¡Aquí estoy! Tarde, pero no mal y arrastro con mi granito de arena para la actividad de @Pire. Hacía bastante que no dejaba caer nada por aquí, así que aprovecho este drabble de mi pareja favorita entre todas las parejas para reincorporarme, ¡espero que os guste! Guerra. Según una de las acepciones del diccionario (el último de los objetos que le había lanzado a la cara a aquel impresentable que tengo por vecino) lucha armada entre dos o más contrarios. La entrada final de esta palabra es la expresión "dar guerra", molestar. Ambas, y otras diez, me las he aprendido de memoria gracias al estúpido, afeminado, neandertal, denso y asexual que he tenido viviendo puerta con puerta durante los seis meses que llevo en esta ciudad. Y de haberlo sabido antes, probablemente habría cogido las maletas y volado al otro lado del mundo. Si es que no puedo salir a tender la colada sin que me lluevan objetos aleatorios, sin consideración de peso y dureza; no puedo dejar la ventana de mi habitación abierta sin arriesgarme a encontrármela rebosante de aviones de papel, todos con un dibujo sobre mí y, al parecer, lo muy subida de peso que estoy; y mi favorita, ¡nada de dormir hasta pasadas las tres porque al imbécil le encantan los videojuegos! ¡De guerra! ¡Con el volumen al máximo! No hay un día en el que no discutamos y terminemos lanzándonos todo lo que tenemos a mano. Oh, y no quiero ni hablar de las veces que nos cruzamos por la calle... ¡He tenido una calva en la cabeza durante tres meses! Pero había merecido la pena por haber visto su ojo morado durante semanas. ¿Por qué discutimos? Ni lo recuerdo, en realidad. Las chispas saltaron desde el primer día, cuando yo salía de la ducha y él me vio desde su ventana. Obviamente me avergoncé, ¡nunca había sentido tanta vergüenza en mi vida! ¿Y él qué hizo? El muy idiota se rió. ¡Se rió! ¡Y me llamó gorda! ¡Nadie llama gorda a Lucy Heartfilia y vive para contarlo! —¿Has vuelto a quedarte dormida de pie? ¡Qué rara eres! Y esa era otra. Según él no era más que rara y gorda. Juro por Mavis que voy a matarlo. Algún día. Lo juro. —¡Habla el que tiene el pelo rosa teñido! —¡No es rosa! ¡Es salmón! ¡Y es natural, a diferencia de tu cerebro! —con lo último, le lancé el despertador, pero se coló dentro de su ventana sin golpearle.— ¡Já! ¡Fallaste! ¡Otra vez! —volví a tirarle el objeto más próximo que tenía, que resultó ser la taza del café de esta mañana, e iba para darle, aunque él la atrapó con la mano y siguió riéndose de mí a carcajada limpia. Rabié. —¡Voy a matarte, Natsu Dragneel! Él me sonrió desde la ventana de enfrente, todavía con la taza en la mano. —¡Tendrás que hacerlo mejor que eso, Luce! ¡Y aún por encima se atreve a ponerme un mote! Sí. Esto es guerra.
Jajajajaja me encanto, de verdad. Esto es lo que quería y me has dejado muy satisfecha. Vecinos que a fin de cuentas se quieren :3 por que sus peleas son una estupidez y sólo lo hacen por que es su manera de llevarse, es un amor tsundere. Me encanta la manera en que narra, cuentas las cosas, es tan única, felicidades :3 igual tu ortografía muy buena, quiero verte mucho por aquí <3
Ay, me alegro de que te guste :D Está inspirado, en realidad, en las peleas que tengo con un amigo la mitad del día jajaja Y obvio se echarían de menos si no estuviesen ahí para tirarse cosas el uno al otro Muchas gracias por comentar y por supuesto me tendréis aquí hasta que nalu sea canon y más C:
