One-shot de Naruto - Solo nosotros dos [NaruHina]

¡Buenas mi gente bonita! Este drabble de 458 palabras lo escribí hace un buen tiempo en Fanfiction.net bajo otro nombre (en ese entonces Fer Del Desierto), por lo tanto aclaro que es de mi autoría.

Tuve que acomodarle ciertas palabras pero eso es lo de menos. Si te lo encontraste por casualidad o te invité a leerlo, espero que te guste y me dejes tu constructiva opinión n.n

¡Nos leemos luego! xD

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Título: Sólo nosotros dos

Pareja: NaruHina

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Ese momento en que estaban frente a frente, los dos con una atracción mutua e incandescente. Ese rubio cabello liberando sudor a flor de piel con la calidez que desprendía, sin duda era el mejor manjar que jamás había visto en su vida. Olió su aroma y aquel perfume que corría alrededor de su nariz hacía de él un brillante depredador en busca de alimento.

Sus ojos azules centellaron en una interesante vista que tenía frente suyo, nada como eso cuando empezó a acariciar su textura con la mirada, apretó los puños ante esa tentación de poseer todo aquello, para él sólo eran ellos dos y no había nadie más a su alrededor.

El vapor que desprendía inundó las ventanas del lugar, su calor, su silencio y de una buena pinta que había conocido ciegamente…

—Finalmente somos tú y yo, eres para mí y no te compartiré con nadie más —le susurró con ternura y suspirando con ganas.

Con una sonrisa traviesa, humedeció sus labios secos con la lengua y al ver toda esa carne, lo volvía loco como nunca antes, una increíble sensación emocional le golpeó en la cabeza como bola de demolición, toda esa perfección reunida fielmente. No había nada mejor. Su piel se erizó por completo y enrojeció sus mejillas, se divertía sinceramente.

—Naruto-kun, ¿te gusta? —una voz aguda como campañillas de musitó su nombre, tenía sus mejillas rosadas contrastando su piel blanca y su encantador cabello azul.

Naruto hizo caso omiso y siguió en lo suyo, disfrutando cada una de sus partes que componían el significado de la perfección, lo que sus ojos se detenían a tan suculenta vista.

—Naruto-kun, ¿te he preguntado si te… si te gusta? —volvió a llamarlo, preguntando con tartamudeos pero el rubio estaba muy ocupado con su propio éxtasis, acariciando nuevamente el cielo.

Mordió nuevamente el manjar que él disfrutaba y con su amiga lengua recorrió el contorno y el sabor que desprendía. Se dejó llevar por tan intenso mar de emociones en cualquier cosa no lograba impedir su labor como inseparables cómplices.

— ¡Naruto-kun!—gritó molesta una joven de pelo azul, cruzada de brazos por la falta de atención que le ponía su novio.

— ¡¿Qué?! ¿Pero qué? ¿Hinata? —sus ojos azules se abrieron sorprendidos y miró sus orbes perlas confuso.

— ¿Acabo de preguntar si te gusta lo que cociné? —cuestionó con sus mejillas coloradas y juntando sus dedos. Naruto parpadeó varias veces y con los palillos se llevó la carne de puerco y los fideos a la boca rápidamente, saboreándolo, conquistando el estómago del muchacho.

—Hinata, co-cocinas estupendo, ¡e-es el mejor ramen del, del mundo! ¡De veras!—balbuceó algo nervioso. La joven se extrañó por el comportamiento del rubio.

¿Qué pasó? Si supiera lo que pasó por su mente.