One-shot Un pasado sin futuro

Tema en 'Bleach' iniciado por Minaki Kaeden, 6 Octubre 2015.

  1.  
    Minaki Kaeden

    Minaki Kaeden Procastination Queen

    Acuario
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    22 Julio 2012
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    110
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Un pasado sin futuro
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2546
    ¡Hola! Espero les guste y dejen lindos, bellos, hermosos y precioso comentarios, Los aprecio demasiaaaado. A ustedes los quieres mucho más <3. Para la actividad Recuerdos de una Infancia Perdida.


    Un pasado sin futuro

    <<¿Por qué estoy peleando? >>

    <<¿Por qué sigo en esto? No quiero >>

    <<Ichigo, ¿en qué estás pensado? >>

    <<Ichigo… >>

    —¡Ichigo! ¿¡Qué haces!?—definitivamente esa no era su propia voz.

    —¿¡Me escuchas!? ¡Ichigo! ¿¡En qué estás pensando!? ¡Levántate! —se percató de que esa voz definitivamente no era la suya propia.

    —¡Ichigo levántate y pelea! ¡Este no es momento para estar de siestas!

    Abrió los ojos y tuvo que parpadear varias veces antes de poder recordar y reconocer el entorno que lo rodeaba. Rukia, la voz que le hablaba, tenía razón. No era momento para estar de siestas, no era el momento para que el peso de todos los mundos le afectara. Tenía que luchar. No importaba lo mucho que le doliesen los huesos, o todo lo que le afecta saber que estaba batallando contra los hombres de la misma raza a la que perteneció su madre. No podía permitir que eso le impidiera luchar como lo había estado haciendo todos estos años.

    Miró hacia la izquierda y reconoció el pequeño cuerpo de posiblemente (y lo admitiría aunque sonara muy cursi) una de las mujeres que más amaba en este mundo: Rukia Kuchiki. Pero ya le daría tiempo para averiguar si sólo era amor fraternal-protector, o se había convertido en algo más. No estaba para bromas ahora.

    Miró hacia la derecha y reconoció nuevamente otro cuerpo pequeño, pero este no era el de una mujer. Cabello blanco y ojos turquesa, cuerpo menudo y porte digno. Sí, el nuevo novio de su hermana. Toshiro Hitsugaya. ¿Qué estaba haciendo él aquí? El capitán de la Décima División batallando a su lado como si fueran iguales. Todos los hacían, hasta el mismo Yamamoto.

    —¡Ichigo! ¡Vas a morir si te quedas ahí tirado! ¡Muévete!—otra vez la voz de Rukia, intentó girar hacia la fuente de donde provenía ese sonido tan familiar. Mala idea.

    Una fuerte punzada de dolor le recorrió la cabeza entera y de repente comenzó a sentirse débil. Su visión empezó a oscurecerse en los bordes, puntos negros aparecían y estaba seguro que no estaban allí antes. Apenas y distinguía la figura ante él, pequeña pero firme chocando espadas contra un guerrero de piel oscura. No recordaba lo que había ocurrido, sabía que estaba peleando contra Haschwalth y de un momento al otro estaba en el suelo, el antes mencionado sin hacer presencia y él con un fuerte dolor en la cabeza.

    De repente escuchó un fuerte grito masculino seguido de un quejido de dolor y creyó reconocer inmediatamente la voz. A su mente vino la imagen de Karin. Mierda.

    No pudo más, su cuerpo cedió y se encontró sumergido en la oscuridad total antes de que pudiera gritar el nombre del joven capitán.




    Despertó varios minutos después y antes de abrir los ojos, una desagradable voz lo sacó de su trance.

    —Por fin despiertas, aibou—esa maldita voz. La reconocería donde fuera, después de todo era parte de él.

    —Eres tú—dijo con desprecio al tiempo que abría los ojos y ante él aparecía la figura albina de su persona. Se levantó sin más de las ventanas azuladas de los edificios que conformaban el mundo en el cual habitaba su alma.

    El Hollow no hizo más que lanzar una pequeña risa distorsionada que a Ichigo nunca había dejado de parecerle increíblemente irritante.

    —A ver, aibou. A ver si te concentras en la batalla, que si mueres nosotros también. No seas estúpido—le recriminó casi con asco Hichigo.

    —¿Nosotros? —el chico de cabello naranja pareció no entender por un segundo. Luego cayó en cuenta—. ¿Dónde está Zangetsu-san? —inquirió.

    Acto seguido giró su cabeza hacia ambos lados, pero el hombre de capa negra no estaba a la vista. De repente sintió que el “suelo” debajo de él temblaba. Miró hacia adelante y lo primero que se dibujó en su vista fue la sonrisa torcida de su alter ego.

    De súbito, todo comenzó a moverse con más fuerza y tuvo que clavar su espada en el suelo y apoyarse sobre ella para evitar caer, en parte por el tambaleo constante, y en parte por la sorpresa de ver los pedazos de vidrio de las ventanas de los edificios que volaban desde hace ya varios segundos a alta velocidad, detenerse sin aviso alguno para quedar suspendidos en el aire como si colgaran de hilos.

    —Explícame ahora mismo qué es lo que está sucediendo —exigió.

    Pero sus palabras llegaron a oídos sordos. Contradictoriamente, segundos después, como respondiéndole la pregunta, la versión albina de Ichigo estiró un poco más la imposible sonrisa de colmillos afilados y todos los trozos de vidrio y metal que estaban estáticos en el espacio, cayeron al mismo tiempo e Ichigo no pudo ver más nada porque ya todo se tambaleaba demasiado y de un momento a otro, caía en un gran vacío.





    Esta ya era la segunda vez que quedaba inconsciente en el día de hoy. Abrió los ojos de súbito y se encontró con que estaba en lo que parecía exactamente el lugar intacto en donde había despertado minutos atrás. Lo detalló mejor. No. No era el mismo lugar. Este no tenía un cielo azul, ni nubes blancas, ni una atmósfera a gusto. Este era horrible, parecido sí, pero mucho peor, si eso era posible. El cielo era de un color naranja oscuro con matices negros que con sólo quedársele viendo un par de segundos, un inevitable escalofrío le recorrería la espalda a cualquiera. Las nubes eran totalmente negras y los edificios tenían las ventanas del mismo color que estas, mientras que el metal entre ellas, en el otro mundo eran un plateado brillante, acá eran un gris opaco y deprimente.

    Se levantó de nuevo para no encontrar absolutamente nada a su al rededor.

    —¿Qué es lo que te pasa, chico? —una voz resonó en todo el lugar—. ¿Cuál es el miedo de tu corazón? Deja de pensar tanto. No seas cobarde. ¿No ves que te están diciendo que te levante y pelees? ¡Vamos! ¡Que si no lo haré yo!

    —N-no… —intentó responder.

    —Yo sé que es lo que te pasa. Después de todo, también comparto tus pensamientos, aibou. Simple y sencillo, deja de pensar y actúa. Mil palabras no te llevarán a que puedas matar a todo el mundo.

    Ichigo recordó. “Una acción vale más que mil palabras.” Estúpido Hichigo. Estúpido Hichigo con sus estúpidos acertijos que lo volvían loco. Él no estaba allí para matar a todo el mundo. Él tenía una misión que cumplir, y una vez culminada, ya no habría más masacre.

    —Tú no estás en mi mente—le dijo con una nueva convicción—. Además, yo no planeo asesinar a…

    — …¿a todos los Quincy? ¿No todos son culpables? Ya te lo dije, sé todo lo que piensas, chico, y ahora te estás sintiendo culpable porque no quieres matar a las personas que son de la misma especie a la que perteneció tu madre, ¿cierto?

    —Y-yo no…

    —Ichigo —una voz femenina y agradable flotó en el aire—.Ichigo, hijo, ¿qué haces? —al decir estas palabras, los ojos del chico de cabello naranja se abrieron a más no poder y pudo jurar que por un segundo le escocieron, pero no. No le permitiría ni a una sola lágrima salir de sus ojos frente a su versión maligna. No se mostraría débil.

    Queriendo confirmar la información que su oído le había proporcionado al cerebro, volteó su cabeza hacia un lado y hacia el otro y al no ver nada, dirigió su mirada a Hichigo de nuevo. Pero él ya no estaba allí.

    Sólo reconoció la figura esbelta de una mujer con los cabellos castaños, ojos color miel y sonrisa radiante. Su madre.

    —Ichigo, ¿cómo te fue en la clase de karate? ¿Peleaste contra tu amiga Tatsuki? —inquirió la bella mujer.

    —La clase de… —Ichigo pareció no entender—. ¿Quién eres tú? ¿Por qué me hablas de clases de karate? —esta vez rugió con más fuerza.

    —Ichigo, claro que sabes quién soy y de lo que estoy hablando. No te hagas el gracioso —estiró una sonrisa—. Quiero saber cómo te fue en la clase, ibas muy bien cuando yo llegué.

    —En la clase de… karate —repitió él como en un trance, y sin poder detenerse, dijo algo automático —me fue… bien.

    Inmediatamente todo comenzó a mezclarse como en una pintura; ya ni si quiera los colores eran reconocibles. Cerró los ojos con fuerza para ver si dejaba de marearse tanto y cuando los abrió de nuevo se encontró con la visión de una pequeña niña de cabello corto mirando hacia un rio sobre el que a un lado cruzaba un puente. A lo lejos, voces se acercaban, la de un niño y una mujer adulta.

    —…y por eso yo quiero hacerme más fuerte, para poder protegerte mamá —decía con entusiasmo un pequeño niño de cabello naranja y aproximadamente nueve años.

    —Estoy segura que sí, Ichigo —le respondió con dulzura la mujer.

    —¿A eso es a lo que le tienes miedo? —la voz distorsionada estaba tan fuera de lugar como una mariposa blanca en medio de la revolución industrial—. ¿Por eso es que no quieres asesinar a los Quincy? Ahora que sabes que tu madre fue una, ¿qué? ¿Sientes que la estás matando de nuevo? —inquirió con mucha dureza.

    Ichigo volteó su cabeza hacia el lado opuesto al que las dos personas iban andando y se encontró con la desagradable figura del Hollow. Respondió lleno de rabia casi en un rugido.

    —Yo a ella no la maté. Fue el Gran Pescador. Mi madre me amaba, como yo a ella, o tal vez más. Me protegió con su vida porque me amaba. Ya aprendí hace mucho tiempo que lo que pasó no fue mi culpa. Ya lo he superado.

    —¿Seguro? —inquirió el otro allí presente —Mira hacia allá.

    El chico hizo caso y miró al tiempo en el que escuchaba las palabras del pequeño muchacho.

    —Mamá… ¿Qué es eso? ¡Mira a esa chica mamá! ¡Se va a caer en el río! —dijo mientras corría a la supuesta chica que parecía querer lanzarse al agua.

    El corazón de Ichigo se aceleró, venía el momento. Se lo sabía de memoria. Lo había estudiado mejor que para cualquier examen. ¿Podía soportarlo? No lo sabía.

    —¡Ichigo! ¿Qué haces? —gritó la madre.

    Sentía el latido en su pecho como si en cualquier momento se fuera a salir de su lugar e irse corriendo en dirección a su madre. Se preguntó de nuevo. ¿Podía soportarlo?

    —¡No vayas para allá! ¡Ichigo! —la mujer corrió y el Ichigo adolescente fue detrás de ella.

    No pudo alcanzarla, ya que justo cuando planeaba bajar la colina, recordó que allí había unas vías del tren el cual se acercaba a gran velocidad. Lo dejó pasar unos segundos mientras la bocina sonaba a gran volumen antes de recordar que podía saltarlo. Y así lo hizo.

    Ahora sí que el corazón estaba como loco, pocas veces en su vida creyó sentir tanta adrenalina. Para su pesar llegó muy tarde, ya toda la escena que él tenía grabada a fuego en su mente había pasado. No lo había podido detener y su madre yacía allí manchada en sangre con él mismo debajo de ella, la chica del río no estaba en ningún lado. Una tercera vez. <<No puedo, no puedo >>, se dijo mil veces, porque era cierto.

    Sus piernas le temblaron y no pudieron aguantar más su peso, sin más, cayó al suelo de rodillas sin poder quitar la vista de la escena.

    —Pero si yo… —intentó articular.

    —¿Tú qué, aibou? ¿Ya lo habías superado, no sentías ningún tipo de remordimiento? ¿O intentabas engañarte a ti mismo? —le dijo una voz masculina e irritante detrás de él al tiempo que chasqueaba los dedos y todo a su al rededor se congelaba.

    Algo en el cerebro Ichigo hizo clic, y se levantó con brusquedad.

    —¿Tú eres el responsable de todo esto? ¿Por qué me haces algo así? ¿Cuál es la necesidad de mostrarme esto? Se supone que tú ya lo conoces —la furia que expresaron sus palabras era inmesurable.

    —Porque no me interesa que mueras ahora, aibou —respondió con simpleza—. Ya te lo dije, si tú mueres, yo muero, y no estoy listo para irme todavía. Tengo muchas cosas pendientes por terminar —finalizó con una sonrisa.

    —¿Qué te importa? —inquirió con odio—. Además, ¿qué ganas con mostrarme eso? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

    —Te dije que era necesario que perdieras el miedo a los Quincy, y el hecho de que hayas por fin superado esto, va a ayudarte a que no sientas nada cuando te toque matarlos a todos.

    —Terapia de shock —dijo Ichigo con incredulidad.

    —Exacto, aibou. Te has enfrentado a tu mayor miedo, remordimiento, o como quieras llamarlo, ya no te va a perseguir esto.

    —¿O sea que ya lo he dejado atrás? ¿Cómo sabes que podré seguir adelante?

    —No me interesa cómo lo hagas, pero ahora vas a ir a luchar y vas a vencer, porque ya has superado esto. Has dejado de vivir en un presente recordando un pasado que no tiene futuro.

    —Tch. Tú acertijos. Ahora me voy. Sácame de aquí.

    Acto seguido el albino estiró una sonrisa e Ichigo se encontraba de nuevo en su mundo interno con las ventanas azules. Miró hacia abajo y se encontró con el rostro del Hollow mirándolo fijamente.

    —Sólo esta vez, aibou. La próxima vez que nos veamos te devoraré. No será un encuentro tan lindo.

    Ichigo se vio en la necesidad de suprimir una pequeña risa y por tanto simplemente sonrió. No pudo estar seguro si segundos después su vista le había fallado, o era consecuencia de tantos golpes en la cabeza, pero pudo jurar que Hichigo, a su manera le devolvió la sonrisa.





    Despertó de nuevo en el campo de batalla y su visión tardó unos cuantos segundos en adaptarse a lo que ocurría.

    —¡Por fin Ichigo! ¡Ya me había preocupado por ti, como vi que no despertabas…! —le gritó Rukia desde lejos.

    —¡Sí, estoy bien! —dijo al tiempo que se levantaba—. ¿Dónde está Toshiro? ¿Está bien? —preguntó al no ver el cuerpo posiblemente herido del capitán de la Décima División por ningún lado.

    —El Capitán Hitsugaya está bien —se acercó a Ichigo en busca de un pequeño descanso—. El Escuadrón Cuatro se lo ha llevado para tratarlo, pero han ido al mundo humano, al parecer él no dejaba de balbucear un nombre que ahora no recuerdo —hizo una pausa—. ¡Ah, sí! Karin, tu hermana. No se dejó llevar a ningún lado hasta que le aseguraron que estaría con ella. Dime si eso no es hermoso. Qué linda una relación así.

    —Sí, tienes razón. Por cierto Rukia, luego necesito decirte algo —dijo algo apenado—. Pero no hay tiempo ahora. Dime dónde esta Haschwalth.

    —Allí está —dijo señalando con un dedo a un punto en la distancia. Ten cuidado. Te espero para que me digas lo que tienes que decirme.

    —Claro que sí. Tan pronto pueda, vuelvo. Te lo prometo —y dicho esto, se dirigió rápidamente a su encuentro con uno de los grandes líderes de los Quincy.
     
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  2.  
    Mary Dragneel

    Mary Dragneel Temporalmente fuera de servicio :'v

    Piscis
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    Repasemos un poco. La actividad consistía en narrar la infancia de un personaje de anime.

    Si bien narraste algo de la infancia de nuestro querido Ichigo no estoy segura... Pero esperemos a ver qué dicen los demás jueces.

    Ahora, la ortografía y la narración están bastante bien *-*
    Morí *-* de amor! Amé esta parte
    Esta también *-* es hermoso el ichiruki y creo que opinas igual que yo por lo que leí en esta historia.

    Saludos! :D

    *cansada de hacerlo se muerde su ya adolorido dedo* i inu tori saru hitsuji
    ¡Invocación!
    @Luix
    @Liza White
    @Fenix @Fenix
     
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  3.  
    Luix

    Luix Fanático

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    Buenas noches/tardes/día Minaki.
    Ese verso me resulto tierno <3

    Concuerdo con Mary, la narracion y la ortografía están bien, narraste un poco de su infancia, asi que esta perfecto. ¡Gracias por participar de la actividad! c:

    ¡Saludos!...
     
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  4.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    Y si confirmado, todos se han centrado en las fibras sensibles del corazón, mira que revivir especialmente ese momento de la infancia de Ichigo, ese momento cuando perdió a su mamá, la tenemos tan presente al principio de la historia y aunque luego no lo menciona, justo como lo narras siempre que ha de haber un momento de dificultad el Shinigami debe de recordar que parte de esa lucha constante lo hace por ella.

    Me ha gustado como transmites que Ichigo transforma eso negativo en fortaleza de que no quiere que ocurra de nuevo, admirable. Yo no noté faltas de ortografia.

    Se despide de ti, el amigable vecino y escritor Fenix Parker.
     
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  5.  
    Hygge

    Hygge Game Master

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    He de admitir que en un principio estaba algo desconcertada porque no sabía qué tenía que ver el inicio de la historia con la temática de la actividad, pero si bien después se revelaba un poco del pasado de Ichigo, fue más que suficiente para reflejar lo pedido en el concurso, genial :3 Fue muy enternecedora esa parte, cabe admitir, pero en sí el escrito me ha gustado bastante a pesar de no haber visto ese anime. Haces que a pesar de que la gente no sepa del anime, se entienda bien la historia y lo que le ocurre a los personajes y eso es estupendo, felicidades por ello <3

    Ni faltas, ni errores de ningún tipo, una narración buena y fluida; eso es algo que se agradece, porque gracias a ello pude leer la historia sin tener que detenerme y releer ninguna parte. Al igual que a los demás, espero verte de nuevo en otro de tus escritos y gracias por participar en la actividad ^^ ¡Nos leemos!

    Liza White
     
    Última edición: 17 Octubre 2015
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