Melinda Frenerich Antes de la llegada de los demás estudiantes de primer año y posteriormente de la profesora, Andrew y Parker hablaron de desenmascarar a Snape, pues asociaban la torpeza de su caminar con su desaparición el día que se produjo el incidente del Felirrus. Lo que dijeron durante la conversación tenía bastante lógica, pero de igual manera me pregunté si el misterio de las criaturas mágicas de los pasadizos secretos de Hogwarts se reducía de manera tan simple a un docente del colegio. Yo intuía que la trama secreta tras todas esas incidencias era mucho más compleja, y el profesor Snape no me parecía lo suficiente estúpido como para exponerse de ese modo en caso de que él tuviera algo que ver. No estaba plenamente segura de su culpabilidad, pues nada nos garantizaba que el problema de su pierna hubiera sido provocado por algunos de los seres hostiles de los pasadizos (para empezar, ¿por qué había tantos dentro del castillo? ¿Qué hacía un perro de tres cabezas detrás de los muros?). Pero era verdad que Snape escondía algo. Y, cosa rara en mí, sentía interés por conocer su secreto… Sin embargo, una pizca de temor hizo que dudara y no respondiera inmediatamente. Miré hacia el cielo, como para ganar tiempo y pensar si quería enfrentarme a las consecuencias… Pero la profesora Sprout llegó antes que mi respuesta y, debido al comienzo de la clase, tuve que dejar mi conversación con mis compañeros de casa para más adelante. Cuando me coloqué los guantes protectores que se amontonaban en el interior de un cubo, todavía no tenía una respuesta clara. Y mi intención no era distraerme de la clase, porque estaba aquí para estudiar y convertirme en la mejor hechicera de los Frenerich, de modo que me concentré en la conversación sobre plantas mágicas de los alumnos, a la espera de la actividad del día. El tema de la clase de hoy era el Ligústico, una planta que se utilizaba para elaborar pociones para el cerebro, que fue precisamente lo que respondió Kara, a quien noté realmente entusiasmada por la clase. Cuando ella terminó de hablar, levanté la mano para complementar sus dichos con más información: —Las propiedades del Ligústico se concentran en la raíz, las hojas, el tallo y sus semillas, de modo tal que son las partes más utilizadas de dicha planta.
Contenido oculto Solo quería postear para tenerlo todo verdaderamente respondido (?) Victoria Stone Poco después de la llegada de varios alumnos, también apareció la profesora Sprout, permitiéndonos así entrar en el invernadero y dar comienzo finalmente a la clase. Acompañé al resto de mis compañeros hasta el interior y, tras tomar asiento, me coloqué los guantes que debía llevar con tranquilidad. Segundos después escuché la voz de Jara respondiendo a una pregunta de la profesora. En mi casa también había un pequeño jardín con plantas mágicas pero... en ese momento no lograba recordar el nombre de ninguna. Solía ir a ese lugar para leer por la tranquilidad y el ambiente que había, y aunque solía preguntar a mi abuelo sobre las plantas que allí había, siempre me resultaba complicado aprendérmelo. Eso pareció molestar a Ryder, que empezó a reclamarnos que respondiéramos. Simplemente me encogí de hombros, no tenía respuesta para aquella pregunta. Afortunadamente, la profesora lo comprendió y siguió con la clase. Ligústico... esa planta me resultaba familiar. En cuanto escuché la respuesta de Kara y posterior aclaración de Melinda, lo recordé. Conocía esa planta, alguna vez leí sobre ella en un libro. —Si no recuerdo mal... —empecé a hablar tras la intervención de la Ravenclaw—. El Filtro de confusión es una de las pociones que se hace con esta planta, y como bien ha dicho Kara, afecta a la cabeza.
—¡Correcto! Señorita Frenerich, Señorita Willson, anótense 10 puntos para sus respectivas casas —exclamó la profesora Sprout, contenta ante las respuestas de ambas chicas—. Sí, el Ligústico se utiliza para la preparación de pociones e infusiones que afectan nuestro estado mental; puede causar confusión o fuerte dolor de cabeza. Sin embargo, si se ajusta adecuadamente la cantidad deseada y se mezcla con otras dos plantas, se puede producir una poción que crea el efecto adverso a esto, es decir, cura el dolor de cabeza. >> Esta planta es complementaria con otras dos plantas de efectos similares, llamadas Coclearia y Tármica. Combinadas estas tres plantas, se puede crear la Poción de Hierbas, también conocida como infusión de alivio de jaqueca. Y esto será el objeto de estudio de la clase de hoy… ¡Accio Maceta! La profesora agitó su varita y una maceta roja que se encontraba al fondo del invernadero flotó inmediatamente hacia donde ella se encontraba. La mujer puso la maceta en el centro de la mesa, y todos pudieron apreciar que dentro se encontraba un manojo de semillas pequeñas; unas eran verdes, otras marrones, y otras rosadas. —Veamos, quiero que todos tomen del fondo una de las macetas coloradas que están allá en el fondo, y la traigan a la mesa. Luego llénenla con tierra fresca, encontrarán la bolsa de tierra ahí al lado del estante de macetas. Deberán colocar luego una de las semillas en el centro de la maceta, y a continuación recitar el siguiente conjuro… La profesora Sprout volvió a agitar su varita y en la pizarra que se encontraba junto a ella apareció una serie de indicaciones acerca de la técnica de producción de un conjuro. "Encantamiento Vitarius", rezaba arriba de todo como título de la lección. —Muy bien, su objetivo será hacer crecer a estos pequeños bebés… si les sale bien, su semilla debería brotar y de la tierra saldrán dos pequeñas hojas. Una vez que terminen, tomen otra maceta, una semilla de distinto color, y pasen a la segunda planta. Intentaremos hacer crecer en esta clase a las tres plantas que hemos mencionado… ¡veamos quien logra hacer crecer a las tres plantas primero y llevarse a su casa 50 puntos! >> Y bueno, ¿qué esperan? ¡Comiencen! Contenido oculto Steve Yops EliLover Amane Bruno EVF Hey Miguel Nekita GalladeLucario LuKe Lucas Diamond Mil perdones por la demora, ¡comencemos de una vez con la Jardinería mágica! Contenido oculto: Datos del encantamiento Vitarius Clase de conjuro: Especial Uso en el rol: El personaje podrá hacer germinar a las semillas y hacer florecer a las flores. Uso en combates: No tiene uso en combate. Cómo dominarlo: El rolero deberá lanzar seis dados de 15 caras. De esos seis dados, en al menos tres de ellos deberán sacar un diez (10) o superior (es decir, sacar un número entre 10 y 15). Si lo logran, habrán logrado realizar el hechizo con éxito. Para dominarlo por completo, deberán hacerlo efectivamente tres veces. Es decir, tienen que conseguir los tiros de los dados 3 veces, una por cada una de las semillas que se les pide en la clase. ¡Suerte!
Danielle Abbadie. Mire con emoción a la profesora, la cual nos indicaba los pasos a seguir para hacer crecer las plantas mágicas, esto si que se escuchaba fácil y sencillo, supongo no debería tener mayor problema para lograrlo. Primero fui por la maceta y como el saco de tierra quedaba al frente le coloque en el mismo lugar, luego camine con paso tranquilo hasta mi lugar de trabajo y deje la maceta sobre la mesa, después me encamine en donde se encontraban las semillas, tomando una de color verde, apenas volví junto a mis cosas coloque la semilla en la tierra. Ya todo preparado tomé mi varita con delicadeza, alzándola un poco, mire la pizarra donde ponía el encantamiento, recitándolo mentalmente. —Bien, veamos que ocurre —comenté antes de comenzar a mover mi varita —Vitarius.
Kara Willson Asentí con emoción a todo lo que la profesora Sprout, al parecer lentamente esas palabras nos estaban acercando a la práctica de la clase del día de hoy y si no me equivocaba íbamos a plantar tres clases de semillas para lograr hacer alguna clase de poción o algo así. Primero la profesora atrajo hacia ella una maceta gracias a un hecho, después colocó la tierra, luego una semilla y dijo un hechizo para que la planta creciera, ¡yo quería hacer eso también! "¡veamos quien logra hacer crecer a las tres plantas primero y llevarse a su casa 50 puntos!" Rápidamente tomé una maceta y la coloqué en la área donde me había puesto, fui a buscar la tierra y finalmente tomé una semilla de color amarillo en el centro de esta para sacar mi varita, respiré hondo y apunté hacia la maceta —Vitarius.
Frans Andersson Mi paseo en absoluta soledad por los exteriores de Hogwarts, siempre dentro de los límites de aquella cárcel mágica, claro, me acabó llevando a un lugar que, desde lejos, ya pude adivinar que estaba lleno de gente. Cuanto más me acercaba, más identificaba a aquellas personas... había alguna cara conocida, pero nadie que me interesase especialmente. Bueno, a excepción de... ¿ese era Ryder? En fin, discretamente, me uní al grupo, siempre desde atrás, sin llamar la atención. Observé que todos practicaban otro de esos hechizos, ¡sobre una planta! Estos de Hogwarts empezaban a quedarse sin imaginación. La cuestión, en fin, es que necesitaba esa maceta, así que miré a ambos lados en aquel invernadero, y logré divisar las macetillas al fondo. Con discreción, me acerqué a ellas, me agaché y la llené de tierra, y luego, volviendo a mi sitio, con colocar aquellas semillas lo tuve todo preparado. Me quedé callado un segundo... al fin y al cabo, me había metido allí por alguna razón que yo mismo desconocía, supongo que aburrimiento, y ahora no sabía ni cuál era el hechizo. Pero por suerte, oí la palabra de boca de una chica, así que miré a la semilla, aclaré la voz, saqué la varita, y me dispuse a lograrlo yo también. Eso sí, hablé en voz baja. No me interesaba que nadie se diese cuenta de que había llegado. —Vitarius...
Danielle Abbadie. Mire mi maceta con un poco de emoción, esperando ver un resultado magnífico, pero solo había conseguido un par de brotes minúsculos. Arrugue la nariz ante ello, tal parece que sería más complicado de lo que pensaba. Volví a levantar mi varita y cuando estaba por hacer el encantamiento nació una duda, ¿cómo sería si hago este encantamiento en otra persona?, ¿Comenzara a florecer, crecerá, si comió semillas de girasol brotará uno en su interior?, Agite la cabeza para despejar mi mente, ahora era momento de pensar en lograr el encantamiento, no en usos locos del mismo —Vitarius...
Daniel Brown Y de repente millones de zapatos se arrastraban por el suelo. Sí, así era. Me había quedado dormido en clase. Al parecer ahora nos tocaba hacer algo, pero desde luego no sabía el qué. ¿Quién era capaz de atender en estas condiciones? Me moría de sueño y la clase no era precisamente entretenida. ¡Prefería mil veces más a Snape! Imité al resto de alumnos que ya se habían levantado y tomé una maceta del fondo. Luego la llené de la tierra que había en una bolsa, tratando de no mancharme. La tierra era mi elemento favorito, ¡esto debería salirme bien! Aunque no hubiese atendido en toda la hora, ¿eso qué importaba? —Vitarius. —Era el hechizo que debíamos decir. ¿Y qué debía ocurrir exactamente...?
Victoria Stone Justo después de las respuestas de las dos chicas, la profesora Sprout nos explicó que se podría realizar una poción para curar el dolor de cabeza usando tres plantas, siendo una de ellas por la que nos preguntó. Y nuestra misión sería hacer crecer las susodichas plantas en diferentes macetas mediante el hechizo Vitarius. Me encaminé hacia las macetas para recoger la correspondiente y dejarla en mi mesa. Tras recogerme el pelo en una coleta alta, llené el tiesto con la tierra y planté una de las semillas, la verde. Poco después, lancé el hechizo correspondiente hacia la planta, esperando verla crecer. —Vitarius.
Danielle Abbadie. Y nuevamente nada, hice una pequeña mueca, en casa siempre lo que plantaba florecía sin problema, ¿por qué ahora que usaba magia se me estaba haciendo complicado?, aunque bueno, llevaba solo dos intentos, era un tanto comprensible que no saliera. Volví a repetir el encantamiento en mi cabeza, como en ocasiones anteriores tenia ese leve temor de que mi acento interfiriera en la pronunciación, aunque también suponía habían escuelas de magia en Francia, y creo practicaban conjuros similares sin problema. Arrugue la nariz ante ello, estaba por intentarlo de nuevo cuando vi que unas macetas más lejos de la mía Victoria lograba hacer crecer su planta, di un par de aplausos, felicitándola por su logro y maravillada por la planta que había brotado, yo también quiero lograr eso. —Vitarius.
Kara Willson Las plantas no habían crecido, no habían hecho nada de nada. Fruncí el ceño con cierto enojo pero luego me tranquilicé, no debía enfadarme por ese hecho, los hechizos no eran tan fáciles como se creían que eran y ya se había demostrado muchas clases atrás así que no podía rendirme, ¡además mi madre lo había muy seguido, yo también debería poder hacerlo también! —Vamos Karita...—murmuré —Vitarius~
Victoria Stone [¡1 planta conseguida!] —Wow No pude evitar soltar una exclamación de sorpresa al ver como, efectivamente, el hechizo hacía efecto y la pequeña planta dejaba ver un brote sobresaliendo de la tierra. Aquello desde luego se sentía... excitante. Sea como fuere, agradecí la felicitación a Danielle y poco después fui yo la que le hizo saber que me alegraba por haberlo conseguido por igual. El siguiente paso fue recoger otra maceta, llenarla nuevamente con tierra y planta una semilla, esta vez la marrón. Y finalmente, repetir el hechizo. —Vitarius.
Frans Andersson Y aquello no funcionó. No sé por qué me sorprendía. Era ya casi rutina allí, por algún motivo, decías las palabras y no funcionaba el hechizo, como si hubiese pronunciado algo mal o así. Que sí, que soy sueco, pero mi inglés es perfecto, nadie notaría la diferencia. ¿Qué demonios fallaba, entonces? ¿Acaso todos los seres inanimados de aquel lugar me odiaban tanto como yo a ellos? Apreté los dientes y la varita con fuerza. Aquellas semillas no de mofarían de mí. —Vitarius.
Kara Willson ¡Se había movido un poco, estaba completamente segura! Miré a mi alrededor y noté como Denielle y Victoria ya lo habían logrado con una de sus plantas y no tardé mas tiempo en felicitarles, que emoción... hacer crecer plantitas, si lo lograba ya no tendría que esperar cientos de días para tan solo ver un pequeño tallo. Inclusive podría ayudar a mi madre con las plantas y demás, ¡era un ganar - ganar! —Vitarius
Danielle Abbadie. Apenas mi planta broto una sonrisa se gravo en mi rostro, ya sabia yo que no se me haría tan complicado hacer esto, noté como Victoria me felicito de vuelta, le mostré una pequeña sonrisa, para luego ir en busca de otro macetero, después de llenarlo con tierra de la bolsa y volver a mi mesa de trabajo me encamine por otra semilla, cogiendo una marrón en esta ocasión. Ya con todo listo en su lugar agarre mi varita con la mano izquierda, esperemos este salga sin mayor esfuerzo que con la semilla anterior. —Vitarius.
Victoria Stone Aquella vez, la planta solo hizo un atisbo de crecimiento, pero no fue suficiente para que presentase un brote completo, como la anterior planta. Parecía que el hechizo no había sido lo suficientemente fuerte, así que me tocaría volver a intentarlo. Así lo hice. Con la varita en mano, señalando la tierra, volví a pronunciar: —Vitarius.
Danielle Abbadie. Y con el simple movimiento de varita la planta broto en el instante, ahora si me encontraba emocionada y feliz, solo quedaba una planta para poder llevarme los puntos a Ravenclaw. Fui en busca de una tercera maceta, mi alegría se notaba un poco en mi rostro y en mi caminar. Cuando tuve la maceta en mis manos fui directo por la tierra. De vuelta en mi mesa busque la que sería mi ultima planta para hacer crecer, la semilla rosa. Esperemos la suerte siga de mi lado. —Vitarius.
Victoria Stone —Oh vaya... Nuevamente había fallado. Sin embargo, eso no me decepcionó, pues sabía que tenía que seguir intentándolo hasta el final. Conseguiría dominar el hechizo tarde o temprano. Observé durante unos segundos a mi alrededor, descubriendo que éramos pocos los que habíamos conseguido avanzar realmente con el hechizo. Danielle era la que más había adelantado, teniendo ya dos plantas hechizadas. Volví a mi tarea. >>Vitarius.
Kara Willson Fui por mi segunda maceta, nuevamente la llené de tierra para colocar la semilla en el centro de esta, y cuando llegué a la mesa noté que Danielle ya tenía su segunda planta crecida, ¡que suerte! Nuevamente la felicité con una gran sonrisa en mi rostro y dejé la maceta frente a mi, luego volví a apuntar mi varita hacia ella, preparando el hechizo. Si ya había logrado una primera, lograría una segunda mucho más rápido, estaba completamente segura. —¡Vitarius!
Frans Andersson Una de las semillas germinó, y mi rostro se tornó triunfante. Aquello era una señal de victoria, pero no era más que un paso de los tres necesarios: aún faltaban otras dos endemoniadas semillas por crecer. No obstante, no iban a ser mejores que yo, eso desde luego. Así que miré a la segunda con ira y determinación, tosí, aclaré la voz, alcé la varita y... —Vitarius. Era o crecer con Vitarius, o crecer a base de Pire. Esa semilla sabrá qué es lo que más le conviene.
