Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

hola divinas!! Bueno, yo debería estar escribiendo la conti de mi ff de pokemon (Destino Arreglado), del fic de piratas, de Fruta prohibida y de los Angeles de Tsunade, pero me inspire y en un ratito tuve la conti de Botineras!!!
Ahora, quiero adelantarles para q no me maten, q en este capi no habra NejiTen (que quiero incorporar mas ya!! xD) pero tendran GaaMatsu y SaiIno :) Aunq principalmente, se trata de una refleccion sobre capis anteriores, ya que hasta ahora vieron al Gaara frio y malvado de Naruto, ahora veran al Gaara mas bueno y cálido de Shippuden :o
Es mas, sere buena porq me voy a Porto Seguro, Brasil, este sabado de viaje de egresados con todos mis amigos y amigas del cole :D y les dare un adelanto del capi 13i:
1) Tendra un MUY importante SasuSaku :o
2) Habra novedades sobre el triangulo GaaMatsuKanku
3) Regresara un personaje que muchas de ustedes odiaron en este fic (involucra ShikaTema, con eso les digo todo :P)

Ok, ya dije mucho, les dejo con la conti ;)
byye!!
Roociooo!!!! xD


Ahh, antes que me olvide:
* = 47 Street es una marca de ropa realmente divina de aca Argentina. Me encanta!!! Y recurriré a ella muy de vez en cuando en este fic :o Les cuento más, la campera verde de Ino la tengo!! y la uso para toda ocasion!! es lo mas!
** = Rebecca Bloomwood es la protagonista de "Loca por las compras/Confessions of a Shopaholic", una idola!! Adicta a las compras, como yo!!! xD vean la peli, es muy buena ;)
Y les dejo la cancion No te rindas de Teen Angels, y aqui la coreo que bailan las chicas (Adelanten hasta el estribillo, donde empieza "No te rindas": Coreo

Capitulo 12​

Matsuri no se detuvo. Corrió y corrió, las lágrimas cayendo al suelo a su paso. La castaña no sabía ni a donde se dirigía ni le importaba, tan sólo quería alejarse de allí, irse tan lejos como le era posible. Como si el problema se quedara allí, lejos, y nunca más tendría que enfrentarlo.

Eventualmente se detuvo. Frente a una plaza, la plaza Kakashi Garden, que a diferencia de a la mañana se encontraba ahora completamente desierta. Temari la alcanzó, y cuando lo hizo la encontro sentada en una de las hamacas, agarrada de las cadenas que sostenían el juego y aún llorando. La modelo de cuatro coletas se paró frente a su amiga, que al verla levantó su mirada del suelo. Temari le sonrió y se sentó en la hamaca libre a su lado.


—El amor puede doler —dijo la Sabaku No repentinamente, con la mirada en la banca donde había “conocido” a Shikamaru más temprano ese día— Es cierto. Los celos, el dolor, el miedo, la ira, son todos sentimientos que suelen venir junto con el amor.


Matsuri volvió a mirar al suelo, apenada. Su amiga tenía razón, el amor dolía demasiado.


—Pero… —añadió la rubia— También tiene su lado positivo. Cuando conoces a alguien, a esa persona que cuando la miras, te hace sonreir…



Naruto miró como Hinata respiraba suavemente, mientras Sakura la apoyaba contra la puerta derecha del automóvil de Sai. No pudo evitar sonreir, ella se veía hermosa, y su canto lo era aún más. “Es especial, dattebayo” se dijo el Uzumaki para sus adentros.



—A veces hace falta pelearla un poco más —continuó la Sabaku No— No hay nada de fácil en el amor, es una perpetua batalla de emociones, de miradas, de roces, de choques…



Tras dejar a Hinata, Sakura se volvió para despedirse, y se encontró con la mirada de Sasuke clavada en ella, intimidante y acusadora, como diciéndole que necesitaba decirle algo. La Haruno no se inmutó, le dio una mirada de complicidad y una sonrisa que a todas luces decía “Hablaremos luego”. Se acercó a él y besó tiernamente su mejilla antes de meterse dentro del auto de Sai.



—Pero finalmente llega el día que esa batalla acaba —prosiguió Temari— Y cuando llega ese día, esa noche, ese esperado primer beso, allí es cuando uno baja sus defensas, deja de atacar, se deja mimar, se deja querer, se deja amar….



Sai y Ino se besaron en la mejilla a modo de despedida. El simple roce de su piel, el sentir el contacto, el sentir los labios del otro, simplemente un inocente beso como ese fue la chispa que encendió la pasión, provocó que al separarse con lentitud, sus ojos se miraran, sus miradas se cruzaran, y sus labios finalmente se unieran. Se besaron apasionadamente, Ino se arrojó a los brazos del morocho, él atrapó a la Yamanaka y puso sus brazos alrededor de su cintura mientras Sasuke, Naruto y Sakura quedaron con la boca abierta, incrédulos.



—El amor es un sentimiento hermoso —aseveró la joven de ojos aguamarina— Pero la amistad también lo es. Los amigos, las amigas, esos que están siempre, incondicionalmente, apoyándote en todas, en las buenas y en las malas. No llevan tu sangre, pero son tus hermanos, son tus hermanas…



Kankuro y Gaara se miraron. Sus miradas reflejaban pena, miedo, no sabían como reaccionar y eso a los dos en el fondo los asustaba. Inexpertos en esta situación, no sabían como accionar. Finalmente, Kankuro murmuró una disculpa, pero su hermano pequeño le dijo que no tenía importancia, que no hacía falta que se disculpase. Esto sorprendió no sólo al castaño, sino también a Gaara, ni él podía creer lo que había dicho. El Sabaku No menor le tendió una mano a su hermano mayor, y él tras pensar un breve instante se la estrechó. El pelirrojo sonrió honestamente por primera vez en mucho tiempo.



—¿Y qué crees que hago yo aquí? —le preguntó Temari, ahora estaba agachada frente a su amiga, mirándola comprensivamente— ¿No somos amigas?

—Este tipo de discursos no son muy propios tuyos, Temari-chan —rió entre sollozos Matsuri. La Sabaku No soltó una pequeña risa también.

—Oye, no me culpes, hago mi mejor esfuerzo, no soy buena en estas cosas —le dijo con obstinación.


Las modelos se abrazaron. Temari palmó maternalmente su espalda mientras la castaña lloraba con fuerza. Le susurró que todo estaría bien, que no estaba sola, y que todo se resolvería.

Tenten finalmente las encontró y las subió a su auto, regresando todas juntas a la casa de Temari. Pero en el camino, se compraron una buena dotación de helado, lo que inicialmente planeaban hacer esa tarde se realizaría en lo que quedaba de noche.










Era bien temprano, el sol apenas asomaba sus primeros rayos cuando Tsunade ingresaba a su despacho. Se sentó en su silla y suspiró al contemplar la enorme montaña de papeleo en la que debía trabajar esa mañana de domingo. ¡Domingo! ¡¿Cómo se les ocurría hacerla trabajar un domingo?! Pero el deber la llamaba, y no tuvo más remedio que ponerse a trabajar.

No había leído ni cuatro hojas cuando Shizune irrumpió en su oficina.


—Shizune, ¿cómo te fue ayer? —preguntó la Senju, haciendo a un lado sus papeles repentinamente.

—La audición fue un desastre —soltó la castaña, obviamente molesta— El juez dice que no puedo adoptar a Cheryl si no tengo marido.

—Pero eres pariente suyo —murmuró la jefa del hospital, mordiéndose la uña de su pulgar, su típico tic nervioso— ¡Maldición!

—Tsunade-sama, por favor, tiene que ayudarme —suplicó Shizune— Debe haber algo que usted pueda hacer.

—Sí tan sólo tuviera marido… —rezongó ella, encendiendo la televisión para distraerse. En la pantalla, apareció el manager de Konoha F.C. en una nota acerca de sus expectativas para el partido contra Akatsuki— ¡Lo tengo!










—Buen día, bella durmiente —rió la risueña voz de Ino.


Hinata despertó lentamente. Se sentó sobre el colchón donde estaba acostada y miró alrededor. El sol entraba por el ventanal principal de la casa, dándole directamente en la cara, por lo que le fue imposible volver a cerrar los ojos. A su derecha, estaba la sonriente Yamanaka.


—¿I… Ino-chan? —dijo la Hyuuga con inseguridad.

—La misma que viste y calza —comentó la rubia, poniéndose de pie de un salto— Hinata, tu canción de ayer fue hermosa, aunque te desmayaste al final, pero no importa. Naruto-kun dijo que parecía el canto de un ángel.

—Naruto-kun… ¿dijo eso? —murmuró la modelo, sonrojándose ligeramente y esbozando una sonrisa.

—¡Lo sabía! —exclamó Ino, señalándola con su amenazador dedo índice— ¡Te gusta! ¡Es un hecho!

—¡Ino-chan! —chilló Hinata, al borde del desmayo y roja como un tomate.

—Bueno, mejor vayamos con las chicas antes de que desmayes —y sin más, la tomó de la mano, la obligó a ponerse de pie, y se la llevó a la otra habitación.


En otra recamara, Sakura, Tenten, Temari y Matsuri estaban en el suelo, mirando al techo, como el ventilador giraba y giraba en su máxima potencia sobre sus cabezas. Las cuatro suspiraron con desánimo al unísono.


—¡Chicas! ¿Qué sucede ahora? —preguntó la Yamanaka, que parecía encontrarse de buen humor aquel día.

—Neji —soltó la castaña de chonguitos.

—Gaara-sama —dijo Matsuri.

—Sasuke-kun —musitó Sakura.

—Shikamaru o Deidara —se cuestionaba la Sabaku No, inmersa en su crisis amorosa.

—¿Tenten, Temari-chan, Matsuri-chan? ¿Cómo llegaron aquí? —preguntó la joven de ojos perlados, extrañada.

—Sakura nos llamó desde tu celular —le informó Tenten.

—No tienes más crédito, por cierto —avisó la Haruno.

—¡Hice una pregunta! —gritó Ino, para recordarles de su presencia— ¡Con nombres solamente no alcanza!

—Es que… —murmuró Matsuri.

—¡Es que nada! —exclamó la rubia de ojos celestes, dirigiéndose hacia el grabador— Les diré algo. Tenemos entradas para ver un partido de chicos hermosos que vamos a usar, pero primero, a ordenar todo esto, que hace días que necesito una limpieza. ¡Vamos chicas! ¿Quién esta conmigo?


Al formular esta última pregunta, extendió su mano derecha y miró a sus amigas, buscando apoyo. La primera en reaccionar fue Sakura.


—La puerca tiene razón, basta de llorar por los rincones y todo eso —opinó la doctora de cabellos rosados, poniendo su mano sobre la de su compañera de trabajo. Luego agregó por lo bajo, para que Ino no oyera— Y es obvio que su optimismo y felicidad se debe a cierto morocho…

—Yo me sumo, no hay que deprimirse —objetó la modelo de orbes chocolate, poniendo a continuación su mano.

—¡Y yo! ¡Hay que ordenar este desastre y salir a pelear! —exclamó Temari, de pie y con su mano sobre las otras tres.

—Y… yo tamb… también —agregó Hinata, sumándose a las demás.

—Bueno, solo falto yo —sonrió Matsuri, poniendo su mano, última pero segura.


Las chicas elevaron juntas su mano y gritaron y rieron juntas. Ino, ahora con todas listas, apretó el botón de play y comenzó a sonar el bello tema “No te rindas” de Teen Angels.


“Los milagros ocurren cada día
Si tenemos la fuerza de soñarlos,
Intentamos y volvemos a intentarlo
Aparecen y transforman lo deseado”


—¡Vamos chicas, a no rendirnos! —exclamó la Yamanaka, tomando la aspiradora del closet y dándosela a Sakura.

—¡Amo esta canción! —dijo la joven, tomando la aspiradora.


“Aprendemos a ser fuertes,
Las heridas nos duelen en el alma,
Con la fuerza del amor nos liberamos,
Llega el viento y se lleva las tormentas”


—Basta de limpiar, ¡a bailar! —sugirió la Haruno, soltando el aparato. Se posicionó, secundada por Ino y Tenten. Hinata, Temari y Matsuri decidieron, tras pensarlo un momento, bailar junto a sus amigas.


“No te rindas, estoy con vos
No te duermas, estoy con vos,
No te escondas, estoy con vos,
No te pierdas, me pierdo yo,
No te rindas, estoy con vos,
No te duermas, estoy con vos,
No te escondas, estoy con vos,
No te pierdas, me pierdo yo”


Sakura iba a realizar el siguiente paso, pero no pudo porque Ino le arrojó un almohadón. La Haruno, riendo, se lo devolvió, pero la rubia lo esquivó y le dio a Temari, y en cinco segundos se armó una batalla en el departamento de Sakura. Las seis muchachas, riendo a más no poder, acabaron todas tiradas en el suelo boca arriba rodeadas por varias plumas, ya que un par de almohadones se rompieron, pero muy felices porque estaban juntas.


“No te rindas, estoy con vos
No te duermas, estoy con vos,
No te escondas, estoy con vos,
No te pierdas, me pierdo yo”








Gaara se colocó su remera blanca, tomó su bolso deportivo gris de “Adidas” y abandonó su habitación. Tomó un poco de agua en la cocina, y en cuanto dejó el vaso, se escuchó la bocina de un automóvil.


—Debe ser Naruto —supuso el Sabaku No.


Se dispuso a llamar a Kankuro, cuando el castaño salió de su recamara.


—Kankuro, debemos irnos, Naruto nos espera —le dijo el pelirrojo.

—No, me pidieron Shikamaru y Kiba que los lleve —le explicó su hermano— Salgo después de ustedes, dile a Naruto que no se preocupe.


El Sabaku No menor giró sobre sus talones y fue hacia la puerta del apartamento. Tenía ya la mano en la perilla, y estaba por girarla, cuando se detuvo en seco, y sin voltearse habló.


—Discúlpame —soltó Gaara— No fui muy amable contigo jamás. Perdón.


Kankuro lo miró un momento, confundido. Luego liberó una pequeña risa y contestó con sinceridad.


—Oye, no debes disculparte, no hay problema —le aseguró el Sabaku No castaño— Pero… esta chica, Matsuri… realmente te gusta, ¿verdad?

—¡¿Qué?! —exclamó Gaara, ahora volteándose. Su rostro y su cabello tenían el mismo tono rojo.

—Te gusta desde la secundaria, lo se —objetó Kankuro— Siempre ocultándolo siendo tan frío, pero yo lo sé. Recuerdo ese día, el día que nevó en la ciudad por primera vez en años, hace ya un par de años. No lo borré de mi memoria.



Flashback


—¿Matsuri?


El menor de los tres hermanos Sabaku No salió al jardín de la casa de sus padres, para encontrarse con la muchacha. Ella estaba sola, bajo la fina capa de nieve que caía del cielo. Miró al recién llegado y sonrió tiernamente.


—Oí lo de tus padres —comentó él, dirigiendo su mirada hacia el cielo, de donde caían sin cesar los copos de nieve. Ella asintió lentamente, temiendo la reacción del joven— Lo… lo siento.

—Esta bien, Gaara-sama —dijo la joven con cierta curiosidad. Jamás lo había visto así, hasta parecía que no era aquel chico frío y seco que no le dedicaba ni una mirada— Tu familia fue muy amable en dejarme quedarme aquí por un tiempo, pero mañana iré a casa de mi tía.

—Matsuri… —susurró el colorado, captando la atención de la aludida— ¿Te gu… gusta la nieve?


Matsuri soltó una risita, y él no comprendió el porque. Es que verlo así de tímido, tan callado… “Me hace quererlo más” se decía ella, con un fino color carmín en sus mejillas.


—¿Qué dije? —preguntó Gaara, sin comprender.

—Nada, es sólo que… —se explicó ella— Nada. Gracias por venir a hacerme compañía, Gaara-sama.

—No hay problema —replicó el muchacho.

—Iré adentro por un poco de té —informó la castaña.


Se acercó a él para besar su mejilla a modo de despedida. Al hacerlo, los ojos de él se abrieron como platos. Jamás una mujer le había besado, a excepción de Temari y su madre. El contacto con los labios de Matsuri fue hermoso, pero nada comparado con lo que vendría a continuación.

Ella se dirigía hacia adentro, pero él la interceptó, tomándola del brazo. La joven giró sobre sus talones y las miradas de ambos se cruzaron instantáneamente. Eso fue suficiente para que Gaara la impulsara hacia él y comenzaran a besarse apasionadamente.

Ella posicionó sus brazos alrededor de su cuello y los unió detrás del mismo, como había visto en las películas de amor que tanto le fascinaban. Él acarició el cabello castaño de ella con ternura con sus níveas manos, mientras la nieve a su alrededor creaba la escena perfecta. Era el primer beso de ambos, pero no podría haber sido más perfecto.


Fin Flashback




—Esa noche… —murmuró Kankuro— Yo ví ese beso…

—Etto… yo… no sa… —balbuceó el joven colorado, sin saber que decir.

—La amas —le dijo su hermano— Pero si no te abres y le dices lo que realmente sientes, vas a perderla.

—¡Gaara, te estamos esperando, dattebayo! —gritó la potente voz del Uzumaki, resonando en todo el edificio.

—¡Dobe, eres un imbécil! —le gritaba Sasuke, quien sabía que luego los vecinos se quejarían. Era un domingo, y era temprano.

—Me debo ir —indicó el pelirrojo, abriendo la puerta. Antes de salir, miró a su hermano— Gra…


Antes de que pudiera agradecer el consejo, Kankuro lo estaba abrazando. Él no sabía que hacer, ni el otro sabía porque lo había ido a abrazar, un abrazo jamás había ocurrido entre los hermanos. Pero Gaara también lo abrazó, y luego de unos segundos se soltaron y el menor partió.


—Esta cambiando —sonrió el futbolista, acariciando sus cabellos castaños risueñamente.









Tenten aceleró y puso la luz de guiño a su derecha para pasar de carril. Pero un idiota en un descapotable rojo se adelantó y rápidamente le ganó de mano, impidiéndole el paso y la hizo quedarse atascada en el tráfico de la autopista, en lugar de poder escaparse por aquella salida por el carril derecho.


—Ah, pero yo no lo puedo creer —soltó la conductora, enfadada.


Temari, que iba de copiloto, fue más lejos. Bajó la ventanilla del Gol blanco de su amiga y sacó la cabeza por la misma.


—¡Imbécil! ¡Cuando te agarre, vas a lamentar haber nacido, hijo de pu…

—Pues que mala suerte, ¿no? —intervino la Hyuuga desde el asiento trasero, nerviosa. No le agradaba mucho que su amiga le gritara a la gente, con todos los casos de locos que oía en el noticiero, ni siquiera le gustaban los insultos.


Hinata iba apretada contra la ventanilla, detrás de Temari. De izquierda a derecha, estaban Hinata, Sakura, Matsuri e Ino apretujadas en la parte trasera del coche de Tenten, en dirección al estadio de fútbol.


—Mala suerte tendremos si nos ve la policía —comentó la modelo de irises marrones, preocupada— No se supone que pueda llevar a más de cuatro personas en mi auto.

—Pero relájate, piensa en positivo —la tranquilizó la Yamanaka.

—No hubieramos agarrado todo este tráfico si no hubieramos parado en el mega outlet de 47 Street* —aseveró la Sabaku No, mirando de soslayo a sus amigas.

—Era un mal nacesario —dijo la otra rubia, sacando una campera verde de tela fina de una de las bolsas rosadas de 47 Street— Me encanta esta camperita, además es para toda ocasión y no es tan abrigada. Me la voy a poner ya, Matsuri, ayudame a sacarle la etiqueta.

—No hay nada más desestresante que comprar ropa —opinó la castaña, ayudando con la extracción de etiqueta de la campera.

—Y no hay nada más estresante que comprar ropa con Ino —murmuró la Haruno, y las demás rieron. Era cierto, la Yamanaka tenía más obseción por las compras que Rebecca Bloomwood**.

—Disculpa, pero creo que me merezco algo, ¿no? —se defendió la blonda tras haberse colocado la prenda. Se puso la capucha, también verde, y dejo que su cabello dorado cayera por los lados, quedando divina— Es decir, quisimos ordenar mi casa pero quedo aún más desordenada, ¡no ayudaron en nada!

—Pero creo que lo mejor es el conjunto que se compró Hinata —señaló Sakura, mirando la bolsa a los pies de la joven de cabello azulino.

—¿Planeas usarlo en tu próxima cita con Naruto-kun? —insinuó la otra médica.

—¡Ino-chan! —exclamó Hinata, sus mejillas al rojo vivo.

—Es genial que estés con él —suspiró la Haruno,, contenta— Porque si se casan, nosotras pasaríamos a ser cuñadas… no, concuñadas… no, primas… etto… ¡familiares!

—Pe… pero ni si… siquiera fue una cita —reconoció Hinata, algo apenada.

—¡Claro que lo fue! —intervino Tenten, sin quitar la vista del frente— Podría haber ido sólo tranquilamente, pero sin embargo te invitó a tí. O podría haberme invitado a mí cuando te desmayaste, pero te eligió a tí.

—¡Eso no lo habías dicho, Hinata! —por poco gritó Matsuri— ¡Es una señal!

—¿Se… señal? —repitió la Hyuuga, insegura.

—Claro, Naruto te llevó a tí a comer ramen… —explicó la modelo, aún con la etiqueta de la campera de Ino en sus manos— Compitieron, comieron juntos, cantaron juntos, se besaron juntos…

—No se me ocurre de otra manera que no sea juntos —comentó Sakura con naturalidad sobre lo último enumerado— De todas formas, creo que debes darle para adelante, si él te invita de nuevo, definitivamente esta interesado en tí.

—¿Y tú con Sasuke-kun? —interrumpió Temari, dándose vuelta para mirarla— ¿Cómo van las cosas?

—Creo que bien —suspiró la joven médica— Pero su cara siempre es la misma, puede pensar mil cosas y no mostrar ninguna a la vez. Para ser franca, no se que sucederá.

—Decidirá el destino —sugirió Tenten. Entonces todas la miraron, preocupadas, ya que sabían que ella no creía en el destino— Eso diria Neji— Agregó para defenderse, pero recibió un bombardeo de preguntas.

—¿Qué sucedió con Neji? —demandó saber Matsuri.

—Bueno, quedamos en que lo ayudaría a comprar unas cosas esta tarde —confesó la castaña, poniéndose bordo al contarlo.

—¿Qué cosas? —preguntó Hinata, curiosa.

—Unas cositas sin importancia, pero me dijo que necesitaba una opinión femenina —mintió ella. No podía decirle que se trataba de su regalo de cumpleaños, quería que Hinata se sorprendiera al ver el regalo.

—Oh, ya veo —suspiró la Hyuuga, dirigiendo su mirada a la ventana. Luego, miró al asiento de copiloto— Temari-chan, ¿te decidiste?

—¿Decidir qué? —se extrañó la Sabaku No, tomando un poco de agua mineral.

—¿Deidara o Shikamaru? —esta pregunta hizo que el agua le saliera a la joven por la nariz.

—¡Hinata-chan! —soltó la rubia de cuatro coletas, sorprendida— ¡Esas preguntas no son muy típicas tuyas!

—Lo siento, fui desubicada —se lamentó Hinata.

—Oye, es una broma, no tienes que apenarte —rió Temari, y luego erspondió— Pues… Shikamaru es bueno y me hace reír, además es lindo —levanto tres dedos de su mano derecha— Pero Deidara es muy tierno —levantó un dedo de su mano izquierda— Además de tener un lindo cuerpo… un muy lindo cuerpo… —ahora levantó dos dedos de su mano izquierda— Es tan difícil, no puedo resolverlo ni con las más simples matemáticas.

—¿Quién te enseñó a contar? —preguntó Ino.

—¡Que bien! ¡Por fin avanza! —celebró Tenten, mientras el tráfico se destrababa.

—¡Estadio de Konoha, aquí vamos! —aplaudió la Yamanaka, y todas rieron.




Continuara…





¿Cuál fue tu parte favorita del capi 12?
¿Te gusto el discurso de Temari, o crees que no es su fuerte?
¿Cuál sera el plan de Tsunade?
¿Coincides con Kankuro? ¿Gaara esta cambiando? ¿Ama a Matsuri? :confused:
¿Te consideras adicta a las compras? ¿O compras lo justo y necesario?

 

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Hola mis bombones de dulce de leche!!
ok si, estuve desaparecida, se debio a que realize EL MEJOR VIAJE DEL MUNDO!!!!
egresados a porto, la rompimos!!!
ok, ya volviendo a la normalidad, no saben lo feo que fue volver al colegio, te cansa el doble!!! xD
y ahora, ya deben estar cansadas de mi, asi que los dejo con el fic, ojala les guste!!

Capitulo 13​

Ino abrió la puerta con dificultad, y hubiera caído al suelo de no ser porque el lugar estaba repleto de gente que se dirigía a sus asientos, y tenían que apresurarse.


—¡¿Por qué rayos tiene que estar el estacionamiento tan lejos?! —se quejaba la Yamanaka a todo pulmón mientras avanzaban por el club.

—Te advertí que no trajeras tacos —le recordó Matsuri con tono de “te-lo-dije”.

—Pero Ino jamás escucha —suspiró Sakura, y todas rieron.


Salieron por fin al estadio. Estaba repleto, los hinchas gritaban y viroteaban, había bombos y redoblantes y gente que los tocaba. Incluso, había varios hombres tocando vuvuzelas. Se escuchaba un canto al unísono en la tribuna de Konoha que ahogaba cualquier cosa que llegara a suceder en la tribuna de Akatsuki, que estaba en frente.


—¡Miren! —exclamó la rubia de una coleta, señalando al estadio donde los chicos hacian el reconocimiento del campo y precalentaban— ¡Ese es Asuma, mi padrino! ¿Qué hara aquí?

—Es el director técnico —le explicó su amiga con tres coletas más— Como un entrenador, básicamente.

—¡Pues vamos a pedirle que nos deje pasar!


Tomó a Temari y a Matsuri del brazo y se las llevó al asiento más cercano del director técnico, Sakura, Tenten y Hinata las siguieron con prisa, intentando no separarse. Llegaron hasta estar frente al banco de suplentes, y luego de un poco de grito el Sarutobi se acercó a la platea.


—¡Ino! —exclamó Asuma, por poco y su cigarrillo se le caía de la boca— Has crecido mucho, años sin verte. Seguridad, dejenlas pasar.

—Gracias, con permiso —decía la doctora, pasando con la gracia de una celebridad, y abrazó a su padrino— Que bueno es encontrarte, Asuma. Ellas son Tenten, Temari, Matsuri, Hinata y Sakura, mis amigas.

—¿Cómo les va chicas? —las saludó él cordialmente. Ellas sonrieron y él se volteó a su ahijada— No sabía que te gustara el futbol.

—Me regalaron unas entradas y pensé en venir —mintió ella rápidamente. “Siempre fue buena para mentir” pensó la Haruno con recelo— Oye, ¿crees que pueda hablar un segundo con Sai?

—Claro, ven —le dijo él— Chicas, pueden sentarse en el banco de suplentes.


Ino se fue con Asuma. Hinata se sentó en el banco de suplentes, sacó de su bolso un cuaderno que llevaba consigo a todas partes y comenzó a escribir algo. Matsuri fue a hablar con Kankuro, necesitaba aclarar las cosas. Sakura se puso a hablar con Tenten sobre Sasuke y Neji, respectivamente, y Temari decidió patear penales a Shikamaru. Pateó sólo uno, pero fue un gol directo en el ángulo derecho.


—Es buena —dijo en voz baja el Nara, que no había llegado ni a reaccionar. Ella simplemente sonrió ante el cumplido.


Naruto rió al ver como su amigo no reaccionaba, y luego notó a Hinata sentada sola. Fue a hablarle luego de reconocerla.


—¡Hinata!


Ella se puso alerta y sonrojada súbitamente, y tapó su cuaderno con ambas manos. Miró hacia arriba lentamente para ver al bello rubio mirándola pasmado. La había sorprendido, sí, pero no era para tanto.


—¿Qué escribes, Hinata? —preguntó él, curioso.

—Etto… es…

—¡Déjame ver, por favor! —le pidió el futbolista.

—Lo sien… siento… pero no pue… puedo….

—Vamos, solo una miradita, lo prometo, dattebayo —le guiñó un ojo seductor, pero ella no aflojó, sólo se sonrojó más— Esta bien, tu ganas.


Cuando la Hyuuga bajo la guardia, él ágilmente le arrebató el cuaderno de las manos. Ella, al rojo vivo, comenzó a pedirle que se lo devolviera, pero el quería verlo.


—Esto es… —reaccionó el Uzumaki mientras leía.

—Aquí escribo mis cosas, es mi diario —confesó la modelo de ojos perlados— Estoy escribiendo una canción pero…

—Hinata, esta canción es…

—¡Lo sé! ¡Horrible! —se apenó la Hyuuga, cerrando fuertemente los ojos y apretando los puños.

—¡Es hermosa! ¡Dattebayo! —opinó Naruto.

—¿Tu… tu crees? —preguntó Hinata, abriendo los ojos pero posandolos en su falta, mientras jugaba con sus dedos nerviosamente.

—¡Es muy buena! ¡Quiero oírla! —le pidió el Uzumaki.

—Pero… no tengo guitarra… —reconoció ella.

—¿Tocas la guitarra? —se interesó el rubio.

—Hace más de siete años —asintió la Hyuuga.

—Ah, por cierto —recordó entonces el Uzumaki, sacando una tarjeta de su short deportivo— Ten, hablé con el teme sobre tus múltiples desmayos, y me dijo que mejor vayas aquí.

Karin Uzumaki
Psicóloga profesional​

—¿Una psicóloga?

—Es muy buena, al parecer es prima lejana de mi madre o algo por el estilo —se explicó él— Me ayudó a superar la muerte de mis padres, sé que te ayudará.

—Pero yo realmente no…

—¡Naruto! ¿Puedes venir un momento? —le gritó Sakura, que estaba algo alejada de allí.

—¡Ahí voy, dattebayo!


Mientras tanto, Sai e Ino se encontraban hablando a un lado de la cancha, junto al arco de Shikamaru para ser exactos. Hablaban de lo bien que lo habían pasado la noche anterior, recordando todo. Había sido una noche especial, sin duda.


—Camino a casa, luego de dejarlas, me hicieron una nota —recordó entonces el morocho.

—¿Ah sí? ¿De dónde? —preguntó la muchacha de irises azules con interés.

—Para la revista Gente —relató Sai. Fue hasta el arco y volvió con unos papeles— Mira, hoy me dieron una versión preliminar de la nota. Leela, y me dices que piensas, ¿te parece, preciosa?

—Dale, lo haré, mejor vuelve a entrenar o Asuma nos matará —rió la Yamanaka, y él regresó al juego.


Al tiempo que esto ocurría, Matsuri se encontraba hablando con Kankuro. Había algo de tensión en el ambiante, y por un tiempo ninguno de los dos supo bien que decir, no sabía realmente que decirse. Finalmente, Matsuri habló.


—Kankuro, lo que sucedió fue… —dijo la castaña— Fue un impulso. Se que suena horrible, pero sólo te besé para causar celos en Gaara. Realmente no significo mucho ese beso para mí, a mi me gusta Gaara.

—Lo sé —interrumpió el deportista— Lo noté. He visto como lo miras, como tu mirada se llena de felicidad sólo con verlo suspirar, y te he visto sufrir sus maltratos. Y creo que él también te quiere. Pero hay un problema en esto…

—¿Qué problema? —repitió ella, sin comprender.

—Que ese beso si tuvo significado para mí —reveló el castaño— Que cuando me besaste, yo sentí algo muy diferente comparado con los besos que tuve en el pasado. Sentí como si yo… yo era feliz… yo creo que me enamoré de tí, Matsuri.


Ella se quedó boquiabierta, atónita, pasmada, no sabía ni que cara poner. “¡Genial! ¡Ahora enamoré a los dos hermanos! ¡Y encima los dos son muy sexys! ¡Bien hecho Matsuri!”. No sabía que hacer, como reaccionar, se encontraba perdida, como un pequeño conejito blanco en medio de una selva repleta de depredadores, sabiendo que el primer paso en falso podía ser también el último.


—Sé que no seré correspondido —agregó Kankuro— Porque todas se fijan en Gaara. Siempre fue así, él es el más listo, el más atractivo, en él se fijan todas las mujeres, incluso mi madre lo prefería a él, y para mí, nada. Siempre tuve que arreglarmelas solo, ocultando mi tristeza bajo una coraza de felicidad. Yo siempre fui el alma de las fiestas, el “Party Boy”, porque siempre quise que me miraran, que me reconocieran. Porque aún quiero que me den un mínimo de lo que Gaara recibe de todos, con tan sólo eso, yo podré vivir mucho mejor. Pero tú amas a Gaara, eso nada lo cambiará, y estas palabras de nada sirven. Me lastiman a mí, sólo eso hacen. Gaara es quien merece todo, no yo, yo soy el otro hijo, soy “el hermano de…” Ni siquiero soy bueno en este deporte, ni siquiera me gusta, estoy aquí porque quería que me miraran como alguien, alguien importante, que la gente supiera mi nombre. Pero no, tan sólo soy “El hermano de Gaara, uno de los mejores jugadores” o “el defensor que siempre se equivoca”. Pero… la envidia no es sana. Yo siempre fui fiel a mi hermano, él es una buena persona, y lo seguiré siendo… y si tú eres su mujer… yo no puedo ponerme en medio de ustedes dos…


—Kan.. ku…ro… —balbuceó la castaña, con ojos vidrosos.

—Mejor… volveré a entrenar…


Y ocultando su rostro, para que de ese modo ella no pudiese ver sus lágrimas, el Sabaku No regresó al área y se puso a elongar. Gaara lo vio alejarse y se acercó a la modelo.


—¿Sucede algo? —preguntó el pelirrojo.

—No, estaba… aclarando todo con Kankuro —relató Matsuri, secándose rápidamente los ojos— Gaara…

—No tienes que hablar, lo sé todo —intervino él— Sé que me amas.


¡¿Por qué rayos era tan directo?! Matsuri sintió que su corazón iba a estallar de tantas emociones, ¡eran muchas en muy poco tiempo!


—Y creo que… yo también… siento algo… por tí —admitió el pelirrojo con notable dificultad.


Ahora sí que Matsuri sintió como si le hubieran extraído el corazón, se lo hubieran revuelto un rato, y se lo volvieron a colocar. Sentía un mar de sentimientos que la dejaban confusa, no sólo era raro que Gaara se abriera con sus emociones tan cálidamente, lo cual era impropio de él, si no que además correspondía a sus sentimientos… ¡¿y ahora por que rayos dudaba ella?! ¡¿Qué le sucedía?! Su mente decía que atrapara a Gaara entre sus brazos y le diera el mejor beso de su vida, pero su corazón la hacía quedarse en su lugar y meditar la situación. Una voz, que le pareció muy lejana, la devolvió al planeta y a la situación que vivía.


—Matsuri —la llamó él. Volvió a hablar cuando vio que captó su atención— Iré a comprar unas cosas esta tarde que necesito… y necesito una segunda opinión…

—Déjame ver si estoy ocupada y te digo, ¿sí? —le pidió la modelo con una tímida sonrisa.


El muchacho aceptó y regresó al entrenamiento. La joven fue hacia el banco de suplentes, que ahora estaba vacío ya que Hinata se había retirado al baño, y hundió la cabeza entre sus manos, apenada. En eso, llegó la sonriente Yamanaka, que se sentó a su lado y estaba por ponerse a hojear los papeles en sus manos cuando notó el semblante triste de su amiga.


—Ey, ¿qué pasa? —preguntó la rubia.

—Etto… ¿ccómo lo digo? —murmuró la castaña, alzando su rostro— Gaara me invitó a salir… y le dije que lo pensaría…

—Ah, sos tarada —comentó Ino con naturalidad.

—Bueno, tampoco me digas así —se defendió Matsuri— Es que… lo ví a Kankuro y.. no se, me dio como algo de pena…

—A ver si entendí bien —intentó captar la médica— Tú estás perdidamente enamorada de Gaara desde hace años, y cuando finalmente te invita a salir, tú le dices que lo pensarás porque el hermano, que se besuquea con todos los gatos habidos y por haber, te da pena.


Se miraron un momento ambas amigas, y la de ojos más oscuros suspiró.


—Dicho así, soy una tarada importante —asimiló Matsuri.

—¿Y qué esperas? ¡Vé! —la alentó la Yamanaka. La hizo pararse y la empujó hacia el campo de juego— ¡Dile que saldrás con él!


Y mientras Matsuri se apura hacia donde esta Gaara, Naruto intercambia unas palabras con Tenten y su prima acerca de…


—Vamos Naruto, soy tu prima, puedes contármelo —insistió Sakura— ¿Qué dice Neji de Tenten?

—Es que no puedo decírtelo con ella aquí presente, dattebayo —se negó el rubio.

—¡Pero si después Sakura me lo contará! —exclamó la modelo de ojos chocolate— ¿Qué pasa? ¿Tan mala es su opinión?

—No… es muy buena… —reveló el Uzumaki, y luego se tapó la boca con su mano, intentando volver a meter las palabras que salieron de regreso— Perdón, Sakura-chan, pero si Neji me oye, me mata. Mejor vuelvo al campo de juego.

—Sí, anda —le permitió la Haruno, con ira contenida. Comentó, cuando él se alejó— ¡Pero es mi primo! ¡No puedo creer que no me cuente!

—Ya, no importa —la consoló Tenten, y ambas caminaron hasta la banca, donde encontraron a Ino leyendo algo animadamente— Ino, ¿qué lees?

—Oh, chicas —exclamó la rubia, que no las había notado llegar. Se sentaron a ambos lados de ella— Estaba leyendo una nota que le hicieron a Sai, la leeré en voz alta.


Carraspeó para aclararse la voz, y comenzó a leer la nota en voz alta:

“Gente: Cuéntanos Sai, ¿qué es de tu vida personal? ¿Estás saliendo con alguien? ¿En pareja?

Sai: Actualmente, conocí hace poco a una chica.

Gente: ¿Y cómo es?

Sai: Preciosa”

Sakura y Tenten miraron a Ino, que había hecho una pausa para respirar. Se encontraba completamente roja, por lo que supieron una cosa por seguro: estaba enamorada.

“Gente: Pero cuéntanos más, ¿qué es ella exactamente? ¿Saliente? ¿Novia? ¿Esposa?

Sai: Si ella acepta al leer esto… mi novia…”

La Yamanaka dejó caer los papeles de sus manos y se quedó muda. ¡No podía creerlo! ¡Sai le había propuesto ser su novio! ¡Y a través de una nota periodística! Se puso de pie súbitamente, tan súbitamente que sus amigas se intercambiaron miradas de terror.

Pero la joven no hizo ninguna locura. Bueno, en realidad sí, salió disparada como si fuera una bala en dirección al campo de juego. Más especificamente, hacia el área, donde se encontraba Sai. Le saltó en la espalda y se colgó de él, pero lo tiró al suelo del peso. Ya en el suelo, quedaron tan cerca que se rozaban las narices, y ella rió nerviosamente, luego le susurró un “Acepto” para proceder a besarlo con pasión.


—¡Bueno, muchachos, para los vestuarios que empieza! —gritó Asuma, haciendo que sus jugadores regresaran para dicho punto.


Costó un poco separar las lenguas de Sai e Ino, pero el entrenador lo logró. La Yamanaka fue a sentarse con Hinata, Sakura, Tenten y Temari, y al segundo se sumó Matsuri tras haber aceptado la invitación de Gaara.

Durante diez o quince minutos, las chicas se dedicaron a hablar de moda, de la nueva colección de “47 Street” que estaba buenísima, y de los bombones hollywoodenses. La discusión: Edward (Robert Pattinson) vs Jacob (Taylor Lautner).


—Chicas, Rob es sin duda el más sexy —opinó la Haruno sin más— Innegablemente hermoso.

—¡Pero bien que te gusta ver a Jacob, eh! —le remarcó Tenten— Taylor es tan bello…

—No le llega ni a los talones a Edward —se defendió la joven de cuatro coletas.

—¡Jacob es pasión! —insistió la otra rubia.

—¡Hinata, desempata! —decidió la Sabaku No.

—Etto… no… yo… no sé… sería im…impropio… —balbuceó la aludida.

—Se hará de noche antes de que Hinata diga lo que piensa sobre el físico de esos chicos —sentenció Matsuri— Pero ninguno de los dos. Chicas, el más sexy es David Boreanaz, y no se discute.


Antes de que nadie pudiera hablar, fueron interrumpidos por el ruido creciente de las vuvuzelas y los bombos de la tribuna. Acababa de salir Konoha F.C. al campo. Suigetsu, que estaba junto a las chicas al igual que Juugo, soltó un bufido. Realmente tenía muchas ganas de jugar.

En eso, salió por el otro extremo de la cancha, Akatsuki F.C. Sus jugadores eran mayores que los de Konoha. Eran liderados por un muchacho de tez morena, cabello azabache recogido en una cola de caballo y ojos negros como el firmamento nocturno. La remera del equipo, negra con nubes rojas, le quedaba muy bien. Se encaminó al centro, donde se encontró cara a cara con el capitán del otro equipo, Sasuke.


—¡Damas y caballeros, tendremos un encuentro intenso hoy! —se escuchaba gritar al presentador— ¡Los hermanos Itachi y Sasuke Uchiha enfrentados! Recuerden que los hermanos Uchiha siempre han estado enemistados, hoy veremos quien es el mejor.


—Dense la mano, caballeros —les pidió el referí, un anciano canoso con un ojo vendado llamado Danzou.

—No perderé, Itachi —susurró Sasuke con arrogancia, al estrecharle la mano.

—Ya veremos, hermanito —musitó Itachi serenamente.


Las manos se soltaron y el partido comenzó. Sasuke fue más rápido, tomó poseción del balón y avanzó con velocidad hacia el área enemiga. Naruto y Kiba aparecieron a los lados, gritando que se la pasaran, pero el Uchiha hizo caso omiso, él quería marcar el gol.

Como castigo por su egoísmo, perdió la pelota, se la arrebató un muchacho de cabello anaranjado y ojos azules llamado Yahiko. Yahiko se la pasó a un albino, de nombre Hidan, el cual pateó con toda su fuerza al arco desde mitad de cancha, pero Shikamaru fue veloz y atajó el tiro.


—¡Bien hecho, vago! —lo apluadió la Sabaku No.

—Sasuke, si no juegas en equipo, no ganas —le susurró el Uzumaki cuando pasó cerca de su amigo— Espera arriba, yo te pasaré la pelota y tu pateas.


Shikamaru le pasó la pelota a Chouji, quien se la entregó a Gaara. El pelirrojo esquivó a Hidan y Yahiko, luego amagó pasarsela a Kankuro para entregársela a Neji. Entre el Hyuuga y Lee, se la pasaron unas siete veces y así evitaron que Itachi se las arrebatara, y finalmente Lee le pegó con toda su “llama de la juventud”, como él la llamaba, en dirección a Naruto.

Pero el tiro fue muy fuerte. Pasó por arriba del rubio, y se hubiera ido de la cancha si el diez de Konoha no hubiese saltado y no la hubiese bajado de pecho como hizo. Ya con la pelota junto a su pie, Sasuke se dispuso a patear, pero…


—¡AHHHH! —el terrorífico grito del azabache silenció a todo el estadio.


El Uchiha cayó al suelo, tomándose su adolorida rodilla. Hidan, que estaba junto al él, se puso inmediatamente de pie, gritando que no había sido una falta intencional, que fue una patada a la pelota, pero Danzou respondió con una tarjeta amarilla.


—¡Permiso, soy médica! —gritó Sakura, mientras llegaba junto a Sasuke acompañada por Ino— Déjenme examinar.


Se agachó junto a él y le miró la pierna derecha. Tocó su rodilla derecha y el Uchiha gritó de dolor.


—Ligamentos cruzados —concluyó la joven de cabellos rosados— Y posible fractura de ligamentos, lo cual es peor.

—¿Qué hacemos, Sakura? —preguntó Asuma con preocupación.

—Trasladenlo a la guardia del club, sólo hay una salida —ordenó la Haruno— Ino, consígueme un bisturí, guantes…

—Descuida, ya entendí, sé lo que necesitas —captó la Yamanaka, y salió corriendo como una loca en busca de los objetos deseados.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó el Sarutobi, mientras junto a Sakura llevaban al Uchiha hacia la guardia.

—Tengo que operarlo urgentemente, o se puede volver algo muy serio —dijo la doctora con seriedad.


Mientras se llevaban a Sasuke, el viejo Danzou se acercó a Naruto, que en ausencia de Sasuke era el capitán suplente.


—Señor Uzumaki debe entrar un nuevo jugador por el señor Uchiha —indicó el referi.

—Sí, es cierto —recordó el Uzumaki, regresando al juego— ¡Suigetsu! ¡Entra!

—Por fin —musitó el albino, ingresando a la cancha.










—¡AHHHHHHHH!

—Sasuke, quedate quieto, por favor —rogaba Sakura.

Le era imposible trabajar si el Uchiha se retorcía del modo en que lo hacía, aún cuando Asuma e Ino lo sostenían, tenía una fuerza increíble. Pero lo más sorprendente de todo, era ver al frío y temerario Sasuke en ese estado, como un niño asustado. Aunque nadie reparo en ello, la situación era muy grave.

—Sasuke, ten —le dijo Ino, entregándole una toalla pequeña. Se la colocó en la boca— Tus gritos son más agudos que los míos.

—Lo siento, pero tendré que operar sin anestecia —se lamentó la Haruno— Sostente de algo y te recomiendo gritar, pero no moverte, porque esto te va a doler.

Y empuñó el bisturí contra la rodilla para comenzar con la operación.














—¡Mano! —gritó Danzou, señalando a un muchacho enmascarado de cabello negro.

—¡Tobi no hizo falta! ¡Tobi es un buen chico! —chillaba el enmascarado, pero el árbitro no lo escuchó.

—Penal para Konoha —sentenció el anciano.

Naruto, Sai, Kiba y Suigetsu se reunieron, y decidieron que fuese el primero el que patease. El rubio miró el reloj mientras se encaminaba al punto indicado, se acababa el tiempo, esta sería la última jugada, y aún iban cero a cero.

—Este penal define todo, dattebayo —murmuró el Uzumaki con rabia.












Sasuke respiró con algo más de pesadez de lo normal. Le costaba, pero al menos lo hacía, ¿no? Ya el dolor en su pierna había bajado, no desaparecido pero sí disminuído. Asuma se retiró hace ya un rato, debía volver al partido, y la Yamanaka se fue a lavarse las manos. Sakura limpiaba la cicatriz para que no se le infectara luego, y esto causaba algunas punzadas de dolor en el muchacho, pero él disimulaba su sufrimiento con su típico semblante frío.


—No jugarás por un buen tiempo —le informó la médica.

—¿Cuánto? —preguntó, con temor de la respuesta.

—Un par de meses, mínimo.

—¡Mierda! —exclamó él, luego sintió otra puntada y chilló de dolor.


Ella intentó calmarlo, puso sin querer su mano en su pecho. Entonces, los ojos del Uchiha se abrieron tan grandes, que parecieron salirsele de las órbitas. En la mano derecha, Sakura portaba una pulserita blanca con una flor negra.


—Sakura… médica… hospital Kunoichi… esta pulsera… —dijo Sasuke con dificultad— Eres tú…


Hizo un esfuerzo sobrehumano, y levantó su mano derecha. Llevaba una pulsera negra con una flor blanca, y ahora Sakura se quedó pasmada también.



Flashback



Un niño de seis años se encontraba llorando, completamente solo en el frío suelo de la plaza. Era bajito, de cabello azabache algo largo, ojos negros pero puros e inocentes, y vestía unos shorts cortos azules y una remera de mangas cortas negra como sus orbes, además de zapatillas blancas de “Converse” muy bonitas. Un grupo de niños grandotes le arrojaron una piedra que le dio justo en la mejilla y lo hizo sangrar en aquel punto.


—Y no vuelvas a aparecer por aquí, huerfanito sucio —le gritó un niño, y todo el grupito se fue.


El muchachito sollozaba. No sólo tuvo que soportar la muerte prematura de sus padres, si no que también debía sobrellevar que otros chicos lo trataran de “huerfanito” y lo molestaran e insultaran.

Una niña se acercó a él lentamente. Era pequeña, de aproximadamente seis años de edad, de cabello rosado algo largo, ojos tan verdes que semejaban dos piedras de jade, y vestía un vestidito rosa de “Cheeky” precioso. Portaba un botiquín de primeros auxilios en sus manos, y se agachó junto al niño.


—¿Qué quieres? —preguntó él entre sollozos.

—Estas herido —murmuró ella— Déjame ayudarte.


Sacó de su botiquín una gaza y una botellita de lo que parecía ser agua, pero en verdad era otra cosa que el niño desconocía. Mojó la gaza en ella, y se la aplicó a la herida del cachete derecho.


—¡Ah! Me arde —se quejó el muchacho.

—Es para cicatrizar la herida —informó la nena— Mira, ya secó la sangre.


Ahora, sacó otra gaza y un rollo de cinta scotch, y comenzó a aplicarlo para tapar la herida.


—Con esto estarás mejor —sonrió la pequeña— Cuando sea grande, yo quiero ser médica y ayudar a las personas para que se curen.

—¿Ah sí? —preguntó el niño con interés, sentándose apropiadamente en el suelo.

—Claro, así tal vez pueda ayudar a mi madre a que se sienta mejor —sonrió la niña con optimismo— Mi abuela me dijo que cuando me gradue, podré trabajar en el hospital Kunoichi.

—¿Hospital Kunoichi? —repitió el nene, sin comprender.

—Es un hospital muy bueno, donde esta internada mi mamá —le informó ella— Trabajar allí es mi sueño, espero cumplirlo algún día. Listo, creo que ya terminé con tu herida.

—Oye, ¿puedo darte algo? —preguntó el niño, buscando en sus bolsillos hasta sacar una pulsera.

—¿Qué es? —preguntó, recibiendo en sus manos una pulserita blanco con una flor negra.

—Es una pulsera de flor blanca y negra, yo también tengo una —levantó su brazo derecho y mostró su pulsera con los colores invertidos— Mi hermano dice que si se la das a alguien y tú tienes a otra, y ambos la usan siempre, se volverán a encontrar.

—Entonces me la quedo —sonrió la jovencita— Muchas gracias.

—¡Sakura! —la llamó una voz de mujer a la lejanía.

—Es mi abuela, que me llama —notó la niña y se puso de pie. Besó al niño en el lugar donde se había lastimado, la mejilla derecha— Adiós, y gracias de nuevo.



Fin Flashback



—Yo me enamoré de esa Sakura —relató Sasuke. Estaba llorando, y también Sakura, pero ninguno de los dos entendía el porque— Día tras día durante meses, regrese a esa plaza, buscándola, buscando a esa niña dulce con deseos de convertirse en médica y trabajar en el hospital Kunoichi.

—Pero no hubo caso —finalizó la oración la Haruno— Después de ese día, salí del país por dos años, buscando un nuevo tratamiento para mi madre. Pero no resultó… ella falleció…

—Ya veo —murmuró el Uchiha lentamente.


Se tomaron su tiempo. Respiraron, lentamente, por lo que pareció siglos, y finalmente, tras mirarse profundamente, como si se pusieran de acuerdo con la mirada, se besaron.

Fue un beso intenso, apasionado, de película. Ella acarició la mejilla que Sasuke se había lastimado de niño con su mano mientras sus lágrimas caían inexplicablemente sobre el rostro de él, y Sasuke respondió con amor y ternura, siguiendo el ritmo a la perfección y sin ir muy deprisa, sintiendo lentamente como su amor por Sakura le hacía olvidar el dolor que sentía fisicamente, remplazándolo con sus sentimientos puros y sinceros, mientras afuera todo el mundo aplaudía y viroteaba a Naruto, que había anotado un gol de penal.



Continuara…




¿Cuál fue tu parte preferida del capi 13?
¿Qué opinan de la declaración de Sai a traves de la nota de "Gente?
¿Qué crees que opine Neji de Tenten?
¿Quién es más lindo, Robert o Taylor?
¿No son Sasuke-kun y Sakura-chan los más tiernos?





Proximamente en el capi 14:

-¡Neji y Tenten de compras!
-¡El regreso de "cierta loca"!
-¡SaiIno y SasuSaku definen su relación!
-¿¡Gaara y Matsuri de compras!?
-¡El plan de Tsunade!
-Hinata conoce a Karin y a alguien muy especial.... ¡nuevo trío! ¡NaruHina... ¡Adivinen!