. La realidad es que… todo apunta a que, en efecto, fuimos nosotros los que empalamos al propio Ian.

    —Usó las sábanas para ocultar la sangre. Justo como en el Caso de Brendan —susurró Hubert.

    —Pero… todo esto no tiene sentido —dijo Steve, preocupado—. ¿Cómo podría suceder todo eso casualmente?

    Obviamente, la respuesta es sencilla.

    —Es que no pudo suceder casualmente, Steve —afirmé—. La única forma de que todo esto tuviese sentido es que… el propio Ian lo planease.

    —¿Q-Que el propio Ian…? —inició Steve.

    —¿… planeó su muerte? —completó la millonaria.

    Hubert agachó la mirada.

    —Era justo lo que me temía —meditó el Ajedrecista—. Así que todo fue obra suya, ¿huh? Ian estaba siempre manipulando todo… y esta vez no podía ser la excepción. Incluso en su propia muerte tenía que molestarnos.

    … ¿molestarnos? ¿Realmente era eso lo que quería el Estratega? Aún recuerdo lo que dijo ayer…


    En fin, hasta la vista, chicos. Espero que esta estrategia salga bien… es la primera vez que confío en otros para el éxito de mis planes, así que no me decepcionéis.


    Ian… todo esto estaba planeado por ti, ¿cierto? Solo tenemos que averiguar qué era lo que pretendías. Qué era lo que buscabas en tu estrategia final. No te fallaría, lo juro. Sé que esta muerte ha sido una oportunidad que nos has brindado, ¡y no pensaba malgastarla!

    —Es imposible —insistió Steve—. ¡N-No pudo ser un crimen planeado por el propio Ian! No tiene sentido que sea así, es… ¡es demasiado casual!

    Huh… ¿a qué se refería Steve…?




    Non stop debate!

    Decís que Ian lo planeó todopero, ¿es posible eso?

    ¿A qué te refieres, Steve? —susurró Hubert, pensativo.

    Si lo que decís es cierto, entonces Ian estuvo esperándonos detrás del espejo, aguardando a que disparásemos el arpón contra él y acabase dándole en el estómago, ¿no?

    Es lo más probable, sí —comentó Hubert—. ¿Cuál es tu punto?

    ¡Que no pudo ser así! Quiero decir, sería demasiado casual, ¿no creéis?

    Desde luego, es mucha coincidencia… Ian se la jugó mucho a que el arpón le daría —observó Mimi.

    ¡Veis! N-No tiene sentido.


    … ah, ¿no? Steve, no tengas miedo. Ian… Ian ha vuelto a hacer algo que te asusta demasiado, y probablemente estás nervioso por ello. Pero no podemos darle la espalda a la verdad. Debemos encararla. ¡Ten esperanza! Yo me encargaré de darte toda la esperanza que te falte.


    Decís que Ian lo planeó todopero, ¿es posible eso?

    ¿A qué te refieres, Steve?

    Si lo que decís es cierto, entonces Ian estuvo esperándonos detrás del espejo, aguardando a que disparásemos el arpón contra él y acabase dándole en el estómago, ¿no?

    Es lo más probable, sí. ¿Cuál es tu punto?

    ¡Que no pudo ser así! Quiero decir, sería demasiado casual, ¿no creéis?

    Desde luego, es mucha coincidencia… Ian se la jugó mucho a que el arpón le daría.


    —¡Estoy de acuerdo con eso! —dije ante las palabras de Mimi. No había duda al respecto—. Es obvio que Ian se la jugó. Ian confió en que el arpón le daría de lleno en el punto que quería… confió en que no se desviaría, y en que le golpearía en un punto no mortal. Pero que se la jugase es lógico. Ian no ha hecho nada nuevo… solo ha emulado lo que ya hizo en el Caso de Ukita.

    —… ngh —Steve apretaba los puños con fuerza—. L-Lo ha hecho otra vez…

    Asentí.

    —Sí. Ian ha utilizado tu suerte a tu favor. Si tú estabas sujetando esa ballesta, era seguro que el golpe sucedería a la perfección, preciso y certero. Porque ese es tu talento, Steve.

    —… y-ya veo —se quejaba, apretando los dientes, el Suertudo. Que usasen su suerte contra él era algo que le atemorizaba…

    —De modo que está sentenciado ya, ¿no? —meditó Hubert—. Ian preparó su propia muerte.

    —Sí —asentí—. De hecho, hay más datos que apoyan esa teoría. Recuerdo que al entrar por segunda vez a la escena… noté que había algo diferente. Y ahora, sabiendo que Ian se escondía detrás del espejo, sabemos que muchas de las cosas que nos dijo eran mentira.


    —¿M-Mentira? —preguntó, sin entender nada, Mimiko—. ¿Qué es lo que era mentira?

    Si Ian estaba detrás del espejo, eso quiere decir que el espejo podía moverse fácilmente. Y por tanto, todo cuanto nos dijo antes… era simplemente para instigarnos a llevar a cabo su plan.


    —En fin —Ian se encogió de hombros—. Supongo que solo me queda deciros una última cosa, ya que mañana será el gran día. Os daré mi última pista… detrás del espejo.

    —¿Eh? ¿D-Detrás del espejo? —susurré, confusa.

    Ian asintió.

    —Mañana estaré ausente —confesó Ian—, pero vosotros deberíais mirar lo que oculta el gran espejo que cubre toda la pared de la quinta planta, ¿sí? Lo que allí detrás hay… es ciertamente interesante, no me cabe duda.

    —¿Detrás del espejo…? —susurró Mimi.

    Y el Estratega volvió a asentir.

    —Va a ser difícil moverlo —meditó—. Pero tal vez podáis romperlo, y así revelar lo que se esconde tras él, ¿no? Es un espejo muy grueso, de manera que se necesitará una gran potencia para romperlo…

    —… con la ballesta podríamos —reflexionó Hubert.

    —¡Bingo, el Ajedrecista dio con la clave! Eso es —Ian sonreía, mostrando sus dientes en una mueca triunfal—. La ballesta tendrá la suficiente potencia como para romper el espejo de una vez por todas.

    >> Mañana será la hora de la verdad. Será el comienzo del fin, eso seguro. Hoy será mejor que todos descansemos, porque tendremos que estar listos para el gran final… el final apoteósico. En cuanto me ocupe de mis pesquisas personales, me reuniré con vosotros al otro lado del espejo, ¿sí? —Ian se llevó las manos a la nuca, en gesto confiado—. Vamos a acabar de una vez por todas con esas mentes maestras tan ridículas… y está claro que sin mí no podríais ni ataros los cordones de los zapatos, así que será mejor que ayude.


    Y justo el día antes… vimos la ballesta colocada precisamente justo frente al espejo, con una trayectoria limpia, y ya cargada. Sabiendo que Ian había estado antes allí, era obvio que todo había sido planeado por él de antemano.

    —Ian fue el que nos mintió sobre el espejo, y el que colocó la ballesta justo en la posición perfecta para incitarnos a usarla —medité—. Lo orquestó todo para manipularnos, para hacernos dispararle de lleno. Todo era parte de su plan.

    —De modo que Ian sufrió el golpe tras el espejo, dentro del montacargas abierto —recapituló Hubert—, y luego usó el ascensor para dar un cambiazo de escena del crimen, deslizándose cuesta abajo. Hmpf. Como en el Caso de Elisa…

    E-Exacto. De hecho, había algo más. Ian contaba con su muerte, y pretendía que la utilizásemos. Creo que por eso preparó aquello.

    —Creo que solo Ian pudo ser el que colocó la cámara en la escena del crimen —sentencié.

    —¿Qué te lleva a pensar eso? —me cuestionó Hubert.

    —Bueno —medité—, para empezar, no creo que las mentes maestras hubiesen pasado por alto una cámara que alguien colocó allí, ni mucho menos que se hubiesen molestado en colocarla sin motivo aparente. Por lo que solo alguien que había estado en la escena antes pudo haberla dejado allí. Y el único que entró antes de nosotros a las dependencias de la mente maestra fue Ian Lockhart. De modo que él tuvo que colocar la cámara, no ya para grabar a las mentes maestras… si no para grabar su muerte. Ese es el motivo por el que tuvo que morir justo frente a la cámara.

    —P-P-Pero, ¿por qué tantas molestias? —susurró Mimi, nerviosa.

    ¿Por qué, eh? Ian… Ian sabía muchas cosas. Había tenido la ocasión de investigar las dependencias de las mentes maestras mucho antes que nosotros, por lo que ya sabía lo que allí se escondía. Y, habiendo recuperado los recuerdos igual que nosotros, él habría sabido la función de aquello tan pronto como lo viese.

    —Creo que todo es por el Gran Cerebro —respondí, decidida—. Ian quería dejar un registro de su muerte para que pudiese ser juzgada. Si el Gran Cerebro registraba, tal y como lo ha hecho, las imágenes de su muerte, sabría la causa de la misma y por ende el culpable, y eso podría dar lugar a una clase de juicio con un resultado claro. Eso era lo que pretendía Ian: iniciar la clase de juicio.

    —D-De manera que él usó una cámara —meditó Hubert—. Justo como yo hice en el Caso de Lucas.

    … ¿q-qué es esto? El caso de Brendan, el caso de Ukita, el caso de Elisa, el caso de Lucas: de algún modo, Ian parece haberse inspirado en todos los casos para planear este crimen, ¿eh? Es algo… bastante propio de él.

    No obstante, ahora que sabemos todo esto, la solución a esta incógnita es… es… realmente perturbadora.

    —O-Oye —tartamudeó Mimi—. Entonces, si nosotros fuimos quienes dispararon a Ian y el arpón acabó con su vida… ¿quién es el culpable de este caso?

    —… —Monokuma parecía tenso…

    E-El culpable… oh. Claro… ahora lo entiendo. Ahora entiendo por qué Ian sacrificó su vida de esta forma. Quería… romper el juego, ¿verdad que sí?

    —… todos somos los asesinos —sentencié.


    —¿C-Cómo? —exclamó Steve, confuso.

    —… maldito Ian —sonrió Hubert—. Así que eso era lo que pretendía.

    S-Sí, Hubert… ha sido brillante, he de decir. Simple, pero brillante. Propio del Super Estratega.

    —Todos nosotros tiramos a la vez de la ballesta, porque requería de muchísima fuerza para ello. Por lo que todos hemos cometido el crimen. No existe uno solo de nosotros que haya sido el culpable único, ¡los cuatro somos los culpables!

    —¿¡L-Los cuatro!? —exclamó Mimi, confundida.

    —Sí… y eso es justo lo que Ian buscaba —Ian… lo has logrado, ¿eh? Nos has dado la oportunidad que necesitábamos. A costa de tu vida—. Porque eso supone una contradicción terrible en las reglas. El Gran Cerebro no puede juzgar este crimen de ese modo, porque sus reglas entrarían en conflicto.

    —Explícate —dijo Hubert, mirándome con tensión en los ojos oscuros.

    Con este plan, las reglas chocan entre sí de forma tremenda.

    —Se supone que si acertamos en la votación, el culpable será ejecutado, y si nos equivocamos, todos seremos ejecutados salvo el culpable —comencé a explicar—. Y, al mismo tiempo, se dice que no puede haber un empate de tres o más personas. No obstante, este caso rompe todo eso. Si provocamos un empate de tres personas, estaríamos incumpliendo una regla, pero, al mismo tiempo, estaríamos cumpliendo otra, ¡porque estaríamos votando precisamente lo que es correcto! No obstante, si votásemos a uno solo de nosotros, eso tendría su parte de verdad, pero no sería correcto; por lo que el Gran Cerebro no podría pronunciarse sobre la corrección o no de esa votación. Además, en este caso, ejecutarnos a todos es ejecutar a los culpables. El sistema de la IA colapsaría si eso se produjese, porque supondría el mismo resultado para dos situaciones que son radicalmente opuestas en su base de datos.

    —R-Resumiendo —dijo Steve, atónito—, ¡Ian ha logrado burlar al Gran Cerebro!

    Asentí. Y sé qué era lo que tenía que hacer. Sé qué era lo que Ian quería que hiciese. Miré al frente, a todos, y dije:

    —Chicos, ¡votémonos cada uno a nosotros mismos! —exclamé—. Si lo hacemos, provocaremos la ruptura del sistema. ¡No pueden castigarnos por incumplir una regla, porque el Gran Cerebro sabe que es la verdad! ¡De este modo, lograremos burlarle, a él y a las mentes maestras!

    —¡E-Eh, esperad…! —gritó Monokuma, furioso, al ver cómo todos extraíamos manualmente los paneles de votación—. ¡N-No podéis hacer eso!

    —¿Ah, no? —dijo Hubert, mirándole desafiante—. ¿Y qué vas a hacer por impedirlo? Yo pienso hacerlo. Porque mi objetivo es perseguir la verdad —y vi cómo Hubert votaba en su panel de opciones.

    —¡N-No, pero… de ser así, el juego…! —Reversekuma, tenso, no sabía qué decir.

    —¡Je! Seguro que sale bien —sonreía Steve, presionando el botón sobre su panel—. Si lo hacemos juntos, derrotaremos a la propia Academia. ¡Además, tenemos mi suerte de mi parte!

    —Ngh… —susurraba Reversekuma.

    —M-Malditos… —vociferaba Monokuma.

    —Bueno, parece que aquí hemos llegado, ¿no? Este juego absurdo vuestro colapsa, Monokuma —dijo Mimi, encogiéndose de hombros, mientras pulsaba también sobre su panel—. Me pregunto qué le pasará a la Academia ahora, cuando el Gran Cerebro enloquezca…

    Asentí, sonriente.


    Pero, cuando fui a pulsar el botón con mi nombre, algo me detuvo. Sentí una extrañísima sensación. ¿P-Por qué sentía como si… algo no estuviese del todo bien? ¿Era mi esperanza la que me estaba advirtiendo?

    Con lentitud, mi dedo tembló justo sobre el nombre, sin llegar a presionarlo. N-No… Q-Quiero decir, era así, ¿no? Era esto lo que Ian pretendía. Si provocábamos un empate, el ordenador enloquecería, y, en el mejor de los casos, desactivaríamos el juego, ¿no? Romperíamos la lógica detrás de las reglas. La mente maestra se vería forzada a salir si quería mantener este juego. Saldría, y podríamos ver por fin su cara. No había forma de que esto… s-saliese mal… pero… ¿qué sucedería si…? Y si… ¿y si estábamos precipitándonos? ¿Era realmente tan sencillo el plan de Ian? ¿Faltaba… algo?

    —¡Upupupu! —dijo, de pronto, Monokuma, rompiendo de lleno toda mi preocupación, colocándose justo sobre el atril de Ian—. ¡Se acabaron las tonterías!

    —¡Puhehehe! —Reversekuma hizo lo propio, saltando a su lado, de manera que los dos quedaron sobre el mismo atril—. Exacto. ¡Vamos a tomar cartas en el asunto!

    N-No. Algo no iba bien. Las mentes maestras, si mis sospechas no eran erróneas, podrían aparecer y unirse al debate para mantener el juego, con sus propios votos. Pero… incluso aunque votasen, nada cambiaría. Votarnos a uno solo de nosotros no sería acertado, tampoco erróneo. Este era el truco que pretendía Ian que llevásemos a cabo, ¿no? Provocar un empate a cuatro para forzar a la mente maestra a mostrarse, o de lo contrario, el juego acabaría y el Gran Cerebro colapsaría.

    Pero… ¿qué sucedería si algo en mi lógica estaba mal?

    —… vosotros dos —susurré, apartando el dedo de las votaciones—. ¿Vais a… uniros al debate, acaso? —mi mirada rosada se centró en los dos osos, tensa.

    —Bueno, ¡queremos darle un poco de vida a esto, simplemente! —Monokuma se llevó las manos a la nuca—. No es como si pudiésemos participar, en todo caso.

    —Claro que no —susurró Mimi—. Al fin y al cabo, ellos no son parte de esta clase de juicio. Nunca lo han sido, ¿no?

    —… hmpf —Hubert había pensado igual que yo. Él sabía que podríamos forzarles a mostrarse así, porque probablemente tenía las mismas sospechas que yo tenía. Sospechas que aún no entendía del todo, que no quería creer, pero que estaban ahí.

    Y, con todo, yo estaba especialmente intranquila. Notaba que había algo dentro de la última estrategia de Ian que no terminábamos de aclarar.

    —Así es —asintió Reversekuma—. Nosotros no somos ni hemos sido alumnos, por lo que no podemos formar parte de esta clase de juicio con nuestros votos. ¡Aquí solo pueden participar los dieciséis miembros originales!

    —… ¿es realmente así? ¿Realmente no podéis participar? —inquirí, mirándolos con severidad.

    —¿¡Q-Qué dices, Emily!? —exclamó, tremendamente confuso, Steve.

    Monokuma… Reversekuma… la verdadera batalla final empezaba ahora, ¿eh?

    Estudiantes: 4
    - Emily Hodges – Super Esperanza (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Drake Orestes – Super Policía (MUERTO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (MUERTO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Dante Miles – Super Guardián (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
    Balas de la verdad

    - Caso de Ukita:
    el caso de Ukita fue el primero de la Academia, con Talía Wells como víctima. La chica murió por un golpe en la cabeza con su oso de peluche, que tenía un ladrillo dentro del mismo. Fue la propia Talía la que metió el ladrillo allí, planeando matar a alguien, pero terminó siendo usado en su contra. Ukita mató a Talía por error, cuando pretendía asesinar a Steve, asustado por el motivo de Monokuma: la ruleta. No obstante, Ian manipuló estos eventos para utilizar a su favor la suerte de Steve, provocando así los eventos tal y como sucedieron. Para el crimen, Ukita e Ian se hicieron valer del sistema de riego y del crecimiento automático de las lianas del jardín interior, que fue la escena del crimen.

    - Caso de Lucas: Lucas Diamond mató a Liza White mediante estrangulación, a consecuencia de la paranoia provocada por sus acciones prohibidas. El crimen sucedió en la biblioteca, habiendo aprovechado Lucas la inocencia y confianza de Liza para atraerla allí. Hubert había instalado cámaras con la ayuda de otros alumnos, pero Dante y Emily terminaron provocando que existiese una vía de salida de la biblioteca a través de la sala de música, la cual fue usada por Lucas para huir sin ser visto. Sin embargo, la nutria de Liza atacó a Lucas durante el crimen, que tuvo que inyectarle un veneno para librarse de ella. Fue Dante el que, después, se deshizo del cuerpo del animal en el incinerador.

    - Caso de Elisa: Elisa Daroch mató a Alpha Xenodis y a Chad Redflame, en ese orden, en las dos salas de la torre de vigilancia, por puñaladas en el pecho. Aprovechó la información que le dio Alpha sobre los mecanismos de dicha sala para crear la ilusión de que un cadáver desaparecía, provocando un apagón para manipular los mecanismos en plena investigación y alternar entre las dos salas. Elisa mató a Chad desde la sala de arriba, lanzando un cuadro para empujarle desde lo alto. El motivo de este crimen fueron los videos de los alumnos, ya que, gracias a su video, Elisa estaba convencida de que podría revivir a todos si lograba salir de la Academia.

    - Caso de Brendan: Brendan Ruby mató a Effy Joy con una puñalada en el pecho, quien era Gamma, en un acto de sacrificio por su parte para evitar el motivo de Reversekuma, que era un límite temporal para que el traidor provocase un asesinato. Brendan tenía tres personalidades muy peligrosas, y temía que fuesen despertadas por la mente maestra, de modo que Effy se ofreció como víctima para impedir que eso sucediese. No obstante, Ian manipuló la escena del crimen para que pareciese provocado por tres personas diferentes, utilizando un efecto polea para elevar el cuerpo de Effy hasta el techo.

    - Caso de Drake: Drake Orestes mató a Dante Miles de un tiro en la cabeza, todo surgiendo del video que Dante recibió de forma repentina en su iKuma, revelando la verdad detrás de su talento, el de Super Guardián. Dante había planeado provocar que Emily se convirtiese en la culpable de su asesinato, provocando que le envenenase sin saberlo a través del café, y luego arrojándose a sí mismo a la trituradora. No obstante, Drake descubrió el plan de Dante a tiempo, y, en aras de evitar que Emily pudiese ser ejecutada por matar a su novio, le disparó en la cabeza en mitad del trayecto a la trituradora.

    - Video de la verdad: el video de Dante revela que el chico era el Super Guardián, y tenía la única misión de, con unas habilidades potenciadas gracias a experimentos del profesor Abeto, de proteger a Emily, quien era la Super Esperanza. También se revela la verdad sobre la desesperación, identificándola como una suerte de virus, y sobre los Gamma, quienes eran los salvadores y no los causantes de la destrucción del mundo. Además, se habla de la Pérdida como una guerra que desequilibró la naturaleza en sí y redujo la población humana drásticamente.

    - Limpieza de las escenas: las mentes maestras siempre limpian las escenas de los crímenes a una increíble velocidad, sin dejar ni rastro de las pruebas y de los cuerpos.

    - Medicinas de Mimi: Mimiko Honda sufre de esquizofrenia. Necesita de una medicación que el profesor Abeto y los Gamma dejaron en el laboratorio, pero, al inicio de la vida mortal de los estudiantes, ella disponía de dichas medicinas en su dormitorio. Quien las hubiese dejado allí, sabía de su enfermedad.

    - Sistema de electricidad reparado: el sistema eléctrico que Dante rompió había sido reparado de forma algo apresurada. Dicho sistema era el que permitía manipular la trituradora.

    - Diez videos: la cámara de la trituradora había registrado diez videos, de los cuales solo eran visibles el de Dante y el original, donde morían Tau y los demás dirigentes. Después del de Dante, surgió un video nuevo.

    - Espejo: en la sala de armas había un gigantesco espejo que ocupaba toda la pared. Al ser disparado con la ballesta, quedó reducido a trozos.

    - Ballesta: entre todas las armas del almacén de las mismas, había una enorme ballesta cargada con un arpón y apuntando directamente hacia el espejo. Dicha ballesta requería de varias personas para poder ser manipulada correctamente.

    - Ausencia de piezas: en una de las torretas de asalto faltan piezas metálicas que alguien ha extraído por algún motivo.

    - Manuales de Ciencias: al parecer, los documentos que Dante ocultó eran meros manuales de ciencias. Sin embargo, la teoría de Ian era que la mente maestra se deshizo de ellos. Pero, ¿por qué eran tan importantes estos documentos?

    - Acciones de Dante: Dante siempre se había comportado de forma extraña: ocultó los documentos, llevó la nutria de Liza al incinerador, decía saber más que los demás sobre ciertas cosas, parecía "entender" y "ver" algo que los demás no podían...

    - La Pérdida: la Pérdida fue un evento mencionado en el video de Dante, una Guerra provocada por la Desesperación que destrozó el equilibrio natural. Por algún motivo, todos los alumnos parecen ser incapaces de recordar bien los detalles sobre este evento, pese a haber recobrado la memoria casi por completo.

    - Ausencia de cámaras: en las dependencias secretas no había ningún tipo de cámaras oficiales.

    - Arpón: el arma del crimen fue un arpón, incrustado en el cuerpo de Ian, atravesando todo su estómago.

    - Carrito de ropa: un carrito móvil lleno de sábanas blancas limpias estaba en las dependencias secretas, cerca del cuerpo de Ian. Las sábanas estaban manchadas de sangre.

    - Foto de familia: en las dependencias secretas había una foto de familia que mostraba a Abeto, Tau, Iota y el tercer hijo desaparecido del profesor. Emily afirma que Abeto y sus hijas nunca conservarían tal foto.

    - Cámara: una cámara portátil estaba colocada justo en la escena del crimen. Fue destrozada por Monokuma, que instaló su tarjeta de memoria en el Gran Cerebro.

    - Tazas de té vacías: en la escena del crimen había dos tazas de té totalmente vacías sobre una mesita.

    - Monokuma: Monokuma y posiblemente también Reversekuma no son más que peluches móviles manipulados por control remoto. Al parecer, son manipulables no solo desde la sala de control, sino a través de algún aparato capaz de manipularle a distancia.

    - Planos de construcción: en la sala de control había una suerte de planos de construcción hechos a mano. Al parecer, iban a construir algo parecido a un robot, en tanto que había dibujados brazos y piernas robóticas.

    - Gran Cerebro: ordenador que es la representación de la IA de la Academia, encargada de vigilar la Academia y llevar a cabo todos los sistemas de seguridad. El Gran Cerebro necesita de cámaras para poder vigilar el cumplimiento de las reglas.

    - Game Boy de Ian: Ian usaba el juego de su Game Boy para dejar registros de los distintos casos de forma poco ortodoxa. En ellos registraba sus observaciones sobre los votos dispares, y afirma que a partir de cierto punto, Brendan y él comenzaron a ser los que votaban a otra persona, dejando Ian de votar de forma distinta solo en el quinto caso, una vez Brendan ya no estaba.
     
    Última edición: 19 Febrero 2018
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    Y esto solo ha sido el principio, una simple introducción de lo que nos espera.

    Estaba claro que Ian estaba haciendo algo para desenmascarar a la mente maestra, y lo lleva planeando desde el primer día, es que este chico es impresionante. Y, me seguirá recordando a cierto personaje que quiere hacer lo mismo, destrozar el juego de alguna manera. De nuevo, este caso me ha recordado a varios anteriores, no diré mucho porque no quiero hacer más spoiler con mis comentarios, pero eso.

    Sigue siendo impresionante como ha utilizado la suerte de Steve para llevar su plan a cabo, de nuevo. De hecho, el hecho de que los diferentes casos estén como pruebas y que Ian haya utilizado estos mismos para "inspirarse" me hace pensar en que, quizás, habrá que revisarlos todos, encontrar alguna contradicción que revelé que el juego no siempre ha estado bien, o algo por el estilo, para descubrir a la mente maestra (a las mentes maestras (?)

    El final me hace recordar cuando Monokuma hizo algo parecido en el V3 y que me tomó por sorpresa y me hizo mucha gracia. El problema es que ahora son dos y claro, va a ser un problema para los ultimates. Pero estoy segura que con todas las pistas que han dejado, Ian sobre todo, pero también Dante, Drake, incluso los de antes, con todas sus acciones, serán capaces de descubrir la verdad. Porque aun queda mucho para que se acabe, lo sé, no es tan simple, como bien cree Emily, no puede ser tan simple.

    And i'm so ready for it, lista para todo.
     
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    Lamento subir tan seguido pero asdfghjkl el hype es demasiado intenso (?)

    Capítulo 6: El Comienzo del Fin

    Vida Mortal, Clase de Juicio 2


    Las mentes maestras… estaban delante de nosotros. Aún utilizaban a Monokuma y a su hermano, que ahora se habían colocado en el atril de Ian, listos para unirse a nuestro debate. Pero no iban a permanecer en el anonimato por mucho tiempo. Pensaba exponerles aquí y ahora.

    —Emily —me dijo Steve, tenso—, ¿qué quieres decir con eso? ¿Cómo puede ser que realmente sí puedan participar?

    —S-Solo los dieciséis miembros originales de esta clase de juicio pueden participar, ¿no? —decía Mimi, nerviosa—. Las mentes maestras no… no podrían votar.

    —¿Por qué dices eso, Mimi? —sentenció Hubert, mirando con severidad—. Si dices eso, es porque estás asumiendo algo que aún no hemos asegurado. Y es lo siguiente: ¿no cabe la posibilidad de que las mentes maestras sean parte de los dieciséis estudiantes originales?

    … los rostros de Mimiko y de Steve se descompusieron ante aquella revelación, pero yo tenía la misma teoría que Hubert. Y, a juzgar por el tenso silencio que guardaban los osos hermanos… ¡no debíamos estar demasiado equivocados! De modo que deberíamos seguir indagando en ello, ¡estaba convencida!



    Non stop debate!

    Nuestra participación en esto es meramente circunstancial… —se excusó Monokuma.

    ¡D-De ninguna manera pretendemos votar! —corroboró Reversekuma, nervioso—. De todas formas, no podríamos interferir con vosotros, ¿recordáis?

    —… puede que eso sea cierto —asintió Hubert—, pero tal vez no tengáis más remedio, después de todo. Ian ha conseguido engañar al propio Gran Cerebro, en cualquier caso.

    Si ellos pudiesen votar para solventar esta problemática, estarían, también, incumpliendo una regla para cumplir otra —meditaba Steve.

    >> … ¡p-pero no es posible que ellos puedan votar! ¡Porque para votar deben ser parte de los dieciséis miembros originales de esta Clase de Juicio!

    Y esa es precisamente la verdad —Hubert, acusador, señaló con el dedo a los osos.

    ¡N-No puede ser! —Mimi lucía impactada—. Entonces, ¿dos de nosotros somos las mentes maestras?

    —… no puedo estar seguro de eso —sentenció Hubert—. Pero sí que lo estoy del hecho de que deben poder votar. ¿Cierto, Emily?


    … sí, Hubert tenía razón. ¡Y era hora de exponerlo con claridad!


    Nuestra participación en esto es meramente circunstancial…

    ¡D-De ninguna manera pretendemos votar! De todas formas, no podríamos interferir con vosotros, ¿recordáis?

    —… puede que eso sea cierto, pero tal vez no tengáis más remedio, después de todo. Ian ha conseguido engañar al propio Gran Cerebro, en cualquier caso.

    Si ellos pudiesen votar para solventar esta problemática, estarían, también, incumpliendo una regla para cumplir otra

    >> … ¡p-pero no es posible que ellos puedan votar! ¡Porque para votar deben ser parte de los dieciséis miembros originales de esta Clase de Juicio!

    Y esa es precisamente la verdad.


    —Estoy de acuerdo con eso —aseguré.

    —P-Pero… Emily… —Steve lucía impactado—. ¿Cómo puede ser…?

    S-Steve, ojalá no fuese así, de verdad. Ojalá me equivocase. Pero… todo apunta a ello.

    —Una de las pruebas que me llevan a pensarlo son las medicinas de Mimi.

    —¿Huh? ¿Mis medicinas?

    —Exacto —asentí—. Quienquiera que esté detrás de Monokuma y Reversekuma debe conocer sobre tu enfermedad y saber las medicinas necesarias para curarte, pues, si no recordáis mal, al empezar nuestra vida en la Academia, esas medicinas estaban en tu dormitorio, ¿verdad, Mimi?

    —Bueno, sí… —asintió ella.

    —Y, si no me equivoco —continué asegurando yo—, tú no habías contado detalles de tu enfermedad a casi nadie, solo a los más cercanos. Nosotros, como miembros de los Gamma, éramos de los pocos que sabíamos tu enfermedad, ¿cierto? Al menos antes de perder los recuerdos, claro. Conocer las medicinas que debes tomar… es una información muy específica. Por eso creo que quien las puso ahí debía ser uno de nosotros. Un Gamma.


    —Upupupupu… un Gamma, ¿nosotros? ¡Pffff! ¡Menuda chorrada! —se excusaba torpemente Monokuma—. Nosotros somos Seguidores de la Desesperación.

    —¡Exacto! —corroboró Reversekuma—. Somos amantes de la desesperación.

    —Eso salta a la vista —musitó, de forma severa, Hubert—. Pero no tienen por qué ser conceptos incompatibles, ¿no?

    —¿Upupu… pu?

    —Hubert tiene razón —medité—. Podíais ser miembros de los Seguidores de la Desesperación… infiltrados entre los Gamma. De hecho, es lo más plausible ahora.

    —Emily… pero… —Steve miraba hacia abajo, nervioso—. No lo entiendo. Es decir, salta a la vista que ninguno de nosotros puede ser uno de ellos, porque Monokuma y su hermano son controlados a distancia, y ninguno de nosotros está manipulándolo ahora, ¿cierto? Y los demás están muertos… ¿cómo puedes asegurar eso, entonces?

    … Monokuma y Reversekuma, ¿quiénes se esconden detrás de ellos? ¿Dos de los cuatro supervivientes? ¿Dos de los ya fallecidos, de algún modo? Si examino con detalle las pruebas… se me ocurre una opción. Una forma de explicar un dato que ya a Ian le preocupaba desde el primer momento.

    —Creo que las mentes maestras son parte de los doce fallecidos.

    —¿¡F-Fantasmas!? —exclamó Mimi, acongojada—. ¿Q-Qué eres ahora, médium, como Elisa?

    —N-No, no se trata de fantasmas —dije rápidamente, atajando aquella línea de conversación tan absurda—. Se trata de que… tal vez hay alguien que nunca llegó a morir, pese a que creamos que sí.

    —¿Huh? —Monokuma se llevó la patita a la boca, con curiosidad—. Vaya, vaya. Interesante teoría esa, Super Esperanza. ¿Cómo pretendes defenderla?

    … ¿Cómo? Huh. Es solo una hipótesis, pero…

    —Creo que la clave son lo videos de la trituradora.

    —Sí —asintió Hubert—. Es justo lo que yo había pensado.

    —¿Los videos? —meditaba Reversekuma—. Explícate, bastarda.

    Había diez videos antes de la muerte de Ian, cuando había once víctimas. Uno de esos vídeos correspondía a la muerte de Tau y los demás, pero, ¿y los otros nueve?

    —¿Nunca os habéis preguntado qué hacen las mentes maestras con los cadáveres? —pregunté, misteriosa—. Sabemos que limpian las escenasde los crímenes con celeridad, pero, ¿dónde pueden guardar en esta Academia los cuerpos? Hemos recorrido prácticamente todos sus recovecos, y no hemos encontrado nada así. ¿No se os ocurre nada…?

    —¿L-La trituradora…? —susurró Mimi.

    Asentí.

    —Excato. Lo más probable es que se deshagan de los cuerpos con la trituradora. Y gracias a la muerte de Dante… sabemos que se graba automáticamente el momento en el que ésta funciona cada vez que se utiliza. Por lo que esos videos debían ser ocasiones en las que la trituradora fue utilizada. Excluyendo el video de Tau y los demás, nos quedan nueve videos… y en aquel entonces había once víctimas.

    —F-Faltan dos… —susurró Steve.

    —P-Pero, ¿no puede ser que usasen la trituradora para eliminar varios cadáveres a la vez?

    Negué vehementemente ante la duda de Mimi, y fue Hubert el que contestó.

    —Yo mismo consideré esa posibilidad, pero no tiene sentido. Lo más coherente sería valorar tres posibilidades: o se usaba la trituradora para eliminar a víctimas y asesinos simultáneamente, en cuyo caso habría siete videos (el de Tau, el de Dante, el de Drake, y los cuatro del resto de casos); o se usaba para eliminar a víctimas y asesinos por separado, en cuyo caso, si asumimos que Chad y Alpha fueron eliminados al mismo tiempo, habría diez videos, y no nueve; o, tal y como tanto Emily como yo sospechamos, se usó la trituradora aisladamente para cadáver. Solo así las cifras coincidirían con lógica. De otro modo, el patrón que se seguiría para su uso sería tremendamente errático.

    —Sabiendo que sobran dos videos y que todo apunta a la existencia de dos mentes maestras… sencillamente, por inverosímil que sea, todo cuadra de ese modo —aseguré, tragando saliva—. No sé si lo hacían así las mentes maestras… puede que por mera meticulosidad, o quién sabe por qué. Pero, tal y como dice Hubert, las cifras solo cuadran si asumimos que se usó la trituradora individualmente. Y la falta de dos videos es… demasiado casual.

    —¿Entonces… dos de los que creíamos muertos están vivos realmente? —Mimi lucía tremendamente impactada.

    Yo asentí con lentitud, observando en todo momento a Monokuma y su hermano, que estaban terriblemente tensos. Estábamos cerca, podía notarlo. Habíamos dado con la clave.

    —… ahora solo nos queda pensar en quién puede seguir vivo.

    —P-P-Pero… ¡vimos las ejecuciones de todos los asesinos, y pudimos comprobar que todas las víctimas estaban muertas! —Steve no daba crédito. Se negaba a creerlo.

    —¡Exacto, maldita sea! —intervino Monokuma—. ¡Te equivocas!

    —¡Eso, eso, te equivocas! —corroboró Reversekuma.

    T-Tengo que reflexionar esto con lentitud. Debo recordar todas y cada una de las muertes de las víctimas y ejecuciones de los asesinos. Si conseguía encontrar una sola que luciese mínimamente sospechosa, una muerte donde la muerte no hubiese sido visible y evidente, ¡debía centrar mi atención en ella! Y una vez que localizase cuál de todas las muertes, aunque fuese solo una, lucía extraña… debía mirar las pruebas con detenimiento y encontrar una que apuntase a esa persona como la mente maestra.

    ¡Estaba demasiado cerca como para rendirme ahora!



    Non-stop Debate!

    ¿Con que uno de los que parecían estar muertos en realidad no lo está? ¡Hmpf! Vaya tontería —inició Reversekuma.

    ¿Y quién podría estar vivo, huh? ¿Una de las víctimas? —siguió su hermano.

    ¿La pequeña Talía, que murió de un golpe en la cabeza propinado por su propio osito?

    >> ¿Liza, la criadora, asesinada por estrangulamiento?

    >> ¿O crees que Chad sobrevivió a la puñalada?

    >> ¿Será, tal vez, Alpha el que aguantaría una punzada en el pecho?

    >> ¿Puede que fuese Effy, y las heridas postmortem fueron “intervivos”?

    >> ¡Ya sé! Estás deseando que sea Dante, en realidad, ¿huh? ¡Tal vez nunca cayó a la trituradora, huh!

    >> Sería realmente inesperado que al final fuese el propio Ian el que está vivo, ¿eh?

    ¿Tal vez crees que sigue vivo un asesino, pese a la ejecución? —cuestionó, ahora, Monokuma, irónico.

    >> ¿Crees que Ukita pudo sobrevivir a la explosión de Mentos?

    >> ¿Puede que creas que Lucas aguantó ser descuartizado por plantas carnívoras?

    >> ¿O tal vez me estás diciendo que la pobre Elisa no fue realmente chamuscada por los Cazafantasmas?

    >> ¿Acaso crees que Brendan pudo sobrevivir a aquellas cuchillas gigantes?

    >> ¿… o no me digas que crees que Drake no fue fusilado delante de tus propios ojos?

    Puhehehehe. Es absurdo, ¡absurdo!

    ¿Y bien? ¿Reconoces que es imposible que haya alguien que esté vivo, además de vosotros cuatro, o aún no?


    … solo hay una persona que pudo sobrevivir a su muerte. Solo hay una persona que no sufrió heridas mortales, al menos no que nosotros pudiésemos ver. Obviamente, asumimos que había muerto, pero, ¿fue así? Nunca pudimos comprobar su cadáver… desapareció de nuestra vista.

    ¡Le señalaré a esos osos quién puede seguir con vida y habernos engañado todo este tiempo!


    ¿Con que uno de los que parecían estar muertos en realidad no lo está? ¡Hmpf! Vaya tontería.

    ¿Y quién podría estar vivo, huh? ¿Una de las víctimas?

    ¿La pequeña Talía, que murió de un golpe en la cabeza propinado por su propio osito?

    >> ¿Liza, la criadora, asesinada por estrangulamiento?

    >> ¿O crees que Chad sobrevivió a la puñalada?

    >> ¿Será, tal vez, Alpha el que aguantaría una punzada en el pecho?

    >> ¿Puede que fuese Effy, y las heridas postmortem fueron “intervivos”?

    >> ¡Ya sé! Estás deseando que sea Dante, en realidad, ¿huh? ¡Tal vez nunca cayó a la trituradora, huh!

    >> Sería realmente inesperado que al final fuese el propio Ian el que está vivo, ¿eh?

    ¿Tal vez crees que sigue vivo un asesino, pese a la ejecución?

    >> ¿Crees que Ukita pudo sobrevivir a la explosión de Mentos?

    >> ¿Puede que creas que Lucas aguantó ser descuartizado por plantas carnívoras?


    —… sí —sentencié, alzando la cabeza—. Exactamente. Eso es —mis ojos brillaban con fuerza, y hasta yo podía notarlo—. ¡Lucas está vivo!


    —¿Eeeeeh? —Monokuma dio un paso atrás—. ¿Qué te lleva a pensar semejante absurdez?

    —En el Caso de Lucas, el Super Botánico fue ejecutado por plantas carnívoras, ¿cierto? Dichas plantas arrancaron una de sus piernas y uno de sus brazos: todos pudimos ver eso. Pero… luego, la planta simplemente se lo tragó. Nunca llegamos a verlo morir directamente. Y una persona puede sobrevivir perfectamente a la pérdida de un brazo y una pierna, siempre que sea tratado.

    —¡P-Pero…! —Mimi tenía los ojos tremendamente abiertos—. E-Es decir, ¿Lucas? ¿En serio crees que él…?

    —¿C-Cómo pudo tratarse semejantes heridas? —Hubert abría los ojos, atónito—. E-Es decir, hablamos de un brazo y una pierna completos. Hubiese sido raro que no se hubiese desangrado… ¿no crees?

    —… —había una cosa en la sala de control… algo que aún no tenía mucho sentido. Pero si pienso que Lucas tiene vivo, tiene muchísimo sentido. De hecho, lo explica prácticamente todo—. ¿Recordáis los planos de la sala de control? Esos planos mostraban un diseño de brazos y piernas robóticos. No obstante, no había ningún robot en la zona.

    —T-Tal vez no llegó a crearse, simplemente, ¿no? —cuestionó Mimi, también impresionada ante aquella revelación que costaba tanto asimilar.

    —No, el diseño de los planos se llevó a la práctica. Y hay algo que lo demuestra: las piezas que faltan de la torreta, ¿recordáis? —fruncí el ceño—. Esas piezas de metal no estaban en ninguna parte, y alguien las había retirado de la torreta sin motivo aparente. Pero, ¿y si las usó para crear un brazo y una pierna de metal?

    —¿D-Dices que Lucas se creó un brazo y una pierna… falsos? —Steve alzaba las cejas con algo de repulsión—. ¿U-Unas prótesis de metal? ¡E-Es una locura!

    —Y, sin embargo, explicaría muchas cosas —aseguré—. Además, ¿conocéis a alguien de entre nosotros dieciséis, al margen de Lucas, capaz de diseñar algo así? ¿Capaz de reparar todo el sistema eléctrico de la trituradora, de añadir reglas al Gran Cerebro, y, en definitiva, ser capaz de llevar a cabo tales hazañas? Lucas es el único candidato posible para mí.

    —… meh —Reversekuma se encogió de hombros—. Lo que dices es una mera posibilidad.

    Negué con la cabeza.

    —No, ¡no es solo una posibilidad! Ahora… ahora lo entiendo todo. Cuando descubrimos que Monokuma y tú solo podíais ser manipulados desde la sala de control o mediante un dispositivo a distancia, me cuestioné algo: ¿cómo hizo la mente maestra, de ser uno de nosotros dieciséis, para manipular al oso en los primeros días, cuando los dieciséis estábamos juntos? Ahora lo entiendo. Lucas es el único que podía manipularlo aún estando entre nosotros, de hecho.

    —¿Eh? —Monokuma apretaba su puño—. ¿Y c-cómo asumes que hizo aquello?

    Sonreí con la mitad de mis labios.

    —Pues con lo mismo de siempre, claro. Con su Plantix, con el aparato que siempre usaba. Lucas siempre estaba distraído toqueteando su cacharro cuando Monokuma aparecía delante de todos. En un principio, todos asumíamos que estaba, simplemente, distraído. Pero… ¿y si usaba el aparato para controlar a Monokuma, como una suerte de mando a distancia?

    —P-Pero el Plantix2000 solo servía para asuntos relacionados con las plantas… —susurró Hubert.

    —… eso es lo que él decía. Pero, ¿realmente era así? —comenté, segura de mí misma, con la mirada encendida.

    Miré entonces a los dos osos, que estaban tensos e inmóviles, quietos sobre el atril de Ian.

    —¿Y bien? ¿Vais a reconocerlo ya? —les apunté con un dedo, decidida. Iba a llegar hasta el final. Lo haría. ¡De ningún modo pretendía rendirme tan pronto! —. Una de las mentes maestras eres tú, ¡Lucas Diamond, el Super Botánico!

    —… —ni Monokuma ni su hermano pronunciaban palabra.

    El silencio se hizo tenso, de pronto. Nadie decía nada. Hasta que, con lentitud, los dos osos dieron un salto hacia atrás y cayeron inmóviles hacia el suelo, nuevamente inactivos. De pronto, una voz familiar pudo oírse.

    —… bueh, prefiero que me llaméis Super Inventor.

    Cuando nos giramos en dirección a la voz, pudimos verle, saliendo del ascensor, encogiéndose de hombros: Lucas estaba allí, vivo, perfectamente vivo. Su gorra sobre sus cabellos oscuros, su mirada adormecida, todo en él era casi igual… salvo por el enorme e imponente brazo robótico que sobresalía de su manga y la pierna igualmente metálica que podía entreverse por el tobillo. Caminó sin mayor preocupación hasta colocarse en el atril que le correspondía, apartando de un golpe la foto que antes le sustituía. Y, con la mano robótica, se golpeó la cabeza, en gesto pensativo.

    —… de hecho, odio las plantas, en realidad, duh —susurró.


    —L-L-Lucas… tú… —Steve estaba blanco.

    —M-Maldito bastardo… —susurró Mimi, apretando los dientes.

    —¿É-Él es la mente maestra? —inquirió Hubert.

    El chico, con actitud totalmente despreocupada, dijo:

    —¡Vaya! Demonios. Me habéis pillado, ¿eh? ¡Estoy sorprendido! —alzó ambas palmas, aún con gesto adormilado, una a cada lado de su cabeza—. ¡Bravo! ¡Me rindo ante vosotros! Yo soy la mente maestra. Todo es como esa chica ha dicho. Quién la ha visto y quién la ve… si antes casi ni hablaba, ¿eh?

    Suspiró, agachando la cabeza.

    —Pero vaya, es una lástima que se haya pasado tan por encima el asunto de mis inventos. ¡Deberíamos dedicarle una clase de juicio entera a todas las cosas que he hecho, eh! ¿Verdad que la idea de la explosión de Mentos en Coca-Cola fue genial? Fue idea mía, también. ¡No me negaréis que no hago honor a mi título!

    S-Super Inventor, huh. Ese era el verdadero título de Lucas. Pero, ¿por qué ocultarlo hasta ahora? Había dicho que odiaba las plantas, y fingía ser “Botánico”; pero, de pronto, reconocía sin ningún problema ser el Super Inventor, cuando nadie lo ha cuestionado, de hecho. ¿Por qué?

    Y, al mirarle bien, lo entendí. El Super Inventor. Un niño prodigio capaz de diseñar en un abrir y cerrar de ojos cualquier cosa de la que tuviese planos… y, si no los tenía, él los diseñaba. Yo conocía a un niño así. Bueno, nunca llegué a conocerlo, pero… sí que oí hablar de él.

    —T-Tú eres… el hijo de Abeto —le dije, impactada.

    —¿¡Huh!? ¿A-Abeto? —se dio golpecitos en la cabeza, nuevamente—. ¡Vaya! —luego, llevó la mano robótica a su mentón, pensativo—. El nombre me s-suena, pero no caigo.

    —… s-siempre has sido el hijo de Abeto —mis ojos estaban desencajados, y mi mente trataba de procesar todos los datos que bailaban entre mis recuerdos—. De pequeño, desapareciste… nunca te llevaste muy bien con tu padre. Si no recuerdo mal, su mujer murió en tu parto, de hecho, y eso provocó que Abeto tuviese un recelo hacia ti, uno que era incapaz de contener. Y todo se agravaba por tu talento —llevé mi mano a mi pecho, compugnida—. Superabas con creces a tus hermanas en talento, incluso a tu padre… y eso despertaba envidias y recelos hacia ti, pese a que solo eras un niño, pese a que trataban de evitar pensar en eso.

    —Para, para, vas a hacer que enrojezca —decía, con ambas manos en la nuca, y expresión invariable.

    —¿Cuando desapareciste… acabaste con ellos? ¿Con los Seguidores de la Desesperación? —susurré—. ¿Te secuestraron? ¿Qué pasó…? ¿E-Es esto… una especie venganza?

    —Hey. Hey, hey, hey —Lucas se tapaba los oídos de forma algo ridícula, con un dedo de cada mano—. Dejemos el drama familiar, ¿sí? Ese no es el punto. El punto es que, en efecto, yo soy la mente maestra, ¡punto y final! ¡Caso resuelto!

    —¡Y una mierda! —gritó Mimiko, furiosa—. ¡S-Sabemos que hay dos de vosotros!

    ¡Oh, my! —exclamó Lucas, palmas alzadas—. ¡N-No me digas! ¡¿Somos dos y no me había dado cuenta…?!

    E-Esto es… absurdo. Él es la mente maestra; el hijo perdido de Abeto. Pero actuaba de forma absurdamente despreocupada, rozando lo ridículo. Cierto era que Lucas siempre fue un poco despistado y actuaba de forma algo extraña a veces, pero, ¿esto? Daba la impresión de que estuviese representando un papel, o algo similar.

    Y, si poníamos en orden todos los eventos, era obvio que Mimi tenía razón. Había alguien más.

    —Exacto —Hubert le miraba con repugnancia—. No te hagas el ignorante. Sabemos que sois dos las personas detrás de Monokuma y Reversekuma… tú y alguien más. Dos mentes maestras —le señaló, acusador, con su dedo—. ¡Dime, maldito sádico! ¿Quién más ha fingido su muerte? ¿¡Quién es tu compañero de crímenes!?


    La otra persona que actuaba junto con Lucas en todo esto… la otra mente maestra, ¿eh?

    Si sabemos que Lucas nunca fue ejecutado y es una de las dos mentes maestras, la otra persona solo puede ser…

    N-No, pero… esa persona está muerta, ¿no? N-No hay duda de que murió. Está claro que murió. No puede explicarse de otro modo, ¿c-cierto?

    Pero…

    —Si Lucas es una de las dos mentes maestras —dije en voz alta, reflexiva—, entonces su ejecución fue una simple farsa.

    —Auch —dijo él, llevándose la mano real al pecho—. Eso duele en mis sentimientos, ¡puse mucho mimo en hacer aquella ejecución! Y el asunto de amputarme un brazo y una pierna dolió también, duh.

    Ignorándole, seguí hablando.

    —… pero todos le votamos. Si él no hubiese sido el asesino de aquel caso, al votarle, todos deberíamos haber sido ejecutados, y no fue así. Y, de haber sido realmente el culpable Lucas, entonces debería haber sido ejecutado efectivamente: su ejecución no pudo haber sido falsa, o el Gran Cerebro habría reaccionado.

    —… ¿y eso quiere decir queeee…? —instaba Lucas a que siguiese.

    E-Eso quiere decir, de algún modo que no logro entender… que la única persona que puede ser la segunda mente maestra es ella.

    —Eso quiere decir que no solo la ejecución, sino todo el segundo caso fue una farsa.

    —¿Todo el segundo caso…? —reflexionó Hubert—. ¿I-Incluida la muerte de la víctima, quieres decir?

    Asentí, no sin cierto atisbo de duda.

    —E-Exacto —dije—. La víctima debió ser falsa, de algún modo. Liza White… también debe estar viva. No hay otra opción posible.

    —¿E-Ella también? —Steve no daba crédito—. Pero… pero Liza… Liza estaba muerta, ¡todos pudimos verlo!

    —S-Sí, es verdad —asentí—, pero, ¡es la única posibilidad para que todo tenga sentido! Si Lucas Diamond está vivo, ¡Liza White debe estarlo también!

    —¿Liza, la mente maestra? P-Pero Liza era… tan dulce —susurró Mimi.

    De pronto, escuché un amago de carcajada que Lucas tuvo que retener, y todos le miramos sin entender bien.

    —Perdón, perdón —se excusó—. Es solo que me ha hecho gracia eso. ¿Dulce, habéis dicho? Bueno… —se encogió de hombros—, yo no describiría a Lady Lizzie así, a decir verdad.

    —¿”L-Lady Lizzie”? —pregunté, alzando la mitad de mis labios.

    Lucas se llevó entonces la mano real al oído, y me di cuenta de que llevaba una suerte de pinganillo allí.

    —¿Eh? ¿Ya? ¿Vas a revelarte ya? —comenzó a hablar, casi como si estuviese hablando con alguien más además de nosotros—. Vale, vale. Vendrás desde el techo, como hablamos, ¿no? ¿Pongo la música y eso?

    —¿M-Música? —preguntó Hubert, confuso.

    —E-Esto es totalmente surrealista —dijo Mimi, pálida y mareada.

    Y, entonces, Lucas sacó su Plantix del bolsillo y, tras presionar algunos botones, una música estridente comenzó a bañar toda la clase de juicio.


    Todos tuvimos que taparnos los oídos ante aquella estruendosa melodía que parecía provenir de todas partes, salvo Lucas, que miraba encandilado hacia el techo.

    —¡¡Apagad ese horror, por favor!! —gritó Mimi entre todo el ruido.

    Pero Lucas solo sonrió, señalando con ambos dedos hacia arriba. Cuando miramos en esa dirección… lo que vimos fue de todo punto absurdo. Surrealista, en efecto, tal y como decía Mimi. Bizarro, era la palabra.

    Una figura femenina descendía desde el techo, sujeta por hombros y mangas por una bandada de pajarillos, que parecían esforzarse tremendamente por mantener el vuelo ante tal peso. La chica que bajaba descendía como si fuese una suerte ángel… un ángel ciertamente demoníaco.

    Pronto, un par de monos con enormes narices aparecieron de alguna parte, agarrando la fotografía de Liza White y apartándola de allí. Pronto, Liza tocó el suelo con los pies, colocándose en el lugar que le correspondía en la clase de juicio y los pájaros ascendieron de nuevo hasta el techo. El aspecto de la Super Criadora era ciertamente distinto: ahora, no llevaba gorra, y su pelo estaba recogido en dos coletas, cada una de las cuales estaba sujeto con un coletero con la forma de un oso, idénticos a los rostros de Reversekuma y Monokuma. Con la mirada alta y los ojos ahora de color rojo, completamente perdidos en un mar de desesperación, aquella chica se llevó las manos a la cintura, y dijo:

    —¡Saludos, chicos! Lamento la tardanza… ha sido aburrido estar todo este tiempo desde las sombras, ¡pero ya estoy aquí, para todos vosotros! —se llevó un dedo a los labios, tirando del labio inferior ligeramente—. Regocijaos, porque no todos los días tenéis la oportunidad de conocer a la Diva de la Desesperación, ¡Liza White!

    —B-Bueno, ya te conocían, y eso, pero, huh —Lucas se daba golpecitos en la cabeza. Luego, llevó ambas palmas junto a su cabeza, como había hecho varias veces con anterioridad—. ¡Regocijaaaaos!

    E-Esto… esto no podía estar pasando. Esto no tenía ningún sentido. ¿Estas dos personas… estos dos locos… eran las mentes maestras que han estad atormentándonos todo el tiempo?

    Por algún motivo, mi corazón palpitaba con fuerza y celeridad al observar los ojos rojos de Liza. Unos ojos casi demoníacos… cargados de, en efecto, pura desesperación.

    Estudiantes: 6
    - Emily Hodges – Super Esperanza (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Drake Orestes – Super Policía (MUERTO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (MUERTO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Inventor (VIVO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (VIVA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Dante Miles – Super Guardián (MUERTO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: Dante


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
    Balas de la verdad

    - Caso de Ukita:
    el caso de Ukita fue el primero de la Academia, con Talía Wells como víctima. La chica murió por un golpe en la cabeza con su oso de peluche, que tenía un ladrillo dentro del mismo. Fue la propia Talía la que metió el ladrillo allí, planeando matar a alguien, pero terminó siendo usado en su contra. Ukita mató a Talía por error, cuando pretendía asesinar a Steve, asustado por el motivo de Monokuma: la ruleta. No obstante, Ian manipuló estos eventos para utilizar a su favor la suerte de Steve, provocando así los eventos tal y como sucedieron. Para el crimen, Ukita e Ian se hicieron valer del sistema de riego y del crecimiento automático de las lianas del jardín interior, que fue la escena del crimen.

    - Caso de Lucas: Lucas Diamond mató a Liza White mediante estrangulación, a consecuencia de la paranoia provocada por sus acciones prohibidas. El crimen sucedió en la biblioteca, habiendo aprovechado Lucas la inocencia y confianza de Liza para atraerla allí. Hubert había instalado cámaras con la ayuda de otros alumnos, pero Dante y Emily terminaron provocando que existiese una vía de salida de la biblioteca a través de la sala de música, la cual fue usada por Lucas para huir sin ser visto. Sin embargo, la nutria de Liza atacó a Lucas durante el crimen, que tuvo que inyectarle un veneno para librarse de ella. Fue Dante el que, después, se deshizo del cuerpo del animal en el incinerador.

    - Caso de Elisa: Elisa Daroch mató a Alpha Xenodis y a Chad Redflame, en ese orden, en las dos salas de la torre de vigilancia, por puñaladas en el pecho. Aprovechó la información que le dio Alpha sobre los mecanismos de dicha sala para crear la ilusión de que un cadáver desaparecía, provocando un apagón para manipular los mecanismos en plena investigación y alternar entre las dos salas. Elisa mató a Chad desde la sala de arriba, lanzando un cuadro para empujarle desde lo alto. El motivo de este crimen fueron los videos de los alumnos, ya que, gracias a su video, Elisa estaba convencida de que podría revivir a todos si lograba salir de la Academia.

    - Caso de Brendan: Brendan Ruby mató a Effy Joy con una puñalada en el pecho, quien era Gamma, en un acto de sacrificio por su parte para evitar el motivo de Reversekuma, que era un límite temporal para que el traidor provocase un asesinato. Brendan tenía tres personalidades muy peligrosas, y temía que fuesen despertadas por la mente maestra, de modo que Effy se ofreció como víctima para impedir que eso sucediese. No obstante, Ian manipuló la escena del crimen para que pareciese provocado por tres personas diferentes, utilizando un efecto polea para elevar el cuerpo de Effy hasta el techo.

    - Caso de Drake: Drake Orestes mató a Dante Miles de un tiro en la cabeza, todo surgiendo del video que Dante recibió de forma repentina en su iKuma, revelando la verdad detrás de su talento, el de Super Guardián. Dante había planeado provocar que Emily se convirtiese en la culpable de su asesinato, provocando que le envenenase sin saberlo a través del café, y luego arrojándose a sí mismo a la trituradora. No obstante, Drake descubrió el plan de Dante a tiempo, y, en aras de evitar que Emily pudiese ser ejecutada por matar a su novio, le disparó en la cabeza en mitad del trayecto a la trituradora.

    - Video de la verdad: el video de Dante revela que el chico era el Super Guardián, y tenía la única misión de, con unas habilidades potenciadas gracias a experimentos del profesor Abeto, de proteger a Emily, quien era la Super Esperanza. También se revela la verdad sobre la desesperación, identificándola como una suerte de virus, y sobre los Gamma, quienes eran los salvadores y no los causantes de la destrucción del mundo. Además, se habla de la Pérdida como una guerra que desequilibró la naturaleza en sí y redujo la población humana drásticamente.

    - Limpieza de las escenas: las mentes maestras siempre limpian las escenas de los crímenes a una increíble velocidad, sin dejar ni rastro de las pruebas y de los cuerpos.

    - Medicinas de Mimi: Mimiko Honda sufre de esquizofrenia. Necesita de una medicación que el profesor Abeto y los Gamma dejaron en el laboratorio, pero, al inicio de la vida mortal de los estudiantes, ella disponía de dichas medicinas en su dormitorio. Quien las hubiese dejado allí, sabía de su enfermedad.

    - Sistema de electricidad reparado: el sistema eléctrico que Dante rompió había sido reparado de forma algo apresurada. Dicho sistema era el que permitía manipular la trituradora.

    - Diez videos: la cámara de la trituradora había registrado diez videos, de los cuales solo eran visibles el de Dante y el original, donde morían Tau y los demás dirigentes. Después del de Dante, surgió un video nuevo.

    - Espejo: en la sala de armas había un gigantesco espejo que ocupaba toda la pared. Al ser disparado con la ballesta, quedó reducido a trozos.

    - Ballesta: entre todas las armas del almacén de las mismas, había una enorme ballesta cargada con un arpón y apuntando directamente hacia el espejo. Dicha ballesta requería de varias personas para poder ser manipulada correctamente.

    - Ausencia de piezas: en una de las torretas de asalto faltan piezas metálicas que alguien ha extraído por algún motivo.

    - Manuales de Ciencias: al parecer, los documentos que Dante ocultó eran meros manuales de ciencias. Sin embargo, la teoría de Ian era que la mente maestra se deshizo de ellos. Pero, ¿por qué eran tan importantes estos documentos?

    - Acciones de Dante: Dante siempre se había comportado de forma extraña: ocultó los documentos, llevó la nutria de Liza al incinerador, decía saber más que los demás sobre ciertas cosas, parecía "entender" y "ver" algo que los demás no podían...

    - La Pérdida: la Pérdida fue un evento mencionado en el video de Dante, una Guerra provocada por la Desesperación que destrozó el equilibrio natural. Por algún motivo, todos los alumnos parecen ser incapaces de recordar bien los detalles sobre este evento, pese a haber recobrado la memoria casi por completo.

    - Ausencia de cámaras: en las dependencias secretas no había ningún tipo de cámaras oficiales.

    - Arpón: el arma del crimen fue un arpón, incrustado en el cuerpo de Ian, atravesando todo su estómago.

    - Carrito de ropa: un carrito móvil lleno de sábanas blancas limpias estaba en las dependencias secretas, cerca del cuerpo de Ian. Las sábanas estaban manchadas de sangre.

    - Foto de familia: en las dependencias secretas había una foto de familia que mostraba a Abeto, Tau, Iota y el tercer hijo desaparecido del profesor. Emily afirma que Abeto y sus hijas nunca conservarían tal foto.

    - Cámara: una cámara portátil estaba colocada justo en la escena del crimen. Fue destrozada por Monokuma, que instaló su tarjeta de memoria en el Gran Cerebro.

    - Tazas de té vacías: en la escena del crimen había dos tazas de té totalmente vacías sobre una mesita.

    - Monokuma: Monokuma y posiblemente también Reversekuma no son más que peluches móviles manipulados por control remoto. Al parecer, son manipulables no solo desde la sala de control, sino a través de algún aparato capaz de manipularle a distancia.

    - Planos de construcción: en la sala de control había una suerte de planos de construcción hechos a mano. Al parecer, iban a construir algo parecido a un robot, en tanto que había dibujados brazos y piernas robóticas.

    - Gran Cerebro: ordenador que es la representación de la IA de la Academia, encargada de vigilar la Academia y llevar a cabo todos los sistemas de seguridad. El Gran Cerebro necesita de cámaras para poder vigilar el cumplimiento de las reglas.

    - Game Boy de Ian: Ian usaba el juego de su Game Boy para dejar registros de los distintos casos de forma poco ortodoxa. En ellos registraba sus observaciones sobre los votos dispares, y afirma que a partir de cierto punto, Brendan y él comenzaron a ser los que votaban a otra persona, dejando Ian de votar de forma distinta solo en el quinto caso, una vez Brendan ya no estaba.
     
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    Vale, no estaba preparada para esto. (?)

    Osea, es que justo hace un par de días Juanjo me estuvo diciendo su teoría de las mentes maestras y me pareció super lógico, porque como me o explicó tenía sentido y pues, teniendo en cuenta que hablamos de se su personaje es Ian, no tenía motivos para desconfiar.

    Y ahí están, son ellos dos, L&L. Claro, entendía que lo de Liza fuese la muerta más fácil de fingir, dentro de todo, pero lo de Lucas no me lo esperaba nada, porque joder, había sido devorado por una planta carnívora, no me iba a imaginar que iba a dejar una pierna y un brazo con tal de engañar al resto. Dios, debió ser doloroso. Luego cuando salió pues sí que me imaginé que era el hijo de Abeto, y claro, siendo realmente el Super Inventor pues todo tiene sentido. Además, ahora que lo pienso, tiene mucho sentido porque en su free time event se quedó extrañado cuando Drake le preguntó lo de que su laboratorio o lo que sea, es que en realidad le daba igual pero claro, tenía que fingir. Impresionante.

    ¿Qué más? Ah sí, por último voy a decir que creo que Lucas es solo ayudante, bueno, creo que queda bastante claro, pero su talento ha cambiado, el de Liza parece que va a seguir siendo super criadora aparte de algo más, super desesperación o algo así, so eso me hace pensar. Bueno, y no me esperaba nada que apareciese con las dos coletas junkonianas, te lo digo en serio, y mira que era de esperarse.

    Nada, ahora viene la pelea final, dios, que ya casi se acaba, no me lo puedo creer. Me va a dar mucha pena, pero bueno, ya casi lo sabemos todo, ahora prácticamente queda entender qué los ha llevado a hacer eso (aunque alguna idea me puedo hacer) y pues el final definitivo y añsdnsñj, qué ganas.
     
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