Bruja

Tema en 'Relatos' iniciado por Chocolatita, 24 Enero 2013.

  1.  
    Chocolatita

    Chocolatita Inmutable

    Cáncer
    Miembro desde:
    3 Marzo 2012
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    83
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Bruja
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    537
    Bueno, acá traigo un poco sobre el personaje al que debo mi nombre. Espero que les agrade, al final hay una pequeña ilustración que me dio Hiki. Un dibujante que es amigo mío, muchas gracias a todos los que se animen a leer.

    Bruja​

    Es muy fácil buscar a la mala del cuento, señalar a la bruja y tirarla al fuego… tan simple que me ha pasado muchas veces, en varias ocasiones diferentes. Sólo se necesita un rumor, un cómplice o un crédulo y alguien con envidia. Tres elementos para una buena venganza, pero no puede faltar la mentira. Ese arte que conocen bien muchas lenguas.

    —¡Maldita sea la bruja, quémenla! ¡Mátenla! —gritos de la multitud, tantas voces al unísono.
    Unas palabras en latín brotaron de los labios del sacerdote, luego comenzó a rociarme agua bendita y yo sólo bajé la cabeza. El calor abrazador iba incrementándose, el viento parecía estar en mi contra y la mayoría de mis ropas estaban ya destrozadas.

    —¡No es más que escoria! ¡Una blasfema, una criatura del averno! ¡Quemen al esbirro del demonio! —más palabras de un grupo de gente, algunos me miraban con compasión y otros con asco, pero en su mayoría todos me miraban con odio.

    —Herlika… —escuché entre la muchedumbre, era el único con una voz así, el imperdible Eldrian.

    Estaba amarrada a la cruz, cabizbaja y llena de un dolor extraño. No sabía si soportaría más tiempo ese calvario, el ver a alguien que no esperaba entre tanta gente y no poder creer que en quien confié me entregó a la iglesia.

    Más palabras en latín. Una tres otra, casi parecían devorarse y ser una melodía dramática. El sacerdote seguía con esa pose imponente, demasiado acorde a sus prendas opulentas.
    Mi cabello se chamuscaba con el fuego, el poco que me quedaba luego de que lo había cortado; elevé mi cabeza y sonreí a Eldrian, no necesitaba más de aquel espectáculo. Había fingido ya mucha desesperación al inicio del estúpido ritual y ya no tenía ganas de esperar a que alguno se arrepintiese, pese a mi forma inocente y dulce.

    —¡Muerte a la blasfema! —fue el último grito que oí, pues desaté una tempestad y el fuego pareció atacar a la gente, eso provocó unos alaridos de pánico y yo aproveché ese tiempo para desatarme con mi magia.

    —¡Moriréis todos…! —dije con un tono peculiarmente atemorizante, después compuse una sonrisa inocente.

    Sólo necesité crear una ilusión: un enorme perro-león de color negro, con dos cabezas. La mascota de Dante. En medio de la revuelta escapé, no miré atrás para buscar a Eldrian y tampoco me preocupé por nada ni nadie. Yo no era así, sólo era Helrika: una bruja sin sombra. Alguien a quien no se le podía, ni debía, seguirle los pasos.

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    Eldrian: es el nombre de un personaje que ella conoce, esa sonrisa que le regala es una burla y se ve el desinterés de ella hacia él.

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