Long-fic de Naruto - Un amor que no floreció, pero que el tiempo no lo marchita [sahi]

nota del autor: se acepta criticas constructivas e ideas gracias! c:

La veía, y me sentía impotente de no poder ser más fuerte... más fuerte que él... Después de todo ella siempre fue el motivo principal de que me peleara con ese dobe.

Hace meses...
Estábamos en plena guerra, yo apoye a Naruto en esa ocasión, peleábamos juntos como si fuéramos uno, reconocí que se había vuelto muy fuerte, mucho más que yo, pero eso no era suficiente. Nuestro enemigo, Tobi, Obito o Madara, como quiera que se llame, completo su plan, en el cual todos cayeron excepto yo, que active mi sharingan a tiempo para que la ilusión no me afectará, la misma suerte no corrió para Kakashi que no tuvo tiempo de cerrar su ojo normal.
Yo era la última esperanza del mundo, pero no me importaba, y eso lo sabía perfectamente mi enemigo que también era un Uchiha.

Comenzó a hablar, me estaba convenciendo de que no era necesario pelear con el, que yo podría dominar al mundo junto con el, y restauraríamos al clan Uchiha. El sabía perfectamente que eso era lo que deseaba y estaba dando justo en el clavo, iba dar mi respuesta definitiva hasta que escuche un grito que perturbó mis pensamiento.- ¡Detente! - Giré en dirección de esa voz, era una ninja de Konoha, la reconocí por el uniforme que llevaba, incluso era de mi generación, pero no me acordaba su nombre, creo que nunca le di importancia. Se estaba acercando, y vi unos ojos perlados. -Hinata- dije sorprendido de recordar su nombre.

Nos miramos fijamente y en una pequeña porción de segundo, vi como sus ojos se tornaban negros y de ellos salían una bandada de pájaros negros, que por la velocidad que volaban no pude distinguir que eran cuervos.

 

Todo se convirtió en rojo y negro, parecía un túnel que se movía a gran velocidad, pude divisar al final de este túnel una luz, llegue a ella en pocos segundos.

Recordé el lugar en donde estaba. Era Konoha, el río el cual solía ir de pequeño cuando me sentía solo. Me daba paz y tranquilidad, hasta que me topaba con la mirada de Naruto.

Había alguien sentado en el pequeño muelle, supuse que era yo, pero me equivoque; era una niña pequeña que estaba llorando. No era mi asunto y decidido a ignorarla, me puse en marcha. Sin embargo, escuche el sonido de alguien corriendo, estaba muy cerca a mi. Hasta que lo vi. Ese si era yo, pero de pequeño. Este se acercaba a la niña muy temeroso y apenado. La llamó con una voz muy suave. Demasiado para mi gusto.

La niña no se inmutó, pero seguía llorando un poco más calmada. Entonces, mi otro yo se sentó a su lado. Vi en sus ojos la intención de consolarla, abrazarla e incluso protegerla. ¿Cuándo me he preocupado así por una desconocida?

Y como si el destino hubiera contestado mi respuesta, sentí que se me eran devueltos recuerdos de mi infancia, como un conjunto de imágenes en secuencia rápida. Me comenzó a doler mucho la cabeza, pero lo recordé todo.

 

Gracias por los consejos:
1. Estoy tratando de ser mas cuidadosa en la ortografía.
2. Estoy contestando por acá los mensajes xD
3. Este capítulo ya estaba creado antes, así que me costo hacerlo más grande y no soy muy buena poniendo nombres a los capítulos, pero lo haré en el próximo capítulo.
4. Finalmente, este capítulo si está enumerado.
Gracias.

Capítulo 3

Narra Hinata:

Estaba desesperada, era el fin del mundo y Sasuke se estaba dejando manipular por ese ninja. No importaba que nunca le haya dirigido la palabra a Sasuke, tenía que convencerlo para que nos salvara… Aunque la verdad, no sé por qué yo fui la única que no cayó en el genjutsu, de Sasuke lo comprendo porque él es un Uchiha pero yo soy una Hyuga que, al igual que mi padre, debí caer en el genjutsu.

¡Detente!– “en serio iba aceptar esa propuesta” me dije asustada de mis pensamientos. En su mirada vi que no me reconocía... Sin embargo dijo mi nombre. Al igual que yo, estaba asombrado. No esperaba que después de tantos años, se acordara de mí. Lo miré a los ojos, eran más oscuros de los que me acordaba. Estaba… ido. Me acerque a Sasuke… puse mi mano en su hombro. “No reacciona” –Hai– Estaba bajo un genjutsu. Alzó su cabeza y me quedo mirando, como si fuera la persona más rara del mundo “y lo era” –Soy Hyuga Hinata de Konoha y… –Sé quién eres, no te entrometas– me cortó Sasuke. Se puso de pie y dirigió su mirada al hombre que teníamos adelante.-Yo quiero restaurar mi clan – ¿¡Cómo puedes ser tan egoísta!? – grite indignada. Me mandó una de sus miradas asesinas, pero seguía firme en mi postura. “no me dejaré intimidar… De convencerlo, depende la salvación de este mundo”. Soltó una sonrisa burlesca que me desconcertó. De pronto sentí un fuerte dolor en mi estómago. Lo último que pude ver son aquellos ojos que por muy loco que pareciera, ya no me daban miedo. “Al menos no tanto”.


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Capítulo 4: Mi sueño, mis recuerdos

Narra Hinata:

Me encontraba llorando nuevamente, seguro por lo que ha dicho mi padre de mí. No tiene compasión, ni siquiera porque es mi cumpleaños. Había invitado a los clanes más poderosos de Konoha: Inuzuka, Nara, Yamanaka, Aburame, Akimichi… y los Uchiha. Con los Uchiha mi padre tenía una relación “especial”, siempre que decía que el clan Hyuga era el más poderoso, había un Uchiha que respondía: –Después de los Uchiha. Hyuga- que siempre era el líder del clan. Fugaku Uchiha.

Justo en el día de mi cumpleaños comenzaron con esa típica discusión –¿Y qué te hace pensar eso, Uchiha?– le dijo desafiante. –Si deseas te lo puedo demostrar. Que te parece que nuestros hijos muestren sus habilidades, sería un honor para Sasuke medir fuerzas con la cumpleañera de manera amistosa. ¡Sasuke!! Mikoto ¿Dónde está Sasuke? – Se fue con Itachi, que raro que no hayan vuelto, pero si está con su hermano no hay de qué preocuparse– dijo la amable mujer dándole una bella sonrisa a su esposo. –No creo que sea necesario. Hinata no está en condiciones para pelear.

Eso fue suficiente para mí, ni el día de su cumpleaños me podría librar de escuchar a mi padre decepcionado de mí, otra vez. Corrí lo más rápido que pude hacia una pequeña laguna, siempre iba ahí cuando me sentía sola. Ver el agua siempre me ha calmado. Pero para mi mala suerte, había niños jugando. No podía ir, necesitaba estar sola y en paz. Subí a un árbol, llorando, ya no aguantaba más ese dolor. Cerré mis ojos, dejándome caer en un profundo sueño.

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–Hermano ¿a dónde me llevas?- decía el pequeño Sasuke, mientras caminaba a fuera de la masión Hyuga, en un hermoso jardín. –Vamos a que te juegues con los niños. Es petición de mamá– Sabía que si era petición de su madre, Sasuke no podría negarse.

Divisó a niños de los diferentes clanes jugando –Bueno Sasuke, tienes que ir– Itachi dio media vuelta y comenzó su retorno. El pequeño suspiró resignado. Siguió su camino en dirección de los niños, cuando en ese momento vio una sombra caerse de un árbol.
– ¡Aahhhh! – Sasuke no tuvo tiempo de esquivarlo y cayó al suelo boca arriba. Al alzar su mirada se encontró con unos ojos blancos que lo miraban. Era raro, porque desde que había llegado a esa mansión había visto los mismos ojos en casi todas partes. Sin embargo, estos eran distintos… Eran cálidos e inocentes. Simplemente bellos.

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Vi esos ojos tan negros, mi mente quedó en blanco, no pensada. Eran unos ojos muy profundos, pero se podía notar una gran frustración en ellos y… –¿Quién eres? – Con esa pregunta me sacó del mutismo en que me encontraba y fui consiente que la posición en que nos encontrábamos no era muy “cómoda”. De pronto mi rostro comenzó a arder… En pocos segundos perdí la conciencia.