One-shot Faiataigā [NagixShiori|Persona Rolplay]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Kaisa Morinachi, 25 Enero 2021.

  1.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

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    Escritora
    Título:
    Faiataigā [NagixShiori|Persona Rolplay]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1461
    Nagi de Gakkuo nunca besaría en la boca a Shiori ni aunque le pagaran trillones de dólares, porque Shiori la ve como un little sister y ella respeta mucho eso...

    ¡Pero en Persona es otro cuento! :satan::shani::aniblush::shani::satan:
    Hitori uwu <3

    Advertencia de besito muy hormonal entre adolescentes mujeres frustradas con su día a día (???)

    ファイアタイガー
    "Beach Bunny"


    Estábamos en el parque de Hanazawa, echadas en el pasto por un motivo ahora irrelevante, porque Shiori había vuelto a sacarme de quicio con su violenta pasividad. Y yo, alterable como era, estaba hartada de no responderle las señales de peligro. Me tentaba, diablos que me tentaba; jugaba conmigo, como sí tuviera el control, ¿se creía la condenada reina del pueblo o qué? Sí no tuviera la habilidad de poner cara de culo cuando me río por dentro como mi hermano, esa misma que nos hace enfurecer en vez de llorar, o soltar lágrimas cuando estamos alegres, pues bueno; no estaría con la cara de apática en su totalidad seria. Y mis café ardían, vaya que ardían, porque apenas agarré con firmeza y cuidado su muñeca volteó a verme de la misma manera; solo que a ella sí se le filtraba toda la ira contenida que cargaba dentro, y en serio, ¿no quería entender o era simple y llanamente tonta?

    Kurosawa, querida; no puedes quemar al viento.

    No es gas, no se inflamará.
    Solo serás un caos mientras yo te manipulo.
    To

    do​

    lo​

    que
    quiero.

    Por eso mismo ni se resistió, ni siquiera movió ni un solo músculo cuando acerqué mi rostro al suyo, porque no podía; tan sencillo como yo no me atrevía a apartar a Kazuki de un manotazo cuando me mosqueaba, Shiori era incapaz de dañarme físicamente por voluntad propia. Y como ese era el único hilo visible para mí, para poder lograr arrancarle la máscara...

    Pues bueno, no duraría en tironearlo con la fuerza justa y necesaria para que callera,
    porque odiaba con mi alma a los doble cara.

    Byakko.

    Fue un beso casto, un pose de mis labios sobre los suyos, inclinándome sobre ella con sutileza mientras esta se hacía para atrás, colocando toda su espalda en pose vertical; recargándose en sus brazos, yo sin soltarle la muñeca izquierda. El beso era casto, pero yo nunca separé la unión y... bueno.

    Amaterasu,​
    joder.

    Si en el fondo la que usaba la cabeza acá era Kurosawa,
    yo era idiota como Usui-senpai
    y punto.

    Sentí el gruñido suave, hastiado y enfadado salir de la boca de Shiori-senpai, la cual luego en unos movimientos ágiles tal gato volteó la jugada; me robó todas las cartas. Y era de esperar, sí no fuera la maldita domadora Hiroki y yo no pararíamos de estar en un tira y afloja en los mundos de pesadillas del perico ese.

    Lobo
    Diosa
    Tigre

    Perro
    Humano
    Gato.

    Y si, cuando estuvo sobre mí, llevando sin dificultad alguna las manos sobre mi cabeza, aferrando mis muñecas con ambas suyas, el gruñido que saqué no era los de perros como los que soltaba nuestro senpai; todo lo contrario, hasta sentí mi piel erizarse como un jodido gato arisco y la mueca en mis labios no se quedaban atrás. Pero tampoco duró mucho, pues Shiori se agazapó solo lo suficiente para que escuchara bien sus murmullos, y verla con esa seriedad inamovible mientras hablaba con apatía, a sabiendas de que por dentro estaba estallando de ira, pues bueno... ¿mencioné que no tenía cariño por mi integridad física?


    "No tienes control sobre mí, estúpida" decían sus ojos, y a pesar de que sus parpados hablaban con cada pestañeo calculado, entornándolos con precisión, sus labios estaban cada vez más y más sellados en una línea cada vez más y más tensa. El cinismo en mi expresión era digno de un psicópata, con una sonrisa se satisfacción cruzándome la cara de oreja a oreja.

    El único que controla es el que se deja dominar, darling.
    Tengo una maniaca como tú en casa,
    ella me educó.


    E iba a soltar una risa, me reiría en su cara, pero bueno; vivía en el aire, solo me ponía a pensar y ser inteligente cuando me golpeabas.
    El látigo.
    La daga.

    El gruñido; Shiori en un pestañeó apretó su cuerpo contra el mío y aprovechó que estaba mofándome a boca abierta para atacar mis labios. Otro gruñido de mi parte, mientras entornaba los ojos al punto de solo tenerlos abiertos, pero no ver nada en realidad. Sentí su sutil sonrisa sobre mis labios.

    Y claro, no daría mi brazo a torcer, era lo que buscaba al fin y al cabo, ¿no? Así que jugué, me amoldé, le avivé la llama mordiéndole con suavidad el labio inferior, mientras ella recorría mi silueta con una de sus manos; mis muñecas estaban atadas por la fuerza de una sola sobre mi cabeza, aunque bueno, no es como sí estuviera intentando zafarme o algo, no quería.

    Y ahí nos estuvimos mordisqueando, lamiendo y rosando los labios, con las lengua y los dientes, en un tira y afloja de delicadeza y punzadas de dolor; porque nos mordíamos por pura frustración, pero ambas éramos unas jodidas sobre-protectoras que no soportábamos ver el dolor ajeno, por lo que pasábamos de inmediato a lamer con suavidad luego de la punzada; pero de nuevo, el orgullo que nos cargábamos nos llevaban a buscar punzadas otra vez.

    Amaterasu picaba con un palo a Byakko, este le gruñía;
    le picaba de nuevo; gruñía más fuerte; le picaba más insistentemente:​
    Byakko se hartaba, rugía y le amenazaba con soltarle un zarpazo,
    pero ahí Amatarasu sacaba una llama de su mano;​

    fu
    ego.

    Y Byakko volvía a echarse en el suelo,
    gruñendo en un sonido similar a un ronroneo agresivo perpetuo,
    mientras la mujer sonreía con sorna y orgullo incontenibles.

    —¡Ya joder, Shiori, detente! —espeté, zafándome sin problemas de su agarre, porque como dije; nadie estaba poniendo resistencia ahí. La aparté con fuerza hacia atrás sujetando con cuidado sus hombros; ella siguió el movimientos de la brisa con una cara de total seriedad, yo había desviado el rostro hacia un costado de manera brusca, para que me dejara tranquila.

    Ella inhalaba hondo, soltaba despacio. Yo estaba hecha un caos, como de costumbre, soltando gruñidos como un condenado perro vibrador, mientras tanto, intentaba volver a respirar con normalidad.

    Miré de reojo la sonrisa socarrona que adornó sus ojos críticos; arisca yo, como el condenado Byakko, ¿no? Era un tigre, al fin y al cabo. La senpai se pasó el dorso del brazo por la boca, deshaciéndose de cualquier rastro de saliva con elegancia y sin perder esa sensualidad que se cargaba por naturaleza. Yo solté un gruñido más bajo y grave en respuesta, imitando el gesto de manera brusca con el dorso de mi mano.

    Se levantó calma y pulcra, casi como sí fuera una bailarina con pasos calculados y gráciles o algo así; yo iba a levantarme como la bruta que era por dentro, pero antes de eso me ofreció su mano mientras me brindaba su sonrisa llena de satisfacción.

    La agarré con fuerza y tironeé con todas las que tenía para levantarme de un solo movimiento, casi llevándomela en banda, cosa que no ocurrió pero sí que se temió; pues a pesar de que la sonrisa se mantuvo, frunció el ceño con precaución.


    Yo la agarré del cuello de la blusa para topar nariz con nariz, no estaba siendo agresiva físicamente en realidad, ya les dije; tira y afloja, Shiori sabía como controlarme... ¿o era al revés?

    —Nada de esto pasó, ¿entendiste? —prácticamente gruñí.

    —Tus deseos son ordenes~ —. Y como era de esperar, ella ronroneó.
     
    Última edición: 26 Enero 2021
    • Zukulemtho Zukulemtho x 2

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