Mobile Suit Gundam: Las Crónicas del Dragón de A Baoa Qu

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Janus, 21 Noviembre 2011.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Janus

    Janus Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    14 Noviembre 2011
    Mensajes:
    40
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Mobile Suit Gundam: Las Crónicas del Dragón de A Baoa Qu
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    865
    Se que esta historia es un tanto corta, podríamos decir que es la introducción para un posible fic de Gundam basado en la línea temporal del Universal Century. Sé que mucha gente probablemente no conzca este universo (A lo mejor todo Gundam, ya que fui yo el que dió la idea para este sub-foro) y solo conozca Gundam Seed o Gundam 00, pero pienso que es una buena forma de inagurar el sub-foro, más si yo fuí el que lo propuso. No tengo idea si continuaré el fic en un tiempo cercano, dependerá de mis ganas o interés que reciba esta historia.


    Preludio a la Batalla
    —Calma… Calma…— Se decía a sí mismo— Recuerda… Has tenido una semana de entrenamiento… Mucho más que otros chicos y tienes un excelente mobile suit…

    La cabina del mobile suit empezó a tocar una alarma para avisar de una trasmisión entrante.

    —Cabo Edward… Tranquilícese por favor— Le comunicó una voz familiar al joven—. La batalla empezará pronto.

    —Lo sé… Comandante Sigfried… Esta es mi primera batalla y… No puedo evitar sentirme así…

    Las manos y frente del joven de catorce años chorreaban de sudor debajo del traje de tonalidades verde de piloto de Zeon. La guerra para el principado de Zeon había marchado mal y todo el mundo sabía que esta sería una de las últimas batallas de la guerra contra la Federación Terrestre, quizás en verdad la última. En su intento de independizarse, se había desencadenado un conflicto que había traído los mobile suits al mundo, con Zeon a la cabeza, pero las cosas habían cambiado: las fuerzas de la Federación estaban a puertas de casa en Side 3 y en la desesperación por conseguir tropas, jóvenes como él habían sido forzados a un entrenamiento cortísimo para ser lanzados a la batalla.

    —Te entiendo Edward, igual me sentí de esa manera la primera vez que entré en un combate de mobile suits en la batalla de Loum. Sé que no has sido entrenado en el tiempo adecuado, pero tienes una excelente máquina para compensar.

    Edward levantó la mirada y observó al veterano de unos treinta años en el monitor que lo observaba, se encontraba igual que él ataviado con el traje de piloto de Zeon. Su mobile suit era un MS-14A Gelgoog pintado con los colores estándar de celeste claro y verde en torso, era el mobile suit de producción en masa de la tecnología de punta de Zeon, se decía que era más fuerte que el legendario Demonio Blanco de la Federación, pero no se podía afirmar nada si el piloto era un jovenzuelo con apenas unas cuantas horas de vuelo…

    — ¡Todo el mundo a sus posiciones! ¡Repito! ¡Todo el mundo a sus posiciones! ¡Esto no es un simulacro! Las fuerzas de la Federación se están acercando— Comenzó a sonar un alta voz.
    Era hora, la batalla estaba por comenzar.

    — ¡Bien! ¡En marcha señores! ¡La batalla va a comenzar y el enemigo no se va a sentar a esperarnos! ¡Todos a la plataforma de lanzamiento!—Gritó el comandante.

    El comandante era su oficial al mando junto con los demás reclutas. Se había opuesto ante los oficiales superiores de usar adolescentes sin experiencia en el conflicto pero la necesidad era demasiado mayor como para depender de los pocos pilotos que quedaban. Por lo menos quedó a cargo de supervisar el entrenamiento de él y el resto del escuadrón. De cierta forma, su escuadrón tenía algo de ventaja: a pesar de que todos los escuadrones en ese hangar del asteroide usaban el Gelgoog, ellos tenían una semana de entrenamiento y un excelente comandante, otros escuadrones no habían tenido siquiera tres días de práctica y ya iban a entrar en combate junto a ellos.

    Edward apretó los dientes y sostuvo con su mobile suit el fusil de rayos de su máquina, avanzó y se instaló en la cola de lanzamiento.

    — ¿Preparado Edward? — Le habló por el comunicador otro de los pilotos del escuadrón, su nombre era Jim y se habían conocido al entrar en la academia para su entrenamiento intensivo. A pesar del corto tiempo que se conocían, parecía como si s hubiesen conocido por años.

    —Afirmativo—Le contestó. —Solo queda rezar que salgamos de vivos de esta —Dijo esto último con un tono de tristeza.

    —Relajate Ed, cuando termine todo esto, te invito a un batido en esa cafetería que te mostré un día en Granada ¿te parece?

    Edward sonrió.

    —Vale.

    — ¡Numero seis! ¡Avance hacia la catapulta!—Gritó la voz del megáfono.

    —Nos vemos afuera Ed.

    Edward asintió a su amigo.

    —Nos vemos.

    El Gelgoog de Jim avanzó hacia adelante, los pies del mobile suit se anclaron a los enganches de la catapulta y tras encorvar las rodillas, el mobile suit salió propulsado y de un salto se internó en el espacio exterior.

    — ¡Numero siete! ¡Avance!—Gritó la voz del megáfono de nuevo.

    —Aquí vamos…

    Edward se puso sobre la catapulta, los pies de su mobile suit se anclaron y se catapultó hacia adelante, los anclajes se soltaron y con un salto, Edward salió del hangar para seguir a sus compañeros a la batalla.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Nestea

    Nestea Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    19 Noviembre 2011
    Mensajes:
    64
    Pluma de
    Escritor
    Muy bien... aquí me tienes comentando tu fic. Para empezar te digo que vi sólo una temporada de Gundam, cuando era muuucho más niño y recuerdo que me encantó; sólo que no pude seguir viéndolo porque el horario era complicado ;_;

    1.-Horthojrafya:

    En este aspecto, vi casi todo en orden, sólo 3 errores...
    Aquí era invito, sin tilde.

    Error de tipeo xD era sólo "y"

    Y uno más que es común(MUY COMÚN) luego del guión largo que usas para relatar una acción junto con el dialogo, no se comienza con mayúscula, a menos que tengas un punto (".") seguido del guión.
    Nada grave a mi parecer.

    2.-Trama
    Bien, tenemos a un joven piloto... ¡WAIT! ¿Una semana de entrenamiento y es de los más entrenados? Se nota a leguas que nos están haciendo falta soldados.

    Entiendo al pobre Edward, sólo una semana en la academia y 14 años de vida, no se remedian con un buen Mobile Suit, ni con uno excelente tampoco ewe. Bueno, se pone en marcha la guerra. ¡Je! Comandante, debo decir que concuerdo con usted, pero ¿Podrían darles un tacita de café mientras tanto? (?).

    Muy bien... un colega, y se llevan bien, ojalá que no muera en la guerra. ¿Rezar? Edward, necesitaras más que rezar para la guerra; pero la esperanza es lo último que se pierde.

    El fic se ve prometedor... Lo seguiré de cerca o.Ô
     
  3.  
    Janus

    Janus Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    14 Noviembre 2011
    Mensajes:
    40
    Pluma de
    Escritor
    Woops! Al terminar de escribir esto corregire los errores de ortografía que se me fueron xD

    Tengo que aclarar que el contexto del fic no es original, solo los personajes y las situaciones. Esta historia comienza en la batalla final de la primera serie de Mobile Suit Gundam, en donde la Federación, tras luchar casi un año con el Principado de Zeon, logran llegar a la última línea de defensa de Zeon: la base asteroide A Baoa Qu.

    En esta batalla, luchan los famosos rivales/protagonistas de Gundam Amuro Ray y Char Aznable y debido a la situación desesperada de Zeon, llevan al combate a jóvenes con escaso entrenamiento (algunos solo un par de días, por eso Edward se puede coinsiderar suertudo por tener una semana y un comandante veterano.) debido a que casi no quedan pilotos entrenados para continuar con el conflicto.

    El poderoso MS-14A Gelgoog (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/ms-14a.htm) es superior a cualquier mobile sut utilizado por la Federación porducido en grandes unidades, capaz de vencer a los GM de la Federación (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/rgm-79.htm) e incluso se decía que el Gelgoog, siendo una arma de gran producción, era más poderoso que el temido Gundam de la federación piloteado por Amuro Ray (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/rx-78-2.htm). El problema era que a pesar de ser una unidad poderosa, el Gelgoog estaba piloteado por unos niños ante los veteranos de la Federación que usaban un mobile suit más débil. Edward se encuentra inmerso en ese contexto al empezar la batalla final de la serie original de Gundam.
     
  4.  
    Janus

    Janus Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    14 Noviembre 2011
    Mensajes:
    40
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Mobile Suit Gundam: Las Crónicas del Dragón de A Baoa Qu
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    3284
    El Dragón de A Baoa Qu
    Edward se dirigió hacia su escuadrón que se encontraba en frente a su comandante, se formó en la línea y esperó hasta llegara el último. Eran ocho sin contar al comandante Sigfried. Mientras esperaba, contempló desde los monitores el vasto firmamento de estrellas a su alrededor en un intento de aplacar los nervios.

    — ¿Están todos? Bien—Comenzó el comandante—seré honesto con ustedes: la batalla que nos convoca no será una fácil. El enemigo a lo mejor no tiene el mismo nivel tecnológico que nosotros, pero vendrá en gran número y cuentan con pilotos curtidos por la guerra. Si hubiese podido, les hubiera dado un mes de instrucción para ir con calma y prepararlos mejor. Lamentablemente, no habrá más tiempo, he intentado con todas mis fuerzas enseñarles lo mejor posible en tan poco tiempo.
    Tras una pequeña pausa, continuó su discurso.

    —Reconozco que es poco probable que ganemos esta batalla con los pocos recursos que poseemos y no tendremos refuerzos desde Granada, lo único que podemos hacer es intentar aprovechar al máximo nuestros Suits que son vastamente superiores a los de la Federación. Sus Gelgoogs son más maniobrables, veloces, de mayor tiempo de reacción y de mejor armamento que los suyos. Si son capaces de recordar lo que les he enseñado y logran mantener la calma, hay posibilidad de que puedan volver a casa.

    Realizó otra pausa.

    —El plan es el siguiente: nuestro objetivo es defender el sector S de la fortaleza y mantenerlo el mayor tiempo posible. Si la situación se desesperara, nos refugiaremos dentro de la fortaleza o si no queda otra, o huir a Side 3. Ya he luchado antes con los Mobile Suits de la federación y les daré algunos consejos: sus Suits tienen armas de rayos como nosotros pero su alcance es bastante corto, traten de mantener la distancia e intenten acribillarlo desde lejos para tener una clara ventaja. Tampoco para nada del mundo deben subestimar sus unidades Ball, pueden parecer débiles pero son más pequeñas y escurridizas. Sus cañones no son tan poderosos como un tiro de fusil de rayos pero si les llega de lleno, puede ser peligroso. Siempre se quedarán más atrás dando apoyo a sus Suits, así que atentos a su radar. No teman, que yo estaré con ustedes en cada momento.

    — ¡Entendido señor! —Gritaron los jóvenes.

    —Y por último, recuerden porqué estamos aquí. Recuerden que por un año Zeon ha estado luchando por la independencia de las colonias de los corruptos líderes de la Federación que por su avaricia, no dejan de subyugar a nuestros hermanos y a meterse en asuntos que no les incumben. Nosotros, orgullosos soldados del Principado de Zeon, estamos aquí para cambiar eso. Algún día existirá un mundo en que la Tierra y las colonias vivan en paz sin el decadente puño de hierro de la Federación que nos oprime a nosotros y a habitantes de las colonias ¡Somos sus gallardos libertadores! ¡Demuestren lo mejor de ustedes! ¡Demuéstrenles a los perros de la Federación que no pueden hacer lo que quieran con nosotros! ¡Enorgullezcan a nuestro fundador Zeon Zum Deikun! ¡Sieg Zeon!

    — ¡Sieg Zeon! —Gritaron los jóvenes pilotos.

    Había algo que le hacía gracia del discurso del comandante a Edward: notó que no había mencionado u honrado a sus líderes como la mayoría solía hacer. Zeon había nacido como una república pero tras la repentina muerte de su fundador Zeon Zum Deikun, Degwin Zabi, amigo suyo, proclamó que él había sido nombrado líder de Zeon en su lecho de muerte y declaró el Principado de Zeon, a todos sus hijos los colocó en altos cargos y mucha gente siente hasta el día de hoy que Degwin estuvo involucrado en un complot para asesinarlo y quedarse con el poder.

    Sigfried, junto con Edward, eran de aquellos que a pesar de no sentir aprecio por los megalomaniacos dictadores de la familia Zabi, luchaban para proteger a sus seres queridos e intentar cumplir el sueño de Zeon de que la tierra y el espacio fueran libres. Aunque temían que las ambiciones de los Zabi solo crearan algo similar a la Federación pero con otro nombre.

    — ¡Prepárense todos que aquí vienen! — Alertó Sigfried.

    Todos se colocaron en posición, a lo lejos se veía la flota federal. A pesar de que había sido severamente dañada por el ataque previo de la colonia solar que se había usado para vaporizar una buena parte de ella, seguían siendo un oponente formidable. Las cámaras de los chicos observaron como las fuerzas de la Federación se desplegaban y avanzaban al combate.

    — ¡Preparen armas! ¡Dispararán cuando estén a rango de tiro!

    Edward y los demás apuntaron con sus fusiles de rayos a la gran masa que se acercaba al sector S.

    — ¡Apunten!

    Edward enfocó a un GM de la Federación que se acercaban. El joven luchaba para mantenerse calmo y apuntar debidamente al enemigo.

    — ¡Fuego!

    Las armas del escuadrón de Edward sonaron con el zumbido característico de las armas de rayos. Las descargas amarillas cruzaron el campo de batalla sin que los GM pudiesen contestar.

    — ¡Le he dado a uno, le he dado a uno!—gritó de emoción uno de los chicos que logró dar de lleno a un GM que explotó al instante de ser perforado por el rayo.

    — ¡No bajes la guardia! — gritó el comandante, pero fue muy tarde. Un Ball había disparado su cañón y un proyectil balístico arranco la cabeza de su Gelgoog, dejándolo consideradamente perjudicado y con pobre visión en su monitor.

    — ¡Protegan a Timothy!— gritó el comandante mientras derribaba al Ball que había causado el daño al mobile suit del chico.

    Edward continuaba disparando su fusil sin poder darle a su objetivo que con agilidad evadía las descargas y se estaba acercando peligrosamente a él. Cada vez más se desesperaba mientras su enemigo se acercaba y pensaba que si seguía así, estaría muerto. De pronto, una descarga amarilla pasó cerca suyo y derribó al enemigo que no había podido acercar.

    — ¡Ten más cuidado con la munición, Ed!

    — ¡Gracias Jim, te debo una!

    Los enemigos empezaban a acercarse peligrosamente y obligó al escuadrón de Arthur a desbandarse y empezar a girar y a maniobrar en todas direcciones, comenzando el combate individual. La computadora de blancos del Gelgoog de Edward avisó de un GM en su espalda, tras darse cuenta, contempló al GM con su sable de rayos encendido cargando contra él. Asustado, Edward disparó, el rayo entró por la cabeza y salió por la entrepierna del Mobile Suit federal, provocando una explosión que cegó un poco a Edward.

    — He matado… He matado a mi primer enemigo… —Se dijo asustado a sí mismo, se sentía sucio, acababa de segar la vida de una persona y le hacía sentirse un asesino.

    — ¡Edward!

    Arthur se dio vuelta y vio a un GM con su sable a punto de cortarlo, pero un destello amarillento impactó de lado al GM.

    — ¡Deja de estar en la luna Edward! Si bajas la guardia morirás! — Le gritó de nuevo su comandante.

    Dos veces había estado a punto de morir y dos veces había sido salvado. La adrenalina empezaba a fluir por su sangre y no permitiría volver a caer en la misma situación. El campo de batalla alrededor suyo se había vuelto un caos: se veían explosiones, ráfagas de rayos y Moblie Suits destruidos por doquier.

    Se fijó en un GM que acababa de cortar en dos a un compañero. Era la unidad de Timothy que apenas podía defenderse sin la cámara principal de la cabeza.

    — ¡Timothy! —gritó de dolor Edward. Timothy era el menor del grupo, su vida acababa de terminar violentamente con trece años de edad. Lo conocía porque iba a la misma escuela que él.

    Tras soltar un grito de furia, Edward se arrojó disparando su fusil al asesino de Timothy, intentó huir pero dos tiros de fusil dieron en el blanco y acabaron con él con una explosión de su reactor.

    Dos GM y un Ball se acercaban a toda velocidad disparando sus fusiles de rayos hacia donde se encontraba Edward. El comandante y otro compañero, Francis, el mayor del escuadrón, se le unieron para ayudarlo y los tres Gelgoogs dispararon contra el enemigo. El Ball fue impactado de lleno por Francis y estalló. Los otros dos GM siguieron disparando y un disparo dio de lleno en la cabina suya.

    — ¡No! —gritó el joven piloto mientras el Mobile Suit de Francis explotaba. A pesar de que era un tanto frío con los demás, probablemente por ser el mayor con diecisiete años, había sido un integrante valioso para el equipo. Ahora nunca volvería a casa para seguir sus estudios y volverse un Ingeniero.
    Sigfried no perdió la calma y siguió disparando, uno de los GM fue alcanzado por los disparos del comandante y el otro cayó ante los ataques embravecidos de Edward. El comandante llevaba seis bajas y Edward tres.

    Mientras buscaba a su próximo blanco, su vista se fijó en el asteroide. Su respiración se detuvo y miró asombrado a una figura blanca que se colaba dentro de la base: era el famoso Demonio Blanco de la Federación, sin duda. En ese instante, algo extraño pasó: sintió como si el tiempo se hubiera detenido y parecía como si su alma abandonara su cuerpo y el Mobile Suit para avanzara hacia el mítico Gundam. Sintió también como si su mente se expandiera e intentara hacer contacto con el piloto, como si estuviese llamándolo. Por un momento, pareció que el misterioso piloto del Gundam se tornaba para ver quién lo llamaba, pero rápidamente dejó de enfocarse en él para enfrentarse a una amenaza más tangible: un extraña Mobile Suit sin piernas, de pinturas de tonos púrpura, antenas a cada extremo en la cabeza pero con un ojo de cíclope que delataba que era de Zeon. El Gundam evadió un ataque de lo que parecía ser dos manos que disparaban rayos de los dedos y que eran capaces de separarse de los brazos del Mobilse Suit para ser guiados por cables guiados a voluntad que unían las manos con los brazos. Pronto ambos Mobile Suits se internaron en la fortaleza para continuar su duelo a muerte.

    — Que… ¿Qué fue eso?— preguntó extrañado el joven piloto.

    Lo que había sentido había sido la sensación más extraña que había percibido en su vida. Lo más parecido a lo que se podía parecer a una experiencia extracorpórea. De pronto se acordó que no había sido la primera vez que había percibido algo así. El día anterior, mientras caminaba por la fortaleza en medio de un gentío de militares, había una chica: era de cabello púrpura y de unos profundos ojos dulces de color azul, también era aproximadamente de su misma edad. Edward había quedado anonadado por su belleza y misteriosamente, sus miradas se encontraron y algo parecido a lo que acababa de suceder ocurrió. Sintió que con ese encuentro de miradas, sus mentes habían entrado en contacto, de pronto, ambos habían sentido una profunda comprensión, como si se hubiesen conocido toda una vida. El momento se sentía mágico, algo que iba más allá del tiempo del espacio, era como si el destino los hubiese guiado a ese encuentro de miradas, pero antes de poder acercarse a ella, un hombre ataviado de oficial de alto grado, probablemente su padre, la tironeó de un brazo diciéndole que se apurara, no la había vuelto a ver desde entonces.

    Sorpresivamente, tras ver desaparecer a los dos Mobile Suits de la fortaleza, sintió algo hostil a un costado suyo, se dio vuelta con su fusil preparado, sintiéndose poseído por una extraña fuerza. Vio a un GM acercarse disparando su arma hacia él y de un solo disparo Edward desintegró la cabeza del enemigo para luego rematarlo de un dispara al torso.

    — ¿Qué me pasa? Pareciera como si hubiese predicho su ataque…

    Otro GM se le aproximo disparando, Edward comenzó a disparar de nuevo, pero tras unos tiros errados, su arma comenzó a expulsar nada más que pequeñas partículas de la boca del cañón.

    — ¡Mierda! ¡Me quedé sin energía!

    El enemigo guardó su arma y desenfundó el sable de rayos, Edward descartó el ya inútil fusil de rayos y desenfundó el sable doble, que emitía filos de energía en cada extremo de la empuñadura y tomó con la mano izquierda el escudo acoplado a su espalda.

    Los dos mobile suits chocaron ambas espadas, intentando contraatacar, el GM dio un corte que dividió en dos mitades el escudo de Edward pero antes que pudiese seguir, Edward percibió como intentaría atacar desde arriba y tras colocar ambos brazos con el sable encima de la cabeza, Edwars contraatacó con un estocada en el torso antes que pudiese atacar, lo que culminó con la destrucción de su rival.

    Edward se sentía raro, parecía como si algo estuviese despertando dentro de él y lo hacía ser más consciente de su alrededor y de las intenciones del enemigo. Se puso a examinar el estado du su escuadrón y su mirada cambió a una de horror: de todo su escuadrón de nueve integrantes en total, solo quedaban él, Jim, otro compañero y el comandante. Los tres se veían a la distancia acorralados, alrededor de ellos flotaban las carcasas de metal retorcido de los mobile suits de sus compañeros de escuadrón.

    — ¡No! — Gritó desesperado, no permitiría que el comandante y los demás murieran. Primero tendrían que pasar encima de su cadáver.
    Un GM, tras hacer trizas el escudo de Jim con su sable, se disponía a acabar con él cuando fue perforado por la espalda y Edward pateó a su enemigo para alejarlo de la explosión de su generador.

    —Gracias, Ed, creo que estamos a mano…—agradeció Jim.

    — ¡¿Qué a ocurrido con todos?!— Pregunto Edward.

    — ¡¿Pues qué crees?! Esos desgraciados están acabando con todos nosotros…— Contestó Richard, de quince años y también miembro del escuadrón.

    Antes que pudiese seguir hablando, un GM atacó desde abajo con su sable, cortando desde la entrepierna hasta la altura de la cabina.

    — ¡Richard! —Gritó Jim.

    El comandante disparó contra el enemigo, que explotó tras ser impactado en el torso, había intentado disparar dos tiros pero se dio cuenta que también se le había acabado la energía del fusil.

    — ¡Maldita sea! Esto no puede seguir así— mencionó tras descartar el fusil y encender su sable— ¿Eh? — Sigfried recibió un mensaje de voz por el comunicador del centro de mando de la base— ¡Hemos recibido la orden de retirada! ¡La base se da por perdido y debemos atravesar el sector S y escapar a Side 3!

    — ¿Pero cómo?— preguntó Jim.

    —Espera…— ordeno Sigfried— ¡También recibo información del capitán Martin Prochnow de la nave Jotunheim que cubrirán nuestra retirada con sus Mobile Suits!
    — ¿Qué esperamos? ¡Tenemos que irnos de aquí! —Exclamó Edward.

    Pero era imposible, un gran grupo de GM y Balls se aproximaban amenazadoramente a sus posiciones y no los dejaban retirarse.

    — ¡Retrocedan! ¡Retrocedan ya! — Gritó el comandante desesperado.

    Edward sintió una presencio hostil arriba suyo, tras mirar hacia arriba se dio cuenta que iba a demasiada velocidad para poder evitarlo.

    — ¿Es este el fin? — se dijo a si mismo que ya comenzaba a aceptar el abrazo de la muerte.

    Edward cerró los ojos pero sintió como algo lo empujaba, abrió los ojos y vio que Jim lo había apartado.

    — ¡Jim! ¡No!— Gritó con todas sus fuerzas, pero en frente a él vio a su amigo ser cortado diagonalmente por el GM.

    — ¡Ahh! —Alcanzó a oír de su amigo antes que su Gelgoog estallara.

    En ese momento, Edward colapsó, había perdido a todo su escuadrón y sobre todo, a su amigo, la Federación los habían arrollado y sólo quedaba él y el comandante.
    La muerte de Jim le cayó de manera profunda, recordó ese primer día una semana atrás cuando lo había conocido, recordó los momentos juntos, recordó ese día en que lo había invitado a un batido en esa cafetería. Ahora, el no estaba, no volvería nunca, había desaparecido para siempre.

    Edward soltó un grito de cólera, no iba a perdonar a esos federales lo que habían hecho. De pronto, se sintió rodeado de un poder intenso. Se lanzó velozmente con toda la potencia de los propulsores contra el asesino de Jim que intentó inútilmente dispararle para terminar siendo cortado a alta velocidad por el sable doble de Edward y continuar hacia los cuatro restantes.

    Los cuatro intentaron disparar mientras retrocedían intentando alejarse se Edward, pero él esquivaba a todos los ataques con movimientos precisos y ágiles, aprovechando al máximo el potencial de su Mobile Suit superior. Tras acercarse, violentamente cortó con un tajo vertical a uno de los GM y estallaba, el segundo entró en pánico y disparó alocadamente sin poder acertar al Gelgoog de Edward que terminó cortado en dos por un tajo horizontal a la altura de la cabina.
    El siguiente disparaba todavía con control, al acercarse Edward, arrojó el fusil a un lado y sacó su sable bloqueando a tiempo el ataque. Edward atacaba poseído de una increíble sed de sangre y golpeaba rápida y repetidamente a su rival intentando quebrar su defensa. Tras percibir un intento de ataque de su oponente, logró moverse y esquivarlo pero su brazo izquierdo fue cortado en medio de la maniobra.

    — ¡Muere!

    Edward, con el brazo que le quedaba dio un tajo en diagonal e hizo explotar a su enemigo pero el último enemigo atacó con rapidez y de un solo corte destruyo sus dos piernas. Había perdido los importantes propulsores de sus piernas y ahora estaba inmóvil y vulnerable.

    El último GM prosiguió a acabar con su labor con su sable cuando en una maniobra desesperada, Edward logró clavar el sable en el pecho de su oponente. Este detuvo inmediatamente su ataque y su reactor explotó violentamente, dañando severamente el blindaje de su Gelgoog y la fuerza de choque dejó inconsciente a su piloto. Edward quedó vagando sin un brazo y sin ambas piernas.

    — ¡Edward!—Gritó preocupado Sigfried al ver a Edward en ese estado. Se acercó y comprobó que su Mobile Suit no estallaría y comprobó mediante la computadora de su Gelgoog que Edward poseía aún constantes vitales, el comandante suspiró de alivio. Tras tomarlo de la última extremidad que le quedaba, se alejó a toda máquina a la ruta de escape.

    — ¿Qué fue todo eso?—Pensaba asombrado el comandante. Edward no solo había eliminado cuatro Mobile Suits seguidos él solo, sino que lo había hecho como con un grado de habilidad impensable para un piloto como él. Había luchado con gran ferocidad, tanta que había infundido miedo en los corazones del enemigo, había parecido… Habia parecido como algún tipo bestia, como una especie de dragón enfurecido, uno que había sido despertado violentamente y que había aniquilado rápidamente a los que lo había perturbado.

    — ¿Será él…. Un Newtype… Como los que predijo el gran Zeon?

    Estas y otras dudas se decía a si mismo mientras abandonaba el campo de batalla con docenas de Mobile Suits como Zakus II o Rick Doms que huían junto a él a Side 3 y a Granada. Al parecer la guerra estaba ya sentenciada.

    Mobile Suits presentes (Para los interesados):
    -MS-14A Gelgoog(http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/ms-14a.htm)
    - RGM-79 GM (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/rgm-79.htm)
    -RB-79 Ball (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/rb-79.htm)
    -RX-78-2 Gundam (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/rx-78-2.htm)
    -MSN-02 Zeong (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/msn-02.htm)
    -MS-06F Zaku II (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/ms-06f.htm)
    -MS-09R Rick Dom (http://mahq.net/mecha/gundam/msgundam/ms-09r.htm)
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso