*Neji-Tenten*

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por EvaRS, 30 Marzo 2008.

?

¿os ha gustado?

  1. Si, parece interesante

    64 voto(s)
    91.4%
  2. No, me aburre

    2 voto(s)
    2.9%
  3. Tiene sus momentos

    4 voto(s)
    5.7%
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Bunbun

    Bunbun Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    25 Marzo 2008
    Mensajes:
    33
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    Me gusto muxo la conti esta rechida!!
    En especial cuando Neji se pone celoso, fue muy divertido!!
    Espero pronto la conti...

    Beyy ;)
     
  2.  
    Elizabeth

    Elizabeth Usuario popular

    Libra
    Miembro desde:
    11 Enero 2008
    Mensajes:
    748
    Pluma de
    Escritor
    Re: *Neji-Tenten*

    hola!!
    que lindos capis
    escribes muy bien
    me parece que a Neji le va a costar reconquistar a tenten
    espero la conti
    xaooo
     
  3.  
    sindel

    sindel Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    28 Abril 2008
    Mensajes:
    50
    Re: *Neji-Tenten*

    aaaaaaaaa.. me encanta tu fic continualo rapido0 me encanta la histo0ria.. aa.. me encanta... soy fanatica de la pareja neji&tenten.. i tu fic lo reviso cada dia para ver si ay continuacio0n pero0 es la primera ves qe te firmo0 xq apenas me acabo0 de integrar a este fo0ro0 el cual me facina..

    bie.. continuacio0n porfavor..
     
  4.  
    ItaXD

    ItaXD Usuario popular

    Acuario
    Miembro desde:
    30 Enero 2007
    Mensajes:
    593
    Pluma de
    Escritor
    Re: *Neji-Tenten*

    jejeje... gracias por el apoyo nejitenten...
    ya que es verdad... Gaara debe evitar esos levantamientos en publico...

    xD
     
  5.  
    Samantha

    Samantha Saa Comentarista Top

    Piscis
    Miembro desde:
    20 Febrero 2008
    Mensajes:
    1,542
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Re: *Neji-Tenten*

    hola es la primera ves
    q leo tu fic y la verdad
    me parece muy interesante
    o mejor dicho me gusta mucho bueno
    espero q pongas la conti muy prontito

    a por cierto te invito a q leas mi fic
    higa konoha school (la organizacion akatsuki VS la organizacion del ave fenix)
     
  6.  
    Rosela

    Rosela Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    4 Abril 2008
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    Hola...
    Esta muy lindo...continualo.

    La verdad es que la trama de este fic es muy interesante.
    Yo escribi algo muy parecido, pero no en argumento, yo vi a Neji en la misma situación que vos, por eso le dedique unas fraces que me parecen interesantes analizar...leelo, quizas no sea tu estilo y te contradiga lo que tu Neji pienza...pero tambien esta la probabilidad de que te guste: http://foro.cemzoo.com/f413-originales/173230-le-pedirias-disculpas.html (esa es la pagina)

    Ok...continualo....que me enganche y me es muy interesante
    Sugg:rosa:
     
  7.  
    EvaRS

    EvaRS Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    30 Marzo 2008
    Mensajes:
    31
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    *Neji-Tenten*
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    5294
    Sé que hace mucho que no actualizo, pero todo es debido al perido de exámenes. Ahora que ya casi ha pasado y que me puedo relajar pondré la conti. Gracias por los cometarios críticos y el apoyo, espero que mi fic os siga enganchando y disfruéis de la lectura. Hasta pronto

    [FONT='Bookman Old Style','serif']Cap. 6: Tras la puerta[/FONT]


    Mientras avanzaban en un lujoso carruaje por las calles de la villa de la nieve, Neji no apartaba la vista de su esposa, sentada en frente suyo.

    Tenten tenía una mano apoyada en una mejilla mientras observaba el paisaje por la ventana. Su otra mano sostenía en su regazo un abanico en tonos oscuros, contrastando con su kimono naranja y verde pálido. Su vestimenta no era ni provocativa ni atrevida, pero las finas telas de seda se amoldaban en todas y cada una de sus curvas a la perfección, otorgándole un aire muy, muy sensual.

    Ese día soleado, ella traía el cabello recogido en una trenza que descansaba por encima de uno de sus hombros, dejando involuntariamente parte de la nuca al descubierto; eso junto con su pose siempre elegante (cabeza alta, pies juntos, espalda erguida, labios sensuales y carnosos,…) la convertían en la mujer más tentadora del mundo. Así que cuando el ojiperla comenzó a notar que se le tensaban los hombros y las rodillas y que sin darse cuanta estaba reteniendo aire, apartó la vista de ella y respiró hondo.

    Mientras continuaba la travesía, Neji sintió más que nunca el silencio de ella, Tenten no se molestó siquiera en entablar conversación y evadía cualquier intento de él para iniciar alguna. Llegados a este punto, el Hyuga ya empezó por preguntarse si la idea de volver a poner un pie su antigua casa era una buena idea. Al igual que se preguntó, mientras miraba el perfil suave de Tenten, sin expresión, si podría conseguir que lo quisiera como una vez lo hizo. Algunos días antes casi la hizo reír pero ahora…ahora volvía a replegarse sobre sí misma.

    ¡¿Es que ella nunca bajaba la guardia?! Esa mañana sin ir más lejos, estuvo muy preocupado de que utilizase la excusa de una reunión con el consejo como herramienta para cancelar su día juntos. Neji bien sabía que Tenten no era una mujer asustadiza, aunque a la vista de los últimos acontecimientos ya no le extrañaría nada que quisiera ocultarse de él. Sin embargo, lo sorprendió encarándolo, haciendo frente a la situación frente a toda adversidad. “¡Esa es mi Tenten!”

    La Uzumaki siempre fue una mujer imponente, pero aún así, no la solía ver como “La Princesa”, claramente sabía lo que era ella y lo que representaba; alguien imprescindible dentro de la villa de la nieve, sin su gestión es estos últimos 10 años, probablemente la villa no sería ni la mitad de próspera de lo que es actualmente.

    Por ello, ahora que la ojeaba de cerca, se dio cuenta de que era una auténtica princesa. Y haberla visto esta mañana desempeñar sus funciones y deberes reales en una junta popular con ese siempre porte de elegancia, con sus modales refinados (aunque no con él) y con su carisma para la conversación…,en este instante lo intimidaba bastante, y hacía tiempo que no se sentía de aquella manera, de hecho, Tenten era la única persona en el mundo que podía llegar a intimidarlo, y en efecto, así fue en más de una vez.

    El Hyuga suspiró, se revolvió en el asiento y volvió a posar la vista en su mujer, prestando una especial atención a los rasgos de su cara. Tenía los ojos a medio cerrar, con su esplendoroso y abundante abanico de pestañas haciendo sombra en sus párpados. Su pequeña nariz estaba iluminada por los rayos del sol que se filtraban desde el exterior, consecuencia por la cual sus mejillas se teñían de un ligero toque de color rojizo. Su boca…su boca siempre fue la más sabrosa y excitante que Neji hubiese probado en la vida. Y bastaba con un ligero toque de esos carnosos labios para encenderlo por dentro, “detalle” que por cierto, jamás le había sucedido con ninguna otra mujer que no fuese ella. Las otras tenían que esforzarse de sobremanera para conseguir un efecto remotamente parecido…aunque sin duda jamás era el mismo.

    Por eso mismo, la pasión con la que siempre se le entregaba Tenten cuando aún eran “felices”, esa pasión de deseo desmedido, perpetuamente lo elevaba hasta el cielo. Además nunca tuvo que pedirle nada en lo que la cama se refiere porque ella siempre le hacía lo que más le gustaba, era como si pudiera leerle la mente. Y el tener esa profunda compenetración, era lo que hacía que funcionasen como pareja a pesar de sus riñas, y que catalogase a su mujer en la más alta cumbre de su ideal femenino.

    Cuando Neji recordaba como ella lo miraba con el brillo del deseo en sus ojos caoba, le susurraba al oído y lo acariciaba sin límites provocando en todo su cuerpo masculino que éste se tensase y se volviese hipersensible a su tacto (ambas sensaciones al mismo tiempo), noche tras noche y beso tras beso, hacían de ella la Diosa del deseo, “su” diosa del deseo, y la mujer más endemoniadamente irresistible que jamás hubiese conocido.

    Todo esto hacía que ninguna de las mujeres con las que él se hubiese acostado estuvieran a su altura, nunca ninguna de ellas conseguía estimularlo hasta el extremo de placer al que Tenten lo sometía, sólo ella podía, sólo ella, motivo por el cual la echó tanto en falta cuando se separaron.

    El carruaje se detuvo al fin al alcanzar su objetivo, se paró en frente de la casa de Neji, situada al extremo sur del feudo. Los dos escoltas (muy atractivos por cierto) que acompañaban siempre a su mujer, bajaron primero de la parte de atrás del vehículo para ayudar a “la princesa” a bajar. Pese a que el ojiperla alegó que no hacían falta, que él podía ayudarla en todo lo que necesitase y que no hacía falta que estuviesen más con ella, Tenten denegó su ayuda (fuese por la vía que fuese, pues mayor peligro sería estar a solas con él) y lo echó a un lado, como si le estorbara, o peor aún, como si no lo hubiese visto.

    La sonrisa que su esposa mostró la noche anterior, aquella sonrisa espontanea y natural, no volvió a aparecer en su rostro en lo que duró el trayecto; es más, Neji notó como los hombros de Tenten se fueron tensando a medida que se iban acercando hasta su propiedad.

    Neji: esta es mi casa, bueno, nuestra casa-dijo en un tono de cierto entusiasmo, quizás para llamar la atención de su mujer o al menos para incentivarla de un mayor participismo en todo aquel asunto.

    Hacía años que Tenten no ponía un pie en aquel lugar, desde que él la abandonó al cabo de un mes después de enterarse de que se casó con ella no porque la quisiera, sino por sus privilegios y fortuna. En ese momento de profunda desesperación, ira y frustración, desasosiego y ofuscación, empaquetó todas sus cosas y abandonó aquella casa para siempre. No podía soportar la idea de vagar todos los días por aquella vivienda, recorriendo pasillos y habitaciones, viendo constantemente los lugares y cada una de las cosas que le recordasen a Él.

    De modo que con la ayuda de su hermano Naruto en aquel momento de bajón, se compró otra casa y se fue al extremo opuesto de la villa, poniendo todo el espacio que le fue posible de distancia entre ellos. No quería verlo ni tener que encontrárselo en ningún lugar en el que ella pudiese estar, no quería escuchar un discurso de disculpa ni nada que tuviese que ver con su vida; al menos, hasta que se invulnerabilizase contra él. Hasta que llegase el día en el que le importase bien poco lo que hiciese o con quien lo hiciese, y por fortuna para ella, ese día llegó, y ahora cuando lo miraba sólo podía ver la sombra de lo que antaño fue, es como si hablase con un fantasma que ya no podía hacer más daño porque ya no lloraba por él, pero que si permitía que entrase de nuevo en su vida, volvería a sufrir y a llorar, y ya no quería, ¡estaba harta!

    La única carta que ahora le quedaba a Tenten era hacerle comprender, por las buenas o por las malas, que su intento por retomar la vida que una vez tuvo y perdió (irremediablemente), se encuentra ahora fuera de su alcance. Ella tan sólo quería que Neji se fuera lejos y la dejase tranquila para continuar con su vida, que no la martirizase con su presencia para recordar todo lo que hizo mal, o todo lo que hizo bien; tenerlo cerca era peligroso.

    Una vez apeados, Tenten dio varias vueltas alrededor de la casa, o mejor dicho, del caserío, fijándose en los cambios que el Hyuga había echo en ella.

    La vieja verja azul mar estaba perfectamente restaurada, una de las paredes laterales que siempre estaba con la pintura marchita por la humedad, estaba ahora revestida por finas y pequeñas piedras de colores en tonos claros contrastando a la perfección con la fachada en tono salmón. La gran puerta de entrada roja, seguía igual de imponente que entonces, pero las contraventanas eran nuevas.

    La Uzumaki también se fijó en que en la parte de atrás de la vivienda había un pequeño jardín secreto, “su” jardín secreto, el de él y el de ella; que ahora rebosaba de colorido (a pesar la estación del año en la que se encontraban) por las variedades de flores que estaban allí plantadas. Y cuando notó como Neji la miraba medio sonriendo por el hecho de que se acordase por sus momentos de “deleite” en ese jardín, provocó que le lanzase su mirada más letal y luego, girándose (para ocultar su sonrojo) y a modo de reprimenda, Tenten puntualizó: ¡vamos!, enséñame el resto. No tengo todo el día.

    Y decir aquello con un tono de voz seco e inexpresivo, bastó para borrarle al ojiperla su leve sonrisa de satisfacción. Así pues, luego de rechistar, caminó un par de pasos por delante de ella, abriéndole la puerta principal de par en par. Luego, en un tono neutro agregó: la casa está casi vacía.

    Tenten mirando a su alrededor: ya lo veo.

    Neji: por eso te pedí que la redecorases, sé lo mucho que a ti te gusta redecorar.

    Tenten inspiró hondo y luego dijo mientras soltaba todo el aire retenido: esto me llevará varios días

    Neji: ven –dijo mientras se encaminó a mostrarle el resto del lugar- te enseñaré algunos cambios.

    Y una vez que finalmente acabaron de inspeccionar el primer piso, subieron hasta la segunda planta, donde el Hyuga le mostró lo que sería su habitación pasadas las 3 semanas del plazo que le pidió su mujer. Y puesto que Neji no era tonto, jamás se le ocurriría llevarla al dormitorio que compartieron de casados, eso sería como una puñalada trapera, eso sería demasiado; probablemente si lo hiciese, Tenten se replantearía la idea de irse a la villa de la cascada o a cualquier otra. De modo que la llevó a una nueva dependencia, lo que antes era la biblioteca (ese era uno de los muchos cambios que le había echo a la casa en la ausencia de su esposa).

    Tenten: no recuerdo haber visto nunca este cuarto

    Neji: es otra de las nuevas remodelaciones.

    Tenten: y qué hay en aquella puerta del fondo –señaló la puerta con la mano- ¿un cuarto de baño?

    Neji: NO, mi dormitorio, por ahora.

    Tenten se tensó de nuevo al oír aquellas palabras, no había pasado por alto el ligero tono del “por ahora”, aquellas dos palabras dichas como un susurro, transmitían el mensaje subliminal de “dentro de poco dormiré contigo, en tu misma cama, y entonces será nuestro dormitorio. Así que vete acostumbrando”. Pero la ojimiel se tensó aún más al pensar a cuantas mujeres habría llevado hasta allí, con cuantas se habría revolcado entre sus sábanas.

    Neji, como si le estuviera leyendo el pensamiento dijo: ninguna –la miró fijamente- no he dejado que ninguna mujer pusiese un pie en esta casa, sólo TÚ.

    Ella dio media vuelta sin contestar y se dirigió hacia el armario de roble. De espaldas, lo abrió y comenzó a examinar el interior vacío como si fuera un problema de gran importancia.

    Neji deseó poder decir algo para apartar cualquier fantasma del pasado, deseó poder encontrar palabras de consuelo o decir cualquier cosa que volviera a hacerla reir como en el baile de disfraces, cualquier cosa menos el silencio, pero de su garganta no salía nada. De igual manera que cualquier cosa que dijese sólo serviría para echar más leña al fuego, para acrecentar el odio que a muy seguro Tenten estaría sintiendo por él. No nos engañemos, las frases mágicas no existen, del mismo modo en que ya nada se puede hacer sobre suelo mojado. Pero, cuando Tenten por fin habló, su pregunta lo sorprendió de sobremanera.

    Tenten: ¿cuáles son tus intenciones, Neji?-dijo aún sin mirarlo- cuando acaben las 3 semanas, ¿vas a imponerme tus derechos matrimoniales inmediatamente?

    Neji: ¿qué?-interrogó parpadeando.

    Tenten: es una pregunta muy sencilla- ella se giró con la cabeza gacha y miró la alfombra bajo sus pies, apretando el abanico que no dejó en el carruaje con las dos manos- ¿vas a hacerlo?

    “¡Por Kami!” pensó el Hyuga, ahí surgía de nuevo la verdad brutal que tanto los había separado, pero ahora, al igual que cuando fue a buscarla para darle la noticia de la muerte de sus familiares o en los días posteriores, tampoco quería pensar en ello. Pero ahora, de pie en el dormitorio que pronto sería de ambos, y con esa pregunta en el aire dicha de aquella manera, ya no podía dejarlo para después.

    Él sabía que asumir una vida juntos iba a ser duro y difícil, pero tener que aguantar que lo mirara como si realmente le tuviera miedo, preguntándose si pretendía comenzar a imponerle sus “atenciones”…¿cómo demonios se supone que debe contestar un hombre a una pregunta como esa? -meditó el Hyuga.

    Neji se frotó la cara, un tanto desconcertado. Tenten, ¿tímida a la hora de hacer el amor? No podía creerlo. Volvió a pensar en los primeros días de su matrimonio y, aunque había pasado mucho tiempo, la forma tan desinhibida con que ella le hacía el amor era algo que nunca podría olvidar, algo que hacía que su odio hacia él fuera más difícil de soportar. Mirándola ahora sintió que el desánimo lo golpeaba como un puñetazo en el estómago. ¿Y si no podía conseguir que ella volviera a sentir lo mismo? ¿Qué tipo de vida llevarían?

    Neji: bueno, Tenten –dijo forzándose para que sus palabras mitigaran ese miedo repentino y enfermizo que se había clavado en sus entrañas- ¿es que se ha esfumado toda la magia que había entre nosotros?

    Tenten frunciendo el ceño: ¿qué quieres decir?

    Neji: hubo un tiempo en que lo único que tenía que hacer era mirarte o que tú me mirases, y los dos corríamos hacia la cama más cercana. –al ver en la expresión de ella un reflejo de duda continuó- saltaban chispas entre nosotros, y fuego, recuerdo que solía gustarte cuando te tocaba. Dios sabe que yo adoraba como me acariciabas- mientras hablaba, podía sentir cómo el deseo surgía de nuevo, el deseo que había estado ardiendo dentro de él desde el momento en que volvió a oír su risa- hubo un tiempo en que todo estaba bien entre nosotros ¿recuerdas?

    La “princesa” se ruborizó, pero no lo miró siquiera. Y él continuó, sabiendo que tenía que conseguir que recordara lo que había sido su historia (la parte buena, claro está).

    Neji: caliente, salvaje y bueno…no puedo creer que hayas olvidado cómo era cuando hacíamos el amor. El placer, el fuego, el éxtasis,…

    Tenten: ¡PARA! –gritó, y le lanzó el abanico. Éste voló hasta chocar contra el pecho del ojiperla y luego cayó al suelo, quebrándose por uno de los lados.

    Neji se agachó para recogerlo y mientras se levantaba añadió: ¿acaso nos vamos a limitar a hablar de cómo hacíamos el amor como si fuera algo que no te importa? ¿es que ya no queda nada de esa magia ente nosotros? No me digas que lo hemos destrozado todo.

    Tenten: ¡yo no he destrozado nada! ¡Fuiste tú!

    Neji no iba a entrar otra vez en el maldito juego de buscar culpables. Lo que ahora importaba es que ella todavía podía despertar el deseo en él como si fuese una cerilla y quería saber si podía conseguir lo mismo en ella. Si no podía, no había esperanza.

    A medida que él daba un paso hacia delante, ella retrocedía, hasta que chocó contra el armario abierto.

    Neji: dijiste el otro día que nuestra vida juntos era un infierno, pero cuando miro atrás no lo veo de ese modo. Recuerdo lo divertido que era, recuerdo que siempre te gustaba hacer el amor por la mañana, y que solíamos desayunar en la cama. La mermelada con las tostadas te encantaba.

    Ella se volvió para huir, pero él le cortó el paso antes de que pudiera hacerlo. Ya habían huido los dos suficiente. Neji la abrazó, atrapándola, arrinconándola contra el armario tras ella. Se le acercó más, inhalando su delicada fragancia, que no tardó mucho tiempo en reconocer. Jazmín, todavía olía a jazmín.

    Pensó en aquellas mañanas de hacía tanto tiempo, cuando se levantaba con ese perfume y el calor colmando sus sentidos. Con los ojos cerrados, respirando hondo, las imágenes del pasado cruzaron como un rayo por su mente; su luna de miel en la pequeña isla del país de la Ola, y tres meses en aquella péquela casa rural perdida en la montaña, haciendo el amor una y otra vez, con el cabello suelto cayéndole sobre el rostro como una cortina de seda con un brillo competidor con el mismísimo Sol. El verano en la villa de la Arena tomando el sol cerca de un oasis o la enorme cama de agua del hostal en el que se hospedaron, con el cuarto siempre oliendo a jazmines y Tenten revoloteando siempre alrededor. La lujuria recorrió todo el cuerpo de Neji mientras pensaba en aquellas mañanas cuando quitaba con sus labios los restos de mermelada de la boca de su esposa. Quizás ella tuviera razón en cuanto a lo del infierno, porque ahora su cuerpo entero estaba ardiendo más que el fuego del infierno y le parecía una manera increíble de arder.

    Neji: recuerdo que siempre me ganabas cuando jugábamos a los dardos o al hacer tiro con arco –continuó con los ojos cerrados diciendo cualquier cosa que se le ocurriese de aquellos primeros días- recuerdo tu postura de amazona y tu mirada de guerrera. Recuerdo que nunca rechazabas un desafío y tu sonrisa triunfante cuando ganabas un trofeo, por pequeño e insignificante que fuera. Recuerdo que hacíamos carreras de caballo y cómo se te deshacía el peinado cuando lanzabas las horquillas, el sombrero o cualquier adorno que tuvieras en el pelo al aire, lo lanzabas todo, riendo. Y cómo me gustaba que siempre que te reías. –abrió los ojos y la miró- aunque pareces un ángel, tienes la risa más lujuriosa que podría desear cualquier hombre.

    Tenten: claro, conociéndote no me extraña que conozcas las sonrisas de media aldea.
    Neji pasó por alto ese comentario y prosiguió: recuerdo que peleábamos como el perro y el gato para reconciliarnos después -fijó la mirada en los pómulos coloridos de su mujer, en el sugerente labio inferior y en aquellos enormes ojos de un precioso tono caoba – lo mejor era la reconciliación.

    Los recuerdos que Tenten tenía de aquellos primeros días no debían de ser tan deliciosos, porque giró la cara, apretó los labios y los puños y dejó escapar el aire por la nariz mientras evitaba su mirada.

    Tenten: te falla la memoria, Neji

    Neji: no lo creo –se acercó más a ella y le ladeó la cabeza- venga, Tenten –murmuró presionando sus labios contra su cuello- dejémoslo.- sintió su temblor y sonrió contra su piel, y esa cierta confianza lo empujó a decir más- todavía te gusta que haga esto ¿verdad? ¿acaso no llevamos luchando demasiado tiempo?

    Tenten apoyó sus manos en las caderas del Hyuga y lo empujó hacia atrás, le arrancó el abanico que él aún sostenía con una mano, y con el mango de éste, levantó la barbilla de su marido.

    Tenten: quiero que me des tu palabra, Neji

    Neji quería besarla, intentó inclinarse pero ella presionaba el abanico contra su garganta como una arma cada vez que lo intentaba, intentó pues buscar la mano libre de ella para besarla, pero ella la apartó poniéndola atrás, en su espalda. Resignado a que al menos en ese momento, en ese día, no iba a poder besar nada de ella, que lo único que iba a catar era su perfume a jazmín, se enderezó y dijo: ¿palabra sobre qué?

    Tenten: quiero que me des tu palabra de que antes de que considere la posibilidad de vivir contigo de nuevo, no impondrás nunca tus derechos maritales por la fuerza.

    Neji se quedó helado, lo suficiente como para bajarle el lívido de un golpe. Echó la cabeza hacia atrás y se apartó del abanico que ella aún sostenía como una daga, mientras meditaba la respuesta, por si acaso a su mujer se le iba la pinza e intentaba liquidarlo en aquella habitación sin testigos (claro que sus “atractivos” guardaespaldas estaban abajo en el carruaje esperando y podían ser un refuerzo para ella con sólo soltar un chillido)

    “Dios, la vida podría ser mucho más simple”-pensó Neji. Si Kami le hubiera dado una esposa dulce, cariñosa y de esas conformistas que eran felices con poco, pero no, estaba casado con Tenten, que era bella, soberbia, testaruda y con un carácter más fuerte que el que tuviesen 10 mujeres juntas. Una mujer con la que no te gustaría cruzarte cuando tuviese un mal día. Pero también era la Tenten que todavía lo odiaba y que podía convertirlo en una roca con una sonrisa suya.

    Neji: hace tiempo me dijiste que era un mentiroso, un marido despiadado, un canalla. ¿por qué iba a ser mi palabra de confianza?

    Tenten: no lo es, pero es la única baza que me queda y espero que tu palabra de honor signifique algo para ti.

    Neji. Ya veo, así que podrás recurrir a mi palabra de honor en momentos como este.

    En realidad poco importaba que contestase, sólo sería decir en voz alta lo que los dos ya sabían. Él nunca usaría la fuerza, y ella lo sabía condenadamente bien. Neji se había dado cuenta de que ella tenía miedo, pero no de él, sino de sí misma. Ahora el Hyuga podía entender ese comportamiento de timidez que en algunos momentos había mostrado. Tenten tenía miedo de ablandarse, miedo de que con el tiempo pudiese cruzar esa fina línea que separa el odio del amor, miedo de pisar la línea o de incluso cruzarla. Tenten quería una puerta trasera, un pasadizo secreto de huida, un camino para seguir odiándolo y convertirlo en el malo de la película cuando quisiera, no quería entender ciertas cosas porque la verdad podría ser demoledora. Estaba bien como estaba y se asustaba a los cambios, sobre todo a uno que lo implicaba a él, un futuro y a un niño de por medio.

    Neji: nunca te forzaré, Tenten. Nunca lo he hecho y nunca lo haré. Ya que necesitas mi palabra, ahí la tienes. –al ver un brillo de satisfacción y de alivio en los ojos de su mujer, continuó- ¿crees que has ganado, no? Que mi promesa te da el control ¿no?

    Tenten: si

    Neji: tienes razón, así es en el fondo, pero no me importa, siempre he disfrutado dejándote mandar- intentó acercársele y besar su cuello de nuevo pero, Tenten sacó de nuevo el abanico a colación.

    Tenten: a un metro, mantente a un metro de distancia de mí o verás cuanta utilidad tiene este chisme.


    A Neji no le cabía duda de que ella sabría como usarlo, aún recordaba como su mujer solía encontrarle un uso a todo, incluso a lo menos pensado, aunque en este caso no era en un sentido tan bueno como aquellos otros.

    El ojiperla sonrió, se apartó e hizo un gesto con los brazos hacia la puerta.

    Neji: si señora, pero ¿te parece que bajemos a comer? No encontré mermelada pero supongo que te apañarás…-sonrió de nuevo y emprendió la marcha para salir del dormitorio.

    Tenten pensando: ¡será sinvergüenza!


    Esta batalla parece ser que la ganó Tenten, pero quien ganará la siguiente… ¿y la guerra?

    Continuará…………….
     
  8.  
    Cinua14

    Cinua14 Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    3 Febrero 2008
    Mensajes:
    269
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    Valla, que buena conti!!!!!


    Me encanta las grandes cantidades de seduccion que pones en cada uno de los capitulos, lo del abanico fue algo muy bien pensado, me encanta la manera eb que escribes, muy buena tu conti y ojala pongas mas pronto!!!!


    bye
    saludos
     
  9.  
    liberius

    liberius Guest

    Re: *Neji-Tenten*

    o.o... impreinante los puntos a los q puede llegar la imaginacion humana; sacando tanta historia; con tan poco contenido que se revela
     
  10.  
    Rosela

    Rosela Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    4 Abril 2008
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    Me ha gustado mucho!!!
    Continuala...
    Una pregunta...tenes idea de construccion. Describirte la "fachada" de la casa muy claramente. Quizas conoces un poco la jerga de la construccion...

    Me gusta como relatas las cosas. Son escenas muy fuertes las que describes y lo haces de forma maravillosa. Segui este fic, cada vez me gusta mas. Segui así vas bien!!!
    De erdad se ve crecimiento artistico y de un nivel mas alto cada vez este fic....me gusta mucho no lo dejes.
     
  11.  
    ~Nightmare~

    ~Nightmare~ Usuario común

    Escorpión
    Miembro desde:
    13 Octubre 2007
    Mensajes:
    264
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    La continuacion a estado muy buena par ser sincera me soprende que Tenten sea tan dura y nisiquiera deje que Neji le de siquiera un beso. Me encanto la descripcion del lugar encerio imaginarselo suena increible. Simplemente fantastico jeje.
    Bye espero con muchas ansias la continuacion.
     
  12.  
    EvaRS

    EvaRS Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    30 Marzo 2008
    Mensajes:
    31
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    *Neji-Tenten*
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    3924
    Re: *Neji-Tenten*


    Cap.7: Pasando Vergüenza​



    Era domingo por la mañana y las aceras y calles a esa hora temprana del día resultaban muy transitadas. Todas las pequeñas tiendas y comercios cerraban por las tardes durante lo que restaba del día, por lo tanto, si querías comprar algo, tenía que ser, sí o sí, durante ese intervalo.

    Neji acababa de salir de uno de los establecimientos con el abanico de su mujer reparado, aquel que tan sólo un día antes Tenten había utilizado como arma contra él; consiguiendo romper el mango de la pieza al arrojárselo.

    Y al pensar en lo sucedido en su casa, no pudo evitar sonreir. Cuando la besó en el cuello para intentar recordarle lo que había sido su historia, cuando sus labios se posaron sobre su delicada piel; notó como Tenten se estremecía. Tan sólo fue un momento, pero suficiente para constatar un hecho; ella aún podía sentir deseo.

    Neji estaba contento y complacido, completamente asombrado. Toda la frialdad con la que lo había mantenido apartado durante tanto tiempo era pura vergüenza. En el fondo, en lo más profundo de su corazón dolorido y su orgullo herido, todavía lo deseaba. Ella podía odiarlo, todavía podía querer abofetearlo o enviarlo al infierno, pero algo había cambiado entre ellos ese día. Tenten se había ablandado, sólo un poco, sólo por un instante, pero se había ablandado.

    Era perturbador, él y Tenten habían ardido como la leña arde al fuego durante su noviazgo y pasaron aquellos primeros meses de matrimonio, amándose y peleándose con igual abandono. Pero después de que todo aquello pasó, nunca habían vuelto a estar juntos, excepto aquellas escasas semanas al final de las estaciones de otoño y de verano para guardar las apariencias.

    Incluso cuando se habían visto obligados a estar bajo el mismo techo, era como si estuvieran solos, sólo se saludaban educadamente cuando se cruzaban en los pasillos como barcos a la deriva. Ella le había demostrado de todas las formas posibles que ni siquiera podía soportar verlo, y él la había creído.

    Se habían convertido en extraños. Incluso él había llegado a ese punto en que ya no le importaba saber por qué la jovencita que una vez había adorado se había convertido en aquella mujer que lo despreciaba. Estaba seguro de que tan sólo un milagro podría volver a prender ese fuego que una vez vivieron.
    Pero ese día, en un solo instante, todo había cambiado. Algo de ese antiguo y ardiente deseo había regresado, y ya no había vuelta atrás.

    Ahora, mientras se encaminaba hacia la casa de su mujer, Neji se sentía lleno de entusiasmo y renovado interés.

    Mientras sostenía la cajita con el abanico con una mano, le llegaron los atrayentes olores del pan recién horneado, de los postres de la pastelería de la esquina y el sonido de las regaderas rociando los jardines. Todo ello le ocasionaron una idea, no sabía si sería muy buena pero cualquier cosa con tal de pasar más tiempo con su mujer. Y pensaba ponerla en práctica.

    ******``````````````******``````````````*******

    Cuando el ojiperla llegó a casa de su mujer, Yumi, la joven que si mal no recordaba, había ayudado a Tenten el día de preparar la famosa fiesta de disfraces, salió al recibidor para comunicarle que su esposa estaba ausente en ese momento.

    Neji: ¿ausente? –miró a la chica de mejillas redondas como manzanas sin disimular su frustración- ¿qué quieres decir con “ausente”?

    Yumi sonrió como si pensara que él era un completo idiota: quiero decir que no está aquí.

    Neji se apretó la frente con la mano que le quedaba libre: sí, pero ¿adónde ha ido?

    Yumi: a la biblioteca pública

    Neji: ¿cuánto hace que se ha marchado?

    Yumi: oh, ni siquiera hace un cuarto de hora.

    ¡Maldita sea! Tardaría bastante en volver…tal vez incluso horas, y él había prometido que cenaría con sus amigos, Shino y Lee, aquella noche.

    Yumi:¿le importaría dejar su tarjeta de visita?

    ¿Su tarjeta? ¿Para su propia esposa? Además, él nunca usaba esas dichosas tarjetas. Hacía años que había dejado de usarlas. Al principio, cuando se casó con Tenten, un absurdo protocolo, a su parecer innecesario, alentaba a llevar encima tarjetas personales con tu nombre y dirección. Una medida para saber encontrarte llegado el caso y empleadas a su vez como identificadores, dependiendo de la familia o clan a la que pertenecieras, aparecía en el dorso la replantación del símbolo de dicha familia o clan; en su caso la simbolización del ying y el yang. Todo aquel que era alguien en la villa debía usarlas; desde los pequeños propietarios hasta los grandes mercaderes. Se decía que para mantener vivas las relaciones interciudadanas. Pero “deber” no era lo mismo que “tener que” emplearlas. Y a Neji además, le importado un pimiento lo que pensase o hiciese el resto de la gente.

    Neji: no, no será necesario. Sólo dile que he estado aquí –dijo mientras se dirigía hacia la salida.

    Yumi: discúlpeme pero la princesa no me creerá cuando le diga que estuvo aquí si no deja una tarjeta o algo que lo identifique.

    Suspirando de frustración o de vergüenza -Neji no estaba seguro- se detuvo, se giró dio media vuelta y se acercó a la chica.

    Neji: ¿y crees que con la tarjeta si? No querrá “la princesa” que le deje alguna joya que me identifique ¿verdad? (capaz era de pedirle la alianza de casado) ¿tal vez un mechón de mi cabello?

    Los ojos de la chica se iluminaron y el rubor inundó sus redondas mejillas mientras se reía.

    Yumi: no, no. No hará falta llegar a esos extremos.

    Neji estiró el brazo y le entregó la caja con el abanico recién arreglado. Se alegraba de haberlo llevado consigo, de lo contrario, sólo Dios sabía lo que habría tenido que dejar para demostrar se presencia allí.

    Neji: ten –puso la caja sobre las manos de la chica.

    Yumi: se la daré yo misma cuando llegue.

    Neji no quiso ni saber por qué había hecho ese comentario con tanto regocijo. Sólo quería largarse de allí de una vez. Tenía la incómoda sensación de que todos los sirvientes de la casa lo estaban espiando desde las ventanas del piso de arriba.

    Neji: sí, bueno, gracias.

    El Hyuga salió al exterior y se encaminó hacia la biblioteca pública pero antes de bordear la esquina y cambiar de vía, paró un momento en seco y miró hacia la vivienda de la que acababa de salir, y miró hacia las ventanas del piso de arriba. No vio ninguna cara, pero algunas de las cortinas se movían como si alguien las acabara de rozar.

    Si hubiera sabido que la visita iba a ser semejante espectáculo, habría cobrado entrada. Suspirando, volvió a enderezarse y continuó hacia adelante, concentrando todos sus pensamientos en una única persona, Tenten.


    ********````````````*******``````````******


    “Domingo”; eso fue lo que pensó Tenten cuando se despertó esa mañana. Tenía muy presente que la primera de las 3 semanas que Neji le concedió terminaba ese mismo día. Y con cada día que pasaba se ponía más nerviosa y se volvía más evasiva. La engullía la angustia y no podía hacer nada por evitarlo.

    Se pasó media mañana tumbada en la cama, dando vueltas y más vueltas, pensando en cualquier estratagema que le sirviese para relentizar el proceso. Pero no le venía nada a la mente, y ante la carencia de expectativas, repasó todos los pasos que dio últimamente su marido. Y por más que trató de evitarlo, a su cabeza acudieron los recuerdos del día pasado, cuando la besó en el cuello justo como solía hacer en otros tiempos. Y entonces también acudió a su mente la conversación larga y tendida que se sucedió, recordándole los primeros días de su matrimonio.

    Y cerró los ojos. ¿Por qué le estaba haciendo eso? Había olvidado lo que era la pasión, es cierto, pero ahora todo volvía de nuevo en forma de venganza. Ahora ella estaba por encima de él, y no quería recordar esa pasión que una vez había sentido. No quería recordar cómo era hacer el amor por las mañanas, ni las carreras de caballos, ni cómo él conseguía hacerla sonreír y reírse sólo con estar cerca de ella. No quería sentir ese tipo de felicidad chispeante nunca más, pues era demasiado doloroso cuando acababa.

    Harta de revolcarse en su propia miseria, Tenten se levantó, se vistió y pensó en entretenerse para despejar de su mente cualquier cosa relacionada con Neji. Por desgracia, y contra todo pronóstico, ese Domingo no tenía que acudir a ninguna reunión o asamblea; tampoco tenía trabajo de despacho atrasado o convención o acto social que preparar. Así que miró a su alrededor y vio sobre su escritorio montones de libros que pertenecían a la gran biblioteca de la villa, y vete a saber tú cuanto tiempo llevaba ya con ellos sin devolverlos. Así que decidió salir a restablecerlos a su lugar. Y antes de salir de su casa, mandó llamar a uno de sus dos guardias reales, a Ketaro, que era casi 20 centímetros más alto que su otro guardaespaldas. Ketaro le vendría de perlas para el trabajo de estanterías.

    *******````````````````*******````````````````*******

    Dentro de la gran biblioteca, se mezclaban en el ambiente el olor a papel y tinta, el olor del cuero como revestimiento de las tapas, la lavanda sobre las coloridas alfombras, y del barniz del suelo pulido. Apenas había gente y la temperatura ambiente era muy agradable.

    Tenten se acercó hasta el mostrador y Ketaro la siguió cargado con los tomos más pesados. La anciana que estaba tras la mesa con los listados de libros, tomó nota de la fecha de devolución y dio acta de ello. Pero como Tenten aún tenía todo el día por delante y nada más que hacer, acordó con la ancianita colocar con la ayuda de Ketaro cada tomo en su lugar. La ancianita se lo agradeció efusivamente y continuó con su trabajo.

    Ella y Ketaro subieron las escaleras hasta la segunda planta y comenzaron a buscar los huecos correspondientes. Ella colocando las obras en los estantes que le quedaban más a mano y Ketaro en los que ella no llegaba.

    El trabajo de guardián le iba muy bien a Ketaro, lo cual era raro teniendo en cuenta que años atrás había sido uno de los mayores estafadores de la historia. Hasta que la conoció a ella, claro. Tenten era la única persona que conocía el secreto de Ketaro, y no porque él se lo hubiera contado, simplemente lo sabía porque lo había rescatado de esa vida de criminal. Estaba segura de que ninguna casa respetable contrataría a un estafador profesional retirado como a su guardián, probablemente porque desconfiarían continuamente de él. Pero Tenten no tenía intención de revelar el secreto del hombre a nadie.Tiempo atrás, ella le había dado a entender que conocía su pasado y desde entonces, él no había dejado de demostrar una y otra vez su lealtad, su buen hacer y su honradez.

    Ketaro tenía el mismo sentido del humor que un enterrador, pero se había convertido en un gran amigo, en uno de los mejores. Tenten apenas tenía amistades, la mayor parte de las mujeres no se relacionaban con ella porque la consideraban culpable del fracaso de su matrimonio. Y a la otra gran mayoría no les interesaba ser su amiga porque estaban interesadas en Neji y tenerla a ella de por medio era un estorbo. Podría decirse que la única amiga femenina que tenía era su prima Lila y la hermana mayor de ésta, Tintin. Aunque a Tintin ya no la veía casi nunca y Lila tan sólo se quedaba un par de semanas en verano y Navidad, de hecho, tenerla en esta época del año rondando por la villa era una rareza. Pero una rareza agradecida.

    *********``````````********``````````````********

    Neji cruzó el umbral de las puertas de la biblioteca pública y utilizando el Byakugan buscó a su mujer. Estaba sentada en el segundo piso señalando un punto del enorme mapa que había extendido sobre una mesa de roble, hablando animadamente con uno de su “apuestos” guardaespaldas. No conocía el nombre de ese tipo, pero como era muy alto, de ojos claros y cabello rubio, en su fuero interno lo llamaba “la Barbie” y al otro tipejo de la guardia real que estaba normalmente todo el día pegado a su mujer (aunque por lo visto esta vez no), uno moreno y de rasgos marcados, le puso el nombre de “Ken”. Así que, que mejor estampa….pues tenía que lidiar a diario con “Barbie, Ken y la Princesa”.
    Pero dejándolos a ellos de lado, se concentró en Tenten, quien aún no lo había visto.

    A plena luz del día, vestida con un kimono fino de color marfil con un es¬tampado de ramas de diminutas hojas verdes, parecía una ninfa pri¬maveral que hubiese venido a robar el corazón de los mortales. Su pelo, impecablemente cepillado, relucía como el Sol en un día de verano, un marco idóneo para la belleza inconfundible e inquietante¬mente angelical de su rostro. Pues era su rostro el que lo atraía, el que lo llamaba. El intenso caoba de sus ojos, lo encandilaba y lo incitaba a perderse en sus placenteras profun-didades. Tenía la nariz recta, la frente ancha y el cutis perfecto. Sus labios, delicadamente curvados, de un rosa pálido, rotundos y sen¬suales, imploraban ser besados y estaban hechos para unirse a los de un hombre. A los suyos.

    Parpadeó e inspiró hondo; lo necesitaba.

    Cuando se acercó a Tenten pudo percibir el asombro reflejado en sus ojos, probablemente era el último sitio donde pensó que se lo encontraría, precisamente por so mismo fue hasta allí. Reprimió una sonrisa.

    Tenten lo vio dirigirse hacia ella atravesando la habitación sobre la silenciosa alfombra, llevando consigo esa aura de poder y oscuro magnetismo. Y a ella le molestó la sensación de hormigueo que le provocó la sonrisa que lentamente apareció en su rostro.

    Él la estudió con actitud reflexiva y perspicaz, de pie, demasiado cerca, dominándola desde arriba de una forma muy masculina.

    Y entonces Tenten supo, a través de su mirada, que su marido no estaba pensando en nada inocente. Eso la preocupaba. Sabía cómo manejar los flirteos ingeniosos y las insinuaciones frívolas. Ése era un juego con ciertas reglas. Pero aquel beso en el dormitorio de su supuesta futura casa había sido diferente, y mucho más peligroso. Porque momentáneamente la había desarmado. ¿Y cómo se conseguía ganar una guerra sin arsenal?

    Antes de que se diese cuenta se puso en pie y alzó la barbilla, intentando con ese acto no sentirse tan vulnerable al lado de él. Lo consiguió. Pero de alguna manera que aún no lograba a atinar, Neji logró separarla completamente de Ketaro y de la gente que los rodeaba. Consiguió separarla completamente del grupo. No era capaz de decir si había sido ella la que se alejó o si los otros se retiraron, pero de repente se hallaban hablando a solas.

    Neji: te he estado buscando

    Tenten: ¿para qué?

    Neji: quería devolverte el abanico que te dejaste en “nuestra” casa.

    Tenten: no hacía falta; tengo muchos más.

    Neji: ¿y perder la oportunidad de que me volvieses a atizar con él? –bromeó- ni loco.

    Tenten miró por encima de su hombro y observó el reloj colgado en la pared, ya casi era hora de comer y aún le quedaba un largo camino hasta su casa. Miró al Hyuga reflexivamente y un momento después tiró de la manga de su jersey.

    Tenten:ven –lo guió hasta el lugar en el que estaba antes sentada- ya que estás aquí, haz algo útil y ayúdame.

    La “princesa” comenzó a recoger los libros dispersos sobre la mesa y se los entregó en un montón.

    Neji: ¿qué quieres que haga con esto?

    Tenten: nada, sólo llévalos. –dicho esto bajó hasta la primera planta y él la siguió.

    Apretando los labios, Neji le sostuvo los libros e intentó tranquilizarse a sí mismo diciéndose que no era probable que ninguno de sus conocidos, ni siquiera Shino o Lee, entrasen y lo encontrasen recorriendo los pasillos, a la entera disposición de aquel ángel, cargado con un mapa, libros de cocina y novelas románticas.
    La ancianita de mostrador frunció los labios con gesto reprobatorio cuando él depositó los libros en su mesa. Tenten fingió no darse cuenta y empezó a charlar alegremente mientras la anciana anotaba la referencia de los libros en una tarjeta. Dando un paso atrás, Neji echó un último vistazo a su alrededor: no volvería a aquel lugar, si podía evitarlo.

    ******````````````*******``````````````******

    Cuando llegaron hasta el portal de la casa de su mujer, Neji le pasó el montón de libros a Ketaro, quien los seguía elegantemente unos metros por delante y se volvió hacia Tenten. La morena hizo una seña de asentimiento hacia su guardia para que pasase dentro y los dejase un momento a solas.

    Apenas habían hablado en todo el camino pero su perseverancia en el asunto que tenían de por medio era palpable. Tenten también lo sabía. Sabía que él estaba tan empeñado en sus propósitos como ella en los suyos, y sabía que sólo tenía dos armas con las que luchar, su promesa y su orgullo.

    Dos armas formidables, pero no iban a conseguir que ganara esa batalla. Él quería tener un hijo, y eso significaba volver a obtener a esa mujer apasionada que tuvo una vez. La pasión era algo que Tenten todavía poseía en abundancia. La voluntad era otra historia. Para ganar, tenía que mantener viva la chispa del deseo, que ahora sabía que todavía estaba prendida en su interior, mantenerla viva hasta que ardiera fuera de control.

    No sería fácil. Su mujer era tan apasionada en su desprecio como en su deseo, tan tozuda en el odio como lo había sido en el amor. Seducirla exigiría todo el ingenio que pudiera poseer.

    Tenía que conseguir que fuera divertido. Eso era lo que una vez habían tenido y habían perdido: la diversión. La risa y el deseo, el increíble placer de la compañía del otro. Tenía que encontrar la forma de que todo aquello regresara. Y un incentivo positivo podía ser la idea que le surgió esa mañana de camino a su casa. Entre el olor del pan y de hierba mojada.

    Neji: Tenten , te veré de nuevo el martes, vamos a salir.

    Tenten: salir, ¿adónde? –preguntó entre intrigada y a la defensiva. Él sonrió

    Neji: ya lo verás. Estate preparada a las dos en punto.

    Tratándose de Tenten, no podía irse sin hacer algún tipo de objeción.

    Tenten: ¿por qué siempre eliges tú adónde vamos en estas salidas?

    Neji: porque soy tu marido y juraste obedecerme. –bromeó. Pero ella no lo miró excesivamente impresionada, y él añadió- Porque tengo un plan en mente.

    Tenten: me temo lo peor.

    Neji. vamos a ir de picnic

    Tenten: ¿un picnic? —Lo miró como si se hubiera vuelto loco.

    Neji: Siempre te gustaron los picnics. Solía ser una de tus actividades favoritas.

    Tenten: ¿y yo no tengo nada que decir en todo esto?

    Neji: no, pero podrás elegir adónde vamos la próxima vez. Sí, va a ver una próxima vez, y otra, y otra…

    Tenten: ¡Oh!, muy bien —dijo fríamente—, cuando se te mete algo en la cabeza, no se puede razonar contigo.

    Neji: dijiste que ya no teníamos nada en común.

    Ella dio media vuelta con un sonido de exasperación y comenzó a subir la elegante escalera de hierro forjado. Él contempló cómo se iba y, cuando vio que se tocaba con los dedos el cuello, quiso reír, exultante. Tenten todavía recordaba su beso en el cuello. Por Dios, ¿acaso no era un milagro?


    Continuará……………
     
  13.  
    CooOoRii

    CooOoRii Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    3 Agosto 2008
    Mensajes:
    62
    Pluma de
    Escritor
    Re: *Neji-Tenten*

    Wow que lindo ^^
    Tenten va a caer!!!
    hehe bueno tu fic esta muy bueno
    nunca lo habia leido completo
    escriibes muy bien
    y me intrigo
    que pasara despues???
    ahhh haber cuando sigues ^^
    bye bye ^^
     
  14.  
    Rosela

    Rosela Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    4 Abril 2008
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    Hola!
    La verdad me gusta tu estilo descriptivo en este fic.
    Menos mal que subiste tu conti! yo ya estaba algo preocupada. Quiero saber que pasara con ellos dos!!!
    La verdad me gusta mucho el empeño que pone él para remediar la situacion. Pero tambien me pongo en la postura de ella, crellendo que no tiene remedio!
    Ok...no lo dejes y continualo!
    Mucha suerte!
    :jipjip:
     
  15.  
    Elizabeth

    Elizabeth Usuario popular

    Libra
    Miembro desde:
    11 Enero 2008
    Mensajes:
    748
    Pluma de
    Escritor
    Re: *Neji-Tenten*

    hola!
    me encanta!!
    me alegra que allas puesto conti!!
    q pasara??
    me gusto la forma de evitarse y acercarse de cada uno de ellos , no es el tipico fic nejiten^^
    espero la conti
    xao
     
  16.  
    EvaRS

    EvaRS Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    30 Marzo 2008
    Mensajes:
    31
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    *Neji-Tenten*
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    3753
    Re: *Neji-Tenten*

    Capítulo 8: De picnic [1ª parte]


    El martes, Tenten rezó para que lloviera.

    Puesto que Neji había dicho que irían de picnic, esperaba que empeorara el tiempo. Sin embargo, Kami parecía ser tan indiferente a sus deseos como su propio marido, pues el día amaneció despejado y radiante; una tarde cálida y agradable de otoño. Era el día perfecto para un picnic.

    El hecho de tener que hacer ese tipo de salidas con él le desagradaba profundamente. Los picnics habían sido una de sus actividades favoritas años atrás, y había demasiados recuerdos relacionados con ellos, recuerdos de cuando su vida juntos era tan feliz. Nunca había vuelto a ir de picnic pero, cuando él le dijo dónde planeaba que fueran, su rechazo a la excursión se multiplicó por diez.

    Se quedó helada. Empezó a retorcer con fuerza el mango de su pequeña y plegada sombrilla con ambas manos. Miró a su marido, horrorizada.

    Tenten: ¿dónde?

    Él se echó a reír, con una alegría inexplicable para ella, dadas las circunstancias. A su parecer, no había nada gracioso.

    Neji: no es necesario que me mires como si te hubiera pedido que corrieras desnuda.

    Tenten: ¡Neji!- dijo amonestándolo y dirigió una mirada de refilón pero penetrante a Yumi y sus 2 guardias reales a modo de una ruta de escape.

    Neji: tan sólo vamos al Kurigayashi –replicó riéndose todavía.

    Ascender hasta las cuidadas praderas del monte Kurigayashi implicaba dar un rodeo por la villa atravesando la zona destinada a las dependencias de la vida política. Es decir, pasar por delante de la torre del Kage, de las viviendas que conformaban el consejo de ancianos, del castillo del señor feudal,…,en definitiva, de edificios destinados a la cuestión de Estado dónde todo el mundo que ejercía un cierto poder en la villa pudiera ver con sus propios ojos el ¡milagro! de encontrarla a ella con su marido.

    Si alguien la veía con Neji, que la verían, todos pensarían, incluido su padre, que había tenido lugar a las claras la tan esperada reconciliación. Y si a eso le sumamos las veces que la habían visto últimamente en compañía de su marido en bailes benéficos o a plena luz diurna en la gran biblioteca dela aldea, el resultado es aparentemente concluyente. Y cuando Neji se volviese a largar ( y eso esperaba) todos volverían a señalarla como la culpable del fracaso de su matrimonio, y todo volvería a empezar de nuevo. El ser señalada, el ser criticada y amonestada y el ser el foco de todas las miradas indiscretas.

    Tenten: ¿tú y yo juntos en el Kurigayashi? ¿es que no podías haber escogido otro lugar? –estaba pálida y no lo disimulaba. Y él había elegido ese sitio a propósito.

    Neji: ¿qué tiene de malo el Kurigayashi? –preguntó con fingida inocencia- además, es uno de los lugares con mejores vistas de la aldea y casi nunca hay nadie. No veo que es lo que te parece tan catastrófico.

    Ella empezó a sentirse mal e histérica, lo miró mientras abría su parasol, pues si seguía retorciéndolo acabaría por romperlo.

    Neji: además, el picnic es la excusa perfecta para apartarte de la vista de tu hermano.

    Tenten: no quiero ir contigo al Kurigayashi

    Neji: ¿por qué no? ¿temes que la gente me vea besándote en el cuello?

    Eso era exactamente lo que temía. Tenten sintió que empezaba a temblar

    Tenten: No, eso no me preocupa

    Neji: ¿No?

    Tenten: No. Porque no voy a ir.

    Neji: ¿por qué, Tenten? ¿no quieres mostrar a tus amistades que nos hemos reconciliado?

    Tenten: ¡No nos hemos reconciliado! No voy a ir a coquetear al Kurigayashi contigo, y dar así la impresión de que estamos juntos.

    Neji: puesto que todavía no vivimos juntos, eso no es un problema

    Tenten: si te referías a aquello de que pronto recibiremos las mismas invitaciones, el rumor ya correrá lo suficientemente deprisa, o eso me temo. No tengo ganas de animarlo más de ese modo. No voy a ir.

    Neji: si no vienes conmigo… -hizo una pausa, miró a Yumi y a “Barbie y Ken” y se inclinó hacia su oído- si no vienes conmigo, te sacaré fuera yo mismo, te amarraré, noquearé a tus guardias y te llevaré a cuestas. Cualquier vecino que camine por aquí cerca me verá hacerlo y, puesto que puedo suponer que lucharás conmigo a cada paso que des, verá que nuestra “reconciliación” no va bien. ¿te parece esto mejor?

    Tenten: me diste tu palabra de que no utilizarías la fuerza bruta –le recordó en un fiero susurro.

    Neji: no, te di mi palabra de que no usaría la fuerza para llevarte a la cama –susurró él a su vez- desde mi punto de vista, cualquier otro lugar no es válido

    Tenten:ahora ya puedo añadir el apelativo de bruto a mi lista de descripciones sobre ti.

    Neji: bueno, como hace tiempo te dije, la fuerza bruta es útil de vez en cuando.

    Tenten no tuvo duda de que llevaría a cabo su amenaza, y recordó que hacer que esperara era su estrategia. Después de un tiempo, se cansaría de su juego y se iría.

    Tenten: entonces, vamos –dijo mirando a Ketaro y a Kirian, sus dos guardaespaldas- cuanto antes vayamos, antes terminaremos.

    Neji: he aquí la Tenten que yo recuerdo –dijo siguiéndola mientras bajaban los tres escalones hacia la calle- valiente, aventurera, lista para probar cualquier cosa.

    Durante su noviazgo, solían ir de picnic a menudo, siempre había alguien vigilando a Tenten oculto tras algún arbusto, claro; pero también siempre supo cómo robarle algún beso rápido, apasionado, alimentando su deseo por él con esos preciosos momentos robados. Había funcionado como un hechizo, y él creía que podría volver a funcionar.

    Estaba intentando rememorar los días de su noviazgo, con la idea de que así conseguiría renovar el afecto de Tenten por él, pero con el lujo añadido de poder tocarla y besarla sin tener que ocultarse de la vista de todos. Estaban casados y él podía ser todo lo atrevido que quisiera, y lo sabía.

    *********``````````````````********````````````````********

    Tal y como ella había predicho, el Kurigayashi estaba casi desértico; y el ascenso a la montaña hizo que el recorrido hasta allí le pareciera a Tenten especialmente eterno. Aunque el rodeo hasta allí tampoco había sido muy agradable que digamos. Como era de suponer cuando atravesaron la zona de los altos mandatarios, la gente se acercaba, murmurando, especulando, sin duda viendo a la “princesa” y su esposo juntos en público.


    Lo irónico dela situación le provocó deseos de sonreír. Qué buena broma sería, aunque sólo ella pudiese apreciarla. Si su padre supiera que, después de tantos años de rebelión, ella iba a comer con su marido. ¡Le daría apoplejía!

    Mientras avanzaban por la ladera, Tenten se alegraba de haber acertado con su atuendo. Eligió un vestido satén blanco de manga y talle largo con líneas verticales de un púrpura intenso. Había descubierto que le hacían parecer más alta y ese día no quería sentirse pequeña. Aunque otra de las razones para llevar vestido y no su habitual kimono, radicaba en que el kimono dificultaría su marcha, sus pasos serían cortos y lentos y lo último que quería era prolongar más su trayecto junto a Neji. Si tal cual, el camino ya le había parecido eterno, no quería ni imaginar cómo sería de otro modo.

    Ketaro y Kirian que los habían acompañado a una distancia prudencial siguieron a Neji mientras la llevaba hasta un lugar de césped sombrío, cerca de un pequeño estanque natural.

    Neji: ¿está bien aquí? –preguntó englobando el lugar con un movimiento de brazos.

    En realidad, no tenían ningún tipo de intimidad, pues la poca gente que había por la zona también se había asentado cerca del estanque en busca de una sombra, y cualquiera que los conociese podía verlos y murmurar, pero era tan apacible como cualquier otro lugar del prado en un día como aquél. Era suficiente.

    Cuando ella asintió, Ketaro y Kirian extendieron una manta. Tenten se sentó con su vestido de satén, de pulcro blanco y púrpura intenso, revoloteando a su alrededor. Lo ahuecó un poco para hacer sitio a Neji, y éste se sentó frente a ella mientras los guardias se disponían a buscar otro lugar en el que asentarse. Un lugar lo suficientemente lejos como para no escuchar lo que se pudieran decir ella y su marido, pero también lo suficientemente cerca como para acudir si se los necesitaba.

    Neji comenzó sacar utensilios de la cesta que estaba a su lado. Extrajo cubiertos, platos y una pequeña variedad de embases, con lo que suponía, dentro habría comida. Mientras, su mujer clavó el pequeño parasol que llevaba consigo en el césped y lo abrió. El Hyuga la miró extrañado de esa acción, pues estaban a la sombra y la sombrillita sobraba, pero tras recordar cómo tan afanosamente la aferraba contra sí durante todo el trayecto, se dio cuenta del porqué. Tenten astutamente se había colocado en una posición diagonal de espaldas al campo, con él por delante y con el estanque en el lado izquierdo para ocultarla a la vista de la gente. Eso hacía que quedara expuesta por el lateral derecho, dónde acababa de colocar el parasol para no dejar puntos muertos. Así, aunque su sobrilla fuese pequeña y aparentemente de adorno, al estar Tenten sentada y la sombrilla abierta, escondía su rostro a todo aquel que pasase o estuviese cerca. Así, cualquiera que lo viese a él, sabría que estaba con una mujer de picnic pero no sabrían con quien. ¡Qué astuta!

    Neji: ¿Tenten? –interrogó para llamar su atención.

    Ella se vio obligada a alzar la mirada.

    Neji: ¿te preocupa lo que opine la gente?

    Tenten: bueno, no era necesario venir aquí y estimular los rumores. –miró a su alrededor- sin duda, mañana las apuestas serán a tu favor, y todos te aplaudirán por conseguir que tu mujer histérica y desobediente cumpla con su deber.

    Neji: si eso es lo que van a decir, no te conocen muy bien, ¿no crees?

    Tenten: ¿acaso voy a ganar nuestra pequeña guerra?

    Neji: no, es que tú no eres histérica –comenzó a reírse- desobediente es una cosa muy distinta.

    Maldito fuera él y su encanto victimista. Podía decir cualquier cosa, hacer lo que quisiera, y había veces en que conseguía arrancarle una sonrisa. Ella miró hacia otro lado y no le contestó.

    Neji volvió a reír, estaba muy guapo cuando sonreía pensó…y también cuando no lo hacía, la verdad. Tenten respiró el limpio aroma del mundo recién lavado y admiró las gotitas brillantes de la hierba alta antes de volver a enfocar su vista en su marido.

    Neji desató una bolsa de cuero (que ella aún no había percibido) y sacó una botella mojada por el agua del hielo picado en la que había estado metida.

    Neji: ¿champan? –preguntó con una sonrisa que tenía el encanto de Lucifer.

    Ella alzó una ceja.

    Tenten: ¿no es un poco fuerte para estas horas, Neji?

    Neji: puede –dijo asintiendo, mientras sacaba una copa de la cesta. Descorchó la botella y vertió un poco del burbujeante líquido en la copa aflautada de cristal.

    Tenten: ¿qué más has traído? –preguntó mientras ella le acercaba la copa, con demasiada curiosidad ante el contenido de la cesta como para poder ocultarla -¿caviar, quizá? O, como ya tenemos champán, has traído fresas bañadas en chocolate.

    Él negó con la cabeza y dejó el champán a un lado.

    Neji: no, algo mucho mejor, algo que te gusta mucho más que todo eso; ¡bollitos!

    Alcanzó la cesta y sacó un cuenco con bollitos redondos y dorados, que colocó sobre la manta. Después, sacó un pequeño bote de mermelada.

    Ella adoraba los bollitos con mermelada, era otra de sus cosas favoritas. Neji parecía recordar muchos detalles, y se dio cuenta de que ésa era su gran ventaja. Sabía demasiado de ella; el hambre que siempre tenía a esa hora del día, la comida que le gustaba, lo delicioso que era cuando le besaba el cuello.

    Tenten: sin duda –murmuró con un suspiro- ¿la mermelada de fresas?

    Abrió el pequeño tarro, miró en su interior con ojos curiosos y después la miró con una sonrisa.

    Neji: creo que es de fresas –dijo, tratando de parecer sorprendido ante tal descubrimiento- tu favorita, ¡qué coincidencia!

    Tenten: es un truco muy tonto para ablandarme, para hacer que me gustes de nuevo.

    “Para conseguir que vuelva a enamorarme de ti”

    Neji: cierto - asintió mientras dejaba a un lado la mermelada y se servía más champán. Se recostó frente a ella, descansando sobre un brazo, las piernas flexionadas, en una pose de completa indiferencia al hecho de que ella lo encontrara absolutamente transparente- ¿y está funcionando por ahora?

    Tenten: ¿por ahora? –lo miró y tomó un sorbo de champán- ¿crees que tu victoria es cuestión tiempo? Qué tonto eres si piensas que puedes ganar con esa facilidad, sobre todo si empleas tácticas tan simples como picnics y champán.

    Él hizo una pausa, dirigiéndole una mirada de pretendido arrepentimiento.

    Neji: entonces, ¿no quieres ningún bollito?

    Ella apretó los labios, asintió con la cabeza, con orgullo, mientras miraba los bollos sobre la manta.

    Tenten: ¿has traído mantequilla?

    Neji: por supuesto -dejó a un lado la copa y sacó otro tarro.

    Ella se rindió.

    Tenten: pásame un bollito -dijo, dejando su copa de champán al lado de uno de los platos.

    Él abrió el bollo redondo a lo largo y le ofreció ambas partes junto con una cucharita.

    Neji: sé que el soborno vencerá.

    Tenten: al contrario -replicó ella mientras extendía una porción de mantequilla untuosa en el bollito- no soy tonta. Los bollitos, la mermelada, el champán -dio un mordisco a su bollo- nada de eso funcionará.

    Neji: Tenten, ten piedad de mí -dijo él mientras se preparaba un bollito- mira lo que me obligas a hacer para conseguirte.

    Pero ella no podía ayudarlo, sonrió mientras miraba cómo se comía medio pastelito de un solo mordisco, un bollo grueso relleno de mantequilla y mermelada.

    Tenten: pobrecillo, parece que estés sufriendo muchísimo.

    Él asintió mientras masticaba.

    Neji: sufro, sabes que prefiero la mermelada de albaricoque -se relamió un poco de mermelada y mantequilla de la comisura de la boca y la miró -pero las fresas también tienen sus ventajas.

    Ella vio algo en sus ojos, y su cuerpo, su corazón, lo reconocieron. Esa mirada cálida, expectante. Se puso tensa mientras contemplaba cómo él dejaba la mitad de su bollo a un lado y se acercaba cada vez más hasta que sus caderas la rozaron.

    Neji: tienes la boca llena de mermelada.
    Tenten: estás mintiendo -lo acusó con la boca llena, y se llevó los dedos a la cara, verificando que estaba mintiendo, mientras terminaba de comer su trozo de bollito- no tengo mermelada en la cara.

    Neji retrocedió, de cuclillas, cogió un poco de mermelada con el dedo, se volvió y le tocó la comisura de los labios.

    Neji: ahora, sí.

    Era un juego, su juego, al que solían jugar años atrás. Durante aquellos picnics, si nadie miraba, él le ponía mermelada en la boca y después la besaba. Cuando se casaron, se convirtió en parte de su ritual matutino. Desayuno en la cama, mermelada de fresas y hacer el amor. Él lo había dicho hacía dos días, y ahora, estaba conquistándola de nuevo, haciéndole recordar cuáles fueron sus sentimientos hacia él, recordándole cosas que ella se había obligado a olvidar.


    “Siempre has preferido hacer el amor por la mañana.”


    Él se echó hacia delante, acercando su boca a la de ella con una mirada interrogante y, de pronto, pareció que sus esfuerzos por parecer fría y distante fueran inútiles. Había algo en las profundidades de sus ojos que todavía podía hacerla sentir caliente y lánguida, aquella sonrisa tenía cierta ternura, y todavía podía despertar calor por todo su cuerpo y hacer que se derritiera como la mantequilla en una tarde soleada. Él se acercó más.

    Ella lo odiaba, lo odiaba.

    Se detuvo con la boca tan sólo a unos centímetros de la suya.

    Neji: no me gustaría que pasaras toda la tarde con esa mermelada roja en el rostro, en fin, qué diría la gente; podría besarte para quitártela.


    Él sontió acercando sus labios un poco más, y ella comenzó a sentir pánico. Puso la palma de la mano entre ambos, contra el pecho de él, para detenerlo antes de que pudiera besarla.

    Tenten: ¿es que tampoco voy a estar a salvo de tus ataques en público?

    Neji: en ningún sitio estarás a salvo de mis ataques.

    Se quedó helada; él también. Ambos permanecieron impasibles, detenidos por la mano y el rechazo de ella. Su pecho era un muro pétreo bajo su palma, y ella imaginó que podía sentir su corazón latiendo tan deprisa como el suyo. Con un poco de imaginación, quizá, pues su camisa de algodón blanca en cuello de cisne y su jersey color azul hacían imposible saber con certeza si eso era verdad, aunque el deseo que mostraban sus ojos no inducía a error. Hacía tanto tiempo que él no la miraba así, tanto tiempo desde que ella había deseado que lo hiciera.

    Pero ella ya no lo quería. Ya no.

    En ese “ataque” la pequeña sombrilla de Tenten cayó al suelo, produciendo un chirrido sordo, y todos se habían girado para ver que ocurría.

    Tenten: la gente nos mira –le susurró, desesperada.

    Sus dedos acariciaron sus mejillas, sus pestañas parpadeaban mientras miraba su boca.

    Neji. Si nos miran, démosles algo digno de que hablar.

    Su voz sonaba grave, dura, tal y como se sentía ella misma. Era un canalla, realmente lo era.

    Él rozó sus labios con los suyos, y una sensación liviana se disipó en su interior. Por un breve instante, sintió como si estuviera cayendo al vacío.

    Tanto, tanto tiempo, ella ya había olvidado cómo solía mancharla con mermelada de fresas en la boca, justo antes de besarla. Había olvidado cómo sabían sus besos, cómo era su tacto. Él estaba consiguiendo que recordara cosas que ella no quería recordar, cosas que le habían producido tantos placeres.

    ¿Había aprendido algo? Nada de eso era real. Él la estaba manipulando para obtener lo que quería, como había hecho durante su noviazgo. Neji le había enseñado la lección más amarga que una mujer podía aprender de un hombre, que su amor y su deseo no eran lo mismo. Pero esta vez no iba a ser tan estúpida.

    Con esa idea, recobró el sentido. Retrocedió, apartando la mano mientras se reclinaba sobre la manta, obteniendo el espacio que necesitaba. Observó, frenética, a su alrededor y confirmó sus peores presagios.

    Tenten: la gente está hablando de nosotros.

    Neji: diciendo cosas horribles, por supuesto.

    Él no la apartó, sino que se recostó, dejando caer el peso sobre sus codos y dando la impresión de estar mucho más cómodo que ella.

    Neji: besar a tu propia esposa, especialmente en público, es el colmo del mal gusto. Mis amigos jamás me lo perdonarían. Trataré de contener mis impulsos la próxima vez que tengas mermelada en la cara.

    Tenten: supongo que, simplemente, no has podido evitar mancharme.

    Neji. pero, Tenten, eso no sería divertido.

    Tenten: sé que la vida siempre es diversión para ti.

    Neji. ¡por Kami! eso espero. ¿Por qué no habría de serlo?

    Para ella también había sido divertida una vez, cuando estaba con él, pero su vida ya no era así, ya no. Contenida, ocupada, satisfactoria, con algunos momentos de felicidad y otros de tristeza, no era divertida, no era alegre, ni maravillosa, ni excitante. No como la de Neji.

    Humedeció la punta de la servilleta en la copa de champán, y se frotó con ella el rostro. Después, lo miró.

    Tenten: ¿ya está?, y no me mientas.

    Neji: sí, pero te has frotado tan fuerte que te ha salido un sarpullido.

    Tenten dobló la servilleta y se la tiró a la cara. Se vio tentada a mirar otra vez a su alrededor por si podía identificar algunos de los rostros que los estaban mirando. Pero se contuvo, pronto oiría los rumores, y todos los demás también. A la mañana siguiente, todo el círculo de amistades de él, y el de ella, sabrían que Neji Hyuga había besado a su mujer y, sobre todo, que “la princesa” no había puesto mucho empeño en detenerlo. Y dirían que ya era hora de que dejara a su marido compartir su lecho y aprender a ser una buena esposa.

    Tenten, sin embargo, no tenía intención de hacer ninguna de las dos cosas. Y la insistencia de su marido estaba empezando a convertirse en una auténtica molestia.

    Continuará…………….
     
  17.  
    Rosela

    Rosela Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    4 Abril 2008
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    La verdad que cada vez que leo un nuevo capitulo de este fic me pregunto muchas cosas.
    Existen dias que quiero decir: "Hay Tenten no seas tan terca!!!"
    Pero yo en su lugar no sabria que hacer.
    Es obio que ella aun lo ama, de no hacerlo nisiquiera le hubiese permitido que se le acerque. Y con respecto a él, no se si lo hace porque ya maduro y comprendio que le toca hacerce cargo de las cosas con inteligencia; O lo hace porque en verdad la quiere.
    Otro indicio de que realmente lo ama, es que cuando encuentra excusa para alejarse de Neji, ella misma es quien le da un pie a él a tiraralas como si nada.

    Muchas de mis dudas me gustaria que las respondieras en la proxima conti...que espero por dios que sea pronto!!!
    Me encanta este fic!!! no lo dejes porfa :quebello:

    Quiero saber si dara su brazo a torcer o si saguira empeñada en mentirle a su cabeza de que ha olvidado a este hombre tan duro.
    Ok, espero que no te olvides de tenerme al tanto y que proto continues con tu fic!!!
    Sabes por boca mia que me gusta muchisismo!!!
    Cuidate y nos vemos pronto
    :jipjip:
     
  18.  
    Elizabeth

    Elizabeth Usuario popular

    Libra
    Miembro desde:
    11 Enero 2008
    Mensajes:
    748
    Pluma de
    Escritor
    Re: *Neji-Tenten*

    hola!
    cada vez me gusta mas este fic!!
    es muy lindo y no es como el resto!
    me encanta como escribes!
    conseguira neji volverla a conquistar??
    espero la conti
    bye
     
  19.  
    EvaRS

    EvaRS Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    30 Marzo 2008
    Mensajes:
    31
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    *Neji-Tenten*
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2320
    Re: *Neji-Tenten*

    Capítulo 8 (segunda parte):


    Neji no sólo tenía planeado pasar la hora de la comida con su mujer, esperaba que su visita al Kurigayashi se prolongase notoriamente.

    Cuanto más tiempo pasase con ella, más llegaría a conocer a la Tenten actual, y esperaba sacar ventaja de ello. De momento, había vislumbrado una pizca del dormido humor de Tenten, al menos la servilleta que le acababa de lanzar lo atestiguaba.

    Neji descubrió que, si se lo proponía, podía hacerla reír; desgraciadamente, su cercanía, también lograba que Tenten se irritase y se enfadase.

    Suspirando, el Hyuga comenzó a recoger los utensilios y los tarros de comida, guardándolos luego en la cesta de mimbre que trajeron consigo. Se dio cuenta de que Tenten, volvía a recolocar la sombrilla que se había caído, de vuelta a su lado derecho; ocultándola una vez más de las miradas de los pocos presentes en el Kurigayashi.

    Neji miró a su mujer mientras ella sacudía de su vestido algunas migas de pan. También miró su expresión; la cual no traslucía nada, en ella no había ningún indicio de diversión. No había forma de saber si se lo estaba pasando bien o estaba deseando irse a casa. Aunque conociéndola, probablemente fuese lo segundo. Así que tomó medidas.

    Neji: Tenten, ¿te apetece dar un paseo?

    Tenten alzó la mirada para observarlo.

    Neji: incluso podrás llevar contigo esa ridícula sombrilla. Hasta podrías compartirla –le sonrió esperanzado- ya sabes, podría darme una insolación y perder el conocimiento.

    Tenten: ¿cómo vas a perder algo que nunca has tenido?

    Neji: ¡por Kami! ¿acabas de hacer un chiste? –empezó a reír- ¡un chiste!

    Y muy a su pesar, Tenten también rió.

    Neji: anda ven, vayamos a dar una vuelta –dijo mientras se ponía en pie y le tendía una mano para ayudarla a levantarse.

    Tenten rechistó por lo bajo y frunció el ceño, luego aceptó su mano. Abrió su parasol y casi lo decapita al ponerse en pie. Y Neji empezaba a pensar, si lo llevaba precisamente para eso. Primero fue el abanico, ahora la sombrilla, ¿qué sería lo próximo?

    Neji: ¿sabes? Contigo la expresión “esta mujer es un peligro” adquiere un nuevo significado.

    Tenten lo miró con furia: ¿sabes lo que es el “asterosum”?

    Neji: no

    Tenten: es una antigua droga que paraliza completamente el cuerpo, pero te deja totalmente capaz de ver, oír y sentir. Los médicos romanos lo utilizaban cuando necesitaban amputar –lo miró, recorriendo su torso hasta pararse en sus partes “nobles”- tengo un frasco en casa. –alzó la vista para encontrarse con sus claros ojos- no me tientes a usarlo. Y ya puedes imaginar cual es la parte de tu anatomía que me conviene amputar.

    Neji tragó saliva, inquieto. A su mujer se le daban muy bien todo tipo de armas, probablemente conociera todas y cada una de las existentes. Así que..¿de qué se extrañaba?

    Neji: el “asterosum”, ¿no es ilegal?

    Tenten lo miró con malicia mientras llegaban al final de un sendero: en realidad la mayoría de las armas que conforman mi colección privada lo son. Pero tengo los suficientes contactos en el ámbito gubernamental como para que no me hostiguen por eso.

    Al final del camino había construida una enorme fuente de piedra con una pequeña estatua de sirena en el centro. El agua caía por doquier, salpicando algunas zonas de hierba a su alrededor. Neji se acercó hasta un borde y se sentó, Tenten prefirió quedarse de pie, dando cortos pasos alrededor de la fuente, admirando el paisaje del lugar.

    El monte Kurigayashi no sólo era famoso por sus vistas panorámicas de la villa y el entorno natural; también era famoso por sus cuidadas praderas de margaritas, amapolas y campanillas. Un coloreado surtido que embriagaba los sentidos en medio de una apacigüe comida-picnic. Ahora estaban en medio de una pequeña ladera, medio ocultos por los frondosos pinos del entorno; cerca de una preciosa fuente al final de uno de los centenares de caminos que ocultaba el Kurigayashi, y cada uno poseía su propia gracia.

    Hubo un tiempo en que Tenten y Neji los recorrieron todos, juntos de la mano, pero ahora…ahora incluso ella se había olvidado de lo hermoso que era este lugar.

    Tenten respiró hondo y dejó que la humedad del aire la golpease en la cara. Sí, en el cobijo de la sombra refrescaba, pero valía la pena pasar por ese pequeño sacrificio. No obstante, a pesar de que era un día soleado, estaban ya en pleno otoño.

    Tenten decidió sentarse en el extremo opuesto de la fuente, frente a la gran cortina de agua que caía sin compasión, con los ojos de la sirena mirando hacia ella. El repiqueteo de las gotas al caer era lo más relajante que escuchaba en semanas y, si prestaba la suficiente atención al entorno, incluso podía escuchar el corretear de alguna ardilla o una piña a lo lejos al caer.

    Tenten: debo admitir que pese a todos los reparos que puse y que aún pongo por venir aquí, en este momento se ven ofuscados por la belleza del lugar.

    Neji: solíamos venir aquí, disfrutábamos y nos divertíamos. Pero…es absurdo cargar con las culpas del pasado cuando el pasado está muerto y enterrado –dijo, empleando su tono de voz más contundente- ¿cómo se puede disfrutar del presente o labrarse un futuro si no se deja de mirar atrás con ánimo pesimista?

    Tenten se puso rígida al escucharlo, la verdad es que se sintió como si estuviera escuchando un discurso preparado de antemano, y ya no le extrañaría que así fuese. ¿de que otro modo sino, alguien sería capaz de cambiar de un tema a otro tan radical como el que no quiere la cosa?

    Neji prosiguió: tu también cargas con ciertas culpas, Tenten. Te niegas a aceptar que tu perspectiva del pasado en lo que a mi respecta tal vez sea un tanto distorsionada. Rechazas la felicidad del presente y la posibilidad de que juntos consigamos una vida satisfactoria. Insistes en mirar atrás con ánimo pesimista y no hacia el futuro.

    Tenten se puso de pie de un salto, colocó una mano en las caderas y con la otra agarró su parasol con toda la fuerza de la que fue capaz, haciendo gala de su autocontrol para no ir hacia donde estaba él y decapitarlo con su sombrilla.

    Tenten: ¡sí, claro! –Exclamó- ese es el tipo de argumento que esperaría de ti, Neji. Cualquier cosa para confundirme y manipularme a tu antojo. Lo que has dicho no se puede aplicar a mi caso. Y te estás engañando cuando afirmas que rechazo la felicidad del presente. Seré feliz cuando te largues y me dejes tranquila. Y te alagas a ti mismo cuando dices que miro atrás con pesimismo. Hasta que volviste a aparecer en mi vida no echaba la vista atrás a menudo, y cuando lo hacía era con afán realista. Para recordar los errores cometidos a fin de no volver a realizarlos. Punto. ¿Por qué iba a hacerlo sino? ¿acaso creías que me mortificaba día y noche llorando por ti? ¡JA! Y no te hagas ilusiones sobre nosotros, para mí estos días no han tenido la menor importancia.

    Neji: cielo, estás adorable cuando te enfadas

    Tenten rodeó la fuente a toda prisa, pero cuando llegó hasta él ya estaba preparado, como era de esperar. Neji atrapó su mano derecha cuando estaba a unos 2 centímetros de su rostro y la izquierda que empuñaba la sombrilla a unos seis. Las sostuvo y se echó a reír por lo bajo mientras ella le clavaba una mirada amablemente despiadada.

    Neji: pero ¿qué es esto, gatita? –Preguntó, mientras apretaba más sus muñecas- ¿dónde están tus modales, princesa?

    Los ojos de Tenten brillaban de ira: ¿modales? Estar contigo ya es suficiente penitencia. Sólo un santo tendría la suficiente paciencia para aguantarte. ¡A la porra los modales!

    Neji inclinó la cabeza para acercarse más a ella y replicarle, pero tenía la sensación de que si le tocaba la mejilla, la besaba o le decía siquiera una palabra más, ella explotaría. Si no la soltaba ahora mismo tenía la ligera impresión de que su mujer le escupiría en la cara. Así que tomó aire y se obligó a si mismo a dar un paso atrás.

    El conquistador que llevaba dentro rugió y luchó por aferrar a Tenten, por estrecharla entre sus brazos y tomarla, tomar por asalto su fortaleza y obligarla a reconocer que le pertenecía a él, sólo a él. Pero el estratega que llevaba dentro, le decía que lo mejor que podía hacer era replegarse. Una retirada a tiempo era lo mejor….por ahora.

    Tenten: ¡y no me llames gatita, sabes que lo detesto! Antes que dejar que me llames así preferiría coquetear con un sapo. Antes haría el amor con el demonio.

    Neji: no, gatita –se rió de ella y le devolvió su pequeña sombrilla- eso no está nada bien. Si hay algo que he admirado siempre en ti, es tu honradez. Sin embargo, acabas de mentirme dos veces; ¿cómo ibas a coquetear con un sapo? ¿y qué iba a hacer el demonio con su tridente mientras hace el amor contigo? En realidad, creo que es mejor olvidar el tema. Hay un sinfín de posibilidades escandalosas, ¿no crees?

    Tenten: tal vez, Nji, deba distraer tu mente de esos pensamientos tan picantes –señaló otro sendero con el pulgar- mejor será continuar con la caminata antes de que consigas que cometa un homicidio.

    La mirada de Neji se tornó risueña y tuvo la impresión de que el muy sinvergüenza se estaba divirtiendo de lo lindo.
     
  20.  
    Rosela

    Rosela Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    4 Abril 2008
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: *Neji-Tenten*

    Como siempre me encanto! sube lo proximo! estare muy atenta!
    Me pone nerviosa que se postergue para tanto la aceptacion por parte de ella y eso es lo que lo hace atrapante!
    A decir verdad no creo que Tenten tenga la culpa del engaño. Me parece que ella reacciono de forma inconsiente y como cualquier otra lo hubiese hecho. Ella se habia encerrado y no deseava verlo (si bien no me falla la memoria). De ser cierto, me parece que fue así porque en el fondo deseaba negarse con desesperacion lo que en verdad le había ocurrido. Cosa que aun hace, cuando se insita a olvidarlo.

    Conrespecto a tu forma de escribir, me parece que eres muy buena describiendo. Armas una imagen no muy esplicita invitando al lector a colocar detalles de relleno, y aportando de su imaginacion.
    En cuanto a las actitudes de ambos, son muy bien descriptas y redactadas...cosa que me facina de este fic!!!!
    Me encanta la personalidad de ambos! Te lo has propuesto llevandolo acabo de una forma muy atractiva!!!
    Me encanta el vocabulario que empleas! Yo me quedo corta con todo esto!!! jejejeje

    Recursos todos! Sobre todo aquella metafora dada como pregunta por parte de Hyuga, que me parecio fantastica y con un trasfondo muy gracioso de estudiar! Creo que es ingeniosa!


    Me quedo sin palabras y ya dije demaciado!!
    Continualo
    :quebello:​
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso