—¡Esos son nombres de lo más normales! Pff, ¿acaso no es más raro llamarse Mikimo, o como sea? Yungoos mientras esquivaba el ataque. Se lanzó a morder a Litten. YUNGOOS: Normal (Potente) Vigilante: hace daño x2 a un rival que acabe de entrar al campo relevando a un compañero Salud: 80/80 Fuerza: 110 (10) Resistencia: 60 Agilidad: 0/1 (45 de Velocidad) Movimientos: -Placaje (25 Potencia, Normal (Base 20, +5 STAB)) -Cara Susto (Baja en 2 la agilidad rival) (Usos: 0/1) -Bofetón Lodo (20 Potencia, Tierra) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro)
Mimi Honda Tuve que dar lo mejor de mí para mantener la calma. Aún así no pude evitar apretar los puños con frustración. —Mimiko—repetí tensa—. Mi-Mi-Ko. Mimiko Honda grandísimo inepto. >>¡Puedes resistir eso, Mukka! ¡Vuelve a usar Ascuas! LITTEN: Fuego (Potente) Mar llamas: x2 movimientos tipo fuego si los ps bajan de 1/4. Salud: 36/90 Fuerza: 153 (27) Resistencia: 89 (9) Agilidad: 0/2 (70 de Velocidad) Movimientos: -Ascuas (40 Potencia, Fuego (Base 30, +10 STAB)) -Lengüetazo (20 Potencia, Fantasma; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, queda paralizado) -Arañazo (20 Potencia, Normal) -Gruñido (-10 fuerza rival)
—¡C-cállate, me aprenderé tu nombre si quiero, pff! >>Ratata, te toca. ¡Mordisco! RATTATA: Siniestro/Normal Gula: se comerá bayas antes de lo previsto. Salud: 60/60 Fuerza: 91 (10) Resistencia: 70 Agilidad: 2/2 (72 de Velocidad) Movimientos: -Placaje (25 Potencia, Normal (Base 20, +5 STAB)) -Ataque Rápido (40 Potencia, Normal, dos puntos de agilidad para esquivarse (Base 30, +10 STAB)) (Usos: 5/5) -Mordisco (40 Potencia, Siniestro (Base 30, +10 STAB)) -Látigo (-10 resistencia) +300 Exp +4 EV's Fuerza
Mimi Honda —Mocoso de las narices—bufé— ¡No tienes idea de a quien enfrentas! Y de un salto Toboe entró en la batalla protegiendo al debilitado Mukka que, irritado por su derrota, se negó a moverse de allí. Se limitó a acicalar su pelaje. Mi Lycanroc agachó la cabeza y gruñó. —Dile adiós a ese cutre Ratatta con mostacho. ¡Roca Veloz! LYCANROC: Roca (Ágil) Ímpetu Arena: su prioridad aumenta en tormenta de arena. Salud: 150/150 Fuerza: 207 (37) Resistencia: 156 (26) Agilidad: 5/5 (152 de Velocidad) (40) Movimientos: -Roca Veloz (40 Potencia, Roca, dos puntos de agilidad para esquivarse (Base 30, +10 STAB)) (Usos: 4/5) -Trampa Rocas (Coloca una capa de trampa rocas) (Usos: 1/1) -Treparrocas (50 Potencia, Normal) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1 retrocede)
En efecto, Rattata se debilitó. Quizás podría haber esquivado, sí, pero eso solo hubiera prolongado lo inevitable. +300 experiencia +4 EV's Velocidad +2 J —¿¡Mocoso yo!? Ahora verás, a ver si aciertas esta pregunta. ¿Cuál de estos Pokémon no se puede encontrar en esta misma playa? Já, chúpate esa. a) Pichu b) Trapinch c) Grubbin
Mimi Honda La verdadera pregunta era... ¿alguno de esos pokémon podían encontrarse en la playa? ¿Un Pichu en una playa? ¿Un Trapinch? ¿Qué demonios era un Grubbin? Me irritaba reconocer ante ese mocoso que no sabía la respuesta. Pero no tenía idea. Todas me parecían opciones viables y lógicas. ¿Quizás el que menos conocía? ¿Trapinch? ¿Pichu? —¿Grubbin...?—respondí. Pero no pude evitar que en mi voz se colase cierta duda.
—Pf... H-has acertado. Bueno está, ve a hablar con Rahisi y que te dé el dichoso cristal, Minikoi Honda. Y sin darle tiempo a insultarle, el chico huyó corriendo. Quizás así era mejor...
Drake Orestes Me bajé algo mareado de aquel helicoptero, dando tumbos en la arena. Quien lo diría, ¿no? Estaba realmente acostumbrado a irme volando agarrado de las patas de Crobat a todas direcciones, pero no podía pasar un largo rato en helicoptero. Supongo que la culpa era mía, en parte. Luego de unos minutos me encontré de nuevo con mi equipo, quienes seguramente ni siquiera tenían idea de que había estado muerto hace unas horas. Luego de una cálida bienvenida, decidí continuar mi recorrido. Quizás debía ir a buscar un trabajo...
Drake Orestes Corrí hasta la orilla de la playa, sintiéndome más ligero ahora que llevaba la vestimenta Udiense. Growlithe corrió aún más rápido que yo, y se revolcó en el suelo hasta caer en el agua. Le pediría que tuviera cuidado si no supiera que al ser de tipo agua era imposible que le pasara algo, estaba en su elemento. Corsola se animó al ver a Growlithe jugando en la orilla, y no tardó en unírsele. Kabutops y Dartrix decidieron ser los aburridos del equipo y fueron a recostarse por ahí. Larvitar, sin saber a que grupo unirse, decidió seguirme, al igual que Carnivirne. Yo, por mi parte, tenía mucho que hacer. Habían Pyukumukus suicidas que buscar.
Drake Orestes No fue difícil encontrar al primero: los Pyukumuku difícilmente se movían de un lugar apenas tocaban tierra firme. A día de hoy me seguía preguntando porque hacían aquello si sabían que podían morir deshidratados. ¿Eran tan inocentes que pensaban que nada pasaría? ¿O directamente no les importaba? En fin, terminé agarrando al pequeñín y lanzandolo al mar con todas mis fuerzas. Con algo de suerte, aquella criatura no volvería a la orilla en un par de horas. ... Si, ya entendía porque aquel trabajo no acababa nunca. Los Pyukumuku eran idiotas.
Drake Orestes Un pequeño Kabuto corrió cerca de nosotros, apurando el paso con miedo al ver a Carnivire. Los Kabuto de esta isla me parecían demasiado adorables, y no pude evitar quedarme mirandolo unos minutos mientras seguía con su tranquila vida correteando por la playa. Luego de un buen rato sacudí la cabeza y me dediqué a mi trabajo.
Drake Orestes Tan distraído estaba con mi caminata que casi choco con un Hippopotas algo...peculiar. ¿Seguiría siendo tipo tierra? Sinceramente lo dudaba. El Hippopotas pareció ni siquiera percatarse de mi presencia, y con un bostezo dio por terminado el encuentro. Parecía ser realmente perezoso. Lo miré un rato más y luego seguí con mi camino.
Drake Orestes Otro pequeño Kabuto correteó cerca nuestro. Se detuvo un momento a mirarme, confundido, y luego simplemente huyó de nosotros sin ninguna razón o propósito. Eran raros, si, pero adorables. Larvitar comenzó también a buscar por su cuenta, levantando pequeñas rocas de la arena como si pensara que detrás de las piedritas se escondían Pyukumukus. Hablando de cosas adorables.
Drake Orestes Seguí patrullando la orilla en busca de mas pequeñajos. ¿Seguirían saliendo a la orilla en este mismo momento? La playa era amplia, así que podían estar en cualquier lado. Decidí volver sobre mis pasos a ver si me había dejado alguno. Realmente había poco más que hacer.
Drake Orestes Un pokemon pequeñito nos encaró, pero al ver que no reaccionábamos de ninguna forma ofensiva terminó aburriéndose y haciéndose a un lado. Y menos mal, pues sus dientes afilados no parecía poca cosa si llegaba a interesarse por mis tobillos. Un problema menos, supongo. Empezaba a temer que ya se hubiera acabado mi trabajo tan pronto. Esperaba que no fuera el caso.
Drake Orestes Mientras paseaba, me pareció ver una concha marina moviendose en la arena. Me giré, confundido, pero la concha estaba quietecita como siempre. Jum, que extraño. Aunque continué por mi camino, me pareció ver nuevamente aquella concha moverse. ¿Me estaría volviendo loco?
Drake Orestes Jum, seguían saliendo aquellos Kabuto. ¿Saldrían de la nada, acaso? Los encontraba correteando por las orillas de la playa, pero era imposible ver de donde salían tantos. A lo mejor era uno solo, jugando con mi mente al moverse de un lado al otro para fingir ser muchos. Pero, ¿con que propósito? Pensando, pensando...seguramente ya se me habrían cruzado mil Pyukumuku.
Drake Orestes Otro Kabuto. ¿O el mismo? No estaba seguro. El caso era que la playa estaba plagada de aquellos bichos. ¿No era extraño? ¿Y los Pyukumuku? ¿Para cuando la plaga de Pyukumuku? Esperaba que no para el próximo año.
Drake Orestes Un pequeñito Pyukumuku hizo acto de presencia. ¡Vaya, por fin! Agarré al pequeñín con rapidez y lo lancé muy lejos. El pequeño, sin entender nada, emitió un chillido asustado mientras volaba hacia su libertad. Me sequé el sudor de la frente por el calor de Udan y sonreí un poco más aliviado. Una horda de Kabuto no era algo seguro para dejar a un pequeño Pyukumuku.
Drake Orestes Otro Pyukumuku saltó enérgicamente del agua, con un brillo de aventura en sus ojillos. Parecía pensar que el primer día del resto de su vida había empezado. Lo agarré y lo devolví al mar. Fin de su historia...por el momento.