Long-fic de Naruto - Dolor

Tema en 'Fanfics de Naruto' iniciado por Yamila, 20 Abril 2015.

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    Yamila

    Yamila Iniciado

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    Dolor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1598
    Estoy embarazada.

    Dos simples palabras que cambiaron su mundo. Por un lado, se sentía el hombre más feliz del universo. Pero también el hombre mas desdichado en la tierra. Su personalidad le impedía tener una relación estable con alguien, sentar cabeza y ser el líder de una unidad familiar. Sí, lo admitía, amaba a esa chica de ojos jade como nunca amó a ninguna otra mujer, pero se sentía atado a ella y eso lo aterraba en momentos.

    Y este era precisamente uno de esos momentos. Había recibido la noticia y lo primero que cruzó su mente fue la palabra "huye". Y claro, como buen Uchiha que era siguió su propio consejo, aunque este atrajera problemas con su chica.

    Miró hacia el oscuro cielo nocturno, cubierto por un manto de estrellas y recordó lo sucedido esa misma tarde.

    —Sasuke, lo siento, no puedo reunirme contigo hoy.— Dijo una voz femenina muy dulce al otro lado de la línea.


    —¿Por qué? ¿Dónde estás ahora?Habló él con tono demandante. Se sentía celoso de solo pensar que estaba con otro hombre.

    —Estoy en el hospital. Descuida, no es nada grave pero no llegaré a tiempo a nuestro encuentro.— Respondió esta vez con un toque de arrepentimiento en su voz.

    —¿En el hospital? ¿Qué haces ahí? ¿Estás bien?— Los celos fueron opacados por la preocupación casi de inmediato.

    —Tranquilo, estoy bien. Solo es un chequeo de rutina. De verdad Sasuke, estoy bien. Lo lamento mucho, prometo que te lo recompensaré.

    —De acuerdo. Pero esta noche iré a verte a tu departamento, ¿vale?— Ordenó él con autoridad.

    —Vale, te veo a la noche, Sasuke-kun. Te amo.— Ella esperó por una respuesta del chico, la cual nunca llegó. Escuchó un suspiro resignado por parte de ella y cortó la comunicación con un pequeño sentimiento de remordimiento.

    Él la amaba, ella lo sabía, pero no era el típico chico tierno que revelaba sus sentimientos en cada conversación que tenían. Se conocían desde que estaban en primaria y ella siempre estuvo enamorada de él, pero solo a sus diecisiete años juntó el valor para confesarse, a pesar de que no era ningún secreto para él. Pero Sasuke en ese momento solo la veía como una buena amiga, una compañera que estuvo a su lado en el peor momento de su vida, la muerte de sus padres y su hermano mayor.

    Cuando Sakura cumplió los diecinueve volvió a confesarle sus sentimientos, jurando que no iba a rendirse hasta conseguir su amor. Fue entonces cuando Sasuke la vió como algo más que una amiga, se fijó en ella como la mujer que era y por fin le pidió salir. Ahora, a sus veintidos años, Sakura era una mujer independiente, tenía su propio departamento en el centro de la ciudad, le faltaban tan solo dos años para acabar su carrera de medicina y era una mujer hermosa. Con sus cabellos rosa pastel hasta la cintura, sus enormes orbes jade, su cintura de avispa y sus largas y torneadas piernas hipnotizaba a todo hombre que la viera. Y Sasuke lo sabía, hasta sus mejores amigos, Naruto y Sasori, le habían dicho en una ocación que si alguna vez se llegaban a separar, ellos no perderían la oportunidad.

    Claro que Naruto se retractó de su palabra en cuanto conoció a Hinata, su futura esposa y madre de su primogénita. Pero Sasori... era otra historia. El pelirrojo había estado enamorado de Sakura desde la primera vez que la vió, el día en que Sasuke la había presentado frente a sus amigos como su primer novia formal. El chico sabía que estaba mal estar enamorado de la novia de su mejor amigo, pero no podía evitarlo.

    Sasuke siguió su camino hasta llegar a un pequeño parque iluminado, con varios juegos para niños. Se sentó en un banco hecho con troncos de árbol y volvió a pensar en el momento de la noticia.

    Sakura, ábreme, soy Sasuke.Dijo al mismo tiempo que golpeaba suavemente la puerta.

    —Ya voy.— Gritó la chica del otro lado. —Hola, Sasuke-kun.—

    Sakura estaba un poco pálida. Sasuke se preocupó un poco, pero decidió ocultarlo.

    —Pasa. ¿Quieres algo de beber?— Parecia un poco nerviosa y asustada.

    —No, gracias. ¿Está todo bien? Te noto algo nerviosa.—

    —No... quiero decir, sí. Todo bien.
    Al terminar de hablar atrapó su labio inferior entre sus dientes, claro indicio de que le ocultaba algo.

    —Sakura, te conozco muy bien. ¿Qué sucede?— Esa situación lo estaba poniendo nervioso a él también, no sabía que esperar.

    —Lo siento. Es que tengo... que decirte algo muy importante.—

    Sakura se sentó en un sofá de tres cuerpos color negro y Sasuke imitó su movimiento, colocandose justo a su lado.

    —Verás... joder, no sé como empezar
    .— Cada vez estaba más nerviosa y pálida.

    —Tranquila. Comienza desde el principio.— Le sugirió él.

    Los nervios de ambos llenaban la habitación. Al ver que Sakura no hablaba y solo mordía su labio con nerviosismo, Sasuke asumió lo peor.


    —Por favor, dime que no es lo que estoy pensando.— Demandó él con voz suave. Pero al ver la mirada de confusión de la chica volvió a hablar con un tono de voz más elevado.— Dime que no me has engañado, Sakura. ¡Júramelo, por favor!—

    —¿¡Qué!? Sasuke, claro que no te engañé, idiota. Jamás lo hice ni pienso hacerlo.— Exclamó con total seguridad haciendo que el chico a su lado soltara un suspiro de alivio.

    —Entonces si no es eso, ¿qué sucede?—

    —Es... estoy embarazada, Sasuke-kun.— Dijo desviando la mirada, esperando una reacción de parte del chico.

    No sabía si había escuchado mal o era un maldito sueño, pero en lo primero que pensó fue en salir corriendo de ese lugar.


    —Yo... lo siento, debo irme. Ahora.— Cuando tomó su chaqueta del perchero escuchó la voz confundida de Sakura.

    —¿Qué? Sasuke, ¿A dónde vas?— Pronunció apenas en un susurro.

    No podía creerlo. Sasuke se iba sin decir nada, sin pronunciar ni una jodida palabra, ni siquiera su estúpido monosílabo. Observó la puerta cerrarse, y sintió como su corazón era fuertemente golpeado, como si fuera un saco de boxeo.

    Había dado vueltas por toda la ciudad hasta que llegó la noche. Y ahí se encontraba, en un parque infantil a las once y cuarenta y ocho de la noche, solo. Necesitaba procesarlo todo. Repetir la noticia en su cabeza varias veces hasta encontrar una solución. "Un hijo no es un problema." Se dijo a sí mismo.

    Al cabo de un rato escuchó un par de tacones resonar contra el pavimento detrás de él. Ni siquiera se molestó en girar para ver de quien se trataba, si esa persona lo conocía ya se sentaría a su lado.

    —¿Sasuke? ¿Qué haces aquí a esta hora?— Era una voz inconfundible. La reconocería a kilómetros de distancia.

    —Hola Karin.— Saludó con una sonrisa un poco falsa.

    —Hey, ¿Está todo bien? Creí que estarías en casa de Naruto preparando su despedida de soltero.—

    La chica se sentó a su lado. Aprovechó ese momento para examinarla bien. Siempre le había parecido muy hermosa, como una modelo de Victoria's Secret o algo así. Tenía el cabello rojo atado en un moño desordenado, con mechones cayendo por su rostro dandole un aspecto mas salvaje y sensual. Sus ojos carmesí ocultos tras unas finas gafas de secretaria. Su pequeña nariz respingona cubierta por algunas pecas y unos labios carnosos que invitaban a ser besados.

    Llevaba una falda negra de tubo hasta las rodillas, una camisa celeste y un blazer negro. De su hombro colgaba un enorme bolso Louis Vuitton y sus pies descansaban dentro de unos zapatos de taco aguja de quince centímetros. Siempre había sido muy femenina.

    —Si, todo bien Karin, no te preocupes. ¿Qué haces fuera tú sola tan tarde?—

    —Oh, acabo de salir de la oficina. Juugo se enfermó y me dejó a cargo de todo.— Dijo con fastidio.

    —Tu jefe es un bastardo. Mira que dejar a una dama como tú a cargo de una enorme empresa sin ayuda de nadie.— Expresó con una sonrisa seductora haciendo sonrojar a la chica.

    —Pues sería muy caballeroso de tu parte que me acompañaras a casa, ¿no crees?— Ella respondió con la lujuria cargada en su voz.

    Sasuke no lo pensó dos veces y arremetió contra los llamativos labios de la pelirroja. Sabía que luego se iba a arrepentir por lo que estaba a punto de hacer, pero no le importaba, necesitaba dejar de pensar aunque sea un momento y esa era la mejor manera que conocía.

    A la mañana siguiente despertó con la pelirroja entre sus brazos. Sonrió de lado y plantó un beso en la frente de Karin. Cuando tomó su celular de la mesa de noche el sentimiento de culpa lo ahogó. Tenía treinta y dos llamas perdidas de Sakura.

    —Buen día chico malo.— Dijo Karin desperezándose entre las sábanas.

    —Buen día. — Respondió observando con atención la pantalla del aparato.

    —Llámala. En realidad no la conozco bien, pero sé que es una buena chica. No sé cuál fue la discusión esta vez, pero si de verdad la amas tendrás que dejar tu orgullo y ser tú el que de el primer paso.— Eso no lo sorprendió en lo absoluto. Era sabido por todos que cada vez que Sakura y él discutían, era Sakura quien trataba de solucionar las cosas.

    —Ella... está embarazada.—
     
    Última edición: 15 Octubre 2015
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    Yamila

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    Ella... está embarazada.—

    Eres un jodido gilipollas, Sasuke.— Dijo la pelirroja vistiendose rápidamente.

    ¿Qué? Karin, ¿qué demonios te pasa ahora?— Preguntó incrédulo el Uchiha.

    —No puedo creerlo. No lo esperaba de tí, Uchiha. Eres un maldito cobarde. ¿Acaso tener un hijo no fue lo que siempre quisiste? En cambio la primer mujer que te ama a pesar de tus defectos te dice que está esperando un hijo tuyo y tú sales huyendo como una asquerosa rata.— La chica estaba furiosa, tenía las orejas completamente rojas de la ira.

    ¿Estaba siendo muy ruda? Si, pero era la única manera de que el chico reaccionara. Debía entrar en razón, esta vez no solo por él y por Sakura, sino también por la vida que se estaba formando en el vientre de la peli rosa.

    —Lo siento, estoy siendo demasiado dura contigo.— Karin bajó la mirada un poco apenada.— Pero eso no significa que no tenga razón, Sasuke. Debes ir y pedirle disculpas a Haruno, es momento de que sientas cabeza, y no hay nadie mejor que ella para que sea la madre de tus hijos.

    Sasuke la miró a los ojos y vió un reflejo de tristeza en ellos, pero en el momento en que iba a pronunciar palabra, la melodía de un celular lo interrumpió.

    —¿Diga? Juugo-sama, claro, en media hora estaré ahí...— Dijo la chica buscando con la mirada sus gafas y su bolso.— Maldita sea. Debo irme al trabajo ahora, espero que hagas lo correcto, Sasuke. Sakura no merece esto.

    —Karin, gracias.— Se acercó a ella y le dió un rápido beso en los labios.

    La pelirroja se alejó suavemente, le sonrió y se dirigió a la puerta.

    —Cualquier cosa que necesites, no dudes en pedirmelo. Siempre estaré ahí para ti.— Anunció antes de abrir la puerta para luego irse lo más rápido que pudo.


    Ahí estaba. Frente al apartamento de su querida novia, rebuscando en su mente las palabras exactas para disculparse con ella. No entendía por qué todo tenía que ser tan difícil. Solo tenía que hablar con ella y decirle lo contento que estaba por esa noticia pero... ¿realmente estaba feliz por ser padre?

    Decidido, dió tres golpes en la puerta y escucho la voz de la oji jade al otro lado.

    —Ya voy.— Gritó la chica acercándose a la puerta.— ¡Sasuke! Por dios, estás aquí. ¿Estás bien?— Dijo con la preocupación en la voz y los ojos húmedos y rojos.

    —Si, estoy bien... ¿Por qué no iba a estarlo?— Preguntó él confundido.

    —Es que ayer en la noche me dejaste muy preocupada, no contestabas el teléfono y solo pensé lo peor. Lo siento.— Las lágrimas corrían libremente por su rostro y ella se lanzó a los brazos del azabache.

    —Tonta, no debes disculparte. Soy yo quien debe pedir perdón. No debí irme así, lo siento.— Depositó un beso en la frente de la chica y la estrechó fuerte entre sus brazos. —Sakura, estaba muy sorprendido con la noticia y necesitaba pensar claramente y por eso me fui. Ahora que lo pensé bien quiero decirte que estoy feliz por la noticia, me haces el hombre más feliz en la tierra, Sakura. Te amo.

    A la Haruno se le inundaron los ojos de lágrimas y en su rostro hinchado y rojo apareció una enorme y tierna sonrisa. Emocionada, se puso de puntitas y depositó un beso en los labios del Uchiha.

    —También te amo, Sasuke-kun. ¿Te quedarás esta noche?

    —Claro que si, pequeña.— Respondió con una sonrisa de lado para luego besarla apasionadamente.

    Esa noche fue la mejor noche de ambos. Sakura había hecho la cena y comieron entre risas y besos. Miraron una pelicula y luego se bañaron juntos. Debía admitirlo, podría acostumbrarse a esa vida, a pasar el resto de sus días junto a la mujer que amaba. Esa noticia había cambiado su vida, lo había hecho darse cuenta de sus sentimientos más profundos. Solo de pensar que algo malo le sucediera a Sakura o su bebé, se le apretaba el pecho y le dolía el corazón.

    Tres meses habían pasado. Todo iba perfectamente. Sasuke había decidido mudarse con Sakura y ésta no se negó. Ese día se sentía ansioso, tendría que acompañar a Sakura a su ecografía y al fin podrían saber el sexo del bebé. Esos tres meses que habían pasado habían sido los peores, con las nauseas matutinas y los antojos de medianoche hasta él se sentía embarazado.

    —Sasuke-kun, ¿estás listo? Ya es hora de irnos.— Gritó Sakura mientras recogía su bolso de la cama.

    —Si, estoy listo.— Susurró detrás de ella pasando las manos por su cintura para colocarlas en su vientre apenas abultado.

    Al salir de la ecografía con la noticia de que esperaban a una niña, fueron directos a Ichiraku's Ramen para encontrarse con sus amigos. Cuando llegaron al lugar, escucharon los inconfundibles gritos de su mejor amigo, Uzumaki Naruto.

    —¡Teme, Sakura-chan! Por aquí.

    —Naruto, ya nos han visto, deja de gritar y saltar como un mono con rabia.— Le regañó una rubia de ojos azul cielo.

    —Hola chicos, ¿Dónde están Tenten y Neji?— Preguntó Sakura con una pequeña sonrisa de emoción.

    —Neji-nii dijo que iban a pasar por la casa de la mamá de Tenten, así que llegarían un poco más tarde.— Informó una chica voluptuosa de cabello azabache y ojos perla.

    Sakura se sentó junto a Ino y Sasuke frente a ella, justo al lado de Naruto.

    —Así que...— Habló el pelinegro que estaba a la derecha de Ino.— ¿Cuál es la noticia?

    —Mejor esperamos a Neji y Tenten... además, muero de hambre.— Dijo la peli rosa buscando con la mirada al camarero.

    —¿¡Qué!? Frentona, debes decirmelo ahora, quiero saber si tendré un sobrino o una sobrina... es mi deber de madrina. Si Neji y Tenten no están aquí pues se joden, ya se enterarán cuando nazca.— Protestó Ino.

    —Pues vaya amiga que me cargo, eh. Gracias por esperarnos, Ino.— Dijo con sarcasmo una chica que acababa de entrar, con el pelo por los hombros de color castaño y enormes ojos color chocolate. A su lado estaba parado un chico de cabello largo hasta la cintura de un castaño oscuro y los ojos como dos perlas.

    Ino se dió la vuelta para enfrentarse a la recién llegada y la observó sorprendida. En los brazos del chico había una enorme caja envuelta en papel de regalo blanco con dibujos de ositos.

    —Tenten, Neji... al fin aparecen. Venga, sentaos que Sakura nos va a dar la noticia.— Exclamó Naruto.

    Los peli castaños tomaron asiento uno al lado del otro junto a Sasuke y dejaron la gran caja debajo de la mesa.

    —Bien, chicos... tendremos una niña.— Dijo con una enorme sonrisa la peli rosa mirando a Sasuke a los ojos.

    Ino y Naruto saltaron de su lugar y chillaron como dos niños pequeños cuando les regalan un dulce.

    —No puedo creerlo, voy a tener una hermosa ahijada de pelo rosa y ojos negros.

    —Ino, sabes que los rasgos físicos no salen en la ecografía, ¿verdad?— Dijo el Uchiha con burla.

    —Cállate, cuando nazca verás que tengo razón.

    Estuvieron un rato hablando sobre la vida que crecía dentro de Sakura, y luego Tenten sacó la caja de debajo de la mesa para pasarsela a Sasuke.

    —Toma, esto es para ustedes. Sé que es muy pronto para los regalos, pero como todos saben, nos vamos a Italia luego de la boda y no sabemos si volveremos cuando nazca.

    Sakura e Ino se tiraron sobre la mesa y le arrebataron la caja de las manos. Con desesperación ambas desgarraron el papel y retiraron la tapa para ver su contenido.
    Dentro habían varios conjuntos de ropa para bebé de color blanco y amarillo y debajo de la ropa había una silla de bebé para el coche.

    —Dios mío, es hermosa. Gracias chicos, no era necesario.— Dijo Sakura con los ojos húmedos.

    —Sí saben que no tenemos coche, ¿verdad?— Preguntó Sasuke.

    —Uchiha...— Le llamó la peli rosa.— Tienes exactamente seis meses para comprar un lindo coche familiar.
     
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    Aaaaw... Que bonita se ve esta historia :3 de verdad me ha encantado!

    Bueno, aunque sigo creyendo que Sasuke metió la pata con lo de Karin, me gusta que fue y se hizo cargo... Y que eso los unió más como pareja :3

    Me encanta cada aspecto de tu historia, sigue así :) espero la continuación...
     
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    Yamila

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    Muchísimas gracias, de verdad me hace muy feliz que te guste mi historia, hubo un momento en que pensé abandonarla porque había perdido un poco la inspiración, pero ahora que tengo unos días de relajación pienso continuarla y espero que los próximos capítulos te gusten tanto como estos dos primeros :) Aunque debo decir que el segundo no me convence mucho, lo hice a las apuradas y con la imaginación apagada, pero bueno, me alegra que a tí te haya gustado :D Espero sigas leyendo esta historia que recién comienza jajaj gracias por tu comentario, abrazos.
     
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    Yamila

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    —Uchiha...— Le llamó la peli rosa.— Tienes exactamente seis meses para comprar un lindo coche familiar.

    Luego de esa frase, todos comenzaron a reírse por la expresión de Sasuke. Cuando todos terminaron de almorzar y de charlar como los viejos amigos que eran, se despidieron entre si y cada cual se fue con su respectiva pareja.
    Sasuke y Sakura iban caminando tranquilamente hacia su departamento, iban charlando y debatiendo cual sería el mejor nombre para su pequeña, cuando de repente una persona muy conocida para Sasuke apareció justo frente a ellos.

    —Oh, Sasuke, Sakura... que sorpresa encontrarnos así.

    —¿Karin? ¿Qué haces por aquí?— Preguntó la peli rosa con una ligera sonrisa.

    —Mi nuevo jefe me mandó a hacer algunos recados, desde que Juugo está internado las cosas en la oficina son un desastre.— Respondió con pereza.

    —Oh, ¿Cómo sigue de salud? ¿Has tenido alguna noticia?— Quiso saber el Uchiha.

    —No, he ido a verlo pero no me lo permitieron, solo familiares autorizados.

    —¿De veras? Es una pena, de verdad. Mañana pasaré por el hospital, tal vez pueda averiguar algo.— Anunció Sakura.

    —¿En serio puedes hacerlo? Te lo agradecería muchísimo... de verdad estoy muy preocupada por él.

    Los tres intercambiaron unas cuantas palabras más y luego siguieron cada cual con su camino. Cuando la pareja llegó a su apartamento el móvil de Sasuke timbró.

    "Ha sido genial verte luego de estos tres meses. ¿Podríamos repetir lo de la última vez? De verdad te he extrañado. Responde en cuanto puedas, besos, Karin A."

    ¿Es Naruto? — Preguntó Sakura desde el sofá del pequeño salón.

    — ¿Qué? Oh, si, Naruto... dice que esta muy emocionado por nosotros.— Dijo algo nervioso. — Iré a tomar una ducha.

    —De acuerdo.

    En cuanto cerró la puerta del baño y le pasó el seguro, Sasuke le marcó a la pelirroja.

    Vaya, no creí que fueras a contestar tan rápido.

    Necesito verte. ¿Mañana puedes?— Dijo tan directo como siempre.

    — Claro, solo dime a que hora y en que lugar.

    — A las seis, en cuanto Sakura salga hacia el hospital te pasaré a buscar.

    — De acuerdo, mañana nos vemos entonces, buenas noches.

    Luego de colgar la llamada, se dió una ducha rápida y se reunió con la peli rosa en el comedor a ver una pelicula. Cenaron juntos en el comedor y a mitad de la pelicula, cuando Sasuke vió a su izquierda se encontró con una Sakura profundamente dormida. La tomó entre sus brazos y la depositó suavemente en la cama, luego de cambiarse y cepillarse los dientes se acostó junto a ella con un sentimiento de culpa, pero se abrazó a Morfeo en unos minutos.

    El día siguiente fue de lo más normal, ambos desayunaron juntos, Sasuke se fue a trabajar y Sakura llamó a sus amigas para ir de compras.
    Eran las cinco de la tarde cuando Sasuke llegó a casa, se dio un baño caliente y cuando estaba saliendo del baño, Sakura entró por la puerta principal con muchas bolsas en mano. La ayudó con las bolsas y le dio un beso en la frente.

    —¿Irás al hospital hoy?— Le preguntó con inocencia.

    —Si, primero me daré un baño y luego me iré con Ino.

    —Lamento no acompañarte, pero sabes que no me gustan los hospitales.

    —Descuida Sasuke-kun, lo entiendo, no te preocupes. Estaré de vuelta a eso de las diez, ¿De acuerdo?

    — De acuerdo, ten cuidado, ¿si? Si te pasara algo...

    — Estaré bien. Iré a darme un baño antes de que sea más tarde. — Dijo con una enorme sonrisa.

    Apenas vio a Sakura partir en un taxi, tomó las llaves de casa y su celular y salió rumbo a la casa de Karin. Iban a ir a un motel que quedaba en el centro, no muy lejos de su casa.

    Sakura había llegado al hospital pero no había ni rastros de Ino, así que decidió marcarle.

    Frentona, estaba a punto de llamarte. Lo lamento mucho pero no podré acompañarte, la madre de Sai acaba de aparecer en casa y no puedo librarme de ella.

    — ¿Qué? Oh Dios, te compadezco mucho cerda. Descuida, ya estoy aquí, solo me haré el chequeo y luego iré a casa. Tal vez le marque a Hinata o Tenten para que me recojan.

    Lo lamento tanto, pero la próxima vez te acompañaré, no habrá nada que lo impida.

    —¿Ni la pesada de tu suegra? — Dijo la pelirrosa entre risas. La rubia soltó un bufido y respondió.

    —Ni siquiera la vívora de mi suegra.

    Ambas se despidieron entre risas y Sakura avanzó hacia las puertas de la enorme edificación. Una vez dentro se dirigió a recepción y saludó con una calida sonrisa.

    —Buenas tardes, Shizune-san.

    — Oh, Sakura-chan, buenas tardes. Vienes a tu chequeo, ¿no es así?— Preguntó la mujer azabache del otro lado del mostrador.

    — Así es. ¿Se encuentra Tsunade-sama? Me dijo que no estaba segura de poder estar hoy.

    — Lo siento, Tsunade-sama tuvo una reunion hoy así que te atenderá el doctor Yakushi, ¿estás bien con eso?

    — Claro. Creí que Kabuto estaba de licencia.

    — Lo estaba. Se reintegró hoy al medio día.

    — Oh, ya veo. De acuerdo, fue un gusto verla, Shizune-san.

    — Lo mismo digo, Sakura-chan. Nos vemos luego.

    La peli rosa se dirigió a la oficina del doctor Kabuto Yakushi, en su camino varias enfermeras y doctores la saludaban con una sonrisa, y ella respondía con el mismo entusiasmo. Todos eran colegas, inclusive se cruzó con unas cuantas enfermeras que estudiaron con ella. Cuando llegó a la oficina Kabuto se estaba despidiendo de su sensei, Orochimaru-sempai. La pelirosa saludó a ambos con un abrazo y Orochimaru se retiró.

    — Sakura-chan, así que esperas un pequeño Uchiha, ¿eh? — Dijo el de lentes con una sonrisa pícara.

    — Así es... quien lo diría, ¿no es así? — Respondió la chica con una carcajada.

    — Vaya, el embarazo te sienta bien, estás mucho más simpática. — Le vaciló con una sonrisa, mientras la peli rosa se reía suavemente.

    Luego de revisar que todo estuviera bien con su bebé, ambos estuvieron charlando por unas horas, cuando Sakura vió la hora en su celular decidió que ya era momento de irse. Se despidió de Kabuto y se fue hacia recepción nuevamente para despedirse de Shizune. Afuera ya estaba muy oscuro, pero decidió caminar unas cuadras hasta la estación del tren.

    Cuando iba a dos cuadras de distancia, por una calle poco iluminada, sintió que alguien caminaba destras de ella. Tuvo un mal presentimiento, así que apresuró más el paso y se aferró con fuerza a su bolso.
    Todo pasó muy rápido, alguien la tomó por detras y colocó una navaja en su cuello. Trató de salir corriendo, pero la persona la giró bruscamente y enterró la navaja en su vientre, tomó su cartera y salió disparado a quién sabe dónde, dejandola a su suerte, gravemente herida y gritando por ayuda.
     
    Última edición: 26 Septiembre 2015
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    luna uchiha

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    Oh ._. No puede ser... No puedes dejarlo asi D: tienes que continuar! Que va a pasar con Sakura? D': y su bebe!
     
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    Yamila

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    Todo pasó muy rápido, alguien la tomó por detras y colocó una navaja en su cuello. Trató de salir corriendo, pero la persona la giró bruscamente y enterró la navaja en su vientre, tomó su cartera y salió disparado a quién sabe dónde, dejandola a su suerte, gravemente herida y gritando por ayuda.

    Juntando la poca fuerza que le estaba quedando, trató de caminar lo más rápido que pudo hacia el hospital, pero solo logró avanzar unos cortos pasos cuando sintió que un líquido espeso y caliente bajaba de su entrepierna. Se temió lo peor e intentó apresurar más su paso; no lo logró, cuando logró divisar el hospital a tan solo una cuadra de distancia, se desplomó en el suelo, sentía mucho dolor y pánico, no lograba moverse ni articular palabra.

    A los pocos minutos, cuando creyó que todo estaba perdido, una chica que acababa de salir del hospital la vió a lo lejos y corrió en su ayuda.

    — ¡Por Dios! ¿Estás bien? Oh, mierda, estás sangrando... ven, te llevaré a urgencias, apóyate en mí.— Le dijo la desconocida ofreciendole su mano para ayudarla a levantarse.

    Sakura en ningún momento se resistió, le agradeció con la mirada y tomó la mano de la chica, pero en cuanto hizo un poco de fuerza para poder pararse, soltó a su salvadora y volvió a caer al frío suelo. No podía moverse, le dolía demasiado y la preocupación por su bebé le impedia reaccionar.

    — No puedo moverme, por favor ve por ayuda.— Dijo la peli rosa con lágrimas recorriendo su rostro.

    La chica desconocida la miró con preocupación y cuando dió la vuelta para volver al hospital, vió una figura masculina que iba por la vereda de en frente.

    — ¡Hey, tú! Chico, necesito tu ayuda, por favor.— Gritó con desesperación la joven.

    El hombre giró hacia ella y cuando vió una melena rosa tirada en el suelo y llorando desconsolada, salió disparado hacia ella,

    — ¿Sakura? Oh, por Dios ¿Qué sucedió? — Preguntó el chico acercándose a Sakura.

    — ¿Sasuke-kun? — La peli rosa no podía distinguir bien quién era, había perdido demasiada sangre y se sentía muy mareada.

    El chico la tomó en brazos y junto con la chica desconocida se dirigieron apresuradamente hacia el hospital. Apenas entraron, la peli rosa abrió un poco los ojos y pudo ver una melena roja brillante.

    — Sasori... ¿eres tú? —

    — Si, soy yo Sakura, estarás bien... no te preocupes pequeña, estarás bien.—

    La Haruno le sonrió en agradecimiento, dirigió su mirada a la chica que la había encontrado y la observó detenidamente unos momentos, era unos centímetros más alta que ella, tenía ojos verde claro y muy delineados con negro, su pelo corto era de color azul y estaba cubierto por un gorro de lana negro, llevaba una camisa gris con una chaqueta de cuero negro y unos jeans ajustados y medio gastados, en los pies tenia unas impecables botas de plataforma negras.

    Sasori se acercó a recepción y en cuanto Shizune vió a Sakura en ese estado corrió con una camilla hacia ellos.

    — Colócala aquí, la llevaré a urgencias. ¿Qué fue lo que sucedió?— Preguntó la morena observando a Sasori.

    —Yo... no lo sé, fue esta chica de aquí quien la encontró.—

    — Lo siento, yo tampoco sé qué le ocurrió, solo la encontré así.— La miró con preocupación.— ¿Ella estará bien?

    — Haremos todo lo posible para salvar a su bebé, pero sí, ella estará bien.

    — ¿Está embarazada? Por Dios, por favor ayúdenla. — Decía la chica con desesperación.

    Sasori solo observaba a la peli rosa mientras era trasladada a la sala de emergencias, no podía creer que le estuviera pasando eso a su pequeña, la amaba y le dolía demasiado verla así. Cuando ya no pudo verla más, reaccionó y trató de llamar a Sasuke, pero no atendía a ninguna de sus llamadas.
    Ya cansado decidió llamar a Naruto, el cual atendió luego de tres tonos, y le contó lo que había sucedido. Naruto se comunicó con algunos de sus amigos y pasada una hora estaban todos en sala de espera... todos, excepto el Uchiha.

    — No me atiende a mí tampoco.— Dijo Naruto guardando su movil.

    — Maldito Uchiha, ¿Dónde mierda está metido?— Pronunció Ino con rabia y lágrimas en los ojos.

    — Tranquila Ino, pronto aparecerá, ahora la salud de Sakura es más importante.— Dijo un chico castaño con marcas en las mejillas.

    — Kiba tiene razón, Ino... ahora debemos preocuparnos por Sakura, luego veremos que sucedió con Sasuke.— Dijo Sasori.

    Luego de media hora, uno de los doctores que estaba atendiendo a Sakura salió y se dirigió a ellos.

    — ¿Son los acompañantes de Haruno Sakura? — Los chicos asintieron. — Muy bien. Su amiga está fuera de peligro, pero... no pudimos hacer nada por el bebé, lo siento mucho.

    Ino, Tenten y Hinata rompieron en llanto. Kiba, Sai, Neji y Sasori maldijeron una y otra vez y Naruto cayó sobre sus rodillas con lágrimas en los ojos y apretando fuertemente los puños.

    Shikamaru se acercó al doctor y lo observó con pesar.

    — Doctor, ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Puede decirnos? — Preguntó con tranquilidad y dolor en la voz.

    — Creemos que fue un robo, la herida fue lo bastante profunda como para interrumpir el embarazo.

    — Muchas gracias, doctor.

    — ¿Podemos verla? — Preguntó esta vez Sasori.

    — Ahora está dormida, necesita descansar, ha perdido mucha sangre. Pueden ir a casa y volver por la mañana a verla.

    — Yo me quedaré.— Dijeron Ino y Sasori al mismo tiempo.

    — Ino, debes descansar, en la mañana podrás volver.— Dijo Sai.

    — No, es mi mejor amiga, me quedaré aquí.

    — De acuerdo, me quedaré contigo.

    — Sai... gracias.

    Luego todos los demás se fueron a descansar, no sin antes asegurarse que les avisarían si la chica despertaba. Pasadas dos horas Ino se estaba durmiendo sobre el hombro de Sai.

    — Toma, llevala a mi departamento y descansen un poco, les avisaré si ocurre algo.— Dijo Sasori ofreciendole una llave a Sai.

    El moreno lo observó y tomó la llave, despertó a Ino y se encaminaron al departamento de Sasori el cual quedaba solo a unas cuadras de ahí.
     

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