Candy Candy Desafiando el destino [Finalizado]

Tema en 'Anime Heaven' iniciado por Andrea Sparrow, 20 Febrero 2015.

  1.  
    bleidy wilches

    bleidy wilches Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    23 Marzo 2015
    Mensajes:
    8
    Sigo tu historia que pasará cuando Candy recupere la memoria, entenderá a Terry espero q si aunque él no haya obrado correctamente.

    Espero el próximo avance.
     
  2.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    1493
    Cap. 83
    Volvió a preguntar Elisa a Michael:
    - ¿Qué averiguaste?
    - Al parecer, fue en un ataque en Europa…hubo bajas de dos soldados y de una enfermera- mintió.- La enfermera era ella. Sólo que al parecer hubo problemas en la identificación de los cuerpos y por un momento se dudó de si se tratara de ella. Hasta que…pudieron reconocerlos en el puerto de South Hampton.
    - Entonces, la familia se va a tener que hacer a la idea. ¿Podrías tú mismo investigar eso para acallar las voces de su familia? No sabes lo molesto que es tener a todos con alma en un hilo y que sigan soñando con lo imposible.
    Michael aguardó el momento para hablar con Elisa. Sólo respondió.
    - En cuanto tenga esa documentación se las mostraré.
    Melanie y Neil se despedían. Cuando se hubieron ido, Michael le dijo:
    - Necesito hablar contigo, Elisa.
    - ¿De qué se trata?
    - ¿Se puede saber…por qué le tienes tanto odio a Candy? Si ella ya murió, ¿en qué te afecta?
    Elisa respondió.
    - Su familia es tan odiosa…todos han estado siempre interesados en ella. Por su culpa murió gente de los Andley, una vez te lo conté.
    - Lo que sucedió con Anthony no fue culpa de Candy- aseveró Michael.- Recuerda que soy médico y la forma en que el muchacho cayó del caballo no era suficiente para matarlo. Antes de caer, Anthony ya estaba muerto.
    - ¿Estás loco? Ella fue quien lo tiró.
    - Te he dicho que es lo que pienso. Era todo lo que quería decirte, Elisa.
    - ¿Vendrás mañana, Michael?
    - No sé, tengo trabajo. Pero espero que al volver te encuentro menos molesta y dispuesta a hablar de otra cosa.
    Elisa lo dejó marchar.
    - Ya se le pasará- pensó.- Pero ahora estoy segura de que al fin Candy ha dejado de estar entre nosotros. Sólo que ahora sólo me falta sacar a la molesta de Bárbara Gerald. Ya se me ocurrirá de qué manera conseguirlo.


    Candy y Terry se levantaron. El joven actor consintió a su esposa y tras desayunar, le dijo:
    - Vamos al médico e iremos a ver a los muchachos.
    - Me parece bien, Terry. Tal vez verte actuar me ayude aún más para recordar.
    Terry sonrió.
    - Voy a enviar por víveres.
    Cuando salía pensaba:
    - Candy ha comenzado a recordar aun más…no es temor, es sólo que…no sé qué haré si recuerda a Susana y a Albert…
    Pensó que ya encontraría la forma de tranquilizarla. Así que se marchó y envió por buscar ropa y accesorios para actuar.

    En tanto, Candy permanecía en casa ayudando a la madre de Mark y disfrutando de la estancia en aquella villa.
    La mujer le preguntó.
    - ¿Estás feliz, Candy?
    - Muchísimo, señora. Realmente no sé cómo habría sido mi vida sin él.
    - Yo siempre pensé que ustedes eran el uno para el otro.
    - ¿De verdad?
    - En serio, Candy. Al joven Grandchester se le iluminaba la cara cuando te veía, como al duque cuando hablaba de Eleonor Baker.
    - ¿Se han marchado ya?
    - Sí, están en Londres. Ella, al parecer se va a filmar una película.
    - Ojalá que le vaya muy bien. Yo estoy un poco preocupada…el hecho de no recordar tanto de mi vida me causa ansiedad…siento que algo me está faltando.
    - Es normal, pero quizás pronto recuerdes todo. No te preocupes.
    Sonrió y siguió caminando por los pasillos de la casa.
    De pronto, sintió un fuerte dolor de cabeza y decidió permanecer quieta para recuperarse.
    Cuando Terry volvió, la encontró dormida.
    Luego preguntó a la madre de Mark.
    - ¿Qué le pasó a Candy?
    - Nada importante. Sólo un dolor de cabeza que la hizo recostarse.
    - Ya veo. Espero que se recupere enseguida para llevarla al médico.
    - Espero que tenga buenas noticias para ambos.
    Terry asintió y agradeció a la señora.

    Cuando despertó, Candy decidió arreglarse.
    - ¿Cómo me veo?
    - Estás excelente. Te ves…simplemente maravillosa.
    - Vámonos ya, Terry.
    La alegría de la joven enfermera comenzaba a regresar.

    Al poco rato llegaban al consultorio.
    Estando ahí, esperaron a que llegara el doctor.
    - Este tipo de sitios no me parece tan indiferente. Creo que empiezo a sentir de nuevo la cercanía con la medicina.
    - Espero que no te dé por ir a operar o a revisar a alguien.
    - No seas exagerado. Es sólo que el ambiente no me causa conflicto.
    El médico llegó de nuevo.
    - Voy a revisar a la paciente enseguida.
    Terry estuvo afuera esperando el momento de saber cómo estaba la joven.
    Cuando el médico abrió la puerta, Terry entró enseguida.
    - ¿Cómo la encuentra, doctor?
    - Muy bien…creo que va progresando. Se ha dado cuenta que es enfermera y le hecho algunas preguntas de medicina y las ha respondido todas, con un poco de dificultad pero bien.
    - Me alegro tanto…he deseado que se ponga bien cuanto antes.
    - Pues ya no falta poco para que ella recupere su pasado. Encuentro su vinculación con el exterior bastante buena. Es capaz de controlar sus emociones y quizás ya pueda empezar a trabajar pronto. Aunque por ahora no es necesario, pero puede contemplarlo.
    - Gracias, doctor. Yo mismo la impulsaré para que, en cuanto se sienta bien, pueda recuperar su trabajo si ella quiere.
    Candy, sin embargo, estaba algo triste. Había lagunas todavía en su mente que no la dejaban sentirse tranquila.


    Bárbara y Albert revisaban los animales de la casa de Lakewood. Se sentían muy enamorados y felices de estar juntos.
    A poco tiempo, llegó el auto del doctor Michael.
    Se acercó y Dorothy lo recibió.
    - ¿Doctor Michael?
    - Buen día- dijo el doctor.- ¿Puedo hablar con el señor William Andley?
    - Por supuesto. Lo llamaré.
    A poco rato llegó Archie.
    - Buen día, Michael. ¿A qué se debe tu visita? Si se trata de Elisa…
    - No, no tiene nada que ver con Elisa. Necesito hablar con William pero…a solas.
    - ¿Pasa algo?
    - Después de que hable con él te explicará…
    Albert llegó entonces con Bárbara.
    Michael saludó a todos.
    - Buenas tardes, señorita.
    - Es Bárbara Gerald, una invitada, amiga nuestra.
    La mirada de complicidad de Bárbara le dio tranquilidad a Albert.
    - ¿A qué debo tu visita, Michael?
    - Debemos hablar a solas…por favor…
    Bárbara le dijo:
    - Estaré en el jardín.
    - Y yo en la sala.
    - Gracias- dijo Albert.- Ven, Michael, vamos a la oficina.
    Ya estando ahí Michael comenzó.
    - Albert…necesito que me digas algo. ¿Has tenido noticias de Candy?
    Albert negó.
    - No…estoy preocupado. No he sabido nada y estoy desesperado. He enviado a mucha gente. Supe que tú estabas interesado después de haber hablado con Archie.
    - No quise decirle nada…quería hablar contigo primero. Necesito que me guardes el secreto.
    - ¿De qué se trata?
    - Albert…al parecer…hay posibilidades de que Candy esté viva.
    - ¿Cómo lo sabes?
    - No lo sé…lo intuyo. Pero sólo hay una forma de averiguarlo.
    - ¿Con quién?- insistió Albert.
    - Con…Terry Grandchester.
    Albert soltó una pluma que estaba sobre el escritorio.
    - ¿Cómo dices?
    - Sí…he hablado con gente que me ha dicho que…Terry Grandchester está vivo. Por lo que supe, había muerto. Pero…he visto a un hombre que estuvo con él en el frente y me dijo que Terry no murió…
    - ¿Y qué tiene que ver eso con Candy?
    - Según este hombre, es probable que Candy esté con él…
    - ¿Quién es él?
    - Es un muchacho que fue soldado, apellida Brown. Y curiosamente es esposo de una enfermera llamada Flammy Hamilton, su nombre de soltera, ella conoció a Candy personalmente y se sorprendió también como tú y como yo.
    Albert movió la cabeza.
    - Entonces…Terry no murió en la guerra.
    - No…está vivo y quizás él sepa algo de Candy. No podemos asegurar que Candy esté con él pero seguramente él trató de reunirse con ella. Tal vez sepa algo.
    - ¿Y dónde está?
    - En Escocia.
    Albert asintió con la cabeza.
    - Entonces…hay que ir a verlo. Pero…si voy yo no me dirá nada. Tal vez si vas tú. A ti no te conoce…
    - ¿Crees que sea buena idea?
    - Por supuesto- aseguró Albert.- Sólo él podría decirnos más sobre el asunto.
    Michael respondió.
    - Entonces…voy a viajar a Inglaterra. Pero por favor, que Elisa no se entere. Ella no sabe nada de esto. Para ella, Candy debió haber muerto y realmente me da vergüenza que sólo piense en el hecho de que Candy esté verdaderamente muerta.
    - Lo sé…Elisa piensa así. Pierde cuidado. Elisa no sabrá nada.
    Michael asintió. Ahora se dedicarían ambos a buscar a Candy y a averiguar más sobre su paradero y el de Terry Grandchester.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  3.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    1164
    [​IMG]



    Cap. 84

    Terry salió. Candy lo aguardaba afuera un poco nerviosa.
    - ¿Qué pasa, Terry?- preguntó.
    - Es increíble- dijo el joven actor.- Dice el doctor que…como enfermera no sirves.
    - ¿Cómo?
    - Te hizo preguntas sobre medicina, ¿cierto? Pues bien, dice que realmente no sabes nada…
    Candy estaba sorprendida.
    - Claro que no, pecosa- rió Terry- por supuesto que eres una buena enfermera. Dice el doctor que en cuanto te pongas mejor, podrías volver a trabajar como tal.
    - ¿De verdad?
    - Por supuesto, Candy. El doctor dice que ya estás mucho mejor.
    Candy abrazó a Terry y éste le dijo tiernamente.
    - Por fin, estoy recuperando a la Candy de siempre…a la mujer de mi vida.
    - Gracias, Terry, por estar conmigo. Por amarme tanto como yo a ti.
    Tras darle un beso, caminaron por la calle en busca de un lugar para comer.
    Estuvieron un rato en la ciudad.
    Para la rubia enfermera, la estancia en Londres era muy agradable.
    - He pensado que debemos quedarnos esta noche en Londres. No quiero que viajes tanto para que no te agotes.
    - Está bien, Terry- resolvió su esposa.
    Durante el tiempo que estuvieron en la ciudad, estuvieron conversando.
    - Recuerdo que pasé por estas calles…buscando una medicina para curarte porque llevabas la pierna herida. ¿Cómo te lastimaste?
    Terry comenzó a contarle.
    - No es algo agradable, Candy…
    - Quiero que me cuentes, soy tu esposa y no me gustan los secretos.
    El actor estaba preocupado. Todavía había muchos secretos entre ellos.
    - Bien…te diré que estaba mal porque había discutido con mi madrastra. Ella habló mal de mi madre y mi padre no la defendió entonces. Por eso bebí…y al salir del bar unos tipos me quisieron robar, pero como me negué a darles dinero uno de ellos me encajó un cuchillo en la pierna.
    - Dios mío…¿y cómo llegaste de vuelta al colegio?
    - Fue un hombre que me ayudó a volver…¿recuerdas de quién se trataba?
    La joven trató de hacer memoria. Se sintió un poco inquieta, confundida, hasta que reconoció en su mente la imagen de un hombre.
    - Era él…Albert, ¿cierto?
    - Sí…Albert me llevó de vuelta al colegio. Pero, ¿recuerdas qué sucedió después?
    Candy se quedó en silencio un instante y luego soltó una carcajada.
    - Ya recuerdo- contestó- te llevó por equivocación a mi habitación.
    - Así es…a mí me parece que él ya sabía y por eso me llevó a tu habitación, Candy.
    - ¿Qué quieres decir?
    - Que tú debiste contarle que yo te gustaba y por eso decidió aprovechar la oportunidad para ayudarte.
    - ¿Cómo te atreves? – replicó su esposa.
    Terry se carcajeó a su vez.
    - Ya sé que no fue así, Candy. De hecho, sería más fácil para mí haberle dicho a Albert que me llevara a tu cuarto.
    - ¿Por qué?- insistió Candy, intrigada.
    - Porque…yo ya le había contado a Albert que me gustabas.
    - ¿Yo ya te gustaba?- preguntó Candy, coquetamente.
    - Sí…desde que te vi en el barco. Y cuando te veía en el colegio, eras lo único que evitaba que me volviera loco.
    - ¿Y qué te gustaba de mí?
    - Todo…tus ojos verdes- señaló acercando su boca- tus labios…tu talle…tu inocencia…y sobre todo…tus pecas.
    Candy bajó la mirada, pero Terry aprovechó para saborear sus labios sin importar que la gente lo estuviera viendo.

    Momentos más tarde, ya en la posada, Terry la acariciaba mientras seguían conversando.
    - Candy…tengo algo que contarte.
    - ¿De qué se trata?
    - Es que…hay algo que tú no sabes. Hasta hace poco tú y yo ya éramos novios, pero nos vimos separados por una mentira.
    Candy sintió cómo un balde de agua fría caía sobre su espalda.
    - ¿Qué sucedió?
    - No te preocupes, no fue culpa mía, Candy. Lo que sucede es que una actriz llamada Karen.
    Entonces le contó todo lo referente al engaño de Karen Klays, el supuesto matrimonio con Bárbara Gerald y su enfrentamiento con su padre.
    - Fue por eso que nos vimos separados, Candy. Luego yo dejé a mi padre y tú te fuiste al frente. No nos reunimos hasta que yo pudiera enfrentarme al duque de Grandchester.
    - Entonces...fui al frente.
    - Y yo también…fui soldado pero…ocurrió algo muy extraño.
    Candy quería saber más pero sentía que era demasiada información para ella.
    - Tranquila, Candy…ahora no es momento para esto…es momento- dijo soltando la bata de su cuerpo- para estar juntos y que te demuestre lo mucho que te amo.
    Aquella entrega fue deliciosa. Ella sólo deseaba tener a Terry con ella. La fuerza y el vigor con el que la poseía era intenso y le mostraba todo lo que una esposa enamorada podía sentir por su hombre.
    Candy enrojecía de placer al sentir el cuerpo de su amado socavándola una y otra vez. Juntos encontraron el éxtasis y entre lágrimas, Terry le dijo.
    - Candy…ojalá Dios nos bendiga enviándonos un hijo…tener un hijo tuyo es lo más maravilloso que podría tener…
    La enfermera se acurrucó en el pecho de Terry y olvidó todo lo que pudiera haber en su presente y pasado.

    En tanto, Michael terminó de revisar algunos pacientes y luego se fue a preparar sus maletas para viajar.
    Elisa no lo iba a buscar a su casa, así que no se daría cuenta de que saldría de América.
    Horas más tarde, volvió para tomar el té con Melanie y Neil. El hermano de Elisa le preguntó.
    - Dime, Michael, ¿te sientes bien como para casarte con mi hermana?
    - ¿Por qué lo dices, Neil?
    - Porque sabes que ella es muy especial. Realmente es peligrosa.
    - Neil…para ser su hermano te expresas muy mal de ella.
    Neil replicó.
    - Es que hasta ahora me doy cuenta que Elisa es la peor hermana que un hombre pudiera tener.
    - Tal vez así sea, pero…no sé por qué yo sigo creyendo que un día cambiará.
    - Pero tú no la quieres…

    Michael bajó la cabeza. Luego, pensó en Candy.
    “Candy White…si te hubiera conocido antes…si estuvieras viva. Nunca te dije que me gustabas…que siempre pensé que tenías un alma noble y buena.”
    - No importa, Neil, sé que puedo llegar a quererla. Ella será mala, pero sé que me quiere y quizás puedo doblegar su voluntad.
    - Eso espero, por el bien de ella.
    - Por cierto…voy a viajar, Neil. No me da tiempo de despedirme de Elisa. Tengo que partir enseguida. Algo le comenté sobre la convención de médicos. ¿Te ausentarás mucho?
    - No tanto, en cuanto esté instalado enviaré un telegrama para avisar.
    - Bien, yo se lo diré.
    Michael se despidió. No podía dar detalles sobre su viaje. Tenía que ser con suma cautela.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  4.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    1250
    [​IMG]





    Cap. 85


    Terry y Candy pasaron una noche deliciosa. En la mañana se bañaron juntos y salieron arreglados hacia el centro de Londres.
    - Así que aquí viviste un tiempo.
    - Así es…- comentó Terry.- Fueron los peores días de mi vida. Mi padre me trataba tan mal…durante mucho tiempo llegué a odiarlo.
    - Te comprendo, quizás si yo hubiera estado en tu lugar habría odiado a mis padres.
    - No, Candy…tú habrías soportado pacientemente tus sufrimientos porque tú siempre has sido buena.
    Terry la miró con dulzura. Candy le preguntó conteniendo algunas lágrimas.
    - Terry…¿por qué no puedo recordar mi infancia?
    - Porque quizás es muy pronto. Yo no sé mucho de ella pero…sólo puedo decirte que amas mucho a las personas con las que te criaste.
    - ¿Mis padres?
    Terry movió la cabeza.
    - No puedo darte detalles…sólo quiero que entiendas que te amo mucho y que a partir de ahora soy tu familia y sólo quiero lo mejor para ti.
    - Yo también quiero eso porque…siento que te he amado tanto que si me quedo sin ti, jamás podría volver a ser feliz.
    Un beso tierno entre los esposos los llevó a almorzar y prepararse para salir de vuelta a Escocia.
    Fueron a South Hampton para buscar un barco que los llevara de vuelta a Escocia.
    Antes de eso recorrieron varias tiendas y estuvieron comprando cosas hermosas para ambos.

    En tanto, Albert conversaba con Archie respecto a negocios.
    - ¿La firma con los acreedores será la semana próxima, Archie?- preguntó.
    - Sí, Albert. Ya está todo listo para la firma. Los acreedores están dispuestos a fungir como tal.
    - Me alegra…
    Sin embargo, su rostro no denotaba mucha alegría.
    - Albert…estás extraño, ¿te ocurre algo? Estás así desde que vino Michael.
    Bárbara les llevó té.
    - ¿Están bien?
    Albert asintió tomando entre las suyas la mano de Bárbara.
    - Gracias, linda. Eres muy atenta. Siéntate, por favor- dijo, acercando una silla para ella.
    Luego suspiró hondamente y continuó.
    - Archie…hay posibilidades de que…Candy esté viva.
    Archie se sorprendió. Bárbara también.
    - ¿Es posible?- preguntó ella con emoción.
    - Sí, Bárbara. Es posible.
    - ¿Pero cómo, dónde?- cuestionó Archie.
    - Sólo sé algo que nos podría llevar a averiguar la verdad.
    - ¿Qué es?
    - Terry Grandchester…está vivo- respondió Albert.
    Archie entreabrió los labios. No tenía idea de que se trataba de eso. Bárbara se puso muy contenta.
    - Me alegra que Terry esté vivo…realmente me dolió mucho imaginar que había muerto, después de la ayuda que me dio. Y tal vez Candy esté con él…
    Archie respondió.
    - Si están juntos, seguramente ya se casaron y no sabemos nada.
    - Pero es extraño…si está viva, ¿por qué no nos han enviado aunque sea un telegrama?
    Archie dijo a Albert.
    - Necesito hablar contigo a solas, por favor.
    Bárbara comentó.
    - Iré arriba con Annie.
    - Por favor, Bárbara- pidió Archie- no le digas a Annie nada sobre Candy. No quiero que piense que está viva y quizás no sea así.
    - Tienes razón. Hablaremos de otra cosa- comentó Bárbara.

    Albert y Archie siguieron hablando a solas.
    - ¿Qué te ocurre, Albert?
    - Es que…si Candy está viva…tal vez se casó con Terry.
    - Dime, ¿qué te sucede con Bárbara?
    - Me encanta…me siento tan feliz con ella. Y quisiera…hacerla mi esposa pero…¿y Candy? ¿Y si no está con Terry? ¿Y si ella está esperando aún cumplir nuestro compromiso?
    - No te hagas un lío, Albert. Quizás ella comprenda lo que sientes por Bárbara.
    - Tienes razón…será mejor esperar las noticias de Michael.
    Archie asintió.

    Bárbara fue con Albert después de que hablara con Archie.
    - Ven, vamos arriba…quiero mostrarte algo.
    Albert subió con ella. De pronto, contempló frente a él su propio rostro, plasmado en aquella pintura.
    - No puede ser…¿cómo es que tienes esta pintura? Yo no recuerdo cuándo me la hicieron…
    - Fui yo quien te pintó…pero fue hace mucho…desde que estaba en casa de mi padre.
    - ¿En serio?No puede ser…
    - Sí, sí puede ser…te pinté con mi corazón…porque estabas en mis sueños…porque te amaba ya sin conocerte…porque has sido para mí desde siempre el amor de mi vida.
    Albert la tomó en peso, la besó, cerró el pestillo de la puerta con seguro y aquella noche ahí mismo, la amó sin control, sintiendo que todo su corazón se lo entregaba en cada caricia, en cada movimiento para hacerla suya.
    Bárbara se entregaba también como una mujer enamorada degustando sus besos y dejando su alma entera entre los brazos de William Andley. Ya nada podría separarlos, ni siquiera el recuerdo de Candy.


    Candy y Terry volvieron a Escocia. Llegaron en la noche. Los amigos de él ya tenían todo preparado para la obra de teatro.
    - Hoy mismos será el estreno. Ya nos dieron permiso y aquí estamos todos.
    - Bien, entonces, vayan poniendo todo en orden, mientras yo me encargo de poner orden arriba.
    Candy se fue a arreglar. Terry se preparaba para la actuación.
    - ¿Ese traje tú lo confeccionaste?
    - Claro que sí- dijo Terry con orgullo.- Yo mismo he diseñado mi vestuario. Cuando estuve en la compañía de Stratsford, había gente encargada de elaborar nuestro vestuario.
    La enfermera permaneció un momento en silencio.
    - Stratsford…no sé pero ese nombre me parece conocido.
    - Debe ser…es una compañía de teatro muy importante. Dime, Candy, ¿has recordado algo más?
    - No exactamente…sólo siento que lo he escuchado.
    Terry la miró dulcemente pero no se atrevió a decir una sola palabra.

    Por fin bajaron juntos. Candy se quedó en un asiento y Terry fue con los actores.
    La gente estaba muy emocionada por aquella función de teatro gratuita. De pronto, en lo que acomodaban todo, Terry se dio cuenta que caía una tabla de madera. El estruendo asustó a Candy. Ella se quedó estática.
    - ¿Pasa algo?
    - Nada…es que me asustó el ruido.
    - Ya lo están arreglando, tranquila…
    La abrazó con fuerza para luego volver al escenario.
    Terry estaba nervioso. Uno de los muchachos le dijo tras bambalinas.
    - Teddy…te veo raro, ¿te sientes mal?
    - No es nada…es que tiene tiempo que no actúo.
    - Tranquilo, tú puedes…todo estará bien…tú puedes hacerlo. Eres un excelente actor.
    Terry trató de calmarse. Sólo era una pequeña representación.

    Al poco tiempo comenzó. El rey Lear era la obra escogida.
    Conforme se fue desarrollando todo iba bien, hasta que en un instante Candy se llevó las manos ligeramente a la cabeza. Luego se calmó. Terry no se dio cuenta. Candy sintió que en su cabeza se movían varias ideas.
    Cuando la obra terminó, Candy miró a Terry con algo de intranquilidad.
    - ¿Te gustó la obra?- preguntó Terry durante la pequeña fiesta que dieron para los actores.
    - Sí…mucho…
    El actor la notaba un poco rara.
    - Si te sientes mal, nos disculpamos.
    - No, Terry…estoy bien- señaló sin expresar sus verdaderas emociones.
    Cuando estuvieron solos, Terry reía y le explicaba.
    - Mis amigos son tan especiales…tras bambalinas reíamos de cualquier tontería…
    Candy entonces le preguntó.
    - Terry…¿quién es Susana…?
    Terry entreabrió los labios. Por fin tenía frente a él a lo que tanto había temido.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  5.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    1176
    Cap. 86

    Terry no sabía qué responder. Estaba sorprendido y asustado.
    - ¿Susana? ¿De dónde sacaste ese nombre?- devolvió la pregunta un tanto desesperado.
    - Sólo dime quíén es Susana…
    - Ella…era…alguien que conocí hace tiempo…en el teatro donde nos presentábamos en Nueva York.
    Candy lo miró con tristeza.
    - Terry…¿tú tuviste algo que ver con Susana?
    Terry tenía los ojos encendidos y luego se tranquilizó.
    - ¿Lo preguntas o lo aseveras?
    - Sólo quiero la verdad…
    Terry se armó de valor y dijo sólo una parte.
    - Susana…era una chica de la compañía. Ella y yo ensayábamos un día cuando uno de los reflectores cayó sobre el escenario en el ensayo. Ella trató de evitar que me cayera a mí…y éste cayó sobre una de sus piernas…la operaron pero…
    - ¿Pero, qué?
    - La perdió…yo me sentí culpable por eso mucho tiempo…
    Candy realmente no recordaba quién era Susana, por eso no pudo confirmar del todo lo que Terry le dijo.
    - Entonces era eso…con razón me puse tan nerviosa cuando cayó la tabla…y cuando estabas actuando, vino a mi mente ese nombre…Susana…
    - Ahora ya lo recordaste- suspiró Terry un tanto aliviado.
    - Sí, pero no fue nada agradable. Dime, ¿por qué no me habías dicho nada sobre ella?
    - Tenía miedo de tu reacción y sobre todo, pensé que algo tan trágico te lastimaría…perdóname…
    Candy se puso en pie y le dio la espalda.
    - No me gusta que hagas eso…yo te amo y no me gusta que me ocultes nada.
    - Ha sido por tu bien, Candy…no es momento de recordar todo de un golpe. ¿Comprendes? No ha sido mi intención reservarme tus recuerdos…yo sólo quiero que recuperes la memoria lentamente…te haría daño que tus memorias volvieran de golpe, ¿te das cuenta?
    Candy trató de entender. Sabía que Terry tenía razón pero había algo que le impedía sentirse tranquila con esa explicación.
    - No te enojes, Terry…-pidió ella.
    Terry la abrazó con fuerza.
    - Perdóname, Candy…no quiero que te sientas mal…sólo quiero que te sientas en paz…traerte a esta casa de Escocia ha sido solamente con la idea de que nuestros recuerdos consuelen tu corazón.
    Candy se abrazó a él y le dijo dulcemente:
    - Yo te amo, Terry…todo lo que haces por mí es por el amor que me tienes…te necesito.
    La noche los encontró de nuevo desnudos bajo las mantas entregándose por completo, compensando los momentos de discusión con caricias que les hacían saber lo mucho que se amaban.
    - Candy…mi pequeña pecosa- decía Terry, enfebrecido- soy tan feliz contigo…cuando te estoy amando me olvido de todo- decía al tiempo que se entregaba a ella entrecerrando ligeramente los ojos.
    Candy lloraba de emoción mientras lo estrechaba con fervor.
    - Terry…mi vida…soy tuya.
    La casa resonó con las palabras amorosas de los dos, concluyendo las diferencias que surgieran a causa de los recuerdos incompletos que regresaban a la mente de la enfermera.

    El viaje para Michael fue sorpresivo y un poco cansado. Observaba por la escotilla de su camarote.
    - Hay buen tiempo- se decía- sin embargo, el viaje es largo…
    Iba pensando en Candy. La única vez que la había visto se había podido dar cuenta de la grandeza del alma de la muchacha, a pesar de la forma en que había arriesgado la vida para bajar una maleta perteneciente a una amiga suya.
    - Eras valiente, Candy, valiente y arriesgada, aunque un poco intrépida. Pero tenías buen corazón. Si ya no vives, déjame asegurarme de dónde estás para poder llevarte flores…siempre pensé en ti en el frente. Pensaba volver para verte y quizás poder conversar contigo pero ahora…
    Un par de lágrimas brotaron de los ojos del doctor.
    - Ojalá Terry sepa qué fue de ti…


    En tanto, Elisa discutía con Neil.
    - ¿Cómo que se fue? ¿Por qué no me avisó?
    - Dijo que tenía prisa. Que si no se iba ya no llegaría a tiempo a la convención de médicos.
    - Pero…tengo entendido que la convención era dentro de una semana.
    - No lo sé. Él me dio ese recado para ti.
    Elisa arqueó los labios.
    - No me gusta nada lo que hace…
    - No pensarás irlo a seguir, hermanita- sugirió Neil en tono sarcástico.
    - ¿Y por qué no?
    - ¿Estás loca? ¿Ya olvidaste que todavía eres una señorita decente?
    - Eso no impide que tenga que averiguar qué está sucediendo.
    Neil le gritó.
    - ¡Ya basta, Elisa! Deja de atosigar a Michael de esa forma. Si quieres alejarlo de ti, vas por buen camino.
    Elisa replicó.
    - ¿Por qué me hablas así, Neil?
    - Porque ya es hora de que alguien te lo diga. Yo nunca he sido un buen hombre pero ahora me doy cuenta que si yo soy malo, tú eres peor. Si quieres quedarte sola toda tu vida, sigue insistiendo en tu forma de tratar a Michael.
    La hermana de Neil se marchó molesta. Tenía que hacer algo para seguirlo, si fuera posible.

    Sin embargo, iba a ser muy difícil darle alcance. Michael se acercaba cada vez más a su destino en Londres.

    La mañana les permitió encontrar la paz. El canto de los pájaros, la luz matinal y el frescor del aire que entraba por la ventana y llevaba la esencia de la manzanilla y la retama despertó sus sentidos.
    Terry se sentía gozoso por mirar a Candy entre sus brazos. Ella entreabrió los ojos y él la acorraló entre sonrisas.
    Cuando ya estuvieron despejados, él estuvo conversando con ella respecto a su trabajo como enfermera.
    - Dime, Candy, ¿te gustaría volver a trabajar como enfermera?
    - Claro que sí, sólo que tengo un poco de miedo. Supongo que no va a ser igual por la falta de práctica.
    - Es posible, pero quizás, si empiezas poco a poco, podrías ser ayudante de algún médico y así recuperar tu experiencia.
    Candy añadió.
    - Tienes razón, Terry…sólo que…siento que es una gran responsabilidad.
    - Tú puedes con eso y más, Candy. ¿Quieres que vayamos a navegar en la laguna en una lancha, como antes?
    - Por supuesto, Terry.
    - Además…tengo una gran sorpresa para ti.
    La joven estaba emocionada. ¿Cuál sería esa sorpresa?
    Candy la llevó hacia el lago donde el sol brillaba sobre el campo.
    - Voy, Terry…
    La acompañó hasta la orilla y la ayudó a subir a la lancha.
    Sobre ella recordaron momentos especiales.
    - Recuerdo cuando Elisa cayó al lago y tú nadaste para sacarla.
    Terry soltó una carcajada.
    - ¿De qué te ríes, Terry?
    - Es que…puso unas caras tan divertidas. Lo único que no me gustó es que Archie y Stear pudieron haberse lanzado y no lo hicieron.
    - Seguramente Elisa los habría mordido antes de que pudieran ayudarla a salir.- reveló Candy.
    Terry volvió a reír alegremente. Aquella pintaba como una mañana muy especial. Y la noche sería aún más emocionante.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  6.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    1135
    [​IMG]






    Cap. 87
    La tarde fue cayendo lentamente. Cuando entraron a la casa, Candy encontró sembradas Dulce Candy en el jardín.
    - Terry…son…¿Dulce Candy?
    - Sí, hermosa…yo hice que las trajeran y ahora hay aquí para puedas cultivarlas, en nombre de Anthony.
    Los ojos de Candy estaban repletos de lágrimas.
    - Gracias, Terry…¿cuándo trajiste esa rosa?
    - La tenía en un jardín y la mandé traer para ti mientras estuvimos en Londres.
    - Terry…
    - Esto es sólo parte de la sorpresa. Este fin de semana daremos un gran baile como el que acostumbra dar la familia Grandchester y ahora tú y yo encabezaremos ese baile, Candy.
    - ¿Un baile? Suena magnífico- reveló la enfermera.
    Terry sonrió.
    - Por fin sabrás lo que es un baile de gala dado por los Grandchester. Seguramente vendrán mis hermanos mayores. Pero no importa…yo me encargaré de que todos te traten bien porque eres mi esposa y quiero que te conozcan.
    Sin embargo, Terry no había tomado en cuenta que ahora también los Andley se podían enterar de tal baile.

    En la casa Andley, Albert deambulaba por la sala cuando llegó Bárbara.
    - Albert…
    - Te llamé para hablar, linda. Si quieres, ¿puede ser en la biblioteca?
    - Sí- respondió débilmente.
    Cuando ya estuvo ahí, Albert la estrechó por la cintura.
    - Bárbara- comenzó- me he enterado de que Candy puede estar viva. Por eso quiero que me ayudes para que podamos averiguar lo más que se pueda al respecto.
    - ¿Cómo puedo ayudarte?
    - No sé, tal vez en el club hípico, tal vez con la ayuda de Annie y Paty…
    - Tienes razón, es posible que nos pongamos de acuerdo para poder averiguar algo que pueda servir para encontrarla. Descuida, Albert, quizás pronto tengamos buenas noticias sobre ella.
    - Gracias, Bárbara- señaló.
    Luego acarició su mejilla.
    - Bárbara…sabes cuánto te amo y lo mucho que significas ahora para mí. Si quiero encontrar a Candy es para estar tranquilos. Tú sabes lo que significa para todos en esta familia.
    - Lo sé, Albert, no tienes que explicarme nada. Yo sé lo importante que es Candy para todos, incluso para mí. Porque ella es parte de tu vida, de la vida de todos, hasta de Terry, mi mejor amigo. Así que espero que ella me acepte.
    - Lo hará, no te preocupes. Entonces, vamos a empezar a buscarla. Y ahora, sólo quiero saber cómo estás…cómo te sientes.
    Bárbara le sonrió.
    - Feliz de estar contigo.
    - Yo también soy feliz contigo, Bárbara. Ya quiero que llegue el día en que podamos casarnos…y eso sucederá sólo después de que Candy vuelva. Pero por ahora…quiero seguir a tu lado todo el tiempo que sea posible.
    Sus besos la convencieron. Y llegando a la habitación de Albert, él se encargó de mostrarle el amor que sentía por ella.
    Bárbara olvidó todos los sufrimientos que había tenido hasta entonces. Sólo podía esperar que llegara el momento de ser totalmente felices.

    Archie estaba pensativo. Annie le preguntó.
    - ¿Qué te ocurre, Archie?
    - Es que…noto que Albert está preocupado por la vuelta de Candy. Pero…¿y si ella no vuelve? Si acaso la está esperando sin necesidad.
    - No digas eso, Archie. Candy aparecerá, ya lo verás. Tal vez está con Terry.
    - Eso es algo que también estoy pensando. Si Candy está con Terry, tal vez Albert se pueda sentir tranquilo porque ella ahora sería realmente feliz.
    Los pensamientos escondidos de Archie hacían sufrir el débil corazón de Annie, quien sólo deseaba que su gran amiga del alma estuviera viva y libre de peligro.

    El día del baile llegó.
    Candy estaba siendo arreglada arriba, mientras Terry saludaba a algunos conocidos.
    Casi todos eran amigos de la infancia, muy pocos, además. Otros, eran gente humilde de la villa y quienes tenían dinero estaban un poco afectados por la noticia. No tenían idea quién sería la esposa de Terry Grandchester.
    Ella bajó la escalinata. Se veía muy hermosa.
    Terry la presentó entonces.
    - Buenas noches, damas y caballeros. Este gran baile se ha organizado, en esta ocasión, sin la presencia del duque de Grandchester. Pero yo, su hijo mayor, Terruce Grandchester Baker, lo encabezo y les presento por fin a mi esposa: Candice Grandchester…
    La enfermera avanzó lentamente por la escalinata y se colocó junto a Terry. Él besó su mano y dijo a todos.
    - Sean bienvenidos y disfruten esta celebración que ha sido creada para ustedes.
    El baile fue abierto por ambos.
    - Terry…es el mismo vals.
    - Sí, Candy…es y será siempre nuestro vals.
    Bailaron durante un buen rato sintiendo que todo era felicidad.

    Al poco rato llegó un hombre que había viajado desde Londres.
    - Buenas noches- saludó a algunos invitados.
    - Buenas noches, ¿es usted amigo de la familia?
    - No directamente pero…soy viejo amigo de la esposa del señor Grandchester.- sonrió al darse cuenta que Candy estaba viva.- También conozco al duque de Grandchester. Lástima que no pueda saludarlo personalmente.
    Desde lejos observó el trato tan dulce con el que Terry trataba a Candy. Eso lo hacía sentir feliz.
    - Según veo- se dijo a sí mismo- Terry te hace feliz…lo que no sé es qué estás pensando. Es extraño que no hayas pedido volver con los tuyos.
    Mientras todos se divertían Terry pasó todo el tiempo presentando a su hermosa esposa y se sentía orgulloso al darse cuenta que caía en la gracia de algunos de los invitados.
    Sus amigos humildes también se congratulaban con él.
    - Por fin pudiste casarte con el amor de tu vida.
    - Sí, David.- respondió Terry- ella es lo más hermoso que me ha pasado en toda mi vida.
    De pronto, Michael cruzó por la estancia. Saludó a Terry y luego a Candy.
    - Buenas noches, señor Grandchester.
    - Buenas noches. ¿Le conozco?
    - Vengo de Londres, soy médico.
    Terry sonrió.
    - Ya veo, le invitó el doctor Wells. Me alegra, es usted bienvenido. Un amigo del doctor Wells es amigo mío.
    - Gracias.
    - ¿Por qué no vino el doctor Wells?
    - No pudo- refirió Michael sin saber qué responder.- Su esposa, supongo- saludó cortésmente.
    - Así es.
    - Es un honor conocerla, señora Grandchester.
    Aguardó un momento para ver la reacción de Candy. Ella no movió un músculo.
    - Gracias…-asintió, reaccionando como si no fuera ella.
    Eso le pareció muy extraño a Michael. Pero no quería preguntar más. Ya tendría tiempo de averiguar más al respecto.
    Y mientras Candy se sentía la princesa de un hermoso cuento de hadas, otra joven dama en Lakewood se sentía la dueña del amor del príncipe de una antigua colina.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  7.  
    Mary Dragneel

    Mary Dragneel Temporalmente fuera de servicio :'v

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Noviembre 2014
    Mensajes:
    828
    Pluma de
    Escritora
    Dos palabras... Me encanta!
    Es tan lindo y romántico *-* es tierno que Candy y Bárbara estén con los hombres que aman, que bueno que Michael esté ayudando y que Neil al fin haya reaccionado. Lastima que Elisa aún no lo haga.

    No puedo esperar a que se enteren de que Candy está viva y al lado de Terry.

    Me gusta mucho, espero conti ;)
     
    • Adorable Adorable x 1
  8.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

    Leo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2010
    Mensajes:
    3,827
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Bueno, se me pasaron algunos capítulos pero todo ha estado bien, la forma en que desarrollas la trama para llegar al desenlace ha sido bastante agradable... especialmente que Neil le haya dicho a Elisa lo que se merecía desde hace tiempo, una forma de reivindicarse. Ahora sólo espero que la familia se reúna y que los recuerdos de Candy regresen con moderación, aunque no estaría mal que regañara a Terry por haberla escondido de sus seres queridos por tantos meses... ☺. El perfecto final sería la llegada de un heredero.

    Un saludo que sigo leyendo hasta el final.
     
    • De acuerdo De acuerdo x 1
  9.  
    bleidy wilches

    bleidy wilches Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    23 Marzo 2015
    Mensajes:
    8
    Q bonita historia siempre me ha gustado. Y que todos sean felices genial me encanta que albert no es rival ahora de Terry. Te sigo y espero que actualices pronto.
     
  10.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    940
    Cap. 88
    Terry sólo tenía ojos para aquella joven que era ahora su esposa y lucía esplendorosa entre la gente, como una verdadera princesa de cuento.
    - Te ves tan hermosa, Candy- susurró tiernamente.
    - Yo me siento un poco incómoda…hay mucha gente y me siento nerviosa…
    - No te preocupes, Candy. La gente que está aquí ha venido sólo para conocerte y para celebrar con nosotros.
    Bailaron otra pieza. Pero cuando terminaron la pieza, Terry notó el interés con el que la miraba aquel doctor. Era extraño. Suponía que quizás se trataba del asunto profesional que le competía como ayudante del doctor Wells, el especialista que atendía a Candy.
    Pensó que tenía que hablar con él al respecto, pero durante la fiesta era impropio.
    Candy conversaba con algunas mujeres. Terry fue donde el doctor Michael.
    - ¿Todo bien, doctor?
    - Sí, señor Grandchester, gracias.
    - Si ha venido para revisar a mi esposa, le aviso que no es el momento.
    Michael sonrió de lado.
    - Me hablaron de su agudeza, pero despreocúpese. El doctor Wells me dijo que daría un baile y quise unirme a la celebración. ¿Lleva mucho de casado?
    Terry respondió.
    - Discúlpeme, doctor. Es que…con revisiones continuas, estoy vuelto loco. Con lo que le pasó a Candy.
    Michael se asustó.
    - El doctor Wells me puso al tanto un poco pero no me dio muchos detalles.
    Terry asintió.
    - No hay mucho que decir. Sólo que desde que Candy perdió la memoria las cosas no han estado bien. Pero se va recuperando satisfactoriamente.
    Para Michael aquellas palabras fueron evidentes. Al fin conocía la razón por la que Candy no había dado señales de vida.
    - Comprendo…debe ser duro para usted.
    - Sí…yo espero pronto verla restablecida del todo.
    - Seguramente así será, ¿lleva mucho tiempo sin su memoria?
    - Sí…algo así como unos meses. No quiero hablar de ese asunto ahora, usted entiende.
    - No se preocupe, disculpe si lo molesté con mis comentarios.
    - Olvídelo, doctor, disfrute la fiesta.
    Terry se marchó. Michael tenía que hablar con Candy a como diera lugar.
    El joven Grandchester saludó a sus hermanos y luego buscó a Candy de nuevo.
    - Linda…¿cómo te sientes?
    - Feliz, Terry…este baile es hermoso, y tu presencia junto a mí es lo más maravilloso de todo.
    Pasado un rato, donde Terry tuvo que hablar con algunos hombres de confianza, Michael se acercó.
    - Me alegra conocerla, señora Grandchester.
    - Igualmente, doctor, pero no me llame así, llámeme sólo Candy.
    - Candy…yo soy Michael…-dijo tratando de provocar en ella alguna reacción.
    Candy entrecerró los ojos. Un profundo dolor de cabeza se clavaba en su sien y por un instante se iba a desmayar. Michael la hizo sentar.
    - ¿Se siente bien?- preguntó.
    La revisó. Ella reaccionó al fin.
    - Michael…¿eres tú?
    El doctor habló a solas con ella.
    - Candy…¿cómo me recuerdas?
    - No sé…sólo sé que te conozco de algún lado. Tú…eres Michael, el doctor.
    - Sí, Candy, soy doctor. Nos conocimos en Lakewood, ¿recuerdas?
    Candy recordó Lakewood.
    - Sí…una tarde, en una fiesta con Elisa, Neil…Archie…Annie…
    Michael sonrió.
    - Bien, Candy…estás recordando. Por el momento no puedo seguir hablando contigo, no por ahora. Vendré mañana. Me hospedaré en una hostería de Escocia. Voy a venir mañana por la tarde. Por favor, no le digas a tu esposo.
    Candy negó.
    - ¿Por qué no?
    - Terry no me conoce y él se portaría hostil a causa de mi presencia. Pero yo tengo que hablarte de Albert…de tu familia…
    Aquellas palabras confortaron a la rubia enfermera.
    - Está bien, Michael, prometo no decirle nada.
    Terry se acercó lentamente.
    - ¿Pasó algo, doctor?
    - Su esposa se sintió un poco mal. Estaba revisando si estaba consciente. Al parecer ya se siente un poco mejor. Pero me gustaría venir a revisarla mañana, si no tiene inconveniente, para asegurarme de su estado y poder llevar un informe fidedigno al doctor Wells.
    Terry asintió.
    - Por supuesto- respondió, sin darse cuenta de los motivos que llevaba Michael en su interior.
    - Gracias, señor Grandchester. Tengo que retirarme. Es tarde. Estaré hospedado cerca de aquí.
    - Le acompaño a la entrada. Ordenaré un caballo que lo lleve hasta ahí.
    - Es usted muy amable.

    Candy vio a Terry marchar con Michael hacia la hospedería.
    Cuando regresó, ella estaba dormida. Terry acarició su cabello y le dijo.
    - Pobrecita…creo que el baile fue una emoción fuerte para ti. Será mejor que descanses para que te recuperes.
    Bajó a la sala para observar por la ventana.

    En Lakewood, otro hombre estaba asomado a la ventana pensando en lo que podía estar sucediendo con Candy.
    Bárbara se le acercó.
    - ¿Todo bien?
    - Sí, Barbie, todo bien…sólo pensaba…
    - ¿En Candy?
    - Sí…debe ser duro para ella estar sola en donde está…si es que no está con Terry. ¿Qué pudo haberla detenido sin que tuviéramos noticias suyas?
    - No sé…pero ya verás que pronto sabremos qué sucedió.
    Albert acarició su mentón y la besó suavemente.

    Al día siguiente, Elisa envió un telegrama al representante de la convención de médicos.
    Quería saber por qué Michael no se había reportado con ella.
    Fue al hospital para saber si ellos tenían noticias. Entonces vio pasar a Flammy que hablaba con otra enfermera:
    - Al parecer, Candy está viva…me enteré por casualidad. Quizás el doctor Leonard quiera estar al tanto…
    Elisa se sorprendió.
    - ¿Candy viva? No puede ser…esto debe ser un error. Pero yo voy a averiguar más al respecto…
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  11.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    978
    Cap. 89
    Elisa se escondió. Flammy ya la conocía y no era conveniente que la descubriera.
    - Voy a tener que averiguar por mi cuenta.
    Se apartó y decidió ir a Lakewood para averiguar qué tanto sabían los de la casa respecto al asunto.
    Otro telegrama volvió a la oficina, esta vez informando a Elisa que la convención de médicos se realizaría en una semana.
    - Lo sabía- repuso Elisa- sabía que la ida de Michael no tenía que ver con la convención. Seguramente se enteró de que Candy está viva pero…¿en dónde estará?

    Michael se quedó en la hostería ayudado por Terry Grandchester.
    El joven doctor arregló sus cosas en la pequeña habitación y se dispuso a descansar, mientras aguardaba el momento de volver a ver a Candy.
    - Por un lado me alegro de que esté viva y que estés casada con Terry Grandchester. Por lo que sé, era el amor de tu vida. Lo que no comprendo es por qué no le ha avisado a tu familia. Ellos deben estar preocupados por ti.
    Se durmió con la convicción de averiguar más al respecto y de platicar con Candy para conseguir que recordarra mayores detalles.

    En Lakewood, Albert firmaba algunos documentos junto con Archie.
    De pronto, Elisa llegó a la casa.
    - Ay, Dios, ¿qué habremos hecho para tener que soportar este martirio?
    - Ya cállate, Archie, eres un grosero como siempre.
    Albert se puso en pie y la recibió fríamente.
    - ¿Me puedes decir qué quieres aquí, Elisa?
    - ¿Por qué no me dijeron que Candy estaba viva?
    - No lo sabemos, seguramente Michael te puso al tanto.
    Archie notó que Elisa estaba demasiado enojada.
    - Algo me dice que Michael no te puso al tanto, por eso estás tan molesta.
    - Eso no te importa- señaló Elisa- sólo díganme cómo se enteraron.
    - Eso no te interesa- respondió Archie.
    Albert hizo una seña para que se calmara.
    - No importa cómo nos enteramos. No es algo confirmado. Todavía no sabemos si es cierto.
    - Lo es- comentó Elisa con suma seguridad- me enteré por buena fuente que Candy está viva.
    Archie le replicó.
    - ¿Y si estás tan segura, podrías decirnos dónde está?
    - No pienso hacerlo…entérense ustedes por su cuenta.
    Albert le espetó.
    - ¿Qué es lo que quieres conseguir, Elisa?
    - Recuerda que la herencia de la tía Elroy todavía no se ha repartido. Así que, si Candy está viva, merecemos saber dónde está. Aunque seguramente no está en el testamento.
    William Andley insistió.
    - ¿Eso es lo único que te importa?
    Archie replicó.
    - Y seguramente quieres saber dónde está para deshacerte de ella.
    - ¿Me crees capaz de algo tan ruin, Archibald Cornwell? No soy como tú que seguramente desde hace tiempo querrías verme muerta.
    Albert los calló.
    - No insistan…será mejor de dejen ese asunto por la paz. Si Candy está viva ya lo averiguaremos.
    - Yo me enteraré, Albert, que no les quede duda.
    Bárbara llegó al fin. Elisa la miró con desprecio.
    La joven hija del conde Gerald se acercó a Albert.
    - ¿Por qué vino Elisa? Se fue muy molesta.
    - Nada- respondió Albert más tranquilo- es sólo que no nos soporta.
    - Eso no es verdad- insistió la joven.- Hay algo que me están ocultado, ¿verdad?
    Archie miró a Albert.
    - Hay que decírselo, Albert, ella tiene derecho de saberlo.
    La cabeza de los Andley repuso.
    - Bárbara…seguimos teniendo dudas respecto a si Candy está viva. Pero Elisa dice que es cierto. No sé cómo lo averiguó pero tenemos que salir de dudas.
    Bárbara asintió.
    - Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos.
    - Gracias- señaló Albert.
    Archie le preguntó.
    - ¿Dónde está Annie?
    - Acaba de bajar.
    - Tengo que hablar con ella.
    Archie salió mientras Bárbara se quedaba junto a Albert.
    - Albert…si quieres puedo pedir a mis hermanos que me ayuden a buscarla en donde tú me digas.
    - Gracias, Barbie pero no tengo mucha idea. Michael fue a buscar a Terry pero no estaba seguro de dónde encontrarlo.
    - Entonces es posible que esté en Inglaterra- señaló la joven.- Podría avisarle a mis hermanos.
    - Podría ser buena idea. Gracias por tu apoyo, Barbie.
    - No te preocupes, yo también quiero que Candy vuelva con los suyos.
    Albert la abrazó dulcemente. Estaba muy feliz de poder contar con el amor de Bárbara.

    En la tarde del día siguiente, Terry conversaba con Candy sobre la fiesta cuando llegó Michael.
    - Buenas tardes, ¿se encontrará la señora Grandchester?
    Terry bajó las escaleras.
    - Buenas tardes, doctor, está usted en su casa. Señora, ¿podría traer té para el doctor, por favor?
    - Gracias, señora- dijo Michael- había olvidado la costumbre del té. Me alegra haber llegado justo a tiempo.
    Candy bajó el brazo de Terry. El doctor pensó.
    “Se ve muy feliz…pero no sé si, cuando recupere la memoria, su alegría se vea desvanecida…”
    - Señora Grandchester.
    Candy disimuló también. Terry lo hizo sentar.
    - Espero que el reconocimiento nos lleve a la mejoría de mi esposa.
    - Eso mismo espero yo y espera también mi colega.
    - ¿Lo ha visto?
    - Lo veré en una convención de médicos que se llevará a cabo en unos días.
    - Me alegra.
    Tras un rato de conversar, Terry dejó a Candy con Michael.
    - Candy, voy a salir. Volveré un poco tarde, no me esperes despierta.
    - No te preocupes, Terry. Estaré bien.
    Un beso suave en los labios demostró el cariño de los esposos.

    Cuando Terry se marchó, Candy dijo al doctor.
    - Vamos al despacho, doctor.
    Estando ahí, Michael la saludó.
    - Candy, no sabes cuánto me alegra verte y que ya me hayas reconocido..
    Candy sonreía entre lágrimas. La presencia del doctor era una promesa de conocer más sobre su aún olvidada familia.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  12.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    1426
    Cap. 90


    - Candy, ¿cómo te sientes?-preguntó Michael.
    - Bien, pero…la memoria regresa a mí poco a poco…con demasiada lentitud. Lo único bueno en todo esto es que…soy la esposa de Terry.
    - Lo sé, supongo que era lo que más deseabas en la vida.
    - Sí, pero…todavía hay algo en mi recuerdo que no comprendo…¿por qué me siento tan inquieta, como si hubiera algo en el aire que me angustia?
    - Debe ser la ausencia de los tuyos. Dime, ¿a quién recuerdas?
    - Annie…Archie…Albert…
    - ¿Qué recuerdas sobre Albert?
    - Pues…casi nada…sólo que él es mi protector y que estuvo cerca de mí durante mucho tiempo, pero no recuerdo más…
    - Tranquila, no te esfuerces demasiado. Sólo quería saber que estás bien y que pronto podrás reunirte con tu familia, cuando tú lo decidas. A ellos les hará muy feliz saber que estás viva.
    - ¿Viva?
    - Sí, Candy…ellos estaban mortificados porque pensaban que quizás habías muerto…
    - ¿Por qué?
    - ¿No recuerdas qué hizo que vinieras a Escocia?
    - Sólo sé que…hubo un accidente. Según Terry me dijo, al parecer la guerra estaba concluyendo y algo sucedió. Ni él lo sabe exactamente. Sólo sé que entre él y su padre, el duque de Grandchester me trajeron aquí. Todo el tiempo aquí ha sido de felicidad. Una que jamás imaginé sentir.
    Michael apretó sus manos suavemente.
    - Me alegra por ti, Candy. Es lo que merece una chica tan buena como tú. Avisaré a tu familia para que sepan que estás viva.
    - No les digas que vengan. Diles que necesito recordar más…que pronto iré yo a buscarlos.
    El doctor asintió.
    - Bien, entonces…me retiro.
    - ¿No te quedas a comer?
    - No, Candy. Debo irme. La convención de médicos me espera y no puedo quedar mal.
    - Siendo así, que te vaya muy bien. Pero no te olvides de escribir…
    - Lo haré, Candy.
    Besó su mano, pidió su chaqueta y se marchó.

    Mientras tanto, Terry fue con sus amigos del teatro para decirles que pensaba volver al mismo.
    - Ya vieron que fue un éxito el reencuentro. Así que me gustaría mucho hacer crecer la compañía, de tal modo que yo pudiera aportar los recursos y ustedes crecer como actores. Seríamos una compañía mucho más grande, más famosa.
    Los actores se vieron unos a otros.
    - Pero…Terry…es que…no queremos tanta fama.
    - No se asusten, chicos. Yo soy un actor diferente. No me gusta agradar sólo a aquellos que pueden pagar…me gustaría más llevar el arte a los chicos que no pueden pagar por un boleto.
    - Eso está mejor- argumentó uno de los actores.
    La cabeza de la pequeña compañía dijo a Terry.
    - Eso suena bien, Teddy pero…¿ya lo sabe tu esposa? Tendrías que separarte de ella mucho tiempo.
    - Hablaré con ella, seguramente está de acuerdo. Ella también quiere regresar a trabajar como enfermera. Sólo es cuestión de tiempo para que se mejore.
    - En ese caso- siguió otro actor- ¡salud! Oh, perdón…me olvidé que prometí no beber…
    Todos rieron por la ocurrencia y se dedicaron a ensayar.
    Terry sabía que no debía dejar a Candy sola. Tenía que evitar a toda costa que Albert hiciera cumplir su palabra de matrimonio. Ahora ya nadie podría separarlo de ella.

    En Lakewood, los muchachos comían mientras Archie estaba pensativo.
    - ¿Qué pasa, Archie?- preguntó Annie. -¿Acaso no te gusta la comida?
    - No es eso, Annie, es que…creo que me duele un poco el estómago.
    Se moría por decirle a Annie lo que sospechaban pero sabía que no debían apresurarse porque podría suceder que todo fuera una falsa esperanza.
    Pero Annie conocía demasiado bien a Archie y no paró con el interrogatorio.
    - Archibald Cornwell, tienes que decirme la verdad…¿qué es lo que te tiene así?
    Archie le dijo con algo de temor.
    - Annie…¿qué harías si…Candy estuviera viva?
    - ¿Candy, viva? Entonces es cierto…
    - ¿Cierto?
    - Sí…yo he soñado muchas veces con volver a verla. Y si ahora lo confirmas, entonces no es sólo un sueño.
    - No lo sabemos todavía, Annie. No estamos seguros de ello, pero lo que sí es un hecho es que Terry está vivo y seguramente él nos dirá si sabe algo de ella.
    - Qué alegría- dijo Annie entre lágrimas.- Espero que no sea solamente una idea.
    - Eso esperamos todos…imagínate, Annie. Candy viva…

    Ese día, Candy estuvo un rato en la cocina hasta que la madre de Mark se cortó un dedo con un cuchillo.
    El dedo comenzó a sangrar. Candy fue por paños, agua limpia y vendas.
    En un santiamén, la señora ya estaba curada.
    - Señorita Candy…ha recordado cómo curar…
    - Lo sé, señora…creo que mis recuerdos comienzan a volver con mayor fuerza.
    Sin embargo, la visión de la sangre la hizo palidecer y estuvo a punto de desmayarse.
    - Siéntese, la impresión debió ser fuerte, pero hizo usted lo correcto. Ya no me duele.
    - No se preocupe, deje eso y yo me encargaré.
    - Pero…
    - Ande…haga lo que le pido…
    La señora sonrió y salió a buscar a Mark.

    En tanto, Candy siguió pelando unas papas. Cuando la señora regresó, le llevó verduras cocidas.
    - Están deliciosas…
    - Gracias…
    Las empezó a probar. La señora le sirvió a un costado algo de leche y huevo pero Candy sintió unas náuseas poderosas.
    - ¿Qué le pasa, señorita?
    - No lo sé…es que…de repente, no pude contener el asco…
    - Espere- dijo dándole a oler un poco de esencias.
    La chica se recuperó.
    - Gracias, señora. Creo que voy a recostarme un poco.
    Cuando bajó, ya era hora de volver a cocinar.
    Entonces, tuvo que salir de la cocina por no poder contener el vómito.
    La señora la hizo sentar.
    - Vamos a ver, señorita, dígame…¿lleva mucho sintiéndose así?
    - No, apenas…¿por qué?
    - ¿No ha notado nada extraño?
    Candy recordó a qué se refería ella.
    - Pues…algo hay de eso, pero creí que era normal.
    - Quizás usted está…embarazada.
    - ¿Embarazada?
    Sus ojos se cristalizaron. Tener un hijo de Terry era una gran alegría.
    - Candy, eso haría tan feliz a Terry.
    - Lo sé…yo también estoy feliz de que eso sea…
    - Entonces, voy a prepararle un jugo de bayas silvestres para que se empiece a alimentar bien.
    - Gracias.
    Candy sintió un vuelco en el corazón. Si realmente estaba embarazada, Terry se volvería loco de contento.

    La que estaba loca y no precisamente de alegría, era Elisa Leagan.
    En cuanto Michael salió de Escocia se dirigió a Londres. Elisa se reunió con él en el hotel donde se hospedaría.
    - Elisa…¿se puede saber qué haces aquí?
    - Vine a descubrir tu mentira, Michael.- dijo.
    - ¿Cuál mentira?
    - La convención no será hasta dentro de dos días y tú saliste de América desde hace mucho con ese pretexto.
    - Mira, Elisa, eso no es asunto tuyo.
    - Soy tu novia.
    - Pero no mi esposa, por el momento no tengo por qué darte tantas explicaciones de mis actos. Y si vas a seguir en esa postura, será mejor que termines nuestro compromiso.
    - Estás loco, no puedes terminar conmigo así nada más.
    Michael respondió.
    - No me obligues a dejarte con la palabra en la boca.
    Se marchó. Elisa seguía hablando.
    - Con que seguro encontraste algo…ya me encargaré de averiguar en dónde está Candy.

    En Escocia

    Terry llegó por fin. Encontró a Candy dormida.
    - Pobrecita…debiste cansarte de esperarme.
    Le dio un suave beso en los labios y la despertó.
    - Perdóname, no quise despertarte.
    - No estaba dormida…sólo descansaba.
    - ¿Te sentiste mal?
    - Un poco- dijo Candy- pero…no es nada, ya pasó.
    Se sentó en la cama. Terry acarició su cabellera dorada.
    - Candy, fui a ver a los muchachos. Organizaremos una nueva compañía aquí.
    - Me alegra…Terry…- dijo, tomando la mano del muchacho y colocándola sobre su vientre.
    Terry la miró sorprendido pero alegre.
    - No…
    - Sí, Terry…todo apunta a que…estoy esperando un hijo tuyo…
    Terry iluminó su rostro con una sonrisa, tomó a su esposa en brazos y la giró.
    - ¡Hurra por el hijo del actor Terry Grandchester y la mejor enfermera del mundo!
    Candy lloró de emoción. Pero todavía faltaba decirle a Terry que estaba recobrando la memoria con mayor rapidez.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  13.  
    Mary Dragneel

    Mary Dragneel Temporalmente fuera de servicio :'v

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Noviembre 2014
    Mensajes:
    828
    Pluma de
    Escritora
    *con pañuelo en mano* snif snif esta última noticia es tan buena TwT Candy embarazada de Terry... Sin embargo no debemos olvidar que está recuperando más rápido la memoria D: ¿qué va a pasar cuando la recupere? Terry no ha pensado en ello y que seguramente va a obtener un buen regaño de parte de la enfermera... Dios, todo parece indicar que esa Elisa no tiene intención de cambiar...

    Esperando conti :D
     
  14.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

    Leo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2010
    Mensajes:
    3,827
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Me perdí algunos capítulos, pero estoy aquí... ya imaginaba yo la pronta llegada de un heredero, eso le pondrá un buen final a todo el embrollo; por lo demás me parece que el final va llegando en la medida en que Candy va recordando, ¿pero es que de verdad Terry no pensó en como afrontar las cosas cuando ella se recuperara?... se merece un zape por lento.

    Ojalá el doctor Michael terminé con Elisa y, sin el afán de desearle mal a nadie, me gustaría que la que perdiera la memoria fuera ella por ser tan mala como la leche agria. Bien por Albert y Bárbara, que se casen lo más pronto posible.
     
  15.  
    Cristy

    Cristy Iniciado

    Libra
    Miembro desde:
    22 Octubre 2015
    Mensajes:
    1
    Soy nueva por aquí me gustaría saber cada cuanto públicas los capítulos es buena la historia
     
    Última edición: 22 Octubre 2015
  16.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    28
    muchas gracias de vrdad. Lamento haberme atrasado tanto pero ya estoy poniéndome al día. Ya no voy a atrasarme porque...se ve que ya viene lo peor :o
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  17.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    970
    Cap. 91

    - Candy…estoy tan feliz. Realmente me has dado la noticia más maravillosa que haya recibido nunca. Un bebé nuestro.

    - Sí, Terry…yo también estoy feliz por eso y porque…

    - ¿Por qué?

    - Porque…estoy a tu lado y cada vez recuerdo más cosas.

    - ¿Cómo cuáles?

    - Pues…creo que ya recuerdo cosas que estudié para ser enfermera. La madre de Mark se cortó y yo la curé. Y creo que lo hice bien.

    - Eso es formidable. ¿Y qué más has recordado?

    - No todo pero…espero poder hacerlo en breve.

    - Vamos a pasear, Candy, para celebrar esto.

    - Por supuesto. Vamos.

    Ambos salieron de día de campo a las afueras de la villa y se divirtieron de lo lindo dando de comer a los patos y respirando el aire puro.

    - Como cuando estuvimos aquí hace años.

    - Y como cuando te robé el primer beso- dijo Terry.

    La acorraló entre sus brazos y la besó tiernamente.

    - Terry…te amo tanto.

    - Y yo a ti…

    La tarde fue deliciosa. Cuando volvieron estaban felices y algo cansados.

    - Ahora sí, señora Grandchester…debe descansar.

    - Por favor, Terry, estoy bien. Sólo quiero estar más tiempo contigo.

    - Está bien, pero no te agites mucho, por favor. Por cierto, ¿no volvió el doctor Michael?

    - No…dijo que tenía una reunión de médicos o algo así.

    - Supongo que llevaba algo de prisa. Espero que vuelva antes de que tenga más carga de trabajo para que pueda compartir esta noticia y para saber cómo sigues.

    - Ya me siento bien, Terry. De hecho, me gustaría tratar de buscar la posibilidad de atender enfermos.

    - Pero es muy pronto…y en tu estado. Creo que será mejor que vayamos a ver al doctor de la familia a Londres.

    - No creo que sea necesario…de verdad.

    - Esperaremos un poco, pero tendrás que ir con el médico para que nos diga si todo está bien con el bebé.

    Candy asintió para luego estar otro rato disfrutando con Terry de aquella hermosa noche.


    En tanto, Albert trataba de hacer pesquisas para saber si Candy estaba viva.

    - Habrá que ir a Londres- comentó a Bárbara.

    - Sí, Albert…tal vez quieras que vaya contigo.

    - Por supuesto, aunque sí me gustaría verla antes para saber cómo se encuentra.

    - ¡Cómo quisiera conocerla!- dijo Bárbara.

    - Y a mí me encantaría que te conociera. Serán como hermanas.

    Albert la besó tiernamente y la estrechó dulcemente.


    Mientras tanto Elisa no perdió el tiempo. Consiguió un pasaje en el Mauritania para ir a Londres.

    Ninguno de sus familiares sabía que se había marchado, hasta que por fin Neil visitó a Albert.

    - Albert…

    - ¿A qué se debe tu visita, Neil?

    - Quiero saber algo de Elisa. Supongo que se fue a alcanzar a Michael a Londres.

    - ¿Les avisó?

    - No…¿ustedes saben por qué hizo eso?

    - Supongo que se casarán allá.

    - Espero que eso sea…Elisa está muy molesta por algo que no sé qué es.

    - Yo tampoco lo entiendo pero…sí sé a qué se deba.

    - ¿A qué te refieres?

    - A que…creo que Candy está viva, Neil.

    El hermano de Elisa comprendió entonces lo que sucedía.

    Archie llegó a ver a Albert y comenzó a discutir con Neil.

    - ¿Se puede saber qué haces aquí, Neil?

    - Nada que te importe, Archie…sólo vine a preguntar a Albert por mi hermana.

    - Tu querida hermana está en Londres, siguiendo a su novio y tratando de averiguar el paradero de Candy.

    - Entonces es cierto- comentó Neil.

    - Y por cierto, de alguna manera hiciste bien en venir. En dos semanas se leerá el testamento de la tía abuela y tu esposa, tu hermana y tú deben estar presentes.

    - Ya veo…está bien. Si tienen noticias de Elisa, háganmelas saber, por favor.

    - Pierde cuidado, Neil.

    Cuando éste se marchó, Archie preguntó a Albert.

    - ¿Por qué le tienes tantas consideraciones, Albert?

    - Él no tiene la culpa de ser así. Además, creo que no es de cuidado ya.

    - Eso espero…



    Dos días después…


    Candy y Terry habían ido a las afueras de Escocia con un doctor, viejo amigo del padre de Mark.

    - Mi esposa es enfermera- explicaba Terry.- Quiere seguir ejerciendo pero no la he dejado porque no se siente bien. ¿Cree que pueda regresar a trabajar con usted?

    - Es verdad que me falta una enfermera- dijo el médico.- Pero no sé…la veo un poco pálida.

    - Es que está esperando un bebé, doctor.

    - Qué bien, entonces tiene que comer mejor. Quizás pueda ayudarla con la dieta y ella me ayudará con algunas curaciones.

    - Le encantan los niños- aseveró Terry.

    - Los espero aquí mañana mismo.

    Se marcharon a la villa. Terry recibió telegrama de su padre.

    - Mi padre está en la ciudad, Candy. Me ha pedido que vaya. No me gusta dejarte sola.

    - No lo estoy, me siento bien.

    - Está bien…prometo no tardar. Si no regreso hoy, lo haré mañana durante el día, cuando pase el vapor. Te amo.

    - Y yo a ti…

    Preparé una pequeña maleta y partió.


    En la tarde alguien llegó a la villa.

    - Perdone…¿es ésta la villa del duque de Grandchester?

    - Sí, señorita. Disculpe, ¿la conozco?

    - No lo creo…dígame, ¿se encontrará el joven Grandchester?

    - El señor no se encuentra pero está la señora Grandchester.

    - ¿Podría llamarla por favor?

    - ¿Quién la busca?

    - Una amiga…

    De pronto, Candy descendió de las escaleras.

    - ¿Quién es, señora?

    Cuando la vio frente a sí, apenas podía creerlo.

    - Entonces es cierto…

    - Eres…¿Elisa?- preguntó Candy sintiendo que su cabeza le daba vueltas.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  18.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desafiando el destino [Finalizado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    114
     
    Palabras:
    1199
    Cap. 92

    Elisa sonrió al ver el efecto que sus palabras causaban en Candy.

    - Ya veo que eres más tonta que de costumbre. Obviamente que soy yo, lo que quisiera saber es qué haces aquí.

    - Elisa…yo…-dijo sintiéndose mal.- No me siento bien…

    - Eso no me interesa. Yo sólo quería comprobar con mis propios ojos lo que los demás daban por hecho. Sigues vive y por lo que veo eres la amante de Terry Grandchester.

    - ¡Eso no es verdad!- replicó Candy.

    - ¿Ah, no? ¿Entonces, cómo es posible que si te ibas a casar con Albert Andley, estés viviendo en la villa del duque de Grandchester? Terry seguramente te trajo a vivir aquí en calidad de amante.

    Candy sintió que no podía soportar más palabras y se desmayó.

    Elisa sonrió y salió casi como entró.

    La madre de Mark llegó lo más rápido posible..

    - ¿Qué sucede? Candy, Candy, responde…debo llamar al médico.

    La levantó junto con uno de los peones y la recostaron en la cama de su habitación.

    Ahí se quedó dormida, mientras su mente viajaba a otros lugares. Sucesos, personas, rostros, alegrías, tristezas, pérdidas, momentos importantes, viajaban por su cabeza sin orden, tratando de encontrar su cauce.

    La casa Pony, el jardín de las rosas, la casa de Lakewood, Anthony, Terry…Albert. Todo viajaba por su mente buscando el arreglo adecuado. Pero mientras tanto la enfermera seguía inconsciente.


    Por fin llegó el momento en que Terry se entrevistaría con su padre.

    El ahora esposo de Candy sonrió al ver a sus padres juntos.

    - No me digan que…

    - Sí, hijo- aseveró Eleonor Baker- ya somos esposos legalmente.

    - Felicidades, papá- dijo Terry- te has portado esta vez como todo un caballero inglés.

    - No es caballerosidad, hijo. Es amor…siempre amé a tu madre y tú me has ayudado a comprenderlo a través de tu amor por Candy.

    Terry sonrió.

    - Tengo una noticia maravillosa que darles…Candy y yo vamos a ser papás.

    - ¿De verdad?- preguntó Eleonor, entusiasmada.- Richard…vamos a ser abuelos.

    El duque sonrió.

    - Un nieto…realmente es una bendición, hijo mío.

    - Candy está muy contenta pero no quería dejarla sola porque la siento un poco débil.

    Su padre repuso.

    - No te preocupes, pronto volveremos. Sólo era necesario que vinieras para que firmaras unos documentos relativos a la herencia. Rehice mi testamento y ahora he repartido la herencia de los Grandchester de diferente manera. Incluso, verás a tus hermanos.

    Terry asintió.

    - Está bien…me alegra porque yo también quiero verlos. Sé que jamás nos hemos entendido pero es momento de limar asperezas. Espero que “la cara de cerdo” no esté presente.

    - Terry…

    - Lo siento, era broma. Supongo que estará pero no me importa sus recriminaciones. No pienso quedarme callado. Ya no le tengo miedo.

    Entraron en la oficina. Entraron donde el notario y se sentaron. La exmujer del duque replicó.

    - Hasta que consiguió casarse con la cómica.

    Terry se puso en pie y le gritó.

    - ¡Esa de la que usted habla es mi madre! Y debe limpiarse su sucia boca para hablar de ella. Lamento que mis hermanos la tengan a usted como madre.

    El duque insistió.

    - Terry…no te exaltes.

    Eleonor se refugió en el pecho de su hijo y esperaron el momento de la decisión.

    Al salir, los hermanos de Terry le dijeron.

    - Terry…queremos volver a verte.

    - Cuando quieran pueden venir a la villa. Ahí conocerán a su sobrino cuando nazca.

    Los muchachos sonrieron.

    - Claro que sí, Terry, iremos en el verano.

    El joven se marchó junto con sus padres para ir al hotel.

    Aquella noche, Terry no pudo dormir. Estaba pensando en su esposa y tenía miedo de que al recobrar la memoria, se diera cuenta de lo que había ocultado.

    - Quiero que seas feliz, Candy…pero me da miedo que me rechaces cuando sepas que te mentí. Sin embargo, lo hice por tu bien. Pero…si tuviera que perderme, me volvería loco. Aun así…si tuviera que perderte por amor…estaría dispuesto, si es para que tú seas feliz…


    El médico la revisó.

    - Parece que está bien- dijo a la madre de Mark- no hay ninguna herida, no hay golpe. Hasta que despierte sabremos qué sucedió con su mente. Por ahora hay que dejarla descansar.

    - ¿Vendrá mañana, doctor?

    - Sí, espero que Terry no tarde demasiado.


    A la mañana siguiente, la luz empezó a despertar a Candy. Ella entreabrió los ojos y se dio cuenta de dónde se encontraba.

    - Es la villa Grandchester- se dijo.- ¿Estará Terry?

    Se sintió algo extraña al levantarse, como si el mundo se le moviera. Bajó las escaleras y se encontró sola. No estaba Terry, ni el duque. Nadie conocido.

    La madre de Mark llegó entonces.

    - Candy…¿cómo te sientes?

    - Bien, señora pero…¿dónde está Terry?

    - Todavía no vuelve de Londres. Pero ya en algunos días estará aquí. ¿Quieres que te prepare algo de desayunar?

    Candy estaba confundida.

    - Señora…¿por qué estoy en la villa Grandchester? ¿Por qué pasé la noche aquí? ¿Cuándo vine a Escocia?

    - Candy…¿no recuerdas nada? Oh, cielos…-dijo asustada.

    - ¿Qué sucede? ¿Qué debo recordar?

    - Candy…tú…te has casado con Terry…y esperas un hijo suyo.

    Fue un shock para ella pero ya había recobrado la memoria.

    - Señora…dígame qué ha pasado todo este tiempo.

    Y la madre de Mark le contó todo lo que había sucedido desde que Candy llegó con Terry tras que la guerra terminara.

    Cuando terminó el relato, Candy estaba sumamente confundida.

    - No puede ser…todo pasó sin que estuviera totalmente consciente.

    - Lo lamento, Terry no te podía decir toda la verdad porque habías perdido la memoria, pero lo que más deseaba era hacerte feliz.

    - Lo entiendo pero…así no debía ser. Albert pensará que lo traicioné…pensará que le mentí. Yo iba a casarme con él. ¿Cómo fue que accedí a venir aquí? Terry…estaba muerto.

    - No, Candy. Terry no murió. Eso fue lo que el duque te hizo creer. Pero el duque ha cambiado mucho.

    Sin embargo, Candy estaba muy confundida y descolocada.

    - Señora…tengo que irme de aquí. No puedo permanecer un momento más en la casa. Dígale a Terry que lamento tanto lo que está pasando…que me busque en Lakewood si quiere que arreglemos esto. Pero esto…no tiene arreglo.

    - ¿Estás decidida?

    - Totalmente.

    - Deberías esperar a que volviera. Es tu esposo.

    - Lo que él hizo no es amor…se aprovechó de mi falta de memoria. Lamento mucho que esto haya pasado pero ahora recobré la memoria y necesito que sea sincero y que me busque cuando pueda.

    La madre de Mark estaba terriblemente preocupada por Candy.


    En Lakewood, Albert se preparaba para el viaje a Londres, cuando llegó un telegrama.

    Era de Elisa.

    - Como no sea para decirnos que ya se casó con Michael…

    Lo abrió rápidamente y leyó dos líneas.

    “ES CIERTO. CANDY VIVE. ESTÁ EN ESCOCIA, CASADA CON TERRY.” ELISA.

    Albert entreabrió los labios. La respuesta era favorable pero algo desconcertante.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  19.  
    Mary Dragneel

    Mary Dragneel Temporalmente fuera de servicio :'v

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Noviembre 2014
    Mensajes:
    828
    Pluma de
    Escritora
    Maldigo mentalmente a Elisa, pero por como es ella era de esperarse. Por otro lado el hecho de que Candy decida irse sin decirle nada a Terry... No lo sé, lo que él hizo estuvo mal, cierto, pero lo hizo porque realmente la ama ;-; bueno, en toda buena historia hay complicaciones.

    Estoy impaciente por leer lo demás ¡Saludos!
     
  20.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

    Leo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2010
    Mensajes:
    3,827
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Esa Elisa es lo peor de lo peor, y lo malo es que su presencia regresó a Candy varios meses atrás. Pero bueno, al menos ya la familia sabe que vive y ella no se puso peor como pudo haber sucedido. Me parece que ya viene el desenlace pues no creo que tengas planeado algo más grave ahora que Candy está embarazada... o sí?
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso