Manufacturers of colors [Patch]

Nick: Trick Trick Boom.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: IanxSebastián.
Tipo: Shonen/Shojo Ai - Romance/Amistad/Amor/Acción - Drabble.
Fichas de los personajes (Para que no se confundan si ven "Británico" o "Australiano" o "pelinegro", etc, etc):
Ian Strahovski: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-596565
Sebastián Jason Aika: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-595999

Duro Entrenamiento; un beso de recompensa​

Sus suaves y cálidas manos comenzaron a sudar, estaba nervioso y un poco inquieto, ¿cómo podía ser que aquél Asesino fuera tan fuerte? Conocía un poco de él; lo poco que recordaba de su pasado se lo había contado. Aún así, ¡¿por qué era tan fuerte?! No podía ser, era una especie de ilusión o algo. Se escuchó una rama romperse. Era él.​

​

Rápidamente corrió un poco lejos, escapándose entre los árboles, girando a la izquierda, luego a la derecha y así durante un tiempo. Murmuró "Penance" e hizo que varios destellos de luz sanaran sus heridas. Era increíble lo que un asesino podía hacer. Miró a los lados y se sentó... Para luego hacer una voltereta hacia atrás y esquivar una flecha. En cuanto se reincorporó el británico, miró fijamente los ojos de su rival. ​

​

–¡Ice! –Al gritar y conjurar aquél hechizo, los pies del australiano se quedaron congelados, pegados al suelo.​

​

–Bien jugado, Sebastián. –Sonrió– Pero no es suficiente para poder detenerme. –Al terminar, lanzó una daga apuntando al cuello del británico, pero sólo le rozó, dejando una pequeña cortada. Nada grave.​

​

Sebastián cayó al suelo y el australiano se le acercó, extendiéndole la mano, para ayudarle a levantarse y luego darle un suave beso en la frente.​

​

–Bien hecho, lindo. No eres tan débil como pensé. –Rió, mientras se apoderaba de los labios del más pequeño. Luego lo miró y pudo notar un gran sonrojo por parte del Sacerdote, cosa que lo hizo reír, pero a cambio, recibió un suave golpe en el pecho, que prácticamente, no sintió– Esa fue tu recompensa por haber entrenado tan duro conmigo hoy. –Para cuando Sebastián se dio cuenta, ya el rubio se había alejado. Le gritó que lo esperara, para luego agarrar su tridente y salir corriendo detrás de él.​

​

Fue un duro entrenamiento, pero a cambio, recibió un beso de recompensa.​

 

Nick: Trick Trick Boom.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: IanxSebastián.
Tipo: Shonen/Shojo Ai - Romance/Amistad/Amor - Drabble.
Fichas de los personajes (Para que no se confundan si ven "Británico" o "Australiano" o "pelinegro", etc, etc):
Ian Strahovski: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-596565
Sebastián Jason Aika: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-595999

N/A: Título basado en escritos anteriores de Alessandra y aquí, también se salió con la suya nuestro querido rubio.

El británico no quería que fuera con él. Por Dios, ¡necesitaba estudiar para el examen de Literatura que tenía! Oh, qué jodido estaba; Ian no lo dejaría ir, al menos, no tan fácilmente. Uhm, si lo seguía, lo teletransportaba las veces que fuera a la habitación y listo.

-Novio~, ¿qué tanto piensas? -Preguntó el mayor, el rubio; su rubio. Se sonrojó al pensar eso.
-Nada, me voy a estudiar a la biblioteca. -Respondió ante la pregunta del australiano. Sintió que Ian lo perseguía.

Sorpresa, sorpresa, Ian había aparecido en la habitación.
"¿Quieres jugar así?", pensó el australiano para luego salir de la habitación y dirigirse a la biblioteca. Y sí, ahí estaba el británico, tan "sexy y sensual", como él le decía porque ciertamente lo era, como siempre.

Sebastián levantó la mirada un momento y se encontró con la mirada maliciosa y pervertida del australiano. Sorpresa, lo había teletransportado de nuevo a la habitación. Aprovechó a ocultarse mientras el australiano se reincorporaba y llegaba a la biblioteca. Notó que, en poco tiempo de aburrirse, se sentó con una chica, "coqueteándole".

Lanzó a Ian, con su magia, contra la puerta de entrada y salida de la biblioteca, celoso. El australiano se había metido en serios aprietos. Se acercó y observó que lo había estrellado contra un árbol; lo había mandado bastante lejos. Se agachó a ver si no tenía heridas e Ian aprovechó para agarrarlo del cuello y besarlo. Como consecuencia de sus actos, Ian haría realidad sus pensamientos pervertidos.

 

Nick: Trick Trick Boom.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: IanxSebastián.
Tipo: Shonen/Shojo Ai - Romance/Amistad/Amor - Drabble.
Fichas de los personajes (Para que no se confundan si ven "Británico" o "Australiano" o "pelinegro", etc, etc):
Ian Strahovski: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-596565
Sebastián Jason Aika: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-595999
Título: Celos.
+- Alessandra Kai Stavros


El británico se encontraba pensando en la anterior escena que había visto en el pasillo, cuando se dirigía a la clase en la cual se habla ahora. Ian estaba saliendo de la habitación de Deimos, con una sonrisa.

Sebastián se podía imaginar mil y un cosas, conociéndolos. Pensaba en lo peor… Ian lo había engañado…. Después de ese suceso; incluso después de eso, lo había traicionado. Una lágrima brotó de su ojo derecho y pidió retirarse de la clase con la cabeza en bajo.

Se retiró del aula y al abrir la puerta, pudo notar que Ian lo esperaba, con esa sonrisa tan típica de él. Lo ignoró y giró su mirada encontrándose con Deimos. Quiso asesinarlo, pero ignoró esa opción, porque sabía que iba a ocasionar un alboroto. Luego comenzó a caminar, dirigiéndose a las escaleras que le llevarían a la azotea de la Academia.

Ian se sorprendió. Por lo general, Sebastián lo saludaba con mucho cariño o solo le dedicaba una sonrisa. Pensó un poco en lo que pudo haber hecho para ganarse eso. Luego de unos minutos, según él, había dado en el clavo. Sebastián había visto al rubio salir de la habitación de Deimos. Quizás había malinterpretado las cosas. Corrió rápidamente detrás del azabache. Subió las escaleras que llevaban a la azotea y efectivamente, después de subir, no pudo pasar. El chico de orbes casi negros había cerrado la puerta.

—Sebas~ —Canturreó, intentando que le respondiera—, déjame explicarte.

—No, Ian, vete… —Pudo escuchar los sollozos de su novio y las lágrimas de este caer, sintió como si de una tormenta se tratara. Quería demasiado a ese chico.

—Deimos me ayudó a planear algo, referente a ti… a nosotros. —Por una vez, Sebastián escuchaba a Ian serio— Es… una cita. Quería llevarte conmigo a un parque de atracciones como… regalo de los meses que hemos estado juntos. —Confesó, suspirando. Era la verdad.

Pronto escuchó un ruido que provenía de la puerta y probó suerte. Abrió la puerta. Se acercó al pelinegro y se sentó detrás de él, rodeándolo con un cálido y fuerte abrazo. Lo admitía, Ian era así sólo con él y le dolía verlo así. Más si fue él quien ocasionó ese estado de ánimo.

—Yo no te traicionaría, por muy atrevido que sea. —Se acercó a su oído y murmuró otra cosa— Te amo~

Eso fue suficiente como para calmarlo. Sí, era muy sensible, pero era solamente porque amaba al australiano. En menos de un minuto, volvió su rostro hacia Ian y este lo besó sin pensarlo dos veces.

 

Nick: Trick Trick Boom.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: IanxSebastián.
Tipo: Shonen/Shojo Ai - Romance/Amistad/Amor - Acción/Épica - Drabble.
Fichas de los personajes (Para que no se confundan si ven "Británico" o "Australiano" o "pelinegro", etc, etc):
Ian Strahovski: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-596565
Sebastián Jason Aika: http://fanficslandia.com/index.php?threads/crystal-tower.34443/#post-595999
Título: Consecuencias.
+- @Alessandra @Kai Stavros


Estaba enojado con el rubio, y no solo eso, le dolía el tan solo tenerlo cerca; si lo veía, lo atacaría sin piedad alguna. Por otra parte, el británico pasó su mano derecha por sus hebras negras, suspirando. Había olvidado el examen de Lengua Griega que tenía.

—Sebastián~ —Canturreó un rubio. Eso fue lo único que bastó para que el británico, con un conjuro, atrapara al australiano con una especie de lazos mágicos, apretándolo sin piedad.

Ian se resistió a soltar alarido de dolor alguno, pero sus expresiones demostraban que se le iba a agotar el oxígeno, tanto como demostraba el dolor que sentía por el serio apretón que recibía; lo estaba estrangulando. Sebastián lo liberó. El rubio cayó al suelo respirando un poco, agitado, además de que apenas podía sostenerse, no quería caer del todo al suelo.

Por otro lado, el orbes oscuros se acercó a él, lo miró y derramó una lágrima de dolor y rabia. Ian pudo sentir cómo esta caía a solo unos centímetros de él, estrellándose contra el suelo. Sabía por qué esa lágrima había sido derramada.

—Cállate. —Ordenó entre sollozos el más pequeño, sabiendo que Ian iba a decir algo en ese momento.

Giró sobre sus talones y se devolvió a la biblioteca, que estaba a solo unos pasos del lugar donde había dejado a Ian. Entró en la biblioteca y con un chasquido de dedos cerró las puertas, dándose a entender a sí mismo el cómo se sentía en ese instante: Traicionado, sin ganas de hablar y negándose a abrir las puertas de su corazón con ese ser que había querido –y quiere-, pero lo había lastimado; le había sido infiel.

—Sebas. —Oyó el sacerdote. Giró su mirada a la puerta y se volteó, dando unos pasos atrás; no quería escuchar a Ian—Sebastián, lo lamento. En serio, discúlpame. —Suspiró. El rubio no quería estar mal con él, aunque entendía perfectamente el por qué había tomado esa actitud.

—¡Ian, cállate! ¡Eres un maldito descarado! —Gritó, mientras la imagen del beso entre el australiano y el griego volvía a su mente. Hizo un gesto de “empuje” con sus manos y las puertas de la biblioteca se abrieron fuerte y repentinamente. Pudo notar que el rubio había predicho el ataque y había saltado unos metros atrás. El corazón de Sebastián estaba inundado de rabia e ira. Se sentía frío su pecho, gracias al dolor que sentía cuando visualizaba a Ian y a Deimos, una y otra vez, besándose.

El australiano solo pudo verlo de una manera un poco triste; odiaba verlo así. Abrió sus ojos sorprendido, observando que el azabache murmuraba algo. Rápidamente dio dos pasos hacia atrás y cuando Sebastián terminó de murmurar, unas flechas mágicas salieron disparadas contra Ian, quién las esquivó de una manera rápida, pero casi no sobrevivía.

—Sebastián, no te alteres. En verdad me siento mal por to…

—¡Mentiroso!... Grain… —Lo último que dijo, lo hizo para empezar una lluvia y que esta diera más potencia a su magia de agua y escarcha*. Miró al australiano y disparó un proyectil de escarcha contra él; Ian solo lo esquivó, recibiendo un pequeño, pero muy efectivo, roce en el brazo. El mismo hizo que temblara un poco. Estaba realmente frío.

—¡Sebastián, perdóname! —Gritó, mientras sentía cómo el frío y la magia de escarcha del británico invadía su cuerpo— ¡Eso no significó nada! ¡Tú eres el único que en verdad me importa! —Confesó, moviéndose un poco para poder provocar calor en su cuerpo.

Ian notó que la coordinadora, y Archimaga Fuego*, junto con la Sacerdotisa de Sombras*, se hacían presentes en el conflicto, asombradas. El rubio negó con la cabeza, sabiendo que ellas lo miraban a él. Ambas entendieron el mensaje y solo se concentraron en observar con detenimiento la situación.

El azabache no pudo atacar más a Ian; había llegado a su límite –Había hecho mucha magia antes también-; se había derrumbado en el suelo luego de las últimas palabras que emitió el australiano. Ciertamente le habían alegrado, pero el dolor aún le ganaba a la felicidad, por lo que solo empezó a llorar, ahí, derrumbado en el suelo.

El rubio se acercó al menor y se arrodilló detrás de él, abrazándolo fuertemente.

—Te amo solo a ti. —Confesó, para luego voltear un poco el rostro del británico y darle un cálido y tierno beso en los labios por unos segundos, para luego separarse. Después besó su frente y lo abrazó fuertemente. Quedándose ahí con él, bajo la lluvia.

A Ian se le hizo irónico, y es algo que le dolió un poco; la lluvia en ese momento, para el australiano, simbolizaba el dolor y estado emocional del británico.

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*Magia de Escarcha: También llamada Magia Gélida o de Hielo.
*Archimaga Fuego o Sacerdotisa de Sombras: En el FanFic Colectivo, en un determinado capítulo, cada uno de los estudiantes se especializará en dos ramas diferentes de talentos/métodos de combate/magias. Sacerdote puede elegir dos talentos/magias, entre estos: Sombras, Disciplina y Sagrado. Mago puede elegir dos talentos/magias, entre: Arcano, Fuego y Escarcha. Sí, esto es sacado de World of Warcraft, pero los conjuros y hechizos, no mucho, ya que los invento unos yo, y otros los saco de WoW.

 

Aquí un breve encuentro entre Ian y Alexia -Mi personaje en corazón de papel-

Nick: Trick Trick Boom.
FFC: Corazón de Papel; Crystal Tower.
Personajes: Ian y Alexia.
Tipo: Drabble.
+- Mayushii Kai Stavros Alessandra

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Alexia se encontraba en el centro comercial, buscando a su amiga, Verónica. Miró a los lados y nada; ¿Había desaparecido?, ¿muerto?; ¡¿Qué cosa le había ocurrido?! No sabía qué pensar. Se tiró en el suelo. Qué desesperante era buscarla. Suspiró y se volvió a levantar.

—Hola, lindura~ —Pudo oír canturrear a un chico rubio que se le acercaba. No pudo evitar sonrojarse.

Ian se sorprendió ante el parecido que tenía esa chica con el británico; Sebastián. Era impresionante. ¿No sería que le estaba jugando una broma? Aunque, el británico había ido con Deimos a una misión. ¡Oh! Esto lo disfrutaría un montón.

–Y dime, ¿cómo te llamas? –Preguntó para evitar que hubiera silencios incómodos.

–Alexia Colfer, ¿y tú, rubio? –Intentó hacerse la de carácter fuerte. El australiano no pudo evitar sonreír con malicia ante eso. Anteriormente había tenido un encuentro con una chica que ciertamente le hizo frente, ¿esta sería igual o sería un poco más ida al “lado Jason”?

–Ian Strahovski~ –Canturreó el rubio, para luego tomar la mano de Alexia y besarla, notando que la chica volteaba su rostro, ocultando el sonrojo que estaba haciéndose presente. Ian soltó una pequeña risa. Esa chica sería su víctima.

Strahovski se acercó a la chica, la pelinegra reaccionó dando un paso atrás, justo como Ian lo quería. Volvió a acercarse, haciendo que la chica volviera a cometer la misma acción. El rubio repitió la misma acción hasta tenerla acorralada contra una pared.

-Y dime… ¿Qué te gusta de un chico? –Rió, preguntándole y sintiendo que la chica se comenzaba a poner nerviosa.
–E-Eh… ¿A m-mí?... Qu-Que… –Ella no se podía dejar joder así. Debía ser más fuerte y afrontar a ese rubio… aunque pareciera como si lo hubiera visto antes… en otro lugar… ¡Era raro!... Tenía que hacer algo, así que, lo empujó, logrando zafarse del acorralamiento. Luego tomó una bebida de uno de los transeúntes del centro comercial y la arrojó a la cara de Ian.

Mientras Ian se quitaba la bebida de los ojos, la chica aprovechó a alejarse de él, con un poco de prisa. El rubio la había perdido, no la hallaba con la vista. Suspiró y rió divertido… Ya eran dos chicas que le habían lanzado algo a su hermoso rostro.

 

Nick: Trick Trick Boom.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: Ian, Sebastián y Yuuri.
Tipo: Romance - Amor - Amistad - Shounen/Shojo Ai - Drabble.
N/A: Lamento esto uvu, pero este es el fin de IanxSebas hasta ahora. Pueden semear(?) -Esa palabra no existe xD- con Ian todo lo que quieran, es libre y Sebastián estará triste un tiempo uvu.
Título: Basta, Ian.
+- Alessandra Mayushii Thithalia Kai Stavros EN Auditore

Basta, Ian.​

​

El pelinegro sabía todo lo ocurrido con Kogami… ¿Ya no era suficiente con haberlo jodido con Deimos? Pues, estaba bien, no importaba. Si él quería jugar así, Sebastián también había aprendido a jugar gracias a él. Si quería seguir con sus cochinadas, que fuera con otro y que jugara con otro; no con él.

Por otro lado, el australiano trataba de localizar, justamente, al británico. Quizá se había enterado, y si lo había hecho, estaba… mal. Lo ubicó en el salón de entrenamiento de combate, peleando con… Yuuri. Suspiró ante ello.

-¡Lashes of darkness! –Gritó el británico, esquivando los constantes ataques que le brindaba la chica de su misma nacionalidad. Cuando conjuró el hechizo, unas sombras atraparon a la chica y le brindaron un buen golpe en el estómago, lanzándola contra una pared. Se levantó, adolorida y limpiándose el labio, pues el azabache se lo había roto.

-Muy buena técnica. Pero ahora… es mi turno. –Sonrió con malicia. El pelinegro abrió sus ojos, impresionado por los ojos de la chica, que se habían vuelto violeta. ¿La había hecho enojar? –No, solo es la diversión. Es realmente interesante combatir contra un Sacerdote de Sombras. –Rió y arremetió contra Sebastián, quien bloqueó el ataque, con su tridente, brindándole una patada en el costado y haciéndola perder el equilibrio; pero rápidamente Yuuri se recuperó y con un rodillazo en el estómago y un codazo en el costado, mandó a volar al Sacerdote contra una pared, rompiéndola.

Él se levantó, echando a un lado los escombros y limpiándose sus hombreras; siempre se cambiaba para los combates o entrenamientos.

-Es difícil combatir contra una Espadachín, lo admito. –Sonrió, su lado “Oscuro” estaba saliendo a la luz. La británica volteó la cabeza a un lado, interesada por ese aura negra que irradiaba de Sebastián- Pero… ¿Te has enfrentado a la propia oscuridad? –Preguntó, la chica, en cambio, se sobresaltó y sus ojos se abrieron cuando notó que desapareció.

El australiano, quien observaba el combate, también se sorprendió y abrió sus ojos impresionado. No sabía que el británico podía hacer eso, y mucho menos que tenía ese lado. Siempre lo había visto de una manera, mala, cuando lo fastidiaba, porque así se ponía. Pero… esta vez era diferente, ese chico que estaba peleando ahí, era otro, pareciera que estuviese jugando con ella.

Unas sombras de repente aparecieron detrás de Yuuri y le quitaron la espada que tenía en mano, tanto como su escudo. Posteriormente la lanzaron contra la pared, luego contra el techo y por último contra la pared nuevamente.

Ian nuevamente se sorprendió y procedió a avanzar, pero cuando iba a entrar, el combate cesó. Yuuri estaba sonriendo y el chico había vuelto a su “forma normal”. El británico ayudó a que se levantara y con sus manos curó las heridas de ambos.

-Así que, esa es tu “forma de las sombras”… Es interesante. –Dijo, riendo, y cuando volvió su cabeza a un lado, pudo notar a un rubio presente, en la puerta. Volvió su mirada a Sebas y le murmuró algo. Seguido de eso, ambos se acercaron a la salida e ignorando al australiano, se retiraron.

Oh, oh, parecía que sí se habían enterado. Tomó a Sebas del hombro rápidamente, pero Yuuri le brindó una patada en el abdomen de manera rápida también, haciendo que cayera a unos tres metros de ellos.

-Él, ahora, dormirá conmigo. –Declaró y afirmó la chica, mientras llevaba arrastras a Sebastián, porque el chico se sentía del demonio y no quería ni caminar ya que había visto al culpable de que él se sintiera así. Sí, era MUY delicado… y sensible.

-¿Es cierto eso, Sebas? –Preguntó el rubio, levantándose y con una mirada confusa. Realmente no esperaba que tomara esas acciones, que lo hablara con alguien más. Pero lo entendía, era la segunda vez que lo “engañaba” y, sí, “jugaba” con él.

Sebastián miró un segundo a Yuuri, mientras una lágrima recorría su mejilla.

-Sí… lo es. Basta, Ian, basta de que juegues conmigo y con lo que siento por ti. Es suficiente. Si vas a jugar, que sea con alguien más, pero no conmigo. Terminamos… -Las últimas cuatro palabras las dijo con su voz quebrada. Posteriormente, soltó la mano de Yuuri y corrió a su nueva habitación, llorando. Ya aparecerían sus propias cosas en la habitación de ella, o las buscaría, no sabía. Lo único que quería era llorar y alejarse del chico que le hizo daño. Lo amaba, pero era suficiente, no iba a dejar que jugara más con él.

Por otra parte, Yuuri miró a Ian con tristeza, y un poco de desprecio. Para luego retirarse, corriendo detrás de Sebastián. El australiano, en cambio, seguía confundido y en eso, unas lágrimas brotaron de sus ojos, una de cada uno. Cerró su mano, transformándola en puño y bajó su cabeza. Murmuró un “Nos vemos luego”, para después girarse sobre sus talones y decidirse a recuperarlo. Aunque no sería nada fácil. Lo había herido.

 

Nick: Trick Trick Boom.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: Ian y Sebastián.
Tipo: Romance - Amor - Amistad - Shounen/Shojo Ai - Drabble.
N/A: fasdfsafd
Título: Imaginary.
-+ @Alessandra Mikaelson @Kai Stavros


La suave brisa del viento golpeó el rostro del británico, haciéndole recordar aquellos días fríos y de soledad. Su mente divagaba, buscando algo en lo que apoyarse, en lo que pensar. Una canción, un objeto, un... De repente, sus ojos se abrieron de par en par. Llevó sus manos a la cabeza, llorando.

La imagen que había aparecido en su mente era la de Ian, pero... era un Ian a punto de fallecer y dejar el mundo... Alrededor de él estaban unas personas, riéndose y siguiendo con los disparos... Sebastián no podía hacer nada, estaba atado, mirando la escena. Estaba aterrado.

Intentó gritar cuando una nube negra le nubló la vista. Intentó correr una vez fue liberado por la misma nube. Pero todo era en vano. Era algo que nunca iba a poder lograr. Corría sin fin en una extraña oscuridad, intentando buscar un haz de luz que nunca aparecería. Intentaba gritar el nombre del australiano, para encontrarlo y abrazarlo, sentirse seguro en sus brazos, saber que estaba allí y que se iban a poder a apoyar el uno al otro.

"Kufukufukufu", oyó reír a alguien. De repente, una silueta se apareció en enfrente de él. No, eran dos. Una la conocía; era Ian. La otra le había tomado del cuello y estaba apuntando un arma a su cabeza.

"Say 'Good Bye'"

"¡Ian, NO!"

Su mundo se fue abajo, todo se volvió oscuro. Oyó el disparo de una pistola y una niebla apareció de repente.

Despertó, sudando. Estaba al lado del australiano. Tocó su pecho.
Respiraba.

Dio un gran suspiro de alivio ante aquello. Pero... las lágrimas se hicieron presente ante la pesadilla, echándose a llorar encima del abdomen del rubio.

Ian despertó, removiéndose. Y lo primero que pudo notar fue que su británico estaba derramando lágrimas sin control. Se frustró. ¿Quién le había hecho aquello? ¿Sería que alguien le había hecho algo durante el día y él se lo guardaba hasta la noche para que Ian no se diera cuenta?

–Amor~, ¿por qué lloras? –Su voz era pacífica, tranquila. No iba a comenzar con sus comentarios pervertidos. Luego los haría para alegrar al menor.

–Y-Yo... –Sollozó– Tuve una pesadilla... en la cual... t-tú... mo-mo... –No se atrevió a completarlo, pues su garganta se quebró.

Ian abrió los ojos de par en par, sorprendido. Próximamente, sin lugar a dudas, abrazó al británico de manera cálida y transmitiéndole seguridad. Sabía que el británico se encontraba muy mal, puesto que días atrás también había soñado algo parecido.

Le mordió la oreja de manera tierna y le susurró.

–Absolutamente nadie me separará de ti. No me perderás, y yo tampoco te voy a perder a ti.
Eso bastó para que el menor se calmara y, arropado en los brazos de Ian y acurrucado en su pecho, conciliase el sueño junto con el mayor.

 

Nick: Patch.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: Ian y Sebastián y mención de algunos miembros del grupo.
Tipo: Acción/Épica.
N/A: fasdfsafd
Título: More than it fights of training romantic/Más que una simple pelea de entrenamiento romántica.

​

Por el rostro del británico bajó una gota de sudor. ¡¿Cómo era aquello que pelearía con Ian?! Osea, no era porque fuese su novio, sino que sabía cómo era el australiano con respecto a las peleas, a las batallas. Era muy "divertido" para él, aunque esa diversión muchas veces llegaba a ser algo muy peligroso. Aún recordaba la primera pelea; la pelea de Strahovski contra Kogami.

Sebastián no podía echarse atrás ya que era algo que exigía Alice. Era inevitable.

Ambos avanzaron al centro de la sala de batallas 1B, mientras que Deimos, Rex, Yuuri y Shida observaban con curiosidad la batalla que ahora se desarrollaría. Aún más interesante era que el británico y el australiano habían discutido la semana anterior, así que sería una función fascinante para todos ellos.

Yuuri se mordió el labio; sabía de lo que era capaz el británico, y más si se enojaba. Aún recordaba la vez en que Ian había besado a Deimos, y para Jason no había sido nada grato; así es, la chica observó aquél espectáculo desde un punto distante. Era increíble no sólo en la bio-robótica, sino en esconderse y camuflarse también.

Ian y Aika se miraron con detenimiento. Jason tragó saliva, pues, en verdad no quería hacer aquello. Strahovski, por su parte, sonrió con malicia. Iba ser interesante pelear contra el británico; hacía años, relativamente, que no probaba la fuerza de Sebas.

–¿Y qué esperan? ¡Comiencen! –Exigió y ordenó Alice para romper la tensión.

–Oh, Sebas, cariño~, comienza tú. –Dijo Ian con un tono de picardía que sólo podían tener él y Shida.

Jason suspiró. En verdad estaba tenso. No quería pelear contra el australiano, no era algo que haría aún así fuera un entrenamiento.
Ian notó que Sebastián se tardaba demasiado, pues sabía que el británico no quería pelear contra él, pero era un simple entrenamiento. Strahovski tampoco estaba bien con el pelear contra Jason, pero era eso o ser castigados durante tres meses, no ir a ninguna misión durante todo lo que durase el castigo y limpiar los baños durante siete semanas; él hizo el primer ataque.

Se abalanzó contra el británico, tomándole por sorpresa, pero nada más logró cortar un mechón del cabello negro de este. Aika había esquivado a tiempo el movimiento. Ian lo miraba con una sonrisa en el rostro, pero a la vez de manera seria; el británico sólo podía tomar eso como un "Todo o nada", puesto que realmente él tampoco quería ser castigado.

Sacó dos de sus cuchillas, teniendo una en cada mano, y con un salto hacia atrás, con un giro, comenzó a lanzar esas dos que tenía, junto con cien más que materializaba; Sebastián parecía un tornado, pues cada que lanzaba las cuchillas este giraba; Stravokshi nunca había visto esa técnica, la tenía bien guardada.
Ian con la rapidez que había adquirido por los duros entrenamientos con Giotto pudo esquivar con facilidad la mayoría de las navajas; excepto una. Esta había dado en el hombro de Ian. Le hizo murmurar un "Auch", divertido.

Aika abrió sus ojos de par en par, ¿no le había hecho daño? Aunque de cierta forma le alegraba, no pretendía perder. Y era cierto, no había cargado las cuchillas con su magia de sombras; eran simples cuchillas.

–Ahora es mi turno~ –Canturreó el australiano. Corrió hacia uno de los lados del salón y tomó un arco y cuatro flechas; todas las disparó en dirección al cielo para que estas cayeran sobre el británico. Aunque, esas no eran sus intenciones exactamente.

Sebastián bloqueó las flechas con una simple barrera de luz, no sabiendo que le había dado tiempo a Ian de acercarse lo suficiente y darle una patada en el abdomen, mandándolo a volar. Pero Sebastián contraatacó.

Materializó sus cadenas y tomó con ellas de los pies al rubio. Giró en el aire aún con las cadenas en mano, haciendo el australiano también girara con él. Cuando por fin tomaron la suficiente potencia sus giros, gracias a la velocidad en la que Aika, valga la redundancia, giraba, éste lo soltó e Ian fue a parar contra una de las paredes del salón, destruyéndola.

–Ay, ay, ay. –Se quejó el rubio, pero rápidamente se levantó, sobándose la cabeza– Sebas, has adquirido demasiada fuerza. –Sonrió maliciosamente– Eso quiere decir que... no debo ser taaaan blando.

Todos los presentes en la sala abrieron los ojos, sorprendidos. ¡¿Cómo era aquello que estaba siendo blando?! ¡Se suponía que Ian estaba usando su fuerza! Aunque... ¿Qué porcentaje usaba de ella?...
El australiano tomó dos cuchillos de su cinturón, colocándose en posición de ataque. Aika, por su parte, desapareció las cadenas y sacó su mazo de cartas de póker, distribuyendo la mitad en el campo de batalla. Posteriormente, las cartas del británico se adhirieron al suelo. Esto sorprendió a la gran mayoría: Nunca habían visto a Sebastián pelear tan en serio después de su encuentro con los Imaginary.

Ian corrió hacia Sebastián y este, como era de esperarse, lanzó un hechizo en contra de Ian. Una ráfaga oscura se aproximaba al rubio, pero, increíblemente, éste desapareció y la ráfaga explotó cuando estrelló contra la misma pared en la que Ian había estrellado.
Strahovski apareció detrás del británico, sorprendiendo a la gran mayoría, excepto a Deimos y a Shida. Pateó al británico en uno de sus costados, mandándolo a volar hacia la derecha, pero Sebas se re-integró enseguida, evitando el impacto; Ian volvió a desaparecer.

"Mierda... Estoy en un grave aprieto", pensó Aika, y realmente lo estaba.

La sonrisa maliciosa de Ian se dibujó en su mente y volteó rápidamente, pensando que iba a atacarlo. Pero había hecho mal al hacer eso. Strahovski volvió a acertar al británico, pero esta vez en la espalda. Jason volvió a salir volando y esta vez no se pudo re-integrar tan rápido, impactando contra una de las paredes del salón, y al igual que Ian, destruyéndola.

–Esto de las peleas de las parejas es algo increíble. No me imagino una de ti contra Shida. –Le dijo Rex a Deimos; este solo bufó.

–Ni yo una de ti y Yuuri. –Respondió Shida con una sonrisa burlona.

Rex se sonrojó y quiso decirles que no eran nada, pero Yuuri los interrumpió. Ella estaba muy impactada y concentrada por la pelea entre el Sacerdote y el Asesino. Pensó que Sebas ya había quedado fuera de combate, pero...

Debajo de Ian algo se preparaba para estallar, y no hacía falta tener nada para saber que pronto lo haría. Unas luces; rojas, azules, amarillas, azul neón, naranjas; todas salieron del suelo, para después explotar. Ian no tuvo más tiempo que sólo para saltar, y el británico en ese momento apareció detrás de él con la mitad del mazo de cartas en mano y dos cuchillas en la otra. Lanzó las cartas de su mano, potenciándolas con su magia de las Sombras. A pesar de estar en el aire, Ian se movió rápidamente, pero no pudo esquivar dos de esas cartas llenas de magia.

Cayó al suelo, pero de pie. Luego el británico también descendió.
Aunque odiaba admitirlo, el británico ya había empezando a sentir bastante adrenalina.

Ambos corrieron uno en dirección al otro y comenzó un combate cuerpo a cuerpo, que ninguno parecía ganar. Ian esquivaba los ataques de Sebas y luego atacaba él y viceversa.

Era sumamente increíble que un Sacerdote sobreviviera tanto tiempo a un Asesino, y aún más, que combatiera de manera cercana contra su oponente. Aunque, asumiendo que Sebas tenía a Ian de pareja y que ambos entrenaban juntos la mayoría del tiempo, no era tan fuera de lo normal.

Ian pasó su mano por debajo de la camisa del británico cuando se agachó para esquivar un golpe directo a su cabeza -Pero un golpe de codo, pues, Sebastián es lo suficientemente cuerdo para saber que podía asesinarlo- y lo tomó de esta, tirándolo al suelo, haciendo que cayese de espaldas.
El australiano lo miró con cierta coquetería y travesura. Se apoderó de sus labios rápidamente, besándolo. Posteriormente se acercó a Sebas y le murmuró algo al oído.

–Eres muy bueno, amor~ –Murmuró–, pero ya me cansé de pelear. Perdón. Te amo~

Luego de haber dicho aquello, Ian desmayó al británico con un golpe a su cuello. Afortunadamente no le había hecho daño, solo lo había desmayado, pues golpeó un nervio que conocía para ello.
Se levantó, cargando en sus brazos al Sacerdote.

–Con su permiso, yo me retiro a hacer MÍO a mi novio~ –Canturreó sin pena alguna.

Salió de aquél salón, dejando a todos desconcertados. Quizá algo del británico le había quedado a Ian por estar tanto tiempo con él.
Pero no, no era eso. Solo era que, en efecto, como un premio por haber ganado la batalla, Ian realizaría cada uno de los pensamientos lujuriosos que pasaban por su mente en ese mismo momento.

 

Nick: Patch.
FFC: [KHR!] Vongola's Battle.
Personajes: Aaron y Nikolay.
Fichas: Nikolay: https://fanficslandia.com/index.php?threads/khr-vongolas-battle.42091/#post-666151
Aaron: https://fanficslandia.com/index.php?threads/khr-vongolas-battle.42091/#post-664309
Tipo: Romance - Amor - Amistad - Shounen/Shojo Ai - Drabble.
N/A: @Kai Stavros algo que se me ocurrió <3. Hice posesivo a tu niño(?
Título: The first kiss.

Estaba sumido en sus pensamientos.
Era la cuarta vez que Aaron debía partir en busca de Mammon. Era insoportable, porque a pesar de ser una Arcobaleno, desaparecía y aparecía cuando le daba la reverenda, y trabaja sólo cuando "había dinero". Estúpida. ¿Qué no entendía de que peligraba de nuevo su vida? ¿Qué no entendía de que la nueva familia Millefiore intentaba de nuevo apoderarse del mundo?

Escuchó un ruido proveniente de los arbustos. ¿Qué podría ser? Quizás un gato que pasaba por allí, o un perro buscando quién sabe qué cosa. Pero no tenía tiempo para divagar, debía encontrar a esa maldita Arcobaleno.
Cerró sus ojos, y pensó. ¿A dónde podría haber ido Mammon? Aún en más, ¿cuándo? Sabía que el día entero había estado en casa de la Décima Tercera. Aunque siendo que su llamaba era la niebla, al igual que la de Aaron, pudo haber sido sólo una ilusión de ella que al atacarla, desapareció.
Y sí, es que cada guardián tiene su temperamento, y Aaron no soportaba a su tutora.

Volvió a escuchar un ruido proveniente de los arbustos y apareció su bastón. De base negra, elegante, tenía un mango curioso, unas especies de enredaderas, pero de plata, y una piedra preciosa de color índigo incrustada en este. Ese bastón era el arma principal del ilusionista, su tesoro más preciado, y nadie sabía por qué.

–Sal por tu cuenta, si no quieres que te haga salir, Niko. –Dijo, mientras de su anillo salía una misma llama de color índigo. Era increíble que el guardián del trueno estuviese allí y no notase su presencia.

–Yare, yare. ¿Sabías que ese bastón va con tu piel y tu atuendo? –Sonrió, saliendo del arbusto. Conocía perfectamente al italiano; estaba molesto.
Lo había seguido por petición de la jefa, aunque no le molestaba. Era más tiempo para coquetearle.

Aaron sólo bufó y guardó su bastón, para luego sacar un mazo de cartas y guardárselo en el bolsillo...

–Oye, ¿qué es esto? –Normalmente, Aaron se daría cuenta cuando le quitasen algo, pero con el guardián del trueno era totalmente diferente. Nunca notaba su presencia, nunca sabía si le quitaba algo, nunca sabía nada. Era algo raro y... llamativo. Algo que de cierta forma le gustaba y le agradaba. Era interesante.

–Dámelo. –Ordenó.

–¿Si te lo doy, me das un beso? –Rió, moviendo el mazo de cartas de un lado a otro.

¿Era en serio?
Suspiró. ¿Sólo eso pedía? Ok, un beso no le haría daño... Pero aunque ése era su pensamiento principal, el secundario le decía que no porque nunca lo había hecho. Tenía miedo a que el guardián pensase que besa mal... ¿Pero por qué le habría de importar? ¿Qué carajos estaba pensando Aaron?

Fue entonces cuando Nikolay aprovechó.
Vio sumido en sus pensamientos al italiano y se apoderó de sus labios. Sabía que era su primer beso, y aunque era algo cruel, él quería ser el dueño de esos labios y de ese chico, por completo. No sabía por qué, pero quería estar seguro de que siempre lo tendría sólo para él.

"Eres mío."​

 

Nick: Patch.
FFC: Crystal Tower.
Personajes: Ian y Sebastián.
Tipo: Romance - Amor - Amistad - Shounen/Shojo Ai - Drabble.
N/A: @Alessandra Mikaelson @Kai Stavros
Título: Silence.

Una suave brisa acarició con dulzura el cabello negro del británico.
Sebastián no quería que aquella noche acabara. Era increíble el poder pasar un rato sin comentarios pervertidos de Ian, aunque estaba con él. También era divertido saltarse las clases durante un fin de semana por sólo una vez. Era divertido no seguir las reglas. Si así vivía Ian, quería vivir siempre con él, aunque luego se arrepentiría.

Ah, pero no de vivir con él, sino de no seguir las reglas. Era un chico "bueno" en comparación del australiano.
Volteó a verlo. Se veía adorable mientras dormía, y sí que debía estar cansado, pues habían nadado todo el día y se habían divertido recorriendo el bosque.
Ian había querido regalarle una "tarde de juegos" de cualquier niño pequeño. Él ya sabía qué había vivido Sebastián, o bueno, una gran parte. Y aunque quiso ocultar éso con la excusa de que era una cita de juegos, era por su pasado.

Sonrió.
Agradecía haber conocido al rubio. Aunque muchas veces lo exasperaba, le hacía sentir cosas que nadie más le habían hecho sentir antes. Además, era precioso. Sus ojos azules, su tez nívea y su cabello rubio, acompañado de su bien formado cuerpo; já, ¿qué hacía él pensando en aquello? Nunca detallaba al australiano.

Quizá sólo tengo sueño y la melancolía me afecta.

Era eso: Melancolía. El chico sentía un poco de ella al recordar el poco que les fue revelado luego de ser ascendidos en grupo.
Pronto tendrían que ir a la extraña torre de Cristal. Tenía miedo, pero si Ian iba con él, sabía que podría superar cualquier obstáculo.

Se recostó al lado del rubio, pegándose un poco y sonriendo de manera tierna y dulce. Amaba verlo dormido, era adorable. Incluso tenía una foto de él dormido. Pocas veces eran las que él se quedaba dormido primero o se dormían al mismo tiempo, o bien Ian no dormía abrazado a él, o Sebas no dormía acunado en el pecho del australiano y este abrazándolo.
Tocó su nariz de manera tierna y rápida. Con eso el australiano se despertó un poco, viendo al despertar los ojos rubí de su amado británico.
Sonrió.

–Estás muy feliz, cariño~ ¿Ha ocurrido algo interesante mientras dormía? –Preguntó sin levantarse. La vista que tenía era perfecta.

–No, nada. Sólo te observaba, amor~. Eres tan adorable cuando duermes. –Tapó un poco su boca con su mano derecha y rió.

Eso le bastó a Ian para saber que el regalo no había sido en vano y que el británico la había pasado bien. Aún en más, había logrado que Sebas riera de esa manera tan tierna y adorable en la que él sólo podía reír, luego de tanto tiempo; había dejado de ver esa sonrisa desde que se enteraron de la torre.

–Prométeme que, pase lo que pase en la torre, conservarás esa sonrisa y me darás tu apoyo con ella. Eso es lo único que necesito. –Las palabras del australiano eran sinceras. Sólo con el británico era así. Aunque no cambiaba su actitud con él -Era igual de coqueto y pervertido-, sólo con él era un poco más abierto y más sincero que con los demás.
Después de todo, lo amaba.

Jason asintió.

–Prométeme que, pase lo que pase en la torre, no me abandonarás y no harás nada bobo que arriesgue tu vida. –Sebas tenía miedo de perderlo. Ese era su único miedo. Ian era ese alguien con el que quería estar siempre. Era esa persona que quería proteger a toda costa; incluso, arriesgaría su vida si debía hacerlo para salvarlo.

Ian, dudando un poco, asintió. Pero lo hizo con los dedos cruzados en la espalda, rompiendo la promesa al instante.
A pesar de que sabía que el británico lo amaba a él tanto como él a Jason... no prometería algo de lo que luego se pudiese arrepentir y no pudiese ayudar a su novio o evitar que cometiese una tontería.

Después de observar un poco más las estrellas, Ian no soportó más y besó a Sebas. Fue un beso lleno de amor. Uno de los besos tan especiales que siempre compartirían ambos.
Luego de aquello, Ian y Sebas se metieron a la carpa que habían instalado. Strahovski, al acostarse ambos, los arropó y abrazó al menor, acunándolo en sus brazos.

Sebas pudo oír un "buenas noches" y seguido de ello, sintió los cálidos labios de Ian sobre su frente.

Eso bastó para que él, junto con el australiano que ya se encontraba en el mundo de los sueños, conciliase el sueño y se quedara dormido.

 

Nick: Patch.
FFC: [KHR] Vongola's Battle.
Personajes: Blythe Hailstorm y Nathalie Renée Di Polo.
Tipo: Romance - Amistad - Drabble.
N/A: Ámame, @Sentinel .
Título: Entrenamiento antes de la batalla de los anillos~ [BlyxNat]

Era el día más aburrido que podía estar viviendo la Décima Tercera jefa de la Familia Vongola. No por el hecho de que no tuvieran nada qué hacer ella y sus guardianes, sino porque Reborn quería que ella y los guardianes mejoraran sus habilidades en combate y aprendieran a ser un poco más compañeros. No estaba muy lejos la batalla por los anillos y a menos de que todos cooperaran, no tendrían oportunidad, exceptuando a Blythe, que poseía tanto talento en combate como lo poseía Nikolay.

Pero para Nathalie era algo... aburrido, estresante; así como le daba miedo.
No le gustaban las peleas, no le gustaba combatir, y no le gustaba poner en riesgo la vida de sus amigos. Aún en más, la vida de aquellos que apenas había conocido, como era el caso de Hailstorm.

Nathalie escuchó un extraño ruido proveniente de los arbustos. Se asustó un poco, pero enseguida se calmó al ver la cabellera del guardián de la tormenta. Justo estaba pensando en él.
Nathalie se sonrojó.

—Lady Renée. —Se sorprendió al ver a la jefa Vongola en cuanto atravesó el arbusto, pero sonrió— ¿Qué hace aquí?

—Siéndote sincera: Me oculto. Me aburren estas prácticas, y más pelear contra ustedes. —Respondió, sentándose de nuevo en la banca en la que antes estaba sentada.

—¿Le aburrimos? ¿No le llegamos ni a los pies? —Rió, así como alzó una ceja.

—¡N-No es eso! —Se sorprendió y rápidamente volvió a levantarse, caminando un poco y quedando cerca del mayor, levantando la mirada un poco para verlo. Era muy alto— Es que, no me gusta pelear con mis seres queridos. Y con nadie, realmente. —Bajó la cabeza, mirando hacia otro lado—Tampoco quiero poner en riesgo sus vidas.

A Blythe le sorprendió lo increíblemente noble que era su jefa, y era una faceta que le fascinaba de ella. Era algo espectacular. Ella era su cielo, un hermoso cielo que sería cuidado por la tempestad que era el guardián de la tormenta, y después de todo, su llama era de la tormenta. Y cumplía con el objetivo de su puesto.

Blythe sorprendió a su jefa dándole un beso en la frente y acariciando su cabeza. Luego, abrazándola.

—Nadie nos va a separar. —Hizo referencia en específico a ellos dos: Jefa y mano derecha. Pero ella entendió en aspectos generales y Hailstorm prefirió que quedase así— Nuestras vidas estarán en riesgo, pero en la batalla de los anillos no se puede asesinar a tu oponente. Además, ninguno dejaría que muriese otro, aún cuando no nos conozcamos... No del todo. Y estoy seguro de que usted, mi querida Nathalie, no dejaría que alguien muriese. Después de todo, es nuestra jefa, aunque así no lo quiera. Y es una chica increíblemente noble. —Nathalie se sorprendió por las palabras del mayor y ocultó su rostro en el pecho del mismo, intentando ocultar su sonrojo.

Hailstorm sonrió un poco más. Era adorable, era tierna, era hermosa, era noble. Era su cielo, y no dejaría que alguien le pusiese un solo dedo encima.