Long-fic El perro guardián.

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por Ria, 5 Octubre 2013.

  1.  
    Ria

    Ria Iniciado

    Tauro
    Miembro desde:
    1 Julio 2013
    Mensajes:
    6
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El perro guardián.
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2864
    Bueno, este fic también lo publico en una pagina llamado Corazón de Melón.
    Algunos personajes, como Castiel y Lysandro, son propiedad de la creadora del juego. Solo la trama me pertenece.
    También me han ayudado en la creación de varios personajes algunas amigas de la misma página.
    ¡Espero que les guste! ;)

    Meru Ayimita es una muchacha de 16 años de edad que vive en Japón, Sapporo. Un día, volviendo de su trabajo, escucha un nombre proveniente de la nada; “Mizu”. Al seguir la voz, llega a un callejón donde hay un pequeño collar azul en forma de perro. Escucha nuevamente la voz, y repite lo que escucha. Del collar sale un perro mágico con poderes elementales. Desde entonces, comienza su aventura para juntar a los ocho guardianes, y despertar a los perros elementales. Juntos, deberán derrotar a un gran villano que desea conquistar todo el mundo; Waru-Yami.

    ~~Prologo~~

    -Si la vida no puede ser mas difícil, solo díganmelo…-Murmuré, caminando en la oscuridad, en dirección a mi casa.
    Mi nombre es Meru, Meru Ayimita de 16 años de edad. Trabajo en un restaurante de medio tiempo por la noche, por lo que ahora estoy volviendo a casa. Es la misma rutina demente de toda mi vida.
    -Mizu, Mizu, Mizu…-Escuché un eco proveniente de la esquina de la cuadra.-Mizu, Mizu, Mizu…-Corrí al callejón. No había nada.
    -¿Pero qué ah sido eso? ¿Una broma?-Pregunté para mi misma.
    -Mizu…Mizu…-La voz era mas clara allí.
    -¿Mizu? ¿Dónde?-Dije. Observé junto al muro de allí. Un collar azul, en forma de perro estaba tirado. Brillaba con la luz de la luna. Lo tomé.-¿Quién tiraría tal hermosura?-Pregunté, poniéndome el collar.
    -Mizu…Mizu…-Volví a escuchar, como si la voz estuviera junto a mi.
    -¡¿Qué?!-Me volteé espantada.-¿Qué es eso…?-Murmuré. Lancé un suspiro.-¿M…Mizu…?-Dije. El collar brilló con una luz azulada y casi me deja ciega. Me vi en el suelo, cubriéndome la cara con las manos. Hice un hueco con mis dedos y vi lo que había delante de mi.-¡¡AAHHH!!-Un perro gigantesco, de color azul y celeste, me miraba con desdén.
    -¿Acaso tú me despertaste, niña?-Preguntó.
    -S-Sí…¡Espera un momento! ¡¡Tú…HABLASTE!!-Me asusté. Me acerqué al perro gigantesco e intenté tocarlo.
    -Claro, soy mas inteligente que los perros normales. No soy como esas criaturas inferiores. ¡Yo soy Mizu, perro guardián del agua!-Dijo, tomando una pose triunfante.
    -Ah, ya entiendo, estoy soñando…-Me dispuse a salir del callejón, para ir a mi casa y luego despertar, pero Mizu saltó sobre mi, impidiéndome el paso.
    -¡Oye tonta, no es ningún sueño, yo soy un perro guardián, y tú, lamentablemente, eres mi ama!-Dijo, gruñendo enojado.
    -¡¿Q-QUÉEE?!-Cerré los ojos. Creo que fue solo por un momento. Cuando abrí los ojos, me encontraba en mi cuarto.
    -Bien, Meru Ayimita, más te vale tratarme con hospitalidad. Esperaré la comida, ya que no eh comido en mil años…-Dijo Mizu. Abrí los ojos como platos. ¡A mi nadie me ordena las cosas así!
    -¡Oye, Mizu o como te llames, tú no tienes el derecho de aparecer de la nada y empezar a ordenarme cosas!-Dije. Alguien golpeó la puerta.
    -¿Hija, con quién hablas?-Escuché la voz de mi madre detrás de la puerta. La entreabrí para que no viera a Mizu.
    -H-Hola mamá…-Dije.
    -¿No vas a comer?-Preguntó.
    -N-No, gracias, mamá.-Ella intentaba entrar al cuarto, pero yo se lo impedía.
    -¿Qué tienes ahí?-Preguntó.
    -¡Mamá, te lo puedo explicar!-Entró, y yo la miré. Mizu había desaparecido.
    -Enserio, ¿Qué te pasa hija?-Sonrió mi madre. Me besó la frente y salió de mi cuarto. Suspiré y cerré la puerta.
    -¿Mizu?-Pregunté. El collar, que ahora se encontraba sobre la cómoda, volvió a brillar y frente a mi estaba Mizu, en la forma de labrador Retriever con un pañuelo color azul alrededor del cuello.-Déjame adivinar, cada vez que digo tu nombre, tú sales del collar que es como…¿Tu guarida?-Dije.
    -Entiendes rápido, Meru Ayimita.-Dijo Mizu.
    -Dime solo Meru…-Pedí.-¿Me explicarías algo de lo que pasa aquí?, por que no puedo entender nada…-Dije.
    -Yo, hace mil años, fui compañero de un gran guerrero. Nosotros defendíamos a la gente en problemas, con los poderes del agua…-Dijo Mizu. Asentí.-Como TÚ eres su descendiente, tu deber es salvar al mundo del nuevo mal que se avecina, como guardiana del agua.-Abrí los ojos como platos.
    -¡¡¿QUÉEE¡!! ¡¿DESDE CUANDO?!-Grité.
    -Desde que dijiste mi nombre, usando el collar. Esa es la forma para invocarme.-Dijo, acurrucándose en una esquina del cuarto. Suspiré.
    -Mizu, déjame dormir y luego me dices…No logro asimilar todo…-.
    -Como quieras. Quiero carne para desayunar.-Dijo. Suspiré.
    Mizu durmió en unas mantas que dejé en el suelo. No podía dejar de verlo. Era increíble que algo así pasara. ¿Qué significa esto? Mañana tengo que preguntarle por qué está aquí…Pero por ahora…Debo dormir…

    ~~Capitulo 1~~
    Abrí los ojos de a poco, desperezándome. ¡¡NO ESTABA EN MI CUARTO!! Un cielo gris y tierras desoladas a mi alrededor.
    -¿Qué ah pasado aquí?-Pregunté.
    -Es lo que podría pasar si te negaras a cumplir tu deber como guardiana junto a tu perro…-Escuché una voz masculina detrás de mi. Me volteé. Un hombre de cabello rojo oscuro y ojos grises, llevando un traje de samurái, me observaba seriamente.
    -¿Q-Quién eres tu?-Pregunté.
    -Soy tu antepasado, Mure* Ayimita.-Dijo. Reí para mis adentros.-¿Qué es lo que te causa gracia?-Dijo, frunciendo el ceño.
    -“Mure”. Qué raro nombre para alguien que viaja solo…-Dije. Tomó su espada y me apuntó con ella.
    -Si vas a ser así de irrespetuosa, el futuro no se podrá arreglar…-Dijo, con un tono de voz escalofriante. Asentí, con mucho miedo.-Bien, escucha.-Guardó la espada.-La maldad empieza a tomar forma de animal, y esta buscando un nuevo amo. Su nombre es “Hakai” el perro Hakai…-Puse los ojos en blanco.
    -¿E-Entonces…?-Dije, para que él terminara la frase.
    -Entonces, debes juntar a los siete perros elementales que restan…-Puso su mano en la manga de su traje, y sacó siete collares, todos con forma de perro, y de diferentes colores…-Necesitarás estos, para despertarlos. Ten cuidado con los secuaces de El Perro Hakai…-Dijo. Todo se puso muy brillante, y luego me desperté.
    -¡¡Espera!!-Dije. Me levanté asustada. Junto a mi estaba Mizu, viéndome como si estuviera loca. Nos miramos unos minutos, hasta que yo reaccioné.-¿Qué tanto me ves?-Pregunté.
    -Estabas moviéndote como ardilla agonizando, y me acerqué a ver qué te pasaba.-Dijo.-¿Acaso un espíritu maligno te poseyó?-Preguntó. Qué extrañas eran las conclusiones en el Antiguo Japón, pensé.
    -N-no…Solo una pesadilla.-Respondí.
    -¿Pe…Sadilla?-Repitió Mizu.-¿Qué es eso?-Caí de cara al suelo por la sorpresa.
    -Bueno…Una pesadilla…Es como un sueño malo, que no te gusta y te produce malas sensaciones…-Intenté explicar.
    -Como sea, hoy debes ir a la escuela, Meru Ayimita, lo ah dicho tu madre antes de que despertases.-Dijo Mizu.-¿Podría acompañarla?-Dijo.
    -¿Cómo crees? No puedo llevar animales a la escuela, mucho menos uno que parece un lobo gigante…-Dije, aunque Mizu ahora estaba en su forma de Labrador Retriever. Me peiné mi cabello rojizo, aunque no era mucho y me vestí.-¡Ah, Mizu, tengo una idea!-Grité yo.
    -¿Um?-Se dio la vuelta para verme.
    -¿Qué te parece si tú te escondes en tu refugio ese y te llevo a la escuela?-Dije. ¡Una idea implacable!
    -Sí, ¿Pero qué pasaría si llegaran a robar el collar? ¿O si se rompe? ¿O si lo pierdes?-Con cada suposición que hacía, me sentía mas diminuta.
    -B-Bueno…-Respondí, y luego suspiré.-Tienes razón, bueno, nos vemos luego.-Sonreí y salí del cuarto.

    Caminaba sola en calle, con la mirada baja y pensando en todo eso. Claro, un perro parlante que puede controlar el agua apareció en mi vida para decirme que me eh convertido en la guardiana del agua…Muy coherente.
    -Haay, ¿Qué me pasa? Seguro esto es un sueño…¡Waaa!-Me golpeé la cara, para despertar del sueño, pero nada.
    -¡Meru!-Alguien me llamó detrás de mi.-¿Cómo has estado?-Preguntó mi amigo, Lysandro. Lo miré y sonreí.
    -Hola, Lysandro. Bien, gracias. ¿Tú?-Respondí.
    -Bien.-Dijo él. Caminamos un poco mas, mientras él hablaba, y yo estaba pensando en Mizu. Me sentía mal por dejarla sola. No quiero saber qué estará haciendo…
    Mizu
    ¿Qué será eso de las pesadillas? Serán visiones…Los humanos son extraños. En especial la familia Ayimita…
    -¡Aahh, Meru-san se fue y no me dejó alimentos!-Dije, mientras mi estómago rugía. Salí del cuarto, por debajo de la puerta, convirtiendo mi cuerpo en agua. Me estiré por fin en mi forma sólida y me dirigí abajo. Vi a la madre de la señorita Ayimita, haciendo algo con una especie de maquina de la que salía agua. Vi sobre la mesa un poco de pan. Me acerqué sigilosamente, lo tomé y volví arriba para comer en paz.
    -¡¿Pero qué ah pasado con mi bocadillo?!-Escuché gritar histérica a la señora Ayimita.
    -Pobre, ¿Quién le habrá quitado su comida?-Y volví a comer el pan.
    Meru
    Lysandro hablaba sobre algo muy animado, y yo no le prestaba atención. Llegamos al instituto, y me detuvo en la puerta.
    -Meru-san, ¿Qué te pasa?-Preguntó, con cara de preocupación.
    -N-Nada, Lysandro…-Dije.
    -¡Pelirroja, albino!-Escuchamos a alguien corriendo hacia nosotros.-¿Dónde diablos se habían metido?-Dijo Castiel.
    -Te recuerdo, Castiel, que tenemos nombres. Por si no lo recuerdas, Meru, Lysandro, Meru, Lysandro.-Dijo Lyss, hablándole a Castiel como si fuera un mono. Dejé escapar una risita.
    -Dime, Meru, ¿Me ayudarías a estudiar?-Dijo Castiel. Poniendo su brazo alrededor de mi cuello. No pude evitar sonrojarme.
    -¿Estudiar, o copiar su trabajo?-Dijo Lysandro. Puse los ojos en blanco. Estos dos…Aunque sean amigos, pelean de vez en cuando, y esas peleas principalmente son causadas porque Castiel quiere algo de mi…Y Lyss no quiere que pase tiempo con él…Ya se me ah declarado dos veces…-¿Meru? ¡Meru!-Escuché.
    -¡Ah, lo siento!-Dije.-¿Qué pasa?-Pregunté.
    -No lo sé, dime tu, ¿Vienes a casa luego de la escuela?-Preguntó Castiel.
    -D-Disculpen, hoy no puedo hacer nada…Tengo…Visitas en casa…-Dije. Ambos abrieron los ojos como platos.-¿Les pasa algo?-Pregunté.
    -¿Quién es?-Preguntaron los dos al unísono.
    -Eeehh…-Sus ojos despedían un brillo atemorizante, y parecía que se hubieran convertido en demonios.-M-Mi primo…-Mentí.-Debo pasar tiempo con él, ya que esta discapacitado…-Creo que estaba mas pálida que de costumbre. Castiel suspiró.
    -Si tu lo dices…-Y se alejó sin decir mas. Yo iba a seguirlo para entrar a clases, pero Lyss me detuvo.
    -A mi no puedes mentirme…¿Qué pasa?-Preguntó. Lo miré a los ojos. Me causaba escalofríos esa mirada llena de bondad y dulzura.
    -N-Nada…Ni yo lo entiendo…-Me solté del agarre de Lysandro, y entré al insti.
    Mizu
    Sentí algo. Una presencia débil, pero era una presencia maligna. Miré por la ventana. Sobre un edificio gris se hallaba una nube negra. Empecé a gruñir. Era Hakai…
    No lo dudé, y me transformé en mi forma elemental. Salté por la ventana, y empecé a saltar de edificio en edificio hacia el lugar donde se encontraba esa sombra.
    Meru
    Tenia un mal presentimiento. Me dolía la cabeza. Miré en mi mochila. Allí estaban los siete collares que me había entregado aquella persona en mi sueño. El collar rojo comenzó a brillar. Abrí los ojos como platos.
    -¡Meru!-Castiel llegó corriendo, y me tomó de la mano para levantarme. Un montón de alumnos corrían en nuestra dirección, aterrados.-¡Muévete! ¡Algo esta pasando en la azotea!-Dijo él. Me levanté y recogí mi mochila. Corrimos los dos delante de todo, subiendo las escaleras a tropezones. Una cosa negra flotaba sobre la azotea.-¡¿Qué m*erda es eso?!-Dijo Castiel.
    -¡¡Meru-san!!-Vi a Mizu, que aterrizó frente a nosotros, en su forma elemental.
    -¡Mizu, ¿Qué crees que haces aquí?!-Dije entre dientes, como si Castiel no me escuchara.
    -¡¡¿Qué es eso?!!-Dijo él.
    -¡Luego habrá tiempo de explicaciones!-Mizu se dirigió a mi mochila.-¡Tú, toma esto!-Le lanzó a Castiel el collar rojo, que seguía brillando.-¡Di “Kasai, perro del fuego”!-Ordenó Mizu.
    -¡¡Un perro no me dirá qué hacer!!-Respondió él. Un rayo oscuro casi cae sobre mi, pero logré esquivarlo.
    -Ya está aquí…-Mizu adoptó una pose de lucha. Un humo oscuro envolvía a una figura muy grande. Cuando el humo se disipó, vimos a un perro gigantesco, de color negro con manchas azul oscuro.-Hakai…-Los ojos del tal Hakai eran color rojo sangre, y parecía estar sonriendo.
    -Al fin eh renacido…-Murmuró. Todos pusimos los ojos en blanco.~~~
    -Hakai…¡Qué nombre tan estúpido!-Dijo Castiel. Los ojos de Castiel se tornaron rojos. Hakai lanzó un rayo negro en dirección a Castiel, pero Mizu lo desvió, lanzando un chorro de agua desde su hocico.
    -¡Tu pelea es conmigo!-Dijo Mizu.-¡Yo soy Mizu, el perro guardián del agua!-Ladró Mizu.
    -Como quieras…¡Será así!-Hakai creó una esfera oscura, de la que salieron tres rayos oscuros. Mizu intentó esquivarla, pero una lo alcanzó.
    -¡Ya verás!-Mizu creó una esfera de agua brillante y la lanzó a Hakai, pero él hizo un escudo negro, que hizo explotar la esfera, luego Hakai creó un rayo oscuro con el escudo y lo lanzó a Mizu, que quedó malherido.
    -¡¡Mizu!!-Dije, acercándome a él. Miré Castiel, quién miraba atónito.-¡Por favor, Castiel, dilo!-Pedí. Una lágrima mía cayó por mi rostro. Estaba aterrada. Castiel puso los ojos en blanco. Tomó el collar en su mano derecha, lo apretó con fuerza.
    -K-Kasai…¡¡Perro de fuego!!-La figura del collar rojo lanzó un brillo rojizo. Un perro color rojo con rayas anaranjadas, apareció frente a Castiel, mostrando sus blancos dientes afilados, y gruñéndole a Hakai.
    -¡Kasai, ése soy yo! ¡Y debes estar preparado para mi, Hakai! ¡Yo soy tu peor pesadilla!-Ladró.
    -Kasai…Tanto tiempo…-Dijo Hakai.
    -¡Ah pasado bastante, pero ahora me las pagarás, todas juntas!-Miró a Castiel, él puso cara de no saber nada, pero Kasai dejó de gruñir al dirigirse a él.-¡Sus deseos son mis órdenes!-Dijo.
    -B-Bien…Pero..¿Qué debo hacer?-Preguntó.
    -¡Diga lo primero que se le ocurra!-Dijo Kasai, volviendo a gruñir a Hakai. Castiel suspiró. Yo me levanté, viendo a Mizu que ya estaba mejor.
    -Tú igual, Meru-san…-Dijo Mizu.
    -¡Llama eterna!-Dijo Castiel.
    -¡Ola destructora!-Dije yo. Alrededor de Kasai aparecieron cinco llamas. Kasai aulló con todas sus fuerzas, y las cinco llamas se combinaron, creando una llama gigantesca en dirección a Hakai. Mientras Mizu hizo una esfera gigantesca de agua y la lanzó al suelo, haciendo una ola gigante.
    ~~~
    Ahora todo estaba inundado, y Hakai ya no estaba. Miré a Castiel, quien estaba completamente empapado. Me miró sorprendido.
    -Tienes mucho qué explicar…-Kasai miró a Castiel. Castiel lo observó como si fuera un viejo amigo que no veía hace tiempo…
    -Mizu…Gracias…-Le sonreí y le acaricié la cabeza.
    -Eso no es todo…Debemos buscar a los seis guardianes restantes…Esos collares contienen a los seis perros elementales. En total somos ocho, el agua, el fuego, la tierra, el viento, la hierba, la electricidad, el hielo y el metal. Debemos fusionar nuestro poder para vencer a Hakai, de otra forma todo el mundo acabará en desastre…-Explicó Mizu.
    -Okey…-Dijo Castiel. Volteó a verme.-Ahora tenemos una excusa para vernos…-Sonrió. Me sonrojé.
    -B-Bien…La escuela esta vacía, a-así que…V-Vámonos, Mizu…-Mizu volvió a su forma de Labrador Retriever, y Kasai tomó la forma de un Doberman. Mizu y yo salimos corriendo de la azotea, hacia abajo. El agua caía por la escalera en cascada. Vi que alguien intentaba subir las escaleras. Era Lysandro…
    -¡¡Meru!!-Dijo él, corriendo hacia mi.-¡¿Te encuentras bien?! ¡Me tenías preocupado!-Mi corazón empezó a latir más rápidamente. Mizu ladró.-Ah, ¿Quién es este amiguito?-Preguntó, agachándose delante de Mizu.
    -S-Se llama Mizu…P-Perdón, Lyss, debo irme a casa…-Dije.-Ven Mizu.-Nos fuimos de allí.
    Lysandro
    Vi cómo Meru se iba de allí, temblando, seguida por el perro llamado Mizu. Decidí subir a la azotea para ver qué había sucedido. Vi a Castiel viendo al cielo, acompañado por un perro Doberman de extraño pelaje…
    -¿Qué haces tu aquí? ¿Le hiciste algo a Meru?-Pregunté, sin aguantar mis ganas de gritarle.
    -Digamos que…Ahora seremos mas cercanos que antes…-Castiel sonrió alegre y triunfante. Y pensar…Que este chico era mi amigo…

    ¡Gracias por pasarse a leer! >3<
     
  2.  
    Ria

    Ria Iniciado

    Tauro
    Miembro desde:
    1 Julio 2013
    Mensajes:
    6
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El perro guardián.
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2873
    Bueno, aquí dejo el segundo capitulo.

    Capitulo 2 Confianza y…¿perritos flotantes?

    Narrador omnisciente
    Una noche de primavera, en el banco de Sapporo, unos hombres armados entran a robar.
    Mientras, Mizu duerme tranquilamente al lado de Meru. Tiene una mala sensación.
    -Meru-san…-Despierta a Meru.
    -¿Qué pasa?-Preguntó la pelirroja.
    -Algo pasa en el banco de Sapporo…Avise a Kasai y al señor Okane…-Dijo Mizu, antes de saltar por la ventana.
    Los ladrones estaban por salir con todo el dinero del banco en bolsas, cuando Mizu llegó a detenerlos.
    Mizu
    Ladrones. Empecé a gruñir. Uno de ellos tomó un arma y me apuntó.
    -¡¿Qué diablos es eso?!-Dijo el que tenia el arma.
    -¡No lo sé, pero dispárale!-Dijo otro. Empezó a dispararme, pero no lograban darme.
    -¡Mizu!-Escuché la voz de Meru.-¡No los lastimes, son humanos normales!-Llegó en una extraña carroza de metal, junto al señor Okane y luego venia corriendo Kasai.
    -¡No le haré mucho daño!-Creé una esfera de agua, que se agrandó hasta convertirse en una burbuja. Allí quedaron atrapados todos. Las bolsas cayeron al suelo.
    -¡Te dije que no les hicieras nada!-Me regañó Meru
    -Ellos no eran el problema…-Kasai se acercó a mi.-¡¡Miren allí arriba!!-Todos miramos hacia arriba, allí había una figura majestuosa, que nos miraba seriamente.
    -¡Mizu!-Dijo Meru. Entendí el aviso, y ella se subió a mi lomo.
    -¡Vamos Kasai!-Castiel hizo lo mismo. Trepamos hacia el techo del banco, donde estaba esa figura. Saltamos sobre esta, y nos volteamos para verla mejor. Era un perro elemental, que nunca había visto en mi vida…
    -Mira tu…Mizu y Kasai…-Dijo.
    -¡¿Quién eres tu?!-Dijo Kasai, gruñendo.
    -¿Yo? Je…Pueden decirme Jinsei…-Y desapareció en una nube blanca.
    -¡Vuelve, miedosa!-Dijo Kasai.-Maldita…¿Quién era?-Observó al cielo, en busca de alguna pista.
    -Una sirviente de Hakai, estoy seguro…-Dije yo.

    Al día siguiente
    Meru
    -¡Meru-san, Meru-san!-Mizu saltaba sobre mi en su forma Labrador Retriever.-Despierte, su madre se fue temprano al trabajo.-Dijo. ¿Qué le pasa ahora? Esta de buen humor…
    -Mizu, hoy no hay clases…-Dije yo. Ya había pasado una semana desde que encontré el collar que contenía al perro elemental Mizu, que es capaz de controlar el agua. Ahora es mi deber ser su compañera para derrotar a el Perro Hakai, que quiere destruir el mundo. Hasta ahora hemos encontrado un amo para el perro Kasai, el perro del fuego, mi amigo Castiel Okane. Aunque…No estoy muy segura de si quiero solamente una amistad con Castiel.
    -¿Quieres salir a pasear, Mizu?-Pregunté.
    -¡Vamos!-Saltó de su cama y se acercó a mi. Le puse un collar azul, y su correa, y salimos de la casa, dejando todo cerrado.
    -Vamos al parque…-Dije. Empecé a caminar en dirección al parque. Recuerdo que mi madre descubrió a Mizu en mi cuarto un día que yo estaba en la escuela. Me obligó a darle una explicación. Le dije que lo había encontrado perdido y hambriento. Y como mi madre tiene debilidad por los animales tiernos, me dejó quedármelo, solo si yo me hacía cargo de sus necesidades.
    -¡Meru-chan!-Destiny, mi mejor amiga, se acercaba a mi corriendo desde una banca.
    -¡Dest-chan!-Dije. La abracé. Hace mucho que no la veía. Faltó una semana a la escuela porque volvía de viaje de Londres con sus padres y sus hermanos.
    -¡Qué lindo! ¿Cómo se llama esta dulzura?-Dijo rascándole la cabeza a Mizu.
    -Se llama Mizu.-Sonreí.
    -¡Eres tierno, Mizu, sí que lo eres!-Mizu se echó en el asfalto y Dest le rascó la barriga. Mizu estaba feliz.
    Le dije a Dest si quería acompañarnos al parque. Ella aceptó. Caminamos un rato, mientras Mizu corría de aquí para allá persiguiendo un pájaro.
    -Entonces…¿Qué pasó con Lysandro?-Preguntó, cuando nos sentamos en una banca. Apreté los puños y recordé algo…
    Flashback
    Mizu y Kasai estaban afuera del instituto, los podíamos ver por la ventana del aula. Nos advertían de algo. Entonces, ambos salimos juntos del aula. Lysandro, que curiosamente, andaba fuera de clase, nos vio…
    -¿Adónde van?-Preguntó Lyss. Me sonrojé.
    -Tenemos…Algo importante que hacer…No lo entenderías, lo siento Lyss…-Dije yo, y corrí a la salida.
    Me rompía el corazón verlo así. Además, Castiel no ayudaba demasiado, es mas, irritaba las cosas.
    Fin del Flashback
    Suspiré antes de responder.
    -Castiel y Lysandro están peor que nunca…-Dije yo. Destiny sonrió. Su sonrisa emanaba calidez.
    -No te preocupes, Meru, seguro que esos dos se arreglarán pronto…Mientras tanto, ¿Quieres hacer una pijamada en mi casa?-Preguntó, sonriendo. Asentí.
    -¡Genial! Pero…No puedo ir a ningún lado sin Mizu…-Dije, observando a Mizu que se dirigía a nosotras.
    -Entonces, que venga a casa.-Dijo ella. Sonreí.
    -Bien.-Respondí.
    -¡Meru-san, tanto tiempo!-Escuché hablar a alguien. El hermano mayor de Dest, Alec, se acercaba corriendo.
    -Hola Alec.-Sonreí.-Ah pasado mucho, ¿Cómo estas?-Pregunté sonriendo.
    -¡Muy bien! Haz crecido mucho pequeñaja…-Rió y me alborotó el cabello.
    -¡Oye, no hagas eso!-Reí. Mizu se puso en pose de lucha.-No, no, Mizu, no pasa nada.-Dije para tranquilizarla. Mizu negó con la cabeza, y corrió en dirección a la vereda. Yo la perseguí.
    -¡Meru, ¿Qué pasa?!-Destiny corrió detrás de mi, y Alec también. Llegamos a la mitad de la calle, y podíamos ver una especie de figura humana, pero bañada en una sustancia negra.
    -¡¡¿Qué demonios es eso?!!-Dije yo.
    -¡Dest, Meru, vengan hay que irnos rápid…!-La persona, o lo que fuera eso, lanzó un rayo oscuro en nuestra dirección, casi nos da a Dest, Alec y a mi. Salimos volando hasta unos arbustos.
    -Mizu, intenta llevarlos a un lugar seguro. Yo intentaré retenerlo.-Dije yo.
    -¡Sí!-Dest y Alec estaban inconscientes, los cargué en el lomo de Mizu, que se había convertido en su forma elemental y me volteé a esa cosa.
    -¡Ya verás, a mis amigos nadie les hace daño! ¡Guardiana del agua, Meru!-El collar de Mizu brilló con una luz azul. Una luz azulada me rodeó, y luego me vi vestida con una camiseta celeste, con rayas azules a los lados y un pantalón cómodo, para moverme con más agilidad.
    -¡¿Jinsei zài nǎlǐ?!-Escuché decir a esa cosa.
    -¡No entendí un pepino de lo que dijiste, pero no dejaré que destruyas este lugar!-Dije.-¡Vete de aquí!-Sobre mi creé una esfera de agua brillante, y la lancé a esa cosa. Una burbuja lo contuvo, pero por poco tiempo, ya que con su brazo logró desinflar la burbuja.
    -¡Meru!-Castiel llegó sobre el lomo de Kasai, saltando desde arriba de un edificio.-¿Y esto qué es?-Preguntó, bajándose de Kasai.
    -No tengo ni idea, pero estaba causando destrozos. ¡Así que no debe ser nada bueno!-Nos volvió a apuntar, y lanzó un rayo en nuestra dirección.
    -¡Cuidado!-Castiel me cargó en sus brazos.
    -¡Castiel, puedo cuidarme sola!-Me quejé.
    -Sí, pero no eres muy rápida que digamos.-Sonrió. Me sonrojé.
    -¡Señorito Castiel, los coqueteos para después!-Dijo Kasai, atacando a “eso” con un lanzallamas que salía de su boca.
    -Bien, acabemos con Koto* de una buena vez…-Dijo Castiel.
    Mizu
    Dejé a los amigos de Meru cerca de la casa de ella, ya que era el único lugar que conocía. Volví con Castiel, Meru y Kasai. Luchaban con todas sus fuerzas contra aquella criatura creada por Hakai.
    -¡Mizu, Ola destructora, ahora!-Dijo Meru cuando me vio. Hice el ataque, pero no logró hacer efecto.
    -¿Qué hacemos ahora?-Dijo Meru, acercándose a mi.
    -¡Llama eterna, Kasai!-Ordenó Castiel. Kasai hizo su ataque característico y esa cosa terminó por desintegrarse.
    Hakai
    -Los guardianes se interponen en nuestro camino.-Dije yo.
    -No te preocupes, no estarán siempre en el medio. Pronto la encontraremos y la traeremos ante nosotros…-Dijo mi amo, Waru-Yami.
    Meru
    -Bien, ahora, si me disculpas, debo ir a buscar a mis amigos…-Dije yo, mientras me disponía a irme cuando terminó la batalla. Mi ropa volvió a ser la de antes y me fui sobre el lomo de Mizu.
    -¡Meru, espera!-Dijo Castiel. Mizu se detuvo.
    -¿Qué pasa?-Pregunté.
    -¿Quieres salir hoy por la noche? Hay un concierto en la arena…-Dijo él. Puse los ojos en blanco.
    -Esteee…Esta bien…Te veo después.-Me despedí, y Mizu empezó a saltar sobre los edificios hasta llegar a casa. Allí estaban los chicos, despertándose.-Mizu, baja al costado de la casa, no quiero que te vean en tu verdadera forma.-Dije yo. Nos detuvimos allí, y Mizu volvió a su forma Labrador Retriever. Yo corrí al frente de la casa para ver a mis amigos.
    -¿Meru? ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?-Preguntaba Destiny.
    -Haces muchas preguntas, Dest.-Sonreí, ayudándola a levantarse.-Se desmayaron y los traje aquí, estamos en mi casa. Vengan, entren.-Ayudé a levantarse a Alec, y luego entré a la casa.
    -¡Hija, ¿Estas bien?! ¡Lo vi en las noticias! ¡Me tenias preocupada!-Mi madre se abalanzó sobre mi y me abrazó como si no me hubiera visto en tres años.
    -M-Mamá…Déjame respirar…-Dije, con la respiración entrecortada. Me soltó y miró a Dest y Alec.
    -¡¡Destiny, Alec!!-Dijo, antes de lanzarse a abrazarlos. Yo sonreí. Mi mamá siempre se ah llevado bien con Dest y sus hermanos. Es muy unida a sus padres desde que los conoció.
    Narrador omniciente
    En el hospital de Sapporo, un chico con amnesia se encuentra en una camilla, mirando por la ventana, preguntándose qué fue de su pasado…Queriendo saber qué sucedió con todos su familiares.
    -Kellin…-Una enfermera se asoma por la puerta. El chico voltea.-El terapeuta esta aquí.-Dijo la enfermera, dejando pasar a un hombre robusto, de barba contundente y anteojos diminutos.
    -Buenos días, Kellin.-Dijo el hombre.
    -Buen día, señor…-Kellin baja la cabeza y apreta los puños contra las sabanas de la camilla, frustrado, ya que desde que tiene ocho años, vive en el hospital, y su compañía mas frecuente, es su terapeuta.
    Meru
    -Entonces, Meru. ¿Cuándo comenzaras a guardar tus cosas? ¡Quiero ver tu ropa, me encanta!-Dijo Dest, saltando. Estábamos en mi cuarto, escuchando música con mi MP4 y comiendo gomitas de ositos.
    -¿Cómo…?-Recordé que le dije que me iría a dormir a su casa. ¡Y le dije a Castiel que saldría con él!-Esteee…Bien, entonces…-Me dirigí al armario, y tomé un vestido de tul rosado.-¿Qué te parece?-Se lo mostré, y Dest se puso a babear.
    -¿Me lo prestas?-Parecía que se había enamorado del vestido. Poco mas y tenia corazones en los ojos. Tomó el vestido y empezó a girar soñándose a si misma con el vestido puesto.
    -Bueno…¿Dest? ¡Despierta!-Chasqueé los dedos frente a ella, y dejó de babear, y me prestó atención.
    -Lo siento, ¡Es que es hermosoooo!-Dijo.-Oye, ¿Y Alec?-Se dio cuenta de que su hermano no estaba.
    -Creo que estaba en el patio jugando con Mizu…-Dije. Miré por la ventana, y efectivamente, allí estaban los dos. Mizu saltó sobre Alec y éste reía a mas no poder.
    -Bien, veamos qué mas hay aquí…-Dest empezó a sacar toda mi ropa del armario.
    -¡Destiny, no hagas eso!-La regañé.
    Alec
    -Con que Mizu, ¿Eh?-Acaricié la cabeza del perro.-¿Quieres jugar amigo?-Me levanté, y puse mi rostro a la altura de su hocico. Mizu ladró alegre y empezó a mover la cola frenéticamente. Tomé una naranja del árbol de la casa, y empecé a lanzarla para que Mizu la buscara. Él iba y venia zigzagueaba mordisqueando la naranja. Cuando me la trajo, estaba completamente mojada por el jugo y mordisqueada.-Jaja, eres juguetón, ¿Eh?-Se lanzó sobre mi.-¡¡Jajajajajaja!!-Me daba lengüetazos y me daba cosquillas.
    Mizu
    Hace tiempo no jugaba así. Extraño cuando jugaba con Mure. Aunque parecía que solo jugaba yo, y a él solo le interesaba proteger a los demás…
    Alec
    -¡Mizu, ven aquí Mizu!-El perro parecía estar en otro mundo. Se echó en el césped y bajó la cabeza. Me acerqué.-¿Qué te pasa, amigo? ¿Te sientes solo?-Me acosté en el césped junto a Mizu.-¿Sabes? Yo a veces siento que me falta algo…En realidad, alguien…Me siento incompleto…-Admití. Escuché unos ladridos cerca de allí.
    Mizu
    Sentí algo, cerca de allí. Unos ladridos tenues se escuchaban. Algo se movió detrás de un arbusto, salté sobre este y vi qué era. Una camada de cachorros, extrañamente, color rosa pálido, se encontraban en una caja bastante grande.
    -¿Qué es eso, Mizu?-Preguntó Alec acercándose.-¡Ja, es mi hermana en versión perrito!-Dijo.
    Alec
    -¿Qué yo qué?-Preguntó Destiny acercándose.-¡¡AAHH, SON HERMOSOOOS!!-Dijo ella, viendo a la camada detrás del arbusto. Tomó al mas pequeño y lo abrazó.-¡Tú si eres tierno, sí lo eres, sí lo eres…-Meru se acercó.
    -¿De dónde salieron?-Rió Meru.
    Meru
    Me acerqué a la caja, donde habían cuatro perritos mas. Vi al costado de la caja una carta. La tomé y la leí.
    Las batallas no se ganan solo. Siempre debes tener compañía, y ellos te la darán. Como tus amigos, debes tenerlos cerca siempre…
    -No entiendo…-Dije.
    -¡Bien, yo me quedo con este!-Dijo Destiny.-¿Cómo te llamaré?-Pensó un rato, y luego se le ocurrió un nombre.-¡Pastel! ¡Por tu pelaje que parece crema para pasteles!-Sonrió. Alec y yo caímos de cara al suelo.
    -¿Pastel? Pobre perrito…-Dijo Alec, ganándose una colleja de parte de Destiny.-¡Abusiva!-Bromeó.-Bueno, yo me voy a casa, adiós Dest, adiós Meru.-Se despidió.
    -¿Qué hacemos ahora?-Preguntó, acariciando la cabeza del cachorro.
    -Supongo que debemos cuidarlos hasta conseguirles dueño. Ven, vamos adentro.-Tomé la caja con el resto de los perritos y Dest llevó al suyo.
    Narrador omnisciente
    Meru y Dest dejaron a los perritos en el cuarto de Meru. Ambas salieron del cuarto, dejando a Mizu con los perritos. Mizu se dispuso a dormir, mientras que los perritos empezaban a salir solos de la caja…Creando esferas de energía flotantes, que explotaban delicadamente cuando los perritos ladraban.
    Meru
    -Eeeh…Dest…¿Me prometes que no te enojas cuando te diga esto?-Pregunté a Destiny, que estaba pelando una manzana para comer viendo la tele.
    -¿Qué pasa?-Preguntó.
    -¿Me lo prometes?-Pregunté otra vez.
    -Meru, das miedo…-La miré rogándole con la mirada que me diera una respuesta.-Sí, te lo prometo…-Dijo.
    -Bien…Yo…Voy a salir con Castiel hoy…-Murmuré. Ella se quedó viéndome, sin expresión en su rostro. Creo que me puse pálida de las ansias que tenía porque reaccionara.
    -¡¡¡WAAAAAAAHHH!!!-Me abrazó con todas sus fuerzas, a lo que mi rostro tomó mil colores por la falta de aire.-¡¡LA PEQUEÑA PELIRROJA SALDRÁ CON CASTIEL!!-Vitoreó.-Espera, ¿Qué harás con Lysandro?-Preguntó, restándole importancia a que no iría a su casa.
    -¿No te importa que no vaya a tu casa?-Pregunté.
    -Nos vemos todos los días, claro que no pasa nada.-Sonrió.-Podemos hacer la pijamada otro día, pero que Castiel te invite a salir formalmente pasa cada muerte de Obispo.-Empezó a saltar como loca.-¡¡Hay que prepararte!!-Me llevó a rastras a mi cuarto. Ambas gritamos al entrar. Los perritos estaban flotando alegres por la habitación, sobre burbujas verde-grisáceo.
    -¡¡¿QUÉ ES ESTOOO?!!-Grité. Mizu saltó de su cama y se puso en pose de lucha.
    -¡¿Qué pasa, Meru?!-Preguntó. Dest se le quedó mirando como treinta segundos, que parecieron eternos, y luego reaccionó.
    -¡¡¡EL PERRO HABLAAAAA!!!-Gritó.-¡¡QUÉ GENIAAAAL!! ¡Me lo hubieras dicho antes, Meru! ¡Es increíble! ¿Cómo lo hace? ¿Un collar? ¿Una computadora? ¡Aaahh! ¡O será un mutante!-Empezó a inspeccionar a Mizu viéndolo por todos lados.
    -Esteee…Dest, yo te lo explico…-Dije. Como no dejaba de moverse, la senté en la cama.-Mira…Mizu, este perro, tiene…Poderes especiales…-Empecé.
    -¿Cómo que poderes especiales?-Dijo Destiny.
    -P-Puede…Controlar el agua…-Dije.
    -¡¡JAJAJAJA!!-Rió Dest a carcajadas. Me volteé y le hice una seña a Mizu para que se lo probara. Mientras ella seguía riendo, Mizu le lanzó un chorro de agua que le mojó todo el cabello.-Uummm…-Se escuchó.-¡¡NO ERA NECESARIO QUE HICIERAS ESO!!-Se quejó.
    -Lo siento.-Dijo Mizu.
    -Y yo…Igual…-Hice una esfera de agua en mis manos, y la lancé por la ventana.
    -Guau…¡¡Mi mejor amiga es una super heroína!!-Me abrazó.
    -Bueno…E-Eso supongo…-Dije yo.
     
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