Como desgarra el pecho el blandir un puñal con la mano acalambrada sin querer, o sin poder soltarle. Sólo sé defenderme con filos deformes las palabras me quedan grandes, como grandes también los zapatos, y esta piel de niño hombre Mi alma me susurra y me aconseja mi mente se niega y se impone yo sólo observo, implorando que gane el más sensato, pero esa es la más grande insensatez. Negarse para crecer es sabiduría y es lo único que me dista de mi absoluta tranquilidad. Inconscientemente lo quiero todo inconscientemente quiero nada tenerlo me lesiona y me carcome no tenerlo me asfixia y me apura. Imploro perdones mientras acribillo almas puras.
Que difícil poder definirse, cuando no se sabe que camino tomar o que es mejor elegir, esa es la sensación que me dio, como una batalla interna entre el corazón y la mente por ejemplo. Saludos