¡No, qué horror!

Tema en 'Relatos' iniciado por Marina, 19 Julio 2016.

  1.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    ¡No, qué horror!
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1057
    Este escrito es para la actividad de Knight ¿Cuál es tu soundtrack?




    Quizás suene exagerada la etiqueta de horror, pero desde mi perspectiva la anécdota expuesta aquí fue por esos días algo que me llenó de horror, porque no estaba lista para perder mi libertad sin amor.

    ¡No, qué horror!

    Levanté la cortina de la ventana de la sala con cuidado y miré afuera, mis ojos moviéndose hacia cada extremo de la banqueta de enfrente, buscando con afán mientras mi corazón no dejaba de contraerse por la ansiedad. Sabía que andaba por ahí, ese tipo que ya no me tenía sólo angustiada, sino asustada también. No es que no fuera agradable el muchacho, de hecho era bastante guapo. Cabello castaño claro, ojos azul verdes, alto, delgado y fuerte, porque su trabajo en la hacienda le habían desarrollado un cuerpo bien definido. De ensueño para cualquier chica, pero no para mí.

    ¿Cómo es que nuestra amistad se había convertido en esto tan... sofocante? Para mí, claro. De alguna manera él se había convertido en un amigo con derechos y quería casarse conmigo. ¡Casarse conmigo! ¡No, qué horror! Yo, con diecisiete años todavía tenía mucho por ver, por gozar, por experimentar, por disfrutar de mi libertad. Pero no. A él se le había metido en la cabeza que habíamos nacido el uno para el otro. Incluso hablaba de los hijos que le gustaría tener.

    Quería llorar. Era horrible no querer salir de casa para no encontrarlo. Su acecho me robaba el sueño, porque sí, siempre me lo encontraba a donde quiera que yo iba y su insistencia era tanta que poco a poco mermó mi bienestar emocional. Tenía pesadillas de que me robaba. Sí, con ayuda de sus amigos me subía a su camioneta y me apartaba de mi familia, de mi seguro y cómodo hogar, de mi vida tal y como la conocía.

    —¡Anda, anda! —Escuché la voz de mi madre desde la cocina—. Necesito esa leche para ya.

    ¡Rayos! Y yo que no quería ir a la tienda. No quería ir a ningún lado, pues, pero tuve qué hacerlo, así que al salir de la casa, volví a recorrer el entorno. Hacía rato que el sol había caído ya y la luz de la lámpara que estaba en la esquina a pocos metros de mi lindo hogar se había encendido, por lo que esa parte estaba bien iluminada, pero mucho más adelante la siguiente lámpara no funcionaba y la mitad de esa larga calle yacía en las sombras y sola además porque las casas que había ahí daban sus paredes traseras. Esa era la única ruta para ir a la tienda que quedaba a unas cuatro cuadras de mi casa. Suspiré y por un momento deseé volver adentro, pero mamá me miraba desde la ventana de la cocina, así que hice de tripas corazón y me encaminé a las sombras, atisbando frente a mí y a los lados. Al parecer no andaba por ahí y sentí un tremendo alivio.

    Alivio que duró bien poco porque al llegar a la siguiente esquina, me salió de improviso... bueno no, ya me lo esperaba, pero el alivio que había sentido me había hecho sentir la ilusión de que por fin se había dado por vencido.

    —Linda —me dijo tomándome por el brazo—, dame un minuto.

    Su tacto en mi piel me causó escalofríos. Simplemente no soportaba que me tocara. Rescaté mi brazo y levantando la mirada miré sus bonitos ojos con una mueca de ansiedad. No quería romper su corazón, pero de verdad me hacía sentir muy mal. Prácticamente estaba siendo acosada de una manera espantosa. Me solté y retrocedí con lágrimas en los ojos. Ya no valía mostrarle ira, o cualquier otro sentimiento de disgusto por tan extrema insistencia, porque no entendía que no quería nada con él. Había utilizado todas las tácticas para alejarlo, pero nada y así llevábamos ya un mes.

    —Por favor, no... —comencé a decirle de nuevo mi negativa, aunque esta vez con voz quebrada. Quería que comprendiese por sí mismo, pero me interrumpió notando ira en su voz.

    —¡No me importa qué digas, porque no sabes lo que dices! Sé que eres para mí y lo serás. Ya.

    Trató de tomarme de nuevo por el brazo y agité mis manos porque lo supe al verlo en su mirada. Pretendía arrastrarme a la fuerza con él, llevándome a su camioneta que era también parte de mis pesadillas porque él siempre andaba en ésta, así que seguro estaba estacionada a la vuelta, fuera de mi vista. Logré darme la vuelta y correr a mi casa. Lo sentí detrás mío, rozando su mano mi cabello, pero sin darme alcance, luego ya no escuché su carrera, mas no me detuve sino hasta que estuve en el umbral de la puerta de mi casa y volviéndome lo vi, de pie al límite de aquellas sombras, en esa calle donde la soledad imperaba. Una figura amenazante que ya no quise ver nunca más. Pude sentir como mi corazón latía a mil. El susto que poco a poco había entrado en mi ser desde que él comenzó con su acecho, estaba aumentado de tal manera que, mi madre al verme entrar sin el mandado que me había encargado, lo notó. Tan sabia como era no preguntó nada, sino que sólo dijo:

    —Nos vamos mañana con tu padre. Será un viaje largo, así que procura descansar esta noche, ¿sí?

    Asentí. Mi hermana, que estaba en la sala sentada en el sofá acompañada de su esposo, ambos mirando televisión, se levantó y dijo que ella iría por la leche. Yo le agradecí con la mirada y fui a tomar asiento en el sillón individual observando lo que veían ellos en la pantalla: el vídeo de Michael Jackson llamado Thriller. En ese momento, con mi corazón todavía agitado, quizás sin color en el rostro, me sentí identificada con Ola Ray, la protagonista de dicho vídeo.

    Esa noche fue la última vez que vi al ojiazul, pues tal como había dicho mamá, otro día fuimos de visita con mi padre que trabajaba al sur del país, muy lejos de nosotras. Así terminó esta pequeña aventura.

    FIN
     
    Última edición: 19 Julio 2016
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  2.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Pluma de
    Escritor
    Dios, que aterrador. Y pensar que tuviste que aguantar eso durante toda tu visita, hay algunos muchachos que deben entender que no es un no. Y que él te acosara de tal forma que te lo encontrabas a todo momento por que te prácticamente tenía vigilada... Me pone los pelos de punta, por suerte no pasó de eso y pudiste irte sin que se tornara más grave el asunto, pero este chico tenía un serio problema :/.

    Al principio pensé, ¿thriller? Pero si esto me da ganas de bailar, ¿como puede ser terrorífico? Pero con el final lo entendí perfectamente, no siempre una canción que se haya quedado grabada junto con tu recuerdo tiene que encajar perfectamente. Con el simple hecho de estar sonando en el momento es suficiente para que se "marque".

    Excelente, buena canción y buena historia, Marina. Y lamento que hayas tenido que pasar por un momento tan horrible :( ¡saludos!
     
    Última edición: 28 Julio 2016
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