Historia larga Crónicas de una Maho Shoujo

Buenas, tras un capítulo serio traigo algo de acción y comedia de nuevo, repito, las historias se van autoconcluyendo solas pero todas tienen relación entre sí =), espero les guste <33



Historia 5: El mimo


Nuestras heroínas estaban combatiendo contra un oponente muy molesto, en sí no presentaba ninguna amenaza extrema para la ciudadanía, pero sí provocaba malestar en general, especialmente a los transportistas. Así como decía el título de esta historia, el enemigo era un mimo, un artista vestido de blanco y negro, carente de voz, colores o armonía. Sí, el opuesto definitivo del payaso.


—¿Y este sujeto de dónde salió? —cuestionó Magical Luz con cierta molestia.


—No lo sé, pero debemos detenerlo. —La mano zurda de Magical Fénix se llenó de fuego, posteriormente cargó contra el mimo y le lanzó un puñetazo directo al rostro. Por desgracia, su ataque no dio en el blanco, ya que una barrera invisible detuvo el impacto, el mimo simplemente movió sus manos hacia el frente, al hacerlo la pared empujó a Wendy siete metros hacia atrás —. No de nuevo, ¿es qué no podemos pasar su defensa? —Las chicas llevaban ya media hora combatiendo al mimo, éste solo contraatacaba, mantenía su distancia y creaba murallas transparentes que neutralizaban los ataques físicos y mágicos.


—Debemos romper esos muros invisibles. —Unas ramas salieron del suelo y golpearon la pared que levantó el mimo con sus poderes, sin embargo, tampoco fueron capaces de penetrar su defensa férrea. Las cosas no iban a permanecer igual para siempre, el mimo cambió su postura, ya no tenía las manos al frente, en vez de ello empezó a hacer la mímica de un lazo vaquero.


—¡Esto es malo! —Exclamó Wendy, la chica fue atrapada como si fuese una vaca, entonces sintió la presión del látigo invisible sobre su cuerpo —. Ah…—Magical Fénix soltó un grito ahogado, casi erótico de hecho, el mimo la levantó dos metros sobre el suelo y comenzó a estrujarla con una fuerza demoledora. Y no solo eso, los gemidos eróticos de Wendy tampoco ayudaban, Esmeralda llevó su mano diestra al rostro y también se ruborizó.


—¿Es necesario qué gimas tanto? —cuestionó nuestra heroína.


—¡No deberías ayudarme en vez de preguntarme eso! —Wendy no dejó de gemir, su cuerpo reaccionaba por sí solo, incapaz de mantener la cordura por mucho tiempo. El mimo no se detuvo ahí, con su otra mano libre lanzó un látigo invisible alrededor de Esmeralda, no obstante, la chica dio un salto hacia atrás para evadir el ataque.


—Rayos, necesito acercarme, pero mis ataques son bloqueados por la barrera y si me alejo demasiado no podré ayudar a Magical Fénix. —Esmeralda no sabía qué hacer, en su mente rondaba la misma pregunta repetidas veces: ¿Cómo vencer a un mimo?, fue ahí donde un foco se le prendió en la cabeza…


¡Hacerlo hablar!, ¡o provocarle algún sonido corporal!, después de todo, los mimos basaban su arte en la mímica, incluso un individuo sobrenatural se regía bajo los mismos principios. No obstante, la pregunta del millón apareció… ¿cómo romper el silencio de un mimo?


—¿Hola?, ¡Magical Luz!, ¡necesito ayuda! —Wendy fue agitada repetidas veces hasta que su rostro golpeó el suelo, por fortuna, el trancazo que se metió fue suficiente para liberarse y retomar un poco la distancia con su antagonista —. Gracias por tu ayuda —comentó sarcásticamente.


—Oye, estaba pensando en cómo ganar, aparte has conseguido liberarte sola.


—Da igual, ¿encontraste algo? —preguntó Magical Fénix, las dos chicas no despegaron sus ojos del mimo, simplemente retrocedieron un poco más hasta llegar al principio de la carretera. Como ya tenían tiempo luchando los civiles huyeron desde hace rato, facilitando así el espacio y magnitud de las técnicas.


—Aparte de tus gemidos raros encontré la manera de vencerlo, necesitamos que pierda su silencio. —El argumento de Esmeralda era obvio, si un mimo hacía ruido entonces dejaba de serlo, incluso el cerebro poco desarrollado de Wendy comprendió la analogía.


—Muy bien, ¿y cómo lo hacemos?


—Sigo pensando en ello, ¡aquí viene! —El silencioso enemigo cargó contra ellas haciendo la mímica de una espada, lo peor era que no sabían qué tipo de sable-espada estaba imitando, la longitud de la misma o si poseía propiedades sobrenaturales. En resumen, estaban con una severa desventaja.


Las dos chicas no poseían experiencia en combate con armas blancas, si ellas se quedaban dentro del rango de alcance los resultados podrían ser desastrosos, por ende, Esmeralda y Wendy retrocedieron más de la cuenta. Aún así, el mimo repitió su carga salvaje mientras blandía su arma invisible.


—¡Cuidado, Magical Fénix! —exclamó Esmeralda, el mimo apostó por la peleadora a corta distancia primero, debido a que no podía calcular la longitud del arma Wendy decidió atacar con un puñetazo llameante para medir las propiedades del sable enemigo. Lo que pasó fue sorprendente, ambos ataques chocaron al mismo tiempo y se repelieron.


—Mide noventa centímetros, creo que tiene forma curva. —Al primer contacto la chica supo identificar las medidas del artefacto, aún así no tuvo tiempo para seguir analizando, ya que su adversario continuo atacándola con puñaladas a su pecho. Esmeralda tomó un poco de distancia, al hacerlo liberó varias ramas del suelo en dirección a los tobillos del mimo.


Por desgracia, su antagonista retrocedió y utilizó el sable transparente como podadora automática, de hecho se veía bien chistoso moviendo su mano a gran velocidad para no dejarse atrapar. El combate se prolongaba y a los ciudadanos no les gustó nada, pues estaban tapando una de las vías más importantes de la ciudad.


—Nada funciona, este mimo es muy resistente.


—Al diablo, ¡oye, payaso negro! —Wendy llevó su mano diestra a su pecho y la otra detrás de su cabeza, mostrando una pose demasiado atrevida para esta historia —. ¿No quieres un besito? —susurró, pero el mimo la quedó viendo y no reaccionó.


—¿Qué demonios hacen? —Pablo Casanova apareció de la nada, el chico caminaba por la calle principal muy despreocupado con las manos en sus bolsillos, Esmeralda se avergonzó muchísimo y se puso muy colorada, por suerte, su vestimenta y cabello protegían su identidad.


—Eh, ciudadano, deberías alejarte, estamos peleando contra un oponente poderoso. —Magical Fénix se las ingenió para cambiar su voz forzadamente, Pablo no prestó mayor interés al asunto, de hecho, fijó su mirada en ambas chicas y en el mimo.


¿Pero qué rayos pasaba?, pensó él.


Casanova solo quería comer hamburguesas en un restaurante local, este embrollo le tapaba el camino y por ende, retrasaba sus planes. Aparte, ver a dos chicas vestidas de una manera tan sugerente y a un mimo con cara de pocos amigos ciertamente le dio un giro absurdo a los acontecimientos.


—No, en serio… ¿Por qué hay dos cosplayers y un mimo? —cuestionó Casanova sacado de contexto.


El escenario que tenía frente a él era totalmente surrealista, de no ser porque se moría de hambre el muchacho habría abandonado la escena inmediatamente. Su estómago gruñía y ese mimo era el causante de tanto desorden.


—Somos chicas mágicas, protegemos la ciudad de monstruos como él. —Esmeralda cambió su voz, pero a diferencia de Wendy se escuchaba toda gangosa y falsa, Magical Fénix soltó una carcajada disfrazada, ¡su voz parecía de gato estrangulado!


—Oye, ¿estás bien?, parece que tienes un insecto atorado en la garganta. —Pablo vio a Magical Luz con una gota detrás de su cabeza al estilo anime, aún así, Esmeralda asintió evitando hablar —. Si tú lo dices…


—De todos modos, quédate atrás de nosotras, necesitamos hacer que el mimo hable para que pierda sus poderes y así ganar. —Ambas chicas mágicas retomaron su postura de batalla, no obstante, Pablo Casanova caminó hacia una maceta que yacía en un puesto de adornos, el cómo apareció ahí resultaba irrelevante, (que hueva contar) en fin, el chico metió su mano diestra y sacó un puño de tierra, en seguida regresó a su posición inicial.


—Tengo hambre. —Al decir eso el pelirrojo sopló, de inmediato una pequeña nube de polvo se dirigió hacia el mimo, éste no le prestó importancia y preparó su siguiente ataque… ¡Grave error!, cuando respiró todo el polvo soltó un estornudo y por consecuente habló, perdiendo sus poderes temporalmente.


—¡Ahora! —exclamaron nuestras heroínas, Esmeralda lanzó un rayo verde directamente de sus manos, Wendy hizo lo propio con una patada. Al haber perdido su silencio el mimo era incapaz de bloquear o esquivar, sus habilidades físicas no le daban para evadir ambos golpes. El rayo lo golpeó en el pecho y la patada de lado acabó por tirarlo al suelo con una costilla rota.


—¡Eso fue impresionante, ciudadano! —exclamó Wendy con una voz falsa, el chico sonrió sin mayor emoción.


—Solo hice lo que haría cualquier ciudadano con hambre y sentido común, bueno, suerte con su ronda de cosplay. —Pablo Casanova continuó su camino, dejando a las dos chicas lidiando con el criminal derrotado, Esmeralda quería agradecerle su ayuda también, pero el tono de su voz gangoso no le daba una buena presentación y si hablaba normalmente sería descubierta en el acto.


—¿Por qué no se nos ocurrió antes? —cuestionó Esmeralda ya más tranquila.


—Ni idea, fue una suerte que Pablo pasara por aquí, ¡por poco te descubren!, deberías tomar clases de doblaje conmigo, soy muy buena para cambiar mi voz. —Wendy tampoco era la gran cosa, simplemente podía alterar su tonalidad para hacerla ligeramente más grave, un truco sencillo para los que apenas iniciaban en el arte del doblaje.


—Uh, ya no me lo recuerdes…


Y así la amenaza del mimo llegó a su fin.

Fin

Ahora lo siguiente.
¿Qué les pareció la mini historia? xD
¿Quieren ver más peleas fantásticas light, escenas de escuela o ecchi en el siguiente cap?, como ando de humor tomaré en cuenta los comentarios a ver que gustan ver. Si un capítulo serio o uno cómico xD

 

Hola, acá les traigo la siguiente mini historia <33 espero les guste :3 tiene un poco de todo =)



Historia 6: Una obra entretenida

El festival escolar se acercaba día tras día y la clase de Esmeralda se apresuró en realizar los detalles finales de la escenografía, todos colaboraban con mucho entusiasmo, salvo Pablo Casanova, quien se ocupaba de los desperdicios y basuras utilizados durante los trabajos manuales. El muchacho era realmente torpe para las cosas creativas, por ende, lo dejaron relegado al servicio de mantenimiento trasero.

Esmeralda y Wendy por otro lado sí obtuvieron papeles, la obra se titulaba: Corazón de patria, un título original escrito por uno de los estudiantes del curso pasado, la historia narraba las aventuras de un joven miembro del ejército insurgente de Miguel Hidalgo y su historia de amor con una campesina que encontró a medio camino de la batalla. Esmeralda obtuvo el papel de una honorable miembro del senado burgués, Wendy por otro lado tuvo que ponerse peluca y actuar como miembro de la servidumbre.

Como el cabello natural de Wendy era rubio se veía bien chistosa con cabello falso en su cabeza, aparte, se puso unos vestidos tradicionales que no le quedaban nada bien. Como era muy flaca el atuendo le quedó holgado, parecía una muñeca de trapo sin lavar, de haber puesto a Esmeralda quizá se habría visto mejor por la estructura de su cuerpo. Pero no, a ella a fuerzas la querían en un vestido europeo.

Bueno, en realidad era un vestido de quince años aumentado para que cupiese en el cuerpo de Esmeralda, ya que su delantera sin la ropa holgada realmente se daba a conocer. Los chicos de la clase no sabían que Esmeraldita estuviese tan… ¡En fin!

Durante varios días los ensayos estuvieron llenos de sonrisas y bromas, el ambiente alegró mucho a Esmeralda, pues ninguno se quejó de la actividad que estaban realizando. Rance tenía razón, a veces un poco de orden autoritario podría ser la solución para tantos problemas de opinión.

Esmeralda tuvo algunos problemas con sus líneas al principio, pero tras revisar el guión repetidas veces se le quedó, Wendy por otro lado batalló un poco al cambiar su voz por un tono más “indígena” y nativo de la región, ya que poseía una manera de hablar bastante golpeada.

—¿Cómo demonios pueden hablar así? —Se quejó Wendy con las mejillas infladas de molestia.

—No digas eso, seguro te saldrá bien para el día de la obra, cada vez falta menos. —Esmeralda apoyó a su amiga con unas palmaditas en la espalda, la joven rubia elevó su mirada al cielo y levantó su mano diestra.

—¡Claro que sí!, a darlo todo.

El ensayo final terminó con todo el grupo sonriendo, era un ambiente jovial repleto de emociones positivas. Wendy dio saltitos como loca por todo el escenario, en verdad lucía feliz, ¡había ensayado todo el mes!, Esmeralda también compartía esa dicha.

No necesitaba ser Magical Luz para poder disfrutar la obra de teatro, por primera vez en mucho tiempo Esmeralda sintió que podía lograr algo sin sus poderes, una presentación inocente ante sus compañeros de escuela. No era la hazaña del siglo, pero sí le dio un pequeño aumento de confianza.

Quizá la única persona en no gozar esa gran experiencia era Pablo Casanova, el pelirrojo era el último en llegar y el primero en irse, siempre solo, detrás del escenario moviendo las persianas de mala gana, sus ojos verdes y carentes de emociones realmente daban mucho que desear.

Esmeralda sabía que no podía hacer nada por él, lo intentó durante muchos meses al invitarlo a las reuniones escolares o los eventos multitudinarios junto a los demás compañeros. Por desgracia nada cambió, Pablo no tenía buena relación con su clase, era un caso diferente, la oveja negra del salón.

—¿Por qué Pablo no va a actuar? —cuestionó Wendy, la chica todavía no conocía bien al pelirrojo, por ende, le pareció extraño que él fuese el único en no actuar.

—A Pablo no le gusta socializar mucho —respondió nuestra heroína.

—Tonterías, seguramente es tu imaginación. —Wendy desobedeció a Esmeralda, la chica se acercó a Casanova con una sonrisa de oreja-oreja —.Oye, Pablito, ¿por qué no te unes a los ensayos? —preguntó la rubia con gran alegría.

—¿Eh?, ¿me hablas a mí? —susurró el muchacho, Pablo yacía acostado sobre unas cajas viejas detrás del escenario.

—¿A quién más le hablaría?, ¿a las cajas? —bromeó.

—Muy graciosa, pero no, seguramente arruinaré la obra escolar si me aparezco por ahí, de hecho ya hice los preparativos detrás del escenario, es cuestión de que el profesor eleve el telón y lo baje, no es necesario que venga mañana. —Pablo hizo lo correcto, al mover todas las cajas, escenografías y demás cumplió con su deber, no tenía ninguna obligación de llegar al día siguiente, ya que el encargado de limpiar era otro estudiante.

—¿Eh?, ¿no vendrás a ver la obra? —Esmeralda sintió como un montón de lágrimas se le acumularon en la garganta, aún así trató de controlarse.

—Claro que no, ¿para qué venir si la voy a pasar mal?, no estoy interesado en eso, además, el grupo se ha esforzado mucho en sacar la obra, los he escuchado ensayar y han puesto mucho empeño. Mi presencia solo dañará la armonía. —Pablo Casanova tenía razón, lo más sensato e ideal sería que él faltase a la presentación, ya que un elemento en discordia con la mayoría ponía en riesgo el éxito del espectáculo.

—Puras tonterías, ¡vas a venir! —exclamó Wendy mientras lo tomaba de un brazo —. Somos un grupo, no hay nadie que deba quedarse fuera.

—¡Es verdad! —Esmeralda sintió que Wendy le ganaba la carrera, por ende tomó del otro brazo a Casanova, el pelirrojo suspiró y luego mostró una sonrisa amable.

—En verdad son unas chicas muy amables, me alegra que se preocupen por mí, siendo sincero pocas personas me han dicho estas palabras. Pero no soy egoísta, sé que ustedes esperan divertirse mucho en el festival y durante la obra, olvídense de mí y pasen una linda experiencia junto a los demás, después de todo ellos no tienen la culpa, soy yo quien se ganó esta mala fama, ustedes no tienen porqué pagar por mi irresponsabilidad. —Wendy soltó el brazo de Pablo, Esmeralda hizo lo mismo, las palabras del chico eran sinceras y honestas, en verdad no deseaba asistir a la obra. Ambas se dieron cuenta de que el pobre pelirrojo estaba roto por dentro, incapaz de poder socializar y llevar una vida normal.

—Aún así, es demasiado cruel…—Esmeralda negó varias veces con su cabeza, cuando ella se transformaba en Magical Luz tenía la confianza de salvar a las personas con su sonrisa y energía, pero sin el traje ni sus poderes volvía a sentirse impotente, ¿por qué no podía salvar a su amigo de la soledad?, ese pensamiento invadió la mente de nuestra heroína.

—¿Por qué eres así, Pablo?, debe haber algo que podamos hacer para ayudarte. —Wendy insistió también, era la primera vez que hablaban con él de ese modo, ya que Casanova casi nunca comentaba nada sobre sí mismo.

—No encajo en este lugar, así de simple. Ya les dije que no se preocupen. —Casanova acarició las cabecitas de ambas al mismo tiempo, en seguida les volvió a mostrar una sonrisa sincera —. Háganme un favor y diviértanse en el festival escolar, ¿vale?

—Ok…—Respondieron las dos al mismo tiempo con un ligero rubor sobre sus mejillas, Pablo se retiró del lugar mientras las dos chicas se quedaron un poco anonadas por sus palabras. Al final, ninguna fue capaz de convencer al pelirrojo de llegar al evento.

Las horas transcurrieron con normalidad, no apareció ningún monstruo ni ser malvado durante los ensayos, de hecho, Esmeralda se sintió aliviada de no tener que lidiar con criaturas mágicas por un buen rato. De todas formas, Esmeralda y Wendy dedicaron un poco de tiempo a la práctica de sus habilidades, después de todo no querían oxidarse en el arte del combate, sus reuniones sin embargo dejaban mucho que desear.

A veces solo entrenaban cuarenta minutos y el resto de la tarde se la pasaban comiendo golosinas o viendo películas, aunque tampoco estaba mal hacerlo de ese modo, aún eran estudiantes y no tenían ninguna obligación de combatir al mal. El mero hecho de luchar contra los monstruos y hechiceros malvados sin recibir paga ni entrenamiento formal era una hazaña digna de ser contada.

El día de la obra finalmente llegó, todos los estudiantes estaban muy entusiasmados, se habían esforzado mucho para el espectáculo y tenían que responder a las expectativas personales de cada uno. Esmeralda se colocó su traje de burguesa y luego caminó hacia la parte trasera del escenario.

—¿Ya estás listas, Wendy? —cuestionó Esmeralda bastante ansiosa.

—Claro que sí, ¡la gente amará mis chistes de campesinos!, también los lectores por supuesto.

—Wendy, habíamos dicho que no romperíamos la cuarta pared.

—Da igual, ¡vamos a darlo todo en la obra! —exclamó Wendy.

Justo como Pablo Casanova predijo el ambiente fue fantástico, Esmeralda sintió como la armonía de sus compañeros trabajó en conjunto con la presentación, Wendy hizo reír a toda la audiencia con sus voces atoradas y chuscas, por otra parte, los protagonistas principales engancharon al público gracias a su sincronización perfecta, producto de horas repletas de práctica incesante.

La escena de Esmeralda fue muy buena también, algunos espectadores masculinos chiflaron y le hicieron un show medio escandaloso al verla con ese atuendo tan elegante. En resumen, la obra salió perfecta.

—¡Muchas gracias a todos! —exclamaron todos los compañeros de Esmeralda.

—¡Mis chistes fueron la mejor parte! —Wendy no podía creerlo, ¡sus estúpidas bromas en verdad hicieron reír a la gente!, la actuación fue tan buena que la audiencia pasó por alto las tonterías que la rubia sacó de su boca.

“Había una vez un osito que se subió a un árbol, luego se cayó y se pegó, ¿les causó gracia? *NO*, pues al osito tampoco”

Aquel chiste era un ejemplo de los muchos que soltó Wendy durante la presentación, realmente eran malísimos, pero como la historia tenía momentos de tensión y drama las bromas relajaban el ambiente.

—Vamos a tomarnos una fotografía para el recuerdo —comentó el jefe de grupo, todos asintieron realmente entusiasmados, pues querían guardar en sus memorias el recuerdo de haberse esforzado mucho. Esmeralda se acomodó a lado de su mejor amiga, ambas mostraron su mejor sonrisa hacia la cámara y esperaron a que el fotógrafo grabase el recuerdo con su obturador.

—¿Son todos los del grupo? —preguntó el fotógrafo.

—Sí, ya no hace falta nadie —respondió el jefe de grupo, en sí no estaba equivocado, todos los miembros que participaron en la obra posaban en dicha foto, pero aún faltaba un compañero de clases más: Pablo Casanova, el pelirrojo no llegó a ver la presentación como él dijo. Esmeralda tenía la esperanza de que él apareciese de la nada como en un manga shoujo, pero la realidad no era tan conveniente.

Aún así, la ausencia de Pablo era lo mejor, ya que no había discusiones ni peleas que desbalancearan el orden del grupo, por más que Esmeralda quería justificar su comportamiento las pruebas estaban en su contra: Casanova era una mala persona, alguien indeseable que solamente causaba problemas a los demás, un ser carente de significado a los ojos de sus compañeros.

“Pablo tenía razón” pensó nuestra protagonista.

—¿Debemos aceptar esto? —susurró Esmeralda, Wendy por otro lado estaba tomándose selfies con todos que apenas prestó atención a las palabras de su amiga. Se veía feliz, por un momento se olvidó de su deber como heroína y disfrutó su vida escolar como cualquier chica normal.

—¡Esmeralda!, ven a tomarte fotos con nosotras, que ya nos vamos a quitar el maquillaje.

—Voy —contestó ella sin muchas ganas, en su interior yacía una interrogante que la tenía confundida… ¿Era correcto divertirse mientras su amigo se encontraba solo en casa?, sin padres ni hermanos que le hagan compañía —. Yo, yo…

—Pablo dijo que nos divirtiéramos, ¿no es así? —Wendy podía ser tonta pero no insensible, ella rápidamente dedujo los procesos mentales de su amiga y de inmediato comenzó a susurrarle al oído —. No podemos obligarlo a formar parte del grupo, si él quiere estar por su cuenta es su decisión, nosotras como amigas debemos apoyarlo, así que no te sientas culpable y diviértete.

—Es que me siento tan mal de divertirme y dejarlo sufrir... —contestó Esmeralda en voz baja también.

—¿Y quién dice qué sufre?, él estaba sonriendo, simplemente es feliz de esa manera, después de todo, cada quien tiene su concepto de felicidad, ahora deja de andarte lamentando y ven a tomarte fotos con nosotras.

Esmeralda no respondió, simplemente accedió a la petición de su querida amiga, al final pasaron toda la tarde-noche festejando dentro de la escuela. Quizá Wendy tenía razón, a lo mejor Pablo Casanova era feliz de esa manera, estando alejado de todos, viviendo su propio mundo sin molestar a los demás, una forma diferente y extraña de encontrar la felicidad.

A fin de cuentas…

No puedes salvar a alguien que no se encuentra en peligro…

FIN

¿Qué les pareció la historia de hoy? =)

¿Qué escena les gustó más?

¿Y qué esperan ver en la siguiente mini historia? :33

 

Saludos, acá tengo una nueva historia =) espero les guste :3



Historia 7: El chico popular y los recuerdos borrosos

Era un día normal en la escuela de nuestras heroínas, el sol brillaba a toda su capacidad y los alumnos yacían tomando notas. Esmeralda como buena estudiante siempre mantenía un orden estricto con los apuntes, pues no quería tener problemas durante las horas de estudio. Por otro lado, su mejor amiga se recostó en el escritorio y durmió como toda una princesa.

—Wendy, no deberías dormir —comentó Esmeralda.

—Es que me da una pereza horrible, ¿podrías anotar todo y pasármelo después? —preguntó la chica.

—Bueno, pero no te acostumbres o la pasarás mal cuando yo no esté.

Las clases continuaron con normalidad hasta las diez de la mañana, el horario marcaba una hora libre para comer, salir al baño, caminar o repasar los apuntes matutinos. Wendy de inmediato se levantó como una bala, dejando a su amiga totalmente anonada.

—¿No te estabas muriendo de sueño? —Esmeralda cruzó sus brazos y miró a la rubia con cierta molestia, Wendy le sacó la lengua y sonrió.

—Sí, pero mis energías regresan cuando las clases terminan, ¿no es genial?

—En verdad no tienes remedio. —Nuestra heroína principal suspiró, posteriormente ambas salieron del aula en dirección a la tiendita más pequeña de la escuela. A medio camino vieron a un grupo de chicos caminando en dirección contraria a la suya, eran seis personas en total y en medio de ellos había un joven que resaltaba entre los demás. Tenía el cabello plateado, ojos marrón claro y piel blanca, de inmediato se notaba que no era mexicano.

—Mira, Esmeralda, es el estudiante de intercambio de la otra clase. —Wendy señaló al muchacho sin mayor interés, el joven sonreía y platicaba con sus compañeros de clase, todo un modelo a seguir en lo que se refería a vida escolar.

—Creo que se llama Yamamoto Ryo, viene de Japón. —Un estudiante de intercambio siempre era novedad, sus costumbres extranjeras e historias del otro continente atraían la atención de los curiosos. Pero Ryo era diferente, la gente no se acercaba a él por el simple hecho de ser extranjero, sino todo lo contrario, los rumores acerca de su persona siempre eran positivos, lejos de escándalos y peleas.

Definitivamente era un chico perfecto, bueno en los deportes, decente en los estudios, amigable y repleto de buenos rasgos. Esmeralda soltó un suspiro pesado cuando pasaron a lado de ellos, la gente popular le provocaba curiosidad, ¿cómo le hacían ellos para llevarse bien con todo mundo?

—Supongo que existe gente así. —Wendy concluyó el tema de conversación, en seguida retornaron a sus asuntos principales: ¡Comprar comida!, las chicas se dieron un festín en la tiendita, sobre todo con las conchas de chocolate que tanto le gustaban a Esmeralda. Wendy comió un poquito menos, de hecho no despegó los ojos de su amiga.

—Eh, ¡comes como cerda! —exclamó Wendy.

—N-No me mires, tengo pena de que la gente me vea mientras como. —La chica se sonrojó un poco, aún así dicha reacción solo provocó más a Wendy.

—Al menos sientes vergüenza, estás comiendo como si no hubiese un mañana, aparte ni siquiera te limpias bien. —Nuestra heroína poseía un apetito voraz, de hecho a veces olvidaba los modales en la mesa y comía con las manos todo tipo de alimentos. Las conchitas que ingirió dejaron muchas boronas que ensuciaron su uniforme, también tenía las mejillas cubiertas de chocolate, se veía bastante graciosa —. ¡Ahora! —Y cuando Esmeralda se descuidó su amiga le tomó una fotografía con el celular.

—Wendy, ¡borra la foto!, me veo como una glotona… —susurró Esmeralda con el rostro totalmente colorado.

—Ay, te ves muy linda cuando sientes pena, definitivamente a Pablo le gustará esta fotografía tuya.

—No se la muestres, seguro pensará que soy una chica rara. —Esmeralda trató de quitarle el teléfono a Wendy, no obstante, su amiga fácilmente dio un salto en reversa y evadió sus agarres. Los siguientes minutos estuvieron correteándose como locas, hasta que la hora terminó y ambas volvieron a clase.

Como dato extra, Esmeralda no pudo atrapar a Wendy, en fin.

Los siguientes periodos de clases fueron más aburridos que una tortuga caminando hacia el océano, Esmeralda volvió a tomar nota de todo lo que salía de la boca del profesor, Wendy en cambio se largó al reino de los sueños, en especial durante la clase de matemáticas. En resumen, fue un día pesado, al menos hasta el periodo de las dos en punto, para ese instante los miembros del salón ya deseaban irse a casa, por desgracia faltaban dos módulos más.

—Ya no soporto más esto, ¿por qué salimos tan tarde hoy? —Wendy parecía un zombi, su voz entrecortada y mirada desubicada le daban un aspecto terrible.

—Porque los viernes no tenemos clases, sin embargo, los horarios del resto de la semana son un infierno. Aparte, ¿por qué te quejas?, has estado durmiendo todo el día.

—Me canso de dormir. —Wendy se dio un golpecito en la cabeza mientras sacaba la lengua —. Solo bromeaba.

Y de repente las dos chicas sintieron un ligero temblor en sus rodillas, de inmediato se pusieron de pie mientras voltearon a su alrededor. Alguien había realizado un hechizo, esa cosquilleo no fue normal, hasta un novato en hechicería podría distinguirlo, aún así, sus compañeros no sintieron nada, continuaron realizando sus actividades diarias sin ningún tipo de problema.

—¿Sentiste eso? —cuestionó Esmeralda.

—Alguien ha realizado un hechizo en la escuela, pero es de un nivel tan bajo que a nosotras no nos ha afectado. —Wendy explicó la situación de inmediato, ese cosquilleo fue seguramente la energía mágica que rebotó al ser incapaz de surtir efecto en ellas. Esmeralda volteó su vista alrededor del aula, por desgracia no pudo encontrar al culpable dentro de clases.

—Creo que tengo una idea vaga de lo que está pasando, alguien soltó un hechizo a gran escala dentro de la escuela, pero la persona que realizó esto es muy novata en hechicería, pues no ha ocultado su fuente principal y no poseía mucha potencia. Debemos investigar para atrapar al culpable. —Los argumentos de Esmeralda tenían sentido, en teoría, un hechicero normal ocultaba siempre las fuentes de energía que usó para realizar su conjuro, ya que no era recomendable dejar rastros de la técnica. Sin embargo, la persona que realizó el hechizo de campo ni siquiera estaba consciente de este dato.

¿Acaso había un hechicero amateur en la escuela?

Las chicas salieron a los pasillos para analizar las consecuencias del ataque global, por fortuna no vieron a ningún monstruo, los estudiantes no se veían afectados a primera vista, pues seguían realizando sus actividades cotidianas. Al parecer nadie notó la barrera mágica que se levantó por todo el campus, aún así, ésta era tan pequeña que apenas podía hacer efecto.

—¿Qué está pasando? —cuestionó Esmeralda.

—Ni idea, pero nos estamos volando la clase, ¡me siento como una chica mala! —exclamó Wendy repleta de emoción, en vez de preocuparse comenzó a dar saltitos en su mismo lugar.

—Ya ni me lo recuerdes, hacemos esto por la seguridad de nuestra escuela. —Nuestras heroínas recorrieron todos los pasillos, salones y bodegas en búsqueda de las consecuencias del hechizo, al principio pensaron en localizar al hechicero causante de la distorsión, pero llegaron a la conclusión de que era un principiante y por ende redoblaron esfuerzos en romper el hechizo.

Pasaron veinte minutos de intensa búsqueda, no obstante, solo Esmeralda lo hacía seriamente, Wendy en cambio nada más se la pasaba saludando a medio mundo y desviando su mirada hacia las ventanas o algún objeto irrelevante. No era culpa suya ser así, después de todo, Wendy era una guerrera, no una rastreadora. Su habilidad para detectar los campos de energía ajenos era casi nula, en cambio Esmeralda poseía un entrenamiento mayor en dicha materia.

—No encontramos ningún resultado, ¿no deberíamos patearle el trasero al responsable y volver a clase? —comentó Wendy, posteriormente soltó un bostezo repleto de flojera.

—Hagamos un último intento, sabes que lo primordial es la seguridad de los civiles. —Esmeralda se estaba comportando como Magical Luz, a pesar de no estar transformada el mero hecho de lidiar con cosas mágicas alteraba por completo su forma de ser —. Un momento, mira eso. —Las chicas vieron a Ryo hablando con un grupo de estudiantes otra vez, pero la situación fue diferente, estaban discutiendo y todos parecían estar en contra de Ryo.

El joven de cabellos plateados se dio la vuelta muy molesto, y pasó a lado de las chicas, algo en su mirada no estaba bien, no eran los mismos orbes que apreciaron hace rato. Incluso la torpe Wendy notó el cambio, por ende decidieron seguirlo hasta que él mismo se detuvo.

—¿Qué quieren?, ¿vienen a reclamarme? —cuestionó.

—No, ¿podrías decirnos qué ocurre? —Esmeralda tenía una ligera sospecha de lo que ocurría, aún así, dejó que Ryo contase su situación.

—No pierdo nada con decirles, podrá parecer una locura, pero de repente comencé a tener recuerdos que no deberían estar ahí. Es decir, me veo a mí mismo golpeando gente o haciendo cosas malas, ¡pero yo no hice nada de eso!, no recuerdo haberlo hecho, a pesar de eso las personas creen que sí cometí los crímenes y me están juzgando mal. Toda la escuela me odia. —Ryo perdió su calma habitual, él no solía actuar de ese modo, incluso en las situaciones más complicadas mantenía su compostura. Verlo desesperarse de esa forma confirmó las sospechas de nuestra heroína.

—Tranquilo, te creo. —Esmeralda llevó su mano diestra a la barbilla, como se encontraba en servicio no tuvo ninguna pena al hablar, sin embargo mantuvo el tono inocente de su voz.

—Yo también, esto es obra de un hechicero —complementó Wendy.

—¿Hechicero?, ¿es una especie de broma? —Ryo no creyó la afirmación, él nunca había visto un hecho sobrenatural, por lo tanto era comprensible que reaccionase de esa forma —. Esas cosas no existen.

—¿Cómo explicas qué tengas recuerdos falsos?, yo sé lo que pasó, alguien utilizó un hechizo masivo para alterar los recuerdos de todos, pero es tan débil que tu consciencia no aceptó esas imágenes. De haber sido un hechicero profesional ni siquiera te habrías dado cuenta de este cambio. —La explicación de Esmeralda dejó perplejo a Ryo, el chico en verdad creyó lo que decía porque todo tenía sentido, ¿cómo llegaron esos recuerdos a su mente?, ¿por qué su cerebro seguía rechazando las vivencias falsas?, cada palabra dicha por la joven de cabellos negros encajó perfectamente con la situación de Ryo.

—¡Bien hecho, Esmeralda! —Wendy no entendió una papa de lo que dijo, pero para verse inteligente asintió y abrazó a su amiga —. Eres muy lista.

—Gracias —respondió Esmeralda muy avergonzada por el cumplido.

—No tienes motivo para mentir, ¿pero qué son ustedes dos? —volvió a cuestionar Ryo, el chico estaba repleto de preguntas que nuestras heroínas necesitaban responder para poder ayudarlo.

—Somos heroínas, protegemos la ciudad de los chicos malos —respondió Wendy muy orgullosa, el joven soltó un suspiro de resignación, de inmediato fue recuperando su calma habitual pues no quería estar alterado todo el día.

—Bueno, ya que no puedo negar lo que me está pasando debo preguntarles, ¿ustedes me ayudarán?, no creo que sea saludable vivir con los recuerdos revueltos.

—Claro que te ayudaremos, es nuestro trabajo proteger a los inocentes —contestó Esmeralda —. Pongámonos en marcha.

Los tres jóvenes deambularon por la escuela en búsqueda del culpable, Ryo trató de ignorar a los estudiantes que lo insultaban o ignoraban, para él este tipo de comportamiento era nuevo. Siempre había sido un ídolo escolar, alguien repleto de amigos y dispuesto a vivir su vida al máximo, tener que lidiar con amenazas a cada momento le resultó un poco doloroso.

No obstante, Ryo no devolvió los insultos, en vez de ello les sonreía de vuelta y mantenía la calma, como ya conocía las razones de su martirio no había motivo para enojarse con los demás.

—Tienes mucha paciencia, de estar en tu lugar ya me habría puesto a llorar. —Esmeralda reconoció la fortaleza del muchacho, Ryo solo le devolvió la mirada con una sonrisa.

—Es porque ellos no tienen la culpa, cuando encontremos al culpable todo volverá a la normalidad, aparte, ¿para qué crear nuevos recuerdos malos?, si por alguna desgracia no podemos revertir el efecto siempre puedo retomar su amistad y formar memorias felices en el futuro. —El discurso de Ryo fue profundo, tanto que dejó a nuestras heroínas muy impresionadas por su madurez, a diferencia de Pablo Casanova que se distanció de todos y usó la fuerza como defensa, Ryo utilizó la tercera vía: nunca rendirse.

Fue ahí cuando Esmeralda concluyó una verdad definitiva: Ryo Yamamoto era el opuesto perfecto a Pablo Casanova, si los dos se llegasen a encontrar probablemente todo acabaría mal.

—Esa es una idea muy positiva —argumentó Wendy.

—En efecto, por cierto no me he presentado, soy Ryo Yamamoto, ¿y ustedes?

—Esmeralda de la Luz.

—Wendy.

No hubo mucha conversación después del comentario, Esmeralda finalmente detectó la distorsión en los campos energéticos que causó el hechizo, posteriormente se dirigieron a un salón abandonado en el último piso del instituto.

—¿Es aquí? —Ryo no vio nada fuera de lo normal, el pasillo estaba sin gente por la hora, tampoco visualizó sellos mágicos bizarros o ceremonias gigantes como en las películas. Esmeralda por otro lado tocó la puerta con su mano diestra.

—Hay una barrera en esta puerta, pero no tendré problemas en quitarla. —La muñeca de Esmeralda soltó un ligero resplandor verde, Wendy se colocó a su lado muy impaciente, pues ya deseaba irse a casa, Ryo en cambio no despegó sus ojos de la perilla —. Listo. —Y sin más demora la puerta se abrió, dentro del salón habían muchas cajas tiradas, probablemente el salón servía como almacén y no para dar clases.

En la esquina izquierda observaron a una joven estudiante acurrucada, poseía un tablero mágico con un pentagrama dibujado en el centro, su expresión se congeló cuando los tres entraron a la habitación. Era una chica muy fea físicamente hablando, poseía lentes gruesos, una complexión muy delgada que la hacía parecer una momia con falda, su piel pálida, dientes chuecos, ojos repletos de orejeras y labios morados le daban un aspecto terrible.

—¿Cómo abrieron la puerta?, había puesto un selló mágico. —La voz de esa joven se llenó de pánico, definitivamente no esperaba ser descubierta tan pronto.

—¿Tú fuiste quién lanzó el hechizo de los recuerdos falsos? —interrogó Wendy, mientras ella hacía la pregunta Esmeralda cerró la puerta y reactivó el sello mágico para evitar que entrasen testigos a la escena.

—Sí, he sido yo la que ha hecho esto, ¡ahora qué lo saben no podrán salir! —Del tablero salió una estrella dorada, Wendy ni se inmutó ante la amenaza del enemigo, ya que no era rival para ella, Esmeralda decidió no hacer nada, simplemente se cruzó de brazos mientras veía con cierta tristeza a la hechicera de mentiras.

—¿Qué harás con eso?, ¿decorar un árbol de navidad? —Wendy soltó una carcajada burlona, la joven lanzó su arma contra ella, sin embargo no tuvo mayor efecto, pues el objeto mágico ardió en llamas a pocos centímetros de Wendy —. Te vamos a dar una paliza ahora, lo siento, pero las chicas mágicas deben castigar a los malos.

—No quiero recurrir a esto, pero involucraste a gente inocente, debemos detenerte ahora mismo. Ryo, por favor no vayas a decir nada de esto. —Esmeralda rápidamente se transformó en Magical Luz, su cabello negro pasó a ser rubio y el de Wendy a rojo. Sus atuendos reveladores hicieron a Ryo soltar un suspiro de aburrimiento.

—¿Esto es en serio?, ¿son cosplayers mágicas? —cuestionó el muchacho.

—¡Claro que no!, somos chicas mágicas de verdad, ¿acaso no ves nuestros poderes? —bufó Wendy, el muchacho se cruzó de brazos y negó repetidas veces con la cabeza.

—En serio, esto se ve mal por donde quiera que lo veas.

—Da igual, ¡vamos a partirle su mandarina! —Magical Fénix ya se alistaba para atacar, la joven hechicera no tenía como defenderse, de hecho sus técnicas no le harían cosquillas a nuestras heroínas, por ende Ryo rápidamente tomó de los hombros a sus dos acompañantes.

—Esperen, no creo que la violencia resuelva este caso, ¿podrían dejarme hablar con ella un momento? —La petición de Ryo era aceptable, los hechos pasaban tan rápido que no le dieron tiempo suficiente de asimilar la situación, Esmeralda asintió con la cabeza, Wendy por otro lado soltó un gruñido agresivo y recuperó su estancia defensiva.

—De acuerdo —respondieron ambas al mismo tiempo.

—Hola, yo me llamo Ryo Yamamoto, ¿y tú? —El muchacho sonrió con suma tranquilidad, sus palabras no contenían malicia ni tampoco segundas intenciones, era una voz honesta muy difícil de rechazar.

—Patricia, deja de hablarme como si fuésemos amigos, maldito hipócrita, ¡los de tu clase son lo peor!, siempre rodeados de amigos falsos cuando en verdad son los primeros en apuñalarte por la espalda. —Patricia en verdad lucía molesta, su miedo anterior desapareció cuando Ryo le habló como si nada.

—Oye, tranquila, ni siquiera te conozco, no hay razón para que exista odio entre nosotros.

—Claro que lo hay, siempre es lo mismo a donde quiera que voy, la gente popular gana toda la atención porque son atractivos físicamente, dejando a las personas de mi tipo excluidas, lejos de cualquier actividad o amistad. De hecho, ¡estoy en tu maldita clase, Ryo!, ¿por qué no sabías mi nombre?, hemos estado tres años en el condenado salón, pero nadie se acuerda de mí, soy como un fantasma ahogado en un mar de gritos, ¡no podrás entenderme jamás! —Patricia era una inadaptada social, no tenía amigos y sus padres se comportaban de una manera muy estricta con ella.

A diferencia de Pablo Casanova, Patricia sí entendía el concepto de soledad escolar, su odio hacia los demás nació porque ningún chico la invitó a salir, las mujeres evitaban juntarse con ella porque le gustaban cosas poco populares, como la música árabe, las películas de suspenso y el metal del siglo XX. Ella sentía que su forma de ser era “única”, por ende, cayó en la arrogancia de encasillarse a sí misma como alguien especial.

Para colmo su poco atractivo físico y personalidad aburrida hacían de ella una persona del montón, no resaltaba en lo académico, tampoco en los deportes o cultura, simplemente ocupaba espacio indiferentemente. Pero la diferencia más notable entre ella y el pelirrojo era que al segundo lo odiaban, pero reconocían como una molestia, en cambio a Patricia ni siquiera la notaban.

Era odio de un solo lado y eso podía engravecer la situación más de lo normal.

—Lo siento, no sabía que te sentías de esta manera.

—Disculparte no va a solucionar nada, aparte, solo has venido hasta acá para que vuelva a restablecer los recuerdos de todos. De no ser por eso jamás me habrías visto. —Patricia sonrió con malicia, Ryo por otro lado suspiró lleno de resignación, aún así no dejó de sonreír.

—Siento decepcionarte, pero ya he roto tu hechizo, no me costó más de un minuto hacerlo. Has perdido, ríndete de una vez y no te haremos daño. —Esmeralda se sentía muy incómoda, a pesar de estar transformada en Magical Luz no encontró las palabras correctas para decirle a Patricia. En su carrera como chica mágica no había tenido que lidiar con una antagonista moral, pues todo se resumía a un combate y listo.

—I-Imposible, ¿cómo pueden deshacer mi hechizo tan rápido? —Patricia se sintió acorralada, sus orbes se abrieron en par mientras empezó a derramar lágrimas de pánico, Wendy aprovechó esa oportunidad para sacar una bola de fuego pequeña en su palma derecha como señal de intimidación.

—Ya te dijimos que no eras rival para nosotras, además, no soporto a las personas como tú, quieres hacerte la víctima para que la gente se acerque a ti por lástima. ¿O acaso vas a defender tu verdad con los puños? —La llama de Wendy se encendió más, por alguna razón la situación actual provocó en Magical Fénix una frustración impresionante, de no ser por Ryo ya habría derrotado a Patricia en menos de un parpadeo.

—Escucha, yo sé lo que sientes, la sensación de no poder hablar y ser invisible en un mundo diverso. Pero no por eso debes desquitarte con los demás. —Esmeralda trató de ser más comprensible, no obstante sus palabras solo irritaron más a la hechicera novata.

—¡Tú qué vas a saber!, ¡mírate!, eres muy atractiva, aún sin saberlo atraes la atención de todos con tu figura, tienes una voz envidiable y aparte eres inteligente, Esmeralda de la Luz. Tú también me desagradas, así que deja de mentir. —Magical Luz no pudo refutar la afirmación de Patricia, todo lo que salió de sus labios era verdad.

Esmeralda sí era reconocida y querida por sus compañeros, aparte de ser linda poseía un intelecto privilegiado, si bien no era la más popular del colegio sí poseía una reputación positiva, a pesar de su timidez y personalidad tranquila.

Ryo analizó la situación, ¿cómo resolver el asunto sin llegar a la violencia?, por un lado Esmeralda no actuaría de forma ruda con Patricia, desgraciadamente, Wendy sí podría llegar a extremos debido a su explosividad. El muchacho no dejó de sonreír, tampoco se mostró intimidado ni asustado por sus argumentos cargados de veneno.

—¿Por qué no intentas adaptarte? —preguntó Ryo.

—No voy a ser una persona falsa con nadie, detesto a las personas con doble cara y que solo muestran un lado de ellos mismos. Lo siento, pero soy autentica, nada me hará cambiar de opinión, con mis poderes voy a hacer que los populares falsos dejen de estar jodiendo mi existencia. —Patricia se contradijo terriblemente, ella quería ser reconocida, pero al mismo tiempo no hacía nada para hacerlo, tal error no pasó desapercibido por el joven.

—Pero nunca tendrás amigos si no abres más tu panorama, deberías dejar de encasillarte a ti misma y ver más allá de tu horizonte. No serás una persona falsa si lo haces, después de todo, ¿no es tu deseo tener amigos?, ¿no quieres qué la gente sepa qué existes? —Ryo caminó lentamente hacia la chica, Patricia no lo detuvo, su moral estaba rota y el peligro de sus hechizos pasó a segundo plano.

—No caeré en tus mentiras, maldito doble cara, seguro solo me dices esto para que no vuelva a molestarte. Aprendí hechicería por Internet para destruir a personas como tú y esas dos tipas de allá atrás, ¡definitivamente no caeré! —gritó Patricia, aún así Ryo se puso frente a ella y acarició su cabeza.

—¿Cómo sabes qué son mentiras?, deja de inferir, Patricia, si quieres ser notada por los demás necesitas cambiar tu actitud, empieza por sonreír más a menudo, luego deberás encontrar temas de conversación y quizá arreglarte un poquito mejor. La vida no es fácil ni gratuita, debemos esforzarnos siempre para conseguir lo que buscamos, quejarte y llorar no solucionará nada.

Ryo era una persona sorprendente, Patricia dejó ir toda su ira cuando escuchó esas recomendaciones, no fue el contenido del mensaje lo que desapareció su frustración, sino la forma en que él habló. Su voz contenía confianza y amabilidad, dos valores muy ausentes en la vida de Patricia, el muchacho poseía un carisma especial, capaz de reconfortar los corazones de la gente.

Magical Luz quedó anonadada por ese comportamiento, incluso Magical Fénix detuvo sus llamas cuando escuchó aquel discurso tan motivador.

“En verdad es diferente a Pablo” pensó Esmeralda, se podría decir que Ryo Yamamoto era el opuesto definitivo de Pablo Casanova. Ryo era amado por todos, incluso alguien con un odio verdadero sucumbió ante su calidez, en cambio, Casanova era repudiado como una peste sin nombre, alguien indeseable que era mejor evitar.

—N-No puedo contradecir eso, y-yo, y-yo… —Patricia se puso de pie, entonces caminó lentamente hacia la puerta del salón y la abrió, para ese momento Esmeralda ya había deshecho la barrera mágica.

—No tienes porque empezar ahora mismo, ve cambiando tu vida lentamente, a tu propio ritmo y sin prisas, verás que conseguirás amistades muy pronto, aparte hoy has progresado pues ya tienes a un amigo más, yo. —Cuando Patricia escuchó eso no pudo evitar llorar, a pesar de haberle lanzado una maldición y gritarle con resentimiento el chico nunca devolvió esos malos sentimientos, sino todo lo contrario.

—Muchas gracias… —susurró, tras decir eso la joven hechicera salió corriendo por los pasillos, dejando al trío sin palabras que decir.

—Y así es como se resuelve un problema sin recurrir a la violencia, ustedes que son chicas mágicas deberían utilizar más el dialogo. En fin, me paso a retirar, no se preocupen, guardaré el secreto de su identidad.

—Gracias por habernos ayudado, Ryo. —Magical Luz deshizo su transformación, en seguida mostró una educada reverencia, Wendy también regresó a la normalidad pero no se inclinó ni nada, sencillamente guardó sus comentarios para otra ocasión.

—De nada, hablamos más tarde. —Y así, luego de una tarde muy tediosa el asunto de la hechicera novata llegó a su fin.

Nuestras dos heroínas vieron a Ryo desde atrás, el estudiante era como un sol de verano, siempre brillante y mostrando el camino hacia un mejor mañana. La gente lo seguía porque era un líder nato, capaz de poder sonreír mientras lidiaba con una crisis sobrenatural.

—Supongo que existen personas así, por un momento pensé que fingía, que sus palabras no eran más que mentiras para solucionar este problema. Pero no, Ryo no mintió en ningún momento, en verdad me parece difícil de creer que exista una persona como él. —Wendy seguía un tanto molesta, ella prefería resolver los asuntos con violencia, ya que era un método más seguro y eficaz, aún así, no era políticamente correcto hacerlo de ese modo.

—Es un ídolo escolar, no podemos hacer nada más, las personas radiantes existen en este mundo.

¿Cómo podían existir dos personas tan diferentes?

Ryo poseía todas las cualidades de un gran hombre, su futuro lleno de ilusiones lo respaldaba, las personas lo seguían por voluntad, le admiraban y siempre estaban dispuestas a sacrificarse por él. Venir de una tierra lejana solo hacía más interesante su repertorio, pues los seres humanos eran curiosos por naturaleza: ¿cómo será la vida allá?, ¿en verdad es como en las películas?, todas esas cuestiones rondaban las cabezas de sus compañeros.

Alguien del exterior obviamente causaba una buena impresión, pero había más, su seguridad personal y honestidad terminaban por cerrar su enorme cuota de cualidades.

Por otro lado, Pablo Casanova era diferente, el muchacho nació solo y no tuvo una educación social formal, por lo tanto reaccionaba de manera agresiva y defensiva hacia los demás. El chico era odiado desde su infancia, en primer lugar, por ser el descendiente de un criminal muy famoso, Gilberto Casanova, en segundo, por la forma en que se expresaba. Era arrogante, despiadado con sus enemigos y un tanto asocial; las personas definitivamente no lo deseaban cerca.

—Tienes razón —concluyó Wendy —. Vámonos a casa.

—Sí… —afirmó Esmeralda.

Fin


Y eso fue todo, Ryo Yamamoto fue el invitado especial, el personaje le pertenece a Matho-Senpai, pero me dejó usarlo a mí para esta historia número 7, en fin, daré unas preguntas :3

¿Qué te pareció el capítulo y qué escena te gustó más?
¿Quién crees qué tenga razón, Patricia o Ryo?

Aparte, Esme-chan es moe <33, ¿la haman? xD hahaha :3 gracias por leer =)