La pompa que marcó el final

Tema en 'One Piece' iniciado por SusanDMerry, 3 Octubre 2013.

  1.  
    SusanDMerry

    SusanDMerry Entusiasta

    Aries
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    7 Mayo 2013
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    87
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La pompa que marcó el final
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    784
    Solo y solo aquellas esferas que florecían como por arte de magia del suelo, eran las únicas testigas del dolor que se propiciaba por un corazón dolorido y maltratado. Aquel dolor era tan fuerte, que era hasta visible. Imposible de pasar a su lado y no notarlo.

    Latido tras latido la tensión se volvía más fuerte y más fina. Se rompería de un momento a otro. Uno por uno iban desapareciendo y aquel corazón se encogía, estremecía, lloraba, cada vez que ocurría. Y cada vez más fuerte.

    Aquellas pompas que crecían a su alrededor, subían y subían, escapándose de sus manos. Y cuando llegaban a lo más alto, simplemente desaparecían.

    Intentaba acercarse darles la mano, pero cada vez que lo intentaba, pasaba de nuevo. Se quedó paralizado. ¿Qué debía hacer? Era más rápido, más fuerte. Empezaba a temblar y eso lo aterraba.

    No podía… Simplemente, no podía. Murmuraba palabras al azar, imperceptibles para el oído, intentando deshacer toda esa locura que se acumulaba en su interior.

    —Detente.- hizo una mueca. Sus piernas flojearon pidiéndole que se arrodillara, pero se mantuvo firme, donde estaba. Suplicar. Si eso es lo que había hecho. — Detente.- Una vez más, otra súplica, que no era escuchada.

    Se sentía invulnerable. Tenía que pensar rápido. Solo le quedaba una oportunidad, un amigo. Solo uno. Y de repente, instantáneamente, salió corriendo. Alargó la mano, todo lo que pudo, hasta los dedos le dolían. Le latía el corazón a mil. Solo una oportunidad más. Con todas sus fuerzas…

    Otra pompa se rompió en el cielo, formando un sonido dulce que apagó la ira que ahora se propagaba por el lugar. Desesperación. Era lo que se percibía. Simple y claramente.

    Y explotó, irremediantemente, explotó. Se tiró desplomado y descargó su ira contra el suelo, como si fuera el culpable de todo aquello. Soledad. Seguía pataleando sin obtener nada a cambio. Al contrario, se sentía peor que antes. Tristeza. Sus fuerzas iban desapareciendo y con ellas todo el enfado, la ira, las ganas de pegar, de matar… Empezó a llorar.

    Culpabilidad. Miedo. Arrepentimiento. “Soy un desastre…” Proclama interiormente una y otra vez lo que es suyo, pero nada ni nadie le responde. ¿De verdad se ha quedado solo?

    “Mierda”. “Soy un inútil”. Golpea su cabeza compulsivamente. Solo quiere desaparecer también, o simplemente morir. De todos modos ya no le importaba nada y esa idea de verdad se la estaba planteando tanto, que le estaba dando hasta miedo.

    ¿En qué estaba pensando? No podía rendirse. Simplemente, no podía. Tenían que estar en alguna parte y él, los encontraría, costase lo que costase. Aunque muriese. Aunque se quedara sin nada. Lo tenía decidido.

    Algo se movió a su lado llamando su atención. Era él. Aquel enorme hombre con vestimentas de oso. Frunció el ceño, echó el aire fuertemente y se giró. “Maldito”. Lo odiaba. A muerte. Con toda su alma. Esas ganas de devorar a alguien, acabar con él volvieron casi instantáneamente. Pero justo cuando iba a saltar a por él algo lo desconcertó.

    —Despídete.- murmuró aquella gran sombra. ¿Qué significaba eso? ¿Él también…? Volvía a estar paralizado y se maldecía, lo maldecía, una y otra vez. “Soy el único que queda” “Viene a por mí” Miedo de nuevo. Miedo de no poder verlos, de no poder tenerlos a su lado de nuevo.

    “Tengo miedo” vociferó de nuevo esa vocecilla en su interior, mientras una extraña mano se acercaba a gran velocidad. Una mano que en verdad acabaría con todo el sufrimiento, pero él la temía más que nada en el mundo. Una mano, que había hecho desaparecer a todos.

    No pudo evitar ahogar un extraño grito, agonizando, sufriendo, cuando aquella mano lo tocó. Pareció quebrarse durante unos instantes. Notó algo frío recorrer su espalda y desapareció. Todo. Su sufrimiento, su ira. Tan fácilmente…

    Ya no se podía percibir aquel corazón amarrado a su cuerpo, con tanta fuerza, que le hacía desesperarse. Ya no se veían lágrimas. Simplemente, ya no se veía nada.

    Una burbuja acababa de llegar al cielo, habiendo sido testiga de toda aquella escena. Testiga y consciente que su misma desaparición marcaría la de aquel muchacho que una vez intentó ayudar a sus amigos, pero la suerte, no se puso exactamente de su lago.

    Y lo hizo. Quebró, marcando el final. Gotitas parecidas a agua cayeron al suelo, refrescando el lugar. Quitando la tensión. Despejando. Alegrando. Terminando… Ese olor dulce por alguna extraña razón no lo parecía. Amargo… Sí, esa es la palabra. Aquella pompa era amarga.

    ¿Cuál es la razón? Muy simple. Durante su corta pero a la vez larga vida, durante el viaje que había hecho desde el suelo hasta el cielo.

    Durante todo ese tiempo, ella, había llorado.
     
  2.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Hola!
    Gracias por invitarme a tu nueva creación. Un relato corto donde ves claramente la desesperación, la culpabilidad, el miedo, el dolor del protagonista que va perdiendo a sus amigos, como si se tratase de burbujas. Me ha gustado mucho como has narrado los sentimientos del protagonista de una manera que es como si lo sintiera yo. El tu forma de narrar hay a veces matices poéticos, que me gustan mucho, por ejemplo la metáfora de las burbujas.

    En cuanto a los errores ortográficos no he visto ninguno, demasiado inmersa en la lectura para ver alguno.

    Ya sabes cuando escribas algo nuevo avísame. Porfiss!!

    Adiós!! =)
     
  3.  
    Eternatus

    Eternatus Fanático

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    Escritor
    Woah. Hoy, he de decir, te has superado, Susan. Realmente has hecho algo que merece la pena leer, releer una y otra vez. Has plasmado en menos de 1000 palabras la desesperación, la desolación y el horror, el dolor que siente Luffy al ver que sus nakamas le son arrebatados sin poder hacer nada a cambio. Me has impresionado, de verdad, si pudiera darle "me gusta" lo haría una y mil veces. Llevaba tiempo queriendo leer algo así.

    La narración es fluída y las palabras que usaste, el vocabulario que empleaste, exacto. La línea temporal que sigue es la adecuada, por cada nakama una burbuja y una grieta más en el corazón de Mugiwara, increíble. El sentimentalismo que lograste imprimar en el fic realmente me llegó y lo he disfrutado. La trama habla por sí sola, todo aquel que haya visto este episodio no se quedará indiferente ante esto.

    Has tenido algunos errores ortográficos, pero realmente has conseguido que no me fijase demasiado en eso. Y mira que es difícil.

    Han sido pocos, pero repetitivos. He visto que inventas un femenino para la palabra testigo, que no tiene. Es invariable. Testiga, no existe -por lo menos, no aún, la RAE todavía no la acepta como variante oficial.-


    Creo que te equivocaste de palabra, unos párrafos después. Creo que en vez de invulnerable, querrías decir vulnerable. O tal vez insensible, porque Luffy no podría sentir nada, inclive derrotado o derrumbado. Pero invulnerable es completamente distinto.

    Quitando esos y algunos errores más, un escrito sublime. Sigue así, mejorando y mejorando. :)
     

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