Apenas Celia le entregó a Hugo aquel objeto, hubo un pequeño destello. Y de la nada, una especie de cristal apareció en manos de Celia. Era pequeño, no mucho más grande que las MonoMonedas, y era de color verde esmeralda. Tenía un brillo peculiarmente hermoso. ¡Fragmento de Esperanza obtenido!
Joseph Suspiré, eso había sido todo, tomé unos momentos para calmarme y pues no empezar a insultar a lo loco Total, me vale, mientras no caiga en su juego mental estoy bien, me da igual también si soy víctima, total, me han pasado cosas como para querer seguir adelante Bostecé, solo era cuestión de tiempo para que empezara a sentirse la desesperación en el ambiente, total, eso era lo que Monokuma quería La gente desesperada toma decisiones bastante irracionales, no se cuando tendremos a nuestra primera víctima Sin mas que pensar, simplemente me recompuse para regresar al Hotel Mirai
Karen Foster Luego de ver aquello, apenas fui consciente de lo que sucedía con los demás a mi alrededor. La cinta siguió corriendo, mostrando cosas horribles sobre sus casas y familias, hasta que acabó. Y una vez terminado, Monokuma se fue. Lo mismo pasó con la profesora coneja, quien se esfumó al igual que hizo el director. Vaya, ni siquiera ella se quedó con nosotros. ¿Significa eso que ya no hay esperanzas? <—Hay una sencilla manera de que corroboren que tan reales son. Dejen esta isla y vayan a comprobarlo... y ya saben lo que tienen que haces si quieren dejar la isla...> Rebusqué entre mis cosas el fragmento que había recibido en el Supermercado y lo sostuve con fuerza. Me negaba a aceptar sus palabras, me negaba a creer que el asesinato nos liberaría de la isla. Además, ¿de qué serviría? Aún si volvía a casa, jamás podría recuperar mis fotografías. ¡Habían sido completamente destruidas! Y dudaba mucho que Monokuma hubiera salvado los archivos en mi computadora... No, matar no me devolvería lo que había perdido. <—Esto… sé que no quizás no sea fácil, pero creo que deberíamos intentar irnos a dormir. En este momento no podemos cambiar nuestra situación actual… quizás será mejor intentar conciliar el sueño y ver una forma de salir de aquí todos por la mañana…> Sí, Nagito tenía razón. Lo mejor era volver a la habitación e intentar olvidar la pesadilla en la que estaba inmersa. Al menos por lo que restaba de noche. Él continuó hablando acerca del mañana, de reunirnos todos en el restaurante, de permanecer juntos, de cooperar. Y, aunque sus intenciones parecían honestas, no deseaba participar. Porque hacerlo significa entrar en el juego de ese oso demoníaco. Pero ¿qué otra cosa podíamos hacer? <—¡Karen, tía! ¿Estás bien? ¡No te pongas así, mujer! ¡Venga, anda, que nos vengaremos!> Las palabras de Celia regresaron a mí. ¿Podríamos? Si todos trabajábamos en ellos, ¿podríamos acabar con Monokuma y escapar de este destino? Incluso cuando yo misma había fantaseado con ello hacía unos minutos atrás, ahora, pasado el calor del momento, me sentía tan incapaz. ¡Demonios, ni siquiera me creía capaz de acercármele! ¿¡Dónde habían quedado aquellas ansias de sangre contra ese peluche deforme!? —Me voy a dormir —informé de la nada, desconociendo si alguien me escuchó o prestó atención. Así que me levanté y me dejé guiar por quienes ya se habían adelantado a regresar al hotel. Distinguí la espalda de Celia más adelante, pero no pude hallar las fuerzas para tratar de alcanzarla. Ni el miedo por quedarme sola me permitía hablar con ella.
Alethea Ethans Tras un largo tiempo, conseguí calmarme. Mi respiración fue retomando el curso normal y mis ojos, aunque rojos e hinchados, ya nos dejaban escapar lágrimas. Me limpié como pude con la palma de la mano. Si me viese mi manager, me regañaría por haber dejado mi rostro sin maquillaje a la vista del público. Sonreí levemente ante la idea. ¿Quién diría que echaría tanto de menos sus regaños? Suspiré, temblorosa, intentando tranquilizarme por completo. Escuché las palabras de Nagito mientras me ponía en pie. Sentí gran alivio al saber que, al menos algunos, pretendíamos no hacer nada ilegal e intentaríamos salir de ahí por las buenas. Tenía que haber alguna manera. Recogí el vaso que había dejado escapar. Era una pena perderlo, lo guardaría para recordar que, después de todo, aun residía esperanza en aquella demoníaca isla. —S-será lo mejor... —murmuré, cabizbaja, ante la idea de descansar. Sería difícil mas no imposible. Dirigí, con lentitud y pesadez, mis pasos hasta el Hotel Mirai.
Hugo Weiss "Claro que podrían acusarme de que no son imágenes reales pero... les aseguro que son bien reales [...] entre ustedes hay un traidor. Un traidor entre los estudiantes me trajo a esta isla y comenzó el viaje de asesinato escolar. ¡Uno de ustedes los traicionó y los condenó a esta situación!" Este basura... Era claro que todo lo que decía era para obligarnos a asesinar a cualquiera de nosotros. Cerré los ojos para relajarme por completo y luego de un rato suspiré. No me dejaría llevar por su intento de manipulación tan sucia... El chico de cabellos blancos sugirió que nos fuéramos a dormir y luego temprano reunirnos en el restaurante del hotel... No sé si lo último era buena idea. Si algunos se creyeron el cuento del traidor, seguro no sería un ambiente muy cómodo, pero... Igual si no asisto sospecharían de mí. Joder, qué situación. De pronto, sentí como algo chocaba contra mí y justamente una voz femenina me habló al mismo tiempo. Abrí los ojos y era la tal Ackerman, luego miré hacia el suelo y me encontré con... ¡Un estetoscopio! Sonreí ampliamente; me hacía bastante contento ver algo con lo que estaba totalmente familiarizado, que era casi una parte más de mi organism. Rápidamente me agaché para poderlo tomar con mis manos y colocármelo con orgullo, cuidando de no manchar mi bata, hasta que... Claro que parecía una amenaza, niñata idiota; por lógica, todo mundo sabe que con los mismos conocimientos sobre el cuerpo humano que sé, podría usarlos a favor de la muerte: una mínima dosis de más de alguna anestesia y date por muerto... Ó tal vez yo era el único inteligente que podría llegar a pensar así. Esta tipa me estaba sobrestimando y eso no me agrada. La fulminé con la mirada mientras la observaba irse. Lo que haría al llegar a la habitación, sería escribir en un papel: Si estoy muerto y encuentran esto, la principal sospechosa es Ackerman. En realidad de cualquier muerte... Me comencé a dirigir al hotel para poder descansar de todo este lío... Contenido oculto Prometo mañana revisar que esté bien narrado y la ortografía, me estoy muriendo de sueño, ggg
Ziro Allen Su cuerpo lentamente detuvo los temblores que le habían causado apreciar ese video y aunque el color de su rostro aún no se había recuperado por completo se sentía un poco más tranquilo, que eso ya era un paso muy grande a su parecer. Acababa de ver que su segundo hogar estaba completamente desecho y su familia no se encontraba especialemente sana y salva. Pero todo saldría bien. Tenía que pensar así y con suerte, en un futuro no tan lejano se cumpliera y todo regresaría a la normalidad, ¿verdad? Se acercó con cierto cuidado a Adam, no sabía qué tan afectado pudiera estar él y no quería acercarse de repente y resultar alguna clase de molestia o algo parecido. —Supongo que, mañana podremos probar lo que pueden hacer estos controles... —murmuró ofreciendo una pequeña sonrisa, tratando de olvidar las fugaces imágenes que seguían apareciendo en su cabeza —, así que hasta entonces... descansa, Adam. Miró levemente a los demás, antes de dar media vuelta y alejarse de forma lenta hacia su habitación algo cabizbajo, tenía la esperanza que mañana sería un buen día y que tan siquiera la mayoría al desayuno que había propuesto Nagito.
Alethea Ethans Tras la reunión en el comedor, que había resultado ser algo intensa por parte de los estudiantes, poco a poco las personas se fueron dispersando y yendo a diferentes sitios que podían volver a ser explorados. Quizás, tras las nuevas acciones de Monokuma, encontraríamos algo nuevo. ¿Quién sabe? Por mi parte, tras ponerme en pie y recoger la vajilla que había ensuciado, salí del hotel con una dirección clara. El Parque Jabberwock, como bien había dicho Nagito, era extraño. Y como no habíamos podido investigarlo en su momento, la noche anterior, debido a las circunstancias, sería buena idea visitarlo para descubrir algo. Así, acabé en aquella isla central y centré mi vista en la enorme estatua que parecía ser lo único que ahí había. Contenido oculto Nami Roronoa
La estatua gigantesca que se encontraba en el centro del parque parecía representar la unión de alguna forma. Estaba conformada por varios animales gigantes juntos… Alethea logró identificar a un león, una serpiente, un gorila y… ¿una mantis? Eso parecía. Era extraño, pero… ¿por qué le resultaba tan familiar? Sentía como si había visto ya esa estatua alguna vez, pero… no podía recordar donde…
Alethea Ethans Miré aquella extraña estatua con el ceño fruncido. Esos animales que se representaban en ella... ¿por qué me sonaba tanto esa estampa? Estaba segura de haberlo visto en algún otro lugar pero... ni modo. No lograba recordarlo. —En fin... No hay nada más por aquí así que deberé volver. ¿Qué otros sitios había dicho Nagito? Empecé a rememorar los lugares que había nombrado y decidí mi próximo destino.
