Calle Principal

William Baxter

Un nuevo día iniciaba, el aullido del tren hizo lo suyo, y por esta ocasión, bueno... Desde que ayudé a Angus a llevar con nosotros el cofre, para tirar esos condenados restos. La verdad es que me había quedado muy tocado, no sabía ni como me encontraba realmente, solo sabía que quería llegar al fondo de esto, de igual manera, y después de todo, creo que no tengo ningún amigo realmente, y no es como que deba preocuparme por eso. Pues eso solo empeoraría mi estado si alguno de ellos caería.

Esta vez me tomé minutos de más para cuando el tren aulló, decidí dormitar un par de horas hasta que mi propio cuerpo me dijo "basta". Y fue como al fin me levanté, poco después con cierta pereza, me estiré y procedí a hacer mi rutina de todos los días. Encendí la radio y me dispuse a vestirme en lo que escuchaba a la misma a ver si había al nuevo, me preocupaba que alguien más desapareciera o ya hubiesen desaparecido más y uno ni por enterado.

Debía buscar en el bosque algún posible respiradero que pudiera entrar a la mina o algún otro sitio, pero es que sin ni una sola pista, nada podía hacer. Solo sería buscar torpemente, perdiendo el tiempo... Necesitaba hallar algo más explícito, algo más claro para tener una mínima noción, y siento que el tiempo se acaba.

 

Al encender la radio está sonando una canción genérica pop, que es interrumpida por un anuncio rápido del Harfest.

No hay interferencias ni nada fuera de lo usual.

Al terminar el anuncio, la canción sigue sonando y cuando esta termina, el locutor se aclara la garganta.

—De nuevo de regreso en el caso Hackett, se ha empezado a considerar la posibilidad de que el homicida sea realmente algún foráneo que estuvo quedándose en el pueblo y para este momento ya se ha retirado de los límites de Possum Springs, los investigadores han comenzado nuevos interrogatorios en los edificios de apartamentos del pueblo y las casas de alquiler, con esperanzas de dar con pistas que permitan evitar que se repita una tragedia como la de la menor.

—No se han reportado, por el momento, nuevas desapariciones en el pueblo ni intentos de ataques. —Se suma una voz femenina—. En caso de alguna emergencia de esta índole, la policía activó una línea directa...

No parece que haya nada más relevante. Pronto terminan la nota e inicia una nueva canción.

 

William Baxter

Además del aullido del tren me despertó también los trozos de pintura que cayeron sobre mi rostro, por lo que me hizo musitar molesto, solté un suspiro y me levanté de la cama, me tallé los ojos y miré hacia la ventana... La verdad es que, el pueblo simplemente me mostraba al fin ese lado extraño y auténtico que siempre ocultaba, y hasta me atrevería a decir que explicaba porqué todo mundo actuaba tan raro siempre que acontecía algo trágico. Simplemente, este pueblo era horrible.

Fue como entonces me quedé reflexivo, mirando hacia afuera, recordando lo que me decía Billy, inclusive lo último de hace cinco días, "la muerte afecta a todos de alguna manera" y... Sorprendiéndome por el detalle de que Jo era amiga de Kira. Simplemente hizo que comprendiera mucho el porqué tal vez no le molestaba mucho el que me acompañase, pese a saber que estaba metido en este lío.
Seguí reflexionando y recordando muchas cosas, para mirar hacia un cofre que lo usaba como ropa, ya teniendo ahí lo que me pondría para el Harfest, faltaba un detalle en ella que sabía tenía, pero realmente daba igual. Quién sabe si sea la última vez que me disfrace, la verdad es que, a partir de hoy, probablemente, mi vida cambie una vez más como con aquél asesinato. Y tal vez sea la última vez, si no paso de estas fechas.

Vi pasar una patrulla, y como si fuese una señal, me levanté y encendí la radio para prepararme, no hubo nada nuevo y pronto había terminado, apagué la radio y preparé todas mis cosas, guardando celosamente la llave inglesa y colocando firmemente la Ballesta en mi espalda. Para que al mirar hacia la ventana de nuevo, soltara un suspiro y saliese al fin de casa, revisando el móvil por si Angus ya me había escrito, si fuese el caso, esperaría a Brooklyn para lo que acordamos el otro día.

 

William Baxter

No parecía haber nada nuevo, para cuando escuché a Margarita, giré la vista hacia ella para apagar el móvil y verla... ¿Mal?
—Yo... Sí... Tengo un momento—. Dije preocupado.
>>¿Estás bien?

La verdad es que pese a todo, no estaba tan molesto con ella, pero verla en ese aspecto me preocupaba ya que, o podría ser depresión, o algo muy preocupante le estaba pasando, y normalmente no era bueno.
Al final guardé el móvil y me giré a ella, para escucharla.

 

William Baxter

Chasqueé la lengua extrañado, por lo bajo, la analicé y honestamente se veía fatal, parecía querer ser firme pero... No le funcionaba, ¿qué le había pasado?
—¿Te has tomado algo para la migraña? Sé que es irritante, y... Vaya—. Dije, sin saber qué hacer.

Luego me extrañé mucho por su último comentario.
—¿Nadie a quién contactar? ¿A qué te refieres? ¿A... esto?—. Pregunté ciertamente inseguro, creo que era obvio a qué se refería pero, el tono y poses que utilizaba parecía que decían algo más.
>> Hey... ¿Qué pasa? Pareciera que algo te atormenta, y honestamente no creo que tenga que ver en lo que estoy metido... Estaré bien, Margarita. Ya tengo al fin apoyo, respaldo, auténtico respaldo. Solo, no quiero que te hagan nada, ya que me preocupa que ya me estén acosando—. Dije, refiriéndome a que era bueno mantener las distancias de momento, aunque no sonaba molesto ni de lejos.

 

William Baxter

La miré y la escuché, por lo que antes de que terminase de hablar, me busqué y comencé a anotar mi número de teléfono, de forma discreta, la miraba de soslayo mientras me respondía y guardé las cosas. Para verla tan decaída. Por lo que no pude mas que musitar apenado.
—Estaremos bien Margarita, y disculpa si te he incomodado... Solo... Anímate, Mar. ¿Sí?—. Sonreí, para sorpresivamente darle un gran abrazo, de esos que la arropaba, con fuerza, precipitado o no, lo cierto es que quería suponer que también le hacía falta algo de afecto. Inclusive de no dejarme volver alguien en cierta medida frío. Habría sollozado, pero no quise expresarlo, ya que ni sabía cómo iba a reaccionar ante tal accionar.

—Sé que te ha golpeado muy feo todo esto... Pero precisamente por eso estoy luchando, para que esto ya pare. No estás sola, ¿sí? Nunca olvides eso por favor. Al menos tienes a tu único amigo aquí—. Sonreí levemente, acariciándola un poco para después separarme, y dejar discretamente mi número de teléfono en una de sus garras.
>>Temo que hoy estaré ocupado, tal vez. Pero aún pese a todo, sigo siendo el mismo cachorro Baxter de siempre Margarita, así que puedes confiar en mi... Y desahogarte conmigo, si lo deseas. Solo... Anímate—. Sonreí, de forma cálida.

 

Brooklyn Lester

Había demostrado mucha tranquilidad en el Subterráneo frente a William y Angus pero lo cierto era que al llegar a casa, me fue muy difícil conciliar el sueño. Toda la nueva información llegaba a mi mente y me creaba imágenes para nada agradables.

Me di cuenta de que tenía miedo, porque no sabía cómo podíamos acabar. Me había refugiado en la idea de que Angus y los demás habían salido vivos de su aventura, pero sabía que no teníamos que tener la misma suerte que ellos.

Finalmente, logré dormir algo antes de que el tren me despertase con su típico ruido. Me hubiese gustado dormir algo más ya que había conseguido entrar en ello, pero otro día se presentaba ante nosotros.

Me vestí, abrigada por el frío que ya comenzaba a notarse cada vez más, revisé el móvil sin ver ninguna notificación interesante y acabé por salir de casa. Ese a lo lejos... ¿era William? Uhm, pero estaba hablando con Margarita, ¿verdad? Sería mejor dejarles a solas, tenían cosas que arreglar...

 

William Baxter

—Soy más fuerte de lo que parezco, Mar—. Dije con increíble calma, lo cierto es que me aplastaba el pecho verla así.
>>Estaré bien—. Sonreí de forma cálida, antes de escuchar lo último, por lo que asentí.

—Miller's... Trabajo con Billy, como pudiste ver. Si no aparezco en un sitio es seguro que esté allí, pero claro, cuenta que hablaremos pronto, Margarita—. Dije, metiendo mis manos en los bolsillos de la chamarra.

—... Si quieres toma algo para tu migraña, y ve con Billy. No tengo mucho dinero pero yo invito lo que compres. Es importante lo que debo hacer ahora, acabaré con esa gente, Margarita, lo juro—. Dije, volviendo a sonreír para ver pasar a Brooklyn, la vi de reojo pero no la miré en ningún momento, luego de pasado un momento, volteé hacia el bosque.

—Ire a Towne, cuídate—. Musité aún preocupado, girándome para empezar a avanzar allí.

 

William Baxter

Contenido oculto

Pero bueno, desempolvemos un rato esto que debo tratar de volver al William's mood (?)

Que días tan peculiares

Fue lo que pensé mientras iba despertando, no tardó mucho para que el tren sacudiera de nuevo mi habitación y provocara aquél aullido, aullido que poco a poco se iba tornando cada vez más siniestro para mí al estar entrando cada vez más en todo este embrollo del culto. Ni decir que siempre me daba una mala espina, ¿presagio tal vez? No lo sabía y... no me importaba.

Solté un gran suspiro mientras me destapaba y me sentaba al borde de mi cama otra vez, arrepintiéndome por hacerlo tan brusco ya que sentí como miles de agujas me penetraban la piel al sentir ese frío tan fuerte que estaba presente, dios. ¿De dónde venía tanto frío? No lo recordaba así de agresivo en años, argh, seguramente y es sugestión mía.

Después de perder algo de tiempo por recalentarme un poco, al menos la suficiente para vestirme, es como volví a colocarme en la ventana a ver el exterior, casi no había nadie, sentía el día tan... triste, mientras el sol había dejado de brillar tanto, como usualmente lo hace desde hace ya semanas. Todo se teñía de gris, y cada vez el pueblo tomaba un ambiente más depresivo y apagado de lo usual, como si pudiese darme cuenta de la ignorancia de todos, de la apatía...
Maldita sea, ¿me estaré volviendo loco acaso?

Gruñí un momento, sacudiendo mi cabeza mientras me despegaba al no ver nada llamativo y recogí la ballesta como el resto de mis cosas, ahora con el añadido de asegurar bien la llave inglesa en mi cintura.

Tenía que pasar al bosque, y de ahí al cementerio, esperaba poder hablar con Johanne esta vez.

Pasados los minutos, salí de casa, notando que mis padres no se hallaban y saqué mi móvil a ver si había algo nuevo, eso hizo que me frenara en seco y volviera a casa para sacar algo, pero pronto lo guardé todo de forma que no hiciese mucho bulto y volví a salir, maldición, había olvidado que hoy inicia el Harfest.

Me fui distrayendo al ver las noticias viejas y de todos los días en la misma mientras caminaba, que no pude darme cuenta que pasaba cerca de Molly Larsen y mucho menos que iba saliendo de casa de los Hackett.

Si la evitaba era porque evidentemente no me convendría teniendo dos jodidas armas cargando conmigo, aunque al menos una era discreta, la otra ni a golpes podría ocultarla.

Contenido oculto

Well, yes... Vamos a divertirnos un poco con Molly (?)

Hitori

 

Molly nota el movimiento desde su espalda, pues ibas caminando a algo más de velocidad que ella, y cuando pasas a su lado nota la ballesta a tu espalda y la llave inglesa en tu cintura.

—¿Voy a tener que meterte en una celda, Baxter? —comenta un poco al aire, sin apresurar el paso.

 

William Baxter

Mientras reflexionaba si avisar a Gregg y a Brooklyn sobre que me dirigía al Cementerio, aquella voz me hizo congelarme y primero giré mi vista para después girar mi cuerpo, aunque encarando hacia el hogar que tenía enfrente mientras tenía mi vista clavada en ella, aproximándose.

Para cuando procesé su pregunta era obvio que se refería a la ballesta y a la llave inglesa.

Mierda

—Honestamente, esa oferta suena mucho más tentadora que estar solo andando por el pueblo—. Comenté, mirándola con cierto nerviosismo, pero luego suspiré.

>>Siento lo del otro día, no quería presionarla con nada—. Dije, en clara disculpa.

 

La gata no saca las patas de los bolsillos ni demuestra realmente ninguna respuesta... emocional en general, después de todo si algo la caracteriza es su temple, quizás parecido al de Billy Hartley. En todo caso, parece que Possum Springs tiene una habilidad para crear cascarones bastante duros de roer en una buena parte de sus habitantes.

—Más que una disculpa por eso preferiría dejar de verte en la calle. —Te mira de costado antes de regresar la vista al frente y seguir hablando—. Pero bueno, si toda la gente hiciera lo que se le dice no existiría la policía.

¿Habla de ti o de lo que pasa en el pueblo? Posiblemente de ambas cosas.

 

William Baxter

¿Había captado la gracia de mi primera frase? Lo más probable es que sí, porque su último diálogo me dejó un poco confuso, no sabía si iba dirigido a mí o a la situación, la seguí mirando mientras apagaba y guardaba el móvil, soltando otro suspiro para mirar hacia el bosque un momento y después nuevamente a Molly.

—Quería colaborar un poco, ya sabes como soy... Pero bueno, admito que la misma frustración por todo esto me provocó un coctel extraño de emociones, ya me he dado cuenta que ofuscado cometo muchas idioteces, lo único que no quiero es que me hagan algo, después de todo. Lo hago por mi seguridad—. Dije, con extraña calma, mientras inconscientemente metía mis manos en los bolsillos de la chamarra que llevaba encima, el jodido frío era muy fuerte en serio.

Al menos quería que supiera que hago esto por un bien común, después de todo, el caso se terminó convirtiendo en algo personal sin darme cuenta.

 

Suelta una risa sin una sola de gracia en ella, es casi condescendiente, muy propio de sí. ¿Cuántos policías no perdían la vida por actuar en función de su seguridad o la de otros? ¿Cuántos otros no cedían al mundo que pretendían mantener al límite?

En todo caso parece demasiado cansada como para ponerse a debatir con un mocoso ese tipo de cosas.

—Ya. Solo no le claves una flecha al primer raro que se te ponga en el camino. No creo que puedas fingir demencia si terminas por atacar a alguien.

 

William Baxter

Chasqueé la lengua por lo bajo ante su comentario, como si aún pese a todo no pudiese ver venir eso... ¿Porqué no aprendía yo a predecir un poco las reacciones tan obvias?

Desvié un momento mi mirada, para mirar al vacío sin más.
—Somos un pueblo, Molly. ¿Qué haremos si aquellos ocultistas maníaticos llegan a ponernos a todos en jaque? ¿O llegan a hacerte algo? No creo que sea algo que Gregg y los demás deseen realmente, menos que otras personas sigan sufriendo por ocultistas que hacen no sé que tanto para según ellos mantener el pueblo a flote. No creo en lo paranormal, pero tampoco quiero dejar que acaben poco a poco con el único sitio que considero mi hogar—. Expresé con determinación, sin saber si realmente eso lo tomara como una especie de provocación, era... en realidad, mi forma de ver las cosas y la razón por la que pese al miedo, seguía en esto.