One-shot de Naruto - Cruda Realidad [Torneo]

Cruda Realidad [Torneo]​

Era algo verdaderamente increíble, no podía, no quería asimilarlo, pero, aunque los días pasaran, el dolor y la agonía eran cada vez más fuertes. Un hermoso mes de casados y algún desquiciado le había arrebatado lo que más amaba, a su esposa, al amor de su vida, con la cual había querido hacer una vida desde niños. Pero vaya que el destino podría ser cruel cuando se lo proponía, y estaba ahí, como todos los días, tirado en su cama, llorando en silencio sin moverse ni siquiera a comer. Su familia estaba angustiada; ya no era el mismo chico excesivamente egocéntrico.

—Otouto… —no se giró a ver, sabía que era su hermano, como todos los días, trayéndole algo de comer—, por favor tienes qué comer.

—No quiero… —respondió con voz débil y apagada, como sus ojos, negros y sin brillo.

—Sasuke, por favor, se que duele pero… debes superarlo.

—Tú no lo entiendes… —susurró con cierta molestia— ¡Tu no lo entiendes! ¡No lo entiendes porque Hana está viva y está contigo! —vociferó con una mirada fría pero a la vez muy triste.

Itachi dejó la bandeja de comida en el escritorio y salió de la habitación, recordaba los hechos recientes, todo desde hace un mes. Su hermano se veía más que feliz, se había casado con su amiga de la infancia y eso le alegraba, nunca se imaginó ver a su hermano sonreír de esa manera. Su cuñada era un amor, era una mujer hermosa de larga cabellera rosada y unos preciosos ojos jade, sencillamente bella a sus 23 años de edad; es cierto que tenía un carácter que iba muy contrariamente a su hermano, pero a la vez podía llegar a ser dulce y gentil; ¿cómo no adorar a esa chica?

—Ay, hermanito… —suspiró con pesar mirando la puerta de la habitación de la cual acababa de salir, no comprendía cómo había cavado todo así.

Y las cosas iban así, un día como cualquiera otro, su hermano se había ido a la empresa…

~Flash Back~

En un tranquilo día en la ciudad de Tokio, el menor de los azabaches se encaminaba a la empresa familiar, ahí trabajaba con la mayoría de su familia y era ese día en el que se le otorgaba, mejor dicho, la empresa pasaba a su nombre pues ya estaba casado y de esta manera la sociedad con los Haruno y los Hyuuga se completaría. El único requerimiento que faltaba ya estaba resuelto hace un mes: casarse con el amor de su vida pero también la heredera las empresas Haruno.

Habían sido criados desde pequeños y ambos eran conscientes de los porqué, mas aún así no fue hasta la adolescencia que notaron esa atracción mutua. Con el pasar de los años su relación pasó a ser más que formal hasta llegar al punto del compromiso y ya hace un mes casarse. Todos los Uchiha ya estaban conformes con que la empresa estaría en buenas manos y que de paso el menor de la familia era más que feliz.

Para Sasuke, todo marchaba más que bien ese día. Ya iba de regreso a casa en la noche, estaba ansioso, nunca creyó que aquel compromiso arreglado le hiciera feliz de esa manera pero…nunca se imaginó lo que le esperaría a llegar.

Primero que nada vio toda la casa oscura, eso le extrañó bastante, era consciente de que Sakura detestaba la oscuridad. Al entrar, quedó unos segundos en shock al ver varias lámparas rotas, la televisión y unos cuadros con fotografías que debían estar en la pared, estaban tirados en el suelo. Corrió al piso de arriba directamente a su habitación, un charco de sangre llegaba hasta la puerta, un nudo se formó en su garganta, el sudor helado recorría su espalda y su piel se erizó al ver el cuerpo inerte de la peli rosa en el suelo.

—No… esto es un sueño… esto es… una pesadilla… —el azabache cayó al suelo de rodillas aun con sus ojos idos, ensuciando sus rodillas con aquel líquido carmesí.

Miró sus manos, ahora manchadas de sangre, poco a poco se acercó a la que fue su esposa logrando divisar la cortada mortal en su cuello. Abrazó el cuerpo con fuerza y las lágrimas comenzaron a brotar de sus lúgubres ojos; no, eso tenía que ser una horrenda pesadilla y quería despertar ya pero... Tristemente… no lo era. Su amada Sakura estaba muerta, alguien había irrumpido en la casa y le había asesinado por razones que desconocía pero eso no pasaba por su mente en esos momentos, lo que pensaba era en que ella ya no estaba a su lado.

~End Flash Back~

Itachi suspiró pensando en que la policía no había descubierto nada aún, mas sí descubrieron signos de que la mujer fue torturada antes del “ataque final”. Se diagnosticó cloroformo en su cuerpo, había sido dormida primero eso no había duda; había pruebas de que estuvo amarrada y amordazada por marcas en sus muñecas, tenía quemaduras en mejillas y brazos, cortes en las piernas en fin, algo planificado.

¿Pero quién? Ese era el misterio, el asesino usaba guantes pues huellas no habían, no hubo rastros, nada que indicara con su paradero o identidad. Los vecinos declararon ver una auto negro, pero nadie pudo especificar más, como fue en la noche nadie andaba por las calles para llegar a ver al hombre que había salido del vehículo.

—¿Aun no descubren nada? —apareció una mujer castaña de ojos negros, ella también estaba preocupada por el estado de su cuñado y también rencorosa por lo que ocurrió con la esposa de este.

—Nada, no logran descubrir quién fue el… que la asesinó—el oji negro contuvo su ira, como quisiera saber quién fue ese maniático desquiciado que acabó con la felicidad de su hermano de una manera tan ruin y despiadada.

—Mamá… —una niña de cortos cabellos castaños pero unos ojos profundos como los del azabache, apareció mirando a sus padres con curiosidad y algo de preocupación—¿Tío Sasu comió?

—No, Ai-chan, pero comerá más tarde —respondió su padre tomándola en brazos y bajando a la sala, donde estaba casi toda la familia reunida… exactamente…. casi toda.

…


En una de las, ahora, oscuras oficinas de la prestigiosa empresa familiar Uchiha, un hombre bastante reconocido en la empresa, miraba su copa de vino con una curiosa sonrisa, sabía que en esos momentos la policía andaba como loca pensando y tratando de averiguar quién mató a Sakura Haruno y el porqué. Oh vaya que era divertido que esos ineptos trataran de descubrir algo que nunca lograrían saber.

—Quizás fuiste un poco cruel —comentó con una voz burlona a la persona frente a él, un muchacho vestido casi todo de negro, uno de su ojos era negro mientras que el otro era un morado metálico—, todavía siguen las investigaciones.

—Aún así no encontrarán nada, tío —contestó sencillamente el joven sin un ápice de sentimiento en su voz.

—Lo sé, por eso te encargué ésto a ti, sé que puedo confiar en ti, Obito —sonrió de manera triunfante—. Salud, por el nuevo dueño de Uchiha’s Corporation.

—Salud—sonrió con maldad el chico probando el vino de su copa—. El que Itachi renunciara desde un principio a la presidencia fue de bastante ayuda.

—Claramente, ya no puede retirar lo que dijo, por lo que la empresa pasa a ser mía—sonrió de lado bebiendo de su copa—, aunque siento algo de pena por Sasuke —sonrió con cierto sadismo—. Bueno, esa es la cruda realidad.

Ambos azabaches se miraron sonriendo de manera perversa, para Obito no fue problema el asesinar a la esposa de su primo, torturarla tanto física como psicológicamente, no había abusado de ella, no era estúpido, sabía que de esa manera podrían descubrirle, así que se conformó con torturarla nada más. Era increíble que solamente su tío fuera consciente de su trastorno de doble personalidad, trastorno que usó para su propio beneficio, jugar con la mente de Obito no era muy difícil, pero él era el único que lo sabía.

—Bueno anda a descansar, pequeño, mañana tendrás mucho trabajo —ordenó dándose la vuelta en su silla hacia el ventanal.

—Claro, nos vemo, tío Madara —y sin decir más el menor se retiró.

—Oh, Izuna, si supieras en lo que se ha convertido tu hijo—comentó con burla y falso dolor para sí mismo—, pero pude sacarle provecho. Y Fugaku, espero que entiendas que por tu culpa tu pequeño hijo ahora es infeliz.

Con una sádica sonrisa, miró el cielo oscuro desde el ventanal, realmente le importaba una mierda todo; para Madara no era problema sacar personas de su camino, con una pieza tan valiosa como lo era Obito el juego estaba acabado, había eliminado a su rival, a su hermano y a la esposa de su sobrino, para él no había problema en eliminar a Itachi y Sasuke si interferían, así era él, un ser verdaderamente cruel.

—Descansa en paz, Sakura-chan

¿FIN?


Vaya es lo mas tétrico que escrito hasta ahora .-., pues espero que les haya gustado, si no entendieron Fugaku e Izuna son hermanos de Madara y están muertos c: He de admitir que… no sentía nada, matar personajes es lo mío (?) Bueno espero me ayuden con un comentario para el torneo :’D se los agradecería de corazón. Sayo~