Ya en el desván pude observar muchos libros. —Vaya, una biblioteca. El conocimiento siempre es beneficioso para un guerrero. —comenté, mientras me acercaba a uno de libros llenos de polvo y comenzaba a examinarlo y leerlo. Luego de examinar varios libros y limpiarlos me percaté del desayuno sobre una mesita de noche, me acerque hasta ella y examine dicha comida. —Es extraño, que ésto esté aquí. Lo que se me ocurre es que traigan el desayuno para comer mientras leen, pero... los libros están llenos de polvo. —pensé mientras observaba mi alrededor.
Arleen~ El paisaje visto por los ojos de la princesa la dejó simplemente maravillada. Un cielo completamente azul que le transmitía tranquilidad, y un sol que irradiaba calidez por todas partes. El suave viento mecía las copas de los árboles, produciendo un grato sonido relajante. Pero cuando miró más abajo, algo brillante le llamó la atención. En el alféizar de esa ventana, extrañamente, había unas llaves. ¿Qué harían en un lugar como ese? —Me pregunto de dónde sois… —murmuró pensativa mientras las cogía y examinaba. Y en nada sonrió, porque a nuestra princesita le encantaba resolver misterios — Bueno, por ahora investigaré más por aquí… Dicho esto, y dándose media vuelta, observó todo lo que había a su alrededor. Puras cajas desparramadas por todas partes, demasiado llenas como para poder cerrarse. También había sacos de comida y… una figura de una gallina. Curiosa, decidió acercarse a las cajas.
Por desgracia, aquellos libros llenos de polvo no esclarecian nada sobre el misterio que estaban llevando a cabo, y la mayoría de ellos parecían ser ilegibles. Por otro lado, el desayuno estaba compuesto por un plato de tortitas, una pieza de fruta intacta y un vaso de zumo sin acabar. Parecía que no llevaba mucho tiempo allí. Cuando la princesita abrió una de aquellas cajas, descubrió una red que podría serle de mucha ayuda para atrapar a los animales perdidos. Desde luego, aquello iba a serle de utilidad. [Red: reduce el ratio de captura de los animales]