Historia corta El juguete cruel

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Mercedes White, 5 Diciembre 2016.

  1.  
    Mercedes White

    Mercedes White Grumete

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    Título:
    El juguete cruel
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2477
    ¿Han visto cómo es una tienda de juguetes?

    ..... Tiene un aspecto muerto, sin vida......

    Imaginen que es una cómoda y humilde casa de madera, donde un fabricante de juguetes adinerado y honrado sobresalientemente regala muñecos y juguetes para la diversión de los niños, que cada juguete esté detallado y tenga una vida propia, o eso creen los demás. Todos los juguetes se mantienen tras la vitrina, mirando hacia afuera, con la mirada más gélida e hipócrita, como si sintieran.

    Yo soy distinto a esos juguetes.

    El primer día que el juguetero me hizo, me acababa de pintar mis ojos y me puso sobre la repisa de unos 7m para que se secara todo el complemento (Solo faltaba pintarme), luego, se estiró y con un bostezo se fue a la cama de arriba a dormir, era un hombre sin hijos de 43 años de edad, muy querido por el pueblo., aspiraba regalarle alguna vez a su prometida el mejor juguete de su colección.

    Ése juguete era yo.

    Al principio, moverme era una cruel tarea, a penas me levantaba, las piernas me temblaban y caía sentado, para intentar volver a levantarme. Lo que más me impresionaba, era que al parecer el juguetero podía hacerles cobrar vida a sus juguetes, yo nunca supe cómo, ni quiero saberlo ahora.

    Era extraño que por las noches, los juguetes danzaran como si estuvieran hechizados, trabajando y ordenando, cada juguete, ya fuera pequeño o grande, ellos se extendían en grupos y ocupaban cada espacio de la pequeña sala, a eso de las 10 de la noche... Tal vez.

    La primera vez que vi tal espectáculo, me recordó a una película, Toy Story.

    Oh, cómo odiaba y sigo odiando esa película.

    Como relataba, era bastante curioso que absolutamente todos los juguetes se organizaran en filas y marchaban al compás de una cancioncita, creo que era “Ratón que te pilla el gato, ratón que te va a pillar, si no te pilla de noche de pilla de madrugada” Hacían cada movimiento sincronizado y de una manera perfecta, copiaban cada movimiento y nadie se tardaba en reaccionar, me explico, en términos generales: Como zombis.

    En ese momento comencé a mover mis ojos, fascinado de trasladarme visualmente a otro punto que alcanzase mi visión. Comencé a intentar estirar mis músculos, pasito a pasito, estaban tan dormidos como piedras.

    Pero al final no logré nada, las piernas volvieron a abandonarme y caí sentado de nuevo, dándome un golpecito en la cabeza contra el muro que fijaba la repisa. Me había dado cuenta de que no aprendería a moverme hasta por lo menos una semana, por lo que empecé ejercitando lo que llamamos La voz.

    — ¡O— han!

    Fue la primera palabra que salió de mi garganta, seca y rasposa, y claro, mi voz sonaba demasiado grave y fea, como si estuvieran afónicos durante un mes.

    — (Chasquee la lengua) ¡Onm!... ¡Iae!... ¡Oi— jan!

    La fila de juguetes no me escuchaba en lo absoluto, estaban ocupados haciendo sus vestidos y ropas, si uno cocía, todos cocían, si uno hacía un vestido, todos hacían un vestido, se repetía sucesivamente la acción, y claro, no me prestaban atención, seguían tarareando ésa cancioncita:

    — “Si no te pilla de noche...”

    — ¡O— Oigan!

    Ninguno me escuchó, sin embargo, yo tenía una sonrisa ensanchada en el rostro: “¡He aprendido a hablar!, ¡Ahora le diré al juguetero que...!”

    Callé mis pensamientos, dándome cuenta de dos cosas, la primera era que no tenía nada que decirle al juguetero, por lo tanto, mi voz no tenía utilidad. Y la segunda, era que ¡Había aprendido a razonar y pensar!

    **********(1)**********

    Como dije, en cuestión de 3 meses arduos y duraderos, logré aprender a utilizar mis piernas, era bastante trabajo, y en ese entonces ya había aprendido a mover los brazos, la boca, y adquiría más conocimiento.

    Mi juguetero era mi padre, y él, quería regalarme a su prometida, sin embargo, al querer que yo tuviera una calidad mejor que los demás juguetes, era un problema, ya de por sí, la madera era costosa, la pintura igual... Y sin embargo me sonreía como un hijo, ¡Cuando yo limitaba el 70% de sus ganancias!

    Hubo una vez, que me bajó de la repisa y me colocó encima de una mesita, ¡Ya estaba todo listo!, mi apariencia era de un chiquillo de 13 años conductor de trenes, ojos azules, cabello marrón, uniforme marrón llamativo con una gorra marrón oscuro, ¡Era un juguete muy coqueto!

    Sin embargo, quiero hacerles llegar a un punto para no aburrirlos, la verdad ya adivino que más de uno ya me habrá abandonado...

    ¡Justo quería ver eso!, ¡Vaya de ustedes, hipócritas!

    Llegó la hora de dormir para el juguetero, como siempre, subió a su cama, se lamentó de las ganancias que estaba perdiendo ahora que salían los videojuegos o consolas, hasta caer dormido, de verdad, me lamentaba mucho de su estado. La hora llegó, y los juguetes, como siempre, salieron como soldados en línea recta, marchando, cantando, haciendo los mismos movimientos.

    Me deslicé por la pata de la mesita de madera hasta el suelo, mi tamaño era de al menos 9cm, soy un juguete realmente pequeño por lo que tenía que hacer un sin número de pasos para realizar algo que un ser humano normal, haría en unos segundos.

    Me acerqué para ver qué hacían, y me sorprendió el ver que todos tomaban sobre sus cabezas, como una fila que iba desde el suelo, subiendo por la cortina de la cocina hasta llegar a la alacena, un huevo.

    ¡Si, por cada juguete traían un huevo en sus cabezas! Me pareció extraño, por lo que miré bien y al parecer, escalaban el mantel de la mesa de la cocina con el peligro de que el huevo se les cayera de la cabeza, y dejaban los huevos al lado de un libro de cocina.

    ¡Los juguetes querían cocinar!

    — “....Ratón que te va a pillar...”

    Cabe destacar que una agradable sensación de risa se acopló en mi pecho, y, entonces, estallé a grandes carcajadas, que por suerte, no despertarían al juguetero, ¡Claro él no sabía que sus creaciones estaban vivas!

    — AHAHAHAHA... ¡TERMINARÁN A LAS 2 DE LA MAÑANA!, ¡AHAHAHAHA!

    Fue tanta la risa, que me tiré al piso, revolcándome en círculos como un cerdo condenado en el barro, creo que duré como unos minutos en los que no paraba de reír, hasta que por el santo dolor en mi estómago de madera, me tranquilicé un poco, levantándome lentamente con una sonrisa boba en mi rostro.

    ¡La voz servía para reír!

    Fue entonces que vi a todos los juguetes en una multitud, lo que me sorprendió, pues siempre iban en fila y cantando esa canción, pero ahora, todos me veían estupefactos, con la misma expresión en sus rostros, no importa que físicamente los juguetes fueran diferentes, sicológicamente eran iguales... ¡Hasta en los mismos pensamientos!

    Un juguete, en forma de perro de bomberos, con el casco y el pelaje claro, abrió la boca, hablando:

    — ¡CARAJO DEL DEMONIO!

    Había dado un ligero brinco al escuchar la imponente voz del perro, era la primera vez que le oía hablar sin que no fuera cantado esa canción.

    Sin embargo, los demás juguetes repitieron la oración, uno por uno:

    — ¡CARAJO DEL DEMONIO!

    — ¡CARAJO DEL DEMONIO!

    — ¡CARAJO DEL DEMONIO!

    Los gritos tenían tal amplificación que no pude hacer más que taparme los oídos, yo creo que si hubieran estado en mi lugar, su audición resultaría dañada y sus oídos sangraran... Algo parecido a lo que me ocurría en ese momento.

    Había cerrado mis ojos al sentir que mi cabeza daba vueltas y unas insaciables ganas de vomitar se habían adueñado de mi, caí de rodillas sintiendo que me desfallecía.

    Cuando sentí que me tomaban bruscamente de los brazos y me elevaban, haciendo que mis pies no tocaran el piso, intenté abrir mi ojo derecho y en ese instante vi que los juguetes me llevaban sobre sus cabezas tomándome fuertemente de la cintura y los brazos, algunos se mantenían en silencio, otros seguían repitiendo la frase que me ensordecía.

    — ¡CARAJO DEL DEMONIO!

    — ¡CARAJO DEL DEMONIO!

    Sentí, entonces, que me tiraban con fuerza y fui a dar contra la pared... Haciendo que mi cabeza de madera, bien labrada y cuidada se partiera y se abriera un poco, deslizándome por el muro hasta quedar sentado. Abrí mis ojos hasta más no poder.

    — ¡D— Deténganse!— Fue lo que pude decir, para volver a levantarme con pesadez, viendo que los muñecos me miraban seriamente y estaban en multitud a mi alrededor, ¿Qué habían hecho con los huevos?, ¡Si, era un bastardo por pensar en los huevos y no en mi vida!

    — ¡Es un muñeco imperfeto, no es igual a nosotros!

    — ¡Es un muñeco imperfeto, no es igual a nosotros!

    — ¡Es un muñeco imperfeto, no es igual a nosotros!

    Entonces me agarraron por los brazos y comenzaron a alarme, rasgándome la ropa y dañándome.

    — <<<¡Porquería!>>>

    — <<<¡Mátenlo!>>>

    — <<<¡Menudo maldito hipócrita!>>>

    — <<<¡Hijo del demonio!>>>

    — <<<¡Maldito narcisista que se cree perfecto!>>>

    — ¡Basta!— Como pude en ese lugar, me solté de sus agarres y huí despavorido, no sabía hacia dónde iba, ni con quién iba a encontrarme... ¿Por qué me hacía esto?

    Sentí entonces que algo, (como una cuerda tal vez), se enredaba en mis piernas y me hacía caer con fuerza al suelo boca abajo (Hasta me lastimé el rostro).

    Miré hacia atrás y vi a un juguete en forma de serpiente, que me halaba con su cola hacia la multitud, ellos, hacían lo mismo que la serpiente: Fingían que entre sus manos había una cuerda y la jalaban, cuando no existía la cuerda.

    Supe que era mi final, y solo quise...

    ¡¡TICK!!, ¡¡TICK!!

    Miré hacia el reloj y me alegré: ¡El juguetero iba a levantarse, por lo que todos teníamos que llegar a nuestros lugares!



    **********(2)**********

    Durante 3 años estuve ocultándome debajo de la nevera, de los juguetes que me lastimaban, de mi padre, de todos. Mi apariencia ahora era verdaderamente lamentable, la pintura desgastada, sucio hasta en mi rostro, mi ropa destruida, era de verdad una vergüenza, ¿Qué diría mi padre al verme así?, tantos años de esfuerzos, sacrificios y gastos... En vano. Fue entonces, que el juguetero se casó, recuerdo bien a la señora, hermosa y muy humilde, ojos avellana, algo robusta pero dulce. Ella ya tenía una hija antes de casarse con el juguetero, era una criatura hermosa, ojos azules, cabello marrón, a penas con 13 años de edad.

    Recuerdo, cuando mi vida se convirtió en un infierno:

    El juguetero y su esposa iban a salir para comprar pan a la panadería cercana, en ese momento el juguetero se había retirado de fabricante de juguetes, vendía los que anteriormente había producido, que eran muy pocos. No le importó el no encontrarme y regalarme a su prometida, cosa que me dolió. La hijastra, Catalina, iba a quedarse.

    Como decía, estaba el juguetero esperando en la puerta, elegantemente vestido, nervioso por ver cómo se vestiría su esposa, y tenía una mano en el pomo de la puerta.

    — ¡Ay!— Suspiró y comenzó a hablar solo— Cómo me hubiera gustado que Chaty (Catalina) tuviera en sus manos a Gabriel... Mi mejor juguete...

    Fue cuando me di cuenta...

    ¿Yo me llamaba Gabriel?

    — ¡Juguete del demonio!— Sus mejillas enrojecieron— ¡Tanto que gasté en él, me esforcé en él y desapareció!, ¿Quién me manda a mi a poner todos mis esfuerzos en un juguete igual a los que he hecho?, ¡Y era un juguete que no era especial en nada!

    Cada palabra me lastimaba, pero claro, ustedes son inmunes a todo lo que él me dice, si estuvieran en mi lugar... ¡Bah, váyanse, ni con los ojos ventados me entenderían!

    Cuando la dama llegó, y la pareja se fue a la panadería, aconteció que Catalina, barriendo el lugar, barrió debajo de la nevera, justo donde me encontraba, y me sacó de mi escondite.

    ¡Me ardían los ojos!

    — ¿¡Qué es esto?!— Bramó ella con los ojos abiertos— ¡Un demonio!— Retrocedió un poco, hasta que me miró con detenimiento— ¿Un... juguete?— Su mirada desorbitada y dulce, se transformó en una de burla, caminó hacia mí, y agarró entre dos de sus dedos mi bracito derecho, elevándome a la altura de su rostro para verme mejor— Que asco... Está sucio, desgastado... Nadie querría a este juguete— Su cara de asco lo decía todo, estaba seriamente asqueada de mí, si ella estaba asqueada de mí... ¿Mi padre también lo estaría?, repentinamente ella me soltó y caí al suelo, partiéndome un poco más, ya que mi madera estaba podrida.

    A continuación, ella levantó su pierna y comenzó a golpearme, pateándome, pisándome.

    — ¡Porquería, estás podrido por dentro!— Veía a duras penas, que estaba asqueada incluso de tocarme con sus zapatos.

    Me aplastó la pierna izquierda, y me dejó sin un ojo.

    Ella, satisfecha, corrió a buscar el cubo de basura para depositarme en él.

    Fue entonces que me harté.



    ¡Así que el mundo quería que yo no existiera!, ¡Qué equivocados estaban!



    Como pude, me trasladé sin una pierna y una visión débil a un nuevo escondite, debajo de los libros, esperando que la niña se descuidara para yo salirme con la mía.

    — ¿¡Eh?!, ¡Ya no está!— Dijo algo alterada y pálida, volviendo a su expresión débil y dulce— ¡Necesito acostarme,estoy alucinando cosas, despertaré y la basura de muñeco estará allí!— Dijo corriendo hacia las escaleras y metiéndose a su cuarto.

    Esperé unas horas, 3 para ser precisos.

    Listo.

    Me arrastré fuera del escondite, agradeciendo que no fuera de noche, ya que los otros juguetes me obstruirían el paso.

    — “Ratón que te pilla el gato...”

    Recordé la canción mientras subía por las escaleras, o mejor dicho, me arrastraba hacia el cuarto de Catalina.

    Cuando ingresé a la habitación, vi las sabanas que cubrían el cuerpo de la niña que yacía en la cama, dormida ya que en ningún momento se perturbó su respiración.

    Escalé hasta llegar a la cima de una mesita que estaba al lado de la cama, entonces vi, una aguja y un hilo, tomé la aguja y el hilo lo dejé allí, sonriente y pensando en lo que haría.

    Me subí a la cama y di pasos lentos hasta el rostro durmiente de Catalina, ¡Un ángel!, parecía un ángel dormida, con sus labios entreabiertos y bonita sonrisa.

    Me acerqué un poco más, cada vez más hasta que estuve lo suficientemente cerca para sentir su respiración y su aliento.

    Entonces saqué la aguja y se la enterré en el cuello.



    N/A: ¡Hola Fanficslandia! Es la primera historia que subo aquí, la verdad la historia antes la tenía en Fanfic.es y bueno... Como hackearon mi querida página, decidí publicarla aquí, las reglas dictan que debo dar el enlace, pero como dije, hackearon la página.
    Bueno, eso es todo, quería quedarme con la historia para mí sola pero... La quise compartir, después de todo ya la tengo terminada.
    Bye!
     
    Última edición: 5 Diciembre 2016
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    Bahamut

    Bahamut Usuario común

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    Es bueno que compartas tus historias.

    De alguna forma, Gabriel y su historia me recuerda mucho a ese momento en la vida, que todos pasamos cuando sentimos que el mundo está en nuestra contra y queremos mandar todo al carajo. El era un buen juguete, pero la envidia de sus compañeros y los celos corrompieron a todo el resto de los juguetes, que acabaron maltratando al pobre juguete. Y como siempre sucede algunas veces las chicas lindas tienen sus lados más oscuros y a Gabriel le tocó la peor parte.

    También quiero enfatizar el hecho de que los juguetes usen palabrotas no se usa a menudo.

    Sin más que agregar.

    Saludos y suerte.
     
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    mastermystery

    mastermystery el enigmático

    Libra
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    Me gusto la historia , pobre Gabriel en un momento estuvo en la cima del mundo , pero la envidia de los demás juguetes que lo consideraban "imperfecto " por no ser igual que ellos lo arruino y el maltrato que recibió de la niña fue la gota que colmo el vaso de abandono y desprecio.

    ¡Saludos!
     
  4.  
    Kao

    Kao 

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    Me gusto mucho, lo considero una historia con buen desarrollo.
    Me agrada como se refleja en los juguetes la naturaleza humana de querer acabar con todo.
    O al menos ello fue lo que entendí yo al leer esto.
    La niña le considero una representación de la vida misma sobre como te bota a tu suerte.

    Me gusto como jugaste con los papeles de los personajes y su representación.
     
  5.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
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    ... Wow...

    Vaya, para ser lo que mas o menos me esperaba. ¡No esta nada mal! ¡Me ha encantado!
    Dejaría un comentario acá todo bonito, casual y x pero he venido aquí por la crítica. Así que vamos a ello...

    ¿Qué puedo decir? En general la historia base no esta nada mal. Al contrario, ¡es muy buena! Me ha gustado como has jugado con las perspectivas y las mentes de aquellos a los que seguramente están acostumbrados a ver los clichés y las buenas impresiones de lo que sería Toy Story. Inclusive, que hasta en las caricaturas, canciones y cuentos.

    He analizado a Gabriel, nuestro potencial asesino en serie y no le encuentro fallas. Me ha encantado su desarrollo, de ser alguien inanimado, a estar vivo y lleno de cariño y amor para pasar a ser un verdadero asesino por culpa de una especie de "sistema" que los mismos juguetes ya tenían. Acá arriba han comentado que es por envidia y similar, pero yo no lo veo así. Mas bien creo que es porque todos ya se tenían una regla a seguir, y al ver a alguien que no era así, temieron de lo que podría suceder y por eso quisieron exterminarlo.
    También me ha gustado ver cómo me parece, a sus propios ojos, pensaba que era el juguete definitivo, el especial, el único. Y al final resultara que mas bien solo era uno más del montón el cual tenía una simple y peculiar forma de vestir.
    Porque es algo así, ¿no? Si lo dejaste algo ambiguo, es porque seguro a futuro lo vas a aclarar, y si no. Mejor será ya sea que lo vuelvas enigma, o lo expliques brevemente que tampoco es necesario llevarse un párrafo por esto.

    Me ha gustado como pasabas de un ambiente el cual era ver cómo el resto trabajaban a uno que te hacía sentir como cuando te acusaban de brujería en la antigüedad. Luego ver prácticamente que el cierre es ya de una atmósfera sumamente siniestra. Hiciste decaer esa "inocencia" y esa "luz" de un comienzo muy bien, no se siente ni forzado ni nada similar.

    Algo que me hace preguntarme... ¿La nevera tiene un hueco muy pequeño o de verdad ningún juguete se molesta en ver siquiera por accidente ahí abajo? Eso sí es algo que me extrañó un poco, digo. No es que sea algo necesariamente nefasto. Es solo que, si de verdad de la nada estaban realmente decididos a matarlo (me pregunto cómo será la muerte de un juguete aquí) creo que habría buscado hasta el rincón más inexistente de la casa, en especial si al menos yo. Vi que seguían un estricto control y sistema que supongo, colectivamente se impusieron. Ya que bien o mal, los haces ver implacables y en este pequeño detalle como que si queda algo raro.

    Otra cosa es su final, admito que algo que no esperé, pensaba algo así como que una travesura o algo. Pero seguro es algo que, si bien a nivel de juicio no fue justo. A nivel de historia sí, pues ver cómo abandonaron al pobre chico es devastador. Encima, la manera en como trató al juguete fue simplemente disgustante, en el buen sentido. La pregunta que se me genera aquí, es si la aguja es capaz de cortar vilmente una garganta, no lo creo, es algo exagerado seguro. Pero lo que sé quisiste decir ahí, fue que le cortabas una venita especial que tenemos a los costados del cuello, una grande y gruesa que es la principal y sí. Si la cortas, matas. En lo personal te diría que si puedes hacer un sutil cambio, sería ese. Pues la gente puede extrañarse un poco y posteriormente hacer el intento (no, no lo hagan chicos)

    A nivel narrativo siento que si a vista de muchos no es sublime, para mí es más que suficiente, es un nivel bastante decente y narras, describes y muestras bien las acciones, escenarios y descripciones de los personajes. Al menos es lo que he estado aprendiendo, descripciones breves de apariencia bastan, pues es normal que uno detallado se les escape a uno. Lo que hacen también es bastante claro, quienes hablan también, así como "interrumpirse" para decir brevemente qué gesto muestran más. En cortas palabras, si temías en este rasgo, personalmente lo veo uno bastante fuerte. Tal vez si lo que quieres escuchar es la trama en sí, puedo reiterar que me esta gustando, no esta nada mal. Algo que, probablemente. Muestres un poco más el cómo piensa Gabriel acerca de los demás juguetes, o tal vez breves secuencias donde los juguetes son el foco de atención para entender un poco más el porqué hacen todo ese calvario, si es por simple gusto, un sistema que ni ellos saben en qué momento se originó, o hasta tal vez y hay un líder en ellos. Claro, eso con el primer cap, porque dices que lo tienes terminado, igual fue hace tres años. Tal vez y hasta le quieres hacer re-edición y todas estas incógnitas ya las resolviste, no lo sé. Pero en lo personal lo añadiría a medias para así, creo yo. Sea todavía más interesante y enigmático la interrogante más importante... ¿Porqué cobran vida?

    Personalmente me deja un muy buen sabor de boca esta historia. La crítica la hago en cierta medida breve porque bien o mal, hay muchos elementos que en lo personal creo se han quedado a medias y es mejor ver más del contenido para juzgarlo correctamente. Pero si en verdad hiciste esto a los 13 de edad, te felicito. Yo a esa edad era una papa lel. De igual forma, personajes, narrativa y gramática no están nada mal. La verdad es que es una buena historia, y sin dudas quiero ver más tanto para tener una buena idea y ¿porqué no? Saber más acerca de esta.

    Espero con esto haya sido al menos algo de lo que esperabas y te haya aclarado un par de puntos, igual, no olvides pasarte con algunos más de mis compañeros si sientes que falta algo.

    ¡Un saludo!
     
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