Continuación del Camino Esta zona del bosque se encontraba extrañamente calmada. Tal vez era porque la mañana recién empezaba, o porque este lugar siempre había sido así, un reducto de paz que hasta podría ser disfrutado en otras circunstancias. Tan solo parecía haber dos cosas de interés: un camino serpenteante, que recorría el lugar de noroeste a sureste, y se internaba en ambas partes en el bosque; y un gran círculo de piedras enormes, cerca de lo que parecía el límite del bosque. Contenido oculto ¡Has encontrado un camino! Si decides seguir por el camino, no necesitas tirar dados para explorar otra sección, si no que aparecerás en las otras zonas conectadas por el mismo. Tan solo tienen que decir la dirección que toman. Noroeste: Inicio del Camino (6-15) Sureste: Caserío Incendiado (75-80) Gigi Blanche
La Observadora Stamina: 5 Sanidad: 7 Esperé con toda la tranquilidad del mundo a que la chica tomase una decisión. Noté la preocupación que le cayó encima y lo cierto era que hasta el momento ni me había parado a pensar que quizás la estaba metiendo en una situación comprometida, pero no había mucho que hacer al respecto. Yo, por lo menos, no pensaba obligarla a venir conmigo. Aun así, sabía que tampoco me sentiría tranquila si no le hubiese hecho saber que su compañía no me molestaba y que estaba dispuesta a seguir explorando con ella si así lo quería. Si tenía que ser completamente sincera, de todas formas, hubiese preferido que el chico hubiese venido con nosotras porque, indudablemente, me hubiese sentido más tranquila y protegida. Pero era contraproducente, no había que ser ningún genio para darse cuenta, y por eso también a mi me tocaba asumir el peligro de ir sola o, incluso, de tener a alguien al cuidado. Sea como fuere, al final la chiquilla pareció decantarse por seguir conmigo, y no podía mentir diciendo que no hubo un atisbo de ternura en mi semblante al notar sus manso rodeando la mía con tanta suavidad. No había que ser demasiado avispado para darse cuenta que la niña rehuía cualquier clase de contacto con el resto, especialmente el físico, por eso había evitado tocarla en todo momento, y sentir ahora cierta confianza por su parte gracias al gesto era... bueno, era un pequeño alivio en todo aquel horror. Prácticamente me arrastró hacia el exterior de la cabaña, quizás estaba un poco avergonzada o se sentía culpable por su elección, así que no me hice mucho de togar y dejé que me guiase hacia dónde hiciese falta. Le eché un último vistazo al resto de habitantes, eso sí, y una última algo más insistente para el chico. Teníamos que volver a vernos a la noche, en esa misma cabaña. Todos, a ser posible, pero me conformaba si al menos sobrevivíamos nosotros tres. La caminata nos llevó a una zona que no habíamos visitado hasta el momento, lo que en definitiva era una buena noticia, y miré alrededor en cuanto tuve la oportunidad. No parecíamos tener muchas opciones, parecía ser un sendero hacia algún lado en concreto, pero antes de adentrarnos a seguir el mismo llamé la atención de la chica para señalarle el círculo de piedras que había no muy lejos de nuestra posición. No sonaba a mala idea echarle un vistazo rápido antes de avanzar hacia vete tú a saber dónde. Contenido oculto Hola, como buenas novias venimos en pack, qué pasa (?) —Fósforos (x2) —Bidón de gasolina —Tabla con clavos —?
Las dos muchachas se dirigieron hacia el círculo de piedra, estas alzándose altas e imperturbables ante el paso del tiempo, como gigantes de una era pasada. A medida que se fueron acercando, pudieron escuchar algunos gruñidos, así como también el sonido de algo masticando carne fresca. Al asomarse, pudieron notar que un perro se encontraba dando cuenta de un cadáver, que por sus pintas, parecía reciente. Tal vez el cuerpo todavía tenía algo de provecho, pero para averiguarlo, iban a tener que quitarse al animal de encima. Contenido oculto Mil sorrys no sé por qué había leído que te habías tomado el camino (????
La Hija Stamina: 4 Sanidad: 6 El recorrido por el bosque nos llevó hasta un camino sorprendentemente calmo, parecía extenderse bastante pero a mi compañera le llamó la atención el círculo de enormes piedras que identifiqué poco después de que ella se desviara en dicha dirección. La seguí de cerca, atenta a los alrededores, y el corazón se me atoró un segundo en el pecho al oír los gruñidos aquellos. Distinguimos un perro no mucho después, parecía estar escarbando en... ¿eso era un cuerpo? Santo cielo. Miré a la chica, entre apremiante y temerosa. ¿Qué se suponía que hiciéramos ahora? Contenido oculto no me queda del todo claro si los gruñidos son del perro, pero por las dudas interactúo con eso (? Inventario: —Fósforos (x2) —Cóctel Molotov
La Observadora Stamina: 5 Sanidad: 7 El círculo de piedras se erguía sin pena ni gloria, y por un segundo lo cierto es que pensé que no tendría nada de interés, pero a medida que nos fuimos acercando me di cuenta de que no era el caso. Se escuchaban diferentes ruidos y, al asomarnos, pudimos ver una especie de perro y un cadáver que, quizás, fuese reciente. Más reciente que el esqueleto del otro día, al menos. Giré la cabeza para mirar a la chica y le hice una señal para que se quedase detrás de mí. Ciertamente era arriesgarse demasiado, pero quizás hubiese algo de utilidad en aquel cuerpo, así que acabé por dar un par de pasos hacia el perro, aunque manteniendo una distancia prudencial del mismo por si decidía atacarme o algo. Contenido oculto —Fósforos (x2) —Bidón de gasolina —Tabla con clavos —?
Por unos segundos, parecía como si aquel animal no les estuviera prestando atención. Pero fue nada más acercarse a su premio que el cánido se dio media vuelta y enfrentó a las dos muchachas, enseñando dientes afilados y amarillos. El pobre animal parecía estar siendo afectado por la misma enfermedad que había atacado a aquel alce, su lomo cubierto de supuraciones fétidas, parches de piel rosácea, y ojos lechosos y desprovistos de pupila, como si la esclerótica hubiera explotado y se hubiera esparcido como la clara de un huevo. La espuma caía de su hocico húmedo, mientras gruñía y lanzaba algunos mordiscos al aire. Los músculos en su cuerpo se estaban tensando. Era obvio que el animal era agresivo. Bastante agresivo.
La Hija Stamina: 4 Sanidad: 6 Los primeros pasos hacia el animal pudimos darlos en relativa calma, pero de un momento al otro la criatura advirtió nuestra presencia y se giró, congelándome los músculos. El reflejo me hizo buscar el borde de la sudadera de la chica y aferrarme a ella, incluso jalarla suavemente, en un primer impulso por irnos de allí. No logré despegar los ojos del perro por un buen tiempo, así poseyera un aspecto horrible y probablemente no consiguiera olvidarlo en el futuro inmediato. Es decir, si me detenía a pensarlo, ¿qué había removido de mi memoria? Nada, ni un solo instante. Ni el caldero burbujeante de la cabaña, ni el señor del espejo, ni el río de sangre o el corazón latiendo bajo nuestros pies. El comerciante, ese con hocico de canino, el cuerpo del anciano, la criatura de cuervos, los gusanos, las raíces despidiendo al niño con la chica como crisálidas. Y ahora esto. Tomé aire por la nariz y, con suma precaución, alcé la vista hacia mi compañera. Esta vez le jalé de la ropa a consciencia, instándola a retroceder lentamente. Aún nos quedaba la opción del camino serpenteante hacia el sureste, ¿verdad? Sería mejor dejarlo solo y en paz. Contenido oculto Inventario: —Fósforos (x2) —Cóctel Molotov
La Observadora Stamina: 5 Sanidad: 7 Después de rellenar el generador con la gasolina y asegurarme de que el mismo estuviese encendido para cuando volviésemos a la noche, volví a la cabaña para encontrarme de nuevo con la niña y el muchacho. Ahora que solo quedábamos nosotros y que la situación era la que era, quizás no fuese tan buena idea volver a dividirnos, ¿cierto? No de buenas a primeras, al menos, pues no necesitábamos perder a más gente. Por otro lado, no tenía mucha idea de lo que podríamos hacer salvo seguir explorando. ¿Lograríamos salir de ahí en algún momento si solo dábamos vueltas? Claro que también estaba la opción de intentar hacer algo con lo que ya sabíamos. Fue con eso que recordé al perro que encontramos el otro día en el camino, aquel que decidimos ignorar por miedo a que nos atacase, y pensé que quizás podríamos conseguir algo si éramos nosotros los primeros que atacábamos. Entre la niña y yo no haríamos gran cosa, pero el rubio parecía tener más fuerza que nosotras y quizás entre los tres sí que podíamos hacer algo al respecto. Así que cuando los alcancé, les propuse dirigirnos hacia aquella zona que habíamos descubierto, dirigiéndonos hacia el perro en cuando llegamos al sitio. Contenido oculto Yáahl Gigi Blanche heyo~ sé que en teoría le tocaba a Pau postear, pero como no veía manera de que justificase que nos llevase aquí me tomé la libertad de hacerlo yo uwu Reual Nathan Onyrian venimos a pelear con el perro, si es que aun se puede (?) —Fósforos (x2) —Tabla con clavos (7/8) —Piedra brillante
El Indicador Stamina: 6 Sanidad: 3 Hice todo con tal naturalidad que cualquiera se creería que como mínimo no era la primera vez que llenaba una jeringa con alguna mierda de dudosa procedencia, pasaba que cocinar un embrión era una mierda digna de salidos y aún así allí estábamos. El asco no se me quitó, pero lo dicho, tampoco lo expresé abiertamente y solo seguí a lo mío. El comentario de la gatita me aflojó una risa baja, cosa de nada, y me encogí de hombros. La chica se fue a rellenar el generador y sentí la mirada de la niña encima, pude jurar que me repasaba con los ojos y asumí que la pobre criatura quería comprobar que estuviese de una pieza como parecía. Es decir, las lagunas mentales que tenían del pajarraco aquel eran suficiente para decirme que me había ido a la mierda pero bien, eso sin mencionar los rasguños en los brazos y las líneas rojizas que me discurrían por el costado del torso, bajo la ropa. Alcanzó mis ojos al final y le sostuve la mirada, si acaso suavicé apenas los gestos y no dije nada cuando volvió a retraerse. Como fuese cuando la otra regresó nos sugirió ir a una área específica del bosque, imaginé que alguna que habrían visitado el día anterior y pues no era que hubiese mayor cosa que hacer. Al llegar no me pasó desapercibido el animal y pesqué la idea un poco al vuelo. Es decir, era bastante obvio que representaba la fuerza bruta de ese grupo tan raro, así que un poco venía a hacer el trabajo sucio o por lo menos a comenzarlo. El bicho había que quitarlo de en medio al parecer y yo realmente no iba a cuestionar el asunto. Suspiré con cierta pesadez, balanceé la antorcha un poco para acostumbrarme al peso y a la idea de que iba a cerrar a hostias a... Bueno, eso. No me costó demasiado, si debíamos ser honestos, aunque sí era cierto que no me sentía del todo cómodo con la antorcha. Había que verme nada más, poniéndome melindroso con un puto pedazo de madera. >>Antorcha: Ataque normal al perro. Contenido oculto: Inventario -Antorcha (3/4) [Ataque normal: 2 puntos de Stamina]
Perro famélico [3/5] Mordisco: 2 puntos de Stamina El perro, que parecía en ese momento estar vagabundeando por allí, todavía conservando su premio semi devorado, se vio prontamente rodeado por los supervivientes. Gruñó, mostrando los dientes amarillos, restallando dentelladas hacia cualquiera que osara acercarse. Sus ojos lechosos se movían frenéticos de un objetivo a otro, y los pelos mugrientos y duros de su espalda se erizaron de manera amenazante. Sin embargo, había demasiados objetivos, y no pudo reaccionar a tiempo. Recibió el golpe de la antorcha, y si bien el impacto de la madera apenas lo notó, varias cenizas y brasas cayeron encima suyo, haciendo que soltara chillidos de dolor, mientras su escaso pelaje grasoso comenzaba a prenderse fuego. El olor hediondo a cadáver rostizado comenzó a inundar el ambiente, luego de que el animal se revolcara en el suelo, intentando frenar las llamas. Ciego ante el dolor, soltó un mordisco en dirección a su atacante. >> Mordisco: El Indicador
La Observadora Stamina: 2 Sanidad: 7 El muchacho no opuso realmente ninguna resistencia a la petición indirecta de encargarse del perro, o al menos de ser el primero en acercarse y servir un poco de carnada del mismo. Nada que hacerle, no solo sería más fácil con la fuerza que claramente él tenía en comparación a nosotras, también el número nos iba a dar muchas más ventaja contra el perro. Dicho y hecho, el chico se acercó con la antorcha en la mano y atacó al perro sin dudar demasiado, en lo que yo me aseguraba de que tanto la niña albina como yo misma estábamos a una distancia prudencial en caso de que el animal decidiese contraatacar. Tuve que apartar la mirada un par de segundos, porque si bien era algo amenazante, también me dio algo de pena ver su reacción a las chispas que parecieron saltarle encima por el golpe del rubio. Pero en aquel bosque éramos nosotros o ellos, y no se me ocurría otra situación para ser más egoísta que ahí. El animal sí que contraatacó, contra el chico claro, y aproveché el momento de distracción y su confusión por estar rodeado para levantar la tabla que había traído con nosotros y dejarla caer sobre su cuerpo con toda la fuerza que me fue posible. No era mucho, era plenamente consciente de ello, pero quizás fuese suficiente para no arriesgarnos demás. >>Tabla con clavos: ataque pesado al perro. Contenido oculto —Fósforos (x2) —Tabla con clavos (6/8) [Ataque normal: 1 punto de Stamina/Ataque pesado: 3 puntos de Stamina.] —Piedra brillante
Perro famélico [0/5] Mordisco: 2 puntos de Stamina El golpe, al parecer, fue mucho más fuerte de lo que la muchacha esperaba. El animal, obviamente debilitado por la comida podrida y la enfermedad que parecía estar invadiendo su cuerpo, se encontraba bastante débil. Con un último quejido penoso, salió despedido medio metro, y cayó al suelo, su costado totalmente aplastado y desgarrado por los clavos. Movió las patas una última vez, soltando gemidos de dolor, y su cabeza cayó finalmente a un costado, con la lengua afuera, rezumando espuma. La sangre que salía de sus heridas era espesa, y lentamente comenzó a teñir el pasto a su alrededor. Bueno, al parecer, habían logrado librarse de la amenaza. Y ahora, tenían dos cadáveres para revisar. El magro almuerzo del perro. Y el perro mismo.
Contenido oculto: porque siempre la roleo con CLANN de fondo y why not La Hija Stamina: 4 Sanidad: 6 Cuando la muchacha regresó de afuera, sugirió que podríamos volver a echar un vistazo en esa zona del bosque donde nos habíamos topado con el perro. Las imágenes parpadearon frente a mis ojos, pero sabía que era la mejor opción. Además ahora contábamos con la presencia del chico, quizá... quizá lográramos algo. No me gustaba la idea de acabar metidos en una pelea, menos con las criaturas tan extrañas de ese lugar, pero ¿qué otra opción teníamos? Tampoco me gustaba la idea de hacerle daño al animal. Lucía enfermo. Los seguí de cerca durante todo el camino, en silencio. Atendiendo a los sonidos del bosque. En cuanto alcanzamos el círculo de piedras advertí la silueta del perro, justo donde lo habíamos dejado la última vez. Como si nada hubiera cambiado. Permanecí a una distancia prudencial y el chico no dudó en atacarlo. Seguí la secuencia casi a cámara lenta, como una seguidilla de fotogramas. Los golpes me tensaron, el ruido seco de los impactos, los gruñidos del perro. Sus dientes amarillos, los ojos idos. No le quité la vista de encima, así me provocara rechazo, asco, miedo e incluso tristeza. Las chispas de la antorcha le quemaron la piel, sentí su dolor y me tensé aún más, conteniendo el aire. Sentí su dolor. Los chillidos me perforaron los oídos y vi cómo la chica era quien ahora arremetía. El perro le había lanzado un mordisco al muchacho y no notó el segundo ataque que le cayó encima. Otro golpe, otro ruido seco, el corazón me retumbó en el pecho y volví a respirar cuando todo acabó. Cuando el silencio regresó. Muerto. Me tomó un par de segundos moverme, hasta que mis piernas obedecieron y avancé con cautela en dirección al animal. Seguía sin poder quitarle la vista de encima, así fuera una imagen espantosa. Pasé saliva, y me corrí la mata albina tras una oreja con movimientos algo torpes. Todo su costado se había hundido, aún olía horrible y de su boca rezumaba espuma. Sentí un reflejo extraño en el estómago, como si se hubiera contraído dispuesto a regresar algo, pero nada ocurrió. Deslicé los pies descalzos sobre la hierba, hasta detenerme frente al animal y acuclillarme. Lo miré, lo miré y lo seguí mirando, y acerqué la mano. Antes de tocarlo, sin embargo, extendí la palma, la suspendí en el aire y parpadeé. No sé qué brotó de mis labios, fue una serie de murmullos inentendibles, apenas audibles, que cesaron a los pocos segundos. De cierta forma, sentía que había hecho lo correcto. Contenido oculto Inspecciono al perro feo, obvi Inventario: —Fósforos (x2) —Cóctel Molotov
La Hija se arrodilló junto al cadáver del perro, contemplando la primera muerte que habían provocado desde que habían entrado al bosque. La sensación era extraña, e iba a depender de cada uno lo que esto pudiera significar. Sin embargo, la realidad es que se encontraba ahora frente al cuerpo de un animal muerto, y tal vez, lo mejor sería aprovecharlo. Pero, ¿qué otra cosa se podría aprovechar de él, si no fuera su carne? Contenido oculto Obtienen carne, si desean tomarla, obviamente.
El Indicador Stamina: 4 Sanidad: 3 Este perro no se llevaba ningún premio a la ternura o la belleza, el pobre pedazo de mierda más bien ni se entendía cómo estaba vivo en semejante estado, pero en ese bosque la verdad es que parecía que el orden natural era que todo lo podrido siguiera viviendo como si nada. Al pobre desgraciado no le dejamos mucha opción, entre tres objetivos no pudo elegir uno a tiempo y fue ahí cuando le dejé ir el golpe con la antorcha. Más que el golpe en sí, fue el rescoldo de fuego el que le hizo daño y entonces sí que pudo elegir un objetivo luego de revolcarse en el suelo, en un intento por apagar el pelo quemado. Estaba todavía demasiado cerca, así que cuando soltó el mordisco me alcanzó la pantorrilla, me soltó porque la otra chica le dejó ir tal hostia que fue a dar medio metro más allá. Maldije por lo bajo, con los gemidos de dolor del perro haciéndome eco en la cabeza y me revisé la mordida de la pantorrilla por encima del pantalón un poco a las prisas. Lo que sea que había movido a la niña albina a acercarse al perro muerto era claro que no me movía a mí, lo miró y lo miró, hizo a tocarlo, y luego unos murmullos incomprensibles salieron de sus labios. La dejé ser, ni modo, ¿qué iba a decirle? ¿Qué no hiciera lo que le nacía? Además entendía que acabábamos de matar un animal y para algunos la cosa no era muy sencilla de procesar. ¿Qué mierda pasaba conmigo? El bicho ya estaba más del otro lado que de este, así de fácil. Era un montón de carne podrida andante, no tenía mucho que hacer en la vida ya, más que comer carne en el mismo estado hasta morirse, porque se veía que tampoco era carroñero de cepa. La carne descompuesta lo había debilitado. Las piezas inútiles de los espacios no se rescataban, ¿o sí? Se eliminaban y reemplazaban. Caminé hasta el cadáver que había estado comiendo el perro, sin mayor opción, y me acuclillé para revisarlo. Ni idea de para qué serviría hacerlo, pero bueno, ya iba siendo costumbre esculcar cosas en ese bosque, así fuese gente y bicharracos muertos. Contenido oculto: Inventario -Antorcha
El cadáver semi consumido de aquel pobre desdichado parecía no tener muchas cosas encima suyo. Su ropa estaba completamente desgarrada, y las partes más carnosas habían sido devoradas; marcas de colmillos como único testimonio. Sin embargo, había algo inquietante allí. Esas marcas denotaban una mandíbula mucho más grandes que las del perro que acababan de matar. ¿Qué habría acabado con la vida de ese pobre sujeto? Tal vez eran preocupaciones que dejar para después. Por ahora, el registro del cuerpo resultó bastante productivo. Entre las pocas pertenencias que le quedaban al sujeto, El Indicador pudo hallar un cuchillo, cinco clavos, y un cargador de pequeño calibre. ¿Qué hacía esa persona con tan variada selección? Contenido oculto La guía de objetos fue actualizada.
El Indicador Stamina: 4 Sanidad: 3 El pobre desgraciado este no llevaba mucha cosa encima, aunque bueno, ¿qué iba a esperar uno de un montón de carne medio podrida de por sí? La ropa desgarrada, las partes más carnosas ya masticadas y aún así saltaba a la vista que no había sido un único set de dientes el que había estado allí haciendo de las suyas. Algo había matado a este cabrón, algo bastante más grande que el pobre perro moribundo que habíamos matado a hostias y quizás deberíamos preocuparnos al respecto. Como fuese, aunque el cadáver no tenía muchas cosas encima las que cargaba eran bastante productivas, mucho más de lo que habría estimado en un principio. Los clavos me eran bastante indiferentes, las joyas entre la carne a medio comer eran el cargador y jodido cuchillo. Dejé el primero a un lado, junto a los clavos, y alcé el cuchillo parar repasarlo con la vista una y otra vez. La luz le arrancó un destello al metal, suficiente para hacer palpitar el montón de áreas negras que tenía en la memoria y no lograba alcanzar. Lo sujeté con tal naturalidad que entendí que tenía grabadas esas mierdas en algún lado de la mente, que todo lo que quedaba era algo así como la memoria muscular y automatizada. No lo controlé, es más, ni me di cuenta, pero la sola visión del arma había conseguido arrancarme una sonrisa que me descubrió los dientes. Fue una sonrisa de mierda, para qué mentirnos, y la mantuve incluso cuando me incorporé balanceando el cuchillo en la mano izquierda, la que tenía el ave tatuada. Indicador. —Parece que nuestro amiguito aquí nos sirvió bastante a pesar de estar bien muerto —comenté al aire, se me coló cierta diversión en la voz y todo. Contenido oculto: Cosas some relleno completamente necesario (? Armas: 1. Cuchillo (10/10) [Ataque normal: 1 punto de Stamina/Ataque pesado: 2 puntos de Stamina] 2. Antorcha (3/4) [Ataque normal: 2 puntos de Stamina] Recursos: - Cargador de pequeño calibre. - Clavos (x5)
La Observadora Stamina: 2 Sanidad: 7 No habría esperado en absoluto que el golpe fuese tan fuerte como para lanzar al pobre perro tan lejos de nuestra posición, pero parecía que había subestimado bastante mi fuerza. También fue lo suficientemente fuerte como para hacer que muriese y, sinceramente, viendo el aspecto que había tenido hasta el momento... quizás hasta le habíamos hecho un favor con aquello. Sea como fuere, la niña se acercó al animal para... no supe muy bien para qué, pero lo que sea que fuese parecía que lo necesitaba hacer así que simplemente la dejé hacer. No era como que el animal se fuese a volver a levantar, ¿cierto? El chico, por otro lado, se acercó al cadáver que el animal se estaba comiendo y miré con cierta expectación el cuchillo que parecía haber encontrado. ¿Cómo había acabado muriendo si tenía un arma de ese estilo consigo? —Y es una suerte que parezca que se te de bien manejar ese tipo de armas —comenté, un poco porque sí. De todas formas, parecía que habíamos acabado con lo que habíamos ido a hacer ahí así que... ¿quizás podríamos seguir el camino por el lado que no tomamos la otra vez? Parecía una opción razonable, ¿cierto? Así que se lo comenté a ambos y, así, nos dirigimos hacia el noroeste. Contenido oculto —Fósforos (x2) —Tabla con clavos (6/8) [Ataque normal: 1 punto de Stamina/Ataque pesado: 3 puntos de Stamina.] —Piedra brillante
