Segunda ronda: Billy vs Morgan

Morgan O'Connor
Salud: 95/100

Inhalé y exhalé, observando las volutas de vapor que danzaron fuera de mi boca y fruncí el ceño. Hacía un puto frío del demonio. Un gruñido casi insonoro vibró en mi pecho y me subí el cuello térmico hasta la nariz, notando cómo rápidamente mi respiración lograba entibiarse. Muy bien.

Mis borcegos fueron hundiéndose con suavidad en la nieve a medida que avanzaba por el campo. Me detuve junto a un árbol para inspeccionar el panorama y fue allí donde creí notar un movimiento a la lejanía. No lo dudé. Alcé mi arma, observé por la mirilla y disparé.

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como perdemos 5 pv por turno supongo que arrancamos con 95 de vida

 

Billy Hartley
Salud: 87/100

Hacía un puto frío del demonio. El aliento, cálido, rompía con él y al inhalar le subía hasta el cerebro, como una daga. Se subió la chaqueta inmediatamente, mientras avanzaba con pasos cautelosos.

¿Encima había podido salir medio entero luego del encuentro con la chiquilla? Joder, con lo bonito que sonaba estar en casa con un cigarro y una taza de café.

 

Morgan O'Connor
Salud: 90/100

Observé cómo mi disparo impactaba contra algo, manchándolo de un fuerte rosado que contrastó enormemente sobre el manto blanco del paisaje, y logré esquivar su ataque sin mayores complicaciones. El arranque favorable me había dado un boost de energía y una sonrisa trémula danzó por mis labios, tomando recaudo tras un gran árbol antes de asomarme y disparar una vez más.

¿Quién sería esta vez? ¿Un tipo? Creía haber visto cabello pelirrojo.

 

Billy Hartley
Salud: 79/100

De cargaba una puta puntería que daba gusto, era otra chica. Y él bueno, el seguía siendo un puto manco.

Suspiró con pesadez, buscando resguardo, y pasado un rato, se atrevió a apuntar de nuevo.

 

Morgan O'Connor
Salud: 83/100

Otro acierto que acrecentó mi sonrisa. Afiancé el agarre alrededor del arma, y mis dedos, en algún momento agarrotados por el frío, ya no se sentían duros o sensibles. La sangre estaba corriendo por mis venas y volví a disparar.

 

Billy Hartley
Salud: 58/100

Y allí iba, otro pinturazo y posiblemente, otro moretón, a pesar del equipo de protección.
¿Qué tenían esas mocosas que siempre acertaban? Joder.

Sabía que le faltaba interés en el juego, pero tampoco era para tanto, ¿o sí M? Al menos un buen golpe tenía que acertar.

 

Morgan O'Connor
Salud: 75/100

Quizá me había confiado demasiado y permanecí demasiado tiempo al descubierto, lo suficiente para que aquel tipo me diera. Le eché un vistazo a mi brazo, de un verde brillante, y decidí cambiar de resguardo. Corrí hasta otro árbol, desde el cual tendría mejor ángulo de disparo, y ataqué rápidamente.

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hey babe, creo que olvidaste los -5 pt por el frío en las últimas dos

 

Billy Hartley
Salud: 42/100

Bueno, saltaba a la vista, cuando salía de ml lugar que le brindaba protección, él estaba peor que ella.
Lo de siempre, nada nuevo. ¿Existiría algo como el dios de paintball? Porque lo estaba castigando como si hubiera, no sé, escupido en la cena de su madre o algo.

Como fuese, volvió a apuntar.

Vamos, Billy.

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JAJAJA yep, arreglado

 

Morgan O'Connor
Salud: 70/100

No pude contenerlo, era una idiota cuando se trataba de estas cosas y lo sabía. Enseguida se me subían a la cabeza.

—Eh, guapo. —No es que hubiera podido verlo largo y tendido, pero tenía las pintas; alto, pelirrojo. Lástima su puntería—. Te invito a una cerveza luego de esto, ¿qué dices? Ya sabes, para adormecer el culo.

Con la sonrisa socarrona plantada en el rostro me lancé a disparar otra vez, ya bastante confiada de mis habilidades. Al final, no había sido tan mala idea anotarme a este torneo, ¿eh? Parecía tener talento o algo así.

 

Billy Hartley
Salud: 30/100

Enarcó una ceja al escuchar las palabras de la chica. Bufó, evidentemente hastiado.

Jodida mocosa con esa puntería, ¿qué pasaba con eso? ¿Quería servirle al ejército o algo?

—Muy considerado de tu parte, enana —respondió, antes de prepararse para apuntar—, pero la verdad no tengo el más mínimo interés.

Apuntó de nuevo y presionó el gatillo.

>>Después de todo, luego de esto evidentemente me iré a casa.

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Billy eres una bestia pa los dados eh, pena me das

 

Morgan O'Connor
Salud: 61/100

Me carcajeé al oír su respuesta. Un hueso duro de roer, ¿eh? No es que fueran de mis favoritos, pero patearle el culo a alguien siempre me ponía de buen humor y andaba con las ganas suficientes de soportar su desdén.

—¿Eh? ¿A casa? Qué aburrido~ —Salió de su escondite y fue caminando lentamente por el costado; al menos quería verle la cara al pobre infeliz—. Qué desafortunado de tu parte, rechazando la invitación de una inofensiva señorita.

 

Billy Hartley
Salud: 25/100

—¿Inofensiva? —La atajó. Estaba vez ni siquiera se molestó en ocultarse de nuevo—. Deberían negarte la portación de armas reales, incluso si se te resbala el dedo en el gatillo atinas, joder.

Allí, en mitad del paisaje blanquecino, la centró en la mirilla una vez más y después dejó caer el arma.

>>Bueno, todo muy bonito, pero ya se acabó. —Se metió las manos en los bolsillos—. Si disculpas a este aburrido, iré a beber café y fumar como dios manda, en vez de en este puto frío del carajo.

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Yo sé que ya alv el contardor pero we mi relleno(?

 

Morgan O'Connor
Salud: 56/100

Me detuve de golpe mientras caminaba hacia el tipo cuando noté que salía abiertamente de su resguardo. Mis manos se tensaron por un instante alrededor del arma cuando su mirilla me apuntó perfectamente, y entonces bajó los brazos. Me permití observarlo con detenimiento y me quité el cuello térmico que me cubría casi toda la cara, revelando la sonrisa victoriosa que llevaba en el rostro. No lo podía evitar.

—Inofensiva, sí —repliqué, acercándome hacia él—. Si me quitas esta cosa de las manos no muerdo ni nada, lo juro~

Bajé la vista por un momento cuando no pude contener una risilla divertida y, antes de rebasarlo, me detuve frente a él un instante. A pesar de las pintas de amargado que se traía, sus ojos verdes resaltaban contra la nieve y refulgian con una intensidad extraña. Por alguna razón, me recordó al semblante huraño y arisco de un gato viejo.

—Hey, un café también suena bien pero, oh, bueno. Nada que hacer si no me invitas. —Me encogí de hombros, hablando con calma, y llevé mis manos a la cremallera de su chaqueta para cerrarla a tope—. Fue un placer patearte el trasero, sour boy. Hasta la próxima~

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Fin del relleno. Sólo quería ligarmelo una última vez(??)