Tienda de Moda de Sakura-chan

Oreki Tojo

Habian llegado a la tienda de moda de aspecto tan particular, Oreki frotaba su menton analizando un lugar tan pintoresco ¿sería posible encontrar pistas en el lugar?

—Hola Watanabe...de hecho desgraciadamente no di con informacion aún—afirmo Oreki dubitativo, no sentia para nada que la busqueda fuese a ser distinta que el dia anterior.

—Aunque apenas un dia anterior me entere de aquel extraño rumor de enfermedades en la tienda de regalos—comento pensativo, Oreki no podia evitar sentir algo de nervios al enfrentar algo como una enfermedad.

 

—Vaya, vaya... ¿por qué las caras largas?

Los tres estudiantes se dieron vuelta súbitamente. Sakura-chan los estaba mirando con una expresión comprensiva en el rostro, y una sonrisa gentil y serena.

—¿Supongo que han oído las noticias? —suspiró Sakura—. Es terrible, realmente... espero las cosas mejoren pronto...

>> ¿Qué sabe de los enfermos fallecidos?

>> ¿Tiene tiempo para una taza de té?

>> Quiero comprar algo.

 

Nagi Watanabe

Cuando vio a la señora gigantesca sonreír suavemente Nagi por reflejo le devolvió la sonrisa, claramente aún entristecida.

Suspiro apenas escuchar lo de la enfermedad.

—Es tan preocupante —dijo con su tono de voz últimamente común, bajo y tartamudeante—. Pensar en la enfermedad solo me da escalofríos, si se llegará a enfermar mi hermano seguro que con mis cuidados empeoraría más rápido. — Y hubo un pequeño silencio —. Y sería aún peor si se enferma mi madre, he estado con tantas estupideces en el cráneo... — Y volvió a guardar silencio, tragando grueso. — Que había pasado por alto la gravedad del asunto.

Se quedó mirando un rato el piso, titubeante, mientras balanceaba levemente su pierna de atrás hacia adelante.

—Si-si siguen ocurriendo cosas tras cosas... Terminaré saturada... — Dirigió su vista hacia la dueña del lugar, sonriendo, a pesar de que sus cejas se arquearon en una expresión más triste —. Usted cree... ¿Poder darme algo de su tiempo? Independiente si sea con un aperitivo o nada... Creo que necesito despejarme.

 

—No se diga más —sentenció la mujer con determinación.

Sakura fue a la parte trasera y sacó tres sillas, una para cada uno de ellos. Colocó sobre el mostrador una tetera y cuatro tazas; se sirvió un poco de té para ella, y le indicó a cada uno que si quería un poco se sirviera sin problema, pero con cuidado que la tetera estaba aún caliente. Mientras ponía dos cubos de azúcar en su té, Sakura le sonrió a los niños.

—Siempre sóis bienvenidos aquí, queridos —dijo Sakura con una sonrisa gentil. Luego se volvió hacia Oreki—. Aunque hay uno de sus amigos al que aún no conozco... bienvenido a mi tienda, jovencito.

>> ¿Qué sabe de los enfermos fallecidos?

>> Gracias por su amabilidad.

>> Quiero comprar algo.

 

Yule Shirai

"¿Supongo que han oído las noticias?"

—Sí... Han cancelado las últimas clases, no pensé que la situación sería tan grave —suspiró, saludando a Sakura cuando apareció junto a ellos. Rascó la superficie del vendaje en su cuello, sin ser capaz de mirarla—. ¿De casualidad sabe algo sobre los fallecidos? Apenas nos dan datos, todo se siente demasiado... extraño.

Notó cómo Watanabe le pedía algo para aliviar su malestar, y mientras Sakura se marchaba a la trastienda no pudo evitar sentirse algo impotente observándola de reojo, pues apenas sabía cómo tratar esos temas con la gente. Algo nervioso, guiado quizás por esa insistente vocecita de su cabeza, palmeó su hombro con suavidad, en un intento por brindarle apoyo.

—E-Estoy seguro de que los enfermos no querrían que estuviésemos mal... ¿cierto? —dijo entonces, separando su mano cuando lo creyó necesario. No quería abrumarla ni mucho menos, no tenía esa confianza—. No podremos ayudar en ese estado. L-Lo que quiero decir es que... —rascó su mejilla, volviéndose hacia las tazas de té que Sakura les dejó y la tomó con ambas manos, soplando su contenido con cuidado—. ...Espero que te mejores pronto de la alergia, Watanabe-san.

Era obvio que el chico no se había tragado su excusa, pero le siguió el juego en todo momento, gentil. Recordó entonces que no se había presentado, y agregó.

>>Soy... s-soy Yule, por cierto. Yule Shirai.

 

—Hmm... pues sí; son de lo único que habla la ciudad, después de todo... —suspiró Sakura, dándole un sorbo a su té—. He oído que siete personas fallecieron en el medio de la noche... no hubo ni una señal de eso tampoco. Simplemente... su corazón dejó de latir a medianoche. Extraño, ¿no creen?

>> También he oído.. .y esto es sólo un rumor, pero... al parecer eran un total de ocho enfermos. Parece ser que... el paciente número ocho sigue con vida; es el único que queda. Pero es un rumor... y lo último que sé, lamentablemente.

>> Pobre paciente...

>> Gracias por su amabilidad, Sakura-chan.

>> ¿Ese paciente está en el hospital?

 

Nagi Watanabe

Cuando el chico de peculiar cabello pregunto por las enfermedades y lo extraño que era la poco información sobre está Nagi compartió el sentimiento... Si no se sabía nada de la enfermedad... ¿Podría ser que no era una enfermedad?... Sonaría supersticiosa, más aún de lo que tendía a ser de vez en cuando, pero después de todo lo ocurrido en The Velvet Room cosas como Tanukis que daban suerte a los niños y Yokais que te seguían por la noches no sonaba raro... ¿Podría estar está "enfermedad" relacionada con Velvet Room?... Al recordar el Shinigami de inmenso tamaño y su guadaña tembló, si lo último era el caso... Era aún peor.

Daba miedo.

—Gracias por su amabilidad, Sakura-chan —comentó sirviéndose el té, quemándose las manos en el proceso de tomar la taza, pero no exclamó nada, como si estuviera acostumbrada a esos pequeños accidentes.

Pero al menos podrían hacer algo... O eso sentía desde el fondo de su persona, estando ya algo más calmada con el primer sorbo de té.

Entonces, siento una mano en su hombro... Suave, helada.

—E-Estoy seguro de que los enfermos no querrían que estuviésemos mal... ¿cierto? — Fue el chico a su costado, aunque rápidamente alejo la mano, que suerte para ella, sentía que el corazón por poco se le salía ¿Por qué todos los tipos en ese pueblo tenían la necesidad de calmarla? No es que le disgustara, solo que se le hacía sumamente anormal... Y vergonzoso... Tal vez no fue tan malo al final tener la cara roja del llanto. —. No podremos ayudar en ese estado. L-Lo que quiero decir es que... — Cuando rasco su mejilla, tal vez algo nervioso, para después soplar el contenido de la taza... Le recordó a ese estereotipico personaje amable, dulce, tal vez inseguro, pero aun así los más sano mentalmente de los juegos otome que solía jugar Haru —. ...Espero que te mejores pronto de la alergia, Watanabe-san.

—¡Wooooow! ¡Qué buen té, Sakura.-chan! —exclamó para después tomar un largo sorbo de té, estaba hirviendo —. de-de-deberías darme tú receta. — Le pidió tapándose la boca con amabas manos, joder, eso si dolía, en verdad agradeció haber estado sonrojada de antemano... Shirai ... Trataría de recordarlo.

Escuchó lo que dijo Sakura-chan...

—¿Ese paciente esta en el hospital? —preguntó... — E-en serio espero no... sonar rara... pe-pero... ¿Tal vez... sepa algo que los doctores no? — Se cubrió el rostro con las manos, apoyando los codos en el escritorio, cuando llegara a su casa se escondería debajo de las mantas por un buen tiempo.

 

—Probablemente esté ahí... en situación crítica, imagino —dijo Sakura—. Pero imagino que trataran de mantener su identidad en secreto... supongo que alguien experimentado en medicina sabría algo, pero yo al menos no conozco a alguien así...

Parecía ser que Sakura-chan no sabía nada más. Quizás debían buscar más información en otro lado...

 

Sanji Allende

Al final, mis pasos me habían llevado directamente a la tienda de Sakura. Suponía que tal vez necesitaba sacarme de encima toda la cosa rara que traía desde la mazmorra. Los restos de monstruos y esas cosas. Si a ella le gustaban esas cosas raras y podía sacar algún dinero de toda esa pesadilla, mejor que mejor. Entré barriendo el suelo con los pies, obviamente falto de energía. Intenté labrar una sonrisa encantadora, pero todo lo que surgió fue una mueca cansada, a modo de saludo. Me desplomé sobre el mostrador, suspirando.

— Sakura... chan.— todavía no me acostumbraba a esa costumbre rara japonesa.— Después de un viajecito de pesadilla, tengo algo que puede interesarte. Y voy a necesitar café. El más negro que tengas.

Comencé a rebuscar en mis bolsillos todo lo que había recolectado, poniéndolo sobre el mostrador, ignorando a la gente que podría haber allí. Maldición, ¿por qué había decidido juntar todo eso, en un principio? De repente, me frené.

— Por favor.— completé, con una sonrisa, y continué con lo mío.

Nana me hubiera pegado una zurra si olvidaba mis modales.

Contenido oculto

Como Sanji no tiene idea del herrero y demás, él va a querer vender todo lo que tiene. Que después la doña le diga que puede vender ahí y que no (?

 

—Vaya, vaya, Sanji-chan... ¿día difícil? —sonrió Sakura, ofreciéndole un asiento al joven. Mientras se retiraba a hacer una taza de café para su visitante, él desplegó sus materiales sobre el mostrador, y ella se llevó una mano al mentón cuando regresó con el café—. Ah, así que estás aquí para vender hoy... veamos...

Mientras depositaba el café para su joven cliente, la mujer se dedicó a analizar lo que le habían traído el día de hoy.

Raíz Grande... era un material común para la creación de accesorios. Sakura podía darle 120 Yen por ambas. ¿Las vendía o se negaba?

La Tela Azul... era un material común para la creación de armaduras. Sakura podía darle unos 80 Yen por la tela. ¿La vendía o se negaba?

La Tela Verde... era un material bastante común para la creación de armaduras. Sakura podía darle unos 100 Yen por ambas. ¿Las vendía o se negaba?

 

Sanji Allende

— Pff, no te das una idea.— respondí, mientras le daba un sorbo importante a la bebida caliente. Ni le agregué azúcar ni nada. Necesitaba toda la amargura natural que podía obtener.— Me mordieron, me llenaron de moco, y cada paso que daba sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. Y no me hagas empezar en lo que nos esperaba al final del recorrido. Creo que no tocaré un parque de diversiones en un par de años.

Escuché sin mucha atención el trato que la mujer me proponía. Acepté con un movimiento de la mano, quitándole importancia. Sinceramente, me podría haber dado una galleta por todo y estaría más que contento. Tenía hambre, la verdad. Tal vez lo mejor fuera que volviera a casa. Ya había rechazado la oferta de hacer algo con mis compañeras, y no sería bueno que me encontraran vagabundeando por allí.

Recogí el dinero y me lo guardé, sopesando con una mano la cantidad que tenía encima. La verdad que era una buena suma. Medité un poco sobre lo que hacer a continuación, para luego encogerme de hombros. Si iba a tener que volver a aquel horrible lugar, al menos podía buscar la manera de estar más protegido.

— Pensándolo bien, me llevaré algo más que un simple café y un regalo para la vista, Sakura-chan.— comenté, guiñándole un ojo. Podía estar cansado, pero seguía siendo yo.— La verdad que algo que me proteja más que una camisa contra mordeduras y mocos me vendría bien. Si mal no recuerdo, tenías algo por ahí que se me hacía más resistente. Además de un par de amuletos y talismanes.

Luego de efectuada la compra, agradecí por el café, le dediqué a la mujer una teatral reverencia, y salí de allí. Tal vez podía hacer otra parada, de camino a casa.

>> Comprar Cota de Malla + Talismán

 

Sakura sonrió y le hizo entrega de su dinero por el intercambio. Sus ojos brillaron brevemente al ver todos esos materiales... ¿quizás produciría nuevos productos mañana? [Obtienes 300 Yen]

Luego, la mujer le hizo entrega de los productos solicitados. Una Cota de Malla y un Talismán... un total de 1050 Yen a pagar. Luego de recibir el dinero, Sakura le entregó los productos en el acto.

Contenido oculto

El equipamiento fue añadido a tu ficha. Indica allí si deseas equiparlos.

 

Contenido oculto

Ellas bien sneakies metiéndose aquí cuando Sanji se va para no coindicir (?)

Akiko Brooks

Tras despedirnos de Izagawa, Anna y yo nos marchamos de allí y propuse ir a la tienda de Sakura ahora. Aún guardaba varios objetos que quizá ella podría querer comprar... no en vano nos lo propuso, ¿no?

P-Pero esa mujer era un poco extraña, ay. Entré con algo de miedo, caminando detrás de Anna, y, tímidamente, alcé la voz.

—¿H-Hola? ¿Sakura-chan? N-Nos gustaría vender... unas cuantas cosas, ¡s-si no es molestia!

Ugh, o en Hanazawa había demasiadas personas que daban miedo, o yo era demasiado susceptible.

... bueno, a quién quiero engañar: soy demasiado susceptible.

Vender: telas verdes (x3), tela azul y raíces grandes (x2)

 

—Ah, Akiko-chan, Anna-chan, bienvenidas —sonrió Sakura, y su único ojo visible se centró sobre la tímida chica que había hablado primera—. Vaya, estoy teniendo muchos clientes con ganas de vender el día de hoy, ¿eh? Veamos...

Raíz Grande... era un material común para la creación de accesorios. Sakura podía darle 120 Yen por ambas. ¿Las vendía o se negaba?

La Tela Azul... era un material común para la creación de armaduras. Sakura podía darle unos 80 Yen por la tela. ¿La vendía o se negaba?

La Tela Verde... era un material bastante común para la creación de armaduras. Sakura podía darle unos 100 Yen por ambas. ¿Las vendía o se negaba?

 

Sakura sonrió y examinó los materiales que Anna le entregaba. Al igual que con Akiko, le ofreció un total de 300 Yen... cosa que tanto Anna como Akiko aceptaron. [Obtienen ambas 300 Yen].

 

La dueña del local tardó unos segundos en hacer acto de presencia. Se encontraba en la parte trasera de la tienda, terminando de acomodar algunas cosas. Se aproximó al mostrador y sonrió al ver allí a la joven Kurosawa.

—Shiori-chan, bienvenida —saludó con cortesía Sakura—. ¿Qué se te ofrece el día de hoy?

>> Quisiera comprar algo.

>> Quisiera vender algo.

>> ¿Qué estás haciendo?

>> Nada en particular, hasta luego.