One-shot de Pokémon - Después del aterrizaje

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Allister, 18 Agosto 2019.

  1.  
    Allister

    Allister Caballero del árbol sonriente

    Virgo
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    Escritor
    Título:
    Después del aterrizaje
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3355
    1​

    La despedida fue dura para Serena. Era cierto, después de aquel beso el corazón le latió a mil por hora y el mundo se transformó en un paraíso donde todo era posible. Pero la realidad era otra. Y ahora que estaba sola no podía evitar que la tristeza la embargara. Quizá nunca lo volvería a ver, era momento de afrontarlo. Y aunque había jurado que volvería y que él era su objetivo, solo Arceus sabía cuánto tiempo tardarían ambos en realizar sus sueños, y si el destino sería tan generoso como para reunirlos de nuevo. Serena pensaba en todo aquello mientras miraba, a través de la ventana del avión, el inmenso océano de Hoenn. Apenada y triste llegó a la conclusión de que era mejor no hacerse ilusiones, y dejar que fuera el tiempo quien se llevara aquel sentimiento.

    2​

    Él estaba recostado en su asiento de avión, meditabundo y con un atisbo de sonrisa en los labios. Pikachu dormitaba en sus piernas, totalmente ajeno a las preocupaciones y alegrías de su entrenador.

    Ash no sabía exactamente como sentirse. Dentro, las emociones eran un vórtice desatado y furioso. Por una parte, se sentía feliz; cerraba los ojos y recordaba el suave tacto de sus labios unidos a los de ella, y la chispa eléctrica que le había recorrido el pecho hasta morir como un agradable vértigo en su estómago. Por otra, al abrir los ojos de nuevo y descubrirse solo en el avión, de regreso a casa y sin ella, la tristeza lo abrazaba.

    Jamás había reparado en los detalles mientras estuvo cerca de Serena, y ahora, tristemente tarde, lo había comprendido todo; las mejillas ruborizadas cada que él la rozaba casualmente, el tartamudeo y los nervios cuando estaban a solas, las miradas furiosas cada que Miette lo tomaba del brazo, toda aquella ceguera estúpida había caído de golpe con el beso. Se llevó las manos a la cabeza y la sonrisa se le borró del rostro.

    — ¿Cómo pude ser tan tonto? Yo le gustaba, de verdad le gustaba.

    3
    Serena llegó a ciudad Malvalona después del ajetreo ineludible del aeropuerto. La espalda le mataba y los pies le dolían horrores. Se sentía sucia y demasiado cansada. Había escuchado que Malvalona Hills (el lugar en donde Yashio, muy amablemente, le había conseguido un apartamento provisional mientras se inscribía en los concursos de Hoenn) tenía unas duchas con bañera bastante amplias y espectaculares. Fantaseó por un momento con lo delicioso que sería tomar un baño relajante antes de dormir. Hasta que fue interrumpida por las sonoras protestas de su estómago hambriento. Caminó en busca de un taxi que pudiera llevarla por fin a su lugar de descanso, y se perdió entre la multitud, como uno de los tantos rostros anónimos e ilusionados que escondían sueños gigantes en medio de la cotidianidad.

    4​

    El camino de regreso a casa era serpenteante y llano. La luna brillaba llena en un cielo despejado y anegado de estrellas. Ash y Pikachu sintieron la brisa nocturna besándoles el rostro. Abajo, las casitas de Pueblo Paleta cintilaban con luces opacas y el viento exhalaba susurros poblados de nostalgia. Cada viaje y cada regreso representaban historias interminables, amigos, metas conquistadas y fracasos que enseñaban. Pero ahora era distinto. Porque a pesar de todas las personas que había dejado atrás y que nunca había vuelto a ver, ninguno de los tantísimos regresos que había realizado estaba tan lleno de ausencia como aquel. Jamás se había sentido vacío al regresar, y ahora parecía ser la primera vez.

    Ash suspiró profundamente. Sonrió, pero sus ojos relampagueaban con un brillo indescriptible.

    — Estamos en casa Pikachu. — dijo por fin. — ¡Vamos!

    5​

    — ¡Ya estoy aquí! — gritó Ash, mientras abría la puerta de la casa.

    Una lluvia de confeti y el escándalo de pitoretas festivas lo aturdieron.

    — ¡¿Pero qué?!

    — ¡Bienvenido!— gritaron al unísono Delia, Misty y Brock.

    — ¡Vaya!, Hasta que te dignas en aparecer—. Dijo Gary, desde el fondo de la sala. Estaba sentado cómodamente en el sofá junto al profesor Oak.

    — ¡Bienvenido muchacho! — exclamó el profesor.

    En la sala de la casa había un desparpajo de guirnaldas, globos y un gran letrero de lona que rezaba en letras coloridas: ¡BIENVENIDO GRAN Sub CAMPEÓN DE KALOS! Habían escrito la palabra “Sub” a la prisa, improvisando con un marcador.

    Ash se quedó inerte por un momento. Aquella reunión de viejos amigos le parecía tan nostálgica e irreal que tardó un par de segundos en procesarlo. Al caer en la cuenta de lo que estaba pasando, sus pupilas se ensancharon con un brillo alegre. Pikachu saltó a los brazos de Misty, y él, casi instintivamente, rodeó a todos con ambos brazos.

    — ¡Chicos, están aquí!

    Aquello era tan impropio de Ash, que ahora los sorprendidos eran ellos.

    — ¿Pero qué bicho te ha picado, bobo? — dijo Gary, que ya se había unido al grupo junto con el profesor.

    — ¡A ustedes también me alegra verlos! — exclamó Ash, rompiendo el abrazo.

    — Estos muchachotes crecen tan rápido — dijo Brock revolviéndole el cabello.

    — Y dime Ketchum ¿Sigues siendo un bobo distraído como siempre? — dijo Misty en tono bromista.

    “Lo sigo siendo,” pensó Ash con amargura. Por un instante, sus pensamientos se desviaron nuevamente hacia Serena. Trató de controlarlos y rematar con otro chiste. — Puede ser, puede ser. Pero, qué me dices de ti, ¿Sigues siendo una gruñona?

    Todos prorrumpieron en risas, y en aquel instante, en medio del ánimo y la fiesta, Ash sintió que los amaba de verdad. Como solo se puede amar a la familia.

    — Pero bueno, basta de cháchara sin sentido que la cena se enfriará. — Dijo el profesor Oak.

    Los ojos de Ash y Pikachu brillaron de ansiedad. Habían pasado medio día sin probar bocado, y el olor que venía del comedor incitaba a la gula.

    Todos los convidados se sentaron a la mesa y comenzaron a comer y a charlar. Ash les habló de Clemont, de Bonnie y de Serena. Les presentó a Talonflame, a Noivern y a Hawlucha. También les contó sobre sus maravillosas aventuras en la región de Kalos; desde su lanzamiento en picada de la Torre Prisma, hasta su combate contra el equipo Flare. Todos escuchaban fascinados, hacían preguntas, comentaban y lanzaban alguno que otro chiste. Pero había algo distinto en Ash cada que contaba algo relacionado con Serena. De ninguna de sus acompañantes en el pasado había hablado con tanta emoción y cariño como lo hacía de aquella chica. Sus ojos centellaban alegres, y su voz se elevaba cada que mencionaba su nombre. Aquello pudo haber pasado desapercibido para todos, pero no para Delia y para Gary. Ambos sonreían con cierta ternura al escucharlo hablar de aquella muchachita tan especial.

    La cena había terminado y la noche se estaba tornando fría. El profesor Oak fue el primero en despedirse involuntariamente de todos. Ahora roncaba como un camión descompuesto, sobre el sofá de la sala. Brock, Delia y Misty se ocupaban de limpiar todo el desorden de la cena. Ash y Pikachu habían salido a tomar aire al patio, y Gary no tardó en unírseles.

    — Deliciosa cena, ¿cierto? — dijo Gary.

    — Sí — respondió Ash. Tenía la mirada perdida y sus pensamientos se disgregaban entre Kalos, Hoenn y los ojos azules de Serena.

    — Este viaje ha sido diferente, te ha cambiado. Y no lo digo en el sentido de que te has vuelto más fuerte. Eso es innegable. Te ha cambiado por dentro, es lo que quiero decir.

    Esta vez Ash volteó hacia él. — ¿Te parece?

    Gary se encogió de hombros. — Digo lo que veo. En algún momento tenías que crecer. ¿Acaso es por la chica?

    — Supongo — Sonrió. — Pero no sé qué hacer. Nunca me había sentido así. O tal vez sí, pero, nunca me di cuenta.

    Gary comenzó a reírse y Ash lo miró desconcertado. — Estás enamorado idiota. — Dijo.

    — Lo sé, pero ya es muy tarde.

    — Llámala, dile lo que sientes. Tiene derecho a escucharlo de ti.

    — ¿¡Estás loco?! Ni siquiera sé en qué parte de Hoenn está.

    Gary le golpeó con el dedo índice entre las cejas. — Mi abuelo dice que las decisiones no tomadas pesan incluso más que las malas decisiones. Busca el modo. Porque si no lo haces, el remordimiento no te dejará en paz. En fin, creo que ayudaré en la cocina. — Después de decir aquello, Gary enfundó las manos en los bolsillos y entró de nuevo a la casa.

    6​

    Ahora estaba ahí, en la sala de su casa, nervioso frente al video transmisor. — Es ahora o nunca — susurró. Marcó con presteza el número de teléfono del gimnasio de ciudad Luminalia. De pronto, la imagen del rubio inventor apareció en la pantalla. Clemont parecía distraído, reparando uno de esos extraños artefactos suyos.

    — Ya se lo dije señor vendedor, no necesito un seguro contra explosiones. Mis inventos son perfectos.

    — Clemont, soy yo. —Dijo Ash, tratando de contener la risa.

    — ¡Por Arceus, que agradable sorpresa! ¿Supongo que ya estás en Kanto?

    — Sí, estoy en casa.

    — ¡Me alegro! ¡Oye Bonnie, Ash está en el video Transmisor!

    Un grito de alegría ensordeció a ambos chicos cuando la rubia hizo su aparición, ataviada con su característica pijama de Tyrantrum.

    — ¡Hola Ash! — Dedenne se unió al saludo saltando frente a la pantalla. Ash sonrió y agitó la mano. Pikachu, quien había seguido a su entrenador hasta la sala, hizo lo mismo.

    — ¿A que debo tu llamada? — Preguntó el inventor.

    — ¿Has sabido algo de Serena? Es decir… sabes si llegó con bien a Hoenn —. Ash trató de disimular la ansiedad.

    — Después de ese besito has quedado extrañándola ¿Cierto? — Bonnie soltó aquel comentario sin más. Miraba a Ash con los ojos entrecerrados y con una sonrisita pícara dibujada en el rostro.

    El entrenador se ruborizó tanto, que parecía que explotaría en cualquier momento.

    — ¡Bonnie! — Gritó Clemont, molesto al darse cuenta que el comentario había incomodado a su amigo.

    — Nos vemos Ash —. La pequeña rubia le guiño un ojo. — Llámala, ella estará muy feliz de escucharte.

    — Ignórala—. Dijo Clemont, retomando el control del video transmisor.

    — Odio admitirlo, pero ella tiene razón. — Clemont se limitó a acomodarse las gafas.

    — Ella debe estar en este momento en Malvalona Hills —. Dijo por fin Clemont, luego de un silencio reflexivo. — Nos hemos encontrado con Grace hoy en la ciudad y nos contó que Yashio había sido muy generosa en prestarle su apartamento en Hoenn. Es un sitio muy exclusivo según he leído.

    — ¿Tienes de casualidad el número de ese lugar?

    Clemont no pudo evitar sonreír. — Claro, dame unos segundos y te lo enviaré ahora mismo. En el video trasmisor de Ash, un ícono emergente en forma de sobre apareció.

    — Lo he recibido. Muchas Gracias Clemont.

    — Llámala, y suerte con eso—. Dijo el inventor, despidiéndose con una sonrisa.

    — Gracias amigo.

    La pantalla se tornó oscura. La imagen de Clemont había desaparecido devolviendo, en cambio, el reflejo de un Ash bastante contrariado.

    7​

    El recibimiento en Malvalona Hills había sido de lo mejor. Solo había bastado con dar su nombre para que la recepcionista le brindara una radiante sonrisa.

    — ¡Claro! Yashio nos avisó que vendría. Hemos preparado ya su recámara. Y claro que el servicio a la habitación está disponible para nuestro huésped de honor. Fue un viaje largo, seguro querrá descansar y comer algo.

    Dejó sus datos en la recepción, y después de aquello, todo había sido atenciones. Le habían llevado deliciosos platillos, a ella y a sus pokémon. “Uno podría acostumbrarse a esto” pensó Serena, al ver la enorme habitación de la cual dispondría durante un par de días. Y la ducha con tina, rayos, era tal y como los rumores decían; Amplia y pulcra, digna de un rey, o de una reina. No dudó ni un segundo en llenar la tina y desvestirse, para luego darse un relajante baño.

    — Este nuevo camino será duro — musitó Serena. Ya llevaba unos quince minutos zambullida en la tina, y parecía que no tenía intenciones de salir de ahí en un buen rato. Tenía el cabello apelmazado y lleno de jabón. Frotaba sus piernas mientras el relajante silencio del lugar la transportaba a un estado de relax único. Estuvo a punto de cerrar los ojos, cuando el sonido de su transmisor portátil la hizo dar un respingo. “He olvidado llamar a mamá, seguro debe estar preocupada y furiosa,” pensó. Extendió la mano y congio el aparato. Presionó el botón de contestar y se lo llevó a las oreja.

    — Señorita Serena, tiene una video llamada de…

    — Está bien, enlácenos, yo atenderé. — Dijo, sin dejar terminar a la recepcionista, pensando erróneamente que se trataba de su madre.

    Puso el transmisor de frente en el lavamanos, mientras salía de la tina y se cubría con una toalla. La pequeña pantalla dio imagen por fin, y ninguno de los dos se imaginó lo que vería del otro lado.

    Las mejillas de Serena se encendieron como un semáforo en rojo. En la pantalla estaba Ash. Tenía una expresión sorprendida, con los ojos abiertos y la boca igual. Desde Kanto, el panorama no fue menos impresionante. Serena lucía bastante ruborizada, envuelta en una toalla, con el cabello mojado sobre el rostro y sus hermosos ojos azules brillaban con tierna vergüenza. ¿Había estado tomando una ducha? “Genial, tonto” pensó Ash, cuando por fin pudo bajar la vista igual de apenado que la chica.

    — ¡Lo siento, lo siento! — Dijo por fin el entrenador. — Creo que llamé en un mal momento. Llamaré luego.

    — ¡No, no! — La reacción había sido casi instintiva. — Solo me pondré algo de ropa, espera un segundo. La chica voló fuera del baño como alma que lleva Giratina. Se apoyó contra el marco de la puerta, ya fuera de la vista de Ash. Se llevó las manos al pecho, el corazón le latía a mil, y la sonrisa afloró tierna y espontánea. Corrió hacia la cama y revolvió su equipaje en busca de ropa, ante la vista de Braixen, Sylveon y Pancham. Se puso una camiseta blanca y unos pantaloncillos cortos. Regresó al baño corriendo. Tomó el transmisor, él seguía ahí, miraba hacia un lado, distraído, quizá pensando, quizá reponiéndose del shock. “Es lindo”, pensó, casi sin darse cuenta.

    — Hola—. El rubor volvió a subir como fuego por sus mejillas.

    — Hola — respondió él, frotándose el cuello, muerto de nervios.

    El tiempo se detuvo entre ambos. Él la miró a los ojos, y todos los nervios que sentía se esfumaron como la bruma al amanecer. “Es hermosa”, pensó, mientras la apreciaba, con el cabello mojado y esa expresión tierna. El corazón le dio un vuelco, y ahí estaban otra vez ese puñado de sensaciones variopintas.

    — Te ves muy guapa—. Atinó a decir el entrenador. La frase brotó casi por impulso. Era la primera vez que se dirigía así a una mujer.

    Los ojos de Serena se ensancharon, provocando un brillo hermoso. No lo podía creer, Ash le había dicho que se miraba guapa. Bajó la mirada y sonrió, acariciándose el cabello aún mojado.

    — Gracias, pero creo que me he visto mejor. — Respondió tímidamente.

    — Sí. Es decir, no. Bueno, lo que quiero decir es que siempre te vez guapa —. Los nervios volvían a traicionarlo.

    Serena sonrió con ternura. — ¿Cómo has estado? — preguntó, tratando de controlar la emoción.

    — Muy bien. En realidad, estaba un poco preocupado. Quería saber si habías llegado con bien a Hoenn.

    — Eso… eso es muy lindo de tu parte. Por cierto, ¿Cómo sabías que estaba aquí?

    — Bueno, verás, llamé a Clemont y el me lo dijo.

    — ¡¿Llamaste a Clemont, solo para saber dónde estaba?! — Serena estaba viviendo el sueño, no lo podía creer.

    — Bueno, sí. ¿Está mal que lo haya hecho?

    — ¡No, para nada!— Lo cierto es que a Serena no le importaba que Ash fuera un poco entrometido. Después de todo por fin estaba mostrando algo de interés en ella.

    Un silencio abrumador se hizo entre ambos. — Bueno, solo quería saber si estabas bien. — dijo por fin Ash, a falta de algo mejor. — Espero tengas mucho éxito en los concursos.

    — ¡Espera! —casi fue una súplica. — ¿De verdad solo llamabas para eso?

    Ash guardó silencio por varios segundos. — La verdad es que no. De hecho, quería preguntarte algo.

    Serena tragó saliva — ¿Sí?

    — ¿Por qué me besaste?

    Ella bajó la vista. Jamás pensó que lanzaría la pregunta así, de sopetón. — ¿Estuvo mal que lo hiciera?

    — ¿Bromeas? Claro que no. De hecho, se sintió muy bien — Ash había bajado la voz, en la última parte, casi como si hablara consigo mismo.

    — A mí también me gustó — dijo, sonrojándose de nuevo.

    — Pero, ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué hasta el último momento?

    Ella respiró hondo, cerró los ojos con fuerza. — ¡Porqué me gustas, porqué he estado enamorada de ti desde aquella vez en el campamento del profesor Oak, y porqué tenía miedo de que tu no sintieras lo mismo que yo!

    — Es muy lindo de tu parte — respondió Ash, sonriendo con ternura. — De verdad he sido un tonto. ¿Cómo no pude darme cuenta de tus sentimientos? ¿Podrías perdonarme?

    La chica abrió los ojos, sorprendida. Se imaginaba que Ash iba a cortar la llamada después de escuchar su confesión. Pero no fue así, el aún estaba ahí y parecía, no solo no estar molesto, parecía feliz.

    — Y tú ¿Sientes algo por mí?

    El entrenador guardó silencio por unos segundos, segundos que fueron de infarto para Serena.

    — Te contestaré con sinceridad. Hasta el momento antes del beso no lo había comprendido, pero siempre me pregunté cosas como, por qué te invité a viajar con nosotros, si no lo había hecho con ninguna de mis acompañantes anteriores. Luego entendí que siempre había visto algo en ti que era diferente. Pero me hacías pensar mucho, y sabes que no soy bueno para pensar, así que, siempre traté de enfocarme en el viaje y no darle importancia a lo demás. Ahora entiendo que eso estuvo mal. De alguna forma estuvo mal. — Dijo él, deteniéndose a pensar un poco. — Ahora, solo tengo este montón de sensaciones confusas. Me siento feliz de hablar contigo. Y no es como la felicidad que se siente al ganar en una batalla, o como cuando recibo una medalla de gimnasio. Es algo distinto, algo más fuerte que me supera y me da miedo porque no lo entiendo. Siento tristeza y frustración porque ya no estás cerca de mí. Sentía muchos nervios al llamarte, y me siento molesto conmigo mismo por ser tan distraído. Y me siento feliz de estar hablando sobre esto contigo. Y sobre todo, quisiera volver a besarte. No estoy seguro de si esto es igual de fuerte a lo que tú sientes, pero creo que también me gustas.

    Cuando Ash por fin se animó a verle a la cara, grandes lágrimas rodaban por las mejillas rosáceas de la chica. Tenía los ojos más hermosos que jamás hubiera visto, aun así, anegados de llanto.

    — ¡No por favor, no llores! No quise hacerte sentir mal.

    — ¡Son lágrimas de alegría tonto!— gritó ella, en un sollozo entremezclado con risa. — No hay forma de que me hagas sentir mal con lo que acabas de decir. Esta es la noche más feliz de mi vida.

    Ash suspiró aliviado. — Serena. — Dijo, desplegando una sonrisa radiante. — No sé cuánto tardemos en volver a encontrarnos y en lograr nuestros objetivos. Pero prometámonos algo, lucharemos contra todo para hacer realidad nuestros sueños y así volvernos a encontrar.

    Serena sonrió, frotándose los ojos. — Así será, después de todo, tú eres mi objetivo.

    Él sonrió y la observó largamente, ilusionado como nunca. — Bueno, es tarde. Recuerda que mañana tendrás que inscribirte en los concursos, no te quedes dormida.

    — Me permito recordarte que el dormilón eres tú.

    — ¡Sí! — respondió, entre risas. — Hasta pronto Serena, espero cumplas tus sueños. Espero volverte a ver. Te… te quiero.

    — Hasta pronto Ash —. Dijo Serena, rosando suavemente con los dedos el rostro del entrenador a través de la pantalla. — También te quiero. — Luego, todo fue oscuridad. Y un mensaje de llamada terminada emergió en la pantalla.

    Serena corrió con alegría hasta su cama. Se lanzó sobre sus pokémon y los abrazó. — Nos esforzaremos para volverle a ver. — Sylveon, Braixen y Pancham asintieron felices. Esa noche serena durmió plácidamente, con una sonrisa en el rostro y sueños felices, esperando el día en que pudiera reunirse con él.
     
    Última edición: 18 Agosto 2019
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    Hygge

    Hygge Game Master

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    Awns, me has despertado varias emociones y recuerdos con este escrito. Hacía mucho que no leía nada de Pokémon, de hecho ya es difícil leer Amourshipping hoy en día. Pero cuando vi que lo habías escrito tú me vine de cabeza a echarle un vistazo porque de lo poco que he leído de ti en el foro, siempre me ha gustado mucho tu estilo de escritura. Tienes un vocabulario muy amplio y describes de una forma muy bonita las escenas y situaciones, y realmente no he visto ningún fallo salvo al final de la historia

    Un rozando pasado por alto que es nada y menos realmente, pero así queda 10/10 la historia <3

    Y bueno, entrando al escrito, me ha gustado mucho el estilo que has empleado, como una suerte de pequeños capítulos seguidos uno detrás de otro. Eso siempre me ha gustado de los libros, prefiero muchos capítulos cortos y seguidos porque me suele animar más a leerlo todo de golpe, no me canso. Y causaste el mismo impacto así conmigo aquí.

    Fue una historia muy linda. Epílogo de XYZ, ojalá le hubiesen dado el empujón a la pareja de la forma en que lo has retratado, porque se siente realmente bonito así. Van a tardar mucho en verse, quién sabe cuanto, pero al menos ya han aclaradl sus sentimientos y tienen la seguridad de que el otrl les estará esperando. Las personalidades están IC, siempre me cuesta ver a Ash madurando y parece Ooc pero si Ash madurase, yo lo vería tal cual lo retrataste, jajaja.

    Y eso, gracias por escribir de la pareja :D Me trajiste buenos recuerdos.
     
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    Paulo

    Paulo Athena no Seinto (Santo de Athena)

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    Hola amigo, bonita historia debo decirlo, y aunque no soy del tipo que acostumbra a leer sobre el Amour, de igual forma te digo que fue de mi agrado.

    Ciertamente esto vendría a ser como una conti del final que vimos en el anime, y de no tener ''Sol y Luna'' quizá por ahí podrían haber hecho oficial algo similar a esto, bueno... eso si se les olvidara que Pokémon es dirigido a un publico infantil y decidieran hacer que el protagonista progresara en otras áreas de su vida, y no solo en su profesión (si es que se puede
    decir que al menos en esta él progresa).

    Y aunque no sea algo importante, debo decir que me dio algo de gracia imaginarme esto. n_nU

    En parte también me recuerda a las altas expectativas
    que le tenía yo al personaje en aquella ocasión, como cualquier fan, o como sus amigos lo demuestran aquí, con el simple hecho de haber escrito por adelantado y sin pensar en su derrota tales palabras en mayúscula.

    Bueno, lamento no haber sido más extenso, pero me he quedado corto
    en palabras, y bueno... tampoco le he hallado errores como para extenderme un poco más, así que solo vuelvo a recalcar lo agradable para mí que ha sido leer tu historia,
    creo que eso es todo, un saludo y hasta la próxima amigo. c:
     
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