One-shot de Naruto - Más allá de un tiramisú (Shisui&Kaien)

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Lady Stanley, 25 Febrero 2021.

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    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

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    12 Enero 2008
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    Escritora
    Título:
    Más allá de un tiramisú (Shisui&Kaien)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    6433
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    Desclaimer: Los personajes de Naruto, pertenecen únicamente a Masashi Kishimoto. Sin embargo, la trama y personajes OC que aparezcan en el relato son de mi autoría, de Sarai Castillo y Kurama Seiren.

    Aclaración: No intentes entender de qué va TODA la trama del OS ya que estos personajes e historia, tienen una larga trayectoria para llegar a dónde están.

    Éste One-shot participa en la Actividad del foro de San Valentín: Dulce de San Valentín de washimi

    =Más allá de un tiramisú=
    Shisui Uchiha & Kaien Uchiha
    Inspirado y ambientado en The Secret of Uchiha’s.


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    ¿No se suponía que Shisui debería estar más que contento de haberse salido por fin con la suya? Su rostro era todo un enigma, como buen Uchiha no demostraba sus emociones. Pero a ellas no podía engañarlas, después de todo, era su hermano y aunque tomaba una taza de café mientras leía seguramente el diario en su iPad desinteresadamente, sus ojos eran toda una tormenta.

    Aoi miró a Megumi y ella hizo lo mismo, se encogieron de hombros e incluso vieron que a Shion le valía prácticamente el sentir de su hermano. Había regresado a casa después de algunos días en Estados Unidos y se le veía taciturno, él no era así e incluso su madre había comenzado a preocuparse.

    Estaban seguras de que algo lo atormentaba y tan hermético, jamás les contaría nada. Asomaron su cabeza por la puerta como dos cotillas.

    Eso llamaba la atención a las dos Uchiha. Shisui estaba comprometido por fin con Kaien y no se veía nada feliz.

    —Seguramente esa harpía le hizo algo—se quejó la menor de las dos, mirando afiladamente el lugar dónde su hermano las ignoraba—. ¿Por qué justamente tenía que casarse con ella?

    —Porque así lo decidieron los ancianos del Clan—contestó Aoi con cierta amargura—. Aunque esa sea la prometida de mi hermano, no permitiré que…

    Sus palabras fueron interrumpidas cuando el móvil del moreno comenzó a sonar.

    Shisui se levantó de su asiento y atendió—. Jossaine, primor. ¿Cómo estás? Claro por supuesto que sí, estaría más que encantado…

    Ambas morenas dejaron de espiar a su hermano y en el pasillo se miraron con los ojos entrecerrados. Así que de todo eso se trataba… había regresado esa convenenciera a la vida del mayor y estaban más que seguras que ella tenía que ver con el comportamiento extraño de este.

    —A mamá no le va a hacer nada de gracia que Shisui ande en sus andadas otra vez con esa… tipa.

    Aoi asintió ante las agrias palabras de su hermana menor—. Quizás me voy a arrepentir de lo que digo y por mí que me cortaran la lengua por lo que voy a decir—bufó fastidiada y al mismo tiempo rodaba los ojos, estaba de brazos cruzados—. Prefiero mil veces a la odiosa de Kaien en vez de la hipócrita de Jossaine. Seguramente se enteró de que nuestro hermano se va a casar y ha regresado a intentar sacarle más dinero.

    Ambas suspiraron con molestia y las palabras de Shisui fueron confusas, ya no entendieron que tanto platicaba el Uchiha con esa loca.

    —Creo que se me ha ocurrido algo—dijo Megumi con una sonrisa maliciosa que llamó la atención de Aoi—. Este será nuestro secreto. No podemos contar con Shion en esta ocasión, así que creo que esto será una buena opción. ¿Vale? —preguntó con cierto misterio, su voz casi en susurro mientras miraba a su hermana.

    —¿Qué estás planeando?


    Megumi tomó el brazo de la Uchiha mayor y la arrastró lejos de oídos chismosos pues por allí pasaba una mucama que limpiaba rutinariamente algunos floreros y cuadros.

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    Había sido bastante simple, solo algunas llamadas que hicieron les ayudaron a conseguir su cometido.

    —Una habitación para dos personas, la mejor que tenga—dijo Aoi mientras miraba traviesa a su hermana quien se encargaba de otras cosas—. Si claro… la habitación queda a nombre de Shisui y Kaien Uchiha, sí… por favor.

    Megumi miró a su hermana y ella sonrió divertida ante todo lo que estaban haciendo, regresó su atención a la llamada que realizaba—. Sí mire, voy a necesitar que lleven una botella de champan de la mejor calidad a la dirección que le voy a dar, también necesito que lleven chocolate líquido y algunas fresas.

    —¿Estoy llamando a la pastelería del señor Kimura? —preguntó la Uchiha mayor y sonrió complacida al recibir una respuesta positiva—. Voy a requerir un pedido especial, quiero un tiramisú perfectamente ataviado y si es posible que tenga un pequeño toque de licor.

    Varias llamadas más y al finalizar, se dejaron caer satisfechas sobre la gran cama de Megumi.

    Al mirarse, ambas hermanas comenzaron a reír por la travesura que habían organizado, pero si era por el bien de su hermano, nada tenía precio. Todo con tal de quitarle a esa araña de encima… ¡Qué araña! ¡Esa viuda negra!

    —Quizás Shisui después nos mate—dijo Megumi divertida—. Pero para ese entonces, nosotras ya habremos hecho papilla a esa tipa.

    —Bien dicho—dijo Aoi mientras se sentaba sobre la cama—. Ahora lo más importante.

    —Citar a…

    —Los prometidos…

    —En el mismo lugar y…

    —Misma hora y de paso…

    —Fastidiar a esa perdedora—la mirada de ambas se hizo maliciosa y afilada, disfrutaban mucho de hacer rabiar a sus adoradas primitas, pero había alguien más odioso que ellas y esa era la famosa Jossaine. Así que como dignas hijas de Kagami Uchiha terminaron de trazar su plan a la perfección.

    —Y ahora nosotras—dijo Megumi presumidamente—. Estas bellezas tienen que estar listas para ver que todo salga al pie de la letra.

    Aoi asintió y cuando Shion entró a la habitación, las miró extrañada y entrecerró los ojos al ver que sus hermanas tramaban algo, estaba segura que no era algo bueno, y aunque se sintió algo ofendida por no estar incluida en sus travesuras, no dijo ni preguntó nada.

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    Kaien miraba desinteresadamente su red social, no había nada interesante y todo le daba prácticamente lo mismo. Algunos amigos de su antigua universidad le habían escrito con el motivo de su compromiso con Shisui y otros no cabían que ella estuviera comprometida. Nada nuevo e incluso tampoco le sorprendía que los perfiles de sus hermanas llevaran meses sin una publicación o fotografía.

    Todo eso era normal después de todo lo que había pasado.

    Lo qué si había notado, eran las recientes fotografías de los Crüe y sonrió con un deje de tristeza después de lo que Mick le había contado.

    Suspiró y harta de no tener nada que hacer, cerró su laptop y se dejó caer sobre su cama, llevando su brazo a la altura de sus ojos para intentar dormitar un momento. Estaba aburrida y decaída, su viaje a Estados Unidos había resultado un completo fiasco, todo había sido en valde pues Naruto no quería saber absolutamente nada de ella.

    Ante sus deprimentes pensamientos el sopor la estaba invadiendo, llevándola a casi dormir.

    Hasta que su puerta sonó.

    Sin retirar el brazo de sus ojos habló—. Adelante.

    La puerta se abrió y sin saber de quien se trataba, esperó a que hablaran—. Niña Kaien—dijo la nana e inmediatamente con pereza la mencionada retiró el brazo para poder ver a la vieja mujer—. Han traído esto para usted hace un momento—continuó mientras se acercaba a la joven.

    —¿Qué es? —preguntó curiosa al ver la pequeña carta que su nana le entregaba—. ¿Tiene remitente?

    La mujer negó—. Un mensajero lo ha traído.

    —Gracias—dijo esta tras apretar un momento los labios, examinó con cuidado la carta y no había un nombre—. La leeré en un rato.

    La mujer se retiró tras una pequeña reverencia, dejándola una vez más en silencio en esa habitación que solía compartir con su cuata, suspiró pues últimamente Negumi se la pasaba más tiempo con Sasuke y Reyka con Itachi, y ella… estaba sola.

    Sin tener nada más que hacer, abrió el sobre y vio en una letra impresa a computadora lo que decía:

    Kaien:

    Sé que estos últimos días no hemos estado del todo bien, si hice algo que te molestara o te hiriera, quiero pedirte una disculpa y quiero que hablemos en un lugar más privado.

    Te espero esta noche en el Hotel Le’Ritz, en punto de las ocho de la noche.

    Te quiere…

    Shisui U.

    La morena levantó una ceja sin poder creer lo que había leído. Shisui le había dejado muy en claro que lo de ellos era mero compromiso y en Manhattan se lo había dejado bien claro, pero algo dentro de ella hormigueaba, ella tenía unas cuantas verdades que decirle. Todavía estaba el hecho de que esa tal Jossaine había llegado sorpresivamente a la vida del Uchiha y este la había hecho a un lado cuando la otra apareció.

    No iba a mentir, le había dolido y la había ofendido con una mujer tan resbalosa a simple vista.

    —Por supuesto que voy a ir, queridito—dijo llena de orgullo y mofa, se levantó de la cama y olvidó la pequeña depresión que la venía acompañando desde hacía algunos días.

    Se metió a la ducha e incluso pensó en lo que Shisui querría decirle, sentía curiosidad pues este le había dicho que en cuanto regresaran a Japón comenzaría con los trámites correspondientes para anular su matrimonio una vez que se hiciera por la vía legal. Le sabían amargas las palabras del Uchiha pues había decidido demostrarle que las cosas habían cambiado.

    Pero ahora estaba esa mujer de por medio… de precioso y estilizado cuerpo, cabello azabache y sus profundos ojos azules. Y sobre todo… sus finos modales, realmente la detestaba, aunque no dijera absolutamente nada, debía aparentar que no le importaba. Y odiaba que Shisui se viera hechizado por su manera tan impecable de dirigirse.

    —Tan diferente a mí—por primera vez, se sintió demasiado ordinaria ante la imponente mujer y se entristeció un poco—. A lo mejor y Shisui si la ama de verdad… y yo solo estoy estorbando—suspiró mientras el agua caía en su cabeza, pero luego recordó con molestia las sonrisas burlonas que su prometido le había dado.

    Y una llama se encendió en el centro de su pecho. ¡Ah no, eso sí que no! ¡Nadie humillaba a Kaien Uchiha! Ni siquiera su futuro esposo, no se lo había permitido ni a su padre, mucho menos lo haría con Shisui. Así que una vez más llena de orgullo terminó de asearse y dirigirse a buscar algo adecuado que usar.

    Shisui iba a escucharla, claro que lo haría y lo obligaría a terminar con ese juego absurdo en el que intentaba involucrarla y lastimarla.

    Se vistió con un exquisito vestido largo de noche en color negro, sin hombros y con un elegante escote en forma de V, colocó una gargantilla de oro en su cuello y un par de pendientes del mismo metal. Se perfumó con una fragancia exclusiva y maquilló discretamente, dejó su cabello suelto cayendo con algunas ondulaciones sobre su lechoso hombro. Y al final buscó un tapado de peluche blanco que hizo excelente juego con su atuendo y la bendita esclava que Shisui le había puesto el día de su compromiso.

    —Ahora sí vas a conocer quién es Kaien Uchiha—dijo decidida y tras echarse una mirada más al espejo, salió de la habitación.

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    Shisui había recibido una nota muy parecida. Era una pequeña disculpa por parte de Kaien y se había sorprendido pues nunca imaginó que la morena fuera a ceder de esa manera. Había una invitación para el Le’Ritz esa misma noche y se sintió comprometido. Luego miró su iPad con cierta culpabilidad pues había invitado a cenar a Jossaine.

    Algo en su interior se removió inquieto ante la invitación de su preciosa prometida. Quería saber de qué se trataba y a la vez no, pues la hija de Madara le había dejado bien en claro que sus sentimientos no eran los mismos, seguía amando al tarado ese de Naruto Uzumaki y él ya estaba cansado de intentar hacerla ver la realidad. Él la amaba profundamente, pero no podía seguir permitiendo que ella hiciera lo que quisiera con sus sentimientos.

    Por un momento consideró en no ir, Kaien Uchiha podría pudrirse y quedarse esperándolo, porque él prefería pasarla bien con una mujer que si lo quería. E incluso, podría sentirse con la desfachatez de incumplir con las normas del Clan… solo tal vez. Era un tonto por todavía albergar sentimientos tan profundos por ella, aunque quería engañarse, se alistaba para un breve encuentro y después cumpliría con su compromiso con Jossaine.

    —¿A dónde vas a ir, onni-san? —se sobresaltó cuando a sus espaldas escuchó la voz de Aoi.

    —No es algo que sea de tu incumbencia—soltó con seriedad, no necesitó voltear para ver a su hermana sonreír a través del espejo.

    —Bueno, tienes razón no es de mi incumbencia—contestó divertida—. ¿Irás con la tonta de Kaien, cierto? —sonrió malévola y Shisui rodó los ojos, pues sus hermanas se la pasaban molestándolo con la chica—. Espero que esa harpía no te haga pasar un papelón. ¿A dónde irán? —preguntó con ese tono, aunque el Uchiha ignoraba que ese teatrito que Aoi estaba armando era para averiguar qué había pasado con Jossaine.

    —En realidad voy a cenar con Jossaine. ¿La recuerdas?

    Aoi asintió sin quitar esa sonrisa—. Por supuesto, es tu ex novia. Como olvidarla…

    —Bueno pues ella y yo iremos a cenar a ese restaurante francés que tanto me gusta.

    —Ah… ya sé a cuál—dijo la chica sin tanto interés—aparentemente— mientras entraba a la habitación del mayor—. Vamos no seas tan formal—dijo mientras le sacaba la corbata con cuidado e incluso se atrevía a abrir dos botones de su camisa, dejando ver el pecho blanquecino del moreno—. Te ves mejor así y… si te soy honesta, ella me cae muy bien, incluso mejor que la tarada de tú prometida.

    Shisui sonrió levemente y acarició la coronilla de Aoi con cariño—. Gracias nee…

    Tras decir aquello, Aoi sonrió triunfal pues el Uchiha jamás sospechó de su magistral actuación. Pues para todos los Uchiha, de ambas ramas, sabían que ellas y las hijas de Madara, se odiaban a muerte. Y por eso, supo que su hermano no encontró nada raro en las palabras que le había dicho, pero todo había sido para saber en dónde iba a estar la odiosa esa de Jossaine esa noche.

    —Nos vemos, no se desvelen mucho—dijo Shisui—. Nuestros padres seguramente llegarán tarde, están en casa del tío Madara.

    —Entendido—contestó la muchacha y vio a Shisui sacar una chaqueta de cuero de su closet y luego abandonar su blanca habitación.

    Cuando escuchó sus pasos lejos, salió apresuradamente para comunicarle a Megumi dónde estaría Jossaine. Y de paso, ellas debían verse cuales reinas.

    Oh sí… la noche iba a ser muy entretenida.

    Cuando regresó a su habitación, Megumi estaba esperándola impacientemente, saltando en la cama como una niña pequeña—. ¿Y bien? ¿Lo conseguiste?

    —Por supuesto—sonrió triunfal viendo como su hermana saltaba al piso para darle alcance—. Van a estar en el restaurante francés favorito de papá.

    —Es perfecto—dijo la menor y ambas comenzaron a reír con ese toque perverso que las caracterizaba—. Creo que es buena idea llegar bien engalanadas y con algunas joyas exclusivas de la colección de mamá. ¿No lo crees? —incitó Megumi a la mayor mientras reían.

    —Andando, no tenemos tiempo que perder.

    —Qué triste va a ser que Shisui nunca llegué a esa cena tan… romántica.

    —Pobre…

    Volvieron a reír con sorna mientras comenzaban a arreglarse para salir, ignorando que eran espiadas por Shion.

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    La recepcionista le entregó la tarjeta de la suite y sonrió agradecida. Su mirada se dirigió al bar de la recepción e instintivamente buscó al moreno con la mirada, por un momento un pequeño ataque de pánico la invadió y estaba dispuesta a regresar por dónde llegó. Además, le había pedido a Josafat que la esperara afuera con la limosina encendida. Podía dejar plantado a Shisui y tendría que importarle poco.

    Pero cuando se dio cuenta ya estaba mirando por el cristal del ascensor panorámico que subía piso a piso. Tragó pesado y sintió un vuelco en el vientre cuando llegó, salió con ese toque de elegancia característico de los Uchiha y respiró hondo, se detuvo cuando estuvo a punto de tocar recordando que ella tenía una llave. No sabía si Shisui ya se encontraba dentro.

    Colocó la tarjeta en el sensor y la puerta se abrió, ingresó al interior de esa habitación de hotel y sus ojos se abrieron con sorpresa al ver toda la decoración del lugar. Al centro de la habitación se encontraba una amplia cama circular con esponjosos cojines blancos, el piso estaba tapizado en pétalos de rosa y los alfeizares de la ventana tenían velas con un aroma relajante. Al lado derecho de la cama, había una hielera sudada por lo fría que se encontraba y una botella de champan. Luego miró la pantalla plana empotrada contra la pared dónde se visualizaba un vídeo enmudecido de ella tocando en el Fest de Londres.

    ¿Qué estaba planeando Shisui? Debía averiguarlo.

    Dejó sobre el sofá su bolso.

    Pues todavía estaba examinando la habitación, también pudo ver una pequeña fuente de chocolate y algunas fresas dispuestas a ser bañadas por el cacao líquido. Un par de copas y sus ojos prestaron mayor atención al enorme pastel de tiramisú que estaba finamente cortado en ocho porciones.

    —Esto es absurdo—dijo con cierto fastidio en su voz—. Ese idiota seguramente quiso jugarme una broma—dolida respiró, pues estaba ella sola en esa habitación y no había ningún rastro de Shisui por ninguna parte.

    Seguramente al muy desgraciado se le había hecho gracioso engañarla con algo así.

    Pienso exactamente lo mismo, mi amor—Kaien casi gritó cuando escuchó la rasposa voz de Shisui en su oído. No lo había sentido y ahora estaba congelada en su lugar. Sintiendo como todos los vellos de su cuerpo se le erizaban al tener tan cerca al hombre detrás suyo.

    —¿A qué estás jugando? —preguntó la chica intentando ser indiferente, aunque por dentro temblaba.

    —Eso mismo debería preguntarte—dijo el Uchiha alejándose completamente de ella. Estaba tan turbado por la imagen de Kaien.

    Se veía preciosa y peligrosamente sexy, le había encantado ver ese tapado de peluche sobre su espalda y su negro cabello cayendo grácilmente a un lado permitiéndole ver su delgado cuello. Sonrió cuando la vio despotricando contra su persona y no pudo evitar acecharla de esa manera.

    Cuando la vio allí, algo dentro de él se calmó pues tenía la incertidumbre de que fuera una broma pesada por parte de ella. Cuando llegó a la recepción la mujer le había dicho que su pareja ya estaba arriba y él no dudó ni un momento en darle alcance. Al principio estaba enojado y tenía todas las intenciones de reclamarle a la Uchiha el motivo de su falsa nota de disculpas, pero en cuanto la miró, todo quedó olvidado en alguna parte.

    —¿De qué se trata tú jueguito? —preguntó la Uchiha a la defensiva, agradeciendo que Shisui se había alejado de ella, estaba tan perturbada y necesitaba tranquilizarse—. ¿Por qué me has mandado una carta? ¿No estarías más a gusto con Jossaine?

    Shisui sonrió divertido, Kaien estaba celosa y le encantaba—. No tengo por qué darte explicaciones y también quiero saber a qué estás jugando tú. ¿Qué significa esta tonta cartita de disculpas? —sacó de su chaqueta la carta que había recibido al medio día.

    —Yo no te mandé absolutamente nada, idiota—dijo ella ofendida, viendo que la tipografía de la carta era exactamente igual a la que ella había recibido.

    —Claro y yo me chupo el dedo…

    —¡Vete al demonio! —exclamó exasperada, odiaba cuando Shisui se comportaba así—. ¡Lárgate con la tipa esa!

    —Estás celosa—dijo divertido y su mirada captó la botella de champán. Se deslizó como un felino por la habitación y rozando a Kaien con toda intención de sacarla de sus cabales. Aunque debía apresurarse pues lo esperaban en otro lado, su brazo se estiró hasta la botella y la abrió con facilidad.

    Kaien miró todo con el ceño fruncido, viendo como el corcho salía volando y tuvo que esquivarlo—. ¡Eres un imbécil! ¡Casi me golpeas!

    Shisui nunca dejó de sonreír—. Fue un pequeño accidente. ¿Gustas? —ofreció la copa que había llenado.

    La Uchiha no contestó, pero casi le arrebató la bebida y él solo pudo divertirse por lo que pasaba.

    —¿Qué es lo que quieres, Shisui? —soltó la morena indignada—. Yo no te he citado aquí, fuiste tú y allí en la nota decía que querías arreglar las cosas… entonces te escucho—bebió un pequeño sorbo de champán y con pasos elegantes se dirigió al perchero, sacándose el tapado de peluche.

    —No volveré a repetírtelo—dijo este con diversión, le encantaba ver enojada a Kaien—. Tú fuiste la que me citó aquí para pedirme disculpas… aunque pudiste haberlo hecho en un lugar… más público—recorrió con la mirada la habitación—. Pudiste habérmelo dicho preciosa, que querías un último encuentro.

    —¡Yo no quiero nada!

    —Vamos, vamos, estoy bromeando—sonrió al ver como la Uchiha estaba por estallar. Supo que en cualquier momento ella se le iría a los golpes y no estaba de humor como para tolerarla, aunque sus ojos en repetidas ocasiones viajaron a sus rosados labios y ese sugerente escote—. Hablemos si es lo que quieres… tomemos asiento—se sentó y con su mano libre dio pequeños golpecitos a la cama.

    Kaien estaba enojada y desconfiaba de todo lo que Shisui pudiera hacer o decir. Entrecerró los ojos y lo miró con advertencia, alejada de él tomó asiento al otro lado de la circunferencia del colchón.

    —¿Qué es lo que quieres, Shisui? ¿No dejaste bien claro que cuando nos casemos por el civil, inmediatamente empezarás el proceso de divorcio? —preguntó todavía enojada—. En vez de estar aquí hablando conmigo deberías estar con esa chica…

    —Si, no he quitado el dedo del renglón—contestó con diversión, aunque le dolió la indiferencia con la que Kaien le habló—. Por supuesto que cuando firmemos esa acta de matrimonio en el juzgado, al día siguiente, inmediatamente comenzaré con el trámite para separarnos y así tú puedas regresar al lado de tu adorado ex profesor y yo pueda estar con Jossaine.

    El corazón de Kaien se apretujó en su interior y sintió desazón horrible. Así que Shisui en verdad quería separarse, no tuvo más remedio que asentir.

    —Entonces no tiene sentido que estemos aquí—dijo ella con frialdad, ocultando todo sentimiento—. Yo debo regresar a casa—se levantó de la cama y se acercó a la pequeña mesita a dejar la copa de champan a medio beber donde reposaba el exquisito tiramisú.

    No supo en qué momento, Shisui se había levantado y la había girado bruscamente para encararla. Sus miradas colisionaron como rayos, ambos estaban heridos por la indiferencia del otro y había coraje también. El moreno apretó un poco los brazos desnudos de Kaien sin llegar a lastimarla, quería gritarle que la amaba y que no había ninguna mujer que pudiera compararse, pero ella era tan terca y ciega que no se daba cuenta de que lo estaba destrozando. En ese momento quiso dejarla allí y largarse a dónde Jossaine seguramente ya lo estaba esperando.

    Pero no… una vez más su tonto corazón lo mantenía allí.

    Ella quería irse, en cualquier momento lloraría por lo que el Uchiha le había dicho. Estaba segura que solo era cierta molestia porque Shisui estaba con otra, quería negar que realmente le dolía que él fuera a dejarla por esa preciosa mujer.

    Apretó la mandíbula con coraje—. Suéltame…

    —No lo haré…

    —Es enserio o gritaré—tragó pesado al ver que este no aflojaba ni un poco su agarre. Tembló al sentir en su nariz el penetrante aroma de su loción—. Es enserio… quiero irme o si no voy a…

    El primogénito de Kagami no la dejó seguirse quejando, había aplastado furiosamente sus labios contra los de ella en un beso tan necesitado. Kaien no se resistió al beso aunque lo sentía tan abrazador, pues él mordía sus labios con fuerza y llegaba a doler, e incluso estuvo segura que en algún momento sus lenguas se mezclaron con un poco de sangre. Correspondió ese beso tan asfixiante mientras sus manos se aferraron con necesidad al cuello masculino.

    Era un beso tan salvaje que los hizo vibrar, sabía a champan.

    Shisui estaba tan embriagado con la voracidad de Kaien al besarlo, y él estaba empecinado en demostrarle cuanto la amaba. Su mente se había puesto en blanco justo en el momento en que sus manos apretaban el trasero de la morena e incluso gruñó al sentir sobre sus pantalones las manos fogosas de ella sobre su dureza.

    Kaien arañaba como gato, sacándole al Uchiha de un tirón la chaqueta de cuero e incluso casi arrancaba los botones de la camisa al desesperarse de no poder hacer contacto con la piel masculina. Ardía en necesidad y deseo de sentirlo.

    —Vamos, hazlo, hazme tuya—exigió invadida por el deseo—. Aunque sea una última vez, te necesito.

    —También te necesito—dijo este enceguecido por la pasión que sentía. Apretó la mandíbula cuando sintió la húmeda y caliente lengua de Kaien asaltar su cuello, cerró los ojos un momento y ahogó un gemido mientras él seguía amasando esos glúteos fenomenales.

    Estaba demasiado desesperado y sentía como su miembro viril dolía al estar tan apretado. Era tan tortuoso como ella lo tocaba por encima de la ropa provocando solo más dolor. Varias descargas eléctricas lo recorrían y casi quiso abalanzarse sobre ella cuando sintió su aterciopelada mano encima de su caliente pene.

    La Uchiha no dudó ni un segundo en hincarse para poder succionarlo, echó la cabeza hacia atrás cuando sintió su miembro dentro de la boca femenina. Gruñó y suspiró mientras su mano acariciaba el cabello de la chica.

    —Maldición Kaien—dijo, su vista estaba nublada por las magníficas sensaciones que le provocaba esa mujer. Todo era tan erótico y pasional…

    Kaien lamió con sensualidad el duro miembro y lo llevó hasta el fondo de su garganta, sintiendo un tirón en su interior al haber tocado con este su úvula. Lo volvió a sacar totalmente empapado y un pequeño hilillo de saliva lo acompaño mientras lo sostenía con su mano, comenzando un vaivén rápido. Sonrió victoriosa al ver que Shisui temblaba por las sensaciones que le provocaba. Tuvo que sentarse para poder soportar.

    —Ven aquí—dijo este demandante, levantó a Kaien del piso y la besó con hambre. Demandado que el beso fuera más profundo mientras sus lenguas se tocaban, él intentaba sacarle ese vestido de un tirón.

    Kaien sin dejar de besarlo se subió a sus piernas desnudas, ignorando el pantalón atorado con los pies gracias a los zapatos, rozando a propósito su trasero con el endurecido miembro. Se acomodó sobre sus caderas simulando el movimiento de penetración.

    Ahogó un pequeño grito cuando Shisui bajó el vestido de un tirón hasta su abdomen, liberando sus pechos junto con un pequeño rebote. Sus mejillas se colorearon un poco cuando él observó ambos senos con los pezones endurecidos por la excitación que sentía. Gimió cuando él se lanzó a uno de sus botones rosados, cerró sus ojos al sentirse afianzada por la cadera por uno de sus brazos fuertemente, apegándola más a su cuerpo.

    Todo era tan erótico y dulce, a su nariz llegaba el aroma del tiramisú.

    Sin dejar de moverse, Kaien fue subiendo su falda hasta que quedó por encima de su cadera, permitiéndole ver al Uchiha que utilizaba solo una pequeña tanga.

    Ya estaba demasiado húmeda, su cuerpo vibraba por sentir al Uchiha en su interior.

    —Espera—dijo él, dejando de atender sus senos, la detuvo y ella le miró con frustración.

    Sin permitirle hablar, ambos se pusieron de pie y volvieron a besarse. Pero esta ocasión regresaron a la cama con Kaien abajo, dándole así acceso al Uchiha de sacarle el vestido. Quedó maravillado con la figura de su prometida, no era la primera vez que la veía así, pero siempre era la misma reacción. Un escalofrío lo recorrió y su erección se hizo más notoria al haberla liberado de su ropa interior, se había sacado los pantalones junto al bóxer.

    —Hazlo ya—ordenó Kaien viendo con atención el miembro viril.

    Shisui negó y sonrió divertido—. No es hora todavía.

    Tras decir aquello, Kaien estaba demasiado frustrada, necesitaba sentir las caricias del Uchiha sobre su cuerpo, lo siguió con la mirada al verlo acercarse a la pequeña mesita dónde tomó una rebanada de tiramisú, le metió el dedo al pastelito y casi se derritió al verlo lamer el postre de su dedo.

    —Es mi turno—dijo Shisui con diversión.

    —¿Qué vas a hacer?

    —Ya lo verás—soltó una pequeña risa que le provocó a la Uchiha un pequeño escalofrío en todo el cuerpo.

    No tuvo ni tiempo de pensar al sentir el frío tiramisú en sus senos, siendo embarrados con el dulce postre. Luego sintió que se desmayaba al sentir la caliente lengua de Shisui sobre sus pezones erectos y sensibles.

    —Aght~ —ahogó un gemido pues al segundo, el Uchiha la besaba, compartiéndole el exquisito sabor del tiramisú.

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    Jossaine miró por décima vez su reloj de muñeca. Pasaban de la hora en la que había quedado con Shisui para cenar, frunció el ceño con molestia y tomó la copa de vino tinto frente a ella. Tomó un sorbo y degustó el añejo sabor de la bebida. Podía escuchar la elegante música jazz sonar al fondo y observar a otros comensales disfrutar de su comida, bufó al mismo tiempo que rodaba los ojos.

    —Maldición—se quejó y luego tomó un pequeño aperitivo de salami.

    ¿Por qué tan enojada, señorita? ¿Es que acaso te plantaron? —la pelicorta giró su cuello bruscamente a la persona que le hablaba así. Cuando se dio cuenta de que un trío le sonreía altaneramente.

    —¿Qué hacen ustedes aquí? —soltó con molestia mientras veía como las tres chicas se acercaron por completo a la mesa—. ¿Dónde está Shisui?

    Aoi comenzó a reír suavemente—. Pues al parecer contigo no está. ¿Cierto, Megumi, Shion?

    Las otras dos asintieron con diversión en sus rostros.

    —¿Nos invitas a sentarnos? —preguntó Megumi con falsa amabilidad.

    —No.

    —Gracias—dijo Shion, sin dejar de ver a Jossaine.

    Esta casi vomitaba su coraje por la boca sin dejar de observar a las tres Uchiha.

    —Lárguense de aquí—contestó tajante e incluso se controló perfectamente ante las tres muchachas—. Shisui no tardará en llegar y querrá saber que hacen sus tres hermanas aquí, molestándome, porque eso le diré.

    Shion rio nuevamente—. Pues creo que te quedarás esperando… porque al parecer mi querido hermanito no vendrá… ¿Verdad, nee’s? —dijo con inocencia mientras las otras dos asentían.

    Un camarero se acercó con cordialidad y ellas ordenaron una copa de vino blanco.

    —Por supuesto…

    —Él no vendrá—dijo Megumi con elegancia.

    —Vendrá—contestó la pelicorta con seguridad—. Shisui y yo estamos juntos porque tenemos los mismos intereses, además me ha demostrado que a pesar del tiempo sigo siendo importante para él—seguido volvió a beber de su copa.

    Las tres Uchiha rieron burlonas provocando que la muchacha frunciera el ceño.

    —¿Entonces porque no eres tú la prometida de nuestro hermano? —preguntó Shion con crueldad, al mismo tiempo llevó sus dedos a la altura de su barbilla en una expresión pensante—. ¡Ah ya sé! ¡No le llegas ni siquiera a los talones a nuestra familia! Aunque me duela admitirlo, Kaien es muchísimo mejor que tú, no estás a su altura —las tres volvieron a burlarse ante la indignación de Jossaine.

    —No eres nadie para nuestro hermano—siguió Megumi—. Solo te usa para satisfacerse—la miró con desprecio de arriba abajo, analizando la vestimenta de esta.

    Traía un sexy vestido negro, dejando ver la unión de sus senos—. Tan vulgar… —le siguió Aoi.

    —Ustedes tres no tienen nada que ver en esto. Y estoy segura que Shisui arreglará las cosas para que pronto podamos estar juntos, él me ha dicho que se ha visto atado a ese matrimonio forzado por tontas tradiciones de su familia, así que en cuanto arregle todo, él y yo nos casaremos.

    —Solo estás con él por el dinero—soltó Shion enojada sin dejar de sonar burlona.

    —Eres resbalosa.

    —No olvides que es horrenda y necesita… —dijo Megumi viéndola directamente a los ojos—. Mostrar, para que nuestro hermano le haga caso.

    —Les demostraré ahora mismo, que Shisui no tarda en llegar—tras decir aquello, se sintió segura y nuevamente a la altura de esas tres mocosas. Sacó de su elegante cartera su celular y marcó el teléfono del Uchiha, no sin antes ponerlo en alta voz.

    Las Uchiha se miraron triunfantes cuando escucharon los típicos tonos de llamada.

    —Hola mi amor… ¿Ya vie…?

    “Habla Shisui Uchiha, por el momento no me encuentro disponible, deja tú mensaje y a la brevedad me pondré en contacto contigo, gracias”

    Jossaine se sintió sumamente ofendida cuando escuchó las carcajadas de Aoi, Shion y Megumi. Se levantó bruscamente de la mesa ignorando que había llamado la atención de algunos otros comensales que estaban cerca de su mesa mirándola con curiosidad.

    —¡¿Dónde está?!—casi en un grito miró a las morenas.

    —Parece que esta noche, Shisui va a dormir muy calientito—contestó Shion con sorna, levantando su mano y viendo sus uñas con aparente interés.

    —¡Son unas desgraciadas! —exclamó Jossaine enojada e indignada.

    —Obviamente—sonrió Aoi divertida y miró a la pelicorta, todo sin haberse levantado de la mesa—. Deberías sentarte, estás causando un gran alboroto y qué vergüenza.

    —¿Con quién está?

    —En estos momentos, estoy segura de que está con SU prometida—finalizó Megumi satisfecha al ver que el rostro de Jossaine se deformaba en un rictus amargo. Bebieron de su copa y se atrevieron a comer un poco del aperitivo. Las odió realmente y sintiéndose totalmente humillada se levantó de la mesa, tomando bruscamente su cartera y abrigo.

    Sin decir otra palabra más, la pelicorta salió del restaurante aplastada por las hermanas de Shisui.

    Las otras tres se sonrieron victoriosas y tras mirar el menú, decidieron pedir un exquisito pedazo de tiramisú para cada una.

    -

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    Miles de descargas eléctricas recorrían todo su ser mientras la experta lengua de Shisui recorría sus pliegues. Había quedado llena de tiramisú en todo el cuerpo y no podía pensar en otra cosa que no fueran los circulares movimientos de la lengua de su prometido en su cavidad femenina.

    Arqueó la espalda al sentir en su vientre una llama anunciándole que pronto llegaría el tan anhelado orgasmo. Su piel estaba erizada y muy sensible. Sin darle tiempo a su cerebro de procesar todo el mar de sensaciones, gimió tan profundo sobre la boca de Shisui, él se había levantado de en medio de sus rodillas, acomodándose contra su cuerpo y de un momento rápido la penetró con fuerza.

    —Ah…~ Kaien—suspiró Shisui apretando los dientes al sentir su pene ser abrazado por las paredes mojadas de la Uchiha.

    —Shisui… —gimió la mujer tan enceguecida por el placer. Mentiría si dijera que no lo había extrañado. Era deliciosa la sensación de su unión, se volvía loca al escuchar el sonido acuoso de su unión y los constantes choques de sus cuerpos—. Ma-más…

    Ahogó un grito con sus dedos, mientras cerraba los ojos.

    —Eres tan hermosa—dijo Shisui, concentrándose en enterrarse lo más profundo que podía entre las piernas de la morena, se aferró las afiladas caderas femeninas—. Tan bella… ah~ tan mía.

    De un momento a otro, Kaien estuvo en cuatro, sintiendo toda la longitud del hijo de Kagami. Soportando las fuertes embestidas que solo la volvían tan loca, amaba esa sensación de ardor en su unión e incluso se vio sorprendida al sentir una nalgada de Shisui.

    —¡Ah! ¡Más! —exigió conociéndose gustosa de aquel acto.

    Shisui acató su petición, aumentando el ritmo de su vaivén.

    Miles de escalofríos los invadió, las rodillas de la Uchiha fallaron cayendo boca a bajo sobre el desarreglado colchón y sintió el peso de Shisui sobre sus espaldas, él no dejó de moverse. Sintió morir cuando él a pesar de seguirla embistiendo, osó lamer su oído. Aquel sonido mojado en su oreja la hizo estallar.

    Ambos compartieron un sonoro gemido mientras el moreno terminaba de vaciarse en el interior femenino.

    Había sido tan maravilloso, podían sentir ases de luces después de aquel maravilloso orgasmo. Se quedaron un par de minutos en la misma posición, temblando todavía por la tremenda sensación y en silencio, no querían romper el momento.

    Ninguno de los dos sospechó que el plan de tres Uchiha, había funcionado a la perfección. No sabían que incluso Shion tras saber el plan de sus hermanas, decidió ayudarlas para que Shisui pudiera encontrarse con Kaien, pues preferían a la chica mil veces por encima de la resbalosa de Jossaine.

    Y que gracias a ellas… todo fue más allá de un tiramisú que dejaba pegostioso el pecho desnudo de Kaien.

    Ninguno de los dos prestó atención a todo lo que pasó.

    Pero cuando sus miradas se encontraron, ambos supieron que ya no había manera de retroceder, estaban ahogados hasta el cuello. Y Kaien no podía negar más sus sentimientos por el moreno, realmente le amaba. Por eso cuando se acomodaron dentro de las sábanas, besó a Shisui con cariño.

    —Muero de hambre—dijo la desfachatada Uchiha, rompiendo el momento y Shisui suspiró al ver que salía de la cama. Sonrió perverso al ver el curvilíneo cuerpo femenino, caminar con sensualidad hacia dónde estaba el tiramisú que había utilizado para probar algo nuevo.

    —También quiero un poco—se levantó detrás de la muchacha, colocándose detrás de ella.

    Kaien se sobresaltó al sentir el cálido pecho del moreno en su espalda y cierta parte de su anatomía contra su trasero. Sonrió al sentir esos besos cálidos en su cuello.

    —Creo que el tiramisú se ha vuelto mi postre favorito—dijo mientras cortaba un trozo y se lo llevaba a la boca.

    —También el mío—dijo justo cuando Kaien le ofreció un pedazo.

    El primogénito de Kagami, giró a la Uchiha para besarla y compartir aquel sabor dulzón del tiramisú con la mujer que realmente amaba.

    Y en esos momentos, jamás pasó por su mente que nunca llegó a la cena pactada con Jossaine…


     
    Última edición: 25 Febrero 2021

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