One-shot ♦♣♦Pierrot V♦♣♦

Tema en 'Vocaloid' iniciado por Yoko Higurashi, 23 Diciembre 2013.

  1.  
    Yoko Higurashi

    Yoko Higurashi Usuario común

    Piscis
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    27 Mayo 2011
    Mensajes:
    375
    Pluma de

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    Escritor
    Título:
    ♦♣♦Pierrot V♦♣♦
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2495
    Nota de la Autora: ¡Feliz Navidad! Si ya se que es 23, pero mañana es 24 y pienso publicar capitulos de mis fanfic's ya como navidad, por eso hoy les traigo el fanfic de una hermosa canción llamada Pierrot V que es cantada por mi Vocaloid favorito, mi hermoso y bellísimo Len Kagamine, su voz es increíble :D por eso este fanfic es para esa canción de la que casi nadie habla y nunca he visto un fanfic de la ella, para los que la conozcan ya sabrán de que va la historia y los que no, pues espero les guste este fanfic que para mi era el mas ideal para estas fiestas. En estas fiestas solo les deseo paz y amor, y espero puedan unirse al brindis de año nuevo de nuestro foro ;) que estaré esperando ansiosa su participación, sin más que decir les dejo con este pequeño fanfic.
    Atte.
    Suy-chan


    Pierrot V
    Querido Santa

    [​IMG]

    Que hermosa es la noche, o debería decir mañana, son apenas las 2 de la mañana y el viento se siente fresco, así que debo salir, poniéndome mi atuendo y mis armas de trabajo, decido que es momento de hacer mis encargos.


    — ¿Vas a salir Fifth? —pregunta uno de mis compañeros de trabajo.



    — Santa-san me lo ha ordenado —le digo con mi rostro serio— ¿A ti no te ha dado órdenes Second?



    — No realmente —y sentado en su silla pulía el arma favorita de Seventh mientras yo salía volando y corriendo entre la nieve del polo norte a cumplir mi siguiente misión.


    ¿Quién será la victima esta vez? Me pregunto en cada fragmento de la nieve y el viento que todo lo ve, nuevamente deberé castigar a un niño malo de la lista de Santa-san, pronto la navidad llegará y toda esta nieve será la marca de su fin.


    Este es el trabajo de un pierrot, el duende enviado por Santa-san para castigo y carbonización de los niños malos, si algo nos ha enseñado Santa-san es que el mundo está infestado de errores, los niños malos y las personas crueles, por eso yo Pierrot de V una noche más saldré a cumplir los mandatos de Santa-san, mientras la oscuridad de la noche cubre nuestro pecado.


    Al llegar al pequeño pueblo de Londres veo a todos preparándose para la fiesta, la nieve obstaculiza el pasó de las personas normales, mientras yo en mi traje avanzo poco a poco, checo nuevamente el nombre del niño, esta vez se llamaba Andrew Royal, y una siniestra sonrisa nace de mi rostro.


    — Esta será tu última navidad… —corro por la ciudad cubierto por una espesa capa café, miro cada rostro y cada acción con los ojos que Santa-san me ha otorgado, entonces lo veo— ¡Aquí!


    Que chico tan tonto, ocultándose de mí, su rostro pintado de blanco con pequeñas gotas de sangre y su risa malévola, una y otra vez de su mano un enorme cuchillo bajando y subiendo, cada vez salpica más sangre y mi mirada es rígida y sin emoción ante efusiva sonrisa.


    — Veintitrés, veinticuatro —cuenta cada movimiento de su cuchillo que marca a un cerdo muerto.


    — Andrew Royal —dije mientras sacaba la hoja con su nombre y todas sus acciones— edad quince años.


    — ¿Eh? —su mirada se torno de una alegre a una sorprendida— ¿Quién eres? —el cuchillo dejo de moverse para ser sostenido firmemente.


    — Nacionalidad…—pero no respondí pregunta alguna, tenía que ser parte de mi deber— inglesa.


    — Pregunte… —y su mirada hacia la tierra, de golpe se volvió en una…— ¿¡Quién rayos eres tú!? —una mirada llena de ira.


    — Desde el día de tu nacimiento hasta el día de hoy… —inútilmente trataba de encajar su cuchillo en mí, yo solo lo esquivo— has hecho solo el mal.


    — ¡Cállate! —gritaba fuertemente, como si no quisiera ser juzgado.


    — En nombre de Santa-san… —eleve la carta de sus pecados con mi mano derecha— ¡Serás castigado! —y se volvía una espada llena de sus errores.


    — ¡Te dije que te callarás! —su cuchillo rozo mi capa haciendo esta cayera al suelo y descubriendo mis ropas.


    — Es una orden de Santa-san —y con la propia espada que fue creada por su maldad atravesé su estómago para que inmediatamente su cuerpo se encendiera en el fuego de la ira del mismo volviéndolo solo en un enorme pedazo de carbón.


    Ésta noche soy el inquieto pierrot numero V, que en el propio circo creado por los pecado de otros, sin público alguno que pueda admirar esta pieza de arte, empiezo a tocar mi flauta a la luz de la Luna, como símbolo de luto para aquellos que osen ser malos, todo esto en nombre de Santa Claus.


    La sangre que alguna vez fue viva se extiende por la nieve, marcando la velada como toda noche de un pierrot, y en una caja de juguetes que saco de mi bolsillo encierro el carbón que quedo por el cuerpo de la víctima, conjunto a su último grito, esta es la magia que se me fue concedida.


    — Feliz Navidad —digo fríamente mientras veo el pedazo de carbón que he obtenido— tu regalo es una prueba de la magia número V.


    Después de esto, al volver a casa el fuego sale de la sangre que queda del pecado e invoca en mi la danza de vuelta, mi pelo se extiende con el sudor y la éxtasis de pensar que quizás Santa-san me felicite con palmadas en mi cabeza, así toco la triste melodía que escuche el día que nací y las llamas formas círculos como monstruos siguiendo mis pasos en la nieve a cada segundo, en un acto con una bestia salvaje así deambulo por las calles del pequeño pueblo de Londres antes de volver a casa.


    Quienes trabajen con Santa-san varias reglas cumplirán para evitar que los niños malos algún día se vuelvan hombres malos, son los errores que deben ser borrados como si nunca hubieran existido, esas son las palabras de nuestro amado Santa-san, aún si los buenos se vuelven malos, es nuestra obligación que los malos nunca lleguen a volverse más malos y encerramos su naturaleza en estos carbones, como un recuerdo de su existencia.


    Los miembros del trineo de Santa-san son muchos, ella es una mujer adulta y firme llena de belleza y sus pierrots somos los pequeños hechos para cumplir su palabra, mientras con una sonrisa y su tibia mano nos dice bien hecho, claro que debe ser así, después de todo ella es la pierrot First.


    Dentro de la organización, los diversos pierrot trabajan cada día al hacer los juguetes para cada año, pero los 6 primeros después de Santa-san somos los favoritos para cada misión, esta es la lista de cada uno.


    vPierrot II (Second): El azul, no toma trabajos fuertes y solo se encarga de las pequeñas tareas diarias de Santa-san

    vPierrot III (Third): La primera verde, también llamada la princesa de los sueños, ella se encargaba de supervisar cada mente y pensamiento de cada niño, así se sabe si es bueno y malo, y se le da un regalo ideal, actualmente esta retirada, alguien la mató.

    vPierrot IV (Fourth): Identidad y paradero desconocido.

    vPierrot V (Fifth): El amarillo, soy el único pierrot que es humano, me encargo de castigar y eliminar los errores para Santa-san.

    vPierro VI (Sixth): El samurái, es el mensajero de Santa-san.

    vPierro VII (Seventh): El franco tirador, con la mejor puntería, ella al igual que yo se encarga de los errores de Santa-san.


    La Pierrot Seventh es la pierrot con los ojos más bellos del todo polo y así mismo llenos de una oscuridad y malicia que nadie podría entender, ella poseía la magia número VII dada por Santa-san, al igual que la mía, una magia que solo ella podría usar.


    Recuerdo que ella trató de preguntarme como se podría escapar del taller de Santa-san con toda la magia de este, sin recibir castigo alguno, me pidió que la acompañará, no le di respuesta, después de todo soy el pierrot más fiel a Santa, y aún cuando hubiera forma de escapar no me alejaría de su lado, pero… ¿Realmente habría una forma de salir de aquí?


    — Querido Santa-san… —ella estaba sentada en la silla de siempre con sus piernas cruzadas mientras me veía con una sonrisa.


    — ¿Qué pasa mi pequeño pierrot? —ella me indica que me siente en sus piernas y así lo hago mientras beso su mano y posó mi cabeza en su cálido pecho.


    — Algo está mal… —digo en susurros mientras empiezo a entrecerrar mis ojos para escuchar los latidos de Santa-san.


    — ¿Qué cosa es mi adorado pierrot? —y su voz es tan suave como cual viento de invierno.


    — Hay un traidor en la casa —apenas dije eso, ella empezó a reír fría pero elegantemente.


    — Es solo un pequeño error pierrot Fifth —y con eso admire su enloquecido y sobrio rostro.


    Al día siguiente, apenas salió el sol, inmediatamente al buscar a la pierrot Seventh, ella no estaba, era como si nunca hubiera existido, nadie supo a donde fue, no quedo pista alguna de ella o de la magia número VII, pero Santa-san no se enojo, al contrario una sonrisa me mostró.


    Santa-san acaricia mi cabeza suavemente y siento su calidez moviendo mis cabellos mientras me sonríe gentilmente, mis ojos se cierran para recibir ese calor y amor que solo Santa-san da a sus pierrots, la mano de Santa-san estaba casi…


    — Pierrot Fifth —dijo firmemente— hay otro trabajo para ti —mis ojos lentamente se abrieron mientras que de su mano recibía una nueva carta de un nuevo error— no la abrirás hasta que llegues frente al error.


    — Como siempre Santa-san —y levantándome de sus piernas me puse nuevamente una capa para salir a la fría ventisca para ir a una nueva navidad en alguna otra ciudad, sin ninguna protección como era costumbre.


    La misión se daría en el valle de la ciudad de la oscuridad al otro lado del bosque de Hampstead Heath, ahí se suponía aparecería el chico, según las indicaciones de mi querido Santa-san, pero fueron varios minutos cuando después escuche un impacto, como de algo rompiéndose, no me dio tiempo de voltear y en un parpadeo de ojos el negro del valle se volvió el rojo carmesí de mi propia sangre.


    Mi pecho duele realmente, es un dolor insoportable, mis ojos abiertos ven como esta escurre sin parar en ningún momento, mi rostro no reacciona al ver mi mano cubierta por la misma, en realidad no hice ningún gesto, aún así me preguntó porque esto me sucede a mí.


    — No quiero morir —digo en un susurró— ¡No quiero morir! —para luego gritar, esta vez mostrando todo el dolor de mi corazón mientras caigo al suelo, aún tenía mucho que hacer por mi amado Santa-san.


    La noche llena de sangre, no acostumbraba ser yo quien cubriera la nieve con su dolor y agonía… ¿Cuál era mi pecado? Toda mi vida la había dedicado a él, y la carta que estaba en mis manos con el nombre de mi víctima fue tomada por quien había disparado, en pie frente a mí.


    — Seventh… —dije casi sin pode hablar.


    — ¡Hola! —ella sonreía tan dulcemente mientras se ponía de cuclillas frente a mí para empezar a picar mi cara— veamos… —y empezaba a abrir la carta de Santa-san.


    — Eso no es tuyo… —le dije calmadamente— es la carta de Santa-san.


    — Silencio… —puso su dedo índice en sus labios mientras me mostraba otra sonrisa— trato de leer —mi cuerpo dolía tanto que no pude oponerme a ella— en nombre de Santa-san —empezó a leer— desde el día que naciste hasta el día de hoy —su voz era firme y pasiva, pero llena del poder que todo pierrot poseía— culpable de la muerte de inocentes y dueña de errores incalculables —una leve risita salió de su boca— llena de pensamientos malvados no registrados debido a que causaste la muerte de pierrot Third —ya para ese momento comprendí a quien debía castigar— tú serás juzgada pierrot Seventh.


    — ¿Alguna objeción? —dije mirándola fijamente, aunque sabía que en mis condiciones era imposible juzgarla.


    — ¡Ninguna! —ella sonreía mientras se levantaba y elevaba la carta de Santa-san para que se volviera la espada de sus pecados.


    — ¡La magia V! —ese era mi poder— ¿¡Qué haces con ella!?


    — Te equivocas —ella volvió a reír tan inocentemente que causaba miedo— no es la tuya, es la mía —la espada era acercada a mi— se supone que tu debías matarme, pero nunca pudiste activar tu magia V.


    — ¿Por qué? —pregunté en una última petición antes de lo que pasará.


    — Me cansé de ser sirviente de Santa-san —ella clavo la espada de sus pecados en mi— se suponía esta espada debía matarme —yo empecé a toser sangre— pero Santa-san fue el culpable al dejar desprotegido a su pierrot favorito, aún sabiendo que era solo un humano.


    Esta noche soy el inquieto pierrot número V, estoy tan cansado, así que cerré mis ojos mientras la nieve me cubría, y tuve un bello sueño, entonces recordé, el amor que tanto tenía a Santa-san, aun cuando Seventh no pudiera entenderlo, que cuando perdí todo, cuando un incendio me quito mi hogar, a mi padre y a mi madre, fue solo Santa-san quien me ofreció un lugar y un hogar al cual pertenecer y sus cálidas manos me llenaron del amor del cual tanto carecí, si le fui fiel hasta ahora fue por el amor que él me dio, él era mi padre y mi madre.


    En mis sueños vi a mis verdaderos padres abrazándome y mimándome, sus cálidas voces llenándome de amor, su sonrisa que había olvidado llenaron mis apenas vivos ojos de lágrimas que se combinaron con la nieve y la sangre carmesí que emanaba de mi cuerpo como un río, todo conjunto al dolor y a la dificultad de respirar.


    Sé que yo pierrot Fifht ya no será capaz de bailar nunca más, en la éxtasis de la flauta de Luna y la canción de mi Santa-san, el sudor y la emoción de cada paso en la ciudad no serían nunca nuevamente vistos o practicados por mí, todo se acabo, este es el final… ¿Verdad Santa-san?


    — ¿Viste? —dijo como últimas palabras— te dije que escapáramos juntos de aquí —ella murmuro cruelmente al mismo tiempo que reía perversamente, la magia número VII fue conjurada.


    Mi cuerpo se empezó a quemar lentamente en la nieve con la sangre que transcurría en el blanco del llanto de lo que antes debía ser un humano, mi destino fue sellado en su magia, en esa espada de errores que le pertenecían, mi cuerpo se esfumo dejando solo una simple bala para la magia número VII.


    “Gracia por todo, querida Santa-san”
     
    Última edición: 23 Diciembre 2013
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  2.  
    Syel

    Syel Extraña

    Cáncer
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    Wow.
    Me quede con ganas de leer más, supongo que para entenderle mejor tendré que escuchar la canción.
    Aunque es un poco...no se como describirlo ¿sádico? ¿triste? No lo sé, aunque sea así me gusto mucho la trama, es como algo que te advierte que tarde o temprano pagarás tus castigos y no de una forma bonita. La manera es la que acaba con la maldad me parece fascinante y me da un poco de miedo (me recuerda a los shinigamis de kuroshitsuji).
    Al final siento que no fue justo que Len acabara así, el merecía otra clase de vida, de oportunidad...pero a la vez siento que estuvo bien ya que no era más que un juguete de Santa, su herramienta y eso en definitiva no estaba bien.
    Para concluir mi torbellino de emociones, creo que solo así pudo ser libre XD
    Me alegro que mi adorado Gakupo sea el mensajero, es tan sexy...
    Gracias por la invitación ^^
    *corre a buscar la canción*
     
  3.  
    Nagisa Shiota

    Nagisa Shiota Chico "idiota" e "inestable"

    Leo
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    Bueno, este fanfic tiene muy buena redacción, y la historia me atrapo, la canción ya la había escuchado antes por lo que debo decir que el detalle de describir las magias V o VII, han sido un gran trabajo, incluso me ha gustado como hacían uso de cartas para convertirlas en espadas y clavarlas, eso le da un toque de acción realmente entretenido a mi parecer a la hora de leer, solo debo decir que al final de tu redacción fue algo confuso la forma en que Pierrot V muere, no se expresarlo pero si comprendí que la carta era para juzgar a la Pierrot VII y la espada era para matarla, y también comprendí que Pierrot VII la tomo y la uso en Pierrot V, matándolo en su lugar, solo que es algo pesado de leer y uno se pierde, aún así lo demás es demasiado bello y simplemente felicidades, me gusta mucho tu fanfic.
     
  4.  
    wasabi

    wasabi Flamer Comentarista empedernido

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    Escritor
    Siempre me gustó y me dio miedo esa canción.

    Me gusta la melodía que le das al fic, el sentimiento y la descripción de los pierrots. Ese Santa, hace algo malo pero su pierrot favorito lo hace ver como algo bueno, necesario y totalmente normal.

    Un lado muy oscuro el de la navidad, y el final, wow. Sabía que era VII la condenada, pero no creí que matara a V.

    Pobre pierrot, me encariñé con él y el final donde dice porqué le es fiel a Santa me destruyó.

    D'mitry.
     

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