Moonrise

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por alexxMS, 16 Abril 2014.

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    alexxMS

    alexxMS Entusiasta

    Capricornio
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    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Moonrise
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    9874
    Moonrise

    Han pasado muchos días y noches desde aquella turbia velada en la que la vida de Michael cambió para siempre.

    Su tiempo en prisión ha acabado por fin y sus pecados han sido redimidos ante los ojos de sus ejecutores, es tiempo de reiniciar su desdichada vida sin rumbo.

    El sol comenzaba a caer cuando su hermano, Leonard llegaba en su auto a recogerlo en frente de la salida de aquella prisión. Michael estaba solo, lo único que traía consigo era una camisa de franela blanca y un pantalón negro, no tenía nada consigo, era un hombre nuevo.

    Leonard lo nota enseguida al verlo al rostro, observa que había algo diferente, un cambio. En ese momento la luz del sol reflejada en el rubio cabello de Michael lo hacía lucir mejor de lo que en realidad estaba.

    Al bajar del auto Leonard se acerca paso a paso a su hermano, lentamente y observando con cuidado; sus ojos seguían siendo azules pero no brillaban con la intensidad de antaño, su cuerpo seguía siendo tan atractivo como antes pero la gran melancolía emanaba de su ser, repelía mas que cualquier cosa.

    Cuando ambos están cara a cara no lo pueden creer, no habían podido estar tan cerca desde hace ya varios años atrás. Una larga pausa silenciosa se hace presente mientras que ambos se miran con intensidad. La mirada de Leonard mostraba la alegría y gozo que sentía al ver a su hermano fuera de las rejas, mientras que la mirada de Michael era simplemente triste y desalentadora, sin embargo una sonrisa logra salir de su rostro con esfuerzo.

    Leonard lo abraza con fuerza, como había querido hacerlo desde que entró a prisión. Michael siente algo en su interior pero no sabe en realidad que es. Le asusta por dentro y comienza a llorar en el hombro de su hermano mientras con sus brazos lo abraza mas fuerte que nunca hasta caer arrodillado al suelo. Leonard cae con el lentamente en el suelo mientras ambos lloran y el sol cae sobre ellos acentuando su luz en el rostro de un melancólico y nervioso Michael.

    Entonces una pequeña sale del auto y se acerca a ambos, era una niña muy linda, de cabello castaño y piel blanca un poco bronceada. Su cabello llegaba a hasta sus hombros y llevaba consigo un uniforme escolar. Al mirarla Michael se confunde un poco y entonces entiende.

    — Es mi hija, Michael. — Comenta Leonard con gozo en su voz y rostro. — Es tu sobrina.

    Michael estaba atónito, este regalo era más grande de lo que esperaba cuando salió de ese infierno en el que estuvo hace muy poco. Una dulce niña con sonrisa jocosa y mirada risueña.

    Al subir al auto Leonard junto con su hija lo llevan a su nuevo apartamento. Este estaba en un edificio de notable acabado y lucia bastante costosa su estadía. Los pasillos tenían en sus paredes un tapiz rojo muy intenso y estaban iluminadas por luces de un color amarillo más oscuro, Michael sentía una extraña sensación puesto que hacía mucho tiempo que no caminaba por un pasillo tan colorido y cuidado.

    Al final de este, hacia la derecha hay una puerta que era la entrada para su nuevo apartamento, aquella puerta estaba recién barnizada así que tenía un excelente aspecto.

    Al entrar Michael no podía creer lo que veía, era muy hermoso. Las paredes estaban pintadas de un majestuoso rojo pero no era solo eso, también era muy espacioso, solo la sala de estar era mas gran de que su antigua celda; en ella puede notar un sofá de color beige y frente a este un televisor de considerable tamaño aunque muy delgado. La cocina, que estaba al lado de la sala, también estaba totalmente reluciente, más de lo que debería tal vez, puesto que Michael no sabía cocinar muchas cosas.

    La sala conducía a un pasillo en el que se encontraban dos habitaciones, una era el baño y otra era su cuarto. Al entrar a la segunda no puede salir del asombro, su cama era hermosa, aquella sabana de color azul parecía ser terciopelo además de tener frente a este otro televisor idéntico al de la sala.

    Este milagro no parece lógico, después de todo lo que había hecho esto no tiene lógica alguna, se dirige a la sala donde se encontraba su hermano plácidamente sentado en el mueble de terciopelo.

    — Esto es muy lindo, ¿sabes?, pero no entiendo cómo podré pagar esto. — Declara Michael con tono dudoso. — Aún no tengo trabajo y dudo que pueda pagar la renta dentro de poco.

    — Tranquilo. — Dice Leonard con sonrisa peculiar. — Yo pagaré los primeros tres meses de renta, mientras que consigues trabajo y te acentúas a la ciudad. Supongo que será difícil al principio pero te conozco hermano, sé que puedes superarlo.

    — No lo puedo creer. — Manifiesta. — No creo merecerme esto. — Una sonrisa sale de su rostro en muestra de alegría y asombro.

    — Actualmente estoy en el mejor momento de mi trabajo y creo que recibiré un ascenso dentro de poco, así que lo mejor está por venir. — Comenta Leonard con tono muy jocoso.

    — Hablando de eso… ¿sigues trabajando con esos tipos irlandeses? — pregunta Michael un poco preocupado por la respuesta.

    — Si, pero tranquilo, sé que las cosas puede salir mal pero no pasara, tengo todo muy bien planeado. — Explica.

    — Eso espero.

    Un poco mas tarde Leonard se lleva a su hija a casa mientras Michael se queda solo allí, en ese pedazo del cielo que le habían regalado con tanto gozo; el que parecía no tener sentido para él, puesto que estas cosas solo deberían pasarle a gente buena y honrada, no a personas como él, con sus manos manchadas de sangre y moral rota. No era la clase de hombre que debería merecerlo, lo único que apaciguaba aquel constante juicio que se aplicaba a si mismo era la idea de comenzar de nuevo, una vida totalmente diferente a lo antes vivido.

    Y fue entonces cuando la encontró a ella. Él estaba parado en medio del pasillo admirando aquel magnifico tapiz cuando una chica aparece frente a él. No debía superar los veinticinco años de edad, se notaba en su jovial rostro y cuerpo. Llevaba puesta una chaqueta negra de tela suave que la cubría hasta su cuello y cuyas mangas llegaban hasta las palmas de sus manos. Llevaba un blue-jean muy lindo que realzaba la belleza de sus piernas tan agraciadas. Michael no pudo evitar fijarse en unas peculiares pecas en su cuello, serían tal vez tres o cuatro y le parecían muy atractivas pero no entendía porque. Su piel era blanca y muy hermosa al igual que su rubio cabello que relucía aún más gracias a la iluminación del pasillo; era lacio y se extendía hasta unos centímetros por debajo de sus hombros, también cubría sus orejas. Sus ojos eran celestes como el cielo, imponentes y muy hermosos, su mirada inocente y jovial y aquella sonrisa era simplemente bella.

    — Hola, tú debes ser el nuevo vecino. — Saluda la hermosa joven. — Yo soy Claire, un placer conocerte.

    — Un placer conocerte a ti también, Claire. — Devuelve el saludo con una sonrisa sincera y alegre. — Yo me llamo Michael.

    — ¿Y eres nuevo en la ciudad o solo en el apartamento? — pregunta la blonda.

    — No, yo ya vivía en Los Ángeles, solo soy nuevo aquí. — Responde.

    — Bueno, espero que tu estadía aquí sea de tu agrado. — Comenta mientras abre la puerta de su apartamento con sus llaves, este estaba exactamente frente al apartamento de Michael. — Si necesitas ayuda ya sabes que estoy justo frente a ti. — Con sonrisa animosa se despedía la chica que ahora entraba a su apartamento.

    Cuando cae definitivamente la noche, Michael puede observar la ciudad nocturna por la ventana de su habitación. Era hermoso y extraño, no recordaba las cosas así. Las calles eran brillantes, luces de neón de todos colores iluminan las pobladas calles. A la distancia lucia tan hermosa en medio de la fría noche. La ciudad luce imponente antes sus ojos y una extraña sensación corre por su cuerpo. Decide salir a pasear un rato por las calles.

    Era tan emocionante y extraño para el caminar de nuevo por el asfalto de las calles, estar rodeado de tan particular población.

    Mientras camina por una avenida puede notar toda clase gente, todos parecían brillar bajo la luz de la luna y las estrellas, el humo que expulsan los autos también llenan el ambiente, le da cierta pestilencia que Michael agradecía poder oler de nuevo. Al caminar también nota cuantas tiendas hay en aquel lugar. Desde comida rápida hasta ropa, todos muy cerca de otros. Unos pocos metros más adelante puede ver una tienda de videos, que en una ventana tenía escrito una promoción especial en videos para adultos. Siguió caminando hasta llegar a una esquina, en donde se encontraba una mujer fumando un cigarrillo, apenas llevaba ropa, una blusa de color blanco con los bordes dorados que dejaba ver una importante parte de sus senos, una muy pequeña minifalda de color negro y unas botas que llegaban a sus rodillas. Su piel era blanca y lucía un tanto pálida aunque tal vez era el maquillaje excesivo que tenía. Su cabello era castaño y llegaba hasta sus hombros, era linda aunque a Michael no lo costó mucho intuir que clase de persona era.

    La chica se le acerca con mirada lujuriosa a Michael.

    — ¿Qué hace un chico como tú en un lugar como este? — pregunta mientras despide una considerable cantidad de humo por su boca, luego gracias a la luz que expandía un local atrás de ellos se puede notar como el humo parece tomar intensidad gracias a la iluminación sobre este.

    — Solo doy un paseo. — Responde sin mostrar ningún tipo de emoción.

    — ¿Acaso no estarás buscando un poco de acción? — pregunta la chica.

    — No esta noche. — Responde Michael. — Simplemente admiro el lugar.

    — Eso es un poco extraño.

    — Eso ya no importa.

    Michael se devuelve hacia su apartamento, en el camino pasa frente a un local con un gran letrero luminoso, aquella luz era roja y abraza a Michael que luego se queda allí parado, mirando como esa luz cae sobre su cuerpo y lo toma por completo. Aquel intenso rojo sobre sus manos le recuerda la sangre que corrió por estas, así junto con aquella luz una sensación de culpa toma su cuerpo de nuevo, como ya lo había hecho tantas veces en prisión.

    Cuando entra de nuevo a su apartamento no puede hacer nada más que tratar de dormir, caer sobre su cómoda cama y descansa después de tanto. La vida parece haberle regalado una segunda oportunidad pero no parece entenderla, la culpa lo carcome, no lo merece y lo sabe, aquello era demasiado bueno para el cuándo unos pocos días atrás era solo otro bastardo culpable encerrado tras las rejas. No lo deja dormir, no era posible aunque mucho lo intentara, fue una noche de desvelo. Aunque aún no lo comprendiera del todo, una nueva vida estaba comenzando para él.

    La noche hace acto de presencia en la ciudad, prostitutas salen a las calles a hacer su trabajo mientras cualquier clase de crimen es cometido entre oscuros pasillos llenos de suciedad y miseria escondidos, entre las lujosas calles llenas de luces de neón y belleza nocturna. En una habitación perteneciente a un apartamento una mujer está recostada sobre un sofá, ella luce molesta o tal vez aburrida, su cabello pelirrojo cae por sus hombros mientras fuma un cigarrillo. Llevaba unos pantalones negros, una blusa azul oscura y un chaleco de color negro. Aquella mujer es hermosa, tiene una figura majestuosa y un rostro muy bello, su cintura tenía una silueta muy sensual, sus labios, pintados de rojo intenso eran tan seductores, su piel blanca esta tan cuidada y suave, despedía un gran magnetismo sexual. Su cuerpo era despampanante, todo su ser llenaba el ambiente de erotismo, era algo en ella que lo hacía así, era su sensualidad y su lujuriosa mirada lo que la hacía un ser tan erótico. Sobre ella en el techo, solo hay una lámpara de color rojo que iluminaba toda la habitación cuyas paredes estaban pintadas de un intenso rojo carmesí y que hacía de su presencia aún más exótica. Esa luminiscencia rojiza la cubría por completo, llenaba el ambiente y convertía la atmosfera del lugar en algo más extravagante y casi impropio de este mundo.

    El humo que expulsaba de su boca saturaba la habitación, sobre ella una gran nube de humo la cubre mientras seguía fumando de su cigarrillo.

    Entonces escucha como abre la puerta frente a ella, allí entran dos hombres, uno era mas anciano, debía promediar los sesenta años de edad, era de piel blanca, tiene una barba blanca y su caballo también está canoso; sin embargo no tiene tantas arrugas como acostumbran los hombres de su edad, no luce muy contento con sus brazos cruzados y mirada desconcertante. El otro es un hombre blanco que estaría cerca de los cuarenta, su cabello es castaño y no tiene ninguna barba o bigote. Ambos llevaban sacos de color negro y ninguno lucia contento en lo absoluto.

    — Sabia que algo así me iba a pasar, siempre es así. — Comenta con enojo el hombre más maduro. — Por estas cosas es que llegan a dudar de mí.

    — Cálmate. — Dice el otro hombre. — Debemos pensar cómo solucionarlo ahora, en vez de estar quejándonos. Lo único que debemos hacer es deshacernos del tipo y ya está.

    — ¡Maldición, como desearía que esta cosas no me pasaran a mí!

    — Cálmate papá, con este humor no llegarás a ningún lado. — Comenta la joven con sensual tono de voz.

    —Tommy, debes matarlo ahora. — Expresa el hombre de barba blanca. — Este tipo cree que puede ganarnos en nuestro juego y le demostraremos que no.

    — ¿Tienen alguna prueba que demuestre que hizo que lo que hizo? — pregunta lo chica.

    — No, aun no, pero solo es cosa de tiempo. — Responde el mas joven. — No ha sido muy cuidadoso.

    — Papa, tienes que esperar a tener las pruebas, entonces tendrás permiso para acabar con él. — Dice la chica. — Lo sabes perfectamente, si lo haces ahora mismo los jefes van a estar sobre ti y no te dejarán en paz.

    — ¡Que se jodan las pruebas! — expresa con mas enojo. — ¡Ese tipo cree que puede robarnos así como así!

    Tommy, el hombre de cabello castaño se le acerca y con su mano toca el hombro del hombre y con tono calmado y contenido le dice lo siguiente.

    — No sobrepases tus límites. — Sugiere Tommy. — Deja que yo me encargue de esto, parecerá un accidente.

    — No quiero que parezca un accidente. — Dice. — Quiero que sepa que yo lo hice. Que esta muerto por mí.

    — Papá, debes calmarte. — Insiste la chica. — Este tal Leonard no puede ser tan peligroso, solo espera por las pruebas, Tommy lo dijo, no fue muy cuidadoso, lo atraparemos pronto y tú podrás aniquilarlo.

    — Hoy su hermano ha salido de prisión. — Informa el hombre muy molesto. — El boxeador que arruinó esa pelea de hace ocho años.

    — Creo que se llamaba Michael. — Dice la pelirroja.

    — Leonard debe morir tan pronto como sea posible y de la manera más violenta posible. — Con una escalofriante frialdad salían las palabras de su boca, su mirada era brutal, sin el más mínimo rastro de piedad sobre aquel pobre hombre.

    La joven lanza la colilla del cigarrillo al suelo y enseguida enciende uno nuevo para continuar la conversación.

    — Ahora el siguiente asunto. — Manifiesta la joven. — el asunto del burdel.

    — No entiendo el problema, me gustaría que me lo explicaras, Lynn. — expresa Tommy.

    — Mis prostitutas no quieren estar desnudas todo el tiempo, les gustaría llevar más ropa antes de cogerse a los clientes. — Explica. — Yo estoy de acuerdo, la verdad es que me gustaría que nuestro burdel tuviera un poco mas de clase.

    — Lynn, hija, eso tal vez sea una buena idea. — Comenta.

    — Ya de por si el burdel tiene buena fama, tienes una buena clientela y añadirle clase haría sentir tanto a los clientes como a las putas un poco mejor. — Aclara Lynn. — Creo que es un buen paso hacia delante. El ambiente es perfecto y creo que con el vestuario adecuado podría convertirse en algo más sensual y seductor en vez de vulgar.

    — ¿Y tú qué crees, Tommy? — pregunta el hombre de cabello canoso.

    — No suena como una mala idea, Neil. Creo que puede funcionar. — Responde.

    — Sabes, hija, sé que has estado esperando mucho pero al fin esta cerca de suceder. — Expresa Neil. — Tú serás al fin ascendida como tu padre siempre quiso. Serás la primera mujer en llegar hasta un puesto tan alto, cariño. — Una gran sonrisa sale de su rostro en señal de la felicidad que para el significaba que su querida hija llegara hasta tan alto honor.

    — Ya me lo merecía. Tantos años de trabajo al fin darán sus frutos.

    — Entonces, Tommy, ¿Qué haremos al respecto de Leonard y su robo? — pregunta.

    — Mis muchachos ya pudieron identificar a dos de los ladrones así que cuando los atrape los interrogaré y les sacaré lo que saben, entonces tendremos a Leonard y haré mi trabajo. — Responde. — Es muy sencillo si me lo dejas hacer a mi manera, será silencioso y no habrá ningún escándalo.

    — Eso no suena tan divertido. — Dice con tono melancólico. — Tiene que ser algo impactante, algo que asombre a los demás.

    — Deja esto en mis manos, Neil. —Insiste Tommy con tono regañón. — Debes conocer tus límites.

    Michael no había dormido mucho la noche pasada, la primera desde que es libre. Las pesadillas lo atormentan constantemente al igual que su golpeada conciencia, sus pensamientos eran todos los mismos, su propia humanidad lo devoraba pedazo por pedazo en su interior. Hace tanto tiempo que ha querido ser libre y ahora que lo es no sabía qué hacer; de repente la vida en el exterior le es tan extraña, la suave y cálida brisa de la mañana lo asusta al entrar por la ventana mientras corría por su piel, la luz del sol parece brillar más que nunca y enceguece su deteriorada vista. Con su mano cubre sus ojos como si de un velo se tratara. No puede mas que sentarse en el sofá de su sala pero no quiere ver televisión, no le interesa, simplemente quiere sentir el suave material del que está hecho aquel sofá. Se acuesta en este mientras su cuerpo se adapta a aquel dulce material. Lágrimas brotan de sus ojos mientras ve por la ventana la ciudad en plena mañana.

    De repente un sonido estremece todo su ser, era el sonido de una bella música y no venía de lejos. Estaba muy cerca de el mientras escucha las bellas notas una por una, hace mucho que sus oídos no escuchaban semejante belleza expuesta en notas musicales a la perfección. Su cuerpo se tambalea por la habitación tratando de bailar al ritmo de aquella música pero no puede porque ha olvidado como hacerlo. Entonces lo recuerda, lo que escucha es nada más y nada menos que Schubert, y lo que escuchaba era “Serenade”. La habría escuchado en su infancia un centenar de veces si no es que aún mas. Adoraba aquel sonido majestuoso y hermoso entrar en sus ser y despertar emociones que parecían muertas hace ya muchos años inclusive antes de entrar a prisión.

    Siguiendo la música sale del apartamento y nota que el origen era del apartamento frente al suyo. Allí vivía aquella joven que vio la noche pasada. Era hermosa, su rostro le hacía rememorar una ternura que creía extinta, su voz tan bella y suave lo reconfortaba y aquella inocente y dulce mirada le recordaba que aún tiene alma.

    Quería tocar la puerta pero no estaba seguro de hacerlo. Un instinto corre por su cuerpo y le hace mover su mano con rapidez la puerta tres veces. Ella atiende rápidamente, al abrirla, mira con un poco de asombro al hombre que estaba frente a ella. Era el nuevo vecino, un atractivo hombre que emanaba una enorme tristeza desde su interior.

    — Hola — saluda la joven de sonrisa risueña — ¿en qué puedo ayudarte? — pregunta.

    — Es… la música… — se calla por un instante mientras pensaba en las palabras que diría a continuación, sin embargo no las encontraba. Buscaba y buscaba desde el interior y no conseguía nada más que decir.

    — Si el volumen te molesta le bajaré, no te preocupes, no es problema. — Insinúa la chica.

    — No es eso. — Niega. — Es que hace mucho que no escuchaba a Schubert.

    — Que lastima. — Comenta.

    — Gracias por alegrarme la mañana. — Expresa con sonrisa alegre aunque un tanto forzada pues los años en prisión le han enseñado a dejar de sonreír.

    — De nada. — Una risa inocente salía de su bella boca. — Es un placer prestar semejante servicio.

    Pasa los segundos mientras solo se miran a los ojos, ella sonríe cuando la música se detiene. Él por primera vez desde que llego al apartamento no luce triste , sus ojos parecen brillar de nuevo como en antaño y aunque le cuesta sonreír a ella le parece adorable, no sabe nada sobre él y él nada sobre ella pero por alguna razón ambos sentía confianza allí, no sentían incomodidad alguna en aquel instante.

    — Bueno, tengo que irme, así que nos vemos mas tarde. — Dice la chica.

    — Espera. — La detenía antes de cerrar la puerta. — Es que creo que olvidé tu nombre, lo siento ¿podrías repetírmelo?

    — Claro, no es problema. Me llamo Claire y es un gusto conocerte. — Responde la chica con gozo en su rostro y voz.

    — Yo soy Michael, por si se te olvidó también.

    — No, no lo había olvidado. — Declara.

    Al cerrar la puerta Michael se siente extraño, aquella joven lo ha asombrado de todas las maneras posibles. Tan hermosa y alegre, inocente y joven, parecía la mujer perfecta ante sus ojos, tanto que parece imposible que alguien como él llegue a algo con ella más allá de una endeble amistad. Pero esos segundos de silencio le animaban a tener esperanza, de que esa joven sea parte de un nuevo comienzo en su vida, lejos de la insana violencia y locura de su pasado. Ella podría representar la esperanza de una nueva vida para aquel hombre sin mucha fortuna, sin embargo sus manos siguen ensangrentadas para el pase lo que pase. No puede ignorarlo, y su cabeza insiste en que no merece nada de lo que tiene actualmente, en sus pensamientos el merecía morir en la soledad y silencio, apartado de cualquier rastro de luz o bondad, entre sombras y mugre sin ningún rastro de humanidad. Era tal vez lo que se merecía un hombre de su calaña o eso creía él.

    Cuando llega la fría noche sobre la ciudad, Michael escucha a alguien tocar su puerta. Se levanta del sofá y abre la puerta, al ver de quien se trataba su mirada se torna en asombro. Han pasado muchos años pero aquella cabellera roja le reconocería donde fuera, su sonrisa maliciosa y sensual es muy única, tanto como esa mirada tan llena de lujuria. Él no emite emoción alguna pero ella sabe que no esta muy feliz de verle.

    — He escuchado que has salido de prisión así que he querido darte la bienvenida apropiada. — Explica la chica que mira con intensidad al rostro de Michael.

    — Deberías irte ahora.

    — ¿Acaso te has olvidado tan rápido de mí? — las palabras salían de su boca con cinismo puro.

    — Eso hubiera querido. — Expresa con tono seco. Y es verdad, muchas veces lo intentó, intentó olvidar todo los crímenes que cometió bajo las órdenes de aquella despiadada mujer que simplemente lo utilizaba como otra pieza de su juego. Era mucha la sangre que corrió por sus manos debido a ella, una mujer sin corazón aparentemente, sin alma o sentimientos que la debilitaran, para ella todo era parte del negocio.

    — Solo vengo a decirte que…— se detiene y una leve sonrisa burlona aparece en rostro para decirte lo siguiente. — Aproveches la oportunidad que tu hermano te ha regalado.

    — No te preocupes, Lynn, lo hare. — Afirma con voz tímida y con mirada dolida. Cierra la puerta allí mismo frente a ella sin importar más. Ella se retira del edificio con cierto aire de satisfacción.

    Con rabia y frustración cierra sus puños, en su mirada parece crecer un inminente enojo. Se sienta en aquel sofá para tratar de calmarse, enciende la televisión y ve por un momento las noticias aunque no por mucho pues estas eran totalmente tristes y llenas de violencia. Trata de calmarse pero ahora parece una imposibilidad. Entonces escucha de nuevo como alguien toca la puerta, se acerca a esta para abrirla y cuando lo hace otra hermosa mujer está frente a él.

    — Hola. — Saluda Claire con sonrisa risueña.

    Ella vestía un hermoso vestido rojo de terciopelo que resaltaba toda su belleza. Su cabello rubio y ondulado caía por sus hombros perfectamente acomodado, el escote lejos de parecer vulgar era magnifico, pues no mostraba más de lo que debía y realzaba la natural forma y belleza de sus pechos; en la parte de su cintura se amoldaba perfectamente a las sensuales medidas de la chica, luego la silueta que tomaba el vestido sobre sus piernas solo la hacía lucir mas despampanante y atractiva. El pintalabios sobre su boca es rojo de una tonalidad muy viva que acentuaba la sensualidad de sus dulces labios. Aquel maquillaje en su rostro solo hace destacar la voluptuosa belleza de su rostro.

    — Hola. — Saluda con notable asombro un anonado Michael.

    — Pensé que como eras nuevo aquí y no parecer conocer a mucha gente seria un lindo gesto de mi parte invitarte a salir y divertirte un rato. — Comenta la joven que parecía estar un poco nerviosa.

    — Seria excelente. — Responde. — Gracias por invitarme. Déjame cambiarme e iré contigo. — Una muy alegre sonrisa sale de su rostro, su mirada también luce muy contenta.

    Al cambiarse se viste con un viejo traje que tenía guardado. Su pantalón de seda era color negro, al igual que sus zapatos. La camisa era blanca y se notaba que era de una tela muy fina, también llevaba un chaleco negro que constaba de tres botones todos del mismo color.

    Al irse se suben en el auto de Claire, bastante modesto y cómodo, allí comienzan a charlar un rato antes de llegar al club.

    — ¿Haces esto muy frecuente? ¿Salir las noches a clubes? — pregunta Michael.

    — Es mi trabajo. — Responde ella. — Canto en un club nocturno aunque es solo un trabajo temporal. Es lindo mayormente trabajar allí, todo es muy tranquilo, hay buena música y la gente pasa un buen rato.

    — Suena interesante. — Expresa.

    El viaje es bastante callado aunque parecía no hacer falta palabra alguna, ambos sonreían muy alegremente sin siquiera hablar. Michael se sentía cómodo por primera vez en mucho tiempo. A ella también se le ve sonriente y tan risueña, aquella sonrisa era tan inocente y bella, no recordaba haber visto semejante sonrisa antes; aquellos labios lucían tan deliciosos, tan cálidos, tan tiernos. Sus ojos azules eran hermosos, todo su rostro es tan femenino, tan delicado y precioso. Michael estaba maravillado.

    Al llegar al club ambos bajan del auto. Michael al ver el establecimiento por primera vez se fija en los grandes letreros luminosos en la fachada. Cambiaban de color rojo a azul y era tan brillante que era difícil leerlo por lo que no él no sabría decir cómo se llama aquel club. Al entrar nota lo muy espacioso que es, inclusive más de lo que aparentaba desde afuera. Al girar su mirada a la derecha ve en el fondo una barra donde estaría el bar. Al frente hay un escenario en donde la banda tocaba y donde Claire cantaría dentro de poco. La iluminación eran luces de color azul y rojo muy intensos por todo el lugar, las paredes estaba pintadas en su totalidad de color rojo o mas bien vino. A su izquierda hay un lugar que parece como una zona exclusiva seguramente para los clientes más adinerados, no pudo ver lo que había allí pero lucia muy lujoso. Las mesas estaban esparcidas por todo el lugar, eran redondas y un tanto pequeñas al igual que las sillas que las acompañaban, seguramente para tomar menos espacio.

    Claire guía a Michael hasta una mesa bastante cerca del escenario donde cantaría, quería que le escuchara perfectamente. Él se sentó allí esperando a oírla cantar, su voz era tan dulce y cálida que estaba seguro de que era una gran cantante. Solo espero allí lo que fuera para escucharla cantar y ver su belleza brillar en aquel pequeño escenario. Era en lo único que podía pensar en ese momento.

    Al tiempo el presentador, un hombre pequeño y delgado pero muy carismático, llama al escenario a la cantante de aquella noche, Claire. Al subir ella abraza el hombre que parecía ser muy caballeroso, pronto la sonrisa de la chica opaca cualquier rastro de belleza que abría en aquel lugar.

    En aquel momento un gran foco de luz color azul ilumina el escenario, aquel baña por completo el cuerpo de Claire cuyo rojo vestido parece contrastar con aquella iluminación. Cuando su boca se acerca al micrófono y comienza a cantar todos en el lugar quedan maravillados por la hermosa voz de la joven.

    A su alrededor todos permanecen callados, solo pueden dirigir la mirada hacia la cantante que con cada verso que salía de su boca parecía embellecerse. La joven muestra un gran sentimentalismo por aquella melancólica letra, su rostro mostraba una especial tristeza al cantar aunque contrastaba con lo dulce de su voz. Era dulce su cantar, tan bello y estremecedor. Era magnifico y prueba de ello era el asombro de aquel público.

    Al terminar todos aplauden, hasta Michael, ella se siente muy halagada y agradece a todos lanzando besos y sonrisas por doquier.

    Baja del escenario para dirigirse a la mesa donde Michael estaba. En aquella había sobre el cuerpo de Michael un gran foco color rojo que iluminaba todo su cuerpo, pero eso era solo la mitad de la mesa, pues la otra tiene sobre si un intenso tono azul.

    Al sentarse ella luce igual que en el escenario, toda bañada en el alumbrado azul.

    — Que preciosa voz tienes. — Era lo único que Michael podía decirle a Claire que con una risita muestra lo halagada que se siente.

    — Gracias. — Dice. — En verdad lo agradezco mucho.

    — En verdad me has asombrado, — insiste — eres una maravillosa cantante.

    — No me halagues tanto, no te hace lucir bien. — Otra leve risa amistosa sale de su dulce boca.

    En silencio se mantiene por un minuto mientras ambos se miran, ella está muy contenta y él también, lo pueden notar al mirarse mutuamente. Michael nota lo linda que se ve al morder su labio inferior tal vez buscando alguna palabra que decir, aunque no parecía ser necesario, ambos se sentían muy cómodos.

    — ¿Sabes? hace mucho que no conocía una persona que le gustara Franz Schubert. — Declara Michael.

    — Bueno, no soy demasiado fanática, no me sé su vida o toda su obra, me encanta escucharlo, eso es todo, al igual que muchos otros compositores.

    — A mí me gusta mucho Claude Debussy. — Comenta Michael con leve sonrisa.

    — A mí me encanta — secunda la joven con notoria satisfacción. — Cuando era pequeña mi mama nos lo hacía escuchar todos los días, recuerdo muchos sábados en donde desperté escuchando “Arabesque I” o “Reverie”. — La chica luce muy emocionada al hablar al respecto, muchos recuerdos cálidos de su infancia regresan a ella. Su voz era prueba de ello, con aquella nostalgia impregnada, o su mirada igualmente nostálgica.

    Lamentablemente, Michael no podría recordar algo similar pues su infancia fue muy traumática. La violencia parecer que lo ha perseguido desde que nació, viviendo en una familia conflictiva cuyos valores eran mas que reprochables. Era difícil para el recordar de manera cariñosa sus días de infancia.

    — Parece que tuviste una muy buena infancia. — Comenta.

    — Fue muy buena, en ella aprendí a tocar piano y cantar, aprendí todos los valores que llevo conmigo y aprendí a ser la mejor persona posible. — Sus palabras salen con sobriedad. — Espero que cuando tenga mi propio bebe tenga la infancia que tuve.

    — Entonces sabes tocar piano. — Expresa Michael.

    — Mi mama me enseño — explica — recuerdo que cuando era muy pequeña tenía este juguete que era como un teclado pero que al tocarlo salían notas electrónicas, era lindo y recuerdo jugar mucho con el. Recuerdo que al no poder emular las notas que escuchaba cuando mi madre tocaba el piano o las de Debussy o Vivaldi, yo le quitaba las pilas al teclado de juguete y le decía a mi mama que pusiera a “Claire De Lune” en el tocadiscos ya que era muy pequeña y no lo podía poner yo misma. En ese tiempo no le decía “Claire De Lune”… no recuerdo como lo llamaba, pero recuerdo que al escucharlo tocaba mi teclado de juguete sin pilas para que no hiciera ningún sonido y me imaginaba que era yo quien tocaba aquella pieza. Me encantaba hacerlo, era muy divertido en aquellos días.

    Era una linda historia la que había contado, Michael le sonrió dulcemente como no lo había hecho en mucho tiempo. En su imaginación aparece una adorable niña de cabello rubio rizado muy lindo, con una gran sonrisa risueña e inocente. Aparecía tocando aquel teclado de juguete con pasión y vehemencia, era algo digno de imaginar.

    — ¿Tu sabes tocar algún instrumento? — pregunta la chica de manera muy curiosa.

    — No en realidad, se tocar un poco el piano pero poco más. — Responde mientras dirige su mirada hacia una pequeña nube de humo cerca de él. Seguramente proveniente de la mesa más cercana a la de ellos. Le recordaba a la prisión cuando por contrabando traían grandes cantidades de cigarrillos para ser consumidos. Le gustaba mucho fumar en aquel entonces así que siempre aprovechaba para quedarse una caja al menos. Los cigarrillos también le ayudaban a aliviar el dolor momentáneamente, parecían una pequeña cura en ese entonces.

    — Sabes, esto puede sonar extraño pero hay algo en ti que parece… como decirlo… deportivo por así decirlo. — Claire trataba de expresar un tanto confusa. — Como si hubieras practicado algún deporte.

    A Michael le sorprende un poco la afirmación de Claire, es como si hubiera podido hurgar un poco en el pasado de Michael con simplemente verlo a los ojos.

    — Boxeo. — Responde. — Llegue a practicar boxeo por un tiempo. Me divertía mucho en mi tiempo libre practicándolo.

    — Suena interesante. — Claire tiene una simpática sonrisa en su rostro que resaltaba su curiosidad por Michael. — Yo pasaba mi tiempo libre escuchando a Chopin.

    — Eso suena aún mejor. — Afirma Michael con ligera risa.

    Una agradable risa sale de Claire que mostraba su entusiasmo durante toda la noche.

    Cuando ambos regresaron a sus respectivos apartamentos Claire no podía sacarse de la cabeza la hipnótica personalidad de Michael, a distancia parece tan triste y solo, su mirada es como un grito de auxilio y su manera de actuar tan extraña, para ella, eran elementos que no podía ignorar, nunca había conocido a alguien como él. Tan extraño y misterioso, en su interior parece guardar una gran melancolía pero durante toda la noche lucio diferente, lucia más feliz. Claire esta intrigada y en cierta forma se siente muy atraída y conectada a él. A ese ser misterioso que parece oculto entre las sombras, de pasado dudoso y personalidad fría.

    Michael al terminar la noche y entrar a su apartamento solo puede pensar en una cosa: Claire. Ella parece tan maravillosa, todo en ella le asombra y le atrae, le encanta. Nunca había conocido a alguien tan dulce y hacía mucho tiempo que no veía aquella inocencia en los ojos de alguien.

    Lo mejor era que mientras pensaba en lo maravillado que lo ha dejado esta noche con Claire, su remordimiento parece enmudecerse, la sensación de sangre corriendo por sus manos se parece diluir entre las esperanzas un poco apresuradas de una vida mejor. Nada puede arruinar su sueño, al fin podrá dormir tranquilo después de tanto tiempo.

    Era un día frío para Los Ángeles, una inminente lluvia amenazaba con aparecer en la vida de los ciudadanos. En aquel tormentoso y pálido día había un hombre dentro de un edificio abandonado. Este hombre era Neil, un despiadado hombre cuya edad rondaba en los sesenta perteneciente a una poderosa mafia irlandesa instalada allí. Era un hombre impaciente y deseoso de poder, sin embargo, nunca ha podido tener todo el poder que ha deseado para sí mismo. La amargura se hace presente en el constantemente sin dejarle mucho espacio a otras sensaciones.

    Esa tarde llevaba una gran chaqueta negra aunque aún sentía frío, su rostro muestra una gran molestia. La furia lo corrompe desde el interior mientras la creciente frustración choca con todo su ser. Su paciencia se agota cuando Tommy, su fiel pistolero, entra a la habitación en la que él se encontraba. Tommy no venía solo, llevaba forcejeando a un joven que no superaría los treinta años de edad. Este era de cabello castaño y piel morena, su vestimenta estaba en pésimas condiciones. Había gran suciedad en sus pantalones además de varios rasgones. Su camisa estaba en la misma condición y su rostro estaba cubierto por la mugre. La habitación estaba también bastante sucia, aunque es lógico pues estaba abandonado. Había papel en el suelo y mucha arena. Las paredes estaban dañadas y descoloradas además de tener varias fisuras menores. No había ventanas en aquella habitación.

    Neil, que estaba sentado en aquel momento ordena al joven sentarse frente a él en una silla de madera. Al hacerlo Neil puede notar su miedo. Era obvio.

    — Supongo que sabes porque estas aquí. — Comenta Neil.

    — No lo sé. — Niega con miedo en todo su ser.

    — ¡No intentes joder conmigo! — expresa con enojo y exasperación el hombre. — ¡Yo sé que tú y un hombre mas robaron el juego de póker bajo órdenes del puto Leonard!

    — ¡Yo no quise hacerlo! — comienza a llorar. —Necesitaba el dinero y Leonard estaba dispuesto a darnos una buena parte. ¡Lo juro, no fue mi intensión!

    — Si… verás, a mí no me importa mierda lo que quisieras hacer o no, me importa lo que hiciste, y lo que hiciste es robarme así que pagaras las consecuencias como tu amigo lo hará dentro de poco y Leonard. — Era asombrosa la frialdad con la ese hombre hablaba, tan distante, tan despreocupado. No le importaba porque hiso aquello, solo quería matarlo.

    Con increíble calma y frialdad Neil saca su pistola 45. Con silenciador y apunta hacia el joven que ahora no puede contener el miedo. Se detiene antes de disparar ya que Neil ha llegado a disfrutar estos momentos finales en donde tiene el poder absoluto sobre la vida de alguien, se sentía tan vigorizante para aquel hombre que hasta una sonrisa culpable sale de su rostro.

    La primera bala va a la rodilla, esta queda destrozada por dentro, y por fuera una gran cantidad de sangre es expulsada; gran parte de ella cae en la pared al lado de ellos, esta no tenía color pero acababa de ser pintada rojo carmesí. El joven grita y llora mientras cubre su herida con sus manos de manera fútil pues lo único que hacía es mancharse las manos de sangre. La segunda bala llega a la frente del chico, esta sale por detrás esparciendo aún mas sangre, tanto en la pared como en el piso hay grandes manchas de sangre y mientras su cuerpo cae despojado de cualquier rastro de vida, un pequeño charco de sangre comienza a crecer a su alrededor.

    — Eso era todo lo que necesitabas — comenta Tommy. — ¿cierto?

    — Si, ahora tenemos pruebas. — Afirma. — Ahora quiero mates a Leonard y terminemos con este asunto.

    — Lo hare. Esto debe terminarse ahora.

    — Dile a los jefes que ya resolví el asunto y que pronto el culpable pagará. — Una fría y sádica sonrisa sale de su rostro, su mirada está llena de satisfacción pues ya dentro de poco aquel que intento desafiarle y vencerle caerá muerto bajo sus órdenes. Su sangre se derramara porque así lo desea, el poder sobre la vida de las personas le hace sentir bien, le hace sentir superior.

    Entonces Lynn entra a la habitación en la que su padre se encontraba, lo primero que nota es la sangre en el suelo acumulándose con el pasar de los segundos. Esto no le asombra en absoluto, ese era su padre y lo había aceptado muchos atrás.

    — Supongo que esto significa que Leonard muere. — Comenta.

    — Sí— responde Neil con satisfacción notable. — El hijo de puta morirá.

    — Pobre Michael. — Dice Lynn mientras enciende un cigarrillo. — Justo cuando sale de prisión matarán a su hermano.

    — ¡Ese idiota se lo merece! — expresa Neil con gran agresividad.

    — Él ya pago su condena. — señala Tommy. — Deja al chico en paz.

    — ¿Cuándo van a eliminar a Leo? — pregunta Lynn.

    — Mañana. — Responde Tommy. — Hoy hablare con Benny para que me dé su permiso ya que Leo es también su abogado. Leo arregló el juego de póker para robarnos pero no le funcionó, ahora pagará por ello.

    Había caído la noche cuando Michael recibe una inesperada visita a su puerta. Cuando abre la puerta no podía creer quien estaba del otro lado, era un hombre que no había visto en ocho años.

    Tiene una chaqueta negra de cuero, luce muy costosa al igual que sus pantalones de marca y zapatos lujosos. Su cabello ya no es rubio como lo recordaba, ahora era más oscuro, su piel blanca se ha oscurecido un poco tal vez gracias a un reciente bronceado. Seguía siendo el mismo chico fornido que recordaba.

    — Hola, Michael. — Saluda con tono cínico.

    — ¿Qué estás haciendo aquí? — las palabras salían con una increíble frialdad.

    — Solo saludando un viejo amigo.

    — Lo he dejado, Damian, lo he dejado hace muchos años. — la afirmación era certera y sincera, Damian lo sentía así.

    — Lo sé, amigo.

    — ¿Entonces qué haces aquí? — vuelve a preguntar.

    — Pensé que éramos buenos amigos después de toda la mierda por la que pasamos. — responde con una arrogante sonrisa. — Solo vengo a saludar, ¿sabes? yo tampoco trabajo para ellos ahora. Tengo mi propia ferretería y todo es legal. Aun hago uno que otro trabajo pero no como antes.

    — Suena muy bien. — La frialdad de su voz podría ser intolerable para cualquiera, pero Damian no está molesto, era la reacción lógica y no le sorprende en lo absoluto.

    — Como sea, solo vine a saludar y ver cómo estaba mi amigo. — Expresa. — Nos vemos pronto… y si te preguntas donde esta mi ferretería, está a tres calles de aquí un poco mas a adelante del supermercado, si algún día vas, lo veras.

    Así se despide y se va. En general su visita no ha sido tan pesada como otras, parece amigable y maduro. Ya no es el joven que recuerda, ahora es un hombre. Así como él no es el hombre que recuerda, esta cambiado después de tantos años. Una maravillosa mujer ha llegado a su vida y la ha hecho mucho mejor y mas disfrutable, alejado de la inmensa culpa y depresión. Al fin Michael puede ser feliz con la compañía de alguien sin ser juzgado o atacado. El mundo que le rodea ha cambiado notablemente, o por lo menos eso siente al caminar por las calles en la noche.

    Pasaron dos horas cuando otra persona llega a tocar su puerta. Michael atiende rápidamente. Es Claire quien está frente a él, una sonrisa nace en su rostro. Llevaba en sus manos una película y le invita a verla en su apartamento, el acepta muy dispuesto.

    Michael no había tenido oportunidad de ver cuál era la película y solo fue cuando entran al apartamento que le da un vistazo. Era “Taxi Driver”.

    Michael le pregunta a Claire porque esa película, ella le responde que es una de sus favoritas y marco su adolescencia. Le parecía extraño, Claire no parecía ser el tipo de chica que le gusta ese tipo de temas. Tal vez lo mejor de la situación fue que al ver la película nunca hubo ninguna tensión romántica innecesaria. Ella solo quería pasar un rato con un amigo. Él se sentía muy cómodo en el sofá comiendo palomitas mientras disfrutaba el filme. En cierta forma se identificaba con Travis Bickle, aquel era un hombre solitario y abandonado a su suerte. Pobre de él, un hombre abandonado en un mundo lleno de suciedad y miseria.

    La noche siguió de manera normal, Michael se fue a su apartamento a dormir muy tranquilo como lo hacía desde que comenzó a salir con Claire.

    Al día siguiente todo parece normal, la mañana es bastante tranquila y pudo sentir la briza entrar por su ventana; el sol parece más fuerte que antes y hace acto de presencia de manera imponente. La tarde también es bastante calmada y hermosa, no había nada que lo molestara en absoluto.

    Pero es alrededor de las siete de la noche, cuando cae el sol es cuando algo de suma importancia pasaría.

    A su puerta un hombre toca como si de un demonio se tratara. Al abrirla no reconoce al sujeto, le extraña y le pregunta quién es. Este no le responde más que con un gesto de desolación y enorme tristeza. Entonces se decide a hablar.

    — Michael… han… matado a tu hermano. — sus palabras salen y se insertan en su pecho como puñales que le hacían sangrar y morir desde adentro.

    No lo puede creer, está en shock, su cuerpo simplemente no responde. Las siguientes palabras que salen del hombre son de condolencia pero Michael o no les presta atención o simplemente no las escucha.

    Antes de cerrarle la puerta en la cara al hombre, Claire llega a su apartamento y no puede ignorar lo que pasa frente a ella. Nota la inmensa desolación en la que sucumbe Michael con su mirada tan gélida y triste. Se acerca al hombre y le pregunta que pasa, al responderle ella queda atónita y entonces va hacia Michael y lo abraza con fuerza, mientras sus lágrimas salen y corren por su rostro hasta caer al suelo. El nota que ella dice algo pero no sabe que, sus oídos no parecen escuchar más. Claire al verle a los ojos encuentra un gran vacío en su interior. Él estaba allí pero no parecía así. Entonces la aparta de su lado y le dice que regresara dentro de poco.

    Entonces ahora tiene sentido para él, era lógico ahora. Se había olvidado que aún tenía una cuenta pendiente con el destino y este se la ha cobrado de la manera más cruel posible. Antes de irse tomo su pistola 45. Y dos cuchillos, la pistola la guardo entre su pantalón y su cintura al igual que los cuchillos y por la camisa que llevaba puesta era fácil darse cuenta.

    Camina con velocidad y se dirige a la ferretería, siente que Damian le ha dado una pequeña advertencia al ir a su apartamento el día anterior, pensaba que él era el asesino que mato a su hermano a sangre fría. No fue difícil encontrarlo, tenía un gran letrero con luces de neón señalando el lugar. Al entrar ve a Damian que parece estar arreglando un auto. Lo saluda amistosamente y le invita a cercarse a ver su trabajo, Michael lo hace con calma.

    Cuando ya están lado a lado Michael saca su pistola y le apunta en la cabeza mientras ambos escuchan el sonido del seguro bajar.

    — ¡¿Pero qué coño haces?! — exclama mientras levanta sus manos.

    —Tú mataste a mi hermano. — Su voz era la de todo un asesino. — Ahora te matare a ti por ello.

    — ¡¿De que estas hablando?! — vuelve a exclamar con mucho asombro. — ¡Yo no hice nada, lo juro!

    — ¡Entonces dime quien lo mato! — grita con fuerza y enojo, su mirada esta llena de rabia asesina.

    — Neil lo mato. — responde. — Leonard había arreglado un juego de póker con los de la mafia pero solo con los de rango bajo, entonces contrató a dos ladrones para que robaran el juego y dividieran el dinero entre los tres.

    — ¡¿Cómo sabes eso?!

    — Todos lo saben, tu hermano no fue muy cuidadoso. — parece ahora mas calmado.

    — Pero mi hermano era abogado. — Dice.

    — Si, pero también es bueno con los números, así que le dejaron arreglar juegos de póker porque sabía manejarlos. — Explica.

    — ¿Quién dio la orden para matarlo? — pregunta mientras baja su arma.

    — Neil, pero él no podía matarlo simplemente así, tuvo que pedirle permiso a Benny, que es el jefe al que Leonard defendía. Si quieres saber dónde está ahora, seguramente en el burdel de Lynn, la hija de Neil.

    — Gracias por la información. — Expresa de nuevo con abrumadora frialdad.

    — Para que están los amigos. — el cínico tono de Damian es típico.

    — Tal vez necesite tu ayuda pronto, voy a acabar con Neil y los que mataron a mi hermano.

    — Siempre que tengas dinero estará bien.

    Michael sabe perfectamente donde está el burdel de Lynn, ella y él estuvieron muchas veces allí cuando él trabajaba para ellos.

    Al llegar es atendido por una mujer, esta le lleva al salón donde las chicas se encontraban. Este salón este pintado totalmente de color vino tinto; la iluminación estaba teñida de un rojo intenso por todos lados. Todas las prostitutas están bien vestidas, con elegancia y decencia. Las prostitutas estaban acompañadas en su mayoría por hombres, algunas estaban solas esperando en silencio tratando de lucir más deseables. Todos los hombres del lugar lucen de manera muy elegante, llevan trajes costosos, relojes de lujos y demás. Las sonrisas lujuriosas de aquellos hombres asqueaban a Michael, están llenas de hipocresía e inmundicia. Las prostitutas eran todavía muy jóvenes, algunas no tendrían siquiera veinte años, otras tal vez como mucho dieciséis. Por un momento Michael se imaginó lo bien que se sentiría matar a todos esos desagradables hombres.

    Michael pregunta por Benny y le señalan donde esta. Este estaba rodeado de tres mujeres, todas con vestidos de seda muy hermosos, uno era rosado, el otro rojo y el otro era violeta, las tres lucen muy lindas y elegantes. Benny era un hombre de gran sonrisa, su piel estaba muy bronceada y cabello estaba lleno de toda clase de cosméticos, estaría cerca de sus cincuenta años de edad en aquel momento. Parece contento a los ojos de Michael mientras habla con las chicas y en el fondo se escucha la sinfonía de Debussy “Valse Romantique”. Se acerca a él y le dice a las chicas que debían cambiar su mirada a otro lado. Él se indigna y le grita obscenidades. Con delicadeza saca sus cuchillos y los clava en los brazos del hombre, que estaban recargados sobre el soporte de su sofá. Este sangra y grita y las mujeres se asustan aunque no dicen ni una palabra. Todas cambian la mirada mientras Michael saca su arma, los hombres están espantados en su mayoría pero nadie hace nada.

    — Mataste a mi hermano. — Expresa Michael que ve correr la sangre y mancha el traje blanco del hombre.

    — Tú eres el hermano de Leonard.

    — Ahora yo te mato a ti. — De nuevo aquella frialdad asesina se apodera de su rostro mientras el piano sigue sonando pues Michael le ordena no detenerse.

    — ¡Eres un imbécil hijo de puta, después de esto estarás muerto! — expresa con gran dolor y agonía al ver como la sangre cae al suelo y comienza a estancarse.

    El seguro del arma suena, entonces apunta al pecho del hombre y dispara tres veces. Sangre sale disparada de su ser hasta la camisa de Michael que queda teñida de sangre. Su cuerpo sin vida se queda allí mientras humo caliente sale de los sanguinolentos orificios que han creados las balas; pronto el humo se disipa mezclándose y desapareciendo del ambiente aunque el ensangrentado y balaceado pecho del hombre siga caliente. Michael le quita los cuchillos enterrados en sus brazos y sale del establecimiento, y la sinfonía termina y da a lugar a un silencio fatal. Todos en el lugar están asombrados y perturbados pero a Michael no le importa, sale caminando con calma mientras todos lo observan con miedo y asombro, antes sus ojos, un demonio desalmado ha comenzado su violenta venganza, una en lo que no habrá piedad desde aquella mirada fría y siniestra, llena de un mortífero enojo.

    Michael regresa de manera discreta a su apartamento, pues su sanguinolenta camisa llamaría mucho la atención. Sin embargo, al llegar al edificio no puede evitar sentir una perturbadora presencia a su alrededor, no sabría exactamente quien es hasta entrar al edificio. Al momento de tomar el ascensor se asegura de que el hombre que lo sigue no pueda entrar en este, retrasando aquel fatal golpe que el hombre planeaba.

    Al subir al piso en donde su apartamento se encuentra, reconsidero el hecho de adentrarse, tal vez sería muy peligroso ya que es el primer lugar al que el hombre intentara encontrarle. Tratando de esquivar a la muerte toca a la puerta de Claire, esta abre la puerta y con asombro y completa perplejidad observa el ensangrentado estado de Michael. Había un poco de sangre en su cuello y en su mejilla izquierda, pero sin duda la concentración mas grande esta era en el pecho, donde parecía haber recibido un auténtico baño de sangre.

    Claire cubre su boca con sus manos debido al asombro, no sabe que pensar, frente a ella un hombre revestido en rojo carmesí.

    — La sangre no es mía. — Son las únicas palabras que se atreve decir.

    — No sé hasta dónde es eso un alivio. — La expresión del rostro de aquella perturbada chica lo dice todo.

    — Lo siento.

    — ¿Por qué te disculpas? — pregunta mientras trata de encontrar el sentido del evento.

    — Necesito entrar a tu apartamento, un tipo me está buscando y debería esconderme. — Michael se expresa apenado y deprimido, aunque Claire no entiende porque. Era todo muy extraño y surreal para ella que no pudo decirle no a aquel hombre que tanto aprecia.

    —El hombre llegara aquí pronto, debemos estar callados.

    Claire no sale de su asombro cuando le pregunta la razón de aquel desmesurado nivel de sangre en su cuerpo, el no supo que responder pues temía que cualquier palabra que saliera de su boca la hiriera a ella, pero era inevitable, ya había tomado esa decisión, sin embargo no se había percatado de ello. Trata de decirle el porqué, pero las palabras simplemente no salen, la vergüenza y decepción le carcomen al igual que aquella inocente y perpleja mirada de Claire.

    — En mi vida he hecho muchos errores, pero nunca me había arrepentido de ellos antes. Hay muchas que no te he contado porque sé que si las supieras saldrías huyendo de mí. — Comenta con mirada al suelo y tono deprimente. — Traté de cambiar, tú me habías dado una razón para ello. Contigo la vida parecía cobrar un sentido que yo daba por perdido desde que tengo memoria.

    Él se le acerca mientras escucha como con fuerza aquel hombre toca la puerta de su vacío apartamento, entonces las lágrimas comienza a brotar de sus ojos. Cuando él y ella están lo suficientemente cerca, Michael con un delicado movimiento de su mano derecha acaricia con gentileza y dulzura la mejilla de una anonadada Claire. En la mirada de la chica se nota temor y una inmensa incertidumbre, entonces por alguna razón en su cabeza suena “Claire De Lune” otra vez. Las hermosas notas de Debussy retumban en su interior mientras Michael acerca su rostro al de ella, el con ambas manos acariciaba sus mejillas.

    Aquellas manos se sentían bien, eran cálidas y cariñosas. Ella no podía hacer nada, ni siquiera el temor que tomaba su cuerpo pudo resistir cuando Michael la beso.

    El beso se sintió eterno para ambos aunque desearían que así hubiera sido. Michael al fin pudo sentir los dulces labios de Claire, fue maravilloso, era mejor que lo que imaginaba. Sus labios siempre lucían muy hermosos pero cuando la besó fue mucho mejor. Aquel beso los unió de manera que sería imposible separarlos. En aquel momento el tiempo parecía detenerse, las luces brillan con más intensidad y un intenso color blanco se cierne sobre ellos cubriéndolos por completo y protegiéndolos a ambos. Mientras mas duraba el beso mejor era, una experiencia única y simplemente maravillosa para ambos, era su primer beso.

    Pero entonces ambos escuchan a alguien tocando la puerta, tenía que ser aquel hombre. Claire no sabía que hacer o decir, sin embargo Michael le señala que abra la puerta. Ella lo hace e intenta disimular su asombro por todo lo sucedido en los últimos minutos pero no lo hace del todo bien y el hombre en su duda le pregunta si podía pasar. Ella de manera muy temerosa responde que si al hombre que debía promediar unos treinta años de edad, llevaba un traje blanco muy elegante pero su presencia no perece muy confortante.

    Lo que este no sabe al momento de entrar al apartamento es que Michael está esperando cubierto por la puerta. Al entrar no pudo notar su presencia sino hasta que Michael lo golpea por la espalda con un fuerte puñetazo. El hombre queda pasmado, entonces Michael en un desenfreno brutal de enojo lo jala de su elegante traje con sus manos y lo golpea repetidas veces contra la pared. — ¡Te matare, hijo de puta! — expresa con desproporcionada ira, por sus ojos parece correr veneno y sus repetidos golpes contra el hombre parece expulsarlo contra el mundo exterior.

    Claire no puede hacer más que estar allí, mientras queda de rodillas pues sus piernas no parecen soportar mas, sus manos solo pueden cubrir su boca y sus ojos no creen en lo que ven.

    Es en medio de esta desmesurada cólera cuando Michael saca uno de los cuchillos y sin piedad alguna apuñala repetidas veces en la garganta al hombre, liberando una excesiva cantidad de sangre. Mucha de esta cae sobre su rostro, cuello y pecho; también en las paredes y en el suelo mientras sigue enterrando y sacando el puñal del deshecho cuello del hombre que apenas sostiene su cabeza, pues el cuello está demasiado abierto. Sangre sale a exorbitantes cantidades cayendo en todo lo que pudiera, ya fuera el suelo, la pared o el cuerpo de Michael.

    Claire entonces solo puede ver la espalda de Michael, pero cuando esta gira levanta la mirada para verla no puede creer con lo que se encontró.

    Su rostro está totalmente empapado de sangre al igual que su cuerpo. La mirada de Michael expresa gran vergüenza y decepción de sí mismo. Frente a Michael hay un espejo, cuando se levanta y mira este puede observar la anonadada y perturbada mirada de su amada reflejada en este. Al mismo tiempo la pobre Claire, inocente de todo lo que ha pasado a su alrededor, observa en el rostro de Michael un auténtico baño de sangre. Esta cae desde su frente hasta el final de su quijada y hacia el suelo, pasando por sus parpados y mejillas. Esos labios que con pasión y amor le habían besado antes estaban ensangrentados. Michael no puede girar su mirada hacia los hermosos ojos de Claire, era suficiente con presenciarla en el espejo. Un inmenso dolor le carcome en su interior, otra vez siente como una gran culpa cae sobre sus debilitados hombros, pues esta vez, ha degollado sin piedad la inocencia de la única mujer que ha amado.
     
    Última edición por un moderador: 16 Abril 2014
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  2.  
    Mikasa Ackerman

    Mikasa Ackerman Entusiasta

    Aries
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    Hola
    Antes que nada, gracias por avisarme sobre el fic, y bueno tu historia se me hace muy completa al igual interesante, francamente se me hizo muy larga,
    pero eso no me impidió dejar de leerla

    ya que es entretenida, y confortante al leerla, a pesar de que yo no soy una persona que disfrute de las historia de terror/Drama
    esta en especial se me ha echo muy interesante,
    Y am, sobre ortografía, no puedo decirte nada ya que yo precisamente, no soy la adecuada para decírtelo
    (soy nueva), y también me ha gustado mucho esta frase:

    — ¿Por qué te disculpas? — pregunta mientras trata de encontrar el sentido del evento. Me dio la idea como si de verdad ese suceso estuviera pasando, sin nada mas que decir me ha agradado completamente tu fanfic, y
    espero ver mas acerca de lo que escribas mas adelante, Sigue con estas ideas, y si llegas a hacer otra historia avísame..

    Adiios...nya nya :rolleyes:
     
    Última edición: 16 Abril 2014
  3.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Libra
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    Muchachos, a estructurar más esos comentarios o mejor evítenselos y pongan sólo "Me gusta".

    Al autor: escribir en formato predeterminado. Edité tu capítulo. También hay que categorizarlo correctamente.
     
  4.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

    Escorpión
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    Lo prometido es deuda(?
    He venido a comentarte y he de saber tu historia de memoria porque lo leí dos veces(? me gustó, bastante larga en si pero fue agradable de alguna manera. Tiendes a crear historias crudas y muy relacionadas con este tipo de cosas, la mafia y delincuencia y eso es algo innovador aqui en el foro pero ahora has mezclado eso con un poco de amor, bastante a decir verdad pero del modo agradable no empalagoso.
    Me gustó mucho el inicio, salir de esa prisión pagando su deuda, los errores en el pasado siempre van a seguirlo pero ahi esta trantando de emendar lo que hizo, las acciones que no pensó antes de actuar y aqui esta, luego de años pisando la calle y viendo a su hermano que es lo unico que le queda de su antiguo yo y del cual jamás se alejara, que lo acomodó en un buen lugar y ahi encontró a la mujer que cambiaria su mundo.

    Conoce a Clore y por un momento pensé que su relación no llegaria a tanto, sentí un poquito forzado que ella lo buscara, a esto le atribuyo que es porque es bastante amigable e inocente lo cual ahora en día es tan complicado por la mugre de sociedad, pero en fin ella era asi y ella dio el primer paso para que entre ellos sucediera algo.

    No fue bastante dificil ver que su hermano habia hecho ese juego sucio, primeramente cuando empezaron a hablar de ello pensé en Michael pero lo descarté por algo que agregaste por lo cuál me fui a su hermano porque le habia pagado la renta de aquel apartamente con tres meses de adelanto y ¿De donde sacó el dinero? Ademas que dijo que seguia trabajando con los Irlandeses, por lo cuál, si estas pendiente de que es lo que estas leyendo puedes deducir que el hizo una estafa, pero el sabia en que se estaba metiendo y creo que su muerte fue esperada y más si te metes en la mafia y terminas robandole de una manera tan obvia.

    La parte siguiente en si me pareció perturbadora y no solo esa, sino las relacionadas con las muertes. El boca floja que delató al hermano de Michael y al otro hombre que lo seguia para exterminarlo por matar al jefe jefe y ahi hubo una incongruencia. Si era el jefe maximo ¿Porque no habia nadie a su alrededor para protegerlo cuando Michael se le acerco siquiera? La gente importante como este siempre tiene a cuatro nombres a su alrededor sin tomar en cuenta que este en un prostibulo, es su profesión y debe cuidarlo en cada momento, siento que dejaste ir ese pequeño detalle.
    En cuando a las muertes, no creo que al dispararle a alguien en la cabeza salga tantisima sangre, bueno, no de esa manera. Cuando una bala de calibre entra a la cabeza se queda (mayormente) alojada en esta y tarda unos momentos pequeños en salir del cráneo la sangre y de manera tranquila, no salpicando a menos que se acuchille de una forma brutal pero aun asi siento que la cantidad de sangre que usabas era exagerada, no lo se, eso se me tornó un tanto inimaginable, algo un tanto fantasioso, eso me desagradó de alguna forma.

    Y en cuando a las partes romanticas, jamás pensé que me pondrías un beso justo cuando el estaba bañado de sangre y con la cara de un lunatico xD me haz sorprendido con esto y te doy un punto por ello, interesante y original. Y tus insultos, eso me dan risa. Las escenas romanticas fueron lentas y de la nada fue rapido, no se, me encantó ver eso, que desde el inicio no se acortaran, sino todo a su tiempo pero todo terminó de una mala manera.

    Confio en tu buena ortografía y por mi buen juicio, bastante largo pero nada tedioso a mi parecer, me encantó la manera en la cual narraste, dandole seducción a cada palabra, cada frase, cada descripción, me ha gustado de sobremanera, como te expresas hace que el lector pueda imaginar todo más facilmente, de verdad me has dejado encantada, espero la continuación que no ha llegado a mis manos(? pero no dudes que la leere :) gran trabajo Alex, suerte en todo.

    Pire<3
     
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  5.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Tu siempre me sorprendes, tienes una habilidad para la escritura impresionante. Tus historias son bien elaboradas, dramáticas con sus tintes de violencia, romance y suspenso. Sin mencionar la acción ¡que es lo mejor de todo!.

    Siempre escoges personajes interesantes por si mismos, con un pasado turbio y con un presente inestable y peligroso. Y me alegra bastante que sea un Two-Shot, me quedé con ganas de más al final de este capítulo.

    Ahora comentaré sobre la trama:

    Cuando sale de la cárcel y se encuentra con su hermano es un momento bastante emotivo por lo de su hija, y de hecho me quedé con ese pendiente... Al morir Leonard, ¿qué pasó con a niña? supongo que no dejaste ese detalle al aire a propósito y en el segundo capítulo aclararás algo al respecto.
    Por otro lado ya me imaginaba yo que Michael estaba envuelto en todo este asunto de la mafia, aunque me gustaría saber el por qué se metió en todo eso.

    Además pienso que ahora que mató al padre de la muchacha esa, se vendrá lo bueno. No creo que se quede de brazos cruzados y mas al saber como lo asesinó, por cierto, la forma en que mató al tipo que lo siguió fue... Me encantó ._. , soy algo sádica lo sé, pero en realidad me gustó mucho. La forma en que lo apuñaló, la forma en que lo narraste, mas la reacción de Claire... Fue magistral, excelente.

    El romance es del tipo que me gusta, nada empalagoso pero tampoco es simple, la atracción entre ellos, la relación y al final el beso fueron muy bien manejados.

    Me gusta mucho tu narración, es completa y no dejas escapar detalles...Y aunque no resulta tediosa si leí algunas líneas en las que me pareció que escribiste de más.
    También tuviste varios detalles ortográficos, se te van las palabras y te faltaron varias tildes. Es importante revisar la ortografía.

    Sin embargo de ahí en fuera, tu historia va excelente :D me seguiré pasando por aquí, espero la continuación pronto.

    Saludos n.n.
     
    Última edición: 18 Abril 2014
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    alexxMS

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    Moonrise Parte 2


    Pequeñas gotas de sangre caen desde su barbilla hasta el suelo, manchando el mismo. Sus ojos miran con intensidad hacia el suelo mientras comienza a sentir una inmensa culpa sobre su ser. No podía girar la mirada pues sabía que allí se encontraba ella, anonadada, confundida, aterrorizada…


    No pasaba momento en el que no se arrepintiera de lo que había hecho, la culpa le carcome por dentro sin mesura. Pero no podía cambiar lo que había pasado, se miraba frente al espejo y se veía a si mismo cubierto en sangre y vergüenza, desde su frente corre esta misma pasando por sus parpados, cayendo en su mejillas para luego bajar por su barbilla y encontrar su destino final en el suelo, algo de ella también pasaba por sus labios, los mismos labios con los que había besado con pasión inmaculada y descontrolada a Claire. También eran las sanguinolentas palmas de sus manos las mismas que había tomado su cadera con delicadeza de manera tierna.


    Aquel instante glorioso no había sido más de unos pocos minutos antes, pero durante aquellos minutos había degollado a un hombre frente a ella, con furia y repugnancia había clavado repetidas veces el puñal en su garganta desatando un rio de sangre que termino casi arrancándole la cabeza, pues le había abierto y destrozado toda la zona de la garganta.


    No solo Michael estaba bañando en rojo, las paredes también recibieron parte de ello, en el espejo había un poco en línea recta pasando como arco desde un punto del mismo hasta el otro.


    Sin mirar atrás se retira, pues no había ningún propósito en ello, él sabía que aquello ya había muerto, que ella era mucho más de lo que se merecía y que aquel beso quedo en el pasado. Michael se dirigió al baño de su apartamento, al entrar aquel foco de luz parece ser más intenso que nunca, segándolo por un momento. El baño es terriblemente angosto, apenas había espacio para poder caminar en este. Cuando comienza a lavarse las manos ve como el agua y la sangre se mezclan y se resbalan de sus manos, escurriéndose por sus dedos.


    Luego de salir del edificio Michael no sabe a dónde dirigirse, camina por las calles deambulando cual muerto viviente, con mirada vacía y fría, sin rastro de vida o simpatía alguna. Se había cambiado la ropa porque la que llevaba antes estaba complemente manchada de sangre, no tuvo mucho tiempo para hacer cambios así que tomo lo más cercano que estaba a su alcance. Una franela de intenso azul oscuro y una chaqueta blanca de cuero fue lo más conveniente que pudo encontrar. Ambas estaban limpias.


    Llegado a un punto Michael ha prácticamente olvidado porque ha escapado, ya que está completamente distraído por la ciudad y su belleza nocturna. Por donde camina encuentra montones de brillantes anuncios de todos colores que iluminan la noche, van desde el más intenso rojo hasta el más suave de los azules, algunos más atrevidos adoptan colores como el violeta o rosa, para lucir mas llamativo no importa que negocio sea. Deambula por las calles mientras es hipnotizado por la muchedumbre que camina por esos lares a aquellas horas. Toda clase de personas caminan como si no tuvieran que ocultar nada, como si no tuvieran nada de qué avergonzarse, muchos simplemente buscan felicidad bañada de las estrellas de la noche.


    Al ver unas prostitutas en una esquina recordó la noche en que una se le insinuó, no hacía mucho tiempo. Ahora nadie se le acerca, todos lo esquivan, lo notan en su lúgubre mirada y caminar. Él tampoco quería acercarse a nadie, solo quiere caminar y caminar hasta morir, que la noche no acabe nunca, que las luces de neón sigan bañando su ser, que el humo de los automóviles entre en sus pulmones hasta matarle, que el humo de los cigarrillos flote por la eternidad y nunca desaparezcan de la vista, que su muerte llegue solo antes de que el sol salga porque de no ser así no sabría que hacer el siguiente día, no sabría cómo vivir pues simplemente ya no lo desea.


    Entonces de repente recuerda una noche, una hermosa noche. Había asistido al club en el que cantaba Claire, el amor de su vida, la mujer que nunca merecería y que nunca tendría. Ella vestía un hermoso vestido rosa de seda. Aquel vestido resaltaba la sensual silueta de su cintura, y aunque no tenía escote si destacaba su busto. Michael recuerda con nostalgia su preciosa e inocente mirada, aquellos ojos celestes tan hermosos a la hora de subir al escenario, su preciosa sonrisa ilumina su rostro, aquellos labios rojos nunca los olvidara, tan eróticos y puros al mismo tiempo. Su piel lucia preciosa como siempre, tan suave y tan cálida, tan llena de vida y amor.


    Aquella especial noche canto “la Vie En Rose”, y recuerda el asombro al ver lo bien que Claire dominaba el francés. Con cada verso que salía de su boca Michael no podía más que caer más profundamente enamorado de ella, era inevitable. Y recuerda como todos en aquella noche quedaron extasiados ante el canto de la joven, ante su bella voz, su precioso cuerpo, y su personalidad, tan inocente y pura.


    A pesar de que aquello no había sido hace muchos días Michael lo recordaba como si de años se tratara, y es que aquello luce tan lejano a lo que tiene ahora, era demasiado perfecto para ser cierto, fue una ilusión, un bello sueño del que despertó en medio de la noche con sangre sobre todo su cuerpo.


    Así comprendió que el único propósito del resto de su estadía en esta vida no sería más que la venganza de su hermano. En un mundo ideal moriría en el intento, una bala perdida atravesaría su cráneo y lo mataría al instante, pero este no es un mundo ideal, tal vez sobreviva y viva más que cualquier persona en el mundo, quizás su destino sea el de lamentarse eternamente de sus pecados pasados y vivir con el dolor para siempre.


    Trato de dejar sus pensamientos a un lado para ir hacia la única persona que lo podría ayudar en su suicida misión.


    No sabría decir a qué hora fue aquello, solo sabía que aun el sol no salía. Se sabe el camino de memoria, aquel lúgubre callejón en el que iba a adentrarse. Con su mente bastante clara al respecto se acerca a la ferretería en la que se encontraba un viejo conocido y compañero. Aquel lugar luce exactamente igual que antes de que entrara a prisión, era básicamente igual que como la recordaba pero aun peor, más pobre que antes, las paredes lucen aún más deteriorada y hasta agrietadas, con una pintura blanca más grisácea y mugrienta que antes.


    Para recibirlo estaba aquel viejo conocido, su sonrisa era más cínica que antes, y al acercarse emite un falso pesar por la muerte de su hermano. Michael sabe que a Damian no le importa en lo más mínimo su hermano, eso era irrelevante. Damian presiente las intenciones de Michael pero no dice nada al respecto, espera a que él hable antes de cualquier cosa.


    — Voy a vengar a mi hermano, matare a todos los que estén implicados en su muerte. — Las palabras salen de la boca de Michael con frialdad asombrosa, su mirada era decidida y estaba sedienta de sangre, o tal vez simplemente quería acabar con ello.


    — Suena riesgoso.

    — No me importa.

    — Probablemente te maten en el intento. — Damian sonreía con cinismo.

    — Benny tenía enemigos, gente que está feliz de que lo haya matado.

    — Si estás hablando de Rick entonces sí, de hecho, hace poco me llamo para saber con certeza si tú lo habías matado, se alegró al saber que se trataba de ti.

    — Quiero hablar con él, si se alegra de que haya matado de Benny entonces también le gustara que mate a Neil y su sequito. — Michael luce muy confiado y relejado, a pesar de que está hablando de una misión suicida.

    — Tú no puedes simplemente matar jefes a diestra y siniestra sin recibir consecuencias, Rick lo sabe, no es idiota, por más que lo desee dudo que te “autorice” para ello. — Damian estaba confundido por el plan tan absurdo de Michael.

    — Eso lo discutiré con él en persona.

    — Esta bien, Hablare con él y luego te diré que dijo.

    — No tengo donde quedarme ya que la policía está buscando por mí, así que me gustaría que pudieras dejar quedarme aquí mientras tanto.

    — Imposible, la policía vendrá aquí. — Damian se acomoda en su silla antes de seguir hablando. — Aunque puedo buscar algo para que pases los siguientes días.

    — Con eso me bastara.


    El lugar al que Damian manda a Michael es una pequeña casa en la playa, no era lujosa, estaba hecha completamente de madera y estaba bastante deteriorada, al entrar a su habitación ya era de día, el sol se había levantado de manera definitiva.


    En aquella pequeña habitación no había nada especialmente destacable, una cama desacomodada y un pequeño estante al lado, además de eso, una ventana. La madera lucía un poco podrida y descuidada, había grietas en las paredes muy difíciles de ignorar.


    Michael debió haber pasado todo el día en el suelo, desde que llego al lugar simplemente se sentó allí, donde la luz del sol que entraba por la ventana y bañaba su rostro y parte de su pecho. Solo miro a través de la ventana y nada más, sin levantarse de allí, solo sentado. Su mente en blanco no reproduce ningún pensamiento relevante. Lo único meramente destacable que pasa por su cabeza durante aquellas horas era imaginarse a Claire y el caminando en la playa, como se sentiría la arena entre sus pies, se imaginaba se bella cabellera rubia a la luz del sol, tan radiante, tan hermosa. Se imaginaba su sonrisa al caminar juntos tomados de las manos, se imaginaba como se sentirían sus dedos entre los suyos, se imaginaba como se sentiría acostarse allí en la arena, juntos, con su rostro enterrado en el dorado cabello de Claire, se imaginaba como seria besar su sensual cuello, tocar con sus labios su piel, aquella piel tan cálida, tan reconfortante, tan preciosa. Se imaginó como seria besarla de nuevo en los labios, esos hermosos labios tan eróticos, que con gusto beso anteriormente, aquel gusto, aquella sensación de presionar sus labios contra los de ella con desenfrenada pasión y amor, de sentir una pequeña parte suya dentro de ella, dentro de su boca, dentro de su ser, dentro de su corazón. Aquel beso imaginario seria con ambos recostados en la arena, con el sol iluminando sus rostros con gozo.


    Al final tendría que despertar de aquel sueño cuando llego Damian con compañía.


    Junto a él estaban dos hombres de más o menos la misma edad, entre los 30, uno de ellos era de piel morena y el otro era de piel mas oscura, ambos están a las órdenes de Damian. Un poco más atrás venia Rick, un hombre entrado en los 50 años de edad, de cabello castaño aunque bastante canoso, de descendencia irlandesa, el hombre era bastante fornido y también tiene una muy poblada barba. Lleva una camisa negra, de mangas largas, y un jean gris, sus zapatos eran bastante costosos, y brillaban como ninguno otro que haya visto.


    — Damian me conto de esta loca venganza que tienes en mente. — Rick tiene una voz muy profunda, el tono en que habla es siempre amenazador.

    — Estoy dispuesto a matarlos a todos por lo que le hicieron a mi hermano. — Al terminar la frase Michael se asombra un poco por lo poco que ha pensado en su hermano desde que murió, todos sus pensamientos están centrados en Claire. Y su sobrina, se ha olvidado por completo de ella, la pobre chica terminaría en un orfanato probablemente, Michael ni siquiera sabía quién era la madre. Al final su sobrina pasara una vida de desgracias como el, aunque no de la misma forma. No había ninguna posibilidad para el de quedarse con la niña, lo sabe, tampoco es que se lo merezca, probablemente si ella terminara con el seria inclusive peor.

    — Michael, te respeto, pero tu hermano era un canalla muy avaricioso, no debió haber hecho lo que hizo y tú lo sabes.

    — No me importa, Rick, Neil se equivocó al matarlo, con una paliza hubiera bastado, pero en su lugar lo mato a sangre fría, y ahora va pagar por ello.

    — Neil ha estado descontrolado, él y su sequito cree que puede hacer más de lo que ha hecho. Ya los jefes de allá han discutido acerca de eliminarlo, no creo que sea tan alocada idea, tal vez Michael deba hacerlo al fin y al cabo. — Michael no comprende porque Damian lo apoya pero tampoco le interesa saber porque.

    — Esto será peligroso y correrá mucha sangre. — expresa Rick. — No creo que sea lo que necesitamos ahora mismo.

    — Solo quiero que elimines a sus hombres, de su mano derecha y él me encargo yo, y también de su hija.

    — ¿Quieres acabar con Lynn también? — pregunta con cierto asombro.

    — Voy a acabar con todos ellos. — la mirada de Michael era verdaderamente inquietante, tan gélida, tan intimidante.

    — No es la primera vez que Neil se sobrepasa, y sinceramente ya va siendo tiempo de sacar a esa gente de aquí, me están arruinando el negocio.

    — Entonces, ¿estas dentro? — pregunta Michael.

    Después de unos segundos de reconsiderarlo Rick le dijo que sí.


    — Como comienzo quiero matar a Lynn, y darle donde más le duele al hijo de puta. — Michael hace una seña con su mano pidiendo un cigarrillo, uno de los acompañantes de Damian procede a darle uno y luego encenderlo. — Hace tiempo que no fumaba un cigarrillo.

    — Te puedo dar su ubicación, no será problema, ya mañana mismo podrías estar poniéndole una bala a la cabeza de esa puta. — en la cara de Rick se esboza una gran sonrisa. — Ahora, quiero que tomes esto, es un pequeño regalo para ti. — Rick entrega a las manos de Michael un revolver, uno muy bien cuidado y deslumbrante.


    Michael recibe el regalo y le muestra su aprecio a Rick que luego se retira con Damian y sus hombres. Antes de irse Damian le ordena que se quede en la casa hasta que le den nuevas órdenes, Michael acepta sin mayor discusión.


    No tenía problema alguno con pasar otro día allí, era irrelevante donde estuviera, a Michael la vida le daba igual, lo único que quiere es acabar con todo de una vez por todas, y con suerte, morir rápidamente, tal vez en los brazos de su amada, por muy imposible que pareciera.


    Eso sí valdría la pena, despedirse de este miserable mundo en brazos de la personas que más amas, que lo último que veas sea sus ojos, que lo último que sientas sean sus brazos rodeando tu moribundo cuerpo, que en lo último que pudieras pensar es en esa persona y cuanto la amas. Lo cierto es que Michael no sabía cómo moriría, pero sospechaba que sería una bala en la cabeza lo que acabaría con su vida.


    A Michael le gustaba estar solo y en silencio, pues en esos momentos era libre de imaginarse lo que fuera, de pensar en lo que quisiera sin problema alguno.


    Le gusta imaginarse a Claire a su lado, sonriente y hermosa, tan feliz y enamorada. Le gustaba imaginar a Claire susurrando a su odio la letra de “La Vie En Rose”, le encantaba escucharla cantar en francés


    Des yeux qui font baisser les miens
    Un rire qui se perd sur sa bouche
    Voilà le portrait sans retouche
    De l'homme auquel j'appartiens



    Escuchaba en susurros, con erotismo puede sentir los cálidos labios de Claire rozando su oreja mientras susurra la letra de aquella canción.


    Quand il me prend dans ses bras,
    Il me parle tout bas
    Je vois la vie en rose,
    Il me dit des mots d'amour
    Des mots de tous les jours,
    Et ça me fait quelque chose
    Il est entré dans mon cœur, Une part de bonheur
    Dont je connais la cause,
    C'est lui pour moi,
    Moi pour lui dans la vie
    Il me l'a dit, l'a juré
    Pour la vie.
    Et dès que je l'aperçois
    Alors je sens en moi
    Mon cœur qui bat.



    En aquel momento desea con mucha fuerza poder acariciar a Claire, poder tocar con sus dedos sus mejillas, y con uno de ellos poder acariciar sus labios, sentir con la punta de sus dedos aquellos bellos labios.


    Serían más o menos las seis de la tarde cuando llego Damian a la pequeña casa. Este fue directo hacia Michael que seguía en su habitación, al entrar Michael notaba por su rostro que tenía noticias para él.


    — Michael, en este sobre tengo la información que necesitas para matar a la puta de Lynn. — Damian sonriente le entrega el sobre. — Tiene que ser esta noche, eso es lo único que me ha dicho Rick.


    El procede a abrir el sobre, en este se encuentra una hoja de papel en donde están escritos el nombre del hotel donde se hospeda, su ubicación y el número de su habitación.


    Al conocer el lugar al que debe dirigirse se da cuenta de que está bastante cerca del club donde canta Claire, a unas pocas calles de allí.


    Entonces en su interior nace la idea de despedirse de Claire antes de no verla jamás de nuevo. Tal vez una despedida es lo que necesitaran ambos, tal vez aquellas últimas palabras resulten liberadoras, entonces decide hacerlo, decide ir allá y poder despedirse por última vez de la mujer que más amo en su vida.


    — Lo hare, no hay problema, — Michael dirige su mirada directamente a los ojos de Damian. — solo necesito hacer una pequeña parada en el camino.


    Damian no le gustó mucho la idea, pero se lo permitió.


    Ya serían las siete de la noche cuando Michael coloca las balas en su revólver y se prepara para salir. Seis eran las balas que entraban, pero solo usaría una probablemente, solo era eso lo que bastaba, una sola bala.


    Lo que a Michael realmente le preocupa es la reacción de Claire al verle, podría llamar a la policía, o gritarle y empeorar su situación. Era algo totalmente impredecible.


    Damian estaba manejando mientras que Michael se encuentra de copiloto. La ciudad luce hermosa a la luz de la noche, tan bella y melancólica, pues siente algo enormemente melancólico acerca de la ciudad, algo escondido en las calles, en los locales, en las esquinas, algo tristemente hermoso cautiva su mente.


    Le señala a Damian donde detenerse, este le advierte que no se haga notar porque puede ser peligroso, Michael le responde diciéndole que es solo una pequeñez, nada relevante para sus acciones futuras. Este le deja salir del auto a regañadientes porque entiende lo comprometido de la situación.


    Entra por la puerta principal y luego se dirige a los camerinos, allí Claire estaría preparándose para entrar a escena, tan radiante y hermosa como siempre, con sus ojos mirando al infinito totalmente cautivada.


    Camina por aquel pasillo en el que se encuentran los camerinos, aquel estaba iluminado por un poderoso amarillo un poco cegador. Aquellos focos de luz no eran comunes, eran pequeños y parecían estar adheridos a los bordes de las paredes casi tocando el techo. Estaban en fila, pequeños puntos brillantes. Las paredes están pintadas de un profundo vino tinto que parece oscurecer el pasillo. En ese pasillo se encuentran cuatro diferentes puertas que dan a sus respectivos camerinos, en cada puerta estaba en una pequeña pizarra escrito el nombre de la persona que adentro se encontraba preparándose para la función de la noche.


    Era la segunda puerta a la derecha, básicamente la última donde se encontraba una pequeña pizarra con el nombre de Claire escrito, tras esa puerta se encontraba ella, probablemente poniéndose maquillaje, retocando los detalles finales para salir al escenario y cantar. Michael abre la puerta un poco sorprendido de que esta no estuviera cerrada.


    Al entrar la vio a ella, allí, sentada frente al espejo, mirando su propio rostro. Ella ya estaba preparada para salir, su cabello ya estaba arreglado, y el maquillaje en su rostro también.



    Ella portaba un seductor vestido rosa de seda que se adhería a su piel cómo si formará parte de ella, un escote que dejaba una agradable vista, la fina y hermosa tela acariciaba su piel y contrastaba con su tono, aquella prenda se ataba en el cuello provocando más, incitando a atreverte a soltarlo, tanta seducción junta parecía imposible. Todo su cuerpo salía favorecido con este vestido, desde sus sensuales piernas hasta su erótica cintura, luce simplemente hermosa, tan inalcanzable para él, poder volver a sentir con la palma de sus manos su piel, su fina y delicada piel, aquella con la que cualquier hombre soñaría, esa que él deseaba tocar y besar con tanto anhelo aunque sabe que es un imposible.


    Se ve tan hermosa, seguramente los deslumbraría aquella noche.


    — ¿Cantaras esta noche “La Vie En Rose”? — Michael solo pudo decir lo primero que vino a su cabeza, con voz cansada y tono agotado, aquello no sonaba cínico en lo absoluto, simplemente, muy melancólico.

    — Sí. — responde con tono similar, sin cambiar la mirada hacia él. — Cantare esa canción esta noche.

    — Eso está muy bien, me encanto aquella vez que te escuche cantarla. Fue muy hermoso. — por su voz parece estar a punto de llorar.

    — ¿Para qué has venido? — entonces se decide por mirarlo de nuevo, su rostro, su cuerpo, allí estaba el, parado frente a ella. El hombre que más ha amado en su vida.

    — Para despedirme. — su voz suena tan áspera.

    — ¿A dónde iras?

    — A un lugar muy lejano, no regresare, nunca volveré.

    — Entonces has venido a despedirte de manera definitiva.

    — Sí. — Michael al mirarla lo nota, aquella mujer estaba cansada, estaba agotada y decepcionada, lo veía en sus ojos, esos ojos brillantes y hermosos ahora son pálidos y opacos, su mirada parece melancólica, aquella belleza alegre y resplandeciente se convirtió en belleza puramente trágica.


    El trata de acercársele pero no puede, siente que no debe, aunque quisiera tomarla y llevársela de allí, ir juntos a donde fuera, no importaba, sentía que con ella podría ir a donde fuera y sería feliz pues la tendría a ella, era lo único necesario para ser feliz. Querría ver su sonrisa cada mañana al despertar, poder acariciar sus mejillas cuando fuera, tomarla con sus manos de su cintura, besar sus labios una y otra vez, besar sus manos, besar su cuello, poder besar sus pechos desnudos a la luz de la noche en una habitación en el fin del mundo, hacerla sentir como una reina, poder hacer de cada día juntos el más maravilloso de sus vidas, pasar cada noche juntos, abrazados, poder estar dentro de ella cada noche, susurrarle hermosas palabras al oído, amarla eternamente. Pero sabía que era imposible, sabía que eso nunca pasaría, ambos lo sabían. Al mirarse el uno al otro lo comprendían, esa ilusión tan maravillosa nunca sucedería, solo estaría en sus sueños.


    — Yo te amo. Nunca quise herirte, en verdad, lo que hice estuvo mal, pero la verdad es que te amo y que nunca conseguiré a nadie como tú, solo quería que supieras eso antes de despedirme. — Michael solo quiere ser honesto con su amada, poder decirle todo lo que siente por ella.


    Yo también te amo. — Las palabras de Claire salen con triste honestidad — Supongo que este es el adiós.

    — Así es.

    — Adiós.

    — Adiós.


    Al despedirse Michael sale del camerino y se dirige al auto de Damian que impacientemente espera en este. Al entrar no dice ni una palabra, ni siquiera mira a Damian a los ojos, simplemente se sienta en su asiento.


    Damian y Michael ya estaban bastante cerca cuando Michael decide seguir a pie, este se baja del auto y comienza a caminar hasta el hotel.


    Habría unos treinta metros entre el hotel y el lugar en donde se encontraba parado. Paso por paso se acerca a este tan tranquilo, tan distante, casi hasta inconsciente de su situación. De nuevo la noche se adueña de la ciudad y la toma como propia bajo la luz de las estrellas, bañando las calles de aquel brillante neón, de nuevo puede sentir el humo de los autos entrar y llegar hasta sus pulmones, aquel aire viciado, lleno de pestilencia y suciedad, puede sentir de nuevo aquella luminosa oscuridad tomando su ser de nuevo.

    A mitad de camino comienza a pensar de nuevo en Claire, en aquel hermoso vestido rosa que vestía esa noche, como esa fina tela parecía ser parte de sus sensual piel, en esos hermosos ojos celestes, en sus labios rojos, esos que gustosamente había besado con anterioridad. Se imaginaba que en ese preciso instante ella estaría cantando, en el escenario, con todos los focos sobre su bello cuerpo, con todos los ojos del público sobre ella. Cantaría “La Vie En Rose” esa noche, podría imaginársela en ese preciso instante, mientras el camino, cantando aquella canción.


    Quand il me prend dans ses bras,

    Il me parle tout bas

    Je vois la vie en rose,

    Il me dit des mots d'amour

    Des mots de tous les jours,

    Et ça me fait quelque chose

    Il est entré dans mon cœur


    Su voz suena tan hermosa como siempre al imaginársela, sus ojos mostraban aquella sensación que ella sentía al cantar la canción, en ella puede escucharse su melancolía, y eso era algo que en su imaginación no podía eliminar, aquel bello tono lleno de melancolía, en sus ojos las primeras lagrimas comienzan a asomarse, lo puede ver, está allí, frente a él, en el escenario, cantando y deslumbrando a todos mientras caminaba hacia el hotel.




    Et dès que je l'aperçois

    Alors je sens en moi

    Mon cœur qui bat


    Entonces ella acaba la canción, entre lágrimas y aplausos, con todos los focos sobre ella, sobre su rostro, sobre sus humedecidas mejillas por la que corrieron algunas de las lágrimas que lograron salir. Su triste sonrisa sigue siendo hermosa como siempre, sus ojos, celestes como el cielo estaban llorosos, y el sabia porque, solo que no quería responderse a sí mismo.


    Entonces entra, va rápidamente a la recepción donde con una discreta señal el hombre comprende quien es y le da la llave de la habitación de Lynn.


    Michael camina por el pasillo, entra al cuarto con discreción, en este puede ver la cama con ropa sobre ella. Entonces al entrar ve la puerta del baño abierta, en ese momento saca el revólver y quita el seguro haciendo aquel característico sonido.


    Al entrar no se preocupa por cerrar la puerta de nuevo. Allí se encontraba Lynn en la bañera, solo su cabeza y sus brazos sobresalían del agua. Ambos se miran a los ojos, saben que sigue, entonces ella toma un cigarrillo al lado de ella y lo enciende, Michael le deja a la pelirroja fumar unos pocos segundos antes de hacer cualquier cosa. Exhala el humo con resignación hacia arriba, dejándolo desaparecer en el aire, entonces Michael dispara una bala certera en la frente de Lynn, llenando la pared de fina cerámica con sangre, una gran cantidad había salido de su cabeza sin vida. Había un poco de esta hacia todos lados en aquella pared, también parecía haber partes enrojecidas de hueso en el suelo. Michael salió inmediatamente mientras la gente estaba aún conmocionada por el ruidoso disparo. Mientras, aquel inerte cuerpo sin vida seguía en la bañera, que en poco tiempo también se llenaría de sangre, llegando a caer por la orilla de la misma y dándole un notorio rojo al suelo y al agua de la bañera.


    Sale de manera discreta y entra al auto de Damian que le espera ansiosamente.


    — ¿Ya mataste a la puta?

    — Sí. — toma una pausa antes de hablar. — Le puse una bala en la frente y convertí la pared en un baño de sangre. — su voz era seca y cortada.


    Damian enciente el auto y se largan de allí, van directo a la casa en la playa donde Michael se queda momentáneamente. En esta se encuentra Rick esperándolos.


    — Espero que regresen con buenas noticias. — la voz de Rick siempre era profunda e intimidante.

    — Por supuesto, joder, Michael le puso una bala en la cabeza y le bolo los jodidos sesos. — Damian está prácticamente riendo mientras habla.

    — Ahora quiero acabar con su mano derecha, personalmente, le pondré una bala en la garganta y una en la cabeza. — Michael habla con una brutal frialdad, no había señal alguna de aquel amoroso hombre que declaro su amor no hace mucho esa misma noche.

    — No será tan fácil, pero podemos ayudarte a ello. Probablemente lleve protección ahora pero eso puede ser un problema menor si lo sabemos tratar.

    — Entonces háganlo, yo estaré aquí esperando a que me digan cuando salir y matarle.


    Michael sonaba totalmente sediento de sangre mientras hablaba, y su mirada solo confirmaba aquella idea, parece un hombre diferente al que fue a ese club a visitar a Claire, a decirle que le amaba, pero en realidad era el mismo hombre, dos partes de un mismo ser, un monstruo capaz de sentir amor pero un monstruo al final, así Michael se definía a si mismo.


    En un lugar diferente de Los Ángeles, un apartamento en un edificio cualquiera, un hombre de edad bastante madura recibe una llamada, mientras atiende el celular se rasca su canosa barba. Al acabar de escuchar la llamada deja caer el celular al suelo, este cae y se rompe pero el hombre sigue inmóvil, de repente se piel se torna pálida y su mirada se vacía, sus piernas parecen no soportar más y se tambalean hasta caer. Sus manos comienzan a temblar mientras las coloca sobre su cabeza, entonces lágrimas comienzan a salir de sus ojos y un fuerte grito sale de lo más profundo de su ser. Resuena con fuerza, gritos tras grito, lágrima tras lágrima. No sabe qué hacer con tanto enojo y tristeza al mismo tiempo acumulándose en su ser. Con brío comienza a golpear las paredes pintadas de un poderoso vino tinto. Golpe tras golpe sus manos se debilitan, sus dedos no pueden mas pero el sigue golpeando con fuerza mientras sangre comienza a salir de sus nudillos, esta corre por entre sus dedos y mancha las palmas de sus manos.


    Para el momento en el que se detiene ya tiene varios dedos fracturados y las manos llenas de sangre. Con estas mismas se cubre la cara en asombro y deja ver entre sus dedos sus ojos, aquello ojos verdes mostraban su incredulidad y su creciente rabia. Aquel hombre era capaz de lo que fuera, se notaba a leguas, con fuerza aprieta sus puños mientras mira el suelo, así ve como todavía diminutas gotas de sangre se resbalan de sus manos hacia el suelo, ya sabe lo que debe hacer, siempre lo ha sabido. No queda más, era el momento de tomar venganza. De cobrar con sangre lo que le habían hecho, de bañar las calles de Los Ángeles de rojo carmesí.


    Aquel hombre en una habitación de un edifico cualquiera era Neil recibiendo la noticia de que su hija había muerto…


    Michael siempre fue solitario, hasta en sus años de infancia, su adolescencia no fue diferente, su hermano, Leonard, no era muy diferente, y tampoco lo trataba muy bien, pero era su hermano, sin embargo, Michael no está seguro de que su motivación sea la muerte de este. Ni siquiera el hecho de que su sobrina quede huérfana parece ser su motivación, parece ser un tren en un carril directo a su destino sin ninguna escala, pero no tiene idea de que le espera en ese destino.

    — Su mano derecha se llama Tommy, es un tipo duro pero no muy difícil de encontrar, tendrá protección así que no iras solo, te dejaremos matarlo pero debes saber que no será fácil. — Damian está en la habitación de Michael mientras este se queda mirando fijamente a la ventana. Damian no era un tipo serio normalmente, pero en aquel momento sonaba bastante serio. — Cuando te quedas mirando a la ventana así es difícil saber que rayos pasa por tu cabeza, ni siquiera sé si me estas escuchando.

    — Te escucho. — Michael sigue mirando a la ventana mientras habla. — No habrá problema.

    — Espero que sea verdad porque este va a ser difícil, lo vamos a tratar de agarrar desapercibido pero será imposible encontrarlo sin compañía.

    — Mientras más rápido mejor.

    — Sera mañana, sabemos por diferentes fuentes que el hombre va a comer en un restorán cercano, el lugar es un nido de criminales e hijos de perra así que no habrá niños ni gente inocente.

    — Entonces, ¿los matamos a todos? — Michael cambia su mirada hacia Damian.

    — No. La cosa es así, el local está al aire libre, no hay puertas ni una pared ni nada, el lugar es básicamente unas mesas en un porche. Cuando lo veamos allí será más fácil, no tendremos que cruzar ninguna puerta y los podremos matar con menos dificultad al escapar. — Damian saca un cigarrillo y comienza a fumar, a Michael no le gustaba mucho el humo de cigarrillo en la habitación, arruinaba el ambiente.

    — Mañana será. — las palabras de Michael mostraban gran frialdad, su mirada era decidida mientras toma su revolver para verlo a la luz de la luna.


    La noche siguiente todo estaba programado. Michael y compañía saldrían en motos hacia el lugar y al llegar ahí aniquilarían a Tommy y cuantos hombres lleve consigo.


    Eran cinco hombres, tres subordinados de Rick, Damian y el, están montados en sus motos corriendo por la ciudad de camino a un baño de sangre. Su venganza estaba tomando forma, una oscura y sanguinaria forma, escondida entre las sombras citadinas, allí, en ese momento, salía de su escondite para cobrar vida.


    Al llegar el lugar estaba notoriamente lleno, un lugar muy humilde en realidad. No había tiempo, todo debía ser muy rápido y certero. En una mesa, cerca de la esquina, se encontraba Tommy otros cuatro hombres comiendo muy tranquilamente. Damian lo identifica de inmediato, entonces sin previo aviso saca una metralleta uzi y comienza a disparar a aquella mesa, muchos de los erráticos disparos terminan en la pared mientras le gente corre envuelta en pánico, uno de los hombre de Tommy es alcanzado por las balas que atraviesan su pecho cual hoja de papel y salen por la espalda esparciendo sangre a las paredes y el suelo. Tommy inmediatamente voltea la mesa para utilizarla de barricada, sin embargo, esta no es muy resistente, las balas la atravesaran sin mayor problema. Los otros hombres que acompañaban a Michael y Damian comienzan a disparar también, aunque a diferencia de Damian ellos llevaban .45 y uno de ellos un revolver, disparan sin al más mínimo cuidado, pudiendo haber matado a cualquiera en esa mesa.


    Tommy debe pensar rápido, entonces saca su pistola y dispara con milimétrica precisión a aquellos hombres, le da a dos de ellos, uno en la pierna, cayendo adolorido mientras su pierna comienza a sangrar, al otro llega a darle directo en la frente, el hombre cae muerto en el suelo, con un gran agujero sangrante en la frente. Tommy y sus hombres se escapan por una puerta cerca de aquella mesa que da a la cocina, logran salir ilesos a excepción de uno de ellos que recibe varios disparos en el pecho y la garganta mientras cubría a los otros para que escaparan.


    Michael aún no había disparado una sola bala, simplemente mira cómo se matan unos a otros. Cuando se escapan Michael, Damian y el único de los hombres de Rick que queda de pie los siguen por la puerta, corren por la cocina que se encuentra tras la puerta disparando a la nada, los llegan a seguir hasta la calle, allí Tommy y sus hombres encuentran protección tras un auto aparcado en la cera. Ambos se disparan sin control, Michael solo quería disparar una bala, pero entonces ve como uno de los hombres llega a conectar una bala al pecho de Damian que cae el suelo, entonces saca su revolver en ese preciso instante y llega a meterle la bala en la garganta, destrozándola por dentro, el hombre intenta cubrirse el hoyo en su garganta con sus manos pero lo único que logra es empaparse las mismas con la sangre que salían a borbotones mientras cae al suelo.


    Entonces eran dos contra dos, Michael ve a Damian en el suelo, este le da un número de teléfono y una dirección en un papel, le dice que debe llevarlo allí antes de que muera. Michael lo escucha pero parece ignorarlo, entonces le dice al otro hombre que se lo lleve en una moto al lugar mientras el intenta acabar con esos dos hombres.


    Tommy rompe la ventana del auto y entra en el mismo, le pide a su compañero que le cubra mientras intenta hacer el auto arrancar, este obedece mientras Tommy intenta accionar el auto. Michael toma la uzi de Damian y dispara hacia el auto, este nunca llega a dar con Tommy pero logra matar al hombre que le hace cobertura, con varios disparos que atravesaron su pecho tras un pequeño descuido.


    Tommy logra accionar el auto, y tan pronto como puede escapa con este, Michael le sigue tras tomar el auto de un taxista aparcado cerca de allí.


    Así comienza a cazarlo en una carrera contra la muerte. Michael era muy buen conductor, y en más de una ocasión hace contacto con el auto robado de Tommy, provocando que este pierda la dirección y comienza a bailar en la carretera. Tommy logra estabilizarlo, y en los pequeños instantes en los que le es posible dispara una bala hacia Michael, aunque sea casi imposible alcanzarle con esta debido a las condiciones del momento. Michael lo sigue a toda velocidad, nunca le pierde el paso, entonces choca al auto con toda la fuerza posible causándose un gran daño también. Ambos se salen del camino y termina en medio de la nada con ambos autos detenidos. Al salir del auto, Tommy cubre su pecho con sus brazos en muestra del dolor que sentía, también las piernas le dolían y notaba que su frente sangraba pues gotas de sangre caen frente a sus ojos, al tocarse la frente con sus dedos nota que casi toda esta ensangrentada y el resto de su cuerpo no lucia muy bien.


    Michael sale del auto en una condición muy similar, con su pecho adolorido y la frente sangrante, también había unos sanguinolentos cortes en su cuello debido a los pedazos de vidrios que acabaron allí, ninguna de las heridas en esa zona eran profunda así que no era de gran peligro a pesar de que aun sangraran. Ambos con arma en mano se ven a los ojos, en la mirada de Tommy había cierta resignación mientras que en la de Michael había rabia y un odio incontestable. Ambos sabían que seguía, uno de ellos saldría con vida o tal vez no, tal vez ambos mueran allí, en medio de la nada bañados por la noche y la luz de las estrellas, con arena en sus mejillas al caer al suelo y polvo en sus ojos al cerrarlos por última vez mientras su sangre mancha la arena. Era probable, y tal vez lo correcto, era el ambiente propicio para ello, un final de lo más digno y mucho mejor de lo que Michael se imaginaba. Así ambos se encuentran en duelo mientras con sus pulgares tiran del seguro de su respectiva arma, se miran directamente a los ojos por última vez y entonces levantan sus brazos con brío sabiendo que sea probablemente el final. Las balas salen disparadas y llegan a destino al mismo tiempo. Por un lado, Michael termina con una bala en su estómago que expulsa sangre desde el momento del impacto, y sigue sangrando posteriormente, y por el otro lado, Tommy termina con una bala en la garganta, la sangre salía en todas direcciones como pequeños ríos que ascendían y caían, con sus manos cubre su garganta pero la sangre sigue su curso y cruza sus manos por el espacio entre sus dedos. Esta también caía sobre su camisa, sin darse cuenta ya estaba en el suelo, muriendo, con la arena tocando sus mejillas y el polvo lanzado por el viento en sus ojos mientras los cierra por última vez.


    Michael se desangraba, estaba seguro era su fin, la muerte al fin había llegado aunque tardaría un tiempo, y dolería mucho mientras ve la sangre escurrirse entre sus dedos, puede sentir el agujero en su estómago, el calor del humo saliendo del mismo. Entonces recordó la dirección a la que llevarían a Damian para salvarle la vida, aquella dirección era conocida para él, la misma que utilizaban antes de ir a prisión con el mismo propósito, y se dirigió allí, en su auto mientras trata de parar el sangrado como pudiera, tal vez porque en el fondo no quiere morir, o tal vez porque quiere matar a Neil antes de irse del todo, lo cierto es que iba a toda velocidad hacia allá.


    El lugar no estaba lejos de allí así que eso le daba un poco de esperanza a Michael. Al llegar al lugar, una vieja farmacia, se dirige a la puerta trasera, toca agónicamente mientras siente su ser desvanecerse. Un hombre abre la puerta y al verlo lo toma con sus manos y lo mete al local. Allí aquel hombre lo acostó sobre una camilla y quito la bala de su interior, Michael tuvo que sufrir mientras removían la bala puesto que no había morfina ni ningún sedante.


    — Has corrido con suerte esta vez. — aquel hombre tendría unos sesenta años de edad, de cabello canoso y piel arrugada, su voz sonaba un tanto ronca y sarcástica.

    — Me has salvado la vida.

    — Damian estuvo aquí hace poco, tuve que ayudarlo porque estaba a punto de morir, como tú hace unas horas.

    — ¿Sobrevivirá?

    — Si, pero probablemente no despierte en un buen rato. — una sonrisa sale de su rostro.

    — ¿Y que sobre mí? ¿Sobreviviré?

    — También, aunque deberías descansar unos cuantos días.

    — No puedo, debo acabar con algo ahora. — Michael no suena muy feliz con el consejo del hombre.


    El hombre deja a Michael solo y le avisa que llamara a Rick para que se reúna con él. Michael asiente con la cabeza y espera.


    A las pocas horas Rick llega al lugar, y encuentra a Michael sentado sobre la camilla esperándole.


    — Has matado a Tommy. — Rick suena satisfecho.

    — Hice lo mejor que puede.

    — Y ha sido excelente, tú has acabado con ellos, vaya, en realidad no sabía de qué eras capaz hasta ahora.

    — ¿Has acabado con sus hombres? — habla de manera directa y sin rodeos.

    — Si, bueno, casi todos, quedan unos pocos, ya los jefes le han dado la espalda, en este momento se encuentra en un apartamento escondido y resguardado por tres hombres.

    — Los voy a matar a todos. — las palabras de Michael eran secas y sórdidas.

    — ¿En verdad quieres matarlos a todos por tu cuenta? — Rick suena un tanto asombrado.


    Entonces se levanta de la camilla y ve directo a los ojos de Rick.


    — Quiero que me lleven allí, y los matare a todos, deja a dos de tus hombres en la entrada con un auto, así podre irme rápido antes de que llegue la policía. — Michael ordena como si de un jefe se tratara, con autoridad y seguridad. Sin miedo a nada pues cuando se desea estar muerto como el ya no hay nada que temer.

    — Me parece bien, pero debe ser pronto, Neil no se quedara allí mucho tiempo.

    — Estoy de acuerdo.



    Era hora, Michael sabe que el final se aproxima y lo acepta como tal, como un final. Al fin estos últimos sangrientos días llegarían a su inevitable violento final. Michael solo deseaba poder poner al fin una bala en la cabeza de Neil y luego poner una en la suya acabando con todo, con su insípida vida y con su miserable venganza, esa que no parece ser una venganza verdadera.


    — Leonard era un miserable, un canalla y lo mataron por idiota, pero aun así fui y mate a los responsables, aun sabiendo que mi hermano era un idiota. — aquellas pensamientos surcaban en su cabeza mientras trataba encontrarle sentido a su rabia, a su cólera. Sus deseos de venganza tal vez se acercaban a la destrucción de su propio ser, o tal vez a una exoneración emocional por medio de su última expresión de ultra violencia. No importaba ya, cuál era el leitmotiv de la situación, era irrelevante en este punto, ya todo estaba hecho, solo faltaba las últimas pinceladas de rojo carmesí sobre aquel sanguinolento lienzo de la “venganza”.


    La espera duro dos días en los que Michael paso casi todo su tiempo en su cuarto, viendo a través de la ventana, o durmiendo, pensando, cerrando los ojos mientras imágenes de un futuro imposible pasan frente a él. — Ya falta poco, ya todo acabara. — piensa mientras sus ojos permanecen cerrados y la luz del sol baña su rostro. Ya puede oler la sangre, puede oler el humo saliendo de los orificios del cuerpo de Neil cuando le dispare. Ya acabara.


    Aquel día llego Rick a buscarlo, lo llevo hasta el auto, allí se encontró con los dos hombre que pidió y una niña, no podría tener más de diez años de edad. Muy dulce, de cabello castaño rizado, sonrisa tierna y de ojos un tanto saltones.


    — ¿Quién es esta niña? — pregunta bastante sorprendido Michael.

    — Es mi hija. — responde Rick. — Ella tocara la puerta en el apartamento de Neil, luego se ira, tu entras y haces lo tuyo.


    Michael no le gustaba mucho la idea pero sabe que no hay nada que pueda decir para cambiar de idea a Rick, así que no se molesta en discutir sobre algo tan fútil. La niña le recuerda a su sobrina, que en ese momento debe estar en un orfanato, o con sus abuelos maternos, en realidad no sabía si ellos estaban vivos.


    Eran aproximadamente las dos de la tarde, el sol aun resplandecía con fuerza, un momento oportuno para acabar con su venganza.


    Al llegar al edificio Michael puede notar el deterioro en este, era notoriamente antiguo, por la fachada podría decirse que no ha sido pintado en décadas tal vez. Tampoco era demasiado grande comparado a los de la gran ciudad, era de unos cuatro pisos.


    — Michael, escúchame, esto es lo que harás. Neil está en el segundo piso en el cuarto B4, es simple, dejas que mi hija toque, ella dirá que tiene que entrar al lugar, por supuesto no la dejaran entrar, primero revisaran si está sola, luego, cuando verifiquen, tu estarás escondido, cuando ellos decidan abrir la puerta mi hija ya se abra ido, para entonces tú debes estar en la puerta esperando con tu arma en mano, ¿entendido? — Rick era un hombre decidido, que ni siquiera teme utilizar a su hija en una misión como esta, algo muy peligroso. Michael comprendió las indicaciones de Rick y se dispusieron a poner el plan en marcha.


    Michael y la niña entraron al lugar, subieron las escaleras y caminaron por el tétrico pasillo hasta llegar a la puerta indicada, donde la niña toca tres veces, esta no se abre completamente, solo un poco, para verificar quien era la persona en cuestión. Al ver que era una niña el hombre pregunta que hacía por allí. Ella saco una vaga excusa sobre como nadie le dejaba entrar al baño y necesitaba orinar. Tuvo que prácticamente rogarle para que el hombre decidiera dejarle entrar no sin antes verificar con los hombres dentro del apartamento. Cierra la puerta momentáneamente para quitar las numerosas cerraduras, en el proceso la niña sale de allí y Michael se posiciona frente a la puerta, con su pistola .45 mm apuntando directamente a lo que sería la cabeza del pobre que abriera.


    Fue cosa de segundos, de un momento a otro la puerta estaba abierta y el hombre no tuvo ni oportunidad de reaccionar cuando el ruido de la bala siendo disparada resuena en todo el lugar. La bala llega a toda la frente de este y salpica un poco de sangre en la celeste camisa de Michael. Los otros dos hombres que acompañan a Neil se encontraban sentados en un mueble viendo televisión cuando escucharon aquel impactante ruido, sin pensarlo dos veces comienza a disparar sin mucha dirección hacia la puerta mientras Michael se cubre con la pared. Michael espera el momento en que tengan que recargar que sería indudablemente pronto ya que disparaban constantemente sin dirección alguna. Al instante en que dejan de disparar entiende que es el momento justo, y con rapidez le acierta un disparo en la nuca a uno de los hombres que cae inmediatamente, el otro hombre tuvo suficiente tiempo para recargar y sin dudar dispara al pecho de Michael dos veces, una acertándole en el área de las costillas, y el otro disparo cae en su hombro. Un Michael adolorido descargaba varios balazos al hombre, todos acertando de lleno en su cuerpo, convirtiendo el suelo en un baño de sangre al caer.


    A continuación Michael se sienta en el mueble frente al televisor mientras ve a Neil acercarse con un arma en las manos.


    — ¡¿Qué haces allí sentado, hijo de puta?!

    — Esperándote. —puede ver la sangre correr por el mueble y caer al suelo, puede ver como esta sale de su cuerpo a toda velocidad.

    — Te voy a matar. — Neil suena amenazador pero al mismo tiempo atemorizado mientras apunta con el arma a Michael.

    — Yo te matare a ti. — el dispara al hombre directo en la mano con la que sostiene el arma, el también dispara, y la bala roza su cuello, causándole gran dolor.


    Michael toca con su mano la caliente cortada de su cuello, siente con sus dedos su sangre salir y caer hasta su pecho. Aquel rose causa mucho dolor pero tenía que concentrarse, ya había perdido mucha sangre, debe acabarlo ahora o nunca.


    — Soy Michael, el hermano de Leonard, ¿sabes? Yo soy el hijo de puta que mato a tu hija puta y también mate al jodido idiota de tu mano derecha y ahora te matare a ti. — Michael tambalea hasta llegar a Neil que se encuentra tendido sobre la pared viendo su mano sangrar, aquel impacto le había costado dos dedos cuyos orificios salpican sangre constantemente.

    — ¡Hazlo ya! ¡Hazlo! — grita con fuerza y dolor mientras Michael mete la punta de su arma en la boca de Neil, privándolo así de hablar. Ambos se miran un instante a los ojos conociendo su destino, entonces cambian la mirada por un instante y se fijan en como la sangre de ambos en el suelo se entremezcla, creando un pequeño charco.


    Acto seguido Michael tira del gatillo reventando la cabeza de Neil con un gran hoyo en su cabeza en el lugar de salida de la bala, llenando la pared de sangre y pequeños pedazos enrojecidos de cráneo y hasta cerebro. Su boca también estaba destruida por dentro, al igual que básicamente toda su cabeza.


    Pasaron dos minutos hasta que llegaron los dos hombres de Rick que esperaban afuera para llevarse a Michael, al ver que no salía subieron. Al entrar al lugar pueden ver aquel apartamento pintado de rojo, con sangre en todos lados y cuerpos inertes en el suelo llenos de orificios humeantes, algunos aun sangrantes. Michael estaba sentado en el sofá, entretanto, sigue desangrándose y mirando al vacío, casi muerto. Los hombres al darse cuenta que está vivo se lo llevan cargándolo hacia el auto.


    — Entonces allí estaba yo, muriendo con cada segundo que pasaba, yéndome de este mundo, y por mi mente solo pasaba la idea de vivir en aquella casa en la playa con Claire, ella podría cantar todas las mañanas y yo la escucharía complacido, ambos nos reiríamos y caminaríamos en la playa, nos sujetaríamos de manos y yo acariciaría con mis labios los suyos, también su cuello, sus mejillas, sus manos. Mi sobrina también podría estar allí, ambos cuidaríamos de ella. Eso sería perfecto. — aquel pensamiento ronda en la cabeza de Michael mientras lo llevan al auto, entonces, en ese momento duda de su deseo de morir o de vivir, ninguno de los tenía sentido para él, pues la vida sabia sería una completamente miserable. Y la muerte no luce mucho mejor, ni siquiera sabía cómo seria. No sabe que pensar, no sabe que querer mientras entra al auto, no sabe si vivirá o morirá, solo sabe que sufrirá, sea cual sea su final, pues ese es su destino, es lo que se ha ganado, y lo ha obtenido de una vez por todas.




    EL FIN
     
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    Mikasa Ackerman

    Mikasa Ackerman Entusiasta

    Aries
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    Hola
    Antes que nada gracias por avisarme acerca de tu segunda parte.
    Me gusta mucho, lo complejo de tu historia, ademas de lo extenso de esta
    debo decir que no estaba acostumbra a la palabrotas, mas que aquí le da un gran sentimiento
    a lo que me refiero, a que es como si de verdad marcaras muy bien ese sentimiento de enojo
    algo que para mi, es realmente interesante, para mi muy grato leerlo, una gran historia a decir verdad

    sin nada mas que decir, adiós, si escribes otra cosa avísame, ya que me gusta mucho lo que escribes...
    Sayo...
     
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    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Escritor
    ¡Aplausos señores! Otra excelente obra tuya terminada :) sería bastante repetitivo el decir que me gustó bastante y que me pareció una trama por demás interesante y bien trabajada.
    Pues eso ya te lo he dicho antes, me gusta mucho tu manera de escribir y lo bien que te esfuerzas en crear a estos personajes y situaciones tan interesantes. La verdad esa despedida entre Michael y Claire me rompió el corazón... Por supuesto no me esperaba un final feliz después de lo que pasó pero tampoco mentiré al decir que no me sorprendió y entristeció(ni un beso, ni abrazo ni nada. Solo un adiós :(). No siempre veo una relación tan linda y romántica sin caer en lo aburrido y meloso, también me dio cosita al momento de que se acordó de su sobrina y caía en la conclusión de que segurísimo la habian llevado a un orfanato. Eso me sono tan...cruel, sentí mucha lastima por ella, al menos al final diste la posibilidad de que estuviera con sus abuelos y ni se diga de el ultimo pensamiento de Michael.. Fue hermoso.

    La forma en la que mató a la hija de Neil me pareció... Uff... Es poco decir que me gustó, me imaginé toda esa escena, mientras toma el cigarro y da su ultima fumada antes de meterle el tiro en la frente, el tiroteo entre los hombres de la mano derecha de Neil y los de Michael, también fue bastante intensa, eso junto con la persecución y el enfrentamiento al estilo "el viejo oeste" de frente y con un solo disparo.

    También estoy sorprendida por la fuerza de voluntad tan grande con la que se aguantó hasta llegar a que lo curaran, aunque yo pensé que en ese mismo momento se iba a salir a buscar a Neil y me quedé asi de: oh por dios pero que hombre ._. .

    Igual el ultimo enfrentamiento fue algo corto pero buenísimo. Lo sentí como toda una pelicula de acción en mi mente. El final me gustó mucho, no pienso que hayas dejado nada sin atar, es más. Así me pareció perfecto, pues dejas al lector decidir si Michael sobrevive o no.

    En mi opinión un excelente fic, y espero que sigas escribiendo mas cosas de esta calidad.

    Lamento haber tardado en venirte a comentar, no quería leer rápido y a lo tonto, sino tomarme el tiempo de ir imaginándome cada una de las escenas y no he quedado para nada insatisfecha.

    En un Two-shot pudiste armar una enorme historia llena de conflictos, amores, felicidad y dolor. Para mi eso ya es algo digno de reconocerse:)

    No te haré ninguna observación ortográfica, pues aunque no noté muchas pienso que en este momento quedan de más.

    Felicitaciones por tan buena historia. Espero seguirte leyendo por aquí.
    Saludos :D
     
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    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

    Escorpión
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    Escritor
    Increible, verdaderamente increible.
    Me has dejado encantada con tu escrito, la manera en con la cual narras, es tan... las palabras escogidas adornan al texto, le dan belleza, elegancia, hacen que suenen de manera tan armoniosa, siempre me has sorprendido y te he admirado en bastantes ocasiones.
    La trama tran cruda, tan sangrienta, tan vengativa.

    Cuando el primer capítulo terminó no sabia como continuaria, con que nos sorprenderias. Pensé bastantes cosas, que ella se quedaria en su vida, que se alejaria, que tomaria venganza, que se mataria, nada muy concreto. Pero mirad que mezclar la venganza. Sabia que meterias tus escenas realistas y crudas pero por mi parte esperaba un poco más de amor. Pero aún asi ha sido increible.

    Decidirse a la venganza, solamente su único objetivo y dejar atras la única persona que podria hacerlo feliz. Me mataste con eso, literal. Mira que la despedida fue tan... fría, tan distante. Queria que ella corriera con el, una beso, algo ;-; no has llenado mi hueco de amor(? pero en el momento en que describiste como estaba ella, estaba segura de que se encontraria con algo como eso. Le habia quitado toda la inocencia, simpatia, alegria que pudo haber sentido en el pasado con semejante acto que realizó, ese fue tanto climax y al fin de cuentas su relación (si se puede llamar asi) se fue a la tostada, con un simple y doloroso: Adiós.

    No has exagerado bastante en la descripción de la sangre. Oh, la descripciones, hombre, te adoro con ellas, nos planteas las cosas con tal que las imaginemos de una manera increible, explicando como se sentía, que iba a llorar con la despedida, donde dió a parar la bala, sus movimientos, la manera en la cual estaba Lyan antes de que una bala perforase su cabeza, he podido ver las cosas como tú querias que lo vieramos y ese es un gran triunfo.

    La matanza del mano derecha fue la más llena de acción porque se resistió pero a fin de cuentas sabia que ese era su fin, Michael pensó lo mismo pero tuvo las agallas de querer seguir viviendo, aferrarse a la vida e ir a salvar su trasero.
    El dolor que mostraste de Neil fue sorprendente porque desde el inicio muestras que el idiolatra a su hija y el enterarte que está muerta y más, que la mataron despiadadamente, era motivo de venganza.

    Solo que he notado algunas cosas vagas. Te has comido bastantes acentos en los verbos en pasado como: tomó, haré, llamará.
    Además que hubieron una que otra redundancia en algunos párrafos como en:

    Y el final, el dichoso final. Pensé desde que Michael queria morir que ahi lo dejarias, que se desangrara y se pierda para ser "pleno" de alguna manera, pero no, nos dejas un final abierto ¡abierto! que cada quien imagine lo que va a pasar o si va a vivir, siento que eso fue cruel pero era la pisca que debia ir en el final, lo indicado. Me has sorprendido y deleitado, de verdad me gusta mucho como escribes y espero ver otra de tus grandiosas historias por aqui :)

    Gracias por invitarle y lamento demorarme tanto. Besos Alex.

    Pire<3
     
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