Conexión (las parejas clásicas)

Al principio ninguno se conoce, pero con el pasar del tiempo, se van uniendo formando fuertes vínculos entre ellos gracias a las conexiones que habían entre ellos, pero que no sabian de su existencia.

Hola! les traigo un fic nuevo, se que no he terminado Sed de sangre pero es solo cuestión de tiempo para que suceda y pues, aprovecho para subir esta historia que ha sido un reto para mi ya que deseo darle un toque realista con el que se pudieran sentir identificado n.n pero que a la vez les pudiera divertir. Claro que tendrá romance, pero primero vendrá la amistad, que es el centro del trama, personas que no se conocían pero que sin saberlo estaban conectadas...

Sin mas preámbulos, aquí les dejo el primer capi, espero les guste n.n

Personajes que aparecen: Tenten, Shikaku, Ino, Karin, Kiba y Matsuri (Bruno, Naomi y Shaila)

Conexión
Capitulo 01

Cada mente es un mundo: tan igual y a la vez tan diferente a los demás. Es increíble conocer miles de personas y poder distinguirlas una de otras. Pero aun más impresionante es saber que cualquier persona en el mundo puede estar conectada con otra en una cadena de conocidos formada por no más de cinco intermediarios… Lo que podría significar que de alguna forma podríamos estar conectados y no saberlo.
Puede que el destino no sea más que un juego de la vida. Pero pensar que todo está escrito nos hace pensar que ese ser superior nos odia por hacer de la Tierra un lugar repleto de miseria en donde escasea la felicidad y el significado de la verdadera amistad, del amor, del respeto… de los valores.


Puede que pensar sobre ello nos hace preguntar en que si en verdad hay alguien con ese poder ¿Por qué no solo hace a todos felices? ¿Por qué permite que haya tanta desgracia y maldad en el mundo?


¿Habrá un objetivo escondido en todo eso?
Pues, tal vez… si la felicidad fuese tan fácil de encontrar ¿qué sentido tendría nuestra vida?



Tenten

Morena, castaña de hermosos ojos cafés y pelo achocolatado amarrado en dos lindos conguitos. Vestía con su uniforme escolar que consistía de una camisa blanca manga larga, una falda corta, azul marino con volados y zapatos formales negros con medias largas de color negro. Se encontraba en ese momento sentada en una silla de cuero marrón oscuro frente al escritorio del director del colegio, a su lado estaba sentada Shaila, una joven de pelo naranja largo y ondulado, de ojos celestes y tez blanquecina. Ambas jóvenes estaban de mal humor y totalmente desmarañadas, la prueba de un enfrentamiento físico era obvia.

―¿Ahora si me pueden decir qué fue lo que paso?― cuestiono el director con autoridad. Tenia alrededor de cuarenta años, de pelo negro lizo amarrado en una cola alta que le daba la apariencia de una piña, ojos negros y piel morena, en su rostro tenia una cicatriz que lo hacia intimidante, pero en realidad era un buen hombre, aunque a veces costaba creerlo.
Ambas chicas respondieron al unísono, en voz alta, prohibiendo que todas esas palabras se fusionaran en un bullido irritante y molesto.

―Silencio― les ordeno tajante.― Si hablan al mismo tiempo es imposible que pueda entenderlas― comento con seriedad. Ambas jóvenes desviaron la mirada molestas.― Bien, empecemos contigo Tenten, dime que fue lo que paso.


Flash Back

Era la hora de recreo, en ese momento ella se encontraba en la biblioteca alquilando las guías que los profesores habían pedido para poder estudiar los exámenes de primer lapso que empezarían dentro de dos semanas. Al salir se encamino hacia su casillero y ahí los guardo, tenia planeado empezaron con ingles, pues seria el primer examen, y seguir con historia universal, pues era pésima con las fechas y localizaciones.
Cerró su casillero justo en el momento en que Naomi, una chica con el cabello teñido entre, fucsia, naranja y amarillo, se acercaba a ella alterada con sus ojos verdes limón abierto a la par.


―Tenten― la llamo alterada.― Tienes que venir ahora, esta vez Shaila se paso― le aviso preocupada. Tenten la miro confundida.


―¿Qué tienes? ¿Estas bien?― le pregunto, le importaba un pepino lo que hiciera Shaila, no era la primera vez que intentaba hacerla sacar de sus casillas.


―Tenten, esta vez es grave. Te hizo una especie de altar con la palabra “huérfana” escrita por todas partes― le dijo haciendo que Tenten se pasmara.


Naomi la llevo a la cartelera enorme que se encontraba en frente de las zapateras. En vez de estar los horarios, avisos de los clubes y planes del colegio se hallaban en la mitad izquierda fotos ridículas de Tenten organizadas en un mosaico con la palabra huérfana grafiteada encima y en el lado derecho se podía leer con claridad: “Amma no es más que un invento, ésta perdedora sin padres ni apellidos no es mas que una falsa y vil manipuladora”


―¿Te gusta?― le pregunto Shaila con una sonrisa arrogante garabateada en su perverso rostro.


―¿Cómo te enteraste?― le pregunto entre dientes antes de lanzársele encima y borrarle esa maldita sonrisa de superioridad.


―Pues veras, nunca me comí ese cuento de niña perfecta y santurrona, así que me puse ha investigar, pensé que tal vez tus padres no te soportaban y te habían mandado lejos por equis razón, pero la verdad resulto ser mucho mejor. “Huérfana” ¿Quién lo hubiera imaginada?


―No se de donde sacaste que yo era perfecta pero ten algo por seguro, santurrona no soy― le advirtió furiosa segundos antes de que su mano impactara en su maquillado rostro con fuerza.


Lo siguiente que se veía eran dos chicas matándose a golpes mientras que los demás empezaban a acumularse formando un círculo alrededor de ambas solo para observarlas


Fin del Flash back

―Lo haces ver como si todo eso fuera mi culpa― se quejo Shaila.


―¿Es una broma verdad?


―Para empezar, si hubieras sido honesta desde el principio nada de esto hubiera pasado.


―Tu fuiste la que empezó con todo, ni siquiera me conocías cuando te empecé a caer mal― respondió Tenten molesta.


―Ya escuche suficiente― interrumpió Shikaku― Ambas procederán a firmar un acta y se les llamara a sus padres para conversar sobre esto.


―Dirás que llamaras a “mis” padres, dado que ésta no tiene― corrigió Shaila de mala gana.


―No me tientes a expulsarte Shaila, vuelves a decir otra cosa y hallare la forma de traer a tu padre hasta este escritorio― le advirtió limitándose a su trabajo como director.


Lleno el acta e hizo que ambas lo firmaran, y mando a Shaila a buscar su citación en la coordinación. Tenten, por su lado, se quedo sentada con la mirada fijada en el piso.

―Tenten, entiendo tu situación, pero si te vuelves a meter en otro de estos problemas no tendré mas opción que expulsarte― le aviso suavizando su tono de voz. Tenten frunció el ceño en un intento de contener las lagrimas.― Hace poco el ministerio de educación me entrego las becas universitarias y en el primer alumno que pensé fuiste tu― le comento haciendo que Tenten levantara la vista asombrada, con una pequeña sonrisa.― Eres la mejor alumna que he tenido, dedicada, disciplinada, respetuosa, con excelentes clasificaciones y aptitud física. Tienes un gran futuro por delante Tenten y se bien que una beca, en una situación como la tuya, seria muy conveniente, pero tu comportamiento ha estado empeorando este ultimo año, si no mejoras, no solo podrías terminar expulsada, tampoco obtendrías ninguna beca .


―No me meteré en mas problemas, lo juro, la próxima vez me contendré― le dijo casi en plegaria.


―Lo se. En todo caso, ten― dijo mientras sacaba de una de sus gavetas una tarjeta verde oscura con su nombre y numero telefónico.― Si necesitas ayuda, aunque no sea mí deber como director, con gusto te ayudare en lo que sea que me pidas.


―Gracias.



Ino Yamanaka

Alta, de largas piernas y piel blanquecina y suave como las de un bebe, ojos celestes y abundante cabellera rubia tan larga que a pesar de tenerlo amarrado en una cola alta, pasaba su cadera. Con una camisa de tirantes negras que dejaban al descubierto su ombligo y unos pantalones de estampado militar con varios bolsillos de grandes botones dorados, y deportivos negros, caminaba en perfecto equilibrio por un largo pasillo blanco lleno de agentes con papeles y cafés en mano y modelos novatos sin saber a donde ir.
Sin cambiar el rumbo hacia su camerino privado observaba con minoría a las pobres chicas que morían por ser sus amigas. Más de la mitad regresaría a casa sin ningún contrato, y las pocas que quedarían terminarían con el grupito de Karin envidiándola hasta la muerte.


―Bien, ya organice la cena con los Kagurashi, hice fecha para la sección de fotos, mande a que decoraran tu camerino justo a tus descripciones para el evento del mes que viene… Ya realice todo lo que me pediste. Ah! Y aquí esta tu café, con leche y azúcar baja en calorías― anuncio una agitada castaña de pelo corto y ojos negros oscuros, tenia, al menos la misma edad que Ino, pero sus fracciones eran mas infantiles.


―Gracias, Matsuri ¿Sabes si ya llegaron los vestido?


―Anoche los trajeron. Pero ahora es que falta para que empiece la función, mientras puede ir al salón a que te maquillen y te peinen.


―¿Ir? ¿Para qué pido un camerino si tengo que caminar hasta el mismo salón en donde esta Karin y su ejército de plásticas sin cerebro?― cuestiono con cinismo.


―¿Ah? Yo… ahora mismo mandare a las empleadas a tu camerino― respondió con nerviosismo para luego salir corriendo a cumplir con lo dicho.


Ino bufo con fastidio y se encamino a su tocador molestas, con tan solo pensar en Karin le envía la sangre, desde que la conoce, se ha dedicado hacerle la vida imposible, es decir, la entiende perfectamente, Ino representa una amenaza, pues por algo es la única modelo de quince años con su propio camerino, pero jamás había conocido a alguien tan intensa y competitiva además de ella misma, sin embargo, hicieran lo que hicieran no podrían quitarle el trono, solo lograrían tomar cuando esta ascendiera y se volviera una leyenda en la industria del modelaje.


Sus pensamientos fueron interrumpidos por el choque entre su cuerpo y el de un hombre inepto que se había metido en su camino. Casi cae del impacto a no ser por que el mismo chico la sostuvo.


―Lo siento, ¿estás bien?― le pregunto el chico preocupado, era moreno, de pelo castaño alborotado y ojos perruno, cualquiera diría que era un modelo a no ser por su ropa de segunda mano y pinta desarreglada.


―No, no lo estoy. Deberías de empezar a fijarte por donde andas ¿No crees?― le respondió mientras se zafaba de él con brusquedad y luego siguió su camino a pasos rítmicos y violentos.


―Tenia que ser modelo― murmuro el castaño con ironía.


―Kiba― lo llamo un hombre cuarentón al que se le empezaba a caer el pelo, buenmozo con traje de marca y celular de los caros en mano acompañado de una mujer que cargaba por el una lista gruesa y extensa de cosas por hacer.― Llegas temprano, eso me gusta. Veras, en este momento estoy ocupado así que espérame en mi despacho, apenas termine iré ha hablar contigo.


―Eh? Esta bien, pero…― no termino de decir lo que tenia planeado pues el teléfono del hombre sonó.


―Tengo que contestar― comento antes de tomar su teléfono y partir.


―Espero un momento… yo… no se donde queda su despacho― susurro lo ultimo con fastidio. Miro a todas partes en busca de algún cartel o mapa que le indicara en donde demonios se encontraba el despacho de aquel hombre, pero no había ninguno.
Por otro lado, Ino estaba posando frente a un espejo largo apreciando su belleza, cuando entro Matsuri con su vestido.


―I… Ino― la nombro con un tono lúgubre.


―¿Qué paso con las empleadas?― pregunto mientras tomaba el gancho en donde se encontraba su vestido y abría el envoltorio gris que lo protegía. Matsuri no dijo nada, solo esperaba la reacción de Ino cuando viera el estado de su vestido.― ¿¡Pero qué demonios le hicieron a mi vestido!?― grito furiosa al ver aquella hermosa prenda cortada en pedazo.


―No lo se, lo encontré así, no tengo ni idea de lo que pudo haber pasado― respondió rápidamente Matsuri temiendo por su vida.


―Cuando regrese, quiero ver aquí a las empleadas para que me arreglen de una vez, tráeme todas las telas que encuentres y los accesorios que venían con el vestido. Y ni se ocurra decirle algo al molesto de Bruno, es americano, moriría de un infarto intentando detenerme― le ordeno dirigiéndose a la puerta.―¿Qué estas esperando? Muévete.


―¿Ah? Si, claro― contesto de inmediato y salió corriendo a realizar las ordenes de Ino, ésta por su lado fue al salón de maquillaje a enfrentarse a Karin.


―Me gusto lo que le hiciste a mi vestido. Muy original― comento sarcástica al llegar.


―No sé de qué estás hablando― respondió Karin con fastidio sin dedicarse a mirarla si quiera, estaba demasiado ocupada empolvando su rostro frente al tocador.


―Claro que no sabes. Supongo que fue un fantasma o que tu ejército de zombis a parte de idiotas se volvieron sonámbulas también, o que se yo. En esta vida pasan tantas cosas…


―Sabes Ino, no me interesa saber de tus delirios.


―¿Por qué ahora soy yo la que se mete heroína?


―Ambas sabemos la verdad― contesto a la defensiva, el año pasado, tras varias bromas pesadas Ino había decidido esconder heroína en la mochila de la morena causando que casi fuera descalificada del concurso a no ser por la prueba de orina y sangre que le hicieron.


―Cierto, al parecer lo de perra no se puede quitar― comento cambiando el tema.


―Dímelo tú, eres la experta― dijo ahora acomodándose en la silla con las piernas entrelazadas tomando una posición de superioridad. Ino por su parte suspiro hastiada y fue directo al grano.


―…No me interesa si fuiste tú, o una de las tuyas, pero déjame decirte que no importa lo que hagas, no podrás derrumbarme. Estoy en esta industria desde que usaba pañales, la conozco a la perfección y por lo tanto, jamás me arriesgaría a destruir el vestido de un diseñador sea novato o no. ¿Sabes por que? Por qué es un insulto y una grave mancha en tu currículo, créeme, apenas averigüe quien fue, me encargare yo misma de sacarla para siempre del mundo del modelaje― la amenazo.


―No tienes tal poder Ino, no son más que palabrerías como todas las estupideces que dices de ti misma para inflar tu ego. Si buscas intimidar te metiste con la chica equivocada, a diferencia de ti, yo si tengo amigas de verdad, tengo contacto y los mejores abogados de la ciudad.


―Como si eso pudiera preocuparme.


―Se que lo único que te importa eres tú. Eres patética, a decir verdad, tus padres están divorciados seguramente por tu causa, es decir, es entendible nadie te soporta, no tienes amigas y te escondes de la realidad con ideas de superioridad. No eres una amenaza, eres un estorbo― le aclara con altanería.


Ino se enfurece, su garganta se presiono, sentía una gran necesidad de matarla ahí mismo pero su cuerpo no reaccionaba, las palabras no vinieron a su mente, le había dado justo en el clavo. Sin saber que hacer solo le dedica una sonrisa cínica y se retira del lugar con la frente en alto. Tal vez había perdido la pelea, pero la guerra apenas estaba empezando.
Se dirigió a su camerino donde Matsuri ya se había encargado de todo lo que le había pedido. Se sentó frente al tocador para que empezaran a maquillarla y peinarla, hora y media después ya estaba lista.


―¿Trajiste las telas?― le pregunto una vez que ambas empleadas se fueran.


―No pude traer mucho, la gente sospecharía y entonces Bruno se enteraría― explico entregándole una caja repleta de telas cortadas y miles de lentejuelas.


―Asss… trae una cinta simétrica― le ordeno y ésta salió del camerino en su búsqueda. Ino por su lado saco el vestido del saco y lo coloco en un maniquí intentando buscar una forma de arreglar aquel desastre. Tomo unas telas y se preparo con aguja e hilo, pero luego el brillo de las lentejuelas alumbraron en ella una esplendida idea por lo que prendió la máquina de coser.


Mientras tanto, Matsuri buscaba desesperada la cinta simétrica por todo el lugar, las que veía estaban siendo utilizadas por los costureros y diseñadores empleados. Del apuro, termino tropezando accidentalmente con Bruno.

-*-*-*-*-*-*-*-​

​

​

Asss... u.u primer capi y ya empezaron los problemas xD


¿Qué les pareció la abertura, creen en la cadena de conocidos? ¿O en el destino?


¿Les gusto el primer capítulo?


¿Tenten se portara bien?

¿Ino y Karin modelos? ¬¬ Muy obvio? xD

¿Les gustan las modelos?


¿Qué creen que pasara en el próximo capitulo?

 

Gracias a los que leyeron mi fic n.n aqui les traigo la conti, espero les guste

Personajes que aparecen: Ino, Matsuri, Sakura, Tenten, Kiba, Lee y Shikamaru. (Bruno, Sari y desconocido)

ConexiónCapitulo 02

Mientras tanto, Matsuri buscaba desesperada la cinta simétrica por todo el lugar, las que veía estaban siendo utilizadas por los costureros y diseñadores empleados. Del apuro, termino tropezando, accidentalmente, con Bruno.

Un Hombre cuarentón, al que el pelo se le empezaba a caer, de traje elegante y rostro amigable. El estrés se reflejaba en su rostro, pero siempre lograba sacar una sonrisa.

―Ah! Bru…Bruno, yo lo siento, no te vi― se disculpo Matsuri totalmente nerviosa.

―No te preocupes, no paso nada. ¿Tú estás bien?― le pregunto éste al notar el estado de Matsuri.

―Yo…yo, sí, claro, es…estoy bien― respondió con la voz temblorosa.

―Vamos, dime ¿A Ino le dio una de sus rabietas ciertos?

―No― aclaro rápidamente.― No tiene nada que ver con eso.

―¿Entonces con qué?― si para algo era mala Matsuri, era para mentir. No tubo de otra más que contarle todo lo que había pasado y lo que Ino planeaba hacer.
Al escuchar esto, a Bruno casi le da un ataque, sale corriendo al camerino de Ino siendo perseguido por Matsuri quien intentaba detenerlo, o al menos tranquilizarlo.

El escándalo llego a los oídos de la catira con anticipación, se asomo al pasillo y al ver a Bruno corriendo como un toro a su dirección, rápidamente tranco la puerta con seguro.

―Ino, ¡abre la puerta!― le ordeno mientras golpeaba aquel trozo de madera fino con desesperación. Al no recibir respuesta se altero.― Ino, te buscare un vestido nuevo, así que deja esa prenda como estaba, ni se te ocurra hacerle algo.

―¿Y conformarme con vestidos de segundones?― murmuro para sí misma mientras añadía los últimos toque al vestido con prisa.

―Ino, abre la puerta― le volvió a ordenar.― Arreglaremos esto, solo abre la puerta y no toques el vestido. ¡Ino!― insistía al tiempo que hacia lo posible para abrir el cerrojo de la puerta.

Rápidamente, ésta tomo los accesorios que se encontraba metidos en una bolsa rosa grande y saco el vestido del maniquí y se monto en el borde de la ventana. Estaban en planta baja, no había riesgo alguno en saltar, por lo que sin pensarlo se lanzo y corrió lejos de su camerino. Segundos después, la puerta se abrió de un golpe.

―¿Qué? ¿En dónde demonios se metió ahora?― le pregunto Bruno al aire.





Sakura Haruno

Sakura es una chica un poco testaruda, le gusta tener la razón y a veces puede llegar hacer un poco violenta, sin embargo mantiene una aptitud caprichosa y a la vez inocente y comprensiva, siempre esta hay para sus amigos, los cuales muchos piensan que es bipolar, aun mas por sus cambios repentinos de ánimo, pero en un adolescente, eso es normal… ¿verdad?
Sakura es de piel blanquecina con el cabello corto de color, extrañamente, rosa chicle y sus ojos son verde jade. Con 1,61 metros de altura, la joven de 15 años caminaba por las calles en dirección a casa después de un largo día de compras.

—Vamos Sakura quita la cara larga― dijo Sari, una adolescente de la misma edad que Sakura, de tez blanca, ojos grises claros y pelo marrón y largo.

—No puedo, olvídalo, esto no funciona Sari, solo quiero tener un novio y eso no se puede comprar en ninguna tienda.

—Si eso es lo que crees…

—Vamos Sari, ¿acaso no sientes lo mismo? Somos las únicas solteronas del salón, probablemente de todo el colegio.

—No seas dramática, además, ¿por qué el desespero?

—¿Como que por qué? Tener un chico lindo que te acompañe y te traiga flores. Que te trate como a una dama y que sea atento contigo. Caballeroso, inteligente, sexy…

—Sakura―la interrumpió Sari con sarcasmo en su voz.

—¿Qué?

—Esos hombres ya se extinguieron hace mucho tiempo, no te ilusiones.

—¿Y te haces llamar mi amiga? Lo único que haces es arruinar mis…

—¿Ilusiones ficticias creadas por una niña malcriada que creció viendo los cuentos de hada de Disney? Deja el drama y cálmate alguna vez―dijo Sari divertida.

—Lo haría, pero no están fácil, no soy como tú que con solo un helado, lo que pase con el mundo me resbala.

—Hablando de helados…―dijo infantilmente al ver una tienda de golosinas con una maquina de helados en una de sus esquinas, Sari corrió rápidamente a la tienda y ansiosa pidió una barquilla de mantecado cubierto con una capa delgada de chocolate negro.

—Eso es una droga para ti.

—Lo sé―contesto aun emocionada saboreando su helado.― Por cierto, no terminaste de contarme lo que paso con tu mamá la otra noche― comento Sari, Sakura se desanimo con solo recordarlo.

—Lo mismo de siempre… esa mujer no tiene arreglo, ya me tiene harta― contesto en un tono amargado, pero en el fondo, la tristeza la invadía.― Como sea, no es nada nuevo.

—Deberías de demandarla―dijo Sari irónica, concentrada más en su helado que en la conversación, Sakura no pudo evitar reírse ante el comentario, era muy típico de Sari.


Ino Yamanaka

La rubia había corrido una larga trayectoria hasta un patio trasero que se encontraba prácticamente abandonado. Coloco la bolsa y el vestido en un banquito que se encontraba en el centro del jardín y antes de iniciar a desvestirse miro hacia el pasillo de los pisos de arriba para asegurarse de que no hubiera nadie. Hecho esto, procedió a quitarse la camisa y los zapatos mientras ponía una tela vieja en el fango húmedo debajo del césped para no ensuciarse.

―¿Qué demonios?― murmuro Kiba asombrado, con una notable sonrisa burlona. Ya llevaba horas recorriendo el lugar totalmente perdido. No tenía idea de donde se encontraba, pero con esa vista, a nadie podría molestarle.
Ino no se había dado cuenta de su presencia, estaba demasiado ocupada tratando de acomodar el vestido antes de ponérselo. Ya en ropa interior, procedió a colocarse el vestido que era de un gris platino oscuro de tela sedosa. Doblo su mano hacia tras intentando subir el cierre por completo, pero le resultaba imposible.

―¿Necesitas ayuda?― le pregunto Kiba desde el pasillo del primer piso, apoyado de lo más relajado en el borde del pequeño barandal de cemento blanco.

Ino se voltea toda atemorizada sosteniendo el vestido para evitar que se le cayera, pero cuando ve al joven de fracciones perrunas frunce el ceño molestas.

―Eres un maldito pervertido― le grito.

―¿Yo un pervertido? ¿Qué haces tú desnudándote en un lugar así?

―No es tu problema, como sea, no tienes derecho a estar observándome. Puedo demandarte por acoso y abuso sexual.

―No te estoy haciendo nada― dijo con sarcasmo.― Y para empezar, no tenía ni idea que te gustaba cambiarte al aire libre― completo entre risas.

―Cierra la boca― le ordeno entre molesta y avergonzada. Un leve sonrojo empezó a invadir sus mejillas. ¿Qué tanto había visto?

Sin querer pensar en la respuesta se volteo para hacerle caso omiso y seguir arreglándose. Aun intentaba subir el cierre pero sus brazos no lograban estirarse hasta ese lugar y empezaba a frustrarla haciendo que soltara maldiciones en contra del mundo y el de cara de perro, que aun la observaba, sonreía con ironía.

―So…solo vete ¿Quieres?― le pidió con fastidio sin voltearse a mirarlo.

No recibió respuesta, solo escucho un golpe, como cuando algo pesado cae al suelo. Eso la asusto, y al empezar a oír los pasos en la grama que se dirigían a ella, quedo estática.

―Tengo una hermana mayor, mi padre murió hace mucho tiempo así que, desde que recuerdo eh vivido rodeado de mujeres― le comento mientras tomaba su vestido y lo estiraba un poco hacia abajo para poder subir el cierra.― No soy un pervertido― le aclaro al tiempo que subía el cierre por completo haciendo que Ino se tambaleara un poco como reacción.

―Linda historia― dijo al voltearse, con ambos ojos atentos a cualquier movimiento.

―Lo sé. ¿Y por qué… te estás arreglando aquí?― le pregunto un tanto confundido. Ino solo bufo molesta y se sentó para luego sacar unas botas largas de gamuza negra de la bolsa rosa. Eran arrugadas y pasaban la rodilla, tenían un tacón delgado de por lo menos siete centímetros.

―Porque a las idiotas descerebradas de Karin se les ocurrió la grandísima idea de arruinar mi vestido― contesto entre diente mientras se colocaba las botas.― Pero se metieron con la chica equivocada. No es la primera vez que intentan derrumbarme, se bien como defenderme― comento mas para sí misma.

―Mucho drama. Justo lo que esperaba― dijo con cierto tono burlón.

―Todos piensas que las modelos son criaturas narcisista que solo les importa el físico. Con neuronas limitadas en el cerebro. Pero en verdad, más de la mayoría son perras astutas que planean destruirle la vida a quienes se interpongan en su camino… como Karin por ejemplo― le explico.

―Sí, pero, con lo que ves en televisión…

―Miles de personas están observándote en vivo desando que cometas un error. Televisión internacional, amigo: los nervios te traicionan y terminas diciendo estupideces. Aunque algunas lo hacen de forma intencional para ocultar la maldad que corre por sus venas con una máscara bien maquillada de inocencia y torpeza.

―No me digas… ¿Karin?

―Exactamente― dijo Ino mientras que se colocaba los sarcillos, las pulseras, demás accesorios y se retocaba el maquillaje.

Tenten

La castaña se encontraba caminando apresurada hacia algún lugar, con su uniforme escolar pues no hace mucho habían acabado las clases. Giro a su izquierda, adentrándose a un pasillo con salida a la parada de autobuses, pero en vez de ir hacia allá, entro a una puerta gris que pertenecía al local en donde trabajaba media hornada.

Guardo su bulto en el casillero identificado con su nombre, se acomodo un poco el cabello, y se cambio, el uniforme del trabajo era simple, una camisa larga de botones como la del colegio y pantalones negros, además de una banda roja que se amarraba en el brazo que tenía bordado la insignia que identificaba al local. Una vez lista salió a la tienda. Era un lugar bien iluminado y acondicionado, era un local grande en el que se vendían y alquilaban películas. La puerta la llevaba directo a la recepción en donde estaba la caja registradora con unas películas colocadas en un cesto de aluminio y un televisor colgado en la pared, justo detrás de ella.

―Tenten― la llamo animado un joven de su misma edad, de cabellos y ojos negros, con las cejas pobladas y risa cegadora.

―Lee, hola― respondió Tenten al saludo con una dulce sonrisa.― ¿Cómo te fue en el campeonato?― le pregunto con curiosidad.

―Increíble, terminamos ganando el campeonato nacional, ahora nos preparamos para el mundial― contesto mientras hacia unas poses raras de batalla.― Ah! Y mira mi hermosa medalla de plata― dijo sacándola de su camisa.

―¿De plata?― repitió burlona mientras la tomaba para observarla bien.

―Pues el cretino del Hyuga se llevo el oro, pero uno de estos días terminare por ganarle, ya verás― comento optimistas. Tenten no tenía ni idea de quien hablaba pero siempre que nombraba a ese tal Hyuga se ponía de ese modo, le causaba gracia a decir verdad.

―Seguro que si― dijo ésta, apoyándolo.

―Disculpe ¿Tienen las últimas películas que salieron en cartelera?― les pregunto una joven que estaba acompañada con un grupo de amigas.

―Claro, nos acaban de llegar. Ven, están por aquí― les atendió Tenten con su típica gracia y amabilidad.

Alrededor de las seis de las siete de la tarde empezaron a cerrar el local. Tenten se quedo de última para terminar las tareas escolares antes de llegar a casa. Media hora después, aun con el uniforme del trabajo, ya estaba dirigiéndose a la parada de autobuses, éste la dejo en unas cuadras un poco lejos de su casa. Camino en las oscuras calles como siempre lo había hecho desde que empezó a trabajar.
No había mucha gente a esas horas, así que al escuchar pasos detrás de ella se puso atenta. No era la única persona en el mundo que trabajaba hasta tarde, pero desde hacía ya algún buen tiempo se empezaba a sentí perseguida. Tal vez iban al mismo lugar, tal vez estaba demasiado paranoica…
Los pasos se apresuraron, Tenten empezó a correr pero el tipo era mucho más rápido, la tomo de la muñeca y la jalo hacia él con brusquedad, apoyando el filo de un cuchillo en su garganta.

―Gritas y te destrozo las cuerdas vocales― la amenazo con una voz seca que le erizo la piel. El hombre empezó a empujarla hasta un pasillo en donde la dejo tirada en el piso, reviso sus bolsillos y su cartera tomando el poco de dinero que tenía en ese instante, incluyendo su celular.

Asustada empezó a llorar deseando que solo se fuera y la dejara en paz, pero el hombre giro hacia ella y rio divertido. La tomo de la camisa y la levanto del piso con brusquedad para luego empujarla a la pared para acorralarla. Empezó a besar su rostro y cuello mientras Tenten se asqueaba intentando quitárselo de encima pero el tipo era mucho más fuerte que ella, las lágrimas salían de sus ojos con fuerza, suplicaba por que parara. Era horrible que ese maldito estuviera tocándola de esa forma tan horrible. El hombre empezó a desabrocharse el pantalón, la tomo y la tiro al piso, pero antes de que pudiera lanzársele encima el sonido de la patrulla policial se escucho cercana.
Tenten grito con todas sus fuerzas, al acto el tipo la abofeteo en la cara para callarla, segundos después dos policías llegaron armados al lugar. El tipo salió corriendo, uno de los policías lo siguió mientras que el otro se quedo con Tenten.

―¿Estás bien?― le pregunto mientras apoyaba su mano en el hombro de la castaña intentando calmarla.

―¿Usted que cree? Estuvieron a punto de violarme― le grito furiosa, con las lagrimas corrompiendo su piel.

―Ven, te llevare a la estación, llamaremos a tus padres.

―No gracias, mi casa está por aquí cerca.

―Tienes que testificar― le dijo con un tono de excusa, Tenten termino por aceptar.

Una vez entraron a la patrulla el policía pidió refuerzos antes de conducir a la comisaria. Al llegar, le ofrecieron agua y le preguntaron lo que había pasado.

―Tenemos teléfonos públicos en ese pasillo, puedes llamar a tus padre― le sugirió una mujer policía.

―Soy huérfana― le comento sin emoción alguna en su voz.― Vivo sola en una casa alquilada cerca del vecindario en donde me encontraron― le explico.

―¿Sola? Tienes que tener a alguien que se ocupe de ti.

―Tengo un tratado especial― respondió con un tono seco dando a entender que no diría más.

―¿No conoces a alguien que pueda llevarte a casa?― le pregunto la mujer preocupada por Tenten.
Ésta lo medito bien, y recordó la tarjeta que Shikaku le había entregado días antes. Busco su bulto, y en los bolsillos de su falda encontró la tarjeta.

―Creo― le respondió mientras se paraba de su asiento y en su lugar colocaba el bulto y pertenencias. Se dirigió a los teléfonos y llamo, su voz aun se veía afectada por todo lo sucedido, pero hacia lo posible por contenerse.

El teléfono repico, fue entonces que en la comisaria entro aquel hombre, con esposas apretando sus muñecas y escoltado por dos policías. Se altero al instante, sus ojos se cristalizaron y su sangre se helo. Bajo su mirada atemorizada.

―Buenas…― se escucho desde el otro lado del teléfono.

―Shikaku soy yo, Tenten― se apuro a decir, estaba desesperada.

―Eh? No soy Shikaku, es su hijo― le aclaro.

―¿En… en donde está Shikaku?― le pregunto en un esfuerzo por calmarse.

―Él salió.

―Asss― suspiro al borde del llanto, ahora si estaba perdida.― Siento molestarte tan tarde… yo…― su voz se entrecorto, jamás había necesitado tanto tener esa sensación de protección de otra persona.

―¿Estás bien?

―No… ¡Digo si!― se corrigió rápidamente.― Solo, no le digas que llame.

―¿Eres una de las estudiantes de mi padre, cierto?

―Sí, pero…

―¿Qué paso?― le pregunto interrumpiéndola.

―Nada, es que…― se ahogo por la increíble tensión que contenía su garganta, sus lagrimas empezaron a salir una vez más.― Un tipo me robo e intento…― su voz se corto, estaba temblando, tomo aire y trato calmarse un poco, pero no podía.― Estoy en la comisaria, no quiero irme sola a casa pero no tengo nadie que pase a recogerme. Tu padre me había dado su número así que lo llame, pero si no está, no lo moleste, yo… buscare una forma de…

―Dime en que comisaria estas. Yo iré a buscarte― la interrumpió nuevamente.

―¿Qué? Pero, ¿estás seguro? Ni siquiera te conozco.

―Ya nos encargaremos de eso mas tarde. Además, si mi padre se entera de que no te ayude en una situación así, me metería en problemas― comento con una voz perezosa que la hizo reír.

―Gracias

-*-*-*-*-*-*-*-​

¿Les gusto? ¿Parte favorita?

¿Están de acuerdo con Kiba o con Ino?

¿Son como Sakura? ¿Qué opinan de ella?

¡¡Tenten!! ¿Por qué?

 

n.n Un nuevo capi!!! espero tener menos errores esta vez x.x y en cuanto al asunto de Karin, no te preocupes, a decir verdad es uno de mis personajes preferidos, solo estoy haciendo como una leve presentación de ella, luego me dedicare a su personaje en el momento adecuado n.n







Bueno, sin mas que decir aquí les dejo el capitulo

Personajes que aparecen: Shikamaru, Tenten, Temari, Lee, Ino, Kiba, Naruto, Jiraiya, Sakura, Itachi y Deidara (Bruno y Sari)



ConexiónCapitulo 03

Shikamaru llego a la estación de policías y pregunto por Tenten quien casi se le lanza para abrazarlo al verlo hablar con el señor de la recepción sobre ella. Ésta le volvió a agradecer por tercera vez esa noche, se dirigieron a su auto y en pocos minutos ya se encontraban dirigiéndose a la casa de Tenten.

―Por cierto, Soy Shikamaru― se presento un poco burlón. Tenten sonrió, en todo ese ajetreo se había olvidado por completo en preguntar su nombre.

―Un gusto― respondió.

―Igualmente― se limito en responder teniendo la vista fija en la carretera volviendo de nuevo al silencio.

―¿Por qué no estudias en el colegio de tu padre?― le pregunto de improviso solo para iniciar una conversación.

―Es que él no cree en eso de relación padre-hijo-director, o como se que le llame― le explico con cierta pereza en su voz. Tenten pensaba al principio que era a causa del aburrimiento, pero noto con el tiempo que llevaban hablando que ese era su tono de voz corriente.

―Se nota que toma muy enserio su trabajo― comento Tenten quien lo conocía bien debido a las infinidades de veces que había terminado sentada frente a ese escritorio por múltiples razones.

―Sí, aunque es muy problemático― dijo sarcástico haciéndola reír, entendía a la perfección a lo que se refería.― ¿Y tú? ¿Desde cuanto estudias en ese colegio?

―Desde el primer año de segundaria― le respondió.

―Mi padre ha hablado de ti. Siempre dice que has sido una de sus más problemáticas y mejores alumnas.

―Jajaja sí, le he causado muchos problemas en poco tiempo― recordó divertida.― Aquí es― le dijo mientras señalaba un edificio viejo que tenía cierta similitud a un motel. Se podían ver las puertas y ventanas, una al lado de la otra en los tres pisos.

―¿Vives sola?

―Sí, es que…― se corto, le era difícil explicar toda la historia.

―No tienes porque contármelo si no quieres― la interrumpió.

―Gracias, otra vez― le dijo con una sonrisa dulce y sincera.

―No fue nada― le responde.

Ésta salió del carro y Shikamaru bajo la ventana para observarla partir como precaución. Tenten por su lado, subió al segundo piso y se dirigió a la puerta con el número 24, al abrirla, la puerta a su lado se abre y de ella sale una chica de pelo rubio y lizo, amarrado en cuatro coletas y ojos verdes almendrados.

―Tenten― la llamo― ¿Por qué llegaste tan tarde? Me tenías preocupada― le dijo entre molesta y angustiada exigiendo una explicación. Temari era solo unos dos años mayor que ella pero era muy madura, y con dos hermanos menores, había adaptado la posición de madre protectora.

Tenten al verla así no pudo contenerse, era débil ante ella pues no solo era su mejor amiga, era casi una hermana y una madre, todo al mismo tiempo. Inevitablemente se puso a llorar en su hombro.

―¿Tenten?― la llamo confundida, con una voz suave.

Shikamaru por su lado decidió que era hora de partir, por lo que acelero el paso llamando la atención de la rubia que lo miro intrigada, sacaba locas conclusiones de lo que pudo haber pasado, lo que le pudo haber hecho aquel idiota. Pero por el momento, se dedico a apoyar a Tenten, abriendo la puerta de su casa y haciéndola pasar.


Ino Yamanaka


Por otro lado, horas antes de que todo eso pasara, Ino estaba lista con su vestido. Detrás de escenario todo estaba hecho un desastre: telas, cintas, extensiones y todo tipo de cosas volaban de un lado a otro como las personas empleadas que hacían más de una cosa al mismo tiempo. Era fácil ocultarse en una situación así. Apenas llegara su turno, saldría de su escondite y asombraría a todos, especialmente a Bruno que de seguro moriría de un ataque cardiaco al verla.

Pero ahora es que faltaba para eso, por suerte aquel rinconcito seguro era cómodo, unas cuantas revistas y una buena bebida serian suficiente para pasar ahí adentro horas y horas.
Kiba se había topado con Bruno quien esta vez le dedico su atención y lo llevo a su despacho, lo hizo sentar en uno de los sillones del lugar y empezaron a hablar.

―Tu madre me dijo que no sería un problema, que al igual que ella tienes experiencia en este tipo de cosas y sabes manejarlo a la perfección a pesar de tu edad― comento.― Conociendo el carácter de tu madre ha de ser verdad― bromeo.― ¿Tienes el permiso?― le pregunto, se refería a un permiso especial que los padres le sacaban a sus hijos, menores de edad, dejando entender que les habían permitido trabajar.

―Claro, aquí mismo esta― respondió sacando el papel de un sobre amarillo. Bruno lo tomo y le hecho una ojeada.

―Bien, los entrenamientos empezaran dentro de tres semanas, en este mismo lugar― le aviso.―Déjame decirte que hay chicas muy quisquillosas, debes de ser delicado con ellas o terminaran ventándote la madre.

―Sí, ya me lo imagino― contesto pensado en aquella rubia de ojos celestes.

―Todo depende del tipo de animal que les haya tocado y el humor de éstas. Feromonas femeninas, nunca te confíes de ellas― explico con simpleza.





Naruto Uzumaki
Un joven de aproximadamente 16 años, dueño de unos hermosos ojos azules celestes y de una cabellera rubia, además de una sonrisa simplemente perfecta. Algunas veces suele ser atolondrado e ignorante, pero no es más que un bromista optimista que cambia las palabras crudas por unas que suenen mejor, pero al fin de cuentas, tienen el mismo significado. En este momento Naruto almorzaba un enorme plato de ramen en el famoso puesto de Ichiruka, claro está, que el joven no se encontraba solo, al lado de él estaba un hombre mayor de larga cabellera blanca y ojos negros profundo que irradiaban una gran concentración, era admirable observar a un hombre de pensamientos tan profundos y sabios en plena investigación.


—¡Hey! Jiraiya… ¿Ya encontraste ideas para tu libro obsceno?

—No molestes Naruto, ¿Qué no ves que estoy en plena acción?― respondió el hombre de pelo blanco sin quitar la mirada a un grupo de cuatro colegialas riendo y charlando en una mesa cerca del rincón.

—Pervertido…― murmura con sarcasmo con comida en la boca.― Por eso es que eres un cincuentón soltero.

—¿Para qué conformarse con una cuando las puedes tener todas?― contesto Jiraiya con la baba saliéndosele de la boca.

—Otro plato de Ramen, por favor― grito Naruto emocionado ignorando al anciano pervertido a su lado.

—¿¡Otro!? ¿Acaso eres un barril sin fondo? Ya te has comido ocho de esos platos.

—Pero es que son tan deliciosos…

—Hmp― bufo burlonamente.― Si tú lo dices, supongo que probare uno.

—¿Escuchaste Ichiruka? Te traje otro cliente. ¡Dame mi cupón!

—¿Por eso me trajiste hasta acá verdad?― pregunto con ironía.

—Pues usted me pidió que lo llevara a los mejores lugares de aquí, lo más lógico es que me diera algo a cambio.

—Pero si solo me has llevado a aburridos museos.

—¿Y cómo iba a saber yo que lo que quería era ver a mujeres bañándose en las termales?

—Debiste suponerlo cuando te dije en el autobús que escribía un libro para adultos.

—Pero es que se puso a explicar con tantos lujos de detalle que me recordó a mis profesores, así que me quede dormido― Jiraiya no pudo evitar lanzarle una mirada asesina al ignorante sentado a su lado. Naruto se asusto cosa que hizo que Jiraiya volteara los ojos con ironía.

—Bueno… hagamos algo, tú me llevas a las termales y yo te compro todo el ramen que quieras, ¿vale?

—Claro― grito Naruto emocionado. Jiraiya sonrió, ver a un joven de 17 años emocionarse por algo tan simple como un ramen le resultaba divertido y con el corto tiempo que llevaba acompañándolo desde que llego a la cuidad ya hasta le resultaba predecible.

Claro, la hija del dueño, había escuchado todo y le lanzo una de esas miradas feministas al pobre de Jiraiya, quien no hizo más que alejarse un poco, como precaución. Él era un escritor famoso por sus libros con contenido adulto en donde, uno de ellos narraba todas las locas aventuras que le sucedían en sus viajes. Naruto, obviamente, no lo conocía en lo absoluto, solo era un trabajo de medio tiempo que había encontrado por casualidad. Estaba preocupado por no saber explicar con detalles precisos la historia de cada uno de los lugares históricos de su ciudad, pero se relajo al ver que su primer cliente seria con un viejo que no le interesaba ese tipo de cosas precisamente.

―Y en todo caso, no todos los libros para adultos son obscenos― pensó en voz alta haciendo enojar a Jiraiya. ¿Acaso ese mocoso le había tendido una trampa?



Ino Yamanaka


La hora del desfile había llegado, los invitados y los paparazzi ya se encontraban atiborrando por completo la sala. La pasarela era la clásica en forma de T inversa, de color blanco radiante. A una esquina se encontraba el Dj sonando música eléctrica perfecta para la ocasión. Bruno se paro en todo el centro del escenario y se presento dando así inicio al desfile.

Obviamente moría de los nervios pero no podía permitir que la gente lo notara así que actuaba naturalmente aunque el sudor de su frente era un problema que reflejaba su preocupación ante las locuras que Ino podría tener planeadas.

Las modelos fueron pasando una por una hasta que llego el momento de Ino, se supone que presentaría el mejor vestido y todos los ojos estarían fijados en ella. Las luces enfocaron la tarima y segundos después salió Ino con un hermoso vestido gris platino oscuro, con un ajuste debajo del pecho que parecía un cinturón, y líneas de lentejuelas bronces con formas diagonales y onduladas que iban por todo el vestido ocultando el desastre que habían hecho el escuadrón de Karin horas antes, dándole un toque roquero en acompañamiento de las largas botas negras y pulseras gruesas.

El diseñador quedo impactado, le gustaba cierto, pero no se esperaba para nada el gran cambio en su vestido favorito. Por otro lado, Bruno casi se desmaya rezando porque a la gente le gustase. Pero con ver la reacción del público era suficiente, les había encantado.

<<Muérete de la envidia, perra>>.

Pensó Ino con una gran sonrisa de superioridad al recibir la mayor ovación del público. Como bien había dicho, no gano la batalla, pero si la guerra y eso era lo que importaba.
Kiba la miro irónico, eso del mundo del modelaje le parecía dramático, absurdo y… simplemente no le agradaba, pero ver a Ino era entretenido, tenía una forma de ser tan segura de sí misma y competitiva infernal que le causaba cierto gusto.






Sakura Haruno


En un día sábado, Sakura y Sari salieron juntas con un objetivo en sus mentes: buscar chicos. Aunque más bien ese era el objetivo de Sakura, Sari estaba más pendiente en pasarla en grande que en coquetear. Se dirigieron a una discoteca en donde los mejores músicos tocaban en vivo. Ese día habría un concurso entre bandas, lo que significaba guitarristas sexys y disponibles. O al menos eso esperaba.

―¿Por qué el guitarrista? ¿Qué tienes en contra de los bateristas o los bajistas?― cuestiono Sari sarcástica solo para molestarla.

―Sari, no empieces, dediquémonos a buscar buenos ejemplares― contesto Sakura divertida.

―Bien, cuando encuentres uno me avisas― comento Sari irónica.― Yo por mi lado, me iré a bailar― dijo emocionada mientras caminaba a la pista de baile dejando sola a Sakura quien se sentó en la barra buscando algún chico lindo y había varios, pero no se atrevía a acercárseles y hablar con ellos. Era demasiado tímida para ello. Tal vez Sari tenía razón, esto de venir a una disco para encontrar novio era una mala idea.

Se limito a relajarse y a disfrutar la noche. Las bandas que tocaban eran increíbles, la música era buena, el ambiente era genial y los chicos estupendos. Pero ella estaba sola, busco a Sari con la mirada y se asombro al verla con un chico mayor que ella de cabellos negros amarrados en una coleta baja, poseedor de unos ojos negros profundos, era guapísimo. De momento la envidia la invadió, pero al ver que ésta se dirigía a ella con el chico se preparo mentalmente.

―Sakura, el es Itachi― le presento Sari.― Nos invito a una fiesta privada en su casa― le comento asombrando a Sakura.― ¿Vamos?

―Eh? Pues…― no se lo creía, solo no esperaba que un chico tan guapo las invitara a una fiesta privada.

―Sera divertido― le comento con una sonrisa amigable.

―Di que sí, es un Uchiha― le murmuro entre dientes, en un susurro apenas audible. Claro, que al escuchar eso, no pudo negarse. Las fiestas de los Uchiha eran legendarias.

De inmediato se dirigieron a su carro y terminaron en una enorme mansión con piscina y Dj personal, bebida de lujo y decoración increíble. Si no encontraba al menos un pretendiente ahí, tenía que estar maldita.

Itachi las llevo a su grupo de amigos y las presento, todos eran guapísimos y diferentes entre sí. Desde pelirrojo hasta rubio y moreno, cada uno con una personalidad distinta y exótica. Sakura llamo de inmediato la atención con su cabellera rosa y hermosos ojos jade, mientras que Sari recibía un trato especial por parte del Uchiha.

El tiempo pasaba rápido, Sari desapareció del campo visual de Sakura, tampoco es que le importara mucho. Estaba conversando plácidamente con los chicos, en especial con un tal Deidara de pelo rubio largo con una pollina de lado y ojos celestes.

―Conozco miles de modelos por mi hermana, pero debo admitir que no hay ninguna como tu― la acortejo Deidara haciéndola sonrojar.

―Eso debe de ser bueno― respondió con picardía sin poder quitar esa sonrisa de su rostro.

―El mejor de los cumplidos― dijo Deidara con un tono divertido. Sakura moría por dentro, las miradas de esos chicos se dirigían a ella y Deidara era tan guapo y divertido que en cualquier momento terminaría lanzándosele encima.―¿Quieres ir por un poco de aire fresco?― le pregunto con cierta insinuación haciendo que Sakura sonriera asombrada. Hizo pequeños movimientos a causa de los nervios que a Deidara le parecieron coquetos y luego de un segundo de silencio le respondió.

―Claro― le dijo mientras lo miraba a los ojos. Éste se levanto y la tomo de la mano para llevar fuera de la multitud en un balcón del piso de arriba. El camino fue entretenido, la casa era enorme y Deidara no paraba de decir: <<es por aquí>>, <<no, por aquí>> llevándola por todos lados, cosa que mataba de la risa a la oji-jade que pensaba que de no ser una casa haría un buen papel como laberinto.
Cuando por fin llegaron al balcón pudieron descansar, la risa estaba aun presente, pero cuando ésta ceso y el lugar se torno serio, la mirada de ambos se profundizó y sin necesidad de decir nada se fueron acercando hasta que sus labios se tocaron formando un beso dulce y apasionado.

-*-*-*-*-*-*-*-​

​

​

¿Les gusto? ¿Parte Favorita?

¿Creen que podrían vivir solos?

¿Algunos de ustedes trabajan y estudian al mismo tiempo, o conocen a alguien que lo hacen? ¿Cómo le hace?

¿Ino puede volver loco a cualquiera no creen?

¿Qué creen de Naruto? ¿Lo habrá planeado o le salió de improviso?

¿Sakura y Deidara? ¿Itachi y Sari? ¿Dónde está Sasuke?

¿Eres de las que se enamora fácil?

¿Demasiadas preguntas? Uu.u

 

Aquí les traigo el próximo capi n.n espero les guste
Esta vez me procuré en poner los acentos y los signos de interrogación, espero no me haya faltado uno xP
Y no!! los vampiros no me afectaron!!! u.u al final será sasusaku, solo ten paciencia mujer jajaja

Personajes que aparecen: Matsuri, Sakura, Sasuke, Tenten, Lee, Naruto, Jiraiya, Tsudase, Temari, Gaara y Kankuro (Karina, Hilary, Sari)

ConexiónCapitulo 04

Matsuri


El fin de semana era perfecto para ella, no tenía que trabajar ni que estudiar. Aprovechaba esos días para salir con sus amigas y divertirse. En ese momento estaban caminando por el patio de uno de los centros comerciales más popular del pueblo entre los jóvenes.

—¿Y tu Matsuri? ¿Qué quieres ser cuando seas grande?― le preguntó Hilary, una chica de pelo y ojos negros de tez blanca.

Matsuri era una joven de estatura media, tez blanca, ojos negros y cabello corto de color castaño claro, tenía fracciones infantiles que la hacían ver tierna y dulce. La verdad es que era una chica amigable y de buenos sentimientos, además, era muy inteligente y tenía muchas habilidades, era buena en todas las materias inclusive en la de música y arte, era la presidente del club de periodismo, y poseía buena aptitud física, era una de las mejores en deporte y además tenía un buen gusto en la cocina, pero detrás de toda esa perfección que se presenciaba ante la vista de los demás, y no precisamente de forma voluntaria, algo faltaba.

—No lo sé― respondió Matsuri un poco pensativa.

Era cierto que trabajaba y que probablemente era la persona más tímida que existía, pero solo lo hacía para ayudar a Ino y así misma. Mas que un trabajo era una especia de búsqueda interior.

—¿Cómo que no lo sabes Matsuri?

—No lo sé, es que… simplemente no lo sé― contestó con un poco de amargura que al rato lo oculto con una dulce sonrisa como si hubiera sido una broma.― No lo he pensado bien, es todo.

—Bueno, tampoco hay mucho que pensar, solo ves lo que te gusta y ya― comentó otra de sus compañeras, con características mexicanas: morena de pelo negro y ojos cafés.

—Karina tiene razón, es por eso que quiero ser pediatra, me encantan los bebes―dijo Hilary con un leve sonrojo.

—Venga dinos ¿Qué te gusta?― preguntó la morena poniendo su mirada en Matsuri.

—Hmmm… pues, me gusta el voleibol, pero también me gusta cantar y bailar, me encanta la literatura y no podría vivir sin música. Me gusta cocinar y también la arquitectura, sin embargo tengo cierta fijación en la farándula. También me gustaría aprender a diseñar vestidos, o entrevistar a famosos, o tal vez ser famosa. Pero sin duda lo que más me gustaría sería viajar, conocer el mundo.

—Pues, podrías estudiar turismo― respondió Hilary ignorando todo lo anterior.

—Asss, no es lo mío…

—Bueno, no te desanimes, ahora es que falta para ir a la universidad. Tienes tiempo- dijo Karina para darle ánimos.

¿Pero sería suficiente?

Sakura Haruno


Eran alrededor de las doce del mediodía, aun dormía cuando los rayos del sol lograron afectarla. Se levanto de aquella cama ancha y volteo su mirada hacia atrás, se sorprendió en ver a Deidara dormido a su lado. Se sonrojo y rio de felicidad, por fin había encontrado su chico ideal.
Tomo su ropa y se vistió para bajar y buscar a su amiga, si es que aun seguía ahí. La casa era un desastre, había cuerpos tirados por todas partes, vasos y platos regados por el piso y más de alguna prenda guindada por ahí. Se encamino a la cocina para tomar un vaso de agua y casi muere del susto cuando tropieza repentinamente con un chico. De mirada seca y fría, pelo y ojos negros y piel blanquecina, era como la versión quinceañera de Itachi.

―Lo… lo siento― se disculpó Sakura tratando de calmarse de tal susto.

―Si ya esta despierta no tienes nada más que hacer aquí―dijo con frialdad diciéndole indirectamente que se marchara.

―¿Pero quién te crees que eres?

―Soy Sasuke Uchiha, vivo aquí― le respondió con altanería.

―Oh! En verdad lo siento “señor Uchiha” apenas encuentre a mi amiga, me largo de aquí.― dijo de mala gana regresándose por donde había venido.

Empezó a busca a Sari por toda la casa afincando un paso tras otro cada vez más molesta olvidándose por completo de todo, solo pensaba en ese tal Uchiha y su altanería.

―Si sigues caminando así causaras un terremoto― comento Sari entre dormida y despierta.

―Sari― la nombró asombrada.― Hasta que apareces, pensé que te habías ido sin mí.

―Sabes que soy incapaz de abandonarte, eres mi otra mitad― dijo dramatizando todo en forma burlona.

―Solo salgamos de aquí― sugirió con impaciencia y un poco molesta cosa que extraño a Sari.

―¿Por qué? ¿Qué te robaste?

―No digas cosas así, si alguien te escucha pensaran que en verdad nos hemos robado algo.

―¿Hemos?― repitió con sarcasmo.

―Solo…― vámonos, eso iba a decir a no ser que se hubiera fijado bien de donde había salido Sari.― ¿En dónde estabas?― le preguntó con repentina seriedad.

―¿Eh? Pues… ahí― señaló la puerta a su espalda.

―¿Y esa es la habitación de… quien?

―¿I… tachi?― respondió en un susurro con la voz aguda por la vergüenza. Sakura inhalo aire dispuesta a gritar con emoción a no ser porque Sari arranco de la nada escaleras abajo. Sakura la persiguió emocionada hasta la puerta de la casa.

―Espérame ¿quieres?

―No

―Sari, ¿Te acostaste con…?

―¡No!― la interrumpió de inmediato con disgusto.― No paso nada ¿ok? Solo empezamos hablar y él me mostro su casa, terminamos en su cuarto y vimos una película y… nos quedamos dormidos, abrazados… o algo así.

―¡Que tierno!

―No, no lo es. Es cursi y muy meloso para mi gusto y… no tengo ni idea de que fue lo que paso, yo no soy así.

―Dios, te enamoraste de él.

―¡Claro que no!― le dijo casi a gritos.― No, ni lo sueñes, no paso nada, solo vimos esa estúpida película, era muy tarde y nos quedamos dormidos.

―¿Le sentiste los abdominales? ¿Cómo son?

―¡Sakura!

―¿Qué?

―Asss… ¿Por qué no mejor cambiamos de tema? Cuéntame tu, ¿Qué hiciste?

―¿Sabes de Deidara? El chico rubio de ojos celestes― lo describió con ilusión. Sari se limito a asentir con su cabeza.― Creo que es el chico ideal para mi, estuvimos hablando toda la noche y salimos a tomar aire libre, no besamos… y una cosa llevo a la otra.

―¡¿Qué?! ¿Ustedes…?

―Si― asintió con emoción

―Dime por favor que usó condón

―Claro, ni que fuera idiota.

―No puedo creerlo― murmuró aun asombrada con un leve tono de regaño.― Pero ¿estás segura de qué es “tu chico ideal” y qué no fue algo de una solo noche?

―Estoy segura. Muy segura.

―Sakura, lo digo enserio. Sabes bien como son este tipo de chicos ricos.

―¿Por qué siempre tienes que arruinar mis momentos con tu negatividad?

―Discúlpame, pero después de lo de Natsume, la que debería estar alerta tendrías que ser tu― la regañó. Sakura callo con la melancolía grabada en su rostro.

―¿Tenias que recordármelo?

Sari se arrepintió de momento pero tenía razón así que le dedico una mirada compasiva. Sakura al mirarla solo suspiro y sonrió.

―Tu ganas, estaré mas alerta con los chicos.

―Gracias― respondió Sari resaltando cada silaba haciendo reír a la oji-jade. Ésta se acerco a ella y paso su hombro por encima de ella.

―¿Te he dicho que eres mi mejor amiga?

―Asss… por favor, dime que no estás borracha.

Tenten


El lunes, al llegar al colegio Shikaku la llamo inmediatamente para hablar con ella. Su hijo le había contado todo y estaba muy preocupado sobre cómo podría estar llevándolo. Tenten parecía de lo más normal, insistió en estar bien y aunque Shikaku no podía creerle se dio por vencido y dejo la discusión hasta ahí.

Por más que aparentara estar bien, no lo estaba en verdad. Cada vez que salía del trabajo o del colegio miraba a todas partes, sus sentidos estaban en alerta todo el tiempo y se asustaba casi con cualquier cosa. No lo soportaba mas, no le gustaba ser la chica que pidiera ayuda, que necesitaba que la defendieran. Por más que Temari le digiera que no podría haber hecho nada no dejaba de pensar en que con una sola patada en el miembro hubiera bastado para salir corriendo.

―Tenten, ¿Estás bien?― le preguntó Lee quien había notado desde hace algún tiempo un cambio preocupante en ella. Estaba ida, con la mirada apagada. Ella siempre reía y se veía radiante, así que no pudo evitar preocuparse.

―Lee― lo llamo sin tomar en cuenta su preocupación.― ¿Me enseñarías defensa personal?― le preguntó Tenten asombrando un poco a Lee. Pensó en preguntarle el motivo pero especuló que con el tiempo le diría. Y en todo caso, la idea lo entusiasmaba.
―Claro― aceptó con emoción.

Naruto


En ese momento, el joven rubio se encontraba completamente relajado, al punto de quedarse dormido en cualquier instante entre el agua caliente y relajante que tanto caracterizan a las termales. Con un paño en su cabeza ignoraba por completo al anciano que lo acompañaba, el cual por cierto, se encontraba en medio de un espionaje de vida o muerte. Murmuraba cosas sin sentido mientras que escribía, quien sabe que, en una libreta pequeña. De momento, el catire abrió uno de sus ojos para observar al anciano con cinismo.

―Oye, anciano ¿Cuánto tiempo vas a estar espiando a las mujeres?― le preguntó con un tono de voz completamente relajado a causa del agua.

―El tiempo que sea necesario…― respondió en un tono agudo a la vez que hacía unos sonidos extraños. Naruto simplemente murmullo a sus adentros, ya llevaban casi una hora metidos ahí. Podía sentir como su cuerpo se debilitaba y todos sus huesos y músculos, de alguna forma extraña, se derretían.

―¡Maldito pervertido!― se escuchó del otro lado de las termales y de la nada un fuerte golpe rompió el muro delgado de madera que los separaba mandando al viejo pervertido al suelo.
Naruto se pasmo del asombro, una mujer rubia de enormes pechos había destrozado la pared como si se tratara de una capa delgada de anime.

―Tsu… Tsudase― mencionó el anciano con falso asombro, aunque el nervio era lo que lo invadía en ese momento―. Qué casualidad ¿No? Ti…tiempos sin vernos…― dice como si nada.

―¡Te voy a destrozar! Viejo verde― le gritó completamente enfurecida acercándose a él amenazadoramente. Claro, Jiraiya se levanto y corrió por su vida.

―He… ¡Hey! ¿A dónde va?― cuestionó Naruto saliéndose rápidamente de las termales, sin embargo, no pudo hacer mucho. Con tan solo dos pasos sintió como si lo apagaran, su cuerpo se adormeció y cayó al suelo completamente mareado y atolondrado.

Temari



Una rubia de cuatro coletas yacía dormida en una pequeña mesa de madera en la que, a demás de su cabeza, se podían ver miles de cuadernos, libros y hojas regados por todas partes. Las ojeras bajo sus ojos indicaban el esfuerzo que había consumido la noche anterior. Desde que Temari salió del orfanatorio por mayoría de edad se comprometió en llevarse a sus hermanos consigo y cuidar de ellos como su propia madre. Trabajaba dos turnos en la mañana y en la tarde y estudiaba en la noche en la universidad pública del centro en donde se disponía a sacar su titulo de abogacía especializado en los derechos civiles. Sin embargo, tener tantas responsabilidades se había vuelto una carga demasiado pesada para ella, aun así, no estaba dispuesta a desistir.

El despertador sonó despertando de forma alarmante a Temari. Antes de que esta pudiera reaccionar y estrellar el aparato contra la pared fue detenido por otra persona, su hermano menor le había hecho el favor de detener ese maldito sonido para luego dedicarle una ligera sonrisa de aprecio, el motivo por el cual Temari luchaba.

―Buenos días― saludó Kankuro, el hermano del medio, apareciéndose en la sala con el desayuno―. Te hicimos el desayuno― le dijo mientras colocaba las cosas en la mesa.

―¿Ustedes dos hicieron el desayuno?― cuestionó Temari un tanto sarcástica al repentino comportamiento.

―Oye, sabemos hacer muchas cosas. Que tu no nos dejar hacerlo es un punto totalmente diferente― contestó Kankuro entre risas.

―Deberías dejar que te ayudemos en algo― apuntó Gaara, quien ya desde hace un tiempo se notaba la preocupación en su rostro.

―Él tiene razón, tanto trabajo mataría a cualquiera― comentó Kankuro sarcástico.

―Nadie muere por trabajar en exceso.

―¿Y como para qué arriesgarse?― cuestionó Kankuro en burla haciendo reír a Temari, esta restregó sus ojos que aun estaban cansados y volvió a sonreír.

―Gracias chicos, pero lo tengo todo controlado, en serio, estoy bien― insistió Temari.

Claro que los dos jóvenes no le creyeron. Tan solo suspiraron rendidos y empezaron a desayunar, era imposible racionar con Temari, era una chica muy terca. No podían hacer otra que apoyarla y verla partir a trabajar a su hornada de trabajo de fin de semana… ésta chica nunca descansaba.

-*-*-*-*-*-*-*-*-​

¿Les gusto? ¿Parte favorita?

¿Han dudado alguna vez como Matsuri o siempre lo tuvieron claro?

¿Han hecho alguna locura como Sari o Sakura? Hablando de ellas ¿Estuvo bien lo que hicieron?

¿Qué piensan de Tenten? ¿Es sabia su decisión?

¿Qué pasara con Naruto…? Un momento ¿¡Tsudase!? ¿Mucha casualidad no creen?

¿Sera que se puede morir por trabajar mucho? Uu.u no creo que nadie haya sido capaz de averiguarlo xD

 

Lamento si me tarde mucho X.x pero les traje la conti jajaja espero les guste y dejen sus increíbles comentario xP
¬¬ hablando de eso, crazy funny u.u ya veras como Sakura terminara por caerte bien (aunque no este capitulo...)






Personajes que aparecen: Naruto, Jiraiya, Tsudase, Kiba, Ino, Kiba, Tenten, Lee, Sakura, Itachi, Sasori, Deidara, Sasuke (Momo, Sari y Kaede)

Conexión
Capitulo 05

Naruto


La tela fina de su pijama y de las sabanas que lo cubrían le hacía sentir que se encontraba durmiendo en una cama de algodón, en una nube suave digna para los dioses. El ambiente era el mejor, el calor de esa época del año parecía ser solo una ilusión con aquel aparato mágico llamado aire acondicionado. Cayo en la cuenta de que no tenía la más mínima idea de en donde se encontraba, se sentó en la cama matrimonial y observo un tanto abobado lo enorme de aquella habitación. Su casa entera se encontraba reflejada en esa “habitación”. La decoración era lujosa, con muebles de cuero, candelabros de plata, closet de madera fina y toda clase de cosas que solo podía ver a través de la televisión. No es que fuera un muerto de hambre, el mismo tenía prendas de marca en su closet, pero nada comparado a esto.

Se levanto y noto que en un sillón se encontraba su ropa, la cual, si no bien recodaba, había dejado guardada en una de las casillas de las termales. Se cambio y salió del cuarto encaminándose por un largo pasillo desértico hasta que por fin logro escuchar los gritos característicos de aquella mujer. Provenían detrás de una puerta ancha de color rojizo y manilla dorada, la tomo y aunque se le paso por la cabeza que sería mejor tocar, abrió la puerta de golpe.

―Oye, anciana, ¿A dónde me metiste?― cuestionó Naruto un tanto impertinentico. Jiraya se asusto de su repentina presencia, pero al escuchar la palabra prohibida, dio un paso atrás y rio para sus adentros.

―¿Cómo me llamaste? Mocoso― interrogó Tsudase con su estado natural de euforia.

―Anciana, le dije anciana― contesto Naruto con amargura.

―¡Maldito mocoso! Ten cuidado con lo que dices, yo soy tu alcaldesa así que ten más respeto.

―¿Qué más da que seas la alcaldesa? Sigues siendo una anciana― protestó Naruto.

―¡Corres por tu vida, Naruto!― le gritó Jiraya segundos antes que Tsudase se le lanzara al catire y lo golpeara en la cabeza dejándole tres puntos rojos en la frente.

―Itte…― se quejó Naruto― ¡Eso duele…!

―¿No me digas?― comentó Tsudase con cinismo.

―¿En dónde estoy? ¿Quién me cambio? ¿Me hicieron algo impropio?― interrogó Naruto a la defensiva.

―No seas idiota, Naruto. Como si alguien aquí quisiera meterle mano a un mocoso― contestó Jiraya.

―Estas en la Alcaldía Nacional. Te trajimos hasta acá ya que ninguno sabe en donde vives. Estuvimos investigándote pero no encontramos mucho sobre ti así que te dejamos en mi habitación hasta que despertaras. Aunque también fue culpa del viejo verde éste que no coopero mucho que se diga― comentó molesta dirigiéndose a Jiraiya.―¿Quiénes son tus padres?

―No tengo…―respondió como si nada. Los presentes se pusieron un poco tensos ante su respuesta guardando un silencio sepulcral, sin embargo Tsudase no pareció afectada y lo miro con interrogativa.

―¿Y con quien vives?

―Con mi tío y su amigo de la universidad― contestó Naruto sin mucho interés.

―¿Y ellos son?

―Kakashi Hatake e Iruka Umino.

―Claro, eso lo explica todo― murmuró Tsudase con sarcasmo.

―¿Los conoce?― tampoco era una gran sorpresa con los trabajos de esos dos. Ademas, era un pueblo pequeño...

―Kakashi es el representante en América del negocio familiar de los Hyuga. Son muy influyentes en Japón, claro que los conozco. Mientras que Iruka, bueno él le dio clases a mi hermano cuando era pequeño…ademas, claro, de que conozco todos sus trabajos, es un dramaturgo fantástico― dijo tratando de cambiar el tono melancólico que la había invadido al mencionar a su hermano.

―Ah… ¿Ya puedo irme a casa?


Kiba Inuzuka
Días más tarde


…Y ahí estaba él, con su chaqueta negra de cuero y sus jeans oscuros caminando directo al primer trabajo en donde él tendría que encargarse de todo. Estaba nervioso, tenía que admitirlo, Kiba siempre era el pequeño que acompañaba a su madre al trabajo y por ello sentía como si todo esto era una prueba de su hombría. Él estaba a cargo ahora y quería que todo saliera perfecto, ya se imaginaba a todos esos hermosos animales caminando por la pasarela acompañados de esas modelos quinceañeras en el evento de verano. Seria pan comido, es decir, observaba a su madre hacerlo todo el tiempo, podría manejarlo. Después de todo ¿Qué tan difícil podría ser?

―¡Ah! ¡Quiten a esta bestia de mi!― se escuchó a lo lejos.

Kiba acelero su paso hacia el patio preocupado de que fuera algo grave, pero al asomarse, noto que se trataba de nada más y nadie menos que de la rubia de ojos celestes tratando de zafarse del abrazo de Momo, un chimpancé travieso que tiene la peculiar manía de besar a las chicas.

El castaño por su parte se quedo quieto en su lugar tratando de contener la risa, usualmente Momo tenia buen gusto en chicas, pero esta vez sí que había metido la pata.




Tenten


El sudor resbalaba de su frente por su rostro hasta caer como una gota de agua al suelo. Ya llevaban dos semanas encontrándose y en definitiva, el calentamiento era lo más agotador de todo. Lee no le daba ventaja alguna a Tenten y ella lo apreciaba, quería poder defenderse en una situación real de peligro y con el aprendería en verdad. Sin embargo, las cosas no eran tan fáciles como sonaban, en solo hora y media podía sentir sus músculos desintegrándose con dolor en todo su cuerpo, las articulaciones, huesos, todo su ser entero estaba fulminado de adentro hacia afuera. Algo estaba seguro, es que no servía para eso del combate cuerpo a cuerpo…

―Ahg…―gimió Tenten, adolorida, al caer al suelo por decima vez. Tenía morados en todo su cuerpo, ya no lo aguantaba más―. Me rindo, no puedo más. No soy buena para esto― comento Tenten mientras se levantaba con necedad.

―Pero si apenas estamos empezando…

―Exactamente― acotó la castaña con cinismo―. Estoy cansada, Lee, ya vimos que no soy buena para esto.

―Venga Tenten, ¡enciende tu llama de la juventud! Y practiquemos, ya verás como iras mejorando― dijo Lee con una gran emoción que termino por afectarla a ella también.

―Asss… supongo― murmuró rendida, era imposible decirle que no a él.

―¿Qué te parece unas 100 vueltas al campo para tomar el ritmo?

―Ni loca…


Sakura


Sentada frente a su peinadora esta se maquillaba con pequeñas pinceladas. No le hacía falta el rubor, de por sí, ya estaba sonrojada fantaseando en la cita que tendría con Deidara. Lo único malo es que era más una salida en grupo que una cita, no estarían solos pero eso no impediría que se divirtieran juntos. Desde esa noche en la casa de los Uchiha solo habían podido intercambiar mensajes de texto a través de los teléfonos y eran diminutos e insignificantes, tenía ya semanas sin verlo y deseaba ansiosamente poder besarlo, estar a su lado, abrazarlo…

―¡Sakura apúrate!― le gritó Sari desde el otro lado de la puerta con impertinencia, ya llevaba más de quince minutos esperándola, conociéndola, más bien había aguantado bastante.

―Ya casi estoy lista― respondió la peli-rosa mientras se colocaba los aretes de forma frenética.

―Eso me dijiste hace diez minutos― objetó Sari molesta.

―Ya cálmate― le dijo saliendo de su cuarto―, aun es temprano.

―Sí, pero no vamos en limosina ¿recuerdas? Quedamos en encontrarnos en el parque y tenemos que tomar un autobús hasta el tren para poder llegar, es decir, ¡Es tarde!― le gritó eso ultimo tomándola de la mano para jalarla escaleras abajo hasta la parada del autobús.

―Maldición, Sari no quiero sudar…― se quejaba Sakura tratando de seguirle el paso a la castaña mientras corrían colina abajo.

―Pues nadie te manda― le gritó sarcástica.

Minutos después llegaron al tren y de ahí se bajaron en cuatro estaciones más tarde. Saliendo por una de las tantas puertas de la estación que las dejaba justo frente al parque de diversiones, se movilizaron rápidamente a un cafetín cerca y vieron a algunos de los chicos sentados en una mesa con cafés en mano al tiempo que conversaban.

―Hola― saludo Sari llamando la atención de los presentes de aquella mesa― ¿Llegamos a tiempo?

―Sí, aun no estamos todos, falta Sasori y Deidara― contestó Itachi que estaba acompañado de su hermano Sasuke y una chica que no había visto antes.

―Ustedes deben ser las famosas Sakura y Sari, los chicos me han hablado mucho de ustedes, yo soy Kaede― se presentó una bella chica de ojos miel, piel blanquecina y cabellos negros y largos que sobrepasaban su cintura. Tenía un cuerpo envidiable y Sakura se sintió intimidada por su presencia, se veía tan inferior a ella en comparación.

―Un gusto― contestaron ambas y luego los presentes hicieron espacio para que estas se sentaran.

―Hmp― bufó Sasuke con arrogancia al momento en que Sakura termina sentada frente a él.

―¿Qué hace este idiota aquí?― pensó la oji-jade irritada, se limito en sonreír forzadamente enviándole su desprecio por igual. Los demás se les quedan mirando intrigados: ¿Qué bicho les pico a estos dos?


―El es mi hermano menor, Sasuke ¿Ya se conocían?― interrogó Itachi ante la reacción de ambos.

―Lamentablemente.

―Así parece― respondieron casi al mismo tiempo, primero Sakura, luego Sasuke. Al acto ambos se miraron como si de un reto se tratase.

―¿Qué cosas no? Yo… soy Sari― se presento la castaña un tanto dudosa tratando de cortar el ambiente incomodo que habían causado― Tu debes de tener nuestra edad, me imagino ¿En qué colegio estudias?

―En la escuela militar― contestó sin muchos ánimos, sin dedicarse si quiera a dar el nombre completo, aunque tampoco hacía falta, Konoha era un estado pequeño por lo que solo había una única escuela militar, era muy famosa a decir verdad.

―Oh, he escuchado que esa escuela es muy severa. Escuche que una chica se fracturo una pierna haciendo uno de esos ejercicios― comentó Sari, en verdad era buena calmando las cosas.

Fue entonces que la conversación se giro en dirección a los otros tres que hablaban animosamente mientras que Sasuke miraba a un punto ciego y Sakura miraba a la puerta ansiosa de que Deidara llegara.

Minutos más tarde, cinco minutos con cuarenta y cinco segundos más tarde, según el reloj de la peli-rosa, entraron por la puerta los dichosos hombres. De inmediato los ojos de Sakura brillaron de la emoción y su sonrisa se amplio, al verlo cerca estaba dispuesta a levantarse para saludarlo así tuviera que pasar por encima de Sari. Entusiasmada, se levanto de su asiento sin despegar la mirada del catire y…

―¡Deidara!― gritó Kaede lanzándose sobre él tomándolo por el cuello en un abrazo un tanto intimo al cual Deidara correspondió, seguido de un suave beso en sus labios― Por cierto, el es mi novio, supongo que lo conocieron en la fiesta― presentó Kaede cortando completamente la escena romántica que Sakura había creado en su mente. No lo entendía pero luego todo se volvió tan claro como el cristal.

―Sí, así fue― contestó Sakura al borde de la locura. Difícilmente dibujo una sonrisa en su rostro, fingiendo como si nada especial hubiera pasado. Deidara por su parte se puso pálido, no esperaba encontrar a Sakura aquí.

La oji-jade se sentó de nuevo en su asiento y miro a la ventana mientras que en su cabeza se armaba una guerra nuclear. Sasuke dirigió su mirada a ella intrigado a su cambio repentino de humor y al ver a Sari se pudo imaginar lo sucedido: Deidara había hecho una de las suyas otra vez.

―Bueno, ya estamos todos. ¡Vamos a divertirnos!― sugirió Kaede estando todavía pegada a Deidara como un koala.

-*-*-*-*-*-*-*-*-​

¿Les gusto? ¿Parte favorita?

¿Naruto viviendo con Kakashi e Iruka? ¿Cómo es posible eso? xD

¿De dónde salió ese chimpancé? >///< ¿Les gusta los animales?

¿Les gustaría tener a Lee como profesor?

¿Qué tanto tardan en arreglarse?

¬¬ Infieles… ¿Por qué lo hacen?

 

Hola, gracias por sus comentarios :D me alegra saber que no hubo algún error por ahí xD espero seguir igual.



Personajes que aparecen: Kiba, Ino, Naruto, Choji, Sakura, Sasuke, Sasori, Deidara, Itachi, Tenten, Lee (Momo, Bruno, Sari y Kaede)

ConexiónCapitulo 06





Kiba


Después de que el intento de abuso sexual de Momo hacia Ino fuera interrumpido, ésta se encerró en su camerino completamente enfurecida y despeinada. Kiba tan solo reía a sus adentros cargando al chimpancé entre sus brazos.

―Te metiste con la chica equivocada esta vez, Momo― comentó Kiba con sarcasmo haciendo que el simio agitara la cabeza de un lado al otro al tiempo que una gran sonrisa se mantenía en su rostro― ¿No? Si tú lo dices… Pero, oye, hay chicas más bonitas aquí a las que les caerías muy bien. Como Karin por ejemplo― le dijo, sin embargo el simio volvió a negarse― Esta bien, es tu decisión― dijo rendido y entre risas.

―Bien, chicas, reúnanse― les pidió Bruno montado en la pequeña tarima construida en el patio para practicar― Kiba, ven aquí― le ordenó y éste, obediente, camino hasta él dejando al simio en su puesto― El es Kiba Inuzuka, será la persona que las ayudara a entablar una buena relación con los animales. A pesar de su edad, por que se que muchas lo están pensando, es un profesional, así que no duden en pedirle ayuda.

―¿En serio quiere que creamos que ese jovencito es un “profesional”? No dejare que mi hija esté rodeada de animales salvajes con un novato de domesticador― objetó una de las madres de las modelos, toda quisquillosa y arrogante.

Kiba por su parte frunció el ceño molesto, si algo detestaba era que lo menospreciaran. Tenía ganas de decirle unas cuantas palabras a esa mujer pero temía en arruinarlo todo en su primer día de trabajo.

―Solo mírenlo, es solo un niño ¿Qué puede saber él de animales?― cuestionó otra.

Ya, hasta aquí llegue, ¿Quiénes se creen que son esas viejas oxidadas?


Pensó el castaño dispuesto a contestarle, pero fue interrumpido.

―Ya cállese, asalta cunas― habló Ino apareciéndose con un nuevo peinado perfectamente realizado.― Todas aquí sabemos que Bruno no contrata a cualquiera. Y en todo caso ¿Qué tiene que sea un mocoso? Solo míreme, soy dos años menor que su hija y ya casi soy una reina― apunto con superioridad y soberbia pasando a su lado haciéndole menos.

No se dijo mas, la mujer callo y las demás no pensaron si quiera en protestar. En parte, porque tenía razón: Bruno solo contrataba a los mejores. Aunque también estaba el hecho de que Ino era una insolente que sabía cómo contraatacar.

―Pues, supongo que ya podemos empezar ¿No?― preguntó Bruno tratando de tranquilizar la atmosfera causada por la rubia, aunque más que una pregunta era una orden indirecta.
Las madres se retiraron del lugar, dejando a los empleados encargarse de sus hijas.

―Gracias― le dijo Kiba al acercarse a Ino.

―No me las des, tan solo mantén a esa cosa peluda lejos de mi― respondió sin más.

Kiba la miro un tanto disgustado, esa chica tenía el ego elevado hasta el cielo. Definitivamente no podía encontrar que podía verle Momo a ella, aunque debía admitirlo, era la más guapa de las modelos.


Naruto


―5… 4… 3… 2…― se contaba en el restaurante de Ichuraku, Naruto se encontraba en plena competencia tratando de tomarse el líquido del ramen antes que Choji, el gordito de pelo anaranjado sentado a su lado.

―¡Gane!― gritó Naruto con el liquido pasando aun por su garganta, al tiempo que soltaba el tazón en la mesa. Todos aplaudieron a excepción de Choji quien puso el plato en la mesa con depresión― Venga, Choji, anímate. Podemos compartir el premio― comentó éste animando al peli-naranja casi de forma instantánea.

―¡Por eso es que eres mi amigo, Naruto!― dijo tomándolo del cuello con los ojos aguados de la emoción.

―Aquí está el premio. Ramen gratis por tres meses…― comentó Ichuraku con depresión mientras les entregaba un cupón. Estos dos acabarían con su negocio, no cabía duda sobre ello.

―Venga viejo, ¡prepárenos otra ronda!― le pidió a gritos.

―Sí, si…― dijo rendido el dueño del negocio. Tal vez había sido mala idea comentarles sobre su concurso.

―¿Y cómo te fue con la alcaldesa?― le preguntó Choji. Naruto le había comentado ciertos detalles sobre lo sucedido antes de comenzar el concurso.

―Pues, después de que les di mi dirección me prepararon una limosina increíble para llevarme a casa. Jiraya ahora se va a quedar con ella en la mansión así que tendré que buscarlo en la alcaldía todos los días.

―Pfff… que suertudo eres, Naruto― comentó Choji― Ya quisiera yo poder conocer en persona a Tsudase-sama.

―Sí, de seguro seré la envidia del colegio cuando todos se enteren― comentó divertido. Tsudase era una mujer muy querida en Konoha, era como una figura sagrada en aquel pequeño estado que casi hacia el rol de isla. Era muy admirada y respetada entre las personas al igual que todos los que pasaban por ahí.

―¿Y cómo es que Jiraya conoce a Tsudase-sama?

―Pues… no tengo ni idea― contestó de forma pensativa― No se me paso por la mente hasta ahora.

―Asss… Naruto― murmuró Choji como diciendo “tan típico de él”.


Sakura


Los siete entraron al parque de diversiones, unos más emocionados que otros. Se montaron de primero en la montaña rusa y seguido fueron a la casa del terror. Sakura seguía amargada viendo como Kaede se la pasaba mimosa con el idiota de Deidara, no podía dejar de hacer comentarios cínicos cada vez que se le presentaba la oportunidad haciendo que el ambiente se tornara tenso, al menos entre ella, Deidara y Sari que eran los que sabían lo que había pasado, los demás tan solo la miraban extrañados, en especial Kaede que ya se estaba poniendo de mal humor, sus indirectas eran…

―Debes de confiar mucho en él como para dejarlo ir a una fiesta como esa así como así. Yo no podría. Y menos sabiendo cómo es― comentaba con un tono malévolo disfrazado de una inocencia artificial.
Después de pasar por lo carritos chocones y desahogarse con Deidara golpeándolo infinidades de veces, Sari la tomo del brazo y se adelantaron. Iban de camino a la ruleta de la fortuna y como estaba un poco lejos les daría tiempo de discutir.

―Sakura, entiendo lo que sientes, pero cálmate un poco ¿quieres?― le pidió Sari casi en suplica.

―¿Cómo quieres que me calme cuando yo…?― no pudo terminar, cayó como una estúpida, debió habérselo imaginado, estos chicos solo pensaban en sí mismos.

―Sera mejor que vayas a casa. Se suponía que la íbamos a pasar bien y tu lo estas arruinando todo con tu comentarios. ¿Por qué no te desahogas y cuando estés calmada te enfrentas a él? Y recuerda que es su culpa no tuya ni de Kaede― le anunció casi en amenaza.

―Lo sé, pero… Quiero que en verdad la pase mal. Tengo unas terribles ganas de cachetearlo y darle una buena patada en donde más le duele. Y gritarle a Kaede que una estúpida por confiar en él… y yo también por haber…― su voz se corto, le dolía.

―Oigan, ¿con quienes se montaran en la ruleta de la fortuna?― preguntó Sasori en voz alta para que todos lo escucharan.

―Yo con mi Deidara-kun por supuesto― respondió de primera Kaede aferrándose al brazo del aludido.
―¿Y los demás?― preguntó. Pero ningún otro se atrevió a responder― Bien, hagamos una cosa, echémoslo a la suerte― sugirió.

―¿A la suerte?― repitió Sari curiosa.

―Pero uno de nosotros terminaría solo― comentó Itachi.

―Precisamente― pensó Sasori sabiendo que de no ser así, sería él en acabar solo en ese carro enorme―…¿No me dirás que tienes miedo de terminar solito?― le interrogó con todo el cinismo posible para retar al azabache.

―Bien, hagámoslo.

―Ustedes dos también van a participar― dijo Sasori señalando a la parejita melosa.

―¿Eh? ¡No! Yo quiero subir con Deidara.

―Vamos, no seas aburrida, Kaede― le retó ahora Itachi a la joven convenciéndola.

―Yo no soy ninguna aburrida― murmuró en puchero y arrastro a Deidara hacia los demás chicos dispuestos a participar.

Sasori arranco unas ramitas, siete en total, y aquellos que tomaran la ramita del mismo tamaño se montarían juntos. Cada uno eligió su ramita, menos Sasori ya que a él le tocaría la que sobrara, y la sacaron al terminar la cuenta regresiva del: 3… 2… 1...

―¿¡Eh!? No me toco con Deidara― bufó Kaede al comparar su ramita con la del catire.

―Debería ser una señal ¿No crees?― ladró Sakura con cinismo tensando el ambiente.

―¿Eh? Mira… nos toco juntos― dijo Sari animada volviendo al tema original como si nada. Itachi lo comprobó observando la ramita de la castaña.

―Es cierto.

―¿Haber tú, Sasuke?― le preguntó Itachi a su hermano.

―Me toco la más pequeña― respondió sin mucho ánimo.

―¿Qué?― cuestionó Sakura aterrorizada.

―Jajaja… hablando del enemigo― le susurró Sari al oído totalmente muerta de la risa.

―Hmp― gruñó Sasuke con indiferencia.

―¿Y a ti?

―Creo que me toco con Kaede― contestó Sasori verificando que fuera cierto.

―¡No! ¿Por qué debo de tener tan mala suerte?― se quejó Kaede haciendo que Sasori se arrepintiera de su idea.

―Eso quiere decir que Deidara se montara solo― comentó Itachi en burla.

―Como sea, ¿nos vamos a montar o no?― contestó de mala gana tomando la delantera.
Al final, todos terminaron por seguirle hasta la ruleta de la fortuna. Los primeros en montarse fueron Itachi y Sari, seguidos por el Uchiha menor y la peli-rosa. El siguiente carrito fue para Sasori y Kaede quien no despegaba la vista de Deidara, el cual, terminó montándose en el carrito con una colegiala que estaba en la fila. Kaede por supuesto había visto todo y tan solo se limito a bajar la mirada, completamente triste, con los ojos cristalizados.

Sasori volteo y entendió todo, bueno, casi todo.

―No puedo entender cómo es que sigues con él sabiendo lo que te hace.

―Es que… es que lo amo― dijo con simpleza, como si eso fuera más que suficiente.

―¿Pero vale la pena? Kaede, si él te tomara enserio no te engañaría.

―Lo sé, pero…

―Él no va a cambiar por ti― la interrumpió cansado de escuchar las mismas excusas una y otra vez.

-*-*-*-*-*-*-*-​

​

Mientras tanto, Itachi y Sari estaban en un estado de paro emocional. Nerviosos, cada uno a su manera, pero estar solos con un panorama tan romántico causaba en ellos una serie de emociones extrañas en diferentes zonas del cuerpo. Más que todo en la boca del estomago.

―¿Te has montado en uno de estos durante la noche?― le preguntó Sari de improviso.

―…No― respondió Itachi después de meditarlo bien.

―Tienes que hacerlo, las luces de las casas parecen estrellas brillantes. Y puedes ver la luna reflejándose en el lago, es una vista increíble. Además, si hay una festividad y lanzan fuegos artificiales es mucho mejor.

―Me lo imagino, aunque ahora también hay una vista increíble. Esta apunto de atardecer.

―Sí, pero por alguna razón me gusta más la noche― confesó sin despegar la vista del panorama― Es misteriosa, peligrosa y oculta muchos secretos. Hace que cualquier cosa resalte a la vez que puede hacer que puedas volverte prácticamente invisible. No sé, es un poco… mágica― comentó perdida en su mundo mientras que Itachi la admiraba en silencio.

De la nada, los carritos se detuvieron e Itachi se impulso por instinto hacia ella posando sus labios en los suyos con delicadeza. Sari no salía de su asombro, se había vuelto piedra pero poco a poco, su cuerpo se fue relajando y sus ojos se fueron cerrando permitiéndole disfrutar de aquel tierno y cursi beso bajo el enfoque del atardecer.

Al separarse, Itachi le sonrió con picardía sonrojándola de sobremanera, de inmediato bajo la cabeza avergonzada pero luego sus ojos se abrieron como platos.

―¿Pero qué demonios?― cuestionó Sari atónita viendo como Sasuke salía del carrito frenético a la vez que arrastraba a Sakura consigo.

Y se cortó la escena romántica…


Tenten


El suelo la llamaba constantemente, le decía: ven aquí, y ahí iba ella, obediente, a su merced. La gravedad la traicionaba, una y otra vez evitando que durara más de cinco minutos de pie. Su compañero la atestaba de movimientos a velocidad sobrehumana sin permitirle reaccionar. Y ahí se encontraba otra vez, adolorida, tirada en el suelo como si de una muñeca de trapo se tratara.

―¡Vamos, Tenten, levántate!― le gritó el azabache con ánimos.

―¿Qué tu nunca te cansas?

―¿Cansarme? Pero si apenas estoy encendiendo mi llama de la juventud― alegó entusiasmado, dando saltitos sin parar a la vez que sonreía de oreja a oreja.

―Ya acéptalo, Lee, no sirvo para esto.

―Aun no― respondió a la vez que le hacía señas indicándole que se pusiera en posición.
Rendida, se puso a la defensiva y espero a que éste diera sus movimientos. Aunque pudo esquivar varios de sus golpes, éste término por tumbarla al agacharse y pasar su pierna, en una patada rápida, por sus pies haciendo que se despegaran del suelo. Esta cayó encima de los palos de escobas desperdiciados duplicando el dolor. Tenten tomo uno de esto usándolo como apoyo para levantarse, pero de la nada vino Lee con una de sus patadas asustándola. Todo pasó tan rápido, de un momento a otro ésta uso el palo de escoba para protegerse de la patada que de tal impacto causo que la castaña le diera vueltas y terminara por golpear al azabache el cuello con la misma, haciendo que por primera vez, fuera éste el que callera al suelo.

―¿Estás bien?― le preguntó sumamente preocupada. Detestaba ese entrenamiento, definitivamente prefería cuando estaban de lado a lado y ella repetía los movimientos sencillos que hacia Lee.

―Eso creo…― respondió de forma atolondrada, el golpe en su nuca había sido fuerte, un poco mas y probablemente lo hubiera dejado inconsciente.

―Lo siento, no sé qué paso… yo solo…― seguía disculpándose, aunque no sabía bien que decir. Lee por su lado se sentó ignorando lo que decía la castaña y la interrumpió sin más.

―No tienes que preocuparte. Es más, vele el lado bueno― apuntó haciendo que Tenten frunciera el ceño extrañada― Ahora sabemos en que eres buena.

―¿Eh?

​

-*-*-*-*-*-*-*-*-​

¿Qué les pareció? ¿Parte Favorita?

¿Kiba podrá con las súper modelos?

¿De dónde se conocerán Jiraiya y Tsudase?

¿Qué hubieran hecho en lugar de Sakura? ¿Y en el lugar de Kaede?

¿Un beso de Itachi? Que envidia >.<

¿A dónde piensa llevar Sasuke a Sakura? ¿Qué fue lo que paso?

 

Hola! aquí les traigo la conti n.n Estoy un tantito apurada así que vamos directo, espero les guste.

Personajes que aparecen: Neji, Hinata, Lee, Gai-sensei, Ino, Kiba, Matsuri, Sakura (Momo y Sari)

ConexiónCapitulo 07

Días después

Neji


Un castaño de pelo lizo y largo amarrado en una coleta baja, de piel blanca y hermosos ojos aperlados se encontraba en medio de su dojo haciendo movimientos típicos de las artes marciales de su familia aplicando cada vez más fuerza y presión. Las gotas causadas por aquel esfuerzo físico resbalaban por su rostro terminando en su mentón hasta solo caer al suelo por culpa de la gravedad. Su mirada era seria y penetrante, pasiva y escalofriante, todo al mismo tiempo. Su estado de concentración era absoluto.

―Neji-nissan― lo llamo una pequeña voz desde la puerta del dojo. Se trataba de una joven de su misma edad, de cabellos negros tan oscuros que en ellos se reflejaban pequeños destellos azulados y sus ojos, eran igual a los de Neji, aperlados, plateados, de un electrizante lila que solo los miembros de la familia Hyuga poseía.― Gai-sensei ya llego― le avisó la joven con amabilidad.

―Gracias, Hinata― le respondió mientras tomaba una toalla y se secaba el rostro― ¿Va a venir a esta clase?

―No creo que mi padre me deje― contestó Hinata un tanto desanimada. Neji sabía a lo que se refería y el cómo esto la afectaba, por lo que opto cambiar de tema rápidamente.

―¿Ya te inscribieron en el instituto?

―Si― dijo esta vez más animada― Ahora si es definitivo.

―Me alegro.

―Neji-nissan― lo llamo nuevamente para que le prestara su atención― ¿Cómo son los chicos de tu salón?― le pregunto un tanto tímida. Hace mucho que estudiaba en casa por problemas de salud, sin embargo no era nada grave como para mantenerla en vigilancia las 24 horas del día. El problema es que su padre no lo entendía, hasta que después de tanta suplica, logro hacerlo.

―No es muy diferente a los estudiantes del dojo― respondió de forma pensativa― Incluso hay un chico igual de hiperactivo que Lee, un idiota total― dijo de forma burlona y sarcástica.

―¿Igual de hiperactivo que Lee?― cuestionó Hinata como si le hubiera dicho algo sumamente anormal. La expresión de su rostro hizo reír a Neji.

―No te preocupes, no es un fenómeno como Lee― contestó entre risas.

―¿Yo qué?― se escuchó de la nada. El recién aludido se encontraba entrando al dojo con su traje verde con el cual acostumbraba practicar.

―Na…nada― dijo Hinata nerviosa― Es solo que…

―Llegas tarde― interrumpió Neji con frialdad.

―¡Soy el primero en llegar!― se quejó Lee a gritos viendo que no había nadie que no fuera un Hyuga en el dojo a demás de él.

―En eso te equivocas Lee, tu eres el segundo― dijo de la nada una voz masculina en el fondo del Dojo.

―¿Qué demo…?― cuestionó Neji impactado― ¿Cuándo entro?

―Hace nada, y es por eso mi elemental amigo, que tu eres el segundo en llegar, ya que “yo” ¡fui el primero!― contestó Gai-sensei, un hombre de cabellos negros extremadamente lizos, grandes ojos negros y una sonrisa cegadora. Además de portar el mismo traje verde que traía Lee. Parecían gemelos…

―Oh! Gai-sensei, tiene razón― comentó emocionado― No solo llego de primero sino que también paso desapercibido. Fue toda una hazaña. ¡Por favor enséñeme!

―Por supuesto que lo hare, Lee, no por nada eres mi alumno favorito.

―Oh! Gai-sensei

―Lee

―Gai-sensei

―Y ahí estamos de nuevo― bufo Neji con cinismo.

―Aun no logro acostúmbrame a ellos― murmuró Hinata un tanto avergonzada por la escenita.

―Hmp…


Ino


Ya la segunda práctica de modelaje con esos animales salvajes empezaría a menos de unos minutos. Era una completa molestia tener que estar rodeadas de bestias mal olientes o ruidosas todo el tiempo, y para el colmo estaba ese maldito mono que no dejaba de lanzársele encima cada vez que tenía la oportunidad. Como en esta mañana, al llegar, lo primero que sintió fueron los brazos peludos de aquel simio rodeándola por completo. Inevitablemente pego el grito de su vida formando todo un escándalo, mientras que Matsuri quedaba petrificada viéndola como aquel mini kin-kong se le pegaba como una garrapata indispuesto a soltarla.

―Maldito mono― bufó Ino nuevamente mientras se cambiaba de ropa en su camerino a la vez que se soltaba el cabello para volvérselo a peinar.

―¿No crees que estas exagerando un poco? Momo es un simio muy lindo― comentó Matsuri sentada en un sillón de tela roja cerca del guarda-ropas de la catira.

―¿Lindo? ¿Tú ves a ese violador del espacio personal como lindo?― cuestionó Ino enfurecida.

―¿Violador del espacio personal?― repitió la castaña un tanto sarcástica.

―Con sus manos secas y arrugadas y pelaje enmarañado…― decía con repugnancia― ¿Cómo puedes decir que esa cosa es linda?

―Solo mírale los ojitos… Es tan lindo― dijo Matsuri con un leve sonrojo, como si hablara de un lindo gatito.

―Hmp― gimió molesta. Nunca le gustaron los animales, ni siquiera los perros. ¿Por qué hacerlo ahora? No, ella jamás se retiraba, mucho menos frente a Karin― Solo espero que me toque un perro.

―¿No es mejor un loro? Son pequeños y tú llamaras más la atención.

―Matsuri, es una pasarela benefactora en contra del maltrato animal, no me importa ser el centro de atención― dijo ésta extrañando un poco a la castaña― Además, ¿Por qué querría un perico parlanchín que podría manchar mi vestido? No quiero tener ni un animal encima de mí, mucho menos al mono ese― completó. Matsuri suspiro, eso tenía más sentido.

―Ino, sal ya. La practica ya va a empezar― le avisó Bruno detrás de la puerta.

―¿Crees que no lo sé?― contestó la aludida de mala gana. Rápidamente, se amarro su característica cola alta, se arreglo su camisa negra con la imagen de la banda de Foo Fighters y salió acompañada de Matsuri.

Afuera, se encontraba Kiba ayudando a Karin a sostener a un pequeño loro entre sus dedos a la vez que hacia el papel de niña inocente con el objetivo de atrapar a Kiba.

―Más obvio imposible― murmuró Ino molesta.

―¿Qué cosa?― le preguntó Matsuri curiosa y ésta señalo con un ligero movimiento con su cabeza a Karin y a Kiba― ¿No estarás celosa verdad?

―¿Celosa? ¿Por qué estaría yo celosa?― cuestionó de inmediato en forma de regaño.― Estoy hablando del loro, Matsuri― corrigió rápidamente cosa que hico reír a la castaña.

―Ya lo sé, solo bromeaba― dijo entre risas― No pensé que te lo tomarías en serio― completo un tanto picara.

―No me confundas con tus amigas de segundaria, en este momento tengo demasiadas cosas en mente como para estar pensando en chicos, mucho menos si son unos salvajes cara de perro como ese― contestó en tono severo. Kiba era el perfecto antónimo de su chico ideal, no tenía ni una sola característica que usualmente Ino buscaba en un chico, aunque tal vez ese era el problema…

“¿Cómo por qué demonios me sonrojo? Ni siquiera me gusta el tipo ese”

―A veces el cuerpo habla primero que la mente.

―¿Qué?― cuestionó Ino de inmediato al escuchar a una de las madres aconsejando a su hija. Éstas las miraron extrañadas por lo que Ino sonrió como si nada y se marcho a elegir un animal, obviamente tomaría a un perrito o algo, pero antes de que pudiera decidirse, Momo se le volvió a lanzar.

―¡No otra vez!― dijo Matsuri con fastidio segundos antes de que esta soltara un grito.

―¿¡Tan difícil es amarrar a un maldito simio!?― se quejó de forma chillona y alterada. Kiba corrió a ella y tomo a Momo por la cintura, sin embargo este no quería soltar a la catira.

―Venga, Momo suéltala― le pedía Kiba con amabilidad, pero el simio se rehusó.

―Solo quítamelo de encima― le grito Ino alterada tratando de zafarse de él. Kiba, por su lado se molesto, estaba cansado de que Ino despreciara así a Momo. ¿Si no le gustaban los animales qué carajos hacia aquí?

―¿Y qué pasa si no lo hago?― cuestionó Kiba enfurecido.

―Tienes que hacerlo, es tu trabajo― contestó Ino en un chillido.

―No, mi trabajo es hacer que los animales caminen a tu lado por la pasarela durante la presentación.

―¿Y cómo se supone hare mi trabajo en la presentación si ésta garrapata no se me despega?

―Pues, supongo que tendrás que modelar con él.

―¿Qué? ¡Ni loca! Ya quítamelo de encima― le exigió.

―No lo hare hasta que aceptes modelar con Momo.

―¿Qué?― Ino no podía creerlo, la estaba chantajeando. Y para colmo, los presentes empezaban a reunir sus miradas en ella con curiosidad.―¡Bien!― aceptó sin mucha emoción. Kiba por su parte sonrió y tomo al simio por debajo de las costillas con fuerza y lo zafo de la rubia.

―Muy bien, ¿Cuándo empezamos?― le preguntó Kiba ofreciéndole a Momo como si fuera un lindo peluche.

―No tan rápido, cara de perro― contestó Ino un tanto altanera― Aun no estoy lista― dijo para luego voltearse e irse de la practica. Regreso a casa.

―Ino, espera― la llamó Matsuri siguiéndole el paso. No podía entender a Ino a veces, ella no era como esas chicas quisquillosas, todo lo contrario, era la primera vez que la veía quejándose tanto por algo y eso la intrigaba.


Neji


Ya las clases en el dojo habían empezado. Había aproximadamente unos doce jóvenes agrupados en parejas practicando sus movimientos. Entre ellos estaban Lee y Neji, los mejores del curso y probablemente los que más medallas y trofeos han ganado en la competencia mundial y nacional de artes marciales. Estos dos se encontraban practicando mientras que Gai-sensei hablaba con ellos y vigilaba a los demás estudiantes.

―Así, por cierto, le estoy enseñando defensa personal a una chica― comentó Lee emocionado haciendo que todos los chicos del dojo (porque todos eran hombres) dirigieran su mirada a él asombrados, lo cual, segundos después, paso a ser silbidos picaros departe de los compañeros.

―Eso, Lee se encontró una novia― comentaron asiendo que éste se pusiera rojo como un tomate.

―No…no… no es eso― corrigió sumamente nervioso― Tenten no es mi novia, solo es una chica con la que trabajo en la tienda.

―Hmmm… Tenten, es un nombre interesante― pensó Gai-sensei― ¿Y cómo es esa chica, Lee?

―Pues, llevamos casi un mes entrenando y en verdad es muy buena― comentó― Al principio le costaba, pues en mala para el combate cuerpo a cuerpo, pero luego descubrí que es excelente con las armas, tiene una habilidad nata. Además, su puntería es increíble― comentaba emocionado.

―Con que una chica buena para el combate a distancia― murmuró Gai-sensei de forma pensativa― ¡Lee!― lo llamó de repente.

―¿Qué?― preguntó el aludido entre asustado y nervioso.

―Trae a tu bella flor de primavera al dojo― le pidió Gai-sensei― Tal vez la necesitemos.

―¿Eh?― gimió Lee confundido para que luego los silbidos picaros de sus compañeros inundara el lugar.

―¿Está seguro de eso?― le interrogó Neji un tanto inseguro.

―Claro que si, Neji. Totalmente seguro― corroboró.― Siempre he pensado que sería buena idea practicar el combate a distancia, si Tenten es tan buena como dice Lee, podría hacernos de ayuda. Además, siempre perdemos en esa categoría― completo Gai-sensei.

―Casi… siempre― aclaró Neji, ya que, bueno, no era por presumir pero, él era bueno en todo.


Sakura


Encerrada en su cuarto observada el televisor hipnotizada, a decir verdad, ni siquiera estaba pendiente de lo que en ella se estaba dando, su mente estaba procesando la información de todo lo que había pasado ese fin de semana, aun estaba perpleja y un tanto confundida, pero lo agradecía.

De la nada, los golpes eufóricos tan característicos de Sari empezaron a impactar en la puerta.

―¡Sakura, abre la puerta!― grito Sari desesperada por entrar. La oji-jade refunfuño un tanto molesta y con pereza se levanto de su cama para abrirle la puerta a Sari.― ¿Estás bien?― le preguntó, a lo cual la peli-rosa respondió con un sutil movimiento en la cabeza indicándole que si estaba bien.― ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué se fueron así de la nada? ¿Y con Sasuke? Pensé que “te irritaba su simple presencia”― dijo, repitiendo las palabras dichas por la misma Haruno Sakura.

―Tal vez solo nos encontramos en un mal momento― dijo pensativa.

―Okey…―murmuró extrañada.― ¿Qué fue lo que paso?

-*-*-*-*-*-*-*-​

​

¿Les gusto? ¿Parte favorita?

¿Qué le pasa a Hinata? ¿Cómo entro Gai-sensei?

¿Momo un violador del espacio personal? WTF?

¿Qué le pasa exactamente por la cabeza de Ino?

¿Lee gusta de Tenten?

¿¡Qué fue lo que paso!? A que quieren saber…

 

Lamento la tardanza T.T pero estoy un poco apurada asi que les pongo de una la conti n.n

Personajes que aparecen: Sakura, Sasuke, Tenten, Lee, Ino, Gaara, Kankuro, Shikamaru (Sari y Momo)

ConexiónCapitulo 08

Sakura

―Flash Back―


El carrito empezó a movilizarse lentamente hacia arriba. El silencio entre ambos era totalmente incomodo, pero la peli-rosa estaba demasiado adentrada en su propio mundo como para darse cuenta de ello, hablar con Sari y decir esas cosas en voz alta le hizo sentir la realidad de los hechos: fue utilizada como un objeto sexual… otra vez.

Todos los hombres son iguales, son unos patanes sin corazón a los que lo único que les importa es el sexo, o eso había aprendido al ser traicionada por todos los hombres que se presenciaban en su vida. Pero lo peor de todo es que ella siempre caía, se ilusionaba tanto pensando que por fin había encontrado el hombre perfecto pero de un momento a otro terminaba con el corazón roto.
Sus ojos se cristalizaron, había tenido sexo con ese idiota cuando se había prometido aguardarse hasta estar totalmente segura. Resulta que no es más que una chica fácil a la que cualquiera puede adentrarse.

Aquellos pensamientos la destrozaron, las gotas en sus ojos empezaron a caer una tras otra expresando su dolor, y por más que intento guardar silencio el llanto contenido en su garganta termino por salir llamando la atención del azabache, aunque en ese momento, lo último que pasaba por la mente era él, ya no le importaba su presencia, no podía aguantarlo más. Escondió su rostro entre sus manos y su fino cabello rosa, avergonzada y adolorida.

Sasuke, por su parte la observaba atento, la luz se reflejaba en ella con delicadeza formando una hermosa imagen frente a él. Su dolor era sincero, era real. Jamás había visto llorar a una chica así, jamás había visto unos ojos tan brillantes perder su magia en un solo instante. No podía evitar molestarse, Deidara siempre engañaba a Kaede de alguna u otra forma y siempre sentía lastima por ella, era la primera vez que sentía lastima por la tercera.

Precipitadamente, la tomo del brazo y abrió la puerta del carrito sacándola a la fuerza, Sakura estaba anonada, temía por lo que tenía pensado hacer el azabache con ella, pero no quería soltarlo. Seco sus lágrimas y siguió sus pasos. Salieron del parque y se encaminaron al estacionamiento directo a una moto azul deportiva.

―Ten― dijo el azabache con su clásico tono frio al entregarle el casco. Se monto en su moto y la prendió esperando a que Sakura se montara después.

La peli-rosa dudo un momento pero no vio razones por la cual negarse, no estaba en el mejor de los ánimos. Se coloco el único casco que tenía el Uchiha y se monto atrás de él tratando de no hacer mucho contacto. Sin embargo, al arrancar y tomar la autopista termino por aferrase al azabache con fuerza y estuvieron así por horas. El viento golpeaba el rostro de ambos jóvenes con suavidad, el sol se iba ocultando lentamente en el horizonte dejando un rastro de hermosos tonos anaranjados y subiendo por una colina, las olas del mar emitían bellas melodías al romper. Termino por quitarse el casco para sentir el viento masajear su cabellera y posar su cabeza en la espalda de azabache al punto de poder dormirse ahí mismo, aferrada a un casi desconocido como si lo conociera de toda la vida.

Pronto se estacionaron en una playa desierta con rocas enormes entre el agua y un arrecife espectacular. Al bajarse de la moto, Sasuke la tomo de la muñeca para guiarla hasta un enorme faro rojo que con el tiempo la luz de su foco había dejado de brillar, el oxido se apoderaba de la estructura metálica junto a ese característico olor a mar. Subieron las escaleras hasta el final de la torre y se asomaron recibiendo una brisa cálida de bienvenida que removió sus almas. El atardecer era maravilloso, desde esa altura se sentía una simple espectadora dentro de la obra más gloriosa del mundo.

―Siempre vengo aquí a separarme de la vida real por un momento― comento el azabache confidente. Estaba compartiendo su lugar secreto con ella, y aunque no sabía el por qué, se lo agradecía.― Parece un lugar mágico, de alguna u otra forma siempre me hace sentir mejor. Es como indagar en ti mismo.

―Recorrer todo tu ser entero― pensó la peli-rosa en voz baja.― En verdad necesito eso… hace tiempo que no se de mi― menciono en una sonrisilla tímida. Había quedado atrapada en su pasado, todo lo que hacía giraba en torno a eso. Tan solo se había distraído con pensamientos vanidosos e ilusiones de romances que se había olvidado de lo más importante… superarse. Esta era una buena forma de empezar.― Gracias.

―Fin del Flash Back―


―Estuvimos mirando el atardecer por horas hasta que se hizo oscuro― contaba Sakura aun pensativa.― Luego nos regresamos y me trajo a casa.

―Hmmm…― murmullo Sari con un leve tono de decepción.

―¿Qué?

―Nada, es que, pensé que había pasado algo más... algo más― se detuvo Sari sin querer decir la palabra que tenía en mente.― Es que, como te agarro y te llevo de esa forma tan dominante y precipitada… yo solo pensé cosas que, bueno… pensé cosas.

Sakura la miro con odio ¿Qué exactamente se le había pasado por la cabeza?

Tenten


―¿Qué hiciste qué?― cuestiono Tenten atónica. Se encontraba en su turno de medio tiempo en la tienda de películas conversando con su compañero de trabajo.

―Pu…pues es que yo… se… se toco el tema… y pues… no pensé que Gai-sensei se podría interesar en ti― le explico un tanto nervioso.― Pe…pero, será divertido, lo prometo.

―Lee, no quiero ir a un dojo, lo único que necesito es aprender lo básico para defenderme.

―Vamos Tenten, no pierdes nada. Además, con Gai-sensei puedes aprender más rápido, él es un instructor increíble― comento Lee con los ojitos brillosos haciendo que la castaña terminara por aceptar.

―Está bien― acepto rendida y el azabache empezó a celebrar como loco.― Pero si no me gusta me iré de inmediato.

―¡Bien!

Ino


Ese día había sido la primera en llegar, los animales permanecían en sus jaulas mientras que los pocos empleados que se encontraban en el edificio hacían sus trabajos cada uno por su lado. La rubia camino hasta el patio y observo a los animales, uno por uno hasta llegar a la jaula de Momo, quien al mirarla se emociono. Al acto, la catira suspiro rendida, jamás había tenido ese tacto, ni con los niños ni con los animales, no les gustaba tenerlos muy cerca, el problema es que estos se la buscaban.

―¿Qué me ves?― le pregunto como si este pudiera entenderla y responderle en cualquier momento. Momo solo le brindo una enorme sonrisa enseñándole hasta sus encías, a lo que Ino respondió cruzando sus brazos, interrogante.― No eres lindo― murmuro sarcástica recordando las palabras de Matsuri, solo era un mini-kingkong, violador de espacio personal con complejo de koala.

Momo retrocedió al fondo de su jaula haciendo que Ino pensara que había lastimado sus sentimientos al decirle que no era lindo, pero al rato éste se volteo y saco su brazo por entre las rejas brindándole un trozo de fruta que le habían dado. La rubia observo aquella mirada tierna y cariñosa con su propio esplendor de la que tanto había hablado Matsuri, no pudo evitar sentirse un tanto conmovida a pesar de su duro caparazón de chica ruda.

―No, gracias― contesto un poco susurrante, había negado su ofrecimiento y el simio lo había entendido cosa que lo desanimo. Termino por sentarse en esa jaula con la mirada hacia abajo rompiendo por completo la capa protectora de Ino.―¡Bien!― bufo molesta y abrió la reja permitiendo que este saliera y se balanceara a ella. Al sentir sus brazos rodeándola contuvo su grito, provocando generalmente por ese escalofrió de pánico que la recorría al ser tocada por sus peludos y enmarañados brazos, y después se lo quito de encima.― Muy bien, es suficiente, debemos poner límites― comento con autoridad haciendo que Momo frunciera el ceño confundido.― Serás mi compañero así que debes de ser el mejor. Por lo que cero distracciones, ¿me entiendes? No te me lanzaras encima cada vez que me veas, no me abrazaras, ni me ofrecerás tus alimentos, tengo los míos propios. A cambio podrás estar conmigo cuando quieras, tendrás las mejores frutas, agua mineral y la mejor de las jaulas ¿Aceptas?― le pregunto a lo que Momo empezó a festejar moviendo sus brazos y emitiendo su característico sonido similar a una risa alegre. ―Lo tomare como un si…

Gaara y Kankuro


En esas horas, los chicos se encontraban solos en casa ya que Temari se encontraba trabajando arduamente en el mercado como cajera en su turno de la tarde. Ambos, sentados en la sala buscaban el periódico un trabajo que pudiera estar a su disposición y que no fuera muy exigente para así no levantar sospechas en la Jefa Mayor, sin embargo, no era tan fácil como parecía.

―Tal vez deberías meterte a modelo― comento Kankuro con cinismo haciendo que su hermano le dedicara una de esas miradas asesinas.― Vamos, las chicas mueren por ti, podrías ganarte un puesto fácilmente, aun mas con esa mirada― comento burlonamente.

―No, gracias.

―Jajaja… sería muy interesante verte hacer algo así― dijo mas para sí mismo.― Aun mas con tu carácter.

―Cambia de tema ¿quieres? No tenemos toda la vida― comento Gaara un tanto exigente.

―También servirías de chulo.

―Ahora si…― advirtió Gaara segundos antes de lanzársele encima a su hermano quien rápidamente lo tomo de las manos iniciando una pelea estilo sumo mientras que Kankuro moría de la risa.
― Te alteras fácilmente― comento Kankuro divertido y amenazante haciendo un repentino movimiento que termino con la cabeza de Gaara atrapada entre los brazos de Kankuro, quien presionaba su garganta ligeramente.

― Suéltame― gruñía Gaara tratando de zafarse del molesto de su hermano cuando sonó el teléfono de la casa.

―Yo atiendo― aviso Kankuro soltando a su hermano permitiéndole respirar libremente.― ¿Diga?

―¿Kankuro? ¿Eres el hermano de Temari verdad? Ella está en el hospital, se desmayo de la nada, no tenemos ni idea de lo que paso. Tienen que venir de inmediato.

Tenten


Ese día, la castaña se había quedado en el colegio terminando sus tareas pendientes en la sala de computación. Por algún motivo le era mucho más fácil concentrarse en ese lugar que en su propia casa, ya hace mucho había sacado su teoría de que para ella, esa pequeña caja de cuatro paredes era su zona de descanso en donde solo las necesidades básicas de la vidas se le estaban permitidas hacer. Nada de trabajo en casa, solo dormir, soñar y descansar. Y así funcionaba, esa era su forma de equilibrar su niña interior con la joven madura que había forjado en el orfanato. Era como una especia de doble vida.

―¿No es muy tarde como para estar aun en el colegio?― le preguntaron de repente.

―¿Shikamaru?― lo nombro asombrada, no era muy común verlo por aquí.― ¿Qué haces aquí?

―Se descompuso el motor del carro de mi padre por lo que me toco venir a buscarlo. Ahora está ocupado con unos papeles así que pensé en distraerme un poco navegando por internet― le explico con su tono característico.

―Pensé que no te volvería a ver, me alegra que no fuera así― comento Tenten con una dulce sonrisa a la que Shikamaru regreso.

―¿Y tú qué haces?― pregunto sentándose en la maquina que estaba al lado de la castaña.
―Tarea, pero ya estaba recogiendo― contesto.

―¿Cómo lo has llevado?

―Hmmm… supongo que bien― dijo de forma pensativa.― Aunque no he podido dormir tan bien como antes, las calles ya no son las mismas…

―Me lo imagino.

―Pero tengo un amigo, Lee, el trabaja conmigo y es experto en artes marciales así que le pedí que me enseñara lo básico, ya sabes, para sentirme más segura― contesto de forma positiva sorprendiendo un poco a Shikamaru.― El problema es que me metió en su dojo y mañana tengo que ir a ese lugar― recordó con un aura negra haciéndolo reír.― Asss… creo que será mejor que me vaya, ya está oscureciendo.

―Deja que te acompañe.

―¿Seguro?

―Conozco a mi padre, tardara horas en eso, ni se dará cuenta. Además, no soy muy fanático de la internet― respondió con simpleza a lo que Tenten termino por aceptar su ofrecimiento con gusto.

“Temari está en el Hospital de Konoha, está en observación”



―¿Qué paso?― pregunto Shikamaru al notar el cambio de expresión en el rostro de Tenten al leer el mensaje que había llegado a su celular.

―Yo…― murmuro en un hilo de voz.

​

-*-*-*-*-*-*-*-​

¿Les gusto? ¿Parte Favorita?

¿Les gusto el SasuSaku? ¿Qué pensaron que pasaría?

¿Qué creen que pase si Tenten va al dojo y se topa con Neji?

¿Desde cuándo se hacen tratos con chimpancés?

¿Gaara como modelo? xD

¿Shikamaru y Tenten son muy buenos amigos no?

¿Qué le paso a Temari? ¿Trabajar tanto podría matarla?