One-shot de Pokémon - El blog de Mika: mi primer pokémon

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Lionflute, 24 Diciembre 2015.

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    Lionflute

    Lionflute Usuario popular Comentarista empedernido

    Aries
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    Título:
    El blog de Mika: mi primer pokémon
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2247
    Para todo el que se pregunta que quién demonios soy, que a quién le gané, que por qué podría interesarles mi historia, teniendo tantas de Ash Ketchum rondando por ahí, sepan que poco me interesa lo que puedan decir sobre lo desconocida que soy en el ámbito de los entrenadores pokémon, que le gané a tu mamá, sí, a tu mamá y que si no les interesa, pues que no sigan leyendo, banda de Spindas con retraso. Hoy vengo a compartirles una de mis historias que espero le sirvan a más de alguno para evitar mi mala suerte, y con mala suerte me refiero a la delicadeza de Hippowdon con la que nací y que siempre termina por meterme en problemas.

    Comenzaré desde el principio, presentándome. Mi nombre es Mika y ya, mi familia no les interesa, porque si se enteraran, seguro me creerían más retrasada de lo que ya soy en realidad. Nací, crecí y probablemente muera en Pueblo Oldale (esto último no está comprobado, pero con mi suerte, seguro volveré algún día y me quedaré ahí para siempre). A poco no saben donde está mi pueblo. Pues bien, si su cerebro no les da para recordar porque un Donphan les pisó el cráneo recientemente, revisen un mapa de la Región Hoenn y encontrarán que no está muy lejos del Pueblo Littleroot. Exacto, ese pequeño pueblo en el que nadie se detiene, porque ni para comprar buena comida hay sitio. No me detendré en mi familia para no hacerles perder el tiempo y me dirigiré directo al día en que decidí partir mi viaje pokémon. Como era costumbre, mis padres habían salido temprano y me dejaron sola en el remolque... digo casa... de dos pisos... con piscina... Bueno, a quién quiero engañar, si después de todo a ninguna familia le alcanza para eso en Oldale. Preparé mi mochila luego de ducharme, pensando en todo lo que debía tener en ella.

    —La comida está en el mini-refri —comencé a repasar —, la ropa la tengo doblada, el repelente está en el baúl, la tienda de campaña ya la tengo guardada... Solamente me faltan la linterna y el saco de dormir.

    Fui a buscarlos, pues estaban bajo el sillón que ocupaba por cama y pasé al mini-refri por la comida. Me vestí lo más decente que pude y partí a comerme el mundo, porque la comida era para cuando estuviera famélica... En serio, no era mucha y no tenía dinero para seguir comprando después.

    Al salir del remolque, vi que el vecino del de al lado salía a saludarme. Su nombre era Rem. Era un joven de unos 25 años que no hacía nada más de su vida que rascarse sus pokébolas mientras trabajaba en lo que le pusieran por delante, nunca un trabajo estable. Tenía un aspecto siempre un poco sucio y le gustaba molestarme si tenía tiempo. Siempre lo tenía.

    —¿Qué hay, Mika? —me dijo mientras tomaba la cerveza de costumbre, solo que un poco más temprano, a las 8 de la mañana, porque solía tomarla a las 9 —¿De nuevo te escapas de casa?
    —No Rem, esta vez voy a conquistar el mundo con el permiso de mis padres —le dije sarcástica —. Me aceptaron como cabecilla del Equipo Aqua.
    —¿No deberías aprender a nadar primero para eso? Aún recuerdo cuando chapoteabas en la piscina hace unos años y era una piscina para niños. —
    —Mejor cierra el hocico, que huele como a aliento de Swalot —le dije mientras le mostraba dulcemente, como la princesa que soy, mi hermoso dedo medio —. Ya, en serio, voy por mi primer pokémon a Pueblo Littleroot.
    —¿No vas un poco tarde para eso? —dijo mientras sorbía un trago de cerveza.
    —Imposible, son las 8 de la mañana y tengo pasaje en el bus de las 8 y media, lo que significa que... —
    —Oh-oh —dijo para interrumpirme y yo me quedé mirándolo con cara de Slowpoke —. Sabes, el horario de mi cerveza es sagrado y yo no me equivoco con eso. ¿Sabes que anoche cambió el horario, verdad?

    La expresión de Slowpoke no se iba de mi cara. Repasaba el calendario en mi mente en busca de alguna respuesta y, efectivamente, estábamos en horario de invierno. Pegué un grito de Exploud que casi le hace botar su preciada cerveza y corrí con todas mis fuerzas hacia el terminal de buses. Desgraciadamente mi bus ya había partido y, siendo un transporte poco utilizado, no habría otro sino hasta la noche. Estaba jodida hasta el tuétano. Me devolví a mi casa... perdón, remolque... y vi en el remolque vecino una bicicleta un tanto desvencijada apoyada en la puerta. Rem ya no estaba por ahí y me acerqué para tomarla con sigilo, pero al estar al lado, escucho la puerta del remolque abrirse. Ni siquiera un Rapidash podría haberme superado en ese robo. Lejos ya del alcance de Rem, lo escuché proferir unos cuantos insultos al viento mientras yo me alejaba como la princesa ladrona que era.

    No pasó mucho tiempo hasta que me encontré en plena ruta hacia Puebo Littleroot, sin embargo, en un momento de calma en que decidí descansar un poco las piernas, que en la huida se me habían fatigado demasiado, apareció un Poochyena que no parecía muy contento de verme.

    —Ve a gruñirle a tu abuela, saco de pulgas —le dije despectivamente mientras jadeaba por el cansancio.

    Entonces el pequeño perrito se acercó para intentar morderme y yo, como la delicada flor que soy, lo pateé levemente para que no me molestara. Cómo, por el amor de Arceus, iba yo a saber que oculta en los matorrales se encontraba su madre Mightyena que ahora me miraba mucho más enojada que su hijo. Olvidé que la razón para tomar el bus era que, sin pokémon, el mundo salvaje podía tornarse hostil y peligroso, pero como siempre soy precavida, busqué en mi bolso el rep... el repe... ¡Por las barbas de Mega Alakazam! ¡Olvidé el repelente en casa! La madre Mightyena se me abalanzó con las fauces abiertas y yo corrí como si usara Turbo Carga, despavorida y pensándome bruta por olvidar que tenía una bicicleta recién robada que dejé tirada en medio de la nada. Estoy segura de que nací con el cerebro de un Seel que se creía Psyduck con complejo de Slowpoke. Corrí por entre los árboles, presa del pánico, hasta que, al caerme de cara en el lodo, logré perderlos. Estaba perdida en medio de la nada. "Bien hecho, Mika, qué mejor manera de comenzar tu viaje", pensé mientras me quitaba el lodo de la cara y me sentaba en un claro donde me sentía más segura.

    Volví por la bicicleta, o al menos era mi intención, pero me perdí por el camino y no hallaba como volver. Durante una hora y media vagué entre los árboles, agradeciéndole a Arceus por el sentido de orientación de Spinda que me había otorgado y entonces comenzó a rugirme el estómago.

    —Ya no tiene caso que me dirija a Littleroot —pensé —. Lo mejor será volver a casa e intentarlo la próxima vez en tres meses más. Ahora debería comer alguna cosa.

    Saqué un sándwich de mi mochila que me había preparado la noche anterior para este día. Estaba sentada en una roca y apoyada sobre un árbol cuando intenté morder mi colación, pero esta se me escurrió de entre las manos y desapareció por completo, por lo que terminé muy confundida mascando el aire. Miré hacia todos lados para entender qué sucedía y, al mirar arriba, vi a un Aipom que tenía mi comida en su cola y se llevaba una mano a su boca para contener su evidente risa burlona.

    —¡Devuélveme mi comida, macaco de circo! —

    El pequeño simio me hizo un gesto de burla y subió a una rama alta del árbol, donde meneaba el sándwich de un lado a otro mientras estaba sentado y con los ojos cerrados, disfrutando de su victoria. Había sido un día duro en el que me sentí humillada de muchas maneras aunque en gran medida fue siempre mi culpa. Sin embargo, ahora la guinda sobre el pastel, ese primate de pacotilla se atrevía robarse MI comida, MI sándwich y a reírse en MI cara. No aguanté más y es que nadie se ríe de Mika. Me encaramé al tronco del árbol y comencé a escalarlo lo más rápido que pude. Aipom estaba tan ensimismado en su victoria que ni siquiera notó mi presencia hasta que ya estaba encaramada en la rama. Con su cola ocupada, y sin intenciones de soltar su botín, no tenía como huir y, al verme intentando avanzar sin caer, como un gusano, abrazada a la rama, intentó persuadirme de continuar, golpeándome con su cola y el sándwich en plena cara. Al mismo tiempo, yo soltaba un brazo para intentar tomar la comida y ambos duramos así aunque no por mucho.

    —¡Devuélveme mi comida, orejón de pacotilla! —decía yo como podía, aferrada a la rama —. Ya verás cuando te ponga las manos encima.

    Aipom se había puesto a saltar en la desesperación, y aunque no era tan pesado, junto con mi peso que se balanceaba con la rama, esta empezó a crujir. Ambos nos detuvimos y supimos lo que pasaría sin nada que pudiésemos hacer. Caímos de bruces al piso con rama incluida y, adivinen qué, yo con mi fino cuerpo de Wailord embarazada (ok, no estoy gorda, pero algo así debía verme para el pobre Aipom) caí sobre el cuerpecito de Aipom y, entre nosotros, el sándwich se hizo añicos, quedando incomible para ambos.

    —Todo es tu culpa, mico maldito —le dije mientras retiraba los trozos de sándwich de mi ropa.

    Pero Aipom no me seguía la corriente esta vez. Él se había puesto a llorar. Al parecer era lo único que había podido conseguir para ese día. O simplemente el muy bribón solamente quería sacarme más comida. Conmovida por el corazón de abuelita que poseo a pesar de todo (no le digan a nadie), decidí darle una bola de arroz que guardaba. Pensé que ya que mi viaje no comenzaría ahora, podía comer con más libertad y no ahorrar tanto en ese sentido. Aipom tomó la bola y subió a otro árbol, desde el cual me hizo una mueca antes de desaparecer entre el follaje. No le di demasiada importancia y seguí comiendo lo que pude hasta que, mirando al rededor, pude ver un camino al exterior del bosque y, entre los matorrales, reconocí la bicicleta ahí afuera. ¡Hallelujah! ¡Estaba salvada! Me comí tranquila la bola de arroz y salí a la ruta para volver a casa en bicicleta. Apenas me había montado en ella cuando algo salta desde los árboles y me derriba. Cuando me doy cuenta, veo que era el mismo Aipom que tenía su nariz metida en mi mochila. Lo tomé por el pescuezo y lo miré con la cara de un Gengar enfadado.

    —¿Qué se supone que haces, maldita sabandija? —le dije mientras lo sentía temblar en mi mano.

    Lo miré con un poco más de compasión mientras seguía temblando y entonces tuve una idea. No me caía del todo bien, pero algo en su personalidad me agradaba y era que, al igual que yo, tomaba lo que quería.

    —Te propongo un trato, pequeño Macaco —. Al decir esto, capté su atención —. Vendrás conmigo y serás mi compañero. Si accedes, tendrás toda la comida que quieras.

    No se veía muy seguro de la idea, pero al dejarle entrar en mi mochila para comer, le cerré esta con candado y lo dejé que devorara lo que quisiera hasta volver a casa, donde al llegar le vendí la bicicleta a un viajero de paso por una buena cantidad de dinero y con este compré víveres para comenzar el viaje al día siguiente, entre ellos, pokébolas, una de las cuales le pertenecía a mi nuevo compañero, Max, el Aipom, que al llegar finalmente a casa, se encontraba con el estómago demasiado lleno como para moverse y fue presa fácil de la pokébola que había comprado recientemente.

    Al día siguiente, a las 9 de la mañana salí preparada nuevamente para emprender el viaje. Como todas las mañanas, Rem estaba ahí para molestarme y con una cerveza en la mano, aunque esta vez estaba más preocupado por su bicicleta.

    —Tranquilo, está en buenas manos —le dije mientras me acomodaba la mochila.
    —Eres igual que tu padre... espero que al menos la devuelvas algún día. —
    —Seeeh, eso no va a suceder. —
    —Por cierto ¿Cómo es eso de que vas a partir si ayer no llegaste a reclamar tu pokémon? Necestias un compañero para hacer un viaje. Claro que tu rostro te puede servir para ahuyentar a varios pokémon, pero seguro hay algunos con suficiente estómago como para que no les importe.
    —Tranquilo, rascabolas, tengo quién me acompañe.

    Y luego de decir aquello, la cerveza desapareció de su mano, dejándolo confundido. En el dintel de la puerta del remolque estaba Max tomando de la cerveza que recién había robado. Rem se enojó por ello. Una cosa era robarle la bicicleta y otra era robarle la cerveza. Max corrió hacia mi y se subió en mi hombro y al mismo tiempo yo me puse a correr. Así es como comenzó mi viaje, con un Aipom medio borracho en mi hombro y mi vecino persiguiéndome por el pueblo. Desde entonces varias otras anécdotas me han sucedido, pero quién soy yo, solo una entrenadora criada en un barrio pobre, una más del montón quizás. Quién sabe, quizás pueda lograr algo algún día.
     
    Última edición: 28 Diciembre 2015
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    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    ¡JAJAJAJAJA! Esa Mika xD... es todo un desmadre. Que bloguera mas loquilla nwn. Me simpatiza a pesar de su actitud

    El webón de Rem se quedó sin birra y sin bici por culpa del mico de mika xD. Qué loco suena -3-

    A ver si sobre la marcha se te ocurren mas webadas xD. Y como será la técnica que adquiera Mika para combatir
     
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    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    "Amá, se metió otro pejelagarto".
    Sisisisisisi, me he imaginado a Mika hablando con ese tono, como toda una redneck, y hablando del vecino... todo un Cletus xD
    [​IMG]

    Hay muchas maneras de empezar un viaje y si bien la de empezar con un poke salvaje porque algo pasó en el camino de ir con un viejo a un páramo inhóspito a que te dul... digo, el primer pokémon no siempre sale bien, salir con uno ebrio robando cervezas es otro nivel... post ganador porque en el fondo soy una ebria (?)

    Es una historia que pone la comedia por encima de todo pero curiosamente no a todo se le da bien el género y la verdad es que solté varias sonrisitas mientras leía, que por cierto...
    Debo guardar esa frase para la posteridad, uno nunca sabe cuándo será necesario, hummm [​IMG]

    En efecto, si bien la historia funciona como un one shot cómico, realmente es un muy buen prefacio para una historia bastante más larga llena de buen humor y acción porque en la vida debe de haber de todo, a ver si el 2016 trae esa buena sorpresa.

    Debo decir que cuando leí el título y comencé con las primeras líneas imaginé que sería "Tumblr, el fanfiction" pero agradezco haberme equivocado con esa predicción. Ya en cuestiones técnicas aunque estamos hablando de una entrada y en un espacio tan libre como lo sería un blog importan poco las reglas de redacción, habría que cambiar los números a su versión... ¿textual? Al menos en cosas como la edad (25 años) y mantenerlo sólo en la cosa de las horas o en números muy grandes.
     
    Última edición: 28 Diciembre 2015
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    Hahahahaha que desmadre todo xD. Estuvo muy bueno.

    Que poco tacto tiene la Mika, se parece a los vecinos míos. Y yo que antes me la pasaba con ellos fusilando a toda las personas que pasaban por el "Plan" así llamaban a su "Territorio" xD

    En fin, me cague de la risas, literalmente. Nos leemos luego.
     
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