Drake Orestes Al llegar, todo estaba en perfecto silencio. No habían Pokémon salvajes entrenando, como no los había habido nunca. Lo sabía, eran los Pokémon de Kupam los del otro día. Apenas llegamos, avance hasta la entrada, que desde hace algunos días estaba marcada con una enorme "C" dibujada con lo que parecían ser garras. Esperaba fuera algo bueno.
Drake Orestes Salimos de la guarida algo más calmados, listos para volver a pasar por la ciudad. La cueva era demasiado oscura como para que fuera comodo cruzarla, y prácticamente corrimos hasta la salida. Pokemon salvajes tipo lucha que entrenan, mis pelotas.
Alpha Xenodis. No hubo problema alguno al salir de la guarida y desde ese punto en adelante mis compañeros hicieron el camino hacia la Colina Kilima.
Drake Orestes Al adentrarnos en la cueva, el silencio lo invadió todo. Era un lugar en completa calma, y fue casi instintivo cuando me moví en busca de la puerta secreta. La guarida se abrió poco después, y con algo de recelo como la primera vez, decidí entrar.
Drake Orestes Salimos de la guarida un poco más relajados. Tenía pendiente esa visita desde hacía tiempo, más que nada por la violencia a la que había llegado Granbull los últimos días. Esperaba poder arreglar todo ahora. Salimos de la cueva al momento, y volvimos a la Colina.
Drake Orestes Habíamos venido ya tantas veces que ya nos sabíamos el camino incluso en la oscuridad. Scizor hizo los honores de golpear el lugar específico, y entramos.
Drake Orestes En la cueva, fue necesario simplemente un movimiento para abrir la puerta. Parecía que era simplemente cuestión de costumbre. Una veza puerta estuvo abierta por completo, entramos.
Drake Orestes Luego de tantas idas y venidas, acababa por acostumbrarme poco a poco a esta zona de Udan. Al final aquella cueva terminaba teniendo cero de sospecha o intriga. Scizor ya se conocía la entrada, así que un golpe bastó para estar del otro lado.
Drake Orestes Scizor nuevamente hizo los honores al llegar al fondo de la cueva, dando un poderoso golpe con una de sus pinzas y abriendo la puerta oculta. Entramos de inmediato.
Drake Orestes Luego de llegar a la entrada, nos movilizamos hasta llegar a la puerta secreta. De un solo golpe ya nos encontrábamos adentro del área, y podíamos avanzar sin problemas.
Drake Orestes Llegamos a la cueva en una exhalación. Luego de tanto tiempo sin combates, se podía decir que estábamos entusiasmados por volver al entrenamiento práctico. Además, teníamos una revancha que lograr. Scizor hizo los honores como siempre, y logramos entrar hacia la guarida.
Drake Orestes Volvíamos a la cueva luego de un tiempo en hiatus. Teníamos que volver a enfrentar a aquel individuo con los Pokémon tipo bicho, e intentar vencerlo está vez. Scizor hizo los honores como de costumbre, abriendo la puerta que nos llevaba a la guarida más adentro.
Drake Orestes Con el tiempo que llevábamos entrando a la cueva, ya era posible acceder hacia el sitio que nos importaba en casi completa oscuridad. Scizor hizo el golpe de gracia, abriendo la entrada secreta, y nos dirigimos hacia el interior.
Drake Orestes Nos adentramos con paso firme hacia la entrada del laboratorio, sin importarnos mucho estar en completa oscuridad. Sólo Bisharp, el más reciente de todo el equipo, parecía tener problemas para encontrar su camino hacia nosotros. Luego de unos segundos pudimos llegar al lugar, y Scizor hizo los honores dando un golpe a la piedra.
Drake Orestes Entre a la cueva con paso firme, casi sin importarme demasiado la falta de luz. Como siempre, Scizor hizo los honores, dando un golpe en la pared rocosa que hizo que la entrada al laboratorio se escubriera, como una puerta en pivot. Conseguimos entrar.
