Spin-off ¡Vacaciones en Islas Artistas! [Pokémon Rol]

Ian Lockhart

—¿Ah sí? —me reí—. Entonces debería darle un beso a mi salvadora, ¿No?~

Por supuesto que no lo hice, pero bromear con la chica se había vuelto divertido recientemente. Seguía siendo la pequeña niña de siempre, pero había dejado de ser incómodo a ser bastante divertido molestarla y jugar con ella.

—De todos modos, Blastoise y yo habríamos encontrado una salida juntos, ¿A que sí amigo? —le di ligeras palmadas en su caparazón, y el Pokémon se limitó a quedarse en completo silencio. Lo cierto es que no esperaba otra respuesta.

—¿Lo ves? Tal y como dije —me reí.

Miré entonces al chico rubio que parecía irse cabizbajo de la zona; uh, todo había acabado bien, ¿No? ¿Por qué tan cabizbajo? Bueno, no me correspondía meterme en sus asuntos de todos modos. De hecho ya me había metido en ello lo suficiente, porque cuando me di cuenta, algo me levantó del suelo de pronto.

Al parecer Emily no se había cansado de jugar, eh.

—Te has hecho más fuerte, eso se ve, pero no hay demasiado mérito en levantar un persona tan ligera como yo —sonreí, me había dado la vuelta una vez que me soltó, mirándola de frente, y fui yo entonces quien la tomó por la cintura con fuerza, levantándola del suelo, aunque tenía que mantenerla bastante pegada a mi cuerpo para poder sostenerla allí arriba.

Le sonreí confiado, levantando un poco la cabeza para mirarla, siendo que ahora estaba un poco por encima mío.

—¿Ves? No es muy difícil con lo ligera que eres —la seguí sosteniendo con ambos brazos y con su cuerpo pegado al mío, mientras caminaba un poco con dirrección a mi inicial—. Toda tuya Blastoise, puedes ahogarla en el mar si quieres —la bajé un poco, colocándola sobre el caparazón del pokémon acuático—. Es una buena oportunidad de que se conozcan.

>>Blastoise seguro que tiene un montón de cosas para contarte, ¿Eh? —el inicial miró a su entrenador durante un instante, después a Emily, y tras un instante se dejó caer en el suelo, bastante cansado de todo lo que había pasado como para ahora lidiar con ellos.

—Uh, ni ha salido como pensaba —me reí levemente, acariciando a mi pokémon—, supongo que te mereces un descanso después de todo esto, ¿Eh, amigo? —mi mirada se concentró de nuevo en Emily—. Bueno, te has quedado sin pokémon al cuál montar entonces, que yo no pienso volver a llevarte en hombros.

—Aunque debo admitir que tienes unas piernas muy suaves, ¿Eh? —volví a reírme con suficiencia, haciéndole una señal a Emily de despedida—. Bueno, iré a ver si tenemos alguna bebida, que me muero de sed. Cuida a Blastoise por mí, ¿Quieres? Se ve que le caes bien~

Una pequeña carcajada salió de mi boca, mientras me acercaba sigilosamente a las cosas que había traído Mimi. Seguro que encontraba algo interesante.

 

Cuando Ian se acercó a la sombrilla donde se encontraban las cosas que había llevado Mimi se encontró con una pequeña nevera con la tapa ligeramente levantada. Ahí debía estar la comida y la bebida, ¿no?, una sandía y una pelota de voley. La misma con la que había tropezado Nikolah y que parecía haber botado hasta allí. No parecía haber nada más reseñable.

—¡Hey!—le espetó Mimi entonces—. ¡Las manos donde pueda verlas, Lockhart! ¡Aún no es la hora de comer!

 

Dante Miles

—Preferiría que no entrara en el concepto de interesante que parecen tener...—murmuró en un suspiro algo más tranquilo al saber que estaban bien—, pero me pone más tranquilo saber que están bien luego de todo eso y también...tampoco recomendaría volver al mar por el momento.

Frunció su nariz levemente, mirando por donde se había ido el pokémon, por si acaso mejor alejarse un tiempo del agua en caso de que la molestia siguiera presente, era mejor no arriesgar a nadie más. Se alejó entonces hacia alguno de sus pokémon para poder revisar sus cosas, deshaciéndose allí de la camisa azul que había traído para enjuagarla con ayuda de Floatzel del agua salada y, gracias a Chesnaught que hizo crecer un pequeño muro de planta sin espinas para para poder colgarlo y tuviera algo con lo cual regresar.

Hundió sus pies en la arena un momento, buscando tranquilizarse antes de iniciar su nueva caminata hacia el inicial de agua de Ian, más precisamente donde estaba Emily. Se sentía nervioso, sí, pero al mismo tiempo estaba realmente feliz de verla, bien, a salvo. Así, terminó sentandose al lado de la entrenadora, apoyando su rostro sobre sus rodillas sin poder contener su sonrisa.

—¿Te la estás pasando bien? Dejando de lado claro...el secuestro del pokémon y demás...

 

Dante Miles

Estaba casi seguro que había sentido su respiración detenerse cuando notó que le devolvía la sonrisa. Le hacía preguntarse hacía cuanto no la había visto su sonrisa o escuchado la energía con la que se expresaba la mayoría del tiempo. —Ojalá los problemas les dieran un descanso de vez en cuando, pero supongo, algo de entretenido debe tener. —Soltó una pequeña risa negando con suavidad su cabeza, entraba en la tarea de entretener pero realmente quería que tuvieran paz.

—Estoy bien... un disparo de Blastoise no sería lo peor que pudo haber pasado —Ya había rodado por las escaleras con Ian como punto más alto a algo malo que pudiera ocurrir, así que no le alteraba mucho haber sido lanzado al agua —, solo...me asusté un poco por Hubert pero salio bien todo y creo que ellos estaban más tranquilos que yo. Me cuidan mucho.

 

Dante Miles

—Oh, claro. De eso estoy muy seguro —le sonrió un poco para tratar de tranquilizarla —, no creo que Ian haga las cosas con maldad o con intención de lastimar a alguien así que en lo personal no estoy enfadado ni nada por el estilo. —Quizás solo lo consideraba como alguien que tenía sus explosiones de energía dentro de la seriedad que manejaba el entrenador.

Dirigió su mirada por un momento hacia Ian, sonriendo levemente en el proceso le alegraba que pareciera convivir más con los demás.

No fue hasta que escuchó la voz de Emi que toda su atención volvió hacia ella, justo a tiempo para avergonzarse por la petición dicha.—¿A-Ah? C-Claro —Con cuidado tomó el bote que le entregaban, colocándose un poco más cerca para abrir la tapa de este y colocando una cantidad moderada entre sus manos, frotándolas un poco para esparcirlo y luego, con cierta duda y vergüenza dirigió sus manos a la espada de la entrenadora —. N-No creo que este muy frio pero si lo esta...lo lamento.

Estaba seguro que se le notaba la vergüenza en el rostro pero sin querer retrasarlo más, finalmente comenzó a aplicarlo sintiendo realmente su corazón latía con fuerza. Era cuidadoso, moviendo sus manos con suavidad desde sus hombros, su espalda con sus costados y apenas parte de su espalda baja. —Listo... creo que ya es todo...

 

Dante Miles

Sonrió en respuesta a su agradecimiento, le gustaba ayudar y también le gustaba tener esa cercanía de nuevo, más incluso cuando lo sentía como algo que había sido bastante lejano y ahora lo estaba recuperando un poco. Se sentía feliz, viéndola así de cerca, viéndola sonreír...realmente la extrañaba. —¿Hm? —parpadeó un par de veces para recobrar el hilo de la conversación, entendiendo todo casi al instante —¡Oh! No... yo realmente no creía que fuera a nadar hoy entonces vine cubierto... —rascó su mejilla un tanto nervioso o mas bien, apenado —¿N-No te molestaría hacerlo?

—Yo también estoy muy feliz, ha valido mucho la pena verlos a todos...también... reunirme de nuevo contigo, es muy lindo siempre.

 

Dante Miles

Ni siquiera pudo ocultar como su piel se erizó en el instante que Emi comenzó a colocar el protector solar, sintiendo pequeños escalofríos por donde pasaban sus manos pero, a fin de cuentas, caricias que disfrutó mientras duraron al sentirlo como algo completamente nuevo siendo que él estaba demasiado acostumbrado a tener varias capas de ropas encima.

Le sonrió cuando volvió a estar frente a él, agradeciéndole por haberle hecho aquel favor —Quizás no puedo opinar por Mimi, pero mientras te siga agradando verme estoy más que satisfecho —Soltó una pequeña risa de los nervios pero a fin de cuentas, era su verdad después de todo, era reconfortante saber que no era odiado.

Finalmente asintió con la misma energía ante la última propuesta —¡Claro! ¿Qué te gustaría hacer con todos?

Contenido oculto

Supongo que esto es buena introduccion para el volei?? (?

 

Ian Lockhart

—Pero me muero de sed Mimi —respondí despreocupado, metiendo la mano de la nevera, buscando algo para beber—. El combate contra aquel Tentacruel fue agotador.

Después de pillar algo de beber, me quedé allí, mirando con curiosidad las cosas que la chica había traído. De entre todas, la más curiosa era sin duda aquella sandía.

—Hey, Mimi —le hablé desde donde estaba, levantando un poco aquella fruta—. ¿Para qué se supone que traes esto? No me dirás qué planeabas partirla por la mitad y usarla de relleno, eh. Temo decirte que nadie lo creería —me reí, volviendo a dejar la sandía en el suelo, y dando pasos ligeros hacía atrás, listo para echar a correr si era necesario.

 

Ian Lockhart

Me encogí de hombros, divertido.

—Para partir una sandía sí, para hacerlo vendado, quizá no. No es algo que me preocupe especialmente, si tengo que serte sincero Mimi. Pero como veo que tienes tantas ganas de retarme, de acuerdo, aceptaré tu trato je. Sería una lástima que resultase ser también bueno en esto y no pudieses reírte, Mimi.

Por supuesto, sabía que no iba a pasar; mi orientación no era especialmente la mejor, y no esperaba que alguien me pusiese en la dirección correcta, así que era muy difícil lograrlo. Pero no iba a perder la oportunidad de molestar a la rubia, de todos modos. Me puse la venda y tomé el palo entre mis manos, determinado a romper la sandía.

Claro que no sería tan fácil. Quizá debería probar suerte e intentar darle a Mimi en su lugar. Con la venda puesta, tenía una excusa, je.

 

Mimi Honda

Solo bufé rodando los ojos cuando Lockhart respondió. Bla, bla, bla. Era todo lo que oía. ¿Por qué no solo actuaba y cerraba la boca de una vez? Me ponía de los nervios.

Observé sus movimientos lentos pero decididos con atención, sujetando fuertemente la vara entre sus manos. Aunque estaba segura de que no podía ver nada tras la venda, no dudaba que Ian haría trampa en esa clase de juegos. La sandía quedaba aún lejos pero estaba en el camino correcto para partirla. Y no pensaba permitirlo tan fácil.

—A la izquierda. ¡Muévete a la izquierda, así vas mal!—le insté.

 

Ian Lockhart

—Claro, claro, Mimi~ Haré lo que digas —le respondí mientras me giraba en la dirección que me había dicho—. Después de todo, seguro que me has puesto en la dirección correcta, ¿Cierto? No serías tan infantil como para intentar engañarme, ¿O sí?

Comencé a avanzar a la izquierda, a sabiendas de que era, sin duda, la opción equivocada, dando zancadas grandes y exageradas, divertido.

—¿Lo estoy haciendo bien Mimichi?~ Me cuesta un poco ubicarme estando a ciegas, pero seguro que con tu fabulosa guía hasta un tonto como yo llega hasta la sandía, claro.

 

Mimi Honda

¡¿Ah?! ¿Pero cómo demonios lograba siempre volver al centro? Me había hecho caso por algún motivo que escapaba a mi comprensión. Aunque a juzgar por su tono burlón, seguro se estaba riendo de mí y era perfectamente consciente de que trataba de engañarlo. Aún así, logró retomar la dirección de la sandía de forma casi milagrosa.

No daba crédito a mis ojos.

¿Cómo...?

—Tsk.

Tensa, me mordí la uña del pulgar. Solo tenía una oportunidad ahora... ¿lo lograría?

 

Ian Lockhart

—!Oído cocina Emi! —le respondí a la chica al oírla hablar; divertido, continué avanzando por dónde estaba avanzando ahora, con las mismas zancadas largas y exageradas, sin saber muy bien en qué momento detenerme. Pero bueno, que iba ahora por la dirección correcta, ¿No? En algún momento debía llegar a la sandía, o a alguna otra persona, mucho problema no había.