Una trágica historia de Amor

Tema en 'Relatos' iniciado por Heroine Chan, 27 Diciembre 2013.

  1.  
    Heroine Chan

    Heroine Chan Iniciado

    Géminis
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    7 Mayo 2013
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    7
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Una trágica historia de Amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1637
    Sol suspiró, y se metió en las cálidas aguas de la bañera. Cerró los ojos y dejó que el calor la relajara.
    De un momento a otro, se transportó a un lugar lejano. Lo recordaba a la perfección ¡Claro que lo hacía! Los mejores momentos de su vida, transcurrieron allí. Era un bello claro, que se abría en un bosque a pocas horas de donde ella vivía.
    El adorable trino de las avecillas, sonaba en perfecta sincronía, llegando a hacer que aquel momento fuese como alguna escena de una película; y aquel dulce canto, la música de fondo.
    Inspiró profundamente, y el exquisito aroma a flores silvestres, hierba fresca y tierra húmeda, llenó sus pulmones. Adoraba aquel aroma. Adoraba todo de aquel lugar. Hundió los pies descalzos en el suelo, y el suave y verde césped le hizo cosquillas.

    — Te amo— le susurró al oído, una profunda y maravillosa voz.

    Instantáneamente, todo a su alrededor, se volvió algo secundario.
    Levantó la mirada por encima de su hombro, para poder apreciar el llamativo rostro de su acompañante. Se encontró con un par de, hermosos e hipnóticos, ojos verdes oscuros; pertenecientes a José, su novio. Como si fuera obra de la inercia, una amplia e iluminada sonrisa apareció en su rostro.

    —No más que yo— le respondió
    — Eso es imposible— y antes de que la castaña pudiese rechistar, la acalló con un corto, pero no así menos dulce, beso; al que Sol respondió rápidamente.

    Finalizado el beso, ella se recostó sobre el amplio pecho de José, y este la rodeo con sus finos y fuertes brazos. La joven cerró los ojos, y cuando los abrió se arrepintió de hacerlo.
    Ya no se encontraba en el frondoso claro, si no en su baño; y la calidez de los brazos de su amado fu suplantada por la del agua cristalina
    Soltó otro suspiro, pero esta vez más lleno de pena. Se hundió un poco más dentro de la bañera y tapó sus ojos azul grisáceos con su antebrazo.
    ¡Como añoraba aquellos días! Había sido tan feliz…Daría lo que fuera por volver a vivirlos… Pero ahora, ella estaba sola.
    Antes ya había estado sola, pero cuando pruebas el dulce sabor del amor y la felicidad, para luego seguir conformándote con la amarga soledad; quieres mas de aquella exquisita miel, a pesar de saber que ya no la puedes tener.
    Sacó los pies fuera del agua y observo sus uñas, pintadas de un imperfecto color negro.
    ¿Estaba segura de esto? ¿No había otra salida?

    — No… No la hay— susurro con una voz monótona, como la de un robot, sin sentimientos.

    ¿Cuándo había empeorado todo? ¿Cuándo había llegado a esas instancias? Claro que lo sabía…
    José y Sol, eran idénticos. Siempre fueron los marginados, a los que nadie quería. Eran personas frías y distantes, a tal punto que parecían no tener sentimientos. Sus corazones se habían roto tantas veces, que ya no creían en nada. Su suerte borró las hermosas sonrisas que alguna vez iluminaron sus rostros. “La felicidad no era para ellos”, o aunque sea eso pensaban… Hasta que en una fresca tarde de primavera, gracias al destino si es lo que quieres creer, ellos se conocieron.
    Poco a poco, se hicieron amigos. Se contaron sus penas. Sol le dijo que su madre murió cuando ella era niña, que su padre era alcohólico y que abusaba de ella, que estaba muy sola y que nadie la quería. José le contó que sus padres le golpeaban, que su padre era drogadicto y jugador y que su madre era una puta. Entonces se prometieron que estarían juntos, que ellos serían su propia familia, que ya no estarían solos.
    Sin darse cuenta, empezaron a sonreír. Dejaron se sentirse tan tristes. Sus personalidades frías se empezaron a hacer más cálidas, pero aun así solo se tenían entre ellos. Entonces, un día cualquiera, a la edad de los 18 años, decidieron huir.
    Si, huir. Tomaron sus cosas y se fueron lejos, no importa a donde. Consiguieron trabajos y un cómodo departamento para vivir. Estaban dispuestos a empezar de cero, una nueva vida; sin ninguna de las penas del pasado ¡Y lo estaban logrando! Finalmente el futuro les sonreía.
    Como se imaginan, ambos se enamoraron. Y empezaron a salir. Y fueron novios. Y fueron más felices, si cavia la posibilidad…
    Pero, al parecer, el destino no quería que ellos fueran felices.
    Una lágrima rebelde, se escapó de los inexpresivos ojos de Sol; cuando recordó aquel horrible día.
    << Era otra fría noche de invierno, otra que no tenía nada de especial. Sol trabajaba en un hipermercado que estaba abierto todo el día, y esa semana tenía el último turno, que empezaba a las 10 y terminaba a las 6 de la mañana.

    — Si no me sueltas, no podré llegar a horario amor— dijo divertida la joven
    — ¿A caso no te gusta que te abrace?— preguntó haciéndose el ofendido, pero aun así sin soltarla.
    — No seas tonto. Claro que me gusta, pero debo ir a mi trabajo.
    — No me gusta cuando tienes este turno. Por la noche me siento solo. — susurro.

    Ella lo miró con sus enormes ojos azul gris y le ofreció una linda sonrisa

    — Y a mí no me gusta dejarte… Pero, yo nunca te abandonaría.
    — Lo sé… Ten mucho cuidado. Te amo, pequeña tonta—

    Se dieron un apasionado beso, y Sol salió de la pequeña casita. Lentamente y sin dejar de mirar a José, que tampoco le sacaba la vista de encima, caminó hasta la calle. Y, como siempre siendo descuidada, no prestó atención cuando la estaba cruzando.
    Y aquí es cuando todo pasa en cámara lenta y rápida al mismo tiempo. No entendía lo que sucedía a su alrededor.
    Escuchó el fuertísimo grito que dio José, “Sol”. Sintió algo que la empujo con fuerza, tanta que la tiró hasta el otro lado de la calle, haciéndola caer contra el duro y frio pavimento. Entonces, todo se volvió negro.
    Pocos segundos después, volvió a abrir los ojos. No entendía nada. ¿Qué había pasado? Observó a su alrededor y, ya estaba llorando antes de asimilar lo que veía.
    ¿Por qué José estaba tirado en el piso? ¿Que había sucedido? Giró un poco la cabeza, y vio como un auto se alejaba a toda velocidad.
    Lentamente se acercó a su amado. Su vista estaba nublada por las lágrimas, quizás porque su mente asimiló los hechos antes de que los pudiera aceptar. Se limpio con las mangas de su abrigo, para poder observarlo bien.
    Estaba cubierto de sangre, y en una pose algo inhumana.

    — No puedes morir— susurró horrorizada—No…No…No… Esto no está pasando…. Vamos José. Arriba. Iremos a casa… Despierta… Vamos… Deja este chiste— le decía sin querer aceptar la realidad, con la voz totalmente quebrada.

    Pero sabía que esto no serviría. Ella lloraba, sollozaba, pedía ayuda y lo llamaba. En susurros y a los gritos. No pensaba bien. Su cuerpo actuaba por sí mismo, su mente no entendía nada. Era un montón de pensamientos mezclados, que no tenían sentido, que no tenían que ver con nada.
    No se dio cuenta en qué momento, pero unos policías llegaron y la apartaron, seguramente acudieron por el llamado de algún vecino. Ella pataleaba y se quejaba, pero no podía hacer nada. Ellos eran más fuertes.
    En un momento dejo de luchar. Se había rendido. Finalmente comprendió que perdió lo que más amaba en esta vida, que se encontraba sola de nuevo, que ya nada tenía sentido.
    Entonces, nuevas lágrimas recorrieron sus mejillas, nuevos sollozos inundaron su pecho.
    Pero ya no había nadie que estuviera allí para decirle que todo estaría bien. Porque nada estaba bien >>

    Y eso fue lo que sucedió. Los recuerdos de esa noche y algunas siguientes eran confusos, borrosos. El tipo que mató a José nunca fue hallado, pero eso tampoco le importaba.
    Las lágrimas no tardaron en caer. Sol ya estaba cansada. Cansada de vivir una vida que no le pertenecía. Cansada de fingir todos los días. Cansada de seguir con esa guerra sin sentido. ¿Qué caso tenia? Estaba sola de nuevo. El dolor y la tristeza se habían apoderado de ella, aun peor que antes de conocerlo ¿Por qué le sucedían estas cosas? No lo entendía ¿Qué pecado cometió para merecer esas torturas? No lo sabía.
    Entonces después de tanto, tomó una decisión. Salió de la bañera y se envolvió en una toalla. Caminó hasta su habitación, y cuando llego, directamente se puso a buscar algo en los cajones de su placar. Después de un rato, finalmente encontró lo que buscaba.
    Observó el pequeño frasquito de plástico naranja que tenía entre las manos; y leyó el nombre

    — Largactil…— susurro— Seremos grandes amigos.

    Quitó la tapita blanca y sacó un puñado de pastillas. Las contó.

    — 15 pastillas.

    Sin mucho preámbulo, se tragó las 15 pastillas, dejando de lado el asqueroso y amargo sabor. Se acostó en la cama y se tapó con las mantas. De la mesa de luz, tomó una linda foto que siempre tenía, de José y ella. La habían sacado la primera vez que fueron a la playa (literalmente la primera) para celebrar el cumpleaños de la joven.
    Una suave risita se le escapó al recordar aquellos días.
    Poco a poco, los fármacos fueron haciendo efecto en ella. Los parpados le pesaban y le costaba mantener el hilo de sus pensamientos. Se sentía como flotar a la deriva, dejando que el agua la meciese. Había una bruma oscura que la quería hundir. Y ella no tenía fuerzas ni ganas como para pelear contra la bruma. Así que, simplemente, dejó que la arrastrase hasta el fondo del mar.

    — Te amo— se le escapó incluso sin darse cuenta.

    Una sonrisa se le formó. Ahora todo estaba bien. Y finalmente, cuando tocó el fondo arenoso del mar, cerró los ojos. Pocos segundos después, ya no respiraba. Ya todo había acabado.
     
    Última edición: 27 Diciembre 2013
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  2.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    Oh, qué lindo. Bueno, obviamente no es lindo porque los dos murieron después de vivir tantas penalidades, encontrar el amor, serles arrebatadas sus alegría y volver a una amalgama de desdicha y amargura, pero tú entiendes xD Pues sí hiciste que me compenetrara con el padecer de Sol, aunque un poco más de sentimiento no habría ido mal, pero en general lo describiste bien; las situaciones, las emociones y dado que era un one-shot no podría pedirte que te extendieras demasiado, así que considero que el desarrollo fue equilibrado. En sí estuvo bien técnicamente hablando ya que no tienes faltas ortográficas considerables, quizás unos dedazos y falta de tildes, de allí no más. Ah, y quizás la próxima vez puedas poner los recuerdos en itálica.

    Eso sí, lo que me decepcionó un poco fue la manera tan "típica", en la que José murió. Ser atropellado por un loco salvando al amor de su vida. Por un momento, a la hora de leer que era de noche y que ella iba a ir a trabajar, me imaginé que José sufriría una asalto y entre peleas y defensas, lo matarían y luego Sol se enteraría después de llegar del trabajo (no preguntes por qué, pero eso vino a mi mente ._.) Pero bueno xD Eso es lo único que me dejó un vacío; la muerte de ella no porque era algo que debía tener a la mano con facilidad y qué mejor que un montón de pastillas y ocasionarse una sobredosis y eso de que la bruma la arrastrara al fondo como si fuera una corriente oceánica, gran detalle. Y nada, espero que sigas pasándote por aquí y no dejes de escribir ;) Sin más qué decir, me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
  3.  
    Heroine Chan

    Heroine Chan Iniciado

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    a mi tampoco me convenció la manera en la que el murió, pero no me quedaban muchas alternativas, a mi también me "autodecepsione" bastante :c de todas formas, muchas gracias por leerlo :D y por darme tus consejos y opiniones, de veras te lo agradezco mucho
     
  4.  
    Sheccid

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    Géminis
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    Me pareció tierno el fic, pero bastante triste también.
    si lo vemos por un punto de vista, Sol ya no quería seguir porque había perdido a José y la única salida que encontró fue suicidarse, aunque no fuera la mejor opción, era una salida para escapar de dolor de no volver a ver al hombre que amaba.
    Si lo vemos por otro punto, dudo mucho que a José le gustara lo que hizo Sol y desde mi punto de vista, se hubiera desilusionado de salvarle la vida para que luego ella se la quitara.
    Me gusto el one-shot, no lo negare y me encantó tu forma de narrar y describir los sucesos, casi podía oler el aroma del bosque. Si tienes alguna otra historia, no dudes en avisarme.
    Pido disculpas por tardar en leer, la prepa se me atravesó y se interpuso entre FFL y yo XD
    Muchas felicidades por este lindo fic
     
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