Long-fic Thomas Fate: Ace Attorney

Tema en 'Fanfics abandonados de Videojuegos' iniciado por MrJake, 28 Enero 2014.

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    MrJake

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    Escritor
    Título:
    Thomas Fate: Ace Attorney
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    8170
    ¡Aquí empieza el cuarto caso! Este caso va a ser bastante largo, probablemente, el más largo de todos los casos. Puede que el quinto le rivalice, pero según mi estimación inicial, El Retorno del Caso va a ser el más extenso de todos. De modo que, sin más dilación, ¡disfrútenlo!

    El retorno del caso

    Realmente, los problemas de verdad, la espiral vertiginosa de recuerdos, venganza, dolor, y demás emociones en la que se convirtió mi vida comenzó con un caso que vendría a remover y a sacudir aquel otro en el que yo fui el acusado, y Apollo me defendió. La conocida como "Matanza del juzgado". Mi pasado comenzaría a palpitar desde ese momento, desde el momento en el que la petición de mi cliente para que le defendiera llegó a la Agencia Polivalente Wright.

    Y no pude evitar recordar aquel juicio, claro... porque nunca llegó a resolverse del todo, al fin y al cabo.


    Recuerdos del pasado, Juicio, Parte 1

    Apollo.

    —U-Ugh —calma, Apollo. Calma. Este es un caso muy complicado, ya lo sabes, pero… ¡p-pero estás bien! Tu cliente depende de ti. Y por muy difícil que sea el caso, debes comportarte como si fueses un auténtico abogado.

    Pero a quién quiero engañar. ¿Estoy realmente preparado para este caso? Tan solo he llevado cuatro casos de asesinato hasta ahora… ¿en serio debo enfrentarme a una cosa tan grave como esta?

    Mi nombre es Apollo Justice, y soy abogado defensor. Digamos que no soy precisamente un experto aún, pues ni siquiera llevo un año ejerciendo… ¡pero me he enfrentado ya a casos muy complicados y he podido seguir adelante! De modo que podré con este, también… estoy seguro.

    —Apollo, se te ve nervioso.

    —S-Señor Wright…

    Este hombre con gorro y sudadera negra con aspecto desaliñado es… mi jefe. Phoenix Wright. Antes fue abogado, como yo, ¡uno de los mejores! Pero hace casi siete años sucedió algo que hizo que su época como abogado acabase. No obstante, unos eventos que me involucraron a mí sirvieron para hacer que todo volviese a la normalidad… de modo que el señor Wright podría volver a ejercer de abogado, si quisiese. El problema es justamente ese: que aún no quiere hacerlo.

    Así que me toca a mí ser el encargado de este caso.

    —Relájate. ¿Has ensayado con tus “cuerdas de acero”?

    —¡S-Sí, señor! ¡¡Soy Apollo Justice, y estoy bien!!

    —Ja, ja, ja, ja, bien, bien. Me alegro de que estés bien. Espero que tengas clara la defensa de tu cliente y el resumen del caso.

    —¡C-Claro…! —eso creo.

    Revisaré mentalmente todo lo que sé. Mi cliente es un chico de veinte años llamado Thomas Fate. Es un estudiante de último año de Derecho, que, junto a otros cuatro compañeros de curso, se encontraba en la sala de deliberaciones del jurado popular, justo antes de que éste determinase su veredicto. Sumando los cinco estudiantes a las doce personas que componían el jurado, eso hace un total de diecisiete personas.

    … pero algo terrible sucedió. Sangre. Mares de sangre. La puerta de la sala estaba cerrada con llave desde dentro. No había aparentemente forma posible de entrar en la sala. Y, cuando todo parecía en regla, y los miembros del jurado iban a dar sus veredictos…

    —Estamos tratando un caso con doce víctimas,Apollo. Todos los miembros del jurado murieron, y la acusación cree que fue tu cliente quien lo hizo, porque hay pruebas incriminatorias de tal cosa.

    —U-Ugh, sí, ya lo sé —las cosas no pueden pintar peor.

    —S-Señor Justice…

    —¡Oh! ¡Thomas!

    Este es mi cliente. Thomas Fate, es su nombre. Es un chico algo particular, pero es un buen chico. Ningún abogado ha querido aceptar su caso por lo complejo que es y todo lo que implica, pero… yo estoy seguro de que él es inocente. ¡Y pienso demostrarlo… creo!

    ¿Uh? ¿Qué ese colgante con el que juguetea entre sus dedos?

    —¿C-Cree que… todo va a salir bien, Señor Justice?

    —¡Claro que sí! —muestra seguridad, Apollo. “Los peores momentos son cuando un abogado debe forzar su mejor sonrisa” —. Eres inocente, y voy a demostrarlo. Sólo necesito que seas fuerte, ¿vale? Es muy probable que el fiscal te llame a declarar al comienzo del juicio, ¡no debes dejarte amedrentar, Tom!

    —¡V-Vale! ¡Confíe en mí, señor Justice!

    —Puedes llamarme Apollo, si quieres.

    —De acuerdo, Apollo.

    —Mmm, ¿Apollo?

    —¿Huh? ¿Sucede algo, señor Wright?

    Parece muy pensativo.

    —Sabes que este caso también es importante para mí. De modo que me gustaría ofrecerte mi apoyo durante el juicio.

    —¡G-Genial, señor Wright! —con el legendario Phoenix a mi lado, ¡es imposible que pierda!

    —Este caso sucedió durante la deliberación del veredicto del segundo caso con jurado popular del país —sí… el jurado popular. Mi último caso fue el primero en el que se introdujo el sistema de jurado popular, un sistema que fue ideado y propuesto por el propio Phoenix Wright. Y ahora… el segundo de los casos con este sistema ha desembocado en esta terrible tragedia—. He pensado que te vendría bien tener claras las bases del Jurado Popular, Apollo. Por eso, traigo este manual del Jurado Popular. Échale un buen ojo.

    —¡G-Gracias!

    Veamos… “El jurado popular se debe componer por doce personas completamente ajenas al caso en deliberación. Las personas escogidas no deben formar parte del mundo jurídico. Los miembros del jurado observarán el transcurso del juicio desde una sala completamente cerrada a la que nadie tendrá acceso, viéndolo a través de cámaras en directo con tan solo diez segundos de retraso en la emisión. Tras la finalización del juicio, cada miembro del jurado votará “Culpable” o “No Culpable”, determinándose la inocencia o no del acusado. Todos los miembros deberán deliberar sobre la votación. Si uno solo de los miembros del jurado determina lo contrario al resto, el veredicto quedará pospuesto”.

    Mm-hm. Recuerdo el sistema. Todos los miembros del jurado deben estar de acuerdo en el veredicto. De no ser así, no se alcanzará veredicto alguno.

    —Es la hora, Apollo. ¿Listo?

    —… estoy listo, Señor Wright. … Thomas. Relájate, y confía en mí, ¿de acuerdo?

    —¡D-De acuerdo, Apollo!

    El futuro de este chico depende de mí. No me importa que esto sea una verdadera masacre. No me importa que se trate de un asesinato en masa. Si Thomas es inocente, ¡lo demostraré! ¡Porque soy Apollo Justice, y estoy bien!



    —Se abre la sesión para el juicio de Thomas Fate.

    —La defensa está lista, su Señoría.

    —… ¿y la acusación?

    L-La acusación ni siquiera ha llegado.

    —Eeh… ni idea, su Señoría —ni siquiera conozco al fiscal de este caso. Sólo he oído que se llama Baurufu, y que ha vuelto del extranjero desde hace mucho. Este es su primer juicio en el país, si no me equivoco—. ¿S-Supongo que llega tarde?

    —Hmmm… intolerable. De modo que ausentándose en mitad de…

    —¡Cállate! —¡eeeeek! ¿Quién? ¿Qué…?—. Hmpf. Wolf ya ha llegado.

    —F-Fiscal Baurufu, empezábamos a preocuparnos porque fuese a ausentarse.

    —Tsk. Un pastor nunca abandona a su rebaño.

    ¿Pastor? ¿Rebaño? P-Pero qué dem…

    —He oído que es muy particular. Salta a la vista, de hecho —sí, y que lo digas, señor Wright—. Pero no te dejes engañar por las apariencias. Parece que, cuanto más excéntrico sea el fiscal, más duro es. Eso es lo que la experiencia me ha demostrado.

    Y-Ya, y que lo digas. Qué me vas a contar, aún recuerdo Gavin y su guitarra imaginaria.

    —Bien, pues, ya que ha llegado, fiscal Baurufu… proceda con su alegato inicial, si es tan amable.

    —Grrr. Es tan simple, tan obvio, que Wolf siente lástima de la defensa.

    —¿E-Eh? ¿Lástima?

    ¡Eeeeek! ¡M-Menudo golpe al atril!

    —Está claro que el acusado es culpable.

    —¡Protesto! ¿Cómo puedes estar tan seguro?

    —… relájate, Apollo —p-pero, señor Wright—. Quiere ponerte nervioso, ¿es que no lo ves?

    —Ha, ha, HAHAHA. Pobre ovejita, avanzando alegre y dando saltitos hacia el matadero, ignorante de lo que le espera. Este caso es claro como el agua. Diecisiete personas en una sala. Doce miembros del jurado, desconocidos entre ellos. Cinco estudiantes de Derecho como oyentes; uno de ellos, el acusado. ¿La muerte? Ocurrió justo cuando se iba a decidir el veredicto. ¿Quién pudo hacerlo? Solo el acusado.

    —¡Un momento! ¿En qué se sostiene su argumento, fiscal Baurufu?

    —… informe de la autopsia global. Los doce cadáveres murieron con cortes en el cuello y puñaladas en el pecho, prácticamente a la misma hora: 12:00. El Juicio acabó a las 11:50; lo dice en el acta del juicio original. El juicio había acabado; se estaba deliberando. Los estudiantes entraron sólo durante la deliberación, a las 11:55. Se puede ver la ubicación en el diagrama del jugado. ¿El arma del crimen? Un cuchillo. ¡Oh! Sorpresa: el cuchillo tiene sangre de todas las víctimas, y huellas del acusado. Se encontró en sus ropas cuando la policía entró.

    —P-P-Pero… si las muertes sucedieron en el momento en que los estudiantes estaban todos dentro, ¡tuvo que haber testigos que lo viesen todo!

    —¡Cállate! No hubo testigos visuales. Las luces se apagaron. Un terrible apagón, que se registra en este informe. Únicamente duró 10 minutos; tiempo suficiente para cometer los crímenes. Aquí una foto de la escena del crimen.

    D-Dios. Menuda masacre. En esta foto se ve la larga y ovalada mesa donde se sentaban los miembros del jurado, y se puede ver cómo todos están muertos con terribles heridas de cuchillo. Hay varios que tienen cortes en el cuello y otros con puñaladas en el pecho, algunos con la cabeza hacia atrás y otros tumbados sobre la mesa. Todos sin vida, y rodeados de sangre por t-todas partes.

    —Esto no pinta nada bien, señor Wright. Si el arma del crimen tiene las huellas de Thomas y él la tenía entre sus ropas, manchada de la sangre de las víctimas, ¿cómo demonios voy a hacer que se eliminen las sospechas a su alrededor?

    —Si tu cliente es inocente, encontrarás la manera. De momento, tenemos demasiada poca información. Y… no sé tú, pero yo lo veo muy extraño.

    ¿Huh? ¿Qué es lo que ve extraño?

    —… piensa en las circunstancias del crimen. Hay varias cosas que parecen demasiado… ¿forzadas?

    ¿Cosas forzadas? No sigo al señor Wright. Pero supongo que tendré que verlo por mí mismo.

    —¿Se ha rendido ya el corderito, ante la innegable relación de eventos? El acusado es culpable. Fin de esta fábula.

    ¿Fábula…?

    —¡Protesto! Ni siquiera hemos recopilado suficientes datos aún.

    —¡Cállate! Arma del crimen. Víctima. Acusado. Huellas. Todo está en regla. No hace falta nada más.

    ¿Todo está en regla? ¿No falta nada?

    … no, claro que falta algo.

    —¡Falta algo muy importante por aclarar! ¡El motivo! ¿Por qué iba mi cliente a desear la muerte de toda esa gente?

    Sigo sin captar a qué se refiere el jefe con eso de que hay “algo raro” en los eventos que sucedieron, pero de momento me agarraré a este clavo ardiendo. ¡Necesito recopilar más datos!

    —Hmpf. Está bien. Wolf no ve la necesidad de dar un motivo cuando todo está tan claro, pero, si así lo desea el cordero colorado, que así sea. Que el acusado suba al estrado y testifique sobre los eventos de la masacre.

    ¡Aquí vamos! Thomas va a ser el primer testigo, tal y como suponíamos. Debo tener cuidado con lo que dice. ¡Si fallamos aquí, puede que este juicio acabe muy mal!


    —Bien, ¿es usted Thomas Fate, estudiante de Derecho?

    —Mm-hm —el pobre Thomas está muy abatido. Es comprensible, alguien de su edad, inmerso en un crimen de este calibre…—. Ese mismo.

    —Bien. Pues que la oveja empiece su testimonio. Ahora.

    —¿Testimonio… sobre qué?

    —… maldita oveja inútil. ¿Qué has aprendido en la universidad? ¡Sobre el momento del crimen!

    Pobre Thomas. Se está cebando con él.

    —¡Protesto! ¿Puede, por favor, ser un poco menos brusco con mi cliente?

    —Tché. Un asesino no merece compasión —p-pero no se ha demostrado que… bah. Déjalo, es inútil razonar con él—. Declara. Ya.

    —S-sí.

    Oh, vamos, Thomas. Cálmate, sé que lo harás bien. Sólo… di la verdad.


    Yo y mis cuatro compañeros habíamos venido junto al profesor Dawn para presenciar la deliberación del jurado popular. Era parte de nuestro trabajo de fin de carrera, y tal…

    A las 11:55, tal y como afirma el fiscal Baurufu, entramos en la sala del jurado popular. Habíamos estado presenciando el juicio hasta que terminó a las 11:50.

    Antes de eso, no tuvimos contacto alguno con los miembros del jurado.

    Recuerdo que las luces se apagaron casi nada más entrar, y entonces… todo se volvió oscuro. Literalmente. Me desmayé.

    Cuando desperté, estaba tirado en el suelo, los c-cadáveres… estaban todos muertos, y… la sangre… u-uf… l-lo siento, es demasiado duro para mí recordar esa imagen.


    Pobre Tom. Esa escena debe ser totalmente traumática para él. Pero es extraño, ¿se desmayó en mitad del apagón? S-Si eso es cierto, definitivamente no pudo ser él el asesino. Pero, claro, ¿cómo pruebo que es verdad? La cara de Baurufu… denota que está lleno de confianza en sí mismo. No creo que se deje amedrentar fácilmente.

    —Mmm… —el señor Wright parece meditativo.

    —¿Ha notado algo en el testigo, señor Wright?

    —… no sabría decirte. Creo que está en estado de shock aún. Me parece que está siendo demasiado evasivo en sus frases.

    ¿Evasivo? Huh… es posible. Aunque es natural, después de todo. Yo también estaría muy confuso en su situación. ¡Y ese es mi trabajo! ¡Hacer que se aclaren sus pensamientos por medio de mi interrogatorio!

    —La defensa puede proceder con el interrogatorio.


    Yo y mis cuatro compañeros habíamos venido junto al profesor Dawn para presenciar la deliberación del jurado popular. Era parte de nuestro trabajo de fin de carrera, y tal…


    —¡Un momento! —huh. Los otros alumnos, eh. Debería preguntarle por ellos. Al fin y al cabo estaban también en la escena del crimen—. ¿Sus cuatro compañeros estuvieron con usted en la sala?

    —Sí, claro.

    —¿Puedo saber sus nombres?

    —Uh-huh. Eran mi amiga Desireé, mi amigo Cameron… y mis compañeros Carl y Samantha.

    Desireé, Cameron, Carl y Samantha, ya veo. Si todos ellos estaban en la escena del crimen, ellos también pueden ser sospechosos, ¿no?

    —¿Y qué hay del profesor Dawn que ha mencionado?

    —Oh, el señor Kalm Dawn. Fue el que nos acompañó al Tribunal y el que programó la visita. Estuvo viendo el juicio en directo todo el tiempo, según sé, y luego estuvo reunido con el Juez Daroul aquí presente.

    —Oh, sí, es cierto. Estuvo conmigo, claro que sí. Es un viejo compañero.

    De modo que Kalm Dawn, ese profesor, no entró en la sala de deliberaciones. Y cuenta con una coartada inamovible: estaba con el propio Juez. Entiendo.

    —Muy bien, puede continuar, señor Fate.


    A las 11:55, tal y como afirma el fiscal Baurufu, entramos en la sala del jurado popular. Habíamos estado presenciando el juicio hasta que terminó a las 11:50.


    —¡Un momento! —las horas son muy ajustadas. Realmente es difícil que todo sucediese tan… tan rápido—. El informe de la autopsia dice que las muertes fueron alrededor de las 12. Como cualquier estimación de la hora de la muerte, no puede ser totalmente precisa. De modo que…

    —¡Cállate! —mierda. Wolf—. En este caso, la estimación es bastante más precisa de lo que cabría esperarse.

    —… explíquese, fiscal Baurufu.

    —Pf. La ovejita no tiene ni idea, ¿eh? Es sencillo. Los testigos no pudieron ver nada, porque, como ves en el informe del apagón, las luces se apagaron a las 11:57. Y los estudiantes entraron a las 11:55, momento en que todos los miembros del jurado seguían vivos. Diez minutos duró el apagón; eso implica que las luces estuvieron apagadas entre las 11:57 y las 12:07. Cuando las luces volvieron, se abrieron las puertas de la sala, y se encontraron los cuerpos sin vida de los doce jueces.

    —¿Y tu punto es…?

    —La oveja solo entiende el ruido que hacen otras ovejas al balar, y son incapaces de comprender el aullido de un lobo.

    ¿Q-Qué demonios? ¿¡Qué se supone que quiere decir esa metáfora!?

    —Apollo, lo que el fiscal Baurufu quiere decir es que, dados los hechos, aunque la hora de la muerte no sea exacta, sabemos que los miembros del jurado estaban vivos antes de las 11:57 y muertos después de las 12:07. Lo cual implica que…

    —Oh, ya veo. La muerte tuvo que suceder en ese intervalo de diez minutos… necesariamente. Cuando las luces estaban apagadas.

    —Sí, y eso no es lo peor. Ese intervalo es casualmente el mismo intervalo de tiempo en que estuvieron Fate y sus compañeros dentro de la sala.

    E-El señor Wright tiene razón. De modo que no hay manera de librarnos siguiendo esta línea. Será mejor que actualice el informe de la autopsia con esta información nueva.

    —¿Contento, señor oveja colorada? Sigamos, entonces.

    L-Las cosas no van mejorando mucho. Necesito encontrar algún agujero en esta lógica, pero, ¿cuál?


    Antes de eso, no tuvimos contacto alguno con los miembros del jurado.


    —¡Un momento! De modo que no conocía a ninguno de los miembros del jurado, ¿cierto?

    —N-No. Diría que no.

    Mmm. Entonces no podría tener ningún motivo claro, pero… no sé por qué, no estoy muy contento con esto. Tengo una desagradable sensación. Y a juzgar por la cara del señor Wright, él tampoco está muy convencido.

    Pero… no es como si hubiese algún problema con lo que ha dicho Fate, ¿o sí? … no, definitivamente no.

    —Puede… seguir con su declaración, señor Fate.

    Sigue estando demasiado estresado. En ese estado, no nos va a ser de demasiada utilidad.


    Recuerdo que las luces se apagaron casi nada más entrar, y entonces… todo se volvió oscuro. Literalmente. Me desmayé.


    —¡U-Un momento! ¿Se desmayó?

    —Sí. Cuando desperté, pude ver a Dessie, Cam, y los otros asustados y nerviosos. Dessie estaba muy pálida, la imagen debió impresionarla mucho, no le gusta la sangre. Carl y Sam estaban golpeando la puerta, intentando salir de allí, desesperados.

    Huh. Me pregunto por qué motivo se desmayaría.


    Cuando desperté, estaba tirado en el suelo, los c-cadáveres… estaban todos muertos, y… la sangre… u-uf… l-lo siento, es demasiado duro para mí recordar esa imagen.


    —¡Un momento! —sus recuerdos de ese preciso instante deben estar borrosos por el shock. Será mejor que le pregunte para que sea más concreto—. ¿Qué fue exactamente lo que vio al despertarse, señor Fate? Intente ser más preciso, por favor.

    —Uh-huh. ¿Qué… es lo que quiere saber concretamente?

    Mmm. Debería preguntarle por algo concreto. Veamos, ¿qué podría ser interesante conocer?

    —¿Estaba alguno de sus amigos manchado de sangre, o herido, o algo similar cuando se despertó?

    —N-no, por suerte ninguno de nosotros salió herido, pero… todos nos habíamos manchado de sangre. Había demasiada en ese lugar como para no acabar manchados, supongo.

    No, definitivamente eso no fue de ayuda. ¿Por qué más podría preguntarle?

    —¿Qué aspecto tenían las víctimas cuando sucedió aquello?

    —¿Aspecto? A… ¿A qué se refiere exactamente?

    Duh. No lo sé. Sólo intentaba clarificar sus recuerdos. Veamos, ¿a qué me refiero?

    —Mmm… ¿qué tal si me habla de qué posición tenían los cuerpos?

    —Oh… p-pues estaban casi todos, si mal no recuerdo, caídos sobre la mesa, como si estuviesen dormidos, pero… ro-rodeados de sangre… ug… aunque había algunos que tenían la cabeza hacia atrás. Dos o tres hombres, y la chica extranjera, también.

    Ya veo. No es nada especialmente útil.

    —Apollo. Deberías echarle un vistazo a su testimonio de nuevo.

    —¿Huh? ¿Por qué, señor Wright?

    Mírale. Tan decidido, mirando al frente sin pensárselo dos veces. Ojalá… algún día llegue a ser tan grande como lo fue Phoenix Wright.

    —Ahora que sabes nueva información sobre lo que recuerda Thomas, una de las pruebas que tiene contradice una parte de su testimonio.

    —¿Ah, sí? —mmm… hora de revisar de nuevo ese testimonio, supongo. Golpe en la mesa, y—. ¡Señor Fate! ¿Podría reiniciar su testimonio, por favor?

    —¿Eh? D-De acuerdo, supongo.

    Debes estar atento, Justice. ¿Dónde esa esa contradicción?


    Yo y mis cuatro compañeros habíamos venido junto al profesor Dawn para presenciar la deliberación del jurado popular. Era parte de nuestro trabajo de fin de carrera, y tal…


    Sí, Desirée, Carl, Cameron y Samantha. Según sé ahora, Desirée estaba muy pálida, Cameron la estaba ayudando, y los otros dos se encontraban forcejeando con la puerta, todos en un estado de pánico, cuando Fate se despertó.

    ¿Hay algún problema con eso? No, no lo creo. Será mejor seguir.


    A las 11:55, tal y como afirma el fiscal Baurufu, entramos en la sala del jurado popular. Habíamos estado presenciando el juicio hasta que terminó a las 11:50.


    Huh. Ahora sé que cuando Fate despertó, las luces ya debían estar encendidas. Y perdió el conocimiento poco después de que se apagasen. Así que probablemente, estuvo inconsciente todo el tiempo en que duró el crimen. El problema es que no puedo demostrarlo.


    Antes de eso, no tuvimos contacto alguno con los miembros del jurado.


    … no habló ni tuvo contacto con ninguno de los miembros del jurado de forma previa. ¿Es eso cierto?

    —¡Protesto!

    Los recuerdos de Thomas deben estar difusos. De modo que esto no puede ser una mentira deliberada… simplemente, no recuerda con claridad lo que sucedió. ¡Estoy seguro! Por eso debo sacarlo a la luz.

    —Señor Fate. Usted afirma que no tuvo contacto con ninguna de las víctimas antes de entrar en la sala, ¿cierto?

    —Sí, c-cierto.

    —Pero también ha dicho que la mujer que tenía el cuello hacia atrás cuando la vio muerta era extranjera. ¿Recuerda?

    —Sí, claro que… ¡oh!

    —Exacto. Fijémonos en la foto del crimen. En efecto, solo hay una mujer en esa posición, pero, ¡no hay ningún indicio que le permita, a simple vista, determinar que ella era extranjera!

    —¡Agh…! ¡P-P-Pero!

    —¡HAHAHAHA! Esto es muy gracioso. El propio pastor expone las mentiras de su oveja.

    —¡No! Y-Yo no estoy mintiendo…

    ¡Deja de acosarlo, Wolf!

    —Señor Fate. Sé que no quería mentir. Simplemente, sus recuerdos están algo borrosos. Pero para eso estoy aquí. Confíe en mí, y trate de recordar: ¿conoció usted a los miembros del jurado antes del momento del crimen?

    —… sí, pude hablar con una de ellas. Una chica extranjera, justo… j-justo la chica de la foto que has señalado antes.

    —¿Habló con ella?

    —Sí, lo hice. La encontré en el pasillo, cuando iba de camino al juicio. Creo que estaba tomando un café.

    —¿Y tenía usted idea, en aquellos momentos, de que ella era miembro del jurado?

    —…

    Parece pensativo. Supongo que sigue sin recordarlo del todo claramente. ¡Venga, Apollo! ¡Dale un empujoncito!

    —¡Señor Fate! ¡Haga memoria! ¿Sabía que era miembro del jurado?

    ¡Tengo el presentimiento de aquí puede estar la clave de este misterio! ¡La primera pista que nos lleve a la verdad!

    —Sí, ella me comentó que formaba parte del jurado, y me extrañó mucho por su acento extranjero, pero, luego, yo…

    —Apollo —s-señor Wright—. Es extraño. Thomas estaba demasiado confuso cuando despertó y vio la sangrienta escena como para fijarse en nada. Aun así, identificó a la perfección a la señorita con la que habló antes de comenzar el jurado. Una persona con la que sólo compartió unas pocas palabras y que nunca antes había visto, y que ni siquiera sabía que se encontraba ahí como parte del jurado.

    —No le sigo, señor Wright —nunca suelo hacerlo, a decir verdad.

    —En una situación de shock como esa, yo no le habría dado importancia alguna a quiénes estaban muertos frente a mí, y ni siquiera me habría fijado en que una de ellas era alguien con quien había tenido una pequeñísima conversación horas antes. No obstante, en el subconsciente de Thomas estaba grabada a fuego la identidad de aquella chica. ¿Por qué? Mi teoría es que hubo algo que le llamó demasiado la atención al despertarse. Aunque ahora no sea capaz de recordarlo con exactitud.

    —Ya veo —vamos, señor Fate. ¡Recuerde! —. ¡Señor Fate! ¿Qué fue exactamente lo que tanto le llamó la atención sobre la jueza extranjera?

    —U-Ugh…

    —¡Cállate! ¿A dónde quieres llegar, oveja colorada?

    … no me voy a dejar intimidar por ti, Wolf. Voy a seguir esta línea, porque mi intuición y la del señor Wright coinciden en el mismo aspecto, ¡y eso debe significar algo!

    —Thomas. Recuerda, por favor. ¿Viste algo… que te llamó la atención? ¿Qué tenía la chica extranjera que te hiciese sorprenderte tanto?

    —¿Qué… tenía? Mmm. T-Tenía… ¡oh! ¡Ya lo recuerdo! La chica extranjera… me sorprendió mucho verla muerta allí.

    —Ya veo. ¿Por qué motivo?

    —… déjelo, es una estupidez. Seguro que fue un error mío.

    ¡Oh, vamos! ¡No te esfumes ahora, intuición mía!

    —¡Insisto en saber qué es lo que llamó su atención, señor Fate!

    —E-Está bien. Cuando entramos a la sala del Jurado, a las 11:55, justo antes de que se apagasen las luces… me fijé en los jueces rápidamente. No suelo olvidarme fácilmente de las personas con quienes hablo, y esta chica, Nix, se llamaba, me estuvo contando el motivo por el que había sido seleccionada para formar parte del jurado popular, aun pareciendo ser totalmente extranjera, según su acento. En teoría, solo los nacionales pueden ser miembros del jurado popular. Por eso, recuerdo que cuando entré en la sala, antes de que se apagasen las luces… no vi a Nix por ninguna parte.

    —¿Q-Qué?

    —Pero luego estaba ahí. ¡Muerta! ¡Cuando desperté, ella estaba muerta!

    E-Espera un segundo. Eso quiere decir que, estando las puertas cerradas desde dentro, la tal Nix no estaba presente en el momento en que Fate y los demás entraron, pero luego sí estaba allí entre las víctimas… por lo que…

    —¡S-Su Señoría! ¡El testimonio del señor Fate es extremadamente vital! ¡El señor Fate acaba de declarar que una de las víctimas no estaba cuando se produjo el apagón, y sí se encontraba dentro cuando el apagón acabó, ya muerta! ¡Por lo que esa víctima tuvo que entrar durante el apagón… y eso quiere decir que existe la posibilidad de que alguien más entrase en la sala! ¡Alguien como el verdadero asesino!

    —¡S-Sandeces de cordero! ¡¿Cómo podemos creer la palabra de este corderillo que agoniza?! ¡Claro que le conviene crear la ilusión de que alguien pudo entrar y salir! Crear a un asesino fantasma le libraría de culpa. ¡Pero eso no es posible, porque la puerta solo podía ser abierta con una llave maestra del Tribunal o con la llave del jefe de mesa del jurado popular, que resulta ser una de las víctimas! ¡Es imposible que alguien entrase y saliese! ¡El testimonio del acusado no es válido!

    G-Gah. ¡E-Estoy seguro de que Thomas ha dicho la verdad! Pero… si no tengo otro testimonio que confirme el suyo, no me servirá de mucho. Así que…

    —¡Su Señoría! La defensa querría solicitar que suba al estrado otro testigo más para que arroje luz sobre este asunto.

    —¿Y bien? ¿En qué testigo está pensando la defensa?

    Había cuatro chicos más en esa sala: Desirée, Cameron, Samantha y Carl. La primera, probablemente, estaría muy afectada por el suceso, ya que sabemos que reaccionó muy afectada ante la visión de aquella escena. Y Cameron estuvo todo el tiempo, al menos por lo que sabemos, tratando de animarla, por lo que dudo que tenga unos recuerdos muy claros, también. De modo que solo me queda uno de los otros dos chicos. Samantha o Carl.

    ¿Con cuál de ellos dos debería probar suerte…?

    —¡La defensa pide que suba al estrado la chica de nombre Samantha, que se encontraba con el acusado y los demás estudiantes en el momento del crimen!

    Sí… supongo que con su testimonio debería bastar. ¡Recemos porque tenga buena memoria y sea observadora!

    —E-Está bien. ¿Qué opina usted, fiscal Baurufu?

    —… Hmpf. La defensa está dando saltitos desesperados como carnero descerebrado que es. Será divertido verla balar un tiempo más.

    Huh. Deduzco que eso es un “me parece bien”.

    —A-Ajá —al Juez Daroul tampoco le ha quedado del todo claro, por lo que se ve—. D-De modo que… ¡que la testigo suba al estrado!


    U-Ugh, pero qué dem…

    —¡Well, hellooooo a todos!

    —Oh, uh, eh… ho-hola, testigo —el Juez está extremadamente desconcertado.

    Por su parte, Wolf parece estar tan tranquilo.

    —Testigo. Nombre, profesión. Rápido.

    —Oh, Wolfy-cuchi-coo, ¿quién es mi lobito bonito? ¡Mira, mira a la cámara! ¡Dame la patita! ¡Vamos!

    … no voy a mentir, la situación es jocosa. Mira a Wolf, está conteniéndose para no pegar un grito.

    —Grrrr…

    —¡Oh, dearie! ¡Tu gruñidito cute~ va a quedar DIVINO en mi video! Mis followers van a estar so encantados.

    —¡NOMBRE! ¡PROFESIÓN! ¡YA!

    Guau, el lobo saca los colmillos. Presiento que este interrogatorio va a ser divertido.

    —¡Vale, vale, corazón~! ¡Soy… ta-chán! ¡Vuestra amada y querida SAMMYVLOGGER! ¡Para todos vosotros, en directo y en primicia!

    E-Es una chica muy particular. Su pelo completamente rosado hasta los hombros, un vestido blanco, unos ¿siete? Collares de colores, pulseras hasta el codo, gafas de sol con forma de estrellas, un bolso amarillo, mucho maquillaje, y una cámara adherida a uno de esos palos selfie.

    —¿¡Qué clase de presentación es esa!?

    —¡Wolfy-cuchy-coo! ¡No estamos empezando con buen pie! Pero no te preocupes, saldrás en primicia en mi show… primero, ¡selfieeeee!

    Ay, dios, se ha hecho una foto con Wolf de fondo, apretando los dientes y con el puño sobre el atril. Tengo que ver ese video más tarde.

    —Hashtag: “FaunaDelJuzgado”. ¡Va a quedar ideal~!

    —¡Testigo! Diga… su nombre… completo… por favor.

    —¡Como así! ¿Pretendes que diga mi nombre completo? Eso no tiene glamour, es súper retro, ¿sabes? Sammyvlogger es como todos me conocen, dearie.

    —U-Ugh, fiscal Baurufu, creo que es mejor si simplemente la llamamos así y ya está.

    —¡Oh, pero qué gorro tan ideal! Luego debes dejármelo para hacerme una foto, ¿okay?

    —Eh, sí, como sea —el jefe parece estar también bastante cansado de ella. Y solo ha hecho subir al estrado.

    ¿En serio esta chica es estudiante de Derecho…? M-Madre mía, no quiero ni imaginarla como abogada. Pero en fin, supongo que ya llega el momento de interrogarla. Y creo que ya no me va a parecer tan divertido.

    —Testigo… por favor… declare sobre lo siguiente: ¿qué vio y qué hizo durante, antes y después del momento de la muerte del juzgado?

    —¡Okay, Wolfy-cuchy-coo! ¡Got it! Déjame retocarme —¿¡de dónde ha sacado ese kit de maquillaje!? —. ¡Vamos allá! ¡Hashtag: SammyDice!


    Estaba con Cammy, Dessie, Tommy y Charlie, esperando impacientes en los pasillos, frente a la puerta de la sala del jurado. ¡Hashtag: SoExcited!

    Entonces entramos en la sala de deliberaciones cuando nos dejaron pasar… ¡aquel sitio olía a pies! Iuuuugh~

    Once tipos nos esperaban dentro, todos con sus caras de serios y tal. ¡Parecía una película! ¡”Las grandes aventuras de Sammyvlogger y sus cuatro super-amiwis en Juryland”!

    Entonces, se apagó la luz, ¡y no me quedaba batería para poner el flash de mi Smartphone! ¡Emergency, y’know!

    Y luego fui yo misma la que me quedé sin batería. ¡Sammy is in troubles!


    Cuando volví en mí, ¡zas! ¡Había como mucha sangre, y muchos muertos, y tal! ¡Aquello se había convertido en una peli de terror! ¡”Sammyvlogger y sus cuatro super-amiwis en el Juzgado encantado”! Hashtag: CreepyMoment.


    —…

    —…

    —…

    —¡Oh, lo sé, lo sé! ¡Ha sido una charla tan emotiva que estáis sin palabras! ¡Selfieeee! ¡Listo! Hashtag: NuevosFollowers. ¡Seguidme en Sammyvlogger para más contenido como este!

    —… por favor, señor Justice. Interrogue a la testigo cuanto antes.

    —S-Sí, su Señ…

    —¡Ay, que me muero! —oh, oh. Me está mirando a mí. Me está mirando a mí—. ¡Mira qué pelo más ideal! ¿Qué gomina usas? ¡La necesito, la necesito, la necesito~!

    —Uh-uh —tranquilo Justice, tranquilo—. S-Si responde a mis preguntas, le diré la marca, ¿trato hecho?

    —¡Oh, dearie! De acuerdo. Hashtag: ItsADeal.

    ¿P-Por qué siempre me tocan a mí los frikis?


    Estaba con Cammy, Dessie, Tommy y Charlie, esperando impacientes en los pasillos, frente a la puerta de la sala del jurado. ¡Hashtag: SoExcited!


    —¡Un momento! ¿Eso sucedió después de que terminase el juicio que estuvieron presenciando?

    —¡Yep! Justo después~.

    —Entiendo.

    —… ¡Selfie!

    —¡Ngah! —¿a-a qué demonios vino esa foto?

    —¡Hashtag: CuernosDeInfarto! Oh, dearie, cuando descubra el secreto de tu peinado va a ser el nuevo Trending Topic mundial, lo sé.

    … madre mía. Mejor continuar como si nada.


    Entonces entramos en la sala de deliberaciones cuando nos dejaron pasar… ¡aquel sitio olía a pies! Iuuuugh~


    —¡U-Un momento! ¿C-Cómo que olía a pies? —e-esto es surrealista.

    —Iugh, sí —se tapa la nariz con gesto repulsivo. Y… ¿¡y se está haciendo una foto en esa pose!? —. Hashtag: PesteEnElJuzgado. Deberían limpiar más por allí, ¡o usar más desodorante! Los polvos de talco vienen muy bien para el olor de pies. ¡It’s Sammy’s advice!

    —… uh-huh. C-Continúe, si hace usted el favor, testigo —¿pero qué clase de amigos tiene Thomas? Como sean todos la mitad de raros que esta tipa, uf. No quiero ni pensarlo.


    Once tipos nos esperaban dentro, todos con sus caras de serios y tal. ¡Parecía una película! ¡”Las grandes aventuras de Sammyvlogger y sus cuatro super-amiwis en Juryland”!


    —¿“Super amiwis”?

    —¿J-Juryland?

    Por favor, que alguien me mate. Los ojos del Juez Daroul no pueden salir más de sus órbitas.

    Pero no debo desconcentrarme. ¡H-Hay una contradicción tan flagrante que casi me hace daño en los ojos! ¡A la de una, a la de dos, y…!

    —¡Protesto! —oh, vamos. Mi linda contradicción, por favor no te vayas sin ser de ayuda. Esto tiene que significar algo, ¡ni siquiera alguien como ella cometería un error tan tonto estudiando Derecho y habiéndose visto involucrada en este asunto! —. ¿Dice que vio a once personas al entrar en la sala?

    —¡Yup!

    —Nada de “yup”. Eso no tiene sentido. Porque verás… según este Manual del Jurado Popular, y cito textualmente, “El jurado popular se debe componer por doce personas completamente ajenas al caso en deliberación”. De modo que en una sala de Jurado Popular, ¡necesariamente debe haber doce personas!

    —Oh. My. ¡Gooooood!

    —Además, ni que decir tiene que el número de víctimas de este caso es doce. Doce personas en el jurado, doce víctimas. ¿Cómo explica eso, “Sammyvlogger”?

    —Mmmm. Hashtag: SoConfused. Juraría que eran once. Y lo juraría porque vi doce asientos ocupados y un asiento desocupado. ¡He estudiado, sabes! Sabía que debía haber doce, ¡así que me llamó la atención que faltase alguien, just that, dude!

    Si su testimonio es cierto… ¡quizá tenga aquí justo lo que necesitaba para contrastar el testimonio de Thomas!

    —¡Su Señoría! La defensa sugiere que la persona faltante en el testimonio de la testigo es la misma chica de la que hablaba el acusado: la tal Nix. Y si no estaba en la sala cuando Sammy entró, ¡eso prueba que pudo haber salido de la sala!

    —¡Cállate! —¡Wolf, maldito seas! ¿Ya pretendes romper mi argumento? —. El argumento del cordero colorado se cae por el propio peso de su lana —¿lana? ¿Un argumento? Mejor ni pensar en ello—. El acusado declaró que cuando entró, no vio a Nix, y luego, al despertar de su desmayo, estaba ahí, muerta. Pero en todo momento había doce personas en su relato. Nunca desmintió ese hecho. ¿Verdad que sí, acusado? ¿Había doce, o había once personas? ¡Habla!

    —Y-Yo… no lo sé. No lo sé, no sé qué vi… no lo recuerdo bien…

    —¡A quién quieres engañar, acusado! Claramente había doce personas, y esta contradicción entre uno y otro testimonio no hace más que indicar cómo el shock que sufre la testigo y las mentiras del acusado se contradicen y, por tanto, denotan que ninguno de los dos testimonios es creíble.

    —N-No… no mentí…

    Pobre Thomas. No puede hacerle pasar por esto. ¡Tengo que parar a Wolf!

    —¡Protesto! La defensa… cree… que esta contradicción… —u-ugh. Debo decir algo. Buscar algún argumento. ¿Es realmente el testimonio de Samantha impreciso? ¿Verdaderamente vio a once personas? ¿Y Thomas? ¿Vio a doce, o a once? ¿Es cierto que Nix no estaba, y luego apareció entre las víctimas?

    Hay solo una forma de hacer que ambos testimonios cuadren.

    —La defensa se mantiene firme en su teoría. ¡Nix no se encontraba originalmente en la sala durante el apagón, y entró en ella antes de ser asesinada, probándose así que una tercera parte pudo participar en este crimen, pues se podía entrar en la sala!

    —¡Cállate! ¡Sandeces de un cordero desesperado! ¡Deja de balar en vano!

    —¡Nadie está balando en vano, Shiru Baurufu! Thomas no especificó que hubiese once personas en la sala, es cierto. Pero tampoco especificó lo contrario. Y si bien es cierto que es un detalle que debería poder recordarse sencillamente, mi cliente se encuentra en una enorme conmoción, a diferencia de Sammyvlogger —que, simplemente, está ahí, grabando el debate con gesto de emoción. ¿A esta chica no le ha afectado todo esto ni lo más mínimo, o qué? —. Recordemos que al principio tampoco lograba recordar la ausencia de Nix. ¡Por lo que es probable que no recuerde con exactitud que al principio había once personas… y luego, cuando las luces se encendieron, eran doce las que estaban muertas!

    —¡Protesto! —¡oh, vamos, Wolf, ríndete! —. Creo haber oído decir al acusado que la testigo y el tal Carl trataron de abrir la puerta. Si estaba tan fácilmente abierta, ¿quién la cerró, corderito? ¿Eh?

    —Pues… el verdadero asesino, supongo. Tuvo que cerrarla desde fuera.

    ¿P-Por qué se ríe?

    —Triste cordero. Debes saber que el cerrojo de la sala de juzgado sólo puede ser cerrado desde dentro. Si una tercera persona, como dices, entró en la sala… ¡se habría quedado atrapada dentro!

    —¡Agh…!

    —Acaba de hundir toda tu teoría, Apollo.

    —¡Pero…! —tiene razón, señor Wright… ¿o puede que no? Si la puerta fue encontrada cerrada, eso sólo puede significar que, o bien alguien cerró la puerta durante el apagón, o bien la puerta siempre estuvo cerrada. Wolf se agarra firmemente a la segunda opción, pero, ¿y si nos planteamos la primera? —. Fiscal Baurufu. Le concedo el hecho de que, en efecto, la puerta fue encontrada cerrada y sólo pudo ser cerrada desde dentro. Eso anula completamente la posibilidad de una tercera parte en la escena. Pero existe otra posibilidad.

    —… ¿vas a sugerir lo que creo que vas a sugerir, Apollo?

    —En efecto, señor Wright —es la única forma de hacer que ambos testimonios se mantengan sólidos—. La defensa sugiere que pudo suceder lo siguiente: Nix entró con posterioridad al momento del apagón en la sala. Cuando entró, sin ver absolutamente nada, se dispuso a ocupar el sitio que le correspondía en la mesa del jurado, y el asesino la mató tan pronto como lo hizo. Posteriormente, el asesino usó la llave que debía tener alguno de los miembros del jurado para cerrar la puerta. Y si no pudo haber una tercera persona allí dentro… ¡eso quiere decir que uno de los que estaba dentro de la propia sala tuvo que ser el asesino! Y mi cliente se desmayó, ¡de modo que otro de los cinco estudiantes debió ser el culpable, y colocó el cuchillo entre sus ropas para incriminarlo!

    ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué Wolf se ríe?

    —Tu argumento tiene tantas lagunas que parece una colina paradisíaca para una oveja.

    —Sí, Apollo, lo cierto es que tiene unos cuantos agujeros —oh, gracias por los ánimos, señor Wright.

    —¿Y-Y bien? ¿Cuáles son esas lagunas?

    —Sencillas. Para empezar, partamos de la base de que acabas de crear un escenario en el que el acusado sigue siendo tan sospechoso como otros… y no olvidemos la presencia de un arma con sus huellas y solo sus huellas y la inexistencia de guantes en la escena del crimen —ugh. Es cierto. Wolf 1, Apollo 0—. Sigamos con el hecho de que Nix, en mitad de la oscuridad, lo habría tenido difícil para alcanzar su asiento sin antes toparse con alguno de los cadáveres o con los chicos. Y no se te ocurra lanzar el argumento “la mató y luego la colocó en su asiento una vez muerta”. No me vale. Porque por muy pulcro que sea el asesino (que ya hemos visto en la foto de la escena del crimen que no parece serlo, dejaría un mínimo rastro de sangre, aunque fuesen gotas, cerca de la entrada de la sala, y, además, lo habría tenido el asesino doblemente complicado para llevar al cuerpo, a oscuras hasta el sillón que le correspondía.

    —Ugh —Apollo 0, Wolf… ¿4? —. P-Pero… ¡eso… eso no significa que el testimonio de mi cliente sea falso!

    —¡Cállate! Ni el testimonio del acusado ni el de esta testigo son fiables. El shock y las mentiras son inherentes a ambos testimonios, por supuesto. ¡Wolf se mantiene en su argumento original: el asesino es el acusado y no hubo entradas, salidas o ausencias de la escena del crimen!

    —¡Aaaaaagh! —¿para esto ha servido todo este tiempo de juicio? ¿Para que nada se considere válido por carecer de pruebas para ello?

    ¿Qué hago ahora? No puedo simplemente rendirme. Thomas confía en mí. Pero, ¿hay algo que pueda hacer? Sólo tengo a mi disposición testimonios, nada más. Y no he logrado sacar nada en claro de ellos.

    —Apollo —¿huh? ¡Señor Wright! —. No te rindas. Recuerda que los peores momentos son aquellos en los que un abogado debe forzar su mejor sonrisa.

    —¡Pero ¿qué puedo hacer?! No tengo ninguna prueba sólida con la que hacer consistente los testimonios.

    —… quizá debas intentar enfocar el asunto desde otro punto de vista.

    —¿A qué se refiere?

    —No sé si tú lo has notado, pero yo me he percatado de que el testimonio de Samantha tiene… algo raro, además de la contradicción que has señalado. Pero no ha sido demasiado clara al respecto, si es que esa chica ha sido clara en algo.

    No estoy muy seguro de entender al señor Wright. Para variar.

    —Sigue el interrogatorio. Queda aún testimonio que examinar. Y si lo que creo es cierto… eso te permitirá continuar con otro interrogatorio, ¡hasta encontrar un testimonio que valide todos los anteriores!

    El Señor Wright está muy seguro de lo que dice. Y si él está convencido de que hay algo más… ¡definitivamente debe haberlo! Sólo debo pensar qué es.

    —Bueno, parece ser que es absurdo debatir más sobre este asunto. Ha quedado claro que el acusado, Thomas Fate, es el único que pudo hacerlo, y que estos testimonios no son…

    —¡Protesto! Su Señoría, lamento interrumpirle, pero… ¡la defensa aún no ha terminado el interrogatorio de la señorita Sammyvlogger!

    —¿Huh? ¿Desea proseguir el interrogatorio de un testimonio impreciso?

    —¡Ey, dejad de decir que mis testimonios son imprecisos! ¡So rude, folks~! Os vais a ganar mi dislike a este ritmo.

    Huh, si Phoenix Wright, el gran Phoenix Wright, ha detectado algo raro en el testimonio de Samantha, ¡es porque verdaderamente hay algún punto clave en el testimonio! ¡De modo que sigamos!

    —… de acuerdo, señor Justice. Este tribunal le permitirá proseguir con el interrogatorio. Pero debo advertirle que si presiona innecesariamente… la penalización será terrible.

    ¡P-Pero… ¿por qué ese odio hacia mi persona?! Agh, está bien. El juicio depende de esto, al fin y al cabo. Thomas depende de esto.

    —Está bien, su Señoría. Estoy dispuesto a asumir el riesgo. Sammyvlogger, ¿podría retomar el testimonio por donde lo dejó?

    —… ¡selfie! Hashtag: AbogadoSinDistintivo

    ¡O-Oye, que aún no me equivocado ni me han penalizado!


    Entonces, se apagó la luz, ¡y no me quedaba batería para poner el flash de mi Smartphone! ¡Emergency, y’know!


    Tengo que andarme con cuidado, y sólo debo presentar la prueba o presionar en la parte del testimonio a la que el jefe se refiere. ¿Tal vez es esta parte? Huh. No veo nada raro en ella. De todas formas, lo único relevante que menciona es el apagón, y no es algo que desconozcamos…


    Y luego fui yo misma la que me quedé sin batería. ¡Sammy is in troubles!


    Sí, su móvil se quedó sin batería, y… ¿eh? ¿A qué se refiere con que “ella misma” se “quedó sin batería”? Mmmm… n-no me digas que…

    —¡Un momento! —madre mía. Desde que he abierto la boca, el Juez me mira con una cara de asesino increíble. Si las miradas matasen, estaría muerto ahora mismo. C-Como no sea esta la clave, estoy acabado—. ¡S-Sammyvlogger! ¿A qué se refiere con que “usted misma se quedó sin batería”?

    —¡Oh! ¡Pero dearie! ¡Pues que me pasó como a mi Smartphone, qué si no!

    —D-Defina eso con más detalle, si es tan amable —ugh, por qué todos los que me tocan son los frikis, por qué.

    —¡Está claro! Cuando tu móvil se apaga, todo se vuelve negro y no puedes ver nada, y no reacciona aunque toques los botones, ¿cierto? ¡Pues eso me pasó a mí!

    ¿Pero en qué idioma habla esta chica? ¿¡Cibernés!?

    —¡Un segundo! ¿Se refiere a que se desmayó?

    —¿Desmayarse? ¿Eso es como, o sea, caer y plof? —¿caer y plof? Pff, madre mía—. ¡Sí, eso me pasó! Me caí al suelo, y plof. Hashtag: SammyIsKO.

    Así que se desmayó. Vale. V-Vale. ¿Vale? ¡No, claro que no vale! ¡Eso es super-ultra relevante! ¡Venga, Apollo, golpe en el atril, y a desempolvar las cuerdas de acero!

    —¡Su Señoría! ¡La testigo acaba de mencionar que se desmayó después de suceder el apagón!

    —Hmpf. ¿Y? ¿A qué prado quiere llegar el cordero colorado?

    Vamos, Wolf, salta a la vista. No puede ser casualidad. Me niego a creer que sea casualidad.

    —Mi cliente, Thomas Fate, aludió a un desmayo. Ahora descubrimos que la testigo también se desmayó. ¡No creo que se trate de una casualidad!

    —¡Cállate! ¿Qué insinúas? Es absurdo. Claro que no es casualidad. Ante la muerte sangrienta de doce personas, ¡incluso una oveja de altivo pecho lanudo desfallecería!

    —¡Protesto! Creo que no ha seguido bien el orden de la narración de eventos de la testigo. Las luces se apagaron, debido a lo expuesto en el informe del apagón… y justo después, ella se desmayó. Cuando se desmayó, ella no pudo ver nada. ¡Incluso si los doce cuerpos hubiesen estado en sus narices, ni la testigo ni el acusado pudieron haberlos visto, de modo que ese desmayo no está motivado por el hecho de presenciar el lugar del crimen, sino por otra cosa!

    —¡Burdas falacias de cordero destripado! —genial, antes iba al matadero, y ahora directamente estoy destripado. Pronto seré embutidos, supongo—. ¿Qué otra cosa pudo motivar los desmayos? ¡Supongo que tendrás alguna prueba de que existe algún nexo común y no son hechos aislados, o que simplemente uno de los dos desmayos, presumiblemente el del malvado acusado, sea mentira!

    Mmmm. ¿Tengo alguna prueba que demuestre qué provocó los desmayos? ¿Es que acaso existe tal cosa?

    —… no tengo ninguna prueba. ¡Sin embargo, existe un modo de comprobar si los desmayos no fueron hechos aislados!

    —¡Cállate! ¡No quiero que bales más, ovejita! ¿Qué manera puede probar eso si no son las pruebas?

    —Lo tienes, Apollo. Has llegado a donde querías.

    —Lo sé —es justo como el Señor Wright decía. He logrado hacer que el juicio prosiga, ¡y estoy a punto de conseguir un nuevo testigo! —. ¡La forma de probar eso… es con un nuevo testigo! Si otro de los cinco estudiantes declara que también sufrió un desmayo, ¡entonces lo tendremos! ¡Sabremos que no puede ser casualidad!

    La pregunta es, ¿cuál de ellos sería un buen candidato? Sabemos que Dessirée estaba en muy mal estado, por lo que no creo que sea buena idea traerla a declarar; quizá su testimonio sea inconsistente e, incluso, pueda restar credibilidad a mi defensa. Eso sólo me deja la opción de Cameron o Carl.

    —… Señor Justice.

    —¿Huh? ¿S-Sí, Su Señoría?

    —¿Cree de verdad que hay necesidad de prolongar este juicio por más tiempo? Estamos hablando de un asesinato de doce personas. Un crimen en masa. No es algo que debamos tomarnos a la ligera.

    —… lo sé, Su Señoría. Pero, como abogado defensor, así como pensaría lo mismo si fuese Juez o fiscal, considero que es necesario conocer todos los detalles, hasta el último grano de información necesaria, y solventar todas las dudas sobre la culpabilidad o inocencia de una persona antes de dictar una sentencia. Esa es mi opinión… Su Señoría. Por eso, creo que es prioritario llamar a un nuevo testigo.

    —… está bien. Lo permitiré.

    ¡Sí! Estamos un paso por delante, Justice. Ahora… pensemos, ¿Carl, o Cameron?

    —La defensa… querría llamar al estrado a Carl, ¡el otro chico que, según el testimonio de mi cliente, estaba tratando desesperadamente de salir de la escena del crimen cuando la horrible imagen se encontró delante de él, al regresar las luces!

    Este testimonio puede ser el definitivo. Espero que el tal Carl consiga darme una vía de actuación clara. Porque si no… si no consigo nada con lo que seguir, un cabo del que tirar…

    ¡No! Mi cliente es inocente. Thomas es inocente. Y lo voy a demostrar. Porque… ¡soy Apollo Justice, y estoy bien!

    El atuendo de Phoenix al que se hace referencia en estos recuerdos es el que lleva en el cuarto juego, Apollo Justice: Ace Attorney, cuando éste no ejerce como abogado. Tal apariencia es sustancialmente distinta a la habitual en nuestro abogado, y por ello, se ha ganado incluso, debido a que también su personalidad estuvo muy cambiada durante el juego, un sobrenombre especial: Hobo Phoenix. Aquí tienen una imagen:

    [​IMG]
     
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    Sí. Te estaba leyendo, pero dejé de darte ratings para que no lo supieras y sorprenderte con el comentario (? AH, PARECE QUE NO ERES EL ÚNICO AL QUE LE GUSTA ENREVERSAR LAS COSAS AQUÍ (??) Oh, gosh, estoy tan fangirl ahora mismo xDD El resto del comentario está ya escrito, lo iba escribiendo según iba leyendo, y al final resulta demasiado extenso, pero me da igual. ¿Te acuerdas cuando te dije que te iba a preguntar más adelante por alguna saga, que quería empezar otra? Me doy por respondido: quiero, si lo encuentro, jugar a AA. No sé cómo mierdas has hecho esto (me refiero a la historia), pero eres una máquina. Paso con los comentarios caso por caso (no he llegado al cuarto caso aún, pero te quería comentar ya, ya que está recién empezado y no iba a sacar mucho):


    El caso de la comunidad.


    Bueno, la verdad es que al principio se me hizo algo lioso. Especialmente por las horas y los nombres, no me acuerdo muchas veces al releerlos y no sé de quién se habla x’D Y, al igual que Juanjo, también creo que Des debería haberse dado cuenta de lo del cadáver y haberlo dicho antes. Pero eso ya me lo aclaraste en su momento, así que lo dejo pasar (? Y la resolución es como… Guau. No sé cómo se te ocurren esas cosas, my friend, pero alucino contigo x’D Creo que sin lugar a duda el hecho de la cena romántica y que le fuese a pedir matrimonio es lo que más me ha llamado la atención, no sé bien cómo explicarlo, pero todo lo que no había entendido, pruebas que no acababa de hilar encontraron solución con eso. Digamos que me pareció una forma estupenda de darle explicación a todo sin resultar forzado. Me encantan las vueltas de tuercas que le das, y lo sabes. Fantástico <3


    El caso amargo.


    OMG, OMG, OMG. En primer lugar decirte que te amo mucho, y que me has hecho recordar mis tiempos de joven en que veía Los misterios de Laura (ya te lo he comentado, pero meh) y luego no dormía en toda la noche y me has puesto muy fangirl /u\ Pero aparte de eso, bravo, bitch. Magnífico, me ha encantado, muchísimo. Más que el anterior, idk. Es impresionante como de algo que en un principio es tan simple como: se reparte el café, Sandy muere y el resto vive, saca Tommy las conclusiones que sacas (Tommy=Tú (?)) para defender a su amigo, y tú montas esa historia que me ha enamorao’. Simple, pero apoteósico (?

    Respecto a Maya… Oh fuck, y a mí que me caía bien. Una química, ¡era científica! Y va y resulta que es mala. Voy a llorar por tu culpatodos sabemos que eso no pasará. But, but, but; ya desde que Clay se declaró culpable se veía venir que era Maya, pero no el cómo. Y es que algo tan obvio como puede ser eso, no el qué tomó sino el qué no tomo, lo ocultas de forma que ni se te pase por la cabeza.

    También digo que se me hizo algo raro que no analizaran ni el café ni el azúcar desde un principio, pero si el azúcar no intervino hasta más adelante, cuando se reveló que era diabético, lo entiendo. Sin embargo, lo del café sí que me extraña algo más x’D

    Y… Siento que me falta algo, pero no recuerdo el qué. La ortografía y tal, como dijo Knight, tiene sus más y sus menos, pero cuento que era 2014, hace dos años, y sé de buena mano que ahora no tienes muchas de las faltas que he visto ni dedazos (aunque de dedazos nunca se tienen suficientes, pero bueno (?)).

    Por último, Skye me resulta extremadamente… peligrosa. No me fío ni un pelo de ella, la verdad. Esos bocaditos esconden algo, seguro.

    #DatoImportante: Por algún motivo que desconozco (agh, cómo me gusta esta frase) me imaginé durante todo el capítulo la casa donde tenía lugar todo como la casa donde vivían en tiempo mis abuelos. Me encantaba <3 Y sí, no coincidía con las descripciones, but idgaf (?


    El caso de la cinta roja


    He de decir que el caso me ha impactado seriamente (? No creo haber entendido bien el método de las pistolas, no me hago una imagen mental de cómo pudo ser exactamente, pero igual me vale porque sirve como prueba, así que paso (? Simplemente me resulta difícil imaginarme la posición xD Creo que este caso es el más enrevesado que te he visto hasta ahora, y wow, se nota. Me ha dejado bastante intrigado ese espía, y sé que el próximo capítulo va a ser bien nazi. Pero en fin, volviendo a este…


    OMG, I love it. Por algún motivo nunca me fie de Guessa xD Aunque al final no resultase ser ella, pero bueno. Me hice ilusiones por un momento (? Sin embargo, lo de la cinta y el pegamento sí que me lo olía venir. Lo llevaba pensando un buen tiempo, y pos oye, al final todo puede pasar. Quiero saber por qué narices esa mujer u hombre o lo que fuera iba contra los de la CSA. Y y y, quién era, y todo ese rollo que ya se descubrirá en próximos capítulos. Me he apuntado ciertas cosas que quería comentarte según iba leyendo, pero no podía.

    ¿Es normal que me riese como tonto al ver que uno se llamaba “Dick Gumshoe”? Es que es demasiado… Tíiio.

    QUÉ BULLYING A APOLLO xDDDD En el primer juicio, entre Ice y Clay no le dieron tregua xDD Me resultó gracioso, no sé.

    En los primeros capítulos especialmente, vi que había muchos fallos y dedazos. Sé que son de hace uno o dos años, así que te los paso, pero de aquí en adelante que no los vea más, ¿eh? (? De que me vuelvas a corregir, te lo recriminaré como contraargumento (??)

    Alguien dijo por ahí “oveja descarriada” (creo que Wolf, sería el que más sentido tendría), y por algún motivo me recordó a LQSA, a Berta o a Antonio. #Random.

    Te admiro mucho, you know, pero hay algo en lo que creo que nadie se para a pensar, y que con este caso me he fijado. No solo hay que reparar en los casos que montas, que son la leche, sino en cómo. Es decir, no se trata de una persona hace x y hay x pruebas que lo demuestran, sino también el hay x cosas que demostrar. Me explico, siempre se valora el que haya una prueba, la explicación lógica a todo, pero nunca la falta de pruebas. El que el espía empiece a poner pegas para excusarse también requiere de un planteamiento previo; es como planificar la ausencia de algo, planear los argumentos y a su vez los huecos en los argumentos, ¿se entiende? Bueno, espero que me hayas entendido, y si no da igual, que te quiero mucho y eres osom (?



    Y, y, y… con esto creo que ya termino el comentario general. Los tres casos son increíbles, cada uno a su manera (me parecen distintos, no sé cómo explicarlo), y me encantan, y me encantas, y todo, you know xD Pero mi preferido de momento es el caso amargo, “turnabout bitter”. Dicen que la simplicidad es la máxima sofisticación, y con ese caso para mí quedó demostrado. No hizo falta más que unos amigos que se reunieran para tomar café para ver todo eso.


    So, nada más que decir, enhorabuena por todo. Por favor, continúalo y termínalo. Por mí <3


    Tú kohai, te quiere~
     
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  3.  
    MrJake

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    8019
    El Retorno del Caso

    Recuerdos del pasado. Juicio, Parte 2.



    Ugh. ¿P-Por qué tengo la sensación de que este tío, el tal Carl, va a ser más friki todavía, si cabe, que “Hashtag: Sammyvlogger”?

    —Testigo. Nombre. Profesión.

    —… Gangrena.

    —¿Gan…?

    —¿…grena? —sí, no me equivocaba. Este testigo va a ser tanto o más raro que la youtuber de antes. Madre mía, ¿es que Thomas es el único normal de sus amigos?

    Míralo: sus ojos están completamente tapados por la maraña de pelo negro que cubre su rostro, su piel es blanca, y esa camiseta con una carabela en el centro, además de las pulseras y el collar de pinchos… y ahora dice que se llama “Gangrena”. Genial. Tiene pinta de que este interrogatorio no va a ser para nada normal, no. Aunque creo que debería empezar a acostumbrarme a eso.

    —¡Testigo! ¡Nombre real!

    —… Carl. Carl Umber… soy… estudiante de Derecho.

    Guau. Las nuevas generaciones de abogados y fiscales van a ser de lo más variopintas. Me causa bastante diversión imaginar un juicio en el que se enfrenten este chico emo-gótico y Sammyvlogger. Hashtag: LocuraEnElJuzgado. “Sammy y su super amiwi gótico enfrentándose en Juryland”…

    … oh, Apollo, pero ¿qué estás haciendo? Ugh, suerte que no hice esa broma en voz alta.

    —¡Señor Umber! —será mejor que me centre rápido. Wolf está muy impaciente, y el Juez Daroul está ojo avizor por el hecho de haber traído a un segundo testigo. No creo que me vaya a pasar ni una, así que, ¡tendré que darlo todo! —. La defensa… la maldita cabra descornada y colorada que tenemos por defensa insiste en que hay alguna especie de conexión entre los desmayos de la testigo que antes subió al estrado y el acusado. Habla sobre eso. Y sobre el momento del crimen. Ya.

    —… supongo… que debo hacerlo.

    Uf. No se le ve un chico de muchas palabras. Veamos qué tal van las cosas en este testimonio.


    … el Juicio fue… aburrido…

    … salimos… Sammy, Tom, y yo.

    … tomamos… té… en el pasillo. Todos juntos…

    … hasta hay un video… de eso.

    …luego… entramos en la sala del jurado… esa con la puerta negra.

    … y… ya está… mis recuerdos son confusos… desde ese momento… no recuerdo si me desmayé… o si otra persona lo hizo…


    —Ugh. Genial. No ha aportado nada.

    —Es justo al contrario, Apollo. Ha aportado demasiado.

    ¿Huh? Señor Wright, ¿otra vez con las adivinanzas?

    —Pero no ha respondido a la clave de este interrogatorio. Se supone que debía declarar sobre el momento de los desmayos, y afirma no recordarlo.

    Huh, el jefe está demasiado pensativo como para responderme, siquiera. Supongo que es cierto que este testimonio, por muy escaso e impreciso que sea, esconde mucha información útil. Y ya sé qué es lo que debo hacer en estos casos. ¡Presionar y presionar!

    —Bueno, espero que esto no sea una pérdida de tiempo, señor Justice. Puede proceder al interrogatorio.

    … y más me vale que mi presión baste para arrojar algo de luz a este asunto, porque el Juez está más que impacientado.


    … el Juicio fue… aburrido…

    —¡Un momento! Se refiere, claro, al juicio sobre el que el propio Jurado Popular víctima de este caso iba a deliberar, ¿cierto?

    —… uh-huh.

    Sí, el juicio que estaban viendo los cinco chicos momentos antes de suceder el incidente. De hecho, creo que tengo el Acta del juicio original con todos los datos sobre ese caso justo aquí. Quizá deba echarle un vistazo, nunca se sabe si puede encontrarse algo útil en él, ¿no?

    Veamos, veamos. Se trataba de otro caso de asesinato. La víctima era la dueña de mediana edad de una tienda de moda modesta en proceso de crecimiento, de nombre Speranza Persa. El crimen sucedió en la propia tienda de ropa; se encontró un rastro de sangre que iba desde la entrada de la puerta hasta el mostrador, donde estaba la víctima, muerta sobre éste con una contusión en la cabeza y una herida mortal en el cuello, propinada con lo que parece ser un cuchillo. El arma del crimen no estaba en ninguna parte de la sala, sin embargo. Se acusó al hijo de la víctima, Hope Persa, un joven de diecinueve años, de haber cometido el asesinato. Las sospechas estaban fundamentadas en el hecho de que la tienda estaba cerrada cuando sucedió la muerte, y la cámara de seguridad del banco que se encontraba frente al lugar grabó cómo el joven entraba al sitio usando una llave justo en el momento del crimen, y salía corriendo poco tiempo después. Ugh, las cosas pintaban muy negras, desde luego, para ese chico.

    No obstante, con el Jurado Popular muerto de esta catastrófica forma, Hope parece haberse librado temporalmente de los cargos. Aunque supongo que el juicio se retomará tarde o temprano, y no creo que se libre del veredicto de culpabilidad… se presentaron numerosas evidencias en su contra, de hecho. No solo la grabación. Había huellas de Hope por todas partes, huellas ensangrentadas, manchas de sangre de la víctima… en los maniquíes, en la ropa que en venta, hasta en el expositor, una especie de mesa alargada, había manchas de sangre y huellas de Hope. Es casi como si la escena estuviese pidiendo a gritos que el chico sea declarado culpable del crimen.

    —¿Y bien, ovejita? ¿Vas a despertar algún día?

    —Oh, uh, l-lo siento —me he abstraído completamente. Será mejor volver al caso en cuestión—. S-Siga con su testimonio, por favor, señor Umber.


    … salimos… Sammy, Tom, y yo.


    —¡Un momento! ¿Se refiere a que salieron del Juicio, supongo?

    —… mm-hm.

    Qué raro.

    —¿Y qué hay de Cameron y Dessirée? ¿Ellos no salieron del juicio?

    —Oh, claro que salieron… pero… lo hicieron unos minutos antes.

    —¿Antes? —¿antes de que acabase el juicio? —. ¿Y eso por qué?

    —… Dessirée se encontraba mal. Se marea con la sangre. Y... mostraron fotos de la escena del crimen y del cuerpo… no pudo soportarlo y se mareo. Cam… la acompañó para no dejarla sola. Fueron al baño, creo… al final del pasillo principal.

    Sí, aparece en el Diagrama del Juzgado. Está justo en la parte de abajo; arriba queda la sala donde se celebraba el juicio, y a la izquierda están, de arriba abajo, la sala de evidencias y la sala del Jurado, la escena del crimen.

    —Entiendo. ¿podría agregar esa afirmación a su testimonio, señor Umber?

    —Pff… vale, supongo…


    … Dessie se encontraba mal… para variar…. Cam estaba con ella. Nos… reunimos después en el pasillo.


    —¡Un momento! ¿”Para variar”?

    —… mm-hm. Dessie es muy aprensiva… le dan ataques de ansiedad y se desmaya… con facilidad, por cualquier tontería…

    —V-Vaya —¿qué tiene esta gente con los desmayos? Hmm, esa Dessie, ¿quizá se desmayó también durante el apagón? Si eso fuese cierto, ¡habría ya una tercera persona de cinco que sufrieron ese destino!

    Pero, de momento, tengo a este testigo, cuyos recuerdos, al parecer, son borrosos desde que entró en la escena del crimen. Necesito que esos recuerdos dejen de ser borroso. El Juez Daroul no me va a dejar llamar a ningún otro testigo de momento si no saco nada en claro con éste… y con esa actitud sombría, lo voy a tener ciertamente complicado.

    —De acuerdo. Sigamos, pues.


    … tomamos… té… en el pasillo. Todos juntos…


    —¡Un momento! ¿Té? ¿De dónde sacaron té? —recuerdo que hay una máquina de café en el mismo pasillo principal del Juzgado, pero no creo que pongan tés ahí…

    —… lo trajo Dessie. Los tés que prepara son deliciosos. Frutas… del bosque, con menta, miel, canela, vainilla, hierbabuena y melón.

    —Cielo santo, menuda explosión de dulce.

    —Y-Y que lo diga, señor Wright.

    De nuevo el nombre de Desirée. Ella fue la que trajo el té, ¿eh? Pero, ¿qué relación puede tener todo eso con el caso? ¿Acaso ese que todos tomaron tiene, siquiera, la más mínima conexión con los eventos que sucedieron en la Sala del Jurado? Hmpf. No creo que exista ninguna relación. Al menos de momento no tengo modo de establecer alguna conexión.


    … hasta hay un video… de eso.


    —¡UN MOMENTO! ¿Un vídeo? ¿¡Un vídeo!? —¿¡cómo es que no se ha presentado ese video antes!?

    ¡Eeek! Dios, qué susto, Wolf, ¡controla más esos golpes al atril!

    —¡Aberrante! ¿¡Cómo es que no se ha presentado ese video antes!? —vaya. Justo eso estaba pensando yo.

    —… y a mí qué me contáis. Preguntadle a esa chica Youtuber de allá. Ella lo grabó.

    O-Oh, no. Ella de nuevo, no.

    —¡Chicos, pero qué ofensa! ¡¿No sois followers de Sammyvlogger?! ¡I’m so disappointed, chicos! Hashtag: DislikeYa.

    —D-Déjese de tonterías, antigua testigo, y haga el favor de mostrar al rebaño ese video, ¡ahora!

    —Pfff, Wolfy-cuchy-coo, si fueses mi follower~… ¡ya lo habrías visto! Si está subido en la red, oh my god, qué vergüenza, y yo considerándoos mis amiwis del alma… Ni siquiera me seguís en YouTube. Eso parece un drama: “Sammyvlogger y la traición de los amiwis”.

    ¿Qué tal si estrenamos ahora “Sammyvlogger enseña el video y se calla”? Agh, Apollo, contrólate. Contrólate.

    —Bien, Sammyvlogger. ¿Recuerdas que aún te debo el secreto sobre mi peinado?

    —¡Oh! ¡My! ¡Gooood! ¡Cuernos de infarto, holy-dolly! Claro que no, ¡necesito esos cuernitos! —… lo había olvidado completamente. Estoy seguro.

    —Bueno, pues me temo que no puedo decirte el secreto hasta que no termine este juicio, y si me ayudas, terminaremos mucho antes. De modo que, ¿nos enseñarías ese video?

    —… ¡selfie!

    ¡A-Agh! ¿¡Por qué se hace una foto conmigo ahora!?

    —¡Gosh! ¡Guardaré esta foto en mi blog y quedará enmarcada para la posteridad! ¡Hashtag: SammyConElDueñoDeSuFuturoYMaravillosoPeinado! —ese Hashtag fue ridículamente largo—. Está bien, Horny-Cuchy-Coo —mierda, ya me puso mote a mí—. ¡Os mostraré el video! ¡Atencióooon!

    Veamos… no puedo perderme detalle de este video.


    ¡Holi, holi, followers! ¡Aquí estamos! Sammyvlogger… —la cara de Sammy ocupa toda la pantalla, pero se puede apreciar que van caminando por los pasillos del Juzgado.

    >> … con su amiwi Tommy —Tommy aparece entonces en el video, y saluda tímidamente con una mano.

    >> … ¡y Charlie! ¡Di hola, Charlie! —Carl camina con las manos en los bolsillos, vestido todo de negro, casi igual a como va hoy, de hecho.

    —… hola.

    ¡El Juicio ha sido amazing! ¡Lástima que no me han dejado grabarlo, jo! Pero ahora vamos a entrar en la sala de loooooos miembros del Jury, followers! ¡Oh, y mirad! —tras llevar Sammy un buen tiempo en la pantalla, abarcándola completamente, lo enfoca hacia delante. Se ve que dos chicos se acercan, agarrando el chico de la mano a la joven—. ¡Son Cammy y Dessie! —oh, esos son Cameron y Dessirée, ya veo. Desde luego, ella tiene mala cara. Supongo que aún está mareada.

    Hola, chicos —Cameron tiene una voz grave, y bastante serena, de hecho. Y Dessie ni siquiera ha saludado, sólo ha hecho un gesto y ha asentido con la cabeza. Aunque debo decir que su rostro es bastante encantador, y transmite una especie de paz especial—. ¿Listos para ver la deliberación?

    Oh, se los ve tan sonrientes, a todos. Bueno, salvo a Carl. Qué lástima que luego sucediese lo que sucedió.

    ¡Oh, my, va a ser emocionante! Pero aún quedan five minutes, darlings.

    ¿Queréis un poco de té, mientras tanto? He traído en el termo —Dessie ha hablado, por fin. Qué amable. Me agrada mucho esa chica, sólo con mirarla me da confianza.

    ¡Oh! ¡Queridos followers! —mierda, otro plano de la cara de Sammy—¡Vamos a probar el mejor té de-la-his-to-ri-a! ¡Made from Dessie, y’know!

    Ahora enfoca otra vez a Dessie y los demás. Parece que ya se han servido té algunos de los chicos, cogiendo vasos de los que hay disponibles en la máquina de café. De hecho, Thomas está cogiendo un vaso en ese momento.

    ¡One para mí, please, dearie!

    Claro, toma.

    ¡Followers, ciao, ciao! ¡En cuanto Sammvlogger se tome este delicioso té, nos veremos de nuevo, queridos!


    —… y aquí se cortó el primer video, dearies.

    —¿Hay una segunda parte? —no he visto nada particularmente interesante, a decir verdad. Todo lo que puede verse es a los cinco chicos brevemente, la máquina de cafés, y el pasillo en general. Sin contar los primeros planos de Samantha, claro.

    —¡Of course, no puedo decepcionar a mis followers! Aquí va el segundo video…


    My, my, my… estoy demasiado nerviosa, followers. ¡Vamos a entrar! ¿Algo que decir, amiwis?

    Ugh, menudo mareo —¿uhm? Thomas parecía encontrarse mal en ese punto. Y mira la cara de Desirée. Porque Cameron la está sujetando por el hombro, de lo contrario, creo que se caería al suelo, ¡se la ve muy mareada!

    … Tom, qué alto te veo hoy, ¿no?

    Pues… no sé, no creo que haya crecido, la verdad —vaya, una conversación de lo más banal, aunque no parece nada típico de Carl hacer ese tipo de comentarios. No parece típico de él hacer ningún tipo de comentario, de hecho.

    ¡Uf, dearies! Qué lejos está la puerta del Jurado, ¿verdad?

    Ja, ja, ja, ja, Sammy, qué graciosa estás con ese pelo —no sé por qué, pero… noto algo muy extraño en este video. Ese comentario que acaba de hacer Cameron, ¿a qué ha venido? Antes, Sammy tenía el mismo peinado que tiene ahora.

    Parece que todos empiezan a caminar en dirección a la puerta del Jurado, con Cameron y Desirée a la cabeza del grupo.

    ¡Cuidado! —¡qué susto, menudo grito el de Tom! —. Oh, qué susto, tenías una especie de mosca en el hombro. Pero ya se ha ido, Carl, puedes estar tranquilo.

    —… pf, debería haberla matado…

    ¡Followers, guau, vamos a ir dejando esto! Me voy a quedar sin batería, ¡y eso sería terrible! ¡Bye~!


    … n-no sé muy bien cómo reaccionar ante ese segundo video. Ha sido tan absurdo que casi no tiene sentido.

    —Apollo, fíjate bien en los dos videos con detalle. Uno de los dos muestra una contradicción flagrante con el testimonio de Carl.

    —Señor Wright, ¿no sería más sencillo si simplemente me dice cuál es esa contradicción?

    Parece estar meditándolo.

    —… entonces, no tendría emoción, ¿no crees? —agh, no sé ni por qué lo intento.

    —¡Su Señoría! Creo que estos videos han arrojado luz al caso, ¡y ahora existe una enorme contradicción entre uno de ellos y el testimonio de Carl Umber! —o eso dice el jefe.

    —De acuerdo. Continúe el interrogatorio… y más le vale no estar marcándose un farol, señor Justice.

    —¡P-Por supuesto que no! —por supuesto que sí.

    Supongo que tendré que revisar bien los videos. ¡Hora de continuar el interrogatorio!


    …luego… entramos en la sala del jurado… esa con la puerta negra.


    La puerta negra, claro. En el video se ve claramente la puerta negra, que está más arriba, y la otra, de color marrón, está abaj… ¡¿q-qué?! ¡Oh! ¡N-No puede ser… pero…! Agh, ¡no sé qué significa esto, pero TIENE que ser la contradicción de la que habla el jefe!

    —¡Protesto! —vamos allá, Justice. A ver qué quiere decir esto—. “Entramos en la sala del jurado… esa con la puerta negra”. Eso acaba de decir, señor Umber. ¿Está seguro de ello?

    —… supongo.

    —Pues déjeme decirle que se equivoca. Fijémonos en el primer video, por favor. Durante el transcurso de este, se puede ver toda la extensión del pasillo. Cameron y Desireé llegan caminando desde el cuarto de baño, que está al sur del juzgado. Desde donde ellos caminan, a su izquierda hay dos puertas: la que está más al sur es la sala de deliberaciones del Jurado, y la que está algo más arriba es la sala de evidencias. Pero, si se fija bien… ¿cuál de ellas es de color negro? Desde luego, no la del Jurado, esa es completamente marrón. ¡Es precisamente la puerta de la sala de evidencias!

    —¡Oh!

    —… Gangrena —¿¡qué tiene que ver eso con el tema de conversación!?

    —¡Cállate! Sucia oveja, ¿y qué más da el color de la puerta? El testigo pudo haberse confundido, o no recordarlo todo bien. ¿Es que no ves que puede estar conmocionado por lo que tuvo que presenciar.

    —Pfff. ¿Crees que me afecta la sangre, triste lobo?

    ¿Q-Qué ha sido eso? ¿Y ese cambio de actitud?

    —¿CREES QUE ESA ESCENA ME CONMOCIONÓ? No conoces a Carl Gangrena, vaya que no —¿q-qué hace? Levanta su flequillo y, de algún modo, su pelo queda completamente de punta, y se pueden ver sus ojos, unos ojos rodeados de pintura roja, oscuros como el carbón. ¿¡Y de dónde ha sacado ese…!? Oh, se ha pintado los labios de negro. Genial. ¿Y eso que se está poniendo al hombro es un altavoz? —. Démosle un poco al METAL, YEEEEEEEEAH.

    ¡A-Agh, que alguien pare esa música! ¡Va a perforar mis oídos! ¡¿Pero qué capacidad de volumen tiene ese cacharro?!

    —¡O-Orden! ¡Orden! ¡El testigo quitará esa música ahora mismo!

    —Bah. ¡Juezucho! La quitaré, pero no porque TÚ me lo digas, ¿lo captas? —ugh, no sé si prefiero a este Carl o al anterior. Al menos el otro era más calmado—. ¡Y que quede claro! Carl Gangrena NO se amedrenta por la sangre. Carl Gangrena AMA la sangre. ¡SAAAANGREEEEE!

    —… lo dicho. Todos los frikis van a parar a mis juicios.

    —No sabes cómo te entiendo, Apollo —sí, señor Wright, me consta que usted también se las ha visto con varios… tipos extraños.

    ¡Ouch! Maldita sea, otro golpe inesperado.

    —Muy bien. Entonces, ovejita, si tan seguros estáis de que el testimonio es cierto, dime: ¿cómo explicas la contradicción del color de la puerta?

    Hmmm. Carl ha declarado que entró en una sala con la puerta negra. Pero la puerta a la que entraron los chicos era de color negro… de modo que, si el testimonio es cierto, sólo hay una explicación posible.

    —La explicación es sencilla. Los estudiantes no entraron en la sala del Jurado. Sino que entraron ¡en la sala de evidencias!

    —¡¿Qué disparate es ese?! ¡Eso no es posible, y lo sabes!

    —¡Protesto! No se trata de si es o no posible; simplemente, es la única opción viable, fiscal Baurufu —lo que no entiendo es por qué, o cómo pudieron acabar luego todos en la sala del Jurado. Pero si encuentro el motivo, ¡puede que acabe dándole la vuelta al caso!

    —¡Un momento! —¿quién fue el que dijo eso? —. YEAH —oh, vale. Él—. Os vais a enterar. Aún tengo cosas que decir. ¡MUCHO que decir! Si eso os parecía increíble, ¡VAIS A FLI-PAAAAAAAAR con mi testimonio!

    ¿O-Otro testimonio de este tío? Dios.

    —¿S-Sobre qué exactamente quiere testificar?

    —Pf, juezucho. Sobre lo que vi en realidad. ¡Sin pudor! ¡SIN ANESTESIA!

    … lo que vio en realidad. Me pregunto a qué se refiere.

    —Adelante, pues… si no hay ningún problema por parte de la fiscalía o la defensa.

    —N-No hay ningún problema, su señoría.

    —… Bah, Wolf no opinará al respecto. Que la oveja bale cuanto quiera.

    De modo que… ¡aquí vamos de nuevo!


    ¿QUERÉIS OÍRME, BITCHES? ¡Vamos a cantar la ver-daaaaaad!

    Salimos del Juicio. ¡FUE UNA BASURA! ¡Suciedad, pus, VÓMITO!

    Y fuimos al pasillo, ¡TOM CASI TOCABA EL TECHO ALLÍ! Había crecido, era cosa de Sa-táaaaan. ¡YEAH!

    Entramos en la sala de puerta negra, y, ¡ESCUCHAD BIEN! ¡Una de las Juezas tenía alas! ¡Era un ángel caído, del in-fier-noooo, baby!

    ¡Y entonces, NIEBLA! ¡OSCURIDAD! ¡Entramos en el infierno, baby!

    Y al despertar, la bella imagen vi: ¡SANGRE! ¡SANGRE! ¡SANGRE!


    … ¿era necesario testificar con esa estridente música de fondo? Mis pobres tímpanos.

    Aun así, ¿qué ha sido ese testimonio? Semejante cantidad de… incoherencias no es normal.

    —P-Proceda a interrogar al testigo cuanto antes, señor Justice, por favor. Y esta vez, sin música, testigo.

    —Jé —Wolf parece divertirse—. Será interesante ver qué explicación da la defensa a esta triste canción de oveja negra.

    Hmpf. N-No estoy seguro de si este tío está cuerdo, pero, de momento, su testimonio es a lo único a lo que puedo agarrarme. De todas las barbaridades que ha dicho, ¡tengo que extraer algo con sentido, sea como sea!


    ¿QUERÉIS OÍRME, BITCHES? ¡Vamos a cantar la ver-daaaaaad!


    —¡Orden! ¡Orden! ¡Dije sin música, testigo!

    —¡BAH! ¡JUEZUCHO! ¡No sabes apreciar el auténtico arte!

    … parece que tendremos que hablar a gritos. No veo signos de que vaya a bajar el volumen, siquiera. Suerte que tengo bien entrenadas mis cuerdas de acero.


    Salimos del Juicio. ¡FUE UNA BASURA! ¡Suciedad, pus, VÓMITO!


    Dios… se puede ser directo en las opiniones personales, y luego está este chico. Igualmente, de poco me sirve su opinión sobre el Juicio.


    Y fuimos al pasillo, ¡TOM CASI TOCABA EL TECHO ALLÍ! Había crecido, era cosa de Sa-táaaaan. ¡YEAH!


    —¡Protesto! ¡PROTESTO! —uf, parece que me oyó, y ha bajado un poco la música, al menos—. Señor Umber, ¿está seguro de que Tom era tan alto como dice?

    —¡Eso es lo que vi! ¡Obra del demonio! ¡Yeah!

    —No, nada de yeah. Mire el segundo video. Justo cuando usted dice en ese video que Tom parece más alto, se puede ver perfectamente cómo el acusado es exactamente de la misma estatura que siempre; es un poco más bajo que usted, de hecho.

    —… ¡ABOGADUCHO! —gah, ya estaba tardando en ser mi turno—. ¡No me rayes! ¡Yo sé que lo vi, y punto!

    ¿Lo vio? ¿De veras es posible que viese algo así?

    —Hahahaha… seguid balando, por favor. Esto es tan divertido.

    Grrr, maldito Wolf.

    —P-Prosiga con su testimonio, entonces —hay más cosas que no tienen sentido en este testimonio. Tendré que ir señalándolas una a una.


    Entramos en la sala de puerta negra, y, ¡ESCUCHAD BIEN! ¡Una de las Juezas tenía alas! ¡Era un ángel caído, del in-fier-noooo, baby!


    —¡Protesto! N-Nadie tenía alas, señor Umber. Y eso se puede apreciar claramente en la Foto de la escena del crimen. ¿V-Ve? —ish, presiento que se aproxima un grito. En tres, dos, uno…

    —¡ABOGADUCHO! ¿¡Cuántas veces tengo que repetírtelo!? ¡Carl Gangrena VIO a una de las juezas tener alas! ¡NO se equivocó!

    Pero, vamos a ver, ¿¡es eso siquiera posible!? ¡No! Con toda seguridad, es imposible que viese a una mujer con alas, porque las personas no tienen alas. Pero está tan convencido de lo que dice… y, al igual que Sammyvlogger, no creo que esté conmocionado o en shock. Pero, ¿es acaso posible que haya visto a una mujer con alas…?

    —¿Y bien, corderito? ¿Acaso puedes explicarnos qué está sucediendo aquí? ¿O te rindes a la evidencia, que Thomas Fate es culpable y todo esto no es más que un teatro absurdo con el que no vas a lograr nada más que hacer perder el tiempo a este Tribunal?

    —… no tengo forma de explicar lo que vio el señor Umber, ¡pero… aún hay cosas que deben ser examinadas en su testimonio!

    —Ptché. Pasta todo lo que quieras, ovejita. Adelante.

    Encontraré la forma de darle la vuelta a este caso, ¡lo sé! Sólo tengo que seguir intentándolo.


    ¡Y entonces, NIEBLA! ¡OSCURIDAD! ¡Entramos en el infierno, baby!


    —¡Un momento! ¿Niebla? ¿Vio usted niebla? —madre mía, ¡esto es de locos! Literalmente, además.

    —¡ABOOOOOOGA-DU-CHO! ¡Te lo estoy diciendo! Gangrena VIO niebla. La niebla vino desde arriba… ¡te digo que estábamos entrando en Transilvania! ¡Al abrir esa puerta, había NIEBLA! Y luego… se hizo la oscuridad. ¡Estábamos en el reino de la noche!

    —¿Se hizo la oscuridad? —n-no me digas que él también—. ¿Te desmayaste, quiere decir?

    ¡AAAAGH! ¿Qué ha sido ese pitido? ¿Viene de su altavoz?

    —¿Perdona? ¿Qué decías? No te oí bien. ¿¡Gangrena, desmayarse!? No hay manera de que eso pase. Simplemente decidí dejar el mundo de la vigilia por un momento, ¡PARA OBSERVAR EL MUNDO DE LA OSCURIDAD!

    … vamos, que desmayó.

    —¡Su Señoría! Este testigo acaba de declarar que… eh, dejó el mundo de la vigilia. ¡Ya es la tercera persona que alega lo mismo! ¿En serio aún sigue usted pensando que es posible que todos estén mintiendo o se encuentren conmocionados?

    —¡Cállate! —oh, dios. Wolf de nuevo—. ¿Has oído, acaso, el testimonio del testigo, ovejita colorada? ¿Crees que está en su sano juicio? ¡Es obvio que tampoco podemos confiar en el testimonio de alguien que afirma con convencimiento que vio a uno de sus amigos rozar el techo, que vio a una mujer alada y niebla que inundaba la sala de un Juzgado!

    —¡P-Pero…!

    —¡GANGRENA VIO TODO ESO!

    Él está convencido de que lo vio. Está totalmente convencido de ello. ¿Y si verdaderamente… lo vio? Nah, es imposible completamente. Porque… porque es imposible, ¿verdad que lo es?


    Y al despertar, la bella imagen vi: ¡SANGRE! ¡SANGRE! ¡SANGRE!


    —¡Un momento! ¿L-La bella imagen? ¿Se refiere a la escena del crimen? —dios, ¿cómo puede decir que eso era una bella imagen?

    —¡Oh, sí, baby! Sangre… ¡qué bello paisaje se plasmó ante mí!

    No puede estar hablando en serio, oh, vamos. Eran doce cadáveres. Debía estar asustado. Y, de hecho, me consta que lo estaba.

    —Según el testimonio de Thomas Fate, el acusado, tú estabas, cuando él recobró la consciencia, golpeando desesperadamente la puerta de la sala del Jurado para tratar de salir de la escena del crimen. Yo no veo eso como un acto de admiración ante la escena del crimen, ¿no cree usted? Más bien parece que tenía miedo, ¿no?

    —… ¡ABOGADUCHO DE PACOTILLA! —por algún motivo, esperaba algo así, ¿por qué será? —. Qué sabrás tú. La imagen era hermosa, pero no quería unirme a ella. ¡Aún soy joven para reunirme con Satán!

    —Huh. Claro… como sea.


    —¡Se acabó! —¿eh? ¿P-Por qué? —. Este interrogatorio llega ya a su fin. ¿Tiene la defensa alguna forma de probar que los testimonios que hemos oído hasta ahora son fiables? A mi juicio, el argumento de la acusación es más que plausible: todos pueden estar siendo víctimas de un importante shock, y el acusado puede estar mintiendo. Y el testimonio del señor Umber no ha hecho más que verificar ese punto, en tanto que luce completamente inverosímil.

    —¡P-Pero…! —mierda, ¡mierda! Tengo que encontrar alguna forma de demostrar que los testimonios son ciertos. Pero, con toda esta cantidad de información absurda, ¿cómo voy a hacerlo? ¡Es imposible lograr algo así!

    —Jé, la ovejita está desesperada. Qué tierno es cuando un carnero pone esa mueca de tristeza. Ríndete, oveja colorada, y todo será más sencillo y acabará antes.

    N-No… no puede ser. ¿No existe la forma de hacer que todo tenga sentido? ¿De veras todo lo que hemos oído hasta ahora es falso?

    —Apollo, no creo que deba repetirme a estas alturas, pero…

    —… debo analizar las cosas desde otro ángulo, ¿no es así, señor Wright?

    —Exacto, Apollo. No se trata de pensar cómo puede ser posible que Carl Umber viese todas esas cosas, sino más bien se trata de pensar por qué creyó ver todo eso. Tal vez encuentres alguna explicación coherente a todo lo que afirma en su testimonio. Quizá tengas hasta alguna prueba que mostrar, ¿no es así?

    ¿Una prueba? Hmmm. Debo pensar por qué Carl creyó ver todo lo que afirma que vio. Sin duda, está seguro de que vio eso, pero, ¿y si se confundía, y lo que veía era ligeramente diferente a la realidad? Pero… ¿por qué iba una persona a ver cosas que no son reales?

    … un momento. ¡Eso es! Veía la realidad de forma distorsionada, y… puede que él no fuese el único.

    —¡Protesto! —¿será esta locura real? ¿E-Estoy en lo cierto, acaso? Si es así… ¡esta es la forma en la que podré hacer que todo de un giro de ciento ochenta grados—. Su Señoría. Tengo un modo de demostrar que todo lo que vio el testigo era real; pero, sin embargo, al mismo tiempo no lo era.

    —¿Huh? Explíquese, señor Justice.

    —Con gusto. Mi cliente estaba alucinando. Sencillamente eso.

    —¿A-Alucinando?

    —Sí. De ahí que afirmase que el señor Fate era más alto de lo habitual, que había niebla en la sala o que una de los miembros del Jurado tenía alas. Su percepción de la realidad estaba distorsionada, pero, sin duda, él es el testigo de todos los que nos han expuesto sus vivencias aquí, en este Tribunal, que menos conmoción ha sufrido por los accidentes. Porque es el único que recuerda con claridad incluso las alucinaciones que sufrió.

    —O-Ovejita, ¿no estarás insinuando que…?

    —Correcto. Insinúo que todos los estudiantes estaban alucinando en el momento del crimen.

    —¡A-Aberrante! ¡Inconcebible! ¡¿Cómo puedes estar balando tan alto, ovejita?!

    —Tengo pruebas de que lo que digo es cierto —al menos, esa lógica explicaría muchas cosas—. Y se trata del segundo video. Quiero hacer énfasis en multitud de cosas raras que denotan que todos estaban alucinando. Presten atención a estos puntos del video:


    Ugh, menudo mareo


    —Este punto en sí ya es curioso. Thomas Fate afirmaba encontrarse mareado, un indicio de que podría estar empezando a alucinar. Sigamos.


    … Tom, qué alto te veo hoy, ¿no?


    —Esto se completa claramente con lo que ha dicho el testigo, el señor Umber. Thomas, a sus ojos, era mucho más alto de lo habitual; ahí, él ya se encontraba en plena alucinación.


    ¡Uf, dearies! Qué lejos está la puerta del Jurado, ¿verdad?


    —¡Y esto es definitivamente raro! Samantha afirma que la puerta del Jurado está muy lejos, ¡pero podemos ver claramente cómo sólo está a unos cinco metros desde su posición! Mi apuesta es que estaba viendo el camino mucho más largo de lo que realmente era por el efecto de la alucinación.


    Ja, ja, ja, ja, Sammy, qué graciosa estás con ese pelo.


    —En el video, Samantha lleva el mismo peinado estrafalario que lleva ahora mismo. Es más, Cameron ni siquiera se sorprendió por ver el cabello de Samantha momentos antes, en el primer video, ¿por qué, de pronto, le parece divertido ver su peinado? Porque, deduzco, estaba viendo algo verdaderamente excéntrico en la melena de la testigo, algo que no era real, quién sabe qué.


    ¡Cuidado! Oh, qué susto, tenías una especie de mosca en el hombro. Pero ya se ha ido, Carl, puedes estar tranquilo.


    —¡Y aquí, nuevamente, vemos cómo Thomas vuelve a alucinar. Esa mosca, con toda seguridad, no era más que un efecto de la alucinación.

    >> De modo que todos estaban alucinando en ese punto. ¡Todos ellos veían cosas que realmente no estaban ahí y confundían la realidad, de modo que malinterpretaban lo que veían o lo veían de forma diferente!

    —¡Cállate! ¡Triste oveja! Dos cuestiones tiene Wolf para ti: una, ¿y? ¿Qué relevancia tiene esto para el caso? Dos, ¿cómo supones que es posible que todos estuviesen alucinando en el mismo momento? ¿Qué causaría semejante estupidez?

    … este es el momento. Si todo lo que he deducido hasta ahora es cierto, las pruebas apuntan a una persona como responsable de las alucinaciones. Y puede que esa persona sea la culpable que andamos buscando. Me siento un poco mal por Tom, pero... debo encontrar la verdad ante todo.

    —Verás, Wolf, la respuesta a esas dos cuestiones resulta ser la misma, realmente. El motivo por el que todos alucinaban es lo que hace que este asunto tenga especial validez en el caso que se nos plantea.

    —… de acuerdo. Bala de una vez. Wolf está deseando oír esa respuesta cuasi divina.

    —La respuesta es el té. Si nos fijamos en ambos videos, en el primero todos tienen un comportamiento normal. El video se corta justo cuando todos toman té, para luego iniciar de nuevo, y ya en ese punto, comienzan las alucinaciones. De modo que la teoría de la defensa es que ese té contenía alguna sustancia que hizo que los estudiantes sufriesen esas alucinaciones, ¡algún tipo de alucinógeno!

    —¡P-Patrañas…!

    —Y dicho té fue traído por una persona… curiosamente la única persona que en el segundo vídeo no hace ningún comentario sobre una visión extraña que estuviese teniendo. La defensa propone que esa persona drogó a todos sus compañeros, ¡y está convencida de que dicho acto tiene relación con el crimen!

    —D-De acuerdo, señor Justice. Oigamos su teoría. ¿Quién es esa persona de la que habla?

    Llegados a este punto, no hay vuelta atrás. Sólo un nombre es el correcto.

    —Desirée Hoskins. ¡Ella fue quien drogó a sus compañeros!

    —¿Qué? ¿D-Dessie hizo… algo así? ¡N-No es posible! —Thomas, sé que es duro, pero…

    —¡La defensa solicita que la señorita Hoskins suba al estrado inmediatamente!

    A estas alturas, un análisis del termo donde se sirvió el té no dará ningún resultado, pues todo rastro se habrá perdido al limpiarse, y un análisis de los cuerpos de los estudiantes no funcionaría, después de todo el tiempo que ha pasado. De modo que la única manera que tengo de probar que efectivamente Desirée drogó a sus compañeros es mediante su testimonio. De nuevo, dependo únicamente de un testimonio, ante la escasez de pruebas. De nuevo me estoy agarrando a un clavo ardiendo.

    Y aún sigo preocupado por el asunto de la puerta negra… ¿estaba alucinando Carl cuando afirmó que entraron en la sala de la puerta con ese color? Es la única explicación, porque pensar lo contrario implicaría que entraron en la sala de evidencias, y no en la sala del Jurado. Y eso no es siquiera posible. No tendría ningún sentido, después de todo.

    —Está bien… que suba al estrado la señorita Desirée Hoskins, entonces.

    Vamos, Apollo. Es muy probable que esta chica con aspecto tan inocente, la que te parecía tan agradable y te daba buena impresión… sea justamente la asesina a la que buscamos.


    Pero… por más que lo intento, me veo incapaz de verla como una asesina capaz de matar a doce personas de una sentada. Sólo… ¡mírala! Si parece tan dulce, tan inocente, tan delicada. Sin embargo, las pruebas circunstanciales apuntan, de momento, a ella. De modo que, ¡allá vamos!

    —… supongo que la testigo habrá oído las atrocidades que ha dicho el cordero rojizo.

    P-Pobre. Está temblando. Casi siento pena por ella.

    —¡U-Un momento! —¿eh? ¿Qué ha sido eso? ¿Quién es ese? —. ¡Dessie! ¿Estás bien?

    —C-Cam, tranquilo —oh, así que ese hombre es Cameron—. P-Puedo hacerlo yo sola.

    Él parece extremadamente preocupado por ella. Dios, ¿realmente es tan sensible, la chica? Se la ve pálida, nerviosa, casi tiritando.

    —Des… ¡S-Señoría! Por favor, ¡déjeme declarar junto a Desirée!

    —¿Cómo dice?

    —Soy Cameron Jacobs. Estuve también dentro de la sala en el momento del crimen, y no me separé de Desirée en ningún momento. Ella es mi novia, y… tiene una salud un poco delicada. Temo que si la dejo sola, pueda sufrir algún tipo de ataque de ansiedad, o algo similar. De modo que me gustaría subir al estrado para estar junto a ella. Sé que si estoy con ella se tranquilizará.

    —C-Cam… muchísimas gracias, cariño.

    —Oh, vamos. No tienes por qué darlas.

    Mierda, es tan bonito… él es tan protector, y ella parece tan sensible. Comienzo a arrepentirme de haberla acusado de lo que la he acusado, pero… supongo que no hay vuelta atrás.

    —De acuerdo, señor Jacobs. Suba al estrado, entonces. Supongo que si son dos los testigos, podremos acelerar el proceso, además, ya que la defensa podrá interrogar a ambos a la vez.

    De modo que ahora me enfrento al testimonio de dos personas a la vez… esto será interesante.

    —Hmpf —Wolf parece meditativo—. Muy bien, entonces. Declaren sobre sus movimientos antes, durante y después del crimen, y… declaren sobre ese té que el corderito rojo afirma que estaba “condimentado” con algún tipo de alucinógeno.

    ¡Aquí viene, Justice!


    … yo… estábamos en el Juicio, los cinco. Nos sentábamos Cam y yo juntos, y luego…

    Dessie se mareó un poco, y es por eso que la acompañé al baño. Tuvimos que salir y atravesar todo el pasillo hasta llegar allí, donde se refrescó un poco usando el agua del lavabo. Eso fue unos diez minutos antes de que finalizase el juicio… aproximadamente a las 11:40, supongo.

    S-Sí. Así fue. El termo con el té estuvo todo el tiempo conmigo. Lo solté en la entrada del baño, ¿no fue así, Cam?

    Exacto. Desde luego, no tiene sentido pensar que Des hubiese echado alucinógenos al té. ¿Por qué haría tal cosa? Carece completamente de lógica.

    Pe-pero… es cierto que vi cosas raras. Me sentía tan mareada que casi no podía hablar, por eso no comenté nada en el video de Sammy. ¡Pero creo… que yo también sufrí esas alucinaciones!

    Sí, todos las sufrimos, cariño. Ese punto es indiscutible. Pero, ¿tal vez alguien aprovechó el momento en que dejó Des el té en la entrada del baño para echar en él esos alucinógenos?

    … s-supongo que es una opción. ¡En cualquier caso, luego… estuve despierta todo el tiempo, no me desmayé, pero no recuerdo nada de lo que sucedió! F-Fue demasiado… demasiado…

    Ya está, cariño. Tranquila, estoy aquí, contigo.


    —U-Uff —estoy algo perdido. Dos testigos a la vez son mucho más difíciles de interrogar que uno solo, después de todo—. Esto va a ser complicado.

    —Nah, estarás bien. Hay algo muy poco conveniente en sus testimonios. Céntrate en extraer toda la información posible, y, cuando llegue a ese punto, creo que tú sabrás mejor que nadie lo que hacer, ¿no es así, Apollo?

    —S-Supongo —necesito un diccionario “Phoenix Wright-Resto del mundo”, por favor.


    … yo… estábamos en el Juicio, los cinco. Nos sentábamos Cam y yo juntos, y luego…


    —¡Un momento! ¿Sería tan amable de indicar exactamente cuáles eran sus posiciones, señorita Hoskins?

    —Con gusto —eh, creo que dije “Hoskins”, no Jacobs, pero, vale, supongo—. Estábamos sentados en primera fila, en las gradas. De izquierda a derecha, nos sentábamos Tom, Carl, Sam, Des y yo.

    —Entiendo. ¿Y qué hay de vuestro profesor? ¿No estaba con vosotros?

    —Si no me equivoco, el profesor Dawn estaba en la parte más alta de las gradas. Lo vimos al pasar Des y yo, ya que tuvimos que salir. Porque…


    Dessie se mareó un poco, y es por eso que la acompañé al baño. Tuvimos que salir y atravesar todo el pasillo hasta llegar allí, donde se refrescó un poco usando el agua del lavabo. Eso fue unos diez minutos antes de que finalizase el juicio… aproximadamente a las 11:40, supongo.


    —¡Un momento! —el crimen sucedió entre las 11:57 y las 12:07 según la información del apagón y el informe de la autopsia general. De modo que no fue hasta que los cinco entraron cuando pudo cometerse el crimen. Aun así, Cam estuvo todo el tiempo con Desirée… no hay forma en que ésta pudiese cometer el crimen, no sin hacer cómplice a Cameron, al menos—. ¿Está seguro sobre la hora, señor Cameron?

    —Bastante.

    —¿Cómo puede ser tan preciso?

    —Se debe a que Des llevaba consigo una grabadora para grabar todo lo que se decía en el Juicio; el Juez moderador del caso, de hecho, le dio autorización para eso. Cuando volvimos a casa tras el incidente, oí dicha grabación, y recuerdo que oí la hora exacta en algún lugar…

    ¡Oh! Entonces, existe una grabación de todo el juicio.

    —¿Oyó la hora?

    —Sí, alguien la dijo. Supongo que fue alguien de las gradas, que quedaría grabado cuando pasamos de camino al cuarto de baño. Aunque no recuerdo quién fue… Des, cariño, ¿tienes ahí la grabadora?

    —O-oh, creo que sí. Sí, sí, aquí está. ¿Quieren oír lo que grabé?

    —Por favor —¡quizá haya alguna pista importante!


    … la grabación es ridículamente extensa, y sólo se oyen las voces susurrantes de los cinco estudiantes, comentando el juicio, y las voces del abogado y el fiscal en sí, deliberando sobre la materia. ¡Oh, por fin llega el punto importante!

    —¿Estás bien, Des?

    —Uh, sí, tienes mala cara, ¿otro mareo?

    —.. c-creo que sí, estoy algo mareada.

    —Ven, yo te acompaño al baño. Será mejor que te refresques un poco.

    —G-Gracias, Cam.

    Este debe ser el momento en que Cameron y Desirée avanzan por las gradas de camino al pasillo. Se oyen voces distantes aquí y allá, pero son susurros, más bien. ¿Mmm? ¿Qué es eso? Casi no se oye, pero…

    … las doce menos veinte, para ser exactos… pronto, ¿no? … espero que sea… vale, vale, confío en …

    ¿Huh? ¿Quién dijo eso? No se puede casi apreciar, pero… es cierto que alguien menciona la hora en esa grabación.

    —¿Lo han oído? Alguien de las gradas lo dice: “las doce menos veinte, para ser exactos”.

    —¿Alguna idea de quién dijo eso? —no sé por qué, pero me da mala espina.

    Cameron parece pensativo.

    —No tengo ni la más mínima idea, a decir verdad.

    —Ya veo… —podría haber una pista importante en esa grabación. Será mejor que hagamos un análisis más detallado de la misma—. Su Señoría, a la defensa le gustaría ampliar el audio de la grabación. ¿Sería posible que los forenses aislasen el sonido de esa persona que menciona la hora para que podamos identificarla mejor y oír todo lo que dice?

    —Uh… ¿qué relevancia puede tener eso, señor Justice?

    —Oh, eso, mm —no lo sé, pero digamos que es una corazonada. Creo que hay algo extraño ahí, aunque no sé explicar por qué. Supongo que será una suerte de intuición que tengo—. C-Creo que no lo sabremos hasta que lo oigamos, ¿no?

    —… está bien. Supongo que no perdemos nada por intentarlo. ¡Alguacil! Lleve la grabadora de la señorita Hoskins a analizar, si es tan amable. Queremos oír mejor ese análisis. Mientras tanto… la Defensa puede proseguir con el interrogatorio, si gusta.

    —¡Sí, Su Señoría!

    Sigamos, entonces… aún tengo que encontrar esa afirmación tan “poco conveniente” de la que hablaba el señor Wright.


    S-Sí. Así fue. El termo con el té estuvo todo el tiempo conmigo. Lo solté en la entrada del baño, ¿no fue así, Cam?


    El té. Es importante saber qué pasó con él. Porque sabemos que es muy probable que contuviera algún tipo de droga alucinógena.


    Exacto. Desde luego, no tiene sentido pensar que Des hubiese echado alucinógenos al té. ¿Por qué haría tal cosa? Carece completamente de lógica.


    —¡Un momento! ¿Carece de lógica? No, para nada. De hecho, es lo más probable, ya que ella era quien tenía acceso al té todo el tiempo, y no se mostraba alucinando en el video.

    —Bueno —Cameron es un tipo formal, serio y duro de roer, vaya si lo es—, por esa lógica, yo podría ser tan sospechoso como ella, ¿no? Al fin y al cabo, he estado con ella todo el tiempo. Podría haber drogado su té si hubiese querido.

    … es cierto, supongo.

    —Mi punto es que no tiene sentido que quisiésemos hacer tal cosa. ¿Qué ganaríamos nosotros intoxicando a nuestros propios compañeros y amigos?

    —Uh, eso… —n-no lo sé. Claramente, no parece que haya una explicación lógica para ello.

    Oh, parece que Desirée quiere decir algo.

    —¡A-Además, yo…! Puede que en el video no lo dijese…


    Pe-pero… es cierto que vi cosas raras. Me sentía tan mareada que casi no podía hablar, por eso no comenté nada en el video de Sammy. ¡Pero creo… que yo también sufrí esas alucinaciones!


    —¡Un momento! —entonces ella también sufría alucinaciones, ¿huh? Qué extraño. Entonces todos ellos sufrían las alucinaciones—. ¿Usted también vio cosas raras, señor Jacobs?

    —Diría que sí… aunque no logro recordarlo con exactitud.

    Ahora que lo pienso, en el segundo video se puede ver cómo Cameron se sorprende del pelo de Sammyvlogger, de forma completamente aleatoria. Sí, parece que también alucinaba.

    —De modo que todos estaban alucinando…

    —Exacto.

    —¿T-Todos, Cam? ¿Q-Qué explicación tiene eso?

    —Bueno…


    Sí, todos las sufrimos, cariño. Ese punto es indiscutible. Pero, ¿tal vez alguien aprovechó el momento en que dejó Des el té en la entrada del baño para echar en él esos alucinógenos?


    —¡Un momento! … reconozco que es una opción viable —la presencia de una tercera persona. O, en este caso, una sexta, claro. Alguien que tenía interés en drogar a los cinco estudiantes.

    —Sí, es lo único que tendría lógica. Aunque carezco de explicaciones posibles para argumentar por qué querría nadie hacernos ver esas alucinaciones.

    Desirée está pensativa.

    —¿Alguien… drogó mi té?


    … s-supongo que es una opción. ¡En cualquier caso, luego… estuve despierta todo el tiempo, no me desmayé, pero no recuerdo nada de lo que sucedió! F-Fue demasiado… demasiado…


    U-Ugh. Mi brazalete reacciona. ¡Está mintiendo!

    —¿Lo has notado, Apollo?

    —… sí, señor Wright —a esto se refería el jefe cuando decía que yo mejor que nadie me iba a dar cuenta.

    Desirée está mintiendo en esa afirmación. De modo que debe haber algún tic nervioso en ella… ¡hora de buscar ese movimiento involuntario! Veamos, está temblando, pero eso es algo bastante habitual en ella, por lo que he podido apreciar hasta ahora. La clave debe estar más allá de ese temblor. … ¡ey, eso es! Lo acabo de ver.

    —¡Te tengo! —justo ahí. Esa tensión en su cuerpo… tan leve, pero tan decisiva—. Señorita Hoskins. Cuando usted pronuncia la frase “no me desmayé”, su hombro derecho se pone tenso inmediatamente. Es casi como si lo encogieses… y justo en ese momento, Cameron nota tu tensión, y masajea suavemente tu hombro. ¿Deduzco que estás mintiendo?

    —¿C-Cómo…?

    —Reconózcalo, señorita Hoskins. Al igual que Carl, que Samantha y que Thomas, ¡usted también se desmayó cuando las luces se apagaron!

    —¡Agh…!

    —Hmpf. Qué ridículo.

    En cierto sentido, Wolf tiene razón. ¿Por qué Desirée mentiría sobre ello? El hecho de que se desmayase le da una coartada de acero, ¿qué ganaría mintiendo y afirmando que nunca llegó a desmayarse? Además, tiene propensión a los desmayos, sería una coartada completamente creíble.

    —De modo que usted también se desmayó, ¿cierto?

    —… yo…

    —Sí, señor Justice —uh, de nuevo Cameron habla por ella—. Tanto Desirée como yo nos desmayamos al poco tiempo de entrar en la sala, cuando las luces se apagaron.

    —Grrrr, ¿tú también, testigo? —ja, Wolf, no te gusta nada que todo vaya en tu contra, ¿eh?

    —Exacto. De hecho, cuando desperté y vi la horrible imagen de aquellos cadáveres frente a mí, Dessie seguía desmayada. Y se mareó de nuevo en cuanto despertó y vio tanta sangre. Pero ya ha pasado, cariño. Puedes estar tranquila, ¿vale? No pasa nada.

    —Cam… —pobre. Parece extremadamente conmocionada.

    ¡Pero, en cualquier caso, esto… esto definitivamente debe significar algo!

    —¡Su Señoría! Acabamos de ver en este testimonio dos puntos muy relevantes: que el té pudo ser intoxicado con alucinógenos por una tercera persona y que los cinco estudiantes se desmayaron en el momento en el que el crimen sucedió, ¡por lo que definitivamente esos desmayos debieron ser provocados por algún agente externo! ¡La defensa afirma que hay una tercera persona detrás de todo esto, el verdadero culpable!

    —¡Cállate! ¡Maldito cordero colorado, no existen tales fantasías! Recuerda que la sala estaba completamente cerrada, y sólo los cinco estudiantes estaban dentro de la misma. La puerta sólo puede cerrarse desde dentro, ¡por lo que, de existir un asesino fantasma, debería haber estado dentro de la escena, así como lo estaban los cinco estudiantes!

    Wolf tiene razón. La sala estaba completamente cerrada, de modo que era imposible que nadie entrase sin quedar luego atrapado dentro. Pero ese no es más que uno de los misterios que rodean a este caso. La puerta de color negro, el té con alucinógenos, los desmayos simultáneos… siento como si… como si alguien hubiese estado manipulando todo desde las sombras. Como si todo esto fuese un plan tremendamente elaborado. Y hay algo… algo que no me encaja. Las piezas de este puzle deben de conectarse de un modo u otro. Debo darle la vuelta a mi razonamiento, mirar las cosas desde otro ángulo… el problema es que no logro averiguar cuál es ese ángulo.

    —¡Un momento! —¡oh! El alguacil. ¿Están ya esos resultados? —. Su Señoría, ¡aquí traemos el clip de voz que nos ha solicitado, amplificado y analizado!

    —Excelente. Buen trabajo. Ahora bien, procedamos a oírlo.

    Lo que esa persona dijo… estoy a punto de comprobar si mi razonamiento era correcto. Si mi intuición era acertada. E-Estoy preparado para escucharlo, ¡soy Apollo Justice, y estoy bien!

    *clic*

    Menos mal que respondes. Ya son las doce menos veinte, para ser exactos. El plan comenzará pronto, ¿no? Sí, ya, espero que sea tal y como hemos acordado. Vale, vale, confío en tu palabra. Mientras no haya ninguna prueba que me relacione… me da igual cómo se haga.
     
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    Thomas Fate: Ace Attorney
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    El Retorno del Caso

    Recuerdos del Pasado. Juicio, parte 3


    —¡E-Esa voz es…!

    P-Pero… ¡esta grabación es terriblemente sospechosa! El que dijo eso, ¿se refería de verdad a lo que creo que se refería?

    —¡Señorita Hoskins! —parece que ha reconocido la voz que se oye ahí. ¡Necesito saber a quién pertenece! —. ¿Reconoce al hombre que habla en ese clip de voz?

    ¿Por qué tiembla tanto? Parece realmente asustada.

    —… sí, señor Justice —una vez más, Cameron toma la voz por ella—. Claro que reconocemos esa voz.

    —¿Y bien? ¿A quién pertenece?

    —… es la voz de nuestro profesor, Kalm Dawn —¿el profesor? —, el profesor que vino con nosotros al Juicio. Si lo recuerdan, en el interrogatorio de antes afirmamos que se sentaba arriba, al fondo de las gradas. De camino al baño, debíamos pasar necesariamente por ahí, de modo que puede que la grabadora percibiese parte de su diálogo con quien sea que estaba hablando.

    Pero no parece estar conversando con nadie directamente, porque no se oyen respuestas. Más bien parece que habla por teléfono.

    E-Entonces, si esta voz pertenece al profesor Dawn… ¡eso hace que podamos replantearnos su implicación en este crimen!

    —¡Su Señoría! —eso es, Justice. Kalm Dawn esconde algo. ¡Es hora de averiguar qué! —. ¡Solicito que el profesor Dawn suba al estrado a explicar, aquí y ahora, qué es lo que quería decir con esa grabación!

    —… señor Justice, ¿está usted sospechando del profesor?

    —No tengo pruebas para sospechar directamente de él, pero… es innegable que el clip de voz resulta sospechoso.

    —Sólo espero que sepa lo que hace. Recuerde que el señor Dawn tiene una coartada de hierro.

    O-Oh. Es cierto. En el momento en que sucedió el crimen, se encontraba hablando con el propio Juez Daroul, que es nada más y nada menos que un amigo de Dawn. Ups… esto va a ser complicado.

    —Apollo, no te eches atrás ahora —S-Señor Wright—. Una coartada no lo es todo. Hay otros modos por los que el profesor puede estar implicado.

    —¿Los hay?

    —Claro. Pero para descubrirlos, vas a tener que interrogar a ese tal Dawn. ¡De modo que respira hondo y lucha hasta el final! Necesitas a ese testigo en el estrado.

    Es cierto. El jefe tiene razón. Amigo del Juez o no, ¡necesito su testimonio para ver de qué manera está involucrado en este asunto, tenga la coartada que tenga!

    —¡La defensa insiste en la necesidad de interrogar al señor Dawn!

    —Pff. Oveja moribunda. ¿Cuándo dejarás de luchar patéticamente por tu vida lanuda?

    … da igual lo que digan. Thomas es inocente. De eso estoy más que seguro, de modo que esa grabación tiene que significar algo.

    —Está bien. Pero escúcheme bien, señor Justice: si su interrogatorio no llega a ninguna conclusión clara y certera, no le permitiré llamar a más testigos. Suficientes personas a interrogado ya, y este Juicio se está prolongando más de lo debido.

    ¡Glup!

    —¡E-Entendido, su Señoría!

    De modo que es un todo o nada, ¿eh? Veamos de qué está hecho ese profesor.


    … genial. Otro friki.

    —Testigo. Nombre y profesión.

    Míralo. Es un hombre de mediana edad, con pelo blanquecino y rizado, un grueso bigote y un estrafalario y pomposo traje de chaqueta azul oscuro. Y está tirando de su bigote de manera reflexiva mientras lee un libro. ¿U-Uh? ¿Qué está haciendo? Alza una mano, como si estuviese indicándonos que esperemos.

    —… un segundo. Estoy a punto de acabar este libro.

    —… grr —Wolf parece estar también harto de todos estos testigos. Va a acabar con los dientes rotos de tanto apret… ¡eeek!

    —Listo —p-pero, ¡¿qué forma de cerrar el libro es esa?! Lo ha hecho de forma tan brusca que casi doy un salto en el sitio—. Ah, este autor es fascinante. ¿Lo conoces, Ness?

    —Mmm, ¿cuál es ese libro exactamente? —oh, genial, olvidaba que estos dos eran amigos. El Juez está encantado de poder debatir con el testigo.

    —Un fascinante libro sobre el nuevo sistema del Jurado popular. El enfoque oscuro y crítico del autor es realmente demoledor. Bombardea al sistema sin piedad, apuntando todos sus defectos con un tono educado pero con un ligero aire de rencor y rabia. Kristoph Gavin, es el nombre del autor, ¿lo conoce usted?

    N-No es posible. ¿Este tío lee a Gavin? No estoy seguro de si me apetece seguir interrogándole, como se parezca lo más mínimo a él.

    —Claro que conozco a Gavin. Desconocía que había escrito un libro sobre el tema, creía que no estaba en… condiciones de escribir, después de lo que sucedió.

    —Ha, ha, ha, Ness, Ness. Un hombre cuerdo nunca escribe buenos libros. Ejem, ejem. ¿Me preguntó la acusación algo anteriormente?

    —Grrrr…. nombre… y… profesión.

    —Claro, naturalmente. Es lo propio cuando se presenta un nuevo testigo en el estrado. Tal y como anuncia claramente —¿de dónde demonios ha sacado ese nuevo libro…?— la página doscientos ochenta y seis, párrafo segundo, del libro sobre procedimiento judicial de Aristocle Means, “La sentencia justifica el procedimiento”.

    —¡Diga ya su nombre y profesión, testig…! ¡Agggh!

    ¡¡O-Otra vez me ha vuelto a asustar!! ¿Es que no puede cerrar sus libros con algo más de delicadeza?

    —Ha, ha, ha, fiscal Baurufu. No debes irritarte. Un jurista relajado es un mejor jurista.

    —Grrrr… grrrr —Wolf va a necesitar un psicólogo tras este juicio. Podríamos ir juntos, porque a mí me hará falta otro, a este ritmo.

    —De acuerdo. Procederé, pues. Mi nombre es Kalm Dawn. Soy profesor de Derecho en la universidad. Podéis consultar todas mis enseñanzas en mi libro “El Derecho y tú”, disponible en cualquier librería jurídica por tan solo noventa y seis dólares —¡madre mía, ¿está hecho de oro o algo, ese libro?! —. Deduzco que se me requiere para declarar sobre un tema en concreto, ¿es así?

    —Grrr… testigos aberrantes… sucios corderos que balan estupideces… —guao, Wolf está susurrando maldiciones—. Ejem. Testigo. Su voz se ha oído en una grabación. Queremos que explique lo que usted dice en esa grabación y, de paso, que aclare su coartada para el caso que nos atañe.

    —Fascinante. ¿Se me acusa de algo, tal vez?

    —… sólo declare, y valoraremos su posición una vez lo haga —el fiscal Baurufu está realmente irritado.

    ¿Q-Qué hace ahora? ¿Está tomando notas sobre algo?

    —Fascinante, fascinante, verdaderamente fascinante. Una situación como esta merece ser registrada en un manual de Derecho. Lo llamaré “Acusaciones infundadas – Parte 3” —n-no puedo creer que haya escrito ya dos libros con ese título.

    —¡Sólo declare, maldita sea! —¡auch, Wolf, pobre atril!

    —Ha, ha, ha, Baurufu, Baurufu. Debes calmarte. Un jurista calmado… es un mejor jurista.


    De modo que hay una grabación en la que yo digo ciertas palabras dignas de sospecha. Interesante, muy interesante.

    Según he oído, en esa grabación casual menciono la necesidad de que algo comience ya. Naturalmente, se trataban simplemente de unas instrucciones que le estaba dejando a mi sustituto para que comenzase la clase en mi nombre.

    Creo que posteriormente mencionaba algo sobre que “no se me relacione”, ¿cierto? Es sencilla, la explicación: mi sustituto me preguntó sobre el enfoque en el que debería dar la clase… y yo, simplemente, le indiqué que podía usar una doctrina distinta a la mía, siempre que no me vinculase con ese enfoque.

    Entiendo que, a priori, esas palabras puedan parecer sospechosas, pero, como ven, tienen una explicación perfectamente lógica. Pero…

    … como saben, tengo una coartada excelente, y por tanto, no existe forma de que tenga algo que ver con este horrendo y atroz crimen. ¿No es cierto? Eso se enuncia en el libro “Testimonios impecables y coartadas perfectas”, del fiscal Manfred von Karma.


    ¡Venga ya! ¿Espera que me crea toda esa sarta de mentiras?

    —Aunque salte a la vista que está usando una mala excusa… lo vas a tener complicado para probarlo —… aunque me duela reconocerlo, el señor Wright tiene razón. Va a ser difícil destrozar su mentira—. Lo único que puedes hacer es tratar de extraer de él más testimonio, hasta que diga una frase donde puedas atacar.

    —De acuerdo, señor Wright. Lo tengo.

    —¿Está lista la defensa para interrogar al testigo? Recuerde lo que advertí antes de llamar al testigo: si no consigue nada en este interrogatorio, no le permitiré más testigos, y acabará aquí el juicio.

    Ugh… t-tengo que encontrar la manera. ¡Verdaderamente debo encontrarla!

    —¡L-La defensa está lista, Su Señoría!

    —Oh. Fascinante. Esta situación me recuerda al libro de Blaise Debeste, “Abogados desesperados”.

    ¡Ya veremos quién acaba desesperado cuando el interrogatorio acabe, embustero! ¡Me llamo Apollo Justice, estoy bien y… voy a desmontar tu testimonio!


    De modo que hay una grabación en la que yo digo ciertas palabras dignas de sospecha. Interesante, muy interesante.


    P-Prepárate, Justice. Se le ve tan calmado en esta frase que tengo algo de miedo. ¿S-Seré capaz de desmontar el testimonio? Se le ve tan calmado y seguro de sí mismo, que…

    —No te desanimes, Apollo. Puedes hacerlo. Piensa que eres la única esperanza de Thomas.

    … el jefe tiene razón. ¡No se trata de si puedo o no puedo hacerlo, se trata de que debo lograrlo, de algún modo!


    Según he oído, en esa grabación casual menciono la necesidad de que algo comience ya. Naturalmente, se trataban simplemente de unas instrucciones que le estaba dejando a mi sustituto para que comenzase la clase en mi nombre.


    —¡Un momento! ¿Un… sustituto?

    —Naturalmente. Mi clase se compone de muchos más alumnos, por supuesto. Los cinco chicos que me acompañaron al Jurado aquel día, como aproximación a su trabajo de fin de carrera, no eran más que voluntarios de entre toda la clase, compuesta por casi ochenta jóvenes promesas. De modo que tuve que cederle mi clase a un compañero ese día, para que alguien diese mis clases en mi nombre aquel día.

    —E-Entiendo —lo peor de todo es que parece lógico, pero… definitivamente la grabación es demasiado sospechosa como para que esto quede así—. ¿De modo que ese sustituto era la persona con quien se encontraba hablando?

    —Exacto. Le llamé durante el juicio para asegurarme de que todo marchaba bien unos minutos antes del comienzo de la clase.

    Así que habló por teléfono. Entiendo…

    —¿Podría agregar su última afirmación al testimonio, señor Dawn?

    —Ha, ha, ha, fascinante. Se vuelven a reproducir en mi mente los pasajes de “Abogados desesperados”. Está bien. No me supone un problema.


    Estaba hablando a través de mi teléfono móvil durante el transcurso del juicio con el citado sustituto.


    —¡Un momento! ¿Habló por teléfono durante un juicio? ¡No está permitido usar el teléfono en medio de un juicio, señor Dawn! ¡Denota falta de educación!

    —Ha, ha, ha, abogado, abogado. Mea culpa. Admito que fue descortés por mi parte para con el Juez. Pero era necesario, debía asegurarme del bienestar de la clase de mis queridos alumnos. Como dice un gran autor y compañero de profesión, “el fin justifica los medios”.

    U-Ugh. ¿Pero qué haces, Apollo? No es momento de discutir sobre las normas de conducta en el juzgado.

    —D-De acuerdo. Continúe, por favor.


    Creo que posteriormente mencionaba algo sobre que “no se me relacione”, ¿cierto? Es sencilla, la explicación: mi sustituto me preguntó sobre el enfoque en el que debería dar la clase… y yo, simplemente, le indiqué que podía usar una doctrina distinta a la mía, siempre que no me vinculase con ese enfoque.


    —¡Un momento! ¿”Enfoque” de la clase? ¿”Doctrina”…?

    —Oh, ya veo. Has debido olvidar tus días de clase, ¿cierto? Ay, qué terrible, los abogados mediocres soléis olvidar rápidamente las enseñanzas de la universidad, desgraciadamente.

    ¡O-Oye, no soy mediocre!

    —El cordero colorado no debía sacar muy buenas notas en la universidad, desde luego.

    —No, parece que la defensa no ha aprendido nada más que a gritar “Protesto” y apuntar con el dedo a los testigos.

    ¡P-Pero bueno! ¿¡Van a ir todos contra mí!?

    —Ja, ja, ja, Apollo, no te tenses —no se ría también, Señor Wright—. Se refiere a que él y su sustituto tienen diferentes modos de interpretar las leyes. A eso se refiere con la “doctrina”, a la interpretación de cada uno.

    —Oh, uh, ya veo —p-pero eso es absurdo—. ¡Un momento! ¡Señor Dawn! ¿Qué sentido tiene esa afirmación? En la grabación dice usted claramente que no quiere que haya ninguna “prueba” que le relacione. ¿¡Qué se supone que tiene eso que ver con la “doctrina” de la que habla!?

    —… —ah, ¿guardas silencio, eh? —. Hmm… oh, claro. Ahora lo recuerdo. Era un chiste.

    —¿Un chiste…? —pero qué…

    —Sí. Mi sustituto y yo solíamos bromear en relación a Derecho penal. Siempre hacíamos comentarios de ese tipo, parodiando frases mundanas con comentarios jocosos directamente relacionados con la punición y la doctrina penal —ugh, pronto voy a necesitar un diccionario—. De modo que quería decir justo lo que afirmé en mi testimonio: que usase el enfoque que desease de la ley, siempre que no vinculase mis enseñanzas a ese enfoque a posteriori. Solo que dicho con un tono jocoso, bromeando con esa frase que dije, ¿cómo era? “No dejes ninguna prueba que me relacione”, ¿no? Algo así.

    E-Es tan ridículo… que no sé si reír o llorar, porque me parece completamente inverosímil y, aun así, no tengo modo de probar que lo es. Y el Juez Daroul es amigo de este tío, así que con meras palabras, va a ser difícil convencerlo de que Dawn tiene alguna relación con este crimen.

    —P-Podría, uh… ¿agregar ese último comentario a su testimonio?

    —Bueno, supongo que no hay problema en ello.


    Cuando dije que no quería que hubiese ninguna prueba que me relacionase, sólo estaba bromeando con mi sustituto, como solemos hacer.


    —¡Un momento! Ese sustituto suyo… ¿podría declarar que todas estas afirmaciones son verdaderas?

    ¿Eh? ¿Por qué de pronto parece entristecido?

    —Lamento decir que no va a ser posible.

    —El profesor sustituto sufrió un infarto ayer mismo —¿cómo? ¿Eh? Thomas es el que está afirmando eso… así que supongo que es cierto—. Murió, desgraciadamente. Estaba algo mayor ya, pobre.

    —Sí… mi querido compañero —agh, qué conveniente. Estoy seguro de que ha ideado sobre la marcha todo este cuento de la llamada a su sustituto a sabiendas de que no podríamos comprobar si es cierto—. Escribiré algún día alguna crónica legal en su honor.

    ¿Crónica… “legal”? ¿Pero qué?

    —Hmpf. No tenemos más que la palabra de este testigo. ¿O acaso el corderito colorado tiene algún modo de probar que miente?

    Ngh, Wolf insinúa lo correcto con su tono irónico, no tengo nada.

    —Jé, tal y como Wolf pensaba, tiene miedo de balar. Bien. Acabemos con este absurdo juicio pronto. Continúa el testimonio, testigo.

    D-Debe haber algo que pueda hacer… ¡lo sé!


    Entiendo que, a priori, esas palabras puedan parecer sospechosas, pero, como ven, tienen una explicación perfectamente lógica. Pero…


    Perfectamente falsa, querrás decir. ¡Maldita sea! Son demasiado convenientes y demasiado poco fiables, pero no hay modo de desmentirlas. Así que mi único modo de atacarlo es probar que pudo hacerlo. Pero eso tampoco es posible, porque él tenía una coartada… ¿no?


    … como saben, tengo una coartada excelente, y por tanto, no existe forma de que tenga algo que ver con este horrendo y atroz crimen. ¿No es cierto? Eso se enuncia en el libro “Testimonios impecables y coartadas perfectas”, del fiscal Manfred von Karma.


    Ugh. La maldita coartada.

    —¡Un momento! ¿Puede recordarme cuál era su coartada?

    —… ¿otra vez, defensa?

    —¿Otra vez, corderito colorado?

    —¿Otra vez, Apollo?

    —¿Q-Qué pasa? ¡Tan sólo quería cerciorarme, vale!

    —Ha, ha, ha, abogado, abogado —¡agh, esa estúpida mirada serena, estoy deseando acabar con ella! —. No te preocupes, te la repetiré: tras el juicio, fui a hablar con Ness, mi amigo aquí presente, el Juez. Permanecimos charlando durante bastante tiempo, de modo que, desde que el Juicio terminó, estuve con él. ¿Verdad que sí?

    —… sí, es cierto —pff, que el testigo de su coartada sea el mismísimo Juez Daroul no ayuda en absoluto.

    —Además —¿hay más? —, ¿por qué iba yo a querer matar a alguno de esos jueces legos? No tengo relación alguna con ninguno de ellos.

    … ¿Eh? E-Esto…

    —¡¡Su Señoría!! ¡La defensa solicita que se añada la última frase al testimonio del señor Dawn!

    —… señor Justice, tengo la impresión de que está ganando mero tiempo, y nos lo está haciendo perder a los demás. Pero está bien, que el testigo añada la frase a su testimonio. Todo sea porque acabe lo antes posible todo esto.

    Si no me equivoco, esta sensación…


    Además, no tenía ninguna relación con ni uno solo de los miembros del jurado. Es absurdo pensar que podía tener un motivo.


    ¡Sí! ¡Mi brazalete reacciona! Está mintiendo. ¿Eso quiere decir que tenía alguna relación con ellos?

    Veamos dónde está ese tic nervioso… tiene un libro cerrado entre sus manos, pero no parece mover éstas. ¿Y su cara? No, los ojos no se mueven de forma especialmente rara, y… ¡oh! ¡Lo encontré!

    —¡Te tengo! —lo encontré. Efectivamente, sí que tenía alguna relación con las víctimas—. Señor Dawn. Cuando ha dicho “no tenía ninguna relación”, ha fruncido ligeramente su expresión; tan ligeramente, que habría sido inapreciable… ¡de no ser por su prominente bigote, que se ha balanceado —de forma bastante cómica, por cierto— al hacerlo!

    —…

    —¡Usted miente! Sí que conocía a las víctimas.

    —… patrañas. No tienes ninguna prueba para demostrar eso, abogado. Lo único que sé de ellas es lo que se sabe por la prensa sobre este caso, y lo que he oído en el juicio de hoy. Cosas como los nombres de las víctimas, que una de ellas era extranjera, o que había uno que solicitó retirarse del Jurado; tal vez es por esas nociones que tenía que has notado una ligera contracción de mis músculos faciales, pero nada más.

    … un momento…

    —¡Protesto! Acaba de cavar su propia tumba, señor Dawn.

    —¿De qué estás hablando?

    —Ha dicho un dato que no debería conocer sobre uno de los miembros del jurado. En ningún registro público figura el dato sobre el deseo de renuncia de uno de los miembros del jurado. ¡Y en ningún momento se ha mencionado algo así en la sesión de hoy! De ese modo… ¿¡cómo sabe usted ese dato!?

    —…

    ¡Ajá! ¡Te pill…! ¡¿Eh?! Q-Qué demonios. Acaba de tirar de su bigote y lo ha arrancado –espero que fuese postizo, al menos-, y ahora coloca un enorme libro abierto sobre el estrado de testigos. Y-Y luego, con una regla que no tengo ni idea de dónde ha salido, comienza a golpear la palma de su mano.

    —¡Muy bien! Estamos aquí para hablar de MI historia. ¿Queréis autógrafos? ¿Os firmo mis libros? ¡Todos vuestros, todos, todos vuestros! —agh, está firmando una enorme pila de papeles en blanco y arrojándolos por todas partes del Juzgado—. ¡Si TAN interesado estás en mi historia, tendré que contártela, pues, defensa! —se chupa un dedo y comienza a pasar páginas de ese enorme libro. ¡Agh! ¡¿Y por qué me apunta con esa regla suya?! Además, ¿por qué un profesor de Derecho llevaría una regla de medir? —. ¡Abre el libro por la página seiscientos treinta y siete! ¡Y leamos todos en voz alta!

    Menudo… cambio de actitud. ¿Q-Qué se supone que va a leer…?


    Dice así: “Es cierto. Conocía a uno de los miembros del Jurado. A una de las víctimas. Su nombre era Ash Fyred, era un antiguo amigo mío”

    “Cuando me contó que había sido seleccionado para participar en el Jurado popular, como profesor de Derecho, le animé a hacerlo, aunque pese a que él tuvo dudas y prefirió abstenerse de hacerlo, acabó por verse obligado a ser parte del Jurado, ya que le denegaron su solicitud de retirada del Jurado”

    Pasamos página. Párrafo tercero. Dice así: “Pero eso no tiene relevancia alguna; que conozca a una de las víctimas no implica que tuviese un motivo para matar a doce personas”

    “Y recuerda que sigo teniendo coartada para los crímenes, ¡es imposible que yo pudiera cometer este asesinato en masa, te digo!”

    Y eso es todo. ¿Alguna pregunta? ¿Algún autógrafo?


    Esa regla me resulta amenazante.

    —Guau, ahora siento curiosidad por acudir a alguna de tus clases, Kalm —oh, genial, el Juez se lo está tomando en serio—. Aunque no se bien si esto era un simulacro de clase o de firma de libros.

    —Hmpf. ¡HMPF! Eso no importa. Lo que importa es que he dicho la verdad.

    Sí, claro. Eso lo veremos en el interrogatorio.

    Por su parte, Wolf… guau, está claramente impactado por el cambio de actitud de este tipo. Casi puedo oír cómo chirrían sus dientes.

    ¡En fin! Vamos a ello. Estás muy cerca, Justice.


    Dice así: “Es cierto. Conocía a uno de los miembros del Jurado. A una de las víctimas. Su nombre era Ash Fyred, era un antiguo amigo mío”


    —¡Un momento! —Ash Fyred… sí, aparece entre los nombres de las víctimas recopiladas en el informe de la autopsia general. Aunque me gustaría saber algunos datos más sobre él—. Dígame, señor Dawn, ¿qué clase de hombre era Fyred? ¿De qué lo conoce?

    —¡Silencio en el aula!

    —¡Agh! —¿a qué ha venido eso?

    —Ejem. Bien, atención, abramos el manual por la página setecientos treinta —¿… no podría ahorrarse todo este teatro y, simplemente, contestar? Bah, es absurdo quejarse, le dejaré hablar y ya, será lo más práctico—. Dice así el párrafo cuarto: “Ash Fyred era arquitecto, y lo conocí hace varios años. Éramos amigos por aquellos tiempos, pero llevábamos mucho tiempo sin hablar. Algunas semanas antes del incidente, regresó a la ciudad y pudimos reunirnos para conversar y revivir viejos tiempos. Fue tras eso cuando me comentó sus dudas acerca del Jurado”.

    —¿Por qué mot…?

    —¿Por qué motivo deseaba abandonar su posición como Juez lego? —ey, Wolf, ¿por qué te has adelantado a mi pregunta? ¿Q-Qué haces ayudándome a proseguir en mi interrogatorio?

    —Para eso, consultemos la página siguiente, párrafo primero. ¡Atención, todo el mundo! Ejem, ejem: “Ash Fyred era íntimo amigo de la víctima y del acusado de aquel caso que debía juzgar, Speranzza Hope y su hijo. Por ese motivo, se sentía incómodo teniendo que lidiar con algo que le resultaba tan personal”. Fin de la lección. ¿Todo claro?

    … eso no es posible.

    —Señor Dawn… ¿podría incluir en su testimonio esa última afirmación? —ugh, ¿por qué me apunta otra vez con la regla?

    —¡Soy el profesor, señor Justice! ¡Yo decido cómo reconducir la clase!

    —Eso es incorrecto, me temo. Soy yo el que lleva las riendas de este juicio —¡muy bien, Juez Daroul! Ponlo en su sitio—. Y te pido que satisfagas la petición de la defensa.

    —… Bah. Tendré que reescribir esta página, supongo. Veamos, ¿cómo podría introducirlo en esta obra…?


    ¡Atención a la nota a pie de página! Referencia número uno: “Nótese que Ash Fyred, el amigo del que se habla más arriba, era íntimo amigo de la víctima y del acusado del caso que debía juzgar”. ¿Ha quedado claro?


    —¡Protesto! Por supuesto que no ha quedado claro. ¡Eso que ha dicho es completamente falso!

    —¡¡Iluso abogado!! —e-esa regla me está intimidando—. ¿Osas juzgar el rigor científico de mi obra?

    ¿Pero de qué está hablando…?

    —N-No sé qué quiere decir, pero…

    —¡¡Pero nada!! ¡¿Cómo osas criticar el valor de mis líneas?! ¡Juzgar sin conocimientos de escritura, qué despropósi…!

    —¡CÁLLATE! ¡CÁ-LLA-TE! —oh, cielo santo. Wolf está enfadado, muy enfadado. Mira su piel, parece la de un tomate—. Sucio testigo lanudo, cállate y deja al cordero colorado hablar o me haré una hamburguesa de ternera contigo.

    —… E-Entendido —guau, a eso lo llamo yo efectividad.

    —Ejem, gracias, fiscal Baurufu —al menos me ha ayudado a exponer mi punto. Esto, ¿cuál era mi punto…? ¡Ah, sí! Golpe en el atril, y—. ¡Señor Dawn! Lo que usted acaba de decir no es posible. Recapitulemos: ha afirmado que el señor Ash Fyred, una de las víctimas, quería dejar su posición como juez lego por tener una íntima amistad con el acusado y la víctima del caso a tratar. Y eso es sencillamente imposible: ¡porque el Manual del Jurado lo contradice!

    —¿C-Cómo dices?

    —Como lo oye. Página uno, párrafo primero, dice así: “El jurado popular se debe componer por doce personas completamente ajenas al caso en deliberación”. Me sorprende que no conozca la primerísima regla del Jurado Popular, señor Dawn. ¡Porque como ve, es imposible que el señor Fyred conociese a la víctima o al acusado en el caso que iba a juzgar, ya que, de ser así, nunca habría sido un miembro del Jurado, en primer lugar!

    —¡A-Agh…!

    ¡Sí! ¡Lo tengo! Ha mentido, por lo que ahí debe haber algo importante, ¡lo sé!

    —Señor Dawn, ¿me equivoco al suponer que el motivo por el que quería abandonar el Jurado es un tema importante del que usted no quiere hablar? ¿Quizá tenga algún tipo de relación con el caso?

    —Hmpf. ¡Abogado del demonio! ¡Te voy a enseñar unas cuantas lecc…!

    —¡Cállate! ¡Sucia oveja mentirosa! Si subes a un estrado es para decir la verdad, ¡y nada más que eso! De modo que cierra la boca y contesta con sinceridad: ¿por qué has mentido? ¿Cuál es el verdadero motivo por el que Ash Fyred decidió que no quería formar parte del Jurado? ¿Qué sabes del caso? ¡HABLA! ¡Habla o acabarás en el matadero, sucia oveja!

    Guau. Wolf se pone verdaderamente duro cuando quiere, vaya que sí.

    —… no.

    ¿Eh? ¿N-No? ¿Y ya?

    —¿C-Cómo has dicho? —Baurufu está tan sorprendido que casi parece que le cuesta respirar.

    —Conozco las leyes. ¡Leamos la página doscientos noventa y nueve! Párrafo primero: “Sé que no se me puede obligar a declarar y tengo derecho a permanecer en silencio, así que invoco ese derecho”. ¿Alguna pregunta?

    —¡Y-Yo tengo una pregunta! —agh, céntrate, Apollo, no te dejes llevar por su locura, no estás en un aula—. Sí, tiene derecho a no declarar, es cierto, ¡pero eso le pone en una comprometida posición, puesto que no aclarar las dudas que planean sobre usted le hace aún más sospechoso!

    —Jé. ¿Sospechoso, yo? No lo creo.

    —… la sucia oveja tiene razón, cordero colorado. Puede que nos oculte información, pero sigue teniendo una coartada perfecta. De modo que no puede ser el culpable bajo ningún concepto. Fin de la discusión.

    A-Agh. Realmente… ¿realmente no es el culpable? ¿Es eso cierto?

    —“Cuando la defensa agota las preguntas que realizar a un testigo y éste no tiene nada más sobre lo que testificar, dicho testigo puede abandonar la sala”. Eso dice la ley. De modo que… ¿puedo marcharme?

    Esa sonrisa de confianza, ¡esa sonrisa ególatra no es la sonrisa de alguien inocente! ¡Estoy seguro de ello!

    —¡Un momento! —no, no puedo dejar que esto acabe. No ahora. Tom… necesita mi ayuda para salir de esta—. La defensa aún no ha acabado con las preguntas. De hecho, tiene demasiadas preguntas.

    —¿Uh? ¿A qué se refiere, señor Justice?

    Mmm. Pensémoslo fríamente. Hay muchas cosas que han quedado en el aire…

    —Hay muchos interrogantes que no están claros aún. Los testimonios de los anteriores testigos siguen conteniendo múltiples detalles extraños que no han sido explicados.

    —¡Cállate! Tú mismo explicaste eso, cordero colorado. Estaban alucinando.

    —¡Protesto! Justo ese es otro de los interrogantes en todo este asunto. ¿Por qué fueron drogados? Además, eso no es determinante para anular sus testimonios; la alucinación no hacía que los alumnos viesen cosas inexistentes, sino que confundiesen y malinterpretasen lo que veían… y hemos determinado que la alucinación que sufrieron afectó a todos los alumnos, y que pudieron haber sido drogados por una tercera persona por algún motivo desconocido —eso es. ¡Por ahí puedes atar a este profesor loco, Justice! —. Y, si recuerdan bien el testimonio de la señorita Hoskins y el señor Jacobs, el té con el que presumiblemente fueron drogados y provocó las alucinaciones. ¡Tal circunstancia sucedió algo antes del fin del Juicio, y, por lo tanto, el señor Dawn pudo ser el artífice de la intoxicación, pues carece de coartada para esos momentos! Y de ser así, ¡podría estar relacionado con el asunto de alguna manera! Está claro, ¡mientras exista esa posibilidad, no se puede descartar la sospecha sobre este hombre!

    —Mmm —sé que es su amigo, Juez Daroul, pero… ¡créame, por favor! —. Admito que es una posibilidad. No obstante, no hay evidencia alguna que sostenga eso. Y mientras no exista una explicación convincente de todos los factores que los testigos han ofrecido y argumentado a lo largo de este juicio, o mientras no aparezca una evidencia que los contraste definitivamente, me temo que no puedo aceptar los testimonios completamente y, por tanto, no puedo considerar que el testigo esté relacionado de ningún modo.

    —M-Mierda… —sin pruebas, ¿cómo voy a llevar adelante una acusación sin pruebas? —. No tengo ninguna prueba…

    —Apollo, las pruebas no lo son todo —¿huh? Señor Wright…—. El Juez acaba de decirlo: tienes los testimonios. Sólo debes dar una explicación lógica a todos ellos. Una que, sin necesidad de pruebas, sea lo suficientemente convincente como para convencer a Daroul de que tienes razón.

    —Pero, señor Wright, ¿realmente tengo razón?

    —Crees en tu cliente, ¿verdad? Si la respuesta es afirmativa, debes tenerla.

    —E-Es cierto… ¡tiene razón, señor Wright!

    Thomas es inocente, ¡estoy seguro! Y, por tanto… ¡debe haber alguna forma en que todo lo que hemos oído hasta ahora cobre sentido!

    ¡Hora de revisar todos y cada uno de los testimonios desde el mismísimo principio!


    En este caso, hay dos factores extraños y determinantes que aún no tienen una explicación lógica: y se trata de las alucinaciones y los desmayos. Ambas cosas sucedieron a todos y cada uno de los estudiantes, y sabemos que es muy probable que las alucinaciones fuesen provocadas porque alguien drogó el té de Dessie, pero, con todo, seguimos sin saber qué fin perseguía la persona que drogó el té con ese acto.

    Ahora bien, sin pruebas reales, sólo puedo usar los testimonios de los que dispongo… aunque puedan estar perturbados ligeramente por la presencia de las alucinaciones, algo de verdad hay en ellos, ¡y en eso está la clave, en las verdades!

    Ordenemos, pues, la historia paso por paso. Desirée y Cameron salieron de la sala del tribunal ligeramente antes de que acabase el juicio, sobre las 11:30 u 11:35, aproximadamente. Recorrieron el pasillo hasta el baño, donde dejaron sin vigilancia el termo del té, de modo que cualquier tercera persona pudo haberlo drogado. Momentos después, acababa el juicio, y los otros tres estudiantes se adentraban en el pasillo, reencontrándose con Cameron y Dessie a las 11:50. Tomaron el té y comenzaron rápidamente las alucinaciones. Carl testificó que entraron en una sala con puerta negra, y a las 11:55, estaban dentro de la sala del jurado. Antes del apagón, Carl pudo ver a una mujer con alas y una densa niebla cubriéndolo todo, y según Samantha, sólo había once personas, no doce. Además, Tom dijo que Nix, una víctima, no estaba ahí. Sucedió el apagón a las 11:57, cuando todos los chicos estaban en un estado de inconsciencia; entonces fue cuando sucedió el crimen. Las luces volvieron a las 12:07, y más o menos por aquel entonces, los cinco estudiantes despertaron cubiertos de sangre, con los doce cadáveres presentes y la sala cerrada.

    Hasta ahí la recopilación de todo lo que se ha dicho en este juicio. Pero hay varias cosas que no terminan de encajar. Para empezar, la puerta negra. Por más que le doy vueltas, no encuentro factible que Carl se confundiese en algo tan simple como eso, por muchas alucinaciones que sufría. Ninguna de las alucinaciones, recordemos, tenía que ver con el color, así que, ¿por qué ésta iba a ser la excepción?

    Pero, si la puerta de la sala del jurado es marrón, está claro que lo que afirmé en el juicio es cierto. La sala a la que los chicos entraron a las 11:55 era…

    Los estudiantes entraron a la Sala de Evidencias.

    Bien. Partamos de esa base. Los estudiantes entraron en la sala de evidencias. Allí, se desmayaron súbitamente. ¿Por qué motivo? Si todos se desmayaron, debió ser por el efecto externo de cualquier otro factor… y no creo que sea el té el culpable de eso, pues aunque el alucinógeno fuese alguna otra droga capaz de noquear a cinco jóvenes, sería extraño que todos cayesen inconscientes a la vez. ¿Y si al entrar en esa sala… hubiese algo que les hiciese caer desmayados al instante?

    … bueno, desmayados o dormidos. ¿Tal vez… exista alguna conexión entre los desmayos y algunos testimonios? Si hubo algo capaz de producir este efecto del que hablo, ¿no lo notarían de algún modo? Hacer que todos caigan dormidos en un instante… y una niebla densa que vio Carl. ¡Oh! ¡Y el olor desagradable que mencionó Samantha en su testimonio! ¿Puede ser que…?

    La Sala de Evidencias estaba cubierta con gas somnífero.

    Sí, eso es. La “niebla” y el “olor a pies” se relacionan directamente con los desmayos. Lo más probable es que hubiese algún tipo de gas somnífero en la sala, de modo que en cuanto entrasen, los estudiantes lo respirasen y cayesen dormidos. Una trampa preparada de antemano, ya veo…

    Pero aun así, sigue sonando muy extraño. Vale, puede que alguien quisiese dormir a los estudiantes, pero, ¿para qué? Mmmm.

    Revisemos los hechos. Luego, todos ellos despertaron en el interior de la sala del Jurado, de eso no hay duda, pues vieron los cadáveres. De modo que… si se durmieron en un lugar y despertaron en otro…

    El asesino cambió a los estudiantes de sala.

    Sí, exacto, esa es la manera. Entraron en un lugar, creyeron ver lo que no era por los alucinógenos, y luego fueron movidos hasta la sala contigua, la sala del Jurado, la escena del crimen. Probablemente el asesino colocase el cuchillo ensangrentado entre las ropas de Tom y salpicase con algo de sangre a todos los chicos.

    Todo eso está muy bien, pero sigue habiendo testimonios que no me cuadran. Pensemos en las “alas” que vio Carl, o en el misterio de las once personas, o la desaparición de Nix. Todo eso debe tener alguna explicación.

    A ver, los estudiantes fueron drogados, y estoy bastante seguro de que los alucinógenos tenían el objetivo de hacer borrosas sus posteriores declaraciones. Probablemente, la sala de evidencias era una trampa para que los chicos creyesen erróneamente que se encontraban en la Sala del Jurado, no pudiendo distinguir bien lo que veían a consecuencia de la droga previamente suministrada. Aun así, como ya hemos dicho, malinterpretaron lo que vieron, pero no vieron cosas inexistentes. De modo que… debieron confundir a los miembros del jurado con otra cosa. Pero, ¿qué podía haber en la sala de evidencias que pudiese confundirse con personas sentadas en una mesa?

    O-Oh. C-Cierto. ¡Cierto! Ese día estaba juzgándose el asesinato de la tal Speranzza Hope, una dueña de una tienda de ropa. De modo que toda la evidencia de esa sala estaría dedicada a las pruebas para ese caso. Así pues…

    Los estudiantes vieron maniquíes.

    ¡Maniquíes! Recordemos que muchos de ellos habían sido manchados con sangre, y había, además, una mesa de exposición y múltiples prendas usadas como pruebas, por estar manchadas con huellas de sangre del acusado de aquel caso. ¡Una mesa, prendas y maniquíes! Todo es perfecto para permitir una simulación de la escena del crimen, más aún si los estudiantes estaban sugestionados al creer firmemente que estaban entrando en un lugar donde encontrarían doce personas deliberando. La presencia de once y no doce maniquíes… probablemente se deba a que uno de ellos estaba siendo usado en ese momento como prueba en el mismo tribunal, durante el juicio. Eso debió ser un error con el que el asesino no contaba, desde luego. ¿Y las alas que vio Carl? Debía ser una bufanda, o algún tipo de prenda similar, que llevaba uno de los maniquíes.

    Vale, todo está claro ahora. La sala de evidencias fue usada como un señuelo para crear falsos testigos. Pero… ¿realmente eran necesarias tantas molestias? ¿Qué conseguía, además, el asesino haciendo esto?

    Oh. C-Claro. ¡CLARO! Eso es. ¡Una de las principales asunciones que hemos hecho casi desde el inicio del caso deviene completamente falsa si suponemos todo lo que acabo de deducir! Y esta nueva pista… ¡es lo que el asesino más deseaba ocultar! ¡Y es, además, justo lo que necesito para romper la coartada de Kalm Dawn!

    EL CRIMEN SE COMETIÓ ANTES DEL APAGÓN.

    Si los estudiantes, por muy drogados que estaban, hubiesen entrado en la escena del crimen, toda la sangre y los cuerpos inertes sobre la mesa no habrían pasado desapercibidos, desde luego. ¡Eso era justo lo que el asesino quería crear: una falsa hora de la muerte!


    … todo tiene sentido ahora.

    —¡Su Señoría… lo tengo!

    —¿Huh? ¿El qué tiene, señor Justice?

    Es tu momento, Apollo. Disfrútalo.

    —Si bien es cierto que no dispongo de pruebas directas… tengo un modo de hacer que todos los testimonios oídos hasta ahora encajen. Y pueden existir indicios circunstanciales que hagan veraces mis afirmaciones, su Señoría.

    —Hmpf. ¡Abogado del demonio! ¡Eso es imposible!

    —… interesante. Proceda.

    Ja, ni siquiera tu amigo Ness está de tu parte, Kalm Dawn.

    —Todo esto ha sido orquestado de una forma milimétrica. Su Señoría, dígame algo: ¿estuvo la sala de evidencias abierta al público todo el tiempo?

    —Huh, sí, desde que comenzó el juicio, si no me equivoco.

    —¿Y se extrajeron de ella muchas de las evidencias almacenadas?

    —Hmmm, según me consta, sólo se extrajo un maniquí y algunas prendas claves. El resto devino redundante, pues la culpabilidad del acusado podía ser demostrada sin necesidad de usar tantas evidencias.

    Como suponía.

    —Entonces todo tiene sentido. Verán, ¿recuerdan el testimonio del señor Carl Umber? Dijo que habían entrado en una puerta negra. Pues bien, la defensa sostiene que así fue: los estudiantes entraron en la sala de evidencias, y no en la sala del Jurado, a las 11:50.

    —¿Q-Qué…? ¿Otra vez con eso, ovejita?

    —Esta vez tengo motivos para apoyar mi alegación, fiscal Baurufu. Verá, la sala de evidencias ese día era todo lo que el asesino necesitaba, pues contaba con varios maniquíes, algunas prendas y una suerte de mesa en la forma de un expositor. Si se colocaban los maniquíes alrededor de la mesa, se crearía una ilusión: la ilusión de que ahí estaba sucediendo la deliberación, ¡la ilusión de que esa era la sala del Jurado!

    —¡Protesto! ¡Falac…!

    —¡Protesto! Sé lo que va a decir, fiscal Baurufu. Y debo recordarle el . El té que provocó las alucinaciones. Por supuesto que para una persona en su sano juicio, unos maniquís con algunas ropas rodeando una mesa no supondrían un engaño fiable, ¡pero para nuestros estudiantes y sus alucinaciones, es perfectamente posible!

    —¡¿Qué sinsentido es este…?! ¡Eso es completamente absurdo, cordero colorado! ¿Por qué se tomarían tantas molestias para lograr eso?

    Aquí viene el punto fuerte.

    —La teoría de la defensa es la siguiente: los estudiantes entraron en el lugar del crimen, y creyeron ver a los miembros del jurado. Ahí fue cuando mi cliente vio a once, y no doce maniquíes colocados en la falsa escena, debido a que uno estaba siendo utilizado en el Juicio, y también fue cuando Carl confundió alguna de las prendas que llevaba uno de los maniquíes con “alas”. Posteriormente, algún tipo de gas somnífero les hizo caer desplomados. Y diré más: ambas salas, la sala del tribunal y la sala del Jurado están conectadas por el mismo conducto de ventilación. Creo que el somnífero se colocó ahí antes de que entraran los chicos, y probablemente siga ahí, si tenemos suerte y el asesino no ha tenido tiempo de retirarlo. Es más, la defensa sostiene que es muy probable que ese somnífero provocase también que todos los miembros del Jurado quedasen dormidos, momento en el cual el verdadero asesino aprovechó para matarlos sin temor a que opusiesen resistencia.

    Todos están callados, atentos, oyéndome incrédulos. Supongo… que debo, simplemente, seguir explicando mi teoría.

    —De modo que el asesino creó una falsa escena del crimen y lo programó todo para que los estudiantes creyesen ver, a las 11:55, a todas las víctimas (que no eran tales) vivas. Pero la realidad es que vieron una falsa escena, fueron dormidos y posteriormente llevados a la verdadera escena del crimen… donde las doce víctimas estaban muertas desde hace bastante tiempo.

    —¡P-Pero qué despropósito…! Entonces, ¿el crimen no sucedió entre las 11:57 y las 12:07?

    —No, no sucedió a esa hora. Sucedió antes. Y es justo ese hecho, esa hora presupuesta, la que quería el asesino que diésemos por asumida. Porque, si el crimen sólo pudo ser cometido en ese intervalo de diez minutos en el que sucedió el apagón, todo iría bien para él… pero, si sucedió antes… su coartada quedaría totalmente invalidada, y, por el contrario, ¡carecería de ningún tipo de coartada para los crímenes! ¿Cierto, señor Dawn?

    —Ngh… ngggh… y-yo… no tienes una sola prueba. Leamos el párrafo tres de la página…

    —¡Protesto! —ya me he cansado de lecciones por hoy—. No, no las tengo. Pero creo que puedo ofrecer indicios circunstanciales de tu culpabilidad. Seguro que se encuentra, a no ser que el asesino haya tenido tiempo de quitarlo, cosa que dudo mucho, la fuente de ese gas somnífero del que hablo entre los conductos de ventilación. Y, en todo caso, por muy imperceptible que sea, un análisis pormenorizado de los conductos respiratorios de los cadáveres, algo que en un principio no se relacionaba con el caso, debería dar pie a algún mínimo indicio de la respiración de esos gases. Todos los testimonios encajan con mi teoría, y, además, justo en ese momento, uno de los maniquíes se estaba usando en el juicio, lo cual coincide nuevamente con la escena. Si a eso le sumamos que usted, señor Kalm Dawn, tenía relación con una de las víctimas, fue el que trajo a los alumnos aquí y fue el que tuvo una conversación altamente sospechosa por teléfono móvil justo antes de descubrirse la situación… no sé qué opinará usted, su Señoría, pero yo creo que son una cantidad de indicios más que suficientes como para plantearse la culpabilidad de este testigo.

    —Já. Sigues sin tener pruebas directas. Y sin pruebas, no…

    —¡Aceptada la propuesta de la defensa! —¡oh! ¡L-Lo ha aceptado! ¡Lo ha hecho!

    —¿Q-Qué? ¿Ness? ¿¡A mí!? ¿Me vas a hacer esto a mí?

    —…no se trata de quién seas. Se trata de que las circunstancias, como afirma la defensa, apuntan a ti, seas o no mi amigo.

    —P-Pero, ¿c-cómo eres… capaz de hacerme esto?

    —La Ley es la Ley. Deberías saberlo, Kalm. Aún estás a tiempo de defenderte de estas acusaciones. Testifica sobre tu relación con Ash Fyred y sobre tu coartada momentos antes de la fecha original en la que asumimos que el crimen se cometió… y puede que no seas arrestado y llevado a juicio por asesinato en masa.

    —¿J-Juicio por asesinato en masa…? ¿Yo, el gran Kalm Dawn… arrestado?

    —Já. Jaque mate.

    —Y que lo diga, señor Wright —¡qué satisfactoria es esta sensación de victoria!

    —M-Maldito abogado… ¡fiscal! ¿¡No vas a hacer nada por contradecir las absurdeces que ha dicho la defensa!?

    —… —Wolf está siendo extrañamente cooperativo, ¡qué sorpresa! — como te dijo Wolf antes, quiero que declares la verdad. Ya. Si no pretendes hacerlo, no pretendo continuar prolongando más algo que se vuelve obvio. Pues no declarar cuando todo apunta a ti es como reconocer la culpa. Es como si un cordero se metiese en el horno por su propio pie.

    —Grrrr... ¡¿c-c-cómo?! ¿Cómo puede ser que esto esté pasando? ¡Esto no es lo que se me prometió! ¡Nada está saliendo como se me prometió! —¿eh? ¿Q-Qué está diciendo? —. Gaaah… ¡uuuughh!

    Jé. Hora de darle el golpe de gracia: un pequeño toque irónico usando su misma medicina.

    —Tranquilo, señor Dawn. ¿No sabe que “un jurista tranquilo es un mejor jurista”?

    —¿Un… jurista? —ha colocado sus dos manos sobre el libro que hay en el estrado y… ¡eeek! ¡E-Está arrancando todas las páginas una a una y lanzándolas por los aires! —. ¡QUE LES JODAN A LOS JURISTAS! ¡Todo esto es basura! ¡La ley es basura! ¡Los abogados son basura! ¡Los fiscales son basura! ¡Los jueces son basura! ¡Basuraaaa! —plof. La cabeza cae sobre el libro y… cierra este justo cuando está en medio. Auch. Eso debe doler.

    —… Kalm. ¿Todo bien?

    Parece que el golpe le ha dejado más relajado, al menos.

    —Esto… no es… lo que acordé…

    —¿Sigue sin querer declarar, ovejita?

    —No era el trato… —¿por qué no para de repetir eso? ¿A qué se puede referir con “el trato”?

    Aunque ahora que lo pienso, en el clip de voz hablaba con alguien…

    —Señor Dawn. Salta a la vista que no quiere declara al respecto de Ash Fyred o de algo más en relación a este caso, pero… ¿tampoco quiere decir nada al respecto de ese “trato” del que habla?

    —Yo… yo no maté a nadie —¿huh? ¿N-No mató a nadie? —. No fui yo. Era… un negocio. ¡Yo sólo quería matar a Ash! Sólo a él. Y contraté a un asesino a sueldo para ello.

    —¿Un asesino a sueldo…?

    —Sí. Nunca le vi la cara directamente, nunca supe quién es. Pertenece a una asociación criminal desconocida que se extiende por quién sabe dónde, pero tienen un enorme poder, eso lo he podido comprobar. Descubrí su existencia por casualidad, y yo… necesitaba acabar con la vida de Ash.

    >> La situación era perfecta: Ash me contó que iba a ser miembro del jurado, así que el asesino a sueldo planeó matarlo durante el transcurso de éste. Yo generaría mi coartada usando a Ness para ello, de modo que no existiese ninguna forma de vincularme al crimen. Cuando Ash dudó sobre si participar o no en el caso… ¡le pedí que, por favor, no se retirase de su posición de Juez lego! Le convencí, porque si lo hacía, oh, si finalmente lograba renunciar… todo el plan y todo mi dinero habría sido en vano.

    >> ¡Pero esos canallas de la asociación… desde el principio se estuvieron riendo de mí! Yo no pedí que mataran a los doce miembros del jurado. No pedí que fuese así. Nunca… nunca pensé que acabaría de ese modo. ¡Todo lo que yo quería era que muriese Ash y que la culpa recayese sobre Tom!

    Supongo que, en cierto modo, el asesino a sueldo cumplió con el trato, aunque se tomó la licencia de “ampliar” un poco más sus objetivos. Pero, sobre lo que acaba de decir…

    —¿Por qué? ¿Por qué matar a su amigo, y por qué quería que fuese mi cliente el que cargase con la culpa?

    —Yo… tengo mis motivos. Y permanezco firme en mi derecho a permanecer en silencio.

    … maldita sea. Supongo que no hay forma de conseguir que diga el por qué, pero, al menos… ya sabemos que él es el que estaba detrás de todo.

    Aun así, ¿qué hay del asesino, de la mano ejecutora?

    —… bien —el Juez parece consternado. En cualquier caso, es comprensible. No deja de ser su amigo—. Pese a que el asesino no ha sido desvelado, varios hechos apuntan a que el acusado y sus compañeros no pudieron hacerlo. Según Karl Dawn, a cuya detención se procederá de inmediato, contrató a un asesino profesional de una asociación criminal desconocida, y no había visto jamás la cara de éste; eso, sumado al hecho de que todos los estudiantes se encontraban en estado de alucinación y posteriormente fueron víctimas de una pérdida de consciencia provocada, hace que los estudiantes queden completamente liberados, de momento, de sospechas. Se continuarán las investigaciones sobre este crimen y sobre la asociación citada de aquí en adelante. Pero, por lo que respecta al acusado, Thomas Fate, este tribunal lo declara…

    No culpable.

    —¡Se levanta la sesión!


    N-No me lo puedo creer. ¡Lo hice!

    —¡Has estado brillante, Apollo!

    —G-Gracias, señor Wright. ¡Lo he conseguido, verdaderamente lo he conseguido!

    —Ja, ja, ja, sí, deberías estar orgulloso, Apollo. Ha sido una actuación sublime. Aunque…

    —¿Huh? ¿Qué sucede?

    —… hay varios puntos que han quedado muy confusos desde mi punto de vista. Como la indeterminada franja temporal en la que pudo cometerse el crimen, cómo pudo manipularse con tanta facilidad la sala de evidencias, el cálculo tan exacto de maniquíes (que eran justo doce)… y lo más importante, ¿cómo pudo estar cerrada la sala del Jurado, si sólo podía cerrarse desde dentro?

    ¡Oh! El señor Wright tiene toda la razón.

    —Pero supongo que todo está solucionado por ahora. Con los nuevos datos que has aportado en esta magistral resolución, la policía tiene una nueva base sobre la que comenzar a investigar. Esa asociación misteriosa, me pregunto cuáles serán sus objetivos y de dónde salen.

    —S-Señor Justice… ¡quiero decir, Apollo!

    —Oh, Thomas. ¿Cómo estás?

    Uh, de nuevo juguetea con ese collar entre sus manos. ¿Qué es exactamente? Parece una especie de perla.

    —Puedes llamarme Tom, o Tommy. ¡Quería darte las gracias, de corazón! Tu actuación ha sido… ha sido… ¡sublime! ¡Genial! ¡Maravillosa! Definitivamente me ha inspirado muchísimo.

    —Oh, vamos, vas a hacer que me sonroje.

    —¡De verdad! ¿Sabes? Quiero ser abogado cuando acabe la carrera, que será dentro de poco. Y me gustaría poder llegar a ser algún día como tú, Apollo. ¡Guau, sólo… mira qué deducciones!

    Oh, por favor, q-que pare ya. Tanta adulación me mata de vergüenza, nunca me han gustado los piropos en exceso.

    —¿Así que quieres ser abogado defensor?

    —¡S-Señor Wright, señor! ¡Gracias a usted también por apoyar a Apollo!

    —Ja, ja, ja, ja, no, el mérito es todo suyo, ha estado genial en ese juicio —o-oh, vamos, usted también no, señor Wright—. Dime una cosa, Tom, ¿tienes pensado ya en qué lugar te gustaría llevar a cabo tus prácticas previas a la graduación?

    —¿Huh? No, señor. Aún no lo sé.

    —¿Te apetecería hacerlas en la Agencia Polivalente Wright? Siempre que Trucy, la jefa, quiera, claro está. Ja, ja, ja.

    ¿Huh? ¿Hacer las prácticas con nosotros?

    —Pero, señor Wright. Para que Tom pueda hacer las prácticas con nosotros, necesitaría de un abogado que le acompañase en su aprendizaje último y estuviese con él todo el tiempo.

    —Exacto, Apollo. Ahí es donde entras tú.

    —Oh —no sé por qué motivo no lo imaginé.

    Pero mira a Tom. Se puede hasta oler la ilusión que hay en su mirada.

    —¡M-Muchas gracias, señor Wright, Apollo! ¡P-Por supuesto que me encantaría poder trabajar junto a ustedes!


    Thomas – Época presente

    Y así fue cómo acabé uniéndome a la Agencia Polivalente Wright, y acabé siendo uno más, tras unas prácticas junto a Apollo, en los que fueron mis primeros pasos en un tribunal desde el lado de la defensa.

    No obstante… ese caso no acabó ahí. Quedaron muchas incógnitas sin resolver. Y el tiempo pasaría sin que nadie encontrase ninguna pista. El caso quedó archivado, como tantísimos otros. Pero…

    … nunca supuse que iba a regresar a mí de esa manera. Y mucho menos que tendría que hacer frente a él sin la ayuda de Apollo o del señor Wright.

    Mi pasado comenzó a perseguirme justo aquel día, y no descansaría hasta atraparme del todo. Justo aquel día en el que recibí esa llamada del centro de detención.

    —¿Diga? ¡O-Oh! V-Vaya, nunca lo habría dicho, qué sorpresa que me llame justamente usted… mmm… ¿a-a qué se debe la llamada, exactamente?

    ¿Cómo iba yo a imaginar que, justo cuando Apollo, el señor Wright, y hasta Trucy estaban fuera… todo aquello iba a suceder?

    —¿Qué? ¿Arrestado por asesinato…?
     
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    Thomas Fate: Ace Attorney
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    El Retorno del Caso, Presente.

    Día 1, Investigación

    El día estaba siendo insufriblemente aburrido. Como lo fueron los dos anteriores… ya que estaba completamente solo en la oficina. El señor Wright seguía en Europa, y Apollo y Trucy se habían marchado para tomarse unos días de descanso, pues la maga, no contenta con el desastre que fue el Illusion’s World, había insistido en que la llevasen a un nuevo evento de magia que tenía lugar en una ciudad cercana. ¡Aún recuerdo la cara de Apollo cuando ella casi lo arrastra hasta el coche! Sólo espero que de verdad la situación no acabe ni por asomo pareciéndose a la del caso de la cinta roja.

    En fin, aburrido como estaba y sin absolutamente nada que hacer, la oficina se me hacía demasiado pequeña. Me levanté del sofá donde me sentaba y me encaminé, sin un objetivo concreto, a la mesa del jefe. Antes de que me diese cuenta, me encontraba sentado en el lugar que le correspondía a Phoenix Wright. Me balanceé en la silla durante un momento, meditando… y fue entonces cuando lo vi, bajo unos papeles.

    —¿Esto es…? —alcé los papeles y cogí el pequeño objeto verdoso. ¡No podía ser cierto! ¿En serio el señor Wright era tan despistado como para olvidar algo tan importante? —. E-El magatama del señor Wright.

    El brillo verde me embriagó por unos segundos, y quedé con él en mi mano, mirándolo fijamente. Pero entonces me sobresaltó un ruido estridente: ¡el teléfono de la oficina! Instintivamente, guardé en el bolsillo de mi chaqueta el magatama, mientras me dirigí velozmente a atender la llamada.

    —¿Diga?

    —… Corderito.

    ¿Eh? ¿E-Era esa la voz de Wolf?

    —¡O-Oh! —sinceramente, era la última persona de la que podría esperar una llamada—. V-Vaya, nunca lo habría dicho, qué sorpresa que me llame justamente usted… mmm… ¿a-a qué se debe la llamada, exactamente? —ciertamente, estaba totalmente desconcertado, y no tenía ni idea de qué podría querer de la oficina. Aunque… un momento…

    —… Hmpf. Necesito tu ayuda. Un camarada. En el centro de detención. Está arrestado, por asesinato.

    Me sobresalté ante aquellas palabras gratuitas.

    —¿Qué? ¿Arrestado por asesinato…? P-Pero, ¿qué camarada? ¿Qué ha sucedido?

    —Ven al centro de detención —Shiru Baurufu era tan cortante y seco como de costumbre—. Lo entenderás aquí. O llama al corderito rojo, si lo prefieres.

    —Apollo no está.

    —Entonces Wolf no entiende a qué esperas.

    Eh, ¿en qué momento he aceptado yo ayudar? Aunque, ¿a quién pretendía engañar? Estaba deseando saber qué demonios había pasado.

    —Estaré allí cuanto antes, fiscal Baurufu.

    Y colgué la llamada tras aquellas palabras, dispuesto a encaminarme cuanto antes al centro de detención. Aunque, claro, ahora no había nadie en la oficina, y si me iba, se quedaría sola. De modo que cerré con llave y dejé una nota en la puerta pidiendo que se llamase luego e informando de que había salido un momento al centro de detención, que volvería cuanto antes. ¡Trucy me mataría si se entera de que he perdido clientela!


    Centro de Detención

    Llegué casi asfixiado al centro de detención, y ni siquiera pude recobrar el aire cuando un rugido llamó mi atención.

    —… eres un cordero lento.

    —Fiscal Baurufu.

    —Es aquí. Ven. Rápido.

    Aún me inquietaba que Wolf me hubiese llamado justamente a mí para atender el caso de su “camarada”. Pensaba, realmente, que para él yo sería una de las últimas opciones en quien pensar. Y, sin embargo, allí estaba, siguiéndole hasta encontrarme con el que, quizá, sería mi próximo cliente. La curiosidad me mataba, no iba a negarlo.

    —¡Oh! —exclamó el hombre que había tras el cristal. Era rudo, corpulento, alto y de rasgos hoscos. Y llevaba una gabardina muy, muy, muy desaliñada, una camisa blanca que había perdido todo rastro de blancura y una corbata roja mal anudada—. ¿Él es el abogado del que me habló, señor Baurufu?

    —… así es. El corderito te va a defender.

    —¡Oye, yo no he aceptado ningún caso aún! —primero, debería saber qué demonios ha pasado y por qué se ha detenido a ese hombre. Que, por cierto, me es bastante familiar. ¿No lo había visto durante el caso de la Cinta Roja? —. Está bien, centrémonos… ¿quién es usted y qué ha sucedido?

    El hombre se rascó la nuca con gesto decepcionado.

    —Amigo, ni siquiera me recuerdas. Hablamos en la comisaría, cuando sucedió aquel caso de las cintas rojas y todo eso. Soy Dick Gumshoe, inspector de homicidios y, bueno… no sé muy bien qué ha pasado.

    … sí, lo recuerdo vagamente. No es de esas personas que destaquen especialmente, a decir verdad. Aunque se le ve un buen hombre.

    —Estaba bajo mi mando cuando sucedió todo —intervino Wolf.

    —¿Y sería alguien tan amable de decirme qué es “todo”?

    —… pues todo.

    Ugh.

    —Un asesinato, amigo. En mis propias narices.

    ¿Por qué siempre son asesinatos? ¿¡Es que todos los crímenes suceden en esta maldita ciudad!?

    —Pero, ehm, ¿deduzco que le han acusado a usted de cometer dicho crimen? ¿Supongo que hay algún indicio para sospechar de usted?

    —Oh, bueno, hay un par de cosas. Básicamente, que estábamos solos la víctima y yo, en una sala cerrada a cal y canto, y hay un testigo que pudo ver el crimen.

    ¿¡Eso son “un par de cosas”!?

    —… sucedió todo en la sala de interrogatorios del módulo de alta seguridad. En la cárcel —intervino, al fin arrojando algo más de luz, Wolf—. El nombre de la víctima te sonará, corderito. Kalm Dawn.

    —¿C-Cómo? ¿K-Kalm… Dawn?

    Los recuerdos agitaron entonces mi mente como una embravecida ola azota la orilla, y sentí cómo si alguien estuviese retorciendo mis neuronas. ¿Kalm Dawn… había sido asesinado en prisión?

    —P-Pero, si no me equivoco, Kalm Dawn había sido condenado a muerte hacía no mucho, y la ejecución iba a ser… dentro de tan solo una semana, ¿no es así?

    Había permanecido bastante al corriente de las actividades de Kalm Dawn. Fue mi profesor durante algún tiempo, sí, pero su influencia en mi vida fue mucho más compleja que eso. Nunca supe por qué quiso culparme de aquel incidente, pero la cuestión es que la famosa Matanza del Juzgado fue obra suya… o, más bien, idea suya, al menos la base del crimen. Contrató a un asesino a sueldo, en principio y según su teoría, únicamente para que éste matase a uno de los miembros del Jurado, pero fueron los doce los que acabaron muertos. No obstante, el Juez no aceptó el argumento de Dawn, y fue condenado por ser autor indirecto de los doce crímenes; obviamente, a esa cantidad de crímenes correspondía una pena harto elevada: la segunda más elevada, de hecho. La prisión perpetua.

    No obstante, el comportamiento de mi ex profesor distó mucho de ser ejemplar en la prisión. Según oí, se convirtió en una figura temida por los demás presos, no ya por su violencia, sino por sus capacidades de manipulación y por conseguir, quién sabe cómo, todo tipo de drogas y otros recursos a los otros presos. Hasta que fue pillado, claro, y se añadió una segunda condena a la lista de crímenes del señor Dawn. Finalmente, todo derivó en una agravación de la pena perpetua… y eso sólo pudo hacerse con una sentencia de condena a muerte.

    —… exacto —Wolf me sacó de mis pensamientos con su respuesta lenta y concisa. Al menos, luego procedió a argumentar un poco su punto de vista—. Y, con todo, fue asesinado. Mi camarada no fue el culpable, si bien parece que… es el único que pudo haberlo hecho.

    —Señor Baurufu, ¿usted también con esas, amigo?

    —Antes dijo que se encontraba interrogando al señor Dawn, ¿cierto? ¿Por qué? ¿Para qué se necesitaba de su declaración?

    Gumshoe miró con ojillos de cordero (sin intenciones de hacer referencias jocosas aquí) a Wolf, y éste asintió a modo de aprobación. Parecía estar pidiéndole permiso tácitamente sobre la conveniencia de explicarme ese punto o no.

    —El fiscal Baurufu me lo pidió. Él… quería reabrir el caso RZ-2, y pensaba que…

    —¡Shh! Suficiente información, carnero enjaulado —¿p-pero qué diantres fue eso?

    —¿El caso RZ-2? ¿No es ese el caso que se estaba juzgando cuando sucedió la matanza del Juzgado? ¿Por qué motivo querrías reabrirlo, Wolf…?

    —¡Cállate! He dicho que suficiente información sobre ese tema. No es relevante para este caso.

    Ya veo. Supongo que hay algo más aquí, algo… algún secreto mucho más profundo de lo que puedo imaginarme. Si el inspector Gumshoe estaba interrogando a Dawn a petición de Wolf, sea por el motivo que sea, y durante tal interrogatorio sucedió el crimen y se acusó de él al inspector… puedo entender por qué Baurufu está tan implicado con esto. Debe sentirse, en cierto modo, responsable.

    —Bueno, pues… supongo que me ha llamado para que sea el abogado del inspector, ¿verdad?

    —Hmpf. El corderito no entiende aún nada —¿eh? ¿Por qué me miró de esa forma, con esa sonrisa? Wolf tiene algo en mente que no alcanzaba a entender, al menos no aún en ese momento. Porque, claro, mucho más adelante, lo entendería—. Pero sí. Necesito que alguien defienda al cordero cutre —“Cordero Cutre”, pobre inspector Gumshoe.

    En realidad, no sabía bien qué debía hacer en esas circunstancias. Cierto era que Dick Gumshoe parecía un buen hombre y que no tenía aspecto de asesino, pero… incluso el propio Wolf lo dijo, “sólo él pudo hacerlo”. Y no podía aceptar un caso sin tener los datos suficientes y la convicción de la inocencia de mi cliente.

    De modo que pregunté más detalles.

    —Señor Gumshoe, me dijo que el crimen sucedió durante un interrogatorio, ¿cierto?

    —Así es, amigo —era obvio que Gumshoe se sentía extraño dentro de aquel centro de detención, encontrándose en una posición distinta a la que, como inspector de homicidios, se encontraría habitualmente.

    —¿Dónde exactamente se produjo ese interrogatorio?

    —En la prisión, claro. ¡Kalm Dawn era un preso peligroso, amigo! El interrogatorio sucedió en una de las salas de interrogatorios habilitadas en el módulo de alta seguridad de la cárcel, ¡donde existe unas medidas de seguridad excepcionales para que todo quede grabado y nadie salga ni entre cuando no debe, amigo.

    —P-Pero si todo queda grabado, entonces…

    —En efecto, corderito. Hay un video del crimen, y nadie podía entrar o salir de la sala de interrogatorios cuando uno de éstos estaba teniendo lugar.

    —Si hay un video del crimen, entonces… —entonces no era posible ganar eso. ¿Cómo podía Gumshoe negar haberlo hecho si el video le mostraba a él matando a la víctima?

    —¡Eh, eh, amigo! ¡Yo no lo maté, vale! No tengo ni la más remota idea de lo que sucedió en aquella sala de interrogatorios embrujada del demonio, pero yo no maté a nadie, y en ese video no puedo salir yo, ¡es imposible que aparezca matando a nadie, porque no lo hice!

    Se le veía realmente desesperado, respirando con fuerza, de modo que todo su voluminoso cuerpo se hinchaba y deshinchaba con cada bocanada de aire. Verdaderamente no parecía haberlo hecho, pero… sólo podía asegurarme de una forma de que tal punto era cierto.

    —¿Podría, entonces, ver ese video?

    —Hmpf. Como si fuese tan sencillo, corderito. El video será la prueba estrella de la acusación en el juicio.

    Claro, cómo pude haberlo olvidado. La acusación, el fiscal encargado del caso, ya habría custodiado todas las pruebas clave bajo su tutela. Pero, al pensar en el fiscal, me di cuenta de algo.

    —¿Quién es el fiscal encargado del caso?

    Y, entonces, Wolf empezó a reír como acostumbraba a hacer. De forma un tanto extraña y siniestra.

    —Ha, ha, ha, HAHAHA. Corderito, eso es lo bueno de este caso. El fiscal es tan malo que incluso tú podrás ganar sin muchos problemas.

    —¿E-Eh? —eso fue una especie de insulto velado, pero decidí no prestarle mucha atención al matiz ofensivo y centrarme en lo interesante: ¿de qué fiscal hablaba? —. ¿De qué fiscal habla, Baurufu?

    —Del “mejor” fiscal de todos… pffffHAHAHA.

    —Uh, amigo —intervino Gumshoe—, es un chico al que hace años que no veo. Estudió en el extranjero, en teoría para mejorar sus dotes como fiscal, y… bueno, ahora es el pupilo del señor Edgeworth. Pero sin duda, le queda mucho por aprender, aunque la diferencia con aquel chiquillo que fue una vez es abismal.

    Edgeworth. Ese era el nombre del fiscal jefe del distrito, un viejo amigo del señor Wrigth, según sabía. De modo que el fiscal en cuestión es un chaval joven con no demasiado talento, pero pupilo de Miles Edgeworth. No estaba seguro de si eso eran buenas o malas noticias… en cualquier caso… el inspector parece realmente afectado al mencionar al fiscal jefe.

    —Está bien —en realidad, seguía sin saber demasiado sobre el caso, y, según lo poco que sabía, las cosas no pintaban nada bien para Gumshoe. No obstante, algo en mí me impulsaba, desde hacía ya unos minutos, a creer a aquel hombre. De modo que mis palabras comenzaron a encadenarse y a salir de mi boca—. Acepto su caso, señor Gumshoe. Voy a confiar en su palabra; le creo. Trataré de defenderle como mejor pueda. Por cierto, mi nombre es Thomas Fate.

    —G-Gracias, amigo. ¡Muchas gracias! Si hay algo más que pueda decirle para ayudar, ¡pregunte, amigo!

    Era momento de tratar de ordenar los datos en mi mente. Pero, para ello, necesitaba aclarar un punto clave:

    —¿Cuál fue la causa de la muerte?

    —Un cuchillo. Le apuñalaron en la garganta, atravesando la nuez. Una puñalada bastó. Profunda; sangrante. Pero aún no he visto el informe de la autopsia. Supongo que ese inútil lo presentará mañana en el juicio.

    Wolf estaba bastante documentado, sin duda. Era obvio que se sentía vinculado al caso, pero… ¿qué más relación existía entre el caso y el fiscal Baurufu? ¿Era casualidad que quisiese investigar el caso RZ-2 precisamente él y precisamente ahora?

    —¿De dónde se sacó un cuchillo en plena cárcel? ¿No se supone que eso debería estar firmemente controlado?

    La idea de imaginarme a alguno de los presos con un cuchillo, en un módulo para presos peligrosos… uf, no era algo agradable.

    —Ni idea de dónde pudo salir ese cuchillo, amigo. ¡Pero definitivamente, allí no había nada! ¡Es que, es que…! ¡Todo pasó como por arte de magia!

    Aquella fue la segunda vez que el inspector mencionaba que todo había sido… “mágico”. La curiosidad empezaba a convertirse en una pregunta importante: ¿por qué tanta insistencia en que fue “arte de magia”?

    —Si dices eso en el juicio, cordero Cutre, te van a tomar por loco.

    —¡Pero lo vi, amigo! ¡Me di la vuelta un segundo y, cuando volví a mirar, tipo no estaba, había desaparecido! ¡Y entonces, zas, apareció de pronto, por arte de magia, frente a mí, con el cuchillo en la garganta!

    —¿P-Pero qué dices? ¡Eso no es posible!

    —¡Te juro que fue lo que pasó, amigo!

    Pero no tenía ni el más mínimo sentido, porque las personas no aparecen y desaparecen como si nada. No existe la “magia”. Aunque, bueno… había visto cosas lo suficientemente extrañas como para pensar que, tal vez, Gumshoe no está mintiendo.

    —Una pregunta, inspector… ¿estuvo todo el tiempo en la sala de interrogatorios, solos usted y la víctima? ¿No había nadie más allí?

    —¡Claro que no! Estábamos los dos solos, como es el protocolo habitual.

    Y, entonces, lo vi. Ante mí apareció la imagen. Unas cadenas surgieron de la nada, y tres candados se alzaron frente a mí. Candados extraños, rojos y amarillos, que sujetaban las cadenas… todo ello frente a Gumshoe.

    Al principio me asusté, y mi rostro se descompuso. Pero luego entendí qué era lo que acababa de ver… y mi mano palpó el magatama brillante del señor Wright, que seguía, por accidente, en mi bolsillo.

    —¿Pasa algo, amigo? Parece que has visto un fantasma.

    Poco a poco, los candados desaparecieron, y todo volvió a la normalidad. Así que era eso lo que Phoenix Wright veía cuando alguien mentía… los candados que protegen el corazón de las personas, que guardan sus más profundos secretos. Ese era el poder del magatama.

    Y eso quería decir que Dick Gumshoe me había mentido. Y por tanto, había alguien más en la sala de interrogatorios, aparte de él y la víctima. Pero eso se me hacía de lo más extraño. ¿Por qué iba a mentirme sobre algo tan ventajoso para él? Si había alguien más y él lo sabía, eso querría decir que esa persona también podría resultar sospechosa, ¿no?

    No tuve mucho más tiempo para pensar, pues la sala de visitas del centro de atención fue asaltada por una nueva visitante de manera bastante imprevista.

    —¡Nick, Nick! ¡No sufras, ya estoy aquí para ayudar…! Oh, ¡inspector Gumshoe!

    No supe muy bien quién demonios era esa chica, pero su aspecto era muy particular. Llevaba un peinado extraño, con un flequillo recto y una especie de moño en su cabeza, recogiendo su cabello oscuro; y sus ropas eran blancas y moradas, como una especie de túnica extraña. Me recordó un poco a los ropajes de Guessa Future, y… no andaba muy desencaminado mi pensamiento.

    —Hmpf. Cordero cutre, ¿quién es la nueva ovejilla?

    —¡Ya sé! —el grito inesperado de la chica, que se adentró sin dudarlo en el centro penitenciario y golpeó el cristal donde estaba Gumshoe, sobresaltó incluso al propio Wolf, que no pudo recibir una respuesta—. ¡Seguro que el señor Edgeworth acabó por hartarte y le pegaste una buena tunda! Tranquilo, en cuanto llegue Nick, ¡le ayudaré a inventarnos cualquier cosa para que no te condenen culpable!

    Pero, ¿quién era ese Nick del que hablaba? ¿Y qué hacía ella ahí?

    No tardaría en averiguarlo.

    —C-Cuanto tiempo sin verte, amiga. ¡Mírate, has crecido un montón!

    —Je, je, ¿verdad que sí? —parecía tan orgullosa de sí misma—. He estado entrenando mucho mis poderes de médium, y pronto empezaré la recta final. ¡En menos de dos años, podré ser oficialmente la cabeza del Clan Fey, maestra de la técnica de canalización Kurain!

    ¿Médium? Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Si esa chica era médium… la técnica de canalización Kurain… el Clan Fey. Yo había oído antes todos esos nombres y conceptos.

    —¿U-Usted es Maya Fey, por casualidad?

    —¡Oh! —se sobresaltó ella, mirándome de pronto—. Ni siquiera me había dado cuenta de que estabas ahí. ¿Cómo me conoces? ¡Ah, ya! Debes de ser el ayudante de Nick. ¡Así que tú eres ese Apollo del que siempre me hablaba!

    ¿Me ha confundido con Apollo? ¿Es que acaso me parezco en lo más mínimo a él?

    —No, no, no, no soy el ayudante de ningún Nick. Soy un abogado de la Agencia Polivalente Wright, y no soy Apollo, soy Thomas Fate; Apollo es el nombre de mi compañero. Y la conozco porque el señor Phoenix Wright me ha hablado muchas veces de usted, pero… pensaba que estaba entrenándose en el extranjero.

    —… —Wolf no decía ni una palabra, pero se le notaba frustrado por el hecho de que todos parecían ignorarlo a él y al caso que nos atenía.

    —¡Y así es! Pero debía volver a la aldea por unos asuntos, y decidí pasarme a visitar a Nick —oh, de modo que “Nick” era la forma en que ella llamaba a Phoenix Wright… curiosa forma de poner motes, me dije—. ¡Si hasta le escribí una carta para avisarle hace tiempo! Y, justo cuando llegué, me encontré un cartel en la puerta del despacho donde decía que había ido al centro de detención a atender un caso, ¡y por eso vine directa hasta aquí!

    —Ah, ahora lo entiendo. Ha debido de suceder una confusión. Verá, ese cartel lo dejé yo, y… el jefe no está ahora mismo en el país. De hecho, no volverá hasta dentro de unas semanas.

    El rostro de Maya Fey palideció.

    —¿Cómooo? Todo este viaje hasta aquí, ¿para nada?

    —Ejem…

    —Vaya fiasco. ¡Este Nick! Me las va a pagar, ¡desde luego que sí!

    —¡Grrrrrr!

    El rugido de Wolf nos sacó a Maya y a mí de nuestra conversación independiente, y en seguida centramos la atención en él. Hablando con la chica, casi había olvidado que estábamos tratando el caso del inspector… quien, por cierto, parecía conocer a Maya. Menuda casualidad.

    —Estamos aquí para hablar del caso del cordero Cutre. Las conversaciones banales, en la granja.

    … como siempre, sus metáforas eran cada vez más lúcidas y originales.

    —Tiene toda la razón —eso era algo que no se le podía negar—. Si me disculpa, señorita Fey, debo continuar con mi interrogatorio. ¿Podría abandonar la sala, por favor?

    —¿Quéee? Ni hablar. No he venido aquí para regresar a los treinta minutos después de bajarme del autobús. Además, ¡Gumshoe es un viejo amigo, y tú eres el subordinado de Nick, así que ayudaré! ¿Puedo… Tom?

    … ya se ha asignado esas confianzas. Genial.

    —B-Bueno, supongo que no hay problema en que se quede —la mirada fría de Wolf me taladró la nuca—. E-Ejem. En fin… ¿por dónde íbamos?

    —Decíamos que Gumshoe le había pegado a Edgeworth —comentó Maya con toda tranquilidad.

    —¿C-Cómo? ¡Ni hablar, amiga! ¡No ha sido así! Yo nunca le haría algo así al señor Edgeworth —de nuevo, hablar de Edgeworth parecía ser difícil para Gumshoe. Como si fuese doloroso para él recordar su nombre.

    —Verá, lo que realmente ha sucedido es… —decidí explicarle la situación a Maya. Ya que estaba allí, era mejor que estuviese informada. Al fin y al cabo, no solo conocía al inspector, sino que fue antaño la ayudante de Wright… algo de experiencia debía tener, y quizá hasta podría serme de ayuda.

    Y entonces, mientras se lo explicaba todo con detalle (al menos lo poco que sabía hasta ese momento), me fijé en el cuello de la chica. En una decoración que tenía ahí… ¡una piedra que parecía un magatama, como el del señor Wright! Me estremecí por un segundo. Ella debía ser, me dije, la que le dio el magatama a Phoenix, ya que él siempre dijo que se lo dio una amiga. De modo que, probablemente, ella podría ayudarme a entender los candados del corazón, y podría explicarme cómo hacer para “desbloquear” ese secreto que Gumshoe guarda. Ese relativo a las personas presentes en la escena del crimen.

    —¡Oh! Parece bastante… uh, poco favorable para el inspector.

    Sí, Maya tenía toda la razón, a decir verdad. No obstante, tenía un sentimiento extraño en relación a todo el caso. Y es por ello que me decanté por tratar de obtener más información cuanto antes.

    —¡Ey, amiga! U-Un poco más de fe, ¿no?

    —¡L-Lo siento!

    —En cualquier caso —corté la discusión rápidamente—. Creo que, de momento, deberíamos tratar de ir a la prisión donde sucedió todo. Igual así puedo hacerme una mejor idea de lo que sucedió. ¿Dónde sucedió exactamente?

    —Hmpf. ¿El corderito ni siquiera sabe dónde se encontraba preso Kalm Dawn?

    A decir verdad, claro que lo sabía. Había seguido el caso con detalle desde el día en que fue condenado a través de las noticias de la prensa y otras fuentes, pues nunca se borró del todo de mi mente. Fue un caso que me marcó demasiado y que, evidentemente, me involucraba enormemente. No obstante… nunca reuní el valor para presentarme ante el profesor para preguntarle por qué quiso inculparme a mí de aquella masacre. Pero ya era demasiado tarde, en cualquier caso.

    —… sí, lo sé —respondí—. La Cárcel de presos internacionales.


    Cárcel de presos internacionales – Sala de Interrogatorios nº 6

    Llegamos tan pronto como pudimos. La cárcel donde se encontraba preso el profesor Dawn no era una prisión ordinaria. De hecho, era una cárcel especialmente dedicada a presos condenados por delitos graves que entran dentro de las competencias de la Interpol; esto es, delitos internacionales. De modo que cualquier persona relacionada con la CSA era llevado a esa cárcel… cualquier persona. Eso incluía a sujetos como Maya Venus o Doroteo Tixna, y, por supuesto… Kalm Dawn.

    Desde el momento en que Dawn entró en la prisión, se le sometió a continuos interrogatorios sobre la identidad de la organización cuyos servicios contrató para cometer aquellos crímenes. No obstante, nunca dijo nada, aludiendo siempre a que no conoció a ninguno de sus miembros. Según decía la prensa, los miembros de la policía internacional seguían sospechando que ocultaba algo, y por ello insistieron más y más en los interrogatorios. Pero nunca, nunca, lograban extraer nada de él.

    Con el tiempo, al parecer, Dawn se volvió un sujeto muy temido en la cárcel. ¡Quién lo diría! Rodeado de criminales tan peligrosos… al final acabó siendo integrado en el módulo de alta seguridad, donde solo lo peor de lo peor tiene cabida.

    Y justo ahí pretendíamos entrar nosotros… la idea se me hacía peor conforme más me acercaba al lugar. Y, a juzgar por la fuerza con la que Maya me agarraba el brazo conforme caminábamos por el pasillo, escoltados por aquel agente, ella tampoco estaba precisamente contenta con la situación. Sin embargo, Wolf… estaba tan tranquilo.

    —Eh… fiscal Baurufu, ¿es verdaderamente necesario que nos acompañe? —aunque él no era ni mucho menos mi rival en el caso, estar acompañado de él y contar con su, ehm, “ayuda” se me hacía realmente extraño. Tal vez porque estaba acostumbrado a verlo con otros ojos.

    —No me hagas reír. Sin Wolf, ahora mismo, estarías orinándote en tus pantalones, corderito. Eso si no lo has hecho ya —como siempre, su amabilidad y sutileza le precedían.

    —O-Oye, Tom. ¿Y es verdaderamente necesario que yo os acompañe?

    —¡P-Pero si eras tú la que me has suplicado acompañarme!

    —Duh —parecía algo arrepentida.

    El agente nos llevó hasta el lugar, que, por supuesto, había sido precintado y protegido por la policía. Por la Interpol. Era obvio que, siendo un crimen cometido en un lugar precisamente gestionado por policías internacionales, sean ellos los que se encarguen de la investigación del caso.

    —Así que es aquí. Esta es la antesala de la sala de interrogatorios.

    —Está completamente sellada —observó Maya, sabiamente señalando las más que obvias cintas del precinto policial. ¿Era necesario usar un precinto policial en una zona reservada al uso de los policías mismos…? En fin, temas burocráticos aparte, un agente se colocaba en la entrada de la sala, mientras nosotros nos vimos forzados a sentarnos en la antesala, esperando.

    —El Agente encargado saldrá en breve para atenderles —nos informó el otro agente que nos había acompañado.

    —¿Eso quiere decir que está dentro de la sala?

    —… corderito, no seas idiota, por favor. Puedes verlo tú mismo.

    Tras uno de los enormes e innecesarios trozos de precinto se hallaba un enorme cristal rectangular, que permitía ver lo que había al otro lado de la puerta que el agente custodiaba. Claro, si aquello era una sala de interrogatorios, era lógico pensar que existiría la típica ventana de visión unidireccional entre la sala propiamente dicha y la antesala. Esa ventana desde la que los policías podían revisar el interior, incluso oír el desarrollo del interrogatorio, mientras que desde dentro la ventana no era más que un espejo, y no podía verse el exterior.

    Curioseé un poco y, discretamente, pude ver bajo aquel ridículo precinto a dos hombres: uno era un chico joven, de unos veintitrés años, juzgué, vestido de negro, con un extraño mechón hacia arriba en su pelo, gafas de sol (¿quién lleva gafas de sol dentro de un edificio?) y una chaqueta roja puesta sobre su vestimenta negra, sólo colocada sobre ésta, sin siquiera introducir los brazos en las mangas.

    Y el otro… el otro me era demasiado conocido.

    —Oh, ¡pero mira a quién tenemos aquí! —dijo él, sonriente y con una gorra en su cabeza (¿¡quién lleva gorras dentro de los edificios!? Bueno, sí. Él la lleva, siempre), cuando salió a recibirnos, seguido del otro hombre—. ¡Si es el señor Fate en persona! ¿Qué te trae por aquí?

    —Uh… —susurró el otro, quitándose las gafas de sol para dejar ver unos ojos marrones con expresión adormilada. En su mano derecha llevaba una especie de batuta, como esas que llevan los directores de orquesta—. Urbain, ¿quién es este?

    —Nah, nadie importante. Sólo un abogado ciertamente sospechoso.

    —¡Oh! —exclamó el otro hombre, rápidamente centrando su atención en mí—. ¡S-Sospechoso, huh! —de pronto, el chico dibujó con sus dos manos un rectángulo frente a sí, y cerró uno de sus ojos para mirarme a través del rectángulo, como si aquello fuese una especie de cámara—. ¡Quédate ahí, sospechoso! No te muevas. ¡El mejor de los fiscales va a valorar sobre tu sospechosicidad!

    … ¿¡”Sospechosicidad”!? ¿Qué clase de palabra era esa?

    —Ehm, sí —dije, tenso. Wolf tenía una expresión invariable, aunque algo me decía que si pudiese, habría mordido a aquel sujeto. Por su parte, Maya, a mi lado, me susurró algo al oído tan pronto como hablé.

    —Eh, Tom. ¿Quién es este tipo?

    —Ni idea. Supongo que será el fiscal del caso, dado lo que acaba de decir sobre ser “el mejor fiscal”, pero… ugh —lo cierto era que era bastante ridículo.

    —¡Sí, sí, sí! —dijo él, sin dejar de enfocarme con su “cámara” ficticia—. Urbain… me parece que este tipo no es el mejor sospechoso que podemos encontrar.

    —¿Ah, no? —Urbain era, sin duda, el que más se estaba divirtiendo con la situación—. Verás, Sebas, eso es porque… el verdadero asesino soy yo.

    —¿¡Eh!? ¡E-Estás diciendo que me has transicionado!

    … creo que la palabra que buscaba era “traicionado”.

    —Tom —volvió a decir Maya—. Este tío no puede ser fiscal. Es demasiado ridículo.

    —¡Ja, ja, ja, ja! —rio Urbain—. Tranquilo, no te “transicionaré”, Sebas. Era una broma. Ahora, pongámonos serios por un momento, ¿vale? Os presentaré debidamente.

    —¡Proooootesto! —¡ugh! Ese grito de “Protesto” fue de los más alargados y forzados que he oído en mucho tiempo—. Déjame a mí presentarme. Haré la mejor presentación de todas. ¡Mi nombre es Sebastian Debeste, y he estudiado en la mejor de las academias de Europa para perfeccionar mis dotes como fiscal!

    —Oh, v-vale. Y-Yo soy Thomas Fate, y, huh… soy el abogado del inspector Gumshoe.

    —¡Oh! … … … Mmm, Urbain.

    —¿Sí?

    —Gumshoe es… Desaliñado, ¿no?

    ¿Hablas en serio? ¿¡Ni siquiera está seguro del nombre del acusado!? Aunque, a decir verdad, había que reconocer que el sobrenombre “Desaliñado” le venía muy bien,

    —Sí, en efecto —confirmó Urbain—. Verás, Tom, él es el fiscal encargado del caso y, como podrás imaginar, yo soy el agente encargado de ella. Supongo que si vienes por aquí es para forjar evidencia ilícita, ¿no es así?

    —¿”Forzar eminencia explícita”…? —susurró Debeste, haciendo un esfuerzo sobrehumano por entender lo que acababa de decir.

    Maya parecía seguir estupefacta ante la situación. Francamente, yo también lo estaba. En todo caso, por suerte ya conocía el “humor” de Urbain, así que ni siquiera me preocupé por aquellas palabras.

    —Ey, Tom. Estos dos son una pareja un poco extraña, ¿no crees?

    Y tanto que lo eran. Pero era mejor poner un poco de coherencia a todo aquello… de modo que me aclaré la voy y dije:

    —Ejem. En fin. Entiendo que ambos estáis encargados de este caso, así que, ¿os importa que eche un vistazo en la escena del crimen?

    —¡Hey, a mí no me preguntes! Esas cosas las lleva el señor fiscal. ¿Sebas? ¿Deberíamos dejarle entrar? ¿Qué crees que es lo mejor para nuestra investigación?

    De nuevo, oír las palabras lo exaltó.

    —¿Lo mejor…? ¡Uhm! Naturalmente… no pueden entrar. ¡Ya está todo decidido! ¡Desaliñado es culpable!

    ¿Pero qué era todo eso? De verdad, ¿¡dónde estaba la cámara oculta!?

    —¿Tan seguro está de ello? —pregunté—. Me gustaría saber por qué está tan seguro, si es tan amable, señor Debeste.

    Extendió la batuta que tenía sobre las manos y me apuntó con ella, para inmediatamente comenzar a agitarla de un lado a otro rítmicamente, como si estuviese dirigiendo una orquesta.

    —Sí, sí. ¡Te daré el mejor argumento que puedas oír!

    —… uf, Tom —dijo Maya, susurrante—. Haz que se calle. Es verdaderamente ridículo.

    Sí… ciertamente lo es. Pero me inquietaba que estuviese tan seguro de la culpabilidad de Gumshoe. Si bien es cierto que la expresión de Urbain era difícilmente interpretable (pues siempre tenía ese gesto sonriente y burlón) y que el tal Debeste no parecía saber muy bien siquiera dónde nos encontrábamos, había algo en todo aquello que me hacía pensar que, en efecto, tenían pruebas determinantes en contra de Gumshoe.

    —¡Hemos investigado toda la escena del crimen! —dijo Debeste, apuntándome de nuevo con la batuta—. Y hemos encontrado aquello en el suelo, sí. ¡Oh! ¡Y gracias a eso sabemos que nadie más se encontraba en la escena! ¡Es completamente irreflucable!

    … creo que quería decir “irrefutable”.

    —Agh, ¿pero de dónde sale este tipo, Tom?

    —… eso quisiera saber, Maya —aclaré la garganta, y tomé aire. Urbain parecía estar a punto de liberar una carcajada. Entonces, alcé la voz—. ¿Qué es exactamente aquello que encontraron en el suelo? ¿Y qué es “eso” gracias a lo cual sabéis que nadie más se encontraba en la escena? —se referiría, probablemente, al video. No podría evitar preguntarme qué sería lo que se grabó en él. Por desgracia, dudaba que me dejase verlo… ¿o tal vez no? Si jugaba un poco con su psicología…—. ¿No cree, señor Debeste, que lo mejor que puede hacer es enseñarme las pruebas.

    Se sobresaltó, y, orgulloso, golpeó con su batuta en la mano contraria. Justo cuando abrió la boca, una voz interrumpió la de seguro beneficiosa información que Debeste estaba apunto de darme.

    —¡No tan rápido! —e irrumpió en la escena un hombre ciertamente peculiar. Llevaba un peinado extraño hacia atrás, terminado en dos puntas, de color rubio oscuro, y llevaba un abrigo negro con extraños dibujos amarillos y rojos representando dragones y demás figuras, que envolvía su cuello y su torso con bordes de algodón blanco. Tenía unos colmillos ciertamente afilados, que mostraba cuando sonreía de lado, con aquella expresión tan confiada—. Lang Zi dice: “Nunca enseñes tus armas antes de usarlas”.

    Maya tiró de mi brazo.

    —Tom, ¿quién es este ahora?

    —Como si lo supiera, Maya.

    Urbain Mercury alzó su mano, sonriente, a modo de saludo ante el nuevo visitante.

    —¡Shifu, qué tal!

    —… no me llames así, Mercury —dijo el tipo—. Sabes que no me gusta.

    —Perdone —tuve que intervenir, porque sentía que, de lo contrario, no iba a entender nada de cuanto sucedía a mi alrededor—. ¿Quién es usted?

    —Je. Shi-Long Lang, es mi nombre, chico. Agente de la interpol con base de operaciones en la República de Zheng Fa.

    —Concretamente es el agente de la interpol con el mayor número de detenciones registradas. ¡Flipad, eh! —comentó de pronto Urbain.

    —¡Wow! —exclamó Maya, que unió sus dos palmas frente a sí y lo miró con admiración—. ¡Entonces es uno de los mejores!

    En cualquier caso, ¿Zheng Fa? Nunca había oído hablar de ese lugar, pero, si es extranjero, ¿por qué está aquí?

    —Ptché —se limitó a decir él—. No estamos aquí para hablar de mí, en cualquier caso. Sebastian. No se te ocurra darle información a este abogado. Él será tu oponente mañana… guárdate tus armas para el duelo, ¿o es que quieres que Edgeworth te regañe?

    … otra vez Edgeworth.

    —¿É-Él será el abogado al que me enfrentaré mañana? —¿qué? ¿¡Ahora se entera!? —. Ja. Ahora lo entiendo. ¡Has intentado sonsacarme información con tus sucias técnicas de abogHYEEEEEEEGH!

    El gruñido que dio en ese momento Wolf, de cuya presencia casi me olvido por completo, fue tan brusco que todos nos sobresaltamos, pero Debeste fue el más afectado, tanto que se golpeó sin querer en plena cara con su batuta.

    —Maldito cordero con piel de lobo —¿le hablaba a Lang?

    —Oh. Veo que aquí tenemos a un lobito salvaje… qué buen contrincante para un lobo solitario como yo.

    Ugh… ¿qué es esto, acaso? ¿Una pelea de lobos?

    —¡Shi-Long Lang! —exclamó Baurufu—. ¿Qué se supone que estás haciendo aquí?

    —Tom, Tom, ¿no tienes palomitas? —inquirió repentinamente Maya—. ¡Esto es como ir al cine! ¿Qué pasará después?

    … no iba a negar que tenía algo de razón. La situación era novelesca, cuanto menos.

    —Ja, ja, ja, ja, viejo amigo Baurufu —¿se conocían…?—. Mis motivos para venir aquí no te incumben. Podría decirte que simplemente un mar de casualidades ha hecho que acabe en esta prisión, en este momento, pero… mentir está mal, ¿sabes?

    —Grrrr, maldito Shi-Long Lang… ¡deja de jugar juegos mentales conmigo!

    —Wow, wow, wow. Cálmate —entonces, el agente Lang colocó sus manos en gesto de rezo, y apoyó su frente contra ella. Con ojos cerrados, dijo—. ¿Es esa la manera en la que me recibes después de casi cinco años sin vernos?

    —Grrrrr. Sé que no estás aquí por casualidad. ¿Qué es lo que te traes entre manos ahora, Shi-Long? —¿le llamaba por su nombre propio, a secas? Eso era ciertamente extraño, viniendo de Wolf. En cualquier caso, parecía que se conocían muy bien. No podía negar que sentía mucha curiosidad por ello—. ¿Por qué quieres interferir en el caso?

    —¡No tan rápido! ¿Desde cuando eres parte del caso, Shiru? Que yo sepa, el abogado es él. Fuiste tú, por tu propio pie, quien decidió hacerse fiscal, ¿no? Para perseguir a tus malditos fantasmas del pasado, ¿verdad, Shiru? Como ya sabrás, Lang Zi dice: “el lobo que traiciona a su manada deja de formar parte de ella para siempre”. ¿Lo recuerdas, o también has olvidado eso?

    Estaba realmente confuso ante aquella escena. Era obvio que había una estrecha relación entre esos dos “lobos”, aunque francamente, no alcanzaba a comprender qué era realmente lo que pasó entre ellos. En cualquier caso, pensé que podría preguntarle más tarde a Wolf, aunque la idea fue rápidamente descartada. Era obvio que no iba a contestar, en cualquier caso: “un cordero ingenuo como tú no podrá entender los asuntos de los lobos”, o algo así me diría, con toda probabilidad.

    Y siguieron discutiendo.

    —Shi-Long Lang. ¿Qué hay de ti? ¿Qué autoridad tienes para interferir en la investigación?

    —¡Eso, eso!

    —Shhh, Maya, cállate —le espeté—. Esto es una conversación privada.

    —Jo —ella hinchó sus mofletes, en gesto infantil.

    —Ja, ja, ja, ja, Shiru, Shiru, Shiru. Como siempre, tus garras son tan rápidas que ni siquiera sabes dónde arañas —sacó una especie de pergamino, y lo extendió hacia él—. Aquí tienes. La carta oficial según la cual paso a ser, por autorización y del fiscal, el nuevo agente encargado de dirigir la investigación.

    —¿Q-Qué?

    —Ey, ey, ¡Shifu! —intervino Urbain, rascándose la nuca—. Creía que yo era el encargado, ¿no?

    —Exacto. Eras. Ahora, Urbain, Wolf, y todos los demás: fuera de aquí. El señor fiscal y yo debemos seguir las investigaciones.

    —Grrr… Wolf no olvidará esto, Shi-Long.

    —¡U-Un momento! —intervine rápidamente. No podía ser expulsado de allí sin antes hacer una pregunta. Era demasiado absurdo preguntarle a él, pero… la contradicción saltaba a la vista—. Señor Lang, ¿ha dicho que el fiscal le ha autorizado para que usted sea el encargado del caso en lugar del agente Mercury?

    —Así es.

    —Señor Debeste. ¿Cómo es que seguía investigando, entonces, con la colaboración de Urbain, si usted mismo, como encargado de la acusación, había autorizado al agente Lang para que le sustituyese?

    —… ¿Eh? —dios, ¿es que acaso ni siquiera ha entendido lo que he dicho—. … Hmpf. No sabía nada de ese cambio, ¿sabes?

    Entonces, noté el calor en el bolsillo de mi chaqueta, y mi vista volvió a teñirse de negro, enfocando únicamente a Sebastian Debeste. ¿El magatama… estaba reaccionando otra vez? ¡¿Pero qué demonios?! Había, frente a él, cuatro enormes psicocandados rojos que protegían su secreto. De modo que él sí sabía sobre ese cambio, pero, ¿por qué tanta necesidad de ocultarlo? Cuatro candados eran demasiados para un secreto tan absurdo.

    —Debe haber un error —habló Lang, sacándome del trance del magatama—. Verás, el equipo de la acusación no trabaja solo esta vez. Si bien este chico será el que se enfrentará a ti en el juicio… el fiscal verdaderamente encargado, quien me ha autorizado para llevar la investigación y quien estará mañana apoyando a Sebastian en su duelo contra ti… no es otro que el fiscal jefe del distrito: Miles Edgeworth.


    Cárcel de presos internacionales – Corredor del Módulo B

    Las cosas no podían ir peor. Aquella última revelación me había tomado por sorpresa, y había roto todas las ilusiones que tenía. De modo que mi rival no iba a ser sólo ese Debeste, que parecía un oponente completamente fácil… el mismísimo Edgeworth iba a ser su asistente en el juicio. Y eso no me gustaba absolutamente nada.

    —No estés desanimado, Tom —dijo Maya, tratando, en vano, de animarme—. Recuerdo al fiscal Edgeworth de mis tiempos con Nick. Al principio era un completo idiota arrogante, ¡pero te aseguro que ahora es distinto! Al menos, lo era antes, desde la última vez que lo vi, claro. Igual ha cambiado y ha vuelto a ser un ególatra.

    … definitivamente, eso no ayudaba nada.

    Tras su conversación con el agente Shi-Long Lang, Wolf se había marchado en dirección opuesta a nosotros, argumentando que necesitaba estar sólo para pensar. “Vosotros los corderos sólo sabéis balar”, fue su justificación y su explicación. De modo que, custodiados esta vez por Urbain, nos dirigimos a la salida de la prisión. La visita a ésta había resultad ser completamente infructuosa, pues no había sacado una sola prueba a favor de la defensa. Y, para hacer honor a la verdad, estaba asustado respecto al juicio que vendría el día siguiente.

    Sobre todo teniendo en cuenta… la información que me ocultaba el inspector.

    —Oye, Maya, tengo algo que preguntarte. Sobre esto… —le enseñé el Magatama, y ella no pudo sino mirarlo con estupor.

    —¡El magatama de Nick! ¿Qué haces tú con él?

    —Wow, esa es una piedra muy fea —intervino Urbain con su sonrisa jocosa, pero obviamos por completo su innecesaria intervención.

    —El señor Wright lo olvidó en el despacho, y yo simplemente lo tomé sin querer hoy. La cuestión es… desde que lo llevo encima, he podido ver esos… candados. Pensaba que tú sabrías algo sobre ello. Surgen cada vez que alguien oculta un secreto importante, ¿verdad?

    —Mm-hm —asintió ella—. Son los llamados “psico-candados”. Representan el bloqueo que el corazón y la mente de una persona llevan a cabo para ocultar secretos a otros. Los psicocandados siempre están ahí, y el magatama simplemente permite visualizarlos a su portador, siempre y cuando haya sido cargado con energía espiritual. Pearly fue la que cargó este —sonrió—. ¿Dices que ya has visto algún psicocandado?

    Asentí.

    —Tanto Gumshoe en persona como Debeste ocultaban algo. Y, si bien el secreto del segundo probablemente sea una absurdez, el primero… ocultaba algo que creo que es de vital importancia.

    Maya pareció esforzarse mucho por pensar.

    —Ya veo. Si tienes el magatama contigo, en teoría puedes romper esos candados con algo de presión… necesitarás convencer a la persona para que rompa el bloqueo psicológico. Nick siempre restregaba pruebas en la cara de los testigos y éstos acababan confesando, por mucho psicocandado que tuviesen.

    De modo que todo lo que tenía que hacer era, a sabiendas de que ocultaba algo, mostrarle a Gumshoe evidencia que exponga su mentira, y así hablaría, ¿huh? Parecía fácil… si no fuese porque no tenía una sola prueba.

    —Ey, chicos —intervino Urbain de pronto, parando en seco nuestro avance por la prisión—. Lamento interrumpir vuestra apasionada charla sobre cosas psíquicas y candados, pero… creo que no deberíamos pasar por este pasillo. ¿Y si vamos mejor por el otro camino?

    —¿Huh? ¿Por qué? ¿Qué hay más adelante? —dije, dando un par de pasos más. Sólo veía celdas y más celdas, en su mayoría vacías, dado que parecía que la prisión estaba bastante vacía en aquel módulo.

    —¡Eh, no sigas por ahí! —me advirtió Urbain, apretando los dientes—. ¡Ahí está la celda de…!

    Y, entonces, una voz malévola y susurrante llamó mi atención. Provenía desde el otro lado de unos de los barrotes, y… me era amargamente conocida.

    —Vaya, vaya, vaya. Pero si es Thomas Fate en persona.

    —… M-Maya Venus…

    Wow, en este caso van a aparecer muchísimos personajes originales de Ace Attorney. De modo que mejor será que, conforme vayan apareciendo, haga una aclaración de quiénes son, ya que puede ser relevante saber un poco la identidad de los mismos. En este capítulo, hemos conocido a...

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    Maya Fey: Cualquiera que sepa lo más mínimo de Ace Attorney la conocerá. Ella fue la asistente de Phoenix Wright durante prácticamente toda su carrera. Es una médium capaz de ejecutar la técnica de canalización Kurain, a través de la cual puede hacer que el espíritu de difuntos entre en su cuerpo, de manera que ellos, a través de su cuerpo (que se altera para adaptarse a la fisionomía de la persona canalizada), pueden hablar e interactuar como si estuviesen totalmente vivos. Como se menciona en el capítulo, actualmente está entrenando para ser definitivamente maestra de su clan.


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    Shi-Long Lang: Es un personaje original de los juegos spin-off protagonizados por Edgeworth: Ace Attorney Investigations. Como se ve en el capítulo, es un agente de la interpol de un país asiático extranjero llamado "Zheng Fa". Su familia, los Lang, son una familia cuasi nobiliaria de su país, y Lang Zi (al que suele citar a menudo) es uno de sus descendientes. Los dos juegos en los que aparece salieron sólo en inglés y japonés (AAI1 y AAI2 respectivamente) de modo que su frase característica, su "grito" especial (como el "Protesto" de la mayoría de personajes) sólo lo conocemos en esos idiomas. En inglés es "Not so fast!", de modo que mi traducción más aproximada es la de "¡No tan rápido!".

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    Sebastian Debeste: su nombre oficial es el japonés exclusivamente, "Yumihiko Ichiyanagi", debido a que el juego en el que aparece, Ace Attorney Investigations 2 (Gyakuten Kenji 2, realmente) sólo salió en Japón. Sin embargo, un grupo de fans hizo un verdaderamente excelente trabajo al sacar un parche que luce completament oficial del juego en inglés, pese a no serlo; y el nombre que se le dio ahí fue el de Sebastian Debeste.
    En el juego donde aparece, se muestra como un fiscal novato de sólo 17 años que está obsesionado con ser el mejor en todo y que, de hecho, suele alertarse y es fácil llamar su atención al decir que algo es "lo mejor" (en inglés, existe incluso un frecuente chiste con su apellido, "Debeste", y las palabras, "the best". Suele confundir palabras y decirlas mal, su lógica es bastante mala y habitualmente ni siquiera recuerda bien los detalles de los casos.
    Su vestimenta cambia un poco en este fic, manteniendo su chaqueta roja, pero cambiando su ropa a un traje negro y llevando gafas de sol. Además, asumimos que es el discípulo de Edgeworth y que lleva un tiempo estudiando fuera.
    Por cierto, en AAI2 Debeste llama a Gumshoe "Scruffy", de modo que "Desaliñado" es la mejor traducción que se me ocurre para eso.
    Ahora bien, el resto de detalles son spoiler de la trama de AAI2:
    Sebastian es el hijo de Blaise Debeste, quien fue tiempo atrás el fiscal jefe, un hombre malvado que manipulaba el derecho a su antojo para salirse siempre con la suya y manipular veredictos y pruebas. Sebastian se hizo fiscal sólo para impresionar a su padre, pero éste fue, realmente, el que sobornó a todos los profesores para que le diesen el título, de modo que salió con una de las notas más altas de su promoción, como si fuese un "prodigio", sin verdaderamente serlo. Al final, su padre le revela la verdad y lo desprecia diciendo que es un inútil, cuando él, lo único que desea, es la aprobación de éste.
    Gracias a la ayuda de Edgeworth, Sebastian logra darse cuenta de la realidad y afrontar sus propios problemas, y, en conjunción con Miles Edgeworth, planta cara a su propio padre, siendo él quien logra que acabe pagando por sus crímenes. Aparentemente, se supone que todos estos eventos marcaron un cambio en el carácter de Sebastian, pero como parece ser en este fic... no deja de ser quien era antes
     
    Última edición: 2 Diciembre 2016
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    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

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    /-\ DÉJAME, NO ES COMO SI HUBIESE RETRASADO LA LECTURA APOSTA. Asfjhgkia, Navidad, el día en que nació Dios, y Jesucristo también uwu<3 (?? Okya, venga. Y y y pues eso :’D Sabes que no soy de esos que tienen una prosa y una capacidad para expresar sentimientos maravillosas, así que quise darte una sorpresa e hice esto :(( No te di ratings para que no te enterases, ni te comenté nada mientras, ni ni ni. Ni nada, no sé. Pero terminé de leer ya todo, así que pos te hice un comentario mu bonito para que lo disfrutes y seas feliz y te llene de achuchones y mimos en tu cumple <3 ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, LECHE! Me hace mucha ilusión, no sé por qué xD Pero bueno, que te quiero mucho, y espero que disfrutes de todo y que tengas una bonita navidad aunque no te guste, porque te lo mereces mucho, darling. Y que estudies. Que estudies mucho, que tienes que aprobar, ¿eh? Por favor :(

    So, te comento capítulo por capítulo,
    ¿vale? :’D Y si no vale también, porque ya lo he hecho :3


    Capítulo uno:

    Vale, vale… A ver, en primer lugar el Wolf ese me cae mal. Al principio me parecía gracioso y tal, pero ha acabado por resultarme de lo más pesado xD Buf, ¿en serio es así todo el rato? Yo ya le hubiera rajado, o le hubiera llamado caranchoa, o qué sé yo. ME PONE DE LOS NERVIOS, LECHE.

    Hummm, qué más… ¡Ah, sí! Samantha. DIOS MÍO xDDD Recuerdo que me hablaste de ella, pero por favor, no sabía que era tan fabuloza uwur Me he reído bastante con un par de cosas, porque me imaginaba a una amiga mía haciendo su papel y me meaba xDD “FaunaDelJuzgado”, “¡Emergency, y’know!” “¡La necesito, la necesito, la necesito~!” (este me recordó a la cuqui cuando habla con Jud… Bueno, siempre realmente). Y y y y oye, ¿sabes que cuando escribes en inglés solo se pone el signo de cierre? (? :’D

    Respecto al caso pos… what. Sí, ese es mi veredicto final. No sé qué coño ha pasado ni por qué había once y luego doce, ni por qué los dos tipejos esos se desmayaron ni nanay, pero tiene toda la pinta de que todos se desmayaron, ¿cloroformo quizá? Who knows. Bueno sí, tú lo sabes. Y ahora si me disculpas, me voy a seguir leyendo, puesto que acaba de empezar y hay poco para comentar :c

    PD: Se me hace raro que digan que el caso nunca se concluyó, así que supongo que sobre eso girará el fic, y terminará sobre los últimos capítulos (o al menos, no de momento) Y ME DA TODA LA RABIA TENER QUE ESPERAR :(((


    Capítulo dos:

    Ay.
    Vale, a ver… Hm… Hmm… Esto me hizo mucha gracia, para empezar “Está bien, Horny-Cuchy-Coo –mierda, ya me puso mote a mi” xDD Tan hater de la life. Luego, qué onda con el Carl ese, que se relaje un poquito, por favor. Mmamma mía, a ese no le hace falta té pa ve las estrellas, si ya se mete de to xd Hijo de mi vida, no sé cómo Thomas los aguanta.
    En relación al caso, lo del té sí que me lo olía desde que lo mencionaron. Se lo debieron pasar pipa, vaya. Pero lo que no me esperaba y sí que veo factible es que entrasen a la sala de evidencias y no a la de la puerta marrón cuyo nombre no recuerdo (? Eso daría mucho juego a la historia. Quiero decir, vieron once personas que podrían estar en la sala de evidencias, o qué sé yo, y luego de algún modo acabar en la otra sala. Por eso luego vieron doce, y las caras pues no veo por qué recordarían las de unos meros desconocidos. Quizás los drogaron aposta para que se confundieran de sala, y no pudieran recordar la sala, o no recordasen las caras, o los datos, o idk. Hostias, la grabadora del final me ha dejado todo rayado, soy propenso a tener ideas de complots y cosas azíns xD De momento no se me ocurre nada, pero no parece que ninguno de los estudiantes fuese el asesino. O bien una tercera persona, o bien alguien que se suicidó (Hashtag: IdeasDesesperadas) o bien alguien que fingió su muerte.

    Y estoy viendo que ninguno de los capítulos tiene ratings y CÓMO ES QUE NADIE LEE ESTO?????? >:(( Anda ahí hay pahí


    Capítulo tres:

    Vaya, pues sí que se “acabó” este caso. Al menos más de lo que yo esperaba. OMG OMG OMG ESTOY MUY CONTENTO NO SÉ POR QUÉ PERO ME HA ENCANTADO DE VERDAD ME ENCANTA LA RUTA ESA EN LA QUE PIENSA Y Y Y MOLA MUCHO SABES??? *---* Supuse que les habrían drogado con algo, pero no pensaba que fuera a ser el profesor. Ha molado mucho este capítulo, really xD Mi familia lleva diez minutos esperándome para comer pero me la suda, quería terminarlo. ES QUE NO, TÍO, NO, JODER. POR QUÉ ERES ASÍ NO ME DEJAS ODIARTE TRANQUILO :(( Maldición. Al menos Wolf me vuelve a caer bien, eso sí. Lo que pasa es que al principio de cada caso es muy pesado el pobre, pero bueno. Y y y se me hacen extraños los “eeek” esos por ahí sueltos, supongo que serán cosas del juego que aún no entiendo (? PERO SIGO EN PUTO SHOCK POR LA RESOLUCIÓN FINAL Y LA RUTA ESA DE LOS PENSAMIENTOS TO GUAPA xDDDDDDD Me ha encantado este capítulo, en serio. Enhorabuena <33 Y los maniquíes omg. Y cuando ya dijo que el crimen se había cometido antes, que ni se me había pasado por la puta cabeza. Llorando, la vida es muy dura. Asfggiab y siento que me falta mucho que comentar aquí porque tengo un torbellino de emociones que idk, macho. Pero algo así como una cosa bonita, creo. Gracias por invitarme a leer :C


    Capítulo cuatro:

    Bueno, ya llegamos al presente. Me reí bastante en este capítulo, porque hubo muchas pinceladas muy buenas. Con lo malos que son tus chistes no parecen ni tuyas, vaya (? Lo primero es que me hizo gracia que volviera Gumshoe, porque ahora me recordó al pokémon xDD Y la broma de mirar con ojillos de cordero me mató también, yep.

    Lo que sí que me he dado cuenta es que tienes una obsesión con las descripciones macabras. Tío, ¿hace falta decir que le atravesó la garganta con un cuchillo y que salía sangre y demás? Es que además es mi puto punto débil, el cuello. NADIE puede tocarme el cuello (realmente es la zona de la garganta y la nuez, pero vamos), y nada más sentir algo doy un brinco. De hecho, es solo leer tus descripciones y querer ponerme una bufanda, fuck. En fin, no hay mucha miga de momento, salvo los candados esos de los que creo que una vez me hablaste. Espero con ansias el siguiente capítulo. You are Debeste. Y como diría un muy buen amigo mío, “das una mezcla entre asco, envidia y orgullo (?)” (?

    ¿Qué haces que no subes el siguiente capítulo?


    Y y y aquí termina todo :C Inpresionanteision, my friend. Ha sido bonito mientras duró (? AH, AH, AAAAAHHHH. Y ahórrate eso de decirme que si soy muy cantoso, que si soy muy predecible, que si te lo esperabas, que si blablablá porque me importa lo que viene a venir siendo un ******. Aquí acaba todo, espero que te haya gustado y que se te haya quedado una sonrisilla de tonto en la cara /.\ Je…


    Je…



    Jejejeje…


    Qué predecible soy…

    Jé.

    PUES NO, AÚN TENGO OTRA COSA PARA TI. AH, ¿DÓNDE QUEDÓ ESO DE QUE SOY PREDECIBLE, EH? :(( Y esto sí que no te lo vas a ver de venir, creo :(

    Ahora lo leo y parece que te estoy riñendo cuando esto debe ser un mensaje de amorsh y cosas azíns. Pero no lo hago, ¿eh? :( Yo te quiero mucho, mucho :c Y por eso hay más, so… Cuando termines de leer esto puedes venir a WA a recoger el resto uwu


    ¡Feliz cumpleaños David!,

    Lucas Diamond~
     
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    Thomas Fate: Ace Attorney
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    Misterio/Suspenso
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    20
     
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    3096
    Este capítulo es muy corto, Ik, pero realmente no es más que un complemento del anterior (que iba a quedar demasiado largo) donde principalmente se busca introducir nuevos personajes y situaciones, más que otra cosa.
    So... ya el siguiente capítulo será igual de largo que de costumbre y tendrá salseo e.e

    El Retorno del Caso - Presente


    Día 1: Investigación (2)

    —… Maya Venus…

    Aquella mujer, la que resultó condenada por ser uno de los altos cargos de la CSA, Snake, y, para proteger a su organización del demonio, le fue encargado silenciar a Sandy Mars, periodista que había logrado demasiada información sobre ellos. Aquel periódico interceptado por la CSA… ¿me pregunto si aún lo tengo? Recuerdo que ahí hablaban de dos líderes de esta banda, y no sólo de Maya Venus.

    —¿Maya? —comentó Maya. Eh, Maya Fey. Vaya, sí que era confuso aquello—. ¡Esta chica se llama como yo! No suele haber muchas personas con mi nombre.

    —No te acerques mucho, Maya —le susurré a la médium, sin apartar mi mirada de los ojos sibilinos de Venus, que se agarraba a los barrotes de su celda mirándome con una sonrisa siniestra en su cara angelical—. Ella es una de las líderes de una organización criminal que andamos tiempo persiguiendo, de la CSA… la misma que mató a todos aquellos hombres en la matanza del Juzgado de la que yo fui culpado, a petición de la víctima de este caso, Kalm Dawn.

    —… lo siento, Tom, pero creo que me he perdido.

    —Que esta señora es mala, Maya.

    —Ya, ya, eso sí lo he pillado.

    De pronto, ella comenzó a reír, mientras acariciaba uno de los barrotes con su mano, fijando entonces su atención en éste.

    —Soy “mala”. Nunca lo habría dicho así. ¿Quiénes son los malos y quiénes los buenos? Nunca se sabe. Tal vez el mayor de tus enemigos sea tu mejor amigo.

    —Y tú eres un gran ejemplo de eso, ¿no? —le dije, casi sin pensar. Al fin y al cabo, ella fingió ser una gran amiga de Apollo y Clay, así como de Urbain y todos los demás, para, al final… resultar ser una asesina.

    Pero ella sólo intensificó las risas.

    —Thomas Fate. Y Clay Terran. Nunca me olvidaré de vosotros dos. Sois los culpables de que mi plan saliese mal y acabase aquí. Pero tranquilos, tranquilos… Maya Venus aún no ha sido derrotada del todo. Snake aún no ha sido derrotada del todo. Y mucho menos… la CSA.

    L-La CSA. La maldita CSA.

    —¿Qué quieres decir con eso?

    Ella sonrió.

    —¿Estás aquí por el asesinato de Kalm Dawn?

    Aquello me tomó por sorpresa.

    —¿Lo conoces? ¿Cómo has sabido de su muerte?

    —En la cárcel una tiene pocos entretenimientos. Y los chismorreos se extienden rápidamente —hablaba de forma tan ególatra y tan serena que realmente lograba hacer que mi vello se erizase—. ¿Cómo es siquiera posible? Eso te estarás preguntando. Se supone que hay vigilancia y que todo está controlado aquí, ¿no? Y, aun así, ese hombre murió. Eso le pasa por listo.

    —… ¿disculpa? —Maya Venus había dicho algo muy interesante—. ¿Qué has dicho? ¿Puedes repetir eso?

    —No recuerdo haber dicho nada interesante.

    Hmm. Esta mujer… la sangre se te queda helada cuando la tienes cara a cara, eso está claro; suerte que están los barrotes de por medio. Pero, con todo, debo tratar de mantenerme sereno. Cuando Maya estaba hablando de la muerte del profesor, dijo algo que me llamó la atención. “Eso le pasa por listo”.

    —… ¿es que acaso tienes idea de por qué murió Kalm Dawn?

    —Hmpf. Como si eso fuese posible. ¿Recuerdas que estoy encarcelada? No sé absolutamente nada salvo la información oficial que se ha extendido.

    Y todo se volvió oscuro, salvo la imagen del cuerpo de Maya tras los barrotes. Ahora, eran barrotes y cadenas. Unas cadenas entre las cuales aparecieron psicocandados rojos. Y eran cinco.

    Estaba claro. Esa mujer ocultaba algo. Sabía cosas sobre el crimen que, por supuesto, no estaba dispuesta a contarnos.

    —¿Qué pasa? Se te ha quedado más cara de imbécil de la que habitualmente tienes

    —… —Maya Venus, otra vez. No puedo creer que pueda tener alguna relación con este crimen. Si de verdad eso fuese cierto, y ella pudiese tener datos sobre lo que le pasó a Kalm, ¿querría decir aquello que…?

    —Bueno, Tom, me temo que no puedes seguir pululando por aquí a tu antojo, debemos seguir caminando hasta la salida —intervino entonces Urbain, que se había quedado atrás, mostrándose frente a Maya Venus, a la cuál saludó como era costumbre en él—. Holi, Maya.

    —Hmpf —gruñó ella al verle aparecer, sin que se desvaneciese su sonrisa engreída.


    Unos minutos más tarde, estábamos bajando las escaleras que conducirían a la entrada. Y mi mente no dejaba de darle vueltas a la posibilidad de que hubiese alguna conexión entre el caso que teníamos entre manos y la CSA. Si Maya Venus sabía cosas sobre el crimen que nosotros no, eso sólo podía ser porque estaba efectivamente relacionada con él… ella o sus compañeros, al menos.

    No es una locura que la CSA esté involucrada en el caso, después de todo. Ellos fueron los responsables de la Matanza del Juzgado, y fueron contratados, en teoría, por la víctima del caso actual, lo cual establece una relación entre ellos que no podemos pasar por alto. Y en esta cárcel, una cárcel donde hay presos internacionales, si se encuentra Maya Venus, también debe estar… él.

    —Oye, Urbain —le dije, cuando estábamos a punto de salir de la cárcel—, ¿de veras no existe ninguna posibilidad de que podamos inspeccionar la cárcel con más detalle? No sé, la celda de Kalm Dawn, por ejemplo, ¿podríamos entrar a verla?

    —¡Tío! No puedo permitir que tú, como asesino, regreses al lugar del crimen así como así. Sé que suena a tópico, pero en esta cárcel las cosas funcionan así.

    —Urbain, hablo en serio.

    Maya rio. Parecía caerle bien el agente de la Interpol.

    —Y yo también hablo en serio. No puedo dejarte entrar, tío, son las normas. No sin autorización del fiscal o del Juez.

    Pues si tenía que esperar a que ese Debeste me diese permiso para entrar, la cosa se complicaba bastante. Aun así, había algo que aún podía hacer.

    —Y, ¿podría recibir a alguien para hablar en la sala de visitas? ¿A un preso?

    —Oh, ¿quieres hablar con algunos de tus compañeros criminales? ¿De quién se trata?

    Maya se acercó a mi oído y susurró algo:

    —El día en el que haga una acusación seria, no sabré si creerle o no.

    —Ya, a mí me pasa lo mismo —contesté en voz baja, resignado, mientras los dientes blancos de Urbain seguían luciéndose en aquella sonrisa suya—. Pues —hablé en voz alta—, se trata de un viejo conocido mío. Doroteo Tixna.


    —Ey, Tom. Toooom.

    Maya no pretendía callarse ni un segundo, eso estaba claro. Urbain había ido en busca de Tixna, aquel viejo cascarrabias del Caso de la Comunidad, el primer caso en el que participé como líder de la defensa, y mi primera victoria. Él fue el asesino, aunque realmente todos los vecinos participaron de una u otra forma. Y la víctima del caso fue nada más y nada menos que mi amigo Cam.

    Quien, por cierto, fue uno de los testigos de la Matanza del Juzgado. ¿Por qué tenía la sensación de que había demasiadas cosas casuales rodeando este caso como para que todo fuese casualidad y nada más?

    —¿Qué sucede, Maya? —la médium no paraba de hacer preguntas sobre el caso. Después de todo, era natural, pues no tenía demasiados conocimientos sobre la CSA, salvo por lo que yo había podido contarle, ni sobre la Matanza del Juzgado, Doroteo Tixna, y demás; aunque había sido ella misma la que había entrado por su cuenta y riesgo en este caso, dándose aires de asistente.

    —¿Quién este tipo al que estamos esperando? ¿Qué relación tiene con el caso?

    Esa era una buena pregunta.

    —Doroteo Tixna es…

    Mis palabras fueron interrumpidas por el grito de aquel vejestorio, que estaba de pie, esta vez sin necesidad de usar bastón o silla de ruedas, al otro lado del cristal en la sala de visitas.

    —¡Estúpido! —su voz era igual de estridente y desagradable que la primera vez que la oí—. ¿¡Cómo te atreves a llamarme aquí para hablar contigo!? ¿Contigo, que fuiste el jovenzuelo mamarracho que osó desafiarme y encerrarme en este sitio? ¡Hay que tener valor para atreverse a reírse de mí de esta forma! ¡Esta visita es un insulto a mi persona!

    Claro, y que tu matases a mi amigo no lo es, ¿no?

    —Señor Tixna…

    —¡Cállate! —ugh, ya había olvidado cuán difícil era tratar con él. Asesino o no, seguía siendo un mero viejo cascarrabias, aunque no tan frágil como me hacía creer—. ¡Cállate, cállate, cállate! —¿¡le había poseído el espíritu de Wolf!? —. ¡Lárgate, fuera de mi vista!

    —Sólo quiero hablar, señor Tixna. Olvidemos el cas…

    —¡AGH! —otra vez me interrumpió, y me señaló desde el otro lado del cristal, apoyando la yema de su dedo índice en éste, desde su lado—. ¡Ajá! ¡Con que es eso! ¡Has venido a reírte de mí! El gran Tixna, humillado de esta forma. ¡Tratado como un delincuente internacional, rodeado de malditos criminales de la peor de las calañas!

    ¿Es que acaso tú no eres uno de ellos?

    —Bien, como decía…

    —¡Y yo aquí, sin poder abrir la boca! —nada, era imposible hablar con él—. Pero el día que lo haga, ¡oh, si lo hago! … pero no, ¡no puedo, porque nunca se está lo bastante a salvo, ni siquiera aquí!

    ¿De qué demonios habla? ¿Se refiere, acaso, a la CSA?

    —¿Se refiere a la CSA, señor Tixna? ¿Está insinuando que conoce información adicional sobre ella?

    Calló por un instante, y aquella fue la primera vez en que no me interrumpió.

    —N-No puedo decir nada de esa organización. No lo haré. ¡Grrrrr, GRRRRR!

    Hm. Es extraño. ¿”Esa” organización? Si él mismo era el jefe de una pequeña asociación de traficantes de veneno dentro de la misma CSA.

    —En cualquier caso, tengo algunas preguntas para usted —a decir verdad, no sabía muy bien qué era lo que le iba a peguntar, pero…

    —¡OH! —… no era como si él estuviese dispuesto a escucharme—. ¿Y quién es esa jovenzuela de ahí? ¡Agh, osas traerme a tu novia para restregarme en mis propias narices que sigo soltero a mi edad!

    —T-Tom… —Maya había enrojedico.

    —¡E-Eh, no es mi novia! Es… es… —hum, ¿qué es? ¿Una “amiga? —. Una compañera.

    —¡JÁ! A la cárcel vas a venir a robar —qué refrán más apropiado a la situación, desde luego.

    —E-En fin, como sea, quería preguntarle, ¿sabe algo sobre el asesinato que sucedió aquí, el asesinato de…?

    Y otra vez fui interrumpido, pero esta vez no por aquel viejo cascarrabias.

    —¡No tan rápido!

    —A-Agente Lang —el otro lobo, de nuevo.

    Huh. Shi-Long Lang estaba dentro de la prisión, desde el lado de Tixna, y colocó sus manos en los hombros del viejo.

    —Hola, abogado. ¡Vaya, qué mala suerte! He ido a aparecer en el momento justo en el que por fin ibas a reconducir tu conversación, ¿eh? Lang Zi dice: “un buen lobo sabe cuál es el momento adecuado para aullar”.

    —… —Doroteo parecía molesto, pero, con todo, no reprochaba el contacto con Lang ni se quejaba como solía hacer.

    —¿A-A qué se refiere, agente Lang?

    —Oh, verás, no puedo dejarte hablar con este sabio señor. Resulta que… será un testigo en el juicio de mañana.

    —¿Q-Qué?

    Yo no lo habría dicho mejor, Maya.

    —¿C-Cómo? ¿Un testigo en el juicio?

    —HA, HA, HA. Inesperado, ¿no? La fiscalía tiene ya muchas armas, cachorrito, y este elegante caballero es una de ellas.

    Venga, Lang, continúa agasajando a Tixna.

    Pero lo cierto era que tenía razón. Ellos parecían tener muchísima ventaja, al menos visto desde fuera, y yo… yo no tenía nada. Absolutamente nada para defender al inspector Gumshoe.

    —Pero tranquilo. No te pongas nervioso, abogado —¿huh? Sonríe de forma muy extraña, como si verdaderamente simpatizase conmigo. No parece una sonrisa irónica, que es lo que parece querer aparentar—. Ganarás el juicio de mañana.

    —¿Eh?

    —¡Oh! ¿Has oído, Tom?

    —S-Sí, pero —¿cómo? ¿Que ganaré…?—. ¿Cómo puedes estar tan seguro…? —con Debeste no tendría mucho problema, pero, ¿Edgeworth en el estrado del fiscal? ¿Y sin ni una sola prueba? Tengo mis dudas al respecto de esa victoria—. ¿Cómo está tan seguro?

    —Jé. Un lobo solitario nunca cuenta sus secretos a los rivales, abogado. Ganarás. Ahora bien… ¿te gustará el desarrollo de los eventos? Creo que no. No te gustarán nada.

    Doroteo comenzó a reír.

    —No, no le gustarán —dijo—. ¡Ja, ja, ja, jovenzuelo inepto, mañana zanjaremos en la corte lo que quedó sin resolverse aquella vez —no, si resolverse se resolvió… por eso estás en la cárcel.

    —Bueno, se acabó la cháchara. Hora de irnos. Mañana será un día divertido.

    Doroteo sonrió.

    —Lo será.


    Ugh. ¿Por qué siempre pinta todo tan mal para mí? Ahora estábamos Maya y yo en la calle, caminando, tras haber salido de la cárcel internacional y haber aparcado cerca del centro de detención, camino a éste para hablar, una vez más, con Gumshoe. Aunque todo fuesen malas noticias, había que informarle, ¿no?

    —Pobre inspector Gumshoe —se lamentaba Maya.

    —Lo conocías de antes, ¿cierto?

    —Sí, cuando ayudaba a Nick, él siempre era el inspector de nuestros casos, ¡y siempre nos daba información! Aw, era tan bueno y manipulable —hombre, no sé si eso de manipulable es precisamente un piropo.

    —P-Pero no hables en pasado, Maya. Aún sigue vivo, y aún no hemos perdido el caso.

    —Pero, ¿acaso hay algo que podamos hacer? No hay ni una sola prueba, iremos al juicio de mañana a ciegas —Maya era pesimista, pero tenía raz… u-un momento.

    —¿Iremos?

    —¡Hombre, claro! ¡Si piensas que te voy a dejar solo, estás muy equivocado! He dicho que sería tu asistente, ¡y lo voy a ser!

    B-Bueno, supongo que… no tengo otra opción.

    —En fin —tomé aire, habíamos llegado al centro de detención. Mis ojos estaban vidriosos, incluso, sólo de pensar en las malas noticias que estábamos a punto de darle al pobre Gumshoe—. Entremos.


    No obstante, cuando entramos parecía que ya había visita. Gumshoe estaba hablando con un hombre y un niño. El hombre, vestido con un traje rojizo, burdeos, permanecía al margen de la conversación, mientras un niño vestido con una gabardina blanca que casi parecía gris por la suciedad y le quedaba absurdamente grande, arrastrándose por el suelo, hablaba con el inspector, meciendo su boca infantil con entusiasmo. Su cara estaba decorada con una tirita bajo su boca y otra en la parte derecha de la frente, como si se hubiese hecho heridas ahí de alguna forma, y estaba muy despeinado.

    Ciertamente, se parecía mucho a…

    —¡Papá, tranquilo, ¿vale?! —¿¡Papá!? —. ¡Yo te sacaré de ahí! ¡Vas a estar bien!

    —Dummy, amigo, no te preocupes. Hay un chico, Thomas, que ha prometido que me sacará de aquí, ¿vale? Confío en él. Es el compañero de un viejo amigo, y, además, le ayuda otra amiga. ¡Así que no hay nada que temer, porque, mientras ellos estén aquí, yo saldré ileso, seguro!

    Aquellas palabras que oímos Maya y yo hicieron que todo en cuanto pensaba diese un vuelco. Estaba dispuesto a decirle a Gumshoe que no teníamos pruebas y que la investigación había sido un fracaso, pero… ¿cómo decir eso cuando él está depositando tantísima confianza en mí?

    —P-Papá… ¡hmpf! ¡Yo seré un graaan detective como tú, papá! ¡M-Me voy a investigar!

    Y el niño salió corriendo, ignorando nuestra presencia y saliendo del centro. El hombre de rojo le dedicó una mirada silenciosa a Gumshoe.

    —Vaya tras él, por favor. Con la mala suerte de su madre y la torpeza de su padre, ese niño es todo un imán de problemas si se le deja solo —el otro hombre, llevando gafas, asintió. Parecía algo incómodo con la situación. Pero, justo antes de que se marchase, Gumshoe le dijo algo:

    —Señor Edgeworth.

    —¿Hm? —inquirió el fiscal, volteándose una vez más.

    —Gracias por traer a mi hijo a verme.

    —… no hay de qué.

    Y el fiscal jefe continuó andando, hasta que se topó con nosotros. Con mofletes hinchados, Maya lo encaró.

    —¡Maya Fey! —exclamó él, sorprendido.

    —¡Fiscal Edgeworth, cómo puede ser…. tan… tan malo! ¿En serio va a estar en el bando de la acusación en un juicio en el que el acusado es el inspector? ¡Yo creía que eran amigos!

    Haciendo caso omiso a las palabras de Maya, Edgeworth me miró.

    —Tú debes ser Thomas Fate, ¿verdad?

    Asentí.

    —Disculpadme, pero tengo un niño revoltoso al que atrapar. Nos veremos mañana… en el juicio. Y ahí todo quedará zanjado.

    Y se marchó, sin más.

    —¡Jo! —se quejó Maya—. ¡Siempre tan rancio!

    Edgeworth y Gumshoe parecían ser muy cercanos el uno al otro. Amigos, realmente. De modo que, ¿en serio Edgeworth sería capaz de actuar como fiscal para culpar de asesinato a su propio amigo? Había algo en todo eso que me resultaba demasiado extraño. Algo raro. Desde que el caso comenzó, prácticamente, las cosas no estaban siendo del todo lógicas. Demasiadas personas involucradas, demasiado interés en que no obtenga pruebas, demasiada cautela con la investigación.

    Pero, igualmente, no me quedaría otra que esperar hasta mañana.

    —¡Oh, amiga, amigo! —exclamó Gumshoe al ser consciente de nuestra presencia—. Habéis vuelto.

    —¡Inspector, no sabía que tenía un hijo! —Maya fue bastante directa; ¡no dudó ni un segundo en sacar un tema completamente ajeno a la investigación!

    —Oh, sí, ese granujilla. Se llama Dummy, Dummy Gumshoe. Sólo tiene cuatro años.

    Maya, entonces, adoptó una expresión picarona.

    —Y la madre es… la señorita Byrde, ¿verdad? ¿Verdad?

    Gumshoe sonrió y acarició su nuca con algo de vergüenza.

    —Bueno, sí, la verdad es que… ahora es la señora Gumshoe.

    —¡Ajá! ¡Triunfó el amor, lo sabía! —Maya parecía encantada.

    Decidí aclararme la voz de manera brusca para interrumpir aquella conversación tan banal.

    —Sobre la investigación… —comencé a hablar, y fui interrumpido por Gumshoe. A la gente parecía encantarle interrumpirme, desde luego.

    —¡Oh, amigo, eso! ¿Qué tal ha ido? Supongo que estará todo en orden para la defensa, ¿verdad? Confío en vosotros.

    Callé entonces. No. No, no podía decepcionar a ese hombre. Era un buen hombre, jamás podría matar a nadie, ¡no había más que verlo! No podía traicionar su confianza. Aunque no tuviese nada, no podía darle esa decepción. Debía mantenerme sonriente y decidido. Con la cabeza alta. “El peor de los momentos de un abogado es cuando éste tiene que forzar su mayor sonrisa”.

    —… claro que sí. Ganaremos el juicio de mañana, se lo aseguro.
     
    Última edición: 14 Enero 2017
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  8.  
    Lucas Diamond

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    Omg por favor pero qué cute que es el hijo de Gumshoe xDD Si te soy sincero, he notado mucha diferencia desde que empecé a jugar a AA, sobre todo en cuanto a nombres (básicamente por todas las relaciones entre Edgeworth, Maya, Nick, Gumshoe...), y no me creo que Edgeworth le vaya a hacer nada malo a Gumshoe. Que sí, que es muy tsundere, pero le debe mucho xD Además, tienen un pacto de confianza, ¿no? :( Pues eso.

    Respecto a lo de Maya Venus me da muy mal rollo. Madre mía, cómo ha cambiado con respecto a la última vez cuando se hacía la buena nunca me fie de ella e_é (?. Y el vejestorio ese pos, no sé qué tiene que ver aquí, pero seguro que si no habla de la CSA es porque se siente amenazado por Maya. Y los psicocandados esos... no sé cómo sentirme al respecto (? Realmente con Maya se sabía que estaba mintiendo, aunque con los otros de los capítulos anteriores no.

    So... Gumshoe no puede ser malo, no >:(
    Lo están manipulando de nuevo(??


    Asdfghj, sigue <3,

    Lucas Diamond~
     
    Última edición: 14 Enero 2017
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